Está en la página 1de 9

Guerra Colonial y Crisis del 98 Hª de España.

2º Bachillerato

TEMA 10. GUERRA COLONIAL Y CRISIS DEL 1898

Introducción

La Guerra Colonial y la Crisis del 98 tienen lugar durante la Restauración Borbónica, en


la fase final de la Regencia de M.ª Cristina. Es la primera gran crisis del Sistema
Canovista. Esta crisis surgió a raíz de las guerras de independencia de las últimas
colonias: Cuba, Puerto Rico, Filipinas y algunas islas en el Pacífico (Guam, Marianas y
Palaos). Supuso, por un lado, la pérdida de las colonias y por otro, la crítica al sistema
político canovista.
Para entender el conflicto y lo que supuso debemos conocer :

• El contexto internacional en el que se enmarcan las guerras coloniales.


• Los antecedentes: primera guerra en Cuba e incumplimiento de la Paz de Zanjón.
• Las causas y desarrollo de la Guerra de Cuba y la Guerra de Filipinas,.
• La intervención de Estados Unidos en el conflicto, y por último explicaremos.
• La crisis del 98 y las consecuencias.

Tema 10-Guerra Colonial y Crisis del 98 /1


Guerra Colonial y Crisis del 98 Hª de España. 2º Bachillerato

1- CONTEXTO INTERNACIONAL

Para entender la crisis del 98, debemos enmarcar el proceso de independencia de las
colonias dentro de las crisis internas que sufre España y en el contexto internacional del
momento, el imperialismo colonial protagonizado por los países más desarrollados (Gran
Bretaña, Francia, Alemania, Estados Unidos y Japón). Estos países ven en el dominio de
nuevos territorios la única posibilidad de consolidar el sistema capitalista y su prestigio
en el mundo. España, una potencia de segundo orden, queda fuera de cualquier reparto
colonial importante (la política española fue claramente aislacionista, “de recogimiento”
tras la gran pérdida colonial en el reinado de Fernando VII). Su preocupación fue la de
mantener las últimas colonias en ultramar, especialmente Cuba a la que la unían lazos
económicos y culturales muy fuertes e intervenir en el norte de África.

2- LA GUERRA DE CUBA

En la segunda mitad del siglo XIX se inicia la lucha por la independencia de estos
territorios, un proceso al que los diferentes gobiernos no supieron dar solución. La gran
preocupación de los gobiernos del Sexenio Democrático (cuando se inició la primera
guerra de independencia de Cuba) y de los gobiernos de la Restauración fue mantener a
toda costa la soberanía sobre Cuba, Puerto Rico y Filipinas, en vez de promover
soluciones políticas de carácter autonomista que recogieran las demandas de la
burguesía criolla (que se sentía relegada en la toma de decisiones políticas).

2a. ANTECEDENTES. LA GUERRA LARGA (1868-1878)

En 1868, con el “Grito de Yara”, ¡Viva Cuba Libre!, comienza en Cuba el intento de
independencia que desemboca en la llamada Guerra de los Diez Años o Guerra Larga, la
noche del 9 al 10 de octubre, en la finca La Demajagua, en Manzanillo, propiedad de
Carlos Manuel de Céspedes. De Céspedes proclama la independencia al contar con el
respaldo de los hacendados criollos cubanos (blancos americanos) y el apoyo popular al
prometer el fin de la esclavitud en la isla. Aunque el gobierno español intentó sacar
adelante un proyecto de abolición de la esclavitud ( ley Moret o ley de “vientres”, que
concedía la libertad a los niños nacidos de esclavas) y la concesión de reformas políticas;
la negativa por parte de los sectores económicos españoles con intereses en Cuba
frustró la posibilidad de una solución pacífica al conflicto y convirtió la guerra en un
grave problema para el gobierno. La Primera República fue incapaz de mejorar la
situación, entre otros motivos porque las autoridades y funcionarios españoles en Cuba

Tema 10-Guerra Colonial y Crisis del 98 /2


Guerra Colonial y Crisis del 98 Hª de España. 2º Bachillerato

eran proclives al proyecto de restauración borbónica, en la persona de Alfonso XII, por


lo que actuaron al margen del poder central.

El fin de la Tercera Guerra Carlista (1876) permitió enviar más tropas a Cuba. En un par
de años, fruto de la actuación de los militares dirigidos por Martínez Campos y de la
negociación, se puso fin al conflicto bélico. El 10 de febrero de 1878 se firmó la Paz de
Zanjón, que incluía una amplia amnistía, la abolición de la esclavitud (aprobada en 1886
por el gobierno de Sagasta) y la promesa de reformas políticas y administrativas que
permitirían a Cuba el tener diputados en las Cortes españolas y cierta autonomía.
Acuerdos que en la mayor parte no se llevaron a la práctica.

2b. LA GUERRA DE 1895-1898


CAUSAS
 El retraso e incumplimiento de los acuerdos de la Paz de Zanjón provocarían el inicio
de un nuevo conflicto en 1879 (Guerra Chiquita) y la posterior insurrección en 1895.
Como cuestión de fondo que explica el surgimiento de nuevas revueltas, que
conducirán finalmente a la independencia, se encontraban la falta de un verdadero
proceso descentralizador que dotase a la isla de órganos representativos y la política
fuertemente proteccionista con que se estrangulaba a la economía cubana.

 Rechazo de las Cortes a las medidas reformistas. Durante el Gobierno Largo de los
liberales (1885-1890) hubo concesiones a las reivindicaciones cubanas y el Partido
Autonomista cubano dio el visto bueno al programa de reformas de Madrid, frenando
los apoyos y fuerza del partido independentista. Pese a las promesas, la única
medida que acabó aprobándose fue la abolición definitiva de la esclavitud (1886) y
que los cubanos tuvieran representación propia en la Cortes. Otras propuestas,
como las de dotar a Cuba de autonomía o el proyecto de reforma del estatuto
colonial, planteado por el gabinete del ministro Maura (1893), fueron rechazadas
por las Cortes. También se oponían a las reivindicaciones cubanas los españoles
afincados en la isla que querían quedarse igual, la burguesía industrial catalana que
consiguió un arancel proteccionista en 1882 y otro en 1891 y los grandes
propietarios agrícolas castellanos, temerosos de perder el mercado.

 Intereses norteamericanos y política proteccionista. Las tensiones entre la colonia y


la metrópoli aumentaron a raíz de la oposición cubana a los fuertes aranceles
proteccionistas que España imponía para dificultar el comercio con Estados Unidos,
principal comprador de productos cubanos a finales del S. XIX. La condición de Cuba
como espacio reservado para los productos españoles se reforzó con el arancel de
1891, que daba lugar a un intercambio sumamente desigual, lo que provocó un gran
malestar tanto en la isla como en Estados Unidos. El presidente norteamericano

Tema 10-Guerra Colonial y Crisis del 98 /3


Guerra Colonial y Crisis del 98 Hª de España. 2º Bachillerato

McKinley amenazó con cerrar las puertas del mercado estadounidense a los
principales productos cubanos (azúcar y tabaco) si el gobierno español no modificaba
la política arancelaria de la isla. En 1894, Estados Unidos adquirió el 88,1% de las
exportaciones cubanas, pero solo podía vender a la isla el 37% de sus importaciones
porque el resto estaba destinado a los productos españoles. Al fundamentado temor
existente en España a que se produjese una nueva insurrección independentista, se
sumaba ahora el temor a que esta pudiese contar con el apoyo de EE.UU.
 Formación el Partido Revolucionario Cubano, 1892, (PRC). Partido fundado por el
poeta y líder político cubano, José Martí, con el fin de organizar la independencia de
Cuba y ayudar a Puerto Rico. El pensamiento de José Martí y las estrategias para lograr
la independencia de la isla, quedan recogidos en El Manifiesto de Montecristi
(República Dominicana), dicho documento está firmado por el líder cubano y por
Máximo Gómez, líder militar de una guerra que había estallado el 24 de febrero de
ese mismo año, 1895 (con el Grito de Oriente o Grito de Baire: “Viva Cuba Libre”).

El DESARROLLO DE LA GUERRA

Primera etapa, 1895. La insurrección comenzó en la parte oriental de la isla, y entre sus
dirigentes contó con los generales Antonio Maceo y Máximo Gómez, que consiguieron
extender la guerra a la parte occidental de la isla, tradicionalmente menos rebelde. El
gobierno, presidido por Cánovas, respondió enviando un ejército a Cuba, al frente del
cual se hallaba el General Martínez Campos, el militar considerado como el más
adecuado para combinar la acción militar con la flexibilidad necesaria para llegar a
acuerdos que pusieran fin al levantamiento como lo había hecho en la Guerra Larga. La
falta de éxitos extendió la guerra a toda la isla.

Segunda etapa, 1896-1897. Martínez Campos es sustituido por el General Valeriano


Weyler, que llegó a la isla con la voluntad de emplear métodos más contundentes que
acabasen con la insurrección por la fuerza (guerra total). Para evitar que los insurrectos
(mambises) aumentasen sus adeptos en el mundo rural, organizó las reconcentraciones
de campesinos, a los que obligaba a cambiar de asentamiento recluyéndolos en
suburbios de las ciudades, campos de concentración o poblados cercados sin posibilidad
de contactos con los combatientes. Weyler trató duramente a los rebeldes, aplicando la
pena máxima a muchos de ellos, y también a la población civil, víctima del hambre y de
las epidemias.

En el plano militar, la guerra no fue favorable a los soldados españoles, ya que se


desarrolló en plena selva, la manigua, y contra unas fuerzas muy extendidas en el
territorio, que se concentraban y dispersaban rápidamente (sistema de guerrillas). Ni
los soldados españoles estaban entrenados para hacer frente a una guerra de este tipo,

Tema 10-Guerra Colonial y Crisis del 98 /4


Guerra Colonial y Crisis del 98 Hª de España. 2º Bachillerato

ni el ejército contaba con los medios adecuados. El mal aprovisionamiento, la falta de


pertrechos y las enfermedades tropicales causaron gran mortandad entre las tropas,
haciendo de la victoria final un objetivo cada vez más difícil de alcanzar.

Tercera etapa, 1897-1898. Tras el asesinato de Cánovas (agosto de 1897), Sagasta


relevó al general Weyler por el general Blanco, e inició una estrategia de conciliación
con la esperanza de empujar a los separatistas a pactar una fórmula que mantuviera la
soberanía española en la isla y evitase el conflicto con Estados Unidos. Para ello decretó
la autonomía de Cuba, el sufragio universal masculino, la igualdad de derechos entre
insulares y peninsulares y la autonomía arancelaria. Pero las reformas llegaron
demasiado tarde: los independentistas, que contaban con el apoyo estadounidense, se
negaron a aceptar el fin de las hostilidades, que fue unilateralmente declarado por el
gobierno español.

3. GUERRA DE FILIPINAS

Paralelamente al conflicto cubano, en 1896 se produjo una rebelión en las Islas Filipinas.
Estaban escasamente pobladas por españoles y contaba con una débil presencia militar.
Los intereses económicos de España eran mucho menores que en Cuba, pero se mantenía
porque era una puerta de intercambio con Asia.

El independentismo fraguó en la formación de la Liga Filipina por José Rizal y en la


asociación Katipunan. Se vieron apoyados por la burguesía y parte de la población
indígena. El General Polavieja llevó a cabo una política represiva condenando a muerte a
José Rizal. En 1897, el gobierno liberal de Sagasta mandó al general Primo de Rivera que
promovió la negociación con los jefes de la insurrección. Pero el gobierno
norteamericano ya tenía intención de apoderarse de la isla, desplegó tropas y envió
barcos. La escuadra española es derrotada en Cavite en 1898.

4.LA INTERVENCIÓN ESTADOUNIDENSE

CUBA Y PUERTO RICO. 1898


El imperialismo americano (que había ayudado al resto de las colonias americanas a
independizarse) está en su máxima expansión. Estados Unidos (Doctrina Monroe:
América para los americanos), está interesado en el control geoestratégico del Caribe y
el Pacífico, necesita nuevos mercados para colocar sus productos y para conseguir
materias primas.

EEUU llevó a cabo una campaña de desprestigio contra España, ayudó a los
independentistas cubanos e intentó comprar la isla por 300 millones de dólares a la que

Tema 10-Guerra Colonial y Crisis del 98 /5


Guerra Colonial y Crisis del 98 Hª de España. 2º Bachillerato

se oponen los gobiernos de la Restauración. Incluso se llegó a plantear la posibilidad de


integrar a Cuba como estado de la Unión, pero fue descartada. Las intenciones eran
explotar a la isla. El apoyo de EEUU fue continúo, presionando al gobierno español para
que concediera la autonomía. En 1891 la ley de aranceles prohibió a los cubanos, el
comercio libre con EEUU y entonces el apoyo fue material. La elección McKinley, como
presidente de los Estados Unidos, cambia las cosas porque es partidario de la
intervención en Cuba. El compromiso americano con la causa cubana se evidenció a
partir de 1895, cuando el presidente McKinley mostró abiertamente su ayuda a los
insurrectos, a los que enviaba armas por vía marítima. Estados Unidos aprovechará la
falta de apoyos internacionales de España, debido a la política de neutralidad impulsada
por los gobiernos de la Restauración y el apoyo de la prensa (campaña de desprestigio).

En 1898, EE.UU. declaró la guerra a España. El pretexto fue el hundimiento, tras una
explosión que causó 266 bajas, de uno de sus buques de guerra, el Maine, anclado en el
puerto de La Habana para repatriar a los ciudadanos estadounidenses. Estados Unidos
culpó falsamente del hecho a agentes españoles y el día 18 de abril, los americanos, a
petición del presidente, aprobaron en sus dos cámaras un ultimátum: Cuba debía de ser
libre e independiente, España debía retirarse de la isla y se autorizaba al presidente de
EE.UU. para que movilizara los recursos militares a fin de conseguir estos objetivos. El
gobierno español negó cualquier vinculación con el Maine y rechazó el ultimátum,
amenazando con declarar la guerra en caso de invasión de la isla. Los dirigentes
políticos españoles eran conscientes de la inferioridad militar española, pero
consideraron humillante la aceptación, sin lucha, del ultimátum. La guerra era
inevitable. Esta se resolvió en una serie de combates navales en dos frentes:

 En el Pacífico. Batalla de Cavite (1 de mayo), en la que se aniquila la flota del Pacifico


y cae Manila.
 En el Caribe. Batalla de Santiago de Cuba (3 julio), donde se aniquila la flota del
Atlántico, mandada por Cervera, y se produce el desembarco norteamericano en
Puerto Rico.
Entre los factores que contribuyeron a la derrota se encuentran: Superioridad militar y
la proximidad de las fuerzas estadounidenses a sus bases lo que facilita repostar y la
mejor calidad de su material bélico, sus acorazados eran totalmente de acero, aparte de
los errores tácticos que pudieran cometerse. La heroica actitud de los soldados y
mandos españoles sirvió de poco ante la apabullante superioridad de los
norteamericanos. Estos apenas tuvieron bajas en las batallas navales, no así en las
terrestres, donde la superioridad no era tan grande. Sin embargo, poco podían hacer
unos soldados españoles mal armados y con pocos pertrechos. Prueba de la tenacidad y
valentía del ejército español fue la resistencia durante casi un año de un pequeño grupo

Tema 10-Guerra Colonial y Crisis del 98 /6


Guerra Colonial y Crisis del 98 Hª de España. 2º Bachillerato

de soldados aislados en una remota posición del archipiélago filipino, “Los últimos de
Filipinas”, que no sabían que la guerra había finalizado.

El 11 de diciembre de 1898 se firmó la Paz de París, que significó la Independencia de


Cuba, y la cesión a EEUU de Puerto Rico, las Filipinas y Guam por 20 millones de dólares;
estas islas quedaron a partir de ese momento bajo su influencia y dominio.

5.CONSECUENCIAS DEL DESASTRE DEL 98

Territoriales. Fin del Imperio Español. Con la Paz de París, España pierde las últimas
colonias. En febrero de 1899, España vendió a Alemania la Marianas, las Carolinas y
Palaos. En un par de años, España había liquidado su gran imperio colonial. El ejército
español regresó vencido y en condiciones lamentables, mientras muchos españoles se
preparaban para evacuar la isla y repatriar sus intereses.

Crisis de identidad. La derrota de 1898 sumió a la sociedad y a la clase política española


en un estado de desencanto y frustración. Para quienes la vivieron, significó la
destrucción del mito del imperio español, en un momento en el que las potencias
europeas estaban construyendo vastos imperios coloniales en Asia y África, y relegar a
España a un papel secundario en el contexto internacional.

Además, la prensa extranjera presentó a nuestro páis como una nación moribunda con
un ejército totalmente ineficaz, un sistema político corrupto y unos políticos
incompetentes. Esa visión cuajó en buena parte de la opinión pública española. A pesar
de la envergadura del desastre y de su significado simbólico, sus repercusiones
inmediatas fueron menores de lo que se esperaba.

Desde el punto de vista demográfico, el número de bajas fue superior a los 55.000
soldados, la mayoría de ellos de clase baja (hay que recordar que el servicio militar,
obligatorio en principio, podía ser evitado con el pago de una redención de 2.000
pesetas). De estas bajas, sólo unos 5.000 soldados murieron como consecuencia directa
de la guerra, ya que la mayoría fueron víctimas de enfermedades infecciosas, entre las
que destacaba la fiebre amarilla, debido a las malas condiciones higiénicas y
alimentarias sufridas en Cuba y Filipinas.

Inicio de la crisis de la Restauración. Aunque no hubo una gran crisis política como se
había vaticinado, ni la quiebra del Estado, el sistema de la restauración sobrevivió al
“desastre” consiguiendo la supervivencia del turno dinástico pero los viejos políticos
conservadores y liberales tuvieron que adaptarse a los nuevos políticos y a las
reivindicaciones de la regeneración.

El gobierno de Sagasta estaba destrozado y desprestigiado y, de acuerdo con los


mecanismos del turno, en 1899 la Reina Regente entregó su confianza a un nuevo líder

Tema 10-Guerra Colonial y Crisis del 98 /7


Guerra Colonial y Crisis del 98 Hª de España. 2º Bachillerato

conservador, Francisco Silvela, quien convocó elecciones. El nuevo gobierno mostró una
cierta voluntad de renovación, dando entrada a algunas figuras ajenas a la política
anterior, como el general Polavieja o el regionalista conservador Manuel Durán y Bas. Se
inició una política reformista, se esbozaron proyectos de descentralización
administrativa, y se impulsó una política presupuestaria que aumentaba los tributos
sobre los productos de primera necesidad y creaba nuevos impuestos para hacer frente
a las deudas contraídas durante la guerra. Las nuevas cargas fiscales impulsaron una
huelga de contribuyentes, y los ministros más renovadores acabaron dimitiendo ante las
dificultades que debían afrontar sus propuestas de reforma. El espíritu de
“regeneración” en el gobierno había durado escasamente un año.

A pesar de todo, el gobierno se mantuvo en el poder hasta 1901, momento en que María
Cristina otorgó el poder a los liberales. Las promesas de “regeneración” habían quedado
en retórica, sin que tuviesen una auténtica incidencia en la vida política del país. El
turno de partidos y las viejas prácticas políticas estaban mostrando su capacidad para
amoldarse a cualquier intento de cambio y de regeneración. El sistema de la
Restauración había recibido un duro golpe, pero había sobrevivido casi intacto al
desastre.

Tampoco hubo crisis económica, a pesar de la pérdida de los mercados coloniales


protegidos y de la deuda causada por la guerra. Las estadísticas de la época nos
muestran que en los primeros años del nuevo siglo se produjo una inflación baja, una
reducción de la Deuda Pública y una considerable inversión de capitales repatriados.
Así, la estabilidad política y económica que siguió al “desastre” deja entrever que la
crisis del 98, más que política o económica, fue fundamentalmente moral o ideológica,
que causó un importante impacto psicológico entre la población.

Por otro lado, los movimientos nacionalistas conocieron una notable expansión, sobre
todo en el País Vasco y en Cataluña, donde la burguesía industrial comenzó a tomar
conciencia de la incapacidad de los partidos dinásticos para desarrollar una política
renovadora y orientó su apoyo hacia las formaciones nacionalistas, que reivindicaban la
autonomía y prometían una política nueva y modernizadora de la estructura del Estado.

Regeneración y modernización. La crisis colonial favoreció la aparición de movimientos


que, desde una óptica cultural o política, criticaron el sistema de la Restauración y
propugnaron la necesidad de una regeneración y modernización que sacara a España de
la situación de crisis moral, social y política en la que se hallaba inmersa. Los ideales de
estos movimientos regeneracionistas, que contaron con cierto respaldo de las clases
medias, quedan ejemplificados en el pensamiento del mayor de sus exponentes, Joaquín
Costa. Este propugnaba la necesidad de dejar atrás los mitos de un pasado glorioso,
modernizar la economía y la sociedad y alfabetizar a la población (así lo reflejó en sus

Tema 10-Guerra Colonial y Crisis del 98 /8


Guerra Colonial y Crisis del 98 Hª de España. 2º Bachillerato

lemas “escuela y despensa” y “cerrar con siete llaves el sepulcro del Cid”). También
defendía la necesidad de organizar a los sectores productivos de la vida española al
margen del turno dinástico con unos nuevos planteamientos que incluyesen el
desmantelamiento del sistema caciquil y la transparencia electoral.

La Generación del 98. Además, el “desastre” dio cohesión a un grupo de intelectuales y


literatos, conocido como la Generación del 98, ampliamente influidos por el
Regeneracionismo y por Costa. Intentaron analizar el “problema de España” en un
sentido muy crítico y en tono pesimista. Pensaban que tras la pérdida de los últimos
restos del Imperio español había llegado el momento de una regeneración moral, social y
cultural del país. En su preocupación por definir la identidad española, mostraron cierto
rechazo a la europeización y a sus valores predominantes, y defendieron la cultura
popular española (“casticismo”). Entre ellos, destacaron Miguel de Unamuno, José
Martínez Ruiz “Azorín”, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, Antonio Machado y Ramón María
del Valle-Inclán. Cultivaron el ensayo, la novela, el teatro y la poesía, y su producción
literaria dio sus mejores frutos en las primeras décadas del nuevo siglo. Aunque de
procedencia heterogénea y de ideologías dispares, todos ellos confluyeron en la
denuncia del alejamiento entre la política y la vida real del país, en la búsqueda de las
señas de identidad nacionales y en la toma de conciencia del atraso respecto a Europa.

Desde el punto de vista militar. Finalmente, la derrota militar supuso también un


importante cambio en la mentalidad de los militares, que se inclinaron en buena parte
hacia posturas más autoritarias e intransigentes frente a la ola de antimilitarismo que
siguió al “desastre”. Esto comportó el retorno de la influencia del ejército en la vida
política española, convencido de que la derrota había sido culpa de la ineficacia y
corrupción de los políticos y del parlamentarismo.

A modo de conclusión, decir que para España 1898 supuso la pérdida de los restos de su
antiguo Imperio, en una época en la que unas cuantas potencias se repartían el mundo
(imperios coloniales). España quedaba, pues, relegada a potencia de segundo orden en
un contexto imperialista. El sistema de la Restauración recibió un duro golpe, pero
sobrevivió al “desastre”. Eso sí, en adelante entrará en una larga crisis que culminará en
1923. Pero la mejor de las consecuencias fue el surgimiento de una “Edad de Plata” de la
Cultura española: la llamada Generación del 98 que supone un periodo de notable
florecimiento en el campo del pensamiento, la literatura y las artes.

Tema 10-Guerra Colonial y Crisis del 98 /9

También podría gustarte