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Índice

1)-Introducción
2)-Psicosis
3-Esquizofrenia
a)-Tipos de Esquizofrenia
b)- Sintomatología
c)- Tratamiento Farmacológico
d)- Tratamiento psicológico
4)-Acompañamiento Terapéutico
a)- Competencias del A.T.
5)- Conclusión
6)- Bibliografía
1)- Introducción

El presente trabajo aborda el dispositivo del acompañamiento terapéutico en pacientes con


esquizofrenia. Se buscará una reflexión sobre los beneficios terapéuticos que el mismo
puede generar, tanto en el paciente, en su familia y en su entorno cercano.
En primera instancia, se aborda la patología de base, desarrollaremos qué es la psicosis y se
realiza una descripción de la esquizofrenia y los diferentes tipos. Luego abordaremos las
características propias de esta patología, su sintomatología, el tratamiento farmacológico,
hasta llegar al tratamiento psicológico y el abordaje desde el Dispositivo del
Acompañamiento Terapéutico. Explicaremos cómo este dispositivo tendrá por objetivo
acompañar al paciente en su camino, presentándose el acompañante como una figura
auxiliadora.
Queremos plasmar en este trabajo los beneficios terapéuticos de este dispositivo,
promoviendo en el paciente soluciones a problemáticas que conlleva su enfermedad, ahí
donde los otros dispositivos terapéuticos no llegan.
El Acompañamiento Terapéutico en pacientes psicóticos como los esquizofrénicos, es una
herramienta de gran ayuda y trabajo, así también, como lo es en la salud mental en general.
El A.T. es un agente de salud capacitado para sostener, cuidar, aliviar y compartir: las
ansiedades, angustias y desequilibrios de pacientes con diversas patologías.
2)- Psicosis

Para poder hablar de esquizofrenia, primero debemos referirnos a la estructura mental,


desde un punto de vista psicoanalítico, a la cual pertenece esta patología: Psicosis o
Estructura Psicótica. Desde el psicoanálisis, se habla de las psicosis en plural porque
además de la esquizofrenia incluye otras problemáticas como paranoia, melancolía,
catatonia, delirios, etc.
En un comienzo las psicosis eran relacionadas con una posesión divina (2nota del libro de
at 1). Luego pasó a ser objeto de estudio de la psiquiatría dando una mirada y abordaje
racional reduciendo los signos en síntomas. Recién en el siglo XX se intenta dar una
perspectiva diferente desde el psicoanálisis privilegiando la escucha antes que la mirada
racional de los síntomas. Desde el psicoanálisis, las psicosis no se abordan como un
conjunto de síntomas típicos sino que se observa desde un posicionamiento estructural que
comprende: paranoia, esquizofrenia y melancolía.
En la psicosis, el inconsciente no está reprimido y no registra trama edípica. A falta de
represión originaria, la contradicción ya no es reconocida como tal por el Yo, y en
consecuencia, en el nivel del Yo dos proposiciones contradictorias son afirmadas y se
convierte en simple yuxtaposición. Cada proposición ignora a su contradictoria, por eso
algunos afirman que el esquizofrénico carece de ambivalencia.
Freud (3nota referencia en amarillo) sostiene que la psicosis se puede entender como el
conflicto entre el yo y el mundo exterior. A su vez, afirma que su origen se debe a la
frustración de un deseo de la infancia no cumplido. Precisa que lo patológico surge o no, en
función del camino que tome el yo frente a esta tensión.
Por un lado puede continuar ligado al mundo exterior, no dejándose dominar por el ello, o
bien el yo puede resultar dominado por el ello, desprendiéndose de la realidad exterior. En
cuanto a la esquizofrenia, plantea que suele llevar al sujeto a la apatía afectiva, perdiendo
por tanto el vínculo con el mundo exterior. Con respecto de los delirios que conlleva esta
patología afirma que “el delirio se presenta como un parche colocado en el lugar donde
originalmente se produjo una desgarradura en el vínculo del yo con el mundo exterior”
(Freud, 1924, p. 157). Freud, S (1923-1924) Neurosis y Psicosis (Vol. 19, pp. 151-176)
Buenos Aires: Amorrortu

Freud describe las diferencias entre neurosis y psicosis explicando que la primera no
desmiente la realidad pero si la rechaza y busca ignorarla; en cambio, la psicosis niega
rotundamente la realidad y pretende sustituirla.

3)- Esquizofrenia

Como estuvimos viendo, esta enfermedad es uno de los tipos de psicosis que se caracteriza
por la pérdida del sentido de la realidad, delirios, alucinaciones y un pensamiento anormal.
La Organización Mundial de la Salud afirma que: "La esquizofrenia se caracteriza por una
distorsión del pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de
sí mismo y la conducta. Algunas de las experiencias más frecuentes son las alucinaciones
(oír voces o ver cosas inexistentes) y los delirios (creencias erróneas y persistentes)”. (4:
http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/schizophrenia)
Se trata de un grave trastorno mental que se manifiesta por profundas alteraciones del
pensamiento, la percepción, los sentimientos, la conducta y del contacto con la realidad,
que fomenta la incapacidad de separar las experiencias reales de las imaginarias. Su origen
es desconocido, aunque se relaciona con factores hereditarios y ambientales.
Clínicamente, la esquizofrenia aparece diversificada en formas aparentemente muy distintas
entre sí, por eso conviene distinguir los síntomas «primarios», que son la expresión directa
del proceso patológico, de los síntomas «secundarios».
El trastorno primario del pensamiento podría definirse como la pérdida de conexión de las
asociaciones. En decir, se ocasionan incoherencias porque lo que produce la enfermedad es
destruir los puntos de unión o hilos del pensamiento lógico.
Algunas de las conductas o manías que se dan entre los pacientes esquizofrénicos son el
Autoerotismo, ya sea como función, (cuando la fuente pulsional coincide con el objeto) y
como momento evolutivo (pre-objetal, previo a la unificación de las zonas erógenas).
Además, se puede dar el Narcisismo, que implica el pasaje desde el autoerotismo
(desorganizado y fragmentado) a una organización unitaria de las zonas erógenas. La
actividad autoerótica que antes se satisfacía en sus fuentes lo hace ahora sobre un objeto. El
narcisismo implica la aparición del objeto para la descarga pulsional, un objeto de amor
diferente a la fuente misma. Este primer objeto es el Yo. En realidad hay amor por objetos
exteriores, que todavía no son distinguibles del Yo, y sólo existen como tales para un
observador externo.
Otros afectos preponderantes en la esquizofrenia son el pánico, que es el afecto
correspondiente a la angustia psicótica, del Yo fragmentado. Se aíslan las zonas erógenas y
la regresión llega al desordenado autoerotismo inicial. Por último, podemos encontrar la
angustia de castración: constituido el narcisismo, el sentimiento de sí dependerá de tener o
no aquello que metafóricamente marque al sujeto como completo.
En modo general, su sensorialidad parece fragmentada. La palabra queda desconectada de
la representación y privilegiado su significado literal. Los elementos aislados aparecen
desunidos del resto. El quiebre en la esquizofrenia implica que el mundo y la realidad
psíquica no sean distintos. El sujeto, víctima de la escisión, no puede más que refugiarse en
la «parte» de sí mismo que encarna en ese momento, «abandonando» al mismo tiempo
aquellas partes de su propia realidad. Para el esquizofrénico el otro es un «alter ego», una
representación fragmentada de sí mismo. El paciente no diferencia entre experiencias
sensoriales y alucinatorias, dándole a la totalidad de su mundo el carácter de la irrealidad y
la despersonalización. (esta muy textual copiado jaja)

a)- Tipos de Esquizofrenia

Los tipos de esquizofrenia están definidos por los síntomas que predominan en la
evaluación del paciente, y es frecuente que el cuadro incluya síntomas que son
característicos de más de un subtipo.
Es decir, con frecuencia se presentan cuadros mixtos, que pueden ser difíciles de clasificar.
También se observa muchas veces que el cuadro de la enfermedad varía a lo largo del
tiempo.
 Esquizofrenia paranoide: se caracteriza por el predominio de ideas delirantes y
alucinaciones, sobre todo auditivas. Los delirios y las alucinaciones a veces constituyen una
unidad. Es la más frecuente, suele iniciarse entre los 20 y 30 años y es la que mejor
evoluciona a pesar de la aparatosidad del cuadro.
 Esquizofrenia catatónica: La característica principal de la esquizofrenia del tipo
catatónico es una marcada alteración psicomotriz que puede incluir inmovilidad, actividad
motora excesiva, negativismo extremo, mutismo o peculiaridades en el movimiento
voluntario. Aparentemente, la actividad motora excesiva carece de propósito, y no es
motivada por estímulos externos. Para diagnosticar este subtipo, el cuadro debe cumplir en
primer lugar todos los criterios para la esquizofrenia. Así mismo, debe descartarse la
posibilidad de enfermedades o condiciones que justifiquen dicha anomalía psicomotriz.
 Esquizofrenia desorganizada o hebefrenica: Las características principales son el
lenguaje y el comportamiento desorganizado, además de marcadas alteraciones
emocionales. Puede haber ideas delirantes y alucinaciones, pero están no suelen están
organizadas en torno a un tema coherente. Las características asociadas incluyen muecas,
manierismos y otras rarezas del comportamiento.
 Esquizofrenia residual: en estos casos debe haber habido, por lo menos, un
episodio de esquizofrenia anteriormente, pero en el momento actual no hay síntomas
psicóticos importantes. Es la fase en la que los síntomas negativos son más evidentes. No se
manifiesta en todos los enfermos.
 Esquizofrenia indiferenciada: se llama de éste modo a la esquizofrenia que no
reúne los criterios de los subtipos anteriores, o presenta varios de ellos.

b)- Sintomatología

Los síntomas de la esquizofrenia afectan principalmente al contenido del pensamiento y a


la conducta, variando de una persona a otra.
Se dividen clásicamente en síntomas positivos y negativos y se le pueden añadir otros
síntomas llamados cognitivos.
Síntomas positivos son los síntomas que exageran particularmente lo perceptivo. Por
ejemplo:

 Alucinaciones: en cualquiera de los cinco sentidos: oído, vista, olfato, gusto y tacto.
Oír voces es la alucinación más frecuente en esquizofrenia,
 Delirios: creencias irracionales y falsas fuertemente arraigadas que se deben a la
incapacidad de separar las experiencias reales de las irreales.
 Pensamientos desorganizados: asociaciones desorganizadas. Conclusiones que no se
basan en la realidad. Falta de razonamiento lógico.
Los síntomas negativos son síntomas que se caracterizan por la disminución o pérdida de
una función:
o Falta de interés o iniciativa
o Retraimiento social / depresión
o Apatía
o Falta de respuesta emocional
Otros síntomas negativos son:
 -Catatonia: Síndrome psicomotor que se da en ciertas formas de
esquizofrenia, caracterizado especialmente por el negativismo, la oposición,
la catalepsia y estereotipos gestuales.
 -Embotamiento afectivo: Trastorno caracterizado por la ausencia de
reacciones afectivas significativas, incluso ante circunstancias biográficas de
trascendencia para el individuo.
 -Alogia: Consiste en la ausencia de espontaneidad y en la disminución del
flujo de la conversación. Pobreza en el lenguaje.
 -Abulia: Falta de energía y voluntad para hacer algo o moverse.
 -Anhedonia: incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o
satisfacción en casi todas las actividades. Se considera una falta de
reactividad a los estímulos habitualmente placentero.
c)- Tratamiento Farmacológico

Los antipsicóticos son los medicamentos que se utilizan para el tratamiento de la


esquizofrenia.
Actualmente, existe una amplia variedad de antipsicóticos y el objetivo es conseguir la
dosis óptima de un medicamento que produzca la mayor mejoría y la menor cantidad de
efectos secundarios.
Dentro de los antipsicóticos se dispone de dos grandes grupos: antipsicóticos nuevos o
atípicos y antipsicóticos convencionales o típicos:
 Nuevos o atípicos: son drogas más fuertes para combatir los síntomas de la
psicosis. La risperidona es la más frecuente. Entre las ventajas nos encontramos con
que son de fácil administración (el paciente puede encargarse de la toma del
tratamiento) y permite ajustar fácilmente la dosis al alza o a la baja, en los casos que
sea necesario. Las desventajas son la necesidad de tomarse la medicación todos los
días, en ocasiones varias veces al día y por ende, pueden existir olvidos en la toma
de la medicación. Las pastillas recuerdan a la persona que padece esquizofrenia
todos los días que está enferma. Hay mayor riesgo de recaída por no cumplimiento
del tratamiento. Así como también, riesgo de errores en la dosis, sobredosificación,
errores en la toma (hora, con o sin alimentos).
 Convencionales o típicos: bajan la sintomatología de la psicosis (delirio,
alucinaciones, ansiedad, etc.). Los primeros antipsicóticos que se comenzaron a
utilizar aparecieron en los años ´50 y fueron los denominados convencionales o
típicos, cuya principal ventaja era el control sobre los síntomas positivos de la
enfermedad, aunque tenían importantes inconvenientes como sus efectos
secundarios (rigidez, inquietud, temblores) y que no eran efectivos sobre los
síntomas negativos (apatía, falta de motivación, falta de interés por relacionarse), o
incluso los empeoraban, ni tampoco mostraban eficacia en el control de los
síntomas cognitivos (atención, comprensión, reflexión). Ejemplos de medicamentos
que actualmente pertenecen a este grupo son: Haloperidol, Bromodol, Stalizine.
d)- Tratamiento psicológico

El enfermo esquizofrénico no entiende que padece una enfermedad, y por tanto no ve la


necesidad de iniciar un tratamiento, el cual es rechazado en la mayoría de los casos. El
terapeuta tiene la tarea de establecer una relación estable que sirve como vehículo para
llegar a concienciar al paciente sobre su padecimiento, y que éste acepte su enfermedad,
llegando a ser un agente activo en su tratamiento y recuperación.
Además, es importante abordar el tratamiento psicológico con un equipo multidisciplinar.
Este equipo debe estar formado por una serie de profesionales que trabajen en común para
realizar una buena rehabilitación. El equipo de trabajo puede estar conformado por los
siguientes profesionales:
 Psiquiatra: Se ocupa de la prevención, evaluación, diagnóstico, tratamiento
farmacológico y la indicación de psicoterapias y valora la situación de la
enfermedad del paciente para la incorporación a un centro ocupacional o a un centro
especial de empleo.
 Psicólogo: Se ocupa de la evaluación, valoración y del tratamiento a través de la
aplicación de técnicas y de la aplicación de psicoterapias. La evaluación o
valoración se realiza a través de test que se le pasan a la persona durante todo su
tratamiento.
 Acompañante Terapéutico: que cumple la doble función de estimular al paciente a
desarrollar sus actividades, y al mismo tiempo llevar al equipo de trabajo un
resumen de la evolución y dificultades que observó en el paciente.

En dicho equipo, todos tienen voz y palabra, y dan su punto de vista y consejo según su rol
y especialidad para desarrollar el plan de acción y tratamiento del o los pacientes.
El objetivo primordial es mantener actualizado el registro de evolución de los pacientes, por
medio de un diálogo respetuoso y transparente. También es un espacio de desahogo y
consulta por temas puntuales sobre el tratamiento o sobre el mismo paciente.
Este encuentro se hace según lo pautado en un inicio, y requiere la presencia de todos los
integrantes, pues no se da mayor o menor importancia a unos sobre otros (la diferencia de
rol no es en modo alguno jerárquico).
4)- Acompañamiento Terapéutico

El acompañamiento terapéutico (A.T.) surge como recurso de apoyo y contención para los
pacientes que tienen dificultades de autonomía en su vida diaria. No sólo se trata de un
control que evalúa el carácter real del paciente, y su manejo con el mundo fuera de sí, sino
que también es la persona que cumple la doble función de estimular al paciente a
desarrollar sus actividades, y al mismo tiempo llevar al equipo de trabajo un resumen de la
evolución y dificultades que observó en el paciente (lo que es de suma importancia para
reajustar cualquier actividad o plan de acción que el equipo considere necesario y que
ayudará de forma más eficaz la recuperación de dicho paciente.
Ésta tarea inicialmente era realizada por el personal de las instituciones o lugares en que se
‘internaba’ o ‘recluía’ al paciente.
Pero dado que se ha demostrado no sólo la ineficacia en la mejora del paciente estando
encerrado, y únicamente medicado, sino que también se ha descubierto que el padecer
determinadas enfermedades mentales no invalidan a la persona en su totalidad, se ha
evolucionado a un tratamiento que refuerza la mantención del paciente en su contexto
social, proveyendo herramientas de comunicación y acción tanto para el paciente, como
para la familia o el contexto social inmediato que lo rodea.
Así, la figura de un mentor capaz de estimular, apoyar, educar y mantener activo el proceso
de recuperación se hace indispensable, y con ello, nace la figura del A.T., ya no como
‘amigo calificado’ (E. Kalina) sino como un integrante más de un equipo interdisciplinario
con funciones específicas.
A grandes rasgos, las funciones del A.T. más destacadas son:
- Motivar la continuidad de los tratamientos. Esto no es ‘obligar’ al paciente,
por el contrario, busca que el paciente comprenda la importancia de continuar su
mejoría.
- Acompañar al paciente en actividades diarias individuales y de contacto con
el medio social, en las que el paciente pueda presentar dificultades.
- El A.T. opera como un escucha activo, permitiendo que el paciente se
exprese de diferentes formas, y comparta con él las inquietudes que tiene, y sus
propias conclusiones sobre diferentes aspectos de su vida. Esto es de suma
importancia, pus en ésta instancia el A.T. recopila información que puede ayudar a
ajustar el plan de acción que diseña el equipo interdisciplinario.
- Asistir al paciente y a su familia en sus cuadros afectivos, mediando en
posibles situaciones de conflicto. Acá se da una doble psicoeducación, pues el
paciente aprende a mediar con el mundo durante sus propias crisis, y el mundo
circundante aprende a tratar al paciente durante estas eventualidades.
- Fomentar la capacidad creativa del paciente, favoreciendo su autoexpresión.
- Cooperar con la construcción de una cotidianidad lo más sana, activa y
enriquecedora posible.
- Fortalecer el Yo del paciente para lograr un mayor ajuste en el manejo
tempo-espacial.
-
- Limitar en situaciones interpersonales en donde el paciente pueda resultar
perjudicado.
- Ofrece su perspectiva del mundo, de una forma conciliadora para que el
paciente reconsidere algunas cuestiones, sin sentirse invalidado o atacado.
- Actúa como ejemplo ante determinadas eventualidades que el paciente no
sabe aún resolver, o sus recursos son ineficientes o limitados.
Se aclara que si bien, se trata de evitar la internación, lo cierto es que en el caso de
pacientes ya internados, o que si o si precisan de ese recursos, el A.T. tiene como objetivo
la mejoría para acortar el tiempo de internación.

a)- Competencias del A.T.

Si bien, hay un sinfín de recursos que se podría mencionar, anotaremos las que
consideramos que son imprescindibles no solo en la ayuda al paciente, sino también por
una cuestión de auto-cuidado.
- Ser puntual (muchos pacientes son muy ansiosos, y no toleran la frustración
que le provoca la ‘llegada’ tarde de algo o alguien, y en algunos casos, esa
frustración termina perturbándolos más si no pueden manifestarla)
- Tener una actitud flexible, y una actitud resolutiva ante eventualidades con el
paciente, o con el medio circundante que lo afecta.
- Encontrar un equilibrio entre ser conciliador y firme en las cuestiones que el
paciente se niegue a aceptar. Nunca se debe ‘obligar’ al paciente a nada, pero si
debemos lograr hacerlo entender porque es importante que él haga determinada cosa
(o deje de hacerla, según sea el caso)
- Poder discernir los momentos en que el paciente puede llevar a cabo una
acción cotidiana, y cuando no (por ejemplo, en el manejo de dinero, adquisición de
cosas, ir a determinados lugares públicos, etc.)
- Poder entablar un diálogo lo más directo y transparente posible (evitando
cualquier ironía, metáfora, sarcasmo o cualquier otro recurso que pueda significar
un doble sentido que confunda o anule al paciente en su comprensión)
- Saber reconocer e impartir consignas simples que no den lugar a la
ambigüedad.
- Tener una gran predisposición a la escuchar y el habla, en caso que el
paciente así lo desee. Así mismo tener tolerancia al acompañamiento silencioso.
- Perseverancia y tolerancia a la frustración (el paciente va a necesitar que se
repitan determinadas actividades, consignas o información hasta que sea capaz de
interiorizarlo y poder hacerlo por sí mismo. Así mismo, su evolución es lenta, y
muchas veces parecerá que no se avanza)
- No corregir ni criticar los dichos del paciente (recordemos que su capacidad
de expresión puede ser limitada, o el sentido de lo que dice puede ser diferente
debido a su condición)
- Respetar las costumbres y hábitos (rituales de limpieza, hábitos
alimenticios).
- Saber reconocer cuando insistir con determinado temas sin que el paciente se
sienta invadido, u opte por una actitud paranoica.
- Reconocer las transferencias del paciente, y las contratransferencias
propias*, y poder atenderlas del modo necesario para que no intervengan en la tarea
de acompañamiento, y el objetivo de mejora del paciente.
- Estar atento a los detalles tanto en el actuar como en el habla de paciente,
dado que mucha de la comunicación se puede dar de modo indirecto por medio de
gestos, palabras aparentemente sin sentido, etc. Esto sirve cuando ya se conoce el
carácter del sujeto, y notamos pequeños cambios que tienen un sentido más amplio
del que se percibe (actitud de nerviosismo, sudor, temblores leves, etc.) y que
pueden estar señalando un posible brote.
Estos recursos harán que el A.T. pueda afrontar las situaciones que se presenten, y las
pueda resolver del mejor modo tanto en beneficio del paciente, como para sí mismo. No
debemos olvidar que la persona que se acompañan padece una enfermedad que lo hace
inestable, y las reacciones qué tanto el paciente como el resto de las personas que hay
alrededor pueden ser agresivas, humillantes o angustiantes. Por tanto, el A.T. debe tener
una actitud proactiva y resolutiva para evitar salir perjudicado de cualquier altercado, como
también proteger a su paciente o a las personas que podrían interferir.
Por todo esto es de vital importancia conocer a la perfección la patología y el historial
clínico del paciente, y conocer sobre técnicas o recursos de acción en caso de crisis. Y
también conocer la capacidad y el límite propio. A modo de ejemplo podemos decir que de
nada sirve acompañar a un paciente agresivo, si no contamos con la condición de poder
detenerlo si decide lastimar a otros, atacarnos o lastimarse a sí mismo.
De éste punto se desglosa la importancia de un equipo que supervise y acompañe el
tratamiento. Es importante destacar que es en este espacio en el que el A.T. lleva toda la
información recopilada de los encuentros con los pacientes, y por tanto es de vital
importancia que plantee todos los detalles, dudas y sugerencias que tenga, para poder re-
perfilar las estrategias del tratamiento. Así mismo, acá es dónde debe llamar la atención si
se han dado situaciones que no supo manejar, o que se salieron de su control para que el
equipo no solo le haga una devolución con nuevas herramientas y tácticas para resolver
futuras complicaciones, sino para que tomen en cuenta el carácter de dicha dificultad (por
ejemplo, si el paciente ha estado deprimido, agresivo o ausente, son datos que tanto el
psicólogo como el psiquiatra deben conocer para decidir si es algo que se pueden resolver
con actividades nuevas o con psicoterapia, o si es algo que precisa el uso o reajuste de
administración de fármacos)
Según lo que se decida como objetivo a desarrollar, se planifican las actividades con los
pacientes, tiempo de duración, días de las mismas, etc., teniendo en cuenta las siguientes
pautas:
- Se debe ser puntual, y en caso de retraso, dar aviso.

- A menos que surja un inconveniente, siempre se deben respetar las


actividades planeadas, y en caso que no se pueda, se debe dejar asentado el motivo y
anotar con qué otra actividad se reemplazó.

- Se debe hacer una supervisión constante del paciente. Esto no significa estar
a su lado en todo momento, si no estar atento a cualquier necesidad o complicación
que manifieste (tener en cuenta que en caso de pacientes de carácter explosivo
puede hacer que pasen de una actitud pasiva a una agresiva en poco tiempo, y
debemos saber cómo calmarlo, o evitar que se lastime o lastime a otros)

- A menos que el paciente pueda tolerarlo, en un inicio se recomienda evitar


lugares muy bulliciosos, demasiado amplios o concurridos, pues eso puede
desestabilizarlo emocionalmente.
- Somos responsables por nuestros pacientes, por tanto, cuando estemos con
ellos no podemos atender otros asuntos (llamadas de larga duración, ir a hacer
alguna compra, trabajar en otro temas, etc.) aun cuando el paciente esté realizando
una actividad solitaria supervisada de lejos, debemos mostrarnos presentes y
atentos.

- Respetar el objetivo de cada pauta, sin agregar nuevas actividades la paso


(por ejemplo, si está leyendo, no interrumpirlo pidiendo que describa una imagen)

- Cualquier corrección que se deba hacer al paciente, debe ser con mucho
tacto. Recordemos que ellos no poseen el mismo nivel interpretativo que nosotros, y
son personas más literales. Alzar la voz, impartir una orden o ser autoritario puede
confundirlos o alterarlos, y eso los cierra al trabajo.

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