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Relatoría

Yo Creo – Amén

Jamil Rodríguez 7-712-1085


Jesús Rodríguez
26-4-2023

1- ¿La Fe parte natural del hombre?


Sabemos que el deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre nos lo dice el CIC y
es por ello que el hombre durante su vida está en una búsqueda de Dios, “un pensar del
logos en el logos” ya que si el hombre fue creado por Dios entonces pensara en Dios que
lo creo hasta conocerlo y tener una convicción de creer en Él y es que en la vida del
hombre la Fe es natural ya que para las cosas que realiza en su vida se empieza por la
convicción de Fe ya que antes de aplicar un método racional y científico se debe tener la
Fe de que tal cosa se puede lograr o que de tal cosa encontraremos una respuesta. La Fe
trata más bien de Dios en la historia1 y así la Fe acompaña al hombre durante toda su vida
con la convicción de lo que no ve y cree con firmeza lo vera en un futuro en todo su
esplendor, al igual que la Fe pretende ser Revelación 2 ya que rompe con ese gran abismo
que creíamos que existía entre lo visible e invisible, entre lo eterno y lo temporal y es que
Cristo se presento en el mundo y se revelo a si mismo para que el hombre tuviera
conocimiento de Él. En la vida del hombre la Fe participa de su historia ya que esta
despierta como un interés en el hombre por conocer las cosas y descubrir el sentido de
esas cosas y va dándole desarrollo a la historia tanto pasada como presente y hasta futura
y va haciendo y creando las cosas. Me atrevo a decir que el hombre pasa con la Fe de un
asentimiento Nocional a uno Real como nos dice el cardenal Newman y diría que con
esto llegamos a una plenitud de nuestra Fe, Newman nos dice que para confesar la
existencia de un Dios creador debemos tomar los hechos y darles un significado y sacar
de ellos conclusiones. Lo primero es el conocimiento, luego la opinión, luego el
razonamiento, luego la Fe.3 Me gusta mucho que Newman dice “para obrar uno ha de
suponer, y esta suposición es la Fe.” Al final ese creo y amen que decimos lo decimos
convencidos de esto que vemos y experimentamos en nuestra vida.

¿Cómo hacer la teología algo serio en los hombres?


La teología desde su punto de partida actual es una ciencia por la cual intentamos
descubrir los atributos de Dios. También vemos como estos atributos de Dios se han
hecho evidente por medio de La Revelación de Dios en su Hijo Jesucristo. La teología

1
Cf, Ratzinger, Joseph - Introducción al Cristianismo. Pag 7.
2
Cf, Ídem
3
Cf, John Henry Newman, Gramática del Asentimiento, pág. 88
nos es solo un conocer de Dios intelectualmente estricto, porque solo con la luz del
Espíritu Santo podemos acceder a sus misterios. Por tanto, una de las labores que debe
tener la Teología y el teólogo es la capacidad, dada por la gracia de explicar el tema en
cuestión con las palabras más sencillas, pero sin perder la esencia misma del misterio.
Por lo general la palabra “teología” a veces nos asusta debido a que pareciera un
tecnicismo intelectual que nos podría llevar a la soberbia del conocimiento desbalanceado
de la gracia de Dios y como citaba el Papa Benedicto XVI podría hacernos comportarnos
como payasos, un payaso que solo hace y dice las cosas como si fuera un monologo de
rutina. También diría Benedicto XVI: Dios es siempre nuevo, capaz de renovar todas las
cosas. Convertir la teología para los hombres seriamente implica como he mencionado no
utilizar la teología como una ciencia necesariamente intelectual, sino que también nos
invita que demos el testimonio de lo que somos y creemos. Es fácil hablar del amor de
Dios teóricamente, por ejemplo. Pero que difícil se vuelve expresarle el amor de Dios a
quien pasa por crisis existenciales o situación de abandono. El Papa Francisco nos dice en
Evangelio Gaudio respecto a esta cuestión “Es un mensaje al cual frecuentemente nos
acostumbramos, lo repetimos casi mecánicamente, pero no nos aseguramos de que tenga
una real incidencia en nuestras vidas y en nuestras comunidades”.4
Para llevar la teología a los hombres debemos recordarles que Dios se ha acercado a ello
y que se sumergió en nuestro mundo para salvarnos y estar eternamente con nosotros,
pero que este pensamiento no se quede solo en una alegoría poética sino más bien que se
convierta en Vida lo que hemos vivido y experimentado.

4
Cf, EG.Papa Francisco 179

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