Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Doctrina Jefferson
Se denomina así al pronunciamiento hecho en 1792 por Thomas Jefferson, entonces
Secretario de Estado de los Estados Unidos, en relación con la actitud del gobierno
estadounidense frente a los acontecimientos en Francia, que determinaron la muerte del
monarca y el establecimiento de la República.
“Va de acuerdo con nuestros principios determinar que un gobierno legítimo es aquel
creado por la voluntad de la nación, sustancialmente declarada”.
“Evidentemente, no podemos negar a ninguna nación ese derecho sobre el cual nuestro
propio gobierno se funda: que cualquier nación puede gobernarse en la forma que le
plazca, y cambiar esa forma a su propia voluntad; y puede llevar sus negocios con
naciones extranjeras
La idea principal es que el gobierno de ese país, consideraba que era su deber en ese
momento notificar tanto al gobierno de la república China como al gobierno imperial
japonés, que no puede admitir la legalidad de cualquier situación “de facto”, ni tenía la
intención de reconocer tratados o acuerdos concluidos por los gobiernos o sus agentes,
que puedan dañar a los derechos adquiridos por tratados por los Estados Unidos o sus
ciudadanos en China, no reconociendo tratado, situación o acuerdo que sean contrarios a
las estipulaciones y obligaciones del Pacto de París de 1928. En pocas palabras, Estados
Unidos no aceptará una situación ilegal en su origen y donde el Derecho internacional
bien aplicado, no podría reconocer. La doctrina Stimson fue reconocida por otros actos
internacionales, como lo fue una resolución de la Asamblea de la Sociedad de Naciones
dos meses más tarde de su emisión, el Pacto argentino de no agresión y conciliación de
1933, por la VIII conferencia panamericana de 1938 y por la propia Carta de Bogotá de
1948. Incluso México la retomó en su particular interpretación cuando se negó a dar
reconocimiento a la intervención en Absinia (Etiopía) por parte de Italia, en violación al
artículo 10 del Pacto de París de 1928.
Doctrina Monroe
Fue formulada durante la presidencia de James Monroe –por el secretario de Estado y
futuro presidente John Quincy Adams– en 1823. Establecía que cualquier intervención de
los europeos en América sería vista como un acto de agresión que requeriría la
intervención de los Estados Unidos de América. La doctrina fue concebida por sus
autores, en especial Adams, como una proclamación de los Estados Unidos de su
oposición al colonialismo frente a la amenaza que suponía la restauración monárquica en
Europa y la Santa Alianza tras las guerras napoleónicas.
Theodore Roosevelt fue, en el siglo XX, uno de los primeros en darle un nuevo sentido a
la Doctrina Monroe en su famoso y conocido Corolario Roosevelt, cuyo objetivo era
Ascencio Perez Antonia
Derecho Internacional Publico
Doctrina Drago.
Doctrina Wilson.
Es una recapitulación de la doctrina Tobar hecha por el presidente Woodrow Wilson de
Estados Unidos a raíz de ciertos acontecimientos surgidos durante el proceso de la
Revolución Mexicana de principios del siglo XX. El presidente Francisco Madero fue
derrocado en 1913 por su ministro de guerra, el general Victoriano Huerta, y asesinado
mientras se encontraba bajo su custodia. México entero se estremeció por el crimen,
cuyos artífices fueron el viejo y astuto general, que había traicionado al presidente, y el
alcohólico embajador estadounidense en México, Henry Lane Wilson.
El presidente Wilson se negó a reconocer al nuevo gobierno. Dijo que “no podemos
experimentar simpatía por los que tratan de apoderarse del poder del gobierno, en
beneficio de sus intereses o ambiciones personales. Somos amigos de la paz, pero
sabemos que en estas circunstancias no puede haber una paz duradera o estable”.
Las palabras del gobernante norteamericano conformaron la llamada doctrina
Wilson sobre el no reconocimiento de ciertos gobiernos de facto, que fue aplicada durante
el período comprendido entre 1913 y 1931 por Estados Unidos en sus relaciones con los
otros países del continente.
En el mismo año de 1913, el secretario de Estado William Jennings Bryand explicó esta
doctrina y dijo que “el único propósito de los Estados Unidos es asegurar la paz y el orden
en la América Central, tratando de que el proceso de su autonomía no se interrumpa ni
sea dejado de lado. Usurpaciones como las llevadas a cabo por el general Huerta
amenazan más que cualquier otra cosa la paz y el desarrollo de América. No sólo
imposibilitan la evolución normal de la autonomía y del gobierno, sino que además
influyen para destruir la vigencia de las reglas de Derecho, poner bajo un riesgo constante
las vidas y fortunas de los ciudadanos y de los extranjeros, invalidar contratos y
concesiones en la forma que el usurpador considere más conveniente para sus propios
Ascencio Perez Antonia
Derecho Internacional Publico
intereses y desprestigiar tanto el crédito nacional como los mismos cimientos del comercio
nacional o extranjero. Los Estados Unidos se proponen, en consecuencia, combatir y
derrotar estas usurpaciones en todos los países en que se produzcan”.
Años más tarde el gobierno norteamericano abandonó la doctrina Wilson. El 6 de febrero
1931 el secretario de Estado Henry Stimson, al dirigirse al Consejo de Relaciones
Exteriores con sede en Nueva York, expresó que “esta Administración se negó a
continuar con la política de Wilson y ha seguido con la práctica anterior que fuera
adoptada por todos los gobiernos, a partir de Jefferson. Tan pronto como nuestros
representantes diplomáticos nos informaron que los nuevos gobiernos de Bolivia, Perú,
Argentina, Brasil y Panamá controlaban la maquinaria administrativa del Estado, con la
aceptación aparente del pueblo, y que tenían voluntad y también aparente capacidad para
dar cumplimiento a sus obligaciones internacionales y convencionales, los mismos fueron
reconocidos por nuestro gobierno. Y considerando el estado de depresión económica, con
la consiguiente necesidad de adopción de medidas rápidas para contribuir a la
estabilización, acordamos nuestro reconocimiento lo más rápidamente posible, a fin de
dar a esos países, tan abrumados, las mejores oportunidades para que recuperen su
poderío económico. Esta ha sido la política que hemos adoptado en todos los casos en
que la práctica internacional no estaba afectada, o controlada, por tratados preexistentes”.
Doctrina Tobar
Se llama así a la exhortación hecha en 1907 por el canciller de Ecuador, doctor Carlos R.
Tobar, en defensa de la legitimidad democrática, para que los gobiernos de América
Latina se abstuvieran, “por su buen nombre y crédito”, de reconocer a los regímenes de
facto surgidos de acciones de fuerza.
La doctrina Tobar fue enunciada por el canciller ecuatoriano en una carta dirigida el 15 de
marzo de 1907 al cónsul de Bolivia en Bruselas, en la que le decía que “las repúblicas
americanas por su buen nombre y crédito, aparte de otras consideraciones humanitarias y
altruistas, deben intervenir de modo indirecto en las discusiones intestinas de las
repúblicas del Continente. Esta intervención podría consistir, a lo menos, en el no
reconocimiento de los gobiernos de hecho surgidos de las revoluciones contra la
Constitución”.
Ante ciertas críticas que recibió su doctrina, en el sentido de que era “intervencionista”,
Tobar replicó que “una intervención convenida no es propiamente intervención” y que,
incluso, “los autores mismos que no aceptan las intervenciones aisladas las aceptan
cuando son hechas por varios países en colectividad”.
La doctrina Tobar tuvo inmediata resonancia. Y en el mismo año de 1907 los gobiernos de
los Estados centroamericanos firmaron un tratado por el que se obligaron a no reconocer
a “gobierno que en cualquiera de las cinco repúblicas pudiese llegar al poder como
consecuencia de un golpe de Estado, o de una revolución contra el gobierno reconocido,
en tanto los representantes elegidos libremente por el pueblo no hubieran reorganizado
constitucionalmente al país”.
Ascencio Perez Antonia
Derecho Internacional Publico
Los principios de la doctrina Tobar fueron también acogidos por el presidente Woodrow
Wilson de los Estados Unidos de América y aplicados en los casos de los gobiernos de
facto surgidos en México, con el general Victoriano Huerta que derrocó al presidente
Francisco Madero en 1913, y en Costa Rica con el general José Federico Tinoco en 1917.
En contraposición a la doctrina Tobar surgió en 1930 la que sostuvo que cada pueblo
tiene el derecho de establecer su propio gobierno y de cambiarlo libremente y que, en
consecuencia, no necesita el reconocimiento de los demás para cobrar plena validez
jurídica, reconocimiento que, de otro lado, implicaría una indebida intervención de un
Estado en los asuntos internos de otro.
Doctrina Estrada.
El artículo 89 de nuestra Carta Magna en su fracción X establece los principios bajo los
cuales el jefe de Estado conducirá las relaciones internacionales de México, y a la letra
dice:
Dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, así como terminar, denunciar,
suspender, modificar, enmendar, retirar reservas y formular declaraciones interpretativas
sobre los mismos, sometiéndolos a la aprobación del Senado. En la conducción de tal
política, el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos: la
autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de
controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones
internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el
desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por
la paz y la seguridad internacionales; …
México es un país que pugna por el camino de la paz para solventar las diferencias que
se susciten tanto al interior como al exterior de sus fronteras. A lo largo de su historia,
nuestra nación se ha caracterizado por privilegiar el respeto y el diálogo en las relaciones
internacionales e incluso ha fungido como mediadora en algunos conflictos entre países
de América Latina –se recuerdan la firma de los Acuerdos de Paz de Chapultepec el 16
de enero de 1992, con los cuales finalizó la guerra civil en el Salvador y la creación, a
iniciativa mexicana, del Grupo Contadora junto con Colombia, Venezuela y Panamá; cuyo
fin fue promover la paz en Centroamérica en 1983.
La Doctrina Estrada, dada a conocer el 27 de septiembre de 1930 durante el mandato de
Pascual Ortiz Rubio, fue producto de las reflexiones de Genaro Estrada Félix, quien en
ese momento era el Secretario de Relaciones Exteriores. Sus postulados contemplan
algunas directrices mediante las cuales México se presentaría en el plano internacional:
por un lado, se pronunció en contra del colonialismo y el abuso del poder, la explotación
económica y el intervencionismo de las potencias europeas y de Estados Unidos,
específicamente en países de América Latina y por el otro, exploró la posibilidad de
vincular a nuestro país con otras naciones para generar principios y premisas compartidas
sobre el ejercicio de la política exterior.
La Doctrina Estrada hace énfasis en el principio de la no intervención; al respecto Genaro
Estrada comentó: “México se limita a mantener o retirar, cuando lo considere procedente
a sus agentes diplomáticos […] sin calificar, ni precipitadamente, ni a posteriori, el
Ascencio Perez Antonia
Derecho Internacional Publico
derecho que tengan las naciones extranjeras para aceptar, mantener o sustituir a sus
gobiernos o autoridades”.
Tal postulado refiere al respeto irrestricto de la autonomía e independencia de las otras
naciones, reflejadas en la facultad de elegir libremente la forma de gobierno en atención a
su propia cultura e idiosincrasia, sin injerencias o intervenciones de ningún tipo por parte
de Estados extranjeros.
En buena medida la Doctrina Estrada se consolidó durante los gobiernos
posrevolucionarios, debido a la necesidad que se tuvo de limitar o erradicar las injerencias
de otros países en el desarrollo de la política interior mexicana, como ocurriera durante la
construcción de la república en el convulso siglo XIX. No fue sino hasta el sexenio de
Miguel de la Madrid cuando se propuso elevar las premisas fundamentales de política
exterior a rango constitucional.
El 9 de noviembre de 1987 la Cámara Alta del Congreso discutió la iniciativa enviada por
el presidente; en esta se argumentó que México, ante los conflictos surgidos en un Estado
extranjero, entiende que ningún interés externo está legitimado para imponer su
voluntad y además:
Por el papel que México desempeña en el contexto internacional y la manera firme y
perseverante con la que el país ha venido sustentando los principios esenciales de la
política exterior, resulta importante que éstos figuren en el texto de la ley fundamental.
Ciertamente, dichos principios son coincidentes con el espíritu del constituyente; empero,
la trascendencia que tiene la política exterior para el Estado mexicano exige que la
incorporación sea explícita.
De esta manera, los principios de la Doctrina Estrada se elevaron a rango constitucional
de manera oficial el 11 de mayo de 1988, fecha en que se publicaron en el Diario Oficial
de la Federación las modificaciones constitucionales del artículo 89 fracción X;
posteriormente, con el trascendental paquete de reformas de 2011, a los aspectos
fundamentales de política exterior se agregó el respeto, protección y promoción de los
derechos humanos.
Doctrina Ordaz
se forma en el año de 1969 por el Secretario de Relaciones Exteriores Carrillo Flores en
el sexenio del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, (de ahí el nombre de Doctrina Díaz Ordaz)
Doctrina la cual habla sobre el continuar con las relaciones entre otros paises
independientemente de su ideología, firma de gobierno, legitimación, si están en guerrilla,
su posición etc.
El punto de esta doctrina es que siempre deben de existir relaciones sin prejuicios, es
decir, imparcialidad en la toma de decisiones, e independientemente de que haya una
guerrilla entre dos Estados no tomar parte de ninguno y seguir con las relaciones entre
cada pais actuando por decirlo de alguna forma como un País neutral.
Carrillo Flores toma la Doctrina Estrada para generar esta Doctrina, la cual la diferencia
que tienen la tienen, en cuanto a su aplicación.
Ascencio Perez Antonia
Derecho Internacional Publico
Si en la guerra fría en el aislamiento que EU le genero a Cuba, México hubiera aplicado la
Doctrina Estrada, este hubiera tomado partido en ''no estar de acuerdo con dicho bloqueo,
independientemente de los problemas que hubieran dentro de la guerra fría''. Por el otro
lado, tomando en cuenta la Doctrina Díaz Ordaz México lo que hizo fue entre comillas, ser
imparcial no apoyar a ninguno de los dos Países, pero sin dejar de tener ''buenas
relaciones diplomáticas con ambos''. Cosa que en esa época me pareció bastante
prudente por parte del Secretario de Relaciones Exteriores ya que por ningún motivo es
bueno hacerse de enemigos por conflictos ajenos... La imparcialidad en mi punto de vista,
aunque parezca una posición cobarde, es la posición más cómoda y coherente en
relaciones de Derecho Internacional.
Sin embargo, deje entre comillas buenas relaciones diplomáticas con ambos debido a
que, como ya es conocido en nuestro país, México terminó dando un poco más de apoyo
a EU que es nuestro padre económico, es el país que nos mantiene, nos controla, por ello
''hipócritamente'' México en cada decisión que toma tiene que irse con cuidado si va en
contra de Estados Unidos o si actúa imparcialmente.