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Estrategias para el aprendizaje y la participación en la universidad

Taller de Dinámicas grupales –

Aspectos Teóricos de soporte a las técnicas grupales. Doc 1

1. ¿QUE ES UN GRUPO?

A lo largo de la psicología social, encontramos múltiples definiciones de grupos. Para Filloux,


"el grupo no es una suma de miembros; es una estructura que emerge de la interacción de los
individuos y que induce, ella misma, cambios en los individuos". Dentro del uso común de la
palabra "grupo", tal concepto se usa para designar conjuntos muy dispares en sus características:
desde los que miran un escaparate hasta los que integran una familia. Aún en un campo
estrictamente psicológico, el grupo puede ser considerado como un conjunto de personas que
requiere pocos requisitos: "un grupo consiste en dos o más personas que comparten normas con
respecto a ciertas cosas y cuyos roles sociales están estrechamente entrecruzados".

Ahora bien, dentro del campo de la dinámica de grupos se utiliza un criterio mucho más
restringido que da por supuesto un número reducido de miembros (15-30) personas que
interaccionan "cara a cara" y forman lo que se llama un grupo primario, es decir, aquel en el
que todos sus miembros son conscientes de la existencia del grupo, de su pertenencia a él, y de
la presencia de otros miembros.

Con frecuencia distinguimos la noción de “grupo” de la de “agrupamiento”. Un conjunto de


personas que están físicamente juntas no constituyen necesariamente un grupo. Los
espectadores de un campo de fútbol no son un grupo, como tampoco lo son los que van en una
manifestación. Solemos exigir tres condiciones para hablar de grupo:

1. Un conjunto de personas que físicamente o virtualmente están cercanas.


2. Que tienen una actividad común en función de un objetivo establecido previamente.
3. Que interaccionan entre ellas de manera que la actitud o la conducta de una
repercute en las demás.

Cuando no se dan esas tres condiciones hablamos de “agrupamiento”, para definir la situación
en la que se dan cualquiera de las dos primeras, pero no aparece la interacción de las personas.
En función de la noción de grupo, podemos establecer que los miembros de cualquiera de ellos
se plantean dos tipos de objetivos en todos los grupos:

a) Un objetivo productivo u operativo: el grupo se crea para realizar alguna actividad,


es decir con alguna finalidad concreta que sus miembros intentan alcanzar con
mayor o menor grado de eficacia.
b) Un objetivo relacional: los miembros de un grupo intentan estar a gusto en él,
sentirse bien, es decir establecer una relación con los otros miembros que les haga
sentirse integrados. Psicológicamente hablando podríamos decir que buscan
conseguir un ajuste psicosocial positivo a través de la interacción y aceptación de
los demás miembros.
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Un animador grupal deberá preocuparse de mantener el equilibrio entre la dimensión relacional
y la productiva, pues cualquier grupo necesita trabajar ambas, si bien no en la misma medida.
El tipo de grupo y la fase de su vida por la que pase marcará el mayor peso de una de las dos
dimensiones, pero en cualquier caso las dos están presentes y en deberemos examinar cómo
utilizar técnicas de grupo que nos permitan revisar y fomentar tanto las situaciones relacionales
como las productivas.

2. TIPOLOGIAS GRUPALES

Hay una variada gama de criterios para establecer los tipos de grupos. Expongo a continuación
las que más frecuentemente utilizamos desde la perspectiva de la animación grupal en entornos
educativos.

2.1 Los grupos según su tamaño

Una división muy utilizada en los ambientes educativos, es aquella que tiene en cuenta el
número de componentes de los diversos grupos. Así hablamos de gran grupo cuando el número
de sus miembros es superior a 25-30. Se trata de un grupo poco operativo, fundamentalmente
receptivo y recopilador de los subgrupos que existen en su interior. Las relaciones entre sus
miembros son muy diversas, debiendo hablar en realidad de las relaciones entre los subgrupos
que existen en su interior.

El opuesto a éste es el pequeño grupo, 3-10 miembros. Como puede comprenderse se tratará de
un grupo funcional y muy operativo. Las relaciones entre sus miembros son intensas, aunque si
el número de componentes es pequeño, encontraremos una tendencia a estratificar las
relaciones que se van haciendo cada vez más fijas produciendo la necesidad de establecer
nuevos contactos extra-grupo.

En el centro de ambos estaría el grupo medio. Careciendo de operatividad del grupo pequeño,
muestra un abanico de relaciones mucho más amplio, por lo que la integración social de sus
componentes resulta habitualmente más fácil.

Es evidente que una clasificación de los grupos atendiendo solamente al número de sus
miembros resulta empobrecedora y poco funcional a efectos de las técnicas de grupo. Desde
este punto de vista podemos establecer una nueva clasificación que atienda a las relaciones que
existen entre los componentes de grupo.

2.2 Los grupos en función de su estructura sociológica

Esta clasificación, muy interesante para la dinámica de grupos, es aquella que contempla la
dinámica interna de los mismos. Según la misma podremos hablar de un grupo autocrático,
paternalista, permisivo o participativo. El cuadro siguiente resume las características de los
mismos, haciendo referencia tanto a sus relaciones internas, como al tipo de líder o animador
que se da en cada uno de ellos.

a) Grupo Autocrático

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Es aquel grupo en el cual un líder, elegido por el grupo o designado para el grupo por alguna
autoridad exterior, actua como jefe y toma las decisiones en nombre del grupo. El grupo de
estructura y ambiente autocrático siempre está dominado por un individuo o por una "camarilla
de poder", que toman las decisiones sin contar con los demás. El líder o la "camarilla política"
determinan las actividades y las técnicas grupales, dividen las tareas a realizar y nombran los
grupos de trabajo sin dar opción a la participación de los miembros del grupo.

Son ambientes donde todo se hace por "dedocracia". El líder y su camarilla se reservan el
derecho de alabanza y de crítica en exclusiva. En general, el grupo autocrático mantiene la
formalidad de las reglas de debate, de manera que los miembros inexpertos pueden ser
controlados por mecanismos "parlamentarios"

El grupo es sometido a un alto grado de control. Los miembros ordinarios del mismo pueden
realizar ciertos actos de conducta democrática, que se reducen casi siempre a la aprobación
ciega de las decisiones de los líderes.

En los grupos de este tipo hay grandes diferencias de "status" o posición entre los integrantes.
La comunicación suele realizarse en un solo sentido: de los conductores o líderes a los
miembros del grupo. Las ideas se aceptan más que por su valor intrínseco por su origen. Cuando
el líder, apoyado en su prestigio o en su poder, propone una moción se acepta generalmente sin
discusión. A los miembros del grupo que intentan invertir el orden de la comunicación se les
hace callar.

Dentro de los grupos autocráticos se dan con frecuencia una excesiva irritabilidad, hostilidad y
agresividad dirigida hacia los compañeros o hacia el conductor autócrata. Con frecuencia se
hace imposible la convivencia, sobre todo en grupos pequeños.

Los componentes de un grupo autocrático son propensos a ser apáticos en su actitud general,
aun cuando secretamente estén disconformes. Los individuos son mucho más sumisos y
muestran un mínimo de facultades creadoras. Cuando el autócrata está ausente disminuye la
actividad del grupo y, a veces, desaparece del todo. La crítica de los compañeros o los intentos
de dominarlos son mucho más frecuentes en este ambiente que cuando prevalece la democracia.

TRES TIPOS DE LIDER AUTOCRATA

El autócrata estricto es severo. No delega su autoridad. Se comporta como un hombre


totalmente desprovisto de afectividad y generosidad: se muestra en toda circunstancia
impersonal, realista y hasta mezquino. Generalmente es conservador; se rodea de "viejos y fieles
servidores", a los que sabe otorgar extraños testimonios de satisfacción.

El autócrata benevolente se siente afligido por una conciencia no conformista. Se siente


responsable de sus colaboradores, actúa por su bien; al mismo tiempo espera de ellos
manifestaciones de reconocimiento. Quiere que lo estimen, sin dejar por eso de ser tan
centralizador y conservador como el autócrata estricto. Es partenalista.

El autócrata incompetente es esencialmente "infantil". No tiene para mandar ni el equilibrio


afectivo necesario ni capacidad intelectual. Animado de una gran voluntad de poder, a pesar de
su falta de seguridad, es obsequioso con sus superiores, humilla a sus colaboradores, a quienes
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envidia su talento, y los denigra sistemáticamente. No tolera que le hagan sombra. Está pronto
para toda negación, mentira o compromisos útiles para conservar su poder. Es un débil que
compensa su sentimiento de inferioridad mediante comportamientos impulsivos, a menudo
contradictorios.

b) Paternalista

La estructura paternalista de un grupo es más sutil que la estructura autocrática. En este tipo de
grupos el líder es amable y cordial ante las muchas necesidades de su "rebaño". El líder
paternalista siente que debe tomar las decisiones más importantes en nombre del grupo y por el
bien del grupo.

Este tipo de liderazgos suele ser efectivo: evita las discordias y provoca una impresión de grupo
feliz. Con frecuencia encontramos este tipo de líder en las escuelas. Los enseñantes eligen los
textos, deciden lo que deben y no deben aprender sus alumnos, establecen las normas de
conducta de la clase, protegen a los niños contra las decisiones erróneas y sus consecuencias.

En este clima ambiental de grupo solo crecen y se desarrollan los líderes. Los demás miembros
del grupo se van estancando en niveles bajos de realización personal. En efecto, se ven privados
del crecimiento que produce el asumir responsabilidad y el tomar decisiones.

El líder paternalista teme a menudo entregar su cargo a otras personas porque nunca esta seguro
de que otro líder pueda conducir su grupo con tanta dedicación, eficacia o protección como él.

Este líder mantiene su influencia por su aire personal y competencia; cuenta con el respeto del
grupo y con su confianza. Se resiente con las críticas del grupo, y toda tentativa de éste por
asumir la responsabilidad de tomar decisiones o de introducir cambios fundamentales en las
normas determinadas por su espíritu paternal es una afrenta para él.

c) Permisivo

El líder de este grupo es un conductor pasivo; le siguen porque posee ciertos talentos,
habilidades o cualidades muy apreciadas, pero no hace ningún esfuerzo por conducir al grupo
hacia los objetivos propuestos: influye porque influye.

Este tipo de grupos permisivos y de líderes pasivos son el producto normal de una sociedad en
transición de estructuras autocráticas y del paternalismo impulsa (sobre todo a las generaciones
jóvenes) a no aceptar más tipo de grupo que el permisivo. Se considera a la organización y a la
disciplina organizativa como un antivalor, incluso aunque hayan sido decididas entre todos.
Cualquier norma se considera vejatoria y opresora de los individuos.

d) Participativo

El grupo de estructura participativa está formado por un grupo de personas que trabajan juntas
para resolver los problemas comunes. En él, trabajan en equipo todos los miembros para lograr
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una elevada cohesión del grupo. Todos participan: se da la máxima importancia al crecimiento y
desarrollo de los miembros del grupo. Ninguno es el líder: el liderazgo está repartido.

El grupo trabaja según el principio de consenso y trata de obtener un elevado grado de


relaciones interpersonales agradables, como una sólida base para la resolución de sus problemas.
Dentro del área en la que el grupo puede actuar, por participación todos los miembros
demuestran un alto grado de identificación con los objetivos del grupo.

En estos grupos la participación verbal de sus componentes es bastante semejante. Se reduce al


mínimo la intimidación de los individuos mediante la reducción e incluso eliminación de las
formas coactivas, gracias al conocimiento de los antecedentes, intereses y habilidades de los
demás miembros del grupo.

La idea básica que preside los grupos participativos o democráticos es está: los miembros del
grupo, mediante el desarrollo de sus cualidades, deben asumir todas las funciones que realizan
los líderes, y prescindir de individuos designados como tales.

Tres presupuestos son fundamentales para la creación de un grupo participativo:

1.- Los grupos de personas normales o corrientes tienen, dentro del alcance de sus
capacidades, la facultad de reconocer, definir y resolver los problemas comunes y satisfacer sus
necesidades comunes, trabajando conjuntamente.

2.- La acción del grupo está basada en el consenso general del grupo, logrando mediante
la participación de todos sus integrantes de acuerdo con sus actitudes diferenciales para
contribuir.

3.- La productividad del grupo puede incrementarse mediante esfuerzos tanto del total
de sus miembros como de cada uno de sus integrantes, para mejorar sus capacidades en las
relaciones humanas, para fomentar una mejor interacción del grupo y también mediante la
valoración continua del progreso hacia los objetivos y de los medios empleados para
conseguirlo.

En el grupo participativo todos los integrantes del grupo se sienten responsables del éxito de las
tareas emprendidas. Cada uno de ellos está intentando alguna forma de autoanálisis y de
adiestramiento en las técnicas grupales. En este tipo de grupos se prepara a los miembros para
que acepten la responsabilidad de alentar al grupo, plantear problemas, mantener motivaciones y
criticar las actividades del grupo en un constante esfuerzo por mejorar los objetivos y las
actividades del mismo. Cada miembro se siente responsable de los otros miembros del grupo.

2.3 Los grupos en función de las fases de su vida

1.- Responsabilidad grupal: Cada miembro es responsable de su propia contribución al grupo y de que
éste sea potenciador para todos y cada uno de sus miembros. Esto facilita que el liderazgo se distribuya entre los
miembros del grupo a medida que sus propias responsabilidades. El grupo trabaja entonces s A lo largo de su
existencia todo grupo pasa por diferentes etapas que marcan su actividad , establecen un
sistema de relaciones interpersonales diferenciado, tienen una muy diferente tasa de

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productividad grupal y en consecuencia requieren un sistema diferente de intervención
educativa por parte de los educadores/animadores de los mismos.1

En los diferentes manuales de dinámica de grupos se pueden encontrar clasificaciones


diversas de estas etapas que analizadas a fondo son bastante semejantes. Posiblemente, los
matices se establecen en función de la propia experiencia del autor de la clasificación. En ese
sentido os propongo una distribución de las etapas grupales basada especialmente en el tipo
de intervención educativa que requerirá esa etapa por parte de los animadores de los grupos:

a) Etapa inicial:

El comienzo de un grupo puede estar marcado por diversos aspectos en función del tipo
de grupo del que hablemos. En un grupo escolar, las expectativas respecto a la clase, al curso o a
los profesores pueden ser mucho más fuertes que el interés por el propio grupo que pasa a un
segundo lugar. Lo mismo ocurriría en un grupo laboral que inicia una actividad. En cambio, en
los grupos informales (pandillas, grupos de tiempo libre, etc) el interés por los miembros del
grupo suele ser mayor que la propia actividad.

Desde el prisma del educador/a social que constituye nuestro punto de mira, podemos
definir esta etapa como aquella en la que se producen los primeros contactos entre los
miembros de un grupo. Suelen ser contactos breves en los que las diferentes personas se van
tanteando (¿cómo es ésta?, ¿aquel aguantará una broma? ¿qué genio tiene?,...). Es en
consecuencia una etapa breve, al menos así debiera serlo, y nada productiva como grupo,
aunque totalmente necesaria para asegurar su desarrollo posterior.

Existen grupos en los que esta etapa se alarga mucho por estar en un ambiente muy
rígido o formal que impide el conocimiento entre las personas, o en otras ocasiones, por ser
un grupo excesivamente amplio sin casi contacto personal. En mi trabajo como profesor
universitario me encuentro en ocasiones grupos que después de un año de facultad no han
pasado como grupo de esta etapa..

Orientaciones para la intervención del educador en esta etapa: Esta es una etapa
importante para el grupo no por lo que en ella ocurrirá sino porque empieza a marcar una
forma de establecer las relaciones entre sus miembros. Buscamos que el grupo pase pronto a
la siguiente etapa por lo que aceleraremos el proceso si creamos situaciones que permitan la
presentación de los miembros del grupo desde diferente perspectiva. Nos equivocamos si
pensamos que la presentación es decir un día cómo se llama cada cual. Eso se olvida
enseguida y debemos repetir las situaciones de diferente manera para que todos los miembros
del grupo sean capaces en poco tiempo de llamar a cada cual por su nombre. Esto es
importante pues es la manera de empezar a crear una estructura de integración y de motivar
al grupo a que prosiga su evolución en la siguiente etapa.

b) Conocimiento interpersonal

Una vez terminada la etapa inicial podríamos suponer que los miembros del grupo se

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Véase Pallares (1975), Lobato (1984), Brunet-Negro (1982), etc
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conocen ya y están en disposición de entrar en una fase de productividad grupal. Sin
embargo, el conocimiento existente entre ellos suele abarcar los aspectos superficiales, o los
contornos del “yo público” si usamos la terminología de Lewin. La etapa inicial es seguida
de otra relativamente larga en la que los miembros del grupo empiezan a expandir su yo
social, es decir el territorio común de ideas, sentimientos y vivencias compartidas por todos
ellos.

Esta etapa profundiza pues el conocimiento interpersonal, es decir continua


trabajando más los aspectos relacionales que los productivos y se acelera en la medida que las
personas del grupo tengan ocasión de compartir esas ideas o sentimientos. Es pues una etapa
en la que si no se presentan esas ocasiones, - lo que ocurre muy frecuentemente en grupos
organizados, una asociación, una clase, etc -, el animador/a deberá crear esas ocasiones que
darán una mayor cohesión al grupo en cuanto reforzarán el sentimiento de inclusión y el de
sentirse válidos, de los diferentes miembros del grupo.

Es interesante que esas situaciones no se creen solamente a través de la expresión


verbal, pues a menudo las personas tienen dificultades para superar los bloqueos de
comunicación. Por ello, suele ser interesante en muchas ocasiones desarrollar ejercicios a
través de la expresión plástica, musical, icónica o corporal, cuyo total sentido puede
verbalizarse posteriormente.

c) Desarrollo del estilo grupal

Esta etapa suele ser coetánea con la anterior, aun cuando tiene una duración mucho
más larga en la vida de los grupos. Entendemos por estilo, las expectativas respecto a la forma
de actuar los miembros del grupo, su estilo de trabajo y de relación intragrupal. Del mismo
modo que distinguimos a las personas, cuando conocemos a varios grupos, somos capaces de
establecer una especie de imagen distintiva de cada uno de ellos. Esto se debe a que cada grupo
ha ido definiendo poco a poco su forma de ser, que solemos denominar su estilo. Esa forma de
ser se va desarrollando en los diferentes aspectos que implica la vida grupal siendo los más
evidentes los siguientes:

in depender del animador.

2.- Cooperación: Lo que conlleva que cada miembro del grupo ejercite su creatividad y
no discrimine a los demás miembros del grupo, al tiempo que aprende a aceptar los diferentes
ritmos de trabajo, la necesidad de una distribución de funciones para mejorar el resultado y las
diferentes opiniones ante un asunto.

3.- Responder a los demás como grupo: A medida que cada uno se siente responsable
del grupo y en el grupo, se desarrolla en él la capacidad de diálogo, y un grupo que practica la
escucha activa progresa en su proceso de desarrollo ya que responde a las necesidades de cada
uno. En ese sentido, el grupo evoluciona en la dirección de pasar de dar respuestas personales
procedentes de los diferentes miembros, a dar una respuesta en la que el grupo está de acuerdo.

4.- Toma de decisiones mediante acuerdo: Partiendo de la base que todos tenemos algo
positivo en aquello que formulamos, podemos aceptar las opiniones de los otros como algo
digno de atención y decidir teniéndose en cuenta estas opiniones. Conseguir el acuerdo o
consenso implica aprender a ceder y a argumentar, así como a desarrollar estrategias para ver la
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mejor opción en cada momento de la vida del grupo.

5.- Enfrentarse con los propios problemas: El grupo tiene que ayudar a madurar al
individuo si quiere ser potenciador de cada uno de sus miembros. Uno de los indicadores que
lo demuestran es que tanto el sujeto como el grupo no tienen miedo de enfrentarse a los
problemas sino que los afrontan, analizan e intentan darles una respuesta.

6.- Establecer un determinado nivel y forma de comunicación: Cada grupo crea poco a
poco su forma de comunicación, - superficial, profunda, seria, jovial-, etc. Esto viene
determinado por las relaciones que existen entre sus miembros y sus características personales,
así como en ocasiones por el ambiente exterior o la propia historia del grupo.

En esta etapa, el rol del animador grupal es muy importante, pues a menudo detecta los
hábitos y actitudes que se dan en el grupo, incluso antes de que sus miembros sean conscientes
de ellas. En ese momento su acción, bien directa , bien a través de la simulación, puede
conseguir que los miembros de un grupo modifiquen su conducta, una vez son conscientes de
los efectos que esta produce.

d) Aparición de los conflictos

No se trata propiamente de una etapa por la que pasen todos los grupos
necesariamente y con posterioridad a la etapa anterior, pero es cierto que todos los grupos
tienen en algún momento un conflicto bien general, bien entre alguno de sus miembros.

Cuando el grupo llega a un nivel de comunicación más abierto e intenso, es fácil que
aumenten los problemas o conflictos interpersonales. Aquí el animador debe estar preparado
para facilitar en todo momento la comunicación, teniendo en cuenta a todos y cada uno. Uno
de los aspectos a trabajar más por los animadores es la clarificación de los conflictos, pues en
muchos de los grupos se tiende a esconder los mismos, presentando siempre la cara afable del
grupo. No obstante, la tensión existente, de la que sus miembros son conscientes, impide no
solo las buenas relaciones entre sus miembros, sino que mengua mucho su efectividad.

El grupo demuestra su madurez cuando es capaz de sacar los conflictos y abordarlos a


través del diálogo entre sus miembros, de manera que sean capaces de volver a establecer una
relación positiva entre ellos. En los conflictos las dimensiones productivas y relacionales de los
grupos se mezclan a menudo y esto dificulta en gran manera su solución. Una de las tareas del
animador grupal es deslindar los diversos elementos del conflicto y animar a sus miembros a
abordarlo mediante el diálogo.

e) Eficiencia

Un grupo cuyos miembros ya se conocen , han definido su forma de actuar, y


superado sus conflictos, entra en una etapa de efectividad productiva. El grupo se encuentra
al máximo rendimiento y sus miembros son conscientes de la las posibilidades que como
colectivo están desarrollando.

Aparece en este momento un sentimiento de identidad grupal. El grupo desarrolla su


creatividad y siente un alto grado de satisfacción. El grado de cohesión aumenta. Aparece el
peligro de "encantarse".
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En este momento el animador sigue teniendo el rol de proporcionar instrumentos que
faciliten esa eficacia grupal. Debe tenerse en cuenta que aun que veamos aquí las sucesivas
etapas grupales en un orden lineal , esto no sucede siempre en los grupos de esta manera. Un
grupo puede pasar rápidamente del conocimiento interpersonal a la eficacia, puede plantearse
posteriormente un conflicto que lo devuelva a la etapa de redefinir su forma de ser como grupo
para poder solucionar ese conflicto. Por eso la eficiencia no es la última etapa de los grupos,
sino aquella en la que el grupo se manifiesta con todas su productividad y un bien nivel
relacional entre sus miembros.

f) Etapa final

Todo grupo termina su vida en algún momento. En ocasiones, cuando esto llega , sus
miembros se aferran al grupo pues sienten su importancia y perciben las dificultades que su
ausencia les creará. Por ello, es conveniente que el animador haga consciente a los demás de
que los grupos tienen una vida limitada y facilite la evaluación de la tarea realizada y de las
relaciones entre sus miembros.

Es el momento de los balances enfocados como reconocimiento del autoaprendizaje


para futuras experiencias sociales y de la capacidad de autocorrección de los inbdividuos que
formaban el grupo.

2.4 Los grupos en función de la edad y madurez de sus miembros

La evolución psicológica de los componentes de un grupo, influye lógicamente en la estructura


social del mismo. De esta manera, observamos como aparecen tres etapas bien definidas que
corresponden a grandes líneas con la infancia, la adolescencia y la juventud y madurez de sus
miembros. Las características de cada etapa son las siguientes:

a) Etapa del gran grupo o del círculo

Corresponde a los 6-11/12 años. El niño se encuentra en una situación de descubrimiento.


Busca conocer las personas y al mismo grupo en sí. Para él, lo más importante es sentirse
miembro de algo (club, organización, grupo, etc). El educador se encuentra en el centro del
círculo dirigiendo al grupo en el inicio del proceso de auto-educación. Los equipos que se
forman en el interior del gran grupo son funcionales y cambian con frecuencia. La actividad
del gran grupo está encaminada a buscar la cohesión de sus miembros, conseguir que el niño se
sienta parte de algo. Se busca destacar el espíritu de unión y de solidaridad. En el camino que
lleva de la dependencia a la autonomía personal, éste es el primer paso.

EDUCADOR 9
b) Etapa del pequeño grupo o de la herradura (12/13-16/17)

La adolescencia es la etapa de la intimidad, de la búsqueda en las profundidades del


propio yo. De ahí que la estructura social ya no pueda ser el círculo, el gran grupo. Para el
adolescente importa mucho más el pequeño grupo de aquellos que son similares a él, aquellos
que actúan de una forma parecida. El gran grupo de la etapa anterior se rompió en diversos
subgrupos que en este momento alcanzan una vida intensa. Y hablamos de etapa de la
"herradura" porque estos pequeños subgrupos no deben estar cerrados en sí mismos, o al menos
hay que intentar que no lo estén.

EDUCADOR

El pequeño grupo establece un contacto hacia el mundo exterior a través de algunos de


sus miembros. Aparecen los representantes. El educador debe estar fuera de la herradura. El no
es un adolescente. Su tarea consistirá en orientar la acción y la reflexión de esos pequeños
grupos, bien a través de sus representantes, bien directamente pero respetando su libertad de
actividad, su dinámica interna. Es la etapa de la aventura, del esfuerzo físico. El adolescente
cargado de vitalidad necesita realizar una intensa actividad.

C) Etapa del grupo pluridimensional o del semicírculo (17 y más)

Es la etapa de la juventud y la madurez. Una etapa que debe ser totalmente


pluridimensional. Cada miembro del semicírculo se proyecta dentro del mismo por una parte,
pero también hacia fuera de él. Cada uno aporta al grupo todas sus vivencias y relaciones. Cada
una de esas relaciones será una dimensión grupal y cuando algunas de ellas se rompa, el resto
equilibrará la balanza, de manera que las diferentes viviencias en los grupos donde está se
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verán afectadas, pero la persona mantendrá su permanencia a esos grupos, al contrario de lo
que nos ocurría en la etapa anterior, donde al estar todas las vivencias centradas en el mismo
grupo, la ruptura por cualuier causa, implicaba la separación del grupo.
El educador-animador formará parte del grupo, pero con un rol diferente: recordar al
grupo sus objetivos y proporcionar instrumentos que ayuden a su consecución.

Educador

Porque cada uno de sus miembros (estudiante, jefe de un campamento, profesor,


deportista, casado o soltero, perteneciente a un partido político o a un sindicato, creyente,
ecologista, etc., o justamente todo lo contrario), llevará todas esas dimensiones de su vida al
grupo en el que realiza una determinada actividad. El educador es un miembro más del
semicírculo que a través de diversos medios (juegos, técnicas de grupo, reflexiones, escritos,
etc.) hace pensar a los componentes del grupo sobre su propio "yo", sus relaciones con los
demás y su proyección en la sociedad, a fin de que la persona tome sus propias opciones y
actúe coherentemente con ellas.

3. EL CAMPO SOCIAL

Habiendo sentado las bases de la acción de la dinámica de grupos al estudiar los


diversos tipos de grupos y sus etapas y evolución correspondientes, debemos introducir el
concepto de campo social, antes de entrar en el terreno concreto de las técnicas. Esta noción
fue introducida por Kurt Lewin para quien el grupo se asemejaba a un espacio físico en el cual
ocurrían una serie de fenómenos. Para él, "el campo social es una totalidad dinámica,
constituida por entidades sociales coexistentes, más no necesariamente integradas entre sí".
Entendiendo por "totalidad dinámica" todo conjunto de unidades interdependientes. Lo que
ante todo caracteriza un campo social son las posiciones relativas de sus miembros, que se
mueven según la estructura del grupo, su génesis y su dinámica.

Para entenderlo más fácilmente, pensemos en una red en la que se tejiera una cuerda
cada vez que existiera una interrelación , de cualquier tipo, entre los miembros del grupo y que
esa cuerda fuera tanto más consistente cuanto más intensa fuera la interrelación. El grupo
viviría sobre esa red, por lo que si tenía muchas cuerdas y gruesas, tendría un soporte muy
bueno sin peligro de rotura. Por el contrario, si las cuerdas de la red son muy finas o muy
escasas (es decir, hay pocas interrelaciones y son superficiales), vivir encima de ella será
peligroso y el grupo podrá caerse pues la red se romperá con facilidad.

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