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ISAAC AMIGO VÁZQUEZ

CONCEPCiÓN FERNÁNDEZ RODRíGUEZ


PROFESORES TITULARES DE PSICOLOGíA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO

MARINO PÉREZ ÁLVAREZ


CATEDRÁTICO DE PSICOLOGíA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO

3.a edición

M nual de
psicol gía
de la salud

EDICIONES PIRÁMIDE
~

Indice

Presentación 17

PARTE PRIMERA
Conceptualización de la psicología de la salud

1 D la psicología de la salud 21
1. Aproximación histórica a los conceptos de salud y enfermedad 21
1.1. La relación mente-cuerpo 21
1.2. El modelo biomédico 22
1.3. Hacia una nueva conceptualización de la salud y la enfermedad 24
1.3.1. El modelo biopsicosocial 24
2. El nacimiento de la psicología de la salud 25
2.1. Delimitación disciplinaria 26
2.1.1. Medicina psicosomática 26
2.1.2. Psicología médica 27
2.1.3. Medicina conductual 27
2.1.4. Psicología clínica........................................................................... 28
2.2. La práctica profesional de la psicología de la salud 29

2. Aspectos teóricos y estrategias de intervención para la modificación


de las conductas de salud 31
1. Hábitos saludables 31
2. Los obstáculos en el camino de la prevención 33
2.1. Actitudes y pautas culturales 33
2.2. La naturaleza de los hábitos saludables 34
2.3. El sistema sanitario y los cambios en las recomendaciones sobre la salud.... 34
2.4. La orientación de la psicología clínica........................................................ 34
3. La conducta de salud y sus determinantes 35
3.1. El contexto social 35
3.2. La percepción del síntoma 35
3.3. Los estados emocionales 35
3.4. Las creencias sobre la salud 36

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4. Aproximaciones teóricas al concepto de conducta de salud 36


4.1. El modelo de la creencia sobre la salud (MCS) .. 36
4.2. El cambio de actitud como estrategia de prevención 37
4.2.1. Campañas informativas 37
4.2.2. Apelaciones al miedo . 38
4.2.3. Cambio de actitud y cambio de conducta 39
4.3. El enfoque conductual 39
4.3.1. El problema de la recaída 40
5. Aplicaciones de los enfoques teóricos 40
5.1. Las recomendaciones del médico 40
5.2. Las campañas en los medios de comunicación 40
5.3. La promoción de la salud en la escuela....................................................... 41
5.4. La promoción de la salud en el lugar de trabajo 42
5.5. Grupos de autoayuda 43
5.6. Programas comunitarios 43
5.7. Conclusiones............................................................................................... 44

PARTE SEGUNDA
Conducta y salud

3. Control del peso, dietas y trastornos alimentarios 47


1. Introducción.......................................................................................................... 47
2. Mecanismos de regulación del peso...................................................................... 47
2.1. El efecto suelo de las dietas .. 48
2.2. El efecto techo de la sobrealimentación 49
2.3. El concepto de setpoint o punto de ajuste del peso 49
2.4. La facilidad para ganar peso 50
3. ¿Es la obesidad un riesgo para la salud? 52
3.1. El sistema de medida y el grado de obesidad 53
3.2. La distribución de la grasa en el cuerpo 54
3.3. Las fluctuaciones de peso 55
4. Las dietas 55
4.1. El mantenimiento de la pérdida de peso 58
4.2. El efecto de las dietas yo-yo 59
4.3. Fármacos y cirugía 59
4.4. Atracones y sobrepeso 60
5. Trastornos de la conducta alimentaria 61
5.1. La anorexia nerviosa 61
5.1.1. El abordaje de la anorexia nerviosa 64
5.2. La bulimia 65
5.2.1. La lógica de la bulimia 67
5.2.2. La intervención en la bulimia 68
5.3. El trastorno por atracón 69
5.3.1. La lógica del trastorno por atracón 70
5.3.2. La intervención en el trastorno por atracón 71
6. Programa para la prevención de la anorexia y la bulimia 72
6.1. Objetivos del programa 72
6.2. Características del programa 72
6.3. Descripción del programa sesión por sesión 72

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índice / 11

4. Ejercicio físico ......................................................................................................... 75


1. Ejercicio físico y adaptación 75
2. Efectos saludables del ejercicio físico 75
2.1. Sistema cardiovascular 76
2.2. Cáncer......................................................................................................... 79
2.3. Ansiedad 81
2.4. Depresión.................................................................................................... 82
2.5. Control de peso 84
2.6. Otros beneficios . 86
3. Riesgos del ejercicio físico 87
4. La enseñanza de la educación física 89

5. Alcohol 91
l. Introducción.......................................................................................................... 91
2. Los beneficios del alcohol 92
2.1. Sobre la salud cardiovascular 92
2.2. Alcohol y el riesgo de úlcera 94
2.3. Otros efectos 95
3. Los peligros del alcohol 95
4. ¿Es el alcoholismo una enfermedad?: implicaciones en la prevención 96

6. Tabaco....................................................................................................................... 99
l. El consumo de tabaco 99
2. Tabaco y enfermedad 100
2.1. Enfermedades cardiovasculares 101
2.2. Cáncer 101
2.3. Envejecimiento de la piel 102
2.4. Impotencia 103
2.5. Otros efectos del tabaco 104
3. El fumador pasivo 104
4. Los beneficios del abandono del tabaco 105
5. Prevención del tabaquismo 106
6. Programa para la prevención del abuso de sustancias 106
6.1. Objetivos del programa 107
6.2. Características del programa 107
6.3. Descripción del programa por componentes 107

PARTE TERCERA
Conducta y enfermedad

111.1. El papel del estrés en el desarrollo de la enfermedad

7. Estrés 115
1. Delimitación conceptual 115
2. Rutas psicofisiológicas del estrés 117
2.1. El sistema nervioso autónomo 117
2.2. El sistema hipotalámico-hipofisario-suprarrenal 118
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12 / índice

3. Estrés y enfermedad 119


3.1. Estrés y sistema cardiovascular 119
3.2. Estrés y sistema gastrointestinal 120
3.3. Estrés y sistema endocrino 121
3.4. Estrés y sistema inmunitario 122
3.5. Estrés y sexualidad 123
3.6. Estrés y estados emocionales 126
3.7. Estrés y conducta de enfermedad 126
4. ¿Qué hace a una situación estresante? 127
4.1. La impredecibilidad de los acontecimientos 127
4.2. La incontrolabilidad de los acontecimientos 127
4.2.1. El burn out o el síndrome de estar quemado en el trabajo 129
4.3. La falta de apoyo social 131
4.4. Los eventos vitales estresantes 133
4.5. El modo de afrontar la situación 136
5. Técnicas para el control del estrés 139
5.1. Técnicas de relajación muscular 139
5.2. Técnicas de biofeedback 140
5.2.1. Los cinco tipos de biofeedback más utilizados 141
5.3. Las diversas formas de la meditación trascendental.................................... 142
6. El estrés saludable 144

111.2. El dolor como problema central de los trastornos


psicofisiológicos

8. Dolor crónico 149


1. Caracterización del trastorno 149
2. Teorías explicativas del dolor 150
3. Conducta de dolor 152
4. Evaluación psicológica del dolor crónico 154
4.1. La entrevista 154
4.2. Procedimientos de autoinforme y cuestionarios 154
5. Tratamiento del dolor crónico......................................................... 155
5.1. Tratamiento farmacológico 155
5.2. Tratamientos psicológicos 156
5.2.1. Técnicas operantes 156
5.2.2. Técnicas de condicionamiento clásico 157
5.2.3. Técnicas cognitivo-conductuales 158
5.2.4. La terapia de aceptación y compromiso 160
5.2.5. Conclusiones................................................................................. 163

9. Cefaleas 165
1. Caracterización del trastorno 165
2. Clasificación de los dolores de cabeza 165
2.1. Cefalea tensional 166
2.2. Migrañas..................................................................................................... 166
2.3. Cefalea por sobreabuso de medicación 167
3. Mecanismos explicativos del dolor de cabeza 168
4. Evaluación psicológica del dolor de cabeza 169
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Índice / 13

5. Tratamientos del dolor de cabeza 170


5.1. Tratamiento farmacológico 170
5.1.1. Cefalea tensional 170
5.1.2. Migraña 170
5.2. Tratamiento dietético 170
5.3. Tratamientos psicológicos 171
5.3.1. Entrenamiento en relajación y biofeedback 171
5.3.2. Entrenamiento en asertividad 173

10. Placebo 175


1. Introducción....................................................................................................... 175
2. Definición.......................................................................................................... 176
3. Características del efecto placebo 177
4. Variables que modulan el efecto placebo 178
4.1. La conducta del profesional de la salud 178
4.2. Las características del paciente 178
4.3. La comunicación médico-paciente 179
4.4. Determinantes contextuales del efecto placebo 179
4.5. El marco cultural y el efecto placebo 180
4.6. La generalidad del efecto placebo 180
5. Mecanismos explicativos del efecto placebo 181

111.3. Enfermedades crónicas: prevención y tratamiento

11. Hipertensión esencial 185


1. Caracterización del trastorno 185
2. Factores de riesgo 186
2.1. Obesidad 186
2.2. Consumo de sal 186
2.3. Alcohol..................................................................................................... 186
2.4. Sedentarismo............................................................................................ 187
2.5. Variables psicológicas 187
2.6. Estrés 188
3. Evaluación de la presión arterial 189
3.1. La medida manual de la presión arterial 189
3.2. Métodos de medición automática de la presión arterial 190
3.3. La medida ambulatoria de la presión arterial (MAPA) 190
4. La hipertensión de bata blanca o hipertensión clínica aislada............................ 190
4.1. Caracterización de la hipertensión de bata blanca 190
4.2. Presión arterial y condicionamiento clásico 191
4.3. Implicaciones clínicas 192
5. Tratamiento de la hipertensión arterial 194
5.1. Tratamiento farmacológico....................................................................... 194
5.2. Tratamientos psicológicos 194

12. Síndrome del intestino irritable 197


1. Caracterización del trastorno 197
2. Sintomatología................................................................................................... 198
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14 / índice

3. Etiología............................... 199
4. Tratamientos del síndrome del intestino irritable 201
4.1. Tratamientos médicos 201
4.2. Tratamientos psicológicos 202
4.2.1. Hipnosis...................................................................................... 202
4.2.2. Biofeedback................................................................................ 202
4.2.3. Entrenamiento en el manejo del estrés 203
4.2.4. Manejo de contingencias 205
5. Intervención comportamental en el síndrome del intestino irritable 205
5.1. Evaluación conductual y análisis funcional 205
5.2. Tratamiento conductual 207
5.3. Estudio de un caso clínico 208

13. Asma bronquial 213

1. Caracterización del trastorno 213


2. Tratamiento médico 214
3. El papel de los factores psicológicos en el asma 214
3.1. Variables cognitivas 214
3.2. Variables emocionales 214
3.3. Variables conductuales 216
4. Evaluación de las variables psicológicas relevantes en el asma 216
4.1. La entrevista en el asma 216
4.2. Listado de Problemas Conductuales en el Asma 217
4.3. Encuesta de Actitud sobre el Asma 217
4.4. El autorregistro del asma. 217
5. El manejo de los factores psicológicos que contribuyen al asma 217
5.1. Corregir creencias erróneas sobre el tratamiento del asma....................... 218
5.2. Conocer las condiciones que desencadenan y agravan el asma 218
5.3. Reconocer los signos tempranos de la crisis y saber responder a ellos 218
5.4. Aprender técnicas de relajación y respiración abdominal........................ 219
6. Programas de automanejo 219

14. Cáncer 221

1. Caracterización del trastorno 221


2. Factores de riesgo del cáncer 223
3. Sintomatología................................................................................................... 226
4. Tratamiento médico 227
5. Consecuencias físicas y psicológicas del cáncer................................................ 228
6. Estilos de afrontamiento del cáncer 228
7. Intervenciones psicológicas en el cáncer 230
7.1. La comunicación de la información sobre la enfermedad 230
7.2. Intervención psicológica sobre los efectos negativos de la enfermedad y
del tratamiento........................................................................................... 231
7.3. Psicoterapia 232
7.3.1. Terapia psicológica adyuvante 233
7.4. Terapia de grupo 235
7.5. Terapias psicológicas para la prevención del cáncer y recidiva de la enfer-
medad 235

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índice / 15

PARTE CUARTA
La adhesión a los tratamientos

15. La adhesión a los tratamientos terapéuticos. 239


1. Los problemas de la adhesión 239
2. Concepto y teorías 241
2.1. Modelos biomédicos 241
2.2. Modelos conductuales 241
2.2.1. Modelos operantes 242
2.2.2. Modelos de comunicación 242
2.2.3. Modelos cognitivos 242
3. Evaluación de la adhesión 246
4. Factores asociados a la adhesión terapéutica 247
4.1. Variables de la enfermedad 248
4.2. Variables del tratamiento 248
4.3. Variables de la relación médico-paciente 248
4.4. Variables del paciente............................................................................... 249
5. Análisis funcional de la adhesión terapéutica 251
6. Estrategias de intervención para la promoción de la adhesión 257
6.1. Métodos para mejorar la comunicación.................................................... 259
6.2. Entrenamiento en entrevista clínica.......................................................... 260
6.3. Estrategias psicológicas de interés en la promoción de la adhesión 260
Anexo 15.1. Esquema de entrevista para promover la adhesión alos tratamientos 265
Anexo 15.2. Pauta de registro de variables implicadas en la adhesión terapéutica...... 268

16. La adhesión al tratamiento diabetológico 271


1. Caracterización del trastorno 271
2. Las barreras para la adhesión al tratamiento diabetológico 272
3. Los requisitos conductuales del tratamiento diabetológico 273
3.1. La medida de la glucosa: técnicas e indicadores 274
3.1.1. Glucosuria 275
3.1.2. Glucemia 275
3.1.3. Entrenamiento en discriminación del nivel de glucemia 276
3.1.4. Hemoglobina glucosilada 276
3.2. Medicación hipoglucemiante 277
3.2.1. La insulina................................................................................... 277
3.2.2. Antidiabéticos orales 278
3.3. Dieta 278
3.4. Ejercicio físico 279
3.5. Estados metabólicos descompensados 279
3.6. Estrés........................................................................................................ 280
4. Programas para facilitar la adhesión diabetológica 281
4.1. Programas educativos 281
4.2. Programas de modificación de conducta 282
Anexo 16.1. Descripción conductual de un programa de tratamiento diabetológico.
Un estudio de caso 285

Bibliografía 293

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Presentación

Esta tercera edición del Manual de psicología vención de la enfermedad. Por otro, analizar los
de la salud (ampliada y revisada) pretende ser una factores de riesgo cuya corrección, a través de com-
actualización de los conocimientos y los cambios portamientos adecuados, resultan fundamentales
en las líneas de trabajo que se van sucediendo con- para conseguir ese estado de bienestar físico y psi-
tinuamente dentro de esta área de conocimiento, al cológico que se suele denominar salud. En este
igual que ocurre en cualquier otro ámbito del tra- sentido, se resalta, paradójicamente, cómo deter-
bajo académico y científico. Si se examina la evo- minadas creencias y prácticas de salud (nutriciona-
lución de este texto, desde su primera edición en les o de ejercicio físico) resultan iatrogénicas.
1998 hasta la actualidad, se podrá comprobar el La tercera parte, conducta y enfermedad, se ini-
paso de una cierta ingenuidad inicial, en virtud de cia con un tema dedicado a explicar el papel que el
la cual se abrieron grandes expectativas en el ám- estrés tiene en el desarrollo de la enfermedad. Los
bito de la prevención y de la clínica de múltiples tres temas siguientes, el dolor crónico, las cefaleas
problemas de salud, a un cierto afianzamiento del y el placebo, se han incluido en un bloque dedica-
trabajo en un número limitado de temas. El dolor, do al dolor. El estudio del placebo es muy intere-
la prevención de conductas insalubres, los trastornos sante en este punto porque éste es su ámbito de
cardiovasculares, el cáncer o la adhesión a los tra- aplicación por excelencia. El siguiente bloque, den-
tamientos son áreas de trabajo preferentes donde se tro de este apartado, se refiere a las posibilidades
pueden encontrar aportaciones muy relevantes de de prevención y tratamiento de enfermedades cró-
muchos investigadores españoles. nicas muy prevalentes (la hipertensión esencial, el
De acuerdo con todo ello, el manual se estruc- síndrome del intestino irritable, el asma y el cáncer)
tura en cuatro partes fundamentales: Conceptuali- y que implican cambios sustanciales en el estilo de
zación, Conducta y salud, Conducta y enfermedad vida de las personas que las sufren.
y Adhesión a los tratamientos. Dentro de la prime- La última parte está dedicada a la adhesión a los
ra, se intenta una aproximación histórica y concep- tratamientos terapéuticos. Se trata de ilustrar, utili-
tual a esta disciplina. Se enfatizan también los pun- zando la diabetes como ejemplo para ello, cómo se
tos de intersección con otras áreas de la psicología. puede intervenir, desde una perspectiva psicológica,
En la segunda parte de este libro se aborda la para favorecer el cumplimento de los regímenes
relación entre conducta y salud. Se trata, por un terapéuticos.
lado, de presentar los aspectos teóricos y técnicas
de intervención en los que basarse para el desarro- Oviedo, julio de 2009.
llo de programas de promoción de la salud y pre- Los AUTORES

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PARTE PRIMERA
Conceptualización
de la psicolo ía de la salud
La psicología de la salud

1. APROXIMACiÓN HISTÓRICA indisociable mente-cuerpo diferente de la mera


A LOS CONCEPTOS DE SALUD suma de esos elementos, suele conllevar un énfasis
y ENFERMEDAD en lo que la persona puede hacer para mantener su
salud, tal como ocurrió en Grecia y en China o como
El nacimiento de la psicología de la salud habría en la actualidad propone el modelo biopsicosocial
que situarlo en un contexto en el cual, a pesar de de la salud. Por el contrario, el dualismo implica
los espectaculares avances que se han vivido dentro una visión de la salud como algo que viene dado y
del campo de la medicina y la farmacoterapia, se en la que se pone menos énfasis en la importancia
ha puesto de relieve que la salud no es sólo cuestión de los comportamientos saludables que en los tra-
de una tecnología que permita reparar los sistemas tamientos de las enfermedades, tal como en la ac-
biológicos del organismo cuando estos fallan, sino tualidad se desprende del modelo biomédico.
que ésta también depende de todo aquello que la
persona puede hacer para prevenir la enfermedad y
1.1. La relación mente-cuerpo
promover el bienestar. En este mismo sentido, la
OMS (1948) ya definió la salud no sólo como ausen- Un breve repaso a la historia nos permitirá obser-
cia de enfermedad, sino como un estado de bienes- var cómo el modo de entender la salud que propone
tar físico y psicológico. la psicología de la salud está esbozado formalmente
A lo largo de la historia y en todas las culturas, en culturas muy distintas a la nuestra. En la antigua
siempre se han reconocido y enseñado comporta- Grecia se consideraba que la mente y el cuerpo es-
mientos muy distintos y a veces contradictorios para taban esencialmente unidos, de tal manera que se
potenciar la salud. Baste pensar, por ejemplo, en influían mutuamente. Hipócrates es, probablemente,
los cambios en las recomendaciones dietéticas que el mejor representante de esa tradición. La salud,
se han efectuado en el mundo occidental en las según él, era la resultante de un estado de armonía
últimas décadas en relación al valor nutricional de del individuo consigo mismo y con el exterior, mien-
determinados alimentos. tras que la enfermedad devenía de la ruptura de ese
Esas recomendaciones sobre lo que hay hacer equilibrio por causas naturales. Ahora bien, dentro
para llevar un estilo de vida saludable, vienen de- de las causas naturales no sólo incluía las de natura-
terminadas, en gran medida, por el modo en que leza biológica, sino también las relativas al compor-
cada cultura ha entendido la relación mente-cuerpo. tamiento del individuo y su «personalidad». Mucho
Dicha relación, a lo largo de la historia de las civi- antes, en China, también se desmolló una concepción
lizaciones' ha ido balanceándose desde una pers- naturalista de la salud y de la enfermedad. Esta
pectiva holística a una visión dualista. La primera, aproximación evolucionó de un modo independien-
que supone asumir que el ser humano es un todo te a las nociones desarrolladas en el mundo occiden-

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22 / Manual de psicología de la salud

tal, aunque también entendía la enfermedad como Efectivamente, el modelo biomédico tuvo su
un fenómeno natural. El concepto clave para enten- fundamento doctrinal en el dualismo mente-cuerpo
der la noción de enfermedad en la cultura china sería y la teoría que quizá mejor la representó fue la de
el balance de fuerzas. La enfermedad aparecería René Descartes (1596-1656). Descartes planteó que
cuando se rompiese el balance de esas fuerzas opues- lo físico y lo espiritual son dos realidades separadas;
tas, por ejemplo, cuando el cuerpo sufre mucho calor mientras que el cuerpo pertenecería a la realidad
o mucho frío, o cuando se sufre un acontecimiento física, la mente sería una realidad espiritual. De
emocional o se produce un desequilibrio en la dieta. acuerdo con esta visión, el cuerpo sería como una
Desde esta perspectiva, mente y cuerpo están indi- máquina que podría ser analizada en términos de
solublemente unidos y la salud física se ve decisiva- sus partes constituyentes y entendida así en térmi-
mente influida por las emociones y conductas de las nos mecánicos. La enfermedad sería, entonces, el
personas. Esta visión sigue vigente aún hoy en día resultado del fallo de algún elemento de la máqui-
en la medicina china actual (Pachuta, 1989). na y, al igual que haría un mecánico, el trabajo del
Durante la Edad Media se produjo un giro en médico sería el de diagnosticar dicho fallo y repa-
esta concepción naturalista de la salud en el mundo rar la maquinaria. Desde esta perspectiva, la salud
occidental hacia un visión dualista del ser humano y la enfermedad pasan a ser vistas como una cues-
según la cual, dentro de cada persona, hay un espí- tión meramente bioquímica, omitiéndose la impor-
ritu eterno que vive dentro de un cuerpo finito. Este tancia de los factores sociales o psicológicos. Este
enfoque espiritualista se hizo cada vez más domi- planteamiento dualista, que con el tiempo ha llega-
nante debido al poder creciente de la Iglesia Cató- do a ser dogma oficial de la naturaleza humana
lica en todos los ámbitos de la sociedad en esa (Ryle, 1949), fue admitido muy prontamente por la
época. Su influencia en la practica médica era tal Iglesia Católica, ya que el avance científico dej aba
que, en el año 1139, el Papa Inocencia 11 dictó una de ser un peligro para sus dogmas y para el poder
norma por la que prohibía a los sacerdotes dispen- social que ejercía. El espíritu y la mente pasaban a
sar medicina, con objeto de que se dedicaran más ser entendidos como algo inmaterial, no sujeto a
intensamente a las prácticas propias de su ministe- las leyes del mundo físico a las que estaba someti-
rio (Shelton, Anastopoulos y Elliot, 1991). La en- do el cuerpo. Esta perspectiva de la realidad per-
fermedad era vista como el resultado de la violación manece fuertemente arraigada en la cultura occi-
de una ley divina y la curación como resultado de dental actual.
la fe y arrepentimiento del pecado. Los procedi- No obstante, se debe subrayar que esta aproxi-
mientos curativos eran en realidad prácticas reli- mación mecánico-analítica de la enfermedad deri-
giosas. Durante el Renacimiento se recuperó una vada del posicionamiento dualista ha reportado
cierta conceptualización de la enfermedad en (dejando al margen sus problemas, que veremos
términos naturalistas. Durante este período, se más adelante) grandes beneficios a la humanidad.
vivió un renovado interés por el estudio de las Así, por ejemplo, las enfermedades infecciosas han
ciencias, fruto del cual fueron, por ejemplo, el sido en gran medida controladas, las tasas de mor-
desarrollo del microscopio o la realización de las talidad han decrecido espectacularmente en el mun-
autopsias. Sin embargo, «esta visión holística del do occidental y la cirugía ha permitido tratar e,
fenómeno salud-enfermedad, empieza a cobrar incluso, curar algunas enfermedades que antes re-
influencia en el pensamiento médico como un sultaban fatales.
residuo ancestral notablemente desnaturalizado.
Será durante el Renacimiento cuando tenga lugar
1.2. El modelo biomédico
el hecho que cambió la historia de la medicina y
posibilitó la aparición, consolidación y absoluta El modelo biomédico descansa sobre dos supues-
primacía del modelo biomédico» (Gil Roales- tos básicos (Engel, 1977). El primero de ellos es la
Nieto, 1996). doctrina del dualismo mente-cuerpo, descrita en el

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La psicología de la salud / 23

apartado anterior, en virtud de la cual se entiende los síntomas que el paciente refiere, una vez exclui-
que el cuerpo es una entidad física y la mente forma da la patología orgánica (véase capítulo 12). Por lo
parte del dominio espiritual. El segundo principio tanto, la exactitud en el diagnóstico también depen-
es el del reduccionismo. Se asume que todo el de, en cierta medida, de la habilidad del médico en
proceso de la enfermedad se limita a una cuestión la entrevista terapéutica y su capacidad para com-
de reacciones físicas y químicas. Un cáncer, por prender los determinantes psicológicos, sociales y
ejemplo, es visto como un fenómeno de naturaleza culturales de los síntomas presentados por el pa-
física en el cual la proliferación incontrolada de ciente.
células, fruto de una mutación genética, acabará En tercer lugar, la aproximación biomédica a la
dañando otros órganos y tejidos del organismo, enfermedad, concentrada en el estudio de la· pro-
mientras que la reacción emocional de la persona blemática fisiológica ignora la influencia de deter-
a esa enfermedad, así como otros elementos, como minadas situaciones vitales en la salud de las per-
la adhesión al tratamiento que pueden ser impor- sonas. La enfermedad no sólo está mediada por la
tantes en su evolución son, generalmente, obviados. susceptibilidad biológica del organismo, sino que
En definitiva, se aborda la enfermedad atendiendo también son decisivos en ella los eventos vitales
a sus aspectos físicos, se trata un cáncer o un infar- estresantes que una persona sufre a lo largo de su
to de miocardio y no se presta atención al hecho de vida (véase capítulo 7).
que detrás de ellos hay una persona cuya respuesta Por otra parte, los factores psicológicos y socia-
(personal, familiar, etcétera) a ese nuevo estado va les son fundamentales a la hora de determinar
a influir en el curso de la patología. cuándo una persona y aquellos que le rodean llegan
Aunque este modo de entender la enfermedad a verla como enferma. Puesto que esta etiqueta
ha dado lugar a grandes éxitos médicos, Engel suele ser la razón última a la hora de tomar la de-
(1977) ha puesto de manifiesto algunas de las in- cisión de buscar ayuda médica, el modelo biomé-
suficiencias que esta perspectiva médica presenta a dico resulta insuficiente a la hora de explicar por
la hora de dar cuenta del proceso salud-enfermedad. qué la gente, en algunos casos, no busca ayuda y
En primer lugar, desde el modelo biomédico, el por qué decide tomar esa decisión o por qué cumple
criterio fundamental para el diagnóstico de la en- las prescripciones médicas (véase capítulo 15).
fermedad es la presencia de anormalidades bioquí- En quinto lugar, el modelo biomédico también
micas. Esto ignora el hecho documentado de que puede fracasar a la hora de determinar la recupe-
esas alteraciones bioquímicas son condiciones ne- ración de la salud después de la enfermedad. Se
cesarias pero no suficientes para el establecimiento sobrentiende, en muchos casos, que la enfermedad
del diagnóstico. Éste sería el caso, por ejemplo, de finaliza cuando se han corregido las alteraciones
la llamada hipertensión de bata blanca (véase capí- fisiológicas. Sih embargo, no siempre ocurre así,
tulo 11) donde la medición de un parámetro bioló- tal y como queda ilustrado en el caso del dolor
gico se puede mostrar insuficiente e, incluso, iatro- crónico benigno (véase capítulo 8), en el cual las
génico en el diagnóstico y tratamiento de la consecuencias sociales pueden mantener las quejas
hipertensión esencial. del paciente.
En segundo lugar, el diagnóstico del estado fí- Finalmente, dentro de estas críticas al modelo
sico depende también, en gran medida, de la infor- biomédico, Engel también señala el hecho poco
mación que proporciona el paciente. Aunque el reconocido de que el resultado del tratamiento
examen físico y las pruebas de laboratorio son también se verá influido decisivamente por la rela-
decisivas para identificar la enfermedad, el diag- ción médico-paciente. Si bien desde la perspectiva
nóstico descansa, además, sobre lo que el paciente biomédica el énfasis se pone en el uso de medica-
es capaz de comunicar al profesional de la salud. mentos u otras tecnologías, la interacción con el
Así, por ejemplo, el diagnóstico de los trastornos médico puede ser decisiva, puesto que de ella de-
digestivos funcionales se establece únicamente por pende, en gran medida, la cooperación del pacien-

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24 / Manual de psicología de la salud

te. Además, las reacciones a la conducta del médi- en cuenta todos los procesos implicados y se deben
co pueden traducirse en cambios psicofisiológicos tratar de medir los tres tipos de variables antes
que alteran el curso de la enfermedad. En este sen- mencionadas. Si ello no se hace así y el investigador
tido, Engel (1977) ha señalado que los requerimien- atribuye a un tipo particular de variables el prota-
tos de insulina de un diabético pueden fluctuar, gonismo principal, se deberá sobrentender que los
significativamente, dependiendo de la percepción otros tipos de variables son condiciones necesarias
que el paciente tiene de su relación con el doctor para que tenga lugar el proceso. Por ejemplo, en el
(véase capítulo 16). caso de un infarto de miocardio, si se atribuye al
estrés un papel decisivo como desencadenante del
mismo se está asumiendo que ciertas condiciones
1.. 3.. Hacia una nueva conceptualización
biológicas del organismo son necesarias para que
de la salud y la enfermedad
este proceso ocurra (véase capítulo 7).
Ante las dificultades planteadas al modelo bio- Para comprender el proceso de interacción de las
médico, diversos autores han sugerido la necesidad variables biológicas, psicológicas y sociales, los
de formalizar una nueva conceptualización que investigadores, en general, han adoptado la teoría de
permita comprender y controlar mejor la enferme- sistemas. Según ésta, todos los niveles de organiza-
dad (Jasnoski y Schwartz, 1985). Aunque en este ción en cualquier ente están relacionados entre sí
intento se plantean opciones con matices distintos, jerárquicamente y los cambios en cualquier nivel
existe, obviamente, un gran acuerdo en la necesidad afectarán a todos los demás. Por lo tanto, la salud,
de incorporar los aspectos positivos del modelo la enfermedad y la atención médica serían un con-
biomédico así como sus avances técnicos y farma- junto de procesos interrelacionados que provocan
cológicos. Lo que se pretende es, en definitiva, cambios en el organismo y éstos, a su vez, sobre los
superar la formulación dualista cuerpo-mente. otros niveles. Obviamente, esta conceptualización
fuerza a adoptar un perspectiva multidisciplinar y en
el ámbito de la investigación requiere la utilización
1.. 3.. 1.. El modelo biopsicosocial
del análisis multivariado y otras complejas pruebas
El modelo biopsicosocial sostiene que es el con- estadísticas para el estudio de los determinantes de
junto de los factores biológicos, psicológicos y so- la salud y de la enfermedad (Vallejo, 1996).
ciales el determinante de la salud y de la enfermedad El modelo biopsicosocial conlleva, como es na-
(Reig, 2005). De este modo, tanto los que se podrían tural, distintas implicaciones clínicas. En primer
calificar de macroprocesos (apoyo social, trastornos lugar, se sostiene que el proceso de diagnóstico
de salud mental, etcétera) como los microprocesos debería considerar siempre el papel interactivo de
(alteraciones bioquímicas) interactúan en el proceso los factores biológicos, psicológicos y sociales a la
de salud-enfermedad. Lo cual implica que la salud hora de evaluar la salud o enfermedad de un indi-
y la enfermedad tienen una causación múltiple y que viduo. Por lo tanto, el mejor diagnóstico es el que
múltiples, también, son sus efectos. El modelo biopsi- se hace desde una perspectiva multidisciplinar (véa-
cosocial, además, pone en el mismo ámbito de su se capítulo 8).
interés la salud y la enfermedad (frente al modelo Por otra parte, el modelo también sostiene que
biomédico que se ocupa fundamentalmente de la las recomendaciones para el tratamiento deben tener
enfermedad) y sostiene que la salud es algo que se en cuenta los tres tipos de variables antes mencio-
alcanza cuando el individuo tiene cubiertas sus ne- nadas. Se trata, en definitiva, de ajustar la terapia a
cesidades biológicas, psicológicas y sociales y no las necesidades particulares de cada persona, con-
como algo que le es concedido como un don. siderando su estado de salud en conjunto y hacien-
En el ámbito de la investigación, el modelo sos- do aquellas recomendaciones de tratamiento que
tiene que para comprender los resultados en el sirvan para abordar el conjunto de problemas que
dominio de la salud y la enfermedad, se deben tener esa persona plantea.

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La psicología de la salud / 25

En tercer lugar, el modelo biopsicosocial desta- serie de cambios importantes en su estilo y calidad
ca explícitamente la importancia de la relación de vida (por ejemplo, mantener una buena adhesión
entre el paciente y el clínico. Se reconoce que una a los tratamientos crónicos) a los que las personas
buena relación entre ambos puede mejorar de un deben adaptarse.
modo sustancial la adhesión del paciente al trata- Finalmente, el modelo médico de la enfermedad,
miento, la propia efectividad del mismo y acortar como ya hemos señalado, entiende la enfermedad
el tiempo de recuperación de la enfermedad. En en términos de un desorden biológico o desajustes
definitiva, desde este modelo se insiste en la nece- químicos y, en definitiva, asume el dualismo mente-
sidad de que el médico debe comprender además cuerpo. Esta perspectiva es, a todas luces, insufi-
de los factores biológicos, los factores psicológicos ciente, tanto para entender como para tratar los
y sociales que contribuyen al desarrollo y mante- problemas de salud crónicos que han emergido con
nimiento de la enfermedad con objeto de abordarla fuerza a lo largo del siglo xx. En este sentido, los
adecuadamente. clínicos que gozan de mayor prestigio y conoci-
miento saben que el mejor de los diagnósticos y
tratamientos posibles siempre estará influido por la
2. EL NACIMIENTO DE LA PSICOLOGíA calidad de la relación médico-paciente que se haya
DE LA SALUD establecido.
Por todas estas razones y en pleno desarrollo de
En un contexto interesado por un modelo holís- esta perspectiva emergente de los problemas de
tico de salud, surge el nacimiento formal de la salud, la Asociación Americana de Psicología (APA)
psicología de la salud (Ballester, 1998), coincidien- creó, en 1978, como una más de sus divisiones, la
do ello, además, con la propuesta formulada a fina- 38 concretamente, la Health Psychology (división
les de los sesenta, de considerar la psicología como de psicología de la salud) que al año siguiente, en
una profesión sanitaria, al reconocerse que la con- 1979, publica su primer manual Health Psychology.
ducta del ser humano puede ser crucial tanto en el A Handbook (Stone, Cohen y Adler, 1979). En 1982
mantenimiento de la salud como en el origen y también aparece la revista de esta división de la
evolución de la enfermedad. APA con el título Health Psychology.
Básicamente, son tres las razones que se suelen Las atribuciones de esta disciplina y sus áreas
plantear como causas particulares de la emergencia de trabajo quedan descritas en la vigente, y am-
de la psicología de la salud. En primer lugar, desde pliamente aceptada, definición de Matarazzo
mediados del siglo xx asistimos a un cambio en la (1980, p. 815):
preocupación sanitaria que se ha desplazado, en una
medida importante, desde las enfermedades infec- «La psicología de la salud es la suma de las
ciosas (que hoy se encuentran, en general, bastante contribuciones profesionales, científicas y edu-
bien controladas a través de los antibióticos) a los cativas específicas de la psicología como disci-
trastornos de carácter crónico de etiología pluricau- plina' para la promoción y mantenimiento de la
sal que están ligados al estilo de vida propio de las salud, la prevención y tratamiento de la enfer-
sociedades industrializadas. El incremento de estás medad, la identificación de los correlatos etio-
«nuevas» enfermedades (como el cáncer o los pro- lógicos y diagnósticos de la salud, la enfermedad
blemas cardiovasculares) es, en definitiva, produc- y la disfunción asociada, además del mejora-
to de comportamientos y hábitos poco saludables miento del sistema sanitario y la formulación de
o insanos, que, actuando sinérgicamente, facilitan una política de la salud».
la aparición de enfermedad.
En segundo lugar, este tipo de enfermedades En esta formulación de Matarazzo se recogen
crónicas, con las cuales el paciente tiene que con- las cuatro líneas de trabajo fundamentales del psi-
vivir durante muchos años, suelen conllevar una cólogo de la salud. En primer lugar se destaca la

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26 / Manual de psicología de la salud

promoción y el mantenimiento de la salud, que quiso dar cuenta de las relaciones entre los procesos
incluiría todo el ámbito de las campañas destinadas psicológicos y las estructuras somáticas. Histórica-
a promover hábitos saludables, como, por ejemplo, mente se han descrito dos momentos en la evolución
el de una dieta adecuada. La segunda línea de tra- de la medicina psicosomática (Lipowski, 1986). El
bajo la constituye la prevención y el tratamiento de primero comprende entre 1935 y 1960 y se carac-
la enfermedad. La psicología de la salud enfatiza teriza por la notable influencia del psicoanálisis. De
la necesidad de modificar los hábitos insanos con hecho, en esta fase, la medicina psicosomática se
objeto de prevenir la enfermedad, sin olvidar que centró fundamentalmente en el estudio de la etio-
se puede trabajar con aquellos pacientes que sufren logía y patogénesis de la enfermedad física desde
enfermedades en las cuales tienen gran importancia una perspectiva abiertamente psicodinámica. Se
ciertos factores conductuales, además de enseñar a asumía que las causas de algunas enfermedades
la gente que ya ha enfermado a adaptarse con más orgánicas concretas se encuentran en ciertas carac-
éxito a su nueva situación o aprender a seguir los terísticas de personalidad, conflictos interpersona-
regímenes de tratamiento. En tercer lugar, la psico- les y el modo de responder a dichos conflictos. Si
logía de la salud también se centra en el estudio de se suma una cierta vulnerabilidad orgánica, consti-
la etiología y correlatos de la salud, enfermedad y tucional o adquirida a la presencia de los tres facto-
las disfunciones. En este contexto la etiología hace res antes mencionados, el resultado será una enfer-
referencia al estudio de las causas (conductuales y medad específica. Según uno de sus representantes
sociales) de la salud y enfermedad. Dentro de las más relevantes en ese momento, Alexander (1950),
mismas se incluirían hábitos tan referidos como el las alteraciones de salud más importantes que po-
consumo de alcohol, el tabaco, el ejercicio físico o dían considerarse de naturaleza psicosomática serían
el modo de enfrentarse a las situaciones de estrés. el asma, la neurodermatitis, la úlcera de duodeno,
Finalmente, también se atribuye como competencia la colitis ulcerosa, la artritis reumatoide, la hiper-
de la psicología de la salud el estudio del sistema tensión esencial y la diabetes.
sanitario y la formulación de una política de la A partir de 1965 se observa un cambio de orien-
salud. En definitiva, se trataría de analizar el im- tación en esta disciplina. Se abandonan progresiva-
pacto de las instituciones sanitarias y de los profe- mente las formulaciones psicoanalíticas para expli-
sionales de la salud sobre el comportamiento de la car la enfermedad, se busca una base más sólida de
población y desarrollar recomendaciones para me- conocimiento equiparable al de la medicina y se
jorar el cuidado de la salud. plantea la necesidad del desarrollo de técnicas te-
rapéuticas eficaces para el tratamiento de la enfer-
medad psicosomática. Este cambio de orientación
2.1. Delimitación disciplinaria
queda plasmado en los objetivos que, según Lipow-
La psicología de la salud no es la única disci- ski (1977), le corresponderían a la medicina psico-
plina que se ha ocupado del campo antes descrito. somática: 1) el estudio del papel de los factores
A continuación, trataremos de puntualizar las di- psicológicos, biológicos y sociales en la homeos-
ferencias y los puntos de encuentro que mantiene tasis del ser humano; 2) una aproximación holísti-
con otras áreas de conocimiento. ca a la práctica de la medicina, y 3) una relación
con la práctica psiquiátrica de consulta-apoyo.
A pesar de esta notable evolución, las diferencias
2.1.1. Medicina psicosomática
entre la medicina psicosomática y la psicología de
La medicina psicosomática constituyó el primer la salud se plantean de un modo evidente. El énfa-
intento de investigar, dentro del ámbito médico, las sis de la primera en la enfermedad y en el trata-
relaciones entre las variables psicosociales y las miento frente al interés de la segunda en la salud y
alteraciones psicofisiológicas. El término fue acu- la prevención son alguno de los contrastes que se
ñado en 1918 por Heinroth (Reig, 1981). Con él se acentúan si se atiende a la metodología o a las

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La psicología de la salud / 27

técnicas de intervención. Al margen de su papel objeto de intervención y olvida, además, el papel


histórico de sensibilizar a los médicos y psicólogos de otras profesiones clínicas en el cuidado de la
hacia la interacción de las emociones y los desór- salud, subordinando el campo psicológico al médi-
denes físicos, el interés casi exclusivo de la medi- co y confundiendo el objeto de estudio con la com-
cina psicosomática por el tema de la enfermedad petencia profesional (Gil Roales-Nieto, 1996).
(en detrimento de la salud), su inicial vinculación
con la teoría psicoanalítica y atención limitada a un
2.1.3. Medicina conductual
pequeño grupo de alteraciones fisiológicas, reduje-
ron las posibilidades de esta disciplina para hacer- Posiblemente, deslindar la «medicina conduc-
se cargo de la temática de la salud en su sentido tual» de la «psicología de la salud» constituye
más amplio. el ej ercicio más difícil de delimitación concep-
tual dentro de esta área de conocimiento, ya que
2.1.2. Psicología médica
hasta los años ochenta ambos términos se usa-
ron casi indistintamente para referirse a esta nueva
La definición muy amplia y general de lo que es aproximación de tipo biopsicosocial a la salud. El
la psicología médica formulada, por Asken (1979), término «medicina conductual» fue utilizado por
puede ilustrar perfectamente el campo diverso y primera vez en 1973 apareciendo en el título del
disperso que se le asigna a esta disciplina. Según libro Biofeedback: Behavioral Medicine (Birk,
este autor su objetivo es: 1973). Se presenta este término como un sinónimo
y complemento del biofeedback y se reconoce así
«... el estudio de los factores psicológicos la importancia que tuvo el biofeedback en el naci-
relacionados con cualquiera de los aspectos de miento de esta disciplina. No obstante, el término
la salud física, la enfermedad y su tratamiento a equivalente en el ámbito infantil behavioral pedia-
nivel del individuo, el grupo y los sistemas. La trics ya había sido empleado en 1970 en un artícu-
psicología médica no representa una orientación lo sobre los factores conductuales en la etiología y
teórica particular; los problemas de la misma el curso de la enfermedad somática en el contexto
pueden ser conceptualizados desde cualquier hospitalario (Friedman, 1970).
orientación deseada. La psicología médica tiene, Tal y como expresa el concepto, la medicina
además, como foco, todas las áreas de interés conductual nace como una extensión de la tradición
académico: investigación, intervención, aplica- teórica conductista, por lo cual su preocupación
ción y enseñanza» (p. 67). principal fueron las conductas de salud y enferme-
dad, las contingencias que las mantienen y los cam-
Desde esta perspectiva dentro de la psicología bios necesarios que habría que operar en las mismas
médica cabría prácticamente todo. Se podría reco- para modificar dichas conductas. En la práctica
ger en ella la medicina psicosomática en su prime- clínica, la medicina conductual emplea las técnicas
ra etapa, se aceptaría la intervención psicológica en de modificación de conducta para la evaluación,
el ámbito médico desde posiciones teóricas distin- prevención y tratamiento de la enfermedad física o
tas e, incluso, contradictorias o, simplemente, cabría disfunciones psicofisiológicas, además de la utili-
el uso de técnicas psicológicas (de tipo psicométri- zación del análisis funcional de la conducta para la
co, por ejemplo) para el diagnóstico y evaluación comprensión de las conductas asociadas a los tras-
de la enfermedad física. A pesar de todo ello, la tornos médicos y problemas en el cuidado de la
psicología médica no ha podido englobar todo el salud (Pormelau y Brady, 1979, p. xii).
ámbito de trabajo que caracteriza a la psicología de En este sentido, Schwartz y Weiss formularon
la salud ni la conceptualización del objeto de estu- una definición de la medicina conductual, amplia-
dio de la misma. A modo de ejemplo, la psicología mente aceptada, en la que se recogen sus caracte-
médica no pone en primer plano la salud como rísticas esenciales:

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28 / Manual de psicología de la salud

«La medicina conductual es un campo inter- se han decantado dos posturas opuestas. Por un lado,
disciplinario ocupado en el desarrollo e integra- algunos autores sostienen que no hay justificación
ción de la ciencia biomédica y conductual, co- para la creación de una nueva especialidad de psi-
nocimiento y técnicas relevantes para la salud y cología de la salud (Belloch, 1996; Botella, 1966;
la enfermedad y la aplicación de esas técnicas y Echeburúa, 1996; Blanco-Picabia, 1996), ya que
ese conocimiento para la prevención, diagnósti- consideran que la psicología clínica puede asumir
co, tratamiento y rehabilitación» (Schwartz y todas las funciones que se pretenden desempeñar
Weiss, 1978, p. 250). desde el ámbito de la psicología de la salud. Entre
los argumentos que se han desgranado para defen-
En base a esta formulación dos son las diferen- der esta postura se encuentran: que no existen ele-
cias fundamentales que se pueden enfatizar entre mentos suficientes que diferencien adecuadamente
la psicología de la salud y la medicina conductual. la psicología clínica de la psicología de la salud;
En primer lugar, en la medicina conductual se pone que la psicología clínica puede contener a la psico-
el acento en su naturaleza interdisciplinaria, frente logía de la salud porque el único elemento que
a la psicología de la salud que se presenta como quedaría, hoy por hoy, fuera de la primera, sería el
una rama de la psicología y, en segundo lugar, de la prevención, de la que también se podría hacer
mientras que la medicina conductual parece cen- cargo el psicólogo clínico; que aceptar la división
trarse en el tratamiento y rehabilitación de la enfer- entre la psicología clínica (dedicada a los trastornos
medad, la psicología de la salud se preocupa, espe- emocionales) y la psicología de la salud (dedicada
cialmente, del ámbito de la promoción de la salud al tratamiento de la enfermedad física) supondría
(Godoy, 1999). reasumir la dualidad mente-cuerpo que es, precisa-
Es por ello, quizá, que el término medicina con- mente, lo que se intenta superar; que lo único que
ductual suele ser utilizado por los investigadores y se intenta es cambiar la etiqueta, pero sin que ello
clínicos que trabajan en el ámbito médico (hospi- suponga un auténtico cambio de funciones en lo
tales, facultades de medicina, etcétera), mientras que ha venido siendo el trabajo del psicólogo clí-
que el término psicología de la salud suele ser asu- nico y, finalmente, que, al menos en España, la
mido por los psicólogos que se dedican a la inves- psicología de la salud ha tomado un camino errado
tigación dentro de los distintos departamentos de porque se está haciendo, mayoritariamente, una
las facultades de psicología (Kaptein y Van Rooijen, psicología de la enfermedad y se han descuidado,
1990). de un modo muy importante, los aspectos relacio-
No obstante, en el trabajo profesional cotidiano nados con la prevención.
ambos términos no están tan distantes como las En el polo opuesto (Gil Roales-Nieto y Luciano,
discusiones conceptuales a veces dan a entender y, 1996; Pelechano, 1996) se han postulado distintas
de hecho, la mayor parte de los psicólogos que razones para justificar la existencia de una psicolo-
trabajan en el campo de la conducta, la salud y la gía de la salud desligada de la psicología clínica.
enfermedad combinan los elementos de ambas dis- Se sostiene que una aproximación biopsicosocial,
ciplinas. tal y como se ha presentado en este capítulo, lleva-
da a sus últimas consecuencias comportaría una
2.1.4. Psicología clínica visión unitaria de la clínica y de la salud, en tanto
que lo que se busca es romper la dualidad entre lo
Respecto a la delimitación de campos entre la psicológico y lo físico. Aunque desde una perspec-
psicología clínica y la psicología de la salud existe, tiva conceptual y académica esto parecería idóneo,
en nuestro país, una interesante polémica (Pelecha- su aplicación a la práctica profesional que día a día
no, 1996). Se trata de definir si son disciplinas desempeña hoy el psicólogo, parece más difícil. En
distintas o si cualquiera de ellas puede asumir los cualquier caso, asumir este planteamiento holístico,
contenidos y tareas de la otra. Frente a este dilema tanto conceptualmente como en sus consecuencias

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La psicología de la salud / 29

aplicadas, obligaría a un replanteamiento integral de la lógica conceptual de esta nueva especialidad.


del mundo académico y profesional, con la creación En un estudio sobre las ofertas de empleo en EE.UU.
de un tronco disciplinar común que podría girar en para psicólogos de la salud, Brannon y Feist (2001)
torno a las llamadas ciencias de la salud. observaron que las áreas de trabajo más demanda-
En definitiva, parece que, como ha ocurrido siem- das eran el manejo del estrés, los trastornos de
pre en la historia de la ciencia, la emergencia de alimentación y el dolor crónico. Muchas de esas
una nueva disciplina que se desgaja de otra genera ofertas de trabajo estipulaban que la persona con-
siempre tensiones de muchos tipos (profesionales, tratada debía formar parte de un equipo multidisci-
académicos y conceptuales). No obstante, en el caso plinar. En nuestro país, muchos psicólogos clínicos
que nos ocupa parece que la psicología de la salud se están ocupando de estos temas, además de otros
no es reductible a la psicología clínica, al menos en como el cáncer o la adhesión a los tratamientos.
el mundo académico. Sin embargo, esa distinción, Asimismo, cada vez es más frecuente la participa-
hoy por hoy, no es tan clara en el mundo profesio- ción del psicólogo en el diseño y ejecución de los
nal, sin que ello presuponga que la psicología de la programas de prevención de la enfermedad (Costa,
salud no pueda ser la matriz de la psicología clíni- 2008), tal como ocurre en el caso de los trastornos
ca, al menos desde una perspectiva conceptual. alimentarios, del abuso de sustancias o de las en-
fermedades de transmisión sexual. No obstante, en
un mercado tan competitivo como el de la salud,
2.2. La práctica profesional
todavía queda pendiente la aportación profesional
de la psicología de la salud
de los psicólogos a otra amplia gama de problemas,
Tal como hemos apuntado, en la actualidad, el sobre los cuales se están llevando a cabo múltiples
ejercicio profesional de la psicología de la salud en investigaciones en las universidades del mundo
nuestro país no se puede deslindar claramente de desarrollado. Los problemas cardiovasculares, los
la práctica de la psicología clínica. Sin embargo, sí trastornos gastrointestinales o el asma son algunos
han emergido campos de trabajo que forman parte ejemplos (Gatchel y Oordt, 2003).

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Aspectos teóricos y estrategias
de intervención para la modificación
de las conductas de salud

1. HÁBITOS SALUDABLES tos, la intervención centrada en el cambio de esas


conductas es esencial. Sin embargo, esos programas
Aunque habitualmente los conceptos de promo- de intervención son tan sólo, y muy a menudo,
ción de salud y prevención de la enfermedad se parcialmente exitosos debido al importante número
presentan como dos tareas diferentes, la realidad es de recaídas a medio plazo. Éste es el caso del taba-
que ambos términos acogen un contenido que, en quismo. Aunque se han desarrollado diversos pro-
muchos casos, se está solapando. De hecho, resul- gramas para el abandono del hábito de fumar que
taría difícil encontrar una estrategia de prevención alcanzan un éxito importante a corto plazo, a medio
que al mismo tiempo no sirviese para la promoción plazo un porcentaje significativo de sujetos retoma
de la salud, y viceversa, todas aquellas intervencio- este hábito. Es por esto, quizás, que los esfuerzos
nes que se orientan a potenciar la salud sirven, en actualmente también se vuelcan en la prevención
mayor o menor medida, para prevenir la enfermedad de esos hábitos insanos, entre los que se incluyen
(Gil Roales-Nieto, 1996). Este solapamiento es la prevención del tabaquismo entre adolescentes
especialmente evidente en lo referente a la llamada (Becoña, Palomares y García, 1994; Becoña 2006),
prevención primaria. la prevención del uso de drogas (Macia, 1995; Es-
Según la clasificación de Fielding (1978), co- pada y Méndez, 2003), la prevención del alcoholis-
múnmente aceptada dentro del campo de las ciencias mo (Secades, 2001) o la prevención de embarazos
de la salud (aunque no exenta de críticas), se pueden y enfermedades de transmisión sexual (Cáceres y
distinguir tres tipos fundamentales de prevención. Escudero, 2002; Lameiras, Rodríguez y Ojea, 2004).
La prevención primaria, que se refiere a las medidas A partir de esta división estratégica se podría
tomadas para prevenir la aparición de la enfermedad afirmar que mientras la promoción de la salud tie-
en personas sanas; la prevención secundaria, que ne como objetivo fundamental de sus intervenciones
se refiere a los esfuerzos necesarios que se realizan la adquisición y mantenimiento de comportamien-
para detener el progreso de la enfermedad una vez tos saludables y, por lo tanto, la mejora de la cali-
que ésta se ha iniciado y, finalmente, la prevención dad de vida, la prevención de la enfermedad eng-
terciaria, que incluye los procedimientos de trata- lobaría aquellas intervenciones cuyo objetivo es el
miento y rehabilitación de aquellas enfermedades de la reducción o eliminación de aquellos compor-
que ya han mostrado sintomatología clínica. tamientos que se pueden calificar como de riesgo
Dentro la prevención primaria se habla, a su vez, para el desarrollo de algún tipo de enfermedad.
de dos estrategias. La primera se centra en la mo- En esta línea, cobra pleno sentido la distinción
dificación de los hábitos insanos, como, por ejem- postulada por Matarazzo (1984) entre lo que él ha
plo, el tabaco, el alcoholo la dieta. Dado el enorme denominado patógeno conductual e inmunógeno
número de personas que participan de dichos hábi- conductual. El primero de esos conceptos haría

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32 / Manual de psicología de la salud

referencia a todos aquellos comportamientos que en el cáncer de hígado y está presente aproximada-
incrementan la susceptibilidad de la persona a las mente en el 50 por 100 de los fallecimientos por
enfermedades de mayor prevalencia y que son, accidente de tráfico.
actualmente, la causa más importante de mortalidad No obstante, las personas pueden desarrollar com-
en las sociedades industrializadas. De hecho, tal y portamientos que permiten reducir el riesgo de en-
como se presenta en la tabla 2.1, las principales fermar y es lo que Matarazzo (1984) denominó in-
causas de muerte en el mundo occidental parecen munógenos conductuales. Los efectos saludables de
estar estrechamente vinculadas a estos patógenos estos siete hábitos (tabla 2.2), fueron puestos de
conductuales. manifiesto en el estudio de Belloc (1973), en el cual
7.000 adultos fueron entrevistados sobre sus hábitos
de salud. Estas personas fueron seguidas entre cinco
TABLA 2.1 años y medio y nueve años y medio (los resultados
a los cinco años y medio de seguimiento aparecen
Principales causas de muerte en la sociedad
en la figura 2.1). A los nueve años y medio de la
industrializada y factores de riesgo asociados
entrevista inicial, los hombres que seguían los siete
hábitos saludables mostraban tan sólo el 28 por 100
Ataque al corazón Tabaco. de la mortalidad de la de aquellos que mostraban tres
Hipertensión. hábitos saludables o menos. En el caso de las muje-
Colesterol. res la cifra era del 43 por 100 (Breslow y Enstrom,
Obesidad. 1980; Enstrom y Breslow, 2008).
Alcohol.
Falta de ejercicio físico. TABLA 2.2
Dieta.
Exceso de sal en la dieta. Hábitos de vida relacionados con un mejor
Estrés. estado de salud (Belloc y Breslow, 1972)
Neoplasias malignas Tabaco.
Alcohol. 1. Dormir siete u ocho horas diarias.
Dieta. 2. Desayunar diariamente.
Sustancias cancerígenas 3. No tomar alimentos nunca o casi nunca entre co-
ambientales. midas.
Sustancias cancerígenas en 4. Mantenerse en el peso adecuado a la talla o próxi-
el ámbito laboral. mo a ello.
5. No fumar.
Accidentes de circulación Alcohol. 6. Tomar alcohol moderadamente o no hacerlo.
Estrés. 7. Practicar una actividad física regular.
No uso del cinturón de se-
guridad.

El otro modo de distinguir entre prevención de la


En concreto, se estima que el tabaco y el alcohol enfermedad y promoción de la salud ha sido formu-
en conjunto causan casi un 30 por 100 de las muer- lado por distintos autores sobre la base de los agen-
tes (Centers for Disease Control, 1991). El consumo tes implicados en el proceso. En concreto, Stokols
de cigarrillos contribuye, cuando menos, al desa- (1992) sostiene que mientras el concepto de promo-
rrollo de un amplio rango de enfermedades, entre ción de la salud enfatizaría el papel de los individuos,
las que se incluyen el ataque cardíaco, la bronquitis grupos y organizaciones como agentes fundamenta-
crónica y el enfisema pulmonar, además del cáncer les del desarrollo de las prácticas y políticas de salud
de pulmón, laringe, páncreas y vejiga. Mientras que para mejorar el bienestar individual y colectivo, la
el abuso del alcohol está implicado directamente prevención de la enfermedad se limitaría al ámbito
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Aspectos teóricos y estrategias de intervención para la modificación de las conductas de salud / 33

50 - - , - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

40-t----

30 - t - - -

20 -1----

O----L.--=
Hombres (3) Mujeres (3) Hombres (6-7) Mujeres (6-7)

45-54 años 55-64 años 65-74 años

Figura 2. l.-Relación porcentual entre el número de prácticas de salud (entre paréntesis) y la mortalidad a los cinco años
y medio de seguimiento. Adaptada de Belloc (1973).

clásico de la salud pública, destacando el papel que y, de hecho, así se verbaliza en muchas conversa-
desempeñan los profesionales sanitarios y las admi- ciones cotidianas que giran en torno a este tema
nistraciones públicas en la salud. (como ocurre todos los años el día de la lotería de
navidad, especialmente, entre los no premiados).
La cuestión está en que existen otros valores que
2. LOS OBSTÁCULOS EN EL CAMINO también ocupan una posición muy alta dentro de
DE LA PREVENCiÓN nuestra jerarquía cultural y que entran en clara
contradicción con el de la salud. Tener éxito, vivir
Aun cuando en la actualidad se dispone de una cómodamente o experimentar sensaciones muy fuer-
gran cantidad de información sobre lo que uno tes son algunas de las motivaciones que se oponen,
puede hacer para mantenerse saludable y muchas en muchos casos, al comportamiento saludable. En
personas, de hecho, se adhieren a conductas de este sentido, por ejemplo, las enfermedades cardio-
prevención, existen algunos obstáculos que limitan vasculares, primera causa de muerte en la sociedad
notablemente la generalización de las mismas al industrial, tienen entre sus factores de riesgo más
conjunto de la población. Dichos obstáculos se importantes el sedentarismo, la obesidad y el taba-
pueden agrupar en cuatro grandes categorías (Bis- co. Y, del mismo modo, la moda de la delgadez ha
hop, 1994). generado unos hábitos de alimentación iatrogénicos
(véase capítulo 3)
Por otra parte, una segunda actitud que dificulta
2.1. Actitudes y pautas culturales
los esfuerzos de prevención es la equiparación que
Dentro de la cultura occidental, la salud se con- se hace de la buena vida y hábitos poco saludables
sidera como uno de nuestros valores más apreciados (Fernández Ríos, 1997). En este contexto se sobren-

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34 / Manual de psicología de la salud

tiende, por ejemplo, que los alimentos más apete- farto o tener un riesgo alto. El hecho de no haber
cibles son los de alto contenido en colesterol, o que tenido nunca infarto puede proporcionar la sensa-
el sedentarismo es más reconfortante que el ejerci- ción de una cierta invulnerabilidad ante esta enfer-
cio físico moderado. Este sobrentendido olvida que medad. Asimismo, en muchas conductas de riesgo
igual que se aprende a disfrutar de un tipo de ali- no existen señales anticipatorias o estímulos discri-
mentación o de una pauta de actividad física también minativos de los problemas que pueden acarrear y,
se puede aprender a disfrutar de otros hábitos más cuando existen, se puede aprender a desatenderlas,
sanos. tal como ocurre con las advertencias que figuran en
A todo lo anterior habría que añadir que la con- las cajetillas de tabaco.
tinua publicidad sobre el poder de la tecnología
médica para curar a través de trasplantes, órganos
2.3. El sistema sanitario y los cambios
artificiales y técnicas quirúrgicas puede servir como
en las recomendaciones
justificación para no emprender medida preventiva
sobre la salud
alguna. Si bien no se debe olvidar que existen im-
portantísimos intereses económicos creados sobre La propia lógica de nuestro sistema sanitario
el actual estilo de vida. supone una dificultad añadida para la práctica de la
prevención. Desarrollado sobre el modelo biomédi-
co, su objetivo primordial es el tratamiento y la cu-
2.2. la naturaleza de los hábitos
ración de la enfermedad, por lo que no es de extrañar
saludables
que los profesionales de la salud sean entrenados,
La dificultad de la prevención se sitúa también fundamentalmente, en el diagnóstico y tratamiento
en la propia naturaleza de los hábitos saludables. de enfermedades específicas. Hay, además, reforza-
Mientras que muchas de las conductas que pueden dores positivos muy potentes, como el prestigio, las
ser perniciosas para la salud (fumar, beber en ex- retribuciones dinerarias o un cierto sentido de com-
ceso, las prácticas sexuales poco seguras, etcétera) petencia profesional muy ligados a la medicina cu-
llevan casi siempre a una gratificación inmediata rativa. Por el contrario, los esfuerzos por la preven-
que las refuerza positivamente, los hábitos de salud, ción se acompañan de muy poco reforzamiento.
por el contrario, suponen casi siempre una demora Desde las instituciones sanitarias y a lo largo de
de la gratificación, por lo que, cuando ambos tipos las últimas décadas, se han modificado las reco-
de conducta entran en competencia, existe una me- mendaciones sobre los hábitos saludables (a veces
nor probabilidad de ocurrencia de las conductas contraviniendo las anteriores), lo que ha podido
saludables. En este sentido, por ejemplo, es muy favorecer un cierto clima de escepticismo sobre el
ilustrativo lo que ocurre con la práctica del ejercicio que se justifica lo innecesario de adoptar compor-
físico. Aquellas personas que lo practican habitual- tamiento saludable. Baste pensar, por ejemplo, en
mente, reconocen que se encuentran mucho mejor el caso del aceite de oliva o del pescado azul.
tanto física como psicológicamente; sin embargo,
el coste inicial de la práctica del ej ercicio físico
2.. 4.. la orientación de la psicología
lleva a muchas personas a posponerlo indefinida-
clínica
mente.
Al retraso de la gratificación que supone la prác- Si bien el interés por el tema de la prevención
tica de algunos hábitos saludables, habría que aña- ha calado pronto dentro del campo profesional de
dir que dichos hábitos tan sólo reducen la posibili- la psicología, algunos condicionantes han impedido
dad de enfermar en términos de probabilidad que dicho interés se trasladase de un modo inme-
relativa. Este hecho hace que, psicológicamente, diato a la práctica. En primer lugar, la psicología
muchas personas desatiendan, por ejemplo, la di- clínica se ha centrado histórica y tradicionalmente
ferencia entre tener un riesgo bajo de sufrir un in- en el campo de la salud mental, en el cual se abor-

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Aspectos teóricos y estrategias de intervención para la modificación de las conductas de salud / 35

dan problemas afectivos y emocionales. El interés ejemplo, Gil y Ballester (2002) han observado que
por la salud física es mucho más reciente y no ha los dos mejores predictores del consumo y abuso
cuajado en una actividad profesional propia a pesar del alcohol en los jóvenes lo constituyen que los
de disponerse, en problemas muy concretos, de padres inicien a los niños con motivo de fiestas o
técnicas más eficaces que la intervención médica celebraciones y la asunción, por parte del grupo de
(véase, capítulo 9). iguales, de que el alcohol facilita la diversión. Pero
Por otra parte, al igual que ocurre con la práctica no sólo el contexto social influye en las primeras
médica, la práctica de la psicología también se ha etapas de vida. En los adultos, tal como veremos
entendido como una interacción privada entre el en el siguiente capítulo, las relaciones sociales in-
paciente y el clínico. Esta actitud ha limitado el fluyen decisivamente en el cuidado de la salud, y
desarrollo de programas de intervención en escuelas, contar con una verdadera red de apoyo social es una
lugares de trabajo, etcétera. Dentro de estos contex- de las condiciones más importantes para evitar las
tos es donde puede verse más claramente su utilidad conductas de riesgo y promover el comportamien-
en la promoción de la salud (Costa y López, 2008). to saludable.

3.2. La oelrceOCllon del síntoma


3. LA CONDUCTA DE SALUD
y SUS DETERMINANTES En el momento en que aparecen algunos síntomas
inesperados muchas personas deciden iniciar un
De acuerdo con la definición de Kasl y Cobb cambio en ciertas conductas de salud. La persona
(1966) las conductas de salud son aquellas conduc- que un día nota que cuando sube las escaleras llega
tas que la persona manifiesta, mientras se encuentra sin aire arriba, puede decidir iniciar un programa
sana, con el propósito de prevenir la enfermedad. de ejercicio físico. O un fumador que comienza a
Por lo tanto, la conducta de salud engloba, en pa- toser de modo persistente puede empezar a pensar
labras de Matarazzo (1984), «los esfuerzos de las en dejar de fumar. En estos casos los síntomas se
personas por reducir sus patógenos conductuales y suelen considerar como una señal de un potencial
practicar conductas que sirvan como inmunógenos problema físico y los cambios que se producen en
conductuales». No obstante, a este respecto, la in- las conductas de salud constituyen una manera de
vestigación sobre el tema ha mostrado que la prác- reducir el riesgo percibido. Sin embargo, la influen-
tica de una determinada conducta de salud no con- cia de estos síntomas suele ser sólo transitoria (Le-
lleva la práctica de otras, o lo que es lo mismo, que venthal et al., 1985), y de hecho, por ejemplo, el
las conductas de salud mantienen entre sí una débil fumador suele retomar el consumo de tabaco una
correlación. La persona que usa el cinturón de se- vez que la tos ha cesado.
guridad no tiene por qué implicarse en la práctica
de la actividad física.
3.3. Los estados emocionales
Existen distintos tipos de variables que parecen
determinar en gran medida la conducta de salud. Los estados emocionales pueden modificar no-
Desde una perspectiva psicológica, merecen ser tablemente las conductas de salud. Así, por ejemplo,
destacadas la influencia del contexto social, la per- el fumador puede llegar muy pronto a encadenar
cepción del síntoma, los estados emocionales y las las situaciones de estrés con el consumo de tabaco
creencias sobre la salud. como una forma de enfrentarse a dichas situaciones.
De hecho, situaciones de ansiedad o de aburrimien-
to suelen ser potenciales desencadenantes de la
3.1. El contexto social
conducta de fumar (Becoña, Palomares y García,
El contexto social de la persona ejerce una no- 1994). En esta misma línea, se ha observado, den-
table influencia sobre sus hábitos de salud. Así, por tro de la población joven, que aquellos que mani-

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36 / Manual de psicología de la salud

fiestan unos niveles más altos de estrés, tienen una cias sobre lo que lleva a la salud se tornan así en
menor probabilidad de implicarse en las conductas condiciones necesarias pero no suficientes para el
de salud en general. Asimismo, las personas adultas desarrollo de un estilo de vida saludable.
que se sienten estresadas tienen más probabilidades
de comer más y peor, de hacer menos ejercicio o
fumar más sin son fumadores (Amigo, 2000). Por 4. APROXIMACIONES TEÓRICAS
el contrario, un estado de bienestar general induce AL CONCEPTO DE CONDUCTA
a implicarse en un mayor número de comportamien- DE SALUD
tos saludables.
Tras la presentación de ese conjunto de factores
que influyen en la conducta de salud, se pasará a
3.4. Las creencias sobre la salud
examinar algunas de las teorías que han sido desarro-
Las creencias que sobre la salud tiene una perso- lladas para explicar el comportamiento saludable de
na también influyen en sus hábitos. Cuando se pa- las personas y los métodos que a partir de ahí se han
dece una enfermedad es muy probable que el que la propuesto para ayudar a modificar dicho comporta-
sufre desarrolle, sobre la base de sus conocimientos miento. Se desarrollarán dos teorías. El modelo de la
y experiencia, toda una serie de valoraciones en re- creencia sobre la salud, que puede servir para ilustrar
lación a los cambios que se van produciendo y que un conjunto de aproximaciones basadas en la premisa
pueden influir notablemente en las conductas de de que los cambios en las actitudes y las creencias de
salud que adopte. Entre los hipertensos, que en ge- las personas son los prerrequisitos necesarios para
neral suelen mostrar una baja adhesión al tratamien- provocar cambios en las conductas salutíferas (para
to farmacológico, el consumo de la medicación pue- un estudio más detallado de los mismos, véase capí-
de quedar regulado en función de sus excesos en la tulo 15). Y, en segundo lugar, la teoría del aprendiza-
dieta o de síntomas que atribuyen a la enfermedad je aplicada al ámbito de la salud, según la cual los
(como el enrojecimiento de la piel), sin que exista hábitos sanos son conductas aprendidas y, por lo tan-
una evidencia objetiva de que tales cambios puedan to, tanto su adquisición, mantenimiento y modificación
atribuirse a un incremento de la presión arterial. están regulados, como en cualquier otra conducta, por
Una clase de creencias que puede influir en las las leyes del aprendizaje.
prácticas de salud son las relacionadas con la vul-
nerabilidad percibida por el propio sujeto. En ge-
4.1. El modelo de la creencia
neral, las personas tienden a ver el futuro de su
sobre la salud (MCS)
salud de un modo excesivamente optimista y poco
realista. De hecho, cuando se evalúa la probabilidad Según los autores de este modelo, Becker y
de padecer una enfermedad en el futuro, la mayoría Maiman (1975), las conductas de salud están más
cree tener una probabilidad muy por debajo de la o menos racionalmente determinadas por la vulne-
media de padecer alguna alteración física (Wein- rabilidad percibida por el sujeto respecto a lo ame-
stein, 1988). Todo lo cual constituye una importan- nazada que se encuentra su salud. Según el MCS,
te barrera psicológica de cara a modificar los hábi- la disposición de una persona para adoptar una
tos de salud. conducta de salud está en función de dos factores.
Además, las creencias sobre la bondad de deter- Por una parte, la percepción de susceptibilidad
minados comportamientos en la salud no garantizan personal a la enfermedad, y por otra, la severidad
la puesta en práctica de dichos comportamientos. percibida de las consecuencias de la enfermedad.
Muchas personas están convencidas de que dejar A modo de ejemplo, una persona tan sólo dejará de
de fumar o hacer ejercicio físico puede mejorar su fumar si cree que está en peligro de contraer una
salud; sin embargo, no son capaces de incluir esas enfermedad y si, además, él cree que las consecuen-
conductas dentro de sus hábitos de vida. Las creen- cias de dicha enfermedad pueden ser graves.

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Aspectos teóricos y estrategias de intervención para la modificación de las conductas de salud / 37

No obstante, la decisión de si se inicia una acción aclara las relaciones que pudiesen coexistir entre
dependerá de la evaluación que se haga de las con- los mismos. Por otra parte, dentro de la investiga-
ductas de salud potenciales. Dichas conductas serán ción llevada a cabo sobre este modelo, se han
evaluadas desde el punto de vista de su relación desarrollado diferentes modos de operacionalizar
costolbeneficio. Además, tal conducta también se sus distintos componentes, por lo cual existe una
verá influida por ciertas claves que pueden disparar escasa consistencia en el modo en que se ha lle-
su ejecución. Retomando el ejemplo del tabaco, si vado a cabo la medición de los mencionados pa-
una persona se cree susceptible al cáncer de pulmón rámetros.
y cree que dejando el tabaco puede anular este Desde una perspectiva externa al modelo, se ha
riesgo, entonces es probable que así lo haga. Este propuesto que éste puede ser útil para describir las
hecho se verá especialmente favorecido si esta per- conductas de salud que requieren un acto volitivo
sona conoce a otro fumador al que ya se le haya consciente, tales como iniciar una dieta o vacunar-
diagnosticado un cáncer o si él mismo está expues- se; ahora bien, una vez que la persona ha desarro-
to a otras claves (por ejemplo, una tos persistente llado un hábito (por ejemplo, el tabaquismo), este
o la recomendación del doctor) que faciliten la tipo de modelos son de escasa utilidad para prede-
conducta de salud. cir la conducta de salud de las personas. Cuando el
Además, dentro del MCS se señalan otros fac- fumador enciende un cigarrillo está llevando a cabo
tores adicionales, denominados factores de modi- casi siempre una conducta automática que se des-
ficación, que incluyen tanto variables demográficas encadena sin la necesidad de ningún proceso voli-
(sexo, edad, raza, etcétera) como variables psico- tivo consciente.
sociales (personalidad, clase social, presión del
grupo, etcétera) que afectan de modo indirecto a
4.2. El cambio de actitud como estrategia
las conductas de salud a través de su influencia en
de prevención
las creencias sobre la salud.
Este modelo ha sido puesto a prueba en un con- Como ya se ha visto, el MCS pone especial
siderable número de investigaciones. En general, énfasis en el papel que desempeñan las actitudes y
esos estudios han encontrado que las conductas de creencias de las personas en las conductas relacio-
salud parecen estar relacionadas tanto con las me- nadas con la salud. Este tipo de teorías plantean que
didas de vulnerabilidad percibida como con los el cambio en las actitudes y creencias constituyen
beneficios percibidos del inicio de una conducta un prerrequisito del cambio de conducta. Por lo
saludable. En esta misma línea, otros estudios han tanto, estimular conductas de prevención requiere
encontrado que los componentes del MCS pueden convencer a la población de su susceptibilidad a
ser buenos predictores de las prácticas de autoex- determinadas enfermedades, tales como el cáncer
ploración de mama (Champion, 1990; Nahcivan y o cardiopatía isquémica y convencerla también de
Secginli, 2007), de la participación en el screening que existen estrategias efectivas para prevenirlas.
del cáncer de útero (Hennig y Knowles, 1990) o la ¿Cómo promover ese cambio de actitud? Desde
falta de adhesión al consumo de antihipertensivos los años cincuenta múltiples investigaciones han
(Grégoire, Moisan, Guibert, Ciampi y Milot, 2006). abordado muy en detalle el problema y se han des-
No obstante, a pesar de esos resultados el MCS crito alguno de los principios que se pueden usar
ha sido objeto de diversas críticas, tanto desde una para promover el cambio creencias y actitudes.
perspectiva interna como externa. Entrando en el
análisis de esta propuesta teórica, Wallston y Wall-
4.2.1. Campañas informativas
ston (1984) han planteado que la MCS es más una
lista de variables que un modelo real, puesto que, Iniciar una campaña para que las personas desa-
si bien especifica una serie de parámetros que pa- rrollen conductas saludables, requiere que esas
recen tener una estrecha relación con la salud, no personas tomen conciencia de la relación existente

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38 / Manual de psicología de la salud

entre conducta y salud. Desde este punto de vista, del mensaje y si mantienen cierta similaridad con
por lo tanto, motivar a la gente para que realice la audiencia.
ejercicio físico y consuma una dieta equilibrada Por otra parte, el modo en el cual está construi-
supondría que esas personas tendrían que conocer do el mensaje también es importante. Los mensajes
el papel que desempeña el ejercicio y la dieta en la deben ser claros, concisos y no demasiado comple-
salud y se den cuenta de su importancia. Como se jos. Los mensajes técnicos y más elaborados han
señaló anteriormente, un primer paso en el cambio de quedar reservados para una audiencia especiali-
de la conducta sería la información. zada. El tipo de argumento que será usado depen-
Promover el cambio de conducta a través de las derá de la audiencia. Si se presume que la audien-
campañas de información implica al menos cinco cia mantiene una posición escéptica o crítica con
procesos diferentes. En primer lugar, es necesario el mensaje que se presenta, el comunicador deberá
que a través de la campaña se consiga captar la anticipar las objeciones y usar un argumento doble
atención de la audiencia. Esto, obviamente, no re- con el cual, por una parte, refutará las posibles
sulta nada fácil si tenemos en cuenta la enorme objeciones, y por otra, presentará su postura. Final-
cantidad de información que a diario transmiten los mente, de cara a asegurar que el núcleo del mensa-
medios de comunicación. Una vez que la persona je es comprendido, el comunicador debe explicitar
ha recibido el mensaje, el siguiente paso es el de la las conclusiones que se derivan de la información
comprensión. Esto significa que para que el men- presentada y, por lo tanto, no presuponer que la
saje sea efectivo, se debe presentar en unos términos audiencia las extraerá por sí misma.
comprensibles para la audiencia a la que se dirige.
Asumiendo que el mensaje es comprendido, el
4.2.2. AIJ'eIB'C/()ne~s al miedo
tercer paso del proceso de persuasión es la acepta-
ción de las propuestas que se plantean. Finalmente, Una de las estrategias más comunes para inten-
para que el mensaje tenga un efecto a largo plazo tar cambiar las actitudes es apelar al miedo, tal y
se debe conseguir su retención y la acción a través como, por ejemplo, se ha hecho en España dentro
de la cual las personas se implican en cambios de las campañas para prevenir los accidentes de
hacia conductas más saludables. tráfico. La idea que aquí subyace es que el mensa-
La cuestión más importante referida a este pun- je alcanzará mejor su objetivo si consigue provocar
to es la de cómo incrementar la probabilidad de cierto miedo y aprehensión. Obviamente, esta es-
que ese proceso informativo se traduzca en cambio trategia es viable en el campo de la salud, puesto
de conducta. Las investigaciones ya clásicas rea- que el objeto del cambio de los hábitos de riesgo
1izadas al respecto han encontrado algunos facto- es evitar futuras enfermedades y discapacidades.
res críticos en el proceso de persuasión. En primer De hecho, muchas campañas dentro de este ámbito
lugar, es de sobra conocido que la efectividad del (contra el tabaco o el uso de drogas) utilizan esta
mensaje depende en muchas ocasiones de quien fórmula.
lo presenta. Un comunicador que se presente corno El asunto desemboca en una polémica cuya re-
un experto en la materia y digno de confianza solución se encuentra, probablemente, en los con-
suele ser la fórmula más eficaz. En el caso que nos tenidos específicos de las apelaciones al miedo y
ocupa de los mensajes relacionados con la salud, las respuestas que provocan. En este sentido, los
los médicos y otros profesionales de la salud, son estudios sobre el tema indican algunas condiciones
los comunicadores ideales, especialmente, si son básicas para que las llamadas al miedo sean efec-
conocidos por el público y tienen cierto prestigio. tivas. En primer lugar, una llamada al miedo debe
Asimismo, también se ha constatado que los men- clarificar la medida en la cual las prácticas negativas
sajes son más efectivos si se presentan a través de de salud tienen consecuencias indeseables. Además,
comunicadores que resultan personalmente atrac- el mensaje debe convencer a las personas de que
tivos para el público, seguros en la transmisión esas consecuencias son reales y pueden afectarles.

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Aspectos teóricos y estrategias de intervención para la modificación de las conductas de salud / 39

Una vez hecho esto, se debe describir laforma de el comportamiento de las personas y muestran una
evitar esas consecuencias negativas. Finalmente, baja susceptibilidad al cambio. Los procedimientos
el mensaje debería persuadir a la gente de que es de cambio de actitud, tanto aquellos que intentan
capaz de comportarse conforme a los cambios que provocar miedo en la población como los que se
se han sugerido. basan en proporcionar información, a menudo no
son suficientes (aunque sí necesarios) para provocar
el cambio. Esos procedimientos pueden motivar a
Cambio de actitud y cambio
las personas para cambiar, pero no proporcionan
de conducta
las habilidades necesarias para alterar y mantener
Los estudios sobre el efecto de las campañas el cambio de conducta.
basadas en la información y la apelación al miedo Sobre la base de esta premisa, desde el análisis
parecen haber demostrado su utilidad para modifi- de conducta se ha propuesto la utilización de los
car las actitudes de la audiencia a la que van diri- principios de aprendizaje para modificar los hábitos
gidas. Aunque éste puede ser considerado como un de salud de las personas. La terapia de conducta
paso importante, especialmente en el campo de la toma como centro de su intervención la conducta
salud, es tan sólo un primer paso, ya que las cam- en sí misma, las condiciones que la mantienen y los
pañas dirigidas a promover un cambio de actitud factores que la refuerzan. La conducta se encuentra
tienen como objetivo último modificar la conducta gobernada por un amplio abanico de estímulos
¿Hasta qué punto lo logran? discriminativos y contingencias de reforzamiento,
Las investigaciones sobre la relación entre cam- ya se trate de estímulos externos o de eventos in-
bio de actitud y cambio de conducta han mostrado ternos como lo que uno piensa y se dice a sí mismo.
resultados dispares. Los intentos de prevenir la De este modo, ciertos patrones de conducta desa-
enfermedad basados en el cambio de actitud también daptativos pueden tener su origen en los monólogos
han constatado esos efectos contradictorios (Bishop, internos sobre los hábitos de salud que, a modo de
1994). Por todo ello, no se debe olvidar que la estímulos discriminativos, pueden bloquear el cam-
debilidad de la relación entre el cambio de actitud bio de conducta. Por ejemplo, para una persona que
y de conducta constituye una importante adverten- desea dejar de fumar decirse a sí misma de un modo
cia para todos aquellos intentos de prevenir la en- sistemático «nunca seré capaz de dej arlo» o «ya he
fermedad basados, exclusivamente, en las técnicas fracasado demasiadas veces» podría actuar inhi-
de cambio de actitud. Se puede influir, en cierta biendo un cambio de conducta.
medida, en las conductas de salud a través del cam- Del mismo modo, otro supuesto básico del aná-
bio de actitud, sin embargo, esto es sólo probable lisis de conducta es que los procesos encubiertos,
bajo ciertas circunstancias. En general, parece que tales como pensamientos e imágenes, se ajustan
las actitudes tendrán una mayor influencia sobre la a las mismas leyes de aprendizaje y reforzamientos
conducta cuando éstas se adquieren a través de una que las conductas externas observables. Por lo tan-
experiencia directa, cuando sonfácilmente accesi- to, del mismo modo que se podría modificar la
bles y son relevantes y tienen interés para la per- conducta controlando las condiciones estimulares
sona. Además, el cambio de actitud tendrá más en las que se da y los reforzamientos que la siguen,
efecto sobre la conducta cuando es consistente o, asimismo se podrían modificar las cogniciones.
al menos, no entra en contradicción con las normas Dentro del análisis de conducta es importante
prevalentes. destacar otra cualidad de los hábitos de salud: la
distinción entre iniciar un cambio en la conducta
y mantener ese cambio. Como ya se ha comentado,
4.3. El enfoque conductual
a menudo resulta relativamente fácil conseguir que
Tal y como se ha señalado, los hábitos relacio- la gente inicie un cambio en determinados hábitos
nados con la salud están fuertemente anclados en de salud (por ejemplo, la dieta); sin embargo, sue-

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40 / Manual de psicología de la salud

le ocurrir que no resulta nada fácil mantener ese 5.1. Las recomendaciones del médico
cambio a lo largo del tiempo. Desde el enfoque
El prestigio con el que suelen contar algunos
conductual se reconoce la existencia de este pro-
médicos parecería situar en la consulta médica el
blema y se trata de elaborar programas que permi-
contexto idóneo para promover las conductas de
tan mantener el cambio. No obstante, éste continúa
salud entre la población general. Así, por ejemplo,
siendo el obstáculo más importante en el ámbito de
se ha comprobado que advertir a los pacientes de
la modificación de los hábitos de salud.
un modo breve pero firme sobre la conveniencia de
dejar de fumar puede ser suficiente para que algunos
4.3.1. El problema de la recaída de ellos dejen de hacerlo. El porcentaje de personas
que responden a esta advertencia del médico estaría
Efectivamente, la recaída es uno de los problemas
en torno a un 3 por 100 (Lancaster y Otead, 2004).
más importantes dentro del ámbito de la promoción
A pesar de que ese porcentaje pueda parecer peque-
de la salud. La literatura pone en evidencia que éste
ño, es significativamente mayor que el de las per-
constituye uno de los principales obstáculos para la
sonas que abandonan el tabaco sin dicha recomen-
consolidación de los logros terapéuticos en cualquier
dación y, además, si cada médico persuadiese a ese
ámbito de la salud. Así, por ejemplo, las estadísticas
3 por 100 de su pacientes de dejar de fumar, el efec-
muestran que más del 75 por 100 de aquellos que
to acumulativo de esta intervención sería enorme.
han conseguido abandonar el consumo de tabaco,
alcoholo heroína tras un programa de tratamiento,
suelen recaer en dichos hábitos al cabo de un año. 5.2. Las campañas en los medios
Uno de los programas de prevención de recaídas de comunicación
más citados en la literatura es el desarrollado por Otra fórmula conocida para modificar las acti-
Marlatt (1985). Su propuesta tiene como objetivos: tudes de la población es, obviamente, a través de
a) que la persona considere la posibilidad de elección los medios de comunicación. En las sociedades
entre las conductas posibles, y b) desarrollar habili- industrializadas son pocas las personas que no re-
dades de afrontamiento para solventar satisfactoria- ciben información a través de la radio, la televisión
mente las situaciones susceptibles de recaída. Se o la prensa escrita. En la sociedades modernas, más
trata, en definitiva, de un programa multimodal que de la mitad de la población ve la televisión a diario
pone el énfasis en ayudar a los clientes a identificar durante una media de entre 3 y 6 horas. Este simple
las posibles situaciones de recaída para posterior- dato es suficiente para evidenciar el enorme poten-
mente entrenar las habilidades necesarias para ma- cial que podrían tener los medios de comunicación
nejar esas situaciones. Las técnicas utilizadas son las de masas para modificar los hábitos de salud.
que comúnmente se citan dentro del marco de la No obstante y a pesar de ello, las investigaciones
aproximación cognitivo-comportamental. El análisis sobre el tema han puesto de manifiesto que las
pormenorizado del problema del abandono de los campañas en los medios de comunicación dirigidas
tratamientos se hará en el capítulo 15. a problemas específicos tienen un efecto bastante
débil. Algunas campañas, sin embargo, han sido
exitosas, caracterizándose todas ellas porque pro-
5. APLICACIONES DE LOS ENFOQUES porcionan una información bastante amplia sobre
TEÓRICOS el tema que abordan y porque se mantienen duran-
te bastante tiempo en pantalla. Quizá uno de los
Derivadas de las aproximaciones teóricas antes ejemplos más conocidos de este tipo es el Stanford
citadas, se han llevado a la práctica una serie de Three Community Study, un proyecto encaminado
estrategias para potenciar los hábitos saludables y a reducir el riesgo coronario (Maccoby, Farquhar,
reducir la práctica de conducta insana, que a con- Wood y Alexander, 1977). Este trabajo se llevó a
tinuación pasaremos a reseñar. cabo, durante tres años, en tres pequeñas ciudades
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Aspectos teóricos y estrategias de intervención para la modificación de las conductas de salud / 41

de California y durante el estudio se realizó una aceptado. En esta línea, habría que recordar que
sistemática evaluación de los factores de riesgo muchas de las recomendaciones que sobre salud se
coronario al inicio y durante cada uno de los tres ofrecen en los medios de comunicación compiten,
años de duración del proyecto. La ciudad de Tracy con frecuencia, con un número mayor de anuncios
fue elegida como ciudad control, no recibiendo otra publicitarios que tratan de promover hábitos insa-
información sobre la salud que la que habitualmen- nos, tales como el consumo de tabaco.
te era presentada a través de los medios de comu- En conjunto, el valor fundamental de las reco-
nicación. En la ciudad de Gilroy se montó una mendaciones hechas a través de los medios de co-
campaña multimedia de dos años de duración que municación se encuentra en sus efectos acumulati-
incluyó más de SO anuncios en televisión, diversas vos. Aunque los mensajes individuales de los medios
horas de programas de radio y más de 100 anuncios de comunicación tienen relativamente un efecto
radiofónicos, columnas semanales en los periódicos, débil, el efecto aditivo de los mensajes a lo largo
así como información proporcionada a través de la del tiempo incrementa su potencia. Hecho conoci-
correspondencia sobre qué es el riesgo coronario y do por las grandes multinacionales (del refresco,
cómo reducirlo. Esta misma campaña fue repetida por ejemplo) que saben que sólo la publicidad con-
en la ciudad de Watsonville, donde además se com- tinua de sus productos garantiza el mantenimiento
pletó como un programa de instrucción intensivo y/o incremento de sus ventas. En esta línea se ha
cara a cara. A lo largo de los tres años de estudio, constatado que el recuerdo de los anuncios antidro-
el riesgo coronario de aquellos que inicialmente ga se asocia con una menor probabilidad del abuso
presentaban alto riesgo de cardiopatía isquémica de sustancias (Block, Morwitz, Putsis y Sen, 2002).
mostró una tendencia descendente en las tres ciu- Además, la efectividad de estos programas se op-
dades, siendo ese descenso significativamente ma- timiza cuanto más coherentes son los mensajes
yor en las dos ciudades experimentales. La mayor desde las distintas fuentes de información.
reducción del riesgo se obtuvo en Watsonville, que
recibió, además de la campaña a través de los me-
5.. 3.. La promoción de la salud en la escuela
dios de comunicación, el programa de instrucción
cara a cara. Curiosamente, las intervenciones tuvie- La escuela, dada su naturaleza y función, cons-
ron efectos diferentes sobre cada uno de los facto- tituye el marco inicialmente idóneo para promover
res de riesgo. El mayor efecto se constató en el las conductas saludables debido, entre otras razones,
consumo de alimentos con alto colesterol y el ta- a que durante la infancia se aprenden muchos pa-
baco, mientras que en relación a la pérdida de peso trones de conducta y a la gran cantidad de tiempo
no se obtuvieron apenas resultados. que los niños pasan en ella. Desde esta perspectiva,
Cabría preguntarse, a luz de lo anterior, por qué se han desarrollado los programas de educación
las campañas a través de los medios de comunica- para la salud en la escuela que tratan de ayudar a
ción obtienen resultados tan dispares. Entre otras los niños a comprender las implicaciones sociales
razones, se encontraría el hecho de que, aunque los y personales de las cuestiones relacionadas con la
medios de comunicación gozan de cierta ubicuidad, salud e incrementar su competencia para tomar
el enorme número de informaciones que transmiten decisiones adecuadas sobre sus comportamientos.
hace que muchos mensajes sólo lleguen a un pe- ¿En qué medida son efectivos estos programas?
queño porcentaje de personas. Únicamente, las Existen datos muy alentadores sobre las posibili-
campañas muy amplias e intensivas llegan a un dades de estos programas, aunque quedan cuestio-
amplio sector de la población. Además, muchos de nes por resolver.
los mensajes que entran en los hogares no son En la literatura pueden encontrarse numerosas
atendidos, ya que, tal y como se ha descrito al hablar referencias de programas de prevención aplicados
del proceso de persuasión, la recepción de un men- en la escuela y destinados, principalmente, a la
saje no garantiza que éste sea comprendido y/o prevención de distintos factores y/o conductas de

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42 / Manual de psicología de la salud

riesgo en relación con el consumo de sustancias, fueron las que más se beneficiaron, por lo que los
prácticas sexuales y hábitos de alimentación. En autores concluyeron que los programas de preven-
general, y en relación a los objetivos formulados, ción de los trastornos de la conducta alimentaria
los programas han mostrado ser efectivos. Los pri- serían más efectivos y eficientes si se dirigiesen a
meros programas, básicamente orientados a propor- las adolescentes de alto riesgo. Esta hipótesis ha
cionar información, no provocaron cambios sustan- sido corroborada recientemente con un programa
ciales en relación a comportamientos específicos. de prevención de los trastornos alimentarios a través
En consecuencia, los programas más recientes se de Internet (Taylor, Bryson y Luce, 2006).
dirigen a desarrollar habilidades de afrontamiento
conforme a los objetivos propuestos (comunicación,
5.. 4.. La promoción de la salud en el lugar
asertividad, resolución de conflictos, competencia
de trabajo
social, etcétera). Por otra parte, los programas más
eficaces, además de centrarse en las personas, in- Puesto que los adultos pasan una gran parte de
cluyen componentes dirigidos a los contextos en su tiempo en su lugar de trabajo, este contexto se
los que interactúa el participante (trabajo con fami- presenta como un lugar muy adecuado para desa-
lias, grupos de iguales, etcétera). En el ámbito de rrollar programas de promoción de la salud. Posi-
la prevención del consumo de sustancias un buen blemente por esta razón, en los últimos años se han
ejemplo de estos programas son los de Botvin, puesto en práctica algunos programas de este tipo,
Baker, Dusenbury, Tortu o Botvin (1990); Perry, que van desde la simple lectura de recomendaciones
Williams, Veblen-Morteson (1996) o Perry, Wi- básicas para la salud (por ejemplo, ejercicio o nu-
l1iams, Komro et al (2002). Diseñados para prevenir trición) hasta aquellos que posibilitan la práctica
el consumo de alcohol y drogas entre adolescentes, del ejercicio físico u otras actividades para la pro-
dichos programas mostraron su capacidad para moción de la salud. En el ámbito laboral los pro-
reducir el consumo de estas sustancias a lo largo gramas más frecuentes han sido los de prevención
del periodo de seguimiento. Sin embargo, otras de riesgos laborales y resucitación cardiopulmonar,
investigaciones no han encontrado esos resultados sin olvidar aquellos centrados en el abuso de drogas,
y muestran la necesidad de seguir investigando alcohol y tabaco, además de la toma de la presión
sobre cuáles son los componentes efectivos de los arterial, ejercicio físico y programas de manejo del
programas de prevención y las poblaciones idóneas estrés (Novak, Bullen, Howden-Chapman y Thorn-
para su implementación (Komro, Perry, Veblen- ley, 2007; Yamagishi, Kobayashi, Kobayashi, Na-
Mortenson et al 2008). En el ámbito de la prevención gami, Shimazu y Kageyama, 2007).
de los trastornos alimentarios, aunque existe un No obstante, el lugar de trabajo presenta algunas
buen número de programas preventivos aplicados limitaciones, ya que para que uno de estos progra-
en la escuela, hay pocos estudios controlados en los mas tenga éxito a largo plazo es necesario el apoyo
que se analice su eficacia (Raich, Sánchez-Carra- de la propia empresa, la implicación en el programa
cedo, López-Guimera, Portell, Moncada y Fauquet de los empleados, liderazgo profesional y continuos
(2008). En el trabajo de Killen, Barr Taylor, Ham- e importantes esfuerzos promocionales. Por otra
mer y Litt (1993) una muestra de 963 chicas fueron parte, también se debe tener en cuenta que los in-
divididas en un grupo control y grupo experimental. tentos de promoción de la salud basados en el cam-
La intervención consistía en dieciocho horas de bio de conducta individual no deben hacer olvidar
información y habilidades de afrontamiento. Los que, del mismo modo, deben ser atendidos otros
resultados revelaron cambios en el nivel de cono- factores que afectan a la organización del trabajo,
cimiento y en el índice de masa corporal (IMC), tales como el estrés generado por el propio tipo de
aunque estos últimos fueron menores. Sin embargo, trabajo, la exposición a sustancias tóxicas o el uso
las chicas consideradas de alto riesgo según el nivel de equipos y procedimientos peligrosos (Sloan,
de preocupaciones que exhibían en relación al peso 1987).

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Aspectos teóricos y estrategias de intervención para la modificación de las conductas de salud / 43

de autoayuda munidad, las oportunidades de intercambiar infor-


mación y de dar, al tiempo que recibir, apoyo social
Los grupos de autoayuda suponen un enfoque
se ven notablemente favorecidas entre los partici-
diferente en los programas de promoción de la salud
pantes. Por último, también cabría recordar que
en la medida que los que lo llevan a cabo no son
puesto que los programas comunitarios son aplica-
profesionales, sino personas que, por su propia
dos a gran escala, el costo per cápita de los mismos
experiencia, son conocedores directos del problema
se reduce notablemente.
que se trate. En los últimos años han surgido múl-
No obstante, para que estos programas sean efec-
tiples grupos de autoayuda en problemas tales como
tivos es necesario que cumplan, al menos, una con-
la enfermedad crónica, el alcoholismo o las drogas.
dición básica. Deben incluir múltiples canales de
Estos grupos se han desarrollado sobre la idea de
información a través de los cuales pueda llegar a la
que para ayudar a alguien con un problema deter-
población la información deseada, tales como cam-
minado nadie mejor que otro que lo haya padecido
pañas en los medios de comunicación, programas
y superado. El grupo desempeña un papel crítico
en los centros de trabajo y programas de educación
en la medida que proporciona a sus miembros apo-
para la salud en las escuelas, advertencias del per-
yo, refuerzo, sanciones y feedback sobre sus con-
sonal médico e, incluso, el asesoramiento cara a
ductas (Bardet Blochet y Zbinden, 2008).
cara (Puska, 1984). Uno de los ejemplos más claros
Los grupos de autoayuda más conocidos están
de la eficacia de estos programas fue el North Ka-
implicados en la modificación de conductas adicti-
relia. Project, desarrollado en Finlandia a lo largo
vas tales como el alcohol del que destaca sobre todo
de CInco años a principios de los setenta (Puska,
Alcohólicos Anónimos (AA) (en Estados Unidos
1984). Este proyecto constituyó un programa muy
también se han desarrollado mucho los grupos de
amplio de educación para la salud llevado a cabo
adicción a la comida). En general y debido a la
en el condado de North Karelia, elegido, entre otras
propia estructura de dichos grupos no hay muchos
razones, porque en él se encontraba una de las
resultados sobre su eficacia. Así, por ejemplo, un
prevalencias de hipertensión más altas del mundo.
estudio sobre AA indica que una tasa de recaída
El programa incluyó la elaboración de material
tras un año de seguimiento es del 68 por 100
educativo sobre el tema del riesgo de cardiopatía
(~randsma, Maultsby y Welch, 1980), lo que su-
isquémica, así como el entrenamiento necesario
gIere que, aunque para muchas personas estos gru-
para promover cambios hacia hábitos saludables
además de movilizar el apoyo social necesario par~
pos pueden ser útiles a corto plazo, a largo plazo
su eficacia no esta establecida.
mantener dichos cambios. En este sentido, se intro-
dujeron cambios ambientales en la comunidad
5.6.. Programas comunitarios tales como la restricción del uso del tabaco y l~
Los programas comunitarios trascienden los ám- reducción de grasa en el contenido de los alimentos
bitos específicos antes mencionados y tienen como disponibles en las tiendas. Todos estos esfuerzos se
objetivo la promoción de la salud para todos aque- tradujeron, tras cinco años de trabajo, en reduccio-
~los miembros de una comunidad dada, lo que tiene nes estadísticamente significativas en el consumo
Importantes ventajas. Por una parte, estos programas de tabaco, niveles de colesterol y presión arterial.
se llevan a cabo en el medio natural donde las per- En conjunto, el riesgo cardiovascular se redujo un
sonas a las que va dirigido desarrollan su vida 17 por 100 entre los hombres y un 11 por 100 entre
diaria, lo cual puede facilitar la generalización de las mujeres, observándose, además, que las tasas
los resultados del programa, cuestión fundamental de fallecimiento asociadas a la cardiopatía isqué-
y que suele ser dificultosa cuando la aplicación del mica también mostraron un decremento significa-
p~ograma se lleva a cabo en contextos específicos tivo. Las implicaciones de esta estrategia global de
aJ~nos a los cotidianos. Asimismo, puesto que los intervención en la prevención primaria están clara-
mIembros de la población viven en la misma co- mente vigentes (Puska y Keller, 2004).

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44 / Manual de psicología de la salud

5.7. Conclusiones la salud, parecen justificados todos los esfuerzos en


esta área.
En este capítulo se han presentado los hábitos Existe claramente una desproporción entre los
que conformarían un estilo de vida saludable, las trabajos publicados sobre intervenciones en trastor-
estrategias de promoción de la salud que se están nos específicos y programas de prevención (Balles-
utilizando para desarrollarlos y potenciarlos entre ter y Gil, 2003). Estos autores calcularon que, por
la población general, así como los obstáculos que ejemplo, en el ámbito de las drogas, desde 1997,
habría que sortear para promover dichos hábitos. los programas de prevención sólo suponen un 0,2
La tarea no resulta fácil si se tiene en cuenta que por 100 del total de publicaciones en esta área. Todo
las consecuencias a corto plazo de las conductas lo cual hace pensar en la necesidad no sólo de pro-
insanas suelen ser más gratificantes que las conse- mover la implantación de estas actuaciones, sino
cuencias inmediatas de las conductas saludables. de desarrollar programas que presenten una ade-
Quizás sea por esta razón por la qué los programas cuada evaluabilidad, tal que pueda ser posible con-
de prevención de la enfermedad y promoción de la trastar no sólo sus efectos globales, sino también
salud no siempre obtienen resultados óptimos. No qué elementos y condiciones explican los resultados
obstante, dada la repercusión del estilo de vida en de los programas preventivos.

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PARTE SEGUNDA
Conducta y salud
del peso, dietas
s alimentarios

1. INTRODUCCiÓN disponen, respecto a sus necesidades metabólicas,


de un número ilimitado de calorías que pueden
El problema del sobrepeso en el ser humano solo obtener con un gasto energético cada vez menor.
puede entenderse desde la lógica de la evolución En este contexto cultural, teniendo en cuenta
de las especies. El horno sapiens ha evolucionado que una de las principales preocupaciones de nues-
dentro de un contexto de inevitable lucha por la tros antepasados fue la obtención de alimentos, no
supervivencia, donde la obtención de alimentos no es de extrañar que ante una situación de abundan-
siempre era fácil y requería, en muchos casos, un cia y de escaso gasto energético los individuos de
gasto energético importante, además de poner en nuestra especie tiendan a engordar. Puesto que el
peligro la vida de alguno de sus miembros. Dicho cuerpo del hombre no está genéticamente prepa-
de otro modo, durante los 200.000 años de nuestra rado para la obesidad, cuando ésta se hace presen-
historia como horno sapiens la obtención de alimen- te aparecen generalmente determinados trastornos
tos fue difícil y hubo que invertir una gran cantidad o enfermedades. Para adaptarnos evolutivamente
de energía en ello. a la obesidad, si es que ello ocurre algún día, será
Este panorama comenzó a cambiar con el desa- necesario que a lo largo de muchas generaciones
rrollo de la agricultura en el neolítico, unos 10.000 se vayan seleccionando los individuos que, siendo
años a.C. A partir de este momento, el hombre obesos, sufran muy pocas repercusiones en su
comenzó progresivamente a abandonar su modo de salud y en los que, además, la obesidad se con-
vida basado en la caza y la recolección, tomando vierta, por alguna razón, en una garantía de super-
el control de la producción de los alimentos a través vivencia; sólo entonces este asunto dej aría de ser
de la agricultura cerealista (trigo, centeno, etcétera) un problema.
y de la ganadería (bovina, ovina, etcétera). El cam-
bio fue tan espectacular que se calcula que, duran-
te ese proceso, el incremento de la población fue 2. MECANISMOS DE REGULACiÓN
aproximadamente de un 1.000 por 100. DEL PESO
Si espectacular fue ese cambio en cuanto a la
producción de calorías, otro hito igualmente deci- El peso de una persona es el resultante del ba-
sivo y mucho más cercano en el tiempo se ha pro- lance básico entre las calorías que consume a través
ducido en los últimos cincuenta años con el desa- de los alimentos y el gasto energético que produce
rrollo de una agricultura y una ganadería intensivas, el metabolismo del cuerpo y la actividad física.
que han garantizado la subsistencia de la población Ahora bien, a cada uno de los términos de esta
del mundo occidental. En la actualidad, la mayoría sencilla ecuación hay que añadirle otros elementos.
de los habitantes de las sociedades desarrolladas Así, el contenido calórico varía según el tipo de

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48 / Manual de psicología de la salud

alimentos que se consuma, siendo las grasas, res- de pérdida de peso no duró mucho, ya que, llegado
pecto a los hidratos de carbono y las proteínas, las un momento, se observó que esas personas tenían
que aportan más calorías por unidad de volumen; que reducir aún más el consumo de alimentos para
el grado de absorción de los nutrientes depende de continuar con la reducción de peso, lo que hizo que
la velocidad del tránsito intestinal y de la compo- algunos abandonaran la investigación. Al final de
sición de los alimentos; el cuerpo del ser humano esos tres meses de dieta los sujetos que la comple-
transforma la grasa consumida a través de los ali- taron lograron alcanzar el objetivo propuesto.
mentas en grasa corporal muy rápidamente, por lo En una tercera fase de la investigación, se rein-
que las personas que consumen muchos alimentos tradujo la alimentación normal previa a la dieta y
ricos en grasa (particularmente, grasas saturadas de para ello los investigadores pensaron en introducir
origen animal) tienen una mayor probabilidad de el consumo de alimentos de una manera gradual.
incrementar su peso que aquellos otros que, consu- Sin embargo, los sujetos, que durante la fase de
miendo el mismo número de calorías, consumen restricción alimentaria habían mostrado, además,
una dieta más pobre en grasa; las personas también importantes cambios de humor y cierta obsesión
difieren sustancialmente en el ritmo de actividad con los alimentos y los sabores, dieron muestras de
metabólica y nivel de actividad física y, finalmente, una enorme voracidad comiendo todo cuanto po-
no habría que olvidar que existen diferencias gené- dían. Algunos llegaron a comer hasta cinco comidas
ticas que hacen que algunas personas asimilen más completas en un solo día, por todo lo cual la recu-
y mejor las calorías consumidas. peración de peso fue más rápida de lo esperado e,
No obstante, si bien el mantenimiento del peso incluso, la mayor parte de los sujetos engordaron
depende fundamentalmente del balance entre ingre- ligeramente por encima de su peso inicial. A modo
sos y gastos, el organismo dispone de un sistema de anécdota, cabría señalar también que, en al me-
de regulación que pone limitaciones muy severas a nos la mitad de los sujetos, los cambios que se
la capacidad de perder o ganar peso. Así lo ilustran habían producido en su estado de humor se mante-
los experimentos sobre el efecto de restricción y de nían aun después de haber recuperado totalmente
la sobreingesta alimentaria. el peso.
De este experimento se derivan, al menos, dos
conclusiones muy importantes. Por un lado, lo que
2.1. El efecto suelo de las dietas
podríamos denominar efecto suelo de las dietas,
Hace más de cincuenta años, Keys, Brozek, que se refiere al continuo incremento de la restric-
Henschel, Mickelsen y Taylor (1950) sometieron a ción calórica que se requiere en la dieta para seguir
un grupo de voluntarios (objetores de conciencia perdiendo peso. Por otro, al hecho de que una die-
norteamericanos de la Segunda Guerra Mundial) a ta que produce un decremento rápido de peso irá,
un programa experimental para estudiar los efectos muy probablemente, seguida por la recuperación
del hambre sobre el organismo. Durante los tres aún más rápida de dicho peso e, incluso, con un
primeros meses de la investigación, los jóvenes, que plus de peso adicional.
inicialmente mostraban un peso normal, fueron Estos resultados se han vuelto a replicar en el
alimentados regularmente. Pasado ese tiempo, y caso de los adolescentes (Stice, Cameron, Killen,
establecidas cuáles eran sus necesidades calóricas Hayward y Taylor, 1999). En esta investigación se
básicas, se les sometió a una dieta en la que se les siguió durante tres años una muestra de 692 ado-
permitía comer tan sólo la mitad de lo que comían lescentes de 14 años de edad. A lo largo de este
habitualmente con el objeto de que redujeran un 25 período se realizaron diversas encuestas sobre sus
por 100 de peso. hábitos de salud, alimentación y mediciones de su
Al principio, los sujetos, aunque estaban cons- peso y altura, además de comprobaciones sobre la
tantemente hambrientos, empezaron a perder peso cantidad de alimentos que realmente ingerían con
rápidamente. Sin embargo, ese rápido ritmo inicial objeto de eliminar cualquier sesgo perceptivo por

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Control del peso, dietas y trastornos alimentarios / 49

parte de las adolescentes a la hora de informar efecto suelo y el efecto techo de la infra y de la
sobre su comportamiento alimentario. Los resulta- sobrealimentación. Cuando las personas se someten
dos fueron categóricos. Las chicas que habían hecho a una dieta severa y comienzan a perder peso rápi-
esfuerzos extremos para no ganar peso a través de damente' su metabolismo se desacelera con objeto
dietas severas, consumo de laxantes y supresores de reducir la necesidad calórica, al tiempo que el
del apetito o, incluso, forzando el vómito, tenían organismo reduce su actividad física para incremen-
más posibilidades de haber desarrollado sobrepeso. tar la conservación de la energía. Esto permitiría
Por lo tanto, a la luz de este estudio se puede afirmar explicar por qué los sujetos del experimento de Keys
que las dietas hipocalóricas que practican muchas et al. (1950), llegado un punto, dejaron de perder
adolescentes para prevenir el sobrepeso son el me- peso aun cuando habían reducido su consumo de
jor camino para alcanzar algún grado de obesidad calorías en un 50 por 100. En el otro polo, cuando
en el futuro. el organismo ingiere un exceso de calorías incre-
menta la velocidad del metabolismo para mantener
su peso, tal como ocurría en los sujetos del experi-
2.2. El efecto techo
mento de Sims (1976).
de la sobrealimentación
La teoría de setpoint también se ajusta a los
Al igual que la restricción calórica, que a partir datos obtenidos por Leibel, Rosenbaum y Hirsch
de un punto determinado es insuficiente para con- (1995). En esta investigación, una muestra de hom-
tinuar perdiendo peso, una sobrealimentación con- bres y mujeres obesas fueron infraalimentados con
tinua y progresiva deja de servir para ganar peso objeto de hacerles perder hasta un 10-20 por 100
(Sims, 1976). En esta investigación se sometió a un de su peso inicial. Por el contrario, otra muestra de
grupo de voluntarios pagados (presos en una cárcel personas que nunca habían sido obesas fue sobre-
estatal norteamericana) a una dieta que consistía en alimentada hasta que ganaban un 10 por 100 de su
consumir el doble de calorías que cada uno de los peso inicial. Los participantes que perdieron peso
participantes solía ingerir, con objeto de ganar en- tendían a reducir su gasto de energía en torno a un
tre 10 y 15 kilos. Se trataba de crear experimental- 15 por 100 respecto a la situación anterior a la del
mente la obesidad. Al principio los sujetos ganaron inicio de la investigación, mientras que aquellos
los primeros kilos con gran facilidad, pero poste- que ganaban peso incrementaron significativamen-
riormente esa dieta no provocaba ya un incremento te su gasto total de energía.
adicional de peso, para lo cual los sujetos tenían Ahora bien, el setpoint no es inamovible. Si
que duplicar el número de calorías que ingerían. Se una persona desarrolla un continuo balance ener-
dio el caso, incluso, de un hombre que llegó a con- gético positivo, resultado de un mayor ingreso
sumir hasta 10.000 calorías diarias y no alcanzó la calórico que gasto energético, el setpoint se des-
meta establecida. plazará gradualmente hacía un peso mayor y, por
Parece, por lo tanto, que el cuerpo tiende a re- lo tanto, tendrá enormes dificultades para bajar
guIarse para dificultar una bajada excesiva de peso de ese nuevo punto de peso. Este hecho serviría
y también para obstaculizar un aumento extremo para explicar por qué muchos obesos tienen gran-
del mismo. Sobre esta base se ha desarrollado el des dificultades para perder peso, aun siguiendo
concepto de setpoint o teoría del punto de ajuste dietas muy severas. En la dirección opuesta, el
del peso. setpoint también puede ser modificado hacia aba-
jo, especialmente en personas que están en so-
brepeso o son obesas. Tal como comentaremos,
2.3. El concepto de setpoint
el ejercicio físico puede ayudar a controlar el
o punto de ajuste del peso
peso de una forma indirecta y uno de esos cami-
Formulado por Keesey (1980), el concepto de nos sería, precisamente, situando el setpoint unos
setpoint permite comprender, en cierta medida, el kilos más abajo (Epstein, Valoski, Wing, McCu-

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SO/Manual de psicología de la salud

ley, 1994; Andersen, Franckowiack, Bartlett y TABLA 3.2


Fontaine, 2002).
Fórmula para el cálculo del gasto en reposo
por género y edad
2.4. La facilidad para ganar peso
De lo anteriormente expuesto, se puede concluir 0-3 60,9 x P - 54
que el organismo del ser humano tiene más faci-
lidad para ganar que para perder peso. Una de las 3-10 22,7 x P + 495
razones que explican esto tiene que ver con su bajo 10-18 17,5xP+651
consumo de energía. Su gasto energético total es 18-30 15,3 x P + 679
la suma del gasto energético en reposo, más el
30-60 11,6 x P + 879
gasto derivado de la actividad física, además del
efecto termogénico de los alimentos. Tal como se 13,5 x P + 487
recoge en la tabla 3.1, la mayor parte del gasto de
energía viene dado por el gasto basal, es decir, por 61,OxP-51
el gasto necesario para mantener las funciones
22,5 x P + 499
fisiológicas fundamentales. La actividad física no
suele requerir más que un 30 por 100 del total y 12,2 x P + 746
el gasto que provoca la transformación en calor de 14,7 x P + 496
los alimentos puede oscilar entre un 5 por 100 Y 8,7 x P + 829
un 10 por 100. Sin embargo, este último es un
gasto muy variable que alcanza su máximo una >60 13.5 x P + 596
hora después de cada ingesta, desaparece cuatro
o seis horas más tarde y depende del tipo de ali-
mentos que se consuman. Al gasto energético basal hay añadirle el gasto
provocado por la actividad física. Para ello será
necesario encontrar el nivel de actividad física que
TABLA 3.1 cada persona tiene. En la tabla 3.3 se ordena el
nivel de actividad física de las personas en cuatro
Fórmula del gasto energético total grandes categorías. Se trata de situar a cada perso-
na, de acuerdo a su actividad profesional y actividad
Gasto energético total = Gasto en reposo + Actividad física de ocio, en una de dichas categorías.
física + Efecto termogénico alimentos

100 por 100 = 65-70 por 100 + 20-30 por 100 + 5-10 TABLA 3.3
por 100
Clasificación de los niveles
de actividad física
A partir de esta fórmula (tabla 3.1) se puede
Leve
calcular el gasto energético individual, evaluando
en primer lugar el gasto energético en reposo (Rus- Se incluyen en esta categoría actividades en posición
solillo y Martínez, 2002). Para ello, se suele utilizar sentada y de pie, oficinistas, abogados, médicos, estu-
la ecuación propuesta por la Organización Mundial diantes, dependientes de comercio, maestros, jubilados,
parados, trabajos de laboratorio, secretarias, trabajo do-
de la Salud (OMS), que, como se ve en la tabla 3.2,
méstico, músicos y profesiones similares.
tiene en cuenta el sexo, la edad y el peso.

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Control del peso, dietas y trastornos alimentarios / 51

TABLA 3.3 (continuación) Con este cálculo, ahora se dispone de una aproxi-
- mación bastante fiable de gasto energético total de
Ligera la persona a lo largo del día, tal y como se plantea
Se incorporan en esta categoría actividades cotidianas en la tabla 3.5.
como caminar o pasear, deportes corno el golf y el tenis
de mesa y profesiones corno las de electricistas, obreros
de la construcción, trabajadores de la industria ligera, TABLA 3.5
agricultores, pescadores, soldados, carpinteros, limpieza
del hogar y de oficinas, trabajos en hostelería y restau- Ejemplo comparativo del cálculo de gasto
ración y profesiones similares. energético total en una mujer de 50 kg
y otra que pese 100 kg
Moderada
Ésta incluye la práctica de deportes como footing, ciclis- Un mujer que mide 1.60 m, tiene 47 años, pesa 50 kg y
mo, baloncesto, tenis, esquiar, bailar y profesiones corno realiza un tipo de actividad ligera. En este caso su gasto
trabajadores forestales, mineros, trabajadores en la in- energético total seria igual a:
dustria pesada y metalurgia y trabajos no especializados,
como mozo de almacén y peones 8,7 x 50 + 829 = 1.264 cal
1.264 x 1,5 = 1.896 cal
Intensa
El gasto energético total del esa misma mujer, si pesase
Ésta incluye algunos trabajos muy pesados, corno leña-
100 kg, sería igual a:
dores o herreros, o la práctica deportiva profesional.
8,7 x 100 + 829 = 1.699 cal
1.699 x 1,3* = 2.208 cal
Finalmente, teniendo en cuenta el género, se ha de
escoger el factor multiplicador correspondiente al
* En este caso, se ha rebajado el nivel de actividad de ligero a
leve debido a las limitaciones que la obesidad severa suele
nivel de actividad, tal como aparece en la tabla 3.4 y conllevar.
multiplicarlo por el resultado obtenido en la tabla 3.3.

En la tabla 3.5 se puede constatar cómo entre


TABLA 3.4
una mujer de mediana edad que pese 100 kg y otra
Factor multiplicador para cada uno de los que pese la mitad, 50 kg, la diferencia en el gasto
niveles de actividad general energético total puede llegar a ser tan sólo de unas
300 cal al día. En particular, esto se suele explicar
.. · .. general ..:J
U-t:
..:J.:J

porque una persona que pese 100 kg tiene cada vez


Reposo, descanso, cama 1,2 más dificultades para hacer cualquier tipo de acti-
Leve Hombres 1,3 vidad física y suele pasar mucho más tiempo sen-
tada, por lo que su gasto energético es menor.
Mujeres 1,3
Para ilustrar cómo ocurre este proceso de reduc-
Ligero Hombres 1,6 ción de la actividad física con el incremento del
Mujeres 1,5 peso, Swinburn y Egger (2004) han propuesto el
Moderado Hombres 1,7 modelo de un tren que pierde los frenos cuesta
abajo y va ganando cada vez más velocidad. Del
Mujeres 1,6
mismo modo, una vez que se ha adquirido un cier-
Intenso Hombres 2,1 to grado de sobrepeso, se suelen ir rompiendo los
Mujeres 1,9 mecanismos biológicos que sirven para la estabili-
zación del peso, hasta llegar a un punto en el que,
Muy intenso Hombres 2,4
sin necesidad de comer demasiado, el cuerpo sigue
Mujeres 2,2 ganando peso de modo continuado.

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52 / Manual de psicología de la salud

La primera de estas alteraciones tiene que ver se puede abordar de un modo adecuado la pérdida
con la reiterada pérdida de movilidad. Cuando se de peso.
llega a un sobrepeso elevado o a la obesidad, las
personas tienen cada vez más dificultades para des-
plazarse y cada uno de los movimientos que realizan 3. ¿ES LA OBESIDAD UN RIESGO
les supone un esfuerzo mayor que cuando tenían PARA LA SALUD?
un peso más normalizado. Esto suele provocar que
las personas obesas reduzcan, muchas veces sin ser Las primeras señales de alerta sobre el peligro
conscientes de ello, todos sus niveles de actividad que podía representar la obesidad para la salud
y de gasto de energía. Restringen sus movimientos fueron dadas por las compañías de seguros en Es-
en el trabajo, tienden a buscar un ocio sedentario y tados Unidos. Así, por ejemplo, en un estudio clá-
para los desplazamientos eligen cualquier clase de sico, publicado en 1959 por la Society of Actuaries
vehículo que les alivie de la tarea de caminar. Esto & Association Life Insurance, se revelaba que los
implica un gasto calórico muy escaso, por lo que hombres que a lo largo de su vida ganaban un 20
fácilmente cubrirán sus necesidades energéticas por por 100 o más de peso sobre la media de su altura
poco que coman. tenían una tasa de mortalidad un 25 por 100 más
Junto a la reducción del movimiento, la obesidad elevada que los hombres de peso medio. De una
está médicamente asociada a ciertos problemas forma aún más concluyente, se observó que los
físicos que redundan en lo mismo. La artrosis en la hombres que pesaban un 40 por 100 por encima de
columna o la rodilla, la apnea del sueño u otras su peso óptimo incrementaban su tasa de mortalidad
dificultades respiratorias son algunos ejemplos de en un 67 por 100.
trastornos asociados al exceso de peso que reper- La obesidad también parece aumentar el riesgo
cuten en la persona provocando cansancio o dolores de padecer múltiples enfermedades que disminuyen
que a su vez contribuyen a que la persona reduzca de modo notable la calidad de vida de las personas
más aún su actividad, se mantenga más tiempo afectadas. Posiblemente, las tres alteraciones más
sentada o lleve un estilo de vida más sedentario. importantes asociadas a la obesidad sean la hiper-
El estigma que supone la obesidad y el sobrepe- tensión arterial esencial, la diabetes mellitus y la
so hace que muchas personas vean deteriorada su litiasis biliar. En todos estos casos, la obesidad, si
autoestima, se echen la culpa del estado de su cuer- bien no es la causa última de estas enfermedades,
po y puedan sentirse ansiosas o deprimidas. Tal y constituye un factor de riesgo de primer orden que
como se comentará más adelante, comer es una de facilita su aparición. La hipertensión arterial, por
las estrategias habituales para atenuar los síntomas ejemplo, es hasta cuatro veces más probable entre
de la ansiedad y del desánimo. De forma secunda- las personas obesas que entre las no obesas y, además,
ria, también ocurre que algunos de los medicamen- se ha observado que la reducción de peso se asocia,
tos que se prescriben para el tratamiento de la de- a su vez, con la reducción de la presión arterial. Esta
presión favorecen el apetito y la ganancia de peso. estrategia puede permitir a algunos pacientes aban-
Por lo cual, los trastornos emocionales en las per- donar la medicación, resultando que, en muchos
sonas con obesidad pueden contribuir de una ma- casos, la reducción de peso necesaria para rebajar
nera destacada a impedirles bajar de peso e, inclu- las cifras tensionales en hipertensos obesos es bas-
so, en muchos casos, a incrementarlo aún más. Por tante modesta, ya que perder 4 o 5 kg puede ser
último, las dietas hipocalóricas también pueden suficiente para reducir la presión arterial de un modo
favorecer, paradójicamente, la ganancia de peso. significativo en una gran proporción de hipertensos
Todo ello indica la enorme facilidad del organismo (Trials of Hipertensión Prevention Collaborative
para ganar peso en determinadas condiciones y las Research Group, 1997). Además, la reducción de
dificultades que se presentan cuando se intenta peso favorece la acción de los fármacos antihiper-
perderlo. Sólo teniendo en cuenta esta complejidad tensivos y puede reducir otros factores de riesgo

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Control del peso, dietas y trastornos alimentarios / 53

cardiovascular como la dislipemia. Algo similar de los cambios de peso a lo largo de la vida. La
también ocurre con la diabetes. Particularmente, en importancia de estos factores es tal que, como ire-
el caso de la diabetes no insulina-dependiente tipo mos viendo a continuación, el peligro potencial que
11, la obesidad y una edad avanzada son condiciones el exceso de peso pueda tener para la salud queda
que favorecen el mantenimiento de azúcar en sangre. totalmente mediatizado por los mismos.
De nuevo, la reducción de peso puede ser una estra-
tegia suficiente para controlar esta alteración. Y, fi-
3.1. El sistema de medida y el grado
nalmente' la obesidad también se relaciona estrecha- de obesidad
mente con la litiasis biliar y con la consiguiente
formación de cálculos en la vesícula biliar que hacen Respecto al sistema de medida y el grado de
padecer a los pacientes un intenso dolor. obesidad, hoy se acepta que el peso per se no es tan
Pero hay más: las bronquitis y otras alteraciones buen predictor sobre los efectos de la obesidad de
pulmonares son más frecuentes y graves entre las la salud como el índice de masa corporal (IMC).
personas obesas que entre las no obesas. La obesi- Este índice pone en relación el peso del sujeto con
dad, además, dificulta la circulación venosa por lo su altura conforme a la siguiente fórmula:
que las hemorroides y las varices son también más
frecuentes cuando las personas muestran un peso Índice de masa corporal = Peso en kg/(Altura en m)2
elevado. La obesidad también acarrea problemas en
el aparato locomotor y, en este caso, las personas A partir de esta fórmula diversos estudios han
tienden a sufrir con más frecuencia artrosis en la baremado la relación entre los distintos niveles de
columna y rodilla. Las intervenciones quirúrgicas peso y su riesgo para la salud. La tabla 3.6 se ha
son más peligrosas en las personas obesas que en realizado promediando las aportaciones de distintos
las que muestran un peso normal, y una imagen autores.
corporal no deseada, como la que en algunos casos
tienen de sí mismas las personas obesas, suele tra-
TABLA 3.6
ducirse en un estado de malestar emocional que, a
veces, deriva en depresión. Además, en los últimos Niveles de peso y su riesgo para la salud
años se está disparando la tasa de invalidez entre
personas que sufren obesidad mórbida.
No obstante, a pesar de todas estas observacio- 18,5-24,9 Peso normal Nulo.
nes, se ha constatado que los efectos de la obesidad 25-26,9 Sobrepeso grado I Nulo.
27-29,9 Sobrepeso grado II Ligero.
sobre la salud son mucho más complejos y no de-
30-34,9 Obesidad grado I Moderado.
penden, exclusivamente, de la ganancia lineal de 35-39,9 Obesidad grado II Elevado.
peso. De hecho, la relación estadística establecida >40 Obesidad mórbida Muy elevado.
entre el exceso de peso y la enfermedad es pura-
mente correlacional y no causal. Esto explicaría que
el 20 por 100 de los diabéticos, el 40 por 100 de De acuerdo a este baremo, no se puede hablar
los hipertensos y el 50 por 100 de las personas con de un peso ideal para cada persona sino de un ran-
el colesterol elevado tengan un peso normal. go de peso adecuado, mucho más amplio de lo que
En la actualidad parece haber un cierto consen- socialmente se considerable deseable. Así, una per-
so sobre la necesaria concurrencia de diversos fac- sonas cuya altura fuese 1,72 estaría en un peso
tores moduladores del impacto de la obesidad sobre saludable tanto si pesase 60 kg (IMC = 20,33) como
la salud (bien para agravarlo, bien para atenuarlo). si su peso fuese de 74 kg (IMC = 25). No obstante,
Entre dichos factores destacarían el sistema de a partir de ese punto, el incremento de IMC sitúa a
medida y el grado de sobrepeso y obesidad, la dis- la persona en un riesgo cada vez mayor de morbi-
tribución corporal de la grasa y la historia individual lidad y mortalidad.

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54 / Manual de psicología de la salud

Las investigaciones al respecto han puesto de alta densidad (HDL) y con niveles más bajos de
manifiesto que, superado el sobrepeso grado 11, cada lipoproteínas de baja densidad (LDL); es decir, que
incremento en el IMC en mujeres se relaciona cada las personas que acumulan grasa en el abdomen
vez más estrechamente con cualquier tipo de mor- tienen más probabilidades de tener un perfil de los
talidad (cardiovascular, cáncer, etcétera), incluso lípidos desajustado, al margen de la actividad físi-
cuando se controla el efecto del tabaco o los cambios ca que desarrollan. Asimismo, en otro estudio epi-
continuos en el peso (Manson, Willett, Stampfer, demiológico, realizado con una muestra de 47.382
Colditz, Hunter, Hamkinson y Speizer, 1995; Rimm, mujeres, se encontró que aquellas que tendían a
Stampfer, Giovannucci, Ascherio, Spegelman, Col- acumular grasa en el abdomen tenían un riesgo algo
ditz y Willet, 1995; Rinback-Weitoft, Eliasson y más elevado de padecer cáncer de mama que las
Rosén, 2008). que acumulan la grasa en las caderas (Huang, Willet,
Colditz, Hunter, Manson, Rosner, Spiezer y Han-
kinson, 1999).
3.2.. La distribución de la grasa
en el cuerpo
En definitiva, la distribución de la grasa en el
cuerpo se considera como un predictor muy impor-
Pero ni tan siquiera el IMe es suficiente para tante de sus consecuencias negativas sobre la salud,
explicar la relación entre el exceso de peso y la ya que el incremento de la grasa visceral en el ab-
morbi-mortalidad. Un segundo factor que hay que domen se asocia estrechamente con la hipertensión,
tener en cuenta es la distribución de la grasa en el resistencia a la insulina, dislipemia, diabetes tipo
cuerpo, que puede hacer variar de forma muy sig- 11 y muerte prematura por enfermedades del cora-
nificativa el riesgo que la obesidad representa para zón. Parecería que todo esto tiene su causa en una
la salud. Los datos epidemiológicos actuales seña- lipolisis o degradación anormal de los tejidos adi-
lan que aquellas personas que tienden a acumular posos que provocaría, a su vez, una disponibilidad
la grasa en el abdomen muestran una mayor pro- muy elevada de ácidos grasos libres. La mayor
pensión a determinadas enfermedades (hipertensión, parte de esa elevada liberación de los ácidos grasos
dislipemias o diabetes) que aquellas que tienden a libres provendría de los tejidos adiposos de la par-
acumular la grasa en las caderas y los muslos. te superior del cuerpo, de ahí las consecuencias
Además, la acumulación de la grasa en la parte adversas de la obesidad abdominal (Jensen 1997,
central del cuerpo es mejor predictor que el IMC 2006).
de todas las causas de mortalidad (Folsom, Kaye, Aunque el riesgo para la salud de una forma
Sellers, Hong, Cerhan, Poter y Prineas, 1993) y particular de distribución de la grasa en el organis-
parece especialmente potente en la predicción de mo afecta tanto a hombres como a mujeres, la pro-
los trastornos cardiocoronarios (Freedman, William- babilidad de riesgo no es igual para ambos, ya que
son, Croft, Ballew y Byers, 1995). son los hombres los que con mayor frecuencia
En este sentido, cada día se dispone de nuevos acumulan grasa en el abdomen mientras que la
resultados que permiten confirmar el perjudicial mujer suele acumular grasa en las caderas y muslos.
efecto de la obesidad abdominal sobre la salud (Pan El hombre suele desarrollar una obesidad «tipo
y Pratt, 2008). En una investigación de Mansfield, manzana» con predominio de la grasa en la mitad
McPherson y Koski (1999) se compararon los ni- superior del cuerpo, que es lo que se ha denomina-
veles de colesterol entre dos grupos de sujetos: un do «obesidad androide». Las mujeres, por el con-
grupo físicamente activo y otro grupo de sujetos trario, tienden a mostrar una obesidad «tipo pera»
sedentarios. Sorprendentemente, los resultados de con predominio de la grasa en la mitad inferior del
las comparaciones entre ambos grupos de sujetos cuerpo, que es lo que se ha denominado «obesidad
indicaron que la proporción más baja cintura/cade- ginoide». En cualquier caso, lo que no se debe ol-
ra, y no específicamente el nivel de actividad, se vidar es que, aunque el hombre tiene una probabi-
asociaba con niveles más altos de lipoproteínas de lidad más alta de desarrollar una obesidad más

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Control del peso, dietas y trastornos alimentarios / 55

perjudicial, muchas mujeres pueden desarrollar una igualmente dañinos, siendo la obesidad caracteri-
obesidad tipo androide y también muchos hombres zada por la acumulación de grasa en el abdomen la
pueden mostrar una obesidad tipo ginoide. que encierra un peligro potencial muy superior a
Los datos epidemiológicos indican que, en el aquella en la que la acumulación de grasa se pro-
caso de la mujer, los riesgos para la salud comien- duce, fundamentalmente, en las caderas. Finalmen-
zan a aumentar cuando su cintura alcanza los SO cm te, los cambios cíclicos de peso que muestran algu-
y el riesgo se eleva significativamente cuando la nas personas como consecuencia de someterse a
cintura alcanza los S9 cm. Para los hombres el dietas hipocalóricas restrictivas son mucho más
riesgo aumenta cuando se alcanza los 94 cm, pero peligrosos que un sobrepeso grado l.
se convierte en un factor de riesgo más severo cuan-
do la cintura supera los 102 cm (Koster, Leitzmann,
Schatzin, Mouw, Adams, van Eijk, Hollenbeck y 4.. LAS DIETAS
Harris, 200S).
En algunos países como EE.UU. el 25 por 100 de
la población puede ser considerada obesa. En Espa-
3.. 3.. Las fluctuaciones de peso
ña, si en 2003 un 49,23 de la población tenía algún
Un tercer factor sobre el que volveremos más grado de exceso de peso (el 13,32 por 100 estaba
adelante y que modula el efecto de la obesidad obesa y el 36,91 por 100 tenía sobrepeso), tres años
sobre la salud es el de las fluctuaciones de peso. más tarde la Encuesta Nacional de Salud recoge, por
Hoy se puede afirmar, con mucha seguridad, que primera vez, que más de la mitad de los españoles
los cambios cíclicos en el peso inducidos por dietas tenían exceso de peso, superando la barrera psicoló-
son mucho más perjudiciales para la salud que un gica del 50 por 100. En concreto, en 2006, un 15,25
sobrepeso moderado estable. Así lo ha confirmado por 100 y un 37,4 por 100 de los adultos tenía obe-
un estudio prospectivo sobre el tema (Mikkelsen, sidad y sobrepeso, respectivamente, lo que confirma
Heitmann, Keiding y Sorensen, 1999). En él se la tendencia creciente del problema.
registraron, a lo largo de diez años, los cambios en La obesidad constituye el factor de riesgo para
el peso que se observaron en una muestra compues- la salud en el que, anualmente, se implica un mayor
ta por un total de 15.113 hombres y mujeres resi- número de personas con el fin de intentar reducirlo
dentes en Dinamarca, constatándose que, indepen- o eliminarlo. No obstante, no todos aquellos que
dientemente de cual fuese su peso inicial, las intentan perder peso lo hacen por mejorar su salud,
personas que sufrían más fluctuaciones en el peso sino que la mayoría lo intenta por razones de esté-
a lo largo de ese período tenían también el riesgo tica cultural. La presión es tal, que más de dos
más elevado de mortalidad atribuible a todas las tercios de las adolescentes y un tercio de los ado-
causas. Ese riesgo aparece también cuando esos lescentes están tratando de perder peso o evitar
cambios de peso son exclusivamente intencionales, ganarlo. En el caso de los adultos, dos tercios de
es decir, cuando las personas los provocan ponién- las mujeres y más de la mitad de los hombres están
dose a dieta (Sorensen, 2003). tratando de perder peso o no ganarlo. Esos datos
En resumen, el sobrepeso y la obesidad pueden sólo reflejan el porcentaje de personas que están en
constituir un importante riesgo para la calidad de dieta en un período determinado, por lo que es muy
vida y la salud de muchas personas. Sin embargo, posible que si se considerase los intentos realizados
dicho riesgo no depende sólo de la ganancia lineal a lo largo de la vida, el porcentaje de personas que
de peso sobre un hipotético peso ideal. Por un lado, reconocerían haber realizado algún tipo de dieta
es muy importante recordar que el sobrepeso grado sería todavía mayor (Serdula, Collins, Williamson,
1 (IMC entre 25 y 26,9) no supone per se un peligro Anda, Pamuk y Byers, 1993).
significativo para la salud. Por otra parte, también En la misma línea, en una encuesta europea alea-
hoy sabemos que no todos los tipos de obesidad son torizada y estratificada (European Commission,

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56 / Manual de psicología de la salud

1999) se solicitó a 15.239 personas que indicaran, funcionan a corto plazo. La eficacia inicial de todas
sobre un total de nueve figuras, la que mejor descri- ellas es muy similar y, una vez que se abandonan,
biría su imagen corporal actual y su imagen corporal la recuperación del peso es casi inevitable a medio
ideal. El 55 por 100 de los encuestados eligió una y largo plazo. La pérdida de peso que provocan se
imagen ideal conformada por un cuerpo por debajo puede explicar por lo que tienen de común, esto es,
de su peso natural. La disparidad entre la imagen real la reducción en el consumo total de calorías, que
e ideal del cuerpo fue generalmente mayor entre las se puede conseguir de formas muy diversas: redu-
mujeres que entre los hombres. Se observó, además, ciendo el consumo los hidratos de carbono, redu-
que el 1 por 100 de la población estaba tratando de ciendo el consumo de grasas y proteínas o evitando
perder peso a pesar de encontrarse por debajo de su las combinaciones de alimentos, que son mucho
peso ideal. De este grupo, el 95 por 100 eran mujeres más apetecibles que cada uno por separado.
entre las que predominaba el grupo de edad de entre La dieta de Atkins, por ejemplo, se basa en una
los 15 y 24 años (53 por 100) y entre los 25 y 34 restricción muy severa de los hidratos de carbono.
años (24 por 100). En este sentido, se ha observado Al principio, sólo se pueden consumir unos 20 g de
que la insatisfacción corporal en las jóvenes suele carbohidratos diarios con un incremento gradual
aparecer en nuestra cultura entre los 12 y los 16 años hasta los 50 g diarios. La dieta de los Weight wat-
(Baile, Guillén y Garrido, 2002). Sin embargo, el chers opta fundamentalmente por una restricción
alto valor que se otorga a la delgadez en las socie- de las calorías medidas en puntos, de tal forma que
dades desarrolladas no está presente en otras culturas, la persona sólo puede ingerir el equivalente a un
por ejemplo, en África o en la cuenca del Pacífico, determinado número de «puntos» en función de su
ni tan siquiera en Occidente fue vista como algo peso. Cada punto equivale a unas 50 calorías. La
especialmente deseable en otras épocas históricas, dieta de la Zone busca un balance de los nutrientes
durante las cuales una figura con volúmenes era de acuerdo a la siguiente proporción: 40 por 100 de
símbolo de poder y estatus social. hidratos de carbono, 30 por 100 de grasas y 30 por
En la actualidad, la estrategia más común para 100 de proteínas. La dieta de Ornish, al contrario
reducir peso consiste en iniciar una dieta. Para ello, que la dieta de Atkins, restringe las grasas y esta-
las personas aprenden a moderar el consumo de blece una alimentación casi vegetariana, reducien-
calorías, mediante una restricción dietética funda- do el consumo de grasa a un 10 por 100.
mentada en el conocimiento del valor calórico de Dansinger, Gleason, Griffith, Selker y Schafer
los alimentos, a través de folletos informativos, de (2005), en un trabajo muy inusual sobre el tema,
los medios de comunicación o de una prescripción compararon las cuatro dietas antes descritas y cons-
médica. y esta práctica resulta más paradójica cuan- tataron que sólo un 50 por 100 de las personas con
do en la actualidad se sabe que el mejor patrón de sobrepeso u obesidad fueron capaces de mantener
alimentación para el ser humano (el que siguen las cualquiera de las dietas durante año. Las personas
personas que tienen un peso corporal más bajo y que al año seguían a régimen sólo habían consegui-
las que suelen mantenerse en un peso normal a lo do perder entre 5 y 7 kg de peso, lo que en los casos
largo de la vida) es aquel en el que no se restringe de sobrepeso y obesidad no deja de ser una reduc-
ningún alimento y en el que priman los hidratos de ción muy modesta. Dentro de esas diferencias tan
carbono complejos (50 por 100 o más), lo que se mínimas entre las dietas, la de Atkins fue con la
asocia a un menor consumo de calorías a causa del que menor reducción de peso se observó. Sin em-
mayor consumo de fibra yagua (Bowman, 2002). bargo, esta dieta es, quizás, una de las más popula-
Respecto a la efectividad de las dietas, las esca- res porque con ella los primeros kilos se pierden
sas investigaciones sobre el tema han mostrado que con mayor rapidez que con las demás. La razón de
todos los tipos de dietas hipocalóricas, aun cuando ello se debe, tal y como ha dejado muy bien expli-
parten de principios diferentes en cuanto a la can- cado el profesor Grande Covián, a que la pérdida
tidad y el tipo de alimentos que permiten consumir, inicial de peso que provoca esta dieta viene dada

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Control del peso, dietas y trastornos alimentarios / 57

por la pérdida de agua de hidratación del glucóge- perdiendo es también el agua. Es por esto que esos
no en el hígado y de la musculatura. Las reservas primeros kilos que se pierden son un poco una
de energía primaria del organismo se encuentran en trampa. Si lo que se persigue con las dietas hipo-
el glucógeno, que se almacena convenientemente calóricas es eliminar los depósitos de grasas, será
hidratado. Cuando se dejan de consumir hidratos necesario esperar unas tres semanas para que lo que
de carbono el organismo empieza a consumir esas se pierda en su mayor parte sea grasa y, en menor
reservas de glucógeno y, por tanto, lo que se va medida, proteínas (Grande Covián, 1988).

CUADRO 3.1
Algunas dietas y sus problemas
Una de las dietas de este tipo que más popularidad ha adqui- proteínas de la leche y los huevos a esta dieta es especialmente
rido y que más ha calado en la población es la basada en la importante durante la infancia, ya que un correcto desarrollo y
restricción de hidratos de carbono, la conocida dieta de Atkins. crecimiento del cuerpo sólo es posible si se consumen proteínas
Se trata de reducir alimentos como el pan o las patatas, entre de calidad en cantidad suficiente.
otros, al tiempo que se permiten todo tipo de alimentos ricos en Quizá las dietas más sorprendentes son aquellas que se limi-
grasas (que generalmente son más sabrosos). Sin embargo, este tan a un único grupo de alimentos o, incluso, a un sólo alimento,
tipo de dietas, que se hicieron populares a principios de los se- aquello que se puede consumir, sólo fruta, sólo huevos, etc. Ni
tenta y que hasta la fecha han sido seguidas por miles y miles de que decir tiene que, en términos nutricionales, tales sugerencias
personas, han sido criticadas especialmente tanto por su inefica- son un absoluto desastre. Si se pierde peso, es por la drástica
cia como por su potencial peligrosidad (lamentablemente, dichas reducción de calorías, que, en la mayoría de la ocasiones, no
críticas no han llegado a ser tan populares como las propias llega a superar las 1.200. Afortunadamente, sin embargo, las
dietas). Respecto a su ineficacia, los resultados de las investiga- dietas basadas en un único alimento provocan una inmediata
ciones indican que el consumo de alimentos grasos tiende a in- sensación de monotonía y hartazgo que hace que el intento no
crementar la ingesta de grasa más que a inducir la saciedad. se prolongue, en muchos casos, más allá de unos días.
Además, dichas dietas también suelen producir efectos secun- Finalmente, cabe hablar de la dieta disociada, cuyo presupues-
darios, tales como fatiga y depresión. En cuanto a su peligrosidad, to básico es que no se deben consumir de modo simultáneo los
hoyes de sobra conocido que una dieta rica en grasas tiende a hidratos de carbono y las grasas, ya que cada uno de esos nutrien-
elevar el nivel de colesterol. Por todo ello se puede afirmar que tes requiere una digestión diferente en cada caso. Esta dieta im-
las dietas que reducen los hidratos de carbono a costa de incre- plica la prohibición de consumir alimentos como la leche entera
mentar las grasas son muy contraproducentes. o desnatada, que contienen ambos nutrientes y, además, también
De modo opuesto, también se ha hecho conocida la dieta de prorube otros alimentos que son considerados como «tóxicos»,
Omish, que preconiza un consumo elevado de hidratos de car- como son el azúcar, el pan o las patatas. La fruta se tiene que
bono al tiempo que se reduce el consumo de grasa. Particular- consumir sola y antes de las comidas. Respecto a los principios
mente, se recomiendan los hidratos de carbono provenientes de de los que parte esta propuesta, cabe subrayar que no tienen fun-
las frutas, vegetales y cereales integrales, pero no los del azúcar. damento lógico o científico alguno. Los alimentos no suelen estar
Muchas personas encuentran más fácil seguir este tipo de dieta hechos de un solo nutriente y en ellos se combinan regularmente
porque pueden comer una mayor cantidad. No obstante, la res- la presencia de hidratos de carbono, proteínas y grasas. Para ello
tricción del consumo de alimentos muy sabrosos supone también basta sólo mirar el etiquetado de cualquier alimento. Desde el pan,
para muchas personas sentirse constantemente insatisfechas, lo al arroz, pasando por las legumbres, todos suelen tener de todo en
que les lleva a saltarse la dieta con frecuencia. mayor o menor cantidad. Además, como por propia experiencia
Por su parte, la dieta vegetariana, aunque mitificada en par- mucha gente sabe, en la mayor parte de las digestiones que hemos
te por su relación con una forma de vida natural, no está exenta hecho a lo largo de la vida consumir alimentos ricos en hidratos
de problemas. Éstos derivan, fundamentalmente, de la menor y grasas (como la leche entera) no provoca ningún malestar espe-
calidad de las proteínas vegetales y la carencia de la vitamina cial. No obstante, mientras se practica esta dieta es posible que se
B 12. Dichas proteínas tienen un menor número de aminoácidos restrinja el consumo de alimentos, porque se reduce notablemen-
que las provenientes de otros alimentos. Es por ello que para te la palatabilidad de las comidas. La mezcla de alimentos ricos
suplir este déficit se debe incorporar en esta dieta leche y huevos en hidratos y grasas tiene un sabor mucho más intenso que cual-
y transformarla en una dieta lacto-ova-vegetariana puede servir quiera de ellos por separado. Esta mezcla se observa en todas las
para paliar dicho déficit y el de la carencia de algunos minerales culturas. Los Yanomami, por ejemplo, no conciben el consumo
esenciales. De este modo también se superaría el problema de de una de sus principales fuentes de energía, los insectos, ricos en
la carencia de la vitamina B12 (que puede causar anemia y al- proteínas, sin acompañarlos de los hidratos de carbono, general-
gunos desórdenes nerviosos). Esta precaución de incorporar las mente plátanos.

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58 / Manual de psicología de la salud

Es evidente, por lo tanto, que ninguna dieta aceleración no fuese puntual, sino que se mantuvie-
puede ofrecer algo distinto de cualquier otra. La se a lo largo del tiempo. Esta hipótesis no concuerda
pérdida de peso que puede conseguirse a través de con los actuales datos disponibles, que indican que
cada una de ellas se explica por lo que tienen en los sujetos que han sufrido cambios cíclicos de peso
común. Y ese elemento común es la reducción del no muestran un cambio en su gasto energético basal.
consumo diario de calorías. Aunque una dieta hipocalórica induce una disminu-
ción del gasto de energía metabólica, la recuperación
del peso posterior parece acompañarse de la recupe-
4.1. El mantenimiento de la pérdida ración de la tasa metabólica (Wadden, Poster,
de peso Stunkard, Conill, 1996; Jebb, Goldberg, Coward,
Murgatroyd, Prentice, 1991). En la misma línea se
En la actualidad, es un comportamiento habitual encuentra lo que ocurre con los pacientes sometidos
la práctica de dietas hipocalóricas que restringen la a un bypass gástrico. Los resultados indican que su
ingesta de calorías a un máximo de entre 1.200 y gasto energético en descanso es el que cabría esperar
1.800. Por su propia experiencia, muchas personas por la pérdida de tejido corporal y que, por lo tanto,
saben que mientras se va perdiendo peso suele re- no se produce un descenso significativo en su gasto
sultar hasta gratificante esa sensación de control energético (Das, Roberts, McCrory, Hsu, Shikora,
sobre el organismo. Sin embargo, cuando se retira Kehayias, Dallal, Saltzman, 2003). En definitiva, la
la dieta y se retoman los hábitos alimentarios nor- recuperación del peso después de una dieta y de un
males se inicia el inevitable regreso hacia la realidad plus adicional, si lo hubiera, no se debe a una des-
corporal. Este hecho, comúnmente conocido, ha aceleración metabólica permanente, al menos de
sido confirmado por diversas investigaciones epi- forma generalizada, entre las personas que siguen
demiológicas que, en general, han llegado a la con- una dieta hipocalórica, y si ocurre, quizás tan sólo
clusión de que el 95 por 100 de las personas que se dé en un grupo específico de sujetos que todavía
pierden peso lo recuperarán entre uno y cinco años no se ha identificado claramente.
más tarde. No obstante, se debe tener en cuenta que Es por ello que habría que recurrir al comporta-
esos datos suelen obtenerse estudiando a personas miento alimentario para explicar la recuperación
que habitualmente acuden a las consultas de nutri- del peso. En un estudio experimental, Lowe, Poster,
ción médicas y, por lo tanto, no se pueden aplicar Kerzhnerman, Swain y Wadden (2001) sometieron
al conjunto de la población que se somete a dieta, a un grupo de mujeres obesas a un programa dieté-
ya que entre dichas personas se incluyen grandes tico para reducir peso durante ocho semanas. Antes
obesos y los que buscan ayuda profesional para y después del experimento, estos sujetos participa-
perder peso (Brownell y Rodin 1994; Sarlio- ron en una prueba que consistía en comer primero
Lahteenkorva, Rissanen, & Kaprio 2000). Es por un batido de vainilla y, a continuación, comer li-
ello que el control del peso a largo plazo es el reto bremente y tanto como quisieran de tres tipos de
más importante a superar para un porcentaje cada helados diferentes, cada uno servido en una tarrina
vez mayor de la población. Sin embargo, antes de que contenía 500 g. A los sujetos se les decía que
iniciar una dieta se debería comprobar si el peso la prueba tenía cómo objeto examinar cómo el
supone algún problema para la salud. No se debe programa de ocho semanas cambiaría las preferen-
olvidar que un sobrepeso grado 1 (IMC < 26,9) en cias por los sabores. Los resultados confirmaron la
una persona activa y que no tiende a acumular hipótesis de partida. Las personas obesas que habían
grasa en el abdomen no representa riesgo alguno. sido sometidas a dieta comieron mucho más que un
Para explicar esa tendencia a recuperar el peso grupo de personas obesas que durante ese tiempo
que se ha perdido con una dieta hipocalórica, se mantuvo su consumo habitual de alimentos. Ade-
podría recurrir a la desaceleración del metabolismo más, resultó llamativo que algunos sujetos llegaron
que provocan dichas dietas y suponer que esa des- a doblar la cantidad de helado que habían consu-

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Control del peso, dietas y trastornos alimentarios / 59

mido durante esa misma prueba antes de iniciar la parece estar mediada por la presencia previa de
dieta. Ahora bien, es importante subrayar que esa factores de riesgo asociados al estilo de vida y de
tendencia no se observa en todos los obesos. enfermedades preexistentes (Yaari y Goldbourt,
Teniendo en cuenta esa salvedad, se podría con- 1998; Wannamethee, Shaper y Walter, 2002). De
cluir que si las personas recuperan un peso igualo hecho, en algunos estudios se ha encontrado que
superior al que han perdido tras una dieta hipoca- los hombres sanos que nunca han fumado no mues-
lórica, ello se debe fundamentalmente a los cambios tran ese incremento de mortalidad asociado a los
que dicha dieta puede provocar en su comporta- cambios de peso (Iribarren, Sharp, Burchfiel y Pe-
miento alimentario, y que se traduce en una mayor trovitch, 1995). Este dato, lejos de simplificar el
sensibilidad y gusto por los alimentos (Raynor y panorama, introduce nuevos interrogantes en el
Epstein, 2003) y una mayor voracidad (Lowe et al., tratamiento clínico de la obesidad, ya que son pre-
2001). cisamente aquellos pacientes que presentan otros
factores de riesgo (colesterol, hipertensión, taba-
quismo, etc.) en los que más se insiste en la nece-
4.2. El efecto de las dietas yo-yo
sidad de someterse a dieta y, de este modo, facilitar
Las dietas hipocalóricas también son la principal la aparición de efecto yo-yo.
causa del denominado efecto yo-yo o cambio cícli- Por otra parte, también es necesario subrayar que
co de peso. Algunas personas, tras fracasar con las el tamaño de la fluctuación de peso parece decisivo
dietas, no las abandonan y realizan sistemáticamen- en su relación con la mortalidad. Pérdidas o fluc-
te nuevos intentos de perder peso recurriendo de tuaciones superiores a 4,5 kg o 5 kg disparan dicha
nuevo a ellas. Este comportamiento parece que es relación (Iribarren, Sharp, Burchfiel y Petrovitch,
todo menos beneficioso para la salud. Un informe 1995; Yaari y Goldbourt, 1998). Esto implica que,
del estudio Framingham encontró que la gente con para la mayor parte de las personas, no parecen
una historia de cambios cíclicos de peso mostraba aconsejables dietas que pretendan reducir su peso
un incremento significativo en el riesgo de morta- más allá de un 5 por 100 de su peso inicial (Herre-
lidad atribuible a todas las causas, destacándose la ra y Amigo, 2001).
cardiopatía isquémica y el cáncer (Lissner, Odell, En términos de morbilidad ocurre algo similar,
D' Agostino, Stokes, Kreger, Belanger y Brownell, ya que la relación entre los ciclos de peso y las
1991). Asimismo, también se ha observado que la enfermedades parece estar mediada por otras varia-
fluctuación en el peso conlleva más riesgo que el bles, tal como parece ocurrir en el caso de la hiper-
sobrepeso en sí (Andrés, Muller y Sorkin, 1993). tensión arterial. A este respecto se observó que los
A raíz de este resultado se han realizado diversos hipertensos que mostraban fluctuaciones de peso
estudios experimentales y prospectivos que no han no presentaban peores cifras tensionales que los
conseguido despejar todavía diversas incógnitas que se mantenían en un peso estable (Petersmarck,
sobre esta cuestión. Así, parece que esta relación Teitelbaum, Bond, Bianchi, Hoerr y Sowers, 1999).
entre cambio cíclico de peso y mortalidad parece Sin embargo, se ha observado que la fluctuación de
estar favorecida por otras variables presentes en la peso en las personas que muestran una obesidad
muestra. Diversas investigaciones han constatado abdominal incrementa muy significativamente el
que las fluctuaciones de peso están asociadas, de riesgo de padecer hipertensión arterial (Guagnano,
forma especial, a un elevado riesgo de mortalidad Ballone, Pace-Palitti, Vecchia, D'Orazio, Manigras-
cardiovascular (Wing, Jefrey y Hellerstedt, 1995; so, Merlitti y Sensi, 2000).
Iribarren, Sharp, Burchfiel y Petrovitch, 1995; Yaa-
ri y Goldbourt, 1998; Wannamethee, Shaper y Wal-
4.3. Fármacos y
ter, 2002). Sin embargo, lo que llama particular-
mente la atención de esta relación es que esa Cuando hay una necesidad sentida de perder peso
asociación entre fluctuación de peso y mortalidad con urgencia, muchas personas pueden recurrir en su

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60 / Manual de psicología de la salud

desesperación por anteriores fracasos al uso de riesgo y, además, no es infrecuente una cierta alte-
determinados fármacos para acelerar la pérdida de peso ración gástrica e intestinal posterior. Por todo ello,
y, al mismo tiempo, reducir la sensación de hambre esta intervención se reserva para aquellas personas
que tan lastimosa suele ser y que tanta irritabilidad que se encuentran por encima del 100 por 100 de
produce. su peso ideal y que han fracasado reiteradamente
Durante las décadas de los cincuenta y sesenta en sus esfuerzos para controlar la ingesta y para
en Estados Unidos, algunos fármacos, particular- quienes la reducción de peso es urgente para evitar
mente las anfetaminas, se utilizaron de una forma complicaciones de salud más importantes.
muy generalizada con objeto de reducir la sensación
de apetito. Los efectos de esta droga incluyen tam-
4.. 4.. Atracones y sobrepeso
bién el incremento de la actividad del sistema ner-
vioso y del metabolismo. Sin embargo, las anfeta- Además de los problemas descritos hasta aquí,
minas a dosis constantes dejan de hacer sus efectos las dietas son, como iremos viendo a continuación,
al cabo de unas cuantas semanas, por lo que cada un precursor necesario de los llamados trastornos
vez se necesita una dosis mayor para conseguir los de la alimentación. Sin llegar a ese extremo, las
mismos resultados. Por todo lo cual, aunque los dietas hipocalóricas también se han vinculado muy
fármacos (tanto anfetaminas como otros más re- estrechamente con los atracones y, paradójicamente,
cientes) pueden ser eficaces para perder peso ini- también el sobrepeso. Aun cuando pudiera parecer
cialmente' no son útiles a largo plazo. Sus efectos sorprendente, los resultados de algunos estudios,
secundarios, especialmente de tipo cardiovascular, como el de Keys (1950), apuntaban esta tendencia.
también los desaconsejan. Así lo demuestra que en French, Jeffery, Sherwood y Neumark-Sztainer
1997 fuesen retirados del mercado por uno de sus (1999) evaluaron la prevalencia y los correlatos de
fabricantes y de forma voluntaria dos fármacos los atracones en una muestra no clínica de mujeres
adelgazantes, la fenfiuoramina y la dexfenfluora- reclutadas entre la población general. Participaron
mina, a causa de la constatación de que el consumo en este estudio 817 mujeres de edades comprendidas
de estas sustancias, sobre todo si se asociaba con entre los 20 y 45 años, a quienes se midió, al inicio
otro adelgazante, la fentermina, provocaba anoma- del trabajo y a los tres años de seguimiento, el Índi-
lías cardíacas. Sin embargo, con dicha medida no ce de masa corporal, el número de atracones auto-
se ha evitado la utilización de estas sustancias, por informados por la propia mujer (entendiendo por
lo que las autoridades sanitarias europeas se vieron atracón la ingestión de una gran cantidad de alimen-
obligadas a prohibir su comercialización. to, acompañada de una percepción de falta de control
Por otra parte, cuando el control de peso se sobre los mismos), seguimiento de dietas hipocaló-
consigue sólo a través del consumo de fármacos, la ricas, actividad física y eventos vitales estresantes.
persona implicada puede desarrollar la sensación Los resultados mostraron que la prevalencia de los
de que la única manera de controlar su conducta atracones era de un 9 por 100 entre las mujeres de
alimenticia es a través de éstos y que sus esfuerzos peso normal y de un 21 por 100 entre la mujeres con
son tan irrelevantes como baldíos. Por todo ello, sobrepeso, si bien la frecuencia de los atracones era
cuando abandone las drogas, considerará inevitable más bien baja, ya que en la mayoría de las mujeres
recuperar el peso que había perdido. no solían sobrepasar de uno a la semana. Sin em-
La cirugía, en particular la cirugía gástrica, es bargo, lo que llama más la atención de estos resul-
una forma radical de controlar la obesidad extrema. tados es que cuando se comparaba a las mujeres que
El procedimiento quirúrgico más común consiste se daban atracones con quienes no se los daban, se
en grapar el estómago para reducir su capacidad encontraba que entre las primeras aparecía con mu-
para contener alimentos, por lo que el individuo cha más frecuencia la tendencia a practicar alguna
obeso se ve obligado a restringir su ingesta. Como dieta hipocalórica, además de actitudes más extremas
cualquier otro tipo de cirugía siempre conlleva hacia el peso y la figura y niveles más altos de de-

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Control del peso, dietas y trastornos alimentarios / 61

presión, eventos vitales estresantes y sedentarismo. en este sentido parecen consistentes, encontrándose
En particular, la historia personal de intentos de que las personas con algún grado de sobrepeso y las
perder peso a través de las dietas restrictivas apare- mujeres en general recurren con más probabilidad
cía como un predictor independiente de la aparición a usar dietas o a comer menos como conductas
de atracones, tanto en las mujeres de peso normal compensatorias de los atracones (Wammes, French
como en las mujeres con sobrepeso. Los resultados y Bryg, 2007).

CUADRO 3.2
Alteraciones emocionales, alimentos hipercalóricos e incremento de peso

El estrés y, en general, las alteraciones emocionales calmar los estados de ansiedad o desánimo. Por el con-
provocan cambios en la conducta alimentaria y en el peso trario, los hombres suelen utilizar más el alcohol o el
(Torres y Nowson, 2ÜÜ7a). No obstante, no todas las per- tabaco para afrontar los estados emocionales desagrada-
sonas responden de un modo similar. Mientras que algunas bles.
tienden a comer menos cuando se encuentran estresadas, Se puede afirmar, entonces, que el estrés facilita la
una mayoría, por el contrario, tiende a comer mucho más. ganancia de peso por dos razones. Por un lado, porque los
Ahora bien, esta tendencia a comer más parece que se alimentos calóricos a los que se recurre para afrontarlo
produce sólo ante el estrés crónico de la vida diaria y no aportan un número innecesario y elevado de calorías y,
ante el estrés agudo y puntual. Cuando esto ocurre, los por otro, porque la tensión emocional provoca las sensa-
alimentos que se buscan para tratar de calmar los nervios ciones de cansancio y fatiga que disminuyen, muchas
son aquellos que contienen más calorías y que son parti- veces de modo inconsciente, la cantidad de actividad físi-
cularmente ricos en azúcar y grasas. Parece que existe un ca que las personas realizan.
mecanismo fisiológico que explica esta preferencia. Este Además, el estrés también favorece el tipo de obesidad
tipo de alimentos frenan a corto plazo el efecto de cortisol, más perjudicial para la salud, la obesidad tipo manzana u
la hormona que provoca los síntomas del estrés crónico. abdominal. El cortisol activa los receptores de la grasa del
En estudios con animales a los que se les extirpaba las abdomen y el vientre de tal forma que los depósitos de
glándulas adrenales, se observó que, cuando se les inyec- grasa en esta zona aumentan. Cuanta más grasa abdominal,
taba la hormona del estrés, se alteraban, y cuando después mejor se interrumpe a corto plazo el estrés, pero más
comían azúcar, se calmaban. Es decir, que determinados vulnerable hace a las personas a padecer diabetes, enfer-
alimentos sirven para frenar temporalmente los estados de medades cardiovasculares y accidentes cerebro-vasculares.
tensión emocional. De hecho, se ha encontrado que las personas con obesidad
En el ser humano el consumo de alimentos como una abdominal son más reactivas psicológica, neuroendocrina
estrategia de afrontamiento de las alteraciones emocio- y cardiovascularmente al estrés que las personas con obe-
nales está muy modulado por el aprendizaje cultural. Así, sidad en las caderas. Esta reactividad puede ser el vínculo
parece que son las mujeres con sobrepeso en especial las entre la obesidad abdominal y el incremento del riesgo de
que recurren más a los alimentos ricos en calorías para sufrir estas enfermedades (Torres y Nowson, 2üü7b).

s. TRASTORNOS DE LA CONDUCTA característica definitoria de un cuerpo ideal. En


ALIMENTARIA nuestra sociedad la esbeltez se presenta como una
condición básica para ser mejor aceptado por los
demás y son los adolescentes los más vulnerables
S.1. La anorexia nerviosa
a esa presión por la delgadez.
Una de las razones más importantes de la irrup- En este contexto se ha desarrollado, implícita o
ción de la anorexia como un grave problema de explícitamente, la idea de que las dietas son nece-
salud en el mundo desarrollado se encuentra en la sarias y saludables. y es por todo ello que muchos
presión social existente respecto a la delgadez como jóvenes, particularmente las chicas, se someten de
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62 / Manual de psicología de la salud

forma voluntaria a los rigores de algún tipo de ré- Hace treinta años este cuadro era prácticamente
gimen alimenticio. El problema surge cuando esta desconocido.
preocupación por el peso comienza a transformar- No obstante, existen datos históricos y socioló-
se, poco a poco, en el centro de su preocupación gicos que demuestran que este comportamiento
vital y la persona entra, casi sin darse cuenta, en la patológico también se ha dado en otros momentos
espiral de la anorexia. Es importante subrayar que y en otros lugares, pero nunca con la frecuencia con
esto no supone que las dietas seanper se las culpa- que hoy lo conocemos y por razones muy distintas
bles de la cada vez mayor prevalencia de la anorexia. a las que hoy lo propician. Es más, los pocos casos
La dieta constituye «tan sólo» el primer eslabón del de anorexia descritos a lo largo de la historia no son
largo proceso anoréxico que acaba en un desenlace nada parecidos a los que hoy conocemos (véase
fatal en alrededor de un 10 por 100 de los casos. cuadro 3.3).

CUADRO 3.3
La anorexia nunca fue como ahora

A lo largo de la historia del mundo occidental, parti- notoriedad por su renuncia a comer. Tenían generalmen-
cularmente durante la Edad Media, se ha documentado la te un origen humilde, permanecían solteras, lo que exal-
existencia de personas, casi siempre mujeres, que restrin- taba aún más su comportamiento, y todo ello les propor-
gían voluntariamente la cantidad de alimento. Muchas de cionaba un cierto halo sobrenatural. Se trata ahora de
ellas pertenecían a congregaciones religiosas, entre las que renunciar a los alimentos por razones que van derivando
destacaban las dominicas y las agustinas. El doctor J. Toro cada vez más en un espectáculo comercial, que se tradu-
(1996) retoma el concepto de «anorexia santa» para ex- ce en fama, peregrinaciones, etc. De nuevo, lo que im-
plicar estos comportamientos, que se relacionan muy es- porta destacar aquí es el componente social del trastorno
trechamente con la idea de espiritualidad de la época de- que adopta una forma nueva en un contexto diferente.
finida por el «vencimiento de las pasiones de la carne». Cuando los condicionantes religiosos para promover el
Se ha discutido mucho sobre si esos casos de «anorexia ayuno voluntario desaparecen, tiende a desaparecer la
santa» serían similares a los de la anorexia nerviosa actual. anorexia religiosa, y cuando se consigue llamar la aten-
Dos elementos parecen marcar la diferencia. El miedo a ción del público a través de la delgadez, aparece esa
engordar y la distorsión de la imagen corporal. No existe anorexia espectáculo.
ninguna evidencia de que dichos signos estuvieran en esos Los primeros casos documentados de anorexia, tal y
casos de «anorexia santa». La restricción voluntaria de como hoy la conocemos, corresponden a las descripcio-
alimentos no tenía como objeto alcanzar la delgadez, sino nes hechas en 1689 por el médico británico Richard
que era el signo más visible de la entrega espiritual y re- Morton sobre dos jóvenes que restringieron voluntaria-
nuncia a uno mismo. En ese contexto, el reforzamiento de mente su alimentación. Esto le llevó a una de ellas a la
la restricción alimentaria (no la pérdida del peso) podría muerte mientras que la otra fue curada por el propio
haber sido sistemático, ya que no se debe olvidar 'que el Morton al ser obligada a abandonar sus estudios (en los
acto de comer era siempre un acto comunitario. Además, que parece ser que ponía demasiado celo), a viajar y a
es posible que tampoco se diese una distorsión significa- alejarse de su familia (Toro, 1996). Sin embargo, en
tiva de la imagen corporal, ya que la ausencia de espejos términos formales, el concepto de anorexia nervosa fue
o de cualquier otro medio para verse a si mismo con faci- acuñado por el médico, también británico, Sir William
lidad limitaba la preocupación por el cuerpo. Gull en 1874, con objeto de enfatizar la naturaleza del
A partir del siglo XVI, el ayuno dejó de ser conside- trastorno no tanto orgánica cuanto emocional o psicoló-
rado un elemento tan fundamental en el camino hacia la gica. A partir de entonces, y aun cuando se hicieron al-
santidad dentro de la Iglesia Católica. Es entonces cuan- gunos intentos para formular una explicación biológica
do los casos de «anorexia santa» empiezan a decaer de de esta alteración alimentaria, las aproximaciones a la
una forma notable. Sin embargo, comienzan a hacerse etiología del problema han sido fundamentalmente psi-
famosos los casos de chicas jóvenes que alcanzan gran cosociales.

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Control del peso, dietas y trastornos alimentarios / 63

Para entender esas diferencias, cabría recordar pués de cinco años del diagnóstico un 25 por 100
que en la actualidad el consenso sobre los criterios de los pacientes (mayoritariamente mujeres) no ha
para el diagnóstico de la enfermedad se encuentran superado la enfermedad. A ello habría que sumar
recogidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico la aparición de cuadros psicopatológicos graves,
de los Trastornos Mentales (DSM-IV) (véase tabla como la depresión y trastornos obsesivos e, incluso,
3.7). Perder al menos un 15 por 100 del peso res- ciertos trastornos de personalidad (Del Río, Torres
pecto al peso natural debido a una restricción ali- y Borda, 2002). Además, la mortalidad, que a me-
menticia autoimpuesta, tener miedo a engordar y, dio plazo se sitúa en torno a un 10 por 100, en se-
en especial, a la obesidad, distorsionar la propia guimientos a treinta años puede elevarse hasta casi
imagen corporal y, en las mujeres, la pérdida de la un 20 por 100 (Toro, 1996).
menstruación son los síntomas habituales de lo que Al hablar sobre las causas de la anorexia nervio-
hoy llamamos «anorexia nerviosa». sa hay que enfatizar que se trata de una enfermedad
social, en la que la genética podría desempeñar el
papel de una predisposición que difícilmente podrá
TABLA 3.7
manifestarse fuera de ese nicho ambiental que es
Criterios para el diagnóstico de la anorexia la sociedad desarrollada. Todas las alteraciones
nerviosa según el DSM-IV bioquímicas de la anorexia como las del sistema
reproductor, endocrino y sistema nervioso autóno-
A) Rechazo a mantener el peso corporal igualo por mo, además de sus efectos sobre los neurotransmi-
encima del valor mínimo normal considerando la sores están asociadas a la malnutrición y sirven para
edad y la talla (por ejemplo, pérdida de peso que da
apuntalar una patología psíquica que refuerza el
lugar a un peso inferior al 85 por 100 de lo espera-
ble).
propio cuadro de la enfermedad. Los factores de
B) Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obe- riesgo más importantes son variables de tipo demo-
so, incluso estando por debajo del peso normal. gráfico, adolescente de sexo femenino que se en-
C) Alteración de la percepción del peso o la imagen cuentra en un ambiente social y familiar que esti-
corporal, exageración de su importancia en la auto- mula la delgadez para mejorar una imagen personal
evaluación o negación del peligro que comporta el que se encuentra distorsionada (Ferrer-García y
bajo peso corporal. Gutiérrez-Maldonado, 2008).
D) En las mujeres pospuberales, presencia de amenorrea La anorexia suele afectar a adolescentes o chicas
(por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos mens- jóvenes de raza blanca. En su mayoría, estas jóvenes
truales consecutivos).
suelen mostrarse complacientes de cara al exterior y
Tipos:
su currículum académico está lleno, en general, de
muy buenas calificaciones. Manifiestan, además, una
Restrictivo: Durante el episodio de anorexia nerviosa, el
continúa preocupación por los alimentos, pueden
individuo no recurre regularmente a atracones o a purgas
(por ejemplo, provocación del vómito, uso excesivo de cocinar' y recomendar a los demás que coman al
laxantes, diuréticos o enemas). tiempo que ellas prácticamente no prueban bocado.
Compulsivo/purgativo: Durante el episodio de anorexia
Este comportamiento les lleva a perder entre un 15
nerviosa, el individuo recurre regularmente a atracones y un 50 por 100 de su peso, a pesar de lo cual se
o a purgas (por ejemplo, provocación del vómito, uso siguen viendo a sí mismas en un estado de sobrepe-
excesivo de laxantes, diuréticos o enemas). so. A medida que se acentúa la pérdida de peso, se
incrementan los sentimientos de hostilidad hacia
aquellos que son vistos como una amenaza en su
La prevalencia de la anorexia se situaría entre carrera hacia una delgadez extrema. Suelen ser am-
0,7 por 100-2 por 100 de las mujeres jóvenes (Kjel- biciosas, perfeccionistas y provienen de familias que
sas, Bjornstorm y Gotelan, 2004). Los datos sobre han alcanzado un cierto estatus social y económico.
su evolución no son muy alentadores, ya que des- Para eliminar esa grasa sobrante que dicen tener en

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64 / Manual de psicología de la salud

su cuerpo se someten a programas de ejercicio físico ca, que esos fármacos acabarían rompiendo el com-
muy intensos. Esta conducta se mantiene hasta que, portamiento restrictivo de las pacientes con los
debido a la pérdida de peso, sus energías decaen y alimentos. Sin embargo, hoyes de sobra conocido
aparece la fatiga y el cansancio que les imposibilita que, lejos de ello, lo único que estimulan es la
seguir con ese ritmo de actividad. necesidad de controlarse aún más ante las señales
La preocupación de la familia, en particular de de hambre que provocan estos fármacos. En la
la madre, por el peso de su hija y por su atractivo, misma dirección, cabe interpretar las reacciones
puede constituir un elemento que facilite el desa- que provoca el uso (en algunos casos extremos en
rrollo de la anorexia. Pike y Rodin (1991) observa- los que se ha tenido que utilizar) de la sonda naso-
ron que las madres de las jóvenes que padecían este gástrica para alimentar a los pacientes. A pesar de
trastorno de la alimentación tendían a creer que sus lo aversivo del procedimiento, lo que más perturba
hijas no eran lo suficientemente atractivas y pensa- a las anoréxicas no es lo desagradable que dicho
ban, además, que debían perder peso. Qué duda procedimiento pueda resultar cuanto «la pérdida de
cabe que esta actitud de los progenitores, en aque- control» que experimentan sobre la alimentación y
llos casos en que se da, puede favorecer y contribuir los temores que ello provoca sobre su peso y su
a desencadenar este trastorno de la alimentación. distorsionada imagen corporal.
El perfeccionismo y el alto nivel de autoexigen- Desde esta perspectiva, las familias en las que
cia, como estilos habituales de comportamiento, se respira una alta motivación de logro y en las que
pueden constituir dos aspectos muy importantes de los progenitores aspiran a que sus hijas lleguen a
la anorexia, ya que su combinación con un ambien- ser algo por sí mismas en la vida, pero al mismo
te familiar en el que se respira una alta motivación tiempo quieren controlar el qué y el cómo de esos
de logro puede ser la mezcla necesaria que haga logros, pueden estar creando alguna de las condi-
explotar el problema. Efectivamente, desde hace ya ciones necesarias para el desarrollo de la enferme-
muchos años se viene insistiendo en el hecho de dad. No se trata de una reacción inconsciente de la
que las anoréxicas encuentran en su enfermedad anoréxica contra sus padres en un sentido psico-
una forma (muy perniciosa) de ganar el control analítico, sino del ejercicio de una clase de conduc-
sobre su vida a través del control del cuerpo. En ta, el autodominio personal, que los padres, posi-
ambientes familiares donde las metas son altas, los blemente, han reforzado a lo largo de la vida de sus
padres pueden tender a organizarlo todo, incluyen- hijos. El problema es que ese ejercicio de autodo-
do los logros que desearían que sus hijos alcanzasen. minio personal se pasa a ejercer sobre la al1me~ntja­
En este sentido, algunos autores han subrayado que ción y lleva a la patología. No se debería
las anoréxicas, antes de iniciar este problema, ven que la paciente anoréxica está manifestando un
a sus padres como sobreexigentes y teniendo un comportamiento socialmente muy valorado y en el
control muy elevado sobre sus vidas, mostrándose que ha sido muy bien educada, el perfeccionismo
ellas demasiado complacientes como para rebelar- y la ambición (Raich, 1999), pero dirigido a una
se contra esa situación de una forma abierta. Desde meta muy perniciosa: el control extremo del peso.
este punto de vista, su enfermedad les permite pasar
a tomar el control sobre un aspecto fundamental de
5.1.1. El abordaje de la anorexia
la existencia, como es su figura y el peso de su
nerviosa
cuerpo (Toro y Artigas, 2000), lo cual constituye,
paradójicamente, uno de los elementos que más A pesar de sus nefastas consecuencias para quien
dificulta la solución del problema. la padece y quienes le rodean, la anorexia nerviosa
Esta necesidad de control sobre el propio cuerpo es uno de los trastornos de conducta más difíciles
podría explicar el efecto paradójico que producen de tratar. La razón de ello se encuentra, por un lado,
los estimulantes del apetito cuando son administra- en que la anoréxica está convencida de que no hay
dos a las anoréxicas. Cabría pensar, en buena lógi- nada extraño en su comportamiento y, por otra

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Control del peso, dietas y trastornos alimentarios I 65

parte, en que las propuestas de cambio que se le aspecto importante para garantizar el mantenimien-
formulan atentan directamente contra uno de los to de un peso normal y saludable en el futuro.
aspectos de su vida sobre el que está más orgullosa: Mejorar las relaciones familiares a través de la
el control de su peso y del cuerpo. No es extraño, comunicación puede evitar conflictos innecesarios
entonces, que las anoréxicas se complazcan al com- que agudicen el problema. Finalmente, anticipar las
pararse con aquellas personas que muestran sobre- posibles recaídas en una pérdida patológica de peso,
peso o que rechazan la actividad física y que mues- desafortunadamente bastante frecuentes, facilitará
tren abiertamente sus sentimientos de hostilidad el manejo cotidiano del problema por parte de todos
hacia aquellos que son vistos como una amenaza los afectados.
en su carrera hacia una delgadez extrema. Los con-
sejos bien intencionados de su círculo más próximo
de familiares y amigos suelen resultar, cuando me- TABLA 3.8
nos, inútiles, al igual que las amenazas y críticas Criterios para la hospitalización de los pacientes
que surgen en momentos de tensión. En estas cir- anoréxicos (Toro y Vilardell, 1987)
cunstancias, la paciente percibe, curiosamente, una
falta de apoyo por parte de quienes le rodean (Qui- 1. Cuando el trastorno tiene una duración superior a
les, Quiles y Terol, 2003). cuatro meses.
Sólo cuando el deterioro físico empieza a ser 2. Cuando la pérdida de peso es del 25 por 100 al 30
notorio, los padres suelen decidir el inicio del tra- por 100 y compromete la vida de la paciente a cau-
tamiento. Existe un consenso bastante amplio en sa de la desnutrición.
que el primer paso del mismo debe ser la recupe- 3. Cuando se trata de un subtipo de anorexia bulímica
ración de un peso normal. En función de la gravedad en la que se presentan conductas de tipo purgativo.
4. Cuando las relaciones familiares son muy conflicti-
del paciente se tendrá que considerar la posibilidad
vas y/o el paciente presenta un alto grado de aisla-
de hospitalizarle (véase tabla 3.8). Generalmente, miento.
la intervención se realiza combinando el tratamien- 5. Cuando la psicopatología secundaria al trastorno es
to ambulatorio y la hospitalización, ya que sólo el grave, tal como ansiedad, depresión, ideación suici-
inicio del tratamiento en un momento muy tempra- da, desadaptación social, etcétera.
no de la enfermedad evita el internamiento. Recu-
perar el peso normal es sólo el primer paso; a par-
tir de ahí será necesario tratar de operar otros 5.. 2.. La bulimia
cambios importantes en relación a la imagen cor-
poral o el miedo a engordar para caminar hacia la Otro trastorno de la alimentación que no suele ser
solución del problema (Morandé,1999). Todo ello tan fatal como la anorexia, pero que condiciona muy
obligará a la paciente a enfrentarse (como casi negativamente la vida de las personas que lo padecen,
siempre ocurre en los tratamientos psicológicos) a es la bulimia (véase tabla 3.9). La bulimia también
aquellas cosas que teme, en particular a la ganancia se encuentra estrechamente relacionada con las die-
de peso y a la pérdida de control que anticipa sobre tas hipocalóricas y se caracteriza por momentos de
su figura y su cuerpo. gran voracidad durante los que la persona come una
Por todo ello, el tratamiento de la anorexia (Sal- gran cantidad de alimentos muy rápidamente. Estos
daña, 1994) deberá intentar promover cambios en episodios se repiten recurrentemente y, tras ellos, se
el ámbito del comportamiento, en particular la mo- suelen iniciar conductas purgativas para eliminar los
dificación de los hábitos alimentarios y, si fuese alimentos ingeridos con objeto de mantener el control
conveniente, el control de la actividad física. Asi- sobre el peso. Entre dichas conductas se suelen ob-
mismo, la modificación de una imagen corporal, servar vómitos autoinducidos, consumo de laxantes
que se encuentra totalmente desajustada, junto con y/o diuréticos y práctica abusiva de ejercicio físico.
el control del miedo al incremento de peso, será un Este trastorno afecta sobre todo a mujeres jóvenes,

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66 / Manual de psicología de la salud

en torno a un 90 por 100 de los casos, y su prevalen- A lo largo de la historia podemos encontrar en
cia se situaría entre un 1,2 por 100 y un 4,6 por 100 diferentes sociedades comportamientos formalmen-
de las mujeres jóvenes, si bien esta cifra es difícil de te muy similares a los que hoy se agrupan bajo el
precisar, ya que las personas tienden a ocultar esta diagnóstico de bulimia nerviosa y que, sin embar-
patología (Kjelsas et al., 2004). Al contrario de lo go, no eran considerados como signos de enferme-
que ocurre en la anorexia, su familia y sus amigos dad, sino como una práctica social fomentada y
no se dan cuenta de este padecimiento, ya que el peso bien vista. Es el cunocido caso de los ciudadanos
suele mantenerse dentro de un rango de normalidad de clase media y alta de Roma, que, a lo largo del
y también el comportamiento alimentario es aparen- banquete de celebración, acudían al vomitorium
temente normal. para purgarse de una manera expeditiva y poder
así seguir comiendo. Esta práctica no se restringió
exclusivamente a esa época histórica, sino que el
TABLA 3.9 uso de eméticos prescritos por los propios médicos
Criterios para el diagnóstico de la bulimia para provocar el vómito fue una herramienta con-
nerviosa según el DSM-IV (1995) siderada como curativa a lo largo de los siglos. Esto
implica que comportamientos topográficamente
A)Presencia de atracones recurrentes, caracterizándose idénticos (comilonas y vómitos) han dejado de ser
el atracón por: una actividad lúdica, festiva o terapéutica para
1. Ingesta de alimento en un corto espacio de tiem- convertirse en la actualidad en un problema patoló-
po (por ejemplo, dos horas) en cantidad superior gico.
a la que la mayoría de las personas ingerirían en Existe, por lo tanto, una enorme diferencia en la
un período similar y en las mismas circunstan-
función que desempeñan los atracones y vómitos
cias.
2. Sensación de pérdida de control sobre la inges-
en la sociedad occidental. En la actualidad, las
ta del alimento (por ejemplo, sensación de no personas que se someten a estos rituales psicopa-
poder parar de comer o no poder controlar el tipo tológicos están tratando de no ganar peso por mie-
o la cantidad de comida que se está ingiriendo). do a la obesidad y de mantener una silueta que no
B) Conductas compensatorias inapropiadas, de manera dañe demasiado la autoestima personal. Aunque la
repetida, con el fin de no ganar peso, como son pro- bulimia fue identificada como tal en la década de
vocación de vómito, uso excesivo de laxantes, diu- los sesenta, no es hasta 1980 cuando son descritos
réticos, enemas u otros fármacos, ayuno y ejercicio los criterios para su diagnóstico, tal y como se re-
excesivo. cogen en el Manual Diagnóstico y Estadístico de
C) Los atracones y conductas compensatorias inapro-
los Trastornos Mentales (DSM-III). Hasta entonces
piadas tienen lugar, como promedio, al menos dos
veces a la semana durante un período de tres meses. este trastorno había sido considerado como una
D) La autoevaluación está exageradamente influida por alteración secundaria a la anorexia nerviosa, debi-
el peso y la silueta corporal. do a que en torno a una tercera parte de las personas
E) La alteración no aparece exclusivamente en el trans- que padecen bulimia muestran también una patolo-
curso de la anorexia nerviosa. gía anoréxica.
Las personas bulímicas, a diferencia de las ano-
Tipo purgativo: Durante el episodio de bulimia nerviosa, réxicas, son de mayor edad, no suelen pertenecer a
el individuo se provoca regularmente el vómito o usa un estrato social único, sino que provienen de muy
laxantes, diuréticos o enemas en exceso.
diferentes capas sociales, sus relaciones sexuales
Tipo no purgativo: Durante el episodio de bulimia ner- suelen oscilar entre momentos de cierto descontrol
viosa, el individuo emplea otras conductas compensatorias de los impulsos y momentos de gran retraimiento
inapropiadas, como el ayuno o el ejercicio intenso, pero
y suelen mantener su peso igual o por encima de
no recurre regularmente a provocarse el vómito ni usa
laxantes, diuréticos o enemas en exceso.
un nivel normal (Espina, Ortego, Ochoa, Yenes y
Alemán, 2001; Sepúlveda, Botella y León, 2001).

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Control del peso, dietas y trastornos alimentarios /

CUADRO 3.4
La bulimia y pérdida de control

En la bulimia, además de la pérdida de control sobre portamiento las autoagresiones. Esas lesiones que se cau-
los alimentos, se han descrito otros comportamientos san, y que van desde formas leves como la tricotilomanía
donde se constata una relativa pérdida de control personal (arrancarse el pelo) hasta tajarse la piel con un instrumen-
(Vanderlinden y Vandereycken, 1999). Uno de ellos se to filoso, pasan casi siempre inadvertidas para los demás,
refiere a las manifestaciones de la ira. Una situación común ya que tienden a ocultarlas con gran celo.
puede ser la siguiente: las personas que sufren bulimia Dentro de este panorama general no es de extrañar que
tratan de estar solas cuando sienten la necesidad de darse la culpa y la depresión constituyan un correlato habitual
un atracón, por ello la presencia de cualquier persona en de la bulimia. Por todo ello se ha planteado la posibilidad
casa «que no acaba de marcharse» es vista como un obs- de que la depresión sea una puerta de entrada a este tras-
táculo que le impide satisfacer su deseo. Un deseo tan torno alimentario. En este sentido, existen algunas pruebas
fuerte que puede ser equiparable a cualquier otra adicción. que indicarían la existencia de cuadros depresivos en al-
En tales circunstancias, es habitual que la bulímica «esta- gunas bulímicas que aparecen unos meses e, incluso,
lle» de ira por cualquier motivo trivial ante la persona que, hasta un año antes del inicio de los problemas con la ali-
por su sola presencia, y muchas veces sin ser consciente mentación. Aun cuando esto pueda ser así en casos parti-
de ello, está bloqueando la gratificación alimenticia. Del culares' lo cierto es que muchos de los comportamientos
mismo modo, se ha constatado que los atracones se acom- propios del episodio bulímico habitualmente provocan un
pañan con cierta frecuencia del consumo de alcohol y estado de depresión y culpa. Si algo caracteriza al atracón
también se ha documentado que el consumo de sustancias es la pérdida de control. La paciente come todo lo que
psicoactivas no es infrecuente entre las personas que pa- puede en un espacio de tiempo muy corto con la sensación
decen esta forma de descontrol alimentario. de no poder parar. Es de sobra conocido que la pérdida de
Pero aún hay más, ya que algunas personas bulímicas control sobre cualquier aspecto relevante de nuestra vida
también padecen cleptomanía y por ello se ven compulsi- provoca en el ser humano (al igual que en otras muchas
vamente arrastradas a robar objetos que no siempre nece- especies animales) un estado depresivo de menor o mayor
sitan ni les van a ser útiles. No obstante, en muchos casos, intensidad. En la bulimia esa sensación de no poder más
se hurtan bienes relacionados con su trastorno, como co- puede llegar a ser muy intensa y, en tales circunstancias,
mida, dinero, laxantes, etc., y se hace, según el testimonio no son infrecuentes las ideas de suicidio. En los programas
de las propias afectadas, por la vergüenza que les produce de tratamiento a los que las bulímicas se someten volun-
adquirir este tipo de artículos. También pueden encuadrar- tariamente se han constatado algunos intentos serios de
se dentro de la pérdida de control sobre su propio com- quitarse la vida por parte de algunas de las pacientes.

5 . 2.. 1.. La lógica de la bulimia purgarse. La purga, realizada generalmente a través


del vómito, es vivida como una forma de alivio de
La bulimia suele tener su punto de partida en ansiedad porque con él la persona se libera del
una dieta hipocalórica. Los estudios sobre el tema temor a engordar. Por todo lo cual, el vómito es
muestran que al menos el 80 por 100 de las per- reforzado y por ello se incrementa la probabilidad
sonas bulímicas habían iniciado una dieta antes de de que en el futuro se recurra a él para seguir
que se manifestara el trastorno. A partir de ahí, el aliviando la ansiedad que provoca el atracón (véa-
atracón bulímico suele ser la consecuencia natural se, tabla 3.10). A partir de este momento, la
de la violación de una restricción alimentaria auto- persona suele caer en un círculo vicioso muy
impuesta que conduce a comer sin control una gran peligroso en el que tras la purga se inicia de
cantidad de alimentos muy calóricos considerados nuevo una severa restricción calórica autoimpues-
prohibidos. Este atracón provoca un estado de ta que tiene como único destino final una sobre-
preocupación y ansiedad por el peso que lleva a ingesta descontrolada y, a partir de ahí, la consi-
la persona a iniciar algún tipo de maniobra para guiente purga.

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68 / Manual de psicología de la salud

TABLA 3.10
Juego de reforzamientos en el acto bulímico

RESTRICCIÓN =:} ATRACÓN (culpa) =:} PURGA =:} RESTRICCIÓN


Refuerzo + Refuerzo -
(Saciedad) (Alivio de la ansiedad)

Los atracones, durante los cuales la persona tien- mo, a pesar de que no puede asimilar aquello que
de a ingerir grandes cantidades de dulces pueden la persona vomita, reduce su gasto energético basal.
llevar, aunque parezca paradójico, a un estado de
hipoglucemia o escasez de azúcar en la sangre. Esto
5.2.2. La intervención en la bulimia
es debido a que la ingesta de altas cantidades de
azúcares hace que el páncreas comience a producir Se ha constatado que un elemento inicial básico
cantidades excesivas de insulina con objeto de regu- para el tratamiento de la bulimia consiste en romper
lar el nivel de azúcar en sangre. La consecuencia es la cadena de comportamiento en la que se enlazan,
un paradójico estado hipoglucémico que se traduce sin solución de continuidad, restricción alimentaria!
en fatiga, vértigo e, incluso, un cierto estado depre- episodio de voracidad/conducta purgativa (Saldaña,
sivo. Este estado provoca, a su vez, cierto círculo 1994). McPhillips (1984) asignó al azar a 20 bulí-
vicioso, ya que el organismo vuelve a reclamar más micas, que sufrían al menos tres atracones por se-
azúcar en forma de dulces, galletas, etcétera. En mana, a dos condiciones de tratamiento. Un grupo
general, las personas que se dan este tipo de atraco- de diez pacientes fue sometido a un tratamiento
nes rara vez consiguen una dieta equilibrada, ya que dietético de ocho semanas consecutivas de duración,
suele adolecer de los suficientes ácidos grasos, fuen- durante el cual, sin ser conscientes de ello, consu-
te principal de energía, y todo eso conlleva un cierto mían una dieta nutritiva de, al menos, 1.400 calorías
estado de letargo y depresión. Además de todo ello, diarias. El otro grupo recibió una dieta falsa me-
algunas personas llegan a obsesionarse con los atra- diante la cual consumían, aproximadamente, el
cones, los cuales anticipan constantemente en detri- mismo número de calorías que venían ingiriendo
mento de otras muchas actividades de salud y ocio. hasta ese momento, muy por debajo de sus necesi-
Pero las purgas son también muy perjudiciales. dades nutricionales básicas. Los resultados mostra-
La salud dental puede ser la primera en resentirse, ron que mientras que en las bulímicas sometidas a
debido al corrosivo efecto del ácido clorhídrico la dieta de, al menos, 1.400 calorías cesaron radi-
sobre los dientes tras el vómito. Además, el efecto calmente los atracones durante el estudio, las so-
de este ácido también puede sentirse en otras partes metidas a la dieta falsa no mostraron cambios en
del sistema digestivo como el esófago y la boca, en su conducta bulímica. Sin embargo, cuando a este
forma de hemorragias y lesiones. Incluso, en algu- segundo grupo se les administró la dieta nutritiva,
nas personas bulímicas se ha observado la tenden- los atracones también cesaron. Este tipo de resul-
cia a regurgitar los alimentos de forma espontánea tados revela muy claramente que, para romper el
tras un consumo moderado de alimentos. La purga ciclo de restricción y voracidad alimentaria que
realizada a través de laxantes y diuréticos puede caracteriza este trastorno, es necesario modificar
provocar daños en el riñón, deshidratación, colon los patrones dietéticos de la paciente a través de un
espástico o pérdida del control voluntario sobre el programa de alimentación suficiente y regular que
hábito intestinal. Finalmente, también se ha com- prevenga los estados de hambre y voracidad.
probado que las purgas sistemáticas provocan una Además de ello, la literatura actual está enfati-
ralentización del metabolismo, lo cual conlleva una zando' cada vez con más fuerza, el papel de las
mayor facilidad para ganar peso, ya que el organis- alteraciones emocionales en los episodios bulímicos

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Control del peso, dietas y trastornos alimentarios / 69

(Rodríguez, Mata, Moreno, Fernández y Vila, 2008). son, Prather, McKenzie, Blouin, 1990). Su novedad
Los resultados de diversas investigaciones muestran es tal que para su diagnóstico todavía se siguen
que los estados de ánimo negativos y depresivos utilizando diversos términos. Se ha hablado de
están presentes sistemáticamente antes de los atra- «sobreingesta compulsiva», «trastorno de sobrein-
cones junto con una intensa sensación de hambre gesta» o, como se denomina en el DSM-IV, «tras-
(Engelberg, Gauvin y Steiger, 2005). En muchos torno por atracón».
casos, los pacientes atribuyen el atracón más al ma- Este trastorno se caracteriza por episodios de una
lestar anímico que a la sensación de hambre o la voracidad irreprimible que lleva a la persona a ingerir
violación de la abstinencia (Hilbert y Tuschen-Caf- un gran número de alimentos en un corto espacio de
fier, 2007; Smyth, Wonderlich, Heron, Sliwinski, tiempo, siendo éstos habitualmente de un gran conte-
Crosby, Mitchell y Engel, 2007). Por todo ello, las nido calórico. Durante el episodio, la persona no pue-
técnicas de autocontrol emocional que facilitan el de parar de comer y tiene la sensación de pérdida de
manejo de los estados de ansiedad y depresión pue- control sobre lo que está haciendo. Ingiere los alimen-
den ser fundamentales en el tratamiento. También tos a gran velocidad, prácticamente sin saborearlos, y
parece importante enseñar al paciente a prevenir la sigue comiendo a pesar de sentirse ya saciada, incluso
purga después de una posible comilona o, simple- cuando empieza a resultarle desagradable. Esos episo-
mente, ante la sensación de saciedad. La «prevención dios suelen haber ido precedidos o acompañados de
de respuesta» ante este tipo de estímulos puede ser esfuerzos para regular el peso a través de dietas hipo-
muy útil para el control de los vómitos. calóricas (Masheb y Grilo, 2000). Las personas que
Finalmente, se de ha de abordar la alteración de la sufren este trastorno suelen esconderse o procuran
imagen corporal, en virtud de la cual las personas esperar a quedarse a solas para satisfacer su voracidad,
bulímicas tienden a sobredimensionar la percepción dándose un atracón, tras 10 cual suele embargarles un
de algunas partes de su cuerpo. Corregir esa distorsión profundo sentimiento de culpabilidad o de desagrado
perceptiva confrontando la dimensión percibida con la consigo mismas. Todo ello les hace conscientes de que
dimensión real de algunas partes de su cuerpo puede su conducta a la hora de comer no es muy normal.
ser de gran utilidad para modificar esa creencia distor- Existen muchas similitudes y también importan-
sionada sobre sí misma (Peterson, Wimmer, Ackard, tes diferencias entre la bulimia y el trastorno por
Crosby, Cavanagh, Engbloom, Mitchell, 2004). atracón. Si atendemos a cómo se desarrolla la co-
En general, hay una cierta evidencia de que la milona, apenas encontramos diferencias importan-
terapia cognitivo-conductual, con exposición, más tes: voracidad incontenible, ocultación para darse
prevención de respuesta, es capaz de reducir de un el atracón, ingesta descontrolada de alimentos de
modo significativo el número de atracones y de alto valor calórico y sentimientos de malestar con
conductas purgativas además de mejorar también uno mismo. Sin embargo, existen diferencias im-
la autoestima. No obstante, quedan pendientes la portantes que hacen que el trastorno por atracón no
evaluación de otras formas de terapia psicológica sea tan pernicioso para la salud como lo es la buli-
en este trastorno (Hay, Bacaltchuk y Stefano, 2004). mia. Quizá la más importante es que la persona ni
siente la necesidad ni recurre a conductas purgativas
como el vómito, el uso de laxantes, los ejercicios
5.. 3.. El trastorno por atracón
físicos intensos o el ayuno. Esta diferencia puede
La definición del trastorno por atracón como una ser explicada, en parte, porque no existe un miedo
nueva patología del comportamiento alimentario es exagerado a ganar peso y, por 10 tanto, tampoco
muy reciente. Su descripción fue realizada a me- existe una insatisfacción con la imagen corporal tan
diados de los años ochenta por Fairburn y Garner traumática como ocurre en las pacientes anoréxicas
(1986) y, partir de ahí, se ha observado cómo su y bulímicas.
prevalencia ha ido aumentando significativamente Esta alteración alimentaria, que se presenta cada
entre la población del mundo occidental (William- vez con más frecuencia como un problema alimen-

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/ Manual de psicología de la salud

tario sui generis, también muestra una estrecha sustancias o, particularmente, cuando violan una
relación con la obesidad y con la práctica de las restricción autoimpuesta. La restricción continuada
dietas hipocalóricas restrictivas. De hecho, la mayor de determinados alimentos lleva al organismo a
parte de las personas que presentan el trastorno por un estado de falta de energía que puede acompa-
atracón, en torno a un 70 por 100, son obesas. Asi- ñarse de una intensa sensación de hambre y a una
mismo, entre un 20 por 100 y un 46 por 100 de las enorme urgencia por ingerir alimentos. Cuando se
personas obesas que se someten a dietas para perder cae en este círculo, parece que las personas res-
peso manifiestan episodios de trastorno por atracón trictivas tienden a desinhibirse con gran facilidad
(Robertson y Palmer, 1997; Berrocal y Ruiz, 2001). y a comer más que las personas no restrictivas,
que mantienen un consumo regular y equilibrado
de alimentos.
5.. 3.. 1.. La lógica del trastorno
Dentro de este bucle de restricción-atracón, el
por atracón
atracón (al igual que ocurre en la bulimia) resulta
Al hablar de las dietas, ya se subrayó la relación al mismo tiempo reforzante y penalizador para el
entre la restricción alimentaria, la voracidad y los propio sujeto. Es reforzante porque alivia la sensa-
atracones (Keys et al., 1950; French et al., 1999). ción de hambre, de pérdida de energía y fatiga y, al
Sobre la evidencia de esta relación se ha postulado mismo tiempo, atenúa el estado de ansiedad y me-
la teoría de la restricción alimentaria (Herman y jora su estado de ánimo. Sin embargo, también es
Polivy, 1984) que permite explicar algunos aspectos penalizador porque la persona suele sentirse culpa-
del trastorno por atracón. Sin embargo, antes de ble por su falta de control sobre los alimentos y
describir la teoría es necesario clarificar las dife- puede volver a resurgir de nuevo con fuerza su
rencias entre dos tipos de actitudes distintas ante la preocupación por el peso. Es por esto que el único
alimentación: una restrictiva y otra no restrictiva modo de librarse de este sentimiento de culpa y de
(Saldaña, 1994). Se habla de personas restrictivas tratar de recuperar el control sobre su peso es iniciar
en relación a aquellas que, independientemente de de nuevo una etapa de restricción alimentaria, que
su peso, se encuentran atrapadas en un proceso concluirá con otro atracón. Este efecto pendular en
continuo y sucesivo de dietas que no ocultan a los la alimentación provoca un cambio del todo inde-
demás. Para regular su ingesta, atienden más a seado sobre el organismo. El metabolismo tiende a
creencias de lo que deben hacer en un determinado ralentizarse, por lo que progresivamente comienza
momento que a las sensaciones reales de hambre o a necesitar menos calorías para realizar la misma
saciedad. En el polo opuesto se encuentran las carga de trabajo, incrementándose así la probabili-
personas no restrictivas, que no suelen estar dema- dad de desarrollar y alcanzar la obesidad. Este
siado preocupadas por su peso y, por ello, tienden juego de consecuencias positivas y negativas de la
a 'comer guiándose fundamentalmente por las sen- restricción y del atracón es el llamado proceso de
s~ciones fisiológicas de hambre. Ni que decir tiene contrarregulación que mantendría este trastorno de
que ese patrón restrictivo se suele observar con más la alimentación (Herman y Polivy, 1984).
frecuencia en las mujeres que en los hombres, y No sólo el efecto de la «manzana prohibida»
que es muy habitual entre las personas que pade- puede hacer caer a la persona en un nuevo atracón
cen trastornos de alimentación, incluso en la obe- compulsivo, sino que los estados afectivos pueden
sidad. modificar muy sustantivamente el apetito. En este
La teoría de la restricción alimentaria sostiene sentido, las investigaciones actuales parecen insis-
que las personas restrictivas que «permanentemen- tir en que el desencadenante principal del atracón
te» se encuentran a dieta acaban desinhibiendo su en las personas que sufren este trastorno son los
conducta de alimentación en múltiples circunstan- estados emocionales como el desánimo y la depre-
cias: ante estados emocionales como la ansiedad o sión o la dificultad para reconocer las alteraciones
la depresión, ante el consumo de determinadas emocionales y regularlas (Spoor, Stice, Bekker, Van

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Control del peso, dietas y trastornos alimentarios / 71

Serien, Croon y Van Heck, 2006; Whiteside, Chen, da en algunos casos. Por ello será inevitable prepa-
Neighbors, Hunter, Lo y Larimer, 2007). rar al paciente ante esta hipotética situación, des-
dramatizarla e instruirle para poner en marcha de
nuevo los comportamientos necesarios para contro-
La intervención en el trastorno
lar los episodios de voracidad. Los datos de los
por atracón
estudios sobre la eficacia del tratamiento conductual
A pesar de la reciente aparición y diagnóstico de del este trastorno subrayan su utilidad para la eli-
este trastorno (tabla 3.11), parece evidente que cual- minación de los atracones en un número significa-
quier programa de tratamiento que se proponga ten- tivo de sujetos, pero que no conlleva pérdida de
drá que pasar por la normalización de los hábitos de peso (Brownley, Berkman, Sedway, Lohr y Bulik,
alimentación de las personas y, en segundo lugar, por 2007; Krysanski y Ferraro, 2008).
la modificación de las alteraciones anímicas que
pueden servir como desencadenantes del problema.
Por todo ello, la primera fase del tratamiento se TABLA 3.11
volcará en reducir el número de atracones semanales Criterios para el diagnóstico del trastorno
que la persona se da. En este sentido, cobra especial por atracón según el DSM-IV (1995)
importancia proporcionar un clara información nu-
tricional que muestre cómo la mayoría de las calorías
A) Episodios recurrentes de atracones. Un episodio de
que ingiere una persona que sufre atracones se rea- atracón se caracteriza por dos condiciones siguientes:
liza durante el atracón mismo, y que, por el contrario,
1. Ingesta de alimento en un corto espacio de
durante las comidas normales la ingesta calórica es
tiempo (por ejemplo, dos horas) en cantidad
baja. Corregir esto supone comer regular y suficien- superior a la que la mayoría de las personas
temente, evitando los momentos diarios en los que ingerirían en un período similar y en las mismas
la sensación de hambre sea muy aguda y que puedan circunstancias.
servir de ocasión para atiborrarse. Aprender a evitar 2. Sensación de pérdida de control sobre la inges-
estímulos peligrosos en situaciones tentadoras será ta del alimento durante el episodio (por ejemplo,
otra vía para atenuar el problema. La técnica de la sensación de no poder parar de comer o no
prevención de respuesta (utilizada en la bulimia) poder controlar el tipo o la cantidad de comida
puede ser útil para enseñar a la persona a controlar- que se está ingiriendo).
se de modo muy concreto ante los estímulos y pen- B) Los episodios de atracón se asocian a tres (o más)
samientos que anteceden al atracón. La práctica de de los siguientes síntomas:
ejercicio físico regular y moderado, en especial para 1. Ingesta mucho más rápida de lo normal.
las personas obesas, puede servir como una conduc- 2. Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.
ta de control que sirva para evitar situaciones pro- 3. Ingesta de grandes cantidades de comida a pe-
blemáticas, ayuda a modificar el setpoint y mejora sar de no tener hambre.
4. Comer a solas para esconder su voracidad.
el estado de ánimo.
5. Sentirse a disgusto con uno mismo, depresión,
Precisamente, en un segundo momento, la aten- o gran culpabilidad después del atracón.
ción tendría que centrarse en la mejora del estado
C) Profundo malestar al recordar los atracones.
emocional del paciente, ya que éste es otro de los
desencadenantes habituales de los episodios. Los D) Los atracones tienen lugar, co~o media, al menos
dos días a la semana durante seis meses.
programas de modificación de conducta que han
mostrado una cierta eficacia en los problemas de E) El atracón no se asocia a estrategias compensatorias
inadecuadas (por ejemplo, purgas, ayuno, ejercicio
ansiedad, estrés y depresión pueden ser especial-
físico excesivo) y no aparecen exclusivamente en el
mente pertinentes. No se debe olvidar que, aunque transcurso de una anorexia nerviosa o una bulimia
a lo largo del tratamiento se consiga una remisión nerviosa.
total del problema, existe la probabilidad de recaí-

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6. PROGRAMA PARA LA 1I··H~IB::\II~Il\U"'U··"'fI,Il\. lletos, diagramas, etcétera. Se buscaba crear una


DE LA ANOREXIA Y LA BULIMIA cultura de apoyo entre los alumnos que sirviera para
contestar a la presión de las dietas.
En la medida que las dietas pueden ser la ante- Este programa de prevención de los desórdenes
sala de los trastornos de la alimentación, la educa- de la alimentación se incorporó dentro del currícu-
ción sobre este asunto de las jóvenes adolescentes, lum escolar. Se desarrolló en seis sesiones de cua-
que constituye la población de riesgo más impor- renta y cinco minutos, aunque esto parecía insufi-
tante, puede ser una de las estrategias útiles para ciente. Participaron únicamente alumnas de 13 y
prevenir dichos trastornos. Por ello, a continuación 14 años. Aunque el profesorado permanecía en
presentaremos el programa para la prevención de clase durante el programa y participaba activamen-
los trastornos de alimentación desarrollado por te en las actividades, la formación fue llevada a
Anna Stewart (1998), describiendo sus objetivos cabo por un experto en trastornos de la alimentación.
generales, las características del mismo y la des- Los autores también prepararon una carpeta del
cripción, sesión por sesión, de sus contenidos. profesor. Se subraya la necesidad de modificar cual-
quier actitud verbal o no verbal que pudiese con-
tradecir el contenido de los materiales.
6.1. Objetivos del programa
La información también fue enviada a los padres
Este programa tiene como objeto prevenir el de las alumnas.
desarrollo de los trastornos de alimentación, tales
como la anorexia y la bulimia nerviosa, tratando de
6.3. Descripción del programa sesión
reducir la práctica de las dietas restrictivas y el
por sesión
nivel de preocupación de las jóvenes sobre el peso
y la figura. Para ello, con la implantación de este 10 a sesióno Dieta e ideal de belleza en nuestra
programa en la escuela se pretende fomentar una cultura
cultura entre los alumnos en la que no se alienten
Objetivos
unos a otros a ponerse a dieta. Asimismo, se trata
de animar a los escolares a buscar ayuda profesio- 1. Promover el interés en el programa.
nal si ellos han comenzado a desarrollar algún tipo 2. Desarrollar una conciencia crítica de los
de trastorno de alimentación. factores culturales que incitan a las dietas,
a la preocupación por el peso y a la insegu-
ridad sobre la apariencia.
6.2. Características del programa
3. Analizar cómo esos factores afectan a la
El programa de prevención se centró en las die- personalidad de las jóvenes.
tas por ser éste el elemento más fácilmente modi- 4. Favorecer una visión crítica de los mensajes
ficable de los factores de riesgo de los trastornos en los medios sobre las dietas y la delgadez.
de la alimentación. Se desarrolla con un estilo in-
teractivo más que estrictamente didáctico haciendo Contenidos
uso de la discusión en grupo, juego de roles, acti-
vidades para casa y autorregistro. Los alumnos son Romper el hielo. ¿En qué medida es
también animados a hacer cambios en su estilo tante nuestro peso y nuestra figura?
nutricional y de ejercicio físico. Discusión sobre los ideales de la
Las técnicas cognitivo-conductuales son un com- sobre una selección de anuncios.
ponente importante del programa, bajo el supuesto Alentar a las jóvenes a desafiar ese . . . . . . . .'.. . . . . .".. . . ~
de que tras los trastornos de la alimentación subya- ideal de belleza.
cen ciertas distorsiones cognitivas. Además, incor- Introducir la historia de un personaje . . . . _.,.. . _.. ~.
pora todo tipo de materiales educativos, como fo- «Laura».
Control del peso, dietas y trastornos alímentarios / 73

2. a sesión. La regulación del peso y los efectos Contenidos


de la dieta
La revisión de la tarea da pie a explicar las
tensiones de la adolescencia.
Objetivos
Se lee la historia de cómo Laura entra en un
1. Proporcionar información sobre los deter- proceso de anorexia nerviosa.
minantes del peso y el concepto de peso Se plantea cómo las presiones sobre la ado-
natural. lescencia pueden llevar a las dietas.
2. Discutir los cambios en la forma y compo- Tarea para casa: ¿ Qué podía haber hecho
sición del cuerpo en la pubertad. Laura para evitar el trastorno?
3. Discutir y criticar los mitos actuales sobre
la dieta y el control del peso.
4. a sesión. Intervención en los
4. Concienciar sobre las prácticas de control
trastornos de la alimentación
de peso insalubres y sus efectos.
5. Alentar a respetar las diferencias individua-
Objetivos
les en el peso y la figura.
6. Definir y discutir la imagen del cuerpo. 1. Proporcionar información sobre los signos
tempranos de los trastornos de la alimentación.
Contenidos 2. Proporcionar información sobre la ayuda
disponible y cómo conseguirla.
- Se aborda el problema de las dietas hipocalóri-
3. Fomentar formas de apoyo y ayuda para los
cas perjudiciales, como omitir comidas, evitar
amigos que pueden padecer trastornos de
cierto tipo de alimentos o períodos de ayuno.
alimentación.
- Se describen los cambios en la figura duran-
4. Ayudar a los alumnos a desarrollar la capa-
te la pubertad, retomando la historia de Lau-
cidad para desafiar los pensamientos nega-
ra, y se enfatiza el conflicto entre la figura
tivos sobre uno mismo.
del cuerpo en este momento y la que venden
5. Ayudar a los alumnos a descubrir formas de
los medios de comunicación. Se describe el
mejorar la imagen corporal y la autoestima.
papel de la grasa en el cuerpo.
Se forman pequeños grupos para evaluar las
Contenidos
creencias populares sobre el control del peso,
dieta y la figura (por ejemplo, «la delgadez A partir de la revisión de la tarea para casa,
lleva a la felicidad y al éxito», «la gente se llega a una discusión más general sobre
tiene un control total sobre su cuerpo». aquello que desencadenó las dietas extremas
Tarea para casa sobre costo y beneficio de de Laura.
las dietas. La principal tarea de esta sesión es introdu-
cir un modelo sobre la conducta que enfati-
za la influencia circular de pensamientos,
3. a sesión. Los trastornos de la alimentación
sentimientos y conductas y la naturaleza
automática de muchos pensamientos. En pe-
Objetivos
queños grupos, los alumnos deben aportar
1. Explicar la naturaleza de la anorexia y bu- ideas sobre cómo podrían ayudar y enseñar
limia nerviosas. a Laura a sustituir esos pensamientos por
2. Concienciar sobre los problemas asociados otros más saludables.
a los trastornos de la alimentación. Tarea para casa: hacer un registro de alimen-
3. Concienciar sobre las causas de los trastor- tación durante dos días y describir sus carac-
nos de la alimentación. terísticas positivas.

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/ Manual de psicología de la salud

5.. a sesión.. Una alimentación y un estilo de vida Se describe, siguiendo la historia ficticia de
saludables: una alimentación sin dietas Laura, el tratamiento de los trastornos de la
alimentación.
Objetivos Tarea para casa: registros de alimentación y
evaluar los efectos de una o dos sesiones de
1. Promover una alimentación sin dietas.
ejercicio físico.
2. Proporcionar una guía para una alimentación
sana de acuerdo a la National Food Guide
6.. a sesión.. Una allmf:.~ntlaCl:on
saludable: resistir
01 UK (1/3 de fruta y verdura, 1/3 de pan,
a las para hacer dietas
cereales y patatas y 1/3 de carne o pescado
y productos lácteos).
Objetivos
3. Alentar hábitos de ejercicio físico saluda-
bles. 1. Revisar la alimentación y efectos del ejer-
cicio físico de la semana anterior.
Contenidos 2. Concienciar de las presiones para hacer die-
ta y discutir las formas de enfrentarse a ellas.
Revisión de la tarea para casa que introduce
3. Desarrollar estrategias para hacer frente al
la discusión sobre la proporción de los tipos
estrés.
de alimentos, los efectos de evitar alimen-
4. Revisar los tópicos fundamentales del curso.
tarse o saltarse comidas.
S. Discutir las estrategias para mantener esos
Se presenta una alimentación saludable,
cambios.
como aquella que se rige por las sensaciones
de hambre y saciedad más que por reglas
Contenidos
dietéticas, comiendo cantidades moderadas
de alimentos bien proporcionados (regla 1/3). Revisión de tareas: alimentación y ejercicio.
Se discute los costos y beneficios de una Discusión sobre las presiones sociales y fa-
alimentación sin dietas. miliares para hacer dieta y las estrategias
Respecto al ejercicio físico se sugiere que para hacer frente a las mismas Uuego de
junto a una alimentación equilibrada puede roles).
ser más que suficiente para tener un estado Discutir estrategias para hacer frente al estrés.
de buena salud, incluso con algún sobrepeso. Recordatorio de lo aprendido y feedback a
Se introduce el índice de masa corporal. los alumnos de su contribución en el curso.

© Ediciones
1. EJERCICIO y zado de una forma notable con la introducción de
la mecanización y automatización de dichas activi-
Al igual que ha ocurrido con la escasez de ali- dades y, como consecuencia de todo ello, el hombre
mentos, la actividad física ha sido un elemento occidental se ve obligado, en muchos casos, a llevar
decisivo en el proceso de adaptación del organismo , una vida sedentaria. Es más, el diseño urbano y la
del homo sapiens al medio. Desde sus primeras configuración de la vivienda obligan a buscar luga-
carreras por la sabana, nuestros antepasados se res específicos para hacer ejercicio.
vieron obligados a caminar regularmente, y ocasio- Quizá por todo ello y por la evidencia conclu-
nalmente a correr, para poder sobrevivir. Esas acti- yente de que la actividad física regular no sólo es
vidades, que eran impuestas por el medio y prove- saludable, sino que conlleva una mejor c.alidad de
nían de la necesidad de recolectar alimentos o de vida y una mayor sensación de bienestar, la prácti-
escapar de los depredadores, condicionaron la su- ca de algún tipo de ejercicio físico dentro del mun-
pervivencia. De este modo, se fue seleccionando el do occidental se va haciendo cada vez más común
cuerpo del ser humano, adaptándose fisiológica y entre la población. En Estados Unidos, por ejemplo,
psicológicamente a una determinada carga de tra- se calcula que en torno a un 45 por 100 de los
bajo físico. Es por ello que todos nuestros sistemas adultos practican una actividad física dentro de los
fisiológicos (metabólico, cardiovascular, etc.) sólo parámetros adecuados durante su tiempo de ocio
alcanzan un nivel óptimo de funcionamiento cuan- (Macera, Ham, Yore et al. 2005).
do realizamos una actividad física regular.
Pero esos patrones de actividad física sufrieron
un cambio fundamental durante el Neolítico, ya que 2. EFECTOS SALUDABLES
con el desarrollo de la agricultura se inició el ca- DEL EJERCICIO FíSICO
mino hacia una vida sedentaria. Con ser ese cambio
importante, mucho más trascendente ha sido lo A principios del siglo xx los médicos recomen-
ocurrido desde mediados del siglo xx cuando la daban no realizar ejercicios físicos intensos por-
población de los países desarrollados ha visto dis- que se pensaba que podrían provocar un daño
minuir de una forma espectacular la necesidad de cardíaco irreparable; sin embargo, hoy se sabe
realizar un esfuerzo físico en el transcurso de la que los efectos del ejercicio físico no son sólo
vida cotidiana. Muchos de los trabajos en el llama- beneficiosos desde el punto de vista de la salud
do «sector servicios» obligan a muchas personas a cardiovascular, sino también desde el punto de
una actividad laboral sedentaria. Aquellos oficios vista de la salud en general. Los datos indican
que tradicionalmente requerían un mayor esfuerzo sistemáticamente que la práctica regular de ejer-
físico (agricultura, pesca o minería) se han suavi- cicio físico moderado es un elemento fundamen-

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76 / Manual de psicología de la salud

tal en la prevención de las enfermedades crónicas e intensos de energía, pero no un incremento en


más frecuentes y que, además, reduce la mortali- el consumo de oxígeno, tales como el squash.
dad atribuible a cualquier causa (Paffenbarger, Para que el ejercicio aeróbico sea beneficioso hay
Hyde, Wing, Lee, Jung y Klampert, 1993; Kruk, que tener en cuenta tres parámetros, la intensidad,
2007). El ejercicio físico puede adoptar formas frecuencia y duración de su práctica. El ejercicio
muy diferentes (por ejemplo, las distintas prácti- debe ser lo suficientemente intenso para elevar la
cas deportivas). Sin embargo, fisiológicamente se frecuencia cardiaca (FC) a un determinado nivel,
ha postulado la existencia de dos tipos básicos. establecido de acuerdo a una fórmula que tiene en
El ejercicio aeróbico, que conlleva un incremen- cuenta la edad y la FC máxima de la persona (véase
to sustancial de consumo de oxígeno a lo largo de tabla 4.1). La frecuencia cardiaca debería permane-
un período amplio de tiempo, es el más saludable cer elevada a este nivel al menos durante 12 minutos
por su notable beneficio cardiorrespiratorio. Po- y preferiblemente entre 15 y 30, para asegurar los
siblemente, la forma más conocida de este tipo de beneficios del programa. Además, la práctica del
ejercicio sea el jogging, aunque también existen ejercicio aeróbico parece que debe realizarse entre
otras múltiples formas de actividad física que tres y cinco días a la semana (Cooper, 1994). Obvia-
implican una práctica aeróbica, como son caminar, mente, antes de alcanzar la intensidad máxima du-
bailar, nadar o andar en bicicleta. El ejercicio rante el entrenamiento, es necesaria la realización de
anaeróbico es aquel que implica estallidos cortos unos ejercicios mínimos de calentamiento.

TABLA 4.1
Frecuencia cardiaca óptima durante la práctica del ejercicio físico

FC de trabajo = FC de reposo + 0,75 (FC máxima - FC de reposo)


FC máxima = 220 - Edad del sujeto

2.1. Sistema cardiovascular figura 4.1). Señalar que 2.000 kcal sería, aproxima-
damente, el gasto energético de una persona de unos
Aunque diversos estudios realizados durante la 70 kg que caminase a paso vivo durante una hora
década de los cincuenta pusieron de manifiesto el cinco días a la semana.
efecto positivo del ejercicio físico sobre la salud Los autores del estudio encontraron que los
cardiovascular, es, posiblemente, el trabajo de Pa- miembros del grupo de baja actividad mostraban
ffenbarger, Wing y Hyde (1978) realizado con una un incremento del 64 por 100 de riesgo de sufrir un
muestra de 17.000 alumnos de la Universidad de ataque cardíaco respecto al grupo de actividad alta.
Harvard el que mejor ilustra dicho efecto. Se calcu- Además, también resultó de interés el hallazgo de
ló, a partir de los registros de actividad tomados por que el nivel de 2.000-3000 kcal constituía el punto
los propios sujetos, el número de calorías semana- de corte a partir del cual la práctica de ejercicio
les consumidas por cada uno de ellos. Los alumnos físico no aportaba beneficios adicionales en la re-
de Harvard fueron entonces divididos en dos grupos, ducción de este tipo de riesgo cardiovascular.
alta y baja actividad física. En concreto, aquellos Este hecho parece bastante coherente con los
que gastaban menos de 2.000 kcal por semana du- informes sobre el gasto energético a lo largo de
rante la práctica del ejercicio físico fueron incluidos diferentes períodos históricos. Según Powles (1992),
en el grupo de actividad baja (el 60 por 100 de la para un hombre de 65 kg de peso el gasto
muestra), mientras que aquellos que consumían más diario de energía en la sociedad postindustrial sería
de 2.000 kcal a la semana (el 40 por 100 restante) de unos 3,5 megajulios, mientras que en una
fueron asignados al grupo de actividad alta (véase dad de cazadores recolectores, para ese mismo
© Ediciones
Ejercicio físico / 77

80 -r---------------------

70 -+-~-------------------

60 -+----~--------------­

50 --j------------="""""""'.,-------------

.........
40 ......
-r-~b-------~~----_==:::::;;;;;;;;;; _ _iiiiiiiIII""'-
............................
30 ......-=----=...-...-..-.. -.. -..
-t------------ .-...- ..- ..--=..:-=..
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.................

20 --j-----~..-----------------­
........................
--"""""-----===----.....=---=-=~------==------­
10 - + - - - - - - -............

O-t-------.------.-------r----.-------,
---
<500 500-999 1.000-1.999 2.000-2.999 3.000-3.999 >4.000

Número total de infartos


Número de infartos mortales
Número de infartos no mortales

Figura 4.1.-Relación entre el número de infartos observados por cada 10.000 habitantes y el consumo de calorías
semanal a través de la actividad física. Adaptada de Paffenbarger et al. (1978).

hombre, sería de 4,4 megajulios. Es decir, hemos peso que pueden ejercer las conductas de salud
evolucionado como especie durante miles de años frente a los hábitos de enfermedad.
adaptando al organismo a un nivel de actividad y Los estudios hasta aquí descritos se han centra-
consumo de energía un 25 por 100 por encima de do, fundamentalmente, en los resultados con varo-
lo que en la actualidad se requiere. El cambio se ha nes. Uno de los trabajos que han estudiado el efec-
producido en muy pocas generaciones y las nuevas to del ejercicio físico en la mujer es el Framingham
enfermedades son consecuencia, en parte, de esa Heart Study. En él se constató que, mientras en los
falta de adaptación a la pérdida de actividad física. hombres la incidencia de cardiopatía isquémica era
Otro dato importante (véase tabla 4.2) aportado de 3 a 1 cuando se comparaba varones sedentarios
por Paffenbarger et al. (1978), se refirió a la reduc- con varones activos, en las mujeres la relación era
ción de riesgo de ataque cardíaco a través de la prácticamente idéntica, de 2,5 a 1 (Dawber, 1980).
actividad física en aquellos sujetos que fumaban o Ahora bien, la investigación también señala que
mostraban un cuadro de hipertensión arterial. Se nunca es tarde para iniciar la práctica de ejercicio
constató que las personas inactivas que fumaban o físico. En este sentido, se ha observado que la re-
tenían la presión arterial elevada mostraban una ducción de la mortalidad se encuentra asociada
probabilidad relativa 7,7 veces mayor de sufrir un más a la actividadfísica reciente que a la actividad
ataque cardíaco que los sujetos activos, no fuma- física pasada. Sherman, D' Agostino, Silbershatz y
dores y normotensos. Por el contrario, las personas Kannel (1999) evaluaron el nivel de actividad de
activas que fumaban y eran hipertensas mostraban 5.209 hombres y mujeres que participaban en el
una probabilidad 3,03 veces mayor de sufrir un Framingham Heart Study, de 1956 a 1958 y de
ataque cardíaco que los sujetos activos, no fuma- nuevo de 1969 a 1973. Incluyeron en la muestra a
dores y normotensos. Lo que evidencia el contra- los individuos que en el segundo período de la in-

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78 / Manual de psicología de la salud

TABLA 4.2
Riesgo relativo de ataque cardíaco, resultado de la combinación de actividad física
(~ 2.000 kcal/semana), consumo de cigarrillos e hipertensión arterial

Consumo Historia Número de ataques al corazón Riesgo relativo


Actividad física
de tabaco de hipertensión por cada 10.000 personas/año de ataque "::u,",v
,",U.I.

NO SÍ SÍ 201,9 7,70
NO SÍ NO 65,5 2,50
NO NO SÍ 102,3 3,90
SÍ SÍ SÍ 79,5 3,03
NO NO NO 35,1 1,34
SÍ SÍ NO 50,1 1,91
SÍ NO sí 41,8 1,59
SÍ NO NO 26,2 1,00

Adaptada de Paffenbarger et al. (1978).

vestigación, entre 1969 y 1973, no mostraban en- niveles similares a los anteriores de iniciar el pro-
fermedades cardiovasculares. Se registró la tasa de grama de ejercicio físico (Amigo, González y He-
mortalidad por todas las causas de muerte después rrera, 1997).
del período 1969-1973. Los resultados indicaron En el caso concreto del infarto de miocardio se
que, en conjunto, la tasa de mortalidad a los dieci- ha observado que los pacientes que son sometidos
séis años de seguimiento fue del 37 por 100 para a un programa de ejercicio aeróbico tras sufrir este
los hombres y del 27 por 100 para las mujeres. Pero accidente vascular muestran una acelerada recupe-
cuando se consideraron los niveles de actividad ración de la actividad del sistema nervioso para-
recientes o pasados de los sujetos, se observó que simpático y de la capacidad de esfuerzo. Este hecho
aquellas personas que se mostraban más activas en es importante porque la actividad del sistema ner-
la actualidad tenían un tasa de mortalidad signifi- vioso parasimpático es decisiva en la normalización
cativamente más baja tanto en los hombres como de los índices cardiovasculares cuando una persona
entre las mujeres. Por el contrario, en el caso de se ve expuesta a cualquier forma de estrés físico o
aquellos que ya habían abandonado la actividad psicológico.
física, no se observaron diferencias en el conjunto El efecto preventivo del ejercicio físico también
de la mortalidad entre las personas más y menos se ha revelado en el caso del accidente cerebrovas-
activas. Por lo tanto, estos interesantes resultados cular. Lee, Hennekens, Berger, Buring y Manson
parecen indicar que los efectos beneficiosos de la (1999) siguieron durante una media de 11,1 años a
actividad física no perduran a largo plazo, sino que una muestra de 21.823 hombres, profesionales de
están condicionados a que se mantenga la práctica la médicina, que al inicio de la investigación no
del ejercicio físico. Este hecho, por otra parte, tam- habían padecido ningún tipo de enfermedad cardio-
bién coincide con otros resultados sobre los facto- vascular o cáncer. Al final de la misma se confirmó
res de riesgo cardiovascular, ya que se ha demos- la ocurrencia de 553 casos de accidente cerebrovas-
trado sistemáticamente que el ejercicio físico cular entre los participantes de la investigación. Los
reduce la presión arterial en los pacientes hiperten- resultados demostraron, una vez ajustada estadísti-
sos. Sin embargo, unos meses después del abando- camente la influencia de otras variables, como la
no de esa actividad, la presión arterial vuelve a edad, el consumo de tabaco y los antecedentes fa-

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Ejercicio físico / 79

miliares, el índice de masa corporal, la hipertensión, los monos alimentados con una dieta arterioescle-
el colesterol y la diabetes, que la actividad física se rogénica, una dieta alta en grasa diseñada para
encuentra estrechamente relacionada con la inci- elevar el colesterol e inducir arterioesclerosis. Los
dencia de accidente cerebrovascular en los varones. resultados de este estudio demostraron que, com-
Además, se constató que esa relación estaba expli- parados con los monos sedentarios, los monos físi-
cada por el efecto beneficioso que la actividad físi- camente activos mostraban niveles significativa-
ca tiene sobre el peso, la presión sanguínea, el mente más altos de HDL y más bajos de LDL, un
colesterol y la tolerancia a la glucosa, ya que apar- menor estrechamiento de las arterias y una menor
te de estas influencias favorables, la actividad físi- incidencia de muerte súbita. Estos resultados no
ca en sí misma no mostraba ninguna otra forma de deberían llevar a nadie a pensar que una alimenta-
asociación significativa con la incidencia de acci- ción rica en grasas puede compensarse con una
dente cerebrovascular. adecuada práctica física. Desafortunadamente, el
En esta misma línea se encuentran los hallazgos ej ercicio físico tan sólo puede corregir en parte lo
que indican que el ejercicio físico puede incremen- que una dieta inadecuada distorsiona gravemente.
tar las lipoproteínas de alta densidad (HDL), lo que
habitualmente se conoce como «colesterol bueno»,
2.. 2.. Cáncer
y reducir las lipoproteínas de baja densidad (LDL)
o «colesterol malo». Cuando ambos procesos ocu- Algunos datos publicados en la literatura también
rren conjuntamente, la tasa total de colesterol no indican que la actividad física puede reducir las
cambia pero la proporción de las HDL se incremen- probabilidades de sufrir algunos tipos de cáncer. Es
ta, lo que se traduce en una reducción del riesgo el caso del cáncer de colon. Vena, Graham, Zielez-
cardiovascular. ny, Swanson, Barnes y Nolan (1985) compararon
Con respecto a la frecuencia con que la actividad la actividad física ocupacional de tres grupos de
física debe realizarse para que tenga un efecto sig- hombres: unos que padecían cáncer de colon, otros
nificativo sobre el perfil de las lipoproteínas, Hal- cáncer de recto y otros nada. Los resultados reve-
bert, Silagy, Finucane, Withers y Hamdorf (1999) laron que el riesgo de sufrir cáncer de colon se
promediaron, utilizando un metaanálisis, los datos incrementaba en una medida similar a la que decre-
provenientes de un total de 31 investigaciones en cía la actividad física ocupacional, no constatándo-
las que habían sido sometidas 1.833 personas a un se ningún tipo de relación entre dicha actividad y
programa de ejercicio físico aeróbico. Los resulta- cáncer de recto. Estos resultados han sido replicados
dos indicaron que, en conjunto, el ejercicio físico recientemente por Nilsen, Romundsatad, Petersen,
provocó, en esta muestra, una reducción estadísti- Gunnell y Vatten (2008). Por su parte, Hill (1999)
camente significativa del colesterol total, de las LDL ha remarcado que un alto nivel de actividad física
y de los triglicéridos, mientras que al mismo tiem- recreativa parece tener un especial efecto preventi-
po se observó un incremento de las HDL. Las com- va sobre los tipos de cáncer asociados con el so-
paraciones entre los programas de ejercicio físico brepeso y, en particular, el cáncer de colon. Además,
utilizados indicaron que una mayor frecuencia del parece que la actividad física en la mujer tiene un
entrenamiento no provoca una mejora superior a efecto preventivo sobre el cáncer de colon más
una práctica de tres veces por semana. acusado que en los hombres (Vena, Graham, Zie-
No obstante, quienes más directamente han co- lezny, Swanson, Barnes y Nolan, 1985).
nocido las bondades del ejercicio físico sobre el Respecto al cáncer de próstata, tanto aquellos
colesterol ha sido un grupo de monos que partici- trabajos que se han ocupado de la actividad física
paron en un conocido experimento. Kramsch, As- laboral (LeMarchand, Kolonel y Yoshizawa, 1991)
pen, Abramowitz, Kreimendahl y Hood (1981) como los que han evaluado la actividad física total
demostraron que el ejercicio físico puede tener un de los participantes en el estudio, incluyendo el
efecto positivo sobre el sistema cardiovascular de ejercicio físico en tiempo de ocio (Lee, Paffenbar-

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80 / Manual de psicología de la salud

ger y Hsieh, 1992), han constatado una menor pro- a cabo un original estudio en el que analizaron la
babilidad de desarrollar cáncer de próstata en aque- relación entre el nivel de actividad física y los pa-
llos varones que desarrollan una mayor cantidad de trones mamográficos de 2.720 mujeres noruegas.
actividad física. Probablemente, en ello pueda influir Las mamografías de estas mujeres fueron ordenadas
la moderación que se produce en la producción de en cinco grupos, de tal manera que las incluidas en
insulina, el precursor de la intolerancia a la gluco- los grupos 1, 11 Y111 mostraban un bajo riesgo ana-
sa (IGF-I) y testosterona, los cuales son factores de tómico de desarrollar cáncer de mama, mientras
riesgo asociados a este tipo de cáncer (Barnard, que las incluidas en los grupos IV y V eran consi-
2007). Asimismo también se ha observado que el deradas como de alto riesgo. Corregido en términos
riesgo de muerte por cáncer, especialmente de pul- estadísticos el efecto que otras variables como la
món, es menor entre aquellos hombres físicamente edad, el nivel educativo, la condición menopáusica
activos que entre los hombres sedentarios (Wanna- o el índice de masa corporal pudiesen tener sobre
methee, Shaper y McFarlane, 1993). En concreto, dichos patrones mamográficos, se observó que las
con objeto de descubrir el tipo y la intensidad de la mujeres que manifestaban realizar una actividad
actividad física que podría reducir el riesgo de física moderada durante más de dos horas a la sema-
padecer cáncer de pulmón, se realizó un estudio na tenían un 20 por 100 menos de probabilidades de
prospectivo con 13.905 alumnos varones de la uni- estar incluidas en los grupos de alto riesgo, en rela-
versidad de Harvard que pasaron por esta institución ción a las mujeres totalmente sedentarias, si bien ese
americana a finales de los años setenta (Lee, Sesso efecto, destacaban los autores, era más bien modes-
y Paffenbarger, 1999). Veinticinco años después, to. Los resultados más recientes parecen confirmar
252 de ese total de alumnos habían fallecido a de un modo sistemático el papel protector del ejer-
causa de un cáncer de pulmón. Una vez corregida cicio en la prevención del cáncer de mama. Maruti,
estadísticamente la incidencia que en el desarrollo Willett, Feskanich, Rosner y Colditz (2008) realiza-
de esta enfermedad hubieran podido tener otros ron un estudio prospectivo con una muestra de 64.777
factores de riesgo (edad, consumo de cigarrillos, mujeres de entre 18 y 35 años durante un periodo de
índice de masa corporal, etcétera), los resultados seis años. Un total de 550 mujeres desarrollaron
demostraron que aquellas personas que a través de cáncer durante ese período. Los datos mostraron que
la actividad física realizaban un gasto energético las que eran físicamente más activas recibieron un
de 12.600 kJ/semana (equivalente a 6-8 horas de 23 por 100 menos de diagnósticos de esta enferme-
actividad física moderada) presentaban un riesgo dad que las mujeres más sedentarias. El punto de
significativamente menor de padecer cáncer de pul- corte a partir del cual el ejercicio físico alcanzaba
món que quienes mantenían un nivel de actividad ese nivel de protección era correr tres o cuatro horas
física inferior. Se ha de subrayar que esas diferen- a la semana o caminar 13 horas a la semana.
cias aparecían tanto entre los no fumadores como En ese sentido, Stoll (1999) ha subrayado que
en los ex fumadores y fumadores de más de 20 el cáncer de mama en el mundo occidental aumen-
cigarrillos al día, si bien, en este último caso, las ta en paralelo con alteraciones ligadas al síndrome
diferencias no eran tan significativas. Además, sólo de resistencia a la insulina (hiperinsulemia, disli-
aquellos sujetos que se comprometían en activida- pemia, arterioesclerosis). A partir de esa similitud,
des de intensidad moderada, tales como caminar o los estudios experimentales sugieren que la hiper-
subir escaleras, mostraban una reducción relativa insulemia y demás alteraciones concomitantes pue-
de riesgo, frente a aquellos que realizaban una ac- den incrementar el desarrollo de la carcinogénesis
tividad física todavía más ligera. mamaria y el mecanismo implicado podría ser el
En relación al cáncer de mama, los datos no son incremento de la bioactividad del precursor de la
consistentes, aunque algunos resultados apuntan a intolerancia a la glucosa IGF-1. En este sentido,
que el ejercicio físico puede ser un factor de pre- otras investigaciones han mostrado que niveles más
vención. Gram, Funkhouser y Tabar (1999) llevaron altos de este precursor incrementan el riesgo de

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Ejercicio físico / 81

cáncer de mama y que los fármacos que bajan las TABLA 4.3
concentraciones IGF-1 se utilizan para la prevención Actividad física y salud mental: mecanismos
del cáncer de mama. Por todo lo cual, la reducción biológicos
de ácidos grasos polisaturados en la dieta, la evita-
ción de la obesidad y la práctica de ejercicio físico La relación positiva entre el ejercicio físico y la salud
pueden contribuir a prevenir este tipo de cáncer. mental estaría mediada por una serie de procesos bioló-
gicos (Plante y Rodin, 1990).
2.3. Ansiedad • El ejercicio físico provoca un incremento en la tem-
Del mismo modo que se ha demostrado que el peratura corporal que, de forma inmediata, produce un
sedentarismo tiene un efecto muy negativo sobre efecto tranquilizante.
• El ejercicio físico regular provoca un incremento en
la salud física, la inactividad física también esta
la actividad adrenal que incrementa también la reserva
presente como una causa específica del malestar de hormonas esteroideas que se encuentran disponibles
emocional. En concreto, se ha calculado que en para hacer frente a las situaciones de estrés.
torno a un 12 por 100 de los casos de ansiedad y 4& La reducción de la actividad muscular en descanso que

depresión se explican en gran medida por el esti- se produce después del ejercicio físico ayuda a des-
lo de vida sedentario (Garret, Brasure, Schmitz, cargar la tensión.
Schultz, Hubber, 2004), ya que el ejercicio físico • El ejercicio físico también puede facilitar la transmisión
moderado es, posiblemente, el mejor psicofárma- neuronal a través de noradrenalina, serotonina y do-
co natural. pamina que mejora el estado de ánimo.
Los estudios con voluntarios normales han mos- • El ejercicio físico provoca la liberación de sustancias
químicas endógenas similares a la morfina y sintetiza-
trado de forma consistente, desde los años setenta,
das en la glándula pituitaria que favorece la sensación
que el ejercicio físico regular tiene un «efecto de bienestar.
sedante» y que disminuye la tensión y la ansiedad.
Paradójicamente, el efecto inicial del ejercicio
físico es el incremento de la tensión, sin embargo, El período de relajación postejercicio dura,
pronto ese nivel de tensión se estabiliza y, trans- aproximadamente, unas cuatro horas y después se
curridos de 5 a 30 minutos desde la finalización suele retornar a los niveles previos de activación
del entrenamiento, muchas personas se sienten dentro de las 24 horas siguientes a su finalización.
más relajadas. Esta reducción de la ansiedad, que Por lo tanto, aquellas personas que sufren ansiedad
correlaciona con reducciones en la tensión mus- crónica necesitarían practicar ejercicio físico todos
cular, se ha mostrado más eficaz que algunos tran- los días para beneficiarse de sus efectos. La tempo-
quilizantes. ralización de este efecto tranquilizante también
El bienestar y la reducción de la tensión induci- sugiere que si alguien se encuentra especialmente
da por el ejercicio físico se pueden explicar (véase ansioso durante el día debe hacer ejercicio a prime-
tabla, 4.3) por una serie de procesos biológicos, ra hora de la mañana. Por el contrario, alguien que
como son el incremento en la temperatura corporal padezca insomnio deberá hacerlo a media tarde, ya
que, de forma inmediata, produce un efecto tran- que la práctica por la noche dificulta la entrada en
quilizante; la reducción de la actividad muscular el sueño.
posterior a la práctica; la facilitación de la transmi- Los estudios indican que, para optimizar su efec-
sión neuronal a través de noradrenalina, serotonina to tranquilizante, el ejercicio debería ser modera-
y dopamina que mejora el estado de ánimo, y la damente intenso pero nunca extenuante. Una inves-
liberación de sustancias químicas endógenas simi- tigación realizada con jóvenes corredoras reveló
lares a la morfina y sintetizadas en la glándula pi- que aquellas que recorrían unos 35 km a la semana
tuitaria que favorece la sensación de bienestar (Plan- se encontraban significativamente menos tensas que
te y Rodin, 1990). las que corrían o bien menos de 20 km o bien más

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82 / Manual de psicología de la salud

de 60 km a la semana. Muchas personas también consecutivos. Curiosamente, durante los días en que
señalan que otros deportes, como el tenis, el golf o estas personas realizaban ejercicio físico calificaban
el ciclismo les ayudan a relajarse, aunque hay pocos como menos estresantes las situaciones cotidianas
estudios hechos sobre el efecto tranquilizante de de este tipo con las que se encontraban y, además,
tales actividades. registraban un menor número de ellas.
En relación con la actividad física en agua ca- El ejercicio físico también puede modular la sen-
liente, que tan de moda se encuentra gracias a la sibilidad a la ansiedad. Ésta se refiere a la creencia
cada vez mayor popularidad de los balnearios, se de que las sensaciones asociadas a la ansiedad pue-
ha observado que los sujetos sometidos a una hora den acarrear problemas de salud muy graves y, por
de ejercicios en agua caliente (saltos y movimientos lo tanto, desempeña un papel importante en la etio-
de tipo gimnástico) mostraron unos valores de las logía y mantenimiento del trastorno de pánico y otros
ondas alfa en el electroencefalograma (8-13 Hz) trastornos de ansiedad. El ejercicio aeróbico implica
significativamente más altos al final del ejercicio la exposición a síntomas fisiológicos similares a los
que al inicio del mismo y, por otra parte, también experimentados durante las crisis de ansiedad. Es
se ha constatado un incremento en el estado de por esto que los sujetos aquejados de esta sensibili-
ánimo positivo (vigor) y un decremento en el esta- dad a la ansiedad, tras realizar un programa breve de
do de ánimo negativo (tensión-ansiedad y depresión- ejercicio aeróbico, muestran una reducción signifi-
desánimo). Las ondas alfa son un indicador del cativa de su temor a la ansiedad, lo cual puede ser
estado de relajación del sujeto y su frecuencia se de enorme importancia en la prevención de los ata-
incrementa en la medida que la persona se relaja. ques de pánico (Broman-Fulks, Storey, 2008).
Por lo tanto, este estudio sirve para confirmar algo
que muchas personas intuyen y es que el ejercicio
2.. 4.. Depresión
acuático, especialmente en agua caliente, incremen-
ta los índices fisiológicos y los estados psicológicos Hace más de dos décadas que se han publicado
de relajación (Oda, Matsumoto, Nakagawa y Mo- los primeros estudios experimentales que mostraron
riya, 1999). el posible efecto terapéutico de la práctica del ejer-
Otro tema interesante en relación a los efectos cicio físico en la depresión. En un estudio en el que
del ejercicio físico sobre el estrés es el estudio de participaron una muestra de 49 sujetos que presen-
los efectos sobre sus componentes principales: el taban altas puntuaciones en el Inventario de la De-
estrés cognitivo o mental y el estrés físico. A partir presión de Beck (BDI) se pusieron a prueba tres
de esta categorización se puede afirmar que las condiciones de tratamiento: ejercicio físico, terapia
personas que refieren fundamentalmente una acti- psicológica (terapia cognitiva de la depresión) o
vación física (sudoración, taquicardias, problemas una combinación de la terapia psicológica y el
gastrointestinales, etcétera) se beneficiarán en ma- ejercicio físico. A las cinco semanas de tratamien-
yor medida del ejercicio físico, mientras que aqué- to, los sujetos de los tres grupos habían experimen-
llas cuyo principal problema son las preocupacio- tado una sensible mejoría, en virtud de la cual sus
nes, la dificultad para concentrarse o los puntuaciones de depresión se habían reducido a la
pensamientos intrusivos pueden, quizá, encontrar mitad. Dicha mejoría se mantenía a los dos meses
un mayor alivio en otras formas de relajación. de seguimiento y, además, no se observaron dife-
Pero es que, además, el ejercicio físico también rencias significativas entre los tres grupos. Cabe
amortigua e, incluso, disminuye las experiencias destacar también que todos los participantes en este
estresantes cotidianas. Así se desprende del trabajo estudio mejoraron su estado de depresión, al margen
de Steptoe, Kimbell y Basford (1988), quienes hi- de que inicialmente mostrasen una depresión leve
cieron completar a 38 hombres y 35 mujeres unos o moderada (Fremont y Craighead, 1987)
registros diarios de ejercicio físico y evaluar las Más recientemente, estudios epidemiológicos
situaciones cotidianas estresantes durante 12 días prospectivos a gran escala han confirmado la efica-

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Ejercicio físico / 83

cia del ejercicio en el alivio de los síntomas depre- inicialmente presentaban síntomas depresivos más
sivos. Así, por ejemplo, Hassmen, Koivula y Uute- severos. Los autores del estudio llegaron a concluir
la (2000) aplicaron un amplio abanico de que un programa de ejercicio físico podría consi-
cuestionarios a 3.403 personas (1.856 mujeres y derarse como un tratamiento alternativo de la de-
1.547 hombres) en Finlandia dentro una encuesta presión en las personas mayores (Blumenthal, Ba-
más amplia sobre factores de riesgo cardiovascular. byak, Moore, Craighead, Herman y Khatri, 1999).
Los resultados mostraron que las personas que Un aspecto importante del ejercicio físico en el
practicaban ejercicio físico dos o tres veces por tratamiento de la depresión es qué tipo de ejercicio
semana experimentaban menos síntomas de depre- es el más adecuado y qué mejora en la forma física
sión que las personas sedentarias, además de menos objetiva de las personas es necesario alcanzar para
síntomas de estrés, ira y un sentimiento más fuerte conseguir un alivio en la depresión. Con este propó-
de integración social. Además, la relación entre el sito se asignó a una muestra de 40 mujeres con un
incremento de la actividad física y la reducción de diagnóstico de trastorno depresivo menor a tres con-
la sintomatología depresiva, al menos en mujeres diciones: ejercicio físico aeróbico, ejercicio anaeró-
de mediana edad, es independiente del status de la bico o una condición control. Al final de las ocho
salud física y psicológica preexistente (Brown, Ford, semanas de intervención ambos grupos de ejercicio
Burton, Marshall y Dobson, 2005). físico, al contrario que el grupo control, habían re-
También ha sido objeto de discusión si el ejer- ducido sus síntomas de depresión, tal y como se
cicio físico sería adecuado en todos los tipos de observó en el BDI, manteniéndose a los doce meses
depresión, ya que algunos autores a principios de de seguimiento. Lo más interesante de este estudio
los ochenta consideraban que en el caso de la de- fue, quizá, que ambos tipos de ejercicio físico, aeró-
presión severa podría ser, incluso, contraproducen- bico y anaeróbico, resultaron igualmente eficaces en
te. Sin embargo, los resultados de algunas investi- el tratamiento de la depresión y, más aún, que la
gaciones más recientes no han confirmado este mejora en los síntomas depresivos se produjo a pesar
punto y también han constatado que el ejercicio de no haberse evidenciado una mejora objetiva de la
físico regular puede reducir los síntomas depresivos forma física (Doyne, Ossip-KIein, Bowman, Osborn,
en personas con diagnóstico de depresión mayor. McDougall-Wilson y Neimeyer, 1987).
Un grupo de investigadores llevó a cabo un estudio La relación positiva entre el ejercicio físico y la
en el que compararon la efectividad de un programa mejora en el estado de ánimo estaría también ex-
de ejercicio aeróbico con la medicación estándar plicada (véase tabla 4.4) por toda una serie de pro-
para este trastorno. Para ello, asignaron aleatoria- cesos psicológicos asociados a su práctica y entre
mente a 156 pacientes de edad avanzada a una de los que cabría destacar: la sensación de control
las siguientes tres condiciones de tratamiento: ejer- sobre el propio cuerpo; un estado de conciencia más
cicio aeróbico, antidepresivos, o una combinación relajado; una forma de distracción y diversión que
de ambos procedimientos. Los resultados demos- puede liberar a la persona, al menos durante algún
traron, después de 16 semanas de tratamiento, que tiempo, de emociones y pensamientos desagrada-
los tres grupos de sujetos mejoraron por igual, bIes; la exposición a los síntomas físicos asociados
tanto en términos estadísticos como clínicos, con- con la ansiedad y el estrés (por ejemplo, sudoración,
forme a los resultados de la escala Hamilton Rating fatiga e hiperventilación) sin la experiencia de estrés
Scale lor Depression (HAM-D) y del BDI. Sin emocional; el incremento potencial del reforzamien-
embargo, los pacientes que recibieron sólo el tra- to social. En este sentido, Teychenne, Ball y Salmon
tamiento farmacológico mostraron una mejoría (2008) han observado que el contexto social dentro
inicial más rápida y, entre aquellos que recibieron del cual se realiza la actividad física (por ejemplo,
la combinación de tratamientos, los que mostraban con un amigo o con un miembro de la familia)
menos síntomas depresivos al inicio del tratamien- puede ser tan importante o más para salud mental
to respondieron más rápidamente que aquellos que que la cantidad de actividad física que realiza.

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84 / Manual de psicología de la salud

TABLA 4.4 que recuperaría con facilidad durante la horas siguien-


tes. Nuestro cuerpo está dotado de un motor ecológi-
Actividad física y salud mental:
co de bajo consumo. La evolución en un contexto de
mecanismos psicológicos
escasez nos ha hecho así. Por todo lo cual, puede re-
La relación positiva entre el ejercicio físico y la salud sultar muy frustrante someterse a costosos rituales de
mental estaría también mediada por una serie de procesos actividad física para tratar de perder peso si ésta es la
psicológicos (Plante y Rodin, 1990). única estrategia que se emplea con tal fin.

• La mejora en la salud que se consigue a través de la


actividad física proporciona a las personas una sensa- TABLA4.5A
ción de control, capacidad y autosuficiencia.
• El ejercicio físico es también una forma de meditación Coste en calorías por cada 10 minutos
que proporciona un estado de conciencia más relajado. de actividadfísica (Brownell, 1980)
• El ejercicio físico puede funcionar como una forma de
"-.]{J.I:{.f'LI.J:{~'"
biofeedback que enseña al sujeto a regular su propio .•··1\..Cl't·.,t.. .. .--
\

estado autonómico. ~g ~g \kg ~g


ID El ejercicio físico es una forma de distracción y diversión
Actividades básicas
que puede liberar a la persona, al menos durante algún Dormir 10 12 14 16
tiempo, de emociones y pensamientos desagradables.
Estar sentado (leyendo o
• Dado que el ejercicio físico provoca síntomas físicos 10 12 14 16
viendo televisión)
asociados con la ansiedad y el estrés (por ejemplo,
Estar sentado (charlando) 15 18 21 24
sudoración, fatiga e hiperventilación) sin la experien-
Vestirse o lavarse 26 32 37 42
cia de estrés emocional, el repetido emparejamiento
de los síntomas en ausencia de dicha alteración puede Estar de pie 12 14 16 19
mejorar el funcionamiento psíquico de la persona. Locomoción
ID La práctica del ejercicio físico suele ser una ocasión Andar cuesta abajo 56 67 78 88
de reforzamiento social que también mejora el estado Andar cuesta arriba 146 175 202 229
psíquico. Andar a 3 km/h 29 35 40 46
• El ejercicio físico también puede actuar como un amor- Andar a 6 km/h 52 62 72 81
tiguador, disminuyendo la tensión causada por los
Actividades domésticas
acontecimientos vitales estresantes.
Hacer las camas 32 39 46 52
Quitar el polvo 22 27 31 35
2.. 5. Control del peso Limpiar ventanas 35 42 48 54
Preparar la comida 32 39 46 52
Otro aspecto sobre el cual el ejercicio físico pro-
Actividades sedentarias
porciona importantes beneficios es el control del peso.
Estar sentado escribiendo 15 18 21 24
Sin embargo, esa relación entre ejercicio y peso cor-
Escribir en el ordenador 19 23 27 31
poral no es tan sencilla como a veces se supone, y
Actividad ligera de pie 25 30 34 39
muchas personas saben por su propia experiencia que
Actividad laboral ligera
sus esfuerzos físicos no se corresponden ni remota-
Reparación de automóviles 35 42 48 54
mente con los resultados deseados sobre la báscula.
Carpintería 32 38 44 51
Un primer aspecto que puede sorprendemos de la
Albañilería 28 34 40 45
relación entre ejercicio y peso es el bajo consumo de
Pintar paredes 29 35 40 46
calorías que necesita el cuerpo humano para desarro-
Actividad laboral pesada
llar cualquier carga de trabajo físico (véanse tablas
4.5 A y B). Baste pensar que una persona caminando Remover tierra 56 67 78 88
a paso normal 24 horas seguidas y bebiendo sólo agua Extracción de carbón 79 95 111 127
perdería al final del día, aproximadamente, un kilo, Arrastrar troncos 158 189 220 252

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Ejercicio físico / 85

TABLA4.5B y media baja, que están más tiempo delante del te-
levisor, presentan un índice de masa corporal más
Coste en calorías por cada 10 minutos
alto que aquellas que no le prestan tanta atención
de actividadJísica (Brownell, 1980)
(Crawford, Jeffery y French, 1999). Se puede afirmar
10l...J.K.I"'.l./i(}1T que la «televisión también engorda» y el ejercicio es
bueno porque suele ser incompatible con la sala del
• ·.líg•• • I.•···.SO . J
televisor. Un exceso tan pequeño de 50 calorías
Actividades deportivas
diarias por encima de las necesidades energéticas de
Bailar moderadamente 35 42 48 55 la persona supone una ganancia de 2 kg de peso al
Baloncesto 58 70 82 93 año y, por lo tanto, la actividad física sí puede con-
Correr a 9 kmlh 90 108 125 142 tribuir a limar ese pequeño sobrante evitando que el
Correr a 11 km/h 118 141 164 187
sedentarismo reduzca aún más nuestras necesidades
calóricas. En definitiva, estos datos indican que si
Correr en bicicleta a 9 km/h 42 50 58 67
bien el ejercicio per se no es suficiente para perder
Equitación 56 67 78 90 peso, resulta fundamental para prevenir su ganancia.
Esquí alpino 80 96 112 128 Para obtener una pérdida significativa de peso reali-
Esquí de fondo 98 117 138 158 zando ejercicio físico, exclusivamente y sin modifi-
car ningún otro hábito, sería necesaria una práctica
Golf 33 40 48 55
aeróbica intensiva de, al menos, una hora de duración
Natación (braza) 32 38 45 52 durante cinco o más veces a la semana. Por debajo
Natación (crawl) 40 48 56 63 de esta pauta de actividad, que es inviable e indesea-
Tenis 56 67 80 92 ble para la mayor parte de la población, dicha pér-
Remo (6 km/h) 90 109 128 146
dida no empezaría a producirse (Johannsen, Redman
y Ravussin, 2007).
Squash 75 90 104 117
Existen, además, otras razones importantes para
Voleibol 43 52 65 75 incorporar un programa de actividad física a cualquier
esfuerzo que se haga para perder, mantener o no
ganar peso. La primera de ellas tiene que ver con la
No obstante, y aunque parezca paradójico, cual- velocidad del metabolismo. Una dieta hipocalórica
quier esfuerzo para perder peso a través de una die- puede provocar un ralentización del metabolismo
ta hipocalórica debe acompañarse de un programa basal, lo cual supone que el organismo quema menos
de ejercicio, porque éste suele prestar una contribu- calorías que antes para realizar cualquier actividad
ción básica para alcanzar el objetivo propuesto. Si (incluso para dormir). La práctica regular de ejerci-
el ejercicio físico no sirve para perder peso, ¿por qué cio, por contra, puede imprimir una aceleración a la
es entonces necesario? En primer lugar, porque lo función metabólica y devolverla a su nivel habitual.
que sí se ha encontrado es una relación muy fuerte La actividad física también sirve para modificar
entre sedentarismo y obesidad, en virtud de la cual el setpoint, del que hemos hablado en el capítulo
se ha constatado que los hombres sedentarios tienen anterior. El trabajo físico puede servir para bajar
un 50 por 100 más de probabilidades de ser obesos ese punto de resistencia que el organismo muestra
que los hombres físicamente activos (Ching, Willet, cuando se inicia un programa dietético, y a partir
Rimm, Colditz, Gormarker y Stampfer, 1996), lo que del cual cualquier reducción de peso posterior im-
quiere decir que, al contrario de lo que ocurre con la plica una restricción alimenticia aún mayor. La
actividad física, el sedentarismo per se puede pro- actividad física sitúa así el setpoint en la báscula
vocar un incremento de peso. Los resultados sobre unos kilos más abajo, por lo que perder peso puede
el consumo de horas de televisión lo han confirmado. resultar entonces algo menos incómodo (Andersen,
Las personas, en especial las mujeres de clase media Franckowiak, Bartlett y Fontaine, 2002).

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TABLA 4.6 que la fragilidad de los huesos suele traducirse en


fracturas y otros problemas que condicionan la
12.000 pasos para mantener el peso
movilidad y la autonomía personal. La actividad
Un estudio en el que participaron 3.127 personas de física a lo largo de la vida parece ser un elemento
cinco países distintos con un rango de edad entre 18 y crítico para conservar la masa ósea y evitar dichos
94 años ha permitido determinar el número de pasos problemas. En esta línea se encuentran los resulta-
necesarios para mantenerse en un peso normal (Tudor- dos de Brahm, Mallmin, Michaelsson, Strom y
Locke, Basett, Rutherford, Ainsworth, Chan, Croteau et Ljunghall (1998), quienes compararon la actividad
al. (2008). La contabilización de los pasos se realizó con física durante las actividades laborales y de ocio y
un podómetro. Los resultados han mostrado, con gran su relación, entre otras variables, con la masa ósea.
precisión, que las personas que andan una media de
Los resultados mostraron una fuerte asociación
12.000 pasos totales al día, incluyendo los que caminan
entre altos niveles de actividad durante la vida y
dentro de sus casas o en el trabajo, al menos tres veces
por semana, están exentas del problema del sobrepeso. altos niveles de masa ósea entre los hombres.
No obstante, el número de pasos varía en función de la Sin embargo, es en la mujer donde la conserva-
edad y el sexo. Las mujeres de más de 60 años no nece- ción de la masa ósea adquiere especial importancia,
sitan más que 8.000, las que están entre 40 y 50 años ya que es ella la principal afectada por la osteopo-
necesitarían 10.000, y los hombres mayores de 50 unas rosis, un trastorno caracterizado por la reducción
11.000. El resto de la población necesitaría en torno a de la densidad del hueso provocado por la pérdida
unos 12.000 pasos diarios para mantener su peso. En de calcio y que conlleva un incremento en el riesgo
términos de distancia esto supone recorrer en torno a de fractura. El ejercicio físico moderado se ha mos-
unos 8,5-9 km. Estos resultados concuerdan con la reco-
trado como un elemento fundamental en la preven-
mendación ampliamente aceptada y extendida de caminar
una hora al día, ya que si se realiza con un ritmo mode-
ción de esta enfermedad (Jagal, Kreiger y Darling-
rado de unos 100 pasos por minuto, en esa hora se alcan- ton, 1993).
zarían cerca de los 8.000 pasos. Además, también llama En este sentido se ha observado que las mujeres
la atención que si para la mejora de la salud cardiovas- que se someten a un programa de ejercicio físico
cular es necesario realizar el ejercicio dentro con una tienden a preservar el contenido mineral del hueso,
intensidad moderada, para el control del peso, según los mientras que las mujeres del grupo control sedentario
autores de este estudio, cada paso cuenta y llegando a experimentan un decremento del mismo (Nelson,
las cifras antes descritas el control del peso es más que Fiatarone, Marganti, Trice, Greenberg y Evans, 1994).
probable. El ejercicio físico también constituye un elemen-
to preventivo de primer orden en el caso de la dia-
La práctica regular de ejercicio físico modera el betes. Así lo probaron Helmrich, Ragland, Leung
apetito y sirve también para controlar los estados y Paffenbarger (1991), quienes observaron que los
emocionales de ansiedad y depresión que pueden hombres físicamente más activos mostraban las
llevar a muchas personas a una ingesta de alimentos tasas más bajas de diabetes tipo II (no insulino-
hipercalóricos (como chocolate o galletas) como una dependiente). El dato más interesante de esta inves-
forma de calmar los nervios a corto plazo. Annesi y tigación fue que esa relación se mantenía cuando
Unruh (2008) han mostrado que el ejercicio físico se controlaban otras variables, como el peso, presión
puede tener efectos muy positivos sobre el manteni- arterial e historia parental de diabetes. De hecho,
miento de la pérdida a largo plazo debido, sobre todo, era entre los hombres con mayor riesgo de padecer
a la mejora en el estado de ánimo que provoca. diabetes en los que el ejercicio físico mostraba un
mayor efecto protector.
En el caso de la mujer, los resultados apuntan
2.. 6.. Otros beneficios
en la misma dirección. Hu, Sigal, Rich-Edwards,
El mantenimiento de la salud ósea es un elemen- Colditz, Solomon, Willett, Speizer y Manson (1999)
to decisivo en la calidad de vida de las personas, ya examinaron la relación entre la actividad física

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Ejercicio físico /

total y la incidencia de diabetes tipo 11 en mujeres, Finalmente, también empiezan a aparecer datos
y compararon los beneficios de caminar frente a que ponen de manifiesto que la actividad física en
otras actividades físicas vigorosas. Los resultados personas mayores se asocia muy estrechamente al
demostraron claramente que, independientemente mantenimiento de la función cognitiva. En particu-
de la actividad física que se realizase, desde cami- lar, los hombres mayores de 60 años que realizan
nar a otras actividades más exigentes, a mayor ejercicio ligero (nunca intenso) a diario obtienen
consumo de energía a través del ejercicio físico puntuaciones más altas en las pruebas de evaluación
mayor reducción del riesgo de desarrollar diabetes cognitiva y en el mini mental test. Esta relación no
tipo 11. Además, al margen de otras actividades, es tan estrecha en el caso de la mujer (Lindwall,
caminar habitualmente a buen paso se asociaba de Rennemark y Berggren, 2008).
manera independiente con la reducción del riesgo
de esta enfermedad.
En el caso de la diabetes insulino-dependiente 3. RIESGOS DEL EJERCICIO
(tipo 1) se ha observado que tanto los niños como
los adolescentes sedentarios muestran un mayor La adicción al ejercicio fue un fenómeno que
riesgo de muerte que sus compañeros activos físi- comenzó a observarse durante la década de los
camente, aunque en las chicas esta tendencia no es setenta cuando se evidenció la enorme resistencia
tan clara. En general, los estudios también consta- que algunos corredores de fondo mostraban para
tan que aunque el ejercicio físico no constituye abandonar la práctica deportiva (Blasco, 1994).
exclusivamente un tratamiento de elección es un Inicialmente, esta adicción fue calificada como
elemento importante en el programa de tratamien- positiva por algunos investigadores en la medida
to de la diabetes insulino-dependiente (Polaino y que se suponía que todo lo que se derivara de dicha
Gil Roales-Nieto, 1994). práctica sería bueno para la persona. No obstante,
Parece bastante obvio pensar que la sexualidad pronto se puso de manifiesto que, al igual que ocu-
de las personas mejore en paralelo con una mejora rre con otras adicciones, el abandono del ejercicio
de su estado físico. Para conocer más de esta rela- físico provocaba en algunas personas una especie
ción White, Case, McWhirter y Mattison (1990) de síndrome de abstinencia caracterizado por un
sometieron a 78 hombres sanos de mediana edad a amplio elenco de reacciones psicológicas que in-
un programa de ejercicio físico aeróbico que se cluían ansiedad, cierto sentimiento de culpa, intran-
prolongó por un período de nueve meses durante quilidad o irritabilidad, además de interferencias
una hora al día, tres días a la semana. A lo largo de importantes en el ámbito de las responsabilidades
las sesiones de entrenamiento, tras el período de ca- sociales, personales y profesionales. En algunos
lentamiento adecuado, se trataba de que cada per- casos se ha constatado la incapacidad de la persona
sona se ejercitase en torno a un 70 por 100 de su para abandonar la práctica deportiva, aun cuando
capacidad de trabajo. Un grupo más reducido de 17 esto ha sido aconsejado explícitamente por el pro-
sujetos sirvió como grupo control. Los resultados pio médico. Además, muchas lesiones asociadas a
mostraron claramente que, además de otros bene- la práctica deljogging, por ejemplo, son debidas al
ficios sobre la salud cardiovascular, los sujetos uso excesivo del sistema músculo-esquelético.
sometidos a este programa de ejercicio físico me- Para explicar este fenómeno se ha sugerido que,
joraron significativamente su sexualidad en términos inicialmente, la práctica continuada de la actividad
de frecuencia de relaciones con sus parejas habi- física (particularmente la de fondo) provoca efectos
tuales, mejora de la calidad de las mismas y por- psicológicos agradables, tales como cierta sensación
centaje de orgasmos satisfactorios. Además, el de bienestar, disminución del estrés percibido, etc.
grado de mejora en su funcionamiento sexual se Sin embargo, más tarde, aparece una reacción de
relacionaba muy estrechamente con el grado de tolerancia de tal manera que la persona necesita
mejora observado en su salud física. incrementar la carga de trabajo para obtener las

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88 / Manual de psicología de la salud

mismas sensaciones. A ello habría que añadir la un 40 por 100 más de probabilidades de sufrir un
aparición de un fenómeno denominado euforia del infarto que aquellos que se ejercitaban cinco o más
corredor que se suele describir como una sensación veces por semana. Esta tendencia a sufrir un fallo
de euforia en virtud de la cual el corredor siente cardíaco durante la realización de algún tipo de ejer-
que ha traspasado las barreras del tiempo y del cicio vigoroso parece más acentuada aún entre aque-
espacio. En términos biológicos se ha postulado llas personas que sufren alguna afectación cardíaca o
que esto es debido a la acción de los opiáceos en- tienen el colesterol alto (Virmani, Burke, Farb y Kark,
dógenos. Este conjunto de sensaciones, junto con 1997). No se debe olvidar, por lo tanto, que el ejerci-
la necesidad de evitar el síndrome de abstinencia, cio regular que se practica con una intensidad mode-
permite comprender mejor la adicción al ejercicio rada proporciona enormes beneficios sin apenas ries-
físico, especialmente de aquellas personas que de- gos. Sin embargo, el ejercicio irregular e intensivo
berían reducir o abandonar la práctica deportiva por proporciona escasos dividendos e implica un elevado
razones médicas (Sanz, Blasco y Cruz, 1992). riesgo (Jensen-Urstad, 1995).
Otro riesgo lo constituye el incremento de la
morbi-mortalidad asociada al ejercicio físico. Las
lesiones músculo-esqueléticas son muy frecuentes TABLA 4.7
entre los deportistas de competición. En un estudio Ejercicio físico y eliminación de la grasa en
retrospectivo (Pate y Macera, 1994), se ha obser- zonas específicas del cuerpo
vado que entre el 35 y 65 por 100 de los corredores
habituales sufren lesiones más o menos permanen- Finalmente, cabría subrayar que una de las creencias
tes, incrementándose el riesgo de lesión con el in- más comunes sobre el ejercicio físico apuntalada sistemá-
cremento de la práctica. Contrariamente a lo que se ticamente por la publicidad, según la cual existen ciertos
tipos de ejercicios y aparatos que permiten eliminar o,
podía pensar, la edad de los corredores no incre- cuando menos, reducir la acumulación de grasa en deter-
mentó la frecuencia de las lesiones. minadas partes del cuerpo que no resultan estéticamente
Con ser esto relevante, resulta más llamativo el deseables, es falsa. Hace ya algunos años, un grupo de
incremento de riesgo mortal durante la práctica de- investigadores midieron la cantidad de grasa y músculo
portiva. Comparando el número de casos de muerte en los brazos de los jugadores de tenis. Por una parte, y
tal como era de prever, observaron que el brazo utilizado
súbita que se producían durante la práctica intensa en el juego tenía más músculo que el otro; sin embargo,
y vigorosa de ejercicio físico (jogging) con relación no observaron diferencias en la cantidad de grasa, entre
a otras actividades físicas menos exigentes, se ob- ambos brazos, de lo cual parece desprenderse lo erróneo
servó que la probabilidad de fallecimiento era siete de la creencia, muy comúnmente aceptada, que la prácti-
ca de determinados ejercicios físicos puede acabar con la
veces mayor durante eljogging. Los autores de este
grasa en un punto concreto del cuerpo. No ocurre así
estudio encontraron que la mayor parte de estas cuando se pierde peso a través de una dieta hipocalórica,
muertes eran debidas a la presencia previa de arte- ya que se reduce tanto la masa muscular como la cantidad
riosclerosis (Thompson, Funk, Carleton y Stuner, de grasa, y esa reducción de grasa es mayor en unos lu-
1982). La arteriosclerosis es la principal causa de gares que en otros, particularmente allí donde es más
abundante. Si una persona hace ejercicio físico al tiempo
muerte asociada al ejercicio físico en mayores de 35 que se somete a dieta, suele notar un incremento de la
años (Mohlenkamp, Schmermund, Coger et al. 2006). masa muscular y una pérdida de grasa, pero esto último
En una línea similar, Mittleman, Maclure, Tofier, no es debido a los efectos de un programa específico de
Sherwod, Goldberg y Muller (1993) han demostrado, ejercicio físico. Baste recordar el estudio sobre los brazos
sobre una muestra de 1.200 personas que habían su- de los tenistas. Por todo ello, tanto los ejercicios supues-
tamente diseñados para perder grasa (sobre todo en la
frido un infarto de miocardio reciente, que el 4,4 por cadera, estómago y cintura), como los aparatos (a veces
100 de ellos habían realizado, dentro de la hora ante- muy costosos y habitualmente vendidos a través de la
rior al infarto, algún tipo de ejercicio físico vigoroso. televisión) no sirven, en absoluto, para conseguir los re-
Pero, además, aquellos que tenían una historia de sultados que prometen. Por si ello fuera poco, en algunos
casos pueden llevar a ciertas lesiones musculares.
ejercicio físico menor de una vez por semana tenían

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Ejercicio físico / 89

Pero no sólo el ejercicio vigoroso y de compe- el mundo occidental. Srivastava y Kreiger (2000),
tición puede ser peligroso para las personas seden- examinando la relación entre la frecuencia e in-
tarias, sino que, como es popularmente conocido, tensidad de la actividad física recreativa y ocupa-
la muerte cardíaca súbita durante la práctica depor- cional, encontraron que la alta frecuencia en la
tiva es un problema poco común pero trágico que participación en actividades recreativas extenuan-
también afecta a deportistas profesionales. La muer- tes durante la adolescencia incrementaba el riesgo
te súbita se refiere a los síntomas cardíacos que de padecer cáncer testicular (cuando se compara-
suelen aparecer dentro de la primera hora de parti- ba actividad moderada realizada 5 veces a la se-
cipación en una práctica deportiva. El mecanismo mana frente a 3 veces al mes y cuando se compa-
más común es una arritmia fatal que lleva a la raba la actividad extenuante practicada 5 veces a
muerte de la persona y que afecta a individuos la semana frente 1 al mes). Del mismo modo, la
vulnerables. Anualmente se contabilizan entre 1 y actividad ocupacional extenuante incrementaba el
5 casos de muerte súbita por cada millón de atletas. riesgo de padecer esta enfermedad en un 20 por
Entre los deportistas más jóvenes (menores de 35 100. No obstante, a pesar de estos datos se debería
años) la mayoría de esos accidentes tienen su origen tener en cuenta, por un lado, la baja frecuencia de
en alteraciones cardiovasculares hereditarias, como este tipo de cáncer y, por otro, la necesidad de que
son, por ejemplo, las alteraciones de las arterias estos resultados sean confirmados en otras inves-
coronarias. Sin embargo, entre los atletas de mayor tigaciones, con objeto de extraer las conclusiones
edad (mayores de 35 años), la muerte súbita esta pertinentes.
asociada comúnmente a enfermedades cardíacas
arterioscleróticas. Además, la identificación de los
atletas con alto riesgo de presentar una muerte 4. LA ENSEÑANZA DE LA EDUCACiÓN
súbita a través de pruebas cardíacas se complica FíSICA
por las modificaciones que sufre el corazón de los
atletas al adaptarse a la gran cantidad de trabajo Por todo lo referido, se puede afirmar que la
físico que realizan, por lo cual se hace difícil dis- educación física es una de las herramientas más
tinguir, incluso a los mismos especialistas, entre lo valiosas de la educación para la salud. Ahora bien,
que es una adaptación fisiológica del corazón o un es importante subrayar que la educación física no
proceso patológico del mismo. En consecuencia, debe referirse exclusivamente al deporte de com-
hasta que se desarrollen pruebas más específicas y petición, tal y como en la actualidad se sigue en-
fáciles de aplicar de forma rutinaria en el mundo tendiendo en muchos centros escolares.
del deporte y que permitan discriminar con una La reducción de la educación física al deporte
mayor fiabilidad y sensibilidad las alteraciones fi- de competición -aun siendo éste necesario por la
siológicas que pueden conducir a un atleta a la función social que cumple- suele crear una am-
muerte súbita, se ha de recurrir a las amplias reco- plísima bolsa de niños que se sienten emocional-
mendaciones que en la actualidad se manej an para mente alejados de la práctica regular de la actividad
ayudar a guiar y manejar la participación en el física, justamente por la frustración que produce no
deporte de competición de los atletas con alteracio- poder alcanzar los altos requisitos propios de ese
nes cardiovasculares (Futterman y Myerburg, 1998). tipo de deporte. La insistencia en la actividad física
En la actualidad, y muy relacionado con casos de competición, unida a la falta de habilidades
muy conocidos del deporte profesional, también deportivas o su mal aprendizaje, ayuda a que mu-
se ha llamado la atención sobre el pernicioso efec- chos niños se aparten de todo tipo de actividad fí-
to que pudiera tener el ejercicio físico extenuante sica y se acerquen a otras actividades sedentarias
en relación al cáncer de testículos, que, si bien es de las que no salen derrotados, simpatizando y
infrecuente, es, por el contrario, el más prevalen- uniéndose a otros niños que tampoco alcanzan las
te entre los varones jóvenes y de mediana edad en metas de sus compañeros deportistas.

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90 / Manual de psicología de la salud

Es por ello que, con vistas a mantener la moti- demás, tal y como desde la Teoría de Orientación de
vación en los programas de actividad física dentro Metas recogen Duda (1992) y García-Mas y Gimeno
de la escuela, sería muy importante que los niños (2008). Si un niño ve que puede mejorar significati-
no fuesen valorados exclusivamente en función de vamente su marca en una carrera de 1.500 metros, y
su posición en la clase o por su marca respecto a que se le va a reconocer un gran mérito por ello, es
otros. Esto, como se ha expuesto, suele llevar a que posible que afronte el deporte con ánimo para seguir
aquellos niños y jóvenes que están situados en las corriendo. Si, por el contrario, esa marca, a pesar de
últimas posiciones traten de evitar este tipo de ac- mejorar, sigue considerándose fundamentalmente
tividad. Frente a esto, los niños deberían ser valo- mala por su comparación con la de los otros compa-
rados también en función de su progresión indivi- ñeros, de forma que su esfuerzo no se ve reconocido,
dual y obtener reconocimiento cuando mejoran su es posible que el chico adquiera cierta antipatía por
rendimiento personal en una u otra actividad al la actividad deportiva y no sienta interés por seguir
margen de cuál haya sido el rendimiento de los practicándola.

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1. TABLA 5.1
Clasificación de las bebidas alcohólicas
A lo largo de la historia de la humanidad, el uso
de bebidas alcohólicas ha estado presente en todas las
culturas. En la antigua Babilonia fue común el con-
sumo de bebidas fermentadas (particularmente el vino
y la cerveza), al igual que en Egipto, Grecia, Roma, Vermú (16°-24°) Orujo (40°-80°) Cerveza sin
China, la India e, incluso, en las culturas precolombi- Cava (12°) Ron (40°-80°) alcohol (0,8°_1°)
nas. Las bebidas destiladas fueron descubiertas en la Vino (11°-12°) Whisky (40°-50°)
antigua China y refinadas posteriormente en el siglo Cerveza (4°_5°) Coñac (40°)
VIII por los árabes. Hasta el siglo XVIII las bebidas Sidra (3°) Ginebra (40°)
fermentadas eran la forma más común de consumo Vodka (40°)
de alcohol, sin embargo, Inglaterra, a partir de este
Anís (36°)
siglo, alentó la creación de destilerías para favorecer
el comercio. Las bebidas destiladas, con una mayor Pacharán (25°)
capacidad para provocar embriaguez (véase tabla 5.1) Adaptada de Echeburúa (2001).
se hicieron muy populares entre las clases sociales
más desfavorecidas y entre los trabajadores, reserván-
dose el vino para las clases altas. Ya dentro de nuestra
historia más reciente, un acontecimiento muy desta- El alcohol puede resultar adictivo y, aunque no
cado respecto al comercio del alcohol fue el de su es una sustancia con un alto potencial para provocar
prohibición en Estados Unidos entre 1919 y 1934 que tolerancia, sí puede provocar dependencia con la
en absoluto sirvió para erradicarlo, sino tan sólo para consiguiente sintomatología característica cuando
crear redes clandestinas de producción, distribución se interrumpe su consumo habitual (desasosiego,
y consumo. En la actualidad, en las sociedades indus- irritabilidad y agitación). No es de extrañar entonces
trializadas la mayor parte de la población utiliza be- que, ante el poder adictivo del alcohol, se construyan
bidas alcohólicas, al menos, ocasionalmente. Así, por tópicos culturales diversos que, en general, hablan
ejemplo, en España se calcula que hay un 25 por 100 de sus peligros y lo asocian, semánticamente y de
de no bebedores, en tomo a un 65 por 100 de bebe- un modo muy negativo, con sustancias realmente
dores y un 10 por 100 de ex bebedores (Echeburúa, perjudiciales como el tabaco u otro tipo de drogas,
2001), si bien un 20 por 100 de la población adulta cuando, como veremos a continuación, el consumo
consume alcohol de forma arriesgada y perjudicial moderado de alcohol puede tener muchos efectos
(véase tabla 5.2). saludables.

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92 / Manual de psicología de la salud

TABLA 5.2 dido que muchas personas se pudiesen beneficiar de


las recomendaciones que sobre la base de estudios
Clasificación del riesgo en el consumo de alcohol
cada vez más concluyentes se pueden hacer en rela-
ción con un consumo inteligente del alcohol.

Seguro Masculino 0-40 gramos/día


2.1. Sobre la salud cardiovascular
Femenino 0-20 gramos/día
Los beneficios potenciales del consumo de al-
Arriesgado Masculino 41-60 gramos/día
cohol y, en particular, del vino y la cerveza, ya
Femenino 21-40 gramos/día fueron descritos durante la década de los setenta.
Perjudicial Masculino >60 gramos/día Así, por ejemplo, Room y Day (1974) encontraron
Femenino >40 gramos/día una relación en forma de U entre consumo de alco-
hol y mortalidad. En concreto, los bebedores ligeros
Adaptada de Echeburúa (2001). y moderados (que bebían entre 1 y 5 copas de vino
al día o su equivalente en otro tipo de alcohol) tenían
las mejores perspectivas de vida, mientras que los
2. LOS BENEFICIOS DEL ALCOHOL no bebedores y los grandes bebedores mostraban
el riesgo más alto de mortalidad.
A pesar de que continuamente se van aportando Investigaciones posteriores han ido confirmando
nuevos datos que demuestran los efectos salutíferos y delimitando aún más estos resultados. En esta
del consumo moderado de alcohol (capacidad para línea, se realizó un estudio longitudinal de 10 años
regular el colesterol a través del incremento de la de duración con objeto de establecer la relación
HDL, sus efectos sobre la presión arterial, su po- entre consumo de alcohol y mortalidad (Klasty,
tencialidad para inhibir la acción de la helicobacter Friedman y Siegelaub, 1984). Los 2.000 participan-
pylori en la úlcera de estómago o su papel benefi- tes en la investigación fueron divididos en cuatro
cioso en la prevención del Alzheimer) existe una grupos: a) no bebedores; b) aquellos que bebían
gran prudencia por parte de los investigadores para tres o menos bebidas al día; c) aquellos que bebían
traducir esos resultados en nuevas recomendaciones entre tres y cinco, y d) aquellos que bebían más de
sobre los hábitos de salud pública. La disonancia seis bebidas al día. Los resultados demostraron que
es tan grande que se ha llegado a constatar que el los bebedores ligeros b) tenían la tasa de mortalidad
consumo ligero de alcohol puede resultar tan bene- más baja. Los no bebedores a) tenían una mortali-
ficioso como el que se obtiene con una dieta baja dad comparable a la de los bebedores moderados
en grasas de cara a la prevención de las enferme- c) y ambos, a) y c), mostraban una mortalidad un
dades del corazón (Peele, 1993); a pesar de ello, las 50 por 100 más elevada que los bebedores ligeros
recomendaciones de las instituciones públicas en b). Los grandes bebedores d) mostraban la tasa de
favor de un consumo moderado de alcohol en la mortalidad más elevada, duplicando la de los bebe-
dieta se han obviado sistemáticamente. dores ligeros b).
En 1996 es cuando se reconoce por primera vez Gaziano, Gaziano, Glynn, Sesso, Ajani, Stam-
y abiertamente, desde una institución pública ame- pfer, Manson et al. (2000) han presentado los re-
ricana, el efecto cardiosaludable del alcohol (Burros, sultados de una investigación en la que se exami-
1996). Sin embargo, son muchas más las campañas naba la forma que adopta la relación del consumo
de salud que hablan de los efectos perniciosos del ligero y moderado de alcohol, con la mortalidad
consumo excesivo del alcohol (cosa obvia por otra atribuible a cualquier causa entre los hombres. Es-
parte) que aquellas que describen el estado actual de tos autores desarrollaron este trabajo sobre la hipó-
conocimientos sobre el tema. Este planteamiento tesis de que dicha relación presentaría una forma
-qué duda cabe que bienintencionado- ha impe- de J y que la reducción de la mortalidad imputable

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Alcohol/93

a un consumo ligero o moderado de alcohol sería cerebrovascular isquémico y accidente cerebrovascu-


consecuencia de un descenso de la mortalidad car- lar hemorrágico. Siguieron a 22.071 médicos varones
diovascular, sin que se observase incremento sig- que participaron en el Physicians' Health Study du-
nificativo alguno en la mortalidad atribuida a otra rante 12,2 años. Al final de este período se habían
causas. Para ello llevaron a cabo un estudio pros- confirmado 679 casos de accidente cerebrovascular.
pectivo en el que participaron 89.299 médicos va- Comparados con aquellos que no bebían, los bebedo-
rones que, a su vez, formaban parte del Physicians' res ligeros o moderados (aquellos que consumían
Health Study. Sus edades estaban comprendidas entre una copa a la semana y una copa al día) mostra-
entre los 40 y 84 años, y en 1982, cuando se inició ron una reducción significativa del riesgo de desarro-
el estudio, no habían padecido ni infarto de miocar- llar accidente cerebrovascular isquémico. Por el con-
dio ni accidente cerebrovascular, cáncer o alguna trario, no se observó ninguna asociación entre el
afección en el hígado. A los cinco años de segui- accidente cerebrovascular hemorrágico y el consumo
miento se habían contabilizado 3.216 fallecimientos, de alcohol. Asimismo, también se constató que un
observándose una relación en forma U entre el consumo superior al descrito (una copa al día) no
consumo de alcohol y la mortalidad total. Compa- suponía una reducción suplementaria de dicho riesgo.
rados los sujetos abstemios y bebedores muy oca- Parece, por lo tanto, qu~ el decremento de la
sionales (grupo 1) con los consumidores de entre mortalidad es debido, fundamentalmente, a la re-
una a seis copas a la semana y de una copa al día ducción de las enfermedades cardiovasculares en
(grupo 2), se constató una reducción significativa general y, en particular, de la cardiopatía isquémi-
del riesgo de fallecimiento en el grupo 2 respecto ca (CI). Aunque los mecanismos que dan cuenta de
al grupo 1. El consumo de dos «copas» al día no este proceso no han sido totalmente aclarados, pa-
suponía ningún daño ni beneficio adicional alguno. rece que la explicación más probable se encontraría
En lo referente a la mortalidad por enfermedades en las lipoproteínas de alta densidad (HDL).
cardiovasculares se observó una relación inversa Subfracciones específicas de las HDL, conocidas
con el consumo de alcohol, incluso cuando el con- como HDL2 y HDL3, están negativamente asocia-
sumo era igualo algo superior a dos copas al día. das a la CL Si, tal como parece, la ingestión de
En relación con el cáncer no se apreció una modi- alcohol provoca una elevación de las mismas, su
ficación significativa del riesgo debido al consumo consumo daría cuenta de la disminución del riesgo
moderado de alcohol. Los datos, en definitiva, mos- de CI (Gaziano, Buring, Breslow, Goldhaber, Ros-
traron una relación enforma de U entre el consumo ner, VanDenburgh Willett y Hennekens, 1993).
ligero y moderado de alcohol y la mortalidad total Además, también se ha mostrado que, el efecto
o, lo que es lo mismo, una asociación inversa entre cardioprotector del consumo moderado de alcohol
alcohol y enfermedades cardiovasculares, sin que puede estar asociado al incremento que provoca en
el consumo de alcohol afectase la mortalidad por los ácidos grasos omega 3 (di Giuseppe, de Lorge-
cáncer. Otros resultados también indican que el ril, Salen et al 2009).
efecto cardioprotector del consumo moderado de En esta línea, Takahashi, Saitoh, Takagi y Shima-
alcohol es, incluso, independiente del tipo de bebi- moto (1999) han realizado un estudio, a lo largo de
da y de su consumo durante las comidas (Mukamal, la década de los noventa, en el que investigaban los
Conigrave, Mittleman, Camargo, Stampfer, Willet factores que afectaban al pronóstico a largo plazo de
y Rimm, 2003). las personas que habían sufrido un infarto agudo de
Utilizando los mismos sujetos que en el estudio miocardio. Los resultados obtenidos a partir del
anterior, Berger, Ajani, Kase, Gaziano, Buring, Glynn estudio de 194 pacientes revelaron que los factores
y Hennekens (1999) habían publicado un estudio en que mejoraban el pronóstico de supervivencia fueron,
el que se revelaba, de nuevo, el efecto protector del por una parte, someterse tempranamente a un pro-
consumo moderado del alcohol sobre el accidente grama de rehabilitación y, por otra, el consumo mo-
cerebrovascular, diferenciando en este caso accidente derado de alcohol. De hecho, la mortalidad era más

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94 / Manual de psicología de la salud

alta entre los que no bebían alcohol que entre los que Esta bacteria también ha sido implicada en las úlce-
después del infarto mantenían un hábito saludable ras de duodeno en los niños. No obstante, la Helico-
respecto al mismo. Por el contrario, la edad avanza- bacter pylori no explica todos los casos de úlceras.
da y la gravedad del infarto eran factores que em- Algunas personas que manifiestan este problema no
peoraban el pronóstico de supervivencia. están infectadas por la bacteria y algunas personas
Los resultados en este tema parecen apuntar sis- que sí están infectadas no desarrollan úlceras. Asi-
temáticamente en esta dirección. De Vreede-Swage- mismo, también cabría destacar que esta bacteria se
makers, Gorgels, Weijenberg, Dubois-Arbouw, Go- ha asociado con un incremento del riesgo en el cán-
lombeck, Van Ree, Knottnerus y Wellens (1999) han cer de estómago.
publicado un estudio retrospectivo para tratar de Dentro de este nuevo contexto y sobre la base del
identificar los factores de riesgo de paro cardíaco conocido efecto antibacteriano de las bebidas alco-
súbito en pacientes con enfermedad coronaria. Los hólicas, diversas investigaciones han dirigido su
resultados mostraron que mientras la existencia de atención hacia el efecto que el consumo de alcohol
un infarto de miocardio anterior, la hipertensión o pudiese tener sobre la Helicobacter pylori. Tursi,
un consumo de café abusivo (más de diez tazas al Cammarota, Papa, Cianci, Cuoco, Fedeli y Gasba-
día) eran, entre otros, factores de riesgo independien- rrini (1998) trataron de verificar si el consumo ade-
tes de paro cardíaco, el consumo de alcohol (entre cuado de alcohol podría servir de protección contra
una y veintiuna copas a la semana), parecía proteger la infección de la Helicobacter pylori. Para ello
ligeramente a los pacientes de esta posibilidad. trabajaron con una muestra de 303 pacientes con
dispepsia a los que se tenía que realizar una gastros-
copia. Los resultados demostraron con claridad que
2.. 2.. Alcohol y el de
aquellas personas que mostraban un consumo mo-
A lo largo de los años ochenta los investigadores derado de alcohol tenían la menor prevalencia de
B. Marshall y J. R. Warren ya habían postulado que infección a causa de la Helicobacter pylory. Esa
las úlceras eran el resultado de una infección causa- diferencia se hacía especialmente significativa cuan-
da por la bacteria Helicobacter pylori. El extremo do se comparaba el grupo de bebedores moderados
grado de acidez existente en el estómago, junto con con un grupo de fumadores que no bebían. Todo lo
la aceptación general del estrés como factor etiopa- cual apunta, tal y como indicaban los investigadores,
togénico, bloquearon la financiación de esta propues- a que un consumo saludable de alcohol puede indu-
ta de investigación. Así que Marshall se infectó a sí cir una citoprotección adaptativa, mediada por la
mismo con esta bacteria para demostrar sus efectos descarga endógena de prostaglandinas y un incre-
gástricos. Desarrolló gastritis, pero la administración mento de actividad de los antioxidantes gástricos que
posterior de antibióticos fue suficiente para curarse, prevendría de esta infección bacteriana.
poniendo de manifiesto el importante papel que des- En una línea similar, Brenner, Rothenbacher, Bode
empeña esta bacteria en la enfermedad y la posibi- y Adler (1999) evaluaron la relación entre el consu-
lidad de erradicarla farmacológicamente. Tras este mo de alcohol y la infección activa con Helicobacter
arriesgado estudio piloto, B. Marshallllevó a cabo pylory en una muestra de 425 sujetos tomada de las
un ensayo clínico en 1995, en el cual la mitad de los revisiones médicas rutinarias de una compañía de
pacientes afectados de úlcera de estómago que par- seguros en el suroeste de Alemania. Los resultados
ticiparon en la investigación recibieron antibióticos dibujaron una relación gradual inversa monotónica
y la otra mitad el tratamiento médico convencional entre el consumo de alcohol y la infección activa por
(antiácidos). Los resultados de este estudio revelaron esta bacteria, siendo esta relación más fuerte entre
que mientras que en el grupo tratado con antiácidos aquellos que consumían vino que entre los que con-
la tasa de recurrencia de la úlcera de los pacientes sumían cerveza. Además, sobre la base de un estudio
osciló entre el 50 y el 95 por 100, la de los pacientes en el que se evaluó la relación entre el consumo de
tratados con antibióticos fue tan sólo del 29 por 100. alcohol y la infección con Helicobacter pylory entre

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Alcohol/95

1.785 participantes en la German National Health Aunque el alcohol puede afectar negativamente
and Nutrition Survey, este mismo equipo de investi- a todos los órganos del cuerpo humano, es el híga-
gación ha postulado que el consumo moderado de do, posiblemente, el que en mayor medida sufre sus
alcohol puede facilitar la eliminación espontánea de consecuencias. Cuando el consumo es muy elevado
esta bacteria entre adultos (Brenner, Berg, Lappus, (más de cinco o seis bebidas diarias) se comienza
Kliebsch, Bode y Boeing, 1999). a acumular grasa en él provocando su engrosamien-
to. Si se continúa con la bebida, se puede llegar a
bloquear el flujo de sangre a través del hígado,
2.. 3.. Otros efectos
provocando la muerte de las células y un tipo par-
Entre otros beneficios que también se han atribui- ticular de hepatitis. El siguiente estado de este
do al consumo moderado de alcohol, se encuentran proceso es la cirrosis, esto es, la acumulación de
altas puntuaciones en salud mental. En relación a la tejido fibroso en este órgano. La cirrosis es un es-
depresion, aunque no hay evidencia de que el con- tado irreversible que constituye la principal causa
sumo ligero de alcohol prevenga estados de depresión de muerte entre los alcohólicos. Ahora bien, no
mayor en relación a la abstinencia, sí se ha consta- todos los alcohólicos desarrollan cirrosis y la cirro-
tado que los bebedores ligeros son los que presentan sis también puede darse entre los no bebedores.
menos síntomas recientes de un afecto deprimido
comparados con los abstemios y grandes bebedores TABLA 5.3
(Lipton, 1994; Graham, Massak, Demers y Rehm,
2007). Asimismo, el consumo moderado de alcohol Riesgos del consumo abusivo de alcohol
se asocia con una mayor densidad mineral de los
Riesgo del consumo abusivo de alcohol en una situación
huesos (Felson, Zhang, Hannan, Kannel y Kiel, concreta
1995). Recientemente, un grupo de investigadores
• Accidentes de circulación, laborales y domésticos.
que trataban de relacionar el consumo de alcohol con
• Violencia doméstica y de otro tipo como agresor.
la pérdida de la visión en ancianos debida a la dege- • Violencia doméstica y de otro tipo como víctima.
neración macular encontraron, en contra de sus hi- • Embarazos no deseados debidos a un contacto sexual
pótesis iniciales, que los bebedores moderados mos- no protegido.
traban una menor pérdida de visión que los abstemios. • Contagio del sida y de otras enfermedades de transmi-
En resumen, parece que, hoy por hoy, la eviden- sión sexual como consecuencia de un contacto sexual
cia científica disponible apunta de una manera cla- no protegido.
ra en la misma dirección. El consumo moderado de Riesgo del consumo abusivo habitual de alcohol
alcohol tiene efectos muy positivos en la mayor • Cirrosis hepática.
parte de los aspectos de la salud que se han estu- • Daños neurológicos irreversibles.
diado. Por lo tanto, sólo razones ajenas al conoci- • Probable incremento del riesgo de ciertas enfermeda-
miento científico (probablemente razones de pru- des cardiovasculares y determinados tipos de cáncer.
dencia social, para evitar un uso indebido de esta • Problemas derivados de la adicción al alcohol.
información) dificultan su divulgación. • Exacerbación de problemas preexistentes como la
depresión o problemas familiares.
• Pérdida de empleo y reducidas posibilidades de pro-
moción laboral.
3.. LOS PELIGROS DEL ALCOHOL
Riesgo del consumo habitual de alcohol durante el em-
A modo de contrapunto con los beneficios del barazo
alcohol también es de sobra conocido que el con- • Síndrome de alcohol fetal.
sumo elevado del mismo puede acarrear serios pro- • Aborto espontáneo.
• Bajo peso de los bebés en el nacimiento.
blemas para la salud (véase tabla 5.3). A continua-
ción, nos centraremos en aquellos más perniciosos. Adaptada de Marks, Murray, Evans y Willig (2000).

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96 / Manual de psicología de la salud

El abuso crónico de alcohol es también un factor retraso mental. El consumo ligero o moderado de
decisivo en el desarrollo y la muerte a causa de una alcohol no se ha relacionado con este síndrome; sin
crisis respiratoria. En este sentido, se ha observado embargo, se han constatado decrementos significa-
que aquellos pacientes en estado crítico que padecen tivos en el funcionamiento cognitivo de niños cuyas
alcoholismo tienen dos veces más probabilidades madres ingerían tres o más bebidas al día durante
de fallecer a causa de una insuficiencia respiratoria el embarazo (Larroque, Kaminski, Dehaene, Subtil,
que aquellos que no tienen una historia de abuso de Delfosse y Querleu, 1995). Asimismo, los niños
alcohol (Moas, Bucher, Moore, Moore y Parsons, nacidos de mujeres que toman dos bebidas al día
1996). tienen una media de peso baja al nacimiento, lo
Otro posible efecto pernicioso del abuso del cual, aunque no es peligroso en sí mismo, se rela-
alcohol es el cáncer. Los resultados de la investiga- ciona con muchos más riesgos para el recién naci-
ción en este campo no resultan del todo claros de- do. Además, las mujeres que ingieren cuatro bebi-
bido a la presencia del tabaquismo en muchos gran- das alcohólicas a la semana muestran un ligero
des bebedores. No obstante, parece que el consumo incremento en el riesgo de aborto espontáneo. Por
excesivo de alcohol estaría implicado en el cáncer lo tanto, parece que durante el embarazo es nece-
de hígado, esófago y laringe (Driver y Swan, 1987). sario restringir totalmente el consumo de alcohol.
En el estudio Framinghan se observó que el falle- Por otra parte, el consumo excesivo de alcohol
cimiento por cualesquiera forma de cáncer sólo se aumenta indirectamente la probabilidad de que la
incrementaba ligeramente entre los hombres con persona se vea inmersa en conductas de riesgo. El
una historia de abuso de alcohol, pero en ningún exceso de alcohol en sangre tiene una fortísima
caso entre las mujeres. En este sentido, no se cons- relación con la mortalidad en accidente de automó-
tató relación alguna entre cáncer y el consumo li- vil, ya que produce lentitud de reflejos, falta de
gero o moderado de alcohol (Gordon y Kannel, coordinación, estrechamiento del campo visual y
1984). distorsión respecto a las distancias. A su vez, su
El abuso del alcohol tiene efectos dañinos sobre efecto desinhibidor genera un estado de euforia en
la salud cardiovascular. En grandes dosis el alcohol el conductor que le lleva a infravalorar el peligro,
reduce la oxidación de los ácidos grasos (fuente de tomar decisiones inapropiadas e implicarse en con-
energía primaria del corazón) en el miocardio y ductas de riesgo. No es de extrañar, entonces, que
deprime, además, la capacidad del propio miocardio en España, por ejemplo, el 35 por 100 de los acci-
para contraerse, lo cual puede conllevar unfuncio- dentes mortales de circulación se relaciona con el
namiento cardíaco anormal. Además, el consumo abuso del alcohol. En otro ámbito, también se ha
excesivo de alcohol puede afectar a todo el sistema asociado el consumo abusivo de alcohol con una
vascular, y así, por ejemplo, se ha calculado que menor probabilidad de practicar el llamado sexo
entre el 5 y el 24 por 100 de todos los cuadros de seguro, y, finalmente, el exceso de alcohol también
hipertensión son debidos a este hábito, habiéndose está presente en las lesiones o, incluso, en la muer-
constatado por otra parte que, en algunos casos, los te producida por actos violentos.
accidentes cerebrovasculares ocurren 24 horas des-
pués de un estado de embriaguez.
También de un modo directo, el abuso del alco- 4. EL ALCOHOLISMO
hol puede ser nocivo para el desarrollo del feto y UNA ENFERMEDAD?: IMPLICACIONES
puede dar lugar a la aparición del conocido como EN LA PREVENCiÓN
síndrome de alcohol fetal, que afecta a aquellos
niños cuyas madres beben excesivamente durante La definición del alcoholismo como una enfer-
el embarazo. Este síndrome se caracteriza por anor- medad responde al intento de explicar y modificar
malidades faciales específicas, retraso en el creci- el abuso crónico del alcohol desde la óptica médica.
miento, alteraciones del sistema nervioso central y Esta perspectiva es la heredera del modelo moral

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Alcohol/97

que también atribuía una causa interna (la falta de mento más de su dieta o su ocio y, finalmente,
voluntad y de principios) a este problema. Posible- también se puede aprender a beber de un modo
mente, una de las descripciones más completas vicario, observando el comportamiento de los otros.
desde la consideración del alcoholismo como una De hecho, el consumo de alcohol por parte de los
enfermedad es la elaborada por Edwards y Gross amigos es el mejor indicador de la bebida en la
(1976). Según estos autores, el síndrome de depen- adolescencia (Espada, Pereira y García, 2008).
dencia del alcohol incluye siete elementos. a) un Cualquiera de estos factores puede servir para
limitado tipo de bebidas que se consumen, ya que iniciarse en el consumo de alcohol, aunque, mu-
la persona que bebe en exceso suele beber el mismo chas veces, la causa suele ser una combinación de
tipo de bebida a la misma hora del día y el mismo los mismos.
día de la semana; b) la búsqueda cotidiana de la Del mismo modo, la teoría de aprendizaje social
ocasión para beber alcohol, en detrimento de cua- también ofrece diversas explicaciones posibles para
lesquiera otras responsabilidades de la vida; e) in- dar cuenta de por qué las personas beben en exceso.
cremento de la tolerancia que lleva a niveles de Una muy bien conocida, es el uso del alcohol para
alcohol en sangre no tolerables para un bebedor no facilitar el afrontamiento de determinadas situacio-
habitual; d) síntomas de abstinencia; e) evitación nes. La desinhibición o la sensación de poder per-
de los síntomas de abstinencia consumiendo más mite a muchas personas hacer cosas que de otro
alcohol;!) toma de conciencia de la compulsión de modo no haría y, si esto ocurre, continuarán bebien-
beber, y g) recaída en la dependencia después de la do debido a esos efectos deseables que el alcohol
abstinencia, de tal manera que el tiempo que trans- les produce. Por otra parte, también se ha observa-
curre hasta la recaída es inversamente proporcional do que las personas que beben tienden a ajustar su
al grado de dependencia. Los alcohólicos crónicos consumo al consumo de los otros. En este sentido,
pueden llegar a recaer en un plazo de tan sólo tres acompañarse de grandes bebedores suele provocar
días. un incremento de la ingesta de alcohol en personas
Siendo esta categorización útil para mostrar las que beben con más moderación. Finalmente, el
características del problema del alcoholismo, deja principio del reforzamiento negativo actúa para
explicar cuestiones muy importantes, como pueden explicar por qué una vez que las personas se han
ser ¿por qué se empieza a beber?, ¿por qué la ma- hecho dependientes del alcohol necesitan seguir
yoría de las personas que beben no lo hacen de un consumiendo. Como es sabido, el profundo males-
modo abusivo? o ¿por qué no se ha desarrollado un tar que provoca la abstinencia puede evitarse recu-
tratamiento farmacológico eficaz para este síndro- rriendo de nuevo al alcohol. Se cierra entonces un
me? Probablemente, la razón de todo ello se en- círculo vicioso en virtud del cual el deseo del alco-
cuentra en que este modelo no recoja los aspectos hol se retroalimenta sólo.
psicológicos y sociales que sinérgicamente actúan Desde esta perspectiva, el síndrome de depen-
para favorecer el desarrollo del alcoholismo. dencia del alcohol se aparta de la idea de enferme-
La teoría del aprendizaje social proporciona dad, ya que ésta no puede imputarse a una razón
explicaciones adecuadas sobre la razón de por qué biológica. Ahora bien, todo ello no excluye que la
las personas empiezan a beber y por qué muchas lo persona dependiente desarrolle determinadas enfer-
hace moderadamente y otras abusan del alcohol. medades y necesite atención médica por las conse-
Básicamente, se han postulado tres razones por las cuencias del abuso. En cualquier caso, el hecho de
cuales las personas empiezan a beber. Por un lado, beber sólo puede explicarse dentro de un marco
el inicio del consumo se podría atribuir a los efec- cultural y social que establece los contextos donde
tos gratificantes y placenteros a corto plazo del el consumo de alcohol se considera adecuado. Así,
alcohol. Por otro, el inicio del consumo puede ser se ha observado que mientras los estados emocio-
el resultado de una norma personal por la que la nales negativos predicen altos niveles de consumo
persona decida incorporar la bebida como un ele- de alcohol entre jóvenes blancos británicos, no lo

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98 / Manual de psicología de la salud

hacen en los estudiantes indios británicos (Brar y personas que biológicamente puedan ser mas vul-
Moneta, 2009). nerables a sus efectos), el medio adecuado para su
Posiblemente, el problema en la sociedad actual regulación es enseñar a las personas a controlar el
es la permisividad que se da a su consumo en rela- consumo y las presiones sociales que llevan al
ción a la edad y lugares donde se considera social- mismo. Desde esta perspectiva, los programas de
mente adecuado beber. Tal es el caso del botellón. prevención de abuso de sustancias son un paso
Esa normalización del consumo en tantos ámbitos necesario en este sentido. En el capítulo siguiente,
de la vida cotidiana facilita el incremento de su al hablar del tabaquismo, se expondrá uno de estos
consumo. Es por ello, que desde una perspectiva programas, que, generalmente, no están diseñados
psicológica, uno de los retos más importantes que para abordar el abuso de una sustancia en particular,
se plantean es la prevención. Si la dependencia del sino que suelen abarcar las drogas más comunes,
alcohol no es una enfermedad (si bien puede haber el tabaco y también el alcohol.

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1. EL CONSUMO DE TABACO su consumo por parte de la mujer. A partir de ese
momento, el incremento del uso del tabaco fue
Aunque el tabaco llega a Europa a finales del imparable pasando, en Estados Unidos por ejemplo,
siglo xv tras el descubrimiento de América, no es de una tasa anual por persona (mayor de 18 años)
hasta principios del siglo xx cuando se populariza de menos de 500 cigarrillos hasta alcanzar más de
de un modo creciente el consumo de cigarrillos tal 4.000 cigarrillos por persona y año en la década de
y como los conocemos hoy. Esta forma de utilizar los sesenta (Givovino, Schooley, Zhu, Chrismon,
el tabaco alcanzó gran popularidad durante la Pri- Tomar, Peddiccord, Merritt, Housten y Eriksen,
mera Guerra Mundial y en los años veinte se inició 1994) (véase figura 6.1).

5.000 - , . - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

4.000 - t - - - - - - - - - - - - j l ' - - - - " " " " " o q ¡ ¡ ; ; ; ; : : - - - - - - - - -

3.000 -+---------I---------~--

2.000 - t - - - - - - - - - - - - # - - - - - - - - - - - - -

1.000 - t - - - - - - + - - - - - - - - - - - - - - -

O--t=-------.---.------.------,------.--------,

1900 1920 1940 1960 1970 1980 1990

- - - Consumo de cigarrillos por persona y año

Figura 6. l.-Evolución del consumo de cigarrillos en Estados Unidos a lo largo del siglo xx.
Adaptada de Givovino et al. (1994).

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100 / Manual de psicología de la salud

A comienzos de esa década, un informe del que la del cocainómano de la cocaína y comparable,
United States Public Health Service (1964) alertó en algunos aspectos, a la adicción que causa la
por primera vez desde el punto de vista médico de heroína (en estudios clásicos publicados en los
los peligrosos efectos del consumo de tabaco sobre setenta, se puso de manifiesto, tomando como cri-
la salud. En 1967 se incluyó en las cajetillas de terio de comparación la tasa de recaídas de las
cigarrillos la advertencia sobre sus efectos perni- personas que se han sometido a programas de desin-
ciosos y en 1970 aparecieron los primeros anuncios toxicación, que la fuerza de adicción al tabaco, al
en televisión en Estados Unidos donde se llamaba alcohol y a la heroína es similar), si bien los efec-
la atención sobre los mismos. tos de esta sustancia son mucho más letales que los
A pesar de lo que muchas veces se piensa, esta del tabaco. Así lo pone de manifiesto el que la
campaña no fue inútil, ya que desde comienzos de mayor parte de los fumadores anhelan dejar fumar,
siglo hasta 1964 el consumo de tabaco (en Estados a pesar de lo cual les resulta imposible.
Unidos particularmente) mantuvo una tendencia La nicotina actúa sobre el sistema nervioso cen-
creciente y, coincidiendo con las primeras señales tral, donde existen receptores específicos de esta
de alerta sobre sus efectos sobre la salud pública, sustancia que puede encontrarse en el cerebro tan
la tendencia se invirtió. Si en 1965 fumaba en Es- sólo siete segundos después de haberse inhalado.
tados Unidos un 41 por 100 de los adultos, en la Su actividad suele prolongarse en torno a 30-40
actualidad este porcentaje se ha reducido en torno minutos, por lo que los adictos al tabaco raramente
a un 25 por 100 de la población adulta. En España, mantienen un intervalo en el consumo de dos ciga-
el 36 por 100 de la población adulta fuma frente al rrillos superior a este tiempo. La llegada de la ni-
42 por 100 que lo hacía a finales de los setenta cotina al cerebro provoca la descarga de catecola-
(Becoña, Palomares y García, 1994). Además, ese minas y neurotransmisores que incrementan el
descenso ha sido más acusado entre los hombres arousal cortical. Además, también estimula la pro-
que entre las mujeres, ya que si bien históricamen- ducción de beta-endorfinas. Este tipo de opiáceos
te la tasa de varones que fumaba era notablemente son, posiblemente, los responsables de los efectos
superior a la de las mujeres, hoy por hoy, esas di- agradables del tabaco. La nicotina también incre-
ferencias son porcentualmente mucho más peque- menta el nivel de actividad metabólica del organis-
ñas. En la actualidad no tanto el género cuanto el mo.
nivel educativo es el que mejor predice el consumo Los alquitranes tienen un enorme potencial can-
de tabaco, siendo los sectores de la población con cerígeno y, así, parece haberse comprobado que la
niveles de estudios más bajos los que muestran reducción de alquitranes en el tabaco se asocia con
niveles más altos de consumo de tabaco. un descenso de la morbi-mortalidad asociada al
tabaco (Tang, Morris, Wald, Hole, Shipley y Tuns-
tall-Pedoe, 1995). De entre estos compuestos quí-
2. TABACO Y ENFERMEDAD micos, cobra cada vez más fuerza la hipótesis de
que el benzopireno (un hidrocarburo policíclico
Aunque el tabaco procesado en los cigarrillos aromático) tiene la capacidad de provocar mutacio-
contiene al menos 2.550 componentes y cuando se nes en el gen p53 (un gen encargado de impedir la
quema esta cifra se eleva por encima de los 4.000, replicación de células potencialmente cancerígenas)
al exponernos al humo del tabaco inhalamos, bási- y que se suele encontrar mutado en más de la mitad
camente, dos tipos de sustancias, la nicotina y el de los casos de cáncer de pulmón en el ser humano.
alquitrán. La nicotina, además de otros efectos de Este gen p53 supresor de tumores es uno de los
tipo cardiovascular, es fundamental en la creación que con más frecuencia se encuentra mutado en los
y mantenimiento de la adicción al tabaco. El fuma- cánceres del ser humano. Así, por ejemplo, se ha
dor es un adicto a la nicotina y su grado de depen- observado que los rayos ultravioleta provocan la
dencia fisiológica de esta sustancia es mucho mayor mutación del gen p53 en el caso del cáncer de piel,

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Tabaco / 101

y en el caso del cáncer de hígado la aflatoxina B 1 del organismo, que eleva, de hecho, el riesgo de
(un tipo de toxina producida por el Aspergillus ECV.
flavus que se encuentra en el moho de los alimentos)
tiene el mismo poder mutógeno que el ya comen-
2.2. Cáncer
tado del benzopireno en el caso del cáncer de pul-
món (Soussi, Dehouche y Beroud, 2000). Tal y como se ha indicado, el tabaco desempeña
un papel muy importante en el desarrollo de diver-
sos tipos de cáncer, entre los que se encuentran el
. Enfermedades cardiovasculares
de labio, cavidad oral, faringe, esófago, páncreas,
Se ha calculado que la quinta parte de las muer- laringe, tráquea, vejiga y riñón, pero entre los que
tes causadas por las enfermedades cardiovasculares destaca principalmente el cáncer de pulmón (véase
son atribuibles al uso del tabaco y no se debe olvi- tabla 6.1). Se calcula que el 80 por 100 de los fa-
dar que en España alrededor de un 40 por 100 de llecimientos anuales debidos a los efectos cancerí-
los fallecimientos anuales son debidos a las enfer- genos del tabaco son debidos al cáncer de pulmón.
medades cardiovasculares (ECV). En el caso par-
ticular de los hombres, los fumadores tienen dos
veces más probabilidades de morir a causa de las TABLA 6.1
ECV que los no fumadores, mientras que el riesgo
Tipos de cáncer asociados al consumo del tabaco
de la mujer fumadora es en torno a 1,7 veces supe-
rior al de la mujer no fumadora. • Cáncer de pulmón, tráquea y bronquios.
A pesar de esos datos, no existe un acuerdo total • Cáncer de labio, cavidad oral, faringe, esófago.
sobre el mecanismo etiopatogénico que relaciona • Cáncer de vejiga y riñón.
el tabaco y las ECV. No obstante, la nicotina puede • Cáncer de páncreas.
desempeñar un papel importante, en la medida que • Cáncer de cuello de útero.
activa el sistema nervioso simpático provocando un
incremento de la frecuencia cardíaca, la presión
arterial y el gasto cardíaco al tiempo que, paradó- A pesar del consenso sobre relación entre los
jicamente, decrementa la temperatura de la piel y alquitranes que se inhalan al fumar tabaco y el
constriñe las arteriolas. Además, el monóxido de cáncer, existe un punto de desacuerdo entre los
carbono que se produce durante la combustión del investigadores respecto al tamaño de ese riesgo.
tabaco se combina con la hemoglobina limitando Inicialmente, se presentaron algunos estudios que
su capacidad de transportar oxígeno, por lo que la mostraban un incremento del riesgo verdaderamen-
producción de hemoglobina se incrementa, aumen- te impactante. Así, por ejemplo, Kubik (1984) en-
tando de un modo considerable la densidad de la contró que la incidencia del cáncer de pulmón entre
sangre. En un estudio con ratas de laboratorio, se los hombres de 20 y 60 años que habían sido fuma-
observó que cuando estos animales eran expuestos dores empedernidos era 50 veces mayor que entre
de forma crónica al monóxido de carbono, sus ni- los no fumadores, sugiriendo que el hecho de fumar
veles de carboxihemo-globina alcanzaban niveles multiplicaba por 50 las probabilidades de desarro-
similares a los que se observan en los fumadores y llar cáncer de pulmón. Sin embargo, a la luz de los
se incrementaban, además, las alteraciones genéti- datos que se han ido publicando posteriormente,
cas que conducen a una hipertrofia del músculo esas cifras parecen muy exageradas y la mayor
cardíaco (Loennechen, Beisvag, Arbo, Waldum, parte de los estudios en la actualidad sitúan el ries-
Sandvik, Knardahl y Ellingsen, 1999). Todo lo cual go relativo de padecer cáncer de pulmón a causa
indica que fumar supone someter a todo el sistema del tabaco entre 8,0 y 9,0, es decir, que los fuma-
cardiovascular a una presión elevada, innecesaria y dores tendrían hasta 9 veces más probabilidades de
no justificada por los requerimientos metabólicos desarrollar este tipo de cáncer que los no fumadores.

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102 / Manual de psicología de la salud

Estas cifras, en abstracto, no siempre resultan patrones de consumo eran diferentes entre hombres
suficientemente clarificadoras de la extensión del y mujeres, por lo que cuando se ajustaron los datos
problema. Para comprenderlas mejor, baste decir y se compararon personas que mostraban un nivel
que un riesgo relativo de 1,3 supone un riesgo bajo, de consumo similar se encontró que el riesgo de
mientras que un riesgo relativo de 2,0 o más se desarrollar cáncer de pulmón era similar tanto en
considera un riesgo elevado. Utilizando un símil, hombres como en mujeres. A todo ello habría que
cabe recurrir a la relación entre los factores de añadir, además, que es de sobra conocida la relación
riesgo cardiovascular y las enfermedades del cora- dosis-respuesta, que es especialmente evidente en-
zón. Básicamente, hoy se sabe que las enfermedades tre el consumo de tabaco y la mortalidad por cáncer
del corazón están fuertemente asociadas a tres fac- de pulmón. Es decir, la mortalidad se incrementa a
tores de riesgo independientes (hipertensión, coles- medida que se aumenta el número de cigarrillos que
terol y tabaco) que mantienen entre sí una relación se fuman.
multiplicativa. Esto es, si una persona fuma multi- El tabaco también contribuye al incremento de
plica por 2,0 sus posibilidades de padecer una en- la prevalencia de otros tipos de cáncer, aunque no
fermedad del corazón, si además es hipertensa ele- de una manera tan alta. Así se ha podido cuantificar
va su riesgo a 4,0, y si también tiene alto el en un estudio prospectivo de 22 años de duración,
colesterol, el riesgo se dispara hasta 8,0. Por lo en el que participaron 8.000 hombres de origen
tanto, el riesgo que suponen en conjunto el tabaco, japonés residentes en Hawai. Al final de estas dos
la hipertensión y el coleste,rol con respecto a pade- décadas de seguimiento habían desarrollado cáncer
cer una alteración cardiocoronaria es el mismo que 1.389 sujetos. Los autores calcularon que el tabaco
el tabaco por sí sólo introduce con respecto a pa- era responsable del 30 por 100 de esos casos de
decer cáncer de pulmón. cáncer. Concretamente, el tabaco era el responsable
Otro aspecto que también ha recibido la atención del 85 por 100 de los casos de cáncer de pulmón,
de algunas investigaciones es si el efecto del taba- del 46 por 100 del cáncer de vejiga y del 16 por 100
co, en el caso del cáncer de pulmón, es más acusa- de los otros tipos de esta enfermedad (Po-Huang,
do en el hombre que en la mujer, o viceversa. En Noruma y Stemmermann, 1992).
algunos casos se ha visto que las mujeres son más Por todo ello, no cabe duda que el consumo de
susceptibles a los efectos del tabaco que los hom- tabaco constituye un factor de primer orden en la in-
bres. Así, por ejemplo, se ha observado que las cidencia del cáncer y, particularmente, del cáncer de
mujeres que han fumado siempre muestran un ries- pulmón. Las variaciones sobre el nivel de riesgo in-
go relativo de 9,2 frente a las no fumadoras, mien- formado por distintas investigaciones, tienen su razón
tras que el riesgo entre los hombres que siempre de ser en que el cáncer tiene una etiología pluricausal.
han fumado es de 8,3 frente a los no fumadores Además de fumar, factores como la ocupación laboral,
(Risch, Howe, Jain, Burch, Holoway y Miller, el nivel socioeconómico, la alimentación, los hábitos
1993). A la luz de tales resultados se apeló a una de conducta e, incluso, el material con el que está
mayor susceptibilidad femenina a los efectos del construida la propia vivienda son variables que pueden
tabaco, sin embargo, pronto aparecieron estudios tener un efecto aditivo o multiplicativo sobre el cáncer
que encontraron los resultados opuestos. Esto fue de pulmón. De ahí, posiblemente, la disparidad en los
debido, quizá, a las diferencias en el consumo de resultados en cuanto al incremento del riesgo en los
tabaco de los sujetos que componían las muestras distintos estudios.
de los distintos estudios. Kreuzer, Boffetta, Whitley,
Ahrens, Gaborieau, Heinrich, Jockel et al. (2000)
2.3. Envejecimiento de la piel
observaron inicialmente que el riesgo entre los
hombres que siempre habían fumado era más ele- A pesar de los esfuerzos de efectivas campañas
vado que entre las mujeres que también habían de publicidad que han conseguido asociar el hecho
fumado siempre. Sin embargo, hallaron que los de fumar con un cierto atractivo social y personal,

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Tabaco / 103

la realidad es que el consumo de cigarrillos se re- Estos datos podrían y deberían ser tenidos en
laciona muy estrechamente con las arrugas y el cuenta en un futuro próximo, a la hora de elaborar
envejecimiento prematuro de la piel. Grady y Erns- las campañas de prevención y de abandono del
ter (1992) caracterizaron lo que se ha denominado tabaco. Eso es al menos lo que se desprendería del
como piel de cigarrillo, una piel pálida, grisácea, trabajo de Demierrv, Brooks, Koh y Geller (1999)
arrugada y con engrosamiento entre las arrugas. En que se ocupó de a~alizar el grado de conocimiento
su estudio, en el que participaron exclusivamente que la opinión pública norteamericana tenía del
mujeres, encontraron que el 79 por 100 de las fu- efecto del tabaco sobre el envejecimiento de la piel.
madoras tenía este tipo de piel, frente al 19 por 100 Para ello se realizó una encuesta sobre un total de
de las no fumadoras. Posteriormente, resultados 678 personas. Los resultados de la misma indicaron
similares han sido obtenidos también con hombres. que los fumadores (un 24 por 100 de la muestra)
El efecto dañino del tabaco sobre la piel parece conocían peor esta asociación que los ex fumadores
que puede tener mucho que ver con la alteración y que aquellos que nunca habían fumado. Sin em-
que el consumo de cigarrillos produce en el flujo bargo, y esto es lo que interesa destacar aquí, cerca
sanguíneo cutáneo. Monfrecola, Riccio, Savarese, de una cuarta parte de los fumadores creía que la
Posteraro y Procaccini (1998) evaluaron el efecto mayoría de los fumadores o muchos de ellos ten-
que fumar un único cigarrillo tenía sobre la micro- drían en cuenta esta información a la hora de tomar
circulación cutánea, tanto en fumadores habituales una decisión respecto al abandono del tabaco, sien-
como en no fumadores. Los resultados mostraron do esto más probable entre los fumadores más jó-
que el consumo de un único cigarrillo producía una venes. Por lo tanto, parecería que estos resultados
reducción de la microcirculación cutánea del 38,1 deberían ser tomados en cuenta a la hora de elabo-
por 100 entre los fumadores y del 28,1 por 100 rar campañas para el control del tabaquismo, ya que
entre los no fumadores. Además de esas diferencias, el cuidado de la piel forma parte de nuestros valo-
también se constató que la fase de recuperación del res culturales más preciados y entra en total con-
flujo normal fue más rápida entre los no fumadores tradicción con el consumo del tabaco.
(en torno a 2 minutos) que entre los fumadores (en
torno a los 5 minutos). Todo lo cual permite expli-
2.4. Impotencia
car, al menos en parte, el efecto del tabaco sobre la
piel y evidencia el daño circulatorio que sufren los La erección se produce cuando los cuerpos ca-
fumadores, ya que su flujo sanguíneo funciona peor vernosos del pene se inundan de sangre, por lo
y se recupera más lentamente que el de los no fu- tanto, si el tabaco tiene un efecto dañino sobre las
madores cuando consumen tabaco. arterias más pequeñas es muy posible que también
Además, son diversas las investigaciones que entorpezca o dificulte la erección. Esto fue lo que
han encontrado un incremento en las arrugas de la se investigó en una de las primera aproximaciones
piel entre los fumadores, respecto a los no fumado- al tema (Condra, Morales, Owen, Surridge y Fene-
res. O'Hare, Fleischer, D' Agostino, Feldman, Ras- more, 1986). Para ello se comparó la incidencia del
sette, McMichael y Williford (1999) llevaron a cabo consumo de cigarrillos en una muestra de pacientes
una investigación con objeto de poder deslindar el impotentes con la que se conocía para la población
efecto del tabaco de otros factores, como las horas general. Entre la muestra de 178 pacientes impo-
de exposición solar, que son también responsables tentes el número de fumadores era del 58,4 por 100,
del proceso de envejecimiento de la piel y de la y si a ellos se sumaban los ex fumadores, el por-
aparición de arrugas. Los resultados mostraron que centaje se elevaba al 81 por 100, una cifra signifi-
aun siendo la edad la variable que más pesaba a la cativamente más alta que la del hábito del tabaquis-
hora de explicar la presencia y profundidad de las mo entre la población general que se situaría en
arrugas en la piel, el tabaco tenía un efecto inde- torno al 35 por 100. Además, dentro de cada uno
pendiente que explicaba un 6 por 100 del proceso. de los grupos de edad de la muestra, los varones

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104 / Manual de psicología de la salud

que padecían impotencia fumaban mucho más que en torno a un 5 por 100 de las personas que no
el resto de fumadores habituales. Respecto a los fuman reciben este tipo de diagnóstico. Además, el
indicadores fisiológicos, también se observó que la tabaco también se ha asociado con la recurrencia
presión arterial media en el pene era inferior entre de las úlceras, con una mayor probabilidad de
los pacientes que fumaban que entre los que no contraer resfriado o con una menor densidad de la
fumaban. Además, una proporción significativa- masa ósea. En conjunto se estima que la frecuencia
mente más alta de pacientes con impotencia y con de la enfermedad aguda es un 14 y un 21 por 100
historia de tabaquismo (20,9 por 100) mostraban más alta, respectivamente, entre los hombres y
una presión arterial en el pene anormalmente baja mujeres fumadores que entre los no fumadores.
respecto a pacientes no fumadores (8,8 por 100). Finalmente, también cabría destacar el potencial
Otras investigaciones parecen confirmar el efec- abortivo del tabaco. Ness, Grisso, Hirschinger,
to perjudicial del consumo habitual del tabaco sobre Markovic, Shaw, Day y Kline (1999) analizaron las
la respuesta de erección masculina. En una encues- relaciones entre el consumo de cocaína, el consumo
ta con veteranos del Vietnam cuya media de edad de tabaco y el aborto espontáneo. Se estudió una
era de 38 años, encontraron que mientras el 2,2 por muestra de 400 mujeres que habían sufrido un abor-
100 de los hombres que nunca habían fumado mos- to espontáneo y habían ingresado por ello en el
traban «una dificultad persistente para mantener servicio de urgencias de un hospital británico. El
una erección satisfactoria», ese porcentaje se ele- consumo de cocaína y tabaco se evaluó a través de
vaba al 3,7 por 100 entre aquellos que fumaban autoinformes y análisis de orina. Los resultados
habitualmente. Cuando estadísticamente se corrigió revelaron que entre aquellas mujeres que habían
el efecto de otras variables relevantes en relación sufrido un aborto espontáneo, el 28,9 por 100 había
al problema (enfermedad psiquiátrica y vascular, tomado cocaína y el 34,6 por 100 había fumado,
estado civil, factores hormonales, etcétera) estos frente al 20,5 y 21,8 por 100, respectivamente, de
autores constataron que el tabaco aumentaba en un mujeres del grupo control que, habiendo padecido
50 por 100 las probabilidades de padecer algún un aborto espontáneo, no habían consumido ni ta-
grado de impotencia (Manino, Klevens y Flanders, baco ni cocaína. Según los autores del estudio, en
1994). este caso, el 24 por 100 del riesgo de sufrir un
En definitiva, el efecto negativo del tabaco sobre aborto espontáneo estaba asociado al consumo de
la circulación y, en particular, sobre la erección es tabaco o cocaína, siendo cada uno de estos elemen-
tan importante que se ha subrayado que los daños tos un factor de riesgo independiente.
vasculares causados por el tabaco per se en los casos
de disfunción eréctil pueden ser tan severos como
los producidos por otras enfermedades, como la 3. EL FUMADOR PASIVO
arterioesclerosis, la diabetes o la hipertensión, tal y
como puede comprobarse a través del estudio de los Son pocas las dudas que quedan sobre la estrecha
parámetros de la velocidad de flujo en el pene (Vidal, relación entre el tabaquismo y el incremento de
Moreno y Jiménez, 1996). mortalidad por cáncer y enfermedades cardiovas-
culares, sin embargo, se han planteado muchas más
sobre el riesgo potencial que el tabaco pudiese re-
2.5. Otros efectos del tabaco
presentar para los llamados fumadores pasivos, es
El consumo de tabaco parece explicar en torno decir, personas que por razones laborales o fami-
al 80 por 100 de los fallecimientos causados por las liares se ven obligadas a inhalar indirectamente el
enfermedades respiratorias, entre las cuales las más humo del tabaco presente en su ambiente cotidiano.
comunes son la bronquitis crónica y el enfisema. Durante la década de los ochenta se levantaron
Este tipo de enfermedades son muy infrecuentes algunas voces de alarma sobre el potencial riesgo
entre los no fumadores, de tal manera que tan sólo para la salud al que estaban sometidas las personas

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Tabaco / 105

expuestas al humo ambiental del tabaco en lo con- Pero es que, además, recientemente también se
cerniente al cáncer de pulmón y a las enfermedades ha revelado la existencia de una cierta relación
del corazón. En relación al incremento de riesgo en entre la trombosis cerebral y la exposición al humo
el caso del cáncer de pulmón, los resultados de los ambiental de tabaco que padecen los fumadores
estudios epidemiológicos tienden a mostrar una pasivos. En este sentido, se comparó la exposición
ligera aunque consistente tendencia de incremento al humo ambiental del tabaco entre 521 pacientes
del riesgo para los fumadores pasivos. En un estu- que habían sufrido una trombosis aguda por prime-
dio a gran escala se encontró que las mujeres no ra vez, con un grupo control formado por 1.851
fumadoras mayores de 65 años casadas con fuma- personas sanas, todas ellas residentes en Auckland,
dores mostraban un 30 por 100 más de riesgo de Nueva Zelanda. Después de ajustar estadísticamen-
desarrollar cáncer de pulmón que un grupo de mu- te otras variables que pudiesen influir en los resul-
jeres casadas con no fumadores (Fontham, Correa, tados (edad, sexo, hipertensión, etcétera), los resul-
Reynolds, Wu-Williams, Bufler y Grenberg, 1994). tados demostraron que la exposición al humo
Ahora bien, si se tiene en cuenta que el cáncer de ambiental del tabaco incrementaba significativa-
pulmón es una enfermedad muy infrecuente entre mente, tanto en hombres como en mujeres, la inci-
las mujeres no fumadoras, un incremento del riesgo dencia de trombosis entre los no fumadores. Ade-
del 30 por 100 no añade un número importante de más, también se constató el dato de que el riesgo
casos (salvo para aquellas que lo padecen) a las de trombosis era cuatro veces mayor entre los fu-
tasas de cáncer de pulmón. Por lo tanto, aun cuan- madores que entre los no fumadores (Bonita, Dun-
do el fumador pasivo tiene un riesgo adicional de can, Truelsen, Jackson y Beaglehole, 1999).
padecer este tipo de cáncer, dicho riesgo es muy Finalmente, cabría destacar que los niños son
pequeño. probablemente los más sensibles a los efectos del
La investigación, posteriormente, se ha dirigido humo del tabaco. Informes elaborados a principios
al estudio del incremento de riesgo de las enferme- de los años ochenta ya alertaban de que los hijos de
dades del corazón en los fumadores pasivos. Al igual padres fumadores mostraban una mayor incidencia
que ocurría en el caso del cáncer de pulmón, se ha de problemas respiratorios, como la bronquitis y
encontrado, en general, un ligero pero significativo neumonía, que los niños que vivían en un ambien-
aumento de las enfermedades cardíacas entre los te más limpio. En la actualidad se ha constatado
fumadores pasivos (Humble, Croft, Gerber, Casper, que, especialmente entre los niños menores de dos
Hames y Tyroler, 1990). No obstante, ese ligero años cuyas madres son fumadoras, la presencia de
incremento de riesgo se traduce en un número muy las enfermedades respiratorias de tipo asmático es
importante de personas afectadas, debido al gigan- significativamente más alta y que el humo del ta-
tesco número de individuos que mueren cada año a baco puede desencadenar y agravar los síntomas
causa de este tipo de enfermedades. Thun, Henley y respiratorios (Stoddard y Miller, 1995).
Apicella (1999) promediaron, a través de un meta-
análisis, la asociación que los estudios epidemioló-
gicos han encontrado entre las enfermedades del 4. LOS BENEFICIOS DEL ABANDONO
corazón y la exposición al humo ambiental del taba- DEL TABACO
co provocado por uno de los esposos que fuma. Se
revisaron 17 estudios que incluían a 485.000 no En muchas ocasiones se cuestiona los posibles
fumadores entre los que se habían producido 7.345 beneficios para la salud que se pueden obtener
accidentes cardiocoronarios. Como era de esperar, dejando de fumar. Sin embargo, diversos estudios
el riesgo relativo de padecer un accidente cardíaco han mostrado que los fumadores que consumen
(fatal o no fatal) entre los esposos de los fumadores menos de un paquete diario de cigarrillos y que
fue significativamente muy superior al de los esposos abandonan el tabaco al menos durante 16 años te-
de los no fumadores. nían la misma tasa de mortalidad que aquellos que

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106 / Manual de psicología de la salud

nunca habían fumado (United States Departament observado que dos tercios de los jóvenes que han
of Health and Human Services, 1990). fumado al menos 100 cigarrillos a lo largo de su
Ahora bien, la reducción de riesgo no es idénti- vida comentan que «es realmente difícil abando-
ca para todos los trastornos, ya que se ha observa- narlo»; sin embargo, solamente un pequeño porcen-
do que, en general, abandonar el tabaco reduce el taje de los que han fumado menos de 100 cigarrillos
riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular dan esta respuesta. Del mismo modo, en torno al
al mismo nivel que el de los no fumadores. Sin 90 por 100 de los jóvenes que han fumado un día
embargo, la reducción del riesgo de cáncer de pul- más de 15 cigarrillos comentan ya la dificultad para
món para aquellos fumadores con una larga historia abandonar el tabaco. Por todo lo cual, parece que
de tabaquismo que dejan varios años de fumar se un consumo superior al descrito transforma a los
sitúa, todavía, tres veces por encima del de los no iniciados en el tabaquismo en dependientes del
fumadores (Ben-Shlomo, Smith, Shipley y Marmot, mismo y la adicción a la nicotina se transforma en
1994). el principal enemigo del abandono.
Los tratamientos para el abandono del tabaco Con objeto de contrapesar el efecto de la imita-
tienen una eficacia limitada. Sin embargo, resulta ción social en el tabaquismo se han desarrollado
sorprendente el énfasis que en la actualidad se está programas para disuasión en el inicio del consumo
poniendo en algunas terapias como la del parche de de tabaco, en los cuales, habitualmente, se utilizan
nicotina, cuando se sabe que no es la más eficaz. a jóvenes no fumadores de la propia comunidad
Los estudios sobre el tema muestran, que mientras donde se desarrolla el programa como modelos que
la terapia cognitivo-conductual puede alcanzar un intentan disuadir de fumar a sus compañeros. Di-
éxito, al año de seguimiento, de en torno al 30 por versos estudios han demostrado que estos programas
100, el parche de nicotina no alcanza el11 por 100, son efectivos, ya que el consumo del tabaco suele
mientras que, en ausencia de tratamiento, el por- ser significativamente menor entre los jóvenes que
centaje de personas que dejan de fumar es, aproxi- son incluidos en los referidos programas que entre
madamente, del 4 por 100. Incluso, la eficacia de los jóvenes asignados a los grupos control. Esos
la combinación de la terapia psicológica y el parche resultados se mantienen entre los 2 y 4 años de
de nicotina no es superior a la terapia psicológica seguimiento; sin embargo, en períodos más amplios
(García-Vera y Sanz, 2006). Estos datos hablan de de seguimiento, entre 6 y 8 años, dichas diferencias
nuevo de la enorme competencia que existe en el tienden a desaparecer. A pesar de esta limitación,
mercado de la salud y de la necesidad de impulsar la importancia que desde el punto de vista de salud
los tratamientos que siendo los más útiles no son los pública tienen estos resultados hace que la investi-
más disponibles. En cualquier caso, conocidos los gación futura deba atender al desarrollo de progra-
porcentajes de abandono del tabaco, es lógico pen- mas más amplios que garanticen, aún a más largo
sar en la necesidad de insistir en la prevención de plazo, la abstinencia de los jóvenes.
su consumo.

6. PROGRAMA PARA LA PREVENCiÓN


5. PREVENCiÓN DEL TABAQUISMO DEL ABUSO DE SUSTANCIAS

De sobra es conocido que iniciarse en el consu- A continuación presentaremos un programa para


mo de tabaco, generalmente a través de un proceso la prevención del consumo de alcohol, tabaco y
de aprendizaje social, resulta mucho más fácil que otras sustancias que pretende servir como guía de
abandonarlo. Una vez que los jóvenes comienzan una intervención educativa elaborada para modificar
a fumar desarrollan, de un modo bastante rápido, las actitudes y comportamientos de los jóvenes
un cierto grado de dependencia. Según el Center hacia hábitos insalubres. Dicho programa, que ha
for Disease Control and Prevention (1994) se ha sido desarrollado por Botvin, Baker, Renick, Fila-

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Tabaco / 107

zzola y Botvin (1984), será descrito conforme a sus 1. a sesión, objetivo: Modificar algunas falsas creen-
objetivos generales, las características del mismo y cias sobre el consumo de tabaco
la descripción, sesión por sesión, de sus contenidos.
Una completa y excelente exposición del mismo Contenidos
puede encontrarse en Luengo, Romero, Gómez,
Contrastar la prevalencia real del consumo
Guerra y Lence (1999).
de tabaco con la prevalencia percibida por
los alumnos enfatizando que el número de
. Objetivos del programa fumadores es menor al de no fumadores.
Discutir las razones para fumar y presentar
Este programa tiene como objeto, además de
la dificultades para su abandono.
prevenir el consumo de determinadas sustancias,
Subrayar el creciente rechazo social al taba-
facilitar la adquisición de habilidades de carácter
quismo y analizar el sentido de la prohibición
general que afectan a los aspectos fundamentales
de fumar en determinados lugares.
de funcionamiento vital de los adolescentes.
2. a sesión, objetivo: Comprobar los efectos perju-
6.2. Características del programa diciales del tabaco a través de experimentos
prácticos
Este programa de prevención se desarrolla con un
estilo dinámico más que estrictamente didáctico
Contenidos
haciendo uso de la discusión en grupo, juego de
roles y muchas actividades prácticas para casa y «Máquina de fumar».
autorregistro. Este programa de prevención se desa- Experimento del pulso cardíaco.
rrolla en diecisiete sesiones de. cincuenta minutos. Prueba del temblor.
Se trata de una intervención diseñada para trabajar
con la población adolescente, entre 12 y 14 años de 3. a sesión, objetivo: Contrastar la prevalencia real
edad y pensada para su aplicación íntegra dentro del del consumo de alcohol con la prevalencia per-
contexto escolar por parte de los propios profesores, cibida enfatizando que la mayor parte de la
si bien se sugiere que el tutor de cada curso puede población usa correcta y moderadamente alco-
ser la persona idónea para desarrollarlo. hol bien de forma regular o de manera ocasional.

Contenidos
6.3. Descripción del programa
por componentes Se analizan las distintas pautas de consumo
(abstinencia, consumo social y consumo pro-
l.er Componente: información acerca del
blemático) desde los conceptos de uso y
tabaco, alcohol y otras drogas (4 sesiones)
abuso.
Se detallan los efectos del consumo de al-
Objetivos cohol.
1. Promover la participación en el programa. 4. a sesión, objetivo: Abordar el consumo de mari-
2. Conocer las creencias de los adolescentes huana y otras drogas
sobre las sustancias que más usan y analizar
las consecuencias inmediatas para el usuario
Contenidos
y su posible repercusión sobre los otros.
3. Analizar, a través de las propias impresiones Se analizan las razones para el consumo de
del alumno, la intensidad de la presión social cannabis, subrayando su similaridad con ra-
que incita al consumo de estas sustancias. zones para el uso del alcohol y el tabaco.

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108 / Manual de psicología de la salud

Se presentan sus efectos a corto y largo pla- Practicar la técnica de resolución de proble-
zo. mas sobre ejemplos de los propios alumnos.
Se introducen las drogas de síntesis y se
discuten las creencias erróneas o acertadas 7. a sesión, objetivo: Tomar conciencia de cómo otras
que los alumnos tienen sobre las mismas y personas pretenden influir en nuestras decisiones
se plantean sus efectos nocivos, así como la
Contenidos
dificultad para controlar el qué y el cuánto
se consume. Debatir en qué medida nuestras decisiones
Finalmente se plantea el problema del «efec- son el resultado de la presión de los demás.
to escalada en el consumo» de las sustancias Analizar las estrategias de persuasión.
adictivas. Aprender una pauta de pensamiento crítico
ante la persuasión.
2. 0 Componente: autoestima (1 sesión) Abordar el tema de la asertividad.

Objetivos 8. a sesión, objetivo: Analizar las técnicas de per-


suasión publicitarias
Reflexionar sobre la propia imagen y descu-
brir estrategias para su mejora. Contenidos
Debatir sobre los objetivos de la publicidad.
5. a sesión
Conocer los distintos tipos de soportes pu-
blicitarios.
Contenidos
Análisis de anuncios publicitarios.
Presentación de la noción de autoimagen,
enfatizando la necesidad de valorarse perso- 4. 0 Componente: control emocional (2 sesiones)
nalmente en tantas actividades como habi-
Objetivos
tualmente uno realice.
Dar a conocer los procesos de formación de - Promover la comprensión de las reacciones
la autoestima. emocionales y mostrar técnicas para su control.
Introducir un proyecto de autosuperación
basado en el establecimiento de metas rea- 9. a sesión, objetivo: Estudiar la ansiedad y la ira
listas y en planes adecuados para alcanzar
dichas metas. Contenidos
Estudiar los mecanismos que desencadenan
3.0 Componente: toma de decisiones (3 sesiones)
la ansiedad y la ira, apoyándose sobre expe-
riencias de los propios alumnos.
Objetivos
Enseñar a detectar tempranamente los signos
Potenciar el pensamiento crítico y propor- de estas emociones para facilitar su control.
cionar habilidades para la toma de decisiones.
10. a sesión, objetivo: Aprender estrategias básicas
6. a sesión, objetivo: Mejorar la actuación en la toma para el control de la ansiedad y la ira
de decisiones
Contenidos
Contenidos
Respiración abdominal.
Destacar el efecto negativo de la impulsividad Ensayo mental.
en la toma de decisiones. Relajación muscular.

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Tabaco / 109

5. 0 Componente: habilidades sociales - Expresión de sentimientos.


(5 sesiones)
6. 0 Componente: actividades de ocio (1 sesión)
Objetivos
Objetivos
Promover las habilidades de comunicación,
las habilidades sociales y la asertividad. Discutir las alternativas lúdicas para satisfa-
cer la necesidad de nuevas sensaciones de
11. a sesión, objetivo: Conocer técnicas básicas de los adolescentes y proponer un uso respon-
comunicación eficaz sable del tiempo libre.

Contenidos 16. a sesión


Comunicación verbal y no verbal.
Contenidos
El malentendido.
Cómo hacer preguntas al interlocutor. Análisis del tiempo de ocio de los alumnos.
Listado alternativo de actividades para el
12. a y 13. a sesiones, objetivo: Enseñar algunas tiempo libre.
habilidades sociales básicas para optimizar la Presentar los riesgos de determinadas formas
relación con los demás de ocio.

Contenidos 7. 0 Componente: tolerancia y cooperación


(1 sesión)
Debatir el problema de la timidez y formas
para solucionarlo.
Objetivos
Aprender a establecer contactos sociales.
Habilidades para conversar. Aprender a reconocer y respetar el valor de
Desempeño en las situaciones de atracción lo diferente.
interpersonal.
17. a sesión
14. a y 15. a sesiones, objetivo: Entrenamiento en
asertividad verbal y no verbal Contenidos
Presentación del concepto de tolerancia y la
Contenidos
asociación intolerancia-agresión.
Aprender a decir que NO. Presentación del concepto de cooperación a
Afirmar nuestros derechos. través del «juego de los cuadrados».

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PARTE TERCERA
Conducta y enfermedad
111.1. El papel del estrés
en el desarrollo de la enfermedad
Estrés

1 m DELIMITACiÓN CONCEPTUAL gicos cuya actividad puede posponerse temporalmen-


te, y concentra toda la energía disponible en los sis-
El término «estrés» fue introducido en el campo temas que son decisivos para hacer frente a la
de la salud por el fisiólogo Walter Cannon (1932) demanda. No es de extrañar que se inhiba temporal-
pero su popularización se debió a Hans Selye mente la libido, el proceso digestivo o, incluso, la
(1956). Con este concepto, tomado de la ingeniería, actividad del sistema inmunitario y, por el contrario,
se quieren caracterizar los cambios psicofisiológicos que se incremente la presión arterial o se agudicen los
que se producen en el organismo en respuesta a sentidos. La respuesta de estrés, por lo tanto, cumple
una situación de sobredemanda. una función muy adaptativa en la supervivencia del
Cuando el organismo se activa ante una situación individuo, tal y como Walter Cannon recogió en el
estresante, entre los cambios que se observan destacan: título de su libro La sabiduría del cuerpo.
una rápida movilización de la energía que permanece No obstante, aunque la respuesta de estrés pue-
almacenada, de modo que la glucosa, las proteínas da ser en determinados momentos altamente adap-
más simples y las grasas salen de las células y se di- tativa, se ha constatado que si esta respuesta se
rigen a la musculatura; un incremento de la frecuencia mantiene durante largos períodos de tiempo el or-
cardíaca y respiratoria y la presión arterial, lo que ganismo acaba siendo dañado por este modo de
facilita el transporte del oxígeno a las células; una comportarse. Fue el propio Selye el que constató
paralización de la digestión; una disminución del experimentalmente este hecho. Selye (1954), que
impulso sexual; una inhibición de la actividad del allá por los años treinta se encontraba trabajando
sistema inmunitario; además, si la situación estresan- en el campo de la endocrinología, observó que en
te dura lo suficiente se produce una reacción analgé- aquellas ratas sometidas a situaciones cotidianas de
sica al dolor de tal forma que se embota la capacidad estrés (en concreto la propia manipulación experi-
de percibir las estimulaciones nocioceptivas y, final- mental a la que las sometía de cara a sus investiga-
mente, se observan ciertos cambios característicos en ciones), acababan desarrollando múltiples altera-
las capacidades sensoriales y cognitivas del organismo ciones psicofisiológicas, como úlceras pépticas, un
de tal manera que se activa y mejora el funcionamien- incremento notable de las glándulas suprarrenales
to de la memoria y los sentidos se agudizan. o atrofia de los tejidos del sistema inmunitario.
Todos estos cambios preparan al organismo para Sobre la base de esta investigación experimental,
enfrentarse, ocasionalmente, a situaciones de emer- Selye postuló el Síndrome General de Adaptación,
gencia en las cuales el medio demanda del sujeto que que describe el curso de la reacción del organismo
movilice todos sus recursos para afrontar, en las me- en tres fases cuando se enfrenta a una situación
jores condiciones posibles, la situación. Por todo ello, estresante (véase tabla 7.1). En un primer momen-
el organismo paraliza todos aquellos sistemas fisioló- to, se produce la reacción de alarma, que aglutina

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116 / Manual de psicología de la salud

TABLA 7.1
Síndrome General de Adaptación

Alarma Resistencia Extenuación


Estrés c> movilización inicial
c> lucha
c> Agotamiento c> Enfermedades
para hacer frente continuada de los recursos de adaptación
a la amenaza contra el estresor del organismo

toda la serie de modificaciones psicofisiológicas y Por lo tanto, si el organismo se activa repetida-


comportamentales antes reseñadas, con el fin de mente ante situaciones estresantes o no se desacti-
satisfacer la demanda del medio. Si la situación va una vez que dichas situaciones han cesado, es
continúa, el organismo se adapta, fase de resisten- muy probable que el sujeto desarrolle algunas de
cia, manteniendo la sobreactivación necesaria para las enfermedades asociadas al estrés (Vila, 1996).
ello y, finalmente, entra en lafase de agotamiento Ahora bien, de lo dicho no debe desprenderse que
en la que pueden aparecer diversas alteraciones de el estrés sea el factor causal responsable de tales
tipo psicosomático (véase tabla 7.2). enfermedades, más bien parece que el estrés aumen-
ta el riesgo de que el organismo contraiga distintos
TABLA 7.2 tipos de enfermedades o, en su caso, acelera el
proceso patológico. Por ejemplo, un cáncer inci-
Trastornos potencialmente asociados al estrés
piente es más fácil que se desarrolle y extienda en
- Acné. - Fobias. una persona que, como consecuencia de un momen~
- Adicción a las drogas. - Hipertensión. to vital estresante, tiene inhibida o debilitada la
- Aerofagia. - Hipoglucemia. actividad del sistema inmunitario, que en una per-
- Aftas. - Impotencia. sona no estresada. Muchos estudiantes saben que
- Alteraciones de la libido. - Infarto de miocardio. tras una época intensa de exámenes es fácil contraer
- Alcoholismo. - Insomnio. una gripe o un catarro. Es decir, el estrés no causa
- Alopecia. - Lumbago.
la enfermedad, pero sí puede llegar a debilitar lo
- Angina de pecho. - Migrañas.
- Anorexia. - Muerte súbita.
suficiente al organismo para que éste caiga presa
- Ansiedad. - Náuseas. de la misma (Martínez Selva, 1995).
- Arritmias cardíacas epi- - Obesidad. Pero hay otra razón indirecta por la cual el estrés
sódicas. - Obsesiones. puede facilitar la morbilidad y mortalidad en el ser
- Artritis reumatoide. - Pesadillas. humano. Nos referimos a su interacción con los
- Asma. - Predisposición a los ac- otros hábitos que conforman el estilo de vida (véa-
- Bulimia. cidentes. se tabla 7.3). En general, se ha constatado que ante
- Dermatitis atípica. - Psoriasis. un estado de tensión emocional se incrementan
- Diabetes. - Seborrea. comportamientos de riesgo para la salud que sirven
- Cefalea tensional. - Síndrome del intestino
para paliar los efectos del estrés a corto plazo, como
- Colitis ulcerosa. irritable.
- Depresión. - Suicidio.
el tabaco, el alcohol o el consumo de alimentos
- Diarrea. - Temblores. ricos en grasas y azúcares (Dallman, Pecoraro,
- Dispepsia. - Trastornos esquizofré- Akana, La Fleur, Gómez, Houshyar et al. 2003;
- Dolor crónico. nicos. Nichter, Nichter, Carkoglu, 2007). Pero al mismo
- Enfermedad de Ray- - Trastornos menstruales. tiempo, y debido al estado de fatiga que el estrés
naud. - Tumores. induce, se reduce la práctica de comportamientos
- Epilepsia. - Úlceras. saludables como el ejercicio físico, que constituye
- Estreñimiento. - Vaginismo. una estrategia natural para la regulación de los
- Eyaculación precoz. - Vómitos.
estados emocionales (véase capítulo 4).

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Estrés / 117

TABLA 7.3 CUADRO 7.1


Efectos del estrés sobre el estilo de vida Síntomas del estrés

Cuando alguien está pasando por una etapa de sobre-


carga profesional, académica y/o personal puede notar
una serie de síntomas, entre los que se encontrarían:
Tabaco Práctica del ejercicio físico.

Alimentación equilibrada (in- Síntomas de conducta. Evitación de determinadas


cremento del consumo de gra- tareas, dificultades para dormir, dificultades para finalizar
sas y azúcares). el propio trabajo, temblores, inquietud, cara tensa, puños
Alcohol apretados, lloros o cambios en los hábitos de alimenta-
Precauciones ante accidentes. ción, tabaco o alcohol.
Síntomas emocionales. Sensaciones de tensión, irri-
Precauciones ante contagios. tabilidad, desasosiego, preocupación constante, incapa-
cidad para relajarse o depresión.
Síntomas psicofisiológicos. Músculos tensos o rígi-
Cabría subrayar también la diferencia entre el dos, rechinar de dientes, sudoración profusa, cefalea
estrés y la ansiedad. Ambos conceptos presentan tensional, sensaciones de mareo, sensaciones de sofoco,
muchas similitudes e, incluso, coloquialmente, se dificultad para tragar, dolor de estómago, nauseas, vó-
llegan a utilizar como sinónimos. De hecho, algu- mitos, estreñimiento, heces sueltas, frecuencia y urgencia
nos de los cambios fisiológicos que se producen en la necesidad de orinar, pérdida de interés en el sexo,
en el organismo cuando sufre estrés o ansiedad fatiga, sacudidas y temblores, pérdida o ganancia de peso,
conciencia de los latidos del corazón.
son idénticos: incremento de la presión arterial o
Síntomas cognitivos. Pensamientos ansiógenos y
de la frecuencia cardíaca. La distinción, por lo catastrofistas, dificultad para concentrarse o dificultad
tanto, puede clarificarse mejor en términos de para recordar acontecimientos.
función. Síntomas sociales. Mientras que ciertas personas,
Desde este punto de vista la respuesta de estrés cuando se encuentran estresadas, tienden a buscar a otras
se referiría al conjunto de cambios que se observan personas, algunas tienden a evitarlas. Además, la calidad
en el organismo ante una sobreexigencia real del de la relaciones suele cambiar cuando la persona está
medio, mientras ansiedad se referiría al desorden bajo estrés.
psicofisiológico que se experimenta ante la anti-
cipación de una situación amenazante, sea ésta
más o menos probable. 2. RUTAS PSICOFISIOLÓGICAS
Por ejemplo, la sobrecarga de trabajo que su- DEL ESTRÉS
ponen los exámenes finales para los estudiantes
activaría muy probablemente su respuesta de es- Los cambios fisiológicos y psicológicos que se
trés, mientras que, para muchos de ellos, además, producen en el organismo cuando se enfrenta a una
el temor anticipado al resultado de dichos exáme- situación estresante están mediados por el sistema
nes sería una forma común de ansiedad, cuyos nervioso autónomo y el sistema hipotalámico-hi-
efectos se sumarían, en este caso, al estrés de las pofisario-suprarrenal.
horas de estudio. Académicamente, los conceptos
de ansiedad y estrés han constituido el punto de
2.1. El sistema nervioso autónomo
partida conceptual de dos disciplinas diferentes.
Así, mientras que la ansiedad es uno de los pro- El sistema nervioso autónomo (SNA) recibe este
blemas fundamentales de la terapia de conducta, calificativo porque es capaz de responder a las exi-
el estrés es el término de referencia en la psicolo- gencias del medio de un modo prácticamente automá-
gía de salud. tico e involuntario. Decimos prácticamente porque las

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118 / Manual de psicología de la salud

técnicas de biofeedback, por ejemplo, han demostra- ciones de estrés; no obstante, otra forma posible de
do la posibilidad de un cierto grado de control sobre respuesta es la hipotalámico-hipofisario-suprarrenal.
las respuestas gobernadas por el SNA que clásicamen- Ésta es una vía más lenta, de efectos más duraderos
te se consideraban involuntarias. El SNA se divide en que la anterior y que requiere, además, una expo-
dos ramas, el sistema nervioso simpático, que activa sición más prolongada del sujeto a la situación de
al organismo ante las situaciones de estrés, y el siste- sobredemanda.
ma nervioso parasimpático, que lo inhibe. Dentro de la respuesta hipotalámico-hipofisario-
Las proyecciones nerviosas del simpático parten suprarrenal al estrés destacan los glucocorticoides
del cerebro, salen por la columna vertebral y se rami- que, unidos a las secreciones del SN simpático
fican e inervan casi todos los órganos, vasos sanguí- (adrenalina y noradrenalina), explican gran parte
neos y glándulas sudoríparas del organismo llegando, de la respuesta de estrés del organismo. Los gluco-
incluso, hasta los pequeños músculos en los que se corticoides también son segregados en las glándulas
encuentra el pelo. Además, las terminaciones nervio- suprarrenales, pero su actividad se prolonga inclu-
sas del simpático estimulan las glándulas suprarrena- so durante horas. Básicamente su activación sigue
les, las cuales liberan adrenalina y noradrenalina en el siguiente proceso (véase tabla 7.4). Ante una
el torrente circulatorio. Los efectos de éstas son simi- condición estresante, el hipotálamo segrega el CRF
lares a los provocados por la estimulación simpática, (factor liberador de corticotropina) en el sistema
a la que potencian, puesto que la adrenalina y nora- circulatorio del hipotálamo y la pituitaria. Alrededor
drenalina pueden llegar, a través de la circulación de 15 segundos más tarde, el CRF activa la pituita-
sanguínea, a partes que carecen totalmente de inerva- ria para que libere la hormona ACTH (corticotro-
ción simpática. Por su parte, cuando se activa el sis- pina). Una vez en el torrente sanguíneo, la ACTH
tema nervioso parasimpático, cuyas proyecciones llega a las glándulas suprarrenales y, en unos mi-
nerviosas inervan las mismas estructuras que el SN nutos, activa la liberación de los glucocorticoides
simpático, se producen los resultados opuestos. que si bien sirven para preparar al organismo a
Cualquier actividad estresante provoca cambios soportar el estrés, tienen efectos tan negativos como
psicofisiológicos significativos en el SNA, en con- la supresión de la actividad del sistema inmunoló-
creto, hablar en público, que suele ser una tarea que gico, el aumento de la irritación gástrica o el desa-
siempre supone un esfuerzo de activación para el rrollo de sentimientos asociados a la depresión
organismo y provoca, por término medio, un incre- (Sapolsky, 1996) (véase tabla 7.4).
mento del 100 por 100 de la adrenalina circulante
en sangre y del 50 por 100 en la noradrenalina. En
TABLA 7.4
una situación todavía más estimulante, como la de
saltar en paracaídas, el incremento en secreción de Proceso de secreción de los glucocorticoides
adrenalina supera fácilmente el 250 por 100. Del
mismo modo, las ratas de laboratorio que son so- Situación de estrés
metidas a manipulaciones sencillas por parte del
experimentador pueden sufrir incrementos de has-
/
ta el 800 por 100 en adrenalina circulante en sangre, Hipotálamo ~ Factor liberador de corticotropina
de ahí los primeros descubrimientos significativos / (CRF)
de H.Seyle ya comentados. Pituitaria ~ Corticotropina
/ (ACTH)

2.2. El sistema hipotalámico-hipofisario- Glándulas suprarrenales ~ G1ucocorticoides


suprarrenal
El SN simpático es un primer medio para que el Asimismo, durante la fase de estrés el páncreas
organismo responda adecuadamente ante las situa- puede segregar glucagón, una hormona que junto a

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Estrés / 119

los glucocorticoides y el SN simpático eleva el que aumenta el volumen sanguíneo y también con
nivel de glucosa en la circulación, lo cual es esen- ello la presión arterial.
cial para proporcionar energía al organismo duran- Este conjunto básico de cambios prepara al su-
te esta fase. Por otra parte, la pituitaria y el cerebro jeto para la situación estresante que le demanda un
liberan sustancias endógenas de carácter analgésico esfuerzo especial, ahora bien, si este tipo de situa-
como las endorfinas y encefalinas que atenúan la ciones se repiten a lo largo del tiempo se produce
percepción del dolor y, asimismo, la pituitaria se- un desgaste en el sistema cardiovascular que acaba
grega vasopresina cuyo efecto es la retención de degenerando en algún tipo de patología. Para com-
líquido, por lo que se la ha relacionado con el de- prender mejor este proceso es necesario tener en
sarrollo de la hipertensión arterial. cuenta que la progresiva ramificación estructural
Pero el estrés no sólo activa la secreción de que presenta el sistema circulatorio hace que exis-
hormonas, sino que también puede inhibirlas. Así, tan múltiples puntos de bifurcación en toda la red
por ejemplo, se inhiben las hormonas ligadas a la vascular. En estos puntos la pared vascular sufre su
reproducción, como los estrógenos, la progesterona mayor desgaste debido a que, en ellos, el torrente
y testosterona, las hormonas asociadas al crecimien- sanguíneo ejerce su máxima presión. La multipli-
to o la secreción de insulina. cidad de las ramificaciones es tal que ninguna cé-
Ahora bien, a pesar del esbozo que se ha hecho, lula del cuerpo se halla a más de cinco células de
se debe aclarar que no todas las respuestas de estrés distancia de un vaso sanguíneo (Sapolsky, 1994).
generan todos y los mismos cambios antes descritos. Cuando esta capa de la pared vascular (u otra cual-
En general, los agentes estresantes de todo tipo quiera) sufre algún tipo de daño, los ácidos grasos
implican cambios en lo que se refiere, especialmen- libres, los triglicéridos y el colesterol que se vierten
te, a los glucocorticoides y al SNS; sin embargo, la al torrente circulatorio ante la respuesta de estrés
velocidad y magnitud del cambio varía en función se abren paso a través de estos puntos en la pared
del agente estresante. vascular adheriéndose a ella, engrosándola y pro-
vocando el consiguiente estrechamiento de la luz
del vaso. De este modo, el estrés puede facilitar la
3. ESTRÉS Y ENFERMEDAD
aparición de placas ateroscleróticas compuestas por
grasas, almidones y células espumosas, por debajo
3.1. Estrés y sistema cardiovascular
de la cara interna de los vasos sanguíneos. En este
Ante una situación de estrés, se producen en el estado de cosas, especialmente tres órganos, el
sistema cardiovascular una serie de cambios carac- corazón, el cerebro y los riñones pueden, a su vez,
terísticos mediados por la activación del SN sim- sufrir importantes patologías, como son la angina
pático. Éstos incluyen el incremento de la frecuen- de pecho, el infarto de miocardio, insuficiencia
cia cardíaca y la constricción de las arterias renal o trombosis cerebral, siendo situaciones pun-
principales -envueltas en pequeñísimos músculos tuales de estrés, entre otros factores, las que pueden
circulares inervados por esta rama del SNA- que desencadenar tales accidentes. En este sentido, Mei-
provocan el aumento de la presión arterial. En par- sel, Kutz y Dayan et al. (1991) constataron que la
ticular, las arterias del sistema mesentérico, que incidencia de infarto de miocardio se triplicó en la
canalizan la sangre al tracto digestivo, así como las población de Tel Aviv durante los tres días de ata-
arterias que suministran sangre a los riñones y la que con misiles Scud de la Guerra del Golfo, com-
piel, se constriñen, facilitando el aporte sanguíneo parados con los tres mismos días de enero del año
a la musculatura y el cerebro. Por otra parte, la anterior. El incremento de esta forma de mortalidad
vasopresina u hormona antidiurética secretada por también se ha constatado ante desastres naturales.
el hipotálamo vía hipófisis posterior hace que los Tras el terremoto ocurrido en Northrige en 1994,
riñones frenen la formación de orina, provocando una población al norte de California, se registro un
una disminución de la eliminación de agua, efecto increnlento de los casos de muerte cardíaca súbita

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120 / Manual de psicología de la salud

durante los seis días siguientes a la catástrofe para, nas que sí están infectadas no desarrollan úlceras.
a continuación, disminuir este tipo de patología por Esas diferencias en respuesta a la infección sugieren
debajo de su frecuencia habitual. Parecería, por lo que concurren otros factores en el desarrollo de las
tanto, que este evento había desencadenado la muer- úlceras, sin que hasta el momento se haya conse-
te cardíaca en personas que estaban predispuestas guido precisar definitivamente el papel que el estrés
a ello a causa de una aterosclerosis preexistente podría desempeñar en las mismas, aunque hay cier-
(Leor, Poole y Klorer, 1996). En la misma línea to consenso sobre algunas vías etiopatogénicas
habría que entender los datos que indican que du- (Sapolsky, 1996).
rante las finales de los campeonatos del mundo de La primera de ellas se encuentra en el rebote de
futbol se incrementa el número de infartos de mio- los ácidos gástricos, particularmente el ácido clor-
cardio, especialmente si los partidos se resuelven hídrico, que se produce tras un período de sobreac-
en la tanda de penaltis (Carroll, Ebrahim, Tilling, tivación intensa. Ante este tipo de situación, el
Macleod y Smith, 2002). La incidencia más alta de organismo tiende a reducir la secreción de los áci-
accidentes vasculares se manifiesta dos horas des- dos gástricos y, simultáneamente, también se redu-
pués de los partidos (Wilbert-Lampen, Leistner, ce el engrosamiento de las paredes del estómago,
Greven, Pohl, Sper, Volker et al., 2008). puesto que no necesita protegerse tan intensamen-
Tal como se quiere expresar en la figura 7.1, se te de los ácidos gástricos de los que depende la
podría concluir que tras un evento estresante seve- digestión. Cuando finaliza la respuesta de estrés del
ro la mortalidad asciende durante los días siguien- organismo y se recupera la ingesta normal, las
tes a dicho evento (por ejemplo, guerra, terremoto, paredes del estómago no se encuentran suficiente-
etcétera) pero, posteriormente, desciende por deba- mente protegidas para soportar las cantidades nor-
jo de la línea base compensando el exceso de falle- males de ácido clorhídrico, de tal modo que, si
cimientos previos para recuperar, finalmente, la tasa repetidamente se pasa por este ciclo de períodos de
normal de mortalidad, lo cual subraya el hecho de disminución de la secreción de ácidos gástricos y
que lo que hace el estrés es precipitar el falleci- recuperación de una secreción normal, puede apa-
miento de las personas en un estado de salud car- recer algún tipo de úlcera gástrica. De todo lo cual
diovascular muy comprometido. se desprende que la úlcera no se forma tanto en
presencia del agente estresante cuanto en el perío-
do de recuperación. Así, se ha observado que pe-
ríodos transitorios de estrés se asocian a una mayor
probabilidad de desarrollar úlcera de estómago que
un período de estrés largo y prolongado (Murison
y Bake, 1990; Overmier y Murison, 2000). Este
mecanismo etiopatogénico se vería fortalecido por
el hecho constatado de que, en algunas personas
predispuestas, se observa una sobreproducción de
Figura 7.l.-Fluctuación de la tasa de mortalidad general ácido clorhídrico, lo cual agravaría el problema.
de población tras un evento estresante Por otra parte, dentro del sistema gastrointestinal
es de sobra conocida la sensibilidad del intestino al
estrés. Un ejemplo muy claro de dicha sensibilidad
lo representa la persona condenada a muerte que,
3.2. Estrés y sistema gastrointestinal
instantes antes de ser ejecutada, no puede controlar
Como ya se expuso en el capítulo 5, la Helico- la defecación espontánea. En este sentido no es de
bacter pylori no explica todos los casos de úlceras. extrañar que el estrés se haya puesto en relación
Algunas personas que manifiestan este problema con el síndrome del intestino irritable (SIl), un
no están infectadas por la bacteria y algunas perso- cuadro caracterizado fundamentalmente por el do-

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Estrés / 121

lor y el cambio de hábito intestinal (diarrea o estre- movilizar esta energía sobrante lo hará mediante
ñimiento). En este cuadro parece que el estrés pue- las hormonas del estrés. Estas hormonas provocan
de agravar la sintomatología, si bien no se ha que los triglicéridos se descompongan en las cé-
podido implicarle como un factor etiológico. No lulas adiposas y se descarguen ácidos grasos y
obstante, parece que estos pacientes no se habitúan glicerol en el torrente circulatorio, que el glucó-
con igual facilidad que las personas asintomáticas geno se degrade en glucosa y se vierta en la sangre
a las condiciones estresantes, lo que sienta las bases y que las proteínas se vuelvan a convertir en ami-
para el desarrollo del cuadro en términos de con- noácidos. De este modo, el organismo puede dis-
ducta de enfermedad (véase capítulo 12). poner de la energía necesaria, que previamente
había acumulado gracias a los nutrientes que había
ingerido, para hacer frente a las sobredemandas
3.3. Estrés y sistema endocrino
del medio.
Para dar cuenta de las relaciones que el estrés En este contexto, se puede poner en relación el
mantiene con el sistema endocrino conviene recor- estrés y la diabetes en el adulto, una de las enfer-
dar (véase tabla 7.5) cuál es la dinámica que sigue medades más comunes en la población de mayor
el organismo para asimilar los alimentos, almace- edad en las sociedades industrializadas. En este tipo
narlos y transformarlos en energía. de diabetes, denominada diabetes tipo II o diabetes
no insulino-dependiente, el problema no reside en
que haya poca insulina, sino que las células no
TABLA 7.5 responden a ella, debido fundamentalmente a la
Dinámica del proceso de transformación de los tendencia de la población occidental a ganar peso
alimentos en energía con la edad.
Al llegar a la adolescencia el número de células
adiposas ya no se modifica, por lo que la obesidad
en el adulto se asocia con la distensión de este tipo
de células y no con su crecimiento en número. Ello
Proteínas Aminoácidos Proteínas Aminoácidos provoca a su vez una menor sensibilidad de las
Almidón, Glucosa Glucógeno Glucosa células adiposas a la insulina, debido a que los re-
azúcares y ceptores especializados para esta hormona tienen
carbohidratos que actuar sobre una superficie celular cada vez
Grasa Ácidos grasos Triglicéridos Ácidos grasos, mayor. Esta falta de respuesta a la insulina es la
y glicerol glicerol y causa del exceso de glucosa y ácidos grasos libres
cuerpos en sangre que, al no poder ser acumulados en las
cetónicos células adiposas, pueden formar placas ateroscle-
róticas en las arterias, obstruir los vasos sanguíneos
o propiciar, por ejemplo, la acumulación de proteí-
Básicamente, el organismo descompone los nas en los ojos dando lugar a lo que conocemos
alimentos en elementos más simples, de tal mane- como cataratas.
ra que éstos se pueden asimilar en forma de mo- El estrés facilita estos procesos a través de dos
léculas, particularmente aminoácidos, glucosa, mecanismos. Por un lado, tal y como hemos señala-
ácidos grasos libres y glicerol. Estos elementos, do anteriormente, las hormonas de la respuesta de
en caso de exceso, se almacenan, respectivamente, estrés hacen que todavía más glucosa y ácidos grasos
en forma de proteínas, glucógeno y triglicéridos, entren en el torrente circulatorio. Por otra parte, ante
y en este proceso la insulina desempeña un papel una situación de estrés la inhibición de la secreción
fundamental. Posteriormente, si el organismo se de insulina y los glucocorticoides hace que las célu-
ve en una situación de sobredemanda que le exige las adiposas sean menos sensibles a la insulina.

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122 / Manual de psicología de la salud

Por 10 tanto, el estrés crónico en una persona fago, que alerta a una célula T auxiliar. Las células
predispuesta a padecer diabetes (obesa y de edad T entonces comienzan a proliferar y atacan al invasor
avanzada) puede constituir un elemento coadyuvan- utilizando sus propiedades citotóxicas. Las células
te de suma importancia de cara a la concreción de B, por su parte, producen una inmunidad mediada
esta enfermedad. Un ejemplo muy ilustrativo de por anticuerpos. Estas células dan lugar a anticuerpos,
este proceso se ha probado con la ayuda de los grandes proteínas que reconocen al agente invasor y
indios Pima de Arizona (Surwit, 1993). Esta tribu, se ligan a él (ya que tienen una forma perfectamen-
que ha sido endógama durante muchos años, tiene te adaptada para ello), inmovilizando primero y des-
la tasa de diabetes más alta del mundo en poblacio- truyendo después al agente patógeno.
nes de estas características. A la edad de 40 años, Este funcionamiento del SI puede verse modifi-
por ejemplo, un indio Pima tiene una probabilidad cado por los efectos del estrés. La activación inten-
del 60 por 100 de haber desarrollado diabetes. Este sa y prolongada de la rama simpática del sistema
autor sometió a un grupo de jóvenes voluntarios nervioso autónomo suprime la acción inmune, mien-
Pima y a otro grupo de jóvenes también sanos, pero tras que la activación parasimpática produce un
que no tenían susceptibilidad genética a la diabetes, aumento de la actividad inmune a través del incre-
a una prueba de laboratorio de solución de proble- mento de anticuerpos y citotoxicidad celular. Por
mas pensada para provocar estrés. Ambos grupos su parte, los resultados referidos al sistema hipota-
de sujetos realizaron dicha prueba dos horas después lámico-hipofisario-suprarrenal indican que, en con-
de comer cuando el nivel de azúcar en sangre de- junto, la elevación de glucocorticoides detiene la
bería haber caído a niveles normales, observándose formación de nuevos linfocitos en el timo y dismi-
que mientras que entre los Pima el azúcar en sangre nuye la sensibilidad de los mismos a las señales de
se mantenía elevado en torno a un 75 por 100 de 10 alerta. Además, los glucocorticoides pueden expul-
normal, en los sujetos del grupo control se observó sar los linfocitos de la corriente sanguínea e, inclu-
la caída que es habitual dos horas después de la so, destruirlos a través de una proteína que rompe
comida. Este tipo de datos apoyan la teoría de que su ADN (Munck y Guyre, 1991).
el estrés, en personas predispuestas puede facilitar En este sentido se ha constatado una clara relación
el desarrollo de la diabetes, no obstante, se debe entre la disminución de la función inmunitaria y los
enfatizar que siempre va asociado a la concurrencia agentes estresantes muy intensos, así como con los
de otras variables como la obesidad, una dieta in- agentes estresantes cotidianos. Levav, Fiedlander,
adecuada u otras enfermedades. Kark y Peritz (1988) encontraron que los padres de
los soldados israelíes muertos en la Guerra del Yom
Kippur mostraron una mayor mortalidad durante el
3.4. Estrés y sistema inmunitario
período de duelo que la observada en el grupo control;
La respuesta inmunitaria está mediada por un ahora bien, ese incremento de mortéllidad sólo se
complejo conjunto de células de la corriente san- produjo en aquellos padres viudos o divorciados, lo
guínea denominadas linfocitos y monocitos (que que confirma el hecho conocido de que el efecto del
reciben comúnmente el nombre de glóbulos blan- estrés puede ser amortiguado por las redes de apoyo
cos). Hay dos clases de linfocitos, las células T y social. En el ámbito de lo cotidiano se ha observado
las células B, los cuales se originan en la médula que los estudiantes universitarios en períodos de
ósea; no obstante, las células T emigran al timo para examen pueden sufrir una disminución de su función
madurar y por eso, precisamente, se denominan T. inmunitaria (Kiecolt-Glaser, Glaser, Strain, Stout,
Las células T y B atacan a los agentes infecciosos Tarr, Holliday y Speicher, 1986; Rubio, Hernández,
de forma distinta. Las células T, de las que se cono- Cozar y Ulla, 1996; Uchakin, Tobin, Cubbage, Mar-
cen varios tipos, producen inmunidad mediada por shall, Sams, 2001)
células. Cuando un agente extraño invade el organis- Al margen de los resultados estadísticos, cuando
mo es reconocido por un monocito llamado macró- se trata este asunto es inevitable referirse a una de

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las investigaciones científicas más exhaustivas sobre hormona luteinizante conocida como (LHRH). Ésta,
los efectos del estrés crónico en la actividad de la a su vez, estimula la pituitaria provocando la libe-
función inmunitaria. Estos estudios se han realizado ración de la hormona luteinizante (LH) y de la
con personas que vivían cerca de la central nuclear hormona estimulante de los folículos (FSH). La
accidentada de Three Mile Island, en Pensilvania, primera, la LH, actúa sobre los testículos favore-
Estados Unidos. A finales de marzo de 1979, el ciendo la liberación de testosterona, mientras que
reactor de esta central sufrió un grave accidente. la FSH, puesto que el hombre carece de folículos,
Afortunadamente, la avería se controló y no se pro- activa la producción de esperma (véase tabla 7.6).
dujo una emisión significativa de contaminación
radiactiva. Sin embargo, el accidente generó una gran
TABLA 7.6
preocupación y estrés entre la gente de la zona. In-
cluso, cuando la crisis inicial ya había sido superada, Endocrinología reproductiva del varón y efectos
la población afectada fue consciente de la operación inhibitorios del estrés
de limpieza a largo plazo ordenada por las autorida-
des y de la constante amenaza que suponía el daño
del reactor. Por todo ello, la ansiedad y el estrés se Cerebro libera LHRH Encefalinas y endorfinas
mantuvieron durante años. Seis años después de este (hormona liberadora de disminuyen la producción
incidente nuclear, investigadores norteamericanos hormona luteinizante) deLHRH
midieron la función inmunitaria de las personas que ~ J,
residían en un radio de 8 km a la redonda del reactor Estimulación de pituitaria: La prolactina disminuye la
averiado. Los resultados demostraron que, compa- Libera LH (hormona sensibilidad a la LHRH
rados con sujetos control que vivían lejos de la cen- luteinizante) y FSH
tral, los que vivían cerca de Three Mile Island pre- (hormona estimulante de
sentaban fuertes alteraciones en su sistema los folículos)
inmunitario. En concreto, tenían menos lifoncitos B ~
circulantes en sangre, menos «células asesinas»,
LH estimula testículos Glucocorticoides bloquean
menos linfocitos T supresores/citotóxicos y una re-
para producir testosterona la respuesta a la LH
ducción del control sobre el virus del herpes. Además,
FSH activa la producción
otros parámetros cardiovasculares, como la presión de esperma
arterial y la frecuencia cardíaca, se encontraban ele-
vados, al igual que los niveles de adrenalina, nor-
adrenalina y cortisol. El estudio, en definitiva, de- La aparición de una situación estresante puede
mostró con claridad que, a pesar de que no se provocar una inhibición de este sistema, disminu-
produjo una radiación dañina, el estrés psicológico yendo la producción y concentración de la LHRH
que concurre en un accidente nuclear puede tener, y consecuentemente la de LH y FSH. Las razones
en muchas personas, un efecto nocivo sobre la salud de ello parecen encontrarse en que cuando se inicia
física y, particularmente, sobre el funcionamiento una respuesta de estrés se activan dos tipos de hor-
inmunológico del organismo (Collins, 1983, 2002). monas: las endorfinas (que, a su vez, son las res-
ponsables de la analgesia del dolor en las situacio-
nes de emergencia) y las encefalinas. Ambas actúan
3.5. Estrés y sexualidad bloqueando la secreción de la LHRH. Una muestra
Para dar cuenta de los efectos del estrés en el de este efecto se ha observado en los deportistas
hombre es necesario recordar la dinámica de su profesionales que desarrollan una enorme actividad
sistema reproductor (Sapolsky, 1996). En síntesis, física, es decir, que están sometidos a un importan-
cabría decir que determinados estímulos hacen que te estrés físico. En general se ha observado que
su cerebro estimule la hormona liberadora de la tienen menos LHRH, LH Ytestosterona circulando

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124 / Manual de psicología de la salud

en sangre, además de unos testículos más pequeños inició la utilización de este fármaco un urólogo re-
y una menor movilidad espermática. Este hecho cetó este producto a un hombre que había acudido a
daría cuenta, en cierta medida, de por qué la acti- su consulta con su pareja. El hombre tomó la pastilla
vidad física constituye un hábito preventivo del y se fue a la cama con su mujer a esperar a que se
cáncer de próstata que parece estar estrechamente produjera su efecto. Tanto esperaron que se quedaron
relacionado con altos niveles de testosterona. dormidos. Esta pareja no sabía que el fármaco puede
Además de la disminución en la secreción de la ayudar a incrementar el riego sanguíneo, pero que
LHRH, ante situaciones altamente estresantes, la pi- esa vascularización sólo puede producirse en un
tuitaria segrega prolactina. La prolactina tiene la contexto de deseo.
función de disminuir la sensibilidad de la pituitaria Ahora ya es fácil comprender cómo el estrés
a la LHRH. Todo esto cierra un bucle de biorretro- bloquea este proceso. Si el hombre está ansioso o
alimentación, muy común en el juego de la relación estresado, su organismo se encuentra presa de un
de los sistemas corporales. Por un lado el cerebro estado de activación autonómica del SN simpático,
segrega menos LHRH y la pituitaria se protege para por lo que es difícil que se produzca la mínima
responder menos a ella. activación parasimpática para que haya erección,
Pero todavía hay más. Los glucocorticoides, que en cuyo caso hablaríamos de un estado de impoten-
como hemos visto aparecen siempre en escena ante cia. Pero en el caso de que hubiese erección, si
situaciones prolongadas de estrés, bloquean la res- durante el contacto sexual el sujeto se activa dema-
puesta de los testículos a la LH, eliminando la siado rápidamente, se produce la eyaculación pre-
posibilidad de que, si hubiese restos de LH en san- coz. El estrés, por lo tanto, dificulta o entorpece la
gre, esta hormona quedase activa. En definitiva, el respuesta sexual masculina viéndose ésta, en gene-
organismo se ha adaptado para evitar cualquier ral, más afectada en lo que a la erección se refiere
gasto de energía que puntualmente pueda ser inne- que en cuanto a la liberación de testosterona.
cesario cuando el medio ambiente demanda la re- Por lo que respecta a los efectos del estrés en la
acción total del individuo ante una situación poten- mujer se ha de partir de que el sistema reproductor
cialmente peligrosa. En tales ocasiones, el sexo femenino es, cierta medida, muy similar al del
puede esperar. hombre. Básicamente, el cerebro libera LHRH que
Un segundo aspecto de la respuesta sexual que activa la secreción de LH y FSH en la pituitaria. La
también aparece comprometido cuando el hombre FSH estimula la liberación de los óvulos en los
se estresa, es la erección. Para que la erección se ovarios, mientras que la LH activa la síntesis de
produzca es necesario la activación del sistema ner- estrógenos en los ovarios. Durante la primera mitad
vioso parasimpático, dicha activación provoca, entre del ciclo menstrual (también llamado estado foli-
otros cambios, el incremento del riego sanguíneo en cular) se incrementan los niveles de LHRH, LH,
el pene, el bloqueo de la salida de la sangre por las FSH y estrógenos, que alcanzan su punto máximo
venas y el llenado de sangre de los cuerpos caverno- con la ovulación. La ovulación inicia la segunda
sos con el consiguiente endurecimiento de este miem- fase del ciclo (también llamada fase luteal), en la
bro. Una vez que se ha producido esa excitación, que la progesterona, producida en el cuerpo lúteo
mediada por el parasimpático, poco a poco (y esto del ovario, estimula las paredes del útero para que
es decisivo para una relación satisfactoria) el sistema en caso de que un óvulo quedase fecundado en el
simpático va incrementando el tono de la respiración, momento de la ovulación pudiera implantarse en
el ritmo cardíaco, etcétera, hasta que el tono para- ellas y transformarse en embrión.
simpático se mantiene sólo en el pene. Al final, como Un primer mecanismo de alteración del sistema
bien es conocido, el simpático también gana esta reproductor femenino tiene que ver con la presencia
última batalla y se produce la eyaculación. Este en sangre de una pequeña cantidad (en torno a un
mecanismo nos permite comprender algunos efectos 5 por 100 en relación al hombre) de hormonas
tan interesantes como el de la viagra. Cuando se sexuales masculinas. En la mujer, dichas hormonas

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se secretan en las glándulas suprarrenales, pero las baja intensidad. En el caso del vaginismo, se ha
células adiposas femeninas poseen un enzima que observado que experiencias dolorosas y traumáticas
posibilita la transformación de estos andrógenos en de tipo sexual pueden provocar una respuesta con-
estrógenos. Sin embargo, cuando por cualesquiera dicionada de miedo a la penetración, mediada por
razón las reservas de grasa disminuyen de forma un incremento de la actividad de s. n. simpático, que
significativa en el cuerpo de la mujer, se bloquea la provoca la contracción de los músculos de la vagina.
capacidad de transformación de andrógenos en En la dispareunia, la ansiedad hacia las relaciones
estrógenos. y este aumento de la concentración de sexuales o simplemente la preocupación de la mujer
andrógenos, junto con la disminución consiguiente por si lo hará bien, puede inhibir la actividad del s.
de estrógenos, inhibe el funcionamiento del sistema n. parasimpático y favorecer la actividad del simpá-
reproductor, tal como ocurre en el caso de la ame- tico, dificultando enormemente la excitación y lubri-
norrea causada por la anorexia. El estrés, además, cación, por lo que, del mismo modo que ocurría en
puede inhibir la reproducción de otras maneras. Tal el hombre, el estrés puede alterar negativamente las
y como vimos al hablar del estrés masculino, las relaciones sexuales de la mujer.
endorfinas y encefalinas inhiben la secreción de
LHRH, la prolactina y los glucocorticoides bloquean
la sensibilidad de la pituitaria a esta hormona y, CUADRO 7.2
asimismo, los glucocorticoides también inhiben la
El síndrome «de esta noche no pasa»
sensibilidad de los ovarios a la LH. Como conse-
cuencia disminuye la secreción de LH, FSH y es- El estado de tensión y estrés que suele causar la inca-
trógenos, lo que reduce a su vez la probabilidad de pacidad para procrear, puede afectar severamente al fun-
ovulación. Cuando esto ocurre, el estadio folicular cionamiento emocional de algunas parejas, provocando
se va alargando, haciendo el ciclo menos regular. en sus miembros un cierto desánimo, autovaloraciones
Entre otros problemas que el estrés puede causar negativas o sentimientos de falta de apoyo del compañe-
en la reproducción se encuentra la disminución del ro (Antequera, Moreno, Genaro y Ávila, 2008). En muchos
nivel de progesterona, lo cual interrumpe la madu- de estos casos, las relaciones sexuales dejan de ser vividas
como una expresión natural de afecto para transformarse
ración de las paredes uterinas. A su vez, la liberación
en un intento de procreación. Aparece entonces el llama-
de prolactina durante el estrés incrementa este efec-
do síndrome «de esta noche no pasa», bajo el cual los
to, ya que interfiere en la actividad de la progeste- cambios hormonales que se producen en la pareja suelen
rona. Por eso, aunque haya suficiente acción hor- ser de signo opuesto a los que facilitan la concepción. El
monal durante la fase folicular como para que estrés emocional puede provocar fallos en la ovulación,
tenga lugar la ovulación y se fecunde el óvulo, es espasmo en la trompa de Falopio, disfunción sexual o
menos probable que se implante con normalidad. dificultar la producción de esperma. Éstos, a su vez, alar-
Éste es un posible mecanismo por el cual los pro- gan el período de infertilidad, que suele provocar senti-
blemas de fertilidad, que afectan a un número cada mientos y conductas de culpa, ira, pena y aislamiento, lo
vez mayor de parejas, se transforman en una fuen- que añade más estrés a la pareja. Se trata de un bucle que
se retroalimenta solo.
te de estrés que agrava el problema.
Asimismo, el amplio uso de los aparatos para detectar
Disfunciones sexuales específicas femeninas la ovulación en casa puede complicar las cosas aún más.
como la dispareunia o el vaginismo también pueden Las parejas se hacen con ellos para ganar control sobre
tener una etiología psicológica ligada al estrés, si el ciclo ovulatorio, pero pueden acabar condicionando sus
bien no habría que descartar inicialmente otr.a-s cau- contactos sexuales al cambio de color del indicador del
sas orgánicas. La dispareunia, o coito doloroso, y el aparato, sustituyendo las relaciones basadas en el deseo
vaginismo, contracción involuntaria de los músculos por unas relaciones cuyo fin es la inseminación natural.
que rodean la abertura de la vagina, suelen presen- No es de extrañar, entonces, que algunas parejas con
tarse juntos, de ahí que algunos autores consideren problemas de infertilidad acaben sufriendo algún tipo de
el coito doloroso como una forma de vaginismo de disfunción sexual.

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126 / Manual de psicología de la salud

3.6. Estrés y estados emocionales depresión estaría precedido con mucha más proba-
bilidad por eventos vitales estresantes que los si-
El estrés se ha relacionado con alteraciones emo- guientes episodios (Stroud, Dávila y Moyer, 2008).
cionales, tales como la ansiedad y la depresión. Den- No obstante, la capacidad personal para manejar
tro de los trastornos de ansiedad el síndrome del acertadamente las situaciones y los recursos de afron-
estrés postraumático es el que más directamente se tamiento modulan la relación con la depresión, sien-
ha vinculado con una experiencia de estrés extrema. do las personas que mejor se enfrentan a las situa-
Los síntomas de este trastorno incluyen recuerdos ciones estresantes las menos vulnerables a los estados
intrusivos y recurrentes del acontecimiento traumá- depresivos asociados a ellas.
tico, sueños desagradables y recurrentes en los que Padecer alguna enfermedad crónica, bien como
se revive el acontecimiento y un estrés fisiológico y paciente o bien como cuidador, se ha relacionado
psicológico extremo. Los acontecimientos que se con la depresión, tal como ocurre en la enfermedad
parecen o simbolizan, en alguna medida, el aconte- de Alzheimer. La persona que ha cuidado al enfermo
cimiento traumático original, así como los aniversa- puede mostrar signos de depresión después de que
rios del mismo, pueden provocar la recurrencia de su labor haya finalizado tras la muerte del mismo,
los síntomas. Las personas que han sufrido un tras- particularmente cuanto mayor haya sido la carga de
torno de este tipo tienden a evitar los pensamientos, trabajo que ha tenido y cuanto menor el apoyo social
sentimientos o, incluso, la conversación sobre los recibido (Zhang, Mitchell, Bambauer, Iones, Priger-
hechos traumatizantes y tienden también a evitar a son,2008), todo lo cual enfatiza el papel que los
cualquier persona o lugar que pueda hacer revivir los estresores cotidianos, intensos y prolongados, pueden
síntomas de estrés. Las revisiones sobre los distintos tener en las alteraciones del ánimo.
estudios sobre el trastorno de estrés postraumático
han corroborado que dicho trastorno es suscitado por
3.7. Estrés y conducta de enfermedad
acontecimientos estresantes en los que se sufren el
crimen y la violencia. Así, por ejemplo, mientras que La noción de conducta de enfermedad proviene
la prevalencia del trastorno de estrés postraumático del ámbito de la sociología médica (Mechanic,
se sitúa en la población general en torno al1 ye13,5 1962) y ha sido retomada tanto desde el ámbito de
por 100, la prevalencia entre los veteranos de Vietnam la psiquiatría (Pilowsky, 1987) como de la psicolo-
que fueron heridos en combate es del 20 por 100. gía (Leventhal, Meyer y Nerez, 1980). Básicamen-
Por su parte, los estudios sobre victimización entre te, aun cuando el concepto ha sido objeto de no
las mujeres que han sido objeto de una agresión pocas controversias teóricas, la noción de conduc-
sexual revelan que la prevalencia del estrés postrau- ta de enfermedad cuando se utiliza desde el ámbito
mático puede llegar al 35 por 100 (Renck, 2006). y de la psicología de la salud se refiere, comúnmente,
los ataques terroristas también pueden tener un im- a las quejas que un paciente refiere sobre su estado
pacto acusado en forma de estrés postraumático de salud a pesar de que no exista evidencia alguna
entre la población civil que ha sido víctima o testigo de tipo médico que pueda justificar tales quejas. Por
de los atentados (Adams y Boscarino 2006). ejemplo, la sintomatología que está presente en el
Por otra parte, la evidencia de que los eventos síndrome del intestino irritable (véase capítulo 12)
estresantes pueden provocar un estado de depresión puede considerarse, en algunos casos, conducta de
no es tan abrumadora. En general, la investigación enfermedad y en este sentido, además, la conducta
sobre el tema ha revelado una significativa, aunque de enfermedad se hace equivalente, al menos en
ligera tendencia, a que los acontecimientos estresan- términos funcionales, a la de conducta de dolor
tes constituyan un factor decisivo en la aparición de (véase capítulo 8), por lo que su estudio puede
los síntomas depresivos. En la actualidad, se discute realizarse dentro de una misma lógica. En síntesis,
el llamado Post's kindling model (modelo de encen- la conducta de enfermedad arrastra en ciertos casos
dido de Post), según el cual el primer episodio de ganancias secundarias en forma de atención, afec-

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to y delegación de responsabilidades que desarrolla úlceras de estómago, al contrario que otro grupo de
y mantiene un modo de expresar la enfermedad. ratas que aprendía a apretar la palanca para obtener
No obstante, la conducta de enfermedad, aun comida en presencia de una señal discriminativa.
cuando puede tener una entidad independiente, En el ser humano también se ha constatado que
mantiene una estrecha relación con el estrés, ya que las personas sometidas a una menor tasa de agentes
se ha constatado que las personas que se encuentran estresantes, pero más impredecibles, muestran una
bajo presión usan con una mayor frecuencia los mayor tasa de enfermedad asociada al estrés que
servicios de salud que los que no están bajo tal personas sometidas a más agentes pero más prede-
presión (Barsky, Orav, Bates, 2006). El estrés se cibles. Durante la Segunda Guerra Mundial, Londres
asocia, además, a una diversidad de síntomas, entre llegó a sufrir un bombardeo nocturno continuo que
los que se incluye ansiedad, depresión, fatiga, in- se repetía casi matemáticamente. En las afueras de
somnio, sudoración, temblor o nerviosismo, que Londres, por el contrario, los bombardeos eran
algunas personas interpretan como síntomas de mucho más esporádicos, por lo tanto, la frecuencia
alguna enfermedad y buscan por ello tratamiento de situaciones de estrés era mucho menor pero
médico (Scicchitano, Lovell, Pearce, Marley, Pi- menos predecible. En esa época se observó un no-
lowsky, 1996). En otros casos, la persona desem- table incremento de las úlceras de estómago que
peña el papel de enfermo para evitar enfrentarse a fue mucho más alto en la población de las afueras
situaciones estresantes de la vida cotidiana, lo que de Londres (Stewart y Winser, 1942; cif. Sapolsky,
facilita la cronificación de dicho papel, como ya 1996). El estudio de las reacciones de los niños a
hace años describían Mechanic y Volkhart (1961). los ataques terroristas también ha permitido cons-
tatar cómo la impredicibilidad de los atentados, en
una situación de permanente de amenaza, contribu-
4. ¿QUÉ HACE A UNA SITUACiÓN ye a mantener en parte de la población infantil un
ESTRESANTE? continuo estado de ansiedad y estrés que se concre-
ta en conductas regresivas, miedo a la separación
De sobra es conocido que existe una enorme de los padres y problemas de sueño y de conducta
idiosincrasia en la respuesta de las personas al es- (Fremont, 2004).
trés. Así, por ejemplo, es conocido que hay pilotos
de aviación que manifiestan acrofobia si se asoman
4.2. La incontrolabilidad
a un sitio a gran altura pero no en la cabina del
de los acontecimientos
avión. Sin embargo, a pesar de la gran variabilidad
individual de este tipo de respuestas, se ha consta- Cualquier acontecimiento negativo, tal como el
tado la existencia de algunas características comu- ruido, el gentío o cualquier otra forma de disconfort
nes a las situaciones potencialmente estresantes. físico, tiene mucho de estresante en sí mismo; sin
embargo, las investigaciones sobre el tema han
revelado, desde hace mucho tiempo, que dichos
4.1. La impredecibilidad
eventos, si además de ser impredecibles son incon-
de los acontecimientos
trolables, resultan mucho más estresantes que cuan-
La incapacidad para predecirlos hace que los do se puede operar sobre ellos. Este sentimiento de
eventos estresantes lo sean mucho más. En esta control no sólo reduce la experiencia subjetiva de
línea, Seligman (1975) constató, dentro del ámbito estrés, sino que también llega a modificar la reac-
de la investigación animal en laboratorio, que las tividad psicofisiológica. Lundberg y Frankenhaeu-
ratas hambrientas a las cuales se presentaba una ser (1976) demostraron hace algunos años que creer
señal que no servía realmente para predecir el mo- que uno posee el control sobre un nivel de ruido
mento en que, apretando una palanca podían obte- molesto se asocia con niveles más bajos de adrena-
ner comida, acababan desarrollando masivamente lina y noradrenalina en sangre.

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128 / Manual de psicología de la salud

El problema del control de las situaciones nos superiores tienen, en principio, más capacidad para
introduce en uno de los mitos más comunes sobre el hacer frente a más demandas y suelen tener una
estrés laboral, según el cual los profesionales que mayor capacidad de control sobre las mismas. Los
alcanzan los puestos más altos en el mundo laboral subordinados, por el contrario, tienen menos control
deben pagar un alto precio por el reconocimiento sobre su entorno y si, además, trabajan en una em-
social y económico que conlleva su estatus. Esto es, presa mal gestionada en la que no pueden estar se-
sufrir el efecto corrosivo del estrés sobre la salud. guros de cuáles son sus responsabilidades exactas,
Esta idea, que suele admitirse, incluso, por los pro- se agrava su situación de estrés laboral.
pios afectados (que muestran así un signo y una
queja más de su éxito en la vida), no parece haberse
confirmado empíricamente. Uno de los primeros CUADRO 7.3
trabajos científicos que descubrió la existencia de
Respuesta del sistema nervioso autónomo al
una correlación positiva entre escala laboral y salud
estrés en el trabajo: diferencias entre sexos
fue realizado por la Bell Telephone Company sobre
sus 250.000 empleados, allá por los años sesenta. Diversos estudios científicos han puesto de manifiesto
Los datos revelaron que cuanto más alto era el lugar que los hombres soportan peor que las mujeres el estrés
que una persona ocupaba en la jerarquía laboral derivado de su trabajo. De hecho, en igualdad de condicio-
menos probabilidades tenía de padecer enfermedades nes, parece que las mujeres, aunque experimentan el mismo
cardiocoronarias. No obstante, esta relación estaba grado subjetivo de ansiedad y preocupación, muestran una
mediada, en cierta medida, por el nivel educativo; menor producción de adrenalina que los hombres. T. Po-
los individuos menos afectados por las enfermedades llard, profesor de la Universidad de Oxford, presentó un
cardíacas tendían a ser aquellos que habían alcanza- estudio ante la Asociación Británica de Psicología en 1995,
do los niveles educativos más elevados, de tal forma en el que midió la cantidad de adrenalina segregada en un
grupo de 53 hombres y de 51 mujeres, entre 24 y 50 años,
que los empleados que poseían formación universi-
que ocupaban altos cargos de empresa. El análisis se rea-
taria tenían un 30 por 100 menos de problemas car- lizó sobre la orina acumulada entre las cuatro y las seis de
díacos que los no titulados. Corregido estadística- la tarde durante tres días consecutivos (domingos, lunes y
mente el efecto de la educación, en esta investigación martes). El estudio controló, por su posible influencia sobre
se constató que las personas situadas en la base de los resultados, la cantidad de café, té y alcohol ingerido,
la pirámide de la empresa tenían un 50 por 100 más así como la actividad física y el grado de control que cada
de probabilidades de padecer enfermedades cardíacas uno de los 104 participantes tenía sobre su trabajo. Los
graves que las personas que ocupaban el vértice de resultados mostraron que los hombres tenían niveles más
la misma. Conclusiones semejantes se han obtenido elevados y constantes de adrenalina el lunes y el martes
que en domingo; sin embargo, estas diferencias no apare-
en otras investigaciones sobre el particular, tal y como
cieron en las mujeres. Aunque ha de reconocerse que las
se ha observado entre el funcionariado británico. conclusiones de este estudio no pueden generalizarse más
Además, esta tendencia suele aparecer cuando se allá de una muestra de trabajadores muy cualificados, pa-
investiga cualquier otro tipo de enfermedades. Qué recería que las mujeres, en contra de lo que se esperaría,
duda cabe que esas diferencias pueden venir expli- cuando ejercen una labor directiva se alteran menos en
cadas, al menos en parte, apelando a factores como términos fisiológicos que los hombres.
la dieta, el ejercicio físico o un menor consumo de En esta línea, utilizando pruebas de reactividad cardio-
tabaco. Pero también a que los trabajadores de las vascular en el laboratorio, con las cuales se puede medir la
escalas inferiores se pueden ver sometidos a situa- respuesta de estrés ante pruebas experimentales diseñadas
ciones continuas y estresantes (pensemos en un fun- para elicitarla, se ha observado que, aunque hombres y
mujeres incrementan su liberación de catecolaminas, las
cionario de ventanilla en el departamento de recla-
mujeres, en general, tienen una menor reactividad que los
maciones) que, a su vez, facilite la aparición de otros hombres. Todo lo cual parece indicar que el organismo
factores de riesgo para la salud como el tabaco. femenino puede soportar mejor el estrés que el masculino.
Además, los individuos que llegan a las categorías

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Estrés / 129

En esta línea, en un trabajo ya clásico donde se j a (pacientes, alumnos, etc.), llegándoles incluso a
estableció la categorización del nivel del estrés culpabilizar de sus problemas (enfermedad, suspen-
laboral en función de las demandas de productividad so, etc.).
por unidad de tiempo y el grado de control sobre Estos tres componentes del síndrome no aparecen
las circunstancias laborales, se encontró que entre simultáneamente sino que el cansancio emocional
los trabajos menos estresantes se podía encontrar (muy similar a un estado de profundo desánimo) y
el de arquitecto o el de científico, mientras que en la baja realización personal conforman un binomio
el otro polo se encontraría el de operador de telé- que resulta el antecedente de la despersonalización
fono, camarero, estibador o confeccionador de ropa (Gil-Monte y Peiró, 1997; Gil-Monte, 2005). Es
(Karesek, 1979). por ello que no todas las personas que padecen burn
out presentan los mismos síntomas. Es frecuente
encontrar que la mujer, cuando está quemada en el
4.2.1. El burn out O el síndrome de estar
trabajo, muestre una puntuación elevada, sobre todo
quemado en el trabajo
en cansancio emocional, mientras el hombre suele
El burn out es un tipo de estrés laboral crónico puntuar mucho más alto en despersonalización (Ríos
que tiene su origen, precisamente, en la falta de Risquez, Godoy Fernández y Peñalver Hernández,
control sobre el trabajo. Se trata de un estado en el et al. 2008). El Maslach Burn out Inventory es,
que la persona percibe que, por mucho que haga en probablemente, el cuestionario de referencia para
su trabajo, no obtiene ningún tipo de reconocimien- la evaluación de este problema.
to adicional por ello (económico, promoción, etcé- Aun cuando el síndrome de estar quemado en el
tera). No es de extrañar que este síndrome fuese trabajo puede darse en diferentes profesiones, las
descrito en jóvenes voluntarios que atendían a dro- distintas orientaciones profesionales están fuerte-
godependientes con el fin de lograr su rehabilitación. mente asociadas con el burn out. Básicamente,
(Freudenberger, 1974). Además, el burn out suele cabría distinguir cuatro grandes orientaciones. En
observarse en las profesiones que conllevan una primer lugar, se encontraría la que se puede deno-
cierta implicación emocional en el trabajo, como minar activistas sociales. Se trata de personas que
ocurre generalmente en el ámbito de los servicios con su trabajo no sólo buscan un modo de subsis-
humanos: docentes, médicos, policías, asistentes tencia, sino que con él también pretenden cambiar
sociales o enfermeras (Bermejo y Prieto, 2006; Ríos la realidad que les rodea. Este perfil se encuentra
Peñalver y Godoy, 2008). en muchas profesiones llamadas vocacionales (do-
Este síndrome engloba tres componentes. En cencia, medicina, etcétera). Por otra parte, encon-
primer lugar, se encuentra lo que se ha denominado traríamos lo que se denomina escaladores, personas
Baja Realización Personal, que se refiere a la valo- que pretenden alcanzar el estatus más alto dentro
ración profesional negativa que la persona hace de de su profesión, al margen de cualquiera que sea
su habilidad en el trabajo y en la relación con las ésta. Los artesanos serían aquellas personas cuyo
personas a que atiende. Esto implica una fuerte objeto en el trabajo es hacerlo bien. Finalmente, los
desmotivación e insatisfacción con sus resultados auto-orientados, para quienes el trabajo es sólo un
laborales. En segundo lugar, aparece el llamado modo de subsistencia.
Cansancio Emocional, que se refiere a la sensación Púes bien, partiendo de que sería difícil enca-
de sentirse agotado emocionalmente por el desgas- sillar a cada persona en una única orientación, los
te que provoca la interacción cotidiana con otras datos parecen indicar que los llamados activistas
personas (pacientes, alumnos, víctimas de delitos sociales son los que muestran la mayor probabili-
o desastres, etcétera). Finalmente, se encontraría la dad de llegar a estar quemados en su trabajo. Pro-
Despersonalización, que engloba a la irritabilidad, bablemente, en ello influya la discrepancia entre
las actitudes negativas y las respuestas frías e im- sus expectativas de lo que pensaba lograr y una
personales hacia las personas con las que se traba- realidad que las limita significativamente. Por su

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130 / Manual de psicología de la salud

CUADRO 7.4 auto-orientados son los que más insatisfacción


muestran con su trabajo. Es de destacar que, con
Evolución y desarrollo del síndrome
el tiempo, las orientaciones del activismo social y
de estar quemado en el trabajo
del escalador se debilitan a favor de la artesanía.
(Edelwich y Brodsky, 1980)
Parecería que muchos profesionales aprenden que
El burn out es consecuencia de un proceso de desgas- hacer bien el trabajo cotidiano puede llegar a ser
te laboral que va pasando por distintas fases: la fuente de gratificación más importante.
Respecto a las variables organizacionales que
1. Fase inicial de entusiasmo. Al principio, el trabajo se
contribuyen a quemarse en el trabajo, la literatura
siente como algo estimulante. Aunque resulte exigen-
te, se compensa con la ilusión del fin de la vida aca-
recoge un diagnóstico amplio y preciso de la mismas
démica e inicio de la vida laboral. Los contratiempos (Gil-Monte, 2005). Entre ellas destacaríamos, en
están para ser salvados. Uno se identifica con los primer lugar, la sobrecarga de trabajo, bien en tér-
compañeros de trabajo y con la organización en la minos cuantitativos, como son largas jornadas de
que trabaja. Alargar la jornada laboral es un reto más trabajo sin el descanso necesario para romper con
y no importa. Aun cuando no estén claramente defi- la rutina laboral, o bien en términos cualitativos,
nidos los objetivos del trabajo, este problema se sor- como ocurre cuando el trabajo excede la competen-
tea estableciendo objetivos muchos más altos de los cia del profesional en un momento determinado.
esperados por los jefes. Este entusiasmo puede ser En este sentido, por ejemplo, el uso de las nuevas
visto como una amenaza por parte de los compañeros
tecnologías puede hacer que muchas personas se
que tienen más horas de vuelo.
sientan desbordadas laboralmente. Pero tampoco
2. Fase de estancamiento. El incumplimiento de las se debería olvidar que el déficit de trabajo (tener
expectativas profesionales supone replantearse la re- muy poco o nada que hacer), lejos de ser una re-
lación entre el esfuerzo personal y sus beneficios. compensa, como a veces se mitifica en las conver-
Puede aparecer entonces un sentimiento de derrota e
saciones coloquiales, suele llegar a convertirse en
incapacidad y es más fácil contagiarse del negativis-
mo de los compañeros. Para evitarlo, se busca el una fuente de profundo malestar. Cuando no hay
aislamiento. Pueden aparecer las primeras alteraciones nada que hacer, el tiempo se desacelera y pesa como
de la salud Uaquecas, problemas de estómago ...). una losa sobre el trabajador, que lo único que quie-
re es acabar la jornada laboral. Sólo cuando se
3. Fase de hiperactividad y de apatía. Tras la fase de
mantiene un cierto grado de ocupación el tiempo
estancamiento se puede producir un estado de hiper-
actividad en la que se trata de hacer mucho, pero, fluye con normalidad y el trabajo se acaba antes.
como los resultados siguen siendo los mismos, se De hecho, una de las formas comunes de mobbing
entra en un estado de apatía y un creciente distancia- es obligar al profesional a permanecer en su pues-
miento laboral, evitación e inhibición en el trabajo. to sin nada que hacer.
Ese distanciamiento puede generalizarse al ámbito Dentro de las variables organizacionales, la
familiar o personal. Se hace el vago, se «pasillea» y ambigüedad de rol contribuye de manera muy
lo único que se busca es resolver asuntos personales. especial al burn out. La ambigüedad de rol ocurre
4. Burn out. Se llega a un punto de colapso físico, emo- cuando el profesional no tiene feedback sobre su
cional e intelectual que puede conllevar el traslado, propio rendimiento y percibe que no importa de-
el abandono del puesto de trabajo, las bajas continua- masiado al nivel que rinde, ya que en cualquier
das o arrastrar una vida laboral de permanente insa- caso, obtiene siempre la misma recompensa y
tisfacción o frustración. reconocimiento. Esta variable es un potente ante-
cedente de la baja realización personal (Gil-Mon-
parte, los escaladores y artesanos son los que más te, 2005) y constituye una de las razones prin-
satisfacción muestran con su trabajo debido, qui- cipales de la desmoralización de los funcionarios
zá, a que su desempeño laboral cotidiano siempre públicos. Aun cuando el trabajo en la función
tiene un objetivo concreto que conseguir. Los pública es visto en nuestro país como un privilegio

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Estrés / 131

por las condiciones laborales y la estabilidad en 4.3. La falta de apoyo social


el empleo, la realidad es que gran parte de los
funcionarios se identifican plenamente con el pro- Los efectos moduladores del apoyo social sobre
ceso de burn out descrito en la tabla 7.4. El nú- el estrés se han ido confirmando sistemáticamente
mero de bajas por depresión o estrés es sorpren- siguiendo distintas líneas de investigación. La ex-
dentemente alto. En la práctica, la función perimentación animal ha puesto de manifiesto, por
pública ha llegado a ser una burocracia que, por ejemplo, que la respuesta fisiológica de estrés a la
su propia estructura, anula o disminuye en gran estimulación aversiva entre primates depende, en
medida el desarrollo profesional. Los mejores y su magnitud, de si esa estimulación es aplicada en
peores profesionales reciben el mismo trato y, un medio desconocido o, por el contrario, de si es
hágase lo que se haga, no se obtiene ningún tipo aplicada en presencia de otros primates conocidos.
de reconocimiento adicional. Además, este tipo de La influencia del apoyo social en la salud queda
organización laboral propicia el aislamiento, en la perfectamente ilustrada en los datos de la relación
medida que cada individuo es responsable de un del sexo y el estado civil con la morbimortalidad
aspecto del trabajo que sólo a él le corresponde y causada por diferentes enfermedades asociadas al
los demás no siempre conocen. Esta burocracia se estrés (figuras 7.1 Y 7.2). Los datos indican que
asienta, además, en normas virtualmente imposi- tanto en hombres como en mujeres, los solteros y
bles de alterar. En muchos casos, las normas ex- especialmente los divorciados presentan un mayor
plícitas en el trabajo no son las que marcan la riesgo de desarrollar problemas de salud que aque-
dinámica laboral, sino otras implícitas que el tra- llas personas que permanecen casadas. En esta
bajador tarda en llegar a conocer. misma línea, Holt-Lunstad, Birmingham y Iones
Por su parte, el conflicto de rol es otra de las (2008) observaron que las personas casadas que se
variables organizacionales que también contribuye mostraban satisfechas con su matrimonio tenían una
al burn out. Ocurre cuando el profesional no puede medida ambulatoria de la presión arterial más baja
satisfacer las expectativas contradictorias que han y mostraban menos estrés y depresión que las per-
puesto en él otros miembros de la organización. sonas casadas insatisfechas con su matrimonio.
Esta variable es un potente antecedente del agota~ Además, también resultó significativo el hecho de
miento emocional del profesional (Lee y Ashforth, que las personas que permanecían solteras tenían
1996). un perfil en estos parámetros mejor que las personas
La prevención del burn out pasa, por lo tanto, insatisfechas con su matrimonio.
por la modificación de la estructura de la organi- Aunque se suele hablar de él de un modo unívo-
zación para eliminar las condiciones que lo cau- co, el apoyo social incluye dos dimensiones funda-
san. Sin embargo, si ello no posible, desde el mentales: la red social, definida por su tamaño y en
punto de vista psicológico, muchas personas tie- la que se contabilizan el número total de conocidos,
nen que aprender a convivir en una situación la- amigos y familiares, y la dimensión funcional de
boral que favorece su desgaste personal y profe- dicha red. Es decir, la capacidad de esa red para
sional. En este sentido, las estrategias que se han proporcionar apoyo emocional (empatía o confian-
propuesto incluyen, dada la naturaleza de los za), apoyo instrumental (ayuda en la solución de
problemas que los profesionales presentan, el los problemas) y apoyo informativo (Calvo y Díaz,
entrenamiento en habilidades sociales y asertivi- 2004).
dad para aprender a manejar las situaciones de Para explicar cómo opera el apoyo social en la
conflicto que acontecen en el trabajo, el entrena- modulación del estrés se han propuesto dos hipó-
miento en solución de problemas o, incluso, fa- tesis. La hipótesis del efecto directo postula que el
vorecer el apoyo social en el trabajo, ya que, como apoyo social es benéfico tanto en momentos estre-
veremos a continuación, este factor es decisivo santes como en momentos sin estrés, mientras que
en el control del estrés. la hipótesis de amortiguación subrayaría que el

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132 / Manual de psicología de la salud

800 -,-----

700 --1---

600

500

400

300

200

100

O
Infarto Cáncer Suicidio Úlcera

Casados Solteros Divorciados

Figura 7. l.-Tasa de muertes en hombres por cada 100.000 habitantes en Estados Unidos. Adaptada de Fisher, S. (1989).
Handbook of Lije Stress Cognition and Health. Chichester: John Wiley and Sonso

350 - , - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

300 -+----

250

200

150

100

50

O
Infarto Cáncer Suicidio Úlcera

Casadas Solteras Divorciadas

Figura 7.2.-Tasa de muertes en mujeres por cada 100.000 habitantes en Estados Unidos. Adaptada de Fisher, S. (1989).
Handbook of Lije Stress Cognition and Health. Chichester: John Wiley and Sonso

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Estrés / 133

efecto benéfico del apoyo social se daría básica- paración con el 45 por 100 de los participantes que
mente ante períodos de estrés. Los datos han subra- habían percibido esa calidez y cercanía con sus
yado la utilidad de ambas hipótesis. Así, se ha padres durante la infancia (Russek y Schwartz,
observado que cuando el apoyo social se mide en 1997). Obviamente, aunque este estudio no lo eva-
términos cuantitativos (número de personas con las luó, es muy posible que el apoyo social de los padres
se puede contar) los efectos directos se hacen evi- durante la infancia se pueda prolongar durante la
dentes. Sin embargo, el apoyo social medido en vida adulta.
términos cualitativos (calidad de relación con el Pero no sólo recibir apoyo social contribuye al
otro) se relaciona más estrechamente con la amor- bienestar, sino que proporciona apoyo a otras per-
tiguación del estrés (House, Landis y Umberson, sonas, sin llegar a la extenuación, como ocurre en
1988; Cacioppo y Hawkley, 2003). el caso de los cuidadores de pacientes de Alzheimer.
Esto quiere decir que no hay una relación direc- Se asocia con una mejor salud física y mental
ta entre el número de miembros que componen la (Brown, Nesse, Vinokur y Smith, 2003). Okamoto
red social de las personas y los efectos positivos y Tanaka (2004) constataron que el sentido de uti-
del apoyo social. Tener un amigo de confianza lidad actual para los otros en personas mayores
puede ser el apoyo social más efectivo, particular- predice una mayor longevidad de estas personas.
mente para los hombres. Por el contrario, las per- Esto, quizá, pueda ser atribuido a que dar apoyo y
sonas que pertenecen a redes sociales extensas desempeñar un papel dinámico en la vida propor-
pueden verse abrumadas, especialmente las mujeres ciona un propósito y un significado vital que ayuda
y en momentos de estrés, por el exceso de apoyo a permanecer a la persona activa física y mental-
en forma de información, ayuda y preocupación de mente (Rodríguez-Laso, Zunzunegui y Otero, 2007).
los que les rodean (Kawachi y Berkman, 2001). En Por todo lo expuesto, promover el apoyo social
definitiva, tal y como habían señalado Langner y puede constituir una herramienta muy importante,
Michael (1960), tener una docena de amigos cer- tanto para la prevención de determinados trastornos
canos puede no ser tan beneficioso como tener dos como, incluso, para optimizar los tratamientos mé-
o tres, aunque eso siempre sería mejor que carecer dicos y psicológicos. En este sentido, las personas
de red de apoyo. deben ser alentadas para reconocer sus posibles
El perfil de la persona que debe proveer el apo- fuentes de apoyo social y aprender cómo usarla de
yo social para que éste sea efectivo también ha sido la forma más efectiva. También queda el recurso de
objeto de estudio en la literatura. No todas las per- utilizar las redes que se generan ante un problema
sonas son igualmente útiles para dar apoyo en una común, como es el caso de las asociaciones que
situación determinada. Así, es conocido el hecho surgen en torno a intereses comunes, ya sean lúdi-
de que el apoyo emocional parece más efectivo cos o ligados a la enfermedad. Buscar nuevas fór-
cuando se recibe de las personas que están más mulas para promover el apoyo social en la sociedad
próximas y con las que se tiene una mayor compli- del individualismo sería un reto para la investigación
cidad, mientras que la información respecto a un en la psicología de la salud.
problema (enfermedad, litigo jurídico, etc.) suele
ser más valorado cuando proviene de un experto en
4.4. Los eventos vitales estresantes
el tema. El momento vital en el que se recibe apo-
yo también se asocia con la salud a lo largo de la Los eventos vitales estresantes son situaciones
vida. En un estudio prospectivo con un seguimien- caracterizadas, precisamente, por su impredecibi-
to de 35 años, se observó que el 91 por 100 de los lidad e incontrolabilidad y que han sido puestos en
participantes que no habían percibido una relación relación con el desarrollo de la enfermedad física.
cercana y cálida con sus madres y sus padres (eva- Holmes y Rahe (1967) fueron los primeros inves-
luada durante su etapa escolar) tenían un mayor tigadores que, de un modo empírico, corroboraron
número de diagnósticos de enfermedades en com- esa relación, que explícitamente forma parte de la

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134 / Manual de psicología de la salud

tradición popular. Holmes y Rahe probaron esta en algunos casos la eliminación de dichos ítems
hipótesis a través del Social Readjustment Rating debilita la relación entre enfermedad y eventos
Scale (SRRS, véase tabla 7.7) un cuestionario que vitales, en otros apenas parece afectar a la relación.
proporciona un índice cuantitativo en unidades de Otros estudios sugieren que son los aconteci-
cambio de vida (UCV). Se observó que la acumu- mientos incontrolables y negativos los que muestran
lación de una alta puntuación a lo largo de un pe- una relación más estrecha con la enfermedad. Así,
ríodo de tiempo determinado incrementaba el ries- por ejemplo, se ha observado que la muerte de un
go de enfermedad física; sin embargo, también se hijo se asocia con un incremento significativo, en-
constató que no era posible, a partir de este cues- tre 10 y 18 años después de su fallecimiento, de la
tionario, hacer predicciones específicas sobre el tipo mortalidad materna, tanto por causas naturales como
de enfermedad asociada a un rango de puntuaciones por causas no naturales y de la mortalidad paterna
en particular. por causas no naturales (Li, Precht, Mortensen y
En los primeros estudios retrospectivos de Hol- Olsen, 2003). La muerte inesperada de un hijo
mes y Rahe (1967) se observó que había un incre- también incrementa el riesgo de los padres de pa-
mento en UCV en los dos años anteriores a la en- decer un infarto de miocardio (Li, Hansen, Morten-
fermedad. Los resultados mostraron que por sen y Olsen, 2002), de ser hospitalizados por la
debajo de 150 UCV no había razón para esperar un diabetes tipo 2 (Olsen, Li y Precht, 2005) y por
problema de salud; entre 150 y 300 UCV, aproxi- enfermedades psiquiátricas (Li, Laursen, Precht,
madamente la mitad de los individuos decían haber Olsen y Mortensen, 2005).
padecido algún tipo de enfermedad durante el año Todas estas cuestiones han provocado que los
siguiente y, por encima de 300 UCV, el riesgo de investigadores hayan desarrollado nuevas medidas
enfermar se situaba en torno al 70 por 100. No de eventos vitales que intentan mejorar la medida
obstante, el valor predictivo de las escalas de even- del estrés proporcionando listas más ajustadas de
tos vitales presenta algunos problemas, entre los los mismos. En concreto, adaptadas al castellano
que destaca el que el momento de inicio de la en- pueden encontrarse en Valdés y Flores (1985) y
fermedad puede ser desconocido. Por todo ello, en Labrador (1992).
este tipo de estudios, el momento a partir del cual En cualquier caso, en la actualidad parece ha-
se registran los eventos vitales y la enfermedad se berse aceptado que los eventos vitales tienen una
presenta como el principal problema a resolver. relación efectiva con la salud, pero que explican
Además, se han levantado algunas otras críticas entre ellO y el15 por 100 de la varianza total de
a la SRRS. Se ha cuestionado que los 43 ítems no la enfermedad, por lo que aunque se puede asumir
son una muestra válida de todos los eventos vitales la significatividad de su efecto en términos estadís-
posibles. Las escalas más recientes han llegado a ticos, ello no supone una significación clínica en
incluir 100 o más eventos. Además, se ha dicho que cada caso en particular. Así, mientras algunas per-
a alguno de los ítems le falta especificidad (por sonas que están expuestas a hechos vitales estre-
ejemplo, «cambio en el estado financiero») y, sobre santes se ponen enfermas, otras muchas no sucum-
todo, que algunos ítems, tales como «enfermedad ben a la enfermedad.
o lesión grave» o «cambios en los hábitos alimen- A pesar de todos estos matices que configuran
ticios» pueden reflej ar más que predecir la enfer- la relación entre hechos vitales y enfermedad, esa
medad física y psíquica. En esta línea se ha seña- relación se da también entre las complicaciones más
lado que 29 de los 43 ítems pueden ser vistos como comunes de la vida cotidiana y la salud. Existen
reflejo de la enfermedad. Los estudios que han algunos científicos que opinan que dada la gran
comparado el poder predictivo de las escalas de frecuencia con que se presentan esas complicacio-
eventos vitales, incluida la SRRS, con o sin ítems nes, su influencia acumulativa sobre la salud puede
relacionados con la enfermedad han obtenido re- ser, incluso, más fuerte que la de los hechos vitales
sultados divergentes (Bishop, 1994). Mientras que más traumáticos pero menos habituales. Quizá una

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Estrés / 135

TABLA 7.7
The Social Readjustment Rating Scale

l. Muerte del cónyuge 100 23. Hijos que abandonan el hogar 29


2. Divorcio 73 24. Problemas con la ley 29
3. Separación conyugal 65 25. Éxito personal importante 28
4. Encarcelamiento o confinamiento 63 26. Esposa que empieza o deja de trabajar 26
5. Muerte de un familiar cercano 63 27. Comienzo o final de la escolarización 26
6. Enfermedad o lesión grave 53 28. Cambio en las condiciones de vida 25
7. Matrimonio 50 29. Cambios en los hábitos personales 24
8. Pérdida de empleo 47 30. Problemas con el jefe 23
9. Reconciliación conyugal 45 3l. Cambios en las condiciones u horario de
10. Jubilación 45 trabajo 20

1l. Cambio en la salud de un familiar 44 32. Cambio de residencia 20

12. Embarazo 40 33. Cambio de escuela 20

13. Dificultades sexuales 39 34. Cambio en hábitos de ocio 19

14. Llegada de un nuevo miembro de la familia 39 35. Cambio en las actividades religiosas 19

15. Reajuste en los negocios 39 36. Cambio en las actividades sociales 18

16. Cambios importantes en el estado financiero 38 37. Desembolso de dinero 17

17. Muerte de un amigo próximo 37 38. Cambio en los hábitos de sueño 16

18. Cambio del tipo trabajo 36 39. Cambio en el número de personas que con-
viven en familia 15
19. Cambio en la frecuencia de las discusiones
con el cónyuge 35 40. Cambio en los hábitos de alimentación 15

20. Desembolso importante de dinero 31 4l. Vacaciones 15

2l. Vencimiento de hipoteca o préstamo 30 42. Navidades 12

22. Cambio de responsabilidades en el trabajo 29 43. Pequeñas transgresiones de la ley 11

ilustración muy llamativa se encuentre en la creen- nivel de estrés. Los investigadores, durante el año
cia popular, experimentalmente confirmada, de que anterior a este experimento, habían registrado los
el estrés facilita la aparición del resfriado común y acontecimientos vitales que cada sujeto había pa-
la gripe. decido, la medida subjetiva en que los sujetos se
Uno de los trabajos más convincentes en este consideraban incapaces de hacer frente a esas de-
sentido fue el realizado por Cohen, Tyrrel y Smith mandas vitales y su estado emocional. Los volun-
(1991), quienes reclutaron a 420 personas sanas e tarios, entonces, fueron expuestos a una dosis ha-
instalaron a todos estos voluntarios en la célebre bitual de virus del resfriado en forma de gotas
Unidad de Resfriado Común del Consejo Británico nasales. Durante la semana siguiente se hizo el
de Investigación Médica en Salisbury (Inglaterra). seguimiento de los sujetos para comprobar si habían
A continuación se aplicó una batería de pruebas sido infectados y, en tal caso, si habían desarrolla-
psicológicas para evaluar su estado emocional y su do síntomas clínicos. Los resultados fueron conclu-

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136 / Manual de psicología de la salud

CUADRO 7.5 yentes, tanto el riesgo de contagiarse del virus como


el riesgo de desarrollar síntomas clínicos aumenta-
¿ Qué es primero, la emoción o la cognición?
ban en proporción directa a la cantidad de estrés a
Lazarus y Folkman (1984) desarrollaron una teoría la que habían estado expuestos.
que ha calado enormemente en el estudio de los procesos La correlación, por lo tanto, entre estrés, infec-
psicológicos. De acuerdo con ella, el estrés se entiende ción y enfermedadfue claramente significativa. Las
en términos de la interpretación cognitiva que la persona
realiza de los acontecimientos potencialmente estresan- personas que habían experimentado los niveles de
tes. De un modo más específico, estos autores señalan estrés más elevados multiplicaban por 6 las proba-
que cuando una persona se enfrenta a una situación de bilidades de ser infectadas por el virus respecto a
estrés (por ejemplo, una inundación en su casa o la rea- los que mostraban niveles bajos de estrés, y multi-
lización del examen de conducir) valorará la cantidad de
peligro potencial, así como los recursos que tiene dispo- plicaban por 2 el riesgo de desarrollar la enferme-
nibles para hacer frente a los mismos. La persona, en- dad. Esos resultados se confirmaron una vez que se
tonces, experimentará estrés en la medida que perciba corrigió estadísticamente la influencia que otras
que la amenaza excede sus recursos disponibles par a
hacer frente a la situación. La evaluación inicial de la variables pudieron tener en la relación, tal como la
amenaza a través de la cual la persona valora la cantidad edad, el sexo o el consumo de tabaco. A la luz de
de peligro potencial se denomina valoración primaria, esta y otras muchas investigaciones que han llega-
mientras que la evaluación de los recursos disponibles
para hacer frente y controlar la situación se denomina
do a conclusiones similares, parece claro que el
valoración secundaria. Esta distinción se ha utilizado estado emocional de las personas, y concretamente
para demostrar el importante papel que, supuestamente, el estrés, puede modificar sustancialmente la pro-
tienen los procesos cognitivos en la emoción o el estrés. babilidad de contagio a través de virus y bacterias,
No obstante, este planteamiento, a pesar de su populari-
dad, no está exento de críticas muy bien fundamentadas, además de afectar la probabilidad de desarrollar la
especialmente las presentadas por Zanjonc (1984) dentro enfermedad.
su polémica escrita con Lazarus (Amigo, 1991). Zanjonc
ha cuestionado que se defienda la existencia de una va-
loración cognitiva primaria que antecede a la emoción, 4.5. El modo de afrontar la situación
incluso particularmente en aquellas situaciones en las
que es imposible demostrar que ocurra dicha valoración. Las estrategias utilizadas por las personas para
Por otra parte, Lazarus también ha argüido que la valo-
ración primaria siempre existe, aun cuando ésta no deba hacer frente a las situaciones estresantes están des-
ser necesariamente deliberada. Asumir esto supone, según critas detalladamente en la literatura. En la tabla
Zanjonc, caer dentro de una argumentación circular; la 7.8 se recoge una taxonomía de las mismas. Bási-
cognición es un antecedente necesario de la emoción y camente, dichas estrategias se suelen dividir en dos
cuando ésta se suscita sin la posibilidad de evidenciar
aquélla, es la segunda la que justifica la presencia de la grandes categorías, las estrategias centradas en el
primera. En efecto, es difícil entender que los sujetos se problema y las estrategias centradas en la emoción.
desdoblen en una reflexión sobre lo que pasa para después Las primeras tienen como elemento común el in-
sentir lo que decidan sentir, y, por otro lado, aun si fue-
ran así las cosas, quedaría la petición de principio de tento, por parte del individuo, de cambiar la situa-
cómo ha surgido la cognición, que tendría que ser expli- ción y resolver así el problema. Éstas incluyen la
cada a su vez por la situación. acción directa, como, por ejemplo, tratar de clari-
Más bien parecería que la interpretación cognitiva es
a menudo simultánea a la reacción emocional. Las per- ficar la situación problemática con la persona en
sonas no suelen tomarse un tiempo ante una situación de conflicto, tratar de llegar a un acuerdo con ella o
estrés para decidir una cognición adecuada y luego sen- tomar alguna decisión con la que poner fin al pro-
tir conforme a ella. La rapidez con que una situación da blema. Con este tipo de estrategias se trataría de
lugar a una emoción sugiere un aprendizaje previo, en
virtud de lo cl!al la emoción es ya la interpretación del resolver el problema de raíz.
hecho (Pérez Alvarez, 1996). Las estrategias centradas en la emoción tienen
Obviamente, lo expuesto en este cuadro no pretende como elemento común los esfuerzos de la persona
cerrar la polémica sobre un tema de discusión tan recu-
rrente en la literatura psicológica, sino abrirlo para su para controlar el distrés emocional que la situación
reflexión y discusión sobre sus implicaciones clínicas. provoca. Estas estrategias suelen ser puestas en
marcha cuando la persona cree que no puede hacer

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Estrés / 137

TABLA 7.8
Taxonomía de las estrategias de afrontamiento

Estrategias centradas en el problema


- Afrontamiento activo. - Consiste en adoptar las medidas necesarias para cambiar o evitar
la situación estresante o aliviar sus efectos.
- Cancelación de actividades en competencia. - Consiste en abandonar temporalmente todas las actividades para
centrarse en la situación estresante.
- Retrasar el abordaje del problema. - Consiste en esperar la oportunidad apropiada para actuar.
- Búsqueda de apoyo social por razones prác- - Consiste en buscar consejo, asistencia o información sobre lo que
ticas. hacer.
- Planificación. - Consiste en pensar y programar los pasos a dar para tratar de ma-
nejar la situación.

Estrategias centradas en la emoción


- Búsqueda de apoyo social por razones emo- - Consiste en buscar apoyo moral, simpatía o comprensión.
cionales.
- Aceptación. - Consiste en aceptar la realidad de la situación.
- Negación. - Consiste en negar la realidad de la situación.
- Volcarse en la religión. - Consiste en rezar y buscar la ayuda de Dios o el confort en la re-
ligión.
- Reinterpretación positiva. - Consiste en buscar el lado bueno de la situación.
- Centrarse y/o desahogarse emocionalmente. - Consiste en ver por qué es estresante la situación y comunicar
todos esos sentimientos de tensión.
- Evitación conductual - Consiste en volcarse en otras actividades para distraerse de la si-
tuación estresante.
- Evitación mental. - Consiste en ocuparse mentalmente de otros asuntos para no pensar
en la situación estresante.

Adaptada de Labrador (1992).

nada realmente efectivo para modificar la situación estrategias pueden ser una fuente importante de
problemática. En la mayor parte de los casos, las frustración si la persona se está enfrentando a cir-
estrategias centradas en la emoción van dirigidas a cunstancias que difícilmente puede cambiar. En este
reducir la tensión emocional, tal como ocurre cuan- último caso, las estrategias de afrontamiento cen-
do una persona se enfrenta a un examen o recibe tradas en la emoción serán, seguramente, las más
un diagnóstico que confirma un problema serio de útiles.
salud. No obstante, esas mismas estrategias pueden Por otra parte, la efectividad de una estrategia
ir dirigidas a incrementar la tensión emocional de también depende del marco temporal que se consi-
los sujetos, tal como suelen hacer los atletas de dere. De hecho, algunas estrategias que son efecti-
elite antes de iniciar la competición. vas a corto plazo para reducir el estrés puede que
Ante tal diversidad de posibilidades la pregunta no sean útiles para ayudar a la persona a manejar
sería ¿qué tipo de esas estrategias es más efectiva? el estrés a largo plazo, y viceversa. En un meta-
Obviamente, la respuesta a esta cuestión depende análisis realizado sobre el tema, se analizó la efec-
en gran medida de la situación. Aunque cualquiera tividad de las estrategias de evitación y de no evi-
de las estrategias orientadas a solucionar el proble- tación para el manejo del estrés a corto y a largo
ma es la más adecuada cuando hay alguna razón plazo. Las tácticas de evitación son aquellas en las
para creer que se puede cambiar la situación, dichas que la persona intenta dirigir la atención lej os de la

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138 / Manual de psicología de la salud

fuente de estrés o lejos de su propia reacción al puede encontrar en los casos de infarto de miocar-
mismo, mientras que las tácticas de no evitación dio. Durante la fase aguda del proceso, es decir, en
son aquellas en las que la persona centra su atención los primeros momentos tras el infarto, la negación
en la fuente de estrés o en sus efectos. En general, (rechazar explícitamente el hecho de haber sufrido
parece haberse constatado que las estrategias de dicho accidente cardíaco) parece relacionarse con
evitación parecen más efectivas a corto plazo, es- un mejor pronóstico durante el proceso de recupe-
pecialmente si el énfasis se coloca en el control de ración, mientras que una reacción de negación a
las emociones, mientras que las tácticas de no evi- largo plazo puede tener consecuencias muy perju-
tación producen mejores resultados a largo plazo diciales sobre el curso de la enfermedad, al impedir
(Carver, Scheier y Weintraub, 1989). Por lo tanto, el adecuado cumplimiento de las medidas higiéni-
las estrategias de evitación pueden ser útiles para co-terapéuticas.
amortiguar el shock inicial que puede provocar la Pero es que, además, el modo de manejar las
situación alarmante, pero la resolución a largo pla- situaciones de estrés afecta directamente a las res-
zo depende, en gran medida, del manejo directo de puestas fisiológicas del organismo. Uno de los ejem-
la misma. Un ejemplo muy ilustrativo de ello se plos más ilustrativos parece haberse observado en

CUADRO 7.6
El papel de la aceptación en el control emocional

De la mano de la terapia de aceptación y compromiso tas a un asunto que nos preocupa, agita o entristece se
(ACT), la aceptación, como estrategia de control emocio- torna, generalmente, en un doble sufrimiento. Por un lado,
nal, es un concepto sobre el cual se están poniendo en la la preocupación genuina que se tiene y, por otro, el estrés
actualidad muchas expectativas terapéuticas (Wilson y que provoca tratar de eliminarla.
Luciano, 2002; Hayes y Strosahl, 2004). En primer lugar, Frente a otras opciones para hacer frente el estrés, como
es necesario puntualizar la diferencia entre lo que es la las estrategias basadas en la evitación mental o conductual
aceptación y la resignación, ya que en el lenguaje coloquial antes señaladas, la práctica de la aceptación supone no opo-
se utilizan indistintamente. Mientras que la resignación ner resistencia a esos eventos internos mientras se sigue con
implica la renuncia voluntaria al control sobre algún ám- la vida cotidiana. La metáfora de la pantalla del ordenador
bito de la vida, la aceptación, por el contrario, se refiere se utiliza dentro de la ACT para explicar este punto. Básica-
al hecho de recibir voluntariamente aquello que viene dado. mente, se podría contar así. Imagínese que una persona está
El matiz es importante, puesto que aceptación no implica trabajando con el ordenador yen un momento determinado
renunciar al control de la vida, sino renunciar al control aparecen mensajes en la pantalla insultantes del tipo «no
de aquello que no se puede controlar. sirves», «no vales para nada», «volverás a fracasar». La
Como hemos señalado, el control desempeña un papel persona, rápidamente, reacciona y encuentra que pulsando
sustancial en la forma de experimentar el estrés. Desde una tecla el mensaje desaparece. Pero, en lugar de seguir con
esta perspectiva, la aceptación se plantea como una forma su trabajo, se dedica a estar vigilante por si esos mensajes
de eliminar el estrés que provoca el intento de controlar aparecen de nuevo para borrarlos inmediatamente. El resul-
aquello que no es controlable. El ejemplo paradigmático tado de esa actitud es que su vida queda limitada a la panta-
de este hecho tiene que ver con el control del pensamien- lla y sumida en una tensión permánente por si aparecen esos
to. El ser humano puede ejercer un control directo sobre mensajes para borrarlos. Su trabajo se toma entonces una
muchos de sus comportamientos y planificar cosas que fuente permanente de tensión. En la misma medida, esa
inmediatamente se transforman en actos. Sin embargo, persona pierde las oportunidades de mirar a otro sitio y dis-
nuestro mundo interno no funciona de la misma manera. frutar de todo aquello que le rodea y que es mucho más
y si hay algo que no es posible, es no pensar en algo. Las agradable que los mensajes de la pantalla. Por el contrario,
personas no pueden no pensar en algo. Si tratamos de no ante esos mismos mensajes otra persona, en vez de tratar de
pensar en un limón amarillo, estamos viendo un limón borrarlos, puede limitarse a observarlos, pero continúa con
amarillo (Wegner, 1994). Del mismo modo, todos los su trabajo. Esos mensajes están ahí, pero no cambian el
esfuerzos que se hacen en no querer seguir dándole vuel- sentido de su vida. Los ha aceptado.

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Estrés / 139

el caso de la presión arterial. Las personas que ante ticipe con mucho miedo cualquier otra situación
una situación de conflicto interpersonal usan un difícil en su vida.
estilo de afrontamiento reflexivo, a través del cual
analizan el modo de reaccionar del otro e intentan,
bien razonar o bien retrasar su reacción hasta en- 5. TÉCNICAS PARA EL CONTROL
contrar un momento más propicio para aclarar la DEL ESTRÉS
situación, muestran una elevación de la presión
arterial mucho menor que quien responde directa- Dentro de las técnicas para el control del estrés
mente con ira o negando la situación. destacaremos, en este apartado, aquellas que lo que
Finalmente, cabría señalar que si bien todas las buscan es facilitar la desactivación del organismo
personas utilizan diferentes estrategias para afron- y que incluyen, entre otras, el entrenamiento en
tar las situaciones complicadas que le afectan a lo relajación muscular progresiva, el biofeedback o
largo de su vida, parece que se podría hacer una las distintas formas de meditación. A pesar de la
distinción entre aquellos que las manejan de un conocida utilidad de las mismas, es necesario deli-
modo satisfactorio y los que no lo hacen así (La- mitar su potencial, ya que se han creado muchos
brador, 1992; Muller y Spitz, 2003). Los primeros, mitos entorno a ellas. En este sentido, a veces se
a los que se les ha denominado individuos autoefi- sostiene que cuando una persona está muy estresa-
caces, son los que en cualquier situación de estrés da, por ejemplo, fruto de una discusión con un
se preocupan, en primer lugar, por saber qué es lo compañero de trabajo, lo que podría hacer para
que la situación les demanda. Para ello, buscan relajarse es escuchar su CD de relajación. Nada más
información, estudian las características de la si- lejos de la realidad. Cuando alguien se encuentra
tuación y planean la forma de salir de ella. Esto les profundamente airado y alterado ni suele acordarse
suele permitir seleccionar las conductas más ade- de la relajación ni tan siquiera quiere relajarse.
cuadas para hacer frente y poner fin a la situación Además, como es de sobra conocido, el control se
de estrés. En este proceso se activan intensamente, suele perder en cuestión de décimas de segundo;
pero como suelen ser capaces de resolver pronto la sin embargo, recuperar la calma suele llevar horas
situación, dicha activación también se disipa rápi- o incluso días.
damente y, por consiguiente, los efectos indeseables Desde este punto de vista, cabría preguntarse
de ese estado les afectarán en menor medida. Ade- cuál sería entonces la utilidad de las técnicas de
más, en el futuro, este modo de proceder les per- desactivación. Posiblemente, su eficacia provenga
mitirá percibir las situaciones de estrés como menos de su capacidad para prevenir la pérdida de control.
estresantes, en la medida que saben que pueden Las práctica de las técnicas de relajación parece que
superar muchas situaciones de este tipo. Frente a puede provocar cambios en el comportamiento de
estos se situarían los que se denominan individuos las personas, incrementando la conciencia sobre lo
autorreferentes, quienes en lugar de centrarse en la que significa estar relajado a lo largo del día y
situación para poder hacerle frente, tienden a cen- ayudándoles a prevenir situaciones que conlleven
trarse en sí mismos preocupándose por cómo dicha mucho estrés, favoreciendo la aceptación de su
situación les afecta o cómo les puede llegar a afec- situación personal o reduciendo sus intentos de
tar, comparándose sistemáticamente con otros. Dan luchar con situaciones incontrolables (J ohnston,
vueltas constantemente al problema sin buscar fuen- 1986; Kabat-Zinn, 2004).
tes adicionales de información y se centran mucho
en los síntomas psicofisiológicos que experimentan,
5.1. Técnicas de relajación muscular
formulando constantes autocríticas. Es decir, actúan
de un modo que dificulta, en gran medida, obtener Existen diversas técnicas de relajación muscular,
la información y los recursos necesarios para salir pero una de las más utilizadas y mejor estudiadas
de la situación y todo ello hace que la persona an- desde un punto de vista científico es la desarrollada

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140 / Manual de psicología de la salud

por Edmund Jacobson a finales de la década de los la onda respiratoria por largas pausas posespirato-
treinta. Este autor dedicó sus primeros estudios a rias, con aumento del volumen de ventilación y
investigar la reacción de miedo y sobresalto que se predominio de la respiración abdominal. Se inclu-
produce ante un ruido inesperado. Dentro de esta ye también una disminución de la actividad simpá-
línea de trabajo, comenzó a entrenar a los sujetos tica general, disminución en los niveles de secreción
a relajar su musculatura esquelética, observando de adrenalina y noradrenalina por las glándulas
que, cuando éstos se relajaban, no se producían suprarrenales, disminución del consumo de oxíge-
sobresaltos ante la ocurrencia del ruido repentino. no y eliminación de anhídrido carbónico sin cambios
Fruto de este trabajo fue el desarrollo del primer en el cociente respiratorio y, finalmente, reducción
programa estandarizado del entrenamiento en rela- en el nivel de ácido láctico en la sangre arterial.
jación muscular. Sin embargo, el procedimiento de Esta capacidad para provocar la desactivación
Jacboson requería una cantidad excesiva de tiempo del organismo es la razón por la que el entrenamien-
(más de cincuenta sesiones y dos horas de inducción to en relajación muscular se utiliza en el tratamien-
en cada sesión), por lo que, posteriormente, otros to de muchos trastornos psicofisiológicos asociados
investigadores lo simplificaron diseñando programas al estrés, tales como la hipertensión arterial, el in-
de entrenamiento que duran en torno a ocho sema- testino irritable o el dolor crónico. En los capítulos
nas y que supone un práctica diaria de no más de correspondientes, se citarán los estudios que han
quince minutos. mostrado dichos efectos. Además, el entrenamien-
Diversas variaciones del procedimiento son am- to en relajación muscular también se ha mostrado
pliamente aplicadas hoy en día por los profesiona- útil para el control de la ansiedad y las alteraciones
les, pero todas tienen en común dos elementos de ánimo provocados por los acontecimientos co-
característicos. Por un lado, la contracción y la tidianos (Szabo y Hopkinson, 2007; Manzoni, Pag-
subsiguiente relajación de los grupos musculares nini, Castelnuovo, Molinari, 2008).
de todo el cuerpo y, por otro, la concentración de
la atención en las sensaciones fisiológicas que se
5.2. Técnicas de biofeedback
producen durante la tensión y distensión de los
músculos. Se ha constatado que cuanto más dura- Otro conjunto de técnicas que también han mos-
dera es la contracción de un grupo muscular, de trado su eficacia en el control del estrés, son las
hasta 15 segundos según uno de los procedimientos llamadas técnicas de biofeedback. Estas técnicas
más utilizados (Bernstein y Borkovec 1983), más aparecieron allá por los setenta, fruto de la conver-
profunda es la relajación muscular subsecuente, gencia de la investigación médica y psicológica con
medida a través de la actividad electromiográfica. los avances de la tecnología biomédica que permi-
Los efectos del entrenamiento en relajación mus- tieron el desarrollo de instrumentos electrónicos
cular suelen ser superiores al efecto del descanso, capaces de transmitir información a las personas
y se optimizan cuando el sujeto dirige su atención, sobre el nivel de actividad de su sistema nervioso
específicamente, hacia las sensaciones corporales autónomo y de su musculatura en forma de señales
durante los momentos en los que los músculos están visuales o auditivas muy fáciles de comprender por
distendidos. Entre tales efectos se encuentran: la el usuario.
disminución de la tensión muscular, la disminución Es por ello que el biofeedback también se ha
de la frecuencia e intensidad del ritmo cardíaco, el mostrado como una herramienta útil para enseñar
aumento de la vasodilatación arterial, con el consi- a las personas a controlar su respuesta de estrés,
guiente incremento en el riego periférico y en la aprendiendo a relajarse muscularmente o reducien-
oxigenación celular, cambios en el patrón respira- do la actividad de la rama simpática del sistema
torio, con una disminución en la frecuencia, además nervioso autónomo. Por extensión, también se apli-
de un aumento en la intensidad y en la regularidad ca con cierto éxito a algunos trastornos habitual-
del ritmo inspiratorio-espiratorio, caracterizándose mente relacionados con el estrés, como son la ce-

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Estrés / 141

falea tensional, la migraña, el bruxismo, el dolor como la cefalea tensional. Finalmente, cabe decir
crónico benigno o la enfermedad de Raynaud. que la instrumentación de biofeedback suele pro-
Por su propia naturaleza, el biofeedback consti- vocar una reacción de confianza y seguridad en el
tuye, a menudo, parte de los programas de entrena- tratamiento que es muy importante en cualquier
miento en relajación destinados a reducir la tensión proceso de curación.
física y emocional que pueden desencadenar y em-
peorar algunas alteraciones de la salud. Algunos
5.2.1. Los cinco tipos de biofeedback
investigadores sostienen que el éxito que el entre-
más utilizados
namiento en biofeedback tiene en dichas alteracio-
nes se debe al aprendizaje de la relajación que tal Las formas más comunes de biofeedback y los
técnica promueve. trastornos a los que se aplican son las siguientes:
En este sentido, no se ha de olvidar que la meta
de los programas de entrenamiento en relajación es Biofeedback electromiográfico (EMG). Se
reducir la tensión muscular y modificar los patrones utiliza para medir la tensión muscular, para
inadecuados de respiración de cara a aliviar la sin- lo cual los sensores se sujetan sobre la piel
tomatología asociada al estrés y la ansiedad. De un con objeto de detectar la actividad eléctrica
modo más específico, los objetivos del entrenamien- en la zona donde se localiza la tensión mus-
to en relajación a través del biofeedback incluyen cular. Este aparato de biofeedback amplifica
la reducción del número de ocasiones a lo largo del y convierte esta actividad en información útil
día durante las cuales la persona puede llegar a para el paciente. En el monitor aparece una
estar tensa, así como la intensidad y duración de graduación de los niveles de tensión muscu-
esa tensión, además de aprender a disfrutar de es- lar y le indica si está reduciendo o elevando
tados cada vez más profundos e intensos de relaja- esa tensión muscular en función de cual sea
ción muscular. Es evidente que muchas personas, el objetivo del entrenamiento. Entre los pro-
tal como vimos en el apartado anterior, pueden blemas habituales para los que se usa satis-
alcanzar todos esos objetivos sin la necesidad del factoriamente esta técnica se encuentran las
biofeedback, por lo que cabría preguntarse si toda cefaleas tensionales y la migraña, la rehabi-
esta tecnología es necesaria o aporta algo a este tipo litación física, el dolor muscular crónico, la
de tratamientos y problemas. En muchos aspectos incontinencia y la ansiedad.
parece que sí. Una persona, por ejemplo, puede Biofeedback de temperatura. Se utiliza para
sentirse subjetivamente relajada, pero los indicado- medir cambios muy pequeños de la tempe-
res psicofisiologicos sobre su actividad electromio- ratura de la piel, como índice de los cambios
gráfica o actividad electrodermal pueden mostrar del flujo sanguíneo provocados por la dila-
una escasa respuesta de relajación. De esta forma tación y constricción de los vasos sanguíneos.
el biofeedback garantiza el aprendizaje del control Para ello se sujeta un sensor sensible a la
voluntario de algunos estados psicofisiológicos de temperatura sobre la piel, habitualmente en
relax, además del estado subjetivo, y de facilitar un dedo. El aparato proporciona, de forma
dicho aprendizaje al proporcionar una información visual o auditiva, información sobre los cam-
directa e inmediata a la persona sobre los cambios bios que se van produciendo. Una tempera-
que se están produciendo en su organismo. Por otra tura baja de la piel indica un decremento de
parte, a través del biofeedback se puede aprender a flujo de sangre en esa área. En particular, las
discriminar muy específicamente las sensaciones manos o los pies fríos pueden significar una
de tensión y relajación en partes concretas del cuer- cierta activación del sistema nervioso autó-
po. Así, por ejemplo, se puede aprender a relajar nomo. A través de esta señal de feedback se
específicamente los músculos de cuello y hombros, puede aprender a reducir la constricción de
lo cual puede ser muy útil en algunos trastornos las arterias en las manos y los pies. Entre los

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142 / Manual de psicología de la salud

problemas habituales para los que se usa través de una relajación general (Carrobles
satisfactoriamente esta técnica se encuentran y Godoy, 1987; López, Sosa, Capafons y
la migraña, la enfermedad de Raynaud, la Avero, 1998).
hipertensión, la ansiedad y control del estrés
a través de una relajación general.
5.. 3.. Las diversas formas de la meditación
- Biofeedback de la actividad electrodermal. Se
trascendental
utiliza para medir los cambios en la actividad
de las glándulas sudoríparas para lo cual se Las técnicas de meditación tuvieron su origen en
suelen colocar dos sensores en las yemas de los albores del hinduismo en la India, hace más de
dos dedos. Estos producen una minúscula 5.000 años, y pueden considerarse como los prime-
corriente eléctrica que mide la conductancia ros procedimientos formales para el control de la
de la piel basándose en la cantidad de hume- tensión emocional. Su utilidad para el control del
dad presente. Como es de sobra conocido, el estrés y, sobre todo, para el tratamiento de determi-
aumento de la sudoración suele indicar un nadas alteraciones emocionales, ha estado en un
aumento del nivel de activación autonómica debate permanente. Sin embargo, en los últimos años
y emocional. De hecho, pensamientos estre- han aparecido un gran número de investigaciones
santes, respiraciones rápidas y profundas o que muestran su efectividad en aquellos pacientes
sentirse asustado pueden incrementar la su- que finalizan los programas de entrenamiento. Ade-
doración. Entre los problemas habituales para más de promover reducciones significativas de la
los que se usa satisfactoriamente esta técnica presión arterial (Rainforth, Schneider, Nidich, Gay-
se encuentran la hiperhidrosis (una alteración lord-King, Salerno y Anderson, 2007), también se
caracterizada por la hiperactividad de las glán- ha relacionado con un descenso de la mortalidad por
dulas sudoríparas), la ansiedad y control del accidentes cardiovasculares y cáncer (Schneider,
estrés a través de una relajación general. Alexander, Staggers et al. 2005). Sin embargo, en la
- Biofeedback del pulso. Mide la frecuencia literatura científica se señalan críticamente las incer-
del pulso y su fuerza (cantidad de sangre en tidumbres que rodean la investigación sobre la prác-
cada pulso cardíaco). Se coloca un sensor en tica de la meditación. Por un lado, las diferencias
un dedo que mide la actividad del corazón y teóricas y prácticas de las distintas formas de medi-
que está indicando el grado de activación del tación que se utilizan en los estudios, y, por otro, la
sistema nervioso autónomo. Entre los pro- falta de calidad y problemas metodológicos de los
blemas habituales para los que se puede usar mismos. Se insiste en la necesidad de corregir estas
esta técnica se encuentran la enfermedad de limitaciones antes de poder establecer conclusiones
Raynaud, la hipertensión y algunas arritmias firmes sobre los beneficios de la práctica de la me-
cardíacas. ditación (Ospina, Bond, Karkhaneh et al., 2007).
- Biofeedback de la respiración. Mide la fre- En la actualidad, un tipo particular de medita-
cuencia, volumen, ritmo y localización (pe- ción, el mindfulness, que entronca con la de tradi-
cho y abdomen) de la respiración. Se colocan ción budista y que ha sido popularizada en occiden-
los sensores alrededor del pecho y el abdo- te por Jon kabat-Zinn, ha levantado un especial
men y se da a la persona un feedback visual interés dentro del campo de la psicología clínica,
de cómo esta respirando, de esta manera en particular, dentro de las nuevas terapias conduc-
puede aprender a respirar más profunda, len- tuales, también denominadas terapias de contextua-
ta y regularmente utilizando los músculos les (Vallejo, 2006). En esencia, el mindfulness en-
abdominales. Entre los problemas habituales seña a la persona a centrarse en el momento
para los que se usa satisfactoriamente esta presente de un modo activo, procurando evitar cual-
técnica se encuentran el asma, la hiperven- quier valoración de lo que se siente y percibe en
tilación, la ansiedad y control del estrés a cada momento. Muy en la lógica de la terapia de

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Estrés / 143

CUADRO 7.7
La oración como un ejercicio de meditación trascendental

Como es de sobra conocido, los dos componentes codificó en el siglo XIV en el Monte Athos, en Grecia,
básicos de la meditación trascendental son la repetición donde la técnica es todavía conservada en los monasterios
de un sonido, que es lo que habitualmente se conoce como bizantinos, se realizaba prestando atención a la respiración
mantra, y cuyo objeto es minimizar la distracción, y, en y pronunciando en voz baja la siguiente rogativa: «Señor
segundo lugar, desatender de una forma pasiva los pensa- Jesús, ten compasión de mí». Se rezaba desatendiendo
mientos que pueden aparecer a lo largo de la misma, en pasivamente a los pensamientos que iban apareciendo en
cuyo caso se debe retomar la repetición del mantra. Aun- la mente y recuperando, si era necesario, la atención en la
que la meditación así caracterizada parece una técnica oración. Esta plegaria ha sobrevivido en muchos ámbitos
particular y propia de algunas culturas orientales, resulta de la cristiandad. Prácticas muy similares se pueden en-
sorprendente que la práctica de la oración en la mayoría contrar en el islam, en el budismo, en el taoísmo, en el
de las religiones se pueda considerar, formalmente, como catolicismo o en el protestantismo, con la única diferencia
una forma de meditación trascendental. En el judaísmo, de que lo que cambia es el contenido de la oración, pero
por ejemplo, en la época del Segundo Templo, en torno a no su formato. Curiosamente, se ha observado que tales
500 años a.C., los seguidores de un movimiento filosófico prácticas se traducen en cambios psicofisiológicos simi-
llamado Merkabolismo se sentaban agachados en una lares, incluso idénticos, a los atribuidos a la meditación
postura casi fetal y se concentraban en la respiración, al trascendental (Benson, 1986). En definitiva, todo lo ante-
tiempo que repetían el nombre de un animal sagrado en rior hace cierto el siguiente aforismo del escritor Ugo Beti:
cada exhalación. En el cristianismo, la repetición conti- «Cuando un hombre reza, ¿sabéis lo que está haciendo?
nuada de las plegarias parece que apareció primero entre Se está diciendo a sí mismo: cálmate, todo está bien; todo
los Padres del Desierto. Una de esas plegarias, que se está bien».

aceptación (véase cuadro 7.6), promueve erradicar Utilizadas inicialmente como un programa para
el intento de control sobre los sucesos incontrolables el control del estrés que ha mostrado una cierta
del pensamiento, lo que facilita la eliminación del efectividad (Grossman, Niemann, Schmidt y Wa-
estrés que ese intento de control puede producir. lach, 2004), las técnicas de mindJulness han sido
Los ejercicios prácticos de mindJulness suelen integradas en procedimientos clínicos como la te-
incluir la atención plena a la respiración, a la explo- rapia de aceptación y compromiso o la terapia cog-
ración del cuerpo, a los sonidos del ambiente, a los nitiva de la depresión (Segal, Williams y Teasdale,
pensamientos o a alguna actividad, como caminar. La 2002). Además, hay una autentica eclosión de in-
atención plena permite descubrir las rutinas mentales vestigaciones que tratan de utilizar la práctica de la
que cada persona va desarrollando y el carácter aso- atención plena no sólo en problemas de salud, como
ciativo y muchas veces incontrolable de las mismas. el dolor, la artritis reumatoide, el insomnio, la an-
Muchas técnicas para el control del estrés pueden siedad, los trastornos sexuales o la mejora de la
adaptarse a la filosofía del mindJulness. La relaja- calida de vida, sino también para promover el in-
ción muscular progresiva se lleva a cabo, desde esta cremento de la profesionalidad de los trabajadores.
perspectiva, cuando el objeto de la técnica se dirige En cualquier caso, aunque se confirmasen muchas
no a la consecución de un profundo estado de rela- de las expectativas puestas en la meditación tras-
jación, sino a la observación de los cambios que se cendental, y, en particular, en el mindJulness, no se
producen con la tensión y distensión de los múscu- debería olvidar que estas técnicas requieren un alto
los. Las distracciones durante el entrenamiento no compromiso y disciplina para lograr su efectividad.
son vistas como un fracaso o un mal hacer, sino Por ello, posiblemente se debe tener en cuenta que
como un proceso natural que también hay que ob- no todas las personas pueden tener la capacidad de
servar para, una vez que se ha tomado conciencia dedicación y paciencia necesaria para beneficiarse
de él, volver a la práctica de la relajación. de ellas.

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144 / Manual de psicología de la salud

CUADRO 7.8
Mitos sobre el mindfulness

QUÉ NO ES QUÉ ES

- Un estado misterioso o místico de la mente. - Toma de conciencia; atención; centrarse en algo sin
juzgarlo ni valorarlo.

- Bloquear o apartar de un pensamiento o sentimiento. - Darse cuenta de un pensamiento o sentimiento y retomar


el ejercicio que se está realizando.

- Una solución rápida. - Una forma de vivir una vida real; a menudo, un primer
paso para usar otras habilidades.

- Una habilidad que se aprende en un momento, en un - Una habilidad que requiere mucha práctica.
jeureka!

- Algo que sólo los budistas zen pueden hacer. - Una capacidad que todo el mundo tiene si se conoce.

- Alcanzar una concentración perfecta y nunca estar dis- - Aun tratando de mantener la atención, las distracciones
traído. aparecerán una y otra vez. El mindfulness incluye darse
cuenta de que uno mismo esta divagando y suavemente
llevar la atención al elemento de concentración esco-
gido.

- Un ejercicio de relajación. - Un ejercicio que implica un completa participación y


aceptación de lo «que es», lo cual, en un momento dado,
puede ser un estado de tensión.

- Un intento de cambiarte a ti mismo o al mundo. - Una aceptación no valorativa de la realidad (aunque esto
pueda inducir a hacer cambios en la vida).

6. EL ESTRÉS SALUDABLE placentero (como lo demuestra la afición de la ma-


yor parte de la gente a exponerse al incierto resul-
Aunque el estrés tiene una imagen muy negativa tado de la lotería de Navidad). Este hecho ya fue
que los medios de comunicación se encargan de reconocido por el propio Hans Selye, quien acuñó,
fomentar a través de las asociaciones que establecen hace más de 50 años, el concepto de eustrés para
con las úlceras, los infartos, la muerte prematura y designar a las formas beneficiosas de estrés.
un permanente estado de insatisfacción, la realidad Dentro de unos límites, es de sobra conocido que
es que esta visión recoge sólo un lado de la realidad. nuestro rendimiento es mejor cuando estamos lige-
Tanto desde nuestra propia observación de la vida ramente estresados. En esta línea la ley de Yerkes-
cotidiana como del resultado de algunas investiga- Dodson, formulada a principios de este siglo, reco-
ciones al respecto, cabe concluir que, ni todo el ge la conocida relación entre rendimiento y estrés.
estrés es malo, ni necesariamente desagradable. En Dicha relación adoptaría una forma de U invertida
general, el estrés relativamente leve, breve y que de tal manera que, un nivel extremadamente alto o
permanece bajo control puede ser estimulante y bajo de estrés tiene efectos claramente perjudiciales,

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Estrés / 145

pero un nivel intermedio se relaciona con un ren- estrés es demasiado intenso y tiene como conse-
dimiento óptimo. No obstante, esta relación habría cuencia la liberación de cortisol, entonces, como
que matizarla en función de la dificultad de la tarea, ya ha quedado dicho, se produce un descenso sus-
de tal suerte que el nivel de rendimiento en las tareas tancial de la respuesta inmunitaria.
difíciles se alcanza con un nivel de activación me- Además, la exposición a un estrés breve y mo-
nor que en las fáciles. derado puede tener a largo plazo ciertos beneficios.
Cualquier estudiante sabe que para realizar un Así, se ha observado en un conjunto de experimen-
buen examen necesita estar un poco tenso, si se tos realizados durante la década de los sesenta que,
encuentra totalmente despreocupado o ese nivel de cuando se somete en el laboratorio a las crías de
tensión es alto o incontrolable para él, su rendi- ratas a experiencias ligeramente estresantes (tales
miento puede deteriorarse hasta el punto de «que- como su manipulación física por los propios inves-
darse en blanco» y, por lo tanto, tener un rendimien- tigadores), éstas son más resistentes al estrés cuan-
to cero en la prueba. En otro contexto diferente do son adultas. Estos animales presentan niveles
como es el del deporte profesional, también se más bajos de las hormonas de estrés; sus respuestas
encuentra documentado este hecho. Los deportistas, de estrés son más pequeñas y breves y se comportan
especialmente los de alta competición, necesitan un de una manera más fría en situaciones de desafío.
cierto grado de tensión para batir marcas y rendir Sobre la base de toda esta línea de investigación,
al máximo. Los grandes récords mundiales suelen Dienstibier (1989) ha sostenido que una activación
batirse en grandes campeonatos donde la presión fisiológica moderada e intermitente, del tipo a la
del público, los incentivos económicos y el interés que tiene lugar cuando se activa fundamentalmen-
de los medios de comunicación alcanzan el punto te el sistema nervioso simpático a corto plazo, pue-
más álgido. Estas mejoras a corto plazo en el ren- de tener un efecto beneficioso equIvalente al que
dimiento parecen estar asociadas a la liberación de tendría el ejercicio físico moderado sobre el orga-
adrenalina y noradrenalina, hormonas que, como nismo. Esta idea vendría avalada, además, por las
hemos visto, ayudan a preparar al organismo para pruebas que revelan que la activación biológica
la acción y mejoran su capacidad para afrontar los moderada y frecuente puede mejorar la capacidad
desafíos inmediatos. del organismo para hacer frente a las situaciones
No obstante, en contraste con los beneficiosos de estrés, incrementar su rendimiento en tales cir-
efectos de la activación moderada del sistema ner- cunstancias y proporcionar una mayor estabilidad
vioso simpático, la activación de la respuesta en- emocional y una mejor salud.
docrina a través del eje hipotalámico-hipofisario- La razón de que muchas personas busquen acti-
suprarrenal, con la consiguiente liberación de vamente situaciones de riesgo (generalmente con-
cortisol, está asociada, muy frecuentemente, con un troladas), como correr delante de los toros, lanzar-
descenso en el rendimiento. En un estudio realiza- se desde un puente atado a una cuerda, atravesar el
do durante la instrucción de futuros paracaidistas, desierto o apostar en un juego de azar, se encontra-
se observó que aquellos que presentaban los mayo- ría, entre otros, en sus efectos estimulantes y en la
res incrementos de cortisol durante el entrenamien- tensión emocional que generan. Los estudios sobre
to eran los que peores resultados obtenían en los los cambios psicofisiológicos que se producen en
saltos y los que mostraban y referían más miedo las personas que participan en este tipo de activi-
durante los mismos (Henning, 1994). dades' el salto en paracaídas, por ejemplo, revelan
Un efecto mimético al antes descrito se ha ob- que la sensación subjetiva de ansiedad se incremen-
servado también en la relación entre el estrés y el ta antes del salto y se reduce notablemente después
sistema inmunitario. En la investigación animal en del mismo. El cortisol medido en la saliva también
laboratorio se ha observado que el estrés moderado se incrementa después del salto y retoma el nivel
y de corta duración tiende a incrementar la actividad de su línea base al cabo de una hora. La sensación
del sistema inmunitario. Por el contrario, cuando el de euforia se incrementa extraordinariamente des-

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146 / Manual de psicología de la salud

pués del salto y permanece elevada durante unos ning, 1994). Parecería, por lo tanto, que el estrés es
30 minutos. Se produce, además, un incremento de la búsqueda de la euforia que sobreviene a una si-
más del 200 por 100 en los niveles de betaendorfi- tuación controlada de tensión física y/o emocional
nas después del salto que se correlaciona significa- y que está mediada por los opiáceos endógenos
tivamente con dichas sensaciones de euforia (Hen- (Boecker, Sprenger, Spilker et al., 2008).

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Dolor crónico

1. CARACTERIZACiÓN DEL TRASTORNO automáticamente al fármaco ante cualquier indicio


de que el dolor puede presentarse) además de efec-
En los países industrializados el dolor es un tos colaterales indeseables.
grave problema de salud que se traduce en un gran En definitiva, cuando una persona sufre dolor
número de horas de trabajo perdidas, absentismo crónico su modo de comportarse puede hacerle caer
laboral, pensiones de invalidez y un consumo, a en uno o múltiples círculos viciosos cuya resultan-
veces excesivo, de medicación para combatirlo. La te es la exacerbación del dolor (Philips, 1991). Si
depresión y la frustración son, en muchos casos, la se retrae de realizar cualquier tipo de actividad fí-
reacción de la persona ante un problema que los sica se producirá un debilitamiento de la muscula-
avances médicos no han conseguido curar, sino tura afectada, con el consiguiente incremento de la
únicamente paliar. Las mujeres son las que más sensación de dolor; si evita actividades placenteras
sufren este problema, ya que experimentan más para prevenir la aparición del dolor puede sentirse
cuadros clínicos de dolor, sufren mayor estrés emo- frustrado y las perturbaciones emocionales exacer-
cional asociado al dolor y muestran un umbral más barán la sensación de dolor y, finalmente, si el
bajo de respuesta al dolor inducido experimental- único remedio utilizado por la persona es la medi-
mente (Ramírez-Maestre, López Martínez y Zara- cación, ésta puede provocar una dependencia que
zaga, 2004; García, Godoy, Godoy, Pérez y López, hace que el sujeto necesite cada vez más dosis para
2007; PalIer, Campbell, Edwards, Dobs, 2009). aliviar el dolor (véase tabla 8.1).
Las personas que padecen dolor crónico desa-
rrollan, frecuentemente, conductas de evitación de
determinadas actividades sociales, laborales o, in- TABLA 8.1
cluso, relaciones íntimas que facilitan su progresi-
Consecuencias habituales de dolor
vo y creciente aislamiento. Todo ello puede provo-
que contribuyen a cronificarlo
car a menudo estados emocionales que, por sí
mismos, son capaces de exacerbar el dolor. Del Evitación física ---..
mismo modo, el miedo a que los problemas empeo-
Dolor agudo ---.. Evitación social Dolor crónico
ren conduce al retraimiento de cualquier esfuerzo
físico, Pérez-Pareja, Borrás, Sesé y Palmer (2005), Farrnacodependencia ---..
lo que acaba desembocando en el síndrome del
desuso, caracterizado por una pérdida de la forta-
leza muscular. En el intento de aliviar el dolor, Por otra parte, también se habrá de recordar que,
muchas personas recurren al uso de fármacos que en términos psicológicos, los correlatos del dolor
pueden llegar causar dependencia (el sujeto recurre (conductas de evitación, ansiedad, etcétera) son

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150 / Manual de psicología de la salud

independientes del tipo concreto de dolor crónico TABLA 8.2


que se sufra, ya sea éste dolor de cabeza, temporo-
El proceso del dolor crónico de espalda
mandibular, de espalda, etcétera. Todo lo cual hace
que el dolor crónico, al margen de su localización Su inicio puede ser un desgaste gradual o tensión
concreta, sea susceptible de un abordaje conductual muscular
que pueda contribuir al alivio de este problema, t
especialmente grave desde la perspectiva del que Restricción del movimiento de forma prolongada
lo sufre. t
Una ilustración de todo esto se encuentra habi- Los músculos se acortan, endurecen y debilitan
tualmente en el dolor crónico de espalda (véase, (mayor riesgo de fatiga, dolor y espasmos)
tabla 8.2). Este tipo de dolor puede ser desarrollado t
a partir de un daño agudo, un desgaste gradual o un Esfuerzo compensatorio de los músculos opuestos
proceso de tensión muscular crónica, aunque habi- t
tualmente la causa física precisa es muy difícil de Inestabilidad de la espina dorsal
determinar. El problema suele empezar cuando la t
persona experimenta una tensión muscular doloro- Presión sobre los nervios (dolor, entumecimiento,
sa o espasmos musculares en la espalda. En res- pérdida de reflejos y debilidad)
puesta a este dolor, y para tratar de aliviarlo, res- t
tringe sus movimientos y se vuelve cada vez menos El 50 por 100 de los casos de dolor de espalda
activa. Este tipo de comportamiento (dos o tres días degeneran en una hernia discal
de descanso después de un tirón en la espalda)
puede ser muy beneficioso a corto plazo. Ahora
bien, con la inactividad prolongada, los músculos el sujeto había sufrido. Aunque esta perspectiva
se acortan, se tensan, se endurecen y se debilitan, puede ser adecuada y útil de cara a la intervención
incrementándose el riesgo de fatiga, espasmo mus- en el dolor agudo, no sirve para dar cuenta del
cular y dolor. Pronto otros músculos (generalmen- dolor crónico que se perpetúa, incluso, una vez que
te los del lado opuesto al dolor) empezarán a com- el tejido ya ha sanado.
pensar la restricción de actividad de sus pares. Este La teoría del dolor propuesta por Melzack (un
patrón asimétrico puede provocar una inestabilidad psicólogo) y Wall (un anatomista) (1965), conocida
en la espina dorsal. El consumo habitual de fárma- como teoría de la puerta, supuso un avance muy
cos para tolerar el dolor puede favorecer el mante- notable en la comprensión e integración de los
nimiento de actividades físicas y posturas que fa- datos clínicos y experimentales descritos en la li-
vorezcan este proceso. Si hay una degeneración teratura. No obstante, la influencia de esta teoría en
espinal pre-existente, esa descompensación puede el ámbito médico y el público en general ha sido
presionar los nervios de la espina dorsal provocan- muy limitada (Philips, 1991). En general, cultural-
do más dolor, entumecimiento, pérdida de reflejos mente se sobrentiende que el dolor es el síntoma de
y debilidad muscular (Turk y Nash, 1993). una patología o de algún tipo de disfunción, por lo
que su tratamiento queda destinado de esta manera
a un exclusivo abordaje médico.
2. TEORíAS EXPLICATIVAS DEL DOLOR La teoría de la puerta abrió nuevas perspectivas,
de tal manera que el dolor ya no es visto como un
Ya hace años que ha quedado claro que el mo- producto lineal del daño tisular, sino como un fenó-
delo médico de dolor crónico no era adecuado; para meno complejo que se encuentra vinculado tanto con
explicar este problema se postulaba que el dolor el daño tisular como con el estado emocional, los
sufrido por una persona se encontraba directamen- aspectos motivacionales y de reforzamiento, así como
te relacionado con la cantidad de daño tisular que por factores atencionales (Camacho y Arnate, 2003).
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Dolor crónico / 151

La teoría de la puerta descrita por Melzack o el estrés pueden exacerbar la sensación de dolor
(1983) sostiene, en esencia, que la actividad neural mientras que la participación en otras actividade~
aferente de los nocioceptores periféricos está mo- puede silenciar el dolor. Además, las creencias del
dulada en el asta dorsal de la médula, que actúa sujeto, así como su experiencia previa, afectarían
como una puerta que impide o no el paso de los la sensación de dolor.
impulsos nerviosos que proceden de los nociocep- La teoría de la puerta de control puede explicar
tores y del córtex. El grado con que la puerta incre- muchas experiencias personales de dolor. Cuando
menta o disminuye la transmisión de impulsos ner- nos golpeamos accidentalmente un dedo con un
viosos está en función de a) la actividad de las fibras martillo, muchas de las fibras pequeñas son activa-
sensoriales aferentes y b) las influencias descen- das, abriendo la puerta del dolor. Entonces podemos
dentes de las áreas centrales del córtex. Cuando la coger el dedo y frotarlo. Según la teoría de la puer-
puerta está abierta, los impulsos que fluyen a través ta, esa maniobra estimula las fibras grandes que
de la médula llegan al cerebro y la persona siente cierran la puerta, bloqueando la estimulación de las
dolor. Con la puerta cerrada, los impulsos son in- fibras pequeñas y decrementando el dolor. La teoría
hibidos a lo largo de su ascenso a través de la mé- de la puerta también puede explicar cómo pueden
dula y no alcanzan el cerebro, por lo que la perso- ocurrir lesiones sin que la persona se dé cuenta de
na no siente dolor. ello. Un jugador de tenis puede torcerse un tobillo
Además, la entrada sensorial puede ser modu- durante el juego, pero no notar el dolor agudo a
lada en función de la actividad de las fibras gran- causa de la excitación y concentración en el juego.
des A-beta, las fibras pequeñas A-delta y las fibras Por un lado, hay una gran cantidad de información
pequeñas e que entran en la médula espinal, así descendente como consecuencia de su atención en
como de las sinapsis en el asta dorsal. El asta dor- los movimientos del contrario y de la pelota y, por
sal de la médula espinal está compuesta de diversas otro, hay un flujo de información ascendente de tipo
láminas. Dos de estas láminas forman la sustancia propioceptivo que le permite ejecutar sus propios
gelatinosa que es la estructura donde se encontraría movimientos, por lo que, por el momento, la puer-
situada la puerta del dolor. Tanto las fibras pequeñas ta del dolor está cerrada para toda la información
A-delta y C como las fibras grandes A-beta discu- que proviene de su tobillo lesionado. Sin embargo,
rren a través de la sustancia gelatinosa. En particu- una vez que el partido finaliza y la actividad, la
lar, la actividad en las fibras pequeñas A-delta y C atención y la tensión emocional generadas por el
provoca una actividad prolongada en la médula juego cesan, la puerta del dolor se va abriendo.
espinal, de tal manera que este tipo de actividad La importancia y el valor heurístico de la teoría
facilitaría la sensibilidad que produce dolor. La de Melzack y Wall (1965) resultan más destacados
actividad de estas fibras pequeñas abre la puerta del si se tiene en cuenta que fue formulada cuando
dolor. Por el contrario, la actividad de las fibras todavía no se conocían los opiáceos endógenos y
grandes A-beta provoca un estallido de la actividad las estructuras de control descendentes que modu-
en la médula, seguido de inhibición. La actividad lan el dolor (entre otras, los núcleos del rafe) con-
de estas fibras grandes cierra la puerta del dolor. forme a lo predicho en la teoría. Posteriormente, el
La puerta también puede cerrarse o abrirse por propio Melzack (1993) ha formulado una extensión
los mensajes descendentes del cerebro. Este sistema de la teoría de la puerta de control, denominada
se conoce como mecanismo de control central. La teoría neuromatriz, que enfatiza el papel del cerebro
información sobre la experiencia dolorosa es valo- en la percepción del dolor. Él ha hipotetizado que
rada en los centros superiores del sistema nervioso, la neuromatriz, una red de neuronas cerebrales
transmitida al sistema límbico y la formación reti- distribuida a través de distintas áreas del cerebro,
cular, y enviada a la médula para modular la expe- recibiría una determinada información sensorial que
riencia de dolor. A través de este mecanismo, las interpretaría como dolor, pero, al mismo tiempo,
reacciones emocionales como la ansiedad, el miedo podría activarse en ausencia de esa información

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152 / Manual de psicología de la salud

cuando la persona se enfrenta a estímulos externos desagradable o nocivo. Éstas son cualidades
o propioceptivos asociados al dolor, tal y como que se pueden asociar con estados de ansie-
podría ocurrir en el caso del miembro fantasma. dad en el sujeto y respuestas de escape y/o
Por lo tanto, la percepción del dolor se encuen- evitación.
tra modulada por diversos factores, lo que ha lleva- c) Dimensión cognitivo-evaluativa: hace refe-
do a los investigadores sobre el tema a presentar el rencia al papel que variables como la aten-
dolor como una experiencia multidimensional con ción, las creencias y los pensamientos tienen
una mayor similaridad a los estados emocionales sobre el dolor pudiendo afectar, además, a
que a los procesos sensoriales. Melzack y Casey las dimensiones sensorial-discriminativa y
(1968) propusieron tempranamente tres dimensiones afectivo-motivacional.
fundamentales que han permitido comprender la
interrelación de los factores psicológicos y fisioló-
gicos del dolor. Éstas son: 3. CONDUCTA DE DOLOR

a) Dimensión sensorial-discriminativa: hace En algunos casos ocurre que el dolor se perpetúa,


referencia a la transmisión de la estimula- incluso, después de que el daño tisular original se
ción nociva (térmica, mecánica o química) haya curado. Nos encontramos entonces ante un
que activa los nocioceptores y que explica hecho que se hace incomprensible desde una ópti-
la intensidad del dolor y su localización en ca médica y pasa a ser un problema estrictamente
el organismo. psicológico. Para dar cuenta de ello, Fordyce (1976)
b) Dimensión afectivo-motivacional: hace re- apeló al concepto conducta de dolor. Este autor
ferencia a la caracterización que la persona planteó que el dolor en la fase aguda estaría causa-
hace del dolor cuando lo adjetiva como do por los estímulos nocioceptivos; sin embargo,

CUADRO 8.1
El significado del dolor

La experiencia del dolor, al igual que la respuesta de Incluso, aprendemos que el dolor agudo es un proceso
estrés, es un recurso fundamental del organismo para necesario y lleno de significado con el que cursan la recu-
garantizar la supervivencia del individuo y la especie. Las peración de muchas enfermedades comunes como la gripe,
escasas biografías documentadas de las personas que por un resfriado, etc. El dolor es, entonces, parte del camino
su naturaleza son incapaces de sentir dolor señalan que de la recuperación del bienestar.
suelen ser víctimas de una muerte temprana debido, sobre El dolor crónico, por el contrario, carece de propósito
todo, a las infecciones que contraen como consecuencia biológico y lejos de ser un proceso de tránsito hacia el
de las heridas que sufren y de las cuales, en muchos casos, bienestar, se convierte en una losa que detiene el tiempo.
no son conscientes. Este hecho revela el significado vital El transcurrir del tiempo es un termómetro emocional.
del dolor. Es más, el dolor pone de manifiesto nuestros Cuando la vida se desarrolla con normalidad, el tiempo se
auténticos valores personales. Cuando aparece el dolor, escapa de las manos, cuando la vida pierde su sentido, el
los actos más cotidianos (como ir al cine, dar un paseo o tiempo no pasa. El dolor crónico sitúa al que lo sufre en un
disfrutar de una sobremesa) aparecen como privilegios que estado en el que el tiempo se ha detenido. En palabras de
se han perdido injustamente. De esta manera se descubre un paciente con dolor, «por la noche son siempre las tres
lo que verdaderamente importa. de la madrugada» (Morris, 1994). El dolor crónico también
Ahora bien, este hecho debe matizarse teniendo clara- aísla, ya que los pacientes aprenden que sus quejas (poten-
mente presente la distinción entre dolor agudo y dolor cialmente interminables como su dolor) suelen agotar, frus-
crónico. Sólo el dolor agudo cumple esa función vital de trar y distanciar a familia, amigos y médicos. Muchos pa-
supervivencia que nos protege del daño y permite escapar cientes aprenden a retirarse a un aislamiento defensivo que
o evitar una fuente de peligro como el fuego o el frío. subraya aún más el sinsentido de su sufrimiento.

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Dolor crónico / 153

cuando el dolor pasa a ser crónico podría quedar porque, cuando dicho paciente quiere em-
bajo el control de las condiciones ambientales, en prender alguna actividad, su medio social
cuyo caso hablaríamos de un dolor operante. Tres trata de impedírselo apelando a su estado
son las vías a través de las cuales un dolor puede físico, siendo alentado a tomar la medica-
llegar a transformarse en una conducta operante de ción, a descansar y a no esforzarse dema-
dolor (Fordyce, 1976): siado, asumiendo los miembros de la fami-
lia algunas de sus actividades.
a) En primer lugar, la conducta de dolor pue-
de ser reforzada positivamente. Dicho re- Por otra parte, la conducta de dolor puede que-
forzamiento puede incluir el descanso en la dar bajo el control de distintos estímulos discrimi-
cama, la ingesta de medicación, la atención nativos del ambiente, que indican cuándo existe una
prestada por los familiares y el propio mé- alta probabilidad de reforzamiento de las manifes-
dico e, incluso, una baja laboral remunera- taciones de dolor. Así, por ejemplo, un paciente
da. Prescripciones del tipo «tome la medi- puede no quejarse en presencia de sus hijos, pero
cación cuando sea necesario» o «descanse cuando está en compañía de su mujer puede obser-
cuando le duela», pueden llevar a una situa- varse un notable incremento de sus conductas de
ción en la que el sujeto tiene que mostrar dolor. En este sentido, los médicos deberían ser
una conducta de dolor para acceder a la conscientes de que su actuación también puede
medicación o al descanso, lo que, en defi- propiciar quejas que, a menudo, ellos mismos re-
nitiva, está promoviendo la cronicidad del fuerzan a través de la prescripción de fármacos, de
problema. Todas estas maniobras conducen la repetición de los procedimientos diagnósticos, el
a que estas personas se perpetúen en esos cambio a otro tipo de medicación, la remisión al
círculos de cronificación de la enfermedad especialista, etcétera.
expuestos en la taba 8.1. En este sentido, se Topográficamente, las conductas de dolor pueden
ha encontrado que la solicitud mostrada por adoptar formas muy distintas. Dentro de éstas se
el esposo/a de un paciente con dolor cróni- encuentran las quejas verbales que, paradójicamen-
co está estrechamente ligada a la percepción te, no son las más importantes en las situaciones
de dolor que el paciente muestra. Flor, Brei- naturales. De hecho, cuando se pregunta a los fa-
tenstein, Birbaumer y Fürst (1995) han ob- miliares del paciente cómo saben cuando éste sufre
servado que cuanto mayor es la solicitud del dolor, la referencia verbal figura entre los últimos
esposo más intensa es la percepción del indicadores que se eligen en la contestación (Penzo,
dolor que el paciente tiene. 1989). Otras formas más comunes que adopta la
b) La conducta de dolor puede ser también conducta de dolor incluyen las maniobras analgé-
reforzada negativamente cuando sus conse- sicas de los pacientes (por ejemplo, darse calor),
cuencias permiten al sujeto liberarse de paradas dentro de una actividad, movimientos pro-
eventos y situaciones desagradables, tales tectores (por ejemplo, llevarse la mano al estómago)
como, conflictos en el trabajo, confronta- o ciertas expresiones faciales.
ciones personales o asumir ciertas respon- Si bien es cierto que todas estas topografías de
sabilidades personales. Entre la gente ma- la conducta de dolor son operantes y su aparición
yor, asimismo, la conducta de dolor puede es más probable en presencia de determinados es-
ser un medio eficaz de evitar ciertas situa- tímulos discriminativos, es importante reconocer
ciones que le resultan difíciles de manejar que su aprendizaje puede haberse realizado a través
por sus limitaciones cognitivas (Groenman, de procesos diferentes. Así, hay conductas de dolor
Vlaeyen, Van Eek y Schuerman, 1990). que se adquieren por imitación (por ejemplo, repo-
e) Finalmente, puede ocurrir que la conducta so), por instrucción verbal (por ejemplo, autome-
funcional del paciente deja de ser reforzada dicación) o por sus consecuencias sociales (por

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154 / Manual de psicología de la salud

ejemplo, quejas verbales). Todo ello hace que cada rrollar el análisis conductual discurre sobre los si-
paciente desarrolle un cuadro idiosincrásico cuyo guientes aspectos:
abordaje requiere, fundamentalmente, del análisis
funcional de la conducta. a) Intensidad, frecuencia y duración del dolor
percibido y momentos del día o la noche en
el que se produce.
4. EVALUACiÓN PSICOLÓGICA b) Tipo y frecuencia de las manifestaciones de
DEL DOLOR CRÓNICO dolor (verbales, gestuales, motoras) del pa-
ciente.
Como ya se ha discutido, el dolor presenta múl- c) Contextos en los que ocurren las manifes-
tiples dimensiones y, por lo tanto, su evaluación taciones de dolor.
puede abarcar diversos aspectos. No debe olvidar- d) Condiciones (físicas, emocionales, cogniti-
se que la evaluación está al servicio de una inter- vas, ambientales y del contexto social) que
vención futura y, por ello, debe permitir recoger aumentan y/o reducen la probabilidad de
toda la información necesaria para diseñar el pro- ocurrencia de manifestaciones de dolor.
grama de tratamiento que se va aplicar a un pacien- e) Comportamiento de los allegados ante las
te concreto con un problema de dolor crónico con- manifestaciones de dolor.
creto. La intervención será muy distinta en un caso 1) Actividades que se han abandonado e ini-
donde el problema sea una conducta de dolor a otro ciado tras la aparición del dolor (domésticas,
donde el dolor se exacerba por la tensión y la an- laborales, ocio y sociales).
siedad. Las herramientas que se disponen para lle- g) Actividades que realizaría el paciente si no
var a cabo el proceso de evaluación son, por una existiese dolor.
parte, la entrevista y, por otra, los diferentes tipos h) Actividades que ha abandonado e iniciado
de cuestionarios que pretenden abarcar las distintas la parej a del paciente tras la aparición del
dimensiones del dolor. dolor.
i) Actividades que realizaría la pareja del pa-
ciente si no existiese dolor.
4.1. La entrevista
j) Conductas alternativas del sujeto y los alle-
La entrevista constituye el primer paso del pro- gados ante el dolor.
ceso de intervención y tiene como objeto el poner
de manifiesto la naturaleza del dolor que el pacien- 4.2. Procedimientos de autoinforme
te presenta. Un aspecto fundamental es descubrir
y cuestionarios
si las quejas pueden ser consideradas como con-
ductas de dolor, ya que, en este supuesto, el trata- a) Métodos para evaluar la dimensión senso-
miento de elección determina el uso de una serie rial-discriminativa. Las escalas de aprecia-
de procedimientos operantes que harían probable- ción constituyen el modo más frecuente de
mente innecesario ahondar en los otros componen- evaluar la intensidad percibida de dolor.
tes y dimensiones del dolor. Pueden ponderarse sobre un rango numéri-
Para el estudio del componente conductual del co (por ejemplo, de 1 a 10), verbal (por
dolor se ha de acudir al análisis funcional de la ejemplo, ausencia de dolor-ligero-modera-
conducta, siguiendo el proceder convencional de la do-intenso-insoportable) o analógico-visual
evaluación conductual y la modificación de con- (por ejemplo, usando una línea de 10 centí-
ducta (Fordyce, 1976). Consiste en una serie de metros). No obstante, se ha de tener en cuen-
preguntas estructuradas y operativizadas acerca de ta que todas las escalas de apreciación son
las manifestaciones del dolor y de las condiciones problemáticas, especialmente en la asunción
contextuales en las que ocurren. La guía para desa- de la igualdad de la distancia entre los pun-

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Dolor crónico / 155

tos. En realidad, son escalas ordinales más ofrece tres escalas, cogniciones negativas,
que de intervalo, lo cual habrá de tenerse en evitación disfuncional y respuestas positi-
cuenta en los análisis estadísticos de las vas, o el Pittsburgh Multiaxial Assessment
mismas, en particular, cuando se trata de of Pain (MAP) de Turk y Rudy (1987) que
escalas verbales (Williams y Erskine, 1995). ofrece una taxonomía de pacientes con do-
En cualquier caso, se ha de tener siempre lor crónico.
en cuenta que no existe una escala ideal y d) Métodos para evaluar el impacto sobre el
que su bondad dependerá del uso que de ella estilo de vida. El impacto sobre el estilo
se haga y del contexto en que se aplique. El de vida no se refiere a conductas especí-
cuestionario de dolor de McGill (MPQ) ficas ligadas a la experiencia inmediata de
(Melzack, 1975, 1980) es un instrumento dolor, sino a factores de tipo psicosocial
clásico, muy utilizado que permite obtener que pueden verse afectados por el dolor
un índice de la intensidad del dolor, además crónico, tales como las relaciones marita-
de las dimensiones afectiva y evaluativa. les, el estatus profesional, las actividades
b) Métodos para evaluar la dimensión afectivo- de ocio, etcétera. En este sentido, el Sick-
motivacional. Existe un gran número de ness Impact Profile (Bergner et al., 1976)
cuestionarios desarrollados en otras áreas es un cuestionario que incorpora la eva-
de la psicología clínica que son apropiados luación de las consecuencias de la enfer-
para evaluar el componente afectivo en pa- medad sobre las actividades y comporta-
cientes con dolor crónico. Entre ellos se mientos cotidianos.
encuentran el Inventario de ansiedad rasgo-
estado de Spielberger (Spielberger et al.,
1970), y para la depresión, el inventario de s. TRATAMIENTO DEL DOLOR
depresión de Zung, que ha sido adaptado
5.1. Tratamiento farmacológico
especialmente para los pacientes con dolor
crónico por Main y Wardell (1984). En esta Es una creencia común que el tratamiento de
línea, el Pain Anxiety Symptoms Scale elección del dolor es el farmacológico. Sin embar-
(PASS) (McCraken, Zayfert y Gross, 1992) go, si bien es cierto que la farmacoterapia ha de-
contiene 40 ítems que abarcan ansiedad so- mostrado una rotunda efectividad a corto plazo para
mática, ansiedad cognitiva, miedo y con- el tratamiento del dolor agudo, presenta serias li-
ductas de escape/evitación). No obstante, el mitaciones para el alivio del dolor crónico. La me-
MPQ es uno de los pocos instrumentos que dicación continuada para el dolor crónico reduce
intenta evaluar específicamente los compo- progresivamente su eficacia y, al mismo tiempo, da
nentes afectivos del dolor utilizando 78 ad- lugar a la aparición de efectos secundarios, además
jetivos para describirlo, más que un estado de cierto grado de dependencia fisiológica y psico-
general de ánimo. lógica.
c) Métodos para evaluar el componente de En ciertos casos, como la artritis reumatoide o
control central del dolor. Este componente el dolor del cáncer terminal, parece imprescindible
incluye áreas como la atención a los estados el uso continuado de analgésicos; no obstante, en
somáticos y las estrategias de afrontamien- los casos de dolor benigno una terapia exclusiva-
to cognitivo. Dentro de esta área se utilizan, mente medicamentosa acaba en uno de los círculos
entre otros, el Coping Strategies Question- viciosos de los que hablamos al inicio de este ca-
naire (Rosenstiel y Keefe (1983) que, en pítulo.
función de su frecuencia, agrupa en 7 cate- Los tipos de drogas que se usan para el trata-
gorías las respuestas al dolor; el Pain Res- miento del dolor podemos dividirlos en cuatro gran-
ponse Questionnarie (Pearce, 1986) que des categorías (Philips, 1991):

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156 / Manual de psicología de la salud

a) Analgésicos de acción periférica. Los tres nución del arousal permitiendo así la reduc-
principales analgésicos de este tipo son la ción de la tensión, agitación e insomnio. Por
aspirina, el acetaminofeno y otras drogas no lo tanto, su efecto sobre el dolor no es di-
esteroides antiinflamatorias. No originan recto, sino que lo amortigua en la medida
dependencias físicas, adicciones o efectos que reduce sus concomitantes emocionales.
secundarios. Sólo con dosis elevadas pueden d) Miorrelajantes. Son relajantes musculares,
aparecer efectos tóxicos. Estas drogas actúan muy comúnmente recetados. Parecen efec-
inhibiendo la síntesis de prostaglandinas, tivos a corto plazo, aunque se cuestionan
sustancias que sensibilizan las terminaciones sus beneficios en su uso crónico. Entre los
nerviosas libres. La aspirina, en concreto, efectos secundarios más comunes se encuen-
presenta, en alrededor de un 15 por 100 de tran el dolor de cabeza, mareo y somnolen-
los pacientes, algunos efectos colaterales, cia.
como son dolor abdominal, náuseas, tinnitus
y problemas respiratorios en aquellas per- En definitiva, se puede afirmar que, en la actua-
sonas que son propensas a reacciones alér- lidad, el tratamiento medicamentoso del dolor cró-
gicas. Además, tiene un efecto techo en su nico benigno presenta algunas limitaciones y pro-
eficacia a partir de 1.000 mg cada 4 horas. blemas. Limitaciones que tienen que ver con los
b) Analgésicos de acción central. Actúan sobre fármacos utilizados, ya que ninguno de ellos actúa
el sistema nervioso central y se definen sobre las distintas dimensiones del dolor. Así, por
como narcóticos. Pueden ser derivados sin- ejemplo, un ansiolítico puede aliviar el componen-
téticos o naturales de la morfina o del opio te emocional de dolor pero no el sensorial. Por lo
(por ejemplo, codeína u oxicodeína). Una que respecta a los problemas, destacan la depen-
consecuencia inevitable de su consumo pro- dencia psíquica y física que estos fármacos pueden
longado es el progresivo incremento de la provocar, además de sus efectos secundarios. A este
tolerancia. Por este motivo, el paciente ne- respecto, cabría subrayar los asombrosos resultados
cesita cada vez una dosis mayor para lograr obtenidos por un estudio encargado por el gobierno
el mismo efecto terapéutico. Esto tiene, a sueco sobre la evaluación de los tratamientos mé-
su vez, una doble consecuencia: el aumento dicos ofrecidos en atención primaria para el trata-
de los efectos secundarios (por ejemplo, miento del dolor crónico (van Tulder, Groossens,
trastornos del sueño, dolor de cabeza, vér- Waddell y Nachemson 2000). La conclusión fue
tigo, náuseas, depresión, etcétera) y una que no proporcionar tratamiento para el dolor cró-
mayor dependencia física que puede dar nico era mejor que cualquiera de las soluciones
lugar a síntomas de abstinencia. Además, médicas ofrecidas en la actualidad. De ahí la im-
los narcóticos pueden provocar euforia in- portancia que puedan tener los programas psicoló-
mediatamente después de su ingestión, por gicos para contribuir al alivio del dolor.
lo que algunos pacientes con dolor crónico
y con alteraciones del estado de ánimo pue-
5.. 2.. Tratamientos psicológicos
den hacerse dependientes de estas drogas.
e) Analgésicos coadyuvantes. Se les encuadra 5.. 2.. 1.. Técnicas operantes
dentro del grupo de los analgésicos a pesar
de que no está muy claro que actúen como La aplicación de las técnicas operantes para el
tales. Hay muchos tipos diferentes de drogas tratamiento del dolor crónico se hace necesaria en
que se pueden incluir dentro de este grupo, aquellos casos donde el problema del paciente se
pero quizá el más importante sea el de los ha transformado en conducta operante de dolor
ansiolíticos (por ejemplo, diazepam), cuya crónico, tal y como Fordyce (1976) había plantea-
acción farmacodinámica incluye una dismi- do. La aplicación de un programa operante de ma-

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Dolor crónico / 157

nejo de contingencias requiere que el paciente cum- ción del uso excesivo de los cuidados médicos, y
pla una serie de requisitos que garanticen tanto la 3) el incremento de la actividad física y de ocio.
oportunidad del mencionado programa como su En cuanto al procedimiento, si éste se lleva a
eficacia. Dichos requisitos son: cabo dentro de un marco hospitalario, los pacientes
suelen ingresar en programas cuya duración oscila
e Que el problema del dolor sea crónico, por lo entre las dos y cuatro semanas. Durante este tiem-
tanto se ha de exigir una duración mínima del po el personal del centro no presta atención a las
mismo de entre 4 y 6 meses. conductas de dolor o a las peticiones de analgésicos,
e Que haya una evidencia notable de conductas pero sí da un gran refuerzo social a las conductas
operantes de dolor habiéndose ya descartado meta. Simultáneamente, se pone en marcha un pro-
cualquier patología orgánica que pudiera ex- grama de ejercicio físico con el se pretende aumen-
plicar las quej as. tar los niveles de actividad de los pacientes. Se
e Que las conductas funcionales que se preten- establecen cuotas diarias de ejercicio que se incre-
de que el sujeto alcance se encuentren dentro mentan progresivamente de acuerdo al estado físi-
de su repertorio comportamental o sean ase- co de cada paciente en particular. El progreso se
quibles para él. recoge en una gráfica y el personal refuerza de modo
e Que los familiares estén de acuerdo en los contingente la ejecución completa de esa cuota de
objetivos que se pretenden alcanzar y en co- ejercicio. En cuanto al consumo de medicación se
laborar siguiendo las directrices del programa. comienza permitiendo que el paciente tome los
e Finalmente, un programa de manejo de con- analgésicos cuando lo desee, lo que sirve para es-
tingencias sólo será exitoso si se pueden con- tablecer la línea base de la dosis. A partir de aquí
trolar los reforzadores que controlan, de hecho, se prepara un cóctel para el dolor, consistente en
la conducta del paciente (medicación, atención un líquido en el que se disuelve el analgésico. Pro-
o descanso) y se pueden hacer contingentes de gresivamente, se va reduciendo la dosis de analgé-
las conductas deseadas. De ahí que se tenga sico que se añade al cóctel, que sólo podrá tomarse
que decidir si la aplicación del programa re- de acuerdo a un programa de intervalo fijo y cada
quiere la hospitalización del paciente (lo cual vez con intervalos de tiempo más amplios. De esta
permite un mejor control de las contingencias) forma se pretende romper la asociación entre dolor
o en su domicilio, donde se requiere la total y medicación.
colaboración de los familiares. Los resultados de esta aproximación en el trata-
miento del dolor crónico de espalda benigno avalan
Por su propia lógica, el objetivo de este tipo de su eficacia cuando se han comparado con grupos
intervención no es reducir la intensidad del dolor, control y grupos en lista de espera (Tulder, Ostelo,
sino que lo que se pretende es incrementar la fre- Vlaeyen, Linton, Morley y Assendelft, 2001). Aho-
cuencia de las conductas funcionales y reducir las ra bien, aunque este tipo de intervención conductual
conductas de dolor (Díaz, Comeche y Vallejo, puede provocar una reducción de la intensidad del
2003). Por todo ello, es muy importante explicarle dolor percibido, el efecto más llamativo suele ser
al paciente antes de iniciar un programa de este tipo la recuperación de conductas funcionales del pa-
(de cara a que comprenda lo que va a hacer y mo- ciente y la extinción de comportamientos disfun-
tivarlo para hacerlo) que el objetivo del mismo no cionales que emergen con la aparición del dolor.
es eliminar totalmente el dolor, sino aprender a
manejarlo y reasumir las actividades normales que
5.2.2. Técnicas de condicionamiento
había abandonado por esta causa. En concreto, los
clásico
objetivos fundamentales del programa de Fordyce
(1976, 1988) incluyen: 1) la extinción de las con- La percepción que el sujeto tiene del dolor está
ductas de dolor verbales y no verbales; 2) la reduc- estrechamente relacionada con el estado emocional

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158 / Manual de psicología de la salud

en el que se encuentra. De hecho, los pacientes que dose para afrontar la situación y tiende a ver el
sufren dolor crónico pueden llegar a verse envuel- dolor y su estado como algo terrible, se asocian con
tos en un círculo vicioso de ansiedad-dolor del si- un peor estado de los pacientes con dolor crónico
guiente modo. En la fase aguda, el dolor puede (Esteve, Ramírez y López, 2004).
asociarse con miedo y una elevada activación emo- Desde este punto de vista las técnicas terapéuticas
cional que incluye, entre otros efectos, un incre- derivadas del paradigma del condicionamiento clá-
mento de la tensión muscular. La tensión muscular sico, como son el entrenamiento en relajación mus-
refuerza la estimulación nocioceptiva y retroalimen- cular y la desensibilización sistemática (DS) pueden
ta de esta forma la percepción del dolor. Si el dolor ser útiles para romper ese binomio de ansiedad-dolor.
se repite en una serie de ocasiones distintas enton- Se trataría, en definitiva, de enseñar al sujeto una
ces las situaciones relacionadas con la situación respuesta de relajación incompatible con la activación
original de dolor también provocarán ansiedad y emocional que retroalimenta el dolor o, en su caso,
dolor a través de un proceso de condicionamiento descondicionar, a través de la DS, algunos estímulos
clásico. En este sentido, se ha demostrado experi- que eliciten la sensación de dolor. En esta misma
mentalmente que las emociones y los pensamientos línea también se ha utilizado el biofeedback EMG
con los que las personas recuerdan acontecimientos con objeto de enseñar al sujeto a controlar su grado
estresantes pueden provocar una sensación de do- de tensión muscular y emocional.
lor en aquellas partes del cuerpo que están sensi- Aunque la eficacia del entrenamiento en relaja-
bilizadas. Para ello se colocaron sensores con ob- ción muscular está firmemente establecida para
jeto de captar la tensión muscular en la zona lumbar algunos tipos de dolor, como ocurre en el caso de
de la espalda, en el antebrazo y en la frente de tres las cefaleas tensionales y la migraña, tal y como
grupos de sujetos voluntarios: pacientes que sufrían veremos en el capítulo siguiente, sus resultados
dolor de espalda, pacientes con otros tipos de dolor sobre otros tipos de dolor crónico cuando se usa
y personas que no padecían dolor. Se registró la como estrategia única de tratamiento parecen un
tensión muscular mientras estas personas recorda- tanto cuestionables. Carroll y Sears (1998), en una
ban y describían con gran detalle la última vez que revisión de estudios bien controlados, encontraron
experimentaron un dolor extremo y la última vez que cuando se comparaba la relajación muscular
que vivieron un acontecimiento muy estresante. con un grupo de control activo no se observó bene-
Mientras se describían esos acontecimientos, los ficio significativo alguno en pacientes con dolor
pacientes con dolor de espalda tenían un nivel más crónico de espalda, dolor temporo-mandibular o
alto de tensión muscular en su espalda (y solamen- fibromialgia. Siendo en estos casos la terapia física
te en los músculos de su espalda) que al inicio del y el biofeedback más efectivos que la relajación.
experimento. Los otros dos grupos no mostraron
cambios significativos en la tensión en la espalda.
5.2.3. Técnicas cognitivo-conductuales
En estudios similares en pacientes que sufren dolor
temporomandibular, el recuerdo del estrés y el do- Una de las mejores formas de ilustrar cómo se
lor elevaba la tensión en los músculos de la man- aborda el dolor desde la perspectiva cognitivo-
díbula, pero no en la zona lumbar de la espalda conductual se encuentra en la técnica de la inocu-
(Turk y Nash, 1993). Asimismo, también se ha lación del estrés (Meichenbaum, 1977), que ha sido
observado que los pacientes con dolor crónico ob- específicamente adaptada para el dolor por Turk,
tienen unas puntuaciones significativamente más Meichenbaum y Genest (1983). Más recientemen-
altas en la dimensión afectiva del MPQ que aquellos te, Williams (1993) también ha realizado una ade-
que sufren dolor agudo (Masedo y Esteve, 2002). cuada descripción del tratamiento cognitivo-con-
y que las puntuaciones más altas en catastrofismo, ductual del dolor.
que se refieren a afirmaciones que reflejan que el La inoculación del estrés para el tratamiento del
paciente no se siente capaz de continuar esforzán- dolor incorpora una serie de estrategias cognitivas

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Dolor crónico / 159

que lo que pretenden, en definitiva, es que el suje- cena que sea incompatible con la expe-
to aprenda a distraerse de las sensaciones de dolor riencia del dolor.
o a situar la sensación dolorosa en otro contexto e Transformación imaginaria del contexto,
(imaginativo) que le permita tolerarlo mejor. No cuyo propósito es que el paciente se ima-
obstante, en el procedimiento no se olvida introdu- gine que las sensaciones de dolor que está
cir también técnicas conductuales, la relaj ación por sintiendo están ocurriendo en otro contex-
ejemplo, con las que abordar el componente emo- to. El objeto de esto es que el sujeto trate
cional del dolor. La inoculación del estrés se desa- de «vivir» las sensaciones de dolor en otra
rrolla en tres fases que obviamente se van entrecru- situación en la que tendrían otro signifi-
zando a lo largo del desarrollo del tratamiento: cado totalmente distinto. La técnica se
fundamenta en que si las sensaciones se
1. La primera fase o fase educativa tiene como asocian con un estado emocional de valor
objeto ofrecer al cliente un marco conceptual más que de miedo y ansiedad, el dolor
(expresado siempre en términos asequibles disminuirá.
para él) que le permita entender en qué con- e Trasformación imaginaria del dolor, para
siste el dolor, cuáles son sus componentes lo cual el sujeto debe rotular las sensacio-
y qué elementos incorpora el programa de nes dolorosas en términos de entumeci-
tratamiento para conseguir su alivio. Se tra- miento o tirantez.
ta de presentar un marco lógico de actuación e Somatización, a través de la cual se le
más que un modelo científico preciso, por- enseña al sujeto a atender al dolor pero
que lo que se pretende en esta fase es moti- analizándolo de una manera objetiva,
var al paciente y fortalecer su adhesión al como si tuviese que describir las sensa-
tratamiento. ciones que está sintiendo a otra persona.
2. La fase de adquisición y entrenamiento en e Distracción de la atención a través de
habilidades específicas sirve para entrenar al otras actividades en las que él sea capaz
sujeto en las distintas habilidades que puede de concentrarse.
utilizar para afrontar cada uno de los compo-
nentes del dolor. Un elevado arousal suele Dentro de esta fase se introduce el en-
conllevar un alto grado de tensión muscular trenamiento autoinstruccional, con el que
que potencia y mantiene la sensación de do- se pretende que la persona aprenda a auto-
lor. Por lo tanto, de cara a reducir el efecto rregular su conducta y poner en marcha las
de este factor sobre la percepción del dolor, técnicas de afrontamiento que ha aprendido.
se entrena al sujeto en alguna técnica de re- Para ello se utilizan verbalizaciones auto-
lajación muscular y se le instruye para utili- dirigidas que deben describir operativamen-
zarla ante aquellas situaciones que pueden te la conducta a realizar en cada uno de los
desencadenar la aparición del dolor. Por otra cuatro momentos descritos por Mei-
parte, a través de técnicas basadas en el uso chenbaum (1977):
de la imaginación fundamentalmente, el su-
jeto puede aprender a controlar la atención a) Preparación para la aparición de la es-
que presta a las sensaciones de dolor e, in- timulación aversiva (por ejemplo, «pien-
cluso, a modificar el valor afectivo del dolor sa en la estrategia que has entrenado en
situándolo en otro contexto. Entre dichas el momento que el dolor aparezca»).
técnicas se encuentran las siguientes: b) Afrontamiento y control de la estimula-
ción dolorosa (por ejemplo, «no pienses
e Distracción imaginativa, en la que se ins- en el dolor, sino en lo que tienes que
truye al sujeto para que imagine una es- hacer para aliviarlo»).

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160 / Manual de psicología de la salud

c) Control de las respuestas emocionales mejoría variables como experiencia de dolor, con-
en el momento en que uno se puede ductas de dolor, funcionamiento social, estado emo-
sentir abrumado por el dolor (por ejem- cional o uso del sistema sanitario (Morley, Eccles-
plo, «debo esperar que el dolor aumen- ton y Williams, 1999). Es por ello que estas
te algunas veces»). intervenciones multicomponentes basadas en la
d) Autorrefuerzo (por ejemplo, «lo he he- modificación de conducta pueden considerarse
cho bastante bien»). como tratamientos bien establecidos para los casos
de dolor crónico (Fishbain, 2000).
3. En la fase de aplicación, se busca que el
paciente vaya poniendo en práctica las ha-
5.2.4. La terapia de aceptación
bilidades aprendidas en situaciones cotidia-
y compromiso
nas y cada vez más cercanas a las que ocu-
rre el problema. Para ello, se puede utilizar Dentro de la terapia de conducta, las llamadas
tanto el entrenamiento en imaginación como terapias de tercera generación y, en particular, la
el role-playing. De cara a optimizar el re- Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), cons-
sultado del entrenamiento puede ser muy tituyen un modo novedoso de abordar el dolor cró-
importante que el paciente, inicialmente, nico. El objetivo de la ACT es enseñar al paciente
verbalice en voz alta las instrucciones que a convivir con el dolor, recuperando en la medida
está utilizando en cada momento para hacer de lo posible la normalidad y con ella los aspectos
frente al dolor. Progresivamente, se irá ate- valiosos de la vida que ha abandonado tras su apa-
nuando dicho dialogo hasta hacerlo silente. rición. Básicamente, la aplicación de la ACT al
Por otra parte, también se ha encontrado útil dolor crónico sigue las mismas fases que se utilizan
que el propio paciente, cuando esté suficien- en otros problemas. A continuación, se describen
temente entrenado, instruya a otro nuevo en detalle. Las metáforas y ejercicios que se citan
paciente de cara a consolidar el aprendizaje pueden encontrarse completas en (Hayes, Strosahl
de las habilidades de afrontamiento. y Wilson, 1999; Wilson y Luciano, 2002). Recien-
tes estudios han mostrado la utilidad del procedi-
Los programas cognitivo-conductuales, que go- miento para el tratamiento del dolor crónico (Vowles
zan de gran popularidad, también han demostrado y McCracken, 2008).
resultados satisfactorios en el manejo del dolor
crónico. En un metaanálisis realizado sobre 65 Desesperanza creativa. Iniciando de este modo
estudios de tratamiento, Flor, Fydrich y Turk (1992), la terapia del dolor, lo que se quiere conseguir es
mostraron mejoras no sólo en cuanto a los efectos ayudar al paciente a tomar consciencia de la falta de
directos del tratamiento, como la apreciación del efectividad de las estrategias que ha empleado hasta
dolor, el estado de ánimo o su efecto sobre la vida el momento para paliar o eliminar el dolor, ponién-
diaria, sino también en el trabajo y en el uso de los dole en perspectiva de otras formas de responder ante
cuidados de la salud. En cualquier caso, hoy por él. No se debe caer en el análisis del contenido de la
hoy no se puede precisar el alcance terapéutico de historia que el paciente cuenta, de las maniobras
las técnicas cognitivo-conductuales, puesto que su particulares que ha realizado ni en el análisis del tipo
aplicación se suele hacer dentro de los llamados de pensamientos o en las llamadas distorsiones cog-
multicomponentes, en los que se incluyen también nitivas. Por el contrario, lo que se debe subrayar es
técnicas fisiológicas, conductuales, relajación, et- la falta de utilidad de lo que se ha hecho para elimi-
cétera (Díaz et al., 2003). No obstante, esta aproxi- nar el dolor. En muchos casos, tal como veremos al
mación multicomponente sí parece haber demos- hablar de la cefalea por sobre-abuso de medicación,
trado su efectividad en el tratamiento de distintos la medicación no sólo se verá como inefectiva, sino
tipos de dolor crónico, tomando como índice de como la causa específica de este tipo de cefalea. Para

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Dolor crónico / 161

TABLA 8.3
Fases del tratamiento de la ACT para el dolor crónico (Robinson, Wicksell y Olsson, 2004)
" .
CIHucas

Desesperanza creativa Ayudar al paciente a percibir la falta de ¿ Qué se ha intentado y cómo ha funcionado?
eficacia de sus estrategias para combatir El científico habla del dolor.
el dolor. La metáfora del agujero y la pala.
Mostrarle otras formas de responder al dolor. Discrepancia entre acciones valiosas y ac-
ciones reales.
Evaluación del catastrofismo.

El control como problema Ayudar al paciente a ver la eliminación del Mostrar el papel de los eventos privados en
dolor como una estrategia que no funcio- la experiencia del dolor.
na. Metáfora del polígrafo.
Ayudarle a ver la relación entre control y Malestar «limpio» o «sucio».
sufrimiento. Metáfora de las dos escalas.
Metáfora de la sopa de letras.

Alterar el papel Ayudar al paciente a ver sus pensamientos Metáfora de encontrar un sitio para sentarse.
del lenguaje y sentimientos, incluyendo las razones Metáfora de los pasajeros en el autobús.
que se da para explicar su comportamien- Ejercicio de la observación del flujo de la
to, desde la perspectiva de un observador. experiencia privada.
Ayudarle a debilitar el contexto verbal/social Ejercicio de· sacar la mente de paseo.
que controla el dolor. El uso de las razones como causas.

El self como contexto Ayuda al paciente al ver el self como algo Metáfora del tablero de ajedrez.
distinto de su mente. Ejercicio del observador.
Establecer un lugar seguro para vivir las Ejercicio de escoger una identidad.
experiencias relacionadas con el dolor.

Valores Enseñar al paciente a identificar los valores Metáfora del jardín.


importantes de su vida Proporcionarle Ejercicio de los calcetines Perigó.
fuerza motivacional para seguir funcio- Carta a un ser querido.
nando con el dolor. Metáfora de la montaña.
Montar en bicicleta.

Patrones de acción Ayudar a desarrollar e implementar planes Elección versus decisión.


y compromiso de conducta para cambiar la vida. Ejercicio del salto.
Metáfora de la ciénaga

ilustrar cómo lo hecho por el paciente no ha funcio- ha caído. En este mismo sentido, se puede empezar
nado se pueden usar metáforas como la de la pala y a plantear al paciente la discrepancia entre las accio-
el agujero. En ella, en síntesis, se cuenta la historia nes valiosas para él y las acciones reales que está
de una persona que cae en un hoyo profundo y para llevando a cabo. Muchas veces, todas sus acciones
salir de él utiliza lo único que tiene a su alcance, que van dirigidas a evitar el dolor, y ello supone evitar
no es otra cosa que una pala. Usa la pala porque cosas verdaderamente importantes como estar con
dispone de ella, sin darse cuenta de que lo único que sus amigos. Evaluar el catastrofismo y los pensa-
ha hecho es hacer más grande el agujero en el que mientos negativos exagerados que acompañan al

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162 / Manual de psicología de la salud

dolor es también una tarea inicial de la terapia, ya cional y cognitiva de la que se solía acompañar,
que se ha demostrado que éste se asocia con un haciéndolo más tolerable.
mayor dolor, mayor consuno de medicación y un
peor funcionamiento vital. Alterar el papel del lenguaje. El objetivo de
esta parte del tratamiento es enseñar al paciente a
El control como problema. En esta fase se ana- distanciarse de los sentimientos y pensamientos
lizan en detalle con el paciente cuáles han sido sus sobre su experiencia del dolor que no hacen sino
estrategias de control del dolor y cómo han funcio- que incrementar su sufrimiento. El lenguaje interno
nado. El énfasis se pone en mostrar cómo, en el sobre el dolor suele ser negativo y, en este sentido,
mejor de los casos, los intentos para controlar el se puede mostrar la diferencia entre lo meramente
dolor (como distraerse o recurrir a determinadas descriptivo y lo valorativo. Así, calificar un dolor
drogas) pueden funcionar a corto plazo, pero inme- como punzante y muy intenso no es lo mismo, en
diatamente después se suele sentir igual o peor que cuanto a su repercusión emocional, que calificarlo
antes. Además, se ha de subrayar cómo en aquellos como «un dolor horrible que está arruinando mi
casos en los que el intento de control no funciona el vida». El manejo adecuado que puede hacerse de
dolor se intensifica y se siente un mayor malestar. los eventos privados que están provocando un con-
En este punto puede ser adecuada la conocida metá- tinuo desgaste emocional se puede ilustrar con la
fora del polígrafo. En ella se ve a una persona inten- metáfora de los pasajeros en el autobús. En ella los
tando controlar sus índices fisiológicos de ansiedad pensamientos y emociones dañinas asociados al
bajo la amenaza de muerte sino lo consigue. El re- dolor son como los pasajeros molestos y amena-
sultado es que su ansiedad se dispara. Del mismo zantes de un autobús del que el paciente es el con-
modo que cuando el paciente intenta controlar el ductor. Cuando esos pasajeros molestan, el conduc-
dolor y no lo consigue, su experiencia se toma mucho tor se limita a seguir sus instrucciones para evitar
más desagradable. En este punto, se introduce el tratar de calmarles, o bien tiene que parar el autobús
concepto del dolor limpio en oposición al dolor sucio. y enfrentarse a ellos. En ambos casos, el paciente
Con él se quiere mostrar cómo el grado de dolor que ha detenido su vida y la lleva, bajo amenaza, por
se siente está también en función de las respuestas un camino que no quiere. Para recuperar el control,
emocionales y los pensamientos que lo acompañan. el conductor debe seguir conduciendo el autobús
La frustración, la rabia y el deseo que pare de una por la ruta de su vida, ya que así comprobará que
vez sólo provocan más dolor. Si esto es así, dejar de los pasajeros dejan de molestarle porque, aunque
esforzarse para salir del dolor hace que éste se viva puedan amenazarle, no pueden cumplir sus amena-
de modo un limpio y sin cargas emocionales. La zas. Para explorar esos eventos internos que están
metáfora de las dos escalas se puede utilizar para interfiriendo en la vida del paciente, sobre todo con
ilustrar este aspecto. En ella se propone al paciente aquellos más ansiosos, puede usarse el ejercicio de
la existencia de dos escalas que van de Oa 100 para la observación del flujo de la experiencia privada.
medir y controlar el dolor. Con la primera de ellas, Mediante ejercicios de respiración se favorece la
que es la que ha usado siempre, se trata de mantener relajación del paciente y se le invita a que observe
el dolor a O. Tan pronto como suba a 10,30 ó 90 se su actividad mental y que vivencie cualquier pen-
trata de reducir el dolor a O. Los resultados de este samiento o sentimiento sobre el dolor (aunque sea
modo de actuar no funcionan o hacen que el dolor desagradable) sin tratar de apartarlo o atraerlo.
se acabe disparando aún más. Frente a ello existe la Finalmente, dentro de este apartado se trata de
posibilidad de usar otra escala en la que hay que poner en cuestión la creencia común de que sólo
dejar fluctuar libremente el dolor sin hacer nada para actuamos por determinadas razones que a la postre
controlarlo. Dejarlo subir a 90 y observar cómo son la causa de nuestro comportamiento. En un
posteriormente desciende. De este modo, habrá dolor, ejemplo común, un paciente puede indicar que no
pero será un dolor limpio, sin la contaminación emo- sale a caminar como le recomendó el médico porque

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Dolor crónico / 163

no encuentra ningún sitio agradable y que le guste tinuo sentimiento de dolor y depresión le hacen
para ello. Aun cuando eso pueda ser una razón para imposible vivir la vida de una manera valiosa. El
no hacerlo, la realidad es que el que no encuentre ejercicio de los calcetines de Perigó puede ser una
un sitio adecuado no es la causa de que no vaya a forma útil para introducir el hecho de que los sen-
caminar, ya que se puede caminar por una senda, timientos no son un obstáculo para vivir conforme
aunque ésta no le guste. a los valores. En este ejercicio se presenta a una
persona que puede no tener ningún sentimiento
El self como contexto. En esta fase del tratamien- hacia unos calcetines, pero que puede comportarse
to la meta es ayudar al paciente a ver que hay un como si esos calcetines fuesen lo más importante
lugar en el cual el dolor puede ser experimentado de de su vida. Se pueden tener sentimientos inconsis-
un modo no tóxico. Para ello el ejercicio del obser- tentes con un valor y comportarse de forma con-
vador o la metáfora del tablero de ajedrez puede sistente con ese valor. Al final, el paciente tendrá
ayudar a que el paciente deje de verse como lo que que realizar una elección entre mantener su modo
piensa y siente (contenido) y gradualmente pase a de afrontar el dolor tratando de eliminarlo, con-
entenderse como el contexto en el que ocurren esos trolarlo y justificar todo ello u optar por un cambio
contenidos. En la metáfora del tablero de ajedrez se en su comportamiento en la línea de sus valores.
describen los eventos privados negativos como las El trabajo sobre los valores se hace al principio y
fichas negras, y las fichas blancas como los pensa- al final de la terapia y resultará más laborioso
mientos y sentimientos positivos que tratan de ganar cuanto mayor sea la historia de dolor crónico del
a las negras. Sin embargo, esa guerra nunca tiene paciente. En la medida que se completa la evalua-
final, porque, gane quien gane una batalla, siempre ción de los valores y se establecen metas concre-
habrá otra, y con ello el desgaste de estar siempre tas, se identifican los déficit de habilidades (aser-
luchando. Sin embargo, si la persona se percibe como tividad, lenguaje, solución de problemas, etcétera)
el tablero en el que se libra la batalla, podrá observar para entrenarlas en el paciente en esta fase final de
esa lucha desde un sitio seguro sin implicarse en una la terapia.
guerra que nunca tendrá un ganador.
Patrones de acción y compromiso. En esta fase
Valores. Los valores marcan el rumbo de la del tratamiento se trabaja con el paciente para apo-
conducta a lo largo de la vida, aunque suelen ir yar su voluntad para sentir el dolor sin tratar de
reordenándose con el tiempo. Por su propia defini- evitarlo a toda costa, aceptarlo e introducir los
ción, son más abstractos que las metas concretas cambios de conducta necesarios para alcanzar una
que cada persona se va marcando a lo largo de los vida valiosa. Este planteamiento supone en sí mis-
años y, al contrario de lo que ocurre con las metas, mo una amenaza para el paciente, cuyo objetivo ha
no pueden ser alcanzados de un modo permanente. sido siempre librarse del dolor. Los cambios de
Es por ello que un cambio de conducta dirigido conducta que se piden se sintetizan en inglés en los
hacia un valor puede ser más estable en el tiempo acrósticos FEAR (fusión con los pensamientos,
que el dirigido a una meta. Con los pacientes con evaluación de la experiencia, evitación de la expe-
dolor crónico la discusión sobre los valores puede riencia y dar razones para la conducta) y ACT
tropezar con algunas dificultades. Por un lado, ha- (aceptar sus reacciones y estar en el momento pre-
blar sobre lo que es importante en su vida, genera sente, elegir una dirección valiosa y tomar las ac-
fuertes respuestas emocionales como ansiedad y ciones necesarias para seguirla).
tristeza. Los pacientes con dolor crónico experi-
mentan una enorme brecha entre lo que ellos están
5.2.5. Conclusiones
haciendo para cuidarse y cómo querrían vivir sus
vidas. Además, a menudo se confunde lo que son La complejidad dimensional del dolor hace que
valores y sentimientos. Muchos creen que su con- las distintas intervenciones psicológicas que se pue-

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164 / Manual de psicología de la salud

den iniciar para paliarlo sólo sean adecuadas si se ha En los últimos años, de la mano de las llamadas
conseguido establecer previamente la naturaleza terapias de tercera generación, y dentro de la tera-
precisa de la queja del paciente. Si, por ejemplo, las pia de conducta, ha emergido un nuevo modo de
manifestaciones verbales de dolor e incapacidad fí- abordar el tratamiento del dolor crónico cuya dife-
sica que puede mostrar una persona en un momento rencia más notable frente a los planteamientos tra-
determinado están mantenidas por las consecuencias dicionales quizá sea el abordaje integral del proble-
sociales de las mismas (atención, afecto, delegación ma. No se debe olvidar que la adaptación al dolor
de responsabilidades, etcétera) de poca utilidad sería crónico depende, en gran medida, del modo en que
otra intervención que no fuera la destinada a modi- la persona afronta cotidianamente ese dolor y del
ficar ese sistema de contingencias. apoyo que percibe de los otros (López-Martínez,
No es de extrañar entonces que los resultados Esteve-Zarazaga y Ramírez-Maestre, 2008). Como
sobre la eficacia de las técnicas terapéuticas estén, se puede haber notado, la ACT no busca eliminar
al menos en parte, en función del tipo de medidas el dolor de la vida de los pacientes (hecho poco
utilizadas para valorar el tratamiento y, a su vez, de probable dada la naturaleza crónica del mismo),
los diferentes tipos de tratamiento que parecen sino experimentarlo de un modo más tolerable y,
producir patrones característicos de cambio sobre sobre todo recuperar un estilo de vida lo más próxi-
las distintas medidas utilizadas (Pearce y Erskine, mo a los valores del paciente. Esta lógica choca
1989). Así, los programas operantes parecen más frontalmente con las expectativas de los pacientes,
efectivos para reducir el consumo de medicación e ya que el enfoque predominante del tratamiento del
incrementar la actividad física, mientras que los dolor (médico, social y psicológico) busca su total
programas cognitivo-conductuales parecen más efi- erradicación. En el mundo occidental, en los últimos
caces para reducir la intensidad percibida de dolor. 50 años se ha empleado una enorme cantidad de
Quizá, por ello, es cada vez más común la utili- recursos para desarrollar modos de evitar el dolor o
zación de los llamados programas multimodales. luchar para paliarlo. En este sentido, no se debería
En estos programas se suele incluir un amplio es- olvidar que cuando el dolor es inevitable se acaba
pectro de técnicas que han mostrado alguna utilidad tolerando, pero cuando el dolor puede evitarse se
para el alivio del dolor. Este uso clínico de la aproxi- transforma en algo intolerable. De este modo, el
mación multimodal supone un reto futuro para la mundo desarrollado ha creado, con todas las drogas
investigación experimental en este campo en la que disponibles para librarse del dolor, una fuerte into-
se está pendiente de determinar cuáles son los prin- lerancia y una incrementada sensibilidad al mismo
cipios activos de los tratamientos que son más ade- (Dahl y Lundgren, 2006). Es por esto que se hacen
cuados al dolor en particular que sufre cada pacien- necesarios estudios que valoren la eficacia de la ACT
te (Díaz et al., 2003). en relación a otros procedimientos establecidos.

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Cefaleas

1. CARACTERIZACiÓN DEL TRASTORNO la que tan sólo ellO por 100 de los casos de cefalea
tiene una etiología orgánica, mientras que el 90 por
Las personas que sufren cefaleas tienen, en mu- 100 restante sería de naturaleza-funcional.
chas ocasiones, grandes dificultades para desarrollar A pesar de ello y de que la intervención conduc-
su trabajo y sus labores cotidianas, lo cual revela tual sobre la base de técnicas de relajación y/o bio-
tanto su padecimiento como el costo social y labo- feedback ha demostrado una clara y notable efecti-
ral del problema. Los datos epidemiológicos indican vidad en el alivio del dolor de cabeza (Schwartz, 1995;
que la cefalea está muy estrechamente relacionada Penzien, Rains y Andrasik, 2002), la práctica clínico-
con la edad y el sexo. Las mujeres son las que pa- terapéutica habitual sigue siendo, en muchos casos,
decen con mayor frecuencia este problema y tam- la farmacoterapia. En particular, se ha destacado que
bién los ataques más incapacitantes y de mayor el uso continuado de medicamentos para aliviar el
severidad. En conjunto se ha estimado, según di- dolor (que pueden ser muy efectivos cuando se ad-
versas investigaciones, que la cefalea afectaría ministran durante períodos de tiempo limitado) pue-
aproximadamente a un 10-16 por 100 de los hom- de provocar una dependencia que conduce a un
bres y a un 20-26 por 100 de las mujeres (Van der mayor consumo del fármaco y, a la postre, a una
Helm-Hylkema, 1990; Russell, Kristiansen, Saltyté- cronificación del dolor de cabeza.
Benth y Kvrerner, 2008). Entre un 3 por 100 y 5 por En resumen, se podría afirmar que, puesto que
100 de la población sufren dolor de cabeza casi a la cefalea es en la mayoría de los casos un proble-
diario (Gladstone, Eross y Dodick, 2003). Por lo ma funcional para el que sólo se dispone de un
que respecta a la edad, en el caso de la migraña, no tratamiento médico sintomático y, a corto plazo, la
se observan diferencias importantes en su prevalen- intervención conductual, cuya eficacia ha sido pro-
cia hasta la pubertad; a partir de este momento se bada a lo largo de las tres últimas décadas, se pre-
hace hasta 2,5 veces más frecuente en la mujer que senta como alternativa viable y efectiva al uso con-
en el hombre (Stang y Osterhaus, 1993). A partir tinuado de fármacos para un amplio grupo de
de los 45 años se observa un ligero descenso de su pacientes (Penzien, Rains y Andrasik, 2002).
prevalencia, tanto en hombres como en mujeres
(Russell et al. 2008).
Aunque el dolor de cabeza puede estar causado 2. CLASIFICACiÓN DE LOS DOLORES
por diversas alteraciones orgánicas como la epilep- DE CABEZA
sia, tumor intracraneal, enfermedades de la vista,
de los oídos, bucodentales o por los efectos secun- En 1962, el Ad hoc Cornmittee para la clasificación
darios de algunos fármacos, en la mayor parte de de las cefaleas describió hasta 15 categorías de dolor
los casos se trata de cuadros funcionales. Se calcu- de cabeza. En 1988, la Intemational Headache Socie-

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166 / Manual de psicología de la salud

ty actualizó dicha clasificación buscando unos criterios TABLA 9.1


diagnósticos y una descripción más exacta de las
Criterios diagnósticos de la cefalea tensional
distintas categorías que se habían establecido para la episódica según The International Classification
cefalea. Básicamente, las cefaleas primarias o los of Headache Disorders, 2nd Edition (2004)
dolores de cabeza sin etiología orgánica se dividieron
en cuatro grandes categorías: cefaleas de tipo tensio- 1. Al menos diez episodios que presenten una frecuen-
nal, migraña, dolor de cabeza en racimos y dolores de cia 21 pero < 15 días al mes durante tres meses (212
cabeza diversos. De acuerdo a la clasificación de 1988, y < 180 días al año) y que satisfagan los criterios 2
desaparecen los términos de migraña clásica y común, y 4.
siendo sustituidos por el de migraña con o sin la pre- 2. Duración del episodio de 30 minutos a 7 días.
sencia de aura, al tiempo que desaparece, definitiva- 3. El dolor debe reunir dos de las siguientes caracte-
mente, la denominación de cefalea vascular. En 2004, rísticas:
se ha hecho una revisión del sistema de clasificación a) Opresivo/tirante (no pulsátil).
del dolor de cabeza que ha incluido pocos cambios, b) Intensidad leve o moderada que puede inhibir
pero alguno de ellos bastante significativo (véase http:// pero no impide realizar otras actividades.
ihs-classification.org/en/). Entre éstos se encuentra el e) Localización bilateral.
reconocimiento del incremento de la prevalencia, d) No se agrava al realizar otras actividades físicas
dentro de las cefaleas secundarias, de un tipo de dolor rutinarias como caminar o subir escaleras.
de cabeza cada vez más común ligado a mal uso de 4. Debe caracterizarse por la:
los fármacos llamado cefalea por sobreabuso de me- a) Ausencia de náuseas y vómitos (anorexia puede
dicación (Olesen, 2005). ocurrir)
b) Ausencia de fotofobia o fonofobia o sólo una de
las dos debe estar presente.
2.1.. Cefalea tensional 5. No atribuible a otra alteración.
La cefalea tensional (véase tabla 9.1) representa
alrededor del 80 por 100 de los casos de dolor de
cabeza funcional. En la literatura es descrita bajo función de la presencia o ausencia de aura (véanse
múltiples nombres, como el de cefalea por estrés, tablas 9.2 y 9.3). En aquellos casos donde el ataque
cefalea psicomiogénica, cefalea idiopática o cefalea migrañoso se inicia con la presencia de un estado
psicogénica. Se caracteriza, básicamente, por un dolor prodrómico o aura, el sujeto no siente inicialmente
opresivo/tirante, de ligera o moderada intensidad, de dolor, aunque sí puede experimentar a menudo un
localización bilateral y que no empeora con la activi- estado de desasosiego además de vómitos, mareos
dad física rutinaria. Aunque no se acompaña de náu- y alteraciones visuales y/o auditivas. Durante esta
seas, puede presentarse con fotofobia o fonofobia. fase se produce una constricción de los vasos san-
Aunque en la clasificación del HCC (1988) se guíneos cerebrales que parece provocar una caída
enfatiza el ajuste de cada caso de cefalea a un único de la presión sanguínea en todo el cerebro (Woods,
criterio diagnóstico, la realidad es que un amplio 1994). No obstante, hay muchos pacientes migra-
grupo de pacientes que sufren dolor de cabeza ñosos que no muestran queja subjetiva alguna du-
(hasta un 30-40 por 100 de los mismos) presenta un rante esta fase. Al cabo, como máximo, de una hora,
cuadro mixto de migraña y cefalea tensional (Van se desencadena el ataque migrañoso, durante el que
der Helm-Hylkema, 1990). el paciente sufre un dolor de cabeza unilateral,
pulsátil y de intensidad moderada que se agrava con
cualquier otra actividad física. Esta fase parece que
2.2. Migrañas
se explica por una vasodilatación de las arterias
De acuerdo con la clasificación del ICHD, se extracraneales asociada a una inflamación estéril
hablará básicamente de dos tipos de migraña en de los tejidos próximos a éstas. La causa del dolor

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Cefaleas / 167

TABLA 9.2 TABLA 9.3


Criterios diagnósticos de la migraña sin aura Criterios diagnósticos de la migraña con
según The International Classification of aura según The International Classification of
Headache Disorders, 2nd Edition (2004) Headache Disorders, 2nd Edition (2004)

1. Al menos cinco episodios de migraña que satisfagan 1. Al menos dos episodios cumpliendo el criterio 2
los criterios 2 y 4. y 4.
2. Episodios de dolor de cabeza de una duración entre 2. El aura se caracteriza por, al menos, una de las si-
4 y 72 horas (sin tratar o tratados sin éxito). guientes cualidades, pero no por debilidad motora:
3. Dolor de cabeza con al menos dos de las siguientes a) Síntomas visuales completamente reversibles
características: que incluyen características positivas (como
a) Unilateral. luces, líneas o puntos) y/o negativas (como pér-
b) Pulsátil. dida de visión).
e) Intensidad moderada o severa inhibe o impide b) Síntomas sensoriales completamente reversibles
las actividades diarias. que incluyen características positivas (como
hormigueo y agujas) y/o negativas (como entu-
d) Se agrava o causa la evitación de actividades físi-
mecimiento).
cas rutinarias (como caminar o subir escaleras).
e) Alteración disfásica del habla completamente
4. El episodio se acompaña de al menos una de las
reversible.
siguientes características:
3. Al menos, dos de las siguientes:
a) Náuseas y/o vómitos.
a) Síntomas visuales homónimos y/o síntomas
b) Fotofobia y fonofobia.
sensoriales unilaterales.
5. No atribuible a otra alteración.
b) Al menos, un síntoma de aura que se desarrolla
gradualmente sobre un período igualo mayor a
5 minutos y/o diferentes síntomas de aura que
se situaría en la liberación de los agentes bioquí- ocurren sucesivamente sobre un período igual
micos bradikinina y neurokinina, que son también o mayor a 5 minutos.
los causantes de la inflamación. 4. Los criterios 2 y 4 del dolor de cabeza de la migra-
ña sin aura comienzan durante el aura o siguen al
aura dentro de un intervalo de 60 minutos.
2.3. Cefalea por sobreabuso de medicación
5. No atribuible a otra alteración.
La cefalea por sobreabuso de medicación, pre-
viamente denominada dolor de cabeza de rebote o
dolor de cabeza inducido por las dogras, se refiere problemas. El establecimiento del diagnóstico de
a aquellos cuadros de cefalea, bien migrañosa bien este tipo de cefalea es clínicamente muy importan-
tensional, que se agravan por el uso indebido de te porque los pacientes no suelen responder a la
fármacos paliativos. De hecho, la causa más común medicación profiláctica mientras abusan de la me-
del dolor de cabeza migrañoso, que aparece unas dicación para el dolor agudo (ICHD, 2004).
15 veces al mes, y el cuadro mixto de migraña y Entre los fármacos que se utilizan para el trata-
dolor de cabeza tensional, que ocurre con esta fre- miento de la migraña, y que pueden convertirse en
cuencia, se encuentra en el sobreabuso de medica- responsables de este tipo de cefalea, se encuentran
ción. El dolor de cabeza de tipo tensional se asocia la ergotamina, los triptanes, los analgésicos y los
en menor medida con el sobreabuso de la medica- opiáceos y sus posibles combinaciones. El abuso
ción. Además, puede ocurrir que las personas con de cada uno de estos fármacos, que debe ser supe-
propensión al dolor de cabeza desarrollen dolor de rior a un consumo de10 o 15 dosis al mes, provoca
cabeza por sobreabuso de medicación cuando toman un dolor con características propias y actúa a través
medicamentos para el dolor de cabeza para otros de mecanismos independientes. Así, mientras que

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168 / Manual de psicología de la salud

la cefalea asociada al abuso de ergotamina, analgé- TABLA 9.4


sicos u opiáceos se suele parecer mucho más en sus Criterios diagnósticos del dolor de cabeza por
síntomas a una cefalea tensional, el abuso de trip- sobreabuso de medicación según
tanes tiene como consecuencia una cefalea con The International Classification of Headache
características más próximas a una migraña. El Disorders, 2nd Edition (2004)
período de cronificación de la cefalea también varía
en función del fármaco. Así, el intervalo para los 1. Dolor de cabeza que satisface los criterios 3 y 4
triptanes es el más corto (1-2 años) y con un núme- quince o más días al mes.
ro menor de dosis, seguido del de la ergotamina 2. Sobreabuso habitual durante tres meses o más de
(3-5 años), mientras que el de los analgésicos es el uno o más fármacos que pueden ser tomados como
más largo, con un número de dosis similar a la er- tratamiento sintomático o agudo del dolor de cabeza.
gotamina (5-10 años) (Katsarava y Fritsche 2004). 3. El dolor de cabeza se ha desarrollado o empeorado
Desde una perspectiva psicológica, la cefalea acusadamente con el sobreabuso de medicación.
por sobreabuso de medicación tiene un especial 4. El dolor de cabeza se resuelve o vuelve a sus patro-
interés, ya que, al margen de la cefalea primaria a nes previos dentro de los dos meses posteriores al
partir de la cual evoluciona, existe una gran simi- abandono del sobreabuso de medicación.
laridad con el de cualquier fenómeno de adicción
a las drogas. El consumo continuado de los fárma-
cos para aliviar el dolor provoca un incremento de que la retirada de medicación no conlleva necesa-
tolerancia que lleva a la persona a incrementar la riamente la supresión total de la cefalea, sino su
dosis de los medicamentos para lograr la misma remisión al patrón previo del abuso de medicación.
eficacia. Llegado un punto del proceso, el fármaco
apenas surte efecto y el consumo se hace a diario
o casi a diario en relación directa con la presencia 3. MECANISMOS EXPLICATIVOS
del dolor de cabeza. Si en este momento se retira DEL DOLOR DE CABEZA
el medicamento, se produce un intenso efecto re-
bote, similar al síndrome de abstinencia, que no Haynes, Gannon, Bank, Shelton y Goodwin
cede si no se consume la dosis diaria; además, (1990) han propuesto sobre la base de su investiga-
pueden aparecer náuseas, vómitos o problemas de ción experimental que los cambios en el flujo de
sueño. De este modo se construye una adicción a sangre cefálico extracraneal en respuesta a situa-
los fármacos que lejos de servir para paliar el dolor ciones estresantes explicarían tanto el dolor como
sólo acaba sirviendo para evitar un efecto indesea- los síntomas asociados a la migraña y a la cefalea
ble del dolor. Por lo tanto, su tratamiento debe seguir tensional. En este estudio se expuso a 36 sujetos
los pasos del tratamiento de una adicción. que padecían migraña, cefalea tensional o cefalea
En primer lugar, se debe llevar a cabo la retirada, mixta a un estresor (una prueba de aritmética men-
bien abrupta o bien gradual, bajo la supervisión tal) durante una hora, diseñado para desencadenar
médica. Esa retirada puede ser muy molesta para el dolor de cabeza. Durante la prueba se midió la
el paciente, con lo que en algunos casos son fre- amplitud del volumen del pulso sanguíneo cefálico
cuentes las recaídas, en particular la probabilidad (AVPS). En 30 de los 36 sujetos experimentales se
de recaída se incrementa en función del tipo de desencadenó el dolor de cabeza, observándose una
cefalea a partir de la cual apareció la cefalea por estrecha relación entre el procedimiento y la AVPS.
sobreabuso de medicación y la medicación que se Además, en la mayoría de los sujetos se obtuvieron
ha consumido. La cefalea tensional o mixta y el uso correlaciones significativas entre el dolor de cabe-
de analgésicos predicen un nivel de recaída superior za y la AVPS cefálica. Los cambios en el flujo
al 60 por 100 (Katsarava, Limmroth, Finke Diener sanguíneo cefálico podrían dar cuenta del dolor de
y Fritsche, 2003). Además, se debe tener en cuenta cabeza de dos modos diferentes: 1) a través de la

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Cefaleas / 169

anoxia y el incremento en la concentración del TABLA 9.5


ácido láctico derivadas de la isquemia y contracción
Modelo de Olesen (1991) sobre la fisiopato lagía
sostenida de la musculatura estriada del cuello y la del dolor de cabeza
cabeza, y/o 2) a través de la distensión compensa-
toria de las arterias cefálicas y otros cambios, tales
como incremento circulatorio de neurokininas, ca-
tecolaminas, vasopresina y serotonina, en respues- Cefalea tensional Musculares y nerviosos.
ta a la isquemia localizada en otras regiones.
Migraña sin aura Musculares y nerviosos con esca-
Estos datos, además de demostrar experimental-
sa influencia vascular.
mente el hecho ampliamente reconocido de que el
estrés psicosocial puede desencadenar múltiples Migraña con aura Vasculares agravados en unos pa-
episodios de dolor de cabeza, reafirman el impor- cientes por influencias musculares
y en otros por influencias nervio-
tante papel del flujo sanguíneo cefálico en el mismo.
sas.
Siendo esto congruente con la teoría vascular, que
hipotetiza que la migraña es el resultado de cambios Aura Vasculares.
en el flujo sanguíneo -cefálico, y con la teoría de la
tensión muscular de la cefalea tensional, que pro-
pone que este dolor de cabeza es, ante todo, el re- Todo este cúmulo de datos confluyen en la lla-
sultado de la contracción sostenida de los músculos mada hipótesis de la convergencia del dolor de
de la cabeza y cuello y las modificaciones asociadas cabeza, que ha puesto en relación las características
en los patrones de flujo sanguíneo cefálico. clínicas de la evolución del dolor de cabeza con los
En esta línea, ülesen (1991) elaboró un modelo modelos fsiopatológicos actuales del mismo (Cady,
en el que se representan el papel que desempeñarían 2002; Cady, Schreiber, Farmer y Sheftell, 2007).
las distintas variables vasculares, musculares y ner- Según esta hipótesis, la cefalea tensional y la mi-
viosas o centrales en los diferentes tipos de dolor graña no sólo compartirían mecanismos explicativos
de cabeza (véase tabla 9.5). De acuerdo a este mo- similares, sino que los síntomas que manifiestan las
delo, los determinantes fundamentales del dolor en personas aquejadas de dolor de cabeza escalarían
la cefalea tensional serían los musculares y centra- desde la cefalea tensional, que, si no cesa, desem-
les, mientras que la influencia de la vasculatura bocaría en la migraña. Incluso otros tipos de dolor
sería mucho más débil. La migraña con aura se de cabeza como el síndrome temporomandibular
produciría fundamentalmente por alteraciones también se podrían explicar desde este mismo mo-
vasculares, que en algunos pacientes estaría agra- delo. En el caso particular de la cefalea por sobre-
vada por factores centrales y en otros por influencias abuso de medicación parece clara la implicación
musculares. En la migraña sin aura las alteraciones del la serotonina en el proceso, ya que se ha obser-
vasculares no serían tan extremas como ocurriría vado una disminución significativa de este neuro-
en la migraña con aura; sin embargo, el dolor de trasmisor en este tipo de pacientes, asociada al
cabeza puede ser igualmente intenso por la acción consumo de fármacos para aliviar el dolor.
de los factores centrales en unos casos y la combi-
nación de influencias musculares y centrales en
otros. El aura sin cefalea estaría explicada por la 4. EVALUACiÓN PSICOLÓGICA
actividad vascular sin el acompañamiento de las DEL DOLOR DE CABEZA
influencias centrales o musculares. Finalmente, en
los cuadros mixtos de migraña y cefalea tensional, La evaluación del dolor de cabeza debe estar
el tipo de dolor de cada episodio dependerá de la dirigida al estudio de la naturaleza del dolor. De
magnitud de la influencia vascular o muscular, res- especial importancia es dilucidar el carácter, bien
pectivamente. operante, bien respondiente, de la cefalea, además

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170 / Manual de psicología de la salud

del tipo de situaciones que la provoca, mantiene o 5.1.2. Migraña


exacerba, ya que de ello dependerá el tipo de inter-
vención que se propondrá al sujeto. Los fármacos utilizados en el tratamiento de la
Para llevar a cabo dicha evaluación será necesa- migraña buscan inhibir la acción de las sustancias
rio realizar, básicamente, el análisis funcional del vasoactivas y reducir la actividad vasomotora y la
problema, para lo cual puede ser de gran utilidad inflamación. En la actualidad, el tratamiento farma-
el autorregistro en el que se pueda observar, además cológico profiláctico más extendido se basa en el
de la frecuencia, duración e intensidad subjetiva del uso del propanolol, cuya efectividad se ha mostra-
dolor, las situaciones que habitualmente desenca- do reiteradamente a lo largo de las últimas décadas
denan la cefalea, así como la conducta motora y/o (Holroyd y Penzien, 1990; Ashtari, Shaygannejad
verbal que aparece contingentemente al dolor. Aun y Akbari, 200S). Este medicamento bloquea los
cuando es posible realizar una valoración más ex- receptores betaadrenérgicos de los vasos sanguíneos
haustiva de los distintos componentes del dolor disminuyendo la vasodilatación.
(véase capítulo S), este análisis puede ser suficien- No obstante, a pesar de su efectividad, se debe
te para decidir si la intervención se ha de funda- tener en cuenta que la farmacoterapia no actúa
mentar en técnicas de desensibilización emocional, sobre los mecanismos etiopatogénicos del problema,
técnicas operantes o si el sujeto requiere ser entre- sino que es un tratamiento sintomático y/o profilác-
nado en algunas habilidades cuya carencia le haga tico. Además, su uso continuado, que supone un
muy difícil manejar satisfactoriamente distintas elevado costo económico, puede dar lugar a efectos
situaciones de la vida cotidiana (familiares, profe- secundarios nocivos de tipo hepático, gastrointes-
sionales o interpersonales). tinal, etcétera. Si a ello añadimos que la efectividad
del propanolol, que es claramente superior al pla-
cebo, es similar al del tratamiento conductual ba-
5. TRATAMIENTOS DEL DOLOR sado en técnicas de relajación y biofeedback (Hol-
DE CABEZA royd y Penzien, 1990), resultaría que este tipo de
intervención psicológica se presenta como una so-
5.1. Tratamiento farmacológico lución satisfactoria para muchos pacientes aqueja-
dos de migraña, libre de los costos y efectos secun-
5.1.1. Cefalea tensional
darios antes mencionados.
Para el tratamiento de la cefalea tensional se
utilizan, además de los analgésicos, tranquilizantes 5.2. Tratamiento dietético
y antidepresivos. Los analgésicos, en un sentido
amplio, buscan romper el círculo tensión-dolor que El tratamiento dietético, que es especialmente
se presenta en este tipo de cefaleas. Por su parte, los recomendable en los casos de migraña, tiene un
tranquilizantes y antidepresivos buscan aliviar los efecto profiláctico, ya que la ingesta de determina-
efectos emocionales colaterales que en forma de dos alimentos puede desencadenar el ataque migra-
ansiedad, irritabilidad o tristeza, suelen acompañar ñoso debido a sus potentes efectos vasoactivos. En
la experiencia del dolor. Curiosamente, aunque este sentido, se recomienda reducir y/o eliminar de
muy en consonancia con una visión psicológica de la dieta una serie de alimentos (véase tabla 9.6).
la experiencia del dolor, de entre estos fármacos, Particularmente se han de evitar, en la medida de
los que parecen mostrar una mayor efectividad lo posible, todos aquellos que sufren un proceso de
son los tranquilizantes y antidepresivos, lo cual fermentación en su elaboración, tal como ocurre en
se entiende desde la perspectiva de que el alivio muchos quesos o con el yogur, ya que éstos contie-
de los correlatos emocionales que conlleva el nen tiramina que es una de las sustancias
padecimiento del dolor crónico disminuye su vas más comunes. La precaución respecto a la co-
percepción subjetiva. mida china se fundamenta en la presencia en esta
Cefaleas / 1

cocina de importantes cantidades de glutamato de tura se puede concluir que el entrenamiento en


monosodio. De hecho, se ha llegado a hablar del relajación muscular parece ser la terapéutica de
síndrome del restaurante chino caracterizado por elección en el caso de la cefalea tensional, ya que
sudoración, tensión facial y un dolor de cabeza su aplicación no requiere una instrumentación so-
pulsátil, debido al consumo de dicha sustancia. fisticada como la de las técnicas de biofeedback y
muestra una eficacia comparable a ellas. En la re-
visión clásica de Blanchard, Andrasik, Ahles, Te-
TABLA 9.6 dees y ü'Keffe (1980), el empleo de biofeedback
EMG, el entrenamiento en relajación muscular o la
Alimentos que se deben reducir y/o eliminar en
combinación de ambos métodos mostraron la mis-
las personas aquejadas de migraña
ma efectividad, alrededor de 60 por 100 de mejoría
En general, todos los alimentos fermentados, por ejemplo: al final del tratamiento. Revisiones más recientes
Quesos (cabrales, gruyere, camembert, mahón, et- concluyen, en la misma línea, que: el entrenamien-
cétera). to en relajación sigue siendo el procedimiento ha-
Embutidos (salami, perritos calientes, etcétera). bitualmente más usado en los tratamientos conduc-
Pan, galletas o pastelillos recién hechos. tuales de la cefalea tensional; que sirve para reducir
Los alimentos en escabeche. de una forma significativa el número de episodios
Bebidas alcohólicas (no más de dos copas en un día). de cefalea tensional; que es más eficaz que un pla-
Carne de cerdo (no más de dos o tres veces a la semana). cebo; que su eficacia es comparable a la del biofeed-
Chocolate.
back y que en torno a un 50 por 100 de los pacien-
Cítricos.
Comida china. tes con cefalea tensional experimentan un alivio
Habas. muy notable gracias a la relajación muscular (Hol-
Higos en conserva. royd y Penzien, 1994; Lehrer, Carr, Sargunarj y
Plátanos (no más de medio plátano al día). Woolfolk, 1994; Penzien, Rains y Andrasik, 2002).
Pizza. Esta eficacia de la relajación muscular parece ex-
Té, café o bebidas con cola (no más de cuatro tazas al tensible a los casos de dolor de cabeza infantil (Díaz,
día). Comeche y Vallejo, 2003).
El biofeedback (EMG) también ha mostrado su
5.3. Tratamientos psicológicos
efectividad en el dolor de cabeza tensional (Grazzi,
D' Amico y Bussone, 1992; Smitherman, Penzien,
De entre las técnicas de modificación de con- Rains, 2007), optimizándose, probablemente, cuan-
ducta utilizadas para el tratamiento de las cefaleas do se adopta una estrategia de entrenamiento pasi-
destacan, por la amplitud de su uso y por su efica- va más que activa para el control de la señal (Come-
cia, el entrenamiento en relajación muscular y el che, Vallejo y Díaz, 1997,2000). No obstante, en
biofeedback. No obstante, otras técnicas, tales como un gran número de estudios se utiliza este tipo de
el entrenamiento en asertividad o de reestructura- biofeedback en combinación con la relajación mus-
ción cognitiva, también pueden tener cabida cuan- cular, cuando no existe una evidencia suficiente de
do las características del caso lo demanden. que la suma de ambos procedimientos sea superior
a cualquiera de los dos por separado (Primavera y
Kaiser, 1992; Compas, Haaga, Keefe, Leitenber y
5.3.1. Entrenamiento en relajación
y biofeedback Williams, 1998).
Un aspecto que parece esencial en el entrena-
El entrenamiento en relajación muscular se ha miento en relajación muscular es la práctica en
propuesto como un primer paso, en muchos casos casa. En este sentido, se ha subrayado que la prác-
suficiente, para el tratamiento de la cefalea. Bási- tica diaria de la relajación puede estar directamen-
camente, de los resultados publicados en la litera- te relacionada con el éxito terapéutico. Blanchard,

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172 / Manual de psicología de la salud

Nicholson, Radnitz, Steffek, Appelbaum y Detinger donaron esta atractiva hipótesis y el entrenamiento
(1991) encontraron que, particularmente en las de esta señal de la temperatura diferencial, ya que
cefaleas tensionales, el grupo de sujetos que prac- los datos indicaban que el entrenamiento en el in-
ticaron la relajación muscular progresiva en su cremento en la temperatura de la mano, que corre-
domicilio mejoraron significativamente más en to- laciona estrechamente con la disminución del nivel
das las medidas del dolor de cabeza que el grupo general de activación simpática, era suficiente para
de sujetos que sólo practicaron la relajación en las conseguir resultados clínicos satisfactorios.
sesiones clínicas. Por todo ello, la práctica en casa Desde entonces, se ha llevad,o a cabo una amplia
parece un elemento terapéutico decisivo en la ce- y sistemática investigación sobre la efectividad del
falea tensional y por ello se ha de incluir, sistemá- biofeedback para el tratamiento de la migraña. Blan-
ticamente, dentro del programa de tratamiento chard et al. (1980), en su revisión sobre el tema,
(Nash, 2003). destacaban que en el caso de la migraña el entre-
En este sentido, también se ha observado, a tra- namiento en biofeedback de temperatura y relaja-
vés de una investigación retrospectiva (Lake y Pin- ción producía una mejora, en el conjunto de estudios
gel, 1988) que la práctica diaria de una relajación revisados, del 64,9 por 100 de los pacientes tratados,
breve de poco más de unos segundos correlaciona mientras que el entrenamiento en relajación sin
con una mejora de los distintos parámetros de la biofeedback producía una mejora clínica en el 47,9
cefalea. Este interesante descubrimiento, que posi- por 100 de los pacientes. El entrenamiento en bio-
blemente merezca una investigación confirmatoria feedback de temperatura sólo y del volumen de
prospectiva, apunta el hecho de que el mecanismo sangre en cada pulsación de la arteria temporal
que explica su efectividad no está tanto en conseguir externa -AVPS- fueron menos efectivos mos-
unos niveles muy profundos de relajación -difíci- trando una tasa de mejora del 35 y del 28 por 100
les de alcanzar en tan corto tiempo- cuanto en el de los pacientes tratados, respectivamente.
aprendizaje de una estrategia que permita reducir Obviamente, estos datos llevaron a concluir a
los altos niveles de tensión. En definitiva, parecería los autores que para el tratamiento de la migraña
que las personas para quienes la relajación es útil, la combinación del biofeedback de temperatura y
aprenden a discriminar, además de reducir y/o evi- la relajación es el tratamiento más efectivo. En
tar, la tensión provocada por las situaciones estre- estudios posteriores se ha reafirmado esta misma
santes. conclusión, ya que en la actualidad el entrenamien-
El tratamiento conductual de la migraña nació to en relajación con la opción de biofeedback de
más estrechamente vinculado a las técnicas de bio- temperatura se presenta como el tratamiento de
feedback. Al comienzo de los años setenta, duran- elección en el caso de la cefalea migrañosa (Hol-
te los experimentos sobre biofeedback en el labo- royd y Penzien, 1994; Campas et al., 1998; Penzien
ratorio de la Meenninger Foundation, una mujer et al., 2002; Holroyd y Drew, 2006).
que sufría ataques regulares de migraña y que par- En cualquier caso, parece necesaria una mayor
ticipaba como sujeto experimental informó que un investigación sobre si el efecto de las técnicas psi-
ataque migrañoso que se iniciaba cedió cuando la cológica para el dolor de cabeza (relajación, bio-
temperatura de su dedo comenzó a elevarse. Ante feedback o asertevidad) es más profiláctico que
estos resultados, Sargent, Green y Walters (1972) terapéutico, o viceversa, de cara a clarificar su papel
hipotetizaron que el incremento de la temperatura clínico. En muchas ocasiones se han puesto unas
periférica implicaba un proceso de vasodilatación expectativas excesivas sobre el alcance de las téc-
que retraía sangre circulante en la vasculatura ce- nicas de relajación al suponer que una vez que
fálica. En función de estas premisas se paso a tra- ocurre el dolor de cabeza, la práctica de la relajación
bajar con una señal de biofeedback que informaba permitirá superarlo rápidamente. Lo que suele ocu-
de la diferencia entre la temperatura del dedo y de rrir es que las personas que sufren dolor de cabeza
la frente. Poco después, estos mismos autores aban- y son entrenadas en algún tipo de relajación mues-

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Cefaleas / 173

tran un descenso de la frecuencia e, incluso, de la dolores de cabeza se relacionan muy directamente


intensidad de los ataques de dolor, pero, una vez con relaciones familiares o laborales difíciles. En
que el episodio de cefalea se ha desencadenado, los tales circunstancias, dotar a la persona de las habi-
esfuerzos para relajarse y controlar el dolor ya no 1idades sociales necesarias para afrontar satisfacto-
son efectivos para erradicarlos rápidamente. En la riamente dichas situaciones podría ser imprescindi-
misma lógica se debe entender el papel que el en- ble de cara a evitar «estallidos emocionales» o
trenamiento en asertividad puede desempeñar en el «resentimientos» que perpetúen un estado de tensión.
control del dolor de cabeza. Dentro de la lógica de esta argumentación cabe citar
los resultados de la investigación psicofiosiológica
que indican que, ante situaciones estresantes reales
Entrenamiento en asertividad
los pacientes con migraña muestran una mayor va-
A pesar de todo lo expuesto, no se debe olvidar soconstricción de la arteria temporal que los sujetos
que si bien hasta un 50 por 100 de las personas que control y que existe una estrecha relación entre in-
sufren dolor de cabeza tensional o migraña pueden hibición emocional y vasoconstricción (Passchier,
beneficiarse de los programas de relajación muscu- Helm-Hylkema y Orbeleke, 1988).
lar y biofeedback, el otro 50 por 100 no mejora en Estos hechos justifican la propuesta de distintos
igual medida. La razón de esto probablemente está autores (Blanchard y Andrasik, 1985; Helm-Hylke-
en la naturaleza multidimensional del dolor y en la ma, 1990; Vallejo y Labrador, 1984; Nicholson y
diversidad de causas que pueden desencadenarlo. Blanchard, 1993; Comeche, Díaz y Vallejo, 1995)
Es por ello que tan sólo el análisis funcional de cada de la posible inclusión, dentro del programa de
caso en particular permitirá descubrir las condicio- tratamiento para la cefalea, del entrenamiento en
nes específicas que están en la raíz del dolor y di- asertividad con objeto de controlar eficazmente
señar la intervención más adecuada para el mismo. situaciones que les generan una gran tensión y que
En este sentido, es conocido, tanto en el ámbito acaban provocando el dolor de cabeza.
clínico como por la experiencia de la vida cotidiana, En conclusión, aunque tal y como se ha subra-
que muchos episodios de cefalea (tensional y/o mi- yado a lo largo de este capítulo, algunos programas
grañosa) pueden tener su causa en la falta de habili- de tratamiento basados en técnicas de biofeedback
dad de la persona para manejar conflictos interper- y/o relajación han mostrado una eficacia clínica
sonales y la consecuente tensión generada por el notable, la práctica terapéutica ha de adaptarse a
propio sujeto a través de una serie de autoverbaliza- cada caso en concreto. Para ello será imprescindible
ciones internas negativas sobre dichos conflictos. Es una evaluación adecuada basada en el análisis fun-
por ello que el control de la activación autonómica cional que permitirá definir las técnicas más efica-
puede ser insuficiente para aquellos pacientes cuyos ces para cada persona en particular.

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1. INTRODUCCiÓN tenían algún beneficio en los pacientes eran conse-
cuencia del efecto placebo. De hecho, a finales del
A lo largo de la historia de la humanidad han siglo XIX sólo se conocían un número muy reduci-
existido múltiples y diferentes prácticas terapéuticas do de sustancias con unos efectos específicos supe-
que incluían, en muchos casos, fármacos o drogas riores al placebo, tales como: la quinina, para el
que no tenían un efecto específico. De hecho, los tratamiento del paludismo; el opio, como analgési-
pacientes eran (y son también en la actualidad) co; el cólquico, para la gota; el nitrato de amilo,
tratados con una amplia gama de terapias inespecí- para dilatar las arterias en los casos de angina, y la
ficas. En Egipto, por ejemplo, entre los remedios aspirina, presentada en 1896 (Porter, 2003).
terapéuticos utilizados se encontraba la sangre de En la actualidad, se siguen utilizando muchos
lagarto, el excremento de cocodrilo, el diente de procedimientos que,no tienen un efecto específico
cerdo o la carne podrida, además de otros brebajes sobre el malestar y la enfermedad. Se ha calcula-
del mismo tipo que no sólo son inespecíficos, sino do que alrededor de un 40 por 100 de los fármacos
también potencialmente peligrosos. En conjunto, que se dispensan en las farmacias españolas no
parece ser que los ochocientos remedios y las sete- tienen contrastada su eficacia en ensayos clínicos
cientas drogas que se mencionan en el célebre pa- (a pesar de lo cual existen enormes reticencias por
piro de Ebers, en el que se recoge la mayor parte parte de los consumidores y, especialmente, de la
de los conocimientos médicos del antiguo Egipto, industria farmacéutica, a que dejen de ser receta-
eran remedios inespecíficos o placebos, al igual que dos por la Seguridad Social). Del mismo modo,
los procedimientos utilizados por un gran número en Estados Unidos, un tercio de los preparados
de médicos ilustres, como Hipócrates o Galeno. que se prescriben no tienen propiedades farmaco-
Hoyes conocido que las curaciones hipocráticas se lógicas precisas. Pero no sólo determinados fár-
debían al poder natural de sanación del organismo macos limitan su eficacia a la del efecto placebo,
sumado al efecto placebo; incluso en la era hipo- sino que otras muchas formas de procurar alivio,
crática había detractores que acusaron a los médicos como la homeopatía o la acupuntura, funcionan
hipocráticos de autoengañarse, señalando que sus del mismo modo.
pacientes mej oraban o morían gracias a la suerte y El efecto placebo (EP) es consustancial a cual-
no como consecuencia de sus artes curativos. Tales quier tipo de procedimiento terapéutico y, por lo
críticos fueron acusados de locos o dementes por tanto, está tan presente en nuestros días como lo ha
los autores del corpus hipocrático (Skrabanek y estado siempre a lo largo de la historia de la huma-
McCormick, 1992). A lo largo de la toda la historia nidad. Una de las principales aplicaciones del pla-
de la humanidad hasta muy recientemente, la prac- cebo ha sido habitualmente al dolor, por lo cual su
tica totalidad de la intervenciones terapéuticas que conocimiento es de gran interés dentro del ámbito

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176 / Manual de psicología de la salud

CUADRO 10.1
El alivio de las terapias placebo

Ante todo, habría que subrayar que el efecto placebo la ciática, y, además, según el protocolo tradicional, las
supone un alivio real del malestar y el dolor e, incluso, de agujas deben clavarse entre dos y cuatro centímetros de
las enfermedades que sufren muchas personas. Es un error, profundidad. Un grupo de acupuntores comparó la eficacia
por lo tanto, suponer que aquellas terapias etiquetadas del procedimiento convencional con otro procedimiento
como terapias-placebo no provocan efecto alguno. Por el simulado en el que se varió tanto la localización del pun-
contrario, cualquier placebo proporciona una mejoría per- to donde deben clavarse las agujas como la profundidad a
cibida por la persona. Esto se ha probado sistemáticamen- la que deberían clavarse, sólo unos milímetros bajo la piel
te en los ensayos clínicos de los fármacos en los cuales se (Molsberger, Diener, Kramer et al., 2004). Los resultados
suele observar, por ejemplo, cómo la inhalación de una mostraron, para sorpresa de los investigadores, que ambas
sustancia sin capacidad para dilatar los bronquios mejora formas de acupuntura funcionaban exactamente igual.
el episodio de asma, cómo los parches sin nicotina también Desde la lógica de la acupuntura como una terapia place-
ayudan a dejar de fumar o cómo la toma de una sustancia bo, se entendería que el beneficio que obtienen los pacien-
inerte puede provocar reducciones de la presión arterial, tes de este procedimiento se podrían deber, entre otros
aliviar el dolor o reducir la ansiedad. Incluso se ha mos- factores, al estrecho contacto con el terapeuta que se da
trado cómo una cirugía simulada de rodilla puede llegar a en cualquier forma de terapia invasiva, junto a la actitud
reducir el dolor tanto como la cirugía verdadera (Taylor, de los pacientes que acuden al acupuntor y que implica
2007). poner su problema en manos del otro, relajándose y dis-
Todos estos sorprendentes efectos tienen su explicación, tanciándose del mismo un cierto tiempo, todo ello acom-
tal como veremos en el apartado 5 de este capítulo, en la pañado de la consiguiente liberación de beta-endorfinas.
respuesta del organismo humano a un acto potencialmen- No es extraño, entonces, que las revisiones sobre el tema
te curativo. Es por ello que cualquier terapéutica que muestren que la acupuntura es sólo claramente más efec-
quiera demostrar su eficacia tendrá que probar que sus tiva que el no tratamiento a corto plazo, que los procedi-
efectos van más allá de la mejora que produce cualquier mientos de acupuntura tradicional funcionen igual que la
intervención curativa inespecífica. En el ámbito de la acupuntura simulada y que no sea más efectiva que las
psicología, por ejemplo, las terapias de exposición son terapias convencionales (Yuan, Purepong, Kerr, Park, Brad-
consideradas efectivas en el tratamiento de la agorafobia bury, McDonough, 2008).
y ataque de pánico, porque sus efectos son superiores a Conclusiones similares podrían sostenerse respecto a
otros tratamientos inespecíficos, como podría ser charlar la eficacia de la homeopatía. En la actualidad, este tipo de
con el psicólogo sobre los problemas de la vida, aunque preparados son de uso corriente y muchas personas en-
este último pudiese hacer sentirse mejor al paciente. cuentran en ellos un cierto alivio de sus dolencias (dolor,
Este efecto potencial de los actos terapéuticos es el que insomnio, nerviosismo, etc.). Por definición, los prepara-
aprovechan muchas terapias para avalar su efectividad. Un dos homeopáticos no alcanzan el nivel de concentración
ejemplo claro los tenemos en el caso de la acupuntura, que de la sustancia activa como para provocar efecto alguno.
puede ser considerada como una terapia placebo, como lo En sus diluciones no se encuentran cantidades significati-
muestra un hecho como el siguiente. Según las reglas de vas del principio activo, sino, en el mejor de los casos,
esta disciplina, para trabajar los dolores de espalda es algunas moléculas del mismo. Sin embargo, muchas per-
necesario localizar con cierta precisión el punto donde sonas se encuentran mejor o creen que estarían peor si no
deben clavarse las agujas. Este punto llamado Yinmen los consumiesen. De nuevo, podríamos hablar del alivio
(puerta magnífica) es el adecuado para el tratamiento de que producen los placebos.

de la psicología de la salud y, en particular, en re- 2. DEFINICiÓN


lación con todos los trastornos psicofisiológicos
que, como los que hemos citado en esta sección, Cualquier intervención terapéutica, desde la ci-
tienen como causa más importante de queja el dolor rugía a la psicoterapia, pasando por la farmacote-
o el malestar. rapia, contiene una cantidad variable de efecto

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Placebo I 177

placebo. En este sentido, Liberman (1962, p. 761) 3. CARACTERíSTICAS DEL EFECTO


definió el efecto placebo (EP) como cualquier pro- PLACEBO
cedimiento médico que tiene un efecto sobre el
paciente debido a su intención terapéutica y no a El efecto placebo que acompaña a la actividad
causa de su naturaleza específica, sea ésta química propia de los fármacos (u otro tratamiento médico),
o física. así como a las intervenciones psicológicas formales
Desde esta perspectiva, se entiende perfecta- no siempre funciona del mismo modo, ya que pue-
mente el hecho de que el efecto placebo no sólo de ser favorable o nocivo para la salud. Por una
esté presente en la utilización de tratamientos parte, se ha observado que los efectos del placebo
ineficaces, sino que cierta efectividad de los tra- pueden ser muy similares a los del tratamiento
tamientos activos se debe al componente placebo. estándar o ser de signo opuesto a los del tratamien-
En esta línea, destaca el conocido trabajo de Bee- to. No obstante, lo que suele ocurrir, en general, es
cher (1959), que administró a pacientes aquejados que los efectos son beneficiosos, sanadores o de
de dolor, bien morfina o bien un placebo. Los alivio. De hecho, el significado de la palabra pla-
resultados de este estudio mostraron que la mor- cebo alude a un efecto que agradará. En cualquier
fina era significativamente más efectiva que el caso, ambos procesos (placebo/nocebo) se entienden
placebo para aliviar el dolor; no obstante, el pla- que son aspectos de un continuo y obedecen a los
cebo también era efectivo en un 35 por 100 de los mismos mecanismos bioconductuales.
pacientes. Además, también se ha constatado que Respecto al efecto del placebo se han observado
la morfina puede perder hasta un 25 por 100 de su las siguientes características:
efectividad cuando los pacientes no saben que se
les ha inyectado esta sustancia y, por lo tanto, no a) La dirección del EP reproduce el efecto del
pueden predecir sus efectos. medicamento en estudio. Así, los placebos
Es por esto que la demostración de la eficacia comparados con quinina reducen la presión
de cualquier fármaco, preparado o intervención sanguínea y los comparados con dexedrina
terapéutica, en general, ha de pasar por la compa- la aumentan.
ración de sus efectos con una intervención admi- b) La intensidad del EP es proporcional a la
nistrada bajo las mismas condiciones experimen- potencia del medicamento de referencia. Los
tales, pero en la que se retira el elemento placebos comparados con morfina reducen
específico que se supone responsable de la mejo- más el dolor que los comparados con aspirina.
ría de los pacientes (Taylor, 1986). Para ello, en c) Los efectos secundarios de los placebos son
la investigación terapéutica-experimental se recu- similares a aquellos que produce la droga
rre, allí donde es posible, a un tipo de estudio de comparación, tanto en manifestaciones
conocido como doble-ciego, en el cual ni el clíni- objetivas (sudoración, vómitos, erupciones)
co ni el paciente conocen si están administrando como en informes subjetivos.
o tomando la sustancia eficaz o el preparado pla- d) Las curvas temporales del efecto son simila-
cebo. De esta forma, se tratan de controlar las res en los placebos y las drogas activas, aun-
variables que rodean al acto clínico y que influyen que con una latencia menor para los primeros.
de un modo muy importante en el resultado de Por ejemplo, el placebo tomado como aspi-
cualquier terapia. De hecho, en muchos de estos rina produce el efecto más rápidamente pero
estudios se suelen encontrar que los pacientes del su duración es similar a la de la aspirina.
grupo placebo también mejoran en una amplia e) El EP varía conforme a la dosis administra-
gama de problemas (por ejemplo, hipertensión, da. Por ejemplo, el apetito de pacientes
asma, dolor, etcétera) y que muchos preparados aumenta con dosis continuadas de placebo
supuestamente eficaces no lo son más que el pla- y se ha visto que dos placebos producen más
cebo. efecto que uno.

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178 / Manual de psicología de la salud

En términos cuantitativos se puede decir que el con el paciente, así como la confianza que demues-
EP estándar afecta a un rango de pacientes muy tra en las propiedades curativas del tratamiento.
variable, entre el Oy el 70 por 100, con una media Aquellos profesionales que transmiten confianza,
de personas respondientes del orden del 35 por 100. calor y empatía obtienen un efecto placebo mayor
La cantidad de alivio o mejoría de los síntomas se que aquellos que se muestran más distantes y for-
distribuye entre el 20 y el 70 por 100, con una males. En este sentido, tomarse el tiempo necesario
media del 50 por 100, particularmente referida al con el paciente sin urgirlo ni mostrar prisa mirando
dolor, que es el campo más investigado. El ámbito el reloj o iniciando la receta sin haber aclarado el
de ocurrencia es, igualmente, amplio y variado diagnóstico, fortalece el efecto placebo.
(dolores de diversa índole, asma, esclerosis múltiple, Por otra parte, la confianza del profesional de la
resfriado común, diabetes, úlceras, artritis, etcétera). salud en el tratamiento es otro factor que influencia
Por lo que respecta a los efectos del placebo que la efectividad del placebo. Cualquier signo de duda
invierten la acción del tratamiento también se ha cons- o escepticismo sobre el mismo puede transmitirse
tatado que la reacción del organismo es contraria a los sutilmente a través de los signos no verbales de la
efectos del verdadero medicamento con el que viene comunicación, reduciéndose de este modo su efi-
siendo tratado el sujeto, particularmente cuando entra cacia. En esta línea, incluso, se ha observado que
en relación con las condiciones que tienen que ver con fármacos clínicamente muy efectivos pueden perder
la administración del placebo. Así, por ejemplo, se gran parte de su eficacia cuando el profesional
suele observar que la mayoría de los pacientes con muestra, abiertamente, dudas sobre ellos. Así, por
larga experiencia con tranquilizantes empeoran cuan- ejemplo, muchos estudios clásicos con tranquili-
do se les administra un placebo, mientras que el 70 zantes han demostrado que, cuando se pone en duda
por 100 de los pacientes agudos, sin historia de ansio- la eficacia de los mismos, su porcentaje de efecti-
líticos, mejora con placebos. vidad puede caer desde un 10 hasta un 77 por 100.
En consecuencia, diversos factores considerados Este efecto de la conducta del profesional sobre
inespecíficos respecto de los agentes específicos de la efectividad del tratamiento queda perfectamente
un fármaco, añaden sus influencias (adquiridas en ilustrado en la llamada paradoja de Asher (Skraba-
la historia de su administración) a las propiedades nek y McCormick, 1992). Este médico inglés plan-
de éste. Influencias que pueden tener una dirección teó que si un médico cree con firmeza en su trata-
paralela a la del fármaco y, entonces, ser sumatorias, miento, a pesar de que los estudios controlados
o tener un signo inverso y, asÍ, quizá ser reductoras hayan demostrado su ineficacia, los resultados que
del efecto originario de la droga u otro tratamiento obtenga con el mismo serán mejores, sus pacientes
(Martínez Camino y Pérez Álvarez, 1987). se encontrarán mejor y tendrá más pacientes. Este
hecho podría conllevar la siguiente paradoja, y es
que aquel que puede ser considerado como mejor
4. VARIABLES QUE MODULAN EL EFECTO profesional no necesariamente es el que más sabe
PLACEBO sino el que (siendo menos sabio) cree saber y es
capaz de persuadir de ello a los demás. No obstan-
Son diversas las variables que afectan la magni- te, el efecto placebo se diluye con el tiempo y,
tud y la potencia del placebo y que, a reglón segui- cuanto más severo y crónico sea el problema, más
do, pasamos a reseñar. pronto se verá su pérdida de eficacia.

4.1. La conducta del profesional 4.2. Las características del paciente


de la salud
Aunque no se ha descrito ningún tipo de perso-
La amplitud del efecto placebo depende, en gran nalidad que sea más proclive al placebo que otra,
medida, del modo en el que el clínico interactúa sí que se ha observado que determinadas variables

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Placebo / 179

personales pueden incrementar o atenuar la suscep- cionado que el tratamiento o medicamento placebo
tibilidad al EP. Así, por ejemplo, las personas con tienen para él. Cuando alguien busca un tratamien-
una alta necesidad de agradar, aquellas que muestran to médico es porque quiere que un experto le diga
una baja autoestima o aquellos que puntúan alto en lo que está mal y lo que debe hacer. Por consiguien-
locus de control externo muestran una alta sensibi- te, cuando se diagnóstica algún tipo de alteración
lidad al EP. En el polo opuesto, las personas con y se prescribe un régimen terapéutico, aunque éste
una alta autoestima, con baja necesidad de aproba- sea inerte o inefectivo, el paciente se comportará
ción y con un locus de control interno, son menos respecto a todo el procedimiento como si el médico
susceptibles al EP. supiese lo que está mal y lo que se debe hacer para
Ni el sexo, la edad, la hipocondría, la dependen- obtener una mejoría.
cia o el neuroticismo discriminan a aquellas perso-
nas que son más susceptibles al EP de las que lo
4.4. Determinantes contextuales del efecto
son en menor medida. En general, la investigación
placebo
en relación a las características de personalidad ha
dado resultados muy contradictorios. Cualquier Los aspectos concretos del propio placebo, así
variable de personalidad (a excepción de las ex- como del contexto en el que se administra, influyen
puestas en el párrafo anterior) que se presente como en la fuerza de la respuesta al mismo. En este sen-
discriminante sobre el EP debe tomarse con mucha tido, una consulta decorada con todos los elementos
precaución. que la formalidad médica conlleva (medicamentos,
Por su parte, la ansiedad parece ser una variable aparatos, libros, revistas, personal uniformado, et-
facilitadora del EP. No obstante, es necesario precisar cétera) inducirá un efecto placebo mayor que un
que, en este caso, no se trata de ansiedad entendida contexto ambiental carente de todas estas formali-
como un rasgo de personalidad, sino la concurrencia dades. Del mismo modo, el EP se verá notablemen-
de síntomas somáticos de la ansiedad (por ejemplo, te favorecido si todo el personal clínico se muestra
la taquicardia, el nerviosismo, la sudoración de las tan convencido de la eficacia del tratamiento como
manos, la dificultad para dormir o la tendencia a la el propio médico.
distracción). En todos estos casos, la administración La forma, el tamaño, el color, el gusto e, incluso,
de un placebo puede ser suficiente para la eliminación, la cantidad de placebo prescrito tienen influencia en
al menos temporal, de este tipo de síntomas. su grado de efectividad. En general, se ha observado
que cuanto más se asemeja el placebo a un medica-
mento mayor será su efectividad. Así, por ejemplo,
4.3. La comunicación médico-paciente
un placebo será más eficaz si su sabor no es espe-
Una buena y correcta comunicación entre el cialmente agradable, si se administra en pequeñas
médico y el paciente es esencial para optimizar el píldoras que deben tomarse de acuerdo a una dosis
EP, entre otras razones, porque sin ella es muy di- precisa (<<tome dos» frente a «tome dos o tres al día»)
fícil que los pacientes sigan correctamente las pau- y si se prescriben a intervalos fijos de tiempo. Por el
tas del tratamiento prescrito y que comprendan, de contrario, un placebo con un sabor agradable, de
modo suficiente, el objeto de dicho tratamiento y aspecto parecido a un caramelo y que se prescribe
por qué han de seguirlo. Por lo tanto, el EP en re- sin precisión en cuanto a su cantidad y tiempo de
lación con esta variable dependerá en gran medida administración, es menos placebo. Del mismo modo,
de que el paciente conozca lo que tiene que hacer los regímenes de tratamiento que parecen de tipo
y cuándo tiene que hacerlo, de que sepa qué es lo médico y que incluyen fármacos e instrucciones
que hace el medicamento y si cree que tiene de precisas, favorecerán más el EP que los regímenes
verdad·esa propiedad farmacológica. que no parezcan muy médicos. Ésta es la razón,
Por otra parte, otro aspecto de la relación médi- quizá, de que la prescripción de ejercicio físico o de
co-paciente que favorece el EP es el valor condi- una dieta tenga un EP menor que un medicamento.

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180 / Manual de psicología de la salud

4.5. El marco cultural y el efecto placebo 4.6. La generalidad del efecto placebo

Probablemente, una de las características más Posiblemente el EP alcance su mayor efecto


distintivas de las sociedades industrializadas es el cuando no existe un daño orgánico. Este hecho es
abuso en el consumo de fármacos. Se consumen un de sumo interés en la medida que en España, por
gran número de preparados que no tienen una efi- ejemplo, los ansiolíticos y los analgésicos son al-
cacia por encima del EP. De hecho, tal y como se gunos de los fármacos más prescritos en atención
apuntó, muchos de los fármacos que se venden en primaria. La ansiedad está asociada a numerosos
las farmacias no son específicamente eficaces. La síntomas psicosomáticos (trastornos digestivos,
confianza en los medicamentos es tal que, en Espa- diarrea, temblor, sudoración, taquicardia o dificul-
ña, se ha calculado que más de un 1 por 100 de los tad para dormir), al igual que la depresión (fatiga
ingresos hospitalarios se producen, bien por un o falta de energía). En este sentido, cualquier gesto
consumo inadecuado de los mismos, bien por sus por parte del médico de búsqueda de solución o de
efectos secundarios. atención puede tener un efecto directo sobre el
A esta confianza, posiblemente, contribuya el estado emocional del paciente y aliviar, en cierta
hecho de que la mayor parte de la gente suele tener medida, los signos causados por la activación emo-
experiencias positivas con los medicamentos. Si cional.
uno se encuentra mal y toma un fármaco, habitual- No obstante, sería desaprovechar la potencia del
mente suele encontrarse mejor, incluso, en aquellos EP suponer que éste está reservado a las pastillas o
casos en los que el medicamento no ha tenido nada a las drogas inertes. Cualquier procedimiento mé-
que ver. Hoyes de sobra conocido que la gripe, por dico o psicológico puede tener un EP. Así, por
ejemplo, u otras muchas enfermedades de tipo ví- ejemplo, se ha constatado que, en algunos casos,
rico no mejoran con los antibióticos, a pesar de lo los pacientes que han sido sometidos a una opera-
cual se insiste (por desconocimiento o por el efec- ción quirúrgica pueden mejorar tanto debido al
to placebo) en su autoadministración. En cualquier hecho de haberse sometido a dicho procedimiento
caso, dejando al margen la causa real de la mejoría, como al resultado del mismo. En el ámbito psiquiá-
el paciente actúa como un médico ingenuo y atri- trico y de la psicología clínica se ha observado que
buye su cambio de estado a la droga, de tal forma muchos pacientes pueden sentirse mejor, sencilla-
que ésta aparece como eficaz cuando en realidad mente, porque el clínico les explica la razón de su
no lo ha sido. Este mismo efecto ocurre con un gran padecimiento, sea esta explicación científicamente
número de preparados y así está sancionado cultu- correcta o no. En palabras de Frank (1973): La
ralmente. Si una persona toma vitaminas y se en- cifra de logros de unaforma cualquiera de terapia
cuentra mejor lo atribuirá a las vitaminas. Si una está compuesta, de hecho, por un porcentaje de
persona cae enferma, toma un medicamento ineficaz éxitos que habrían ocurrido igualmente si se hu-
o innecesario y mejora, también atribuirá su mejo- biera aplicado otra forma de terapia.
ría al fármaco. Incluso, cuando se toma un prepa- En definitiva, parecería un error considerar el
rado y no se mejora, se asume que esto es debido EP, meramente, bien como un truco médico, bien
a que se trataba de un preparado inadecuado y, por como una respuesta psicológica por parte del pa-
lo tanto, hay que cambiarlo hasta encontrar «el ciente. Puede ser muy útil si el clínico sabe utili-
bueno». De este modo, se perpetúa el consumo de zarlo convenientemente. El placebo alcanza su
medicamentos basado en la experiencia personal y mayor efectividad allí donde no se dispone de una
marco cultural que sanciona, en muchos casos erró- terapia auténticamente eficaz, pero es que, además,
neamente, la eficacia de la medicación. Por todo puede incrementar de forma significativa el efecto
ello se podría afirmar, quizá, que la cultura occi- de un tratamiento de modesta eficacia. La historia
dental ha creado el marco idóneo para la prolifera- de la medicina es inseparable de la historia de las
ción del uso de los placebos. terapéuticas inespecíficas que causan una mejora

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Placebo / 181

del malestar en muchos pacientes. En la actualidad, presión arterial disminuiría de la primera a la se-
en la medicina más moderna también está presente gunda lectura de la presión arterial; 2) que se in-
y hay que tenerlo en cuenta para no desaprovechar crementaría; 3) que no se modificaría, y 4) no reci-
el plus de eficacia que puede proporcionar a la bieron instrucción alguna. Los resultados, muy
mejoría. similares en los subgrupos de hipertensos y normo-
tensos, demostraron que la presión arterial en la
segunda lectura se comportaba exactamente de
5. MECANISMOS EXPLICATIVOS acuerdo a las instrucciones que habían recibido los
DEL EFECTO PLACEBO sujetos. Probablemente puede resultar un tanto ob-
vio destacar que los cambios en los registros de la
¿Por qué las personas se encuentran mejor tras presión arterial fueron causados porque las instruc-
someterse a tratamientos que no contienen princi- ciones dadas a los sujetos sugerían cambios corpo-
pios específicos activos? Aunque existen diversos rales que cualquier persona puede elicitar. Así, por
puntos de vista sobre este tema, la explicación de ejemplo, a los grupos que se les decía que su tensión
este fenómeno puede encontrarse en los cambios iba a subir en la segunda lectura se les sugería que
conductuales y las respuestas psicofisiológicas con- esto era porque «la segunda medida, que es la más
dicionadas que pueden observarse tras la adminis- fiable, suele ser más alta que la primera, ya que
tración del placebo. después de la primera la musculatura y las arterias
Respecto a los cambios conductuales, puede quedan contraídas y la persona se encuentra algo
ocurrir que cuando una persona se somete a un más tensa» (Amigo, Cuesta, Fernández y González,
tratamiento placebo (siendo consciente o no de ello) 1993). En definitiva, a través del lenguaje se pueden
se despreocupe de aquello que le está produciendo operar cambios en el comportamiento de las per-
malestar. Despreocuparse de un dolor por el hecho sonas, siempre y cuando las sugerencias verbales
de que se ha tomado algo para aliviarlo hace que la describan comportamientos conocidos y posibles
persona pueda sentirse algo más relajada y facilita para esas personas y tengan el tono emocional
la realización de aquellas actividades cotidianas que adecuado para provocar dichos comportamientos.
pueden y suelen ser incompatibles con dichas sen- Pero también es conocido que la respuesta po-
saciones de dolor. Asimismo, existen muchos datos sitiva al placebo está mediada por cambios bioquí-
que indican que las recomendaciones verbales que micos condicionados en la estructura cerebral. Este
acompañan a los productos placebo son fundamen- hecho, en particular, ha sido muy estudiado en re-
tales para operar los cambios señalados en la con- lación a la efectividad del placebo en el tratamien-
ducta de los pacientes. Por ejemplo, una investiga- to del dolor. En este caso, el placebo provoca una
ción de Luparello (citada por Wickramasekera, respuesta condicionada psicofisiológica, en virtud
1985) demostró que la acción farmacológica de una de la cual se incrementa la producción de endorfi-
droga broncodilatadora se incrementaba cuando su nas y encefalinas, que son opiáceos endógenos que
administración iba acompañada de sugerencias so- el córtex produce naturalmente (Zubieta, Bueller,
bre las propiedades dilatadoras del medicamento. Jackson, Scott, Xu, Koeppe, Nichols y Stohler,
Este mismo efecto también se ha comprobado en 2005). Estas sustancias tienen, además de una im-
relación a los ansiolíticos (Mañanes y Pérez Álva- portante función analgésica, propiedades antide-
rez, 1990). presivas y neurolépticas, induciendo una mejora
En una investigación sobre este asunto se midió general del estado de ánimo (el chocolate o el ena-
la presión arterial a sesenta hipertensos y sesenta moramiento son comportamientos que incrementan
normotensos, antes y después de una serie de ins- la producción de endorfinas). En un experimento
trucciones verbales. Cada grupo de sesenta sujetos clásico para demostrar la acción del placebo a tra-
fue dividido en cuatro subgrupos de quince sujetos vés de las endorfinas se administra a un grupo de
a los que se sugirió, respectivamente: 1) que su voluntarios, a los que se ha provocado un dolor

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182 / Manual de psicología de la salud

agudo (no peligroso), un supuesto analgésico que inespecífica puede provocar una mejoría general del
no es más que una píldora placebo, mientras que a paciente, como resultado de la respuesta condicio-
otro grupo de sujetos se les administra, además del nada psicofisiológica mediada por la acción de dis-
placebo, naloxone, un inhibidor de las endorfinas. tintos agentes neuroquímicos. ASÍ, mientras que las
A partir del segundo ensayo se suele observar que endorfinas parecerían dar cuenta de la analgesia in-
la reducción del dolor es mucho menor en los su- ducida por el placebo, la serotonina actuaría en la
jetos del segundo grupo que en los sujetos a los que respuesta antidepresiva al placebo y la dopamina
sólo se les administra un placebo (Grevert, Albert actuaría en la mejora del comportamiento motor
y Goldstein, 1983), todo lo cual pondría de manifies- inducida por el placebo en trastornos como la enfer-
to que ante determinadas situaciones que provocan medad de Parkinson (De la Fuente y Stoessl, 2002;
malestar en las personas, una intervención clínica Benedetti, 2002; De la Fuente, 2007).

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111.3. _.-... . . . . ••
Hipertensión esencial

1. CARACTERIZACiÓN DEL TRASTORNO cundaria porque es debida a factores etiológicos


conocidos, entre los cuales destacan los contracep-
La presión arterial (PA) es la fuerza que ejerce tivos orales, la enfermedad renal o las alteraciones
la sangre contra las paredes de las arterias. Esa endocrinas.
fuerza no es constante, sino que fluctúa a lo largo Sin embargo, no existe una clara distinción entre
del ciclo cardíaco. El momento de máxima presión la normotensión y la hipertensión, ya que la distri-
es lo que se denomina presión arterial sistólica bución de la PA en la población general es continua
(PAs), mientras que el mínimo marca la presión y unimodal. Por lo tanto, cualquier distinción entre
arterial diastólica (PAd). La presión arterial normal sujetos normotensos e hipertensos es, hasta cierto
se sitúa alrededor de 120/80 mm Hg, pero a medi- punto, arbitraria. Las clasificaciones pretenden de-
da que ésta se incrementa también aumenta el ries- terminar el punto de corte a partir del cual se incre-
go de sufrir patologías graves (véase tabla 11.1). menta de forma significativa el riesgo de sufrir una
Desde un punto de vista epidemiológico se cal- alteración orgánica grave y, por 10 tanto, utilizarlo
cula que la hipertensión (HTA) afecta entre un para la toma de decisiones diagnósticas y terapéu-
10-30 por 100 de los adultos en las sociedades in- ticas.
dustrializadas. El 95 por 100 de los casos de hiper- En este sentido, una de las clasificaciones que
tensión no tiene una causa conocida y por ello se cuenta con mayor aceptación es la de la üMS
habla de hipertensión esencial. En el 5 por 100 (1974). Según ésta, se puede hablar de hipertensión
restante de los casos se habla de hipertensión se- cuando la PAs es mayor o igual a 160 mm Hg y/o

TABLA 11.1
Complicaciones potenciales de la hipertensión arterial
i\"".. . ~ri.n.
~'
•. nJ'ri....... .."A......
..... ..,.~ ...., ",...
•r i ...
.....v ...... ·
••..-w ·ri 11
l~l
..... F
...... "" ...........

Corazón Angina, infarto de miocardio. Insuficiencia cardíaca.

Cerebro Crisis isquémicas, infarto. Hemorragia cerebral.

Riñón Enfermedad vascular renal. Nefroesclerosis arteriolar, insuficiencia renal.

Ojos Accidentes vasculares retinianos. Hemorragias.

Arterias Oclusión arterial. Aneurisma.

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186 / Manual de psicología de la salud

cuando la PAd es mayor o igual a 95 mm Hg. El arterial y, del mismo modo, se ha observado que la
término borderline engloba las presiones compren- reducción de peso se asocia, a su vez, con la reduc-
didas entre 140 y 160 mm Hg en la PAs y/o entre ción de la PA. Esta estrategia puede permitir a al-
90 y 95 mm Hg en la PAd. Concretamente, cuando gunos pacientes disminuir o abandonar la medica-
la PAd se sitúa entre 95 y 104 mm Hg se habla de ción, ya que para reducir la PA de un modo
HTA ligera, entre 105 y 114 de HTA moderada y significativo en una gran proporción de hipertensos
por encima de este nivel de HTA severa. El VII puede ser suficiente perder 4 ó 5 kg (INC VII, 2004).
Report ofthe Joint National Committee on Preven- Además, la reducción de peso favorece la acción
tion, Detection, Evaluation and Treatment of High de los fármacos antihipertensivos y puede ayudar
Elood Pressure (JNC VII, 2004) ha definido, si- a controlar otros factores de riesgo cardiovascular
guiendo los planteamientos iniciales de la OMS, como la dislipemia o la diabetes (INC VII, 2004).
dos estadios de gravedad de la HTA (véase tabla
11.2). La prehipertensión no es considerada una
2.2. Consumo de sal
enfermedad y no necesita ser tratada, se toma como
una señal de alerta de la posible evolución hacia la Los estudios transculturales muestran que la
hipertensión. ingesta de sodio correlaciona estrechamente con la
elevación de la PA. En esta línea, parece que la casi
total eliminación del consumo de sal, como ocurre
TABLA 11.2 en la dieta de arroz y fruta (Kempner, 1948), que
Clasificación de la presión arterial en mm Hg se utilizó ocasionalmente para el tratamiento de la
para adultos mayores de 18 años (INC VII, 2004) HTA antes del desarrollo de farmacoterapia antihi-
pertensiva, puede llevar a reducciones sustanciales
de la PA. Este tipo de dietas, sin en1bargo, resultan
Normal < 120 y < 80 inaceptables para la mayor parte de las personas.
Los datos actuales indican que la reducción de la
Prehipertensión 120-139 ti 80-89
ingesta de sodio en la dieta permite reducir la PA
Hipertensión de una forma significativa en un porcentaje impor-
Estadio 1 140-159 o 90-99 tante de población hipertensa (si bien no en toda),
Estadio 2
siendo quienes más se benefician de esta medida
> 160 o > 100
las personas adultas mayores de 45 años y, precisa-
mente, las que muestran cifras tensionales más
elevadas (Cutler, Follmann y Allender, 1997). Sobre
En conjunto, la hipertensión multiplica por dos
esta base, la recomendación actual para los pacien-
la probabilidad de sufrir cualquiera de los trastornos
tes hipertensos es reducir la ingesta de sodio en un
orgánicos citados en tabla 11.1, además, mantiene
50 por 100, hasta unos 5 ó 6 gramos de sal diarios
una relación multiplicativa con los otros dos gran-
(INC VII, 2004).
des factores de riesgo cardiovascular, tabaco y co-
lesterol. Cada uno de ellos también multiplica por
dos el riesgo de sufrir las alteraciones antes citadas. 2.3. Alcohol
Aunque el consumo de pequeñas cantidades
alcohol parece ser muy beneficioso para la
2. FACTORES DE RIESGO
cardiovascular (tal y como se apuntó en el vU.IIJ..Ll-'L.J...L'-.I

2.1. Obesidad
5), se ha observado que cantidades importantes
son socialmente aceptadas, se asocian a un incre-
Existe la evidencia de que la obesidad mantiene mento de la PA. Este efecto se encuentra t=l'C1'""\Ar>11<:l1_

una estrecha relación con la elevación de la presión mente acentuado cuando el consumo supera
Hipertensión esencial / 187

60 mI de etanol diarios (independientemente del hipertensos ya diagnosticados y sometidos, en mu-


tipo de bebida) y cuando, a su vez, se asocia con la chos casos, a un tratamiento farmacológico antihi-
obesidad (Shaper, Walker, Cohen, Wale y Thompson pertensivo. El problema surge porque el diagnósti-
1981). Por todo ello, la recomendación actual sería co y el tratamiento farmacológico pueden tener
limitar la ingesta diaria de etanol a un máximo de repercusiones sobre el estado psicológico de los
30 mI diarios en el hombre y 15 mI en la mujer, lo pacientes. Así, por ejemplo, Blumhagen (1980)
que en la práctica se traduce, por ejemplo, en dos estudió la actitud de 103 pacientes hipertensos va-
copas de vino en caso del hombre y una en el de la rones que habían recibido consejo médico sobre la
mujer (JNC VII, 2004). enfermedad. Blumhagen encontró más tarde que
esos sujetos percibían la HTA como un estado de
Sedentarismo nerviosismo, miedo e ira, inducido, particularmen-
te, por las situaciones estresantes en el trabajo. Del
Éste es otro de los factores que se han relacio- mismo modo, los efectos secundarios de la medi-
nado con el incremento de la PA. Paffenbarger, cación hipotensora incluyen síntomas que podrían
Wing, Hyde y Jung (1983) observaron en una mues- ser interpretados como psicológicos, a saber, fatiga,
tra de 14.998 alumnos de la Universidad de Harvard, insomnio, mareos, náuseas, impotencia, etcétera.
a los que siguió desde los 16 hasta los 50 años, que Al considerar el papel de los factores psicológi-
el riego de HTA entre los que no practicaban algún cos en la HTA otra cuestión es la falta de consis-
tipo de deporte era un 35 por 100 mayor que entre tencia en los resultados que arroj an los estudios
los que sí lo hacían, aun cuando en el estudio se realizados hasta la fecha. Existe un número consi-
controlaron otras variables relacionadas con la en- derable de investigaciones longitudinales y trans-
fermedad, tales como el nivel de PA a su paso por versales que han hallado una relación significativa
la universidad, la historia familiar de HTA o la entre la HTA y ciertos rasgos de personalidad, como,
obesidad. Además, se ha demostrado que los pro- por ejemplo, ansiedad rasgo, patrón de conducta
gramas de ejercicio físico isotónico pueden promo- tipo A, ira rasgo u hostilidad, pero también existe
ver reducciones clínicamente significativas de la PA un número no menos importante de estudios que
sin acompañarse de cambios en el peso (Amigo, no han encontrado apoyo empírico para tales rela-
González y Herrera, 1997). Por estas razones, en el ciones (Jogersen, Johnson, Kolodziej y Scheer,
caso de HTA, la recomendación de ejercicio físico 1996). Esta falta de consistencia podría atribuirse
incluye una actividad, tal como un paseo a paso en parte a los problemas derivados del uso exclusi-
vivo de 30 a 45 minutos de duración, un mínimo de vo de medidas de presión arterial tomadas en el
tres días a la semana (JNC VII, 2004). contexto clínico para realizar el diagnóstico de HTA.
Como se explica más adelante, existen personas
cuya PA es más alta cuando se mide en la consulta
2.5. Variables psicológicas
médica que cuando se registra en su domicilio o a
Diversas investigaciones han tratado de encontrar través de la MAPA. Esto es lo que se conoce como
el perfil psicológico del paciente hipertenso; sin Hipertensión de Bata Blanca (HBB) y un estudio
embargo, respecto a este tema habría que comenzar reciente ha demostrado que mientras los pacientes
señalando que el papel que se pueda atribuir a las con HTA mantenida muestran mayores niveles de
variables psicológicas en el desarrollo y/o mante- ansiedad rasgo o del patrón de conducta tipo A que
nimiento de la HTA se ha de confirmar, en la me- las personas con normotensión, las personas con
dida que los resultados de muchas de las investiga- HBB no se diferencian de forma significativa de
ciones no permiten dilucidar si dichas variables son esos dos grupos de personas, ocupando una posición
causa o consecuencia de la enfermedad. La razón intermedia entre los hipertensos mantenidos y los
de ello se encuentra en que los sujetos incluidos en nomotensos en dichos rasgos de personalidad (Sanz,
la mayoría de las investigaciones son pacientes García-Vera, Magán Espinosa y Fotún, 2006). Por

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188 / Manual de psicología de la salud

lo tanto, cabe la posibilidad de que los resultados a los controladores que trabajaban en los centros
inconsistentes de la literatura científica sean en en los que había una mayor densidad de tráfico
parte debidos a que la mayoría de los estudios rea- aéreo. Unos años antes, Kasl y Cobb (1970) habían
lizados hasta la fecha, al utilizar únicamente medi- observado que tras el despido y durante el período
das clínicas de la PA, han podido mezclar en el de desempleo, la PA de un grupo de trabajadores
mismo grupo a pacientes que tienen verdaderamen- se incrementaba y permanecía elevada, si bien,
te HTA y personas con HBB, y puesto que estas posteriormente, tendía a normalizarse, sobre todo
últimas no difieren en ansiedad rasgo o en patrón entre aquellos que volvían a encontrar un trabajo
tipo A de las personas normotensas, las diferencias permanente. También el ruido puede constituir otra
en personalidad entre personas normotensas y per- forma de estrés, habiéndose encontrado una relación
sonas con HTA han podido quedar atenuadas o entre éste y la hipertensión arterial (Kim, Roh,
desaparecer. Kwon et al., 2008). No es de extrañar entonces que
No obstante, la revisión de diversas investiga- la prevalencia de hipertensión sea más elevada en
ciones prospectivas que han encontrado que la in- los barrios más deprimidos de ciudades en los que
hibición de la ira es un predictor independiente del se da una alta tasa de paro y sobrepoblación (Dra-
desarrollo futuro de hipertensión, permite concluir gano, Bobak, Wege et al., 2007).
que una personalidad hostil, esto es, caracterizada Otra línea de investigación de interés es el estu-
por un estilo de afrontamiento en que predomina el dio de la respuesta al estrés de sujetos con historia
resentimiento y la incapacidad para plantear clara familiar de hipertensión. Se pretende identificar a
y abiertamente los conflictos, de manera especial los sujetos con un mayor riesgo de desarrollar hi-
los conflictos interpersonales, puede ser un factor pertensión, escogiéndose, por este motivo, a aque-
de riesgo importante de la enfermedad hipertensiva llos que tienen una historia familiar de esta enfer-
en algunos subgrupos de sujetos (Amigo y Herrera, medad. A pesar de que el nivel basal de estos
2001; Zhang, Niaura, Todaro, McCaffery, Shen, sujetos suele encontrarse dentro de un rango nor-
Spiro y Ward, 2005). motenso, su reactividad al estrés suele ser más
elevada que la reactividad de los sujetos sin ante-
2.6. Estrés cedentes familiares. Light, Girdler, Sherwood, Brag-
don, Brownley y West (1999) siguieron a una mues-
La Organización Mundial de la Salud (OMS, tra de 103 varones con una edad inicial entre 18 y
1986) ha reconocido el importante papel que puede 22 años a lo largo de diez años; transcurrido ese
jugar el estrés en la HTA; sin embargo, también ha período, observaron que aquellos sujetos que tenían
subrayado la dificultad de cuantificar esa influencia una elevada respuesta al estrés y eran hijos de padres
en el desarrollo de esta enfermedad. En cualquier hipertensos mostraban niveles significativamente
caso, existen múltiples datos que ponen de relieve más elevados en la PA sistólica y diastólica. Parece,
la relación entre situaciones que podemos calificar por lo tanto, que una elevada reactividad cardiovas-
como estresantes y la elevación de la presión arte- cular en pruebas de laboratorio constituye un buen
rial. predictor del desarrollo futuro de la HTA, especial-
Los trabajos que requieren una vigilancia cons- mente en sujetos con antecedentes familiares de la
tante o conllevan una responsabilidad extrema pa- enfermedad (Armario y Hernández, 2001).
recen desempeñar algún papel en la HTA esencial. Es por todo ello, quizá, que los modelos psico-
Un ejemplo bastante conocido es el de los contro- fisiológicos que pretenden dar cuenta del desarrollo
ladores aéreos; en el estudio clásico de Cobb y Rose de la hipertensión también incluyen generalmente
(1973) se observó una prevalencia de hipertensión el estrés como uno de los factores desencadenantes
cuatro veces mayor en estos trabajadores que en de la enfermedad. No obstante, se ha de señalar que,
otros trabajadores aéreos con menor responsabili- hasta la fecha, son muchos los modelos que han
dad. Además, las tasas más elevadas correspondían sido propuestos para explicar la patogénesis de la

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Hipertensión esencial / 189

bipertensión, sin que, a pesar de los avances reali- público general y el 53 por 100 de los hipertensos
zados' se haya logrado un amplio consenso entre encuestados atribuyeron a la categoría de tensión
investigadores. Fernández-Abascal (1993), tras re- emocional, preocupaciones y ansiedad, el papel
visar las diversas soluciones propuestas, ha señala- causal más importante en la etiología de la enfer-
do que sólo los dos modelos clásicos, el de Kaplan medad, concediéndole, de esta forma, una impor-
(1978, 1979), basado en los trabajos de Guyton tante posibilidad de actuación a los tratamientos
(1976, 1977), y el de Obrist (Obrist, 1980; Obrist, psicológicos dirigidos al alivio de respuestas que
Langer Y Grignolo, 1983; Obrist, Langer, Light y suelen ser manifestaciones de la respuesta de estrés.
Kopke, 1983), basado en el trabajo de Julius y En resumen, la HTA es una alteración con etio-
Esler (1975), se ajustan al carácter evolutivo del logía pluricausal donde uno o varios factores de
trastorno. Ambos parten de un hecho ampliamente riesgo están presentes para provocar una elevación
aceptado: el hallazgo de que el patrón hemodiná- de la presión arterial, siendo esos factores de ries-
mico en muchos hipertensos jóvenes se caracteriza go principalmente conductas.
por un gasto cardíaco elevado que, con el paso de
los años, da lugar a un aumento de la resistencia
periférica que, a partir de entonces, debe conside- 3. EVALUACiÓN DE LA PRESiÓN
rarse responsable de la cronificación de la enferme- ARTERIAL
dad, al tiempo que el gasto cardíaco vuelve a un
nivel normal. 3.1. La medida manual de la presión
A pesar de las concomitancias existentes entre arterial
el modelo de Kaplan y el de Obrist, existen una
serie de divergencias entre ambos que podrían ilus- En la actualidad, se dispone de diversos métodos
trar los grandes interrogantes que todavía se plan- y procedimientos para medir la presión arterial.
tean en la actualidad acerca de la patogénesis de la A pesar de ello, en la consulta clínica sigue siendo
hipertensión esencial. Entre estas divergencias des- habitual la medida manual con un esfigmomanó-
taca el papel que se atribuye al estrés en el desarro- metro de mercurio. Este método esfigmográfico fue
llo y mantenimiento de esta alteración. Para Obrist desarrollado por Marey en 1860. Sin embargo,
juega un papel decisivo, ya que, de acuerdo a este aunque el método de Marey era adecuado para la
modelo, el gasto cardíaco se eleva, inicialmente, medida de la presión sistólica, presentaba algunas
por una excesiva activación betaadrenérgica ligada dificultades en la medida de la presión arterial dias-
a factores comportamentales a través de los cuales tólica, problema que fue resuelto en 1905 por Ko-
se desencadenan reacciones de defensa y, conse- rotkoff, un cirujano ruso que colocando un estetos-
cuentemente, dichos incrementos en la activación copio debajo de una almohadilla esfigmográfica
beta. Para Kaplan, sin embargo, el estrés desempe- inflada y desinflándola lentamente pudo escuchar
ña un papel más tangencial, provocando el aumen- los ruidos que indican el punto de presión máxima
to de las resistencias periféricas mediante el incre- (sistólica) y mínima (diastólica).
mento de la activación del sistema nervioso Este descubrimiento ha sido de gran importancia,
simpático. Desde la investigación básica, por lo ya que en él se sientan las bases de la técnica aus-
tanto, también se ha subrayado que el estrés desem- cultatoria que corrientemente se utiliza en la clínica.
peña un importante papel en el desarrollo y/o man- Esta técnica consiste en la auscultación de los soni-
tenimiento de la alteración hipertensiva. dos descritos por Korotkoff, los cuales cubren una
Finalmente, resultan de gran interés en esta te- gama media de 45 mm Hg y se subdividen en cinco
mática los resultados de una encuesta realizada fases de duración variable: un sonido fuerte y chas-
(Patel, 1984), en la que se preguntaba, entre otras queante (14 mm Hg), una sucesión de murmullos
cuestiones, cuál era la causa más importante de la (20 mm Hg), unos soni dos galopantes (5 mm Hg),
hipertensión. Ante esta pregunta, el 48 por 100 del un sonido envolvente (6 mm Hg) y silencio.

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190 / Manual de psicología de la salud

3.2. Métodos de medición automática antihipertensiva o en la llamada hipertensión de


de la presión arterial bata blanca también denominada hipertensión clí-
nica aislada (INC VII, 2004).
En la actualidad, se dispone de diversos sistemas
automáticos de medida de la PA en los que el ob-
servador lo único que hace es colocar, adecuada- 4. LA HIPERTENSiÓN DE BATA BLANCA
mente, los instrumentos de medida en el paciente O AISLADA
o, en el caso de los instrumentos semiautomáticos,
tiene que, únicamente, inflar el manguito. Este tipo La investigación sobre la HTA indica que existe
de medida, que inicialmente generó algunas reti- una multiplicidad de fuentes de variación en la
cencias (Cuesta, 1991), hoy está plenamente acep- presión arterial que pueden provocar una inflación
tado y ha comenzado a extenderse no ya sólo den- en la lectura de las cifras tensionales y, de este
tro de los servicios especializados, sino que, por modo, poner en cuestión la representatividad de la
ejemplo, es corriente encontrarlo en las farmacias. misma (Amigo, Cuesta, González y Fernández,
La medida automática presenta indudables ventajas, 1993; Amigo y Herrera, 1994). De entre ellas des-
ya que elimina, probablemente, todas las fuentes taca por su importancia la que se le atribuye
de variación debidas al observador pero no las contexto clínico, en general, y al médico, en parti-
debidas al sujeto evaluado (por ejemplo, la hiper- cular, y que habitualmente se conoce como hiper-
tensión de bata blanca). tensión de bata blanca (HBB) o hipertensión clíni-
ca aislada.
3.3. La medida ambulatoria de la presión La HBB hace referencia a una elevación artefactual
de la presión arterial provocada por la presencia del
arterial (MAPA)
personal sanitario y/o del médico durante el proceso
El desarrollo de la tecnología ha permitido dis- de medida que reduce, notablemente, la validez
poner ya de un sistema de medición de la PA du- diagnóstico de la hipertensión esencial (Amigo
rante 24 horas consecutivas. Este sistema permite Buceta, 1989). De hecho, los pacientes que .L.L.LU·V~"'.LU.L.l
monitorizar a la persona en su contexto cotidiano esta reactividad presora no presentan un riesgo
e, incluso, se puede diagnosticar, con mayor pro- diovascular mayor que las personas normotensas,
babilidad de acierto, los casos de falsos hipertensos. bien es necesario un seguimiento de estas personas en
Las medidas de la Monitorización Ambulatoria de la medida que un porcentaje estimable de las . . . . . . . , J ............... u

la Presión Arterial (MAPA) son generalmente más acaba desarrollando hipertensión.


bajas que las obtenidas en consulta médica. Así se La HBB comienza a ser considerada como
considera que se puede establecer un diagnóstico problema diagnóstico tras los estudios de J.Y..L(..t..L.L",I.LU,

de hipertensión arterial cuando la media diurna es Bertinieri, Grasi, Parati, Promidosi y Ferrari
mayor a 135/85 mm Hg y la nocturna mayor de y Mancia, Parati, Pomidossi, Grassi, Casade y
120/75 mm Hg. La MAPA correlaciona mejor que chetti (1987), en los que se constata, utilizando
las lecturas obtenidas en la consulta médica con el registro latido a latido intraarterial, que la
daño en los órganos diana (corazón, riñón y cere- del médico producía una reacción hipertensiva
bro). En la mayor parte de las personas la PA cae mediata que elevaba la PA sistólica más de 26
entre un 10 por 100 y un 20 por 100 durante la Hg Y la diastólica más 15 mm Hg.
noche cuando esto no ocurre, el riesgo de sufrir un
accidente cardio-vascular se incrementa notable-
4.1. Caracterización de la hipertensión
mente. Puesto que es una prueba algo compleja, la
de bata blanca
MAPA se recomienda especialmente en casos como
la hipertensión resistente a las drogas, cuando apa- Ahora bien, este efecto no parece que sea
recen síntomas de hipotensión al tomar medicación cido, exclusivamente, por la bata blanca, ya

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Hipertensión esencial / 191

esta elevación artefactual de la presión arterial se arterial ni en la MAPA, ni en las pruebas de estrés
ha observado, incluso, cuando el médico no lleva realizadas en el laboratorio, ni en las diferencias
bata. El estatus social atribuido a éste puede inducir entre las presiones registradas en el trabajo y el
dicha elevación. Long, Lynch Machiram, Thomas domicilio, que los pacientes con una hipertensión
y Malinow (1982), registrando la presión arterial a sostenida. Por todo ello, no parece que la HBB, a
un grupo de sujetos mientras mantenían una charla la luz de la evidencia hasta ahora disponible, pueda
con el experimentador, bien de estatus similar, bien considerarse como un indicio de labilidad presora
de estatus social superior, encontraron que aquellos (Robles, 2001; García-Vera, Sanz Jesús y Labrador,
que mantenían la conversación con el experimen- 2007), sino que todo apunta a que se trata de una
tador de estatus superior mostraban una presión respuesta emocional específica al contexto clínico
arterial sistólica y diastólica significativamente más en el que se realiza la medida.
alta que los que conversaban con un experimentador
de estatus similar. El experimentador de alto estatus
4.. 2.. Presión arterial y condicionamiento
era introducido por una secretaria como doctor,
clásico
vistiendo traje y corbata y con un nombre en su
tarjeta de identificación que le describía como doc- Existe una abundante evidencia empírica que
tor en medicina interna. El experimentador de igual pone de manifiesto la posibilidad de condicionar
estatus, por el contrario, se presentaba a sí mismo clásicamente la presión arterial (Fronkova, Ehrlich
por su nombre y como un asistente del experimen- y Sleg, 1957). Además, tales respuestas pueden ser
to sobre presión arterial. establecidas en un amplio rango de clases filogené-
Los datos de prevalencia de la HBB varían sus- ticas, entre las que se incluyen las aves y los ma-
tancialmente (entre el 15 y el 58 por 100 de la míferos. La reglas que gobiernan el condiciona-
población hipertensa) en función de los distintos miento cardiovascular parecen ser las mismas que
estudios (López, Arias, Tuero, Velasco, Pérez, Ami- han sido descritas ampliamente en la literatura so-
go, Huarto, Villar y Herrera, 1997). En conjunto, bre el condicionamiento clásico (Cohen y Goff,
parece que alrededor de un 20 por 100 y un 35 por 1978). En este sentido, diversos estudios en la an-
100 de los pacientes hipertensos sufren HBB (JNC tigua Unión Soviética demostraron la posibilidad
VII, 2004). de desarrollar respuestas condicionadas (RRCC)
En el intento de buscar una explicación de este hipertensivas en humanos. Malkova (1952) observó,
fenómeno se ha estudiado la personalidad del hi- en un grupo de aviadores que sufrían una elevación
pertenso de bata blanca. Se podría esperar que estos transitoria de la PA, que cuando eran expuestos,
pacientes fuesen más ansiosos que los pacientes a durante un examen físico rutinario, al sonido de los
los que se les atribuye una hipertensión crónica, sin motores de un avión, su presión arterial se incre-
embargo, en los resultados de estas comparaciones mentaba pasando de 150/90 a 175/110 mm Hg.
realizadas sobre diversos cuestionarios de ansiedad, Además, comúnmente se pueden observar RRCC
no se han encontrado diferencias significativas (Ge- de distinto tipo en pacientes que se ven sometidos
rardi, Blanchard y Andrasik, 1985; Ogedegbe, Pic- a experiencias molestas o dolorosas y que desarro-
kering, Clemow, Chaplin, Spruil1, Albanese, Eguchi, llan una respuesta emocional negativa hacia el con-
Burg y Gerin, 2008). texto médico. Por ejemplo, la aplicación vía intra-
También se ha evaluado la posibilidad de que la venosa de quimioterapia a los pacientes de cáncer
HBB fuese un indicador de una alta labilidad de la a menudo provoca una ansiedad anticipatoria hacia
presión arterial en estos pacientes. Sin embargo, los este tratamiento que se traduce en náuseas y vómi-
resultados obtenidos por Pickering, James, Boddie, tos anticipatorios.
Harshfield, Blank y Laragh, (1988) contradicen esta Es evidente que este proceso de formación de
posibilidad. En este estudio, los pacientes con HBB una RC no es tan claro en el caso de la HBB, ya
no mostraron una mayor variabilidad en la presión que no se suele poder precisar qué elementos del

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192 / Manual de psicología de la salud

contexto clínico son los que adquieren un valor de cisamente, sobre condicionamiento clásico de
estímulo condicionado aversivo (por ejemplo, el PA. Este autor encontró que la aplicación de
manguito o la bata blanca) y cuáles son los que El a los animales producía incrementos de la
funcionan como estímulos incondicionados (EEII) sión arterial de alrededor de 50 mm Hg. No
(por ejemplo, el estatus profesional del médico o el tante, después de 25 presentaciones v'-J'Jl.1.lJ'-/vuu.

diagnóstico de enfermedad hipertensiva). del estímulo incondicionado, el animal se 'U' ""L.lU-

No obstante, se ha observado como en el caso ba y dejaban de observarse dichos . . . . . . . ,; . . '"" ,; "'v~.


de la hipertensión que la comunicación del diag- Ahora bien, si ese estímulo incondicionado
nóstico de esta alteración puede funcionar como El presentaba asociándolo con un estímulo V\JJl"''-J.Jlv.l\J-

aversivo (Rostrup, Kjeldsen y Eide, 1991). En este nado (EC), ese estímulo llegaba a provocar
trabajo 29 jóvenes cuyas cifras tensionales se habían ciones de la presión arterial de 30-40 mm
encontrado elevadas en un examen militar rutinario alcanzando tras 100 ensayos, los 190-230 mm
fueron divididos en dos grupos. A los sujetos de un En algunos sujetos experimentales ese estado
grupo se les envió una carta comunicándoles que pertensivo duró un año.
su presión arterial era demasiado alta, mientras que Este experimento pone de manifiesto cómo,
a los del otro la carta fue neutral. En una segunda este caso, el condicionamiento de la presión
revisión la presión arterial del primer grupo fue rial no se ajustó al proceso de extinción
16/10 mm Hg, más alta que la del segundo grupo. na. En este sentido, ya Eysenck (1968) había
Este trabajo muestra cómo el diagnóstico de presión ñalado cómo en muchas RRCC de ansiedad,
arterial elevada puede ser suficientemente aversivo exposiciones no reforzadas del EC no sólo
para generar una reacción emocional condiciona- provocan la extinción de la RC, sino que en algu-
da al procedimiento de medida que provoque una nos casos llevan consigo un fortalecimiento de
elevación arterfactual de la misma. En este sentido, RC. Ello ocurre en virtud de lo que se conoce como
los estudios con normotensos incorrectamente eti- el fenómeno de incubación, a través del cual las
quetados como hipertensos revelan un efecto simi- sucesivas exposiciones del EC no reforzado dan
lar al que se ha observado con hipertensos correc- lugar a un incremento de la RC que llega ser más
tamente diagnosticados (Stenn, Noce y Buck, 1981; fuerte que la RI.
Wagner y Strogatz, 1984), lo cual indica que los Algo similar ocurre, probablemente, en la HBB.
individuos, en general, toman el diagnóstico de El paciente se ve expuesto al contexto clínico (mé-
hipertensión como algo estresante y que todo ello dico, sala de consulta o manguito) durante un tiem-
puede condicionar la medidas posteriores de la po muy corto, por lo que, en el caso de que este
presión arterial. contexto clínico general o alguno de sus elementos
Ahora bien, puesto que la HBB es una respues- hayan adquirido para él un valor emocional nega-
ta condicionada a determinados estímulos del con- tivo, se podrá observar, probablemente, una RC
texto clínico (Amigo y Herrera, 1994; Ogedegbe et hipertensiva resistente a la extinción. En el estudio
al., 2008), cabría preguntarse por qué las repetidas de Tecumseh, la reacción de bata blanca no había
visitas al médico y la familiarización del paciente desaparecido después de 27 años de visitar rutina-
con el procedimiento de medida no conllevan un riamente un consultorio (Julius, Mejia, Jones, Krau-
proceso de habituación y la consiguiente estabili- se, Schork y Van de Ven (1990).
zación de los niveles tensionales.
Posiblemente, para explicar este fenómeno la
4.3. Implicaciones clínicas
teoría de la incubación de la ansiedad (Eysenck,
1968, 1976) proporcione un marco adecuado. Una La HBB parece ser responsable (Amigo y He-
de las pruebas experimentales a las que Eysenck rrera, 1994; Mancia, Sega, Milesi, Cesana y Zan-
ha apelado para defender la teoría de la incubación chetti, 1997) de una sobrestimación de la presión
es el trabajo de Napalkov (1967), que versó, pre- arterial de los pacientes hipertensos y, como con-

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Hipertensión esencial / 193

secuencia de ésta, de una posible sobremedicación la PA Y cu~ndo comunicar el diagnóstico. Respec-


de estos pacientes, lo cual llevó a cuestionar la to a la prImera, parece conveniente que sea la
conveniencia de la prescripción de medicamentos enfermera la encargada de tomar la presión arterial,
antihipertensivos sobre la única base de las lectu- ya que su rol profesional resulta menos estresante
ras de la presión arterial tomadas en la consulta para los pacientes que el del médico. Respecto al
médica, sobre todo, teniendo en cuenta que las diagnóstico, parece que puede funcionar como un
lecturas realizadas a lo largo del día en el medio estímulo incondicionado que da lugar a una res-
ambiente propio del sujeto correlacionan mejor puesta emocional aversiva al contexto clínico en
con la gravedad de las complicaciones hipertensi- general y al procedimiento de medida en particu-
vas. Por todo ello, si se sospechase que la medida lar, y que, a la postre, podría inducir una HBB.
de la PA en la clínica refleja un caso de HBB (el Por todo ello, en la comunicación del diagnóstico
paciente puede comunicar lecturas casuales más se ha de ser prudente, ya que aunque éste se base
bajas), entonces no parecería inconveniente que en medidas efectuadas en tres ocasiones diferentes
fuese el propio paciente o algún familiar quien puede depender, al menos en parte, de si el pacien-
realizase la medida de la presión arterial (Amigo te fue informado sobre su presión arterial en la
y Buceta, 1989; JNC VII, 2004). De hecho, García- primera ocasión. Así, salvo que se trate de un pico
Vera y Sanz (1999) han observado que para esta- tensional importante, parecería conveniente pre-
blecer una estimación fiable de la PA diastólica a sentar el diagnóstico como un proceso en el que
10 largo de un período de seis meses basta realizar se han de repetir las lecturas en diferentes ocasio-
una simple automedición en casa durante uno o nes justificando, de un modo tranquilizador para
dos días consecutivos, mientras que en el caso de el paciente, la necesidad de todo este procedimien-
la PA sistólica son necesarios más de ocho días to. También podría ser adecuado utilizar la MAPA
de automedición. Idealmente, la toma ambulatoria para asegurar totalmente el diagnóstico, en especial
de la presión arterial en otros lugares sin relación si no existen condicionamientos clínicos que obli-
con el medio hospitalario constituiría el procedi- guen a comenzar el tratamiento medicamentoso
miento más adecuado para una valoración precisa (Amigo y Herrera, 1994).
de este fenómeno (Cuesta, 1991). y aún más, la Respecto a las técnicas de modificación de
MAPA que permite registrar de modo continuado conducta para eliminar la HBB se debe tener en
la presión arterial durante al menos 24 horas cons- cuenta la posible inadecuación de la desensibili-
tituiría el procedimiento ideal para del diagnósti- zación sistemática, ya que a través de este proce-
co de la HBB (JNC VII, 2004). dimiento podría ocurrir que se presentase durante
Asimismo, en aquellos casos en los que se ob- un tiempo insuficiente el EC, lo que contribuiría
serva una hipertensión resistente al tratamiento, a la incubación más que a la extinción de la RC.
descartadas otras causas (baja adhesión al trata- En este caso se debería continuar siempre con la
miento, hipertensión secundaria, etcétera), se pue- exposición de dicho estímulo de acuerdo a la ló-
de sospechar la existencia de BBB. Es importante gica de las técnicas de exposición. En este sentido,
subrayar que las respuestas presoras que induce este Laughlin (1981) observó cómo las cifras tensio-
estado de ansiedad no son fácilmente bloqueables. nales de un sujeto hipertenso eran claramente más
Aunque, generalmente, dependen de la elevación elevadas en la clínica que en su entorno familiar,
del gasto cardíaco, ni tan siquiera el uso de beta- llegando esta discrepancia a alcanzar los 40 mm
bloqueantes garantiza el control de esa elevación, Hg en la PAs y unos 20 mm Hg en la PAd. Esta
ya que, a menudo, no consiguen suprimir el incre- hiperresponsividad arterial se mantuvo a pesar de
mento en la PA, sino que únicamente modifican su un procedimiento de desensibilización sistemática
mecanismo (Tarazi y Dustan, 1982). al que el sujeto se sometió y que incluía en la je-
La HBB tiene también importantes implicacio- rarquía diversos estímulos presentes en el contex-
nes sobre quién debe llevar a cabo la medida de to clínico.

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194 / Manual de psicología de la salud

5. TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSiÓN to de la HTA no complicada que, supuestamente,


ARTERIAL serían capaces de sustituir a los que habían sido
clásicamente el tratamiento de elección, los diuré-
5.1. Tratamiento farmacológico ticos. Sin embargo, los resultados de diversos en-
sayos clínicos han puesto de manifiesto que, si bien
A lo largo de la década de los ochenta y princi- estos nuevos medicamentos son hipotensores efica-
pios de los noventa se propusieron y utilizaron ces, no han superado a los diuréticos en la preven-
nuevos fármacos (inhibidores de la ECA y los an- ción de las complicaciones cardiovasculares aso-
tagonistas del calcio) para el tratamiento de la HTA ciadas a la hipertensión (INC VII, 2004). En la
no complicada que, supuestamente, serían capaces actualidad, el tratamiento farmacológico inicial
de sustituir a los que habían sido clásicamente el hipotensor recomendado se inicia con un diurético
tratamiento de elección, los diuréticos y/o los be- tipo tiazida en la hipertensión en estadio 1, al que
tabloqueantes. Sin embargo, los decepcionantes se le podrá añadir alguno de los otros medicamen-
resultados de los ensayos clínicos han puesto de tos para optimizar el control de la presión arterial.
manifiesto que estos nuevos medicamentos no apor- En el estadio 2 se han de combinar dos tipo de
tan ningún plus de eficacia y que sólo parecen fármacos, siendo uno de ellos en la mayoría de los
adecuados para la hipertensión que presenta otra casos un diurético. No obstante, estos nuevos me-
patología asociada como la diabetes, disfunción dicamentos desempeñan un papel importante para
sistólica, infarto de miocardio o insuficiencia renal el tratamiento de la hipertensión que presenta otra
(INC VI, 1997). En pacientes con hipertensión en pat910gía asociada como la diabetes, disfunción
el estadio 1 y no complicada (140-159 mm Hg/90- sistólica, infarto de miocardio o insuficiencia renal.
99 mm Hg) se recomienda la modificación del es-
tilo de vida encaminada a controlar los factores de
5.2. Tratamientos DSICC~IO'CUC~OS
riesgo reversibles (dieta, ejercicio, etcétera) duran-
te un período superior a un año antes de iniciar el A lo largo de los años setenta y principalmente
tratamiento farmacológico. Si estos pacientes (que durante la década de los ochenta, se realizaron un
son la mayoría) tienen un factor de riesgo cardio- amplio número de investigaciones que tuvieron
vascular adicional, tabaco o colesterol, ese perío- como objeto verificar si los procedimientos de ma-
do se reduce a 6 meses antes de iniciar la farma- nejo del estrés encaminados a enseñar a relajarse a
coterapia (INC VI, 1997). los pacientes hipertensos provocaban un descenso
A todo esto habría que añadir el hallazgo de mantenido de la PA. Estos programas se han fun-
Gifford y Tarazi (1978), quienes observaron que la damentado, en general, en la práctica de la relaja-
medicación hipotensora no siempre previene los ción. En algunos estudios, el entrenamiento en re-
incrementos de la PA en situaciones de estrés, du- lajación muscular se ha combinado con técnicas de
rante las cuales las alteraciones cardiovasculares biofeedback o con técnicas cognitivas. Aunque en
tienen más probabilidades de ocurrir. Este conjun- las investigaciones realizadas se han utilizado pro-
to de dificultades que presentan los fármacos anti- gramas de intervención con matices diferentes, los
hipertensivos ha dado pie a la búsqueda de trata- aspectos comunes de los programas más efectivos
mientos psicológicos que, sin afectar la calidad de han coincidido en tres aspectos importantes: el
vida del paciente y permitiendo a éste recuperar un entrenamiento en relajación muscular in vivo, la
cierto sentido de control sobre su enfermedad, sir- práctica diaria de dichas técnicas y la identificación
van para aliviar el problema. de las situaciones estresantes de la vida diaria y el
A lo largo de la década de los ochenta y princi- uso de las habilidades adquiridas para hacer frente
pios de los noventa se propusieron y utilizaron a dichas situaciones. Iohnston (1987) llevó a cabo
nuevos fármacos (beta-bloqueantes, inhibidores de una revisión de 25 estudios controlados y aleatori-
la ECA o antagonistas del calcio) para el tratamien- zados sobre programas de manejo del estrés en los

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Hipertensión esencial / 1

que se había registrado la PA en condiciones están- de padecer alguna enfermedad cardiocoronaria


dar como principal resultado del tratamiento y pro- (ECC). Otros 100 sujetos sirvieron como grupo
medió los resultados. En 12 de esos estudios los control. A los cuatro años de seguimiento, tan sólo
programas de manejo del estrés fueron más eficaces uno de los sujetos que había recibido entrenamien-
que las diversas condiciones control utilizadas. En to en manejo del estrés mostraba una nueva eviden-
conjunto, fueron tratados 823 pacientes con hiper- cia de ECC, frente a seis sujetos en el grupo control.
tensión esencial ligera, mientras que 578 pacientes En otro estudio, Patel y Marmot (1988) observaron,
hipertensos formaron parte de los grupos control. tras un año de seguimiento, que ninguno de los
Los resultados mostraron una reducción, en este sujetos del grupo experimental presentaba alguna
amplio grupo de manejo del estrés, de 8,8/6,2 mm ECC, frente a tres sujetos en el grupo control.
Hg en la presión arterial sistólica y diastólica, res- Los resultados, por lo tanto, indican que los
pectivamente, mientras que en el grupo control esa programas de manejo del estrés en pacientes hiper-
reducción ha sido de 3,1/3 mm Hg. Dado el gran tensos pueden reportar importantes beneficios que
tamaño de la muestra, esas diferencias parecen ser no parecen limitarse a la reducción de la PA. No
altamente significativas y sugieren que las técnicas obstante, las recomendaciones del V y VI informe
de relajación tienen un claro efecto sobre la PA. del JNC (1993, 1997) han tenido en cuenta más los
Siguiendo el mismo procedimiento, también se resultados negativos de algunos estudios (Van Mont-
calculó la reducción registrada en un ambiente no frans, Karemaker, Wieling y Dunning, 1990) que
clínico. En el conjunto de esos estudios, 313 sujetos la evidencia positiva de otros (García-Vera, Labra-
recibieron alguna forma de entrenamiento en ma- dor y Sanz, 1997; Cengiz, Dnalan, Tugrul y Eker-
nejo del estrés y 142 sirvieron como control. En la bicer, 1997) y han matizado el alcance de este tipo
muestra de los pacientes sometidos a los programas de intervención para el control de la HTA, subra-
de manejo del estrés la reducción de la PA sistólica yando su papel como terapia adyuvante en el tra-
y diastólica fue, respectivamente, de 6,5 mm Hg y tamiento de la HTA (Abellán, Leal y Hernández,
4,9 mm Hg, mientras que la observada en los grupos 2001). En el informe ofthe Joint National Commit-
de control fue de 2,3 mm Hg y 1,7mm Hg. tee on Prevention, Detection, Evaluation and
Pero los programas de manejo del estrés también Treatment ofHigh Blood Pressure (JNC VII, 2004)
han mostrado efectos positivos sobre otros paráme- los programas de manejo del estrés no se han eva-
tros, entre los que se incluye la reducción de la luado.
medicación hasta en un 30 por 100 de los pacientes Sin embargo, en los últimos años se han publica-
tratados (Hatch, Klatt, Supik, Ríos, Fisher y Bauer, do un número cada vez más amplio de estudios que
1985), una reducción del número de admisiones de parecen mostrar que la meditación trascendental
mujeres hipertensas durante el embarazo (Little, puede no sólo provocar reducciones significativas de
Hayworth, Benson, Hall, Beard, Dewhurst y Friest, la PA en pacientes hipertensos, sino que, además,
1984) o la alteración de otros factores de riesgo de parece disminuir la mortalidad asociada a la hiper-
las enfermedades cardiovasculares tales como el tensión. Rainforth et al. (2007) realizaron un meta-
tabaco (Patel, Marmot y Terry, 1981) y el patrón de análisis con el que evaluaron la eficacia de las dis-
conducta Tipo A (Johnston, 1986) o la variabilidad tintas técnicas de manejo del estrés para el control
de la PA (García-Vera, Sanz y Labrador, 2004). de la hipertensión. Los resultados mostraron que solo
Por otra parte, también se ha estudiado si la la meditación trascendental provocaba una reducción
reducción de la PA conseguida a través de los pro- significativa de la presión arterial. Anderson, Liu y
gramas de manejo de estrés, puede prevenir la apa- Kryscio (2008) confirmaron, a través del metaanáli-
rición de cardiopatía isquémica. A este respecto sis, la potencia de la meditación trascendental para
Patel et al. (1981, 1985) examinaron el efecto de reducir la PA sistólica y diastólica en 4,7/3,2 mm
uno de estos programas en un grupo de aproxima- Hg, respectivamente. Lee, Pittler, Gua y Emst (2007),
damente 100 sujetos que mostraban un alto riesgo en un estudio de revisión, también han mostrado la

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196 / Manual de psicología de la salud

utilidad de esta técnica para reducir la PA. Los re- de la PA, se debe considerar como intervención e
sultados más sorprendentes provienen, no obstante, control del estrés», aconsejando en este caso 1
del trabajo de Schneider et al. (2005). En él se mos- utilización de programas cognitivo-conductuale
tró que sólo la meditación trascendental, frente a individualizados, ya que tales programas tienen má
otras intervenciones conductuales, se asociaba a un posibilidades de ser eficaces (Khan et al., 2008). E
decremento del 30 por 100 de la mortalidad cardio- esta postura han tenido una gran influencia los re..
vascular y a un decremento del 49 por 100 de la sultados de recientes metaanálisis, como, por ejem..
mortalidad debida al cáncer en mayores de 55 años plo, el de Dickinson et al. (2008), que tras analiza
hipertensos. A pesar de este cúmulo de datos, diver- 25 estudios experimentales con grupo control en
sos autores, Ospina et al. (2007) y Canter y Ernst los que se trataron y evaluaron 1.198 pacientes con
(2004), insisten en señalar la necesidad de mejorar HTA con un seguimiento entre ocho semanas y
la calidad metodológica de este tipo de estudios para cinco años, constataron una reducción en la P
poder aceptar plenamente la validez de esta técnica sistólica y diastólica de 5,5 mm Hg y 3,5 mm Hg,
(véase capítulo 7). respectivamente. Esa reducción fue superior a 1
Asimismo, la guía para el manejo de la HTA del del grupo control y similar a las que se han obser
programa canadiense de educación para la hiper- vado con otras medidas no farmacológicas como 1
tensión afirma que «en los pacientes en los cuales dieta (-5/-3,7 mm Hg), el ejercicio físico (-4,6/-2,
el estrés pueda estar contribuyendo a la elevación mm Hg) o la restricción de sal (-3,6/-2,5 mm

© Ediciones PirálUíde I
Síndrome del intestino irritable

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y
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la 1. CARACTERIZACiÓN DEL TRASTORNO dantes de asistencia y hasta un 25 por 100 de los pa-
r- cientes que acuden a una consulta de medicina gene-
la El síndrome del intestino irritable (SIl) es el ral. Los datos acerca de la incidencia en el medio
4 trastorno digestivo funcional más frecuente y de hospitalario no son representativos, ya que estos pa-
). mayor trascendencia. De curso crónico y recidivan- cientes rara vez precisan hospitalización; no obstante,
te, el SIl se caracteriza por un conjunto de síntomas se calcula que el dolor abdominal de causa descono-
gastrointestinales y extradigestivos entre los que cida es el décimo motivo más común de ingreso en el
son definitorios el dolor o malestar abdominal ali- hospital entre los hombres y el sexto entre las mujeres,
viado por la defecación y/o asociado con un cambio afectando por igual a todas las edades. En la población
en la frecuencia o consistencia de las heces general, entre un 8 por 100 y un 25 por 100 tiene
(Drossman, 2006). Precisamente, la ausencia de síntomas compatibles con un SIl, aunque se calcula
afectación orgánica y la amplia variación de la que sólo entre un 25 por 100 y un 40 por 100 de los
sintomatología informada por los pacientes e, in- afectados solicitan cuidados médicos. Por lo demás,
cluso, por un mismo paciente a lo largo del tiempo, afecta predominantemente a adultos jóvenes con eda-
explican las dificultades para establecer marcadores des comprendidas entre los 20 y los 50 años y su
diagnósticos específicos y diferenciados para los distribución por edades es homogénea. Y, en general,
trastornos digestivos funcionales (Gasbarrini, Lau- se observa una mayor incidencia en las mujeres, en
ritano, Garcovich, Sparano y Gasbarrini, 2008). y una proporción de 2,3/1 con relación a los varones
también es una de las razones por la que los estudios (esta peculiaridad se ha puesto en correspondencia
epidemiológicos, etiológicos o sobre el tratamiento con factores culturales como es la mayor tendencia
no son siempre concluyentes. Podría decirse que el de éstas a consultar al médico, al menos en occidente)
proceder diagnóstico en el SIl se basa enteramente (Heitkemper y Jarrett, 2008; Tutega, Talley, Joos y
en las pautas comportamentales y las referencias Hickam, 2003; Whitehead, Palson, Levy et al., 2003;
verbales del paciente acerca de los síntomas, una Drossman, Whitehead y Camilleri, 1997). Estas cifras,
vez que las exploraciones físicas o pruebas com- aunque revelan una presencia extraordinariamente
plementarias excluyen otras patologías. elevada del SIl, deben interpretarse con prudencia
La importancia del SIl viene dada por su alta inci- porque no todos los estudios epidemiológicos se rea-
dencia y los costos personales y sociales asociados lizan con muestras representativas o emplean proce-
(absentismo laboral, consumo de fármacos, ocupación dimientos adecuados para la obtención de los datos y,
de las consultas, elevados costos en pruebas clínicas, frecuentemente, no existe unanimidad en los criterios
etcétera). El SIl representa la principal causa de con- diagnósticos utilizados.
sulta ambulatoria del aparato digestivo, llegando a El estudio de las causas que motivan la consulta
constituir hasta el 70 por 100 de los pacientes deman- del paciente es uno de los principales objetivos de

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198 / Manual de psicología de la salud

los estudios epidemiológicos analíticos. No existe en la frecuencia y consistencia de las heces, sensa-
una respuesta enteramente satisfactoria. Aunque la ción de deposición incompleta e hinchazón abdo-
intensidad de los síntomas es la primera referencia, minal. Por otra parte, la alteración del hábito intes-
no parece ser la causa en la mayoría de las ocasio- tinal es la forma más frecuente de presentación del
nes. Algunos trabajos coinciden al señalar que los SIl, además de un requisito diagnóstico. Los pa-
individuos que más consultan por sus problemas cientes pueden referir largos períodos de estreñi-
digestivos son quienes más alteraciones emociona- miento acentuado, diarrea o la alternancia de ambos.
les refieren, muestran mayor preocupación por la En segundo lugar, es importante la presencia de
salud, valoran más negativamente su estado físico otros síntomas gastrointestinales, tales como sen-
y presentan más conductas de enfermedad (Lee, sación de saciedad precoz, pirosis, náuseas, vómi-
Guthrie, Robinson, et al., 2008; Drossman, White- tos (muchas veces provocados para tratar de aliviar
head, Toner, Diamant, Hu y Banbdiwala, 2000). En el malestar). Este conjunto sintomático (que se
1871, Da Costa hizo la primera comunicación acer- denomina dispepsia epigástrica no ulcerosa cuando
ca de la asociación entre la «colitis mucosa» (de- ocurre de forma aislada y no relacionada con pato-
nominación utilizada entonces para referirse al SIl) logía orgánica) se presenta en al menos el 50 por
y las «manifestaciones nerviosas irregulares, del 100 de los casos diagnosticados de SIL La cuestión
tipo de la histeria». Desde entonces, numerosos que se plantea es si se trata de trastornos diferentes
autores han hecho referencia a los trastornos psi- o de manifestaciones distintas de una misma enti-
cológicos como desencadenantes o exacerbantes dad. Estudios manométricos señalan que el SIl
del SIl (Almy, 1949; Bennet, Piesse, Palmer et al., presenta alteraciones motoras que afectan a todo el
1998; Young, Alpers, Norland y Woodruff, 1976; tubo digestivo y no se limitan al colon e intestino
Kovács y Kovács, 2007). delgado. Por lo demás, se ha puesto también de
relieve que no existen características clínicas y/o
psicológicas diferenciales entre los trastornos di-
2. gestivos funcionales (Bennet, Piesse, Palmer et al.,
1998), por lo que su clasificación en base al tipo de
Desde el punto de vista clínico, el dolor abdo- síntomas que predominan no tendría más que una.
minal y las alteraciones en los hábitos intestinales finalidad práctica (Riedl, Schimidtmann, Stengel,
son definitorias de la entidad del SIl, pero a partir et al., 2008; Drossman, 1990).
de aquí son variadas sus manifestaciones clínicas. En tercer lugar, no es menos importante la pre-
En primer lugar, puede ofrecer un curso heterogéneo sencia de sintomatología extradigestiva inespecífi-
y diversos patrones clínicos. Mientras la mayoría ca, como son astenia, pérdida de concentración,
de los pacientes alternan períodos de bienestar con cefaleas, palpitaciones, lumbalgias, fibromialgia o
períodos sintomáticos (de diferente duración y se- fatiga crónica, que aparecen en un 65 por 100 de
veridad), otros tienen su vida continuamente afec- los casos con SIL Algunos autores han propuesto
tada por estos síntomas. El dolor abdominal está que la alta comorbilidad entre los trastornos gas-
presente en la mayoría de los casos. Algunos pa- trointestinales sugiere un mecanismo fisiopatológi-
cientes presentan un dolor continuo, si bien, por lo co común.
general, es intermitente y de carácter cólico, aunque Las peculiaridades del comportamiento de aque-
variable en intensidad y localización. En aproxima- llos que consultan motivados por la sintomatología
damente el 50 por 100 de los pacientes se alivia con característica del SIl ha motivado el estudio de las
la defecación. El calor local y la presión sobre el características psicopatológicas y/o de personalidad
abdomen también alivian el dolor. Ocasionalmente, de estos pacientes. Un sector importante de los
se agrava con las comidas y, por lo general, en si- clínicos mantiene la opinión de que el trastorno es
tuaciones de tensión emocional. El comienzo o la psicológico y subrayan la importancia de los fac"
presencia de dolor se suele asociar con un cambio tores emocionales en la patogenia del SIL En mu.-

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Síndrome del intestino irritable / 1

chos casos, los pacientes con SIl han recibido diag- no y el carácter operante de las conductas caracte-
nóstico y tratamiento psiquiátrico. La ansiedad, la rísticas de los pacientes con SIL Ahora bien, la
depresión y la histeria son las alteraciones más investigación etiológica del SIl debe contemplar las
comunes (Kovács y Kovács, 2007). Sin embargo, posibles relaciones entre las respuestas gastrointes-
además de ser escasos los trabajos controlados y tinales y las condiciones ambientales y el compor-
sistemáticos, por lo general, los estudios presentan tamiento de los sujetos. A partir de las primeras
varios déficits metodológicos que dificultan la ge- investigaciones sistemáticas de Almy y Tulin
neralización de los resultados. Cabe destacar el (1947), se iniciaron un gran número de investiga-
frecuente empleo de instrumentos de evaluación no ciones que buscaban dilucidar las pautas de con-
fiables o clasificaciones basadas en el juicio clínico ducta colónica (en concreto, las anomalías en la
en ausencia de un criterio diagnóstico común, la fisiología intestinal). La mayoría de las investiga-
utilización de muestras compuestas exclusivamen- ciones se desarrollaron en torno a los siguientes
te por individuos que consultan y por la propia supuestos:
población psiquiátrica en ausencia de grupos con-
trol, o la inexistencia de datos respecto a la sinto- • Los pacientes con SIl se ven expuestos a un
matología y su antigüedad en relación a las altera- mayor número de condiciones relevantes para
ciones psicológicas (Hutton, 2008; Lydiard y elicitar tales repuestas. La incidencia del estrés
Falseti, 1999). como condición agravante de la sintomatología
Por lo que respecta a la evaluación. de la persona- es conocida e investigada desde antiguo (Beau-
lidad, estos pacientes muestran más alteraciones que mont, 1833; Cannon, 1929; Friedman y Snape,
la población general y que los enfermos con trastor- 1946); sin embargo, no ha podido implicárse-
nos orgánicos (Drossman, McKee, Sandler et al., le como un factor etiológico del SIl. Trabajos
1988). No obstante, no existen evidencias de un que han empleado criterios restrictivos en el
«perfil» de personalidad específico del SIl a excep- diagnóstico y selección de los pacientes con
ción de unos valores más altos en neuroticisno e SIl no han podido identificar una mayor y
introversión (Latimer, Sama, Campbell, et al., 1981). significativa presencia de episodios de estrés
Por el contrario, sí se ha observado un patrón de en estos pacientes en relación a sujetos asin-
conducta característico de estos pacientes que se tomáticos o pacientes orgánicos (Drossman,
denomina «comportamiento aprendido de enferme- McKee, Sandler et al., 1988; Whitehead, Bos-
dad crónica» y se distingue por una continua pre- majian, Zonderman et al., 1988). En todo caso,
ocupación en torno a la enfermedad, tematizándola la presencia de acontecimientos estresantes
en todas las conversaciones o situándola como re- (con el consiguiente empeoramiento de las
ferente de su actividad cotidiana; por un número molestias) podría facilitar el aprendizaje de
frecuente de consultas a los médicos, incluso por errores acerca de la sintomatología y de la
problemas banales y unas muestras de incapacidad propia inhabilidad personal de auto-cuidado.
desproporcionada con los hallazgos de las explora- Las dificultades de adaptación a condiciones
ciones físicas (Whitehead, Winger, Fedoravicius et estresantes se han referido en la literatura como
1982). Esta peculiaridad sugiere la relevancia una característica del comportamiento de estos
del aprendizaje tanto en la adquisición como en el pacientes y relacionada con la adquisición de
mantenimiento de estas conductas de enfermedad. conductas de enfermedad.
• Los pacientes con SIl experimentarían sus
funciones colónicas normales corno anormales.
3. ETIOLOGíA La posibilidad de explicar la sintomatología
del SIl por una hiperalgesia colónica cuenta
Los datos expuestos parecerían señalar el papel con pocas evidencias empíricas. Algunos datos
del «aprendizaje social» en la etiología del trastor- parecen indicar que los pacientes con SIl con

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200 / Manual de psicología de la salud

predominio del dolor, serían capaces de expe- • Una línea de investigación más reciente sugie..
rimentarlo en respuesta a distensiones colóni- re que en el SIl la regulación serotoninérgica
cas que serían indoloras para los individuos está alterada. La serotonina es un neurotrans..
asintomáticos (Whitehead, Engel y Schuster, misar que está presente en abundancia en las
1980). Sin embargo, estos resultados no se han células enterocromafines del intestino y es el
confirmado en otras investigaciones. En cual- más importante regulador del peristaltismo
quier caso, no explicaría la multiplicidad intestinal y de la transmisión sensorial (Gas-
sintomática del SIl y, por otra parte, podría barrini, Lauritano, Garcovich, Saparano y
explicarse de acuerdo a procesos de condicio- Gasbarrini, 2008, Galligan y Parkman, 2007).
namiento respondiente y operante.
• Los pacientes con SIl tendrían un patrón, ge- Sin embargo, el interés diferencial de estos datos
nético o aprendido, distintivo y anormal de como posible mecanismo etiológico de los síntomas
motilidad colónica. En torno a este plantea- característicos del SIl se desdibuja cuando se com..
miento se han desarrollado un gran número de paran dichos datos con los hallazgos de las explo-
trabajos. En su mayor parte, son estudios sobre raciones físicas de pacientes asintomáticos pero con
la sensibilidad y motilidad intestinal, realiza- las mismas características psicológicas (<<neuroti-
dos tanto en condiciones basales como ante cisma»). Al hacer esto, Latimer (1983) encontró
diferentes tipos de estimulación (comida, es- que no existían diferencias entre ambos grupos de
trés y drogas). Los datos, por lo general, pro- pacientes, siendo lo más significativo la variabilidad
ceden del colon sigmoide y se han obtenido entre ellos.
mediante registros electromiográficos o de En base a estos hallazgos Latimer (1983) ha
presiones intraluminales. Actualmente, la in- propuesto un modelo conductual que explica el SIl
vestigación tiene interés por otras áreas gas- como una conducta aprendida que se inscribiría
trointestinales (esófago-gastroduodenal), en dentro de un patrón de conducta neurótica. Se
cuanto que se ha demostrado que la sintoma- asume (amparándose en las investigaciones relativas
tología compatible con el SIl no se circunscri- a la selección genética en animales de la respuesta
be exclusivamente al colon. En conjunto, en de defecación y deambulación en situaciones de
condiciones basales, los datos no apoyan la miedo como criterios de personalidad -Gray,
existencia de una alteración segura y bien 1971-) que las respuestas fisiológicas alteradas y
definida. Las diferencias más marcadas se han los cambios en el hábito intestinal son una respues-
encontrado, en condiciones de estimulación, ta inaprendida ante el estrés en los sujetos neuróti-
en la actividad eléctrica y en la motilidad ante cos, ya refieran un SIlo no. Las diferencias entre
la distensión colónica. Se ha observado que los sujetos neuróticos asintomáticos o diagnostica-
en los pacientes con SIl aparece incrementado dos de SIl estriban en la conducta verbal y otras
un ritmo eléctrico de baja frecuencia que po- conductas manifiestas. Lo que se pone de manifies-
dría dar lugar a una mayor actividad segmen- to es la dimensionalidad y la asincronía de las ma-
taria del colon, quizá relacionada con el estre- nifestaciones que caracterizan el SIL En el SIl sólo
ñimiento y el dolor, y una menor tolerancia pueden constatarse cambios cuantitativos. No exis-
rectal a la distensión que podría ponerse en te una cualidad que lo haga distinto de la normali-
relación con la diarrea. Todo ello, según un dad. Por otra parte, las expresiones verbales y mo-
modelo complejo de interacciones entre dis- toras de malestar pueden ser independientes de los
tintos factores (ambientales, dietéticos, sistema correlatos fisiológicos. En concreto, los pacientes
nervioso central y sistema nervioso entérico) con SIl se diferenciarían de otros pacientes neuró..
implicados en la modulación de la motilidad ticos en la «calidad» de sus conductas desadaptadas
intestinal (Benages y Tomas-Ridocci, 1987; aprendidas. Así, mientras unos refieren los síntomas
Mayer, Chang y Lembo, 1998). gastrointestinales como un problema que requiery

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Síndrome del intestino irritable / 201

tratamiento (quejas, visitas al médico, etcétera), los 1988; Kamm, 1999; Drossman, Torner, Whitehead
otros describen sus problemas en términos de an- et al., 2003).
siedad, dificultades laborales o matrimoniales. Es-
tas diferencias sólo se explicarían como el resulta- 4.1. Tratamientos médicos
do de aprendizajes particulares. El aprendizaje de
errores sobre la anormalidad del tránsito intestinal, El abordaje médico-internista del SIl se ha basado
o sobre la adecuación social de la sintomatología en alteraciones (motoras y/o sensitivas) de la fisiología
del SIl ante una situación de estrés o el logro de intestinal, en un déficit de lactosa y/o intolerancia a
atenciones o ventajas sociales (abandono del traba- algunos alimentos. Sin embargo, esta caracterización
jo, ayuda de otros, etcétera), están en la base de la patogénica presenta problemas. Como se señaló an-
adquisición y mantenimiento de todas las conductas teriormente, ni existe evidencia de una anomalía úni-
de enfermedad exhibidas por estos pacientes. Los ca de la fisiología digestiva, ni el gran número de
procesos de reforzamiento y modelado que ocurren síntomas gastrointestinales que refieren estos pacien-
en el ámbito familiar tienen relevancia especial. En tes puede explicarse por un trastorno primario en la
este mismo sentido, el papel de los profesionales fisiología intestinal, y finalmente, es improbable que
de la salud es crucial respecto de la propia evolución los problemas psicológicos de estos sujetos represen-
de la enfermedad. Frecuentemente, y después de un ten una mera reacción a los síntomas. No obstante,
primer tratamiento médico, la persistencia de sin- desde el modelo médico se sale al paso señalando que
tomatología va seguida de sucesivas consultas a no es imprescindible para dar cuenta de la etiología
diferentes médicos, que si bien insisten en que «el del SIl recurrir a explicaciones psicológicas, porque
problema no tiene importancia» ante su incapacidad el SIl podría tratarse no ya de una enfermedad diges-
para resolverlo y también ante la propia presión del tiva, sino de una enfermedad sistémica (Gasbarrini,
paciente repiten las exploraciones, analíticas y pres- Lauritano, Garcovich, Saparano y Gasbarrini, 2008;
criben nuevos tratamientos, aunque, por lo general, Smart y Atkinson, 1987).
no llegan a eliminarse las molestias. Sin embargo, En consecuencia, los tratamientos médicos se
este proceso lo que sí favorece es la cronificación caracterizan por ser fundamentalmente sintomáti-
de las conductas de enfermedad del paciente. cos. Hoy por hoy, existe consenso acerca de la
utilidad de diversas medicaciones. La fibra vegetal
(12 g/día) está indicada para el tratamiento del
4. TRATAMIENTOS DEL SíNDROME estreñimiento. La loperamida y, con menos proba-
DEL INTESTINO IRRITABLE bilidad, otros agonistas opiáceos pueden beneficiar
a los pacientes diarreicos. En el tratamiento del
La ausencia de acuerdo acerca de la etiología y dolor, los fármacos más utilizados son los anties-
de las bases fisiopatológicas de este trastorno jus- pasmódicos (entre ellos los anticolinérgicos) solos
tifica el abundante número de medidas terapéuticas o asociados con antidepresivos. El empleo de anti-
ensayadas y, en particular, de fármacos cuyos re- depresivos, por poseer efectos anticolinérgicos, se
sultados son controvertidos. Por otra parte, algunos indica en casos de dolor severo. Sin embargo, aun
adolecen de un control metodológico suficiente para cuando estos fármacos sí inhiben la respuesta mo-
dar por satisfactorias sus conclusiones. También es tora gastrocolónica, su eficacia no está probada. El
preciso reconocer que algunas peculiaridades de tratamiento con ansiolíticos no se ha probado que
este trastorno, como son la dificultad para cuanti- tenga efecto sobre la motilidad intestinal, ni sus
ficar objetivamente los síntomas, dado que la única resultados sobre la reducción de molestias en el
valoración posible es la referida por el paciente, la paciente son superiores al placebo. Actualmente,
propia heterogeneidad de la sintomatología o la alta de acuerdo con las más recientes líneas de investi-
responsividad al placebo implican condiciones que gación que indagan las relaciones entre el sistema
dificultan la realización de estudios fiables (Klein, nervioso central y el sistema nervioso entérico en

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202 / Manual de psicología de la salud

la modulación de la motilidad intestinal se estudia biofeedback, manejo del estrés y manejo de


el efecto de distintas sustancias (serotonina, opioi- tingencias.
des) que actúan a nivel central y periférico (Mearin,
2007; Whitehead, Palsson, Levy et al., 2003).
4.2.1.
En resumen, el tratamiento médico farmacológi-
co del SIl no resuelve de forma definitiva los sínto- Son escasas las investigaciones controladas
mas para un porcentaje elevado de pacientes. Algu- han empleado hipnosis en el tratamiento del SIl
nos autores han afirmado que «actualmente para los que con resultados positivos (Byrne, 1973;
pacientes con SIl los tratamientos farmacológicos Prior y Farengher, 1985; Whorwell, Prior y . . . . . . , . . . . . . . 1 1_

son similarmente ineficaces» (Berstad, 1998). En 1987). Whorwell comparó la eficacia de la hinnn.""1C1
2001, la Conferencia Europea para el tratamiento del enfocada a la relajación y control de la motilidad
SIl (Thompson, Hungin, Holtmann, Sofos, Delvaux testinal con un grupo control que recibió un nl-::lf"t:l>t"'\A

y Caballero-Plasencia, 2001) se hizo eco de la insu- y sesiones de psicoterapia. Se observó una clara
ficiencia del abordaje farmacológico y de la necesi- joría en los pacientes del grupo de hipnosis. Los
dad de atender los aspectos psicológicos de este jores resultados se obtuvieron entre los pacientes
trastorno, al establecer que el mejor acercamiento dolor abdominal, sin alteraciones de interés en
terapéutico al SIl es un abordaje interdisciplinar, hábito intestinal, ni distensión abdominal. Los
basado en proporcionar al paciente una explicación datos correspondían a pacientes con problemas
adecuada de sus síntomas, desarrollar cambios die- cológicos y mayores de 50 años. En último término,
téticos y de hábitos de vida, tratamiento psicológico los pacientes con una sintomatología severa, trastornos
y fármacos específicos en función de los síntomas psicológicos y edad avanzada (características asocia-
(Creed, Tmenson, Guthrie, et al., 2008). Svedlund das ya en otros trabajos a mal pronóstico, Linares,
(2002) revisó 22 estudios controlados que compara- 1986; Fernández Rodríguez, 1990; Drossman, Whi-
ron la eficacia de la terapéutica médica convencional tehead, Toner, Diamant, Hu, Bangdiwala yJia, 2000)
y de la terapia psicológica para el tratamiento de los tampoco mejoran con hipnoterapia, por lo que los
trastornos digestivos funcionales. En 19 estudios se aparentemente buenos resultados obtenidos con este
encontraron diferencias significativamente superiores procedimiento podrían cuestionarse. Otros trabajos
en el postratamiento y en el seguimiento a favor de más recientes, como los de Harvey, Hinton y Gurany
. la terapia psicológica. El trabajo no analiza, sin (1989); Forbes, MacAuley y Chiotakakou-Faliakou
embargo, los resultados en función de las distintas (2000) o Whitehead (2006), obtienen igualmente re-
modalidades psicológicas. La literatura sigue ofre- sultados positivos. Sin embargo, la ausencia de grupos
ciendo datos sobre la superioridad del tratamiento de control no permite valorar adecuadamente los efec-
psicológico respecto al farmacológico (Kennedy, tos de la intervención que, por otra parte, también
Chalder, McCrone et al., 2006; Drossman, Toner, podrían atribuirse a las fluctuaciones habituales del
Whitehead, et al., 2003). Además, los datos de algu- SIlo la responsividad al placebo. Los mecanismos de
nas investigaciones muestran que el tratamiento con- actuación de la hipnosis son desconocidos (Wickra-
ductual mejora la sintomatología y, en consecuencia, marekera, 2006). Las expectativas del paciente y te-
la calidad de vida, incluso aunque el estado emocio- rapeuta se señalan como una variable moduladora
nal del paciente no mejore en la misma medida los resultados, que es, con demasiada frecuencia,
(Lackner, Jaccard, Krasner et al., 2007). norada en los estudios terapéuticos del SIl (Talley
al., 1996).
4.2. Tratamientos psicológicos
4.2.2. Biofeedback
De acuerdo con las implicaciones psicológicas
que se han planteado, los abordajes psicológicos se La técnica de biofeedback consiste en ens~en,lr
pueden agrupar en cuatro tipos, a saber: hipnosis, al paciente a controlar la motilidad colónica

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Síndrome del intestino irritable / 203

diante el uso de un balón de aire de volumen mo- pavloviano tipo II (Whitehead, 1985) (este tipo de
dificable situado en el tramo sigmoideo, de modo condicionamiento constituye el paradigma de la
que se trata de relajar y de prevenir las contraccio- incubación que parece implicado en la hipertensión
nes intestinales. La lógica que justifica este proce- de bata blanca, véase capítulo 11).
der está fundada en la alteración motórica depen- Las técnicas de tratamiento, dados los supuestos
diente de la estimulación mecánica local (de la que anteriores, son las propias de la reducción de la
se ha hablado anteriormente). Aunque existen al- ansiedad y del manejo del estrés establecidas en
gunos estudios que informan de la posibilidad de otros ámbitos de la modificación de conducta. La
ejercer un control aprendido de la motilidad y una pluralidad de técnicas disponibles se puede organi-
elevación del umbral necesario para producir una zar en tres categorías, por lo demás, tecnológica y
contracción espástica (Whitehead, Engel y Schuster, conceptualmente integrables.
1980), la efectividad del biofeedback para el tra- Una está interesada en el entrenamiento de la
tamiento del SIl no se ha probado. Sin embargo, su reducción de la ansiedad. Generalmente, consiste
interés sigue vigente, al menos, por cuanto puede en la relajación (muscular progresiva) y el biofeed-
aportar algunas claves para el conocimiento de la back inespecífico. Ambas han mostrado su utilidad
naturaleza de la sintomatología del SIl. por sí mismas en diversos estudios de casos (Whi-
tehead, 1985) yen combinación con otras estrategias
(Blanchard, Greene y Scharff, 1993; Boyce, Talley,
4m2m3m Entrenamiento en el ma'nejro
Balam, Koloski y Truman, 2003). La valoración
del
positiva que hacen los pacientes de este entrena-
La justificación para el uso de procedimientos miento lo ha convertido en un procedimiento de
de control del estrés y de la ansiedad está, por una elección en la intervención conductual del SIL
parte, en el conocido empeoramiento del SIl en Estarían también las técnicas especialmente in-
situaciones de la vida comprometidas «emocional- teresadas en la extinción de respuestas de ansiedad
mente» (Simón, 1996) y, por otra, en una posible (y de sintomatología colónica) condicionadas a
mayor responsividad intestinal ante acontecimien- situaciones determinadas, de acuerdo a la lógica de
tos relativamente convencionales para la mayor la desensibilización sistemática. Aunque los datos
parte de las personas. Aunque los procesos median- son escasos, si bien prometedores en los estudios
te los cuales el estrés exacerba la sintomatología no en que se han empleado (Dulmen, Fenis y Bleijen-
se han descrito, la motilidad alterada y el patrón berg, 1996; Fernández Rodríguez, Amigo y Gon-
eléctrico «característico» que se elicitan ante cier- zález Rato, 1998; Fernández Rodríguez, Linares y
tas estimulaciones, se entenderían como un posible Pérez Álvarez, 1992; Whitehead, 1985), su cono-
mecanismo intermediario de las condiciones psico- cida relevancia en el tratamiento de la ansiedad
lógicas, de acuerdo con las conexiones nerviosas. sitúa a estas técnicas entre las de posible elección.
Por otra parte, la susceptibilidad al condicionamien- Eventualmente, serían el tratamiento de elección si
to respondiente de la motilidad intestinal en huma- se pudiera describir un tipo de paciente de SIl cuya
nos permite también entender la presencia de sín- pauta sintomática se atuviera al condicionamiento
tomas en situaciones aparentemente desprovistas respondiente.
de «desafío emocional», como pueden ser los mo- Otro conjunto de técnicas se describiría en tér-
mentos anticipatorios de condiciones de estrés (por minos del afrontamiento de situaciones, de modo
ejemplo, la víspera de un examen). A su vez, las que el paciente sería, uno, entrenado a identificar
situaciones y estados de ansiedad pueden optimizar el comienzo de la tensión y a contrarrestar su
los procesos de condicionamiento y éste, a su vez, impacto, por lo general, mediante el entrenamien-
incrementarse cuando (como es probable) el pa- to en relajación. y dos, a manejar situaciones
ciente evita los estímulos exacerbantes, de acuerdo inconvenientes mediante el entrenamiento en so-
a los criterios que definen el condicionamiento lución de problemas, reestructuración del tiempo,

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204 / Manual de psicología de la salud

asertividad, habilidades sociales, terapia autoins- identificado reiteradamente como factores de mal
truccional y terapia cognitiva. Este paquete de pronóstico terapéutico (Fernández, Pérez, Amigo
tratamiento se ha venido identificando como «te- y Linares, 1998; Lackner, Jaccard, Krasner, Katz,
rapia multicomponente cognitivo-conductual para Gudleski y Blanchard, 2007). Estos resultados han
el SIl». Neffy Blanchard (1987) desarrollaron un promovido, sin duda, la utilización de estas técni-
protocolo de tratamiento en 12 sesiones distribui- cas en atencióñ primaria aplicadas, incluso, por
das en ocho semanas (dos sesiones en cada una de personal de enfermería (Kennedy, Jones, Darnley,
las cuatro primeras semanas y una semanal en las Seed, Wessely, Chalder, 2005). La elaboración de
cuatro restantes). Los pacientes recibían entrena- protocolos de evaluación y tratamiento puede fa-
miento en relajación muscular progresiva con la cilitar un mejor análisis de la eficacia, efectividad
asistencia del biofeedback termal y un programa y eficiencia de la intervención. Ahora bien, no
de afrontamiento del estrés que incluía las técnicas puede olvidarse que los síntomas y las conductas
anteriores. La práctica en casa y la aplicación de de enfermedad de los pacientes tienen una funcio-
lo aprendido en la vida cotidiana fueron dos as- nalidad peculiar en cada caso y que no se
pectos a los que se prestaba especial atención. Los simplemente entrenando un comportamiento al-
resultados informan de una respuesta favorable en ternativo. En un paciente que, en situaciones de
el 50-65 por 100 de los pacientes y del manteni- tensión emocional, presenta dolor y diarrea, estos
miento de los logros al cabo de uno y cuatro años síntomas no desaparecerán por el mero hecho de
de seguimiento. Toner, Segal, Emmott, Myran, Ali, aprender un procedimiento de relajación. Supo-
DiGasbarro y Stuckless (1998) han realizado una niendo que la activación fisiológica fuese la con-
revisión exclusiva sobre los modelos, procedimien- dición que explicase sus molestias, tendría que
tos y resultados de la terapia multicomponente reconocer cuándo y cómo emplearla en su vida
cognitivo-conductual del SIl. Puede considerarse cotidiana y sin que interfiriese con el resto de sus
que los datos y el número de estudios controlados actividades. Es decir, los protocolos terapéuticos
y replicados avalan la eficacia de la terapia mul- no pueden obviar la adecuación de la intervención
ticomponente para el SIl. El informe de la Comi- a cada caso. Esta aplicación estandarizada de las
sión sobre Promoción y Difusión de los Procedi- técnicas, ignorando el carácter idiográfico de la
mientos Psicológicos (Task Force, 1985; Chambless terapia psicológica, se entiende que puede explicar,
etal., 1998) señala que este programa de trata- en buena medida, que recientes revisiones consta-
miento ha dado muestras de eficacia. ten resultados no superiores al placebo de los
En los últimos años, distintos estudios han com- programas cognitivo-conductuales (Zijdenbos, de
probado la superioridad de la terapia cognitivo- Wit, van der Heijden, Rubin, Quartero, 2009). En
conductual en relación al tratamiento farmacoló- definitiva, lejos de cuestionarse la utilidad de la
gico y lista de espera para mejorar la calidad de terapia cognitivo-conductual para el tratamiento
vida y reducir la sintomatología característica en SIl, que, por otra parte, ha probado suficientemen-
adultos (Kennedy, Chalder, McCrone et al., 2006; te su interés, lo que subrayaría es la inadecuación
Drossman, Toner, Whitehead, et al., 2003) y en de este proceder nomotético en la aplicación de
niños (Huertas-Ceballos, Logan, Bennett y Mac- técnicas psicológicas. Cabe también señalar que
arthur, 2008). Ahora bien, los datos sugieren una los trabajos más recientes reclaman, junto con un
eficacia diferencial de la intervención en función mayor control metodológico, un análisis de los
de las peculiaridades clínicas y/o psicológicas de predictores de la eficacia terapéutica (McCrone,
los pacientes. Drossman et al. (2003) señalan que Knapp, Kennedy, Seed, Jones, Darnley y Chalder,
son los pacientes con una intensidad moderada de 2008; Blanchard, Lackner, Gusmano, Gudleski,
los síntomas, con diarrea predominante y sin tras- Sanders, Keefer y Krasner, 2006) y una mayor
tornos emocionales, quienes más se benefician. La consideración del caso único (Sanders, Blanchard
depresión y la antigüedad de los síntomas se han y Syker, 2007).

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Síndrome del intestino irritable / 205

4.. 2.. 4.. Manejo de contingencias beneficioso de la medicación, o de otros agentes,


se transfiera a la propia generación de autoayudas
El fundamento para el empleo de esta modalidad para resolver las molestias.
de cambio tiene que ver con el carácter aprendido Dado que estos planteamientos son más difíciles
de la enfermedad que, según se ha visto, formaría de practicar que lo que sugiere la racionalidad de
parte del desarrollo del SIl, al menos siendo ello su exposición (si es que no parecen paradójicos), a
evidente para cierto número de pacientes. Es decir, menudo se requiere de un entrenamiento para el
se sugiere, como particularmente ha destacado La- desarrollo de nuevos comportamientos (por ejemplo,
timer (1983), que los síntomas pudieron haber sido una manera distinta de pedir o de discutir algo por
aprendidos y estar mantenidos, en parte, por refor- parte del paciente, y/u otro modo de responder o de
zamiento social. La preocupación «exhibida» por no hacer caso por parte de otras personas). Puede
la enfermedad, tal como su tematización en las ser especialmente conveniente el uso de contratos
conversaciones, la toma de medicación y las visitas de contingencias, en los que estarían especificadas
al médico, así como, posiblemente, el absentismo las reglas que gobiernan las relaciones relativas a
laboral y otros comportamientos, serían vistos en la enfermedad del SIL
esta formulación como operantes, sobre todo, si La aplicación de esta modalidad terapéutica res-
además se da el supuesto de que los pacientes no ponde siempre al carácter idiográfico de la terapia
muestran ansiedad, ni que los síntomas empeoran de la conducta y a la lógica del N = 1.
bajo condiciones de estrés.
De acuerdo con estas consideraciones, el mane-
jo de contingencias se dirige simultáneamente a la S.. INTERVENCiÓN COMPORTAMENTAL
disminución del reforzamiento social de las mani- EN EL SíNDROME DEL INTESTINO
festaciones sintomáticas y al aumento de activida- IRRITABLE
des incompatibles de modo que tengan funcionali-
dad y, así, puedan ofrecerse como alternativas a los S.1. Evaluación conductual y análisis
síntomas. En un proceder conforme a esta lógica es funcional
necesaria la implicación de personas significativas
de la vida del paciente (generalmente la familia), La intervención conductual en el SIl es la propia
con la misión (convenida) de prestar atención de del proceder del terapeuta de conducta. En conse-
forma distinta a como lo viene haciendo. Se trata, cuencia, el primer objetivo es realizar un análisis
básicamente, de disminuir la atención, el interés, topográfico y funcional del SIL Se trata de identi-
así como las ayudas, dependientes de las manifes- ficar' en cada paciente, las manifestaciones (a un
taciones sintomáticas (por ejemplo, referencia o triple nivel de respuesta) que caracterizan este cua-
muestras de dolor abdominal) y, por el contrario, dro clínico. Es decir, indagar acerca de los síntomas
de «dispensar» éstas en condiciones de bienestar. digestivos definitorios, los extradigestivos, los com-
Obviamente, al ser explícito este sistema de con- portamientos de enfermedad (quejas, abandono y/o
tingencias, el paciente está instruido para evitar delegación de actividades y responsabilidades, te-
hablar y «exhibir» sus problemas intestinales y, matización de las conversaciones en torno a su
paralelamente, para implicarse en actividades alter- enfermedad, consultas médicas, consumo injustifi-
nativas, incompatibles con las molestias (y suscep- cado de medicación, etcétera) y las posibles disfun-
tibles de reforzamiento social). Por su parte, el ciones psicológicas y sociales derivadas de la pre-
clínico participaría (coherentemente) de esta lógica sencia de un trastorno crónico doloroso (ansiedad,
de dos maneras principales. Según una, administra- evitación de alimentos o actividades, preocupación
ría sus atenciones al paciente interesándose más en por la salud, el futuro, etcétera). Evidentemente,
las mejoras presentadas y menos por las complica- esta evaluación se interesa por la ocurrencia y mag-
ciones. Según la otra, se trata de que el posible uso nitud de estas manifestaciones al tiempo que ana-

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206 / Manual de psicología de la salud

liza qué condiciones (ya estrictamente ambientales, Siempre con el propósito de llegar a establecer las
ya sociales y/o personales) pueden dar cuenta de la variables que explican cada una de las condiciones
aparición y el mantenimiento de estas conductas disfuncionales. La propia historia y evolución del
desadaptadas. Por lo demás, los criterios de análisis problema pueden contribuir a conocer la posible
y las técnicas de evaluación son los propios de la existencia de condiciones desencadenantes, de con-
modificación de conducta. tingencias de reforzamiento de la sintomatología y
La entrevista funcional es una técnica indispen- los recursos de afrontamiento del paciente, en de-
sable, responde a los objetivos de la evaluación y finitiva, los determinantes de las condiciones pro-
permite comunicar al paciente el «abordaje» psico- blemáticas. Otro aspecto de interés son las expec-
lógico de su problema. Se trata de informar acerca tativas y objetivos del paciente y de las personas
del funcionamiento intestinal, de corregir errores relevantes para éste en relación a la enfermedad y
(normalidad del hábito intestinal, dieta, etcétera), tratamiento. Lo que el paciente se dice a sí mismo
y de «mostrar», sobre la propia experiencia cotidia- va a mediar en el seguimiento de las indicaciones
na del paciente, las relaciones entre sus síntomas y terapéuticas. Del mismo modo, conviene no olvidar
ciertas condiciones ambientales y/o emocionales, que una posible intervención psicológica podría
al tiempo que se ofrecen sugerencias de control suponer alterar ciertas contingencias familiares bien
funcionales para el paciente. El valor terapéutico establecidas y, por ello, resistentes a los cambios
de la entrevista se pone también en relación, parti- (por ejemplo, cuando la presencia de un familiar en
cularmente con estos enfermos, con el refuerzo el hogar sólo parece justificarse por la ayuda que
diferencial que el terapeuta siempre debe propor- presta).
cionar ante cualquier manifestación saludable y Por último, recordar que todas las sugerencias
alternativa a las quejas. No puede olvidarse que la que se han mostrado de utilidad para realizar una
propia experiencia clínica de estos pacientes tam- entrevista conductual son, como no podía ser de
bién ha ido moldeando, en buena medida, su actual otro modo, de interés aquí. Un modelo de entrevis-
conducta de enfermo crónico. Así, en muchos casos, ta funcional del SIl se recoge en Fernández Rodrí-
el paciente se muestra en abierto desacuerdo con guez (1990).
una explicación e intervención psicológica para «su Los autorregistros diseñados conforme al esque-
problema digestivo». Ya anteriormente, otros mé- ma A-B-C son instrumentos siempre convenientes,
dicos atribuyeron sus síntomas a los «nervios» e, especialmente por su posible efecto como control
incluso, recibieron diagnósticos y tratamientos psi- de estímulos y también por las propias dificultades
quiátricos sin observar mejoría digestiva. Por otra de llevar a cabo una observación directa en el medio
parte, las continuas exploraciones, pruebas diag- particular del sujeto. Sin embargo, el psicólogo no
nósticas y nuevos tratamientos a los que los médi- debe despreciar la posibilidad de solicitar al pacien-
cos le siguen sometiendo (generalmente bajo las te y a sus familiares que representen una situación
propias presiones del paciente) ratifican tanto su específica. Las mismas dificultades que presenta el
enfermedad como el carácter orgánico de ésta. autorregistro en otros ámbitos de la modificación
En cuanto al proceso de la entrevista para la de conducta son aplicables aquí. La simplicidad del
evaluación del SIl viene, como es obvio, determi- registro, en su formato y en el número de variables
nado por los aspectos que se consideran relevantes de observación, el entrenamiento del sujeto y el
para caracterizar este cuadro clínico (antes referi- convenir un sistema de gratificación por su realiza-
dos). Se trata de hacer una descripción precisa de ción, parece que aumentaría el cumplimiento y, en
la frecuencia, intensidad y duración de las manifes- consecuencia, podría mediar en un mejor conoci-
taciones sintomáticas, las conductas de enfermedad miento, por parte del sujeto, de las claves que de-
y otros comportamientos inadecuados (todos ellos terminan sus síntomas. Diferentes modelos de auto-
suficientemente operativizados) y siempre en rela- rregistros pueden encontrarse en Latimer (1983) y
ción con las distintas situaciones en las que ocurren. Fernández Rodríguez (1990).

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Síndrome del intestino irritable / 207

autoinformes o inventarios de conducta TABLA 12.1


en la evaluación del SIl son los usuales
Objetivos terapéuticos de la intervención Manejo
psicológico cuando se trata de in-
de Estrés en el síndrome del intestino irritable
conductas desadaptadas específicas que man-
(Fernández Rodríguez et al., 1998)
una relación funcional con las manifestacio-
fisiológicas del SIl (miedos, ansiedad, depresión, Sesiones 1-2
Son escasos los inventarios específicos • Evaluación conductual y análisis funcional de las ma-
determinan la severidad sintomática (Digestive nifestaciones características del SIL
Inventory, Latimer, 1983).
t,','"I/1/'Jl1TEJVI • Información sobre SIL
Sesión 3
• Entrenamiento en relajación muscular; 16 grupos de
Tréltalmu~nt:o conductual
músculos (tensión-distensión).
El diseño de las estrategias de tratamiento del G Discusión de las respuestas de afrontamiento del suje-
como se ha comentado, se deriva de la propia to ante acontecimientos estresantes.
evaluación comportamental y puesto que el objeti- Sesión 4
no se circunscribe meramente a la eliminación G Entrenamiento en relajación muscular; 7 grupos de
reducción de la sintomatología fisiológica (aun músculos (tensión-distensión).
• Discusión de las respuestas de afrontamiento del suje-
cuando estas respuestas caracterizan esta entidad),
to ante acontecimientos estresantes.
también a las acciones y verbalizaciones de
enfermedad, la elección de las técnicas tendría que Sesión 5
• Entrenamiento en relajación muscular; 4 grupos de
ver con las condiciones que mantienen las respues-
músculos (tensión-distensión).
tas sintomáticas. • Elaboración de jerarquía de acontecimientos estresan-
Los procedimientos usuales en modificación de tes.
conducta para el manejo de estrés parecen útiles
Sesión 6
cuando se identifican circunstancias específicas que ED Entrenamiento en relajación muscular; 4 grupos de

activan la sintomatología. Cuando, por el contrario, músculos (evocación).


la sintomatología se pone en relación con situacio- G Elaboración de jerarquía de acontecimientos estresan-
nes inespecíficas que comprometen las propias ha- tes.
bilidades o recursos del paciente o están mantenidas Sesiones 7-11
por atenciones y ciertas ventajas sociales, son de ElExposición en imaginación de ítems de la jerarquía de
elección técnicas operantes (manejo de contingen- acontecimientos estresantes.
cias) encaminadas a promover un incremento de • Entrenamiento en autoinstrucciones.
actividades incompatibles con los síntomas y la ElAfrontamiento in vivo de ítems superados en cada
disminución del reforzamiento social ante las ma- sesión.
nifestaciones sintomáticas. En la tabla 12.1 se ex- Sesión 12
ponen los objetivos terapéuticos de ambas modali- ElRevisión de conductas implantadas durante el trata-
dades de tratamiento según Fernández Rodríguez miento.
Programa de seguimiento.
et al. (1998). Ambos planteamientos, además de El

correctos dentro de una lógica justificada por la


clínica y la psicofisiología colónica, se apoyan en la efectividad de diferentes intervenciones permiten
datos que corroboran la superioridad de estas inter- conocer qué condiciones de los propios pacientes
venciones sobre los procedimientos médicos con- y de las intervenciones harían especialmente apro-
vencionales en el tratamiento del SIl, y de manera piada una intervención (Talley, Owen, Boyce y
particular con aquellos pacientes que no responden Paterson, 1996). En este sentido, los resultados de
al mismo. Así, tienen particular interés aquellas nuestros estudios (Fernández Rodríguez, 1990;
investigaciones formales que además de comparar González Rato, Fernández Rodríguez y García Vega,

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208 / Manual de psicología de la salud

TABLA 12.2 1998; Fernández Rodríguez, Pérez Álvarez, Amigo


y Linares, 1998) nos han permitido constatar que
Objetivos terapéuticos de la intervención
la concurrencia de ansiedad y desencadenantes de
Manejo de Contingencias en el síndrome
síntomas parecen asociarse a un pronóstico favora..
del intestino irritable
ble cuando el paciente no recibe atención por los
(Fernández Rodríguez et al., 1998)
síntomas. En los casos en los que sí aparecen estas
conductas de enfermedad el valor predictivo de lo
Sesiones 1-2
parámetros cambia en función de otras variable
Evaluación conductual y análisis funcional de las ma-
GIl

nifestaciones características del SIl y conductas de con las que concurra. Cuando los comportamientos
enfermo crónico. del enfermo están presentes, colabora la familia en
• Información sobre SIL el tratamiento y se entrena en manejo de contingen..
cias se predice una evolución favorable. Los casos
Sesión 3
con peor pronóstico son aquellos en los que se da
• Incremento de verbalizaciones y manifestaciones de
bienestar (contrato de contingencias).
tratamiento psiquiátrico, edad avanzada, conductas
de enfermedad y recibir atención social. En defini-
Sesión 4 tiva, la asignación de pacientes a grupos de trata-
Desarrollo de conductas alternativas e incompatibles
GIl
miento que se saben específicos y efectivos supon-
con la emisión de verbalizaciones negativas ante los
dría, sin duda alguna, la prueba que validase los
síntomas (contrato de contingencias).
supuestos explicativos (psicológicos), pero también
Sesiones 5-6 supondría reducir sustancialmente el sufrimiento
• Desarrollo de conductas alternativas e incompatibles de los pacientes y los cuantiosos costos económicos,
con la inhibición motora ante los síntomas (contrato sanitarios y sociales que implica el SIL
de contingencias).
Sesión 7
5.3. Estudio de un caso clínico
• Ejecución de tareas incompatibles con la emisión de
pensamientos asociados a la presencia y agravamiento A continuación se expone un caso clínico que
de las manifestaciones del SIL ilustra el uso del manejo de contingencias en el
Sesiones 8-9 tratamiento del síndrome del intestino irritable:
• Control de estímulos y ejecución de conductas alter-
nativas ante situaciones específicas relacionadas con A. M. es una mujer de 38 años, casada y con dos
presencia y agravamiento de las manifestaciones del hijas. Consulta a causa de dolores abdominales,
SIL dispepsia y estreñimiento. Se le diagnostica SIL El
Sesión 10 gastroenterólogo le informa del carácter funcional
• Ruptura de cadenas de conducta que conducen al aban- de sus molestias así como de la utilidad del trata-
dono de ocupaciones cotidianas y/o actividades grati- miento psicológico. Es remitida a consulta psico-
ficantes ante aparición de las manifestaciones del SIl lógica. Presenta síntomas digestivos desde hace
(contrato de contingencias). cuatro años coincidiendo con el nacimiento de su
Sesión 11 segunda hija. Por entonces, le fue diagnosticada una
• Ruptura de cadenas de conducta que conducen a la depresión (lloraba continuamente y padecía cefa-
delegación de las propias actividades y responsabili- leas) que trató con psicofármacos. Actualmente, no
dades en otros (contrato de contingencias). toma ninguna medicación, excepto analgésicos para
Sesión 12 aliviar las cefaleas. Desde el inicio de los problemas
• Revisión de conductas implantadas durante el trata- digestivos no ha tenido períodos asintomáticos de
miento. más de dos semanas. La paciente relaciona su sin-
• Programa de seguimiento. tomatología digestiva con el tipo de alimentación,
por lo cual se ha autoimpuesto una dieta excluyen-

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Síndrome del intestino irritable / 209

do verduras de hoja, legumbres y alimentos pican- medida, por la dieta que sigue A. M. con muy
tes o excesivamente condimentados. bajo contenido de fibra. Utiliza laxantes todas
las semanas.
LÍNEA BASE e Por otra parte, la paciente se ocupa a diario
del cuidado de la familia y reconoce no dis-
Se empleó una entrevista semiestructurada para poner apenas de actividades cotidianas grati-
conocer la anamnesis del SIl e indagar acerca de ficantes (se pasa el día sola con su hij a peque-
los factores que desencadenan y mantienen la sin- ña), manteniendo escasos contactos sociales.
tomatología Y conductas de enfermedad. Durante Ni ella ni su esposo refieren ningún otro pro-
el transcurso de la misma, se le proporcionó infor- blema en su relación de pareja y familiar. El
mación sobre la motilidad intestinal y el SIl, con la marido se interesa y participa activamente en
finalidad de corregir sus errores respecto a la nor- las sesiones psicológicas.
malidad/anormalidad del tránsito intestinal, a la vez
que se definió la intervención como un reaprendi- TRATAMIENTO
zaje (del sujeto y familiares) de conductas más
adaptativas. La paciente fue también entrenada, Los objetivos de las sesiones de entrenamiento se
mediante modelado y ensayo de conducta, a cum- orientaron a eliminar las conductas de enfermedad
plimentar autorregistros diarios. Registraba la pre- (quejas, llanto y otras manifestaciones, como caminar
sencia de los síntomas, la intensidad subjetiva per- encorvada, inhibición y abandono de actividades co-
cibida y las condiciones del contexto social, tidianas y de ocio) e implantar conductas más adap-
ambiental y personal en las que concurrían. tativas. El instrumento básico de trabajo fue el con-
Los síntomas y conductas más relevantes con trato de contingencias (O'Banion y Whaley, 1981).
relación al SIl fueron las siguientes: Se convino semanalmente con A. M. Y su pareja la
conducta que se deseaba establecer y las gratificacio-
e Dolor abdominal focalizado en el lado izquier- nes que, de manera contingente, ambas partes recibi-
do, que habitualmente se presentaba después del rían y, en caso de incumplimiento, la sanción a aplicar.
almuerzo, con una intensidad media. Por lo Durante todo el tratamiento, la paciente cubría diaria-
general, aparece acompañado de dispepsia. mente autorregistros de síntomas y de las conductas
Siempre en estas ocasiones A. M. abandona especificadas en el contrato. El objetivo era doble; por
cualquier tarea y se acuesta. Otras condiciones una parte, constatar los progresos de la intervención
que desencadenan la aparición de dolor son y, por otra, disponer de feedback sobre la modificación
recibir noticias de muertes o accidentes (televi- de sus repertorios conductuales y su relación con la
sión' conversaciones...). Aunque generalmente sintomatología.
evita estas situaciones, una vez que ocurren,
llora y se lamenta de sus molestias. En esos l. a sesión
casos, obtiene siempre la atención y el apoyo de
su marido y/o familiares, preocupados por su Puesto que el dolor se presentaba el 57,1 por 100
«sensibilidad y sufrimiento ante las desgracias de las veces después de las comidas, momento en
ajenas». Una circunstancia más relacionada con que la paciente abandonaba toda actividad y se
el dolor y que también le genera ansiedad e acostaba, se propuso la realización de conductas
indecisión es hablar con desconocidos (por ejem- alternativas a la inactividad física, a la vez que se
plo, empleados de la empresa familiar). Además, pretendía aumentar la comunicación entre la pare-
cualquier infracción a su dieta autoimpuesta le ja (el aumento de comunicación se había reconoci-
produce molestias a los pocos minutos. do que funcionaba como un reforzador potente para
e Estreñimiento, que se agrava en situaciones A. M.). Se elaboró un Contrato de Contingencias
estresantes y que pudiera explicarse, en buena en el que se establecía que después de comer se

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210 / Manual de psicología de la salud

emplearía en una tarea que le gustaba enormemen- la niña pequeña. Adicionalmente, se estableció un
te realizar, en esta ocasión fue coser vestidos a su nuevo Contrato Conductual en el que se ajustó la
hija. Al principio, le resultó difícil dejar de acos- asistencia al funeral a una actividad muy grata, no
tarse y se sentía cansada durante todo el día. Sin sólo se pretendía dificultar la evitación, sino au-
embargo, las consecuencias convenidas, mantener mentar sus reducidas gratificaciones cotidianas y
una conversación en la sobremesa durante al menos activar sus fuentes de reforzamiento.
15 minutos con su marido, tuvieron un alto valor
reforzante. 4. a sesión

2. a sesión
En este momento, ella misma comenzó a intro-
ducir alimentos que antes evitaba, sin experimentar
La paciente siguió realizando tareas alternativas dolor y observando rápidamente una reducción del
a la inactividad física según se estableció en la se- estreñimiento. En consulta, se abordó su evitación
mana anterior. Además, se iniciaron verbalizaciones de situaciones sociales cotidianas de muy alta pro-
de bienestar físico y se redujeron las conductas de babilidad, en concreto, mantener conversaciones
evitación ante noticias de muertes en la radio o tele- con vecinos y empleados. En estos casos, refería
visión, directamente relacionadas con las manifes- sentirse ansiosa por «no saber de qué hablar». Se
taciones de dolor. En consulta, se le entrenó a co- entrenaron habilidades de comunicación verbal y
mentar objetivamente las noticias. Se elaboró un no verbal. Se convino un nuevo Contrato de Con-
contrato de contingencias por el que ella se compro- tingencias en el que se estipuló que mantuviese
metía a ver el telediario todos los días en compañía todos los días una conversación con un vecino o
de su pareja y a escuchar las noticias desagradables, con los empleados de su marido. Además de la
comentándolas con él en voz alta. Obtenía la cola- gratificación intrínseca de la propia relación, que fue
boración diaria del marido en la supervisión de los valorada muy positivamente por ella, se estableció
deberes escolares de la hija mayor. Por su parte, que ella y su marido saldrían a pasear, al menos,
A. M. se comprometía a recibir a su marido con media hora diaria. Esta contingencia, altamente va-
afecto, sin referir una tras otra todas sus dolencias. liosa para A. M., permitía también recuperar el
Gran parte del tiempo semanal estuvo inquieta, con amigos y conocidos, suponiendo una nueva opor-
preocupada por la asistencia a un funeral. Le refe- tunidad de exponerse a situaciones evitadas y ampliar
ría a su marido que no se sentía capaz de enfren- las fuentes de reforzamiento. Por otra parte,
tarse a dicha situación y salir airosa, comentarios oportunidad a la pareja para ocuparse en actividades
que su esposo corroboraba, animándola a no acudir. «saludables» valiosas para ambos.

3. a sesión 5. a sesión
Se mantuvieron los objetivos de la sesión ante- Se sugirió que aumentase sus actividades
rior. Se analizó su conducta de evitación a raíz de cantes y sus relaciones sociales, pero sin
su preocupación por evitar asistir al funeral y con- mediante un Contrato Conductual. A. M. U-""''-d.. U-.I.'V,

trolar sus emociones, condición que no sólo se re- por propia iniciativa, acudir a una autoescuela
lacionaba con dolor, sino también con estreñimien- visitar con más frecuencia a una amiga. Se
to. Identificó sus estrategias de evitación de el Contrato de Contingencias de la semana . . .~~'. '""".L"L'-' .....

pensamientos y emociones desagradables y la in-


eficacia de sus intentos de control. El distancia- 6. a sesión
miento emocional se buscó centrando precisamen-
te su atención en las actividades valiosas de A. M., Se hizo una revisión de las conductas lmpl,lnl:a
sus rutinas cotidianas y en el cuidado continuo de das durante el tratamiento y se observó cómo
Síndrome del intestino irritable / 1

había eliminado: el dolor, la dispepsia, el estreñi- televisión y no recibe noticias desagradables). No


miento, las quejas ante el marido, la evitación de obstante, mientras hace esto, elimina también la
situaciones sociales, la inhibición motora y el se- posibilidad de encontrarse bien en su vida cotidia-
guimiento de la dieta. A la vez, habían aumentado na con las cosas que realmente le son valiosas
sus actividades gratificantes. (dedicar más tiempo a las niñas, divertirse con su
marido... ), de tal manera que el alivio no sólo es
incompleto, sino iatrogénico. Por lo demás, su
Seguimiento
modo de actuar, de enfrentarse a sus problemas, a
Al finalizar la terapia fue revisada por el gas- su enfermedad, es atendido diferencialmente por
troenterólogo, el cual corroboró la eliminación de sus allegados (la consuelan, le evitan malas noti-
la sintomatología digestiva. Tres meses después de cias o acontecimientos desagradables). Al actuar
finalizado el tratamiento se contactó telefónicamen- así también reducen la posibilidad de mantener
te con la paciente, quien refirió estar asintomática otras relaciones con A. M. (su marido está cansa-
y mantener sin dificultad sus actividades cotidia- do de quejas y dolores, echa en falta divertirse
nas y de ocio. como antes, pero qué otra cosa puede hacer si está
enferma). Efectivamente, y aunque no se traen aquí
a colación, existen otras condiciones de la historia
Discusión
personal y del contexto social que explican este
Las molestias digestivas de A. M. coinciden comportamiento de A. M. Y sus allegados. La in-
con el nacimiento de su segunda hija. Esta circuns- tervención pasa por enseñar a la paciente y su
tancia bien pudiera explicar una mayor responsi- entorno la relación entre sus conductas, emociones
vidad intestinal ante los múltiples acontecimientos y pensamientos; a identificar la eficacia de sus res-
estresantes que entraña el cuidado de un nuevo puestas y valorar qué cambios pueden llegar a ser
bebé, además del resto de responsabilidades fami- funcionales en su día a día. La paciente y el marido
liares, máxime,en una situación de desgaste físi- reconocieron rápidamente estas situaciones. El en-
co y emocional como es la secundaria a un parto. trenamiento en consulta y un control ambiental,
Recordemos que, en esta época, A. M. fue tratada instrumentalizado en la fórmula del contrato de
farmacológicamente por depresión. No obstante, contingencias, permitió que A. M. identificara los
aunque pudiera probarse que el inicio de la sinto- momentos en los que actuar de un modo u otro
nlatología tuvo un carácter condicionado, en el implicaba, con una alta probabilidad, unos deter-
momento en que A. M. es diagnosticada de SIl, minados efectos. A su vez, la disponibilidad del
las conductas de enfermedad tienen un carácter contexto familiar y social para actuar de manera
operante. Por una parte, A. M. ha aprendido a alternativa (en concreto, el marido) y dispensar
reconocer una serie de condiciones «de alto riesgo refuerzo social (empleados, amigos ... ) movilizó
de malestar» (comidas, emociones ... ), que trata de comportamientos del propio repertorio de la pacien-
controlar evitándolas, no exponiéndose a ellas. te, aunque inhibidos por sus propias estrategias de
Aunque su estrategia es ineficaz para acabar con evitación. En definitiva, estas condiciones, se en-
el malestar, al menos, durante un tiempo consigue tiende, explican la rápida eliminación de las con-
una leve mejoría (se acuesta en una determinada ductas de enfermedad y síntomas y el mantenimien-
postura y con calor y se reduce el dolor; no ve to de los logros y bienestar a medio plazo.

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Asma bronquial

1. CARACTERIZACiÓN DEL TRASTORNO quiere un tratamiento broncodilatador diario y la


capacidad ventilatoria está significativamente alte-
El asma bronquial es una enfermedad crónica de rada (Picado, Benlloch, Casan, Duce, Manresa,
origen desconocido que cursa con ataques respira- Perpiña y Sanchis, 1993).
torios intermitentes cuyas características definitorias Los datos epidemiológicos apuntan que en el
serían: mundo occidental el asma afecta entre un 3-5 por
100 de la población general y hasta un 10 por 100
a) Dificultades respiratorias como consecuen- de los menores de 15 años. Además, parece haber-
cia del estrechamiento de los bronquios se constatado un claro incremento de esta enferme-
(hiperreactividad bronquial) y el incremen- dad debido, posiblemente, a la polución ambiental
to en la producción de mucosa, cuando el y a la aparición de nuevas sustancias en el aire que
paciente entra en contacto con el alergeno pueden llegar a funcionar como alergenos (sustan-
desencadenante de la crisis. cias que sensibilizan al organismo y llegan a des-
b) Episodios de tos, disnea (dificultad para encadenar el ataque asmático).
respirar) y sibilancias (ruidos en el pecho El asma suele aparecer en la infancia y, de hecho,
en forma de silbidos). alrededor de un tercio de los pacientes asmáticos
e) Reversibilidad parcial o total de los sínto- tienen menos de 17 años, siendo esta enfermedad
mas, bien de forma espontánea, bien con más frecuente entre los niños que entre las niñas,
ayuda medicamentosa. en una proporción de 2 a 1. Se ha constatado que
el asma puede remitir o al menos disminuir su se-
En función de la gravedad de la enfermedad se veridad con la adolescencia, sin embargo, las pro-
habla de asma leve cuando los síntomas son leves babilidades de recaer se incrementan con la edad.
y ocasionales (tos y/o disnea), no limitan la activi- El ataque de asma suele comenzar cuando el
dad física del paciente y tan sólo requieren un tra- paciente el).tra en contacto con algunos de los estí-
tamiento broncodilatador puntual porque la capa- mulos desencadenantes de la hiperreactividad bron-
cidad ventilatoria en los períodos intercrisis es quial (véase tabla 13.1). Los síntomas del ataque
normal; en el asma moderada los síntomas, o bien asmático incluyen sensaciones de tirantez en el
son leves pero frecuentes o bien de gran intensidad pecho, necesidad de aire e incapacidad de respirar
pero ocasionales, se requiere un tratamiento bron- sin un esfuerzo deliberado. A veces el esfuerzo del
codilatador casi a diario y la capacidad ventilatoria paciente para inhalar aire se muestra en la postura
está sólo ligeramente alterada; en el asma grave los que adopta doblando el cuerpo, presionando las
síntomas clínicos son diarios (sobre todo por la manos contra el tablero de una mesa u otra super-
noche y las primeras horas de la mañana), se re- ficie (como si ello influyese en la respiración),

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4/ Manual de psicología de la salud

echando los hombros hacia arriba y hacia atrás y tilxantinas, betaadrenérgicos y . . . ..&..&.."'.&.""'J.&..&.~L.&."".&.j-,.&. """"~ ...

levantando el pecho. Estrechamente relacionado que son fármacos que van dirigidos a relajar en
con el problema de la inspiración del aire, se en- breve período de tiempo la musculatura lisa
cuentra el de la incapacidad del paciente para ex- quial, es decir, a dilatar lo más rápidamente
halar normalmente al quedar el aire atrapado en los los bronquios cuando están contraídos y aliviar
pulmones. Paradójicamente, cuanto mayor es el molestias ligadas a esta situación: tos, pitidos,
esfuerzo que el paciente hace por respirar, más nea, etcétera. Por otra parte, están los antiinflama-
dificultades tiene para conseguirlo, lo cual puede torios (por ejemplo, corticoides, cromoglicato
hacerle sentirse muy asustado y le lleva a hacer sódico y ketotifeno), que actúan disminuyendo
más esfuerzos para respirar. Romper esta dinámica inflamación de los bronquios y constituyen el
circular es una de las metas del tratamiento con- tamiento base en el asma bronquial. No tienen
ductual del asma. acción inmediata sobre las molestias como los
codilatadores y su efecto es a más largo plazo.
En general, los broncodilatadores y '''''.J..'....
""""JL V..dL .... '-'I.''
TABLA 13.1 orales se recomiendan en las crisis agudas de
Desencadenantes comunes de los ataques Los corticoides tópicos inhalados ejercen sólo
de asma acción preventiva y no se usan en la crisis aguda
asma, aunque sea leve. El cromoglicato y ~ __ ~·~""..L_L""
Sobrecarga física o ejercicio físico. no son útiles en la fase de intercrisis como
Clima, cambios de estación, frío, calor o la humedad. lácticos. No obstante, a pesar de que a lo largo
Asma nocturno (el paciente amanece con los síntomas). los últimos años se han producido notables <:l",T<J.nr-,~C1
Emociones positivas. médicos que han permitido la mejora del Iral[anlle][1-
to del asma, sin embargo, diversos estudios uejrnup.\'-
Emociones negativas (preocupación, ira, ansiedad o
tristeza). tran que apenas ellO por 100 de los asmáticos
terapéutica farmacológica regular para el
Llorar.
de su enfermedad siguen el tratamiento
Reírse. prescrito (Creer, 1993).
Toser.
Resfriados u otras infecciones víricas.
Alergenos (ácaros, hongos, polen, plumas, etcétera). 3. EL PAPEL DE LOS FACTORES
Humo del tabaco u olores fuertes. EN EL ASMA
1lU'1II"-d1'''''''III",,''''''''''-''lIIII''-'''-dI'1IU'

Animales.
Lo que los pacientes y sus familiares """".&...&.'-' ....''''"' .......

Ver a alguien con dificultades respiratorias.


sienten y hacen sobre el asma puede tener un
Aspirina. to beneficioso o perjudicial sobre la t=l>n·t"~r'n-\{.~rI'=lrl
Es decir, tanto las variables cognitivas como
cionales y comportamentales desempeñan un
2. TRATAMIENTO MÉDICO portante papel en la evolución de la t=l>n1-t=l>-r"t'Y\~i"1,=,11
asmática (Weiss, 1994).
La terapia farmacológica es, hoy por hoy, una
estrategia completamente necesaria para el trata-
miento del asma bronquial. Los medicamentos que 3.. 1.. Variables cognitivas
habitualmente se utilizan pueden clasificarse en dos La información correcta y un apropiado
grandes grupos, según el tipo de acción que desa- de alerta son, entre otros, elementos .&..&..&..1..1--''-'..1. ......., ...... "."'...,

rrollan (Picado et al., 1993). Por un lado, están los para controlar el asma y reducir al mínimo su
broncodilatadores o aliviadores (por ejemplo, me- pacto sobre el estilo de vida. Los pacientes
Asma bronquial I 5

conocen cuáles son los síntomas desencadenantes dades vigorosas. Weiss (1994) señala cuatro patro-
y qué es lo que agrava el ataque, pueden tratar de nes distintos de relación emoción-ataque asmático:
minimizar su efecto evitando su exposición a los
mismos. De igual modo, los pacientes que están 1. Emoción~Asma. En este esquema, una emo-
alerta sobre sus síntomas pero no manifiestan una ción fuerte desencadena la sintomatología
preocupación excesiva sobre los mismos, evitan el asmática. Por ejemplo, a veces ocurre que
pánico innecesario durante la crisis asmática. Aque- cuando el propio paciente se da cuenta de
llos que conocen los signos de alerta, que anticipan que ha olvidado la medicación para contro-
el ataque y saben lo que tienen que hacer, se en- lar la crisis respiratoria se desencadena una
cuentran en una situación idónea, si no para abortar, crisis asmática.
sí, por lo menos, para controlar más adecuadamen- 2. Emoción~Conducta~Asma. Dentro de este
te la crisis. Finalmente, los pacientes que compren- esquema ocurre que la emoción elicita un
den adecuadamente el tratamiento es menos proba- tipo de conducta que propicia la crisis res-
ble que se sientan indefensos, nieguen su piratoria. Por ejemplo, la excitación emo-
enfermedad, eviten el tratamiento o muestren un cional puede conllevar ejercicio físico y
baja adhesión al mismo. movimientos vigorosos, la ira puede desem-
No obstante, un número elevado de los pacientes bocar en gritos o la ansiedad puede llevar a
no muestra esas características. Muchos médicos la hiperventilación. En cualquiera de estos
ni tienen el tiempo ni el entrenamiento para enseñar casos, u otros posibles, es la conducta aso-
a los pacientes las habilidades de manejo de salud ciada a la emoción la que desencadena la
necesarias. Además, muchos pacientes prefieren no crisis. Obviamente, en los pacientes que se
expresar frustración, confusión o ansiedad en la observe este modo de comportamiento sería
consulta, resultado de lo cual en vez de trabajar en conveniente enseñarles a expresar sus emo-
colaboración con su médico suelen aceptar las re- ciones de forma tal que se mitigue la con-
comendaciones (no siempre acertadas) de amigos, ducta desencadenante de la crisis.
vecinos, familiares y, en general, de todos aquellos 3. Emoción~Conducta~Estímulo fisioló-
que conocen un remedio que funciona. Por todo gico~Asma. En este caso, la emoción y la
ello, el trabajo del psicólogo de la salud en este conducta provocan una reacción asmática
campo debe incluir el entrenamiento del médico y porque exponen al paciente a un estímulo
todo el equipo sanitario en aquellas habilidades que, fisiológico nocivo. Por ejemplo, la emoción
como las descritas anteriormente, son cruciales para y el comportamiento vergonzoso no desen-
un correcto manejo de la enfermedad (véase capí- cadenarían una crisis si no fuera porque
tulo 15). impiden al paciente rechazar un alimento
alergénico.
4. AsmaHReacción emocional (~Síntomas
3.2. Variables emocionales
secundarios). En este esquema, el paciente,
Las emociones, tanto positivas como negativas, que por cualquier razón sufre un ataque de
son descritas frecuentemente por los pacientes como asma, reacciona ante el mismo de un modo
desencadenantes o agravantes del ataque de asma. que agrava su severidad e, incluso, conlleva
Ahora bien, el efecto de las emociones es diverso complicaciones secundarias. Por ejemplo,
y, a menudo, está mediado por variables no emo- el miedo al ataque puede hacer que el pa-
cionales sin las cuales las emociones per se no ciente se hiperventile agravando así su es-
tendrían efecto. Por ejemplo, la excitación emocio- tado. Esto parece que es más probable que
nal es, para muchos pacientes, un desencadenante ocurra entre los asmáticos que han iniciado
del ataque, mientras que para otros sólo ocurre así la enfermedad de adultos y no han tenido
cuando se acompaña de risas, saltos u otras activi- tiempo, por lo tanto, para adaptarse a la

© Ediciones Pirámide
216 / Manual de psicología de la salud

misma. Dentro de este esquema también condiciones que desencadenan y agravan las crisis
pueden jugar un papel importante los fami- asmáticas, las estrategias de afrontamiento que
liares del paciente. Si estos actúan de tal paciente utiliza ante las mismas, las reacciones
forma que las crisis son reforzadas con un los otros y el impacto del asma en el estilo de
exceso de atención y preocupación, pueden (Gila y Martín-Mateos, 1991; Purcell y Weiss, 1970;
facilitar la aparición de ganancias secunda- Weiss, 1994).
rias y, en definitiva, de lo que en este manual Con objeto de alcanzar estos objetivos durante
se ha descrito como conducta de enferme- entrevista se puede comenzar pidiendo a los pacien-
dad. tes (y a los otros informantes) que traten de . . '"'.. '-4-'-'-~ , ,'U' ....

aquello que suele provocar o agravar su asma.


ello, parece útil sugerir al entrevistado que trate
3.. 3.. Variables conductuales
recordar lo que él ha experimentado y no lo que
Entre las conductas que podrían llevar a un ata- otros (incluido el propio médico) le han dicho
que asmático se incluyen un ejercicio físico arduo, puede desencadenar el ataque asmático. Una
hobbies corno la pintura o la talla de madera (cuan- elaborada la lista, se puede pedir al paciente
do exponen al paciente a estímulos nocivos o irri- describa un episodio de crisis con cada uno de
tantes) o hábitos como el de fumar. Los déficits de desencadenantes citados, con objeto de 1"1I3I(101"lh1"'1 ....

habilidades, tales como la incapacidad para usar los cualquier posible mediador en dicho episodio, tal
recursos terapéuticos y los medicamentos, también como se describía en el apartado anterior. Por
se podrían incluir dentro de esta categoría. Por su plo, un paciente puede describir el frío intenso
parte, la hiperventilación (que conlleva la pérdida un desencadenante de los ataques asmáticos,
excesiva de dióxido de carbono, el enfriamiento y puede ocurrir que el frío sólo empeora su
sequedad de las vías respiratorias), bien como res- asmático cuando, además, está resfriado.
puesta característica al estrés, bien como hábito Siguiendo esta lógica también se puede '-4- ...... L ....... '-J..U.L.L.l.

respiratorio, puede ser un comportamiento habitual el papel que juegan las emociones en los vJJJL~VU.Jl\.J~
asociado al asma. de crisis. Por ejemplo, un paciente puede contar
el miedo a una determinada situación (quedarse
en casa) desencadena con frecuencia un ataque.
4.. EVALUACiÓN DE LAS VARIABLES análisis más en profundidad de esta conducta
PSICOLÓGICAS RELEVANTES de permitir poner de relieve que no es tanto
EN EL ASMA miedo a quedarse sólo cuanto el ejercicio físico
supone mirar por toda la casa si hay alguien, el
Además de la entrevista diagnóstica estándar, facilita la crisis. La entrevista realizada de
existen diversas técnicas que pueden ser un útil manera puede ser suficientemente clarificadora
complemento para obtener un cuadro completo del extraer conclusiones respecto a los verdaderos
problema. En Vázquez y Buceta (1996), el lector tímulos que desencadenan y agravan el asma.
interesado puede encontrar una exhaustiva recopi- A continuación, se pasa a estudiar los recursos
lación de las escalas empleadas en la evaluación del los que el paciente dispone para manejar las
asma. Por nuestra parte, nos limitaremos a aquellas asmáticas. En esta línea, se debe preguntar al
que pueden tener una mayor utilidad clínica para te cómo reconoce el inicio de un ataque ~oJ.1..L.L~L.L"""'V,
el psicólogo que trabaje en este campo. cuáles son los signos prodrómicos y qué es lo
hace cuando es consciente de que está sufriendo
crisis. También es de gran interés conocer cuáles
4.1. La entrevista en el asma
sido las prescripciones del doctor y, sobre todo,
El propósito de esta entrevista es obtener infor- si éstas se están poniendo en práctica. ~lnlallnellle;
mación detallada, entre otros aspectos, sobre las se debería preguntar a los pacientes qué es lo
Asma bronquial / 217

hacen sus familiares cuando sufre un ataque con toda escalas, la primera de ellas examina lo que el niño
su sintomatología, con objeto de indagar las conse- y sus padres saben hacer para manejar la enferme-
cuencias sociales del mismo. dad y la segunda las relaciones del niño con el
La entrevista puede servir, en último lugar, para mundo exterior a la familia. La escala para los niños
evaluar los efectos del asma sobre el estilo de vida. también está dividida en dos subescalas y cubre,
por ejemplo, si la enfermedad ha afectado la asis- por una parte, la actitud del niño hacia el automa-
tencia al trabajo o a la escuela, la participación en nejo del asma y, por otra, cómo el asma ha influido
actividades deportivas o de ocio, las vacaciones, la en su autopercepción y percepción de las relaciones
economía familiar, además de las tensiones que los con los otros. Cada uno de los ítems se evalúa en
síntomas de la enfermedad (por ejemplo, las sibi- una escala de 5 puntos. Al igual que ocurría con el
lancias) pueden provocar en los otros. En cualquier Listado de Problemas Conductuales en el Asma,
caso (y como es usual en el proceder del psicólogo esta escala puede ser utilizada como guía o para
clínico) los datos recogidos en la entrevista han de obtener información suplementaria de la entrevista.
contrastarse con la información recogida a través
de otros procedimientos (observación, registros de
4.4. El autorregistro del asma
conducta, etcétera).
Obtenida una buena cooperación con el paciente,
se le puede pedir a éste que mantenga un registro
4.2. Listado de Problemas Conductuales
en el Asma
diario del asma en el cual se debe incluir: cuándo
ocurren los síntomas; qué fue lo que el paciente cree
Esta escala (Listado de Problemas Conductuales que los desencadenó; su duración y grado de seve-
en el Asma) de Creer, Wigal, Tobin, Kotses, Snyder ridad; la medicación u otras estrategias utilizadas
y Winder (1989) está basada en una escala original para mitigarlos e, incluso, y si ello fuera posible, la
de Creer (Asthma Problems Checklist, 1979) y su medida de la capacidad vital forzada (cantidad máxi-
validación en castellano se encuentra en Pascual y ma de aire que puede ser espirada siguiendo una
Belloch (1996). Consta de 76 ítems en cada uno de inspiración máxima). Este registro de variables pue-
los cuales el paciente tiene que describir la frecuen- de proporcionar una guía muy adecuada para cen-
cia con que aparece la conducta a la que se alude trarse en el control de las variables relevantes que
en el ítem. Entre las áreas problema que se exami- intervienen en el cuadro asmático y permite elaborar,
nan se encuentran los signos tempranos de asma, incluso, un registro del progreso en el control sobre
la conducta del paciente y de los otros durante la la enfermedad que es muy motivamente para el pa-
crisis, además de los efectos del asma en el desa- ciente y le ayuda a mantener sus conductas de auto-
rrollo social, en la escolarización y en la familia. cuidado. No obstante, algunos pacientes pueden tener
Esta escala que ha mostrado una fiabilidad test- dificultades para cumplimentar los registros, por lo
retest superior a 0,90 puede ser utilizada antes de que una llamada telefónica cuando parezca necesario,
la entrevista (descrita en el punto anterior) para puede ser adecuada para ayudarle a recoger la infor-
servir de guía durante la misma o como fuente mación y reforzar su cooperación, a veces mediante
adicional de la información que el clínico pudo contratos de contingencias.
haber omitido en la entrevista.

5. EL MANEJO DE LOS FACTORES


4.3. Encuesta de Actitud sobre el Asma
PSICOLÓGICOS QUE CONTRIBUYEN
Esta Encuesta de Actitud sobre el Asma fue AL ASMA
elaborada por Creer (1979) y contiene dos escalas,
una para los padres y otra para el niño asmático. La El tratamiento de los factores psicológicos que
escala para padres se divide, a su vez, en dos sub- contribuyen al asma (las emociones, las creencias

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218 / Manual de psicología de la salud

erróneas, etcétera) es una parte del tratamiento del tuirse por los consejos y remedios propuestos
asma. La parte médica debe ser controlada por el amigos, vecinos o familiares. Entre las F"V"L.1UVJE'Tr1''''

especialista en neumología. Desde esta perspectiva erróneas más comunes se encontrarían: el asma
sería también un error trabajar sólo con aquellos una enfermedad emocional; es un fallo del '-'.. . ~,~.1..I.I '-< ..

pacientes que creen que el problema es fundamen- mo; el ataque puede ser controlado ,,11.....
VV.l.uJ.J.LU..LJ.uJ.Jl.l\.. <

talmente psicológico (se puede controlar con la te; el asmático debe evitar el ejercicio físico;
mente) como con aquellos que el médico remite asmático nunca debe alterarse; los asmáticos
porque son especialmente difíciles. evitar los frutos secos, el chocolate, etcétera.
En cualquier caso, el tratamiento psicológico debe alentar al paciente a preguntar sobre
comienza con una formulación diagnóstica del pro- estas cuestiones a su médico y éste, a su vez,
blema, en la que se describe cuáles son los factores saber que este conjunto de preocupaciones y
que mantienen las manifestaciones clínicas del su- cias, si no se corrigen, pueden deteriorar un
jeto y cuál sería la intervención más adecuada para miento que podría ser altamente efectivo. '-" . . . '~.I..I.\...1.\1
la modificación de dichos factores. Un recurso fun- un paciente tiene miedo a preguntarle a su
damental para alcanzar tal diagnóstico adoptaría la sobre su problema, poco a poco se va socavando
forma del análisis funcional del comportamiento en relación y necesariamente se compromete el
el que se pretende poner en relación las crisis as- miento. Sin una correcta comunicación a dos
máticas con sus antecedentes y consecuentes, sean entre médico y paciente resultará muy difícil, si
éstos conductas, emociones o pensamientos. Por imposible, rentabilizar y sacar todo el
ejemplo, un niño asmático puede no saber negarse posible de los eficaces recursos terapéuticos
a participar en un práctica deportiva que conlleve están hoy disponibles.
un ejercicio vigoroso con sus compañeros. Este
comportamiento, con el que se pretende habitual-
5.. 2.. Conocer las condiciones
mente evitar la ansiedad y la vergüenza que supon-
que desencadenan y agravan el asma
dría sentirse inferior a los demás, puede ser un
antecedente potencial de una crisis asmática. Del Las acciones preventivas adecuadas y
mismo modo, una madre que se siente culpable por sólo son posibles si se conocen las vVJlJ.~Jlv..L'JJ.J.\',1":>
la enfermedad de su hijo puede tender a sobrepro- que pueden desencadenar con una alta
tegerle y a consentir todo lo que el niño quiera, el ataque asmático. Si el paciente, por el """"'U'~l"'''''''''''''''''''V"
incluso aquello que puede acabar en una crisis ve un peligro potencial en casi todas partes,
respiratoria. autorrestringir sus actividades de un modo
Son muchos los ejemplos posibles para descri- mente innecesario. Los medicamentos "YY'í\rla-rrlF"\'"

bir cómo comportamientos inadecuados de la per- pueden prevenir ciertos ataques si se usan ....... ~I > ... . . . · ...

sona que sufre asma pueden agravar su problema. damente. Por todo ello, un programa vVJlJ.~l""vLUU.J.
A pesar de esa idiosincrasia, hay un conjunto de del asma tiene que incluir una serie de . . . . u ..,.... "" J-, ...,

habilidades comportamentales que se pueden y para enseñar al paciente a identificar las . . . . '-'~. . ~ 'U'
deben incorporar al tratamiento psicológico del nes que desencadenan el cuadro. Para ello el
asma bronquial y que, siguiendo a Weiss (1994), rregistro diario, además de las pruebas ~""""'J-, 'U'u ...
pasamos a reseñar. cas realizadas por el médico, puede ser de ,J ..,

utilidad.
5.. 1.. Corregir creencias erróneas
sobre el tratamiento del asma 5.. 3.. Reconocer los signos tempranos
de la crisis y saber responder a ellos
Muchas veces el fracaso en la prevención y con-
trol de las crisis asmáticas deviene de la falta de Tanto la familia como el paciente UlJJLJ.J.U.'-Jl'-""-J

información sobre la enfermedad, que suele susti- pueden equivocarse a la hora de hacer frente
Asma bronquial / 219

signos tempranos de la crisis. Por una parte, paciente coloque sus puños en la parte de atrás de
pueden mostrarse hipervigilantes prestando aten- la cadera y trate de juntar sus codos mientras ins-
ción a cualquier signo respiratorio de fatiga o pira. Un miembro de la familia puede ayudarle
disnea para administrar la medicación, acudir al cogiéndole por los codos y empujando suavemente
hospital o provocar un estado de ansiedad que uno contra otro. Por otra parte, puede ser útil po-
suele acabar agravando la crisis. Por otro lado, nerse a cuatro patas, relajando al abdomen. En esta
hay pacientes que tienden a ignorar los signos postura es muy fácil la respiración abdominal y
prodrómicos de una crisis y, por lo tanto, no to- muchos pacientes informan que así les resulta más
man medida alguna para atenuar su intensidad. fácil coger aire.
En este sentido, una meta importante de la inter-
vención conductual sería enseñar a los pacientes
y a sus familias la forma de reconocer los signos '~rll&""\."II&""\..:::l' DE AUTOMANEJO
de alerta y mantener la calma durante la crisis.
Los miembros de la familia pueden aprender a Además de todas las estrategias para el manejo
escuchar el resollar en el pecho del paciente y a de las crisis asmáticas que se han mencionado en
usar el peakflow meter, un instrumento que mide el punto anterior y de las técnicas de relajación
el pico del flujo máximo de una espiración, es que se han mostrado eficaces en pacientes con un
decir, la velocidad máxima del aire durante la componente emocional asociado a la evolución
espiración. Asimismo, se deberá instruir sobre del asma, tanto en lo referido al consumo de fár-
cómo responder a los pródromos mediante la macos como a la duración de las crisis (Vázquez,
toma de una medicación extra apropiada, la uti- Romero y Sández, 2003), los programas de auto-
lización de técnicas de relajación, el consumo de manejo constituyen una aportación muy impor-
líquidos, los ejercicios de respiración abdominal, tante para el tratamiento del asma. Se trata de una
el drenaje postural (con el que se pretende limpiar estrategia de intervención global sobre la enfer-
el moco de las vías respiratorias) o el recurso a medad que pretende informar al paciente sobre su
la asistencia médica. enfermedad y, sobre todo, dotarle de las habilida-
des necesarias para regular y controlar aquellos
comportamientos que directa o indirectamente
5.4. técnicas de relajación
inciden en el asma y cuya eficacia ha sido bien
e y respiración abdominal
establecida (Vázquez et al., 2003). Objetivos im-
Las técnicas de relajación y respiración abdomi- portantes de estos programas serán entrenar al
s nal pueden servir para controlar la ansiedad y faci- paciente a identificar y actuar para limitar su ex-
,- litar una respiración rítmica, regular y profunda. posición a los alergenos. y de otro lado, asegurar
II Éstas son habilidades muy importantes para el pa- su adhesión al tratamiento broncodilatador. De
s ciente, que pueden ser útiles tanto si se practican entre estos programas, presentaremos el del psi-
1-
en los períodos asintomáticos o para hacer frente a cólogo Thomas L. Creer por ser uno de los pione-
1-
las crisis. Su empleo dentro de la desensibilización ros en este campo y referencia para muchos mé-
sistemática puede ayudar a atenuar o eliminar los dicos en esta área.
e temores que han sido condicionados a la enferme- El programa Living with asthma (Creer, Backial,
dad (Botella y Benedito, 1993). Ullman y Leung, 1986) está pensado para su apli-
Existen dos técnicas sencillas que pueden faci- cación en pequeños grupos de 6 a 12 miembros,
litar el aprendizaje de la respiración abdominal y tiene una versión para adultos y otra para niños, se
que no requieren un entrenamiento para ser eficaces organiza en siete grandes temas e incluye tareas
(por lo que pueden ser utilizadas durante el período para casa. Contiene material escrito y se estimula
o de entrenamiento en técnicas de relajación muscu- a que los participantes presenten sus dudas y pro-
a lar) (Weiss, 1994). La primera consiste en que el puestas para el control de la enfermedad.

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220 / Manual de psicología de la salud

Sesión l. Principios de automanejo y naturaleza Describir los signos de asma severo.


del asma Revisión de los pasos a dar para el . . . . . . . . .'. . . . '-'11"

de la crisis: descansar y relajarse (lo


Presentación de los participantes.
incluye la práctica de la relajación . . . . . . . .-.. . . . . I.L\u

Orientación sobre el desarrollo de las sesiones.


la sesión), beber líquidos templados, usar
Establecimiento de las metas del programa medicinas prescritas para el ataque,
de automanejo.
tar con los miembros de la familia, llamar
Acercamiento al uso del peak flow meter. médico.
Introducción de la técnica de solución de
problemas.
Descripción del sistema respiratorio y de la Sesión 5. Consecuencias del asma
naturaleza del asma.
Descripción del diagnóstico del asma. Discutir los problemas derivados de
Discusión sobre los mitos comunes sobre el asma.
asma. Introducir la estrategia de solución de
blemas para hacer frente a las CO]l1se~CUen(~la~,/ji~1
Sesión 2. Medicación del asma del asma.
Discusión sobre las medicaciones comunes
sobre el asma. Sesión 6. Solución de problemas
Revisión de los aspectos de automanejo re-
lacionados con el uso de la medicación. Finalizar la presentación de los LI.L'-'LJ.L\..... I I 1,L1i"'l

Discusión sobre los problemas relacionados derivados de padecer asma.


con los efectos secundarios del asma y la Introducir el entrenamiento en "T... r\C"tr"1"' ....... r'lc.r.J

adhesión a la medicación. Educar al paciente sobre la elección del


dico.
Sesión 3. Prevención del asma Llevar a cabo la solución de problemas
grupo.
- Discutir los factores y los problemas derivados
del incumplimiento del tratamiento médico.
Enseñar a los pacientes a reconocer el ataque Sesión 7. Revisión y discusión
y la formas de evitarlo o manejarlo.
Resolución de cuestiones personales
Enseñar a los pacientes a identificar los sig-
tadas por los participantes.
nos tempranos del asma.
Revisar las experiencias de solución
problemas realizadas por los lJ~jL L.L'""".LJ.)'~.I..l
Sesión 4. Manejo de los ataques
tes.
Describir los signos del empeoramiento del Promover el uso del apoyo social como
asma. te del esfuerzo de automanejo.

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Cáncer

1. CARACTERIZACiÓN DEL TRASTORNO tos comunes una proliferación anormal de células,


la tendencia a invadir los tejidos vecinos y, final-
El cáncer, a pesar de los tópicos, ni es exclusi- mente, la capacidad de metastizarse, esto es, de
vo de la especie humana ni tampoco es una enfer- diseminarse por otras partes del organismo.
medad sólo presente en las sociedades industria- En el cáncer se habla de proliferación anormal
lizadas. Por el contrario, en todas las especies de células porque, al contrario de lo que ocurre en
animales (y aun vegetales) se puede detectar la los tejidos normales, que cuando crecen o se renue-
presencia de algún tipo de cáncer, constituyendo van se produce una división celular controlada en
esta enfermedad una constante en la historia del virtud de la cual se van sustituyendo unas células
género humano. De hecho, cáncer proviene de por otras, en el caso del cáncer ese sistema de di-
«carcinos» (cangrejo), término que Hipócrates visión celular se altera y se inicia una división in-
utilizó para designar a los procesos neoplásicos controlada que da lugar al crecimiento geométrico
(como el de mama) que a simple vista se presentan de una masa tumoral o neoplasia.
como formaciones dotadas de prolongaciones o Multiplicándose rápidamente, las células cance-
patas y que, al igual que un cangrejo, hacen presa rosas pueden, por ejemplo, infiltrarse en órganos
en los tejidos que invaden. como el riñón o el hígado sin dejar apenas tejido
No obstante, la prevalencia del cáncer en el suficiente para que dicho órgano cumpla su función;
mundo desarrollado es muy alta, llegando a cons- pueden erosionar los pequeños vasos sanguíneos
tituir la segunda causa de muerte tras las enferme- provocando una anemia grave, como ocurre en el
dades cardiovasculares. En cifras esto supone que caso del estómago o, incluso, pueden bloquear,
más del 20 por 100 de los fallecimientos en el debido a su propio volumen, el drenaje de los exu-
mundo industrial son debidos al cáncer y, en parti- dados llenos de bacterias y provocar así neumonía
cular, cerca de la mitad de todas las muertes por o insuficiencia respiratoria, causas corrientes de
esta enfermedad son debidas al cáncer de pulmón, muerte en el cáncer de pulmón.
mama y tracto digestivo. El crecimiento celular incontrolado se denomina
Aunque se habla de cáncer en singular, dentro en general neoplasia, etimológicamente «nueva
de ese diagnóstico común se encuadran no menos formación». Las neoplasias pueden ser benignas o
de 200 tipos de enfermedades distintas que presen- malignas (tabla 14.2) y suelen dar lugar a la apari-
tan diferencias fundamentales en su etiología, lo- ción de un bulto que es lo que se denomina común-
calización, sintomatología e, incluso, prognosis mente como tumor. Ahora bien, aunque coloquial-
(tabla 14.1). mente el término «tumor» se utiliza como sinónimo
Ahora bien, a pesar de esas diferencias, los pro- de cáncer, en propiedad, sólo hablaremos de cáncer
cesos cancerígenos tienen, al menos, como elemen- cuando se trate de un tumor maligno.

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TABLA 14.1
Diferencias entre distintos tipos de cáncer

Síntoma principal

Colon Dieta Tracto intestinal Cambio hábito 73 Y 7


evacuación
intestinal
Esófago Alcohol Esófago Dificultad para 22 Y 1
Tabaco tragar
Mama Factores hormonales Parte superior Nódulo 90 y 19
Dieta externa de la mama
Número de hijos
Estómago Dieta Aparato digestivo Pesadez gástrica 41 Y 1
Nitrosaminas
Pulmón Tabaco Aparato respiratorio Tos 47 Y 1
Útero Papilomavirus Endometrio Secreción vaginal 85 y 21
sanguínea

TABLA 14.2 fármacos que son capaces de inhibir la formación


de esta red capilar inhiben también el proceso
Diferencias entre las neoplasias benignas y
cancerígeno.
malignas
Una segunda característica de las células can-
Neoplasia Crece a No invade No produce cerígenas es que, al contrario de las células nor-
benigna ritmo lento tejidos metástasis males, no permanecen unidas entre sí porque su
aledaños membrana carece de puntos de adherencia, lo que
Crece Invade Produce favorece su tendencia a invadir los tejidos vecinos.
rápidamente tejidos metástasis Además, tienen capacidad de desplazarse reptan-
aledaños do entre las demás células y, al mismo tiempo,
segregan enzimas y fermentos que destruyen la
sustancia colágena del tejido conjuntivo que sirve
Para poder crecer, las células cancerígenas re- de soporte a los tejidos.
quieren satisfacer su enorme voracidad. Necesitan Finalmente, el cáncer tiene una conocida capa-
oxígeno y otros nutrientes que debe llegarles a cidad de metastizarse, esto es, de desplazarse a otras
través de la sangre. Es por ello que en el seno de partes del organismo. Las células cancerosas des-
los tumores se observa la formación de una pro- prendidas de la masa tumoral pueden propagarse,
fusa red de capilares que se desarrolla gracias a a través del sistema circulatorio y del linfático, a
una sustancia segregada por las propias células otros puntos del organismo. En el lugar donde que-
tumorales denominada factor angiogenético tumo- dan ancladas pueden dar lugar a otro cáncer idén-
ral, lo que da lugar a un recorte en la aportación tico del que proceden que, en ocasiones, puede ser
de los nutrientes que el organismo necesita para más grande que el inicial. Cualquier metástasis, que
mantener su equilibrio. De hecho, algunos expe- suele ser fatal para el organismo, puede dar lugar,
rimentos con animales ya han demostrado que los a su vez, a otra metástasis.

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Cáncer/

_ _ '''lJ.III'''''IIlIr''''.C'''' DE RIESGO DEL CÁNCER to nocivo sobre la salud, que se manifiesta con el
paso del tiempo. Esto es lo que ha ocurrido con el
Se estima que no menos de un 70 por 100 de los amianto -usado como aislante térmico y eléctri-
factores de riesgo que favorecen o desencadenan la co- y que se ha relacionado muy directamente con
aparición de algún tipo de cáncer, o bien están li- el desarrollo de los mesioteliomas pleurales. El
gados al estilo de vida de las personas y a sus cloruro de vinilo -utilizado en la industria de los
comportamientos, o bien se deben a causas ambien- plásticos- parece el causante del cáncer maligno
tales (Weiss, 1985). No es de extrañar, por lo tanto, de hígado. La contaminación de las grandes ciuda-
que la prevalencia del cáncer haya aumentado de des por los compuestos de azufre que se desprenden
un modo permanente a lo largo de este siglo y es- de los medios de transporte y de las chimeneas
pecialmente en las sociedades industrializadas puede incrementar el riesgo de muerte prematura
(González, 1984), ya que el estilo de vida del hom- por cáncer de pulmón. Dentro de esta lógica, en
bre moderno se caracteriza por su necesaria convi- España, según reciente estudio epidemiológico, se
vencia con los llamados factores de riesgo. El re- ha observado que el cáncer de pulmón presenta la
conocimiento de que el comportamiento del ser incidencia más alta en las zonas industriales más
humano desempeña un papel fundamental en la contaminadas de nuestro país, por ejemplo las pro-
etiología, el desarrollo y pronóstico del cáncer, así vincias de Andalucía occidental y Asturias, donde
como la utilidad de algunas terapias psicológicas el número de casos por cada 100.000 habitantes es
para mejorar calidad y cantidad de vida de los pa- muy superior al de la media nacional y dentro de
cientes es lo que ha propiciado el nacimiento de las cuales la afectación de la enfermedad es de 6 a
una nueva disciplina que hoy se denomina Psico- 1 en cuanto a la relación hombre-mujer.
logía Oncológica o Psico-Oncología.
A modo de ilustración histórica de esa influencia Sexualidad. El comportamiento sexual parece
ambiental y cultural en la aparición de los tumores estrechamente ligado al cáncer de útero, ya que éste
malignos, baste citar el conocido caso del cáncer tiene su origen, en un porcentaje muy importante
de escroto, que un médico inglés en el siglo XVII de los casos, en una infección de tipo vírico cuyo
-Sir Percivall Pott- denominó cáncer de los des- desencadenante es el papilomavirus. No es de ex-
hollinadores (Nuland, 1995). Pott sospechó, atina- trañar entonces que este cáncer sea muy frecuente
damente, que el hollín depositado de forma perma- entre las prostitutas y, sin embargo, resulte prácti-
nente en el escroto provocaría este cáncer de piel. camente desconocido entre las monjas.
Hoy se sabe que los alquitranes contenidos en el
hollín son sustancias cancerígenas que pueden des- Tabaco. La relación tabaco-cáncer de pulmón
encadenar esta enfermedad. parece particularmente estrecha (véase capítulo 6).
No obstante, en el caso del cáncer es muy impor- Se calcula que más de un 80 por 100 de este tipo
tante recordar que los factores de riesgo no actúan, de neoplasias se puede atribuir al hábito de fumar
en general, de modo aislado, sino que actúan sinér- y que el riesgo de padecer cáncer de pulmón entre
gicamente para provocar la aparición de la enferme- los fumadores es diez veces mayor que entre los no
dad, tal como puede ocurrir, por ejemplo, con el fumadores. Además, el tabaco también incrementa
humo del tabaco y la contaminación atmosférica de la probabilidad de sufrir cáncer de boca, laringe,
naturaleza industrial, en el cáncer de pulmón. Te- páncreas y vejiga (Daufi, 1987).
niendo en cuenta este hecho, a continuación se des-
criben algunos de los factores de riesgo que con más Rayos UVA. Antes de que Coco Chanel, hace
frecuencia y certeza se han relacionado con el cáncer. más de cincuenta años, propusiese la moda del
bronceado, el cáncer de piel se daba, fundamental-
Sustancias químicas. Es sabido que algunos pro- mente, entre agricultores y pescadores, que solían
ductos químicos industriales pueden tener un efec- pasar mucho tiempo expuestos al sol. En la actua-

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224 / Manual de 'psicología de la salud

lidad, este tipo de cáncer -cuya prevalencia en los guadora, no asertiva, extremadamente paciente
últimos 50 años se ha incrementado en un 500 por cooperativa, buscadora de armonía y evitadora
100- se observa en aquellas personas que abusan conflictos, dócil y defensiva (Baltrusch, Stangel
de los baños de sol o lámparas de cuarzo y, así, se Waltz, 1988). Las dos características 'sobre las qu
calcula que esta forma de culto al sol causa en Esta- se pone el énfasis son, por una parte, la supresió
dos Unidos 400.000 nuevos casos de cáncer anual- y/o negación de reacciones emocionales fuertes y
mente (Bayés, 1985). En España, el mayor número por otra, la imposibilidad de hacer frente adecua
de casos se registra en las Islas Canarias, donde la damente al estrés con la subsiguiente reacción dy
población femenina muestra una mayor tendencia abandono asociada a sentimientos de desesperaciól).
relativa de riesgo que la masculina (López-Abente, y desamparo.
PalIan, Escolar, Abraira y Errezola, 1997). Muchos de los estudios que han sostenido la re
lación entre personalidad Tipo C y cáncer han tra
Alcohol. El alcohol ingerido en exceso tiene un bajado con una muestra de sujetos que ya estaba
potencial efecto cancerígeno que aumenta el riesgo enfermos, por lo que resulta imposible conocer s
de neoplasias en la boca, laringe, esófago e hígado. este tipo de personalidad es un antecedente o un
En este sentido, en aquellas regiones en las que el consecuencia de la enfermedad. Del mismo modo,
consumo es más elevado, la prevalencia de este tipo otros estudios de naturaleza prospectiva, utilizandQ
de cánceres es hasta cuatro veces mayor (Daufi, 1987). el Minnesota Multiple Personality Inventory (MMPI),
han querido confirmar el carácter antecedente de la.
Dieta. Una alimentación rica en grasas y proteí- personalidad Tipo C en el cáncer. No obstante, esta~
nas y escasa en fibra, característica de los países investigaciones han sido criticadas porque, además
desarrollados, condiciona la aparición de uno de de, en muchos casos, obtener resultados poco claros,
los cánceres más comunes, el de colon. De ahí la el MMPI no parece el instrumento más pertinente en
necesidad de modificar el consumo de nutrientes este tipo de investigación (Fax, 1988).
antes citados. Por otra parte y de un modo más A pesar de todas estas dificultades, en el estudiQ
específico, se ha constatado que las nitrosaminas de la relación personalidad-cáncer, Eysenck (1993)
que se ingieren en los alimentos ahumados están recoge una serie de tres trabajos de Grossarth-
estrechamente relacionadas con el cáncer de estó- Maticek, Eysenck y Verter (1988), cuyos sorpren-
mago y colon. Asimismo, otro producto derivado dentes resultados merecen ser comentados. El pri..
de la combustión de las grasas, el benzopireno, mero de ellos fue realizado en una población de la
también se ha relacionado con el cáncer. antigua Yugoslavia donde se estudió uno de cada.
dos hogares y se utilizó como sujeto de examen al
Variables de personalidad. La idea de que de- de mayor edad de la casa. Los otros dos estudios
terminados perfiles de personalidad estaban rela- se llevaron a cabo en Heidelberg (Alemania), utili-
cionados con el desarrollo del cáncer fue recogida zando una muestra normal de sujetos y otra some..
por Galeno, quien afirmaba que las mujeres melan- tida a un gran estrés. Los miembros de estas mues-
cólicas eran más propensas a padecer cáncer que tras fueron entrevistados y se les administró un
las mujeres que se mostraban activas y seguras de cuestionario de personalidad y de estrés; los sujetos
sí mismas (LeShan y Worthington, 1956). Desde también informaron acerca de sus comportamientos
entonces han sido muchos los autores que han pos- de riesgo para la salud, se les tomó la presión arte-
tulado la relación entre el cáncer y distintos tipos rial y se les analizó el colesterol en sangre. La
psicológicos. En la actualidad la personalidad con mortalidad se evaluó 10 años más tarde.
propensión al cáncer -habitualmente denominada Las entrevistas y cuestionarios de personalidad-
Tipo C para distinguirla del Tipo A con propensión estrés fueron utilizados para clasificar a los sujetos
a padecer cardiopatía isquémica y del Tipo B o en cuatro tipos. El tipo 1 se consideraba como de
personalidad sana- se la ha descrito como apaci- predisposición al cáncer y describe las caracterís-

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Cáncer / 225

ticas ya apuntadas. El tipo 2 se consideraba como por lo tanto, esto puede sesgar la muestra. Pero es
de predisposición a la cardiopatía isquémica (CI). que, además, no se debe olvidar que los datos sobre
El tipo 3, que se caracterizaba por mostrar reaccio- este tema son tan sólo correlacionales, lo cual
nes tanto del tipo 1 como del tipo 2 y que parece quiere decir que aunque se demostrase una fuerte
estar a salvo tanto del cáncer como de la CI. El tipo relación entre la inhibición de emociones y el cán-
4, caracterizado por la autonomía personal, es la cer no se podría hablar en términos causales de
personalidad sana. dicha relación. Quedaría por explicar qué variables
Los resultados en los tres estudios mostraron el mediarían entre la personalidad con propensión al
poder predictivo de los tipos de personalidad res- cáncer y el desarrollo de la enfermedad.
pecto al cáncer, a la CI y a los estados de salud
(tabla 14.3). Así, por ejemplo, en la muestra yugos- Estrés. La relación entre cáncer y estrés ha sido
lava, a los 10 años de seguimiento, el 46,2 por 100 objeto de una profusa investigación que ha dado
de los tipo 1 habían muerto de cáncer, frente al 5,6 lugar a una extensa literatura sobre el tema. Un
por 100 de los tipo 2, 1,8 por 100 de los tipo 3 y estudio clásico que pone de manifiesto la acelera-
0,6 por 100 de los tipo 4. Por lo que respecta a la ción que el estrés podía imprimir a los procesos
el el 29,2 por 100 de los tipo 2 habían fallecido por tumorales es el de Riley (1975). Utilizando una cepa
esta causa, frente al 8,3 por 100 de los tipo 1, 9,2 de ratas que desarrollan característicamente cáncer
por 100 de los tipo 3 y 1,7 por 100 de los tipo 4. de mama, colocó a un grupo de ellas en una situa-
Aunque ha habido algún otro trabajo prospecti- ción experimental de estrés, mientras que otro gru-
va que abunda en la idea de la relación entre la po fue utilizado de control. Al cabo de 400 días el
inhibición de las emociones y el cáncer (Shaffer, 92 por 100 de los sujetos del grupo experimental
Graves, Swank y Pearson, 1987), otros estudios con habían desarrollado cáncer de mama, mientras que,
muestras más amplias y con seguimientos más lar- en el grupo control, sólo el 7 por 100 lo habían
gos, de hasta trece años de duración, no han encon- hecho.
trado una relación significativa entre los rasgos de En este sentido, estudios con humanos han mos-
personalidad y el cáncer, ni entre el llamado patrón trado que las personas que sufren una mayor fre-
de personalidad de predisposición al cáncer y el cuencia de acontecimientos vitales estresantes (por
desarrollo de la enfermedad (Bleiker, Hendriks, ejemplo, pérdidas afectivas, ausencia de apoyo so-
Otten, Verbeek, van der Ploeg, 2008). Obviamente, cial, etcétera) tienen una mayor probabilidad de
para explicar la discrepancia entre esos resultados padecer distintos tipos de enfermedades, incluido
habría que apelar al tamaño muestral de las inves- el cáncer. No obstante, tal y como se ha descrito en
tigaciones y al propio sistema de reclutamientos de el capítulo 7, se ha de tener en cuenta que la mayor
los participantes. Cuando la participación en un parte de esos resultados provienen de investigacio-
estudio es voluntaria entre aquellos que acuden a nes retrospectivas y son menos los estudios pros-
consulta, los sujetos se están autoseleccionando y, pectivos realizados que confirman esta visión.

TABLA 14.3
Causas de mortalidad a los 10 años de seguimiento en el estudio de Grossarth-Maticek et al. (1988)

Cáncer 46,2 por 100 5,6 por 100 1,8 por 100 0,6 por 100
Cardiopatía isquémica
8,3 por 100 29,2 por 100 9,2 por 100 1,7 por 100
(CI)

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226 / Manual de psicología de la salud

En cualquier caso, sobre esa base habría que puede deprimir el sistema inmunitario haciendo
añadir algunos matices que perfilan la relación organismo más vulnerable al factor . . . ""'. . . . . . . . '. . . .
j-,V.l..l.\.L

estrés-cáncer, ya que no todos los tipos de estrés se


han relacionado por igual con los procesos cance-
rígenos. Resumiendo los resultados (Pérez Álvarez, 3. 51NTOMATOLOGíA
1990), parece que el estrés incontrolable, agudo y
de tipo físico parece propiciar el crecimiento del La carcinogénesis es un proceso silencioso
tumor. Cuando es posible el control del estrés por cual la persona no nota inicialmente síntoma
medios conductuales, el desarrollo del tumor no es no si exceptuamos, claro está, los epiteliomas
afectado. Por el contrario, el estrés físico crónico, cánceres de piel que al ser externos son . . <::lr"11"t'Y\a·"'t-~
aunque sea incontrolable, inhibe el desarrollo del descubiertos. Esto hace que muchos tipos de
tumor. En cambio, el estrés social es favorecedor ceres pasen desapercibidos hasta que se en(~ue:ntr·an\
del desarrollo del tumor, independientemente de su en una fase avanzada. Los síntomas que en
cronicidad. momento aparecen dependen tanto de la . . 'U' ....'IL.L.l..l.LJU-

La explicación de por qué el estrés favorece el ción en la que se asientan (con abultamiento,
desarrollo de los tumores, incluye, al menos, tres hemorragia, etcétera) como de la función del
posibles mecanismos. En primer lugar, se ha cons- no que afectan y la de los órganos vecinos que
tatado que el estrés elimina en un tipo de células invadidos o comprimidos por el crecimiento . . . . . . . . J L J ..... •·

especializadas en combatir, precisamente, las célu- sico.


las cancerígenas que circulan en sangre, las llama- En cualquier caso, el cáncer puede advertir
das células asesinas naturales (NK) (Munck y Guy- su presencia a través de una serie de síntomas
re, 1991). Por otra parte, la elevada producción de pecíficos entre los que destacan: fatiga, . . . . . . . .J ................. IL.L'u.

glucocorticoides ante la situación de sobredemanda pérdida de peso, pérdida del apetito o fiebre.
favorece la angiogénesis, es decir, la formación de a éstos, los oncólogos han descrito siete signos
redes de capilares a través de los cuales llegan los alarma que pueden ser síntoma de la presencia
nutrientes que necesita el tumor para desarrollarse un tumor maligno en un estado precoz.
(Folkman et al., 1983). Finalmente, un tercer me- te, se ha de advertir que la presencia de
canismo sería el de la glucosa, que se libera en el signos no se relaciona directa y necesariamente
torrente sanguíneo ante situaciones de estrés y de la presencia de un cáncer, ya que pueden ser
la que el tumor se nutre antes de que llegue a los dos a otras alteraciones. Por lo tanto, "t"r<o."1'"y\r}·nr1,n.l"

músculos (Romero et al., 1992). con la prudencia necesaria, se puede afirmar


En resumen, se podría afirmar que un organismo
sometido a determinados tipos de estrés puede fa- El cáncer de colon y recto o de las vías
cilitar e incrementar la velocidad de desarrollo de narias (en especial de próstata) puede
un proceso cancerígeno, pero esto no quiere decir lugar a una alteración inexplicable de
que el estrés sea el elemento que desencadene el hábitos de evacuación intestinal y . . . . . . . . . . ""'. c .... ""'.

proceso tumoral. En un ejemplo, el estrés per se no Los tumores en el riñón, vejiga y recto
es la causa de un melanoma, ya que el factor can- den presentarse con la expulsión de
cerígeno principal en este tipo de cáncer suele ser por el ano o vías genitourinarias.
la exposición a elevadas dosis de radiación ultra- El cáncer cutáneo se manifiesta, a veces,
violeta. Ahora bien, si una persona está estresada, través de una ulceración de la piel que
la velocidad de crecimiento de dicho tumor será, en cicatrizar.
con seguridad, mucho mayor que si la persona es El cáncer de mama o los ganglios afectos
capaz (lo cual no dej a de ser difícil en tales circuns- metástasis dan lugar a la aparición de
tancias) de mantener un cierto sosiego en esa nue- bulto en el pecho o en otra parte del r\r'1P.-ITl"lIo.'_

va situación vital. y de otra forma, el estrés también mo (aunque parece que tan sólo el 20
Cáncer / 227

100 de los bultos en el pecho tienen carácter problema de esta terapéutica es que las radiaciones
maligno). pueden afectar también a los tejidos vecinos al te-
El melanoma se presenta a través del creci- jido tumoral y que, además, existen células del
miento súbito de una verruga, peca o lunar. organismo, en particular las células sanguíneas, que
_ El cáncer de pulmón o laringe puede dar muestran a las radiaciones ionizantes una sensibi-
lugar a una tos persistente o cambio en la 1idad muy similar a las células tumorales.
cualidad de la voz, especialmente ronquera.
- El cáncer de estómago o de esófago puede Quimioterapia. La quimioterapia consiste en el
conllevar una pesadez gástrica persistente o uso de sustancias químicas llamadas citostáticos
la dificultad para tragar los alimentos. que actúan contra la mitosis celular y que, por lo
tanto, detienen la reproducción de las células can-
cerígenas. Al igual que ocurría con la radioterapia,
4. al tener las células tumorales una mayor actividad
mitótica que las normales, se muestran más sensi-
El tratamiento médico oncológico ha experimen- bles a los citostáticos. El problema de éstos es que
tado un notable desarrollo que hace posible, en la también afectan a las células normales, especial-
actualidad, conseguir cada vez más curaciones efec- mente a las de la piel y a las de la sangre, por lo
tivas en casos de cáncer. La terapéutica utilizada es cual su uso conlleva la apariciól) de efectos secun-
amplia; sin embargo, tres tipos de actuaciones son, darios característicos, como son la anemia, la des-
su frecuencia, merecedoras de ser destacadas. aparición de leucocitos en la sangre o una sistemá-
tica alopecia total que suele provocar un profundo
Cirugía. Este tipo de intervención tiene como malestar psicológico. Una adecuada preparación
objeto la extirpación de la formación neoplásica, para el afrontamiento de esta situación será funda-
aunque sólo se aplica cuando el cáncer está muy mental para que el sujeto pueda superarla con el
localizado y no es muy extenso. El problema que menor costo emocional posible. Finalmente, se ha
presenta la extirpación del tumor durante la operación de subrayar que la quimioterapia, salvo en tumores
es que siempre se corre el riesgo de desprender al- muy específicos, no busca la curación del cáncer,
guna célula cancerígena y permitir que se infiltre en sino que se trata sencillamente de un tratamiento
el torrente circulatorio, lo cual podría dar lugar a la coadyuvante de la cirugía y radioterapia.
aparición de metástasis. La cirugía, por lo general,
se acompaña de radioterapia o de quimioterapia. Terapia hormonal. Las hormonas favorecen el
crecimiento de algunos tipos de células cancerosas,
Radioterapia. Consiste en la aplicación sobre el como las del cáncer de mama y el cáncer de prós-
tejido tumoral de radiaciones ionizantes de onda tata. La terapia hormonal consiste básicamente en
corta que pueden ser producidas eléctricamente, la administración de medicamentos que interfieran
como es el caso de los rayos X, o a través de la con la actividad de la hormona o que detengan su
desintegración de elementos radiactivos, como es producción. La prueba de receptores hormonales
el caso de los rayos gamma. La radioterapia se mide la cantidad de ciertas proteínas, denominadas
justifica en el hecho de que las células cancerígenas receptores hormonales, presentes en el tejido can-
son más sensibles a las radiaciones ionizantes que ceroso. Las hormonas se pueden unir a estas pro-
las normales. Dichas radiaciones provocan impor- teínas facilitando el crecimiento de las células tu-
tantes alteraciones en el ADN, en el momento de morales. Si la prueba es positiva, indica que la
la formación de los cromosomas, esto es, durante hormona probablemente está ayudando a crecer a
la mitosis. Puesto que las células cancerígenas cuan- las células cancerosas. En este caso es cuando se
to más malignas son, más mitosis sufren, se ven recomienda administrar terapia hormonal para fre-
claramente más afectadas por las radiaciones. El nar la estimulación hormonal del tumor.

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228 / Manual de psicología de la salud

5. CONSECUENCIAS FíSICAS susceptibles a la depresión, debido, especialmente,


Y PSICOLÓGICAS DEL CÁNCER las limitaciones en las actividades de la vida cotidian
que sufren por la enfermedad y al tratamiento (WI
A medida que han progresado las técnicas de lliamson, 2000). En tomo a un 20 por 100 de los pa.
diagnóstico y tratamiento, el porcentaje de personas cientes diagnosticados de cáncer presentan un cuadr
que sobrevive al cáncer (al menos cinco años des- de depresión clínica que requiere tratamiento psico
pués del diagnóstico) se ha ido incrementando y, lógico (McGuire, 2000).Un aspecto de gran influenci
en conjunto, puede situarse en torno a un 50 por en el estado emocional de los pacientes, e incluso, e
100, si bien, en determinados tipo de tumores, ese la propia evolución de la enfermedad, es el apoy
porcentaje de supervivencia es mucho mayor. Sin social. Sin embargo, éste no siempre se proporcion
embargo, la enfermedad puede conllevar muchos de manera adecuada. Hagedoorn, Kuijer, Buunk, De
problemas para vida cotidiana a los que las personas jong, Woobes y Sandermand (2000) encontraron qu
necesitan adaptarse. cuando la comunicación con el enfermo tiene coro
Las limitaciones físicas se deben, en general, al objeto hallar métodos constructivos para solventar los
dolor y el malestar que suelen aparecer en las etapas problemas que se van presentando, el apoyo social es
finales de la enfermedad. Los efectos sobre el siste- benéfico; sin embargo, la sobreprotección y el ocul~
ma inmunológico pueden incrementar la vulnerabi- tamiento de la preocupación no suelen ser tan positi~
lidad a otros padecimientos e infecciones. Además, vos. La sexualidad también puede verse comprome
lafatiga asociada a la enfermedad y al tratamiento tida. La desfiguración de parte del cuerpo pued
constituye una de las quejas más comunes de los resultar en un miedo al rechazo o malestar del otro.
pacientes de cáncer, todo lo cual compromete seria- Del mismo modo que la ansiedad y la depresión,
mente su calidad de vida (Femández, Padiema, Ami- también se asocian con una reducción del deseo.
go, Pérez, García, Fernández y Peláez, 2006).
El propio tratamiento de la enfermedad, en par-
ticular la cirugía que se práctica en algunos tipos 6. ESTILOS DE AFRONTAMIENTO
de cáncer, puede alterar severamente la imagen DEL CÁNCER
corporal y con ello el funcionamiento normal de la
persona, tal como puede ocurrir en pacientes con El cáncer es un evento vital estresante y el mod
cáncer de mama, cabeza o cuello o con la colocación de afrontarlo implica recurrir a las estrategias par
de las prótesis que se usan en la ostomía urinaria hacer frente a las situaciones de estrés que ya se
(adaptación de una sonda para la excreción de ori- detallaron en el capítulo 7. En este sentido, Dunkel..
na) o la colostomía, que conlleva la pérdida de Schetter, Feinstein, Taylor y Falke (1992) definieron
control sobre el intestino. Por su parte, son cono- cinco patrones distintos de afrontamiento del cáncer,
cidos los efectos secundarios de la quimioterapia que incluyen: búsqueda del apoyo social, centrarse
en forma de nauseas y vómitos que pueden condi- en lo positivo, distanciamiento, escape y evitación
cionarse a estímulos particulares, dando lugar a cognitiva y escape y evitación conductual.
náuseas y vómitos anticipatorios. Afortunadamen- Los distintos modos de enfrentarse a la enfer..
te, en los últimos años se han desarrollado quimio- medad han sido objeto de debate (Barreto, Toledo,
terapias con efectos menos agresivos y antieméticos Martínez y Ferrero (2003); sin embargo, los datos
bastante eficaces. Todo este conjunto de problemas parecen indicar que tanto la búsqueda del apoyo
constituyen una dificultad añadida a la propia en- social como el distanciamiento y centrarse en lO
fermedad, que aumenta la probabilidad de entrar en positivo pueden servir para reducir la tensión psi..
un estado de desánimo o depresión. cológica y el malestar emocional. Además, esta§
En términos psicológicos, si bien los pacientes con estrategias también modulan positivamente la per~
cáncer, en su mayor parte, no tienen más tensión cepción del dolor (López-Martínez, Esteve-Zaraza'"
psicológica que las personas no enfermas, sí son más ga, Ramírez-Maestre, 2008). Por el contrario cual~

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Cáncer / 229

CUADRO 14.1
El afrontamiento de la muerte. La teoría de las cinco etapas

En 1969, Kübler-Ross sugirió que, ante la expectativa diagnóstico favorable o con aquellos otros cuya salud en
de la muerte, las personas pasan por cinco etapas distintas: principio era peor. El enojo puede traducirse en un resen-
negación, enojo, tristeza, depresión y aceptación. Es im- timiento abierto hacia el personal sanitario, la familia o
portante subrayar que estas etapas no se dan ni en un orden cualquier persona sana, o, por el contrario, cuando no se
estricto, ni todas las personas pasan por todas ellas, o que expresa abiertamente, adopta la forma de irritabilidad y la
muchas personas reviven más de una etapa. A pesar de amargura. Esta etapa es una de las más difíciles para la
todas estas limitaciones, esta teoría presenta una descrip- familia y amigos, ya que pueden sentir que el paciente les
ción fenomenológica detallada de muchos de los senti- está culpando de estar sanos. En este sentido, entender que
mientos y pensamientos que emergen ante la evidencia de ese enfado no va dirigido contra ellos sino con su destino,
la muerte (Taylar, 2007). puede facilitar la convivencia, ya que el enojo puede ir
La negación suele ser la reacción inicial de una fácilmente dirigido a cualquier persona cercana, especial-
persona al recibir un diagnóstico de una enfermedad mente a aquellas con quienes el paciente no considere
terminal. Se trata de una estrategia de afrontamiento que necesario ser educado o amable.
tiene como resultado la evitación de las consecuencias La negociación es la tercera etapa propuesta por esta
que supondría asumir la enfermedad que se padece. En autora. En este momento, algunos pacientes hacen cábalas
este momento, las personas actúan como si la enfermedad intercambiando buen comportamiento por buena salud.
no fuese tan grave, como si fuese a desaparecer o como Son personas creyentes que buscan un pacto con Dios. La
si nada de lo que está ocurriendo tuviera implicaciones implicación en acciones caritativas o la complacencia
para el futuro. En estos casos, se suele pensar que el pueden ser signos de esta etapa.
diagnóstico ha sido erróneo o está confundido. Para la La depresión aparece cuando el paciente va apren-
mayoría de las personas este estado puede durar unos diendo que poco o nada se puede hacer para evitar el de-
días. La negación es un proceso normal e, incluso, a sarrollo de la enfermedad. Esta etapa puede coincidir con
corto plazo puede ser útil y protector, ya que permite a el agravamiento de los síntomas, con una importante sen-
la persona no exponerse de forma abrupta a una situación sación de cansancio y dificultad para escapar del dolor y
muy difícil. Sin embargo, si la negación se mantiene a el malestar.
largo plazo, las consecuencias suelen ser muy negativas La aceptación puede ser el estadio final del proceso.
en la medida que la persona será incapaz de hacer frente En este momento, el pensamiento nada agradable de la
a las implicaciones de una nueva situación, que requiere muerte ronda la mente del paciente pero, al mismo tiempo,
tOluar importantes decisiones. le proporciona un cierto estado de tranquilidad y paz.
El enojo suele comenzar con la pregunta ¿por qué a Algunas personas, entonces, son capaces de dejar sus
mí? y continúa con todas las comparaciones posibles con cuestiones personales arregladas y despedirse de la fami-
aquellos que, estando en la misma situación, tuvieron un lia y amigos.

quier forma cognitiva o conductual de evitación o los casos de depresión, su estado psicológico no
escape que se utilice para «olvidarse» y huir siste- difiere de las personas sanas (Villoria et al., 2008)
máticamente de la enfermedad se asocia a una ma- y es significativamente mejor que las personas que
yor tensión emocional y distrés psicológico. Ade- sufren problemas de salud mental (van Spiljker,
más, cuando la familia adopta este mismo patrón 1997). También se ha observado que los pacientes
de evitación, el malestar emocional aumenta (Ben- de cáncer de pulmón que han sido operados tienden
Zur, Gilbar y Lev, 2001; Gilbar y Zusman, 2007). a mostrar mayores niveles de calidad de vida y
A pesar del impacto psicológico que provoca el mejor estado afectivo que los enfermos respiratorios
diagnóstico y el tratamiento del cáncer, resulta crónicos (Galán, Pérez Martín y Borda-Mas, 2008).
sorprendente que muchas personas se adaptan no- En este sentido, algunas personas con cáncer
tablemente a esa situación y, con la excepción de llegan a manifestar que esa experiencia ha hecho

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230 I Manual de psicología de la salud

que su vida mejore en otros aspectos, como en la diagnóstico de la enfermedad al paciente y sus
satisfacción en sus relaciones personales (particu- miliares, del proceso de tratamiento que se
1armente en el caso de la mujer) y en el crecimien- seguir y de las consecuencias físicas y IJU-"""''-'l.JV~l"Il'1
to personal (de modo especial en el caso del hom- les del mismo. El cáncer ha sido hasta no
bre). Estos descubrimientos se han enmarcado muchas décadas una enfermedad tabú que se
dentro del constructo que se denomina Benefit Fin- a ocultar al paciente y a la que se evitaba TYlp·nr-·lrl. ..... ri ..

ding (Katz y Flasher, 2001; Harrington, McGurk y directamente, para lo cual se utilizaban
Llewellyn, 2008). Esta reacción ante el cáncer, que eufemismos tales como el de «una larga y
lleva a algunas personas a apreciar detalles de su enfermedad». Sin embargo, a lo largo de los
vida que hasta entonces habían pasado por alto, es años esa tendencia se ha ido invirtiendo. A
el punto de partida de un círculo virtuoso en la contribuye, sin duda, el creciente número de
medida que reduce la activación neuroendocrina al sonas que sufren esta enfermedad, el ....,'-'-'~..L'-'..,I..L...L..LjLJ..'..d . l l \

estrés y tienen efectos benéficos sobre el sistema generalizado de síntomas de algunos tipos de
inmunológico (Crues, Antoni y Mc Gregor, 2000). cer (por ejemplo, un bulto en la mama) y de
efectos secundarios de los tratamientos o la
ción de un modelo médico en el que se V..L..LJL"I.-"LLJU

7. papel más activo del paciente. En España, los crÍ


terios sobre los que se toma la decisión de dar i
formación al paciente son subjetivos y están inflUÍ
La aparición y diagnóstico del cáncer coloca a dos notablemente por el entorno familiar y cultur
la persona en una nueva situación vital que le obli- (Marín, López y Pastor, 1996). En EE.UU., dar 1
ga a adaptarse a los cambios que la enfermedad información sobre la enfermedad es un imperativ
provoca en el ámbito personal, familiar, social, legal.
laboral y del autocuidado. En este contexto ha emer- En cualquier caso, en todo lo relativo a la cornu
gido la necesidad de una ayuda profesional psico- nicación sobre la enfermedad no deberían perders
lógica que contribuye a facilitar dicha adaptación, de vista dos variables que pueden permitir organiza.
Aunque en la intervención psicológica en el cáncer la información que se da al paciente. Por un lado
se están utilizando herramientas distintas, cabría existe un importante grupo de pacientes que desea
agruparlas en función de sus objetivos. Por un lado, ser informados lo más completamente posible sobr
se han aportado algunas estrategias sobre cómo debe su enfermedad, mientras que otros no desean rece
ser la comunicación efectiva sobre la enfermedad; bir información alguna. Por una parte, una info
se han desarrollado programas para reducir el ma- mación detallada de los tratamientos es probabl
lestar físico causado tanto por la enfermedad como que provoque, a corto plazo, desajustes comport
por el tratamiento médico y farmacológico; progra- mentales especialmente en aquellos casos donde 1
mas de carácter psicoterapéutico cuyo objeto es enfermedad tiene un peor pronóstico o cuando 1
enseñar a manejar al paciente y a su familia los persona sea informada de más problemas de los qu
daños emocionales que provoca la enfermedad y, esperaba. Ahora bien, a medio y largo plazo la i
finalmente, programas dirigidos a la prevención del formación puede mejorar las conductas de autocu
cáncer. A continuación, se expondrán las líneas dado y reducir el miedo y las conductas depresiv
básicas de cada uno de ellos. (Durá, 1990; McQuellon, Wells, Hoffman et al
1998).
Desde esta perspectiva, la comunicación d
7.. 1.. La comunicación de la información
diagnóstico tendrá un efecto más o menos positi
sobre la enfermedad
en función del qué, cómo y cuándo se comuniq
Uno de los primeros asuntos que se plantea en dicha información (Cruzado y Olivares, 1996).
relación al cáncer es abordar la comunicación del cuanto al qué o contenido de la información,
Cáncer/

autores destacan que debería incluir: el diagnóstico el segundo se debería ser suficientemente extenso
de la enfermedad y las características clínicas del en la información para evitar que el paciente siguie-
cáncer, el tipo de sistema diagnóstico que se va a se indagando por su cuenta. Finalmente, se ha de
utilizar (analítica, biopsia, etcétera) y las modali- insistir, de un modo realista, en las posibilidades
dades de tratamiento que se van a aplicar, además de tratamiento y las elevadas tasas de recuperación
de sus efectos secundarios (alopecia, náuseas y existentes en la actualidad, además de destacar el
vómitos, etcétera) y las medidas paliativas dispo- papel que el comportamiento del prQpio paciente
nibles para hacer frente a los mismos. juega en su recuperación. No se trata de alentar
En cuanto al cómo y cuándo presentar la infor- expectativas desproporcionadas, sino suministrar la
mación se han subrayado los siguientes aspectos información adecuada a cada paciente en particular
(Couuzijn et al., 1990; Cruzado y Olivares, 1996). para conseguir una mejor adaptación a la enferme-
La información debe darse gradualmente en función dad a largo plazo.
de la fase del proceso asistencial en que la persona Font (2003) en un estudio sobre la eficacia
se encuentra. Demasiada información puede con- de las intervenciones psicológicas en el cáncer
fundir al paciente, máxime en aquellos momentos observa que no se han mostrado suficientemente los
en que su capacidad para atender y comprender la efectos de las intervenciones informativas a nivel de
misma no es la óptima. Superar el cáncer supone conocimiento sobre la enfermedad y su tratamiento.
un largo proceso que implica momentos tan distin- Ni se conoce con detalle qué pacientes quieren ser
tos como el diagnóstico, la cirugía o la quimiotera- informados ni hasta qué punto debe profundizarse
pia, por ello la información deberá ir detallándose en la información. Sin embargo, las intervenciones
en cada momento del proceso. Por otra parte, la informativo-educativas sí logran efectos positivos
información debe ser congruente desde todas las en el campo afectivo.
instancias, de tal manera que debe ser dada al pa-
ciente y a los miembros de su entorno a la vez y,
7.2.
además, todo ello supone una buena comunicación sobre los efectos neG]atIV(l~S
entre los doctores y otros profesionales sanitarios
de la enfermedad y del tratamiento
para evitar, en lo posible, contradicciones o expli-
caciones diferentes del problema. No se debe olvi- El cáncer puede provocar en los pacientes mucho
dar que en situaciones tan difíciles como ésta las malestar físico y psicológico que reduce notable-
personas escuchan aquello que quieren oír y tienden mente su calidad de vida. El proceso de la enfer-
a seleccionar determinados fragmentos de la infor- medad puede ser vivido con mucho estrés, ansiedad
mación, por lo que cualquier divergencia, por pe- y desánimo. Las intervenciones dirigidas a abordar
queña que sea, siempre puede ser mal interpretada estos problemas pueden contribuir significativamen-
(Abizanda, Bernat, Ballester et al., 2008). En tercer te a paliarlos. Antoni, Lehman, Kilbourne, Boyers,
lugar, la información sobre la naturaleza, evolución Cover y Alferi (2001) mostraron la eficacia de un
y pronóstico de la enfermedad ha de ser dada por programa cognitivo-conductual para reducir los
el médico, aunque los aspectos psicosociales (rela- síntomas de depresión en mujeres que habían reci-
cionados con los vómitos, con la imagen corporal, bido un diagnóstico reciente de cáncer de mama.
etcétera) han de ser tratados, bien por el psicólogo, Asimismo, también se ha mostrado la utilidad de
bien por otro paciente que ha pasado por la misma la meditación a través de la atención plena (mind-
situación. Por otra parte, la información ha de fulness) con este mismo objetivo (Carlson, Speca,
adecuarse al estilo personal del paciente. Tal y Patel y Goodey, 2003; Witek-Janusek, Albuquerque,
como se ha destacado, hay personas que no quieren Chroniak, Chroniak, Durazo-Arvizu y Mathews,
saber nada sobre su enfermedad, y viceversa. Mien- 2008). Esta técnica, además, puede facilitar que el
tras que en el primer caso una insistencia excesiva paciente aprenda a distanciarse del torrente de sen-
puede generar un mayor malestar en el paciente, en timientos y pensamientos que sobre la enfermedad

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232 / Manual de psicología de la salud

le pueden abrumar en determinados momentos. clásico, siendo las náuseas y vómitos la


A través de ella se trata de fomentar el sentido del condicionada a un estímulo condicionado (por eje
aquí y ahora y esto es especialmente importante en plo, el hospital o el olor de la sala) que ha adquir'
esta situación, en la que se suele anticipar recurren- do su capacidad para elicitar esta respuesta por
temente todo lo negativo que puede ocurrir. Más emparejamiento con los efectos de la quimioterapi
recientemente, se ha comenzado a introducir la el estímulo incondicionado. Desde esta perspectiv
recomendación de la práctica de ejercicio físico, ya se han puesto a prueba distintas terapias comport
que, tal y como se ha apuntado en el capítulo 4, mentales. Entre ellas cabe destacar, en primer luga
además de mejorar el estado físico de las personas, el entrenamiento en relajación muscular con ima
favorece el bienestar emocional, al reducir los es- ginación. Esta terapia se aplica antes y durante 1
tados de ansiedad y depresión, de ahí que debería sesión de quimioterapia con objeto de bloquear 1
ser alentado en aquellos pacientes que estén en formación de respuestas condicionadas. Las cuatr
condiciones de realizarlo de manera regular y mo- primeras sesiones son dirigidas por el terapeuta
derada. (Courneya y Friendenreich, 2001; Schmitz, posteriormente el paciente ha de practicarla por s
Troxel, Cheville et al., 2009). Por otra parte, diver- mismo. Su grado de eficacia se ha situado en torn
sas investigaciones han mostrado que favorecer un al 50 por 100 (Carey y Burish, 1988) y también s
estado de relajación ayuda a afrontar y tolerar me- ha demostrado superioridad respecto a los grupo
jor el dolor. El entrenamiento en relajación muscu- control (Sirgo, Gil y Pérez-Manga, 2000). Con 1
lar progresiva, junto con la imaginación, es uno de desensibilización sistemática (DS) se busca desen
los que se han utilizado con éxito, particularmente sibilizar los estímulos asociados a la quimioterapi
con niños (Astuto, Favara-Scacco, Crimi, Rizzo, Di y que por su valor ansiógeno desencadenan la
Cataldo, 2002). náuseas. Por su parte, las técnicas de control aten
Los nauseas y vómitos anticipatorios, que pueden cional buscan distraer al paciente mediante estímu
ser un efecto secundario de la quimioterapia, pueden los externos (videojuegos, historias, etcétera) de 1
ser abordados a través de la intervención psicológi- que acontece en la sesión de quimioterapia par
ca. Una vez iniciado este tipo de tratamiento, entre impedir así la formación de náuseas y vómito
un 25 por 100 y un 65 por 100 de los pacientes, condicionados. Se trata de una intervención senci
aproximadamente, desarrolla náuseas y vómitos an- lla y fácil de implementar en oncología infanti
ticipatorios, es decir, antes o durante la administra- (Cruzado y Olivares, 1996) y su eficacia en adulto
ción del fármaco (Divgi, 1989). Cuando esto ocurre, parece comparable al entrenamiento en relajació
se pueden observar, en general, dos tipos de reacción. (Vasterling, Jenkins, Tope y Burish, 1993).
En primer lugar, aquellos casos en los que las náuseas Por todo ello parecería conveniente comparar 1
y vómitos sólo aparecen en el recinto clínico donde eficacia de las técnicas para el control de los efec
se administran los citostáticos y ante la presencia de tos secundarios en términos de costo-beneficio y d
las personas, los objetos y los olores de la sala rela- su adaptación a las características del paciente e
cionados con la administración del fármaco. En otros particular (niño, adulto, etcétera), sin olvidar que
casos, las náuseas pueden presentarse en un tiempo en la medida que se están consiguiendo fármaco
muy variable antes de quimioterapia e, incluso, como cada vez menos tóxicos y antieméticos más eficaces
respuesta a algún tipo de pensamiento que el pacien- este tipo de intervenciones se podrán reorientar a
te puede tener sobre este tratamiento. En general, las control de las respuestas emocionales de los
personas que sufren náuseas y vómitos tienden a tes (Font, 2003).
padecer también más molestias físicas, tienen más
miedos y suelen culpabilizarse de algunos aspectos
7.3. Psicoterapia
de la enfermedad (Carballeira y Marrero, 2000).
Esta reacción anticipatoria encaja perfectamen- Dentro de este apartado, se suelen incluir
te en el modelo pavloviano de condicionamiento llas intervenciones que tienen como objeto
Cáncer / 233

cer las necesidades psicológicas y de comunicación situación problemática particular que plantea el
del paciente. Entre ellas se encuentran hacer frente cáncer (Moorey y Greer, 1989). No se trata tanto de
a los cambios en la dinámica familiar que puede una innovación terapéutica cuanto de sistematizar
verse alterada por la enfermedad, problemas psico- un conjunto de técnicas que han sido objeto de
lógicos que se exacerban en este momento o la gran atención en la literatura psicológica para
necesidad de encontrar un espacio seguro donde el su utilización en los trastornos emocionales que
paciente pueda exponer sus miedos y sus deseos sin aparecen comúnmente asociados al diagnóstico de
el temor de hacer daño a la gente más próxima. cáncer. Por esta razón se trata de un programa flexible
La terapia individual suele adoptar, por las que se ha de ir adaptando durante su aplicación a
razones expuestas, un formato de intervención en las necesidades del paciente. Su eficacia ha sido
crisis centrada en problemas específicos. El temor probada en diversos estudios por sus propios autores
a la recaída o la muerte, las mutilaciones o pérdi- y otros grupos de investigación (Moorey, Greer,
da de algún órgano, los problemas laborales y la Watson, Baruch, Robertson, Manson, Rowden,
comunicación con la pareja y la familia son algu- Tunmore, Law y Bliss, 1994; Moorey, Greer, Bliss
nas de las cuestiones más comunes (Cruzado, y Law, 1998; Romero, Ibáñez y Monsalve, 2000).
2006). En la efectividad de este tipo de psicotera- Básicamente, se proponen tres fases con objetivos y
pia desempeña un papel muy importante la relación procedimientos distintos.
paciente-terapeuta. En este marco, el paciente
puede exponerse a sus emociones, mientras que
Fase inicial
no lo haría en su entorno familiar o social. Esta
exposición, junto a una potencial desensibilización Esta fase suele prolongarse entre 2 y 4 sesiones
emocional, facilita también tomar distancia de sus dependiendo del paciente. En este momento los
propias condiciones, que le podría permitir dirigir objetivos que se pretenden son los siguientes:
sus recursos hacia el manejo efectivo de la situa-
ción. 1. Alivio de los síntomas. El terapeuta trabaja
En este contexto, también se han de abordar, a con el paciente para desarrollar estrategias
veces, las dificultades que surgen con el entorno de afrontamiento con las que dar respuesta
familiar. Cuando la calidad de vida del paciente se a los problemas más inmediatos. Entre éstos
ve afectada, la parej a y el resto de los familiares se encuentran habitualmente la depresión,
sufren una importante tensión emocional que, en la ansiedad e, incluso, la crisis vital. Las
algunos casos, dificulta aún más la adaptación del técnicas de resolución de problemas y téc-
paciente. De ahí que facilitar la comunicación fa- nicas conductuales como la distracción, la
miliar entorno a la enfermedad es, probablemente, relajación, la asignación gradual de tareas
el mejor modo de que el paciente sienta el apoyo y la programación de actividades son habi-
social de quienes les rodean y permita evitar algu- tualmente utilizadas en este momento.
nos malentendidos que pueden surgir sobre los 2. Recuperar la actividad cotidiana. Se enseña
nuevos problemas que la enfermedad plantea. En al paciente los principios fundamentales para
este sentido, se señala que precisamente la psico- optimizar su calidad de vida. El objetivo es
terapia orientada a los problemas parece ser la más que el paciente y su pareja traten de emplear
efectiva. Un ejemplo de este tipo de intervención su tiempo de una forma activa y reforzante
es la terapia coadyuvante. para ambos dentro de los límites que impo-
ne la enfermedad. Para ello se incluyen den-
tro de la programación diaria la realización
7"3,, 1" Terapia psicológica adyuvante
de actividades cotidianas y placenteras que
La terapia psicológica adyuvante (TPA) es una formaban parte del día a día del paciente y
adaptación de la terapia cognitiva de Beck a la que pueden servir para recuperar el sentido

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234 / Manual de psicología de la salud

de control sobre su vida diaria que la enfer- como el aislamiento social, los problema
medad puede haber truncado. de comunicación con la pareja o la dificulta
3. Enseñar el modelo cognitivo. Los objetivos para afrontar la impredecibilidad del cánce
1 y 2 antes citados se presentan dentro del El paciente y su pareja han de adoptar u
marco de la teoría cognitiva, en virtud de la papel activo en la resolución de problema
cual se enfatiza la conexión entre los pen- a medida que la terapia progresa.
samientos automáticos, los estados de ánimo 3. Continuar el proceso de lucha contra ~
y la conducta utilizando ejemplos de la vida cáncer. Aunque mejorar la calidad de vid
diaria del paciente. Para ello se inicia con del paciente sigue siendo un meta funda.
algunos pacientes el registro de pensamien- mental, algunos pacientes desean explor
tos automáticos. formas a través de las cuales pueden mej
4. Alentar la expresión de los sentimientos. Se rar su pronóstico de vida.
estimula al paciente para que exprese sus
sentimientos negativos, como la ira y la
Fase final
desesperación, antes de someterlos a una
«prueba de realidad». Las personas con cán- Al final de la fase anterior el paciente y su
cer pueden sentirse socialmente obligadas a reja habrán aprendido nuevas formas de V'-J'Jl.I.,",~Ju.ua
parecer alegres y optimistas, lo que incre- con su vida y hacer frente a los pensamientos
menta el malestar y la tensión que ya están gativos. La fase final de TPA se prolongará
viviendo a causa de la enfermedad. Por ello, y 3 sesiones y sus objetivos son:
la expresión genuina de los sentimientos
puede ser emocional y fisiológicamente sa- 1. La prevención de la recaída. Se discuten
ludable si no se cae en el pesimismo y la estrategias de afrontamiento que podrán
desesperanza. El arte de la TPA consiste en usadas en el futuro si el cáncer
alcanzar el equilibrio adecuado entre el presentarse o si otra fuente de estrés
afrontamiento de los miedos del cáncer y la naza la estabilidad emocional de la
evitación positiva de los mismos a través de Con los pacientes adecuados puede ser
la vida activa descrita en el apartado 2. cuada la discusión sobre la recaída o
muerte.
2. Planificar el futuro. A medida que la
Fase intermedia
progresa se pueden abordar metas a
Al inicio de esta segunda fase el sujeto debería largo plazo con los pacientes que tengan
haber conseguido un cierto alivio de sus problemas buen pronóstico. Se anima a la pareja a
emocionales y conocer el esquema cognitivo de tablecer metas a tres, seis y doce meses
trabajo sobre el que se va a actuar durante las (3-6) elaborar planes adecuados para poder
sesiones de esta nueva fase. Los objetivos son: zarIas.
3. Identificar los supuestos subyacentes.
1. Enseñar a los pacientes a usar la monitori- determinados pacientes puede ser uu.'¡",/\.I\.,luy.

zación de pensamientos y los principios explorar las creencias que subyacen a


básicos de la prueba de realidad para hacer alteraciones emocionales y en:seIlarles
frente a los problemas emocionales. cambiar alguna de las reglas que J.J.Ul..I~,",u.u.~
2. Continuar con el proceso de solución de mente se aplican a sí mismos y al
problemas. Pero ahora se irá cambiando Como consecuencia de un diagnóstico
gradualmente su objetivo, que pasará de cáncer muchas personas desean \.IUJLJ.J.U'~UJL
modificar los estados emocionales a otro estilo de vida (por ejemplo, colocar
tipo de problemas también importantes, énfasis en sus logros en el trabajo y
Cáncer/

más saludablemente). En este punto de la miento de seis meses sobre el estado emocional y
terapia es el momento de discutirlos. las habilidades de afrontamiento (Feigin, Greenberg
y Ras, 2000).
de grupo
7.5.
El objetivo principal de las terapias de grupo para la del
por facilitar la comunicación, el apoyo emo-
y recidiva de la enfermedad
y mejorar el afrontamiento de la enfermedad.
Existen dos modalidades diferenciadas de terapias Sobre la base de la existencia de un patrón ca-
de grupo: unas, las conducidas por un profesional racterístico de personalidad asociado al cáncer, se
de la salud con unos objetivos definidos, y otras que han llevado a cabo diversos estudios en los que la
son dirigidas por personas afectadas y se orientan aplicación de una terapia conductual, que combina
a proporcionar, fundamentalmente, apoyo emocio- estrategias de desensibilización y el desarrollo de
nal. En ambos casos, los efectos positivos de las habilidades sociales, parece ser un adecuado trata-
terapias de grupo radican en la obtención de apoyo miento profiláctico para la prevención del cáncer
social. De hecho, se ha sugerido que la participación (Eysenck y Grossarth-Maticek, 1991; Grossarth-
en estas terapias está particularmente indicada para Maticek y Eysenck 1991). En uno de estos estudios,
personas con escaso apoyo social. Asimismo, la se empleó terapia conductual individual a 100 su-
terapia de grupo permitiría, a través de la instruc- jetos, 50 varones y 50 mujeres, que se clasificaron
ción, moldeamiento y/o el modelado, desarrollar como personalidad tipo 1 (predispuesta al cáncer).
habilidades para el manejo de las emociones y otros Los resultados demostraron a los trece años de
efectos negativos de la enfermedad y el tratamien- seguimiento que tan sólo dos sujetos del grupo de
to. Sin olvidar la posibilidad que se abre de cana- terapia conductual habían fallecido a causa del
lizar, a través y mediante el colectivo de pacientes cáncer frente a 23 en el grupo control. En la misma
afectados, ayudas sociales y de las instituciones en línea, Grossarth-Maticek, Eysenck, Boyle, Heeb,
relación a la prevención y tratamiento de la enfer- Costa y Diel (2000) asignaron aleatoriamente a un
medad. grupo de mujeres sanas con elevado riesgo de pa-
Ahora bien, como en cualquier terapia de grupo, decer cáncer de mama a dos grupos, uno de entre-
la composición de los miembros (en cuanto a la fase namiento en autonomía y un grupo control. Tras
de la enfermedad y sus propios recursos emociona- catorce años de seguimiento una de las mujeres del
les y de afrontamiento) repercutirá en el grado de grupo experimental desarrolló este tipo de cáncer
participación de éstos y en la capacidad del grupo frente a siete en el grupo control.
para responder a las necesidades de cada persona. A pesar de la rotundidad de estos resultados
Sin olvidar que, precisamente por los procesos de sobre la eficacia de la terapia conductual como
modelado que el grupo conlleva, las recaídas o el tratamiento preventivo del cáncer, queda un largo
fallecimiento de alguno de los componentes entra- camino por recorrer antes de que dichos resultados
ñan una dificultad añadida a las múltiples pérdidas puedan ser aceptados. Se necesitaría que grupos
que ha de afrontar el paciente oncológico. independientes de investigación consiguiesen la
Los estudios publicados utilizan diferentes for- replicación de estos llamativos resultados con mues-
mas de intervención (counselling, relajación, visua- tras más amplias y en otros tipos de cáncer de peor
lización, parada de pensamiento, reestructuración pronóstico, como, por ejemplo, el cáncer de pulmón.
cognitiva, modelado, técnicas operantes, resolución En la investigación científica ésta es una condición
de problemas o entrenamiento asertivo). Font (2003) sine qua non para validar cualquier hallazgo.
revisa los resultados de este tipo de terapia y con- Por otra parte y dada la importante relación
cluye que, en general, pueden observarse mejoras existente entre el cáncer y el estrés (véase capítu-
al finalizar la intervención y en períodos de segui- lo 7), ha llevado a diversos autores a la aplicación

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236 / Manual de psicología de la salud

de distintas técnicas psicológicas cuyo objeto bus- cara a obtener los mismos resultados. Por todo
ca el fortalecimiento de la inmunidad del paciente. cual, la efectividad de la terapia de visualización
Particularmente conocido es el trabajo de los doc- el cáncer no es más (ni menos) que la de un t-'~""-- __ L''''
tores Simonton (1981) quienes, aplicando la terapia que se ajusta un grupo de pacientes dispuestos
de visualización a pacientes con cánceres avanza- luchar contra la enfermedad con todas sus fuerzas-y
dos, consiguieron unos resultados bastante sorpren- aplicada a una enfermedad en un estadio irreversible
dentes. En el caso del cáncer de mama la tasa de (véase capítulo 10).
supervivencia tras dicha terapia fue de tres años Por otra parte, llaman la atención los resultados
frente al año y medio esperable; en el cáncer de obtenidos por Grossarth-Maticek (1980a), quie
pulmón la tasa de supervivencia fue de algo más de trabajó con 100 mujeres que padecían cáncer ter
un año frente a los seis meses que describe la lite- minal de mama, la mitad de las cuales recibió qui
ratura y en el caso del cáncer de colon la supervi- mioterapia y la otra mitad no. Dentro de cada uno
vencia fue de casi dos años frente a los nueve meses de estos grupos, a su vez, la mitad recibió terapia.
que indican las estadísticas. psicológica y la otra mitad no. Los resultados mas..
La terapia utilizada incluye, además del entre- traron que la supervivencia de quienes no recibieron
namiento en relajación de los pacientes, la visuali- ninguna forma de terapia fue de 11,28 meses. Las
zación de una serie de imágenes entre las que se que recibieron sólo quimioterapia sobrevivieron
encuentran células cancerosas que aparecen como 14,08 meses, las que sólo recibieron terapia psico..
fácilmente vulnerables, un tratamiento médico que lógica 14,92 meses, mientras que las que fueron
es capaz de destruir a las células cancerosas, célu- tratadas con quimioterapia y terapia psicológica
las sanas que soportan ese mismo tratamiento mé- sobrevivieron 22,40 meses.
dico, glóbulos blancos que son superiores en nú- En la misma línea se encuentran los resultados
mero entran en combate con las células cancerosas encontrados por Spiegel, Bloom, Kraemer y Gottleib
y acaban expulsándolas del organismo y, finalmen- (1989), en los cuales se observó que la expectativa:
te, la visión del propio paciente que se ve a sí de vida de las pacientes con cáncer de mama en las
mismo recuperando la salud (Simonton, Simonton que había aparecido metástasis, se duplicaba en
y Creighton, 1978). aquellas que recibían terapia psicológica (36,8 me-
Obviamente, estos resultados, que pueden ser muy ses) respecto a las pacientes del grupo control, cuya
alentadores para muchos pacientes y sus familiares, supervivencia media fue de 18,9 meses. No obstan-
deben ser analizados a la luz de las limitaciones te, una revisión posterior de los datos demostró que
metodológicas que este tipo de estudios arrastran. esas diferencias, aunque existían, no eran tan am-
Particularmente, destaca la dificultad de evitar los plias como el equipo de Spiegel había apuntado
sesgos en la selección de la muestra y la ausencia de inicialmente.
un grupo control. Es evidente que los participantes Una revisión sobre este tema indica que, si bien
en este tipo de estudios son sujetos auto-selecciona- este tipo de programas pueden proporcionar una
dos que voluntariamente se prestan a participar en mejora del estado psicológico de los pacientes,
este tipo de programas y, por lo tanto, se encuentran especialmente a corto plazo, no se han confirmado
muy motivados para hacer frente a su difícil situación las expectativas iniciales que se habían puesto sobre
personal. Qué duda cabe entonces, que los resultados su potencialidad para la prolongar la vida. Por ello,
positivos obtenidos vienen siempre mediados por no existe una evidencia suficiente para reclamar un
este hecho. Por otra parte, la ausencia de un grupo extensión indiscriminada de las terapias de grupo
control que permita contrastar la eficacia de la tera- a todas las mujeres que padecen cáncer de mam
pia con otros efectos no específicos, hace imposible con metástasis. Su uso parecería más adecuado
dilucidar si la terapia de visualización podría ser demanda de las pacientes (Edwards,
sustituida por cualesquiera otra forma de terapia de lliams y Neal, 2008).
PARTE CUARTA
La adhesión a los tratamientos
s

1. PROBLEMAS DE LA incumplimiento se sitúa en el 20 por 100. Entre los


pacientes a quienes se les prescribe medicación, se
Un problema común, compartido por todos los estima que entre el 20 y el 60 por 100 dejará el
profesionales de la salud (psicólogos, médicos, tratamiento antes de lo establecido, entre el 25-65
personal de enfermería, etcétera), es el insuficiente por 100 cometerá errores en la administración y un
o inadecuado cumplimiento de las prescripciones. 35 por 100 de los pacientes incurrirá en errores
La falta de adhesión terapéutica, ya se trate de di- graves con riesgo para su salud. Por lo demás, entre
ficultades para tomar la medicación, para modificar los profesionales de la salud, como promedio sólo
hábitos nocivos o de alto riesgo (dieta, ejercicio, un 20 por 100 se adhiere satisfactoriamente a los
estrés, alcohol y tabaco) o bien del abandono del tratamientos médicos. Alternativamente, puede es-
tratamiento o el incumplimiento de las revisiones, timarse en torno al 50 por 100 la tasa típica de
es una condición característica de los pacientes sea adhesión, aunque, con frecuencia, no supera el 20
cual sea su dolencia y una de las condiciones que por 100. En general, los niveles más altos de adhe-
los clínicos unánimemente coinciden en señalar sión se observan en los tratamientos que requieren
como más desalentadoras. medicación directamente supervisada (por ejemplo,
Determinar con precisión las tasas de incumpli- quimioterapia) y en los trastornos con un inicio
miento y, alternativamente, de adhesión, en tanto agudo. Los niveles más bajos corresponden a pa-
que implican una amplia variedad de conductas cientes crónicos, en los que no hay malestar o ries-
(sujetas a los sesgos que afectan a los procedimien- go inmediato y en los que el tratamiento exige
tos de evaluación), es difícil. Como ejemplos, se cambios en su estilo de vida (una extensa recopila-
puede citar que, entre todo el colectivo de pacientes, ción sobre esta cuestión se puede encontrar en el
en torno al 30 por 100 no sigue los tratamientos ya clásico trabajo de Meichenbaum y Turk, 1987).
curativos, aproximadamente e170 por 100 incumple La repercusión tal vez más evidente del incum-
los programas preventivos (hasta un 80 por 100 plimiento es el fracaso terapéutico, además del
abandona los programas que incluyen modificación incremento del coste económico, sanitario y social
de dieta o tabaco) y más del 50 por 100 de los pa- por la repetición de pruebas diagnósticas, nuevos
cientes crónicos no se adhiere a los tratamientos tratamientos o bajas laborales que, a menudo, el
(sólo un 7 por 100 de los enfermos diabéticos cum- paciente solicita cuando no se ha resuelto definiti-
ple adecuadamente todas las condiciones de trata- vamente su problema. Sin olvidar también el po-
miento). En cuanto a las consultas médicas, se tencial malestar y desajuste social y psicológico del
calcula que un 50 por 100 de los pacientes no acu- propio paciente.
de a las revisiones establecidas por el médico y Por otra parte, en la medida que los resultados
cuando es el propio paciente quien lo solicita el negativos puedan atribuirse al incumplimiento, se

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240 / Manual de psicología de la salud

compromete enormemente la evaluación objetiva entre tomas o qué hacer cuando haya olvidado una.
de la efectividad de los tratamientos. ASÍ, podría dosis.
ocurrir que habiendo un correcto proceder diagnós- Las prescripciones además se establecen du-
tico y un cumplimiento adecuado se produzca un rante un tiempo, a veces, toda la vida. Con fre.-
fracaso terapéutico debido a la inadecuación de la cuencia, se exige el cambio de hábitos consolida..
terapia. Y, al margen de las consecuencias sanitarias dos y, muchas veces, gratificantes (por ejemplo,
que se pudieran derivar de estas situaciones, en consumir ciertos alimentos) que, generalmente,
estos casos sería precisamente la ineficacia del están asociados a ciertos lugares, momentos ()
tratamiento lo que imposibilitaría que se estable- compañías (por ejemplo, ir de tapas después del
ciese relación alguna entre la actuación del pacien- trabajo). De manera que, una vez que ocurren las
te (por lo demás, conforme a la prescripción) y la situaciones, la probabilidad de actuar como es
reducción del malestar. Evidentemente, el análisis «habitual» es muy alta. Así, por ejemplo, prescri-
del comportamiento de adhesión es más complejo bir una reducción en el consumo de grasas requie-
y la eficacia terapéutica, si bien es necesaria, no es re instruir al paciente (yen su caso a aquellas
suficiente para resolver el problema del incumpli- personas que «cocinan» para el paciente) acerca
miento. Por otra parte, también hay que reconocer de los alimentos que deben eliminarse o en qué
que, aunque en otras épocas la falta de adhesión proporción reducirse y, especialmente, acerca de
pudo haber sido una cuestión de sentido común o los alimentos alternativos que podrían emplearse
de supervivencia (Hanson, 1986) dada la dudosa y cómo prepararlos conforme a sus preferencia§
«entidad sanatoria» de ciertos tratamientos (purgas, (lo cual ya es difícil). Ahora bien, la ingesta de
sanguijuelas, trepanaciones, etcétera), actualmente, grasas sólo se modificará cuando cambie el com5
la medicina dispone de procedimientos eficaces para portamiento alimenticio y, en buena medida, el
el tratamiento de la mayoría de las enfermedades estilo de vida del paciente (lo cual es más difícil
que pierden o carecen de la eficacia apetecida por- aún). Pedirle a un paciente que reduzca las grasas
que no se cumplen, especialmente cuando es el puede suponer, entre otras condiciones, pedirle
paciente quien debe asumir una función activa en que reduzca o elimine las tapas y vinos que «dia-
su tratamiento. riamente se toma con los amigos después del tra-.
La promoción de la adhesión terapéutica tiene, bajo y que tanto le agradan». Puede ocurrir que,
en definitiva, una importancia decisiva. Ahora bien, en muchas ocasiones, las consecuencias del segui-
la propia magnitud del problema sugiere la com- miento del tratamiento sean más punitivas (al me-
plejidad y multiplicidad de los factores determinan- nos, a corto plazo) que las del incumplimiento.
tes y, consiguientemente, la dificultad para su pro- Otras veces, las prescripciones consisten en prác'"
moción. En términos generales, el adecuado ticas sencillas que ni interfieren ni requieren mo-
cumplimiento de cualquier prescripción terapéuti- dificar las actividades cotidianas del paciente, pero,
ca (por ejemplo, administrarse un medicamento o sin embargo, no se recuerdan. Por ejemplo, se
seguir una dieta) implica realizar una serie de tareas olvida con facilidad tomar una pastilla justo «an"
que requieren no sólo saber qué hacer, sino cómo tes de las comidas» cuando ni se disponen recor-
y cuándo hacerlo. Según qué prescripciones, el datorios ambientales ni se incluye en las «rutinas
paciente ha de disponer de una serie de habilidades cotidianas de la comida». En resumen, el segui-
con diferente grado de complejidad. Por ejemplo, miento de las prescripciones no es meramente un
tomar una pastilla cada seis horas es sencillo, sin asunto voluntarista; requiere, además de una ac-
embargo, el paciente que ha recibido esta única tuación eficaz, un control ambiental y beneficios
instrucción es posible que no actúe conforme a lo contingentes al cumplimiento (por ejemplo, la
prescrito (y mucho menos conforme a la farmaco- remisión de los síntomas, la mejoría del estado
cinética del producto) cuando deba decidir si des- general, unas expectativas de mejora, una relación
pertarse de madrugada para asegurar la periodicidad de confianza con el médico, etcétera).

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos /

Si la adhesión a los tratamientos es un asunto el cumplimiento y la adhesión son simplemente dos


comportamental en tanto que depende fundamen- fases consecutivas en un proceso de autorregulación
talmente de la conducta del paciente, lo es también cuyo objetivo es la incorporación en el estilo de
en cuanto que se relaciona estrechamente con la vida de una persona de una serie de conductas no
conducta del clínico, al menos en la medida que supervisadas relacionadas con la salud (Kristeller
éste pretende influir a través de las prescripciones y Rodin, 1984).
(comportamiento verbal) en lo que el paciente haga. Hoy por hoy, parece evidente que existe mayor
En cierto modo, podría decirse que existe adhesión acuerdo en analizar el hecho que nos ocupa como
cuando hay una coincidencia entre la instrucción una conducta compleja que se desarrolla en la in-
del clínico y el comportamiento del paciente. Esta teracción del enfermo y los agentes de la salud que
cuestión nos remite a la definición del concepto y en el término que debe utilizarse para referirnos a
a los distintos modelos o teorías que han abordado este hecho. Sin embargo, esto no quiere decir que
este problema. exista acuerdo respecto a los componentes de la
conducta de cumplimiento o adhesión ni en las
condiciones que la explican (como muestran los
2. y distintos modelos que se han ocupado de esta cues-
tión). Entre los más aludidos cabe citar los modelos
Los términos compliance y adherence, traduci- biomédicos y los cognitivo-conductuales.
dos, respectivamente, por «cumplimiento» y «ad-
hesión» o «adherencia» (preferimos emplear el
2.1. Modelos biomédicos
término «adhesión», en cuanto que refiere una «ac-
ción», en detrimento del vocablo «adherencia», que Se asume que existen una serie de condiciones
indicaría una «propiedad»), suelen utilizarse indis- de la persona y de la enfermedad que permitirían
tintamente, si bien existe cierta polémica en torno predecir el no cumplimiento. Haynes y colabora-
a las implicaciones de cada término. dores en sucesivos trabajos (1987, 1992) han seña-
Haynes (1979) empleó el termino compliance lado una serie de características del paciente, de la
como «la medida en que el comportamiento de la enfermedad y de la relación terapéutica como pa-
persona coincide con las instrucciones médicas que rámetros predictores del incumplimiento terapéu-
se le han proporcionado». Esta definición ha sido tico y, alternativamente, han indicado las condicio-
criticada por cuanto que se centraría en el profesio- nes que favorecerían un incremento de la adhesión
nal de la salud y atribuiría un papel pasivo al pa- terapéutica. Cabe señalar que, si bien esta informa-
ciente (Karoly, 1993). Alternativamente, el término ción es valiosa, no permite explicar cómo se im-
adherence se emplea para implicar «un compromi- plantan o modifican esas referidas condiciones en
so de colaboración activa e intencionada del pacien- los contextos que las harían pertinentes. Podría
te en un curso de comportamiento, aceptado de ocurrir que los parámetros que se describen como
mutuo acuerdo, con el fin de producir un resultado condiciones, por ejemplo, de la persona (piénsese
preventivo o terapéutico deseado» (DiMatteo y en la comprensión o las expectativas) no fuesen más
DiNicola, 1982). Ahora bien, establecer la diferen- que conductas específicas resultantes de un contex-
cia entre ambos términos en el énfasis que se pon- to particular.
ga en la participación del paciente no es correcto.
Autores como Raven (1988), Karoly (1993) o Ewart
2.2. Modelos conductuales
(1993) emplean el término cumplimiento aun cuan-
do aluden expresamente a un proceso de cambio de En los últimos años se han propuesto en el ám-
conducta que implica analizar la competencia de la bito de la psicología de la salud y, en particular, en
persona y las condiciones de la situación para ma- el campo de la prevención, distintos modelos com-
nejar el tratamiento. Otros autores consideran que portamentales para explicar el comportamiento de

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242 / Manual de psicología de la salud

salud de los individuos. Modelos éstos a los que se moción de la salud en distintos ámbitos
ha recurrido, generalmente, para dar cuenta de la capítulo 2).
adhesión terapéutica en tanto que conducta saluda-
ble. No obstante, retomando la exposición de Le-
2.2 . 3.. Modelos CO('lnnrIVC~s
venthal (1993) sobre los modelos conductuales que
se han ocupado de la adhesión, se identifican los Basados fundamentalmente en el modelo
que han dado en llamarse modelos operantes, los aprendizaje social (Bandura, 1969) y en los
modelos de comunicación y los modelos cognitivos. los cognitivos de decisión. Se describen a v'-'JL~L_LL~U~::J­
ción las propuestas más representativas.
hay que señalar que, en los últimos años,
2.. 2.. 1.. Modelos operantes
encontrarse distintas propuestas específicas
Basados en la aplicación de los principios ope- explicar e intervenir sobre problemas concretos. Un
rantes, han promovido la utilización del moldea- ejemplo es el Modelo de la Adhesión a la .J..V.L"".I~~""U­
miento de conductas, la planificación ambiental y ción de Johnston (2002) aplicado a la .A.t-'·~.A.v...., LJ~'\JJ.~
.A. ... ......

el manejo de las contingencias de reforzamiento y que sostiene que el seguimiento de la medicación


como estrategias centrales en el desarrollo de con- depende de una decisión deliberada conforme a
ductas de adhesión. Son numerosos los programas expectativas del sujeto y a su propia capacidad de
conductuales para la promoción de la adhesión a actuación.
distintos tratamientos crónicos, en hospitales y en
el hogar. No obstante, se ha reiterado (en particular, Teoría de la Autoeficacia. Este concepto hace
desde posiciones cognitivas) que la complejidad del referencia a la convicción de la persona de ser capaz
problema no se resuelve a través del control am- de realizar con éxito la conducta requerida para
biental y el refuerzo de las conductas implicadas y producir ciertos resultados (Bandura, 1977). Las
se ha enfatizado el papel que desempeñan las va- expectativas de eficacia se proponen como un de-
riables cognitivas desatendidas desde este plantea- terminante fundamental en la elección de activida-
miento. Cabe decir, en primer lugar, que existen des, de cuánto esfuerzo se empleará y cuánto tiem-
evidencias de que las estrategias cognitivas no me- po se mantendrá al enfrentar las situaciones que
joran los resultados de los programas operantes. producen tensión. Más adelante se discute el valor
Pero también debe señalarse aquí, no la inadecua- de la autoeficacia en la explicación y promoción de
ción de este modelo, pero sí la insuficiencia de los la adhesión terapéutica.
planteamientos iniciales que no fueron capaces de
ofrecer, desde la misma lógica operante, las claves Modelo de Creencias de Salud. El planteamien-
para explicar el papel de la conducta verbal. (las to central es que una persona no llevará a cabo un
creencias, las expectativas de los pacientes) como comportamiento de salud (de prevención, de parti-
mediador de la conducta manifiesta de adhesión. cipación, de cumplimiento o rehabilitación) a menos
Esta situación, en buena medida, explica las críticas que tenga unos niveles mínimos de motivación e
que se le han formulado a este modelo aun cuando información relevantes para su salud, se vea a sí
los resultados siempre han apoyado su idoneidad. misma como vulnerable o potencialmente suscep-
tible de padecer esa enfermedad, vea la enfermedad
como potencialmente amenazante o grave, esté
2.. 2.. 2.. Modelos de comunicación
convencida de la eficacia de la intervención (esti-
Buscan cómo mejorar los procesos de recepción, mación de costos y beneficios) y vea pocas dificul-
comprensión y retención de mensajes como condi- tades para la puesta en marcha de la conducta de
ción y estrategia para la promoción de la adhesión. salud (acontecimientos claves para la acción, como
Estos modelos son los que han tenido mayor reper- síntomas, campañas informativas, prescripciones).
cusión en las campañas informativas para la pro- No obstante, se señala el importante papel que

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos /

juegan otras variables adicionales, como son la delo para predecir la adhesión al tratamiento de
estructura del régimen de tratamiento o las condi- diabéticos juveniles y concluyeron que sólo la
ciones ambientales y sociales que regulan el cum- estimación de costos-beneficios y las claves para
plimiento. y se reconoce que, aunque las expecta- la acción (podríamos decir sus expectativas acer-
tivas del paciente son importantes, no son ca del resultado) daban cuenta del cumplimiento
suficientes para predecir la adhesión en todos los terapéutico. La amenaza percibida no actuaba en
casos (Rosenstock, 1974). la dirección esperada. La cuestión es que las ex-
Becker (1979) realizó una detallada revisión pectativas (lo que la persona se dice a sí misma)
del modelo y defendió su capacidad explicativa y no se pueden explicar, y por lo tanto modificar,
utilidad para promocionar el cumplimiento de las al margen de la propia ejecución y de las contin-
prescripciones. Sin embargo, los estudios que han gencias que controlan esa conducta. Cualquier
analizado estadísticamente la interacción entre las actuación encaminada a la promoción de la adhe-
variables propuestas no sostienen las mismas con- sión no puede centrarse en las creencias de las
clusiones. Así, por ejemplo, Bond, Aiken y So- personas sin examinar las contingencias que las
merville (1992) estudiaron la capacidad del mo- explican.

Percepción individual Factores modificantes Probabilidad de acción

Figura 15. l.-Modelo de Creencias sobre la Salud (Becker y Maiman, 1975).

Teoría de la Acción Razonada. El supuesto bá- ponentes que tienen un valor relativo que depende
sico es que las personas antes de decidir llevar a de la actuación y de la persona en cuestión. Uno,
cabo una acción consideran las implicaciones de la actitud hacia la acción está en función de la
sus actuaciones (Ajzen y Fishbein, 1890). Según el creencia sobre los resultados más probables de esa
modelo, el determinante inmediato de una conduc- conducta (creencia conductual) y de la valoración
ta es la intención que la persona tiene de realizarla. de esa conducta (valoración de resultados). y dos,
A su vez, la intención está en función de dos com- la creencia que la persona tiene de que existen

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244 / Manual de psicología de la salud

presiones sociales para que realice (o no) la con- miento hipertensivo. En el caso de la .1..1..1.'-/U.1.l..... U'-/.1.VJll.

ducta en cuestión (creencia normativa). Esta teoría por ejemplo, las intenciones no tuvieron valor
tampoco toma en consideración las variables con- guno como parámetro predictor. Sin embargo,
textuales o sociodemográficas a las que se refiere lo que concernía a dejar de fumar, la motivación
como variables externas y que, aun admitiendo que la intención se relacionaron negativamente. Se
pueden influir en la conducta, no postula que exis- que son, precisamente, las condiciones que
ta una relación necesaria entre ellas y la conducta. la conducta (administración de medicación o
No cabe duda que esta teoría cognitiva, al igual seguir dieta, hacer ejercicio) las claves para ""'-'.. ''"''".J.. II-' ........

que otras, tiene el interés de enfatizar el papel me- tanto las creencias como la propia conducta
diador de lo que la persona se dice a sí misma sobre adhesión.
su conducta manifiesta (de adhesión en este caso).
Ahora bien, en tanto que ni conceptual ni empíri- Teoría de la Acción Social. Ewart (1993) defien-
camente se pueden explicar las creencias conduc- de que la adhesión debe analizarse simultáneamen-
tuales y normativas independientemente de la dis- te como un hábito deseable o «acción estado»
ponibilidad de la conducta a la que se alude ni de es el objetivo de la intervención conductual, como
las contingencias presentes en esa situación (con- un «proceso de cambio» a través del cual se modi-
dición a la que aluden los autores) se plantea qué fican los hábitos y como el resultado de unos
utilidad reporta indagar en una variable (creencias) textos» en los cuales se producen los cambios. El
que en sí misma no es autónoma. En este sentido modelo defiende que la clave del mantenimiento
podría entenderse cómo Miller, Wikoff y Hiaff un hábito saludable radica en la «autorregulación»
(1992) observaron que la Teoría de la Acción Ra- entre las actividades autoprotectoras y sus conse-
zonada sólo parecía predecir el seguimiento de cuencias biológicas, emocionales y sociales expe-
alguna de las prescripciones del programa de trata- rimentadas. Así, el punto de partida para cualquier

Variables externas
Demográficas Actitudes hacia objetivos Rasgos de personalidad

Importancia relativa
de ambos componentes

.--------=-,~ ~........-=-----------,
Norma subjetiva hacia la conducta Actitud hacia la conducta

I Intención I

I contcta I
Figura 15.2.-Teoría de la Acción Razonada (Ajzen y Fishbein, 1980).

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos I 245

intervención en la promoción de la salud requiere c~ea que ~~ capaz de ej~cutar dicha acción y que
el análisis de las conductas objetivo y los efectos dIcha aCCIon sea compatIble, además, con sus pro-
que producen. Es decir, la creación de hábitos sa- yectos vitales. Las elecciones comportamentales
ludables implicaría el establecimiento de cadenas estarían influidas, en definitiva, por esquemas de
conductuales muy rutinizadas (guiones en los que control cognitivo que representan conjuntos de co-
cada acontecimiento refuerza las conductas antece- nocimiento organizado que dirigen nuestra atención
dentes y guía las consecuentes) integradas (o que hacia aspectos específicos de situaciones y que
pueden ejecutarse al mismo tiempo) en otras con- proporcionan rutinas procedimentales para realizar
ductas habituales y que disminuyen el riesgo per- tareas familiares. La teoría también analiza cómo
sonal. Otra clave del cambio y mantenimiento de afectan las influencias contextuales (escenarios del
hábitos saludables radica en que las acciones per- medio físico y social inmediato, relaciones sociales
sonales estén interconectadas con las de los miem- y estructuras organizacionales) en el establecimien-
bros de la familia o personas relevantes, de forma to de metas y estrategias comportamentales.
que cuanto mayor sea la interconexión, mayor di- El modelo propuesto por Ewart (1993) puede,
ficultad tendrá alterar una rutina en tanto que supo- sin duda, ofrecer criterios adecuados para diseñar
ne cambiar las rutinas de muchos. intervenciones comportamentales encaminadas a la
El modelo establece, por lo demás, que los in- promoción de la adhesión. Dentro de la lógica ope-
dividuos se motivan a sí mismos a partir de sus rante, enfatiza el análisis topográfico y funcional
expectativas sobre los resultados, evaluando su de la conducta (hábito saludable) como «la estrate-
autoeficacia y estableciendo metas que influyen gia» de intervención; sin embargo, alude a un pro-
sobre los actos de resolución de problemas. La ceso de autorregulación como condición explicati-
Teoría de la Acción Social sostiene que el cambio va. El término autorregulación, más próximo a
de hábitos no se iniciará a menos que la persona planteamientos cognitivos que operantes, si bien no

Contextos de acción
• Escenarios
• Sistemas de relaciones Procesos de interacción
sociales social
• Sistemas organizacionales

____- t _ 1 1
Resolución
Interdependencia social

Estado de ánimo/
Arousal
Valoración
motivacional
de
problemas r
Acción
1
i r r
promotora ~ Resultados
de salud
• Temperamento
• Condiciones biológicas Capacidades generativas

Influencias contextuales Procesos de autocambio Accion de estado (hábitos)

Figura 15.3.-Teoría de la Acción Social (Ewart, 1993).

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/ Manual de psicología de la salud

supone que deba hacerse otra cosa que no sea la criterios definitorios de adhesión y asegurar la
descripción operativa de la conducta y sus conse- bilidad de los sistemas de evaluación.
cuencias, sí estaría presuponiendo (al menos con- Frecuentemente, se ha adoptado como
ceptualmente) que existe un proceso externo a la determinante del grado de adhesión «el valor
propia conducta que es el responsable final de que debajo del cual no es posible que se alcancen
un determinado hábito (por ejemplo, ingerir una resultados terapéuticos esperados» (Gordis,
pastilla) se haga más probable ante determinadas Utilizar la tasa de ejecución como criterio del
condiciones antecedentes (por ejemplo, a la hora do de adhesión no siempre es posible (por PH.1·TnlnIA

de la comida estando el envase anudado a la servi- sesiones de entrenamiento para lograr una
lleta) y consecuentes (por ejemplo, eliminación de litación muscular o unidades de insulina para
la flatulencia). Es decir, aun cuando se reconoce la malizar la glucemia); además, en .L.L.I..I..I.~.L.I..I.""'~L~U'-'-\.I¡)
.

utilidad práctica de los modelos de autorregulación tratamientos existen razonables discrepancias


para diseñar intervenciones (Fernández, 1986, 1990; pecto a la tasa requerida para lograr el efecto
Fernández y Pérez, 1988, 1993), la dificultad estri- seado. En cualquier caso, este criterio no es
ba en buscar un mecanismo de funcionamiento para indagar las variables que regulan el VUJ..J..J..UJI ...

psicológico «por encima» de la conducta y, espe- miento. El análisis funcional de las . . . ~LJ' ~ ......· ... .... """ ..-'O

cialmente, cuando sus fuentes de información son requeridas para el seguimiento correcto de un
la propia conducta y las condiciones que la definen. men de tratamiento sí permite establecer .........."......... '-'IJ

Esta misma crítica se hace extensiva a los procesos más objetivos que la mera cuantificación y,
motivacionales y esquemas cognitivos a los que todo, más operativos para la investigación de
alude Ewart para explicar la activación de la con- determinantes de la adhesión.
ducta. No se discute, en modo alguno, que lo que Se han empleado varios procedimientos de eva-
las personas se dicen a sí mismas module lo que luación de la adhesión terapéutica, aunque no
hacen, sino la necesidad de crear estructuras psico- pre ofrecen una referencia fiable y válida de la in-
lógicas que, por otra parte, no pueden explicar esa cidencia y los factores asociados. Las 1-'-'--'-.1..1.vJLI-'U,.1.vO

mediación si no es aludiendo, en último término, a medidas empleadas son las siguientes.


la propia ejecución. Por otra parte y como ya se La medida más frecuente es el f1utnlnt(")rn1P
dijo, la conducta verbal puede ser perfectamente preguntar directamente al paciente cómo ha
analizada dentro del modelo operante. Más aún, do las indicaciones. La fiabilidad del 'n .....
n .... 1-r.. .. n ...... "f'V'.n.

cabría describir la adhesión terapéutica como un es baja como se comprueba sistemáticamente


tipo de conducta controlada por reglas verbales comparar estos datos con los obtenidos .1..1..1. ...,1 ...... .1.,L.l,.1..1.I,v

instruidas y moldeadas (Luciano y Herruzo, 1992). otros procedimientos más objetivos. La """"'-'l:J"'-'~·LJ'.L.L .. I."""U,,,,,"

social o simplemente el olvido constituyen


importantes. Por otra parte, el entrenamiento
3. EVALUACiÓN DE LA ADHESiÓN interlocutor para precisar e identificar errores
una variable destacada. En este sentido, se ha ob-
Desde diferentes disciplinas (medicina, psicolo- servado, por ejemplo, que cuando los médicos pre-
gía, sociología, etcétera) se han realizado muchas guntan al paciente sobrestiman el cumplimiento y
investigaciones que han ido proporcionando cons- no parecen capaces de detectar los pacientes no
tantemente datos sobre el tema. Sin embargo, no cumplidores. Caron y Roth (1997) establecieron
siempre con el necesario rigor metodológico, entre una correlación del.O 1 entre la estimación que los
otras razones, por la propia variedad de conductas médicos hacían sobre la adhesión de los pacientes
que cubre la adhesión y los múltiples contextos en y la que se observaba mediante otros procedimien-
que pueden ocurrir. Dos cuestiones fundamentales tos (por ejemplo, recuento de píldoras).
(aún no resueltas) de cara a mejorar la confiabilidad Otra estrategia es la autoobservación y registro
de los resultados es lograr un acuerdo sobre los de las condiciones de tratamiento. Unas veces, se

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos /

trata de un mero recuento de pastillas. Otras, de aunque deben tener una vida relativamente larga en
procedimientos computarizados o mecanizados para plasma y no ser metabolizados (Masek, 1982). Al-
medir algunas variables fisiológicas (por ejemplo, gunas drogas pueden ser detectadas en sangre o en
glucemia, flujo de aire espirado, etcétera). Otras, se orina, aunque los análisis, además de intrusivos y
conviene formalmente un registro escrito de con- costosos, son casi siempre difíciles de interpretar
ducta. En este caso, es usual que el clínico observe por la variabilidad individual en la absorción de los
cómo el paciente realiza las tareas requeridas, a fin medicamentos.
de comprobar que puede hacer lo que se le enco- Por último, se han utilizado los resultados clí-
mienda en relación a su tratamiento (por ejemplo, nicos como otra forma de medir la adhesión. Se
autoinyección de insulina, inhalación de broncodi- supone que existe una relación directa entre el tra-
latador) y entrenando al sujeto sobre cuándo y cómo tamiento y el resultado deseable. Este planteamien-
observar y registrar. Este método, aunque más ob- to es, desde luego, inaceptable y más aún desde un
jetivo, es difícil de implantar. Los pacientes no análisis psicológico.
cumplimentan los registros, o bien lo hacen inco- En resumen, encontrar indicadores válidos de la
rrectamente. No puede olvidarse que se está requi- adhesión terapéutica es problemático. Además, los
riendo al sujeto realizar otra tarea adicional a su estudios que comparan distintos procedimientos
régimen de tratamiento. Tarea que, aunque puede coinciden en mostrar niveles medios o bajos de
servir como control de estímulos o feedback sobre concordancia entre las distintas mediciones. Aun
su ejecución, generalmente es complicada y casi asÍ, se comprueba que, en general, tanto las inves-
siempre interferente con las actividades cotidianas tigaciones como los mismos profesionales de la
del paciente. Además, cumplimentar un registro no salud sobrestiman las tasas de adhesión, especial-
reporta beneficios aparentes al paciente, salvo cuan- mente cuando el tratamiento exige la modificación
do éste ha sido entrenado para actuar en consecuen- de los hábitos del paciente. Con relación a los mé-
cia (algunos programas de autocontrol de la diabe- todos de evaluación conductuales conviene no ol-
tes o el asma logran este objetivo). Como estrategia vidar que suponen la realización de una tarea extra
para mejorar la realización de los registros, es fre- en el programa de tratamiento y, por tanto, suelen
cuente convenir ciertos privilegios contingentes a presentar el mismo problema del que pretenden
su cumplimentación mediante contratos de contin- informar, es decir, la falta de adhesión. Probable-
gencias o sistemas de puntos. Las limitaciones de mente, la alternativa para mejorar las técnicas de
este procedimiento de evaluación no siempre per- evaluación pase por utilizar con ingenio los princi-
miten asegurar que los datos reflejen realmente la pios y técnicas conductuales, sin olvidar emplear
incidencia y determinantes de la adhesión en cada al mismo tiempo distintos procedimientos.
momento. Por otra parte, tampoco es fácil para los
profesionales de la salud no psicólogos diseñar y
emplear correctamente estas técnicas. 4. FACTORES ASOCIADOS
Otras medidas, aunque sólo potencialmente úti- A LA ADHESiÓN TERAPÉUTICA
les para evaluar la adhesión a los tratamientos far-
macológicos, son el empleo de marcadores bioquí- A pesar de estas limitaciones existen innumera-
micos incorporados a la medicación. Son bles trabajos que han tratado de establecer relacio-
indicadores objetivos de la tasa de consumo, pero nes entre la adhesión terapéutica y múltiples varia-
no informan de cómo o cuándo se ingirió la sustan- bles de tipo sociodemográfico, personalidad,
cia, es decir, si el paciente respetó su régimen del inteligencia, actitudes, características de la enfer-
modo adecuado para lograr el efecto. Tampoco se medad, del régimen de tratamiento y de la interac-
dispone actualmente de marcadores ideales, es de- ción entre el paciente y el profesional de la salud.
cir, que sean completamente absorbidos, farmaco- (Goldman y Smith, 2002; Castillo, Pérez y Auba-
lógicamente inertes, completamente excretados, reda, 1996; Fernández, 1996; Ferrer, 1995; Labra-

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248 / Manual de psicología de la salud

dor y Castro, 1987). En todas estas excelentes re- sea el tratamiento, menor será la adhesión. Por otra
visiones se suelen referir más de 200 variables. La parte, la adhesión a un programa complejo no tiene
mayoría de los trabajos son de tipo correlacional y nada que ver con la adhesión a cada uno de los
han tenido una escasa repercusión práctica. Las componentes por separado.
correlaciones encontradas son bajas, tanto más cuan-
to más objetiva es la técnica de evaluación. Los
4.3. Variables de la relación
distintos factores referidos con mayor frecuencia
pueden agruparse en cuatro categorías: a) variables
de la enfermedad; b) variables del tratamiento; c) Como parece obvio, la satisfacción del paciente
variables de la relación terapeuta-paciente, y d) con la relación terapéutica se identifica, en la ma-
variables del paciente (Meichenbaum y Turk, 1991). yoría de las investigaciones, como un factor que
puede potenciar la adhesión a pesar de que sólo un
porcentaje reducido de los profesionales de la salud
4.. 1.. Variables de la enfermedad
reconoce contribuir a la falta de adhesión. Los
Los síntomas parecen desempeñar un papel im- principales componentes que se han señalado como
portante en el cumplimiento de las prescripciones. determinantes de la satisfacción del paciente son
Efectivamente, cuando los síntomas tienen un inicio una buena comunicación y mantener una relación
agudo, son reconocibles, molestos y se alivian con respetuosa y cordial encaminada a mejorar el grado
el tratamiento, la probabilidad de adhesión es mayor. de comprensión y colaboración del paciente en el
Por el contrario, es baja cuando la enfermedad no programa de tratamiento.
provoca síntomas identificables (por ejemplo, hi- Con relación a la comunicación, es conocido que
pertensión), cuando se mantienen constantes duran- saber más acerca de algo no mejora necesariamen-
te largo tiempo facilitando la adaptación del pacien- te el cumplimiento. Pero también es cierto que
te a un estado sintomático o cuando los propios cuando el médico requiere que los pacientes hagan
síntomas dificultan el cumplimiento de las prescrip- o sepan algunas cosas su primera tarea es informar-
ciones (por ejemplo, alucinaciones en la esquizo- les. Por otra parte, es un hecho que los médicos
frenia o el glaucoma en la diabetes). aportan, en general, menos información de la ne-
Otras variables como la gravedad de la enferme- cesaria y que los pacientes, en muchas ocasiones,
dad medida objetivamente, la existencia de brotes comprenden insuficiente o erróneamente la infor-
anteriores, su duración y antigüedad no han demos- mación que reciben. Se ha comprobado que, como
trado tener una relación con la adhesión al trata- promedio, los pacientes sólo son capaces de recor-
miento, incluso, en trastornos graves. Por el con- dar, incluso minutos después de la entrevista, el 50
trario, la percepción subjetiva de gravedad de la por 100 de la información que reciben; además,
enfermedad y de las ventajas asociadas al cumpli- entre el 30 y el 50 por 100 de las instrucciones se
miento se ha relacionado con la adhesión a corto comprenden erróneamente. Pero también más del
plazo, con el tiempo, las tasas de adhesión siempre 80 por 100 de los pacientes desea más información
se deterioran. de la que dispone y están insatisfechos con la reci-
bida (Godoy, Sánchez y Muela, 1994; Pérez Álva-
rez y Martínez Camino, 1984).
4.. 2. Variables del tratamiento
La comunicación del diagnóstico y del tratamien-
Puede decirse que, en conjunto, las condiciones to no se realiza, generalmente, en unas condiciones
del tratamiento son las que mejor dan cuenta de la formales que promuevan las destrezas requeridas
probabilidad de adhesión. Es seguro que cuanto más en el cumplimiento y la satisfacción del paciente.
complejo, interfiriente con el estilo de vida del No se dan instrucciones explícitas. No se emplean
paciente, duradero (tratamientos crónicos o profi- términos operativos acerca de qué, cómo y cuándo.
lácticos) y escasa o inadecuadamente supervisado No se atiende al estilo de vida del paciente al pres-

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos /

cribir el tratamiento. No se proporciona feedback (Rogers, 1957). La efectividad de un trato cordial


adecuado sobre los problemas surgidos. No se en- que, al menos como una norma de urbanidad debe-
sayan las conductas requeridas, particularmente ría ser un mínimo inherente al trato profesional,
cuando son novedosas o complicadas; además, la sólo se podría explicar por la inmediata repercusión
supervisión es insuficiente y, con frecuencia, reali- práctica que para el paciente tuviese la relación,
zada por otros clínicos que desconocen al paciente. corno, por ejemplo, ofrecer una información simple,
Desde esta perspectiva, se pone de relieve la precisa y operativa de las tareas que debe realizar
conveniencia de utilizar procedimientos conductua- el paciente, adecuar en lo posible el tratamiento a
les para aumentar la información del sujeto (Ley, su ritmo de vida, facilitar el recuerdo de las pres-
1982). Pero también tiene especial interés conocer cripciones (control de estímulos ambientales, social,
en qué condiciones la información de que dispone etcétera).
el paciente puede influir en sus ejecuciones. Aquí También se ha sugerido que la actitud de ayuda
habría que recurrir al concepto de conducta gober- y colaboración del terapeuta potencia la adhesión
nada por reglas (Skinner, 1957). Las reglas verbales al tratamiento en la medida que mejore las expec-
permiten que un individuo se comporte de determi- tativas del paciente respecto a su enfermedad o los
nada forma en el contexto apropiado sin necesidad beneficios del tratamiento, con lo que debe anali-
de exponerse a las contingencias que la propia regla zarse este efecto desde la perspectiva del paciente.
define. En este sentido, las reglas permiten que el
individuo produzca respuestas adecuadas en un
4.. 4. Variables del paciente
tiempo menor que cuando simplemente está some-
tido a las contingencias. Ahora bien, no puede ol- Las variables del paciente son las que menor
vidarse que son las contingencias las que regulan valor han mostrado corno predictores asociados a
la utilización del lenguaje y no las reglas (las reglas la adhesión. En concreto, las variables sociodemo-
se construyen a partir de las contingencias a las que gráficas no parecen determinar la adhesión. Aunque
el sujeto ha estado expuesto y son efectivas en la algunos estudios han hallado ciertas relaciones, por
medida que describen adecuadamente las contin- ejemplo, en función de la edad (Thomas, White,
gencias). Parece entonces razonable utilizar inten- Mah, Geisser, Church y Mandel, 1995) o del estatus
cionalmente las autoinstrucciones a modo de estí- sociocultural (Goldman y Smith, 2002), pero que,
mulos antecedentes de ciertos comportamientos generalmente, vienen mediadas por factores corno
verbales y no verbales del paciente; ahora bien, se el tipo de enfermedad y la duración y complejidad
entiende que el individuo los ha aprendido a reali- del tratamiento.
zar previamente. Por ejemplo, se podrían utilizar Con relación a las variables de personalidad, su
autoinstrucciones para incrementar la eficacia de peso tampoco parece importante. Aquí cabría refe-
ciertos tratamientos (por ejemplo, ansiolíticos) ins- rirse a los problemas que presenta la investigación
truyendo al paciente para que actúe en la dirección de las variables de personalidad. En concreto, a la
del tratamiento (por ejemplo, relajarse), aunque sin discrepancia respecto a qué se mide y cómo se in-
perder de vista que ello no ocurre al margen de las terpreta, incluso cuando dice medirse una misma
contingencias (Mañanes y Pérez, 1990). Desde este variable. Frecuentemente, la varianza de los resulta-
análisis se podría explicar la pretendida eficacia de dos se explica antes por los métodos empleados que
ciertos programas educativos que se definen mera- por los rasgos evaluados, lo cual dificulta establecer
mente informativos. conclusiones firmes. En cualquier caso, existen su-
Por lo que respecta a la importancia de las acti- ficientes evidencias corno para asegurar que la ad-
tudes del terapeuta, en concreto mantener una ac- hesión no está en función de características especí-
titud empática, no sólo se ha relacionado con una ficas de personalidad. Un hecho probado es que la
mejor adhesión, sino que se ha considerado como adhesión a una condición terapéutica no es predictor
un elemento crucial para el cambio terapéutico de la adhesión a otras condiciones específicas.

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250 / Manual de psicología de la salud

Una variable que sí se ha relacionado con la «reorientarse», tal vez, hacia sus rutinas cotidianas
adhesión y con la mejora terapéutica son las expec- y/o hacia las instrucciones del clínico, reduciendo o
tativas del paciente sobre la enfermedad, es decir, eliminando así una condición estresante. De este
sus creencias sobre las causas, el curso y las con- modo, cuando las prescripciones, aunque meramen-
secuencias de la enfermedad y su tratamiento, que, te moduladas por el sentido común, tuviesen una
por otra parte, pocas veces coinciden con las del repercusión clínica efectiva o, al menos, de orden
profesional de la salud. En este punto nos remitimos, práctico, los beneficios se justificarían razonable-
particularmente, a los distintos modelos cognitivos mente. Pero incluso cuando las prescripciones fueran
propuestos para dar cuenta del comportamiento inespecíficas en tanto que no afectasen a las causas
saludable. directas del problema (por ejemplo, tomar agua de
La investigación en torno al papel de las expec- azahar para el dolor de estómago), el paciente podría
tativas ha mostrado correlaciones muy bajas, aunque también evocar respuestas de relajación que amorti-
positivas, entre las expectativas y la conducta de guasen la tensión emocional inicial facilitando, a su
adhesión. En este sentido, la información transmi- vez, la activación de los propios recursos adaptativos
tida por el médico podría jugar un papel importan- del individuo. Se sugiere que ello podría explicar, al
te, al menos para corregir errores respecto a la menos en parte, la mejora que experimentan muchos
enfermedad y su tratamiento. No obstante, como pacientes al inicio del tratamiento, aun en ausencia
acabamos de argumentar, no debe olvidarse que con de un tratamiento específico.
ello no siempre se neutraliza el efecto que ciertas Por otra parte, si se tiene en cuenta la gratificación
condiciones ambientales y sociales pueden ejercer que supondría una mejoría, secundariamente se po-
para mantener ciertas prácticas (a veces, culturales dría estar reforzando la adhesión. En unos casos, la
y muy arraigadas) y que interfieren en el seguimien- adhesión a prescripciones específicas y, en otros, a
to correcto de las prescripciones (por ejemplo, «des- prácticas inespecíficas aunque adaptativas para el
cansar» un tiempo cuando se toma un medicamen- sujeto. En cualquier caso, se podría potenciar la
to de forma habitual; consumir o eliminar ciertos mejoría. Efectivamente, la reivindicación de las ex-
alimentos o actividades según el tipo de enfermedad pectativas como un elemento promotor de cambios
o estado del paciente: «comer por dos las embara- terapéuticos sería reconstruirse conforme a la con-
zadas» y «evitar ejercicio a los niños asmáticos o ducta verbal que define las relaciones entre eventos.
diabéticos»). De este modo, el llamado «efecto placebo» podría
Las expectativas del paciente antes que con la psicológicamente desenmascararse y utilizarse in-
adhesión se han relacionado con los beneficios tera- tencionalmente (Pérez Álvarez, 1990).
péuticos. Corrientemente, las expectativas se han En estrecha relación con la noción de expecta-
puesto en relación con el concepto de efecto placebo tiva está el concepto de autoeficacia, que se ha
(véase capítulo 10). Esta suerte de «disponibilidad» argüido como un parámetro seguro de adhesión
del paciente en relación al valor del tratamiento terapéutica. Este concepto hace referencia a la con-
afecta tanto a prácticas sanitarias reconocidas (me- vicción de la persona de ser capaz de realizar con
dicina, psicología, etcétera) como a prácticas mági- éxito la conducta requerida para producir ciertos
cas (curanderos, videntes, etcétera) o religiosas. Sin resultados (Bandura, 1977). Las expectativas de
embargo, lejos de ser un efecto esotérico puede eficacia se proponen como un determinante funda-
describirse en términos conductuales (Amigo, 1998). mental en la elección de actividades, de cuánto
Se entendería que una vez que el sujeto ha iniciado esfuerzo se empleará y cuánto tiempo se mantendrán
un proceso terapéutico (ir al médico, seguir un pro- al enfrentar situaciones que producen tensión.
grama de tratamiento), potencialmente eficaz (el más En la caracterización de este concepto como un
eficaz), la atención que inicialmente dirigía al sínto- mecanismo de funcionamiento psicológico deben
ma o a las posibles repercusiones de la enfermedad distinguirse las expectativas de autoeficacia de las
(que pueden constituir una fuente de estrés) podría expectativas de resultado, que se definen como la

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos /

estimación de que una conducta dada conducirá a es decir, la mejor condición para el «autoconocimien-
ciertos resultados, de modo que, aun cuando un in- to». Es importante resaltar el valor de la ejecución
dividuo pueda conocer que una determinada acción como elemento crítico antes que sobre la autoefica-
produce un resultado, si se percibe a sí mismo como cia. Ya que ésta opera a condición de que se dispon-
carente de las habilidades implicadas, tal información ga del comportamiento instrumental y del incentivo
no influirá en su conducta. Por el contrario, dadas correspondiente, sería más coherente ver en la acción
las habilidades requeridas y los incentivos adecuados, práctica-comportamental y sus efectos el criterio
las expectativas de eficacia determinarán la elección básico en que indagar.
de actividades. Las fuentes de información en las
que se basan las expectativas de eficacia son: los
logros de ejecución, la experiencia vicaria, la per- 5.
suasión verbal y los estados fisiológicos.
Son varias las dificultades metodológicas y con-
ceptuales que cuestionan la calidad y la utilidad de Conforme a las consideraciones que se han
la propuesta de Bandura. Una crítica central está en venido haciendo, se describe aquí la conducta de
la entidad propia de las expectativas de autoeficacia adhesión terapéutica dentro de la propia lógica del
al margen de las expectativas de resultado. Ni con- análisis funcional de conducta. Cabe decir que esta
ceptual ni empíricamente se puede entender qué es propuesta de análisis está en la base de distintos
la autoeficacia separadamente de las conductas de modelos en el campo de la prevención de la salud
ejecución y de las contingencias presentes en la si- (Rodríguez Marín, 1995). Sin embargo, lo que se
tuación. De hecho, según Bandura (1977), la influen- presenta no pretende ser, en modo alguno, un nuevo
cia de la autoeficacia en la ejecución se hace depen- modelo integrador de todas las variables referidas
der de la existencia de los repertorios de conducta en las distintas teorías o investigaciones acerca de
apropiados y de los incentivos adecuados. En con- la adhesión. Por el contrario, se trata de utilizar el
secuencia, la autoeficacia no tiene reconocimiento análisis de conducta para descubrir la autonomía de
independiente de la disponibilidad de las conductas cada una de las variables propuestas en la literatura
implicadas. Por otra parte, el hecho de que los in- o, en su caso, las condiciones de las que dependen.
centivos contingentes a la ejecución modifiquen la y se pretende, fundamentalmente, ofrecer una
eficacia percibida indica que ésta no tiene, como es secuencia útil para realizar la evaluación y diseñar
lógico, un estatuto autónomo de los resultados po- la intervención en casos concretos.
tenciales. El concepto de autoeficacia percibida no Se define la adhesión terapéutica (conducta meta)
parece, en modo alguno, disociable de las condicio- como la incorporación (puntual, ya se trate de una
nes que definen la tarea. Y en efecto, las propias prescripción para un problema agudo; o definitiva,
dimensiones que caracterizan las expectativas de en caso de intervenciones preventivas o trastornos
autoeficacia son las obvias considerando la tarea y crónicos) en las rutinas cotidianas de la persona
las condiciones del sujeto. Así, la magnitud de la (al efecto de fortalecer la nueva práctica situándola
autoeficacia se gradúa conforme a la dificultad de la bajo las mismas claves del contexto ambiental y
tarea, la generalidad hace referencia al gradiente social que controlan otras conductas habituales) de
generalización-discriminación y la fuerza depende nuevos hábitos (simples o complejos, novedosos o
de las experiencias confirmatorias (a más éxito ma- conocidos) beneficiosos para el sujeto (bien por la
yor autoeficacia, éxitos más intermitentes hacen más eliminación de condiciones aversivas, como, por
persistentes las expectativas). También las fuentes ejemplo, síntomas, desaprobación social, reducción
en las que se basa permiten considerar que el valor de miedos, etcétera, o bien por la obtención de
como parámetro de la ejecución puede venir dado ventajas, como la mejora de las condiciones de vida,
por el propio contexto en que se hace la estimación. atención social, creencias de autocontrol o de re-
La mejor predicción tiene como fuente la ejecución, ducción de riesgos, etcétera).

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252 / Manual de psicología de la salud

TABLA 15.1
Análisis conductual de la adhesión terapéutica
..",.
~:x e, i{.

1. Factores motivacionales: 1. Repertorios y habilidades del pa- • Reducción y/o eliminación progre-
• Manifestaciones de la enferme- ciente para incorporar las pres- siva de la sintomatología y/o condi-
dad, síntomas (condición aversi- cripciones en rutinas cotidianas: ciones aversivas cotidianas asocia-
va). • Desarrollo destrezas específi- das a la enfermedad.
e Desarrollo de conductas alternativas
• Repercusiones de la enfermedad caso
en su vida cotidiana (condición • Repertorio autoinstruccional. con el estilo de vida del paciente y
aversiva). e Planificación ambiental.
pautas terapéuticas.
• Expectativas en relación a la en- e Manej O contingencias sociales.
• Ausencia/bajo coste económico y/o
fermedad, el tratamiento y la re- personal asociado al cumplimiento.
2. Compromiso público de cumpli- e Expectativas acerca del tratamiento
lación médica (coherentes con los
miento. y enfermedad coherentes con las
efectos informados y contingen-
cias privadas y sociales). contingencias privadas y sociales
e Estado físico y/o biológico como
habidas en el tratamiento.
Ed para admón. tratamiento. • Ausencia de efectos secundarios del
tratamiento.
2. Condiciones de vida del paciente e Supervisión y adaptación del trata-
relativas a: miento por parte del clínico de
• Ausencia de competencia pres- acuerdo a peculiaridades del pacien-
cripciones/rutina cotidiana. te (clínicas, condiciones de vida).
e Baja interdependencia social de • Supervisión y apoyo social al cum-
prescripciones. plimiento. No conflicto entre las
e Atención social a la enfermedad consecuencias derivadas del cumpli-
y/o tratamiento. miento para la familia y el paciente.
e Control de factores de riesgo/des- e Reducción de inconvenientes aso-

encadenantes. ciados al funcionamiento sanitario.


e Presencia Ed para actuar confor- e Satisfacción del paciente y del clí-

me prescrito. nico.

3. Disponibilidad de recursos:
e Económicos y sanitarios.

• Tiempo paciente.
4. Relativos a las prescripciones:
e Atención a las prescripciones.
e Comprensión.
• Formulación de reglas verbales.
5. Relación médico-paciente:
• Habilidades del clínico para in-
formar (instruir reglas).
• Competencia del clínico: progra-
mar, entrenar y supervisar destre-
zas requeridas al sujeto.
• Actitud empática.
6. Efectividad clínica de la terapéutica.

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos / 253

Definir y promover la adhesión como la adqui- trastorno varía en función de la situación clínica del
sición de hábitos saludables conlleva abordar la paciente. En cualquier caso, las habilidades reque-
adhesión para cada caso concreto desde el análisis ridas han de describirse, de forma secuenciada,
de la conducta de cada sujeto en relación a su tra- desde las conductas más simples hasta las que con-
tamiento (tabla 15.1). Esta propuesta se atiene a las forman una ejecución óptima. Ello permitiría, por
siguientes consideraciones generales: una parte, disponer de criterios objetivos para eva-
luar el grado de competencia del paciente y progra-
mar el entrenamiento que se requiera (tal y como
1. El programa o régimen terapéutico a adhe-
desde otros ámbitos de la modificación de conduc-
rirse será eficaz, o al menos el potencial-
ta se realiza empleando técnicas de modelado, ins-
mente más efectivo (en cada caso concreto).
trucciones, encadenamiento y moldeamiento, feed-
Esta cuestión, por sobrentendida, no puede des- back correctivo, autoinstrucciones como guía de la
atenderse. Las consecuencias que se deriven del ejecución, entre otras). Y por otra parte, facilitaría
tratamiento determinan el cumplimiento. Cuando determinar qué información realmente necesita cada
el tratamiento permite el alivio o la eliminación del paciente para realizar adecuadamente las prescrip-
malestar, la adhesión podría fortalecerse por refor- ciones convenidas. y es que ocurre que, en ocasio-
zamiento negativo. Ahora bien, esto no siempre es nes, bastaría con que la persona simplemente hicie-
posible, bien porque muchas enfermedades cursan se «siempre lo mismo» para que el tratamiento
asintomáticas o no entrañan condiciones físicas fuese eficaz, mientras que en otras, la eficacia pasa
aversivas, bien porque los efectos del tratamiento porque el paciente sea competente para tomar de-
sólo son evidentes (o plausibles) a largo plazo, o cisiones (por ejemplo, los pacientes diabéticos po-
bien porque se trata de estrategias preventivas. En drían tomar distintas decisiones y todas acertadas
estos casos la decisión del clínico respecto a qué para normalizar sus glucemias).
prescripciones establecer no sólo puede estar en Lo que se plantea es que la información que se
función del beneficio potencial que se derivaría de proporcione al paciente acerca del tratamiento debe
la terapéutica, sino de los costes del cumplimiento hacerse para facilitar el seguimiento de «sus» pres-
y de las consecuencias positivas (inherentes y ex- cripciones. Es decir, ha de servir de guión para
ternas al tratamiento) que se podrían establecer para actuar describiendo la conducta que se solicita al
cada paciente. De lo contrario, podría ocurrir que paciente, las condiciones (físicas o de las rutinas
la efectividad clínica de la terapia se estuviese cotidianas) en las que ha de iniciarse y las con-
comprometiendo, de partida, por la inviabilidad de secuencias (físicas, emocionales, sociales) que
las pautas prescritas. Es evidente que este asunto cabe esperar. La información recibida llegará a
no puede decidirse al margen de las condiciones facilitar el cumplimiento cuando el paciente reco-
clínicas, pero tampoco, y en ningún caso, al margen nozca el «momento» para actuar (disponiendo de
de las condiciones de la vida del paciente, lo que habilidad) y cuando las «consecuencias» que se
requiere considerar una serie de variables que usual- produzcan, siguiendo las pautas en las que ha sido
mente no son atendidas por el médico. instruido, son coherentes con lo esperado y ven-
tajosas para el paciente. La información que se
proporcione al paciente cumple distintos objetivos,
2. Para cada tratamiento o programa especí-
fico se han de establecer (genéricamente)
pero en la medida que se pretenda influir en lo que
el paciente haga debe adecuarse necesariamente a
qué habilidades, conocimientos y destrezas
la competencia de cada persona y a sus condicio-
comportamentales se requieren para una
ejecución adecuada.
nes de vida. De otro modo, y en el mejor de los
casos, el paciente dispondrá de más conocimientos
Es un hecho que cada programa terapéutico es sin que ello influya necesariamente en su adhesión
distinto de otros e, incluso, la terapéutica de un al tratamiento.

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3. Las prescripciones terapéuticas (objeto de las instrucciones. En relación a esta cuestión habre-
adhesión) han de establecerse conforme a mos de remitimos al punto anterior, particularmen-
la competencia del paciente. te si tenemos en cuenta que la comprensión del
paciente puede medirse por el grado en que es capaz
En definitiva, la terapéutica ha de adecuarse a las de formular instrucciones acerca de actuaciones
habilidades de la persona. Ello podría exigir aplicar concretas, de las circunstancias físicas o contextua-
progresivamente las recomendaciones conforme a una les que las hacen apropiadas y de sus efectos inme-
valoración objetiva de las habilidades del paciente diatos. Todas estas variables del paciente están
para cumplir cotidianamente las pautas prescritas. mediadas por condiciones del contexto sanitario.
Esta condición, en ocasiones, por obvia o sobrenten-
dida y, en otras, por ignorada podría explicar que,
4. El contexto sanitario y la interacción del
usualmente, se establezca y solicite a todos los pa-
profesional de la salud con el paciente son
cientes adherirse a un mismo programa de tratamien- condiciones determinantes de la adhesión
to simplemente porque es el (potencialmente) más
terapéutica.
efectivo. Incluso, cuando por el tipo de tratamiento se
entrena al paciente en su manejo (por ejemplo, trata- La satisfacción del paciente y la repercusión prác-
miento de la diabetes), los programas de formación tica que se derive de la interacción entre el personal
responden, por lo general, a una secuencia estructu- sanitario y el paciente son dos condiciones clave.
rada más interesada en mecanizar unos procedimien- A todos parece evidente (aunque también hay que
tos estandarizados que en instaurarlos en las propias decir que no precisamente porque sea lo habitual)
rutinas cotidianas del paciente. Facilitar la adhesión que un entorno agradable, donde estén presentes el
terapéutica pasa por establecer progresivamente pres- menor número de estímulos aversivos asociados al
cripciones que se puedan incorporar a las condiciones hospital o consultorio, donde los potenciales inconve-
de vida del paciente. Buscar la adhesión por el núme- nientes asociados al funcionamiento sanitario (listas,
ro de recomendaciones que siga el paciente no con- tiempo de espera, gastos económicos) sean reducidos
duce a los resultados apetecidos. y un clínico accesible, empático, que mantiene una
Junto con la evaluación de las habilidades espe- relación terapéutica personalizada, puede potenciar la
cíficas en relación al tratamiento deben contemplar- satisfacción del paciente. Ahora bien, la relación entre
se otras condiciones del paciente que van a afectar satisfacción y adhesión, ya establecida en la literatura,
la adhesión, como son la atención y la comprensión no cabe entenderla más que por las consecuencias que
de la complejidad de las prescripciones. Prestar para el paciente tenga esa relación. Lo que nos lleva
atención depende básicamente de variables motiva- al papel que ha de desempeñar la comunicación y/o
cionales. Obviamente, han de darse también unas el entrenamiento formal que ofrezcan los clínicos para
condiciones físicas y biológicas indispensables para mejorar tanto la competencia del paciente en el auto-
mantener la atención. En el caso de la adhesión cuidado como las expectativas del paciente respecto
terapéutica, la propia historia de interacciones con a su enfermedad y los beneficios del tratamiento.
el personal sanitario, la utilidad de las recomenda- Ya se ha señalado qué contenidos específicos acer-
ciones previas o la resolución de demandas concre- ca del tratamiento pueden llegar a influir en la com-
tas determina, en buena medida, la atención que el petencia del paciente para su autocuidado. Pero cabe
paciente preste al médico. Esto ocurre, especial- también señalar que la comunicación entre médico y
mente, cuando las condiciones y sanitarios compar- paciente ha de servir para corregir errores respecto a
ten características similares y cuando el clínico la enfermedad y tratamiento. Si interesa indagar las
refuerza al paciente por atender. expectativas del paciente (sobre las causas, gravedad
Otras variables que afectan al grado de atención y pronóstico de la enfermedad, sobre los costos, ries-
y comprensión son las del contexto donde se pro- gos y beneficios del tratamiento y sobre las actuales
duzca la interacción y las relativas al contenido de prácticas de autocuidado) es, precisamente, porque lo

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos /

que se dice a sí mismo puede influir en lo que haga y sujeto al margen de las contingencias de la situación.
porque sus creencias pueden actuar como potenciales Mientras que, en algunos casos, las expectativas de
obstáculos o barreras para la adhesión. Una actitud la persona se ajustan a una descripción adecuada de
empática del médico podría facilitar la comunicación los hechos (por ejemplo, se corresponden con la
y, por tanto, contribuir a corregir errores. Ahora bien, gravedad objetiva de la enfermedad), en otros ocurre
no conviene olvidar (y aun cuando al informar se todo lo contrario. En ambos casos, las expectativas,
estén formulando reglas que puedan servir al pacien- correctas o no, pueden ser indistintamente el resul-
te como una guía para actuar) que muchas prácticas tado de la experiencia privada y/o pública (modelos,
o expectativas inconvenientes pueden estar mantenidas instrucciones) de la persona. Y también, en ambos
por ciertas condiciones sociales o culturales muy casos, lo que el sujeto dice no necesariamente se
arraigadas y que la información dispensada no con- corresponderá con lo que haga. El decir y el hacer
llevará un cambio duradero en el comportamiento del pueden estar controlados por contingencias distintas.
paciente, a menos que sus efectos sean valiosos para Sólo la congruencia entre las consecuencias privadas
esa persona. Un cambio de expectativas no garantiza- y públicas puede facilitar que lo que las personas se
rá la modificación de la conducta salvo que se modi- dicen a sí mismas pueda influir en lo que hacen. Las
fiquen las condiciones que controlan la conducta ha- expectativas de vulnerabilidad o, por el contrario, de
bitual que se quiere sustituir. autoeficacia, no podrían dar cuenta de la adhesión
cuando las contingencias que controlan la conducta
concreta del paciente (actuar conforme a la terapéu-
5. La adhesión terapéutica depende defactores
tica) no van en la misma dirección.
motivacionales.
En definitiva, las expectativas son una variable
Las condiciones motivacionales son claramente motivacional importante, pero su potencial valor
distintas cuando el paciente sigue un tratamiento predictivo viene dado por las propias contingencias
curativo o paliativo que cuando se trata de una es- (privadas y públicas) que las pueden estar contro-
trategia preventiva. En el primer caso, puede decir- lando. En este sentido, dar información para corregir
se que existen estímulos aversivos (síntomas) cuya errores, resolver dudas y generar expectativas ade-
eliminación puede ser un reforzador potente de la cuadas ha de hacerse en congruencia con las conse-
adhesión terapéutica. En el segundo caso, el estí- cuencias reales que se deriven del tratamiento. Y, por
mulo aversivo es la verbalización sobre las conse- lo tanto, es imprescindible facilitar al paciente el
cuencias futuras negativas que se han establecido, entrenamiento de habilidades que le permitan incor-
muchas veces fruto de la información y, algunas porar en sus rutinas actuaciones terapéuticas concre-
otras, por la exposición a un modelo (por ejemplo, tas y efectivas. Ello requerirá, en muchos casos,
el compañero que sufrió un infarto), por lo que es además de entrenar destrezas específicas, una plani-
improbable que aquí el cumplimiento de las pres- ficación ambiental, el manejo de contingencias so-
cripciones se mantenga por reforzamiento negativo. ciales (en el contexto sanitario y familiar principal-
Lo que la persona se dice a sí misma desempeña, mente) o el entrenamiento autoinstruccional.
en estas circunstancias, un papel mediador decisivo
sobre lo que haga y cómo lo haga. Así, parecería
6. La adhesión dependerá directamente de la
más que razonable que en la medida que cada uno
eficacia del paciente en la ejecución de las
se perciba a sí mismo como vulnerable a la enfer-
habilidades que el tratamiento precise y de
medad y a las consecuencias negativas de la enfer-
su capacidad para generar autoinstruccio-
medad en su vida y, además, tenga expectativas
nes (coherentes con las instrucciones del
favorables sobre los beneficios terapéuticos y los médico) que dirijan actuaciones ventajosas.
costes asociados, la adhesión será mayor.
Ahora bien, cabe recordar de nuevo que las ex- Este supuesto que se desprende de los anteriores,
pectativas ni se establecen ni dirigen las acciones del y básico, por lo demás, de acuerdo con la definición

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256 / Manual de psicología de la salud

que se ha dado de adhesión, implica considerar dos veniente ante condiciones determinadas para alcan-
niveles de competencia en los pacientes que pueden zar efectos saludables. Evidentemente, este asunto
o no requerirse ambos según la complejidad del no es, en absoluto, ajeno a las consecuencias que
tratamiento y que pueden o no alcanzarse según las se deriven de la actuación del paciente.
condiciones de la vida del paciente.
Lo que se pone de manifiesto es que el primer
7. La adhesión dependerá de las consecuencias
objetivo en el análisis y promoción de la adhesión
que se deriven para el paciente.
es asegurar que el paciente conoce y puede realizar,
al menos, las pautas terapéuticas mínimas (de pro- Llegados a este punto, cabría hacer un listado de
bada eficacia) en las condiciones (biológicas o fí- condiciones que pueden fortalecer o debilitar la
sicas) adecuadas para que operen los efectos re- adhesión terapéutica. Merecen especial atención los
queridos. El siguiente objetivo (o mejor, siguientes efectos sobre la sintomatología. Mientras que la
objetivos) pasaría por facilitar la competencia del reducción de síntomas puede reforzar el cumpli-
paciente para tomar decisiones adecuadas para su miento, es conocido que la ausencia de cambios
autocuidado (sin que con ello se pretenda prescin- evidentes en la reducción y/o eliminación de sinto-
dir del médico). Esto en la práctica podría traducir- matología se relaciona directamente con el incum-
se en, por ejemplo, inyectarse adecuadamente la plimiento. Es cierto también que la adhesión no es
dosis convenida de insulina a la hora establecida, meramente un asunto de alivio o reducción de la
o tomar decisiones sobre el aporte y tipo de carbo- sintomatología. Incluso una rápida eliminación de
hidratos en la cena y sobre la dosis, tipo y horario los síntomas y mejoría en el estado general del
de inyección de insulina para normalizar la glucemia paciente se relaciona con abandono terapéutico.
nocturna una vez comprobado objetivamente que Los beneficios terapéuticos también deben po-
se alcanzan valores anormales. Si bien es cierto que nerse en relación con el grado de cumplimiento que
no todos los tratamientos implican tareas complejas exhiba el paciente. Pero, en cualquier caso, la efec-
o que exijan tomar decisiones en función de pará- tividad de la terapia es una condición directamen-
metros cambiantes, no es menos cierto que, sea cual te asociada a la adhesión. Ahora bien, la efectividad
sea el número y complejidad de las tareas, éstas de las terapéuticas no sólo está en función de los
deben incorporarse en la vida cotidiana del pacien- parámetros clínicos del paciente, sino de la com-
te y ocupar muchas veces el lugar y tiempo desti- petencia (exhibida o susceptible de entrenamiento)
nados a otras actividades habituales. Lo que se de éste para incorporar las pautas médicas en sus
quiere subrayar, en todo momento, es que las pres- rutinas, especialmente en tratamientos preventivos
cripciones objeto de adhesión han de formularse y siempre que los efectos no sean evidentes a corto
conociendo y conforme a los contextos donde han plazo. Desatender cualquiera de estos aspectos im-
de emplearse. y ello puede suponer, además de plica comprometer de partida la adhesión terapéu-
entrenar en la consulta las habilidades oportunas, tica.
planear una cierta programación ambiental (con- Los efectos sobre el estilo de vida del paciente
forme a los principios de la modificación de con- implican potenciales costes o beneficios asociados
ducta) de los contextos y actividades cotidianas. al tratamiento y, por lo tanto, actúan como poten-
En definitiva, la información y el entrenamiento ciales condiciones reforzantes o aversivas. Cuando
del paciente ocurren en el ámbito sanitario, pero el tratamiento entraña la pérdida de gratificaciones
su oportunidad ocurre en los contextos privados cotidianas (por ejemplo, alimentos y/o actividades
del paciente. La promoción del autocuidado del placenteras) o cambios en rutinas muy establecidas,
paciente dependerá de la medida en que se consiga el incumplimiento se establece rápidamente por
incorporar las pautas de tratamiento en sus rutinas reforzamiento negativo. En algunos casos, se diría
cotidianas y en la medida que la persona pueda que esta situación ocurre de manera inevitable por
generar instrucciones acerca de la actuación con- las propias peculiaridades de los tratamientos. Y no

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos / 257

parece que exista más alternativa que la que puede de contingencias a las que ha de exponerse el pa-
ofrecer la modificación de conducta. No obstante, ciente y lafamilia derivadas del cumplimiento.
esta situación se sostiene que ocurre con mayor Por lo que se refiere al ámbito sanitario, se
frecuencia de lo que justificaría la propia eficacia considera que algunas limitaciones de funciona-
terapéutica cuando las prescripciones se establecen miento (como son las listas o el tiempo de espera,
desatendiendo la propia competencia del paciente la falta de continuidad de la atención médica) o de
para incorporar las pautas de tratamiento en sus los recursos (como son los gastos económicos, al-
rutinas. Lo que se vuelve a reclamar es la evaluación gunas peculiaridades de presentación y administra-
de las condiciones de vida del paciente antes de ción de los fármacos) pueden tener también un
establecer el tratamiento. efecto disuasorio sobre la adhesión.
En los distintos contextos, fundamentalmente el Ahora bien, se quiere insistir aquí en aquellas
sanitario y el familiar, en los que el paciente inter- condiciones que, en tanto que dependen más direc-
acciona en relación a su tratamiento, se establecen tamente de la actuación de los profesionales de la
una serie de relaciones y contingencias que pueden salud, pueden promoverse mejor. En concreto, el
afectar también decisivamente al mantenimiento de reforzamiento que los clínicos hagan al cumplimien-
la adhesión terapéutica. Por lo que se refiere al to del paciente es una condición directamente rela-
ámbito familiar, no puede olvidarse que, general- cionada con la adhesión. Ahora bien, además del
mente, las recomendaciones terapéuticas no llegan reconocimiento al paciente, reforzar la adhesión
a incorporarse en las rutinas diarias del paciente sin implica una actuación en la que (en función de las
alterar, en buena medida, los hábitos de aquellos condiciones de vida del paciente y de la novedad,
que conviven con él, ya sean situaciones específicas cantidad y complejidad de las prescripciones) se han
(por ejemplo, cambios de menús), ya sean las con- jerarquizado las metas terapéuticas y se ha instruido
diciones ambientales (por ejemplo, eliminar objetos y entrenado al paciente supervisando la competencia
donde se acumulen ácaros) e, incluso, las pautas de de éste para actuar de un modo saludable. Se alude
relación (por ejemplo, incremento de tareas coti- aquí a la empatía, pero también la habilidad de los
dianas para algún miembro). Estas contingencias clínicos para, por una parte, informar proporcionan-
potencialmente aversivas pueden superar fácilmen- do al paciente instrucciones capaces de servir de
te los beneficios a los que se expondría la familia. guías para actuar y, por otra, para programar las
De manera que no cabría esperar que los cambios condiciones (aprendizaje de nuevas habilidades, con-
que se produjesen fuesen duraderos, con lo que, trol ambiental, manejo de contingencias, autoinstruc-
adicionalmente, se estaría socavando la adhesión ciones) que permitan al paciente incorporar las
del paciente. Las prescripciones deben tener en prescripciones en lo cotidiano.
cuenta la interdependencia de la conducta del pa- Conforme a la secuencia del análisis funcional
ciente con la de otras personas relevantes en su vida descrita se consideran las distintas variables que se
cotidiana. Cuanto mayor sea dicha interdependen- recogen en la literatura como parámetros predicto-
cia, más dificultades habrá para introducir cambios. res del incumplimiento y se presentan en la tabla
Incluso cuando las prescripciones no compitan di- 15.2. Se pretende que este análisis sirva de pauta
rectamente con las rutinas de la familia podría ocu- para la evaluación de situaciones particulares.
rrir que contravengan ciertas costumbres o creencias
arraigadas en el contexto social del paciente, en
cuyo caso, las contingencias sociales a las que está 6. ESTRATEGIAS DE INTERVENCiÓN
expuesta esa persona tampoco facilitarían el man- PARA LA PROMOCiÓN
tenimiento de las pautas terapéuticas. DE LA ADHESiÓN
En definitiva, el apoyo familiar de la adhesión no
pasa por la mera disponibilidad de colaboradores o El reconocimiento de las dificultades para una
de supervisión familiar, sino por evitar un conflicto correcta y duradera adhesión ha promovido inter-

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258 / Manual de psicología de la salud

TABLA 15.2
Análisis conductual del incumplimiento

Consecuentes

1. Del paciente: Repertorios y habilidades del paciente • Reducción y/o eliminación progresi-
e Ausencia de síntomas reconocibles o molestos. para seguir las prescripciones: va de la sintomatología y/o condicio-
e Habituación al estado sintomático. • Ausentes, erróneas o insuficientes nes aversivas cotidianas asociadas a
e Deterioro físico/psicológico resta competencia. verbalizaciones de las prescripcio- la enfermedad.
e Comportamientos de enfermo crónico (R+). nes. • Desarrollo de conductas alternativas
e Pobres expectativas (R +) de beneficio terapéu- e Ineficacia en la ejecución de las ha-
con el estilo de vida del paciente y
tico y/o expectativa coste emocional social bilidades requeridas para el trata- pautas terapéuticas.
económico y/o creencias erróneas sobre la miento. • Ausencia/bajo coste económico y/o
enfermedad/tratamiento. • Inadecuación entre la ejecución y la personal asociado al cumplimiento.
• Experiencia previa de incumplimiento (mismo descripción de la conducta (no co- • Expectativas acerca del tratamiento
tratamiento) . rrespondencia hacer-decir). y enfermedad coherentes con las
e Información errónea/insuficiente acerca del e Ineficacia para modificar las rutinas
contingencias privadas y sociales
tratamiento. cotidianas incompatibles con las habidas en el tratamiento.
• Insatisfacción con la actitud y atención médi- prescripciones. • Ausencia de efectos secundarios del
ca. tratamiento.
• Supervisión y adaptación del trata-
2. Del entorno: miento por parte del clínico de acuer-
e Exigencia de cambios en las rutinas con mo- do a peculiaridades del paciente
tivo del tratamiento. (clínicas, condiciones de vida).
e No modificabilidad de los factores de riesgo o
• Supervisión y apoyo social al cum-
desencadenantes. plimiento. No conflicto entre las
e Rechazo social a la enfermedad y/o tratamien- consecuencias derivadas del cumpli-
to. miento para la familia y el paciente.
e Valores/creencias socioculturales contradicto-
• Reducción de inconvenientes asocia-
rias al tratamiento. dos al funcionamiento sanitario.
• Ausencia de «recordatorios» (Ed) de las pres- • Satisfacción del paciente y del clíni-
cripciones. co.
• Refuerzo social del incumplimiento.
• Demandas sociales/ laborales/ familiares que
compiten con la enfermedad y tratamiento.
• Escasez de recursos económicos, sanitarios y
tiempo.
3. De las prescripciones:
e Complejidad/novedad.
• Formulaciones no específicas ni operativas.
• Ausencia de entrenamiento de las habilidades.
4. Del clínico:
• Comunicación insuficiente y/o inadecuada.
e Empatía pobre.
e Supervisión inadecuada de comprensión/habi-
lidades del sujeto.
• Supervisión inadecuada del tratamiento.
• No reforzamiento del cumplimiento.
5. Del funcionamiento sanitario:
• Inconvenientes con costes para el sujeto (por
ejemplo, tiempo de espera).
• Falta de continuidad o cambios no justificados
en la terapia.
6. De la terapéutica:
• Baja efectividad clínica.

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos I 259

venciones diversas, todas ellas encaminadas a faci- posterior (por ejemplo, tratamiento). Si, por
litar el cumplimiento de las prescripciones intervi- el contrario, la actuación sobre la que se
niendo sobre las condiciones que lo obstaculizan. informa ha de ser inmediata (por ejemplo,
En particular, y en especial desde el ámbito médico, solicitar una cita), resulta más efectiva rea-
se ha defendido la educación como un requisito lizar esta comunicación al final (efecto de
necesario para mejorar el cumplimiento. Sin em- recencia).
bargo, y como reiteradamente se ha mostrado en 3. Simplificación: la comprensión y el recuer-
múltiples trastornos, el nivel de conocimientos no do se facilitan mediante el empleo de pala-
se corresponde con la adhesión al tratamiento. La bras usuales, frases y palabras cortas.
contribución conductual a la promoción de la ad- 4. Indicaciones específicas y operativas: di-
hesión responde a las dificultades prácticas; se diría rectamente vinculadas a una acción concre-
que el último objetivo es enseñar cómo y cuándo, ta. Por ejemplo, «haga ejercicio» es una
e intervenir sobre los factores que regulan la ejecu- indicación general, mientras que «suba a su
ción. Se diría que de este modo se han aplicado casa por las escaleras al menos una vez al
todas las técnicas de terapia de conducta. día» es una indicación específica y operati-
A continuación se enumeran algunas de las es- va. Ahora bien, la probabilidad de que el
trategias más específicas, de acuerdo con el análisis sujeto se adhiera a esta medida va a depen-
que se ha hecho de los determinantes de la adhesión. der además de los beneficios o costes que
Trabajos excelentes para profundizar en este aspec- se deriven de esta conducta. Así, si el clíni-
to son los textos ya clásicos de Leevob, Vergare y co ignora que el paciente vive en un 10. 0
Scott (1990) y de Meichenbaum y Turk, (1987, piso o que su familia le ridiculiza cuando
1991). usa la escalera, aun cuando haya proporcio-
nado una instrucción eficaz las contingencias
que se aplican al paciente seguramente no
6.1. Métodos para mejorar la comunicación
contribuirían al mantenimiento de esta con-
Los procedimientos siguientes implicados en ducta.
cómo proporcionar la información han mostrado 5. Repetición: la repetición aumenta el recuerdo
sistemáticamente, y tanto de forma aislada como de una información. La repetición en forma
en combinación, su superioridad respecto a proce- de categorización explícita de instrucciones
dimientos convencionales para incrementar el por- específicas y operativas, atendiendo a los
centaje de información que los sujetos retienen: principios de primacía y recencia y siempre
con un lenguaje simplificado y accesible,
l. Categorización explícita: el recuerdo de la facilita que el paciente llegue a verbalizar
información se ve facilitado cuando el clí- correctamente la prescripción médica.
nico anuncia el contenido de lo que va a 6. Repetición del paciente: se trata de que el
decir. Es decir, cuando se establecen prime- paciente repita las instrucciones clave para
ro los tipos de indicaciones que se van a dar llevar a cabo de forma adecuada el trata-
y después, al repetirlos, se proporcionan las miento (qué, cómo, cuándo, dónde). Esta
instrucciones pertinentes para cada condi- repetición permite al médico comprobar el
ción. conocimiento verbal del paciente, corregir
2. Efecto de primacía: es más eficaz propor- errores y, algo muy importante, proporcionar
cionar la información más importante que al paciente atención y reconocimiento por-
se desea transmitir al principio (en contra que ha comprendido correctamente qué ha
de lo usual), en particular, cuando las deci- de hacer, cómo, dónde y cuándo. Entonces,
siones sobre las que el comunicador preten- es el momento de solicitar su colaboración,
de influir han de tomarse en un momento de pedir su compromiso público para seguir

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260 / Manual de psicología de la salud

las prescripciones (por ejemplo, por lo tan- decisiones terapéuticas concretas. El propósito es
to usted se compromete a...). ofrecer un esquema de actuación válido para satis-
Esta estrategia pretender influir sobre la facer, en los distintos momentos de la interacción
conducta de adhesión desde la propia con- paciente-profesional sanitario, los objetivos siguien-
ducta, mejorando la competencia del sujeto tes: 1) recoger información clínica y de las condi-
para actuar, y desde las consecuencias de la ciones de vida del paciente relevante para establecer
conducta en tanto que se están dispensando la prescripción terapéutica más conveniente; 2)
beneficios al paciente, como es la atención proporcionar información útil al paciente en relación
médica. Una consecuencia adicional es la al cuidado de su enfermedad, y 3) ofrecer al pacien-
mejora de la relación y comunicación mé- te un modelo adecuado (si fuese el caso) para iniciar
dico-paciente que ha de redundar en una aprendizajes concretos en relación al tratamiento.
mejor supervisión del tratamiento y la co- En lo que atañe al psicólogo, las peculiaridades de
rrección de expectativas erróneas del pa- la entrevista vienen dadas por los propios objetivos
ciente en relación a la enfermedad y el tra- específicos de la situación. Por lo demás, debe
tamiento que pudieran estar interfiriendo atenerse a todas las especificaciones habituales para
sobre la adhesión. Cabe mentar aquí que la realizar una entrevista clínica, controlar las fuentes
mejora en la competencia verbal del pacien- de sesgo, garantizar la objetividad de la información
te (saber qué hacer) no presupone una mejor y la validez del proceso (Fernández-Ballesteros,
ejecución (<<saber cómo hacer una tortilla 1994).
no implica hacer buenas tortillas»).
7. Uso de ilustraciones: ayudan siempre a rea-
6.3. Estrategias psicológicas de interés
lizar una transmisión rápida e intuitiva fa-
en la promoción de la adhesión
cilitando la comprensión.
8. Utilización de material grabado y escrito: Se describen a continuación estrategias útiles
es siempre bien apreciado y mejora el re- para mejorar el cumplimiento de los tratamientos
cuerdo cuando es pertinente y operativo y y de las recomendaciones preventivas considerando
no meramente información extra. un ámbito general de aplicaciones. Es evidente que
se requiere la adecuación de las técnicas y los pro-
cedimientos a las situaciones concretas que aborde
6.2. Entrenamiento en entrevista clínica
cada clínico. La literatura comportamental relativa
Este objetivo tiene especial interés en la forma- a la promoción de la adhesión en problemas espe-
ción del personal sanitario para la promoción de la cíficos (diabetes, asma, regímenes dietéticos, de
adhesión. En la entrevista con el paciente se ofrece ejercicio, rehabilitación postinfarto, etcétera) reco-
al clínico la posibilidad de establecer una relación ge, actualmente, programas de probada eficacia que
de empatía con el paciente en tanto que ser escu- ofrecen un marco de actuación seguro para los
chado entraña un valor motivacional implicado en profesionales de la salud.
la adhesión. Ahora bien, lo que justifica la necesidad Las técnicas tienen como marco de referencia la
de entrenar adecuadamente al personal sanitario en propia secuencia conductual de la adhesión. Así, la
esta tarea es, precisamente, que la información finalidad que se persigue es siempre (y conjunta-
recogida en la entrevista con el paciente compro- mente) la implantación de los autocuidados nece-
mete, en buena manera, la posibilidad de evaluar y sarios para cumplir las instrucciones médicas, la
también promover la adhesión del enfermo. consecución de beneficios y/o reducción de costes
En los anexos 15.1 Y 15.2 se presenta un mode- por seguir el tratamiento, así como el control y/o
lo de entrevista y registro de interés para distintos preparación de aquellas condiciones que hacen más
profesionales de la salud. No se trata, en modo probable la actuación del paciente. En términos
alguno, de una entrevista cerrada que prefigure aplicados y una vez resuelta la rutina diagnóstica,

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos / 261

las estrategias conductuales para mejorar el cum- 3. Averiguar los intereses puntuales de los
plimiento son: pacientes.

1. Establecer un tratamiento individualizado Las condiciones por las que el paciente solicita
adaptado, en lo posible, al estilo de vida del ayuda y los efectos que cabe esperar del tratamien-
paciente. to van a ser variables que median directamente en
el cumplimiento. Debemos recordar aquí el papel
Un recurso imprescindible puede ser la entrevis- que pueden jugar las expectativas del paciente re-
ta clínica planificada para recoger información so- lativas a la enfermedad y tratamiento, muchas veces
bre las condiciones del paciente que motivan su erróneas o contrarias a lo que parecería convenien-
solicitud de ayuda médica, sus propias condiciones te para su tratamiento, pero también el papel que
de vida, así como en qué medida dispone de los puede jugar la información y el entrenamiento que
recursos económicos y/o personales requeridos el médico ofrezca para corregir esas expectativas.
(véase tabla 15.1) y dirigida según las considera- En cualquier caso, es importante recordar que si la
ciones anteriores. información del médico es contraria a los propios
efectos del tratamiento la modificación de creencias
es muy difícil. De nuevo, las habilidades de comu-
2. Entrenar en los autocuidados necesarios.
nicación y el entrenamiento en entrevista son re-
Se pone aquí en juego, de un lado, el desarrollo cursos útiles.
de las habilidades del clínico para proporcionar la
información (tal y como fueron descritas) y, de
4. Negociar los cambios procurando (siempre
otro, la propia competencia del paciente para «eje-
que la terapéutica lo permita) que el pacien-
cutar», para comportarse tal y como sería necesa-
te realice la menor cantidad de conductas
rio para obtener beneficios terapéuticos. Es ya
en las mínimas ocasiones posibles y fijando
conocido que saber qué hacer no implica actuar
secuencialmente las metas o tareas.
correctamente. Es decir, aun cuando el paciente
disponga de una información correcta y suficien- El paciente es un agente activo en su tratamien-
te, y así lo compruebe el clínico, la efectividad de to y el seguimiento de unas prescripciones novedo-
su actuación es un asunto distinto. Unas veces, por sas, complejas, contrarias a sus expectativas o in-
nuevas, el paciente no dispone de las habilidades terfirientes con sus rutinas no es seguro, mucho
que se le solicitan (por ejemplo, autoinyectarse). menos si implica costes superiores a los potenciales
Otras veces son varias las condiciones que pueden beneficios del tratamiento. Por lo tanto, es una muy
interferir en el cumplimiento (véase tabla 15.2). buena estrategia negociar los cambios solicitando
No puede perderse de vista que, salvo en condi- siempre el compromiso público del paciente. Hablar
ciones de hospitalización, el paciente ha de incor- de negociar los cambios no presupone que exista
porar el tratamiento en su vida cotidiana y, en una relación simétrica entre el médico y el pacien-
alguna medida, puede éste interferir o competir te respecto al criterio de lo que terapéuticamente es
con otras actividades. En consecuencia, tanto el más eficaz; supone que de acuerdo a las caracterís-
propio «ensayo» guiado y supervisado de tales ticas del paciente, la naturaleza de las prescripcio-
habilidades como la evaluación del cumplimiento nes y las dificultades para la adhesión, se fijen se-
(informes, registros, etcétera) son dos recursos de cuencialmente los objetivos terapéuticos. De este
clara utilidad. modo, se puede mejorar la competencia del sujeto
En el desarrollo de nuevas habilidades algunas y, en particular en los paciente crónicos, incorporar
técnicas conductuales eficaces son el modelado y las prescripciones como una rutina cotidiana más.
moldeado, el encadenamiento, el control de estí- Las técnicas conductuales de control de estímulos
mulos y el empleo de autoinstrucciones. pueden ser muy útiles en este sentido.

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262 / Manual de psicología de la salud

5. Reforzar el seguimiento de las prescripcio- 6. Mantener una atención personalizada, con-


·nes del paciente. tinua, accesible y supervisada.
Uno de los reforzadores más potentes son los Es evidente, que las consideraciones hechas has-
propios efectos sobre la sintomatología (si bien ta ahora no podrían llevarse a cabo si no existe este
una reducción rápida de síntomas se relaciona comportamiento por parte del clínico. Debe insis-
con abandono de las prescripciones). No obstan- tirse en la importancia de proporcionar feedback al
te, existen trastornos no sintomáticos, otros cró- paciente. Feedback sobre la información que nos
nicos y otros en los que los síntomas no parecen da, es decir, pedirle que verifique los datos que nos
aliviarse sustancialmente con el tratamiento. Por ha dado. Feedback sobre la información que recibe,
lo demás, los propios costes personales y econó- es decir, comprobar la suficiencia y exactitud de la
micos de muchos tratamientos son condiciones información de que dispone. Feedback sobre su
claramente aversivas. La atención y relación de ejecución, es decir, evaluar cómo aplica el trata-
empatía que el médico mantenga con el paciente miento y, en cada caso, corregir los errores y, por
es un reforzador importante. Aun así, y cuando supuesto, recibir feedback sobre la propia actuación.
haya que introducir nuevas pautas en la vida del Como consecuencia, se está anticipando el posible
paciente o cambios en sus rutinas, la familia incumplimiento del paciente, especialmente si no
puede jugar un papel valioso como supervisores se pierde de vista la secuencia funcional de la ad-
y dispensadores de atención contingente al cum- hesión.
plimiento de las prescripciones. Son situaciones
claras las relacionadas con el tratamiento de ni- El resultado de todas estas estrategias es sin duda
ños' de personas con algún déficit o, simplemen- gratificante para el paciente y para el médico, que
te, que requieran de un familiar para dispensarles puede ver amortiguada una de las condiciones que
en todo o en parte el tratamiento. Ahora bien, más afectan a la eficacia de su actuación.
esto nunca puede significar que la atención dis- A modo de resumen, se recoge en la tabla 15.3
pensada redunde en un mantenimiento de quejas, una serie de directrices generales para la promoción
dependencias o delegaciones porque se estaría y adhesión a los tratamientos de problemas agudos
estableciendo un comportamiento de enfermo y de enfermedades crónicas. En cualquier caso, se
que, en ningún caso, contribuiría a la mejoría del debe recordar que siempre es preciso establecer
paciente. Tampoco la atención que se solicita a cuáles son las habilidades y conocimientos que se
la familia puede suponer un coste, una sobreexi- requieren para un cumplimiento adecuado (según
gencia, porque, en definitiva, no se dispensaría. el tratamiento) y planificar para cada caso concreto,
El empleo de reforzadores es una técnica con- conforme a la lógica del análisis funcional de con-
ductual que debe aplicarse con extrema correc- ducta, la incorporación en las rutinas del paciente
ción. Un recurso muy adecuado es el contrato de de pautas médicas clínicamente eficaces y compor-
contingencias. tamentalmente efectivas.

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos / 263

TABLA 15.3
Directrices generales para la promoción de la adhesión a los tratamientos

1. Relación cordial. como el médico desea sin que su actuación y los


.. Expresar interés por el paciente. efectos públicos y privados de su actuación entren
.. Expresar conocimiento y seguridad diagnóstica y en competencia con sus rutinas.
terapéutica. e Ejecución eficaz de habilidades especificas. Realizar
.. Expresar confianza en el tratamiento. ensayo de conducta, empleando modelos, dando
instrucciones, moldeando, ofreciendo feedback y
2. Anticipar la falta de adhesión.
reforzando los logros. Observar y registrar el cum-
.. Conocimiento de las variables implicadas en la plimiento. Supervisar y moldear progresivamente.
adhesión. e Desarrollar competencias de autorregulación. Apli-
.. Entrenamiento en entrevista clínica para la promo- cación de programas específicos de modificación
ción de la adhesión. de conducta.
3. Conocer e incorporar como objetivos los propios del
9. Prever beneficios y manejar los inconvenientes en
paciente (dentro de las posibilidades clínicas) en
relación al estado del paciente y a su repercusión en
relación a las condiciones siguientes.
sus rutinas cotidianas y su interacción social.
.. La evolución de la sintomatología.
e Emplear tratamientos eficaces
.. Las repercusiones en estilo de vida y rutinas coti-
.. Conocer y, en su caso, modificar las contingencias
dianas (demandas familiares, laborales, sociales).
a las que está expuesto el paciente.
.. Las repercusiones emocionales.
4. Descripción de la enfermedad. Proporcionar infor- 10. Incorporar en la supervisión y/o administración del
mación y corregir errores y expectativas. tratamiento a personas relevantes para el paciente.
.. Emplear estrategias de comunicación eficaces. e Analizar los costes que para los propios colabora-
dores entrañe su participación.
5. Simplificar el tratamiento y adaptarlo a las deman- .. Garantizar siempre la efectividad en la actuación
das e intereses del paciente. de los colaboradores. Generalmente, se requiere el
.. Dentro de lo clínicamente posible: dosis mínimas ensayo de conducta.
reduciendo el número de preparados, horarios fle- .. Entrenar a los colaboradores para extinguir com-
xibilizados a demanda del paciente pero siempre portamientos de enfermedad.
establecidos, sincronizar distintas tomas.
11. Reforzar el seguimiento.
6. Establecer metas terapéuticas.
La continuidad en la atención y la actitud empáti-
.. Jerarquizar de acuerdo a los criterios de beneficio ca pueden ser potentes reforzadores.
clínico probado, los intereses del paciente y su Los efectos del tratamiento sobre la sintomatología
habilidad para seguir prescripciones (potencial- y los efectos secundarios pueden actuar reforzan-
mente) nuevas, complejas, interfirientes o ajenas do o interfiriendo la adhesión.
a sus rutinas. Considerar las sanciones sociales a las que esté
7. Negociar los cambios con el paciente. expuesto el paciente por estar enfermo o seguir
.. Introducción gradual de componentes tratamiento como condiciones potencialmente in-
.. Priorizar la calidad de vida del paciente. terfirientes con la adhesión. Con frecuencia se
e Ponderar la relación costes-beneficios por el cum-
requiere manejar las contingencias de reforzamien-
plimiento e incumplimiento. to en el entorno del paciente.
8. Entrenamiento de las competencias requeridas al 12. Asegurar la continuidad y accesibilidad. Adhesión
paciente. citas.
e Disponibilidad de información correcta, suficiente e Especificar forma de contacto segura.

y operativa. El objetivo es que el paciente dispon- .. Atención a las peculiaridades de la organización


ga de instrucciones útiles para comportarse tal y sanitaria.

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s t . . . . . . . . . . . _.. . .-

l. Preparación personas relevantes, ocasiona el problema


que motiva la consulta.
e Examen de las variables criterio (clínicas y
e Evaluación de los conocimientos y expec-
relativas al análisis conductual de la adhesión).
tativas del paciente acerca de la causa y
e Examen de información disponible (contrastar
gravedad de la enfermedad.
la veracidad de la información importante).
e Evaluación de las prácticas del paciente
e Esbozar esquema (disponer un tiempo al final
(ya existentes) en el autocuidado de la
para dar información).
enfermedad.
e Evaluación de los factores de riesgo/des-
11. Desarrollo de la entrevista encadenantes.
1. Presentación del clínico y de los objetivos Algunos ejemplos de preguntas para
de la entrevista orientar la recogida de información:
e Presentación personal (adecuación entre ¿Cuál es el problema que le ha llevado
la comunicación verbal y no verbal). a buscar ayuda médica? ¿En concreto,
e Asegurar la confidencialidad (siempre que en esta ocasión?
sea posible). ¿Qué problemas cotidianos le ocasiona?
e Informar al paciente sobre qué se va a Póngame ejemplos sobre cómo afecta la
indagar y qué información es útil para enfermedad a su vida cotidiana y a su
establecer el diagnóstico y tratamiento. relación con la familia, compañeros de
2. Indagación clínica diagnóstica trabajo, amigos? Pedir al paciente que
nos cuente someramente su actividad y
Estructurar las preguntas según categorías rutinas cotidianas.
de información que se desee recoger. ¿Qué cosas le dificulta o impide hacer
Registrar y ordenar las respuestas. su estado actual? Recuerde las últimas
Dar al paciente la posibilidad de contras- ocasiones.
tar la adecuación de sus respuestas: ¿Su enfermedad ocasiona problemas a
e Evaluación de parámetros clínicos y ma- otros? ¿a quién, cómo, con qué frecuen-
nifestaciones del trastorno o enfermedad. cia?
Evaluación de las repercusiones particu- ¿Qué gravedad le atribuye? ¿Qué impor-
lares y cotidianas que, para el paciente y tancia le atribuye a esto? ¿Cómo reper-

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266 / Manual de psicología de la salud

cute en su estado de ánimo? ¿Yen su 4. Presentar el tratamiento empleando estra-


vida cotidiana? tegias conductuales para facilitar la com-
¿Cuál cree que es la causa de su enfer- prensión y recuerdo de prescripciones y
medad? considerando siempre si dispone el pacien-
¿Qué ha estado haciendo para aliviar sus te de habilidades para seguir las prescrip-
molestias? ciones.
(Si toma medicación) ¿Quién se la pres- 5. Evaluar los conocimientos y creencias del
cribió? ¿Lo hace conforme a lo prescri- paciente sobre los costos, los riesgos y los
to, la olvida, la abandona cuando cesa el
beneficios del tratamiento.
malestar?
(Otras prácticas) ¿Quién le aconsej ó?, Algunos ejemplos de preguntas para
¿qué utilidad tuvieron?, ¿sigue empleán- orientar la recogida de información:
dolas?, ¿las personas próximas le animan ¿Cómo cree que le va a ayudar el trata-
a utilizar estas prácticas? miento?
¿Conocen sus familiares y amigos su ¿Cree que el tratamiento (especificado
enfermedad? y operativizado) es difícil de seguir?
¿Recibe alguna ayuda a causa de su en- ¿Se considera capaz de seguir el trata-
fermedad? (concretar). miento (especificado y operativizado)?
¿Cree que existen personas que recha- ¿Es capaz de prever algún problema de-
zan a quienes tienen sus problemas de bido al tratamiento (especificado y ope-
salud? rativizado) en relación a su vida cotidia-
¿A alguna de sus personas próximas le na y a su relación con los otros?
desagrada su enfermedad? ¿Cómo cree que le afectaría el incum-
¿Ha conocido a alguien con su mismo plimiento (de cada una de las distintas
problema? ¿Cómo le fueron las cosas? condiciones del tratamiento)?
¿Qué espera usted del tratamiento? ¿Qué ¿Anteriormente, tuvo dificultades para
le gustaría que le ofreciese el tratamien- seguir otros tratamientos? ¿Qué trata-
to? mientos y qué problemas?
¿En qué cambiaría su vida si su enfer- ¿Le preocupan los (posibles o percibi-
medad se resolviese? dos) efectos secundarios?
¿Cree que puede usted hacer algo más
para curar su enfermedad?
111. Toma de decisiones
3. Establecer el tratamiento atendiendo, en la
1. Repetir la información más importante re-
medida de lo clínicamente permisible, las
siguientes condiciones: lativa al tratamiento y que permita aclarar
cuestiones incompletas o erróneas indagadas
- ¿Es lo más simple y adaptado a las ruti- hasta el momento. Atender a las estrategias
nas del paciente? de categorización, primacía, simplicidad y
¿Son compatibles con el tratamiento las operatividad.
demandas laborales, familiares, los ho-
rarios y rutinas cotidianas del paciente?
2. Comprobar y asegurar la comprensión y
habilidad del paciente respecto al tratamien-
¿Se pueden anticipar y evitar efectos
secundarios? to. Emplear estrategias conductuales para
¿Dispone el paciente de recursos econó- dar información y programar conductas.
micos, sanitarios y tiempo para adherir- ¿Puede el paciente repetir el qué, cómo,
se? cuándo y dónde del tratamiento?

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos / 267

¿Puede actuar para autodispensarse el Establecer nuevas citas y posibilidad de


tratamiento? ¿Cómo va a comprobarse? contacto previo a demanda del pacien-
te.
Si requiere de otros:
¿Han aceptado abiertamente colaborar 5. Conocer la satisfacción del paciente.
o supervisar con las tareas que se les Si este examen se realiza, obviamente,
encomiendan? se hará respetando el anonimato.
¿Saben y pueden hacerlas eficazmente?
Satisfacción:
¿Cómo va a comprobarse?
¿Considera que el médico se ha mostra-
El paciente debe disponer de instruccio-
do interesado en ayudarle?
nes que puedan guiar su actuación tal y como
¿El médico le ha proporcionado una in-
el clínico desea. Ahora bien, debe recordar-
formación comprensible?
se que los efectos públicos y/o privados del
¿El médico ha escuchado sus dudas y
cumplimiento determinan el seguimiento.
preocupaciones?
Se llama aquí la atención sobre la conve-
¿Considera que el médico se ha mostra-
niencia de emplear con tratamientos comple-
do interesado en conocer sus preocupa-
jos, duraderos o de enfermedades crónicas
ciones?
recursos como establecer progresivamente
¿Considera que el médico se ha mostra-
metas terapéuticas de acuerdo a los intereses
do interesado en resolver sus dudas?
del paciente, negociar cambios, ensayar con-
¿Le ha resuelto sus dudas?
ductas, ofrecer feedback ejecución, la progra-
¿Ha recibido un trato cordial por parte
mación ambiental, reforzar el cumplimiento
del médico?
y emplear estrategias de autorregulación.
¿El médico ha estado con usted tanto
3. Solicitar al paciente el compromiso de seguir tiempo como le hubiera gustado?
el tratamiento. ¿Está satisfecho con la atención que el
médico le ha dispensado?
4. Establecer la supervisión del tratamiento.
¿Considera que el médico está correcta-
Convenir procedimientos de medida de mente formado para tratar su enferme-
la adhesión. dad?

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Anexo .2
Pauta de registro de variables implicadas
en la adhesión terapéutica

Expectativas sobre relación terapéutica .. Continuidad atención médica y terapéutica.


y funcionamiento sanitario .. Relación cordial.
.. Relación confidencial.

Sintomatología .. Características.
.. Duración.
.. Habituación.
• Deterioro físico.
.. Deterioro emocional.
.. Cambios sintomatología por el tratamiento.

Circunstancias vitales .. Recursos económicos.


.. Recursos sanitarios.
.. Disponibilidad de tiempo.
.. Compatibilidad tratamiento-rutina paciente.

Tratamiento .. Simple.
• Adaptado a las rutinas del paciente.
.. Se anticipan efectos secundarios.
.. Se evitan efectos secundarios.
.. Se emplean estrategias comunicación.
.. Se establece la supervisión del tratamiento.
• Se entrenan las habilidades necesarias.
• Se solicita al paciente compromiso de adhesión.

Conocimientos y habilidades del paciente .. Puede repetir el qué, cómo, cuándo y dónde del
tratamiento.
• Puede actuar para autodispensarse el tratamiento.
.. Se establece criterio y medida de adhesión.
.. Compromiso del paciente a seguir el tratamiento.

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La adhesión a los tratamientos terapéuticos / 269

Prácticas de autocuidado del paciente e Medicación:


¿ Quién la prescribió?
¿Lo hace conforme a lo prescrito?
¿La olvida?
¿La abandona cuando cesa el malestar?
e Otras prácticas (especificar):
- ¿Se dejan aconsejar por personas próximas?

Creencias sobre la enfermedad • ¿Qué le preocupa?


e ¿Cómo afecta a su vida cotidiana?
e ¿Cómo afecta a su relación con otros?
e ¿Cómo cree que afecta a su futuro?

• ¿Qué gravedad le atribuye?


e ¿Cuál cree que es la causa de su problema?
e ¿Probabilidad percibida de recidiva?

e Modelos (familiares, amigos) de enfermedad.

e Evolución enfermedad en modelos.

Creencias sobre los costos, los riesgos • Eficacia percibida del tratamiento:
y los beneficios del tratamiento En relación a los síntomas.
- En relación a su estado general físico.
- En relación a su estado emocional.
e ¿Cree que el tratamiento es difícil de seguir?
e ¿Se considera capaz de seguir el tratamiento?
e Previsión de dificultades a la adhesión:

Olvidos.
- Cambios de rutina.
- Otros.
e ¿Cómo cree que le afectaría el incumplimiento.
e Historia de incumplimiento.
e Preocupación efectos secundarios.

Aceptación-rechazo social, 4& Si requiere de otros:


enfermedad y tratamiento ¿Existe compromiso de firme colaboración?
- ¿Son eficaces las tareas encomendadas?
¿Se establece medida de adecuación?
e ¿Puede involucrarse a otros en la supervisión del
tratamiento?
e ¿Conocen las personas relevantes para el pacien-
te su enfermedad y tratamiento?
e ¿Recibe atención y/o ayuda específica por su
enfermedad?
e ¿Existe rechazo social hacia la enfermedad o a
alguna condición del tratamiento?

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La adhesión al tratamiento
diabetológico

1. CARACTERIZACiÓN DEL TRASTORNO derado como la primera causa de desajuste meta-


bólico.
La diabetes es, hoy por hoy, uno de los más La diabetes mellitus es una enfermedad endo-
frecuentes problemas de salud. Se calcula que está crina y metabólica que se caracteriza por una de-
presente en un 1-3 por 100 de la población y alre- ficiencia en la secreción o en la acción de la insu-
dedor de un 5-10 por 100 de los individuos con más 1ina. La insulina es una hormona, producida en las
de 40 años. Es difícil determinar con precisión las células beta del páncreas, esencial para el metabo-
tasas de prevalencia e incidencia, en parte por las lismo de los tejidos. Su acción más evidente es
diferencias metodológicas de los estudios epide- aumentar la captación de la glucosa en los múscu-
miológicos. Se calcula que en 1955 existían 135 los y tejido adiposo. En su ausencia (total o parcial),
millones de diabéticos en el mundo. Para 2025 se la glucosa (resultante de la trasformación de los
espera un incremento de la prevalencia del 35 por alimentos) que no es eliminada en la orina se acu-
100, lo que supondría un total de 300 millones. mula en la sangre. Los músculos, entonces, han de
Aunque la prevalencia es mayor en los países de- obtener la energía que necesitan a partir de las
sarrollados, en torno al 7 por 100, el incremento reservas almacenadas (fundamentalmente grasas y
proporcional es superior en los países en vías de proteínas). Este proceso provoca un estado similar
desarrollo (Zimmet, 1999). Este crecimiento, junto a la desnutrición que puede terminar en coma y
a factores demográficos como el incremento y la que requiere tratamiento médico. Hoy en día, aun
longevidad de la población y la mejora de la asis- cuando esta enfermedad no se pueda curar, sí es
tencia médica, refleja la estrecha relación entre esta posible su control y, consecuentemente, la posibi-
enfermedad y el estilo de vida. La diabetes es tam- lidad de reducir las complicaciones degenerativas
bién un problema muy importante de salud debido a largo plazo.
a las repercusiones personales, económicas y sani- Se reconocen dos tipos de diabetes. La diabetes
tarias asociadas a su tratamiento y de las propias tipo I insulina-dependiente (DID) o diabetes juvenil,
complicaciones degenerativas responsables directas que afecta fundamentalmente a niños y jóvenes adul-
de un alto porcentaje de muertes. Comparados con tos. Se caracteriza por necesitar un aporte diario de
la población general, los diabéticos tienen 25 veces insulina exógena. Las células beta pancreáticas de
mayor probabilidad de sufrir ceguera, 20 veces los diabéticos tipo I no secretan insulina, o lo hacen
gangrena, 17 veces nefropatías o 12 veces cardio- de modo insuficiente. También puede ocurrir que
patías, probabilidades que aumentan considerable- individuos que sí conservan la capacidad de producir
mente entre los diabéticos mal controlados. Esta insulina presenten una resistencia celular a los efec-
circunstancia tiene especial interés dado que el tos de la misma. Este es el caso de la diabetes tipo
abandono del tratamiento diabetológico está consi- II no insulina-dependiente (DNID) o diabetes del

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272 / Manual de psicología de la salud

adulto. Se presenta, por lo general, después de los et al., 2007; Skinner, 2004; Whittemore, 2000;
30 años y se asocia con la obesidad (entre un 60-90 Fernández Rodríguez y Pérez Álvarez, 1996; Be-
por 100 de los DNID son obesos). Para estos enfer- léndez y Méndez, 1995), a saber:
mos las condiciones de su tratamiento son pérdida
de peso, control dietético y, en ocasiones, medicación • La complejidad y cronicidad del tratamiento.
hipoglucemiante y/o insulina. Baste señalar que los distintos componentes
La diabetes es una enfermedad crónica. Así, el del tratamiento (medicación, dieta, ejercicio)
objetivo del tratamiento médico consiste en poner han de administrarse coordinados a lo largo
en práctica un complejo programa encaminado a del día y durante toda la vida. Sin ignorar,
ejercer un control externo sobre la glucosa. Los además, la aversividad de las medidas terapéu-
componentes básicos para el cuidado de ambos tipos ticas (una o más inyecciones de insulina diaria
de diabetes son similares y consisten básicamente en y controles de glucemia).
el seguimiento de una dieta, ejercicio físico, la ad- • Las modificaciones en el estilo de vida. Éstas
ministración diaria de insulina y/o antidiabéticos vienen dadas por los cambios y restricciones en
orales (además de ciertos cuidados generales de la dieta, la modificación de los hábitos de ejer-
salud). En consecuencia, la normalización glucémi- cicio físico, el control de situaciones cotidianas
ca y la prevención de complicaciones dependen, en estresantes, además del tiempo requerido para
último término, de la adhesión activa del paciente al la administración de insulina y la medida diaria
tratamiento. Puede afirmarse, sin duda, que entre un de las glucemias y otros cuidados personales.
diagnóstico preciso y un tratamiento eficaz media un Por lo demás, los contextos en los que han de
cambio en el comportamiento del paciente. El dia- ocurrir las nuevas conductas son, evidentemen-
bético debe adquirir una serie de habilidades con te, los mismos que hacían adecuadas, hasta ese
distinto grado de complejidad que, muchas veces, momento, las anteriores pautas de alimentación,
exigen la modificación de sus hábitos anteriores. Lo de ejercicio, etc. (por ejemplo, ir de tapas des-
que puede explicar que el seguimiento de las pres- pués del trabajo). Ello significa que las claves
cripciones sea particularmente pobre. Tal es así, que contextuales y las contingencias sociales pueden
las cifras recogidas en los estudios sobre la adhesión suponer barreras continuas a la adhesión. Por
terapéutica son muy similares a lo largo de décadas. otra parte, la interdependencia de la conducta
Se estima que sólo entre un 10 y un 20 por 100 del sujeto con otras personas, ya sean familiares
cumplen todas las condiciones, mientras que un 75 o amigos (respecto a las conductas que afectan
por 100 incumple su dieta o en torno al 75 por 100 al tratamiento), puede suponer también otra
mide insuficientemente o utiliza incorrectamente la importante barrera al cumplimiento. Alternati-
evaluación de la glucemia en casa (Kirkman, Wi- vamente, podría decirse que el apoyo social es
lliams, Caffrey y Marrero, 2002; Sherbourne, Hays, una condición facilitadora del tratamiento. Aho-
Ordway, DiMatteo y Kravitz, 1992) ra bien, queremos recordar que esta cuestión no
pasa, meramente, por disponer de familiares y/o
amigos, sino por reducir o eliminar las poten-
2. LAS BARRERAS PARA LA ADHESiÓN ciales consecuencias negativas que suponga el
AL TRATAMIENTO DIABETOLÓGICO tratamiento para esas personas. Es cierto que la
colaboración de una persona relevante para el
Las principales dificultades para la adhesión al enfermo podría favorecer el mantenimiento de
tratamiento diabetológico tienen que ver con múl- nuevas rutinas de actividad física. Ahora bien,
tiples condiciones ligadas al estilo o las condiciones no es menos cierto que el apoyo inicial no
de vida de los pacientes que se escapan, habitual- suele mantenerse mucho tiempo si, simplemen-
mente, al análisis y control médico. Se han puesto te, cabe la posibilidad de que el momento des-
de relieve a menudo (Vermeire, Hearnshaw, Ratsep, tinado, por ejemplo, al ejercicio compite con

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La adhesión al tratamiento diabetológico / 273

otras actividades personales o que antes hacían sión en la diabetes evidencian suficientemente
juntos. este aspecto. Por ejemplo, hemos constatado (de
e La ausencia de síntomas. Un cumplimiento acuerdo con los datos que arroja la literatura) en
moderado suele permitir un estado asintomá- una muestra de 75 diabéticos tipo 1 que el 81,7
tico aunque metabólicamente descompensado. por 100 ignoraba cómo utilizar el ejercicio físico
Durante los episodios hiperglucémicos la ma- para ajustar las glucemias (Femández, 1990).
yoría de los diabéticos no tienen síntomas. Por Sin embargo, en el mismo trabajo, se puso de
otra parte, aunque existen una serie de sínto- manifiesto cómo las expectativas de autoeficacia
mas neurogénicos y neuroglucopénicos indi- superaban claramente la habilidad objetiva de
cativos de descompensación, es un hecho que los pacientes. El 45 por 100 de los pacientes se
cada paciente suele tener un patrón idiosincrá- consideraba eficaz para ajustar nutricional y ca-
sico y además cambiante a lo largo del tiempo, lóricamente la dieta, aun cuando se comprobó
lo que supone una clara dificultad para discri- que e191 por 100 no podía sustituir correctamen-
minar e interpretar los síntomas. te los alimentos de la misma. Sin embargo, una
e Las complicaciones asociadas (ceguera, nefro- vez que los pacientes habían sido entrenados en
patías, etc.) ocurren a largo plazo, perdiendo, las habilidades requeridas, la estimación que
en buena medida, su potencial efecto aversivo, hacían de su autoeficacia se ajustaba mejor (aun-
con lo cual no cabe esperar que esta condición que siempre por encima) a su competencia ob-
actúe como un reforzador de la adhesión. jetiva. Tras el programa de entrenamiento, un 52
e La ausencia de beneficios contingentes al cum- por 100 de los pacientes realizaba cambios y
plimiento. En tanto que la normalización glu- ajustes en la dieta y un 70 por 100 se considera-
cémica depende de múltiples factores, no ba autoeficaz. Se quiere poner de manifiesto que
siempre es contingente al cumplimiento. Al- las expectativas no parece que puedan servir
ternativamente, y salvo graves infracciones, el como elemento predictor seguro al margen de la
incumplimiento no siempre produce conse- efectividad real del paciente.
cuencias aversivas. En definitiva, la contingen- e Las consecuencias de un seguimiento correc-
cia adhesión-normalización glucémica no es to (tal y como se han descrito) son, en muchos
segura en modo alguno. casos, más punitivas que las del incumplimien-
e En la práctica médica convencional, la comu- to. Es ilustrativo que, entre todos los compo-
nicación de las complejas prescripciones del nentes del tratamiento, la dieta y el ejercicio
tratamiento no se realiza, generalmente, en unas son los que mayores porcentajes de incumpli-
condiciones formales que promuevan las des- miento presentan.
trezas requeridas para el cumplimiento y la
satisfacción del paciente. Por lo general, no se Parece evidente, entonces, que los problemas
emplean términos operativos, no se atiende al relacionados con el seguimiento del tratamiento y,
estilo de vida del paciente, no se proporciona por lo tanto, con el propio ajuste metabólico son un
feedback adecuado sobre los problemas surgi- asunto fundamentalmente conductual, sujeto a la
dos ni el modelado de las conductas requeridas evaluación e intervención psicológica, además de
ni la supervisión es suficiente y, con frecuencia, la médica.
es realizada por médicos que desconocen al
paciente (un diabético, como promedio, visita
una o dos veces al año al endocrinólogo y cada 3. LOS REQUISITOS CONDUCTUALES
tres meses al médico de familia). DEL TRATAMIENTO DIABETOLÓGICO
e La ausencia de conocimientos y habilidades
específicas para el adecuado seguimiento del Podría decirse que el tratamiento médico de la
tratamiento. Los estudios sobre la falta de adhe- diabetes consiste en ejercer un control externo sobre

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274 / Manual de psicología de la salud

la glucosa. Por lo tanto, promover la adhesión con- d) Disponibilidad de recursos personales y


siste en poner bajo el control conductual del diabé- sanitarios.
tico el proceso regulador de la glucosa. En un in- e) Competencia para afrontar situaciones in-
dividuo sano, la regulación de la glucosa en sangre terfirientes con el tratamiento (por ejemplo,
podría describirse como un proceso de feedback invitaciones a comer, prácticas culturales no
negativo. Es decir, lo que podríamos denominar un convenientes, etc.) y/o descompensadoras
mecanismo detector de error identificaría los valo- del metabolismo basal de la glucosa (por
res de glucemia fuera de los límites de compensa- ejemplo, estrés).
ción metabólica y, en consecuencia, se iniciaría 1) Retroinformación sobre la eficacia de su
alguna respuesta correctora dirigida a restablecer actuación (mejora sintomática, valor gluce-
la normalización glucémica. Por ejemplo, supon- mias, supervisión médica).
gamos que, como resultado de la ingesta de alimen- g) Beneficios por el autocuidado (por ejemplo,
tos, se produce una discrepancia en los límites estado sintomático, apoyo social y clínico).
convenientes de glucosa en sangre. En este caso,
para disminuir la glucemia la acción correctora El interés de este planteamiento radica en favo-
pasaría por la producción y secreción de insulina recer la identificación y descripción de: 1) las habi-
desde las células pancreáticas al torrente sanguíneo. lidades conductuales para el manejo de las condicio-
En los individuos diabéticos, este sistema de nes básicas implicadas en el metabolismo de la
control no funciona correctamente. El objetivo del glucemia, y 2) de las condiciones ambientales y del
tratamiento consiste en disponer las condiciones propio paciente que facilitarían la incorporación de
para efectuar, desde el exterior, el control glucémi- las nuevas pautas en su vida cotidiana (de acuerdo
co. Ahora bien, la adhesión o incorporación en las con la lógica del análisis funcional de la conducta
rutinas diarias del tratamiento diabetológico supon- de adhesión (véase capítulo 15).
dría que el tratamiento proporciona y el diabético A continuación vamos a referirnos a cada una
dispone de las condiciones que le permitan ejercer de las condiciones de las que dependería el auto-
la autorregulación de la glucosa. A saber: control de la glucosa.

a) Criterios válidos de valoración de glucemia.


3.1. La medida de la glucosa: técnicas
Indicadores analíticos y conductuales váli-
e indicadores
dos y fiables acerca de las condiciones pro-
pioceptivas (glucemia, síntomas hipo o hi- La üMS considera como característico de la
perglucémicos, ansiedad) y ambientales diabetes mellitus un valor de glucemia plasmática
(falta o exceso de alimentos, ejercicio, ol- de 11,1 mmol/l (200 mg/dl) o superior dos horas
vidos o errores de medicación, etcétera) que después de una dosis normal de glucosa oral. Un
pueden descompensar la glucemia. valor por debajo de 7,8 mmol/l (140 mg/dl) exclu-
b) Competencia para realizar la automedición ye el diagnóstico y entre 7,8-11,1 mmol/dl indica
de glucemia (habilidades específicas como, una tolerancia disminuida a la glucosa.
por ejemplo, toma de muestras, manipula- Las determinaciones clínicas no sólo son impres-
ción del instrumental, lectura y valoración cindibles para establecer el diagnóstico de la enfer-
de la glucemia). medad, sino, en todo momento, para evaluar el
e) Competencia para normalizar la glucemia. estado metabólico del paciente y tomar las perti-
Información acerca de las posibles alterna- nentes decisiones terapéuticas. La autorrealización
tivas de ajuste glucémico y entrenamiento de controles analíticos por el propio paciente, se ha
de las habilidades requeridas para una co- establecido ya como una tarea central en el progra-
rrecta ejecución (medicación-dieta-ejerci- ma de tratamiento de la diabetes. Sin embargo, la
cio-automedición). falta de adhesión a estos procedimientos, su utili-

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La adhesión al tratamiento diabetológico / 275

zación incorrecta y la ineficacia de los pacientes una glucosuria inferior al 15 por 100 de los gramos
para actuar corrigiendo el tratamiento cuestiona la de hidratos consumidos durante el día. Esta estima-
efectividad de los sistemas de automedición de ción es costosa, ya que obliga a recoger la orina de
glucemia. y es que al paciente la automedición sólo 24 horas y conocer los gramos de hidratos consu-
le, es realmente útil cuando se le ha entrenado para midos a lo largo del día. En definitiva, los resultados
emplearla como un sistema de feedback, para co- obtenidos con este método son de escaso valor.
nocer y realizar ajustes metabólicos. El valor de la
automedición para mejorar el control y la adhesión
3.1.2. Glucemia
terapéutica depende de la exactitud y validez de las
cifras de glucemia obtenidas y, muy esencialmente, Los resultados de la medida de glucosa en sangre
de las habilidades del paciente para realizar la me- son claramente superiores a la prueba en orina.
dición y ajustar, en consecuencia, el tratamiento Correctamente medida proporciona, con baja pro-
(medicación, dieta y ejercicio). babilidad de error, un feedback inmediato y preci-
Los principales sistemas de estimación del azú- so. Hoyes posible realizar una rápida y precisa
car son los siguientes. evaluación de la glucemia en casa. Su principal
inconveniente (además de las dificultades prácticas
3.1.1. Glucosuria del manejo) es que la determinación puede resultar
dolorosa al requerir pinchar la yema de los dedos
Para la determinación de glucosa en orina basta para obtener una gota de sangre para impregnar el
con impregnar una tira reactiva que indica, por un reactivo. Existen, además, aparatos que realizan la
cambio de color, la cantidad de glucosa presente. lectura computarizada de la glucemia, lo que eli-
Aunque se trata un método fácil, es, sobre todo, mina errores de interpretación de los reactivos.
impreciso, ya que sólo informa de niveles elevados En los diabéticos no insulina-dependientes, la
y nunca de niveles por debajo del umbral renal. El tasa de glucemia basal suelen ser un buen indicador
umbral renal es aquella concentración de glucosa de las oscilaciones de glucemia a lo largo del día.
en sangre por encima de la cual los riñones ya no No ocurre así en los diabéticos insulina-dependien-
pueden filtrarla para reabsorberla y ésta comienza tes, por lo que es recomendable realizar, en ocasio-
a aparecer en la orina. Este umbral varía con cada nes, un perfil diario con una serie de determinacio-
individuo y está relacionado con la edad, el sexo o nes programadas (en ayunas, antes de la comida y
el deterioro renal (frecuente en los diabéticos), por cena, dos horas después del desayuno, comida y
lo que no tiene un valor absoluto. Por tanto, no cena y a medianoche). De este modo, se puede
puede asumirse que un resultado negativo signifique conocer el comportamiento de la glucosa en función
la normalidad glucémica ni, por el contrario, que de todas las variables que afectan a su producción
efectivamente no sea lo suficientemente bajo como y consumo (alimentos, ejercicio, estrés, insulina,
para causar una hipoglucemia. Otra limitación es etc.). En términos generales, los criterios estándar
que no indica el nivel de glucosa en el momento de compensación son valores de glucemia inferiores
preciso que se realiza la medida, sino un valor a 150mg/dl antes de las comidas e inferiores a 200
promedio desde la última vez que se vació la vejiga. mg/dl después de las comidas.
Otros problemas son de tipo práctico y tienen que Ahora bien, para proporcionar un feedback ade-
ver con las dificultades para realizar correctamente cuado ha de disponerse también de información
el procedimiento (por ejemplo, calcular volúmenes objetiva acerca del comportamiento alimenticio, de
de orina, comparar colores, etc.). En general, se la actividad física, de las situaciones estresantes
encuentra que al menos el 50 por 100 de los diabé- (entre otras condiciones) del paciente a lo largo del
ticos que utilizan este procedimiento cometen erro- día. Una estrategia usual es emplear sistemas de
res en las rutinas o de estimación. Un indicador observación y registro, por lo general, para ser
analítico objetivo de compensación metabólica es realizados por el propio paciente. Como es eviden-

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276 / Manual de psicología de la salud

te, esta estrategia de control es, en sí misma, com- mientos y, en su caso, del mantenimiento de la
pleja y frecuentemente incompatible con el resto discriminación a largo plazo redundaría en la in-
de actividades cotidianas del paciente. Además, a corporación de estas estrategias como un método
corto plazo, cabe esperar que no redunde en una más de control diabetológico. Los trabajos de Gil
mayor normalización glucémica, especialmente si Roales-Nieto han demostrado que los pacientes
el paciente no conoce o no dispone de recursos para diabéticos son capaces de aprender a estimar con
ajustar adecuadamente y, en cada momento, las precisión los cambios en sus glucemias en ausencia
condiciones del tratamiento. de mediciones analíticas (Gil Roales-Nieto, 1990,
Con todo, los beneficios que se derivarían de la 1991). Durante el entrenamiento los pacientes son
monitorización de la glucemia como elemento auto- expuestos a un feedback sistemático sobre la pre-
rregulador pueden estar limitados por la falta de cisión de sus estimaciones y aprenden a discriminar
adhesión a la automedición de glucemia en casa. las señales externas asociadas a nivel de glucosa en
Algunos estudios comprobaron que las tasas de sangre (insulina-dieta-ejercicio). Esta última con-
seguimiento al cabo de un año descendían de ma- dición se relaciona directamente con la mejora
nera muy importante, así como la fiabilidad de los significativa de las estimaciones (más información
valores obtenidos y el aumento de los errores co- sobre estos procedimientos puede encontrarse en
metidos al realizar las medidas, incluso en los casos Gil Roales-Nieto y Vilchez-Joya, 1993)
en los que existió un entrenamiento cuidadoso y
una supervisión periódica (Wing, Koeste y New,
3.1.4. Hemoglobina glucosilada
1986). No obstante, la utilidad de la automedición
de glucemia en casa para mejorar la adhesión al La hemoglobina glucosilada es un procedimien-
tratamiento diabetológico sí se ha establecido en to de control que proporciona un índice de la can-
varios trabajos controlados (Davidson, 1986; Pérez tidad de glucosa en la circulación sanguínea entre
y Fernández, 1992). Cabe señalar que, si bien la las seis y las ocho semanas previas al análisis. Es
complejidad e intrusividad del procedimiento son una prueba objetiva que describe el control meta-
condiciones que dificultan su empleo, sólo mejora bólico general con una única cifra significativa. No
la adhesión cuando el autocontrol es utilizado no obstante, no permite detectar las fluctuaciones a
como una tarea adicional del programa diabetoló- corto plazo ni permite determinar cuándo ha ocu-
gico, sino como un método preciso para realizar los rrido un episodio hipoglucémico o hiperglucémico.
ajustes necesarios al tratamiento. Los períodos cortos de mal control tienen un efec-
to desproporcionado sobre esta prueba.
A modo de criterio, la variabilidad de los valores
3.1.3. Entrenamiento en discriminación
GHb oscilan en normales entre el 4-8 por 100, en
del nivel de glucemia
diabéticos tipo 1 con buen control entre el 8-10 por
Una línea de investigación más novedosa, en 100 Y en diabéticos con control deficiente entre el
relación directa con este aspecto, es el entrenamien- 10-14 por 100.
to en la discriminación del nivel de glucosa en Finalmente, es preciso recordar que aunque se
sangre. Se trata de enseñar al paciente a reconocer, considere la glucemia la medida más significativa
con la mayor exactitud posible, su glucemia a par- del control, no es menor la importancia de otras
tir de la discriminación de ciertos parámetros físicos alteraciones, como las perturbaciones de los lípidos,
y/o señales externas. Este entrenamiento, por lo aminoácidos, hormonas contrarregulatorias y fac-
demás complementario a las determinaciones ana- tores del crecimiento. También junto a los aspectos
líticas, permitiría reducir el número de autoanálisis bioquímicos, la evaluación del control debe
necesarios para conocer la situación glucémica, lo siempre aspectos propiamente conductuales, como
que sin duda contribuiría a una mayor adhesión al el cumplimiento de la dieta, la práctica de ~1t:',""f'1f'1í\
tratamiento. La comprobación de estos procedi- regular, el mantenimiento del peso en torno al in-

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La adhesión al tratamiento diabetológico I 277

dicado para el paciente y el control de los factores a las competencias del paciente para adherirse al
de riesgo, como la hipertensión; su desconocimien- tratamiento diabetológico.
to impediría valorar adecuadamente la adhesión al Pero independientemente de la cantidad y fre-
tratamiento diabetológico. cuencia de las autoinoculaciones y de la modalidad
empleada, los diabéticos tipo 1 deben utilizar la
3.2. Medicación hipoglucemiante insulina a diario. Generalmente, lo hacen de forma
autoinyectada una o más veces al día. Esto supone
que el paciente requiere, en un primer momento,
3.2.1. La insulina
un entrenamiento para desarrollar habilidades con-
Desde el descubrimiento de la insulina en 1921 cretas sobre las suficientemente numerosas y com-
(Banting y Bests), el tratamiento de la diabetes tipo plejas (además de aversivas) técnicas y recomen-
1 es inconcebible sin esta proteína. La primera in- daciones para la adecuada conservación, preparación
sulina que se empleó tenía una acción relativamen- y administración de la insulina. El hecho de que
te corta que obligaba a los enfermos a inyectarse aproximadamente un 80 por 100 de los diabéticos
cada seis horas. Contenía, además, impurezas que cometa errores en la administración de la insulina
provocaban la aparición de reacciones alérgicas, puede relacionarse directamente (aunque no de
hipersensibilización e insulinorresistencias. A través forma exclusiva) con su ineficacia. Ahora bien, la
de la modificación química de la insulina porcina adhesión a estas pautas vendría dada cuando se
y de la síntesis de proteínas por mutación genética consigan incorporar esas actuaciones en las rutinas
se ha logrado que, hoy por hoy, la mayoría de los diarias del paciente y se mantengan por sus efectos.
tipos de insulina que se emplean sean humanos, con Lo que se pretende es que el paciente no sólo sepa
lo que se consigue una menor antigenicidad. Las emplear la insulina, sino que lo haga teniendo en
actuales insulinas pueden clasificarse, en función cuenta, al menos, las siguientes condiciones:
de la rapidez con la que comienzan a efectuar su
acción, en rápida (simple o regular), semirretarda- 1. El nivel de glucosa en sangre antes de la
da, retardada o muy retardada. Aunque se ha inten- inyección, estimado mediante analítica y/o
tado administrar insulina por diferentes vías (por la discriminación de señales externas y pro-
ejemplo, empleo de aerosoles nasales) ninguna ha pioceptivas.
mostrado ser tan eficaz como la subcutánea. Por lo 2. Las características del tipo o tipos de insu-
demás, de unos pacientes a otros variará mucho el lina que utiliza, es decir, el comienzo de la
tipo y cantidad de insulina que necesiten para re- acción, la acción máxima o pico de acción
gular su metabolismo y estabilizar la enfermedad. y la duración máxima.
El procedimiento convencional para la adminis- 3. Las condiciones que afectan al curso tem-
tración de insulina son las inyecciones subcutáneas. poral de la insulina y relativas a las circuns-
Otra forma de administración, cada vez más em- tancias de administración (lugar, tempera-
pleada, es la percusión continua de insulina sub- tura).
cutánea mediante las denominadas bombas de 4. El efecto de la alimentación y ejercicio fí-
insulina, que se pueden implantar interna o exter- sico sobre la curva de acción de la insulina.
namente. Se suele citar como principal ventaja de
este procedimiento un control más riguroso y esta- Diseñar el entrenamiento, ya sea de las habili-
ble de la diabetes. Es también cierto que su utiliza- dades básicas requeridas para la administración de
ción exige al paciente una mayor capacidad de la insulina, ya de las condiciones que facilitarían la
observación y autocontrol de las posibles descom- adhesión, pasa, en primer lugar, por especificar cada
pensaciones y un manejo conveniente de todas las uno de los objetivos en los componentes más sen-
condiciones del tratamiento. Los beneficios clínicos cillos (destrezas y/o conocimientos) que los con-
de este procedimiento están especialmente sujetos forman. Ello permitiría evaluar y determinar el

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278 / Manual de psicología de la salud

grado de destreza inicial de cada uno de los pacien- DNI, aunque sea cierto que la cantidad y comple-
tes y establecer objetivos relevantes y pertinentes jidad de las habilidades que requieran ambos tipos
en cada caso. Durante el entrenamiento, que habrá de diabéticos sean distintas (en particular, por lo
de ser siempre progresivo (componente a compo- que se refiere a la medicación). Por lo tanto, el
nente), se trataría de proporcionar sólo aquella in- análisis y la estrategia terapéutica serán los mismos,
formación (cantidad y modo) que permitiese al y siempre conforme a las condiciones clínicas y
paciente disponer de instrucciones adecuadas para personales del paciente.
guiar las actuaciones concretas que se estén entre-
nando. Esto sólo puede hacerse tomando en cuenta,
3.3. Dieta
en todo momento, las condiciones cotidianas del
paciente en las que deben de ocurrir las nuevas De la dieta depende la cantidad de glucosa que
pautas objeto del entrenamiento. En último caso, se aporta al organismo mediante el proceso de di-
se trataría de colocar las nuevas rutinas bajo el gestión. Y, en tanto que el diabético no puede me-
control de ciertas claves contextuales y sujetas a tabolizar la glucosa, puede afirmarse que la dieta
contingencias sociales y privadas que favoreciesen es siempre una condición determinante del curso
su mantenimiento. Las propias posibilidades (o de la enfermedad. Un objetivo prioritario consiste
límites) del entrenamiento estarán siempre en fun- en evitar un aporte excesivo de carbohidratos. Lo
ción de que las nuevas recomendaciones se incor- que no significa que éstos deban eliminarse por
poren como una más en las rutinas cotidianas del completo, pues, en este caso, se provocarían estados
paciente (un análisis más detallado de estas cues- hipoglucémicos. Se busca que el paciente consuma
tiones se encuentra en el capítulo 15). una dieta que le proporcione un buen estado de
nutrición en función de sus requerimientos meta-
bólicos (distintos para cada paciente). Actualmen-
3.2.2. Antidiabéticos orales
te, se considera que una dieta bien contrabalancea-
Los medicamentos hipoglucemiantes orales em- da para un paciente diabético es aquella que le
pleados en el tratamiento de los diabéticos tipo 11 proporciona el 50 por 100 de las calorías diarias
son las sulfonilureas, que estimulan la producción que necesita a través los carbohidratos, el 20 por
de insulina en el páncreas, y las biguanidinas, que 100 mediante proteínas y e130 por 100 restante en
inhiben la absorción de glucosa por el intestino y forma de grasas, distribuyendo el consumo de ali-
facilitan su consumo por parte de las células. Estas mentos en 4 o 5 tomas diarias. En torno a este
sustancias no son insulina y, por lo tanto, no son un propósito se ofrece al paciente información dietética
tratamiento alternativo a la misma. En ocasiones, y distintas opciones (más o menos abiertas) para
los diabéticos tipo 11 (DNID) pueden recibir insu- confeccionar sus menús diarios.
lina si así lo aconseja su situación metabólica o los Es frecuente tener ideas erróneas y, casi siempre,
efectos secundarios producidos por esta medicación. simplistas sobre la repercusión de los alimentos
Por el contrario, lo que no ocurrirá es que el diabé- sobre la glucemia. Ideas que están arraigadas en la
tico tipo 1 (DID) pueda ser tratado mediante este cultura de cada sociedad, en las propias prácticas
tipo de medicación hipoglucemiante. culinarias de cada familia y en las preferencias y
Es evidente que el tratamiento medicamentoso hábitos alimentarios de cada persona. Así, aunque
de la diabetes tipo 11 (ingestión diaria de una o es evidente que se ha de ofrecer formación sobre los
varias «pastillas») carece de la complejidad y aver- tipos de alimentos y cómo repercuten en la glucemia
sividad que presenta la tipo l. No obstante, las cada uno de ellos (solos y combinados, crudos y
condiciones de las que depende el control externo según los tipos de preparación), la formación no
de la glucemia son las mismas sea cual sea el tipo presupone la adhesión. Incorporar las nuevas pautas
de diabetes. Por lo que el problema de la adhesión de alimentación pasa por disponer de alternativas
terapéutica en los DNID no es menor que entre los compatibles con los gustos del diabético y con las

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La adhesión al tratamiento diabetológico / 279

prácticas alimenticias de su contexto. De ahí su di- una parte, se consume la glucosa disponible con la
ficultad, puesto que la alimentación tiene una función consiguiente reducción de los niveles de glucemia.
social ineludible. Es realmente un reto encontrar un Por otra, el ejercicio regular se asocia con un incre-
acontecimiento social relevante que ocurra totalmen- mento en la sensibilidad celular a la insulina, lo que
te al margen de la comida y bebida. supone una mayor efectividad de una misma cantidad
Aunque es difícil incorporar en el estilo de ali- de insulina. Además, el ejercicio tiene una acción
mentación nuevos alimentos o cantidades y/o formas beneficiosa para todo el organismo. Mejora la circu-
de preparación distintas, los programas de modifi- lación, contribuye a normalizar la tensión arterial y
cación de conducta han mostrado ser los más efec- prevenir enfermedades cardiovasculares, tiene un
tivos. Ahora bien, y aun cuando el paciente dispon- efecto tonificante, etcétera.
ga de nuevas alternativas para alimentarse, la A pesar de las ventajas del ejercicio físico, es
autorregulación de la glucemia (yen consecuencia evidente que el tipo, cantidad y momento de la
la adhesión) sólo ocurrirá cuando el paciente, ade- actividad debe programarse para cada diabético.
más de estar instruido acerca del efecto de los ali- Las recomendaciones se harán ajustadas al estado
mentos sobre la glucemia, utilice la dieta como una de su enfermedad y las condiciones personales del
condición externa asociada a la glucemia. Se trata paciente. La adhesión ocurrirá en la medida en que
de entrenar al paciente teniendo en cuenta, al menos, las pautas prescritas se hagan compatibles con las
las siguientes condiciones: rutinas cotidianas y los hábitos previos de actividad
física. En la medida que «se dé el momento» o
1. El nivel de glucosa en sangre estimado me- condiciones en las que «hacer ejercicio» reporte
diante analítica y/o la discriminación de beneficios (estado gratificante, compañía, distrac-
señales externas y propioceptivas. ción, etcétera). Ahora bien, aun cuando el paciente
2. Las características y diferencias de los ali- realice regularmente ejercicio, no por ello estará
mentos según su contenido y rapidez en empleando la actividad física como una condición
repercutir sobre la glucemia. externa reguladora de la glucemia. Para que el pa-
3. Los factores que aceleran o retrasan la re- ciente pueda autorregular la glucemia, se trata de
percusión de los alimentos sobre la gluce- instruir al paciente teniendo en cuenta, al menos,
mia. las siguientes condiciones:
4. El efecto de la alimentación y ejercicio fí-
sico sobre la curva de acción de la insulina. 1. El nivel de glucosa en sangre estimado me-
diante analítica y/o la discriminación de
No se pretende que el diabético conozca con exac- señales externas y propioceptivas.
titud el gran número de variables referidas a la dieta 2. El gasto aproximado de calorías que suponen
que afectan a la glucemia (por otra parte, difíciles de los tipos de ejercicio que se adecuan a sus
controlar, incluso para el endocrinólogo y el dietista). preferencias, a sus condiciones de vida y,
Antes bien, se trata de que el paciente aprenda el ín- por supuesto, al estado de su diabetes.
dice glicémico de los alimentos que mejor responden 3. Las precauciones que han de tomar para
a su estilo de alimentación personal y familiar e iden- utilizar la actividad física diaria como un
tifique y disponga de alternativas efectivas frente a las elemento regulador de la glucemia.
condiciones cotidianas que modifican el efecto de la 4. El efecto de la alimentación y ejercicio fí-
alimentación sobre la glucemia. sico sobre la curva de acción de la insulina.

3.4. Ejercicio físico 3.5. Estados metabólicos descompensados


El ejercicio físico desempeña una importante Un aspecto importante del tratamiento es el con-
función en la regulación externa de la glucemia. Por trol de las descompensaciones, de las crisis hipo-

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280 / Manual de psicología de la salud

glucémicas e hiperglucémicas (cetoacidosis, coma ferir en la adhesión al tratamiento, provocando una


hiperosmolar y acidosis láctica). El procedimiento descompensación metabólica. Alternativamente, un
de intervención es sencillo ante una hipoglucemia. bajo nivel de control diabético puede alterar el
Bastaría con que, lo más rápidamente posible, el funcionamiento general, a nivel de sistema nervio-
diabético ingiera carbohidratos de absorción rápida so y endocrino y también comportamental, exacer-
(por ejemplo, dos terrones de azúcar, que siempre bando el efecto de la(s) situación(es) estresante(s).
llevará consigo) y repita esta operación si al cabo Sobre esta cuestión, la investigación ha debatido si
de unos quince minutos no han remitido los sínto- el efecto descompensador del estrés se debe a su
mas. Ante manifestaciones más graves, y en el repercusión metabólica o sobre las conductas. Exis-
resto de los casos, las medidas terapéuticas han de ten evidencias a favor de ambas explicaciones.
venir supervisadas por el clínico, dados los distin- Precisamente porque al hacer esta distinción se está
tos factores que pueden estar implicados. Cabría olvidando que la conducta no ocurre al margen de
decir que estas situaciones no ocurrirían o, al menos, sus correlatos biológicos. Es conocido que existe
serían poco frecuentes si el paciente se adhiere a una clara relación entre el estrés y la elevación de
un tratamiento diabetológico correcto. En cualquier la glucemia. En concreto, el estrés puede afectar a
caso, ocurren, y el diabético ha de ser competente la glucemia por tres vías diferentes: una, vía pitui-
para resolverlas. Interesa aquí, en particular, entre- tario-córtico-adrenal a través del cortisol; dos, vía
nar a la persona a discriminar las señales propio- simpático-médulo adrenal a través de la adrenalina
ceptivas indicadoras de descompensación como una y noradrenalina; y tres, a través de un incremento
condición para iniciar precozmente medidas com- en la secreción del glucagón. Otras hormonas que
pensadoras. Estas medidas, además de sencillas, incrementan la glucemia son la hormona del creci-
son efectivas (cuando se aplican oportunamente), miento, la prolactina y la betaendorfina. De mane-
por lo que ni su aprendizaje ni su cumplimiento ha ra que podría esperarse que un individuo diabético
de suponer una dificultad importante. sometido a estrés presentara niveles de glucemia
En definitiva, la prevención y manejo de estados inusualmente elevados (Dungan, Braithwaite, Prei-
metabólicos descompensados es más fácil cuando el ser, 2009; Goetsch, 1993). No obstante, la relación
diabético ha ido incorporando en sus rutinas las reco- estrés-diabetes no es ni mucho menos clara. Ac-
mendaciones del tratamiento diabetológico, al tiempo tualmente, sólo puede decirse que mientras que el
que es entrenado para estimar el nivel de glucosa en estrés agudo tiende a provocar una desestabiliza-
sangre (mediante analítica y/o la discriminación de ción en las personas con diabetes, no hay pruebas
señales externas y propioceptivas) y para considerar, convincentes de que dé lugar a hiperglucemia. El
en conjunto, el efecto de la alimentación y ejercicio nivel de glucemia tras una situación estresante
físico sobre la curva de acción de la insulina. puede estar influido, entre otras variables, por el
Las mismas consideraciones pueden hacerse momento en que se tomen las muestras de sangre,
respecto a otras situaciones, como enfermedades o el tiempo transcurrido entre dicha situación y la
medicamentos que pueden descompensar la gluce- última comida, además de los niveles anteriores
mia. El diabético debe disponer información sobre de compensación. Por otra parte, recuérdese que
su potencial efecto y la estrategia correctora que ni los indicadores médicos de descompensación
debe poner en marcha. Pero igualmente importante están libres de problemas ni las medidas de glu-
es que utilice el análisis de la glucemia como un cemia son suficientes para advertir con exactitud
indicador para iniciar esas acciones. el ajuste metabólico. Otro factor que es preciso
considerar es el efecto indirecto del estrés sobre
3.6. Estrés la compensación a través de cambios en el com-
portamiento y en la adhesión al tratamiento. Exis-
Puede decirse que existe un mutuo efecto des- ten evidencias de que en un porcentaje elevado de
compensador diabetes-estrés. El estrés puede inter- pacientes, las infracciones, por lo general en la

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La adhesión al tratamiento diabetológico / 281

dieta, vienen precedidas de tensiones o conflictos 4. PROGRAMAS PARA FACILITAR


emocionales. LA ADHESiÓN DIABETOLÓGICA
En último término, lo relevante es destacar el
interés de la intervención psicológica para el afron- Asegurar el cumplimiento de las prescripciones
tamiento del estrés y la creación de una condición y, más aún, lograr que los pacientes autorregulen
metabólica favorable. En momentos puntuales o de las condiciones del tratamiento para mantener den-
manera prolongada, el paciente puede estar expues- tro de la normalidad los niveles de glucemia, es el
to a condiciones estresantes, ya sean asociadas al objetivo y mayor preocupación de cualquier pro-
impacto de la enfermedad y/o a las condiciones de grama diabetológico. Las estrategias de intervención
vida del paciente (conflictos familiares, laborales, han girado básicamente en torno a la educación o
etc.). Los procedimientos de intervención son, evi- al cambio de conducta de los pacientes diabéticos.
dentemente, los mismos que han mostrado su uti-
lidad en otros ámbitos de la modificación de con-
4.1. Programas educativos
ducta, como, por ejemplo, las técnicas para la
reducción o amortiguación de la activación fisioló- Desde los equipos médicos se han promovido
gica, las técnicas de exposición, o el desarrollo de programas de educación como un medio eficaz para
habilidades específicas y estrategias de afrontamien- promover la adhesión. El supuesto que subyace es
to (habilidades sociales, asertividad, etcétera). La que el nivel de conocimientos está relacionado con
intervención, como no puede ser de otro modo, se los resultados. Así, y atendiendo a las diversas
habrá de diseñar conforme a la evaluación de cada peculiaridades de los pacientes y las familias (edad,
caso particular. Ahora bien, el paciente, además de fase de la enfermedad, nivel sociocultural, etcétera),
manejar el estrés, deberá reconocer la repercusión se proporciona a los diabéticos la información ne-
del estrés sobre la glucemia. Durante el entrena- cesaria acerca de la naturaleza de la diabetes y los
miento del paciente en el manejo del tratamiento tratamientos disponibles (revisiones más detalladas
diabetológico, observar y registrar, junto con las de los objetivos y contenidos de los programas
glucemias, medicación, dieta y ejercicio, las rutinas educativos pueden encontrarse en Foster, Taylor,
cotidianas y, en particular, las situaciones de tensión Eldridge, Ramsay y Griffiths (2007). Los resultados
es una estrategia necesaria. Es un requisito tanto de los programas educativos frecuentemente no
para adecuar los objetivos de la intervención a las correlacionan con el control de la enfermedad. La
condiciones particulares de cada diabético como mayoría de los programas, aunque aumentan el
para analizar y estimar (bien es cierto que con nivel de conocimientos, no tienen efecto o bien no
cierta perspectiva) en qué medida el estrés puede son duraderos sobre el control de la diabetes, pu-
ser un indicador de la evolución de las glucemias. diendo atribuirse los resultados favorables a otras
Como en el resto de condiciones, se trata de entre- variables, como la atención recibida (Brown, Harris,
nar al paciente en el manejo del estrés teniendo en Webster-Bogaert et al., 2002). Al objeto de subsa-
cuenta, al menos, las siguientes condiciones: nar esta conocida limitación, publicaciones más
recientes reclaman la necesidad de incorporar los
1. El perfil de la glucemia (puntualmente y en procedimientos y las técnicas de la modificación de
períodos concretos de tiempo). conducta a los programas educativos (Hill, 2007;
2. Las características de su conducta y las con- Knight, Dornan, Bundy, 2006). En cualquier caso,
diciones (contextuales y del paciente) que es necesario recordar que la ausencia de criterios
las explican. operativos y uniformes, tanto en el diseño y apli-
3. Las habilidades o estrategias alternativas. cación de estos programas como en su misma eva-
4. El efecto del estrés sobre la adhesión al luación, facilita que los resultados puedan ser con-
tratamiento (insulina, dieta, ejercicio) y so- trovertidos. Sica, Harker-Murray, Montori y Smith
bre el perfil de glucemia. (2002) han analizado las garantías metodológicas

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282 / Manual de psicología de la salud

de las guías para la educación diabetológica publi- tran: la supervisión regular del terapeuta, el control
cadas entre 1988 y 2000 en estudios recogidos en de estímulos y el reforzamiento de los progresos y
bases de datos internacionales y en Internet. Sobre el empleo de estrategias seguras de feedback sobre
un total de 25 requisitos metodólógicos evaluados, la ejecución y los valores glucémicos.
el conjunto de las 43 guías evaluadas cumplía una En los últimos años, y tanto en Europa como en
media de nueve condiciones (rango de 2 a 19). Sólo Estados Unidos, los programas de autocuidado de
un 21 por 100 aportaba datos suficientes sobre el la diabetes (al igual que ocurre en otras enferme-
procedimiento y sus resultados. La Cochrane, en dades crónicas) han salido de los servicios especia-
2007, ha elaborado diferentes informes sobre la lizados de endocrinología para desarrollarse también
eficacia, efectividad y eficiencia de las intervencio- en los consultorios del médico de familia. Estos
nes educativas, sus garantías y limitaciones, consi- programas han dejado de ser exclusivamente edu-
derando los artículos publicados en las principales cativos e incluyen estrategias de modificación de
bases de datos científicas entre 1986 y 2006. Entre conducta. Whittemore (2000) ha realizado un estu-
las conclusiones, como ya señalamos, se reiteran dio de metaanálisis sobre los datos publicados en
en la recomendación de un mayor control metodo- la literatura entre 1985-1999 sobre las estrategias
lógico y seguimientos a más largo plazo. empleadas en modificar el estilo de vida de los
pacientes diabetológicos. Sobre un total de 72 es-
tudios metodológicamente bien controlados con-
4.2. Programas de modificación
cluye que los resultados positivos se encuentran en
de conducta
los programas que emplean estrategias conductua-
Frente al elevado coste y escasos resultados de les. No obstante, una vez más el autor llama la
los programas educativos tradicionales, los progra- atención sobre la necesidad de mejorar el rigor
mas conductuales han supuesto una alternativa. Se metodológico de la investigación. Funnell (2009),
han dirigido a implantar las habilidades pertinentes a partir de estudios controlados y metaanálisis pu-
para el adecuado cumplimiento de todas o, de for- blicados' describe las intervenciones conductuales
ma específica, alguna de las condiciones del trata- y sus resultados, y se reafirma en la superioridad
miento. Se han ensayado técnicas puntuales y, más de estos procedimientos para mejorar el autocuida-
frecuentemente, paquetes de técnicas. Entre los do de los pacientes diabéticos.
procedimientos más empleados cabe citar los si- Los métodos de intervención conductual pueden,
guientes: asignaciones específicas y operativas de sin duda, ofrecer herramientas muy útiles para me-
las tareas a realizar; proporcionar señales y claves jorar la adhesión al tratamiento diabetológico. Se
para conductas específicas; adaptar el régimen de requiere, no obstante, un mayor rigor metodológico
tratamiento a las necesidades específicas del pa- que garantice la validez de los resultados obtenidos.
ciente; elaborar contratos que definan las contin- Entre las limitaciones que pueden observarse en la
gencias en caso de cumplimiento y, alternativamen- mayoría de los trabajos cabría destacar, en primer
te, de incumplimiento; práctica gradual de las lugar, el uso casi exclusivo de los valores de gluce-
conductas a implantar y en fases sucesivas; empleo mia como medida de la adhesión al tratamiento,
del modelado, moldeado y refuerzo diferencial en desatendiendo las variables comportamentales que
el entrenamiento de nuevas conductas (una revisión con mayor objetividad informan del grado de cum-
detallada sobre las distintas estrategias de interven- plimiento. En segundo lugar, no se ofrecen resulta-
ción psicológica puede encontrarse en Polaino y dos de seguimientos a largo plazo. Aunque es co-
Gil Roales-Nieto (1990). nocida una cierta regresión a la situación de partida,
Los resultados demuestran la superioridad de sólo la efectividad de los procedimientos a largo
estas técnicas en el desarrollo de conductas espe- plazo puede demostrar su utilidad. En este mismo
cíficas y un mejor control. En general, entre las sentido, y teniendo en cuenta la, más o menos rá-
intervenciones con mejores resultados se encuen- pida, recuperación de la situación inicial de los

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La adhesión al tratamiento diabetológico I 283

pacientes que se observa en muchos programas, un habilidades y déficits específicos en relación al


aspecto a conocer es en qué medida factores como cumplimiento y la automanipulación de cada con-
la atención prestada, las expectativas del paciente dición de tratamiento; 2) las rutinas cotidianas, a
respecto a la enfermedad y su tratamiento, contri- fin de adaptar las exigencias del tratamiento al es-
buyen al cumplimiento de las prescripciones. En tilo de vida (y las demandas ambientales) de cada
tercer lugar, son importantes los análisis que inda- individuo, y 3) la presencia de conductas desadap-
guen los predictores terapéuticos y/o psicosociales tadas a causa de la diabetes (dependencia, ansiedad,
de la mejoría clínica. abandono de actividades gratificantes, depresión,
Los programas conductuales hacen también es- etcétera). Esta evaluación permite establecer la línea
pecial énfasis en la investigación de procedimientos base de cada paciente y configurar un plan de acción
de evaluación adecuados tanto de los parámetros individualizado, lo que no excluye que la interven-
físicos como del estilo de vida del sujeto. Por lo ción pueda realizarse en grupo.
general, se utilizan autoinformes, autoobservación, El tercer requisito es establecer las metas de la
entrevistas conductuales y análisis funcionales para intervención para cada diabético. Se trata de ope-
identificar conductas específicas y las variables que rativizar las conductas a implantar (o eliminar). Se
las mantienen, cuestionarios específicos. Un pro- jerarquizarán procurando siempre facilitar la incor-
blema habitual es la escasa fiabilidad y validez que poración efectiva en la vida del paciente de las
ofrecen los registros de los pacientes, especialmen- distintas pautas del tratamiento, desde las más sim-
te en lo que respecta a la observación de la dieta y ples a las más complejas. Así, en cada sesión, se
las rutinas cotidianas. Parece especialmente conve- establecen metas concretas de cambio atendiendo
niente diseñar la evaluación (y por supuesto el a la condición particular de cada individuo, sus
tratamiento) para cada caso particular. recursos y las condiciones facilitadoras o entorpe-
Desde esta perspectiva, los autores y su equipo cedoras derivadas de su estilo de vida o ambiente.
vienen desarrollando un programa para la promo- Es entonces cuando se emplean a fondo los proce-
ción de la adhesión diabetológica en que el régimen dimientos y técnicas de modificación de conducta
del tratamiento diabético se entiende como un com- antes citados. Los objetivos han de ser siempre
portamiento complejo que el diabético debe apren- relevantes, pues, en definitiva, de la implantación
der y asimilar en su rutina cotidiana de forma de- de estas conductas dependerá tanto el logro de la
finitiva y sin que entre en competencia con sus adhesión al tratamiento como la capacitación del
actividades diarias (según las especificaciones he- sujeto para el autocontrol de la glucemia. En último
chas en el capítulo 15). Así, y de acuerdo al análi- término, se pretende poner bajo control conductual
sis de conducta, el primer requisito de la interven- el proceso autorregulador de la glucosa. Como se
ción consiste en identificar y operativizar las ha venido reclamando, se concede un papel desta-
conductas específicas que median en el seguimien- cado a la estimación de la glucemia como feedback
to de cada una de las citadas condiciones de trata- respecto de la eficacia de los cambios introducidos.
miento en cada diabético (véase anexo 16.1). En la tabla 16.1 se recoge la secuencia del proceder
Estas conductas constituyen propiamente lo que en cada una de las distintas sesiones que se invier-
podríamos llamar requisitos de cada condición de ten en el entrenamiento de los pacientes en el ma-
tratamiento, que se habrán de especificar desde los nejo del tratamiento (una descripción más detallada
componentes más simples a los más complejos y de los materiales, la intervención y los resultados
siempre en términos operativos. puede encontrarse en Fernández Rodríguez, 1986,
El segundo requisito es identificar para cada 1990, Y Pérez Álvarez y Fernández Rodríguez,
paciente sus habilidades y sus déficits para el ma- 1993)
nejo de cada condición del tratamiento diabetoló- A pesar de las limitaciones que se han comen-
gico. Mediante entrevista conductual y registros de tado, es indiscutible que sólo la práctica comporta-
conducta se recoge información acerca de: 1) las mental de las habilidades que requiere el complejo

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284 / Manual de psicología de la salud

TABLA 16.1
Secuencia de tareas para promover la autorregulación de la glucosa

a) Análisis «glucemia-dieta-ejercicio-rutinas cotidianas» a partir registros.


b) Identificación de las conductas a instaurar y/o eliminar, descritas en términos operativos y contextualizadas en la
situación en la que ocurren. Se busca conocer condiciones facilitadoras o interfirientes (se establecen objetivos para
cada sesión).
e) Propuesta (paciente, ,familiares, personal sanitario, psicólogo) de alternativas para resolver el problema.
d) Elección de una o varias alternativas para su puesta en práctica. Se tiene en cuenta tanto las exigencias del tratamien-
to como los propios recursos del sujeto y del medio.
e) Entrenamiento al paciente en su puesta en práctica (modelado, moldeado, refuerzo diferencial, estímulos discrimi-
nativos, reglas verbales...).
1) Convenio por escrito (<<contrato de contingencias») de la conducta específica a poner en práctica, su frecuencia, el
momento y lugar de su ocurrencia y las consecuencias positivas que se dispensarán por el cumplimiento y las nega-
tivas en caso contrario.
g) Establecer los momentos de automedición de la glucemia al efecto de obtener feedback respecto de la eficacia del
cambio.
h) Toma de decisiones (repite proceso).

régimen diabetológico, y en los contextos del pa- logo, el profesional sanitario especialista, el que
ciente que las hacen apropiadas, facilita la adhesión puede diseñar la autorregulación conductual de la
al tratamiento y, en consecuencia, una mejor pre- terapéutica diabetológica que, evidentemente, habrá
vención de las graves complicaciones degenerativas establecido, conforme a los parámetros metabólicos
asociadas a esta enfermedad. Por lo tanto, y a modo del diabético, otro especialista sanitario, el endo-
de conclusión, se quiere enfatizar que es el psicó- crinólogo.

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Anexo 16.1
Descripción conductual de un programa de
tratamiento diabetológico. Un estudio de caso

La dieta los alimentos, la velocidad de digestión y


los factores que aceleran o retrasan el
1. Consume una dieta ajustada a sus necesida-
efecto de los alimentos sobre el nivel de
des de consumo de energía.
glucemia.
Criterio:
Utiliza la tabla de sustitución de alimentos.
.. Se conviene (endocrinólogo/nutricionista)
4. Realiza una dieta variada.
el aporte diario según sus necesidades
Criterio:
individuales.
.. Utiliza una medida para estimar el peso. e Emplea los nutrientes básicos.
.. Consume regularmente las cantidades es- e No repite menús.
tablecidas.
5. Realiza cinco comidas diarias en intervalos
2. Consume una dieta nutricionalmente equi- de no más de 3 o 4 horas.
librada. Criterio:
Criterio:
e Se conviene (endocrino/nutricionista) la
e Consume de modo regular y diario ver- distribución diaria de nutrientes y calorías
duras y frutas, alimentos ricos en fibras según sus necesidades individuales.
(pan, patatas, legumbres...), carne y/o pes-
6. Conoce y maneja la relación ingesta-ejerci-
cado y/o huevos.
cio-medicación-glucemia.
e Consigue aproximadamente el5ü por 100
Criterio:
de las calorías diarias a partir de hidratos
de carbono, entre el 20-30 por 100 de e Utiliza con regularidad el autocontrol de
grasas (preferentemente insaturadas) y un glucemia.
25 por 100 de proteínas (ajustes según e Realiza autocontrol cuando infringe (ex-
criterio médico). ceso/defecto) la dieta.
e Realiza autocontrol cuando percibe sín-
3. Autoconfecciona la dieta diaria.
tomas de descompensación.
Criterio:
e Conoce el nivel de ajuste metabólico (en
e Confecciona menús nutricional y calóri- función del momento del día y de los fac-
camente ajustados y de su preferencia. tores asociados presentes) y, en su caso, pone
e Conoce y utiliza el índice glicémico de en práctica estrategias de compensación.

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286 / Manual de psicología de la salud

El ejercicio Criterio:
1. Realiza el ejercicio recomendado por su • Conoce y considera el(los) tipo(s) de in-
médico al horario convenido sulina y sus características principales.
Criterio: • Conoce y considera el comienzo de acción,
el momento del «pico» o nivel máximo
• Prescripción médica. disponible y la duración máxima de la
2. Realiza a diario un ejercicio moderado des- acción de la insulina.
pués de haber realizado una ingesta de hi- • Conoce y considera las condiciones de
dratos de carbono (después de las comidas) administración de la insulina (temperatu-
y asesorado por su médico. Por ejemplo: ra, zona, profundidad) que aceleran o re-
trasan el curso temporal de la insulina.
Camina una hora diaria.
• Atiende y valora si la ingesta de alimentos
Bicicleta estática alrededor de 20 mino
se adecua a la curva de acción de la insu-
Gimnasia de mantenimiento durante
lina.
aproximadamente 30 mino
• Atiende y valora el efecto del ej ercicio
Cualquier otra actividad física o depor-
sobre la curva de acción de la insulina.
te (asesoramiento médico).
• Considera el nivel de glucemia previo a
3. Aumenta el ejercicio físico dentro de sus la inyección.
actividades cotidianas. Por ejemplo:
Sube escaleras. CASO CLíNICO
Se desplaza a pie.
Hace «rodeos» en sus desplazamientos A. A. es mujer de 60 años, diabética insulino-
a pie. dependiente desde los 23 años. La deficiencia visual
Cualquier otra opción compatible con comenzó hace 10 años a causa de una retinopatía
su estilo de vida. diabética; desde hace cuatro años es ciega total. A raíz
4. Conoce y maneja la relación ejercicio-dieta- de la ceguera, ha dejado de autoinyectarse la insu-
medicación-glucemia. lina, de planificar su dieta o tomar cualquier decisión
Criterio: sobre el tratamiento, dependiendo totalmente de los
cuidados familiares (desde entonces, junto con su
• Aumenta el ejercicio físico para rebajar marido, conviven con su hija, yerno y nietos). No
la glucemia. obstante, las limitaciones derivadas de la diabetes
• Utiliza la automedición de glucemia para no impiden el autocuidado del tratamiento.
evaluar los nieles de azúcar y comprobar En la actualidad, la paciente está controlada por
la adecuación de su proceder. un endocrinólogo, que visita cada tres meses. Su
tratamiento actual, según consta en el informe del
La insulina médico, consiste en dos tomas diarias de insulina y
una «dieta de 1.500 calorías». No aparece recomen-
1. Conserva correctamente la insulina (según dación expresa de ejercicio físico, ni pauta dietética
pautas del médico y personal de enfermería). alguna. Según informa la hija, el médico entiende
2. Se autodosifica y autoinyecta correctamen- que después de tantos años de enfermedad ella sabría
te la insulina (según prescripciones y entre- perfectamente cómo alimentarse del modo más con-
namiento del médico y personal de enfer- veniente. A. A. nunca había recibido información
mería). diabetológica estructurada. Con relación a la dieta,
3. Conoce y maneja la relación ejercicio-dieta- refiere que sólo los azúcares «están prohibidos a los
medicación-glucemia. diabéticos» y si existe algún motivo para cuidar su

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La adhesión al tratamiento diabetológico / 287

alimentación es su sobrepeso. Insiste repetidas veces básica sobre la implicación de la medicación-


que «cuando era joven estaba más ágil y tampoco dieta y ejercicio en el nivel de azúcar en sangre y
estaba de moda ser fiaca, así que siempre comí de sobre la importancia de identificar el comporta-
todo». La descompensación de los niveles de gluce- miento del paciente y familiares en relación a
mia durante años puede explicar, además de la reti- estas condiciones. Se entrenó y convino con la
nopatía, otras complicaciones vasculares y nefropa- paciente y sus familiares un registro quincenal de
tía que A. A. sufre desde hace tiempo. su dieta, actividad física, rutinas cotidianas y glu-
En el momento en que se lleva a cabo la evaluación cemias. La evaluación de las habilidades y déficit
de su adhesión terapéutica, A. A. sí realiza, por de la paciente en relación a cada condición del
prescripción médica, la automedición de la glucemia. tratamiento diabetológico (según las condiciones
Mide en casa su glucemia en los momentos en que expuestas en el capítulo y criterios recogidos en
el gastroenterólogo le recomienda. Sin embargo, no el anexo 16.1) fue la siguiente:
sabe interpretar la información, ni adopta ninguna
medida concreta en la dieta o ejercicio para restable- Línea base
cer la normalidad glucémica. Solamente cuando los
valores glucémicos en ayunas están por debajo de
100mg/dl, la hija está instruida por el médico para
disminuir dos unidades de insulina. Esta medida se
toma sin atender al perfil glucémico diario, ni se
• Glucemias en ayunas> 130 mg/dl « 130 mg/dl)
consideran otras condiciones como la dieta. No obs- " 2 h. p.p. >200 mg/dl « 180 mg/dl)
tante, nunca han tomado medidas compensatorias.
La paciente dice reconocer síntomas de hipogluce- • Hemoglobina glicosilada: 12 « 10)
mia, aunque nunca lo ha comprobado mediante una
• Triglicéridos: 210 mg/dl « 150 mg/dl)
medida de glucemia. No identifica síntomas de hi-
perglucemia. No obstante, en los perfiles glucémicos • HDL: 80 mg/dl « 65 mg/dl)
se observan ambas situaciones. LDL: 160 mg/dl «150 mg/dl)
Después de la entrevista inicial, se proporcionó
.. LM.C.: 28
durante dos sesiones de 45 minutos, información

Niveles de glucemia (mg/dl)

350

300
.------------,
250-l------...",··"'------t'----',..-+--------1
Perfil
normalización
200 l.a semana
150....... ' - - - - - - - - - - - - - ' " . . - - - - - 1 L.B.
2. a semana
100 L.B.
50 " " " ' I - - - - - - - - - - - - - - - - - - i

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288 / Manual de psicología de la salud

DIETA: g) Ausencia de alimentos nutricionalmente


convenientes y de la preferencia del paciente (y
Conductas a modificar: hábitos familiares).
• Ingesta nutricional y calóricamente incorrecta: # no consume pescado azul y marisco; sopa,
macarrones y legumbres (lentejas); refrescos #
a) Consumo superior a 1.500 cal/día.
# en cada comida diaria y de todos los alimentos • Come entre horas, «picotea»
consume raciones aproximadamente un 50 por 100
# come pan, frutos secos, galletas o embutidos
superiores a las necesarias para asegurar una inges-
en cantidades no controladas y en cualquier mo-
ta de 1.500 cal.#
mento que está en casa sola sin hacer nada o dis-
gustada #
b) Consumo excesivo de proteínas animales
(aproximadamente el 45 por 100 de las calorías
• No autoconfecciona dieta ni planifica menús.
diarias provienen de proteínas animales, frente al
30 por 100 recomendado).
• No conoce ni maneja la relación «dieta-ejer-
# en todos los almuerzos y cenas consume carne
cici 0- medicación-glucemia».
de ternera y/o huevos y leche o derivados #

e) Consumo excesivo de grasas (aproximada- EJERCICIO:


mente el35 por 100 de las calorías diarias provienen
Conductas a modificar:
de grasas, frente al 25 por 100 recomendado).
# en todos los almuerzos y cenas diarias prepara: • Ausencia de ejercicio físico.
las carnes y los pescados guisados o con salsas. # se levanta a medio día.
las legumbres, pastas o féculas con grasas ani- mientras permanece en casa está sentada.
males. no realiza tareas domésticas.
utiliza margarina en desayuno y merienda, acei- durante las tardes camina aproximadamente
te y avecrem a discreción # 30 mine (acudir reunión cafetería) #
Conductas a mantener:
d) Consumo deficitario de carbohidratos
(aproximadamente el 20 por 100 de las calorías • Cuidado de pies (correcta higiene, calzado y
diarias, frente al 50 por 100 recomendado). cuidados especiales).
# a diario consume pequeñas cantidades de ver-
duras de hoja y menos pan del recomendado (ali- INSULINA:
mento de preferencia).
Conductas a modificar:
excepcionalmente consume legumbres (alimen-
to de preferencia). • Dependiente en la autoinyección (sí realizaba
aproximadamente consume pastas (alimento de antes de la ceguera) y preparación (limitaciones mo-
preferencia) # toras para manipular el instrumental) y falta de cola-
boración familiar (<<más cómodo preparar dosis»).
e) # no utiliza ninguna medida fiable de esti-
Conductas a mantener:
mación del peso de los alimentos #
• Procedimiento correcto de preparación e in-
f) Consume alimentos no convenientes yección de insulina por parte de la familia.
# a diario, toma «alguna cucharada» del postre de
nietos o marido # # a diario, durante el paseo de la Una vez identificadas (en los momentos y con-
tarde, consume una o dos copas de vino # textos en los que ocurren) y operativizadas las con-

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La adhesión al tratamiento diabetológico / 289

ductas concretas a mantener y eliminar, en tanto que excluir a la familia y debía asegurar que los cambios
de ellas depende la normalización glucémica y el beneficiaran a todos; de lo contrario, difícilmente
autocuidado de la enfermedad (conforme a las pe- se consolidarían. En todo momento se procedió
culiaridades metabólicas y personales de A. A.), el siguiendo el esquema que se recoge en la tabla 16.1.
siguiente paso es establecer un plan de intervención
con el objetivo final de incorporar a la vida del pa- Objetivos de la intervención:
ciente nuevos hábitos (alimentación, actividad física,
rutinas cotidianas ... ). En consecuencia, cualquier 1.a semana:
meta terapéutica implica, en primer lugar, el cono-
cimiento del profesional y del paciente de sus déficit a) Aumentar el consumo de carbohidratos (50
y competencias y de las condiciones personales (su por 100 del total de calorías).
estado físico, sus emociones, el recuerdo y recono- • Convenir el número de rebanadas de pan para
cimiento de cómo actuar ... ) y sociales (lugares, cada comida diaria (cambio de lugar del paquete de
actividades, compañías ... ) que facilitan o dificultan pan -control de estímulos-).
que actúe de un modo u otro. En consecuencia, la • Elaborar por escrito un primer plato para la
información que se proporcione al paciente sobre su comida y la cena de cada día de la semana, con
comportamiento y las relaciones con su estado me- verduras y/o féculas del gusto del paciente y su
tabólico, además de teórica, debe realizarse sobre familia -tipo, cantidad, forma de preparación-
datos objetivos. Enseñar al paciente a autoobservar (sugerencias del paciente e hija siguiendo la lógica
la relación entre lo que hace, su entorno y su diabe- de resolución de problemas).
tes será, a lo largo de la intervención, un objetivo • Mantener consumo de fruta (tipo y cantidad).
central. Precisamente, se busca que el paciente y
allegados, sobre estas observaciones, propongan al- b) Disminuir el consumo grasas.
ternativas disponibles, es decir, recursos propios que • Eliminar la margarina del desayuno y la me-
están ya disponibles y, por tanto, instaurados bajo rienda (contrato de contingencias).
las claves contextuales en las que se desenvuelven. • Convenir la cantidad diaria de aceite (control
Sobre esta lógica, se emplean siempre observación, de estímulos).
registros (conductas y perfiles glucémicos), feedback • Consumir a diario una sola ración de carne y
y todo el arsenal terapéutico de la terapia de conduc- de pescado (con preferencia del azul) preparado al
ta. Ni que decir tiene que, en cada caso, las técnicas horno con limón o a la plancha, alternando en la
a utilizar son las que convienen sobre el análisis comida y la cena (sugerencias de paciente, hija y
funcional, e incluso, en un mismo caso, estaría jus- psicólogo según modelo de resolución de problemas).
tificado utilizar varios procedimientos. • Eliminar el uso de avecrem (control de estí-
Se exponen a continuación los objetivos, con- mulos).
ductas operativizadas, para cada semana de inter-
vención con A. A. Entre paréntesis, se señala la e) Utilizar peso o medidas equivalentes, por
principal técnica que se empleó. No obstante, siem- ejemplo, una taza (control de estímulos de la hija).
pre la observación, el registro y el feedback fueron
un recurso capital en el aprendizaje de la relación d) Realizar tareas domésticas. Después de in-
entre contexto, hábitos y glucemias. En el caso de yectada la insulina (9.30 h.), aseo, desayuno, lim-
A. A. participaron en el programa ella, el marido, pieza del dormitorio y baño (coste de respuesta
la hija y, ocasionalmente, los nietos. La colaboración (versus) refuerzo social).
de los allegados fue siempre adecuada, Hay que
señalar que desde la ceguera de A. A., dependía e) Caminar una hora diaria durante el paseo de
altamente de su familia en su cuidado diario. Por la tarde (acuerdo con el marido, no sujeto a contin-
tanto, una intervención en el contexto nunca podría gencias específicas).

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290 / Manual de psicología de la salud

1) Sustituir el vino de las tardes por un refres- 3.a semana:


co (Tab) o café (preferencia del paciente, no sujeto
Se mantienen todas las conductas establecidas
a contingencias específicas).
para semanas anteriores, revisión técnica y sistema
de contingencias.
g) Observar la relación dieta-ejercicio-medi-
cación-glucemia. Análisis conjunto de registros y
a) Eliminar «picoteo» (coste de respuesta).
sugerencias del paciente.
b) Medida de glucemia ante descompensacio-
Evaluación: nes (estrategia de feedback).
Se cumplieron los objetivos «a», «b», «d» y «f»
e) Manipular la dieta y el ejercicio para redu-
y no se alcanzaron satisfactoriamente «C», «e» y
«g» . cir la glucemia (sugerencias de la paciente según
modelo descrito de «resolución de problemas»; se
conviene por escrito una estrategia propuesta por
2. a semana: la paciente para reducir las glucemias antes de la
cena; empleo de medida de glucemia como estra-
Se mantienen todas las conductas establecidas
tegia de feedback y refuerzo social del psicólogo y
(y puestas en práctica) para la l.a semana, aunque
familia).
se revisaron las contingencias a las que estaban
sujetas.
Evaluación:
a) Caminar una hora diaria (o más). Se mantienen las conductas puestas en práctica
Durante la mañana (registro glucemia), acom- con anterioridad. Las estrategias convenidas para
pañar al marido a la recogida de los nietos al cole- eliminar el picoteo no se pusieron en práctica al no
gio y la compra del pan para la familia (alternativa ocurrir esta conducta (generalmente, sólo ocurría
del paciente, y sujeta a un contrato de contingencias). ante claves ambientales concretas).
Durante la tarde, paseo con las cuñadas antes de Los cambios en la dieta y ejercicio propuestos
acudir al café (alternativa de la familia, refuerzo por la paciente fueron efectivos para reducir las
social). glucemias antes de la cena. Uso correcto de la auto-
medición de glucemia como sistema de feedback.
b) Ejercicio después de la cena (perfil glucemia).
Tabla de gimnasia (principio Premarck, refuerzo
social-nietos-). 4.a semana:
Se mantienen los mismos objetivos de la sema-
e) Utilizar un sistema de medida de alimentos na anterior. Revisión de técnicas.
(control de estímulos, la hija rechaza otras técnicas).
Valoración:
d) Observación de la relación dieta-ejercicio-
medicación-glucemia. Al finalizar la intervención (seis semanas) con
A. A., había reducido significativamente sus valores
Evaluación: basales de glucemia y lípidos, había perdido un 10
por 100 del peso inicial, su IMC se había reducido
Se mantienen conductas puestas en práctica en a 26 y había reducido la cantidad de insulina que
la primera entrevista y la realización del ejercicio. se administraba a diario. Su perfil glucémico de 24
Mejora de glucemias y sugerencias correctas de la horas se ajustaba en algunos momentos a los crite-
paciente sobre los factores implicados. rios de normalización y había mejorado significa-

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La adhesión al tratamiento diabetológico / 291

tivamente respecto a la línea base. Su impresión cambios (fundamentalmente en su patrón de ali-


sobre su estado general era positiva. Decía sentirse mentación y rutinas cotidianas), sino que tales cam-
«más ágil y contenta» y valorada, especialmente al bios se han incorporado a las rutinas de la familia
haber retomado algunas actividades domésticas y en tanto que eran respuestas ya disponibles y fun-
de ocio: «me siento menos inútil y soy menos car- cionales. En un seguimiento a los seis meses, la
ga para mi hija y mi marido». En relación a los situación de A. A. era similar. La principal infrac-
cambios introducidos, estimaba que, a excepción ción que cometía y también explicaba en qué con-
de la tabla de gimnasia, todo lo demás: «ya lo sabía diciones se producía, era «picotear» cuando estaba
hacer, sólo necesitaba saber que era eso lo que tenía sola y desocupada. En definitiva, se considera que
que hacer». Su familia valoraba que la intervención la estrategia de intervención empleada con A. A.
había significado «un gran y buen cambio de todos facilitó ejercer un control externo de la glucemia
sin aprender nada nuevo». Efectivamente, estas suficiente, duradero y adecuado a sus características
referencias parecen indicar que no sólo ha habido metabólicas, personales y del contexto vital.

Niveles de glucemia (mg/dl)

250

1- Perfil
200
: normalización
1
4. a semana
150

100 3. a semana

50 2. a semana

l.a semana

1. a semana: dosis diaria de insulina 28 unidades a 8.30 hl122 unidades a 21 h.


2. a semana: 24 unidades a 8.30 hll18 unidades a 21 h.
3. a semana: 24 unidades a 8.30 hll18 unidades a 21 h.
4. a semana: 22 unidades a 8.30 hll18 unidades a 21 h.

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Bibliografía

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