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Religión y Sociedad: Realidad del protestantismo hoy en México

en materia religiosa.

« Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo : ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación ?
Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste
ningún mal hizo.»
S. Lucas 23:40-41 RVR1960

Situación actual del protestantismo y la ley de Asuntos religiosos

Tomando como referencia el texto bíblico citado nos adentraremos en una cuestión
inherente a nuestra realidad, es decir, al hecho de estar plenamente conscientes de nuestro
contexto como protestantes en México, de nuestro papel dentro de la sociedad y por
consecuencia de nuestra influencia en la misma, particularmente del presbiterianismo al que el
que suscribe el presente artículo pertenece.

El cual cabe mencionar se ha mantenido al margen de todo evento histórico en materia


religiosa, limitándonos al hecho de que alguien en algún momento nos dijo que en México
tenemos libertad religiosa, y por ello libertad de culto, que podemos reunirnos en un templo y
que eso nadie nos lo puede impedir. Pero no todo queda ahí, el protestante promedio se
manifiesta en contra de que en las escuelas se toquen temas que a nuestro juicio sean de índole
religiosos, y se exclama con severidad: La Escuela es Laica.

Y casi siempre recordamos casi con un orgullo indescriptible que fue Benito Juárez
(Masón, por cierto) quien separo a la "Iglesia" del estado, sin alcanzar a entender de lleno lo
que esto representa. Es sorprendente y lamentable que exista tanta ignorancia sobre nuestros
derechos, sobre nuestras garantías como creyentes dentro de una sociedad que es mayormente
católica en cuanto a su profesión de fe.

A esto se limita el conocimiento sobre la libertad de creencia, y mientras no se le prohíba


al evangélico todo marchara bien, y solo es hasta que sucede algo que los llega a afectar
directamente (caso de la situación del SAT) es cuando queremos que alguien nos ayude y nos
hable acerca de nuestros derechos como AR, que además nos oriente y que lo haga por nosotros,
y como Iglesia Nacional Presbiteriana hemos delegado esta responsabilidad al denominado
gestor legal.

Esto ha ocasionado que incluso, líderes religiosos (Ancianos de Iglesia y Pastores)


dentro del presbiterianismo se limiten al simple conocimiento del derecho jurídico en materia
religiosa, sin saber que trata cada ley, quedando incapacitados para orientar a la feligresía en
dicha área y remitiéndolos a abogados o asesores jurídicos, con el argumento de que ellos saben
de qué hablan.

Ello sin mencionar de lo que hasta hace algún tiempo ignoraba, la existencia de un
reglamento en materia religiosa, algo que fue un excelente aporte del Maestro Fred Álvarez
Palafox, en el curso de religión y sociedad impartido al grupo de estudiantes de maestría del
Seminarios Teológico Presbiteriano de México de los días 14 al 18 de Marzo, y todavía nos
preguntamos: ¿Por qué nadie respeta nuestros derechos?, ¿Por qué no hay justicia y hay tanta
impunidad en el caso de los desplazados en Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, por
mencionar a algunos?

Tal vez las preguntas correctas sean ¿Y qué se está haciendo por defender los mismos?,
¿Qué tan en serio tomamos el quehacer teológico en materia jurídica? A medida que el
protestante se puede involucre y ocupe de su capacitación en materia jurídica y conozca a fondo
la ley de Asociaciones Religiosas y su reglamentación podrá tener una lectura más acertada de
la realidad que vive el protestantismo en México.

En donde no sólo se trata de defender un derecho al culto libre, ni de seguir en una lucha
encarnizada por ganar más adeptos que los católicos y soñar que el día que tengamos una
cantidad similar de simpatizantes seremos escuchados y el entorno de nuestra sociedad va a
cambiar; Sino más bien de alcanzar a desarrollar todo el potencial que como agentes del Reino
de Dios, somos llamados a ejercer quienes profesamos la fe evangélica.

Comencemos por el principio

Conocer las leyes que regulan nuestra libertad de culto y de creencia, sería un buen
comienzo, en la Constitución política de México, se encuentran los Artículos que hacen
referencia a la libertad que como mexicanos tenemos para congregarnos con libertad, así como
para profesar la fe religiosa de nuestro interés: Artículos 3 inciso I, 24, 40 y el 130:

Artículo 3o. Toda persona tiene derecho a recibir educación. El Estado -Federación, Estados, Ciudad
de México y Municipios-, impartirá educación preescolar, primaria, secundaria y media superior. La
educación preescolar, primaria y secundaria conforman la educación básica; ésta y la media superior
serán obligatorias.
Fe de erratas al párrafo DOF 09-03-1993. Párrafo reformado DOF 12-11-2002, 09-02-2012, 29-01-
2016
La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser
humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia
de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia.
Párrafo reformado DOF 10-06-2011
El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos
educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los
directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos. Párrafo adicionado DOF 26-
02-2013
I. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se
mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa;

Artículo 24. Toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión,
y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado. Esta libertad incluye el derecho de participar, individual
o colectivamente, tanto en público como en privado, en las ceremonias, devociones o actos del culto
respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley. Nadie podrá utilizar los actos
públicos de expresión de esta libertad con fines políticos, de proselitismo o de propaganda política.
Párrafo reformado DOF 19-07-2013
El Congreso no puede dictar leyes que establezcan o prohíban religión alguna. Los actos religiosos de
culto público se celebrarán ordinariamente en los templos. Los que extraordinariamente se celebren
fuera de éstos se sujetarán a la ley reglamentaria.
Artículo reformado DOF 28-01-1992

Artículo 40. Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática,
laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior,
y por la Ciudad de México, unidos en una federación establecida según los principios de esta ley
fundamenta Artículo reformado DOF 30-11-2012, 29-01-2016

Artículo 130. El principio histórico de la separación del Estado y las iglesias orienta las normas
contenidas en el presente artículo. Las iglesias y demás agrupaciones religiosas se sujetarán a la ley.
Corresponde exclusivamente al Congreso de la Unión legislar en materia de culto público y de iglesias
y agrupaciones religiosas. La ley reglamentaria respectiva, que será́ de orden público, desarrollará y
concretará las disposiciones siguientes:
a) Las iglesias y las agrupaciones religiosas tendrán personalidad jurídica como asociaciones religiosas
una vez que obtengan su correspondiente registro. La ley regulará dichas asociaciones y determinará
las condiciones y requisitos para el registro constitutivo de las mismas.
b) Las autoridades no intervendrán en la vida interna de las asociaciones religiosas;
c) Los mexicanos podrán ejercer el ministerio de cualquier culto. Los mexicanos así́ como los extranjeros
deberán, para ello, satisfacer los requisitos que señale la ley;
d) En los términos de la ley reglamentaria, los ministros de cultos no podrán desempeñar cargos
públicos. Como ciudadanos tendrán derecho a votar, pero no a ser votados. Quienes hubieren dejado de
ser ministros de cultos con la anticipación y en la forma que establezca la ley, podrán ser votados.
e) Los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de
candidato, partido o asociación política alguna. Tampoco podrán en reunión pública, en actos del culto
o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a
sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios.
Queda estrictamente prohibida la formación de toda clase de agrupaciones políticas cuyo título tenga
alguna palabra o indicación cualquiera que la relacione con alguna confesión religiosa. No podrán
celebrarse en los templos reuniones de carácter político.
La simple promesa de decir verdad y de cumplir las obligaciones que se contraen, sujeta al que la hace,
en caso de que faltare a ella, a las penas que con tal motivo establece la ley.
Los ministros de cultos, sus ascendientes, descendientes, hermanos y cónyuges, así́ como las asociaciones
religiosas a que aquellos pertenezcan, serán incapaces para heredar por testamento, de las personas a
quienes los propios ministros hayan dirigido o auxiliado espiritualmente y no tengan parentesco dentro
del cuarto grado.
Los actos del estado civil de las personas son de la exclusiva competencia de las autoridades
administrativas en los términos que establezcan las leyes, y tendrán la fuerza y validez que las mismas
les atribuyan.
Las autoridades federales, de las entidades federativas, de los Municipios y de las demarcaciones
territoriales de la Ciudad de México, tendrán en esta materia las facultades y responsabilidades que
determine la ley.1

Es de suma importancia que el protestantismo en México comience a poner atención y


a familiarizarse con estos elementos jurídicos que además de estar incluidos en la Constitución
Política de México, se encuentran normados por la ley de Asociaciones Religiosas y el
Reglamento de dicha ley, las cuáles contrario a lo que normalmente piensa la feligresía del
protestantismo están al alcance de todos con un simple clic en el Internet.

Porque no se trata como de reunirnos en un templo y decir que en México existe


libertada de creencia; Limitando nuestra presencia exclusivamente a actividades religiosas y
tibios mensajes de declaración de justicia, con la firme creencia de que hay muchas áreas que
no competen a nuestra fe y para ello están nuestras autoridades, y no faltara quien argumente:

Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda
buena obra. (Tito 3:1)2

Porque la sujeción no habla de la ignorancia, sino más bien del respeto a su labor y
nuestro compromiso de ser ciudadanos comprometidos con nuestro país, es nuestro deber como
buenos protestantes declarar las injusticias, pero también lo es el de vendar a los quebrantados
de corazón:
El fiel servidor de Dios dijo: «El espíritu de Dios está sobre mí, porque Dios me eligió y me envió para
dar buenas noticias a los pobres, para consolar a los afligidos, y para anunciarles a los prisioneros que
pronto van a quedar en libertad. (Isaías 61:1)3

Y para ello es indispensable que lo hagamos con el pleno conocimiento de nuestros


derechos y obligaciones, y que así mismo podamos exigir con fundamentos nuestros derechos,
y estar preparados para las nuevas disposiciones como lo es el sistema tributario ante el SAT,
el cuál no solo incluirá el pago de impuestos, sino también abrirá la puerta para el régimen
laboral de los Ministros de Culto, trabajadores de las Iglesias locales, a los que por
reglamentación se les tendrá que dar las prestaciones de ley para los trabajadores.

1
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_29ene16.pdf
2
Biblia Revisión Reina Valera 1960.
3
Biblia Traducción Lenguaje Actual.

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