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Sem.

Eduardo Pérez Fraga


4to de Teología

“FENOMENOLOGÍA DE LA EXPERIENCIA DE DIOS” DE JUAN


MARTÍN VELASCO

El estudio que se expone en el video explica el fenómeno religioso (proyecto


fenomenológico) que forma parte del ser humano por naturaleza. El ser
humano tiene en su existir, acontecimientos religiosos que lo hacen afirmar la
experiencia de un ser trascendente, Dios. Todas las religiones han surgido de
la experiencia de haber sido visitados o haber encontrado el mundo divino.
Las experiencias han sido muy variadas. La experiencia de la que se habla
podemos definirla como un fragmento consciente vivido del tiempo de una
persona. Gracias a esa forma de conocimiento reconocemos que la caridad es
superior al egoísmo, damos cuenta del amor que nos sucede, ser amado y
amar.
En el video se explica que la experiencia matriz es la experiencia
fundamental que pone al sujeto en disposición de ser hombre de verdad,
siempre en el anhelo de la veracidad, nos despierta y ansía la experiencia a la
vida propia, a la separación de nosotros respecto de los demás, es decir,
querer otorgar sentido a la existencia.
Por otro lado, se explica que la experiencia de trascendencia son
episodios breves de contacto con la realidad que sobrepasan la experiencia
ordinaria. El ser humano tiene deseo de Dios dice el salmo 62, nos vemos
inundados en un ansía de lo invisible, querer entrar en contacto con lo
trascendental y sobrenatural a sabiendas que nunca la agotaremos. Ejemplos
de una mística natural son ver el amanecer, una puesta de sol, el mar, el arte,
etc.
La experiencia religiosa, sin lugar a dudas, pertenece a la experiencia
trascendental, se distinguen por el objeto o contenido que es anterior y
superior al hombre, al misterio.
Aunque cada religión presenta sus rasgos particulares, hay un nexo que todas
comparten, esto en virtud de rasgos característicos referidos a los
trascendentales.
Ante esto, la experiencia de Dios ha pasado a ser referida a fenómenos
extraordinarios en las experiencias religiosas en contacto con lo sobrenatural,
desvirtuando su verdadero sentido que es parte integral de la naturaleza
humana. De esta manera, en lo que compete a las experiencias religiosas
serían aspectos psíquicos que solo les pasan a muy pocas personas. La masa
en mayoría estaría privada de esta visión, condenando una afirmación de su
existencia sin manifestaciones. “Dichosos los que creen sin haber visto” ha
Sem. Eduardo Pérez Fraga
4to de Teología

sido un texto bíblico mal interpretado y usado para equívocos, es por eso que
los procesos no van del ver a creer, sino de creer a ver; creer para poder ver
sería lo ideal.
Para que nosotros nos acerquemos al verdadero significado de
“experiencia” hacer, es necesario una meditación sobre el significado de la
palabra Dios. Es la Palabra por la que el ser humano se ha sentido
acompañado y orientado. Es aquella realidad que envuelve todo lo presente.
Dios es el nombre concreto de la realidad de la que estamos surgiendo, no
decimos solo Dios, sino Dios mío. No es una parte objetiva de la realidad. El es
la base y condición que no puede ser abarcada, pero si experimentada, como
un nadador puede experimentar el océano sin abarcar y agotarlo.
Gracias a esta posibilidad experiencial podemos sacar nombres,
imágenes y representaciones de Dios. Todas necesarias e indispensables para
el ser humano que necesita de algo material. Gracias a Jesús, Dios se nos
revela como amor infinito, por ello lo reconocemos como Dios es amor. La
actitud teologal hace referencia a la fe, esperanza y caridad. La fe no es
emoción o sentimiento, no es elegir entre visiones de la realidad, la fe se
decide en lo profundo de la conciencia. La fe consiste en haber llegado a ese
fondo de si mismo, dejar la confianza en nosotros y tomar el manantial del que
está procediendo nuestra vida.
Es necesario reflexionar que la conversión no es de hábitos-vicios, sino
de una existencia a otra. La metanoia cuya condición es negarse a si mismo.
Nosotros tenemos que reconocer que la existencia humana no depende de
nosotros, nadie nos preguntó si queríamos existir, no tomamos esa decisión, el
nihilismo no debe tener cabida.
En conclusión, hay experiencias de Dios en medio de la vida. Dios no es
una realidad trascendente aislada del hombre, sino que es la realidad
fundamental. La presencia de Dios no es objetiva, directa y particular,
tenemos que ver con todo lo creado, la mística de reconocerlo en la
experiencia de la creación.

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