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Clara García Albacete

Práctica 2. Grupo B3
23/03/2022

LA GUERRA INTERMINABLE: COCHABAMBA Y LOS 15 AÑOS DE


LUCHA POR EL AGUA

Desde el año 2000, Bolivia, ha tenido problemas con la privatización del abastecimiento
del agua potable municipal. Esto desencadenó la llamada “Guerra del Agua” en
Cochabamba, de lo que trata la película vista en clase, que trataba el tema de cuando la
protesta consistió en una serie de tumultos los cuales algunos llegaron a ser armadas,
además de matar1, herir y encarcelar a gran parte de la población. Este acontecimiento
lo podemos situar entre los meses de enero y abril del año 2000, en la que los bolivianos
de Cochabamba “derramaron sangre para no quedarse sin agua”.

Todo este problema comienza cuando, por una solicitud del Banco Mundial y del Fondo
Monetario Internacional Bolivia se encontró sumido en una profunda ola de
privatizaciones. Para conceder un crédito a la dictadura de gobierno de Banzer, que era
un gobierno de represión anti izquierdista2, las instituciones de Bretton Woods habían
pedido la venta de las compañías públicas de agua de las principales ciudades del país.
Semapa, la que había sido empresa municipal de agua potable y alcantarillado de
Cochabamba, pasó a manos de un consorcio internacional llamado Aguas del Tunari.
Todo ello dio lugar a un amasijo de empresas, formado por las compañías
estadounidenses Bechtel y Edison, la española Abengoa y las bolivianas Petrovich y
Doria Medina. La privatización del agua hizo que el gobierno acabase por decretar, de
la noche a la mañana, un aumento brutal en las tarifas de entre el 30% y el 300%. No
obstante, los bolivianos debido al aumento de las tarifas comienzan a levantarse y a
protestar por el incremento de precios en el agua reivindicando que esta es la base de
toda la actividad humana, que no se puede privatizar ya que se acabaría privatizando la
vida de los bolivianos.

1 Mataron a Victor Hugo Daza al menospreciar a una persona. Víctor sólo tenía 17 años
2Fundó su propio partido de derecha, llamado Acción Democrática Nacionalista (ADN) y su
mayor apoyo fue Alfredo Arce Capio.

Sin embargo, no hay que olvidarse de que el parlamento, después de la privatización del
agua, aprobó la ley 2029 que acababa abriendo la puerta a nuevas empresas que
cobraban por el uso particular de los acuíferos públicos. Esto dio lugar a que muchos de
los ciudadanos comenzasen a pagar sus deudas con bienes inmuebles, haciendo que
estas empresas tuviesen el permiso para cobrar a los ciudadanos el agua que obtuviesen
de sus propios pozos, el río o la lluvia y que si los vecinos no pagaban, estaban
autorizados a desahuciarles y quedarse con sus propiedades inmuebles. Los primeros
que se manifestaron en contra de esta medida fueron los cocaleros, quienes abogaban
por que el agua era un factor clave, indispensable y primordial en la agricultura. A estos
les siguieron regantes, campesinos y civiles, una combinación de pobres y ricos que
juntos pusieron en duda e impidieron la realización de este objetivo no sólo la voluntad
del gobierno, sino todo el modelo de privatizaciones que se estaba imponiendo en
América Latina y quienes sintieron la necesidad de manifestarse por el recurso más
importante y necesitado de todos los sectores de Cochabamba.

El suceso que caracterizó la Guerra del Agua fue el asesinato por parte de la policía de
uno de los manifestantes, que sólo tenia 17 años, Victor Hugo Daza. Tras este suceso, el
gobierno de Banzer negoció la expulsión del consorcio internacional y la
municipalización de la compañía de agua de Cochabamba hasta ese momento, Semapa.
Uno de los civiles que entró a liberar Semapa con un pañuelo y al grito de “¡el agua es
nuestra, carajo!”, fue Marcelo Rojas, quien era apodado como El Banderas, y que hasta
hoy en día se le sigue conociendo así en Cochabamba. El banderas no ha abandonado la
compañía, sino que actualmente él trabaja allí como responsable de servicios generales
de la empresa, intentando hacer todo para la municipalización del agua. No obstante,
hoy en día Semapa todavía no es una empresa pública comunitaria, pero ha hecho
diferentes logros consiguiendo que se extendiesen las redes de agua en el país. Sin
embargo, la sequía que azota Bolivia desde siempre, además de la carencia de acuíferos
con la que cuenta Semapa no ayuda a que el agua sea totalmente asequible para la
población. Marcelo, también habla de que todos en Cochabamba cuentan con sus
propios suministros de tanques de agua porque su economía no alcanza para más.

Finalmente, el gobierno de Evo Morales revalidó el acceso de la población al agua


como un derecho humano, además de garantizar el compromiso del Gobierno para
conseguir la cobertura total del servicio, como una de las metas de la Agenda Patriótica
de 2025. La constitución política del estado multinacional de Bolivia, promulgada por
Morales en 2009, reconoce el derecho humano al agua. De 2011 a 2017 se
implementaron los programas Mi Agua y Mi Riego para dotar de agua potable a los
hogares de más de 1.600.000 personas, así como proyectos de riego destinados a
mejorar la producción agrícola, y gracias a estas políticas la cobertura de agua potable
llegó hoy en día al 86% de la población en Bolivia.

La guerra del agua ha sido un suceso incansable que ha estado desde hace más de dos
décadas en Cochabamba y hasta hace relativamente poco, el año 2015, los
cochabambinos han seguido haciendo una lucha diaria por el acceso al agua. En un país
donde el gobierno esta inmerso en una corrupción profunda, la guerra del agua se
convierte en el ejemplo que muestra lo que sucede cuando un país es dirigido por manos
de unos economistas en planificación global. La guerra no solo supuso la recuperación
del agua como bien común, sino que también acabo por romper un esquema económico
de despojo y acabó también por modificar todo el esquema político ya que supuso la
renuncia de diversos dirigentes del país: el gobernador, el alcalde, etc. y además el
pueblo se alza como el poder soberano de Bolivia y en esa lucha fue enteramente social
en la que todo el pueblo estaba unido, no se entendió de clases sociales, todos iban tras
el mismo objetivo. La Guerra del Agua fue un factor clave para darse cuenta de que lo
que pasó en Cochabamba estaba pasando también a la gente de otros países como Perú,
África e incluso Inglaterra y hay que tener en cuenta que este tipo de privatización no se
da solamente a través de las empresas multinacionales y el capitalismo económico, sino
que también a través de los gobiernos, quienes son los que comienzan a terciar
servicios primarios o a utilizar estos recursos hídricos como otros recursos antes de el
que debería ser el principal, el consumo humano.

3

Bibliografía y Webgrafía:

• IAGUA. “Evo Morales señala el acceso al agua como un derecho humano y meta de
la Agenda Ptriótica 2025” (2018). Recuperado de: https://www.iagua.es/noticias/
mmaya/evo-morales-senala-acceso-al-agua-como-derecho-humano-y-meta-agenda-
patriotica-2025

• FONDO PARA LA COMUNICACIÓN Y LA EDUCACIÓN AMBIENTAL, A. C.


Los tiempos. “Bolivia: Federación de Campesinos conmemora los diez años de la
Guerra del Agua” (2010). Recuperado de: https://agua.org.mx/bolivia-federacion-de-
campesinos-conmemora-los-diez-anos-de-la-guerra-del-agua/

• GUERRERO PALLARES, X. “Cocaleros y guerreros del agua despertando la


noche de la Pax Americana” (2013). Pp 222.

• EL PAÍS. Planeta futuro. “La guerra interminable: 15 años de lucha por el agua en
Bolivia” (2015). Recuperado de: https://elpais.com/elpais/2015/07/13/planeta_futuro/
1436796771_984802.html

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