Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
A.- Allanamiento.
El allanamiento es el acto procesal del demandado mediante el cual
acepta expresamente la demanda interpuesta en su contra, admitiendo su
conformidad con la pretensión interpuesta por el actor, reconociendo que
debe ser acogida. Se refiere a este instituto el artículo 313 inciso 1 del CPC
cuando establece que el demandado puede “aceptar llanamente las
peticiones del demandante”.
Se trata de un acto unilateral a través del cual el demandado decide
no oponerse a las pretensiones del actor y manifiesta expresamente su
voluntad en el sentido de conformarse con ellas sin reservas ni condiciones
de ninguna especie, por estimarlas legítimas. Esto significa que acepta tanto
los hechos como el derecho invocado por el actor.
En virtud del principio dispositivo que informa el proceso civil, el
allanamiento produce el efecto de vincular al tribunal a dictar una sentencia
estimatoria de la pretensión, pero teniendo presente que el objeto del
allanamiento puede ser total o parcial, por lo cual dicha sentencia estimatoria
lo será de acuerdo con la extensión del allanamiento prestado. Será total si el
allanamiento se refiere a todas las pretensiones contenidas en la demanda y
será parcial si refiere a alguna de las varias pretensiones o a una parte de la
cantidad que ha sido pedida en la demanda.
Aun cuando la ley no lo dice expresamente, el allanamiento debe
referirse a derechos disponibles para las partes, de orden privado, que sean
renunciables, por lo que no puede aceptarse por el juez si los derechos
discutidos en el juicio fueren irrenunciables ya que en tal evento está
comprometido el interés público, o si pudieren resultar afectados derechos de
terceros, y en estos casos debe operar la jurisdicción pura y simplemente.
La norma legal antes citada, sin embargo, distingue dos situaciones
distintas que no deben confundirse:
a) Se refiere primeramente a la aceptación llana de las peticiones del
demandante o “allanamiento a la demanda”, aspecto que dice relación con la
pretensión procesal; y
b) Seguidamente, se refiere a la admisión de hechos, esto es, a la
falta de contradicción del demandado respecto de los hechos del juicio
afirmados en la demanda, en materia sustancial y pertinente. Esta situación
no importa allanamiento, ya que aceptar o admitir los hechos produce como
consecuencia el hacer en principio innecesaria la prueba de esos hechos, ya
que se produce con ello una verdadera confesión, pero ello no conduce
obligatoriamente a una sentencia estimatoria. En efecto, tal actitud del
demandado no significa aceptar las peticiones del actor, pues el demandado
puede atribuirle un significado jurídico distinto al derecho aplicable a los
mismos hechos admitidos, cuestión que corresponde al juez calificarla y
decidirla en la sentencia definitiva que, por lo mismo, podrá ser estimatoria o
desestimatoria de la demanda.
Debe considerarse que para los efectos de allanarse a la demanda,
atendido el significado que ello implica para la parte, es necesario que el
mandatario judicial del demandado cuente con la atribución extraordinaria de
“aceptar la demanda contraria”, contemplada en el inciso 2 del articulo 7 del
CPC, la que requiere de mención expresa en el mandato.
Presentado el escrito de allanamiento en el proceso, según se
desprende del articulo 313 del CPC, debe concluirse la tramitación del
período de discusión del juicio, esto es, el tribunal debe conferir traslado al
actor para que replique y cumplido este trámite o vencido el plazo para
evacuarlo se debe conferir traslado para la dúplica. Seguidamente, el tribunal
debe citar a las partes para oir sentencia definitiva.
3. La litis pendencia.
Esta excepción pretende impedir la tramitación del juicio en el que se
hace valer esta alegación ( segundo juicio) fundado en el hecho de existir un
juicio anterior (primer juicio) que se encuentra pendiente y que se tramita
ante otro o ante el mismo tribunal, existiendo entre ambos identidad legal de
personas, de la cosa pedida y de la causa de pedir, a que alude el artículo
177 del CPC.
Existe un juicio pendiente o en actual tramitación desde que estando
radicado ese pleito ante un tribunal competente, se ha notificado legalmente
al demandado y no existe aún sentencia firme que le ponga término.
La litis pendencia es, por lo mismo, previa a la cosa juzgada, por
cuanto aún no existe sentencia ejecutoriada en el primer juicio desde que se
encuentra pendiente, por lo cual no es posible invocar la cosa juzgada, pero
es similar a ella en cuanto a sus requisitos de procedencia y propósito de
evitar que se dicten fallos contradictorios sobre una misma cuestión.
La litis pendencia no está definida por la ley, pero puede decirse que
es el estado y condición jurídica de una causa frente al hecho de su actual
tramitación a la espectativa de la decisión judicial.
La litis pendencia previene la cosa juzgada, desde que exige la
misma triple identidad legal y se anticipa a ella en el propósito de evitar la
dualidad de fallos sobre un mismo negocio judicia.l
4. La ineptitud del libelo por razón de falta de algún requisito legal en el modo
de proponer la demanda.
La expresión “libelo” que utiliza la norma es sinónimo de demanda,
debiendo relacionarse esta excepción principalmente con el artículo 254 del
CPC, que es la norma que establece sus requisitos formales específicos, sin
perjuicio que puede también adolecer de otros requisitos legales no
contemplados en dicha disposición legal (hay aquí una diferencia clara con lo
que a este mismo efecto dispone el artículo 464 N° 4 del CPC respecto de la
demanda ejecutiva).
La omisión o cumplimiento imperfecto de cualquiera de los requisitos
señalados en el artículo 254 del CPC permite al demandado oponer esta
excepción. Inclusive, es procedente oponerla si a la demanda le faltan alguna
de las tres primeras exigencias que establece dicha norma legal y el juez no
hace de su facultad oficiosa para no darle curso y la admite a tramitación.
La ley, entonces, no precisa que la falta de requisitos de la demanda
deban ser necesariamente los contemplados en el artículo 254 citado, ya que
puede tratarse de otras exigencias que se establezcan en otros preceptos
legales si su infracción no está especialmente sancionada.
Se trata de una excepción de efectos transitorios, ya que las
omisiones o defectos de la demanda admiten su corrección, según el artículo
308 del CPC
La jurisprudencia y la doctrina han entendido que para su
procedencia el demandado debe fundarla en deficiencias tales que hagan
ininteligible, vaga, imprecisa o contradictoria la demanda ya que en estas
condiciones la defensa del demandado se imposibilita o dificulta
enormemente.
5. El beneficio de excusión.
Este beneficio de excusión es un derecho que la ley concede al
fiador que ha sido demandado para exigir que antes de proceder en su
contra se persiga la deuda en los bienes del deudor principal y en las
hipotecas y prendas constituidas por éste para garantizar la deuda, de
acuerdo a lo señalado en los artículos 2355 y 2357 del C.C.
Es un beneficio que sólo puede hacerlo valer el fiador demandado
siempre que de acuerdo a las leyes de fondo no lo haya renunciado o
además se haya obligado como codeudor solidario.
Esta excepción produce el efecto de suspender el procedimiento
dirigido en contra del fiador mientras no se agote la persecución del deudor
principal en sus bienes, hipotecas y prendas.