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TRABAJO MONOGRÁFICO
“TITULO”
INTEGRANTE:
-GALÁN CASTRO NICOLE
DOCENTE:
-SANTA TRINIDAD, ANALIO
CURSO:
TALLER DE EDUCACIÓN ARTÍSTICA VISUAL I
CICLO:
V
1. Introducción
2. ¿Qué es el arte?
3. ¿Cuándo un objeto es una obra de arte y cuándo no?
4. ¿A qué dan importancia en una obra de arte los historiadores?
5. ¿Crees que el arte tiene o ha de tener alguna función? ¿Cuál?
6. ¿Crees que hay que poseer algún tipo de conocimiento para entender y apreciar una
obra de arte? ¿Por qué?
7. ¿Qué factores o circunstancias crees que influyen en el trabajo de los artistas?
Enuméralos
8. ¿Has visitado alguna exposición de algún artista de la región (Áncash)? ¿de quién,
cuándo y que te pareció?
9. ¿Conoces a los artistas de tu región (Áncash)? Enuméralos y sus obras
Introducción
(“Estela Raffino” 2021) El arte es toda forma de expresión de carácter creativo que poseen
los seres humanos. Es la capacidad que tiene el hombre para representar sus sentimientos,
emociones y percepciones acerca de sus vivencias y el entorno que lo rodea.
A lo largo de la historia, la palabra “arte” se ha ido expandiendo por todo el mundo en todas
sus formas. Antiguamente, solo se consideraba arte a algunas disciplinas, como la pintura, el
dibujo, el canto, la literatura y la danza. Hoy el concepto de arte abarca muchas más técnicas
y formas.
(María Navarro, 2013) No cuando nosotros queramos, sino cuando Marcel Duchamp (1887-
1968), un pintor francés originario de la Alta Normandia, lo decidió. En 1917 Duchamp
envió de manera anónima un urinario a un jurado artístico norteamericano -del que además
era miembro-. Escogió el objeto, que llamó "Fontaine", entre centenares de ellos, todos
parecidos, en una fábrica de productos sanitarios que los manufacturaba en serie (no hay
belleza, no hay artesanía). Solo una cosa distingue a ese urinario, que ha llegado a ser célebre
en todo el mundo, de otro producto de la misma fábrica pero utilizado para sus fines
habituales: la firma. Duchamp no firmó con su nombre sino con un seudónimo: R. Mutt, en
referencia a las figuras de cómic "Mutt y Jeff" y "R" significa "Richard (en argot francés
"persona rica"). Pero Duchamp jugaba también con el nombre correcto de la empresa
neoyorquina de loza sanitaria "Mott Works", donde él había comprado el objeto.
Simplemente había alterado un poco la ortografía, como era habitual en él.
"Fontaine" jamás fue exhibida en la exposición, pese a que R. Mutt había pagado los seis
dólares. Ni siquiera figuró en el catálogo. Pero un coleccionista Walter Arensberg, le siguió
el juego y ofreció comprar la obra. Posteriormente se persuadió a un fotógrafo para que
hiciera la foto del incómodo objeto que apareció en el segundo número de la revista The
Blind Man. Los miembros del jurado ignoraban la identidad del autor de ese gesto a medio
camino entre la broma sin más trascendencia y la revolución estética que desencadena.
Duchamp llamó a este objeto ready-mode (un objeto ya confeccionado). Este objeto se
distingue de sus semejantes por la intención del artista que impone su presencia en una sala
de exposiciones. Y sigue siendo materialmente el mismo, lo fije un fontanero especializado
en productos sanitarios en vuestro instituto o lo sitúe un artista sobre un pedestal en una sala
de arte. Pero en el museo se carga simbólicamente de una significación distinta que en el
retrete. Su función cambia, su destino también, su finalidad primera y utilitaria desaparece en
beneficio de una finalidad secundaria y estética. El ready-mode entra entonces en la historia
del arte y se convierte en un aspecto de la modernidad.
Desde luego, se registran resistencias oficiales a este golpe de Estado estético. Se protesta
contra la impostura, la broma, el camelo. Se rechaza transformar el objeto banal en objeto
artístico. El urinario es en bruto, no labrado, simplemente está firmado; en cambio, las
producciones artísticas habituales están elaboradas, fabricadas, reconocidas como clásicas
por las autoridades del medio. Pero la postmodernidad que quiere acabar con la vieja forma
de pintar, esculpir, exponer, consiguen imponer el objeto como una pieza superior en la
Historia del Arte. Entonces, los antiguos y los modernos se enfrentan, los conservadores y
los revolucionarios, los trasnochados y los progresistas libran una batalla sin cuartel. La
historia del siglo XX da la razón a Marcel Duchamp: su golpe de estado ha triunfado, su
revolución cambia la mirada, la creación, la producción, la exposición artística.
Duchamp da muerte a la idea de Belleza. Una obra de arte no tiene porqué ser bella, se le
pide generar sentido, significado. Durante siglos, se creaba no para representar una cosa
bella, sino para lograr la bella representación de una cosa: no una puesta de sol, frutos en un
frutero, un paisaje marino, sino un bello tratamiento de todas estas ideas. Duchamp retuerce
el pescuezo a la Belleza e inventa un arte radicalmente cerebral, conceptual e intelectual.
Desde Platón (para quien la idea prima sobre lo real que deriva de ella) la tradición nos
mostró la existencia de un mundo inteligible enteramente poblado de ideas puras: lo Bello en
sí, la Verdad en sí, lo Justo en sí, el Bien en sí. Fuera del mundo, inalcanzables por los
efectos del tiempo, fuera de representaciones y encarnaciones, esas ideas no tenían
necesidad, así se pensaba, del mundo real y sensible para existir. En cambio, según el
pensamiento de Platón, una Bella cosa define un objeto que participa de la idea de Belleza,
que se deriva de ella, que proviene de ella. Cuanto más próxima, íntima, es la relación que
tiene con la idea de Bello, más bellas es la cosa; cuanto más lejana, menos lo es. Esta
concepción idealista del arte atraviesa veinticinco siglos hasta Duchamp. El meadero da
muerte a esta visión platónica del mundo estético.
Duchamp asesta otro golpe mortal: el de los soportes. Antes de él, el artista trabajaba
materiales nobles, oro, mármol, bronce...Tras él, todos los soportes se hacen posibles.
Para acabar concluimos: Duchamp da plenos poderes al artista, que decide lo que es el arte y
lo que no lo es. Pero también da poder a otros actores que hacen arte igualmente, los
galeristas, los periodistas, los críticos, nosotros los observadores.
Desde el urinario, la Belleza está muerta, el Sentido la ha reemplazado. (p. 1)
-Aquiles Rondan.. Acuarelista. Más de 200 obras, solo de acuarelas y más de 300 en
lienzos y acrílicos.