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El poder del pueblo y la guerra del agua de

Bolivia
Introducción

Los acontecimientos ocurridos durante la guerra del agua en Cochabamba,


Bolivia, en 2001 cambiaron permanentemente la trayectoria de la política del
país. Lo que comenzó como un intento de privatizar el agua en la ciudad de
Cochabamba llevó a una impactante e inspiradora muestra de solidaridad y
valentía entre los trabajadores bolivianos que es un testimonio de la fuerza de
los movimientos impulsados por el pueblo. En este ensayo, discutiré las
condiciones que llevaron a esta privatización, los efectos que tuvo en las
poblaciones más vulnerables de Cochabamba, y cómo un movimiento de
trabajadores, sindicatos y activistas bolivianos la derrotaron. Concretamente,
este ensayo se centrará en el papel del neoliberalismo en la guerra del agua y
en las consecuencias negativas que su aplicación tuvo para los pobres.
Además, este ensayo tiene como objetivo resaltar el poder que los trabajadores
comunes y corrientes pueden tener contra las corporaciones y organizaciones
multinacionales impulsadas por los beneficios cuando se unen y luchan.
Finalmente, discutiré el legado de la guerra del agua, argumentando que el
éxito del movimiento conformó la política de Bolivia y condujo al ascenso de
líderes populistas como el ex presidente del país, Evo Morales.

El neoliberalismo y privatización en Bolivia

Para entender la guerra del agua, es importante entender cómo y por qué el
agua se privatizó en Bolivia en primer lugar. A finales del siglo XX, una
ideología llamada neoliberalismo jugó un papel considerable en la política
latinoamericana. La ideología, caracterizada por políticas económicas laissez
faire, animó al sector privado a hacerse cargo de muchas industrias que alguna
vez fueron consideradas parte del sector público. El caso de Bolivia es un
ejemplo de esto. Las terribles circunstancias financieras obligaron al gobierno
boliviano a recurrir a las organizaciones monetarias internacionales, a saber, el
FMI y el Banco Mundial (“Water Privatisation in Cochabamba, Bolivia”, 2000).
Estas organizaciones eran en gran medida neoliberales, y el intercambio de
préstamos requería que Bolivia privatizara varias industrias nacionales clave.
Uno de ellos era el agua. El Banco Mundial argumentó que la privatización en
Bolivia eliminaría la burocracia corrupta y conduciría a un aumento de la
calidad y eficiencia de la industria del agua. Eventualmente, los derechos de
agua de la ciudad de Cochabamba fueron vendidos por el estado a la empresa
privada Aguas del Tunari después de la presión de estas organizaciones
monetarias. Una ley llamada ley 2029 permitió oficialmente a esta empresa
cobrar precios extremos por el derecho al agua. (Belaich, 2017) De repente, el
agua era un negocio en Cochabamba.

La reacción de la gente boliviana

En muchas regiones de Cochabamba, los precios del agua se duplicaron como


resultado de la privatización, ya que la gente se vio obligada a pagar grandes
tarifas que nunca antes habían tenido que pagar sólo para conseguir agua para
beber y bañarse. El agua, algo esencial para la vida, era de repente una
mercancía y la gente no podía pagarla. La gente de Cochabamba, que ya
luchaba con una economía débil y pobreza extrema, no podía permitirse pagar
estas tarifas. Como era de esperar, el descontento comenzó a crecer entre la
población, específicamente entre los pobres, y comenzaron las protestas en
enero de 2000. Estas protestas comenzaron pacíficamente, mientras los
manifestantes se reunían para exigir al gobierno que respetara su derecho al
agua. En una muestra de coraje y solidaridad, cientos de miles de bolivianos,
incluyendo muchos que ni siquiera vivían en Cochabamba, salieron a las calles
y exigieron que se nacionalizara el agua. Muchos de estos manifestantes eran
miembros de sindicatos de diversas industrias. Particularmente, estaban
molestos con el hecho de que las partes más pobres de la ciudad no tenían el
mismo acceso al agua potable. No fue hasta febrero que estas protestas se
tornaron violentas, cuando el gobierno boliviano envió a los militares para
dispersar a la multitud, (“Water Privatisation in Cochabamba, Bolivia”, 2000) y
la disputa sobre el agua se convirtió en una guerra legítima. Después de esto,
el presidente boliviano, Hugo Banzer, declaró el estado de sitio.

La violencia entre el ejército y los manifestantes se volvió cada vez más común
en los próximos dos meses. Durante un tiempo, el ejército boliviano fue brutal,
golpeando, arrestando e incluso matando a algunos manifestantes. Cientos de
manifestantes fueron detenidos y hubo 6 muertos. (Belaich, 2017) En particular,
la muerte de un manifestante estudiantil de 17 años a manos de un oficial
militar fue capturada en cámara, algo que demostró lo brutal que estaba
dispuesto a ser el gobierno boliviano. A pesar de todo esto, los manifestantes
se mantuvieron firmes. Liderados por líderes sindicales, ellos estaban decididos
a lograr su misión, y no permitirían que el gobierno boliviano se interpusiera en
su camino. Las protestas continuaron hasta abril de ese año, cuando el
gobierno finalmente cedió a la presión y canceló el contrato con Aguas del
Tunari.
 

Las secuelas de la guerra del agua

La guerra del agua fue en gran medida un gran éxito para los manifestantes. El
pueblo logró defenderse de la privatización del agua y derrotar efectivamente a
corporaciones y organizaciones extremadamente poderosas. Sin embargo, el
legado de los acontecimientos en Cochabamba no terminó allí, y la batalla
contra la privatización seguía en curso. La lucha que ocurrió en Cochabamba
despertó algo dentro de muchas personas de Bolivia. Según Marcela Oliviera,
una activista boliviana por los derechos del agua, “después de la Guerra del
Agua nos hemos dado cuenta de que lo que nos había pasado en
Cochabamba le estaba pasando también a otra gente en otros sitios: en
Sudáfrica, en Inglaterra, en Perú... Así que hemos buscado la forma de
coordinarnos para luchar contra la privatización del agua en todas partes del
mundo.” (Sauras y Bertelli, 2015) Esta cita demuestra que la crisis de
Cochabamba creó un sentimiento de solidaridad entre los trabajadores, no sólo
en Bolivia sino a nivel internacional. La lucha contra la privatización llevó a la
gente común en Bolivia a creer que sus acciones podrían producir un cambio
real, incluso frente a enormes corporaciones e inmensa riqueza. Se dio cuenta
de que el pueblo no tenía que sufrir a manos de estos intereses especiales,
que buscaban beneficiarse de la venta de los derechos humanos básicos. Este
cambio de actitud entre el pueblo se reflejó en la política boliviana. Los
movimientos populares, liderados de manera similar por líderes sindicales y
activistas, comenzaron a tomar el mundo político por sorpresa en el país. El
gobierno neoliberal y moderado, el mismo gobierno que había permitido la
privatización, de Bolivia fue derrocado y Evo Morales, líder sindical y ex
agricultor, fue elegido presidente en el año 2005. Fue en gran medida a través
de la demostración popular de poder en la guerra del agua que esto era
posible. La solidaridad se convirtió en un elemento importante en la vida de las
personas comunes en el país, lo que llevó a una política más centrada en las
personas y a la acción directa en el gobierno.

La Guerra del Gas


Octubre Negro ¿Cómo se llegó hasta este
punto?
Bolivia tiene una división de regiones por departamentos y uno de esos
es el de Nuestra Señora de La Paz que contiene a las ciudades de La Paz
y El Alto. La denominada Guerra del gas se mostró en este
departamento ya que en esta se encuentra el Gobierno, pero con la
participación de los departamentos de Oruro, Potosí, y Cochabamba.

Los sucesos que llevaron a que se desarrolle fueron los


siguientes:

Para 2003 Bolivia tuvo de Presidente a Gonzalo Sánchez de Lozada, y


de Vicepresidente a Carlos Diego Mesa Gisbert. El 4 de agosto de
1997, el presidente  entregó los recursos energéticos de Bolivia a
las empresas extranjeras mediante un decreto secreto e ilegal,
que ha sido demandado como inconstitucional ante los
tribunales.

Consistió en otorgar no sólo la explotación, sino la propiedad de los


yacimiento. Con esto las transaccionales eran prácticamente dueñas de
las reservas de gas.

En el año 2003, aparece el proyecto de exportación de gas a


Estados Unidos por el puerto Patillo de Chile, en el cual se instalaría
una planta para licuar gas. El gas llegaría hasta los mercados en Estados
Unidos  durante 20 años. (3)
El Pueblo se levanta para defenderse
El bloqueo campesino del altiplano norte y los nueve distritos de la
ciudad de El Alto consiguen aislar la sede de gobierno del resto del
país. Esta vez, los movimientos sociales ya no sólo se oponen a la
venta de gas vía Chile, sino que rechazan la exportación del
hidrocarburo y plantean su industrialización para generar
fuentes de empleo y crecimiento económico para el país. (4)

La Masacre en Warisata
Felipe Quispe Huanca, del Movimiento Indígena Pachakuti (MIP),
anuncia que apoyará las movilizaciones convocadas por el MAS (Partido:
Movimiento al Socialismo) aunque continúa intentando dialogar con el
gobierno. El Ejecutivo instruye, entonces, el acuartelamiento de tropas y
acusa a este partido opositor de estar agitando la movilización. (5)

En septiembre de 2003 se desarrolló el ataque hacia la comunidad de


«Warisata» con el aval del presidente. El ministro de defensa Carlo
Sánchez Berzaín dirigió un convoy de militares y policías. La jornada
termina con seis muertos y trece personas heridas de bala. (6)

«Militares
disparando». Fuente

El gobierno trata de justificar el uso de la violencia


desproporcionada
El vocero gubernamental Mauricio Antezana, argumenta que hubo una
«emboscada que obligó a las fuerzas del orden a actuar con urgencia».
Según los informes, fueron los pobladores quienes dispararon desde las
montañas a la caravana (7)
Una comisión conformada por organismos de Derechos Humanos
requisa la zona del enfrentamiento y descalifica la versión
gubernamental. La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de
Bolivia (APDHB) cuestiona la actitud del gobierno, en todo el
país se repudian la masacre. (8)

 Los Nazis Más Sanguinarios - Quiero saber más


El conflicto abarca gran parte del territorio nacional y el presidente
continua por el camino de la violencia para frenar las movilizaciones. (9)

El pueblo decide
Felipe Quispe rompe el diálogo con el gobierno en la Guerra del gas y
amenaza extender el bloqueo. Declara duelo nacional de treinta días
y estado de sitio en las veinte provincias de La Paz.
Los campesinos de Mallasa, Huajchilla, Valencia, Palomar y Huaricana
mantienen un bloqueo económico en apoyo a los campesinos del
altiplano, aun a costa de perder su producción. Gremiales y dirigentes
campesinos ordenan el cierre de mercados en solidaridad con los
muertos de Warisata y Sorata. (10)

Y en la tercera semana, obreros, campesinos, maestros, jubilados y


gremiales, todos
expresan su postura en las calles con bloqueos y marchas.

Por eso asumen la defensa del gas de y para los bolivianos. (11)

La Guerra del gas se consolida


El bloqueo de caminos se fortalece en el altiplano. Las poblaciones de
Warisata, Sorata y Achacachi se convierten, prácticamente, en territorios
autónomos y declaran guerra civil contra el gobierno. 

El conflicto, localizado en el área rural se expande a las ciudades. El 29


de septiembre varios sectores acuden a la convocatoria de la COB
(Central Obrera Boliviana) y protagonizan una multitudinaria
concentración en la Plaza de los Héroes de la ciudad de La Paz.
(12)

Guerra del Gas,


Protestas y bloqueos. Fuente
Marchas ciudadanas en la Guerra del Gas
La ciudad de El Alto ingresa en paro cívico (ningún negocio está abierto)
Aumentan las marchas de protesta, maestros,  universitarios, 
normalistas de Warisata (quienes estudiaron en la «Normal» que es una
institución en Bolivia para formarse para docentes), administrativos de
la UMSA (Universidad Mayor de San Andrés), trabajadores de la Caja
Nacional de Salud (CNS) y jubilados están en las calles. El departamento
de Potosí comienza a movilizarse con los estudiantes universitarios,
trabajadores de la CNS, de Servicios Eléctricos y la Central Obrera
Departamental (COD). Mientras que en Oruro bloquean los mineros;
desde Cochabamba se inicia una marcha hacia La Paz protagonizada por
la Coordinadora de Defensa del Gas. (13)

Pelearon y no se rindieron
La COB tampoco quiere dialogar. Los dirigentes advierten que si Goni no
renuncia se lo destituirá, y comentan:

“Ya no se trata de que dé soluciones o que inicie el diálogo, lo que ha hecho


contra el pueblo no tiene remedio. Es mejor que renuncie por las buenas,
porque si no lo vamos a sacar por las malas y a palos”. (14)

Era necesario abastecer a la ciudad de carburantes. Se realizó el


traslado desde la plata que se encuentra en Senkata (Ciudad de «El
Alto»), hasta la ciudad de «La Paz». Los vecinos buscan evitar la salida
de los camiones organizando un cerco en torno a las instalaciones. (15)
al grito de “¡no pasarán!”. Los policías y militares responden con ráfagas
de ametralladora disparadas desde las tanquetas. Dos de ellas mueren y
más de una veintena resulta herida. (16)
Ci
udad Militarizada, guerra del Gas. Fuente.

En esa misma semana, las tropas militares logran retomar los puntos
estratégicos para el traslado de gasolina. Esta vez fallecen veintiséis
personas. Pero, contrariamente a lo que pretendía el gobierno, la
masacre no logra detener a los vecinos. (17)

Renuncia del Presidente


Carlos Mesa rompe con el gobierno de Sánchez de Lozada, pero
se mantiene en el cargo de vicepresidente de la República. Un día
antes de la renuncia del presidente, Mesa confirma su
distanciamiento del gobierno, por lo que esta sucediendo. (18)

Sánchez de Lozada, Paz Zamora y Reyes Villa ofertan un referéndum


consultivo por departamentos, pero la población molesta rechaza esta
propuesta. Y los vecinos reaccionan y organizan comités de vigilancia
armados de palos, petardos y silbatos como sistema de alarma. (19)
Sánchez de
Lozada y Sánchez Berzaín. Fuente

Todos se unen a la Guerra del gas


Debido a todo lo que sucedió, comienzan a llegar centenares de
marchistas a la sede de gobierno. (20)

El 17 de octubre de 2003 la renuncia de Sánchez de Lozada era ya un


hecho. Pero es recién al anochecer cuando se lee su carta de dimisión en
el Parlamento. (21)

Justicia para las víctimas de la Guerra del Gas


En esta Guerra del gas murieron muchas personas luchando por
lo que es suyo. Lamentablemente se tardó años en hacer justicia. Aun
así, estos hechos deben recordarse como testimonio para que ningún
país viva lo mismo, ningún gobierno puede pensar que tiene el derecho
de matar, por un «futuro mejor».

De

Conclusión

El rechazo popular del neoliberalismo en la guerra del agua en Cochabamba


creó un legado que sigue viviendo en el corazón del pueblo boliviano hasta
nuestros días. A través de la persistencia y la solidaridad, el pueblo común de
Bolivia pudo tomar el control de su situación y reclamar su derecho al agua.
Hay fuerza en los números, y cuando la gente se da cuenta de esto, puede
lograr hazañas como esta. La acción directa y las protestas masivas, que
comenzaron pacíficamente, permitieron a los manifestantes remodelar el
panorama político de Bolivia y hacer valer su derecho a existir en su propio
país. Además, la guerra del agua de Cochabamba pone de relieve algunos de
los peligros de adoptar ideologías motivadas por el beneficio y la valoración de
la eficiencia sobre la humanidad, demostrando eficazmente que el
neoliberalismo puede tener consecuencias nefastas cuando las necesidades se
privatizan descaradamente sin garantizar un acceso asequible a todos.
Mientras la situación en Bolivia sigue siendo complicada e imperfecta, la guerra
del agua en Cochabamba ayudó a unir al pueblo de Bolivia para mostrar el
poder del pueblo, y eso es algo importante. 

Referencias

Belaich, F. (2017, September 8). Un hito histórico: la Guerra del Agua en


Cochabamba. NODAL. https://www.nodal.am/2017/09/hito-historico-la-guerra-
del-agua-cochabamba/

Sauras, J., Lill, F., & Bertelli, M. (2015, July 30). La guerra interminable: 15
años de lucha por el agua en Bolivia. EL
PAÍS. https://elpais.com/elpais/2015/07/13/planeta_futuro/1436796771_984802
.html

Water Privatisation in Cochabamba, Bolivia. (2000, January 1). Climate


Diplomacy. https://climate-diplomacy.org/case-studies/water-privatisation-
cochabamb... :text=In%202000%2C%20privatisation%20of%20the,water
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