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La Evaluación en Psicología Clínica
La Evaluación en Psicología Clínica
psicología clínica
PID_00247477
Cristina Giménez García Antoni Baena García Pedro Salmerón Sánchez Rubén Nieto Luna
Doctora en Psicología por la Uni- Doctor en Investigación Psicológi- Doctor en Psicología por la Uni- Doctor en Psicología Clínica y de
versidad Jaume I y especialista en ca por la Universidad Ramon Llull, versidad Jaume I y miembro del la Salud por la Universidad de Bar-
Psicología Clínica de la Salud, pro- y especialista en el tratamiento y equipo de investigación Psicolo- celona. Profesor responsable a la
fesora del Departamento de Psico- control del tabaquismo con más gía de la Salud: Prevención y Tra- Universitat Oberta de Catalunya,
logía Básica, Clínica y Psicobiolo- de veinte años de experiencia. In- tamiento de la misma universidad. donde coordina asignaturas del
gía, y miembro del equipo de in- vestigador y gestor de proyectos Actualmente, compagina su ac- Área de Personalidad, Evaluación y
vestigación Psicología de la Salud: de la Unidad de Control del Taba- tividad docente universitaria con Tratamientos Psicológicos.
Prevención y Tratamiento. co del Instituto Catalán de Onco- la práctica clínica en Lambda Va-
logía, principalmente en proyectos lencia, en los ámbitos de la pro- Sus principales intereses en cuanto
de asesoramiento y formación de moción de la salud sexual y la pre- a la investigación son la psicología
profesionales y de uso de las TIC vención primaria y secundaria de de la salud, y más concretamente
en el control y la mejora de la sa- la infección por VIH, hepatitis C y el dolor crónico, y la aplicación de
lud. otras ETS, y de la intervención psi- las nuevas tecnologías en psicolo-
cológica con personas que viven gía clínica y de la salud.
con VIH.
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© FUOC • PID_00247477 La evaluación en psicología clínica
Índice
Introducción............................................................................................... 7
1. Trastornos depresivos....................................................................... 9
1.1. Características clínicas ................................................................ 9
1.2. Epidemiología .............................................................................. 9
1.3. Modelos explicativos ................................................................... 11
1.3.1. Modelos biológicos ........................................................ 11
1.3.2. Modelos conductuales ................................................... 11
1.3.3. Modelos cognitivos ........................................................ 12
1.4. Depresión mayor ......................................................................... 13
1.4.1. Características ................................................................ 13
1.5. Trastorno por depresión persistente (distimia) ........................... 15
1.5.1. Características ................................................................ 15
1.6. Evaluación de la depresión ......................................................... 17
1.6.1. Premisas para la evaluación ........................................... 17
1.6.2. Herramientas de evaluación .......................................... 18
3. Trastornos de ansiedad..................................................................... 31
3.1. Características clínicas ................................................................ 31
3.2. Epidemiología .............................................................................. 32
3.3. Modelos explicativos ................................................................... 33
3.4. Fobia específica ........................................................................... 34
3.4.1. Características ................................................................ 34
3.4.2. Modelos explicativos ..................................................... 34
3.5. Desorden de ansiedad social (fobia social) ................................. 35
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4. El trastorno obsesivo-compulsivo.................................................. 48
4.1. Características clínicas ................................................................ 48
4.2. Epidemiología .............................................................................. 49
4.3. Modelos explicativos ................................................................... 50
4.4. Evaluación ................................................................................... 51
4.4.1. Premisas de evaluación .................................................. 51
4.4.2. Herramientas de evaluación .......................................... 52
6. Trastornos de personalidad............................................................. 66
6.1. Características clínicas ................................................................ 66
6.2. Epidemiología .............................................................................. 67
6.3. Modelos explicativos ................................................................... 68
6.4. Características específicas de los trastornos de personalidad ...... 70
6.4.1. Trastorno paranoico de la personalidad ........................ 70
6.4.2. Trastorno esquizoide de la personalidad ....................... 70
6.4.3. Trastorno esquizotípico de la personalidad ................... 71
6.4.4. Trastorno antisocial de la personalidad ......................... 72
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Bibliografía................................................................................................. 83
© FUOC • PID_00247477 7 La evaluación en psicología clínica
Introducción
Cualquier proceso de evaluación tiene una cierta complejidad, pero las carac-
terísticas que definen algunos cuadros clínicos transformarán el proceso de
evaluación en psicología clínica en un reto para el terapeuta. Con el fin de
abordarlo de manera eficaz, resulta ineludible conocer las principales caracte-
rísticas de los cuadros clínicos, así como de aquellos factores que podrían estar
relacionados con su aparición y mantenimiento. Por este motivo, y en línea
con los criterios propuestos en la última versión del DSM (DSM-5), a lo largo
de este módulo se describe la sintomatología de los trastornos psicológicos que
demandan atención clínica con más frecuencia, como son los problemas del
estado de ánimo, los problemas de ansiedad, el trastorno obsesivo-compulsi-
vo, algunos trastornos relacionados con el estrés y los problemas de personali-
dad. También se hace un resumen de la epidemiología y se describen los prin-
cipales modelos con los cuales se ha conseguido incrementar la comprensión
de problemas tan graves como la depresión.
Por otro lado, resulta fundamental combinar diferentes herramientas que nos
permitan conocer de manera comprensiva la realidad de los pacientes. Por este
motivo, además de incluir algunas premisas necesarias para la evaluación en la
psicología clínica, se han introducido instrumentos de evaluación de diferente
naturaleza, como por ejemplo las entrevistas, los autoinformes y los autore-
gistros. Todos estos instrumentos han demostrado su validez en la evaluación
de los diferentes trastornos; cabe señalar que la mayoría están basados en la
sintomatología incluida en el DSM-IV-TR, dado que actualmente no dispone-
mos de instrumentos adaptados a los cambios del DSM-5.
Debemos tener en cuenta que cada proceso de evaluación será diferencial se-
gún la situación de cada paciente, más allá de que se pueda presentar el mis-
mo cuadro psicológico. Así, las pautas que a continuación se presentan, fruto
de la experiencia clínica y validada empíricamente, son una guía que busca
facilitar la comprensión y la actuación en el proceso de evaluación, que, en
cada situación, deberá adecuarse al contexto de actuación.
© FUOC • PID_00247477 8 La evaluación en psicología clínica
Con este módulo se busca introducir a los alumnos en los principios de evalua-
ción de la psicología clínica a partir de algunos de los trastornos más relevan-
tes. En concreto, se quiere mejorar el conocimiento sobre la caracterización
clínica de los diferentes problemas, así como analizar las hipótesis etiológicas
y reflexionar sobre las principales herramientas de evaluación disponibles.
© FUOC • PID_00247477 9 La evaluación en psicología clínica
1. Trastornos depresivos
1.2. Epidemiología
Los trastornos depresivos son, sin duda, un problema de fuerte impacto a es- Enlace recomendado
cala mundial, puesto que llegan a afectar a trescientos millones de personas.
Recomendamos consultar
Su prevalencia varía según el país de referencia, y en España es inferior a la de la web de la OMS-Europa:
otros países europeos. En línea con la Oficina Europea de la OMS, podemos http://www.euro.who.int.
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decir que una de cada quince personas sufre cada año un episodio de DM en
Europa. Según el mismo organismo, tres de cada cuatro personas con depre-
sión no reciben un tratamiento adecuado.
Combatir la depresión
La atención de los trastornos depresivos requiere una clara atención por su elevada
prevalencia y su impacto. Como profesionales, desde el punto de vista social debe-
mos incrementar la conciencia sobre estos problemas, así como contribuir a la reduc-
ción del estigma que muchas veces generan estos diagnósticos. Desde el punto de vis-
ta político, son necesarias estrategias y directrices encaminadas al tratamiento adecua-
do de estas problemáticas y a su prevención. Un ejemplo en este sentido son las po-
líticas europeas de salud mental (disponibles en: http://www.euro.who.int/__data/as-
sets/pdf_file/0004/194107/63wd11e_MentalHealth-3.pdf?ua=).
• Algunas personas pueden pensar que lo que les pasa acabará mejorando
solo con el paso del tiempo (hecho que resulta peligroso, dado que suele
ser precisamente lo contrario).
• Estrés crónico.
Uno de los primeros autores en abordar la depresión desde los modelos con-
ductuales fue Fester (1973) al relacionar la depresión con el condicionamiento
operante. La depresión se originaría porque la persona pierde refuerzos posi-
tivos (se eliminan por completo o se reduce su frecuencia) sobre conductas
que anteriormente eran reforzadas. Posteriormente, Lewinshon (1974), sobre
la base del modelo de Fester, introdujo el contexto social (en el cual la persona
establece sus relaciones familiares, laborales, etc.) como elemento fundamen-
tal. Según este autor, el número total de refuerzos positivos que recibiría una
persona dependería de:
Ejemplo
Dentro de los modelos cognitivos, uno de los más relevantes es el de Beck (Beck
et al., 1983), que pone el punto de mira en las distorsiones cognitivas como
proceso central para el desarrollo de los trastornos depresivos. Las distorsiones
cognitivas pasarían casi automáticamente, y la persona acabaría guiando su
vida a partir de ellas sin cuestionarlas (en parte por aparecer de manera auto-
mática y casi inadvertida para la persona). Uno de los elementos más impor-
tantes del modelo es el concepto de tríada cognitiva, mediante el cual Beck
argumenta que las personas con problemas de estado de ánimo hacen una
valoración negativa de su contexto personal sobre la base de un pensamiento
negativo en tres dimensiones:
Ejemplo
Ingrid se siente muy triste, según explica a su psicólogo. Ella no sabe a qué se debe, pero
gracias a las preguntas de su psicólogo se da cuenta de que su manera de ver las cosas
está muy influenciada por pensamientos negativos distorsionados. Estos aparecen casi
sin que ella se dé cuenta y son del tipo “No valgo para nada”, “No solo lo hago todo mal,
además es muy complicado hacer las cosas bien”, “No conseguiré superarlo”.
© FUOC • PID_00247477 13 La evaluación en psicología clínica
1.4.1. Características
Ejemplo
Lola tiene cuarenta y cinco años y, según nos explica su hija, hace unos días que no
se levanta de la cama. La situación ha empeorado tanto que han decidido pedir ayuda.
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Desde hace dos meses ha notado muchos cambios. Dice que ha perdido mucho peso
porque come menos y que, por la noche, no puede dormir. Se despierta muy temprano y
se queda en la cama, a veces, temblando. Ha dejado de practicar sus aficiones y de quedar
con sus amigas e, incluso, ha dejado de acudir a las reuniones familiares. Antes disfrutaba
de todo esto y ahora dice que no tiene ningún sentido para ella y que, incluso, le falta
energía. También le da la sensación de que anda y habla más despacio.
Le cuesta concentrarse, por lo que ha dejado de ver películas y leer libros. Hace unos días
le dijo que su vida no tenía sentido y que la familia estaría mejor sin ella porque solo les
causaba problemas. También le dijo que se sentía hundida pero que era incapaz de llorar.
Por otro lado, desde el punto de vista cognitivo puede aparecer sensación de
inutilidad (tal como le pasaba a Lola) y culpabilidad, que, asociada con el epi-
sodio de depresión mayor, puede incluir una excesiva valoración, preocupa-
ción o ruminación de errores menores del pasado. Muchas personas comen-
tan tener dificultades para pensar, concentrarse o tomar decisiones. Los pen-
samientos de muerte, ideación suicida o intentos de suicidio son comunes,
de modo que es un tema que debe ser tratado muy seriamente y de manera
preventiva.
© FUOC • PID_00247477 15 La evaluación en psicología clínica
Además de todo esto, para caracterizar la depresión mayor hay que distinguir
el cuadro clínico de otros trastornos que podrían compartir similitudes. En
línea con el DSM-5 (2013) y tal como se ha comentado, este trastorno no de-
bería confundirse con episodios de tristeza o problemas adaptativos que cur-
sen con humor depresivo. Asimismo, dada la variedad de manifestaciones que
engloba, hay que diferenciarlo de los episodios maníacos y del trastorno por
déficit de atención por hiperactividad. Y, como sucede en otros problemas,
habrá que indagar si el consumo de sustancias u otras condiciones médicas
podrían favorecer el cuadro clínico.
1.5.1. Características
Ejemplo
Carlos explica que, desde hace al menos tres años, se siente más triste que antes. Parece
que le haya disminuido la ilusión por muchas cosas y que le cueste concentrarse más en
los estudios. Se sigue esforzando y sigue yendo a clase, porque para él es muy importante
llegar a ser un buen enfermero. Siempre ha sido buen estudiante y va pasando el curso
pero no con las notas que le gustaría tener. También reconoce que, a temporadas, come
más de la cuenta y le cuesta coger el sueño. Tiene la sensación de que su vida va pasando
y que no se siente completamente feliz con nada de lo que le va pasando. Sus amigos y
familiares siempre le insisten en que tiene que intentar esforzarse para hacer cosas que
le hagan estar contento; pero él no ve la manera de lograrlo y, según comenta, “no le
apetece”, y además se siente incapaz de decidir qué cosas hacer.
que cumplen los criterios de depresión mayor durante dos años pueden ser
diagnosticadas también de distimia. Durante los periodos de humor depresi-
vo, tienen que estar presentes al menos dos de los síntomas siguientes:
Estos síntomas deben permanecer durante dos años y los intervalos asintomá-
ticos no tienen que durar más de dos meses.
En el proceso de evaluación de las personas con trastornos depresivos hay que Bibliografía
enmarcar las experiencias personales y sociales que describen, dado que sus recomendada
patrones cognitivos suelen estar sesgados por una visión negativa y pesimista A modo de ejemplo ofrece-
del contexto y de ellos mismos. Por este motivo, para conseguir una visión mos algunos recursos de uti-
lidad que pueden ayudar a
global de los sucesos resulta necesario contrastar la información con ejemplos ampliar conocimientos a
quienes estén interesados en
y detalles que describan de manera específica lo que los pacientes relatan. El
esta temática:
riesgo y la conducta suicida merecen un apunte, puesto que los trastornos de- “Assessment of sucide risk
presivos, especialmente la depresión mayor, se asocian con niveles de morta- in people with depression”.
Guía clínica desarrollada
lidad elevados. Por eso se han creado múltiples guías de evaluación del riesgo por el Oxford’s Centre for
Suicide Research: http://
suicida, desarrolladas por diferentes instituciones. cebmh.warne.ox.ac.uk/csr/
clinicalguide/docs/assess-
ment-of-suicide-risk--clini-
Una revisión exhaustiva se alejaría de los propósitos de nuestros materiales, cal-guide.pdf.
pero sí que nos gustaría destacar brevemente algunos factores relacionados “Protocolo para la detección
y manejo inicial de la idea-
con una mayor probabilidad de suicidio que hay que tener en cuenta: ción suicida”. Guía desarro-
llada por el Centro de Psico-
logía Aplicada de la Univer-
• Historia familiar de trastorno mental. sidad Autónoma de Madrid:
https://www.uam.es/centros/
• Historia previa de intento de suicidio (incluye autolesiones).
psicologia/paginas/cpa/pa-
• Historia familiar de suicidio o autolesión. ginas/doc/documentacion/
rincon/protocolo_ideacion_
• Depresión severa. suicida.pdf.
• Ansiedad.
• Sentimientos de indefensión.
• Trastorno de la personalidad.
• Abuso de sustancias.
• Sexo masculino.
• Presencia de enfermedad física.
• Exposición a conductas suicidas (directamente o a través de los medios de
comunicación).
• Alta reciente de un servicio de psiquiatría.
• Acceso a medios letales para cometer el suicidio.
• Duelo.
• Trauma reciente.
• Planificación de un plan específico para el suicidio.
• Presencia de cambios radicales en el comportamiento o estado de ánimo.
© FUOC • PID_00247477 18 La evaluación en psicología clínica
1)�Entrevista
2)�Herramientas�estandarizadas
Inventario�de�depresión�de�Beck-II�(BDI)
El BDI-II consta de veintiún ítems, para los cuales la persona tiene que señalar
la afirmación que mejor indique su situación en las dos últimas semanas de
entre las cuatro afirmaciones disponibles (dos de los veintiún ítems tienen sie-
te opciones de respuesta, en lugar de cuatro). Se puede administrar en adultos
y adolescentes a partir de trece años. Los puntos de corte para la puntuación
total son:
Escala� de� depresión� de� Hamilton� (Hamilton� Depression� Rating� Scale� o Lectura recomendada
HDRS)
Para tener información ex-
tensa sobre las versiones es-
Igual que el BDI, puede ser utilizada con el objetivo de evaluar cuantitativa- pañolas y disponer, además,
de los ítems y la valoración
mente la intensidad de la depresión, así como para evaluar su evolución. Aun- de cada uno de ellos, se pue-
de consultar:
que hay varias versiones, la más recomendada quizá es la de diecisiete ítems.
J. Bobes, A. Bulbena, A. Lu-
La original estaba formada por veintiuno, y hay una más breve de seis ítems, que, R. Dal-Ré, J. Ballesteros,
que aborda los síntomas más nucleares. N. Ibarra, y el Grupo de vali-
dación en español de las es-
calas psicométricas (GVEEP)
(2003). Evaluación psicomé-
Es una escala diseñada inicialmente para ser valorada por parte del profesio- trica comparativa de las ver-
nal, heteroadministrada, que requiere treinta minutos aproximadamente para siones en español de 6, 17 y
21 ítems de la Escala de valo-
rellenarla; aunque esto la sitúa en desventaja en relación con el BDI-II. Los ración de Hamilton para la
puntos de corte son: evaluación de la depresión.
Medicina Clínica, 120(18),
693-700.
• Puntuaciones inferiores a 7: ausencia de depresión.
• Puntuaciones entre 8 y 13: depresión leve.
© FUOC • PID_00247477 21 La evaluación en psicología clínica
3)�Autorregistros
y hay que consensuar qué significa cada una de las palabras. De este modo,
evitaremos malentendidos. Así mismo, incluir gradaciones de intensidad (por
ejemplo, de 0 a 10) para delimitar si el pensamiento es más o menos creíble o la
emoción más o menos intensa, también ayudará a matizar el contenido. Dis-
minuir en dos puntos la intensidad de la tristeza de una persona con depresión
mayor es un gran avance, a pesar de que cuantitativamente parezca menor.
Habrá que incluir en los autorregistros aquella información que facilite una
comprensión global de la casuística de la persona, como por ejemplo:
• Las emociones experimentadas, pues, tal como hemos dicho, las manifes-
taciones afectivas de la depresión pueden ser múltiples y hay que conocer
si la persona expresa su malestar mediante la ira o la tristeza para ajustar
las intervenciones e, incluso, el uso otros instrumentos. Por supuesto, se-
rá fundamental conocer la intensidad para detallar la evolución del tras-
torno.
Si bien los registros son una herramienta terapéutica muy útil, hay que ser
consciente de que suponen un reto importante para las personas, en particular
para aquellas que tienen depresión mayor. Por este motivo, sobre todo en las
primeras sesiones, hay que consensuar un formato que sea viable y que no
suponga un esfuerzo tan elevado que la propia persona no llegue a hacerlo.
En este caso, habría que recordar la importancia que tiene para el progreso
terapéutico y reforzar cada paso, siendo empático con el esfuerzo cognitivo y
emocional que la persona está realizando.
© FUOC • PID_00247477 23 La evaluación en psicología clínica
2.2. Epidemiología
Tal como recoge Zamora (2013), la herencia parece jugar un papel importante
en el trastorno bipolar. De hecho, se da una tasa significativamente superior
de trastorno bipolar en los familiares de primer grado de personas con este
trastorno; incluso en estudios con gemelos monozigóticos se ha encontrado
una concordancia del 70-90 %, que baja al 16-35 % en los dizigóticos. Se han
estudiado principalmente los cromosomas 18q y 22q, y como posible sustrato
neurobiológico se ha propuesto la desregulación en la modulación del circui-
to prefrontal y del sistema límbico (Uribe y Zorrilla, 2009). Recientemente, se
ha prestado atención a la disminución en el funcionamiento del eje hipotalá-
mico-pituitario-adrenal, que se encuentra en el trastorno bipolar en todas sus
periodos, incluso en los asintomáticos (Garcia-Blanco et al., 2014).
En línea con Beck (1976), las personas con manía presentan un patrón de pen-
samiento desadaptativo que dificulta un análisis adecuado de la información
sobre ellas mismas, el entorno y el futuro. En este contexto, se producen una
serie de esquemas disfuncionales que, a diferencia de la depresión, se focalizan
de manera sesgada en aspectos positivos, lo que eleva la autoestima y la auto-
confianza (Sanz y Vazquez, 1995). De este modo, los errores cognitivos propios
de su teoría (por ejemplo, el pensamiento dicotómico, la generalización o la
abstracción selectiva) dirigen la interpretación de los sucesos hacia una visión
positiva que no se corresponde con la realidad. Por ejemplo, una persona con
cuadro de manía podría presuponer siempre que tiene la razón porque en un
caso se la han dado. En consecuencia, los pacientes con manía prestan más
atención a las experiencias positivas y las recuerdan de forma selectiva, confi-
gurando la tríada cognitiva positiva: percepción extremadamente positiva de
uno mismo, el mundo se ve ausente de obstáculos y positivo, de forma que se
prevé un futuro muy optimista. Beck no desarrolló ninguna formulación que
relacionara su teoría de la depresión y de la manía y que explicara la aparición
de uno u otro episodio o su alternancia. Para las fases depresivas, se utilizarían
los modelos explicativos de los trastornos depresivos ya presentados anterior-
mente.
2.4.1. Características
Ejemplo
Jaime tiene cuarenta años y va a consulta motivado por sus familiares. Sin embargo, dice
que se siente bien y piensa que los otros no están preparados para escuchar la verdad.
Durante tiempo ha sido una persona paciente y ha aguantado muchas cosas de sus com-
pañeros de trabajo, pero ahora se siente con suficiente confianza para decir aquello que
no le parece bien. Está totalmente seguro de que tiene razón y se siente con la capacidad
de enfrentarse a quien sea. De hecho, ha discutido con su jefe y con el coordinador de
la sección. También dice que se siente lleno de energía, hace mucha más actividad física
de lo que es habitual y parece que necesita dormir menos. Reconoce que su cabeza va a
mil por hora y, a veces, le cuesta ordenar todos sus pensamientos. Quizá por eso le cuesta
algo más de lo que es habitual concentrarse.
2.5.1. Características
Ejemplo
María hace tiempo que se siente diferente. Informa de que le diagnosticaron una depre-
sión mayor, pero ahora se siente muy bien con ella misma y cree que los otros no están
preparados para este cambio. Explica que ahora es mucho más activa que antes y recono-
ce que tiene tantas cosas en la cabeza que incluso le cuesta ver su serie preferida. Laura, su
© FUOC • PID_00247477 26 La evaluación en psicología clínica
pareja, le dice que ha cambiado mucho su carácter y su manera de actuar. Ella reconoce
que ahora se enfrenta más que antes a las injusticias que ve diariamente. Nos explica que
su pareja coarta su libertad. María se fue de compras y, según Laura, se gastó demasiado
dinero, así que discutieron. Nos explica que no es la única vez que lo hace, a pesar de
que nadie se haya dado cuenta.
2.6.1. Características
Ejemplo
Luis es un ciclón, según él mismo. A veces, tiene tanta energía e iniciativa que se apunta a
mil actividades y sale cada fin de semana con los amigos, además de hacer un montón de
deporte. En otros casos, se siente mucho más apagado y prefiere quedarse en casa. Parece
que, de repente, las actividades ya no lo motivan y está más inseguro. Su familia le dice
que tendría que intentar estabilizarse, a pesar de que estos cambios de actividad nunca
han interferido en su vida de manera notable. Cree que empezaron cuando comenzó la
universidad, pero aun así consiguió acabar la carrera como el resto de sus compañeros y
actualmente está buscando trabajo. Viene a la consulta porque se siente un poco desani-
mado y considera que le podría ir bien una ayuda.
Tal como sucede en este caso, según el DSM-5 (APA, 2013) la ciclotimia se
caracteriza por la confluencia de periodos con síntomas de hipomanía y pe-
riodos con síntomas depresivos durante al menos dos años. Así, las personas
informan tanto de manifestaciones expansivas, caracterizadas por la energía
y la autoconfianza, como de manifestaciones asociadas con la apatía, la falta
de energía o la anhedonia. Los intervalos libres de síntomas no tienen que
ser superiores a los dos meses y los síntomas deben aparecer durante la mayor
parte de los días. Habría que estar seguros de que el paciente no cumple los
criterios diagnósticos del trastorno de depresión mayor, manía o episodio hi-
pomaníaco y trastornos bipolar I y II.
© FUOC • PID_00247477 27 La evaluación en psicología clínica
2.7. Evaluación
2.7.2. Herramientas
1)�Entrevista
2)�Herramientas�estandarizadas
Escala�para�la�valoración�de�la�manía�por�clínicos�(EVMAC,�adaptación
en�Livianos�et�al.,�2000)
Escala� de� Young� para� la� evaluación� de� la� manía� (YMRS,� adaptación� en
Colom�et�al.,�2002)
Escala�de�manía�de�Bech-Rafaelsen�(Bech,�Rafaelsen�y�Kramp,�1978;�adap-
tada�por�Vieta�et�al.,�2008)
3)�Autorregistro
© FUOC • PID_00247477 30 La evaluación en psicología clínica
3. Trastornos de ansiedad
En esencia, para las personas la ansiedad es una respuesta adaptativa que ac-
tiva los mecanismos de defensa ante una posible situación de peligro. Pero se
puede volver problemática cuando el grado de activación es demasiado eleva-
do, no se corresponde con la situación real y perdura en el tiempo. En estos
casos, la ansiedad es desadaptativa y genera una interferencia que hace que
la persona acabe pidiendo ayuda (Sandín y Chorot, 2009a). A pesar de que la
sintomatología ansiosa puede acompañar a muchos de los trastornos psicoló-
gicos, solo en los trastornos de ansiedad el cuadro clínico está dominado por
la presencia de la ansiedad.
3.2. Epidemiología
En este proceso también son relevantes los mecanismos con los cuales las per-
sonas elaboran la información. Las personas con problemas de ansiedad sue-
len mostrar sesgos cognitivos (Antony y Barlow, 1997). En líneas generales, se
magnifica el potencial riesgo que conlleva el estímulo temido y se minimizan
las capacidades de la persona para gestionar la situación. En consecuencia, se
incrementa la triple respuesta de activación en los ámbitos motor, cognitivo
y fisiológico. En algunas situaciones, también se observa que la atención del
entorno puede constituir un factor de refuerzo para el mantenimiento de los
problemas (Fernández-Zúñiga y Cogolludo, 2012).
3.4.1. Características
Ejemplo
Laura no recuerda muy bien el momento, pero lo que no olvida es que desde que le
mordió aquel perro cuando era pequeña ya no puede estar tranquila ante estos animales.
Si ve que un perro se le acerca, cambia de acera, dado que el miedo se apodera de ella
durante más de una hora, incluso cuando el perro ya se ha ido y no lo tiene delante.
Taquicardia, ahogo y sudores son lo mínimo que experimenta.
Igual que otros trastornos de ansiedad, las fobias parecen estar relacionadas
con procesos multicausales en los cuales la genética, las variables psicológicas
y el ambiente resultan fundamentales (Antony y Barlow, 1997). Desde una vi-
sión conductual, como la del modelo bifactorial de Mowrer (1960), la fobia se
basaría en una asociación establecida entre un estímulo neutro y un estímulo
aversivo incondicionado que, debido al refuerzo negativo que supone la evita-
ción, no podría ser eliminada. De este modo, la escasa experiencia previa con
el objetivo temido y la conducta de evasión que la persona realizaría serían el
punto fundamental para mantener y exacerbar el miedo irracional.
3.5.1. Características
Ejemplo
Manuel no suele compartir su tiempo con muchas personas, pero lo peor de todo es que
este miedo a sentirse mal y que los otros lo juzguen ha hecho que cada día se aísle más. Ya
hace dos años que está así. Es un poco tímido e introvertido y no se siente cómodo cuando
se cree observado. El día que lo pasó peor fue hace unos diez años, en su graduación del
instituto, cuando le pidieron que hablara en la despedida de los compañeros, pero no
fue capaz. No le salía la voz, se ruborizó tanto que salió corriendo hacia el lavabo a llorar
y desahogarse. Cuando queda con su grupo de amigos está tranquilo y se siente muy
a gusto, pero cuando aparece gente nueva se queda cortado y, si puede, busca alguna
excusa para marcharse. Una cosa que no se puede quitar de la cabeza y que no para de
repetirse es: “Seguro que la gente nota que estoy muy nervioso y que me sudan las manos
y que tiemblo”.
Según las perspectivas conductistas, la fobia social estaría causada por el condi-
cionamiento de una mala experiencia de origen social (Öst y Hugadhl, 1981).
En cualquier caso, no haría falta que la persona hubiera experimentado en
primera persona las consecuencias, porque, en línea con Bandura (1988), el
© FUOC • PID_00247477 36 La evaluación en psicología clínica
Desde una visión cognitiva, autores como Clark y Wells (1995) muestran la
relevancia del procesamiento de la información. En este contexto, la persona
sobredimensionaría la importancia de agradar en el contexto social e infrava-
loraría sus competencias para poder hacerlo. Además, las percepciones sobre
la evaluación que otras personas hacen sobre ella misma también podrían es-
tar distorsionadas, lo que minimizaría su propia autoimagen. De este modo,
la persona generaría una serie de pensamientos automáticos negativos que re-
forzarían su visión distorsionada del entorno, lo que generaría, asimismo, una
respuesta fisiológica de activación y de emociones aversivas que incrementaría
su malestar. Lógicamente, factores de otro orden como la predisposición ge-
nética o las normas culturales en las cuales la persona se socializa también po-
drían influir en la aparición de la fobia social (Botella, Baños y Perpiñá, 2003).
3.6.1. Características
Ejemplo
Ariadna hace un tiempo que prepara los exámenes de selectividad. Recuerda que siempre
que tiene periodos de máxima exigencia tiene más ansiedad de lo que es habitual, con
síntomas que la hacen sentir incómoda (por ejemplo, malestar estomacal o dificultades
para dormir). Piensa que estas manifestaciones son consecuencias habituales de las si-
tuaciones de estrés que vive, pero nunca había sufrido un episodio de pánico: estaba en
el metro, según ella tranquila, o al menos no más nerviosa que otros días, y de repente
empezó a notar un miedo intenso, de golpe, sin esperarlo. Empezó a faltarle el aire, le
aumentaron las pulsaciones y se puso a sudar, pero lo que más miedo le dio es que tuvo
la sensación de estar viendo una película, como si estuviera viendo lo que le estaba pa-
sando, pero desde fuera, como si fuera una espectadora del suceso.
la persona tendría que presentar este tipo de ataque una vez al mes como mí-
nimo, acompañado de miedo a volver a sufrirlo; es decir, deben aparecer de
manera recurrente y no como un hecho aislado. En el diagnóstico tenemos
que señalar la frecuencia y la gravedad de los ataques (según presenten cuatro
o más de los síntomas).
Como sucede con otros trastornos, parece que existe una base genética dentro
del desorden de pánico que facilita su aparición en aquellas personas que tie-
nen antecedentes familiares (Hettema, Neale y Kendler, 2001).
3.7.1. Características
3.8. Agorafobia
3.8.1. Características
Ejemplo
Desde que Ariadna tuvo un ataque de pánico en el metro, ya hace más de un año, no
puede ni pensar en volver a viajar en este transporte. Hasta aquel momento no era un
problema para ella viajar en hora punta, apretada como en una lata de sardinas. Ahora
sí, por lo que ha cambiado sus hábitos y ha empezado a ir en autobús, siempre que este
no esté muy lleno. Este cambio le supone invertir veinte minutos más cada día para ir al
trabajo. Lo ha intentado, según ella, pero cuando está en la puerta del metro empieza a
sentirse tan mal, tan ansiosa, que prefiere evitar entrar cueste lo que cueste. Por suerte, en
© FUOC • PID_00247477 39 La evaluación en psicología clínica
Ariadna presenta una ansiedad intensa cuando tiene que hacer uso de un determinado
transporte público, pero este malestar puede generalizarse a otros tipos de transportes o
a otras situaciones: espacios abiertos, espacios cerrados, estar en medio de una multitud
o estar sola en la calle.
Como vemos, Ariadna evita el transporte público, y cuando tiene que coger
un bus intenta hacerlo con compañía. A consecuencia de su miedo extremo
al metro, ha cambiado sus hábitos, madruga más y está más cansada, ya que
el bus tarda veinte minutos más que el metro para el mismo trayecto. Esto le
genera malestar pero no puede controlar el miedo a estar dentro del metro.
Ariadna tiene esta sensación desde hace un año, de modo que cumple el cri-
terio temporal que marca el DSM-5 (APA, 2013) para el diagnóstico de agora-
fobia. Durante este tiempo, Ariadna tiene miedo, especialmente, de volver a
sufrir un ataque de pánico cuando esté encerrada en el metro y no poder reci-
bir la atención médica que ella considera necesaria.
Desde una visión más cognitiva, se entiende que las valoraciones sobre uno
mismo y sobre la situación también serían muy relevantes (Salkovskis y Hack-
mann, 1997). En concreto, la persona infravaloraría su capacidad para afron-
tar el estresor de manera adecuada, sobrestimaría el riesgo y el nivel de ame-
naza que podría suponer la situación y focalizaría su atención en todos aque-
llos aspectos que soportan ambas hipótesis, lo que sesgaría su foco atencional.
Del mismo modo, parece que estos cuadros son más prevalentes entre aque-
llas personas que tienen una historia familiar del trastorno, que heredan cierta
susceptibilidad del sistema neurovegetativo (Gómez, 2012).
© FUOC • PID_00247477 40 La evaluación en psicología clínica
3.9.1. Características
Ejemplo
Mercedes tiene 56 años y estuvo ingresada en el hospital por un infarto hace un mes.
Es una persona bastante exigente, que ha hecho una carrera meteórica; actualmente es
directiva de una empresa importante. Perfeccionista, autoexigente, con un estrés muy
elevado, propio de su trabajo de gestora de proyectos. Hasta ahora no había visitado
nunca a un psicólogo, a pesar de que desde hace años toma ansiolíticos para poder dormir
y reducir un poco la ansiedad del día a día. Según ella, no recuerda ningún momento de su
vida en el cual no haya estado preocupada, pero hasta ahora ha sido fácil gestionarlo. Sin
embargo, desde hace unos siete meses está irritada y preocupada por todo lo que la rodea.
Ella misma dice: “Soy tan perfeccionista que últimamente no disfruto de nada, incluso
hay cosas que acabo haciendo el último día porque las voy corrigiendo y corrigiendo,
de manera que acabo agotada. Tengo momentos de mucha rabia y agresividad, aunque
no paso a la acción, solo algún grito a mi equipo porque espero algún trabajo que no
he recibido, al menos como yo lo quiero, a pesar de que seguro que está bastante bien.
Dado que me conocen, me perdonan, pero esto no está bien”. Mercedes explica que tiene
problemas de sueño desde hace unos meses y que la mayoría de las noches se despierta
muy temprano y ya no puede volver a dormirse.
las personas hacen caso a los estímulos que pueden suponer una amenaza,
desplazándolos cuando no lo serían y produciendo interferencia cognitiva. En
las personas con trastorno de ansiedad generalizada, este umbral sería menor
que en las personas que no presentan este cuadro.
3.10. Evaluación
Hay que ser conscientes de que el malestar que genera la ansiedad po-
dría modular la percepción que las personas tienen de la situación. De
este modo, los sesgos que se producen en la atención, la selección de
la información y su interpretación deben ser tenidos en cuenta por el
clínico a la hora de valorar la información facilitada por la persona.
1)�Entrevista
© FUOC • PID_00247477 42 La evaluación en psicología clínica
Ejemplo
Este bloque de preguntas nos ayudará, entre otras cosas, a identificar si se trata
de una fobia específica.
Además de caracterizar la problemática del paciente, también será fundamen- Lectura recomendada
tal evaluar las estrategias y los recursos que la persona ha utilizado hasta ese
Para ampliar información so-
momento, independientemente de si han tenido éxito o no. De este modo bre la evaluación y la entre-
podremos conocer tanto las vulnerabilidades y los obstáculos que afronta la vista en los trastornos de an-
siedad según el DSM-5, po-
persona como sus fortalezas y puntos de apoyo social. déis consultar:
J. Morrison (2014). DSM-5.
Guía para el diagnóstico clíni-
El caso de Mercedes parece un caso de TAG; por lo tanto, se puede administrar co. México-Bogotá: Manual
una entrevista estructurada, después de hacer la entrevista ad hoc comentada, Moderno.
2)�Entrevistas�estructuradas
3)�Autoinformes
Escala�de�ansiedad�de�Hamilton�(1959)
Síntoma Sintomatología
Síntoma Sintomatología
La suma de las puntuaciones dará una puntuación global de 0 (ausencia de Lectura recomendada
ansiedad) a 56 (ansiedad máxima). Es un recurso muy útil durante la evalua-
Para más información de la
ción inicial y el tratamiento, así como al final. versión castellana, podéis
consultar:
A. Lobo, L. Chamorro, A. Lu-
Inventario�de�ansiedad�de�Beck�(Beck,�Epstein,�Brown�y�Steer,�1988) que, R. Dal-Ré, X. Badia, y
E. Barón (2002). Validación
de las versiones en español
Se trata de un autoinforme que se puede administrar como entrevista si la de la Montgomery Anxiety
situación lo requiere. Valora la presencia y la gravedad de la sintomatología Rating Scale para la evalua-
ción de la depresión y de la
ansiosa. De los veintiún ítems que lo componen, catorce se focalizan en sín- ansiedad. Medicina clínica,
118(13), 493-499.
tomas fisiológicos y el resto exploran sintomatología cognitiva y afectiva de
la última semana. Es importante señalar que diecinueve de los ítems indagan
aspectos relacionados con los ataques de pánico. Por este motivo, se conside- Lectura recomendada
ra muy útil para trastornos de ansiedad con una importante carga fisiológica,
Para más información de la
como por ejemplo el desorden de pánico. Solo hacen falta cinco minutos para versión castellana, podéis
cumplimentarlo. Hay que indicar el grado de afectación de cada síntoma du- consultar:
J. Sanz (2014). Recomenda-
rante la última semana en una escala Likert de 0 (nada afectado), 1 (levemen- ciones para la utilización de
te), 2 (moderadamente) o 4 (gravemente, no lo podía soportar). La puntuación la adaptación española del
inventario de ansiedad de
global oscila entre 0 y 63. Beck (BAI) en la práctica clí-
nica. Clínica y Salud, 25(1),
39-48.
Cuestionario�sobre�la�ansiedad�estado/rasgo�(Spielberger,�Gorsuch�y�Lus-
hene,�1970;�adaptación�española�de�Spielberger,�Gorsuch�y�Lushene,�1982)
La puntuación de cada escala oscila entre 0 (ausencia de ansiedad) y 60 (an- Lectura recomendada
siedad grave), con una escala Likert (0 nada; 3 mucho) en cada pregunta. Las
Para más información de la
personas con “ansiedad rasgo” alta presentarán más frecuentemente una ele- versión castellana, podéis
vación de la “ansiedad estado” que los sujetos con la “ansiedad rasgo” baja, consultar:
A. Guillén-Riquelme y G.
dado que aquellos sienten que las situaciones son más amenazantes. Se puede Buela-Casal (2011). Actuali-
cumplimentar en unos 15 minutos. Como los anteriores, se puede adminis- zación psicométrica y funcio-
namiento diferencial de los
trar durante la evaluación inicial, durante el tratamiento y como evaluación ítems en el Sdade Trait An-
después del tratamiento. xiety Inventory (STAI). Psicot-
hem, 23(3), 510-515.
Inventario�de�situaciones�y�respuestas�de�ansiedad�(Miguel-Tobal�y�Cano-
Vindel,�1986)
Test�de�evitación�/�aproximación�con- Evalúa el nivel de ansiedad y la intensidad Observación directa de las conductas de evi-
ductual�(Lang�y�Lazovik,�1963) de la respuesta motora de evitación ante si- tación de la persona.
tuaciones fóbicas.
Cuestionario�de�temores�(FSSS-III;�Carro- Mide la intensidad del miedo irracional an- En una escala Likert, la persona indica la in-
bles,�1986) te diferente estímulos relacionados con ani- tensidad de la ansiedad que le provoca cada
males, situaciones sociales, etc. objeto.
Escala�breve�de�fobia�social�(BSPS;�Da- Evalúa el miedo y la evitación ante diferen- Administración heteroaplicada: en cada si-
vidson�et�al.,�1991) tes situaciones y la intensidad de la sinto- tuación, la persona debe responder a miedo,
matología fisiológica. evitación y respuesta fisiológica en una esca-
la Likert.
Escala�de�temor�en�la�evaluación�negati- Evalúa el componente cognitivo de la an- La persona indica el grado en una escala Li-
va�(FNE;�Learly,�1983) siedad social. kert en el que una situación interpersonal
puede generarle malestar.
Cuestionario�de�pánico�y�agorafobia Explora las características asociadas a los Autoinforme de cuarenta ítems de la escala
(Sandín�y�Chorot,�1997) problemas de pánico y también a la agora- Likert (0 a 4).
fobia.
Escala�de�detección�del�trastorno�de�an- Evalúa la sintomatología más característica Autoinforme con doce ítems de respuesta di-
siedad�generalizada�(Carroll�y�Davidson, del cuadro de ansiedad generalizada. cotómica sobre aspectos fisiológicos y cogni-
2000) tivos.
4)�Autorregistros
© FUOC • PID_00247477 47 La evaluación en psicología clínica
Actividad
Mi hijo se ha ido de fiesta y Le ha pasado algo. Segura- Miedo (8) Palpitaciones (8) Estoy dando vueltas por casa.
llega tarde. Hace dos horas mente ha tenido un acci- Sudor (6) Me preparo una tila.
que debería estar en casa. dente o una pelea. Pasa algo
malo.
© FUOC • PID_00247477 48 La evaluación en psicología clínica
4. El trastorno obsesivo-compulsivo
Ejemplo
Irene tiene 19 años y le aterra la posibilidad de estar infectada por el VIH. Cada vez que
comparte espacio con una persona que considera que puede estar infectada se ducha un
par de veces y lava la ropa a 30º para que se desinfecte, y así disminuye su ansiedad.
Además, se hace la prueba de anticuerpos para quedarse tranquila cuando piensa que
ha estado expuesta. Ha ido tantas veces a su médica que le da vergüenza. La médica le
dijo que no había llevado a cabo ninguna conducta de riesgo. Cuando le dan los resul-
tados disminuye su angustia y, por unos minutos, cesan sus preocupaciones. La idea de
estar infectada interrumpe sus pensamientos e, incluso, le impide ir a clase. Entonces, se
agobia tanto que intenta distraerse contando de tres en tres o deletreando el abecedario.
Considera que si esta idea viene a su mente es porque hay probabilidades. Evita conversar
sobre el tema y no para de buscar información. Recuerda que hace un tiempo también la
agobiaba mucho la suciedad y la posibilidad de infectarse con gérmenes, particularmente
cuando algo olía mal. Entonces se lavaba mucho las manos y procuraba utilizar guantes.
Pero esto últimamente no le ha afectado. Reconoce que es organizada y disciplinada en
su vida y necesita que todo esté bajo control.
4.2. Epidemiología
Todo esto provoca que desde hace bastante tiempo el TOC sea un problema
importante para la salud pública (Belloch et al., 2011; Eisen et al., 2006).
Con una perspectiva cognitiva, el TOC se podría explicar desde dos visiones
(Belloch et al., 2011). Por un lado, se entiende que las personas podrían te-
ner algún tipo de déficit en el procesamiento cognitivo. Por ejemplo, tendrían
dificultades para retener información de sus obsesiones en comparación con
información positiva o neutra. Del mismo modo, su capacidad atencional po-
dría estar sesgada y centrarse selectivamente en aquellos aspectos que podrían
relacionarse con su obsesión. Por otro lado, también se entiende que la mayor
parte de la población podría experimentar estos pensamientos intrusivos pero
que las personas con TOC podrían valorarlos de manera inadecuada. En este
caso, la sobredimensión de los pensamientos generaría malestar a la persona
y, en consecuencia, pondría en marcha la necesidad de neutralizar la idea. El
refuerzo positivo a corto plazo, mediante el alivio del malestar y el aumento
de la percepción de control, ayudaría a mantener este estilo de funcionamien-
to basado en las compulsiones y la evitación, tal como se formulaba desde
perspectivas más conductistas. Desde estas perspectivas, se entiende que las
obsesiones se mantienen gracias a sistemas de refuerzos que se fundamentan
en las compulsiones. El malestar generado por las obsesiones se calmaría o se
evitaría a corto plazo con la realización de las compulsiones, pero, a medio
y largo plazo, este malestar volvería a aparecer. Esto facilitaría que de nuevo
tuvieran la necesidad de aliviar el malestar mediante las compulsiones, retro-
alimentando este patrón de funcionamiento.
© FUOC • PID_00247477 51 La evaluación en psicología clínica
Desde una visión más social y evolutiva, se entiende que los modelos de crian-
za y las experiencias en las primeras etapas podrían facilitar la aparición del
TOC. En particular, serían relevantes aquellos contextos sociofamiliares carac-
terizados por la rigidez, la exigencia y el perfeccionismo.
4.4. Evaluación
Igual que en el caso otros cuadros psicopatológicos, la evaluación del TOC re-
quiere la comprensión del problema y la contextualización de la sintomatolo-
gía en la situación particular de la persona que atendemos.
Así pues, una vez finalizado el proceso de evaluación, el terapeuta debe dispo-
ner de información relacionada con las principales manifestaciones del pro-
blema según los criterios diagnósticos, así como su frecuencia, intensidad y
duración. Igualmente, debería tener información suficiente sobre los factores
predisponentes, precipitantes y aquellos otros que puedan mantener el pro-
blema, en relación con la persona y con su contexto ambiental.
Como en cualquier proceso de evaluación, las personas pueden tener una vi-
sión desajustada de su situación, a causa, por ejemplo, del olvido de detalles
importantes (si los episodios no son recientes) o de que el proceso de neutrali-
zación esté tan automatizado que las personas no sean conscientes del pensa-
miento reiterativo primario. Además, también se puede producir un efecto de
deseabilidad social, por ejemplo, en el supuesto de que el componente obsesi-
vo-compulsivo esté asociado a situaciones que la persona considera reproba-
bles desde el punto de vista moral, como por ejemplo querer pegar a alguien. A
continuación se presentan algunas de las herramientas más utilizadas basadas
todavía en sistemas diagnósticos anteriores al DSM-5.
1)�Entrevistas
Entrevista� para� los� trastornos� de� ansiedad� según� el� DSM-IV� (ADIS-IV)
(Brown,�DiNardo�y�Barlow,�1994)
Entrevista�clínica�ad�hoc
Más allá de las herramientas estandarizadas, resulta necesario incluir un ins- Ved también
trumento de evaluación que permita detallar la información del caso concreto
En el módulo “La entrevista,
de la persona que se atiende. En este sentido, una vez creado el rapport y el los sistemas de clasificación y
marco de confianza necesario para que la persona pueda participar en la en- los instrumentos diagnósticos
generales” se desarrollan otros
trevista de manera activa, habrá que recabar información sobre el motivo de aspectos fundamentales para
la elaboración y el desarrollo
consulta, la topografía de las obsesiones y compulsiones, así como sobre sus de la entrevista clínica.
antecedentes y consecuencias. Del mismo modo, resulta importante valorar
qué factores (individuales y contextuales) pueden influir como predisponen-
tes y precipitantes y cuáles pueden ayudar a mantener el problema. También
será importante valorar tanto la historia evolutiva del problema y los intentos
de solución que ha llevado a cabo la persona, como las expectativas que tiene
ante el tratamiento.
2)�Autoinformes
Escala�de�obsesiones�y�compulsiones�Yale-Brown�(Goodman�et�al.,�1989;
versión�adaptada�al�castellano�de�Cruzado,�1993)
Inventario�de�Padua�(IP)�(Sanavio,�1988;�versión�adaptada�al�castellano
de�Mataix,�Sánchez�y�Vallejo,�2002)
Inventario�obsesivo-compulsivo�de�Clarck-Beck�(C-BOCI)�(Clark�y�Beck,
2002;�adaptado�al�castellano�por�Belloch,�Reina,�García-Soriano�y�Clark,
2009)
Inventario�de�creencias�obsesivas�(ICO)�(Belloch,�Cabedo,�Morillo,�Estel�y
Carrió,�2003)
Actividad
3)�Autorregistro
Fichas�ad�hoc�de�autoobservación
Actividad
En el contexto de estos diagnósticos y en relación con lo que propone Pérez-Sa- Lectura recomendada
les (2008), habría que tener en cuenta hasta qué punto esta reacción puede
Para ampliar la información
asociarse a una alteración clínica o, en realidad, a una respuesta lógica ante la consultad:
experiencia de un acontecimiento que genera consecuencias negativas y sig- R. Muiños y E. Requena. Psi-
copatología clínica. Material
nificativas para la persona y/o su entorno. Otro asunto sería hasta qué punto docente. Barcelona: UOC.
conviene identificarlo como un problema de salud mental con síntomas y ca-
tegorías diagnósticas. En cualquier caso, pensamos que sirve para facilitar una
comunicación más sencilla entre los clínicos y llevar a cabo una evaluación
mejor y para poder abordar el problema. Con este propósito se detallan a con-
tinuación los aspectos clave que habría que tener en cuenta para la evaluación
de los trastornos relacionados con los traumas y otros estresores.
5.2. Epidemiología
Si bien es cierto que las cifras han evolucionado en las últimas décadas, según
algunos estudios evaluados por Miguel-Tobal, González y López (2002), alre-
dedor del 10 % de la población general podría haber sufrido, a lo largo de su
vida, el trastorno de estrés postraumático. Lógicamente, estas cifras aumen-
tan entre aquellas personas que han sufrido experiencias como la violencia
de género (Aguirre et al., 2010) o un desastre de origen natural (Leiva-Bian-
chi, 2011). Si hablamos del trastorno adaptativo, las prevalencias en población
general parecen más elevadas. Según la Asociación Americana de Psiquiatría
(2013), la prevalencia en población ambulatoria oscilaría entre un 5 y un 25
%. Estos datos aumentan en ciertas vivencias como el cáncer (Pérez-Barrien-
tosa, Galindo-Vázquez y Alvarado-Aguila, 2014). En suma, el trastorno adap-
tativo supone uno de los problemas más generalizados entre la población y un
motivo de consulta, cada vez más frecuente, en atención primaria (Mur, Díez-
Caballero, Florensa y Pérez, 2005).
Otros factores de riesgo asociados a los problemas del estrés y otros traumas
parece que se relacionan con elementos de la propia historia personal y tam-
bién del suceso experimentado (Brewin, Andrews y Valentine, 2000). En pri-
mer término, algunos elementos, como tener antecedentes psiquiátricos per-
sonales o haber sufrido situaciones adversas en la infancia, parecen incremen-
tar el riesgo de sufrir trastornos asociados al estrés. Del mismo modo, la gra-
© FUOC • PID_00247477 58 La evaluación en psicología clínica
Ejemplo
Ana tiene treinta y dos años. Viene a la consulta motivada por sus padres. Vivía en otra
ciudad con su pareja, pero, al acabar la relación, ha decidido volver a su ciudad natal.
Durante bastante tiempo casi no ha tenido contacto con ellos. Así que sus padres están
contentos de que haya vuelto, pero también preocupados porque como mínimo hace
tres meses que está así. Ana nos dice que casi no puede descansar por la noche porque
un montón de imágenes se suceden en su cabeza. Le da la impresión de que revive las
situaciones de violencia que experimentó con su pareja. A veces, tiene tantas pesadillas
que se despierta atemorizada y no consigue volver a dormirse. No quiere volver a aquella
ciudad, ni tener contacto con nada que le recuerde a su expareja. Por eso prefiere quedarse
en casa encerrada, se siente más segura. Sin embargo, es incapaz de evitar recuerdos y
sensaciones odiosas. Cuando sus padres entran en casa y cierran la puerta de golpe, le
saltan las alarmas y revisa que no haya cuchillos o tijeras cerca. Como si todo volviera
a empezar otra vez. Ahora se siente distanciada de todos y cree que no podrá confiar en
nadie. Piensa que todo ha sido culpa de ella.
El caso de Ana, según el DSM-5 (APA, 2013), cumpliría varios criterios para
poder diagnosticar un trastorno de estrés postraumático (TEPT). Por un lado,
informa de haber experimentado un suceso traumático, como es una relación
de pareja basada en el maltrato, y parece experimentar los síntomas durante
más de un mes. En otros casos, puede que la experiencia haya sido observa-
da en otras personas o que se conozca porque le ha sucedido a alguien signi-
ficativo y cercano. Ana tiene, además, recuerdos involuntarios y repetitivos.
A veces, incluso manifiesta que siente como si los episodios de violencia se
reprodujeran de nuevo. También reconoce ciertas reacciones físicas y emocio-
nales que aparecen cuando algunos objetos o situaciones le recuerdan expe-
riencias negativas pasadas. Por ejemplo, al oír el ruido de la puerta tiene una
reacción de sobresalto exagerada. Otro punto que hay que destacar es su in-
tento de evitar aquellos estímulos y pensamientos asociados a la violencia que
ha sufrido. Además, Ana valora de manera distorsionada tanto la causa como
las consecuencias de los episodios, y genera pensamientos poco adaptativos
relacionados con la imposibilidad de confiar en las personas.
Ejemplo
Luis está muy afectado desde hace un par de semanas. Volvía con un amigo de fiesta y
sufrió un accidente de tráfico. Uno de sus amigos murió y no puede eliminar esta imagen
de su cabeza, lo persigue cuando está despierto y también en sueños. Él llevaba la moto
y no puede superar la culpabilidad y la amargura de haber sido el responsable. Le han
dicho que la culpa fue del otro vehículo, pero él cree que no ha sido así. Le han tenido
que recordar lo que pasó porque algunas escenas se han borrado de su mente. Debería
haber reaccionado a tiempo y haber salvado su amigo. Desde entonces tiene la sensación
de que está en otra dimensión y le cuesta concentrarse en las cosas. Sabe que es la misma
persona, pero se nota distanciado de él mismo y se siente extraño y diferente al mundo.
De momento, no ha sido capaz de volver a pasar por la misma carretera y no sabe si lo
podrá conseguir. Se siente hundido y sin ganas de hacer cosas.
Según el DSM-5 (APA, 2013), este caso cumpliría diferentes criterios relaciona-
dos con el trastorno de estrés agudo (TEA), puesto que implica la exposición a
un acontecimiento traumático por el cual, y en menos de un mes, la persona
experimenta determinados síntomas que le generan interferencia. Se observa
que Luis manifiesta cierta amnesia disociativa porque no recuerda aspectos del
accidente de tráfico. Además, manifiesta que se siente distante de sí mismo
(despersonalización) y extraño con el mundo (desrealización). En algunas per-
sonas, además, se observa una falta de reactividad emocional y una reducción
del reconocimiento de su entorno. En este caso, el paciente recuerda el suceso
en los ciclos de vigilia y de sueño, y el recuerdo de este episodio le genera ma-
lestar psicológico. Presenta intentos fallidos de evitar ciertos lugares asociados
al suceso. En otros casos, los pacientes informan de tener la sensación de que
el episodio vuelve a ocurrir y manifiestan cierta reactividad fisiológica como
respuesta. Luis, además, manifiesta un estado de ánimo depresivo, del cual se
puede inferir la dificultad para participar en actividades sociales y disfrutar con
cosas que antes le gustaban, así como la dificultad para concentrarse en acti-
vidades. En otros pacientes se observan respuestas de sobresalto inadaptadas y
ataques de ira. Por el diagnóstico, habría que hacer un análisis diferencial con
los problemas de adaptación, el trastorno de pánico, el estrés postraumático,
el trastorno obsesivo-compulsivo, los problemas relacionados con una lesión
cerebral traumática, el trastorno psicótico y el trastorno disociativo.
Ejemplo
Lara tiene treinta años y le dijeron hace unos meses que tiene cáncer de tiroides. De
momento, han de seguir con las pruebas para ajustar el tratamiento. Los médicos le han
dicho que está en fase I y, a pesar de que no le aseguran ningún pronóstico, parece que
son optimistas con su caso. Recibe mucho apoyo de su pareja y de sus padres. Lara lo
agradece, pero no puede evitar la tristeza que siente desde hace un par de meses. Algunos
amigos han intentado contactar con ella pero ha preferido evitarlos. Ha intentado seguir
con el doctorado pero le cuesta mucho concentrarse y no sabe si tiene sentido continuar
haciéndolo. También ha preferido cancelar los planes de viaje que tenían para las vaca-
ciones, por si no llega a entonces. Le cuesta mucho disfrutar con sus antiguas aficiones,
pero las continúa manteniendo.
En el contexto diagnóstico del DSM-5 (APA, 2013), el caso de Lara podría diag-
nosticarse como un trastorno adaptativo. Por ejemplo, si se tienen en cuen-
ta aspectos como el cambio producido en el aspecto emocional y comporta-
mental después del diagnóstico, en los tres meses siguientes a la aparición del
diagnóstico, que suponen un deterioro de su vida personal y laboral. Del mis-
mo modo, hay que tener en cuenta que estos síntomas no cumplen el cuadro
para otros trastornos y no responden a una situación de duelo. Si el problema
persiste más de seis meses, se volvería a evaluar la situación y el diagnóstico.
Asimismo, habría que diferenciar el problema de la depresión, los trastornos
de personalidad o los cuadros de estrés antes descritos.
1)�Entrevistas
Entrevista�clínica�estructurada�para�trastornos�del�eje�I�del�DSM-IV�SCID
(First,�Spitzer,�Gibbon�y�Williams,�1999)
Módulo�de�los�trastornos�adaptativos�(Maecker,�Eisnle�y�Köllner,�2007)
© FUOC • PID_00247477 63 La evaluación en psicología clínica
Entrevista�diagnóstica�para�los�trastornos�adaptativos�(Andreu-Mateu,�Bo-
tella,�Baños�y�Quero,�2008)
Este instrumento, por un lado, rastrea aspectos vinculados con el suceso estre-
sante y, por otro, valora la presencia de los síntomas y sus características en
una escala Likert de 0 (nada) a 8 (muy grave), incluyendo aspectos como la
latencia de aparición o la duración. Además, permite valorar la comorbilidad
con el trastorno de estrés postraumático, el consumo de sustancias, la ansie-
dad generalizada o las condiciones médicas graves.
Entrevista�clínica�ad�hoc
Como en otros casos, será necesario tener información sobre la historia evo-
lutiva de la persona. Esto permitirá analizar hasta qué punto los síntomas se
han generado por el suceso o ya estaban presentes en su patrón funcional. Una
fórmula para conseguir esto sería pedirle que mencionara los hechos más sig-
© FUOC • PID_00247477 64 La evaluación en psicología clínica
nificativos (positivos y negativos) en cada una de las etapas vitales, así como
que describiera con dos o tres adjetivos su situación global dentro del ámbi-
to familiar, laboral/estudiantil, social y personal. Lógicamente, también habrá
que indagar sobre las repercusiones sociales y laborales que el problema tiene
en la persona con el fin de evaluar la interferencia. Además, habrá que tener
información sobre los intentos de solución que la persona ya ha llevado a ca-
bo, con una valoración global sobre sus competencias sociales y cognitivas.
Finalmente, también deberemos analizar las expectativas que tiene sobre el
proceso de terapia y sobre los roles que paciente y terapeuta ocuparán.
2)�Autoinformes
Escala�de�impacto�de�acontecimientos�revisada�(EIE-R,�Weiss�y�Marmar,
1997,�validado�en�el�contexto�español�por�Báguena�et�al.,�1996)
Este instrumento valora, a partir de veintidós ítems, el malestar subjetivo que Lectura recomendada
las personas pueden experimentar a partir de un suceso traumático. Supone
Para más información sobre
una de las medidas de autoinforme más utilizadas e incluye tres dimensiones: el cuestionario, podéis con-
una relacionada con la intrusión, otra vinculada con la hiperactivación y otra sultar:
M. J. Báguena, E. Villarroya,
con la evitación. A partir de un acontecimiento que el paciente identifica, A. Beleña, A. Díaz, C. Roldan,
se van sucediendo los ítems sobre las manifestaciones más concretas de los y R. Reig (1996). Propieda-
des psicométricas de la ver-
síntomas. sión española de la Escala Re-
visada de Impacto del Estre-
sor (EIE-R). Análisis y Modifi-
Escala�de�gravedad�de�síntomas�del�TEPT�(Echeburúa,�Corral,�Amor,�Zu- cación de Conducta, 27(114):
581-604.
bizarreta�y�Sarasua,�1997)
Instrumento que valora la sintomatología propia del cuadro de estrés postrau- Lectura recomendada
mático cuantificando la frecuencia y la intensidad de cada síntoma analizado.
Para más información sobre
A partir de diecisiete ítems con una escala Likert que oscila entre 0 y 3, ras- el cuestionario, podéis con-
trea tres dimensiones: reexperimentación, hiperactivación y evitación. Ade- sultar:
E. Echeburúa, P. Corral, P. J.
más, dispone de una escala de manifestaciones somáticas de trece ítems. El Amor, I. Zubizarreta, y B. Sa-
rango total es de 0 a 51, con un punto de corte de 15: de 5 en la subescala de rasua (1997). Escala de gra-
vedad de síntomas del tras-
reexperimentación, de 6 en la de evitación y de 4 en la de activación. torno de estrés postraumáti-
co: propiedades psicométri-
cas. Análisis y Modificación de
Actividad Conducta, 23, 503-526.
Samir viene a la consulta porque está desbordado. Hace unos meses consiguió el asilo
político. Aunque aquí debería estar más tranquilo, el horror que ha vivido lo persigue.
Su país está en guerra. En el proceso de evaluación se administra la Escala de gravedad de
síntomas del TEPT y se obtienen las puntuaciones siguientes: 7 en síntomas de reexperi-
mentación, 8 en evitación y 7 en hiperactivación. La puntuación global es de 30. ¿Qué
conclusiones se podrían sacar con estos resultados?
3)�Autorregistro
Fichas�ad�hoc�de�autoobservación
© FUOC • PID_00247477 65 La evaluación en psicología clínica
Actividad
Mi padre me dice que vamos a ¡Qué horror! No lo podré superar. Miedo (8) Le digo que no quiero y me quedo
pasear a la playa. No quiero ni acercarme a cualquier en casa.
lugar que me recuerde a él. No esta-
ré a salvo (9).
Por la noche me despierto de re- He tenido otra pesadilla. Nunca po- Miedo (8) Me echo a llorar y me quedo inmóvil
pente. dré estar tranquila (10). Tristeza (9) en la cama.
A veces, igual que en otras problemáticas, puede ser muy útil que familiares o
personas cercanas lleven un registro sobre aquellas situaciones que son com-
partidas. De este modo, se tendrá una visión más completa de lo que sucede.
También hay que recordar que se tiene que insistir a la persona (o familia)
sobre la importancia de que registre la información lo mejor posible para ob-
tener la información más fiable posible.
© FUOC • PID_00247477 66 La evaluación en psicología clínica
6. Trastornos de personalidad
Desde este marco y en línea con el DSM-5 (APA, 2013), resulta necesario eva-
luar si están afectadas dos o más de las áreas siguientes:
malestar que se informa (por parte del paciente o de sus afines), la mayoría de
las personas con trastornos de personalidad continúan manteniendo el con-
tacto con la realidad.
Otras aportaciones, desde una perspectiva más factorial, han basado su aproxi-
mación al estudio de la personalidad a partir de la identificación de los rasgos,
es decir, características diferenciales de cada persona que configuran una ma-
nera particular de ser y se desagregan en diferentes dimensiones. En conjunto,
se define como una construcción más estable de los patrones funcionales con
los cuales las personas se relacionan con el mundo exterior. En este contexto,
autores como Cattell proponen un modelo de dieciséis factores que se valo-
ran en función de su origen (ambiental o hereditario), su normalidad (espe-
cíficos de la persona o comunes a todas), su estabilidad (más volátiles o pro-
fundos) y su contenido (procedimental, aptitudinal o motivacional). En esta
línea, también destacan otros autores como Eysenk (1970, citado en Schimdt
et al., 2010), que definen este constructo a partir de tres dimensiones: neuroti-
cismo, psicoticismo e introversión-extraversión; o Costa y McCrae (1992), que
lo definen a partir de su modelo de cinco factores: neuroticismo, extraversión,
apertura a la experiencia, amabilidad y responsabilidad.
Ejemplo
Siguiendo los criterios diagnósticos del DSM-5 (APA, 2013), se observa que
Rafael 1) desconfía de las intenciones de sus compañeros, aunque, aparente-
mente, busquen establecer una relación de ayuda; además, 2) sospecha que
la finalidad de su acercamiento es aprovecharse de su trabajo y hacerlo que-
dar mal. Por otro lado, 3) Rafael reconoce que le cuesta confiar en el resto de
las personas y 4) que le cuesta olvidar comentarios que considera despectivos
hacia su persona. Por los comentarios de la familia, además, se puede pensar
que 5) sus interpretaciones no siempre son fieles a la realidad y podría percibir
injurias o ataques donde no los hay.
Ejemplo
© FUOC • PID_00247477 71 La evaluación en psicología clínica
La madre de Laura viene a la consulta y explica que, a pesar de que comparten casa, su
hija casi no se relaciona con ellos. Desde que era pequeña han intentado que tuviera
amigos de su edad, pero les ha resultado muy difícil. Apenas se relacionaba con las per-
sonas de su clase y le costaba mucho participar en los trabajos grupales. Siempre les ha
dicho que no necesitaba tener amigos ni pareja. Están preocupados porque parece que no
tiene aficiones ni motivación y no saben cómo se siente, dado que le cuesta hablar. Han
intentado cambiar esta situación castigándola y reforzándola, pero Laura no reacciona
de ninguna forma. Parece que esté sola en su mundo, como si el resto de las personas
no fueran con ella.
En línea con los criterios diagnósticos del DSM-5 (APA, 2013), se aprecian al-
gunos síntomas del trastorno, como que Laura 1) parece distanciarse de las
relaciones interpersonales afectivas y sociales, además de 2) no tener amigos
cercanos diferentes a su entorno primario. 3) Muestra dificultad para disfru-
tar de las actividades que hace y 4) prefiere hacerlas de manera solitaria. Tam-
bién 5) le cuesta expresar la afectividad hacia los otros y 6) reaccionar ante
las críticas o los halagos. Asimismo, en algunos casos muestra poco interés
por mantener relaciones afectivo-sexuales con otras personas. Como sucedía
con el trastorno anterior, estos problemas no están asociados al consumo de
sustancias, a una enfermedad médica, a un trastorno del estado de ánimo con
síntomas psicóticos, a una esquizofrenia o a otro trastorno psicótico.
Ejemplo
Jaime estudia ingeniería informática y está muchas horas intentando establecer cone-
xiones entre el funcionamiento de las redes neuronales y las bases de la programación.
Siempre se ha guiado por su instinto, por un sexto sentido que le ayuda a conocer los
intereses de los otros y las relaciones de la naturaleza. A veces va por la calle y parece que
el mundo le ofrece señales que lo ayudan a planificar su propio destino y a comportarse
en consecuencia. Le cuesta relacionarse con la gente porque cree que no lo entienden.
En cualquier caso, prefiere evitar las situaciones sociales porque le generan ansiedad. No
tiene amigos y tampoco se relaciona con los compañeros de clase. No se acaba de fiar de
ellos porque piensa que quieren apropiarse de sus conocimientos. Su madre le dice que
cuide más su aspecto porque cada día se le ve más abandonado. Muchas veces también
le dice que no lo comprende, que parece que utilice su propio lenguaje y cambie de tema
sin ningún sentido.
Ejemplo
Daniel tiene veintitrés años y actualmente está sin trabajo. Como en la empresa anterior,
lo han despedido por absentismo laboral. En cualquier caso, no le preocupa mucho. Así
está más tiempo con sus amigos, con los cuales queda el fin de semana para beber en
la calle. A veces roban en el supermercado y, por la noche, se van al parque a beber. A
menudo también juegan a ver quién rompe más papeleras o destroza más los columpios.
También reconoce que se meten en peleas con frecuencia, con bandas contrarias. Desde
los trece años va con estos amigos. Un día aprovecharon para pegar a un indigente que
estaba en la calle y un vecino llamó a la policía. Daniel cree que se lo merecía, piensa
que seguramente ha hecho algo para llegar a ser indigente. Sus padres dicen que debe
tener más paciencia y no ser tan impulsivo; él considera que son unos pelmazos. Ahora
no le quieren dar dinero, así que a veces lo coge para salir de fiesta. Les miente y les dice
que es para otra cosa.
A partir de los criterios diagnósticos del DSM-5 (APA, 2013), se observan dife-
rentes síntomas característicos del trastorno antisocial de la personalidad, co-
mo, por ejemplo, 1) el incumplimiento de las normas sociales incluso infrin-
giendo la ley y 2) estar involucrado en peleas y manifestar conductas agresivas.
Otros aspectos que habría que considerar serían 3) la falta de responsabilidad,
4) la falta de remordimientos hacia los otros, 5) el engaño por medio de la
mentira y, por lo que dicen sus padres, 6) la impulsividad. Además, Daniel ha
manifestado estos problemas de conducta antes de los quince años. En cual-
quier caso, habría que asegurarse de que no existe un problema de consumo
de sustancias y de que sus problemas no están asociados a un trastorno bipolar
o una esquizofrenia.
Ejemplo
Alba reconoce que, a veces, es un poco impulsiva. Su última relación de pareja ha acabado
hace poco, y le ha vuelto a pasar lo mismo de siempre. Ha sido una relación muy intensa
pero breve, pensaba que era el hombre de su vida pero ahora piensa que es un cretino.
Normalmente, se esfuerza en las relaciones porque le da miedo quedarse sola. A veces
piensa que es buena en su trabajo y una mujer inteligente, pero otras veces piensa todo
lo contrario. Tiene buenos amigos y su familia está pendiente de ella, pero, en general,
se siente vacía y no sabe cómo cubrir sus necesidades existenciales. Quizá por eso tiene
cambios en su estado de ánimo. Una vez intentó suicidarse, pero sus padres llegaron a
tiempo de impedirlo. Le hicieron un lavado de estómago y volvió a casa después de estar
en observación. Reconoce que las drogas y el sexo la hacen sentir bien, aunque no siempre
tome las precauciones necesarias. Cuando siente que necesita algo, lo hace y punto.
En este caso, se puede observar que Alba reúne algunos síntomas del trastorno
límite de la personalidad (APA, 2013). Por ejemplo, 1) parece que tiene un pa-
trón inestable e intenso en las relaciones afectivas; además, 2) hace esfuerzos
por evitar el abandono. También se observa 3) un patrón de impulsividad en
cuanto al consumo de sustancias y las relaciones sexuales, así como 4) un au-
toconcepto cambiante. De manera más estable, se observa 5) un sentimiento
crónico de vacío, 6) inestabilidad en el estado de ánimo e 7) intentos de sui-
cidio.
© FUOC • PID_00247477 73 La evaluación en psicología clínica
Ejemplo
Carlos presenta problemas con sus compañeros de clase porque no dejan que intervenga
tanto como le gustaría. Le dicen que está interrumpiendo constantemente la clase con
dudas personales. Pero él tiene muchas inquietudes que quiere compartir, e interrumpe
a medida que se le ocurren las cosas. Normalmente, razona a partir de sus primeras im-
presiones. Le gusta ser el centro de atención. El otro día discutió con un profesor porque
no le prestó tanta atención como Carlos cree que necesitaba. Considera que con todos
sus compañeros de clase mantiene una relación muy estrecha. En cualquier caso, está
pendiente de los otros para ver qué opinan de él y si ello concuerda con lo que él valora.
Algunos amigos le han dicho que modere sus formas con desconocidos porque les ha he-
cho pasar situaciones vergonzosas. Él reconoce que es muy expansivo y que, a veces, esto
atrae a alguna gente. También reconoce que es una persona coqueta y que le gusta mucho
cuidarse. Le gusta que le halaguen, a pesar de que cree que esto gusta a todo el mundo.
Ejemplo
Gema está segura de que, este año, la nombrarán la mejor empleada de la empresa y que,
en poco tiempo, ascenderá. Considera que es una persona competente y que tiene gran-
des cualidades para progresar. A veces ha dejado algunas amistades porque no estaban a
su nivel y no comprendían su manera de actuar. Simplemente piensa que le tenían envi-
dia. Si realmente eran amigas suyas, habrían tenido que reconocer sus éxitos y cualidades.
Además, a veces les pedía cualquier favor y tardaban un montón en contestarle. Algunas
de ellas consideraban que Gema no se ponía en su piel, pero ella pensaba que siempre
estaban quejándose y se lo decía claramente. Ahora ha empezado una relación con la
gerente de una empresa automovilística, cree que congenian bien porque se mueven en
el mismo nivel y comparten intereses. Cree que esta relación la puede ayudar a progresar
en su carrera; además, ella valora sus competencias.
A partir del manual diagnóstico DSM-5 (APA, 2013), Gema podría presentar
un trastorno narcisista de la personalidad con características como 1) pensar
que tiene mucha más valía que las otras personas, 2) manifestar sueños de
éxito, 3) considerar que solo puede ser entendida por gente de su nivel y 4)
necesitar admiración por parte de las personas cercanas. Además, considera 5)
que merece recibir un trato más especial que los otros y 6) manifiesta poca
empatía hacia el resto de las personas. También se observan 7) comportamien-
© FUOC • PID_00247477 74 La evaluación en psicología clínica
tos arrogantes hacia los otros y 8) cree que otras personas le tienen envidia.
En algunas relaciones, 9) intenta sacar provecho de los demás. Para delimitar
este diagnóstico, habría que asegurarse de que Gema no cumple los criterios
de un problema de consumo de sustancias, de manía o hipomanía.
Ejemplo
Sonia siempre ha sido una persona retraída y le ha costado hacer amigos. Normalmente,
tiene mucha vergüenza cuando no conoce a la gente o cuando siente que pueden juzgarla.
La semana pasada tenía que presentar un informe pero no fue al trabajo y dijo que estaba
enferma, y, de hecho, se encontraba mal. Ha empezado hace poco y le da miedo que sus
compañeros puedan burlarse de ella. Una vez le ofrecieron un trabajo de comercial y lo
rechazó porque pensaba que no podría estar en contacto con tanta gente. Considera que
no tiene muchas cosas buenas en comparación con los otros. Le gusta mantener su rutina
y evita el deporte o las actividades de riesgo, ya que le da miedo lo que pueda ocurrir.
No tiene pareja, ni cree que le pueda interesar a nadie. Además, le cuesta mucho tiempo
sentirse segura con alguien y poder abrirse sin miedo a lo que pueda pasar.
Según los criterios del DSM-5 (APA, 2013), Sonia podría tener un trastorno de
personalidad por evitación. Es decir, 1) evita responsabilidades por miedo a
la crítica y 2) se siente inferior a los demás. Asimismo, 3) muestra dificulta-
des para relacionarse en entornos interpersonales, en particular ante personas
desconocidas y 4) le cuesta establecer relaciones afectivas y sentirse segura. En
general, 5) le preocupa mucho ser criticada. Respecto a su estilo de vida, 6)
prefiere estar en un entorno contenido y controlado que no suponga riesgos.
Para poder diagnosticar este trastorno, previamente habría que descartar po-
sibles problemas de ansiedad, así como los relacionados con el consumo de
sustancias o los derivados por problemas de salud física.
Ejemplo
Javier acaba de perder a su madre y se siente perdido. Ella ha sido un apoyo fundamental
para su vida y lo ha ayudado a tomar todas las decisiones que se han ido presentando.
Ha tenido algunas parejas a lo largo de su vida. Reconoce que, por ellas, ha dejado sus
intereses de lado e incluso se ha perjudicado a sí mismo. Si no hubiera tenido a su madre
a su lado, habría sido incapaz de dar el paso. Ella le organizaba la vida y esto le hacía
sentirse más seguro; desde cosas sencillas como pensar qué regalo comprar a un amigo,
hasta cosas complejas como decidir si estudiaba o no en la universidad. Si ella no lo
hubiera empujado a hacerlo, no lo habría hecho. A veces no estaban de acuerdo, pero
siempre prefería no dar su opinión para no enfrentarse y causar malestar. Hace un año
que inició una relación y, a veces, han tenido discusiones por el vínculo que mantenía
con su madre. Ahora le da muchísimo miedo que lo deje solo.
Según los criterios diagnósticos del DSM-5 (APA, 2013), se puede observar que
Javier cumple algunos criterios para el trastorno de personalidad por depen-
dencia, es decir, 1) le cuesta mucho tomar decisiones e 2) iniciar proyectos
nuevos. Además, 3) necesita que otras personas asuman la responsabilidad de
algunos ámbitos de su vida. Asimismo, 4) presenta problemas para manifestar
© FUOC • PID_00247477 75 La evaluación en psicología clínica
el desacuerdo con las otras personas y 5) puede hacer cosas en su contra para
mantener la relación. También 6) muestra miedo ante la posibilidad de que lo
abandonen y 7) considera que sería incapaz de estar solo.
Las personas que presentan este tipo de trastornos también informan de la ne-
cesidad de buscar una nueva persona que los apoye cuando acaban una rela-
ción. Para diagnosticar este trastorno, previamente tendríamos que asegurar-
nos de que no hay un problema de consumo de sustancias o alguna afección
médica que pueda influir en la aparición de estos síntomas.
Ejemplo
Nora siempre ha sido una persona ordenada. Reconoce que le gusta la organización y la
limpieza y le cuesta trabajar con personas que son desordenadas y no planifican. Sabe
que le cuesta trabajar en equipo porque quiere que las cosas se hagan a su manera. En el
trabajo, y en la vida en general, le gusta fijarse en todos los detalles y le cuesta prescindir
de cosas aunque sean innecesarias. Reconoce que, a veces, es tan perfeccionista que le
cuesta hacer las cosas más de lo que le gustaría. Le encanta su trabajo y le dedica muchas
horas; de hecho, sabe que desatiende su vida personal y de ocio, pero no le importa. Para
ella, el rendimiento y la productividad son valores muy importantes, además de la ética
profesional. No soportaría saltarse sus principios.
Además de los que hemos descrito, el DSM-5 (APA, 2013) incluye otros pro-
blemas:
1)�Entrevistas
Entrevista�clínica�estructurada�para�los�trastornos�de�personalidad�del�eje
II�del�DSM-IV�(First,�Gibbon�y�Spitzer,�2003)
Entrevista�clínica�ad�hoc
Todo esto hay que hacerlo desde una visión funcional que permita establecer
relaciones entre aquellas variables que facilitan, predisponen o mantienen el
cuadro diagnóstico. De este modo, se llegará a comprender qué elementos son
los más relevantes, qué relaciones se establecen entre estos elementos y cómo
repercuten en el funcionamiento de la persona.
Trastorno Preguntas
2)�Autoinformes
Inventario�multifásico�de�personalidad�de�Minnesota�2�(MMPI,�Hathaway
y�McKinley,�2000)
© FUOC • PID_00247477 79 La evaluación en psicología clínica
Este instrumento evalúa la psicopatología a partir de 567 ítems dicotómicos Lectura recomendada
que consisten en diferentes afirmaciones ante las cuales la persona debe po-
Para más información sobre
sicionarse. Se concreta tanto en escalas clínicas como en adicionales y de co- el MMPI, podéis consultar:
municación. Las escalas clínicas valoran cuadros disfuncionales de la persona, C. A. Zambrano, D. A. Cai-
cedo, y S. M. Matabanchoy
en concreto en cuanto a hipocondría, histeria, depresión, paranoia, desvia- (2015). Revisión sistemática
ción psicopática, psicoastenia, esquizofrenia y manía. Asimismo, incluye esca- sobre el Inventario Multifá-
sico de Personalidad de Min-
las que valoran el ajuste psicosexual en un continuo de masculinidad-femini- nesota (MMPI). Universidad y
dad, y otras vinculadas con la interacción social en un continuo de introver- Salud, 17(2), 246-261.
Cuestionario� de� personalidad� de� Eysenck� revisado� (EPQR,� Eysenck,� Ey- Lectura recomendada
senck�y�Barrett,�1985)
Para más información sobre
el instrumento, podéis con-
Este instrumento constituye la versión más elaborada del grupo de Eysenck sultar:
B. Sandín, R. M. Valiente, P.
para valorar la personalidad. A partir de 100 ítems aborda las dimensiones Chorot, M. Olmedo, y M. A.
de extraversión, neuroticismo, psicoticismo y sinceridad. Además de esta ver- Santed (2002). Versión espa-
ñola del cuestionario EPQR-
sión, existe otra abreviada y validada en España elaborada por Sandín, Valien- Abreviado (EPQR-A) (I): aná-
te, Chorot, Olmedo y Santed (2002) que, a partir de 24 ítems dicotómicos, lisis exploratorio de la estruc-
tura factorial. Revista de Psico-
valora 3 subescalas clínicas (extraversión, neuroticismo y psicoticismo) y una patología y Psicología Clínica,
7(3), 195-205.
relacionada con la deseabilidad social (sinceridad).
3)�Autorregistro
Fichas�ad�hoc�de�autoobservación
Actividad
Teniendo en cuenta el fragmento siguiente del autorregistro de una paciente, ¿de qué
problema se podría tratar? ¿En qué áreas de evaluación incidiríais? ¿Qué tipo de preguntas
utilizaríais?
He ido a comprar al su- Me miran de manera Tristeza (8) Salgo del supermercado
permercado y he visto extraña. Seguro que Miedo (8) sin comprar y me voy a
a unas compañeras de piensan que no sirvo casa.
clase. para nada.
La elaboración de los registros puede ser costosa para los pacientes, por lo que
hay que dedicar un tiempo a motivarlos, así como a explicar la importancia
que esta tarea tiene para el proceso terapéutico. Del mismo modo, hay que
resaltar la importancia de rellenar el registro con determinada frecuencia para
que el olvido no interfiera en la información plasmada. En este proceso, ade-
© FUOC • PID_00247477 81 La evaluación en psicología clínica
más, resulta fundamental buscar la fórmula más viable para la persona, por
ejemplo, utilizando una pequeña libreta o sistemas de alarma que le recuerden
que debe cumplimentar el registro.
© FUOC • PID_00247477 83 La evaluación en psicología clínica
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