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Nabo

Eduardo David Ortiz Martinez


El nabo
Se conoce con el nombre común de Nabo de
mesa, Nabiza, pero su nombre científico o latino
es Brassica napus var. rapifera. Pertenece a la
familia botánica de las Crucíferas junto a la
coliflor, la col, el brécol, el berro y el rábano. Se
cree que el nabo deriva de plantas que crecían
silvestres en el norte de Europa y Escandinavia,
aunque también se cree que podría ser originaria
de Asia Central, desde donde se ha extendido
por todo el mundo. Desde hace más de 4.000
años ha sido un alimento básico para algunos
grupos étnicos en Europa, especialmente antes
de introducir la patata en el continente.
Variedades de nabo
Nabo bola de nieve Nabo bola de oro Nabo blanco globo Nabo blanco plano temprano

Nabo Redondo Virtudes Nabo Croissy Nabo Negro Alsacia Nabo Milano
En la cocina
Los nabos en la cocina
El nabo se come generalmente cocido, como guarnición o como ingrediente de algunas preparaciones como, el arròs
amb fesols i naps valenciano, en las manos de cerdo y nabos, en el pato con nabos o en la chucruta. El nabo aunque
es de origen europeo también es cultivado en la India, y durante mucho tiempo fue utilizado en cocina, sobre todo en
las sopas y en los pucheros. En Escocia están considerados como la hortaliza nacional. Actualmente, el nabo tiene
poco prestigio gastronómico. Ángel Muro en su Practicón decía “Es la legumbre-raíz más desdeñada, porque es muy
dulzona y no tiene aroma. Tiene pocos amigos, y los que lo son de verdad son gallegos”. Por algo dicen los gallegos
Nabo, nabiza e grelo, trinidá do gallego. El nabo es poco energético, pero rico en agua, en azufre, en potasio y en
azúcar. Cuando se compra debe ser firme, bastante pesado y tener una piel lisa, brillante y sin manchas. Los nabos
tempranos, suelen venderse con sus hojas, la nabizas, que recibe el nombre de turnip tops, son una verdura muy
estimada en Gran Bretaña. Los tempranos y tiernos deben ser empleados en seguida, mientras que los de invierno
pueden conservarse dos meses al fresco. Los nabos se pelan y se lavan antes de la cocción para evitar que se
ennegrezcan; si son pequeños nabos nuevos, basta con cepillarlos. Sin embargo, en invierno es preferible
blanquearlos 10 minutos antes de su preparación, pues su sabor bastante fuerte gana cuando es atenuado. Los nabos
son indispensables en muchas ollas y pucheros y suelen prepararse como las zanahorias (glaseados a la inglesa, con
mantequilla, a la crema, etc), o bien en puré o en soufflé. Acompañan tradicionalmente las carnes de pato, de carnero o
de cerdo.

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