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Reporte de "El arte descentrado", de Hans Sedlmayr

Es interesante la perspectiva de ver el estudio del arte como el estudio de nuestra

propia época. Y al igual que en cualquier otra disciplina el estudio de las artes

también requiere un método. Y tal como cita el autor a René Huyghe: "El arte es

para la historia de las sociedades humanas, lo que desde el punto de vista del

psiquiatra es el sueño (del hombre individual). Dice el autor que es necesario

renunciar apoyarnos en rasgos ideales y conscientes del arte y fijarnos más en la

zona inconsciente de la sensibilidad, en lo subyacente del arte, para encontrar

patrones que ayuden a sistematizar la disciplinas que estudian el arte.

Se utiliza como ejemplo a la iconografía y la iconología, que posterior a la ruptura

europea del siglo XVIII, había "muerto" debido a la total fractura de las formas

antiguas del arte. "En ningún terreno era tan grande la esterilidad como en la

invención y la composición iconográficas", dice el autor. Pero se había perdido la

noción, incluso de lo que significaba. Se habla de una dispersión de las artes

cuando comienzan a separarse unas de otras. Cada uno de los dominios de

creación artística aspiran a hacerse autónomos, autárquicos; esto quiere decir

autosuficientes e independientes. Demuestra esto explicando cómo en cualquier

museo era fácil verificar hasta qué punto los cuadros del siglo XVIII estaban

acordes con las estatuas, las porcelanas de los muebles y otros enseres de la época;

y no sólo por su estilo, sino también por sus cualidades comunes intrínsecas, sus

técnicas y materiales.
Citando a Seldmayr: "el ideal a que aspiran dichas tendencias es el de la música

absoluta, el dibujo ha de convertirse en una música de líneas abstractas; la pintura,

en una música de abstractas superficies coloreadas; las escultura, en una música de

cuerpos geométricos o de superficies geométricas en el espacio. Todas las artes

quieren ser enteramente autónomas" hice una reflexión personal de tal

entendimiento acerca del tiempo y la ruptura en las fomas del arte.

Hace unos días por mi casa hubo una feria de artesanías y mi mamá compró un

juego de adornos de manzanas para mesa. Cuando analizamos todos los estilos de

adornos que vendían, ella visionó unos en específico: trataba de decidirse entre dos

tipos de juegos de manzanas: unas rojas, brillantes que imitaban a manzanas

normales y otras que eran de superficies prismáticas y de diferentes colores

cromáticos. Después de un par de minutos mi mamá se decidió por las manzanas

normales. Yo personalmente prefería las que tenían un aspecto prismático y de

colores, simplemente porque me llamó la atención la ruptura de lo real, de lo

clásico. Pero fue hasta después de haber leído el texto que entendí que el cambio de

una manzana real a una manzana irreal tomó un lapso histórico tremendamente

largo y muchos cambios de pensamiento tuvieron lugar para que mi mamá

pudiese elegir entre un juego de adornos y otro.

En cuanto a su propuesta de las etapas del arte occidental me parecen muy

interesantes por relacionar el arte con lo divino, con Dios y su inevitable ruptura.

En una primera etapa Dios y Señor son la estructura; en una segunda, Dios y el

hombre como expresión de lo divino que es el arte expresado en el hombre; una

tercera, Hombre y Dios, pero Hombre divino: el hombre como tema fundamental
del arte; y en una cuarta el Hombre rompe toda relación previa de arte y se vuelve

autártico.

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