Está en la página 1de 6

Entre sus aportes a la sociología se destaca el concepto

de la lucha de clases, donde Marx establece que las


personas en sociedad se dividen en clases y observa
que la historia de la humanidad es una historia de
enfrentamientos entre grupos antagónicos. Este
constante enfrentamiento a lo largo del tiempo va a
derivar en una sociedad ideal “comunista” donde no
existan las clases sociales. A su vez, la historia
manifiesta una sucesión de tipos diferentes de
sociedades, las cuales van cambiando de manera
drástica y revolucionaria. A lo largo de estos procesos
es donde se creó en la historia al proletario, quién no
vende su trabajo al mercado para ganar dinero, sino
que vende su fuerza de trabajo; es decir que se vende
a sí mismo diariamente por una cantidad de tiempo
para poder hacer su trabajo.

Desarrollar el socialismo científico, el comunismo


moderno y el marxismo (con Engels), la teoría marxista
de la alienación, sus contribuciones a la teoría del
valor-trabajo, a la idea del plusvalor, a la teoría de la
lucha de clases y a la concepción materialista de la
historia.

Marx y Engels se encuentran en 1844 e inician una


entrañable amistad que durará hasta la muerte del
primero. Engels se convirtió en “el ángel de la
guarda” de Marx, solventando siempre sus graves
penurias económicas. Marx, con tres hijas, solo
recibía magros pagos por sus artículos de prensa.
Interesados en los mismos temas, dialogaron,
escribieron y lucharon juntos. De esta colaboración
nace una filosofía que pretendía no solo comprender,
sino transformar el mundo.
La sociedad debe ser igualitaria: El marxismo quiere
acabar con la lucha de clases. Es decir, pretende que
no existan clases sociales. Todos deben tener lo
mismo. Abolir la propiedad privada: Pretende, al
igual que el comunismo, que no exista propiedad
privada.

Karl Marx fue un pensador de origen alemán (Tréveris, Prusia occidental,


1818 – Londres, 1883) considerado como el padre del socialismo científico.
Su obra
más

importante es 'El Capital' publicado junto a Engels en 1867.

En otros términos, ‘la sociedad’ es la sociedad humana o la


humanidad socializada, el conjunto de las relaciones que los
seres humanos traban entre sí y que dan lugar a lo que se
llama ‘vida social’; por eso no se puede hablar de ‘individuo’,
a secas, como gustan los empiristas-liberales,
epistemológicamente atomistas, sino de ‘individuo social’,
como dice Marx, no es solo un ‘zoon politikon’, no solo un
animal social, sino un animal que únicamente en sociedad puede transformarse en un individuo-sujeto, desarrollar una
identidad personal.

Según Carlos Marx, el modo de


producción determina las condiciones de
trabajo y las relaciones entre todos los
componentes de la sociedad. Las fuerzas
productivas son los elementos necesarios
para que se pueda llevar a cabo la
producción (hombres, materia prima y las
herramientas.)
El materialismo histórico, por tanto, se refiere a una doctrina que, de acuerdo con Marx y Engels, los cambios en el espíritu de
la sociedad, teniendo en cuenta que se expresaban en la superestructura, se derivan de las relaciones económicas de
producción. Y no al contrario, como defienden otras doctrinas.

Esta fue planteada por Engels y Marx, así como


enriquecida por Lenin y la Academia de Ciencias de la
Unión Soviética. El materialismo dialéctico es una
corriente filosófica que define la materia como la base
de la realidad, independientemente de si esta es
concreta o abstracta.

Sujeto y objeto

En filosofía se entiende por sujeto un


ser dotado de conciencia y de voluntad,
que conoce y actúa en conformidad con
sus propios designios. Al sujeto se
contrapone el objeto, como una cosa
exterior hacia la cual se dirige la
conciencia y la actividad del primero. La
filosofía idealista afirma: “No hay objeto
sin sujeto”, es decir, el mundo exterior
no existe fuera de la conciencia e
independientemente de ella. El
materialismo dialéctico, por el
contrario, afirma que “el objeto existe
independientemente del sujeto”; por consiguiente, sin el ser material, no hay ni puede haber ninguna conciencia. El
materialismo dialéctico reconoce al mismo tiempo que el sujeto, el hombre, no contempla pasivamente el mundo objetivo, sino
que actúa conscientemente sobre él, modificándolo y a la vez modificándose él mismo. El materialismo dialéctico comprueba la
conexión y la acción recíproca existentes entre el sujeto y el objeto, siendo este último la base de esta acción mutua.
Según lo dicho por Marx, se determina que: la
burguesía es la clase de los modernos capitalistas, son
los propietarios de los medios de producción y los
patrones de los asalariados; el proletariado es la clase
moderna de los asalariados, no son propietarios de
medios de producción, se ven obligados a vender su
fuerza laboral para subsistir.

El fin último de la lucha de clases se producirá, según


Marx, solo cuando las clases dejen de existir. Como el
mismo escribió (carta a Joseph Weydemeyer, del 5 de
marzo de 1852) :

Según afirma Marx, la tensión y el conflicto


entre las clases sociales resultan
inevitables, y por consiguiente, así como el
feudalismo había sido reemplazado, lo
sería la sociedad capitalista y la burguesía
dominante.

Los marxistas centraron su interés en las fuerzas de producción que ubican


a la familia como medio de reproducción de la fuerza de trabajo.

Marx dice que el trabajo es un


actividad específica del individuo
donde puede expresar su humanidad.
Esta materialización del “ser humano”
mediante el trabajo cobra vida en un
producto que es externo al individuo,
es creado por él y al mismo tiempo el
propio hombre sufre modificaciones
en su constitución.
El objetivo de la educación, según él, consiste en el
desarrollo de los aspectos superiores del alma: El
racional y el volitivo. Como en cada sustancia, según él,
existe la posibilidad del desarrollo y el hombre recibe
de la naturaleza sólo el germen de sus capacidades,
éstas se desarrollan mediante la educación.

Si bien es cierto que Marx no hizo referencia a los hombres y mujeres jóvenes como tal ‒en su tiempo aún no existíala
codificación de juventud como la conocemos hoy‒, sí describió el uso del trabajo infantil como un ejemplo de las nuevas
condiciones de explotación laboral a las que estaba conduciendo el sistema capitalista, que con su poderosa capacidad
tecnológica modificó las capacidades físicas e intelectuales requeridas por los nuevos ambientes de trabajo. De esta manera,
todos los individuos, sin importar edad, sexo y características físicas, se convirtieron en fuerza de trabajo, cuya demanda
dependería de su precio (salario)
(Marx, 1986/1857).

También podría gustarte