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NOMBRE:

-
-Víctor Manuel liberato
MATRICULA:

Dn18_20043
CARRERA:

Derecho

METERÍA:

Derecho internacional Americano

TEMA:

Tema V

PROFESOR:

JOSÉ ORTEGAS PEÑA


Tema V

Doctrina calvo

La Doctrina Calvo, denominada así por su autor, Carlos Calvo (1824-1906),


es una doctrina panamericana de Derecho internacional que establece
que, los extranjeros deben realizar sus demandas, reclamaciones y quejas
sometiéndose a la jurisdicción de los tribunales locales, evitando recurrir a
las presiones diplomáticas o intervenciones armadas de su propio Estado
o gobierno. Ha sido recogida en varias constituciones latinoamericanas.

La Doctrina Calvo fue un principio de derecho internacional desarrollado


por el diplomático y erudito jurídico argentino Carlos Calvo (1822–1906).
La doctrina establece que la autoridad para resolver disputas
internacionales sobre inversiones reside en el gobierno del país en el que
se encuentra esa inversión.

Cláusula "Calvo"

En derecho internacional público, aquella cláusula que se inserta en los


contratos celebrados entre un estado y persona física o jurídica extranjera,
en virtud de la cual las diferencias que pueden surgir entre las partes
contratantes no se consideran como de naturaleza internacional. Dicha
cláusula implica una renuncia a la jurisdicción internacional y debe su
nombre al distinguido jurista defensor de la tesis que la inspiró, según la
cual las diferencias que puedan surgir con motivo de reclamaciones
privadas de los extranjeros no justifican la intervención armada de los
gobiernos.

Acogida Americana

Desde finales del siglo XIX en diferentes países latinoamericanos fue


obligatorio incluir esta cláusula calva en los contratos con personas o
compañías privadas extranjeras.
En efecto la esencia de esta cláusula consiste en una Disposición insertada
en un contrato celebrado entre un extranjero y un gobierno en virtud de
la cual el extranjero se compromete a no acudir al gobierno de su
nacionalidad en busca de protección en caso de qie surja cualquier
conflicto relacionado con el contrato,

La mencionada Clausula despertó cierta reacción contraria acompañada


de la argumentación de que un particular no puede renunciar al derecho o
privilegio de su gobierno de proteger a sus ciudadanos en el extranjero.

ORIGEN HISTORICO

A principios de siglo Venezuela le hallo ante la imposibilidad de saldar las


deudas contraídas tiempo atrás con las principales potencias europeas,
por este motivo fue seriamente advertida por Inglaterra, Italia y
Alemaniaen1902: si no pagaba, se exponía a graves represalias.

En realidad, la intervención estaba prácticamente en marcha, pues antes


de lanzar sus amenazas, Alemania e Inglaterra consultaron la opinión de
los Estados Unidos, que fue resumida en un memorándum dirigido a
Alemania por el secretario de Estado, Hay, el 16 de diciembre de 1901:

<No garantizamos a ningún Estado contra la represión que su mala


conducta pudiera

acarrearle…=

En los últimos días de 1902 el ministro argentino en Washington, Garcia


Merou, comunico a su gobierno la agresión que se estaba urdiendo contra
Venezuela, y el Ministro de Relaciones Exteriores argentino. Luis María
Drago, fijo entonces una posición clara.

Ocupación estadounidense de la República Dominicana (1916-1924)

La primera ocupación estadounidense de la República Dominicana se


produjo entre 1916 y 1924. Fue una de las numerosas intervenciones en
América Latina realizadas por las fuerzas militares estadounidenses.
El 13 de mayo de 1916,3 el contraalmirante William Banks Caperton
obligó al secretario de Guerra de la República Dominicana Desiderio Arias,
quien había ocupado el cargo durante el gobierno de Juan Isidro Jimenes
Pereyra, a abandonar Santo Domingo bajo la amenaza de realizar un
bombardeo naval a la ciudad.

El primer enfrentamiento importante se produjo el 27 de junio de 1916,


en Las Trincheras, una posición defensiva utilizada durante mucho tiempo
por los ejércitos revolucionarios. Los dominicanos lo imaginaban tan
inexpugnable que lo llamaron "Verdún."4 Los infantes de marina utilizaron
artillería de campaña para bombardear las trincheras, ametralladoras
colocadas detrás de las tropas para sofocar el fuego de los rifles de los
rebeldes, y luego rápidos ataques de bayoneta para expulsar a los
rebeldes de las trincheras.5 Un enfrentamiento mayor ocurrió el 3 de
julio, en La Barranquita, cuando 80 dominicanos cavaron trincheras en dos
colinas que bloqueaban el paso a Santiago y mantuvieron el fuego de un
solo tiro contra las armas automáticas de los marines antes de que los
marines los expulsaran.4 En noviembre, Estados Unidos impuso un
gobierno militar al mando del contralmirante Harry Shepard Knapp.

Doctrina Tobar

Se llama así a la exhortación hecha en 1907 por el canciller de Ecuador,


doctor Carlos R. Tobar, en defensa de la legitimidad democrática, para que
los gobiernos de América Latina se abstuvieran, “por su buen nombre y
crédito”, de reconocer a los regímenes de facto surgidos de acciones de
fuerza.

La doctrina Tobar fue enunciada por el canciller ecuatoriano en una carta


dirigida el 15 de marzo de 1907 al cónsul de Bolivia en Bruselas, en la que
le decía que “las repúblicas americanas por su buen nombre y crédito,
aparte de otras consideraciones humanitarias y altruistas, deben
intervenir de modo indirecto en las discusiones intestinas de las repúblicas
del Continente. Esta intervención podría consistir, a lo menos, en el no
reconocimiento de los gobiernos de hecho surgidos de las revoluciones
contra la Constitución”.
Criticas

En una segunda conferencia sobre asuntos centroamericanos que se llevó


a cabo también en Washington, DC, del 4 de diciembre de 1922 al 7 de
febrero de 1923, las cláusulas de no admisión del Tratado de 1907 fueron
reiteradas y ampliadas en un nuevo Tratado General de Paz y Amistad, el
cual tuvo una duración de diez años y sustituía al anterior que no tuvo
fecha definida de expiración.

Esta doctrina produjo una respuesta muy poco favorable entre varios
líderes latinoamericanos de la época, recibió críticas en el sentido de que
era “intervencionista”, ante lo que el mismo Tobar replicó que “una
intervención convenida, no es propiamente intervención” y que, incluso,
“los autores mismos que no aceptan las intervenciones aisladas, las
aceptan cuando son hechas por varios países en colectividad” (Borja,
2018).

Lo contrario a la Doctrina Tobar es la mexicana Doctrina Estrada (1930),


que indica que cada pueblo tiene el derecho de establecer su propio
gobierno y de cambiarlo libremente y que, en consecuencia, no necesita el
reconocimiento de los demás para cobrar plena validez jurídica.

Aceptación entra las repúblicas de centro americano

Las repúblicas centroamericanas firmaron convenios, creando el Instituto


Pedagógico Centroamericano, la Agencia Centroamericana Internacional y
la Corte de Justicia Centroamericana (primer tribunal permanente de
Derecho Internacional en la historia y primer tribunal internacional de
derechos humanos).

Entre los tratados, el más importante que se firmó fue el Tratado General
de Paz y Amistad y, en una convención adicional al tratado general, un
artículo hizo ver que los representantes habían tomado en consideración
las ideas del canciller Tobar, al incorporar el espíritu de esa doctrina y
obligarse a “no reconocer a gobierno que en cualquiera de las cinco
repúblicas pudiese llegar al poder como consecuencia de un golpe de
Estado o de una revolución contra el gobierno reconocido, en tanto los
representantes elegidos libremente por el pueblo no hubieran
reorganizado constitucionalmente al país”. Asimismo, la Doctrina Tobar
fue también objeto de un segundo tratado firmado por los países
centroamericanos, en 1923.

Opinion del profesor Le Fur

Le Fur lo dice: "No hay duda que desde el punto de vista de la Codificación
el Derecho Internacional Americano está más avanzado que el nuestro,
gracias en buena parte a los esfuerzos del señor Álvarez, quien no ha
dejado de reclamar la reconstrucción del Derecho Internacional después
de la guerra".

En sus libros sobre la Codificación del Derecho Internacional, vuelve el


señor Álvarez a demostrar sus dotes de hombre de acción, presentando
proyectos e indicaciones claras y precisas. No le satisfizo la forma en que
presentaron sus trabajos los jurisconsultos brasileños, Epitacio Pessoa y
Rodríguez Pereira; porque eran proyectos con tendencia a un código
acabado y completo. Álvarez cree que se debe proceder más lentamente:
a) precisar los principios cientificos sobre los que haya acuerdo entre los
sabios y los gobiernos; b) seguir investigando para que los principios
cientificos orienten un campo de relaciones más y más vasto; c) codificar
las normas internacionales de carácter principalmente jurídico en las que
se ha llegado a cierta estabilidad; d) aplazar la codificación de las
cuestiones jurídicas en que se mezclan la política y la psicología.

Animado de estas ideas, presentó Álvarez a la Conferencia de Codificación


de La Haya dos importantes votos que fueron firmados por catorce
delegaciones y votados por unanimidad:

"La Conferencia desea que las próximas conferencias para la codificación


del Derecho Internacional tengan a su disposición nuevos trabajos
cientificos . . .La conferencia, deseando la mayor coordinación posible de
todos los esfuerzos para la codificación del Derecho Internacional, expresa
el voto que los trabajos emprendidos con este fin bajo los auspicios de la
Sociedad de las Naciones y los emprendidos por las Conferencias de los
Estados Americanos continúen en la más completa armonía".
Le Fur observa: "El señor Álvarez prefiere el término reconstrucción del
Derecho Internacional al de codificación internacional, observando, con
razón, que antes de tentar esta última, es urgente proceder a trabajos
preparatorios de orden cientifico sobre los datos generales de este
derecho. Desea también, ya que la codificación americana está más
adelantada que la europea, que un lazo se establezca entre las dos para
evitar toda oposición o contradicción

Criterios de la potesta costa acerca de los gobiernos de facto.

En un amplio sentido las críticas a la doctrina tobar giraban en torno al


sentido de que era "intervencionista", tobar explicaba que 'una
intervención convenida no es propiamente una intervención' y que,
incluso, los autores que no aceptaban las intervenciones aisladas la
aceptaban cuando sin hechas por varios paísesen
colectividad.

Aunque la doctrina, en principio, fue hecha con Buenas intenciones ha


sido sumamente criticada, incluso se tildó de contrarrevolucionaria.
Afirmaba César Sepúlveda que en 1907 varios países latinoamericanos la
adoptaron, sin embargo, dice que dicha doctrina no surtió efecto. El
norteamericano Charles Fenwich declaró que dicha doctrina era un medio
fe oponerse a las revoluciones. Es importante aclarar que aunque la
doctrina fue aceptada por los Estados Unidos y fue incorporada en el
tratado de Washington y casi todos los países latinoamericanos, fue
rechazada por otros como por ej: México, donde su ministro de relaciones
exteriores aportaba la doctrina de estrada.

Como fue el caso de la doctrina Wilson, o el colorario de Betancourt, la


doctrina Tobar fue aplicada en distintas épocas, como el caso de Costa
Rica al no reconocer el gobierno de los Tinocos por parte de algunos
gobiernos.

LAS CONFERENCIAS INTERNACIONALES Y LA DOTRINA TOBAR.

Los criterios expuestos en los citados proyectos adversos al


reconocimiento de los gobiernos de facto, no fueron considerados ni en la
Sexta Conferencia Internacional Americana de la Habana, de 1928, ni en la
Séptima Conferencia Internacional Americana de Montevideo, de 1933, a
las cuales les competia su conocimiento.

El profesor Carlos Sánchez y Sánchez, al comentar la suerte de los


proyectos precitados sobre el tema de los gobiernos de facto, en el seno
de la conferencia interamericana, expresa su opinión de que la Doctrina
del Dr. Tobar fué desconocida, al consagrarse en el art. 8 del Protocolo
Adicional Relativo a no intervención, votado por la Conferencia de
Consolidación de La Paz, de Buenos Aires, de 1936, la prohibición de
cualquiera de las Partes Contratantes, de intervenir, directa o
indirectamente o por cualquier motivo, en los asuntos interiores o
interiores de las otras. “Esta disposición conlleva – afirma el publicista
dominicano- el repudio de todo acto que signifique injerencia en las
cuestiones de política interna de los Estados, y, por consecuencia, un
desconocimiento de la Doctrina de Tobar”.

La doctrina Tobar no tuvo suerte en el seno de esta conferencia, y se


debió, primordialmente, a las circunstancias históricas del momento
debido a los empeños tesoneros perseguidos por casi todas las Repúblicas
Americanas, de asentar solidariamente, en el ámbito continental, un
criterio absoluto e inflexible, sobre la no intervención mediante la firma
unánime de un pacto multilateral.

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