La Infrascrita Secretaria General de la Corte Suprema de
Justicia, CERTIFICA la sentencia que literalmente, DICE: “CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala Constitucional. Tegucigalpa, M. D. C., diez de diciembre del dos mil dos. VISTO: Para dictar sentencia el Recurso de Amparo interpuesto ante este Tribunal de Justicia, en fecha dieciséis de julio del dos mil uno, por el Abogado ALDO F. COSENZA BUNGENER, mayor de edad, casado y de este domicilio, actuando a favor del señor JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ, contra la resolución de fecha treinta y uno de mayo del dos mil uno, dictada por la Corte Tercera de Apelaciones de esta Sección Judicial, mediante la cual falló: REVOCANDO el auto de fecha dos de febrero del dos mil uno, dictado por el Juzgado Primero de Letras Seccional de Danlí, El Paraiso; en relación a la demanda ordinaria de reivindicación de dominio, promovida ante el Juzgado Primero de Letras Seccional de Danlí, Departamento de El Paraiso, en fecha veintinueve de marzo de mil novecientos noventa y cinco, por el señor JORGE ADAN CALIX ROMERO, mayor de edad, soltero, labrador, hondureño y del domicilio de Danlí, El Paraiso, contra el señor JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ, mayor de edad, casado, labrador, hondureño y del domicilio de Danlí, El Paraiso. Estima el recurrente que se han violado los derechos contenidos en los artículos 90, 103 y 106 de la Constitución de la República. RESULTA: Que en fecha veinte de agosto del dos mil uno, este Tribunal de Justicia, ordenó dar vista de los autos al recurrente por el término de cuarenta y ocho horas, para que formalizara su petición por escrito, haciéndolo en fecha treinta y uno de agosto del dos mil uno, el Abogado ALDO F. COSENZA BUNGENER, de generales ya enunciadas, de la siguiente manera: "...EXPOSICION DE LA VIOLACION DE LAS GARANTIAS CONSTITUCIONALES INVOCADAS COMO INFRINGIDAS: Artículo 90 párrafo primero de la Constitución de la República: "Nadie puede ser juzgado sino por Juez o Tribunal competente con las formalidades, derechos y garantías que la Ley establece". Este precepto invocado, contentivo de la Garantía del Debido Proceso, de manera clara y terminante ordena que todo procedimiento judicial debe atenerse a las normas y reglas de procedimiento que al efecto establece la Ley sin excepciones. En tal sentido, nos avocamos al Artículo 893 del Código Civil que, en relación a la acción reivindicatoria de dominio, establece que "Cuando el poseedor vencido tuviere un saldo que reclamar en razón de expensas y mejoras, podrá retener la cosa hasta que se verifique el pago, o se le dé garantía suficiente, a juicio del Tribunal". Es necesario establecer que, no obstante la ubicación de este precepto en el Código Civil, deberá entenderse que estamos ante una norma de carácter adjetivo, pues la misma establece una regulación al rito procesal. Como se podrá observar, este Artículo 893 del Código Civil, como regla procesal, establece que mi representado JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ, pese a haber sido vencido en el juicio reivindicatorio de dominio que le promovió el señor JORGE ADAN CALIX ROMERO, no puede ser compelido a restituírselo mientras éste no le cancele a su vez el valor de las mejoras que ha introducido sobre el mismo, o que por lo menos otorgue garantía suficiente en tal sentido. No obstante lo anterior, la Corte Tercera de Apelaciones, contrariando a dicho Artículo 893 del Código Civil, y por ende, a la Garantía del Debido Proceso consagrada en el Artículo 90 párrafo Primero de nuestra Carta Fundamental, ha emitido una resolución en la que ordena el desalojo de mi defendido JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ, sin que antes se le haya reconocido el valor de las tantas veces mencionadas mejoras. El Ad-Quem fundamentó esta resolución en su apreciación de que resultaba improcedente aplicar al caso sub-judice el Artículo 893 del Código Civil, pues según nos dice la Corte recurrida, durante la tramitación del juicio "...no aparece mención alguna, directa ni indirecta, sobre la existencia de mejoras y en consecuencia ningún pronunciamiento sobre dicho asunto..." y asimismo, establece que, a su criterio, "...habiendo conocimiento privado del Juez sobre una demanda de pago de mejoras hizo uso de ese conocimiento privado no obstante que no debe hacerlo...". Estos argumentos que sirvieron de fundamento a la Corte censurada para emitir su sentencia, al ser analizados bajo la lupa de la legalidad, resultan totalmente insostenibles, como se procede a aplicar a continuación: En primer lugar, se afirma que en el presente juicio si se ha acreditado la existencia de las mejoras introducidas por mi defendido en el inmueble a reivindicarse, pues como podrá comprobar la Honorable Corte Suprema al examinar la segunda pieza de autos, al contestar los agravíos expresados por el demandante, el entonces apoderado legal de mi representado acompañó fotocopia del Instrumento Número 43 autorizado por el Notario Alexis Castañeda Palacios, mediante el cual mi defendido JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ adquirió el dominio del mismo inmueble del que hoy se le despoja, encontrándose adjunta la respectiva declaración de las mejoras cuyo pago constituye el objeto de este Amparo, la que se encuentra debidamente inscrita en el Registro de la Propiedad correspondiente. Asimismo, en este acto procedo a presentar fotocopia debidamente autenticada de esos mismos documentos, para su debida cotejación. Es de hacer notar que estos documentos han sido presentados por la parte en cuyo favor actúo, amparada en el Artículo 327 del Código de Procedimientos, el cual preceptúa que los Instrumentos Públicos pueden ser presentados en cualquier estado del juicio, siempre y cuando hayan sido debidamente anunciados al momento de interponer la demanda o su contestación, siendo que como podrá comprobar esta Honorable Corte, al momento de contestar la demanda, mi representado expresamente mencionó la existencia de tal documento público y señaló el lugar donde se encontraba. No obstante lo anterior, para evidenciar aún más la falta de acierto del Ad-Quem en este punto, se señala otro documento indubitable que acreditó en juicio la existencia de las mejoras reclamadas, y es el Acta de Inspección Ocular del Juez que levantó en fecha 28 de Julio de 1975 el Juzgado de Primera Instancia durante el período probatorio a petición del mismo demandante (ver folio 19 pp), en donde tal funcionario judicial constató personalmente la existencia de las mejoras que JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ ha introducido sobre el inmueble que hoy debe restituir, como ser cultivos de zacate y maíz, una casa de habitación, una cocina con fogón, una bodega, un horno para elaborar pan, frutales, corrales para aves, etc. Obviamente, este documento auténtico es más que suficiente para demostrar el yerro del Ad-Quem al aseverar que durante el juicio nunca se acreditó al existencia de las mejoras que hoy alega a su favor el demandado. Por otra parte, resulta erróneo lo consignado por la Corte sentenciadora en cuanto a que el Juez de Primera Instancia, por "conocimiento privado" sobre una demanda de pago de mejoras, no debía detener la práctica del desalojo de mi representado. En nuestro humilde entender, "conocimiento privado" se refiere a aquellos datos que el funcionario judicial ha percibido en su carácter meramente personal, es decir, como un ciudadano común y corriente; por ejemplo, los rumores que escucha sobre cierto hecho, o inclusive, las noticias que perciba a través de cualquier medio de comunicación. Esto no es lo que ha acontecido en el presente caso. Por el contrario, el conocimiento que el señor Juez Primero de Letras Seccional de Danlí tuvo sobre la Demanda Ordinaria de Pago de Mejoras que interpuso mi defendido JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ, de ninguna manera puede catalogarse como "privado", ya que tal conocimiento se deriva de la actuación oficial del señor Juez, pues tanto el juicio reivindicatorio de dominio como el juicio para el pago de mejoras, se están ventilando ante el mismo Tribunal, y por ello, resulta inaudito que el Ad-Quem pretenda que el mismo Juez, actúe de manera distinta en dos casos íntimamente relacionados entre sí. Finalmente, se dirá que si mi representado JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ, al momento de contestar la demanda ordinaria de reivindicación de dominio que promovió en su contra el señor JORGE ADAN CALIX ROMERO, no formalizó su pretensión de exigir el pago de las mejoras que había introducido en el inmueble, tal circunstancia jamás debe considerarse como una omisión a tomar en su contra, sino que la misma obedece a una simple razón: Como se puede observar al solo leer la contestación de la demanda, mi representado se opuso totalmente a la pretensión del demandante, alegando a su vez un derecho propio sobre el inmueble en litigio, derivado de un instrumento público traslaticio de dominio y debidamente registrado, y por tanto, hubiera resultado contradictorio e ilógico que mi defendido, al mismo tiempo se negara a restituir el inmueble y solicitase el pago de las mejoras en caso de ser condenado a hacerlo. Es por este motivo que, no fue sino hasta que la sentencia definitiva en que se le condenó a restituir el inmueble quedó firme, que mi representado formalizó su petición de que se le pagaran las mejoras, lógicamente, a través del juicio declarativo respectivo. ¿ Que más "mención" expresa puede exigir la Corte de Apelaciones recurrida sobre la pretensión de mi mandante? Por todas estas razones se concluye que, al ordenar el desalojo de la propiedad que ha venido ocupando mi representado, sin que antes se le haya cancelado el valor de las mejoras útiles que ha introducido sobre la misma, como un paso procesal previo para ello, el fallo dictado por la Corte Tercera de Apelaciones de esta Sección Judicial, violenta directamente la Garantía Constitucional del Debido Proceso que asiste a mi representado, de la manera que se ha dejado demostrada. Artículo 103 de la Constitución de la República: "El Estado reconoce, fomenta y garantiza la existencia de la propiedad privada en su más amplio concepto de función social y sin más limitaciones que aquellas que por motivos de necesidad o de interés público establezca la Ley". Artículo 106 párrafo primero de la Constitución de la República: "Nadie puede ser privado de su propiedad sino por causa de necesidad o interés público calificados por la Ley o por resolución fundada en Ley, y sin que medie previa indemnización justipreciada". Estos dos preceptos recién transcritos, en las partes citadas, consagran la Garantía Constitucional de Respeto a la Propiedad Privada, que en el caso que nos ocupa, se traduce a decir que nadie puede ser privado de su propiedad sino es por resolución fundada en Ley y mediante previa indemnización. La Corte Tercera de Apelaciones de esta Sección Judicial, al ordenar el desalojo de mi representado JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ, del inmueble que es objeto de la reivindicación sin que antes se le pague el valor de las mejoras útiles que ha introducido sobre el mismo, ha violentado abiertamente esa Garantía Constitucional que asiste a mi defendido, como se explica a continuación: En primer lugar, hay que establecer que el demandado JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ, ha sido y sigue siendo, un poseedor de buena fe del inmueble objeto del juicio, pues según lo estipula el Artículo 719 del Código Civil, la posesión regular será aquella que procede de justo título y ha sido adquirida de buena fe. En cuanto al justo título, el artículo 720 del mismo Código, en su párrafo primero nos dice que lo será el traslaticio de dominio, y en su párrafo tercero, nos dice que es título traslaticio de dominio, entre otros, la venta. Como se podrá observar al estudiar el instrumento número 43 autorizado 13 de junio de 1972 por el Notario Alexis Castañeda Palacios, mediante el cual mi defendido JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ, adquirió por compraventa el dominio del mismo inmueble del que hoy se le despoja, y del cual presento copia autenticada en este caso, no cabe más que concluir que, de acuerdo a las definiciones legales recién mencionadas, mi representado en efecto tiene un justo título sobre el inmueble en litigio. Vale la pena mencionar que la sentencia definitiva que puso término a este juicio, de ninguna manera se pronunció sobre la validez o no de este título, y por tanto, resulta un tanto contradictorio que mi patrocinado sea condenado a desocupar un inmueble sobre el cual todavía tiene un justo título de dominio, debidamente inscrito a su favor. Asimismo, el artículo 723 del Código Civil en su párrafo primero, define a la buena fe como "...la conciencia de haberse adquirido el dominio de las cosas por medios legítimos, exentos de fraude y de todo otro vicio..."; y por tanto, al haber adquirido mi representado el dominio del inmueble litigioso desde hace casi 30 años mediante una Escritura Pública que hasta el dias de hoy, jamás se ha cuestionado su validez, lo menos que se le puede otorgar, es la presunción de haber actuado de buena fe. Habiendo relacionado lo anterior, y concluido que en el presente caso debe reputarse a JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ, como poseedor regular de buena fe sobre el inmueble a restituirse, nos remitimos al Artículo 888 párrafo primero del Codigo Civil, que establece de manera clara que "El poseedor de buena fe vencido, tiene asimismo derecho a que se le abonen las mejoras útiles, hechas antes de contestarse la demanda"; lo cual no viene sino a reafirmar la pretensión de mi representado de que, previo a desocupar el inmueble, se le cancelen las mejoras útiles que ha introducido sobre el mismo. El texto de la Ley es claro, y por tanto, no debe de haber ninguna duda en su interpretación: No puede despojarse a JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ, del inmueble que ha ocupado como poseedor regular de buena fe sin que se la haga la indemnización correspondiente por las mejoras. Por todas estas razones se afirma que, al haber ordenado el desalojo de mi representado sin un previo pago de las mejoras, ni siquiera sin haberse rendido garantía suficiente para tal pago, la Corte Tercera de Apelaciones de esta Sección Judicial, mediante su Sentencia hoy recurrida, ha infringido los Artículo 103 y 106 párrafo primero de la Constitución de la República, como ha quedado evidenciado". RESULTA: Que en fecha treinta y uno de agosto del dos mil uno, este Tribunal de Justicia, tuvo por formalizado en tiempo la demanda de amparo por parte del Abogado ALDO F. COSENZA BUNGENER, ordenándose dar vista de los autos al Fiscal del Despacho por el término de cuarenta y ocho horas para que emita dictamen, rindiéndolo en fecha cinco de octubre del dos mil uno, el Abogado CARLOS ARMANDO FLORES CARIAS, en su condición de Fiscal Especial del Ministerio Público, de la siguiente manera: "...III. CONCLUSION: El Ministerio Público, en virtud de lo anteriormente expuesto es del parecer por que se SOBRESEA el presente recurso de Amparo". CONSIDERANDO: Que consta en la segunda pieza de autos que el apoderado legal del señor JUAN PABLO HERRERA SANCHEZ no interpuso recurso de reposición contra el acto reclamado, la sentencia dictada en fecha 31 de mayo de 2001 por la Corte Segunda de Apelaciones de Francisco Morazán, de tal manera que la agraviada no hizo uso del recurso legal procedente, consintiendo de esta forma la sentencia objeto del presente amparo. CONSIDERANDO: Que la ley de amparo establece que contra los actos consentidos por el agraviado es improcedente el recurso de amparo y que dentro del trámite del mismo deberán sobreseerse las diligencias tan luego como conste en autos la causal de improcedencia. CONSIDERANDO: Que el presente recurso de amparo debió sobreseerse al momento de recibirse la segunda pieza de autos y constatar la causal de improcedencia, pero por un error, se ordenó dar vista al recurrente para formalizar el recurso, violentando de esta forma normas de orden público de observancia obligatoria. CONSIDERANDO: Que es visto que el recurrente frente a la Garantía de Amparo, no ha llenado los requisitos legales exigidos para su interposición como es, el haber hecho uso de los recursos ordinarios para obtener, en su caso, la subsanación del hecho, consintiendo de esa forma la resolución objeto del amparo. CONSIDERANDO: Que se hace evidente que en el presente caso, procede declarar la nulidad de lo actuado, a partir del auto donde se ordena dar vista al recurrente para formalizar el recurso por ser estas actuaciones contrarias al ordenamiento jurídico, siendo procedente sobreseer las diligencias por constar en autos la causal de improcedencia. POR TANTO: La Sala de lo Constitucional de la esta Corte Suprema de Justicia en nombre del Estado de Honduras, por unanimidad de votos, con base en los Artículos Números: 90 numeral 1, 303, 304, 305, 313 numeral 5 y 316 de la Constitución de la República; Articulo 8 párrafo 1º Y 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos; 1 numeral 1, 5 numeral 3 y 36 numeral 5 de la Ley de Amparo; 1 y 78 numeral 5 de la Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales; 1586 numeral 2 del Código Civil; 1, 183 y 190 del Código de Procedimientos Comunes, RESUELVE: PRIMERO: DECRETAR DE OFICIO LA NULIDAD ABSOLUTA DE ACTUACIONES a partir del auto mediante el cual se da vista al recurrente, de fecha 31 de octubre de 2001 inclusive y actuaciones subsiguientes; SEGUNDO: SOBRESEER EL PRESENTE RECURSO DE AMPARO por constar en autos que la sentencia recurrida fue consentida por el agraviado. Y MANDA: Que con certificación del presente fallo se devuelvan los antecedentes al Tribunal de su procedencia para los efectos legales consiguientes. Redactó la Magistrada DUBÓN VILLEDA. NOTIFÍQUESE.- SELLO Y FIRMAS. JOSE ROLANDO ARRIAGA MANCIA. COORDINADOR. CARLOS ALBERTO GOMEZ MORENO. RAMON OVIDIO NAVARRO DUARTE. SONIA MARLINA DUBON VILLEDA. NICOLAS GARCIA ZORTO. SELLO Y FIRMA. LUCILA CRUZ MENÉNDEZ. SECRETARIA GENERAL”. Extendida en la ciudad de Tegucigalpa, Municipio del Distrito Central, a los treinta días del mes de enero del dos mil tres, certificación de la sentencia de fecha diez de diciembre del dos mil dos, recaída en el Recurso de Amparo Civil No.1546-1703- 1751=2001.