Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Estado confesional
es el que se adhiere a una religión específica, llamada
religión oficial (iglesia estatal o iglesia establecida). Esta
situación puede ser simplemente resultado de los usos y
costumbres o tradición, o reflejarse en su legislación,
especialmente en la Constitución del país.
El hecho de que el Estado reconozca una religión oficial, no
significa que no se permita practicar con libertad otras
religiones, bien públicamente o bien restringidas al ámbito
privado. Esa situación es la de tolerancia religiosa o
intolerancia, respectivamente.
Aunque por más tolerancia religiosa que exista, los
privilegios de apoyo y financiación gubernamental para una
religión estatal resultan en menoscabo de las demás
religiones que hacen presencia en su territorio.
Un Estado aconfesional
es aquel que no se adhiere y no reconoce como oficial
ninguna religión en concreto, aunque pueda tener acuerdos
(colaborativos o de ayuda económica principalmente) con
instituciones religiosas, sin que se privilegie unas sobre
otras. Un Estado aconfesional no es exactamente un Estado
laico
Union
La Iglesia católica desde que llegó al continente
americano de la mano de los conquistadores y
colonizadores europeos, desempeñó tareas
vinculadas con el control y vigilancia de la población
que aquí habitaba. Esta labor la siguió desempeñando
luego de la independencia de las colonias españolas
Artículo 18
Toda persona tiene derecho a la libertad de
pensamiento, de conciencia y de religión; este
derecho incluye la libertad de cambiar de religión
o de creencia, así como la libertad de manifestar
su religión o su creencia, individual y
colectivamente, tanto en público como en
privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la
observancia.
Artículo 22
Toda persona, como miembro de la sociedad,
tiene derecho a la seguridad social, y a obtener,
mediante el esfuerzo nacional y la cooperación
internacional, habida cuenta de la organización y
los recursos de cada Estado, la satisfacción de los
derechos económicos, sociales y culturales,
indispensables a su dignidad y al libre desarrollo
de su personalidad.