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Caracas, 19 de octubre de 2022

Alumna: Daniela Piña, V-28.301.374

Foro nº2

1ER CASO

Analizar esta manifestación de la voluntad a la luz del código civil.

Pedro dispuso en su testamento  “he permanecido enfermo hasta la presente


fecha y la que dice ser mi esposa me abandono en los momentos más difíciles de
mi vida, es mi voluntad que se tomen las acciones necesaria para anular el
matrimonio por estar fundado en vicios del consentimiento o que sea declarada
indigna para suceder” 

Hay que revisar si procede la nulidad del matrimonio, procede la declaratoria de


indignidad, ¿qué pueden hacer los herederos?

Respuesta: 

En virtud de lo establecido en el artículo 118 de código civil, podemos denotar que


no es posible proceder con la nulidad del matrimonio, visto que, Pedro
evidentemente cohabitó con su esposa durante más de 1 mes después de saber
que existían vicios del consentimiento, puesto que, el hecho de que su esposa lo
haya abandonado, no implica una causal de nulidad del matrimonio, y el código
civil establece que “…No es admisible la demanda de nulidad por las razones
expresadas, si hubo cohabitación por un mes después que el cónyuge recobró su
plena libertad o reconoció el error.”

En cuanto a la declaratoria de indignidad, vemos las causales para la declaratoria


en el artículo 810 del código civil, las cuales son:

1. El que voluntariamente haya perpetrado o intentado perpetrar un delito, así


como sus cómplices, que merezca cuando menos pena de prisión que
exceda de seis meses, en la persona de cuya sucesión se trate, en la de su
cónyuge, descendiente, ascendiente o hermano.
2. El declarado en juicio adúltero con el cónyuge de la persona de cuya
sucesión se trate.
3. Los parientes a quienes incumba la obligación de prestar alimentos a la
persona de cuya sucesión se trate y se hubieren negado a satisfacerla, no
obstante haber tenido medios para ello.

Ahora bien, como vemos el hecho de haber “abandonado a su esposo en los


peores momentos de su vida” no corresponde a ninguna de las tres causales
expresadas en el precedente artículo, por lo que, no procede la declaratoria de
indignidad, entendiendo que las causas de indignidad son sanciones civiles en las
que no aplica analogía, es decir, no se pueden ampliar estos criterios a menos que
aplique una reforma constitucional.

Ahora bien, los herederos lo que pueden hacer es demandar, puesto que, el
mecanismo de la indignidad no opera de pleno derecho, es decir, para que se
declare indigna, en este caso, a la esposa, no depende de la voluntad del
causante, debe haber un juicio, un tribunal de 1era instancia que así lo declare.
Siendo así, la declaratoria de indignidad independiente de la voluntad del testador,
en este caso, Pedro, quien no puede declarar indigno a una persona y la
manifestación de la voluntad de este por sí sola no puede declararlo,
OBLIGATORIAMENTE debe pasar por un tribunal y que allí se declare. Es por eso
que, la indignidad no la declara el causante, no vale por sí sola, sino que
necesariamente debe haber una decisión judicial. Los herederos siendo
legitimados activos para demandar la declaratoria de indignidad pueden hacerlo
para intentar que se declare la misma.

2DO CASO
John Lennon supuestamente dispuso que “en caso de que mi esposa y yo
muriéramos bajo circunstancias en la cuales no existe evidencia suficiente sobre
cuál de nosotros ha precedido al otro, declaró en el presente documento que es mi
voluntad que sea juzgado que yo la procedí” 

¿Analizar qué pasa con esa manifestación a la luz del cc.?

Respuesta:

En respuesta a este planteamiento, nos apoyaremos en el artículo 994 del código


civil, el cual establece que “…A falta prueba, se presumen todos muertos al mismo
tiempo no hay transmisión de derechos de uno a otro.” Es decir, se tiene la
presunción de muerte simultánea como que ambos murieron al mismo tiempo,
salvo que por experticia se determine lo contrario. Es por esto que, no se puede
admitir que falleció primero la esposa, en virtud de la voluntad expresada en el
testamento de John, puesto que, eso atenta contra el orden público.

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