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EDUCACIÓN LITERARIA
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TEMA 1
1. INTRODUCCIÓN
En el siglo XVIII se extendió la idea de que los niños eran diferentes de los adultos y que por
tanto necesitaban una atención distinta.
Este aspecto no se reflejó en una literatura canónica específica para ellos (no aparece hasta la
segunda mitad del siglo XIX con Andersen, Grimm y algunos autores de libros de aventuras
y de viajes, antes había cuentos populares)
Cobra importancia la idea de instruir deleitando y para ello se usó la literatura. Fue en la
Francia ilustrada, y en la ilustración de otros países como España, cuando la literatura para
los niños empezó a tener cierta autonomía, aunque estuvo muy condicionada por las claras
intenciones didácticas (Fábulas)
La “literatura infantil” surge así al final del siglo XVIII, durante la revolución industrial, en la
que surgen también la escuela para cuidar a los niños de los obreros además de formarlos en
un oficio y a la vez que la ilustración.
Desde sus inicios, la literatura infantil se relaciona con el didactismo, lo cual persiste incluso
hasta hoy, aunque a partir del siglo XIX convive con otra literatura que se aleja de este y se
centra en lo literario…. Como Julio Verre, Lewis Carrol con Alicia en el País de las
Maravillas.
Durante los años finales del siglo XVII el didactismo y las tendencias moralizantes se
impusieron en las obras que se escribían para los niños. También hay que tener en cuenta los
relatos que los adultos han contado a los niños durante muchos años que expresan los
conflictos del alma infantil, sin escapar de la maldad, el castigo… porque también forman
parte del miedo
Son relatos que han estado vivos en la memoria de los pueblos y que han sido transmitidos de
generación en generación. A la literatura infantil y juvenil se le ha exigido capacidad de
instruir o adoctrinar, como parte esencial de la educación de los niños, y utilitarismo
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curricular, en detrimento de los valores literarios. En la literatura infantil moderna hay dos
corrientes: didactismo y literatura para niños (como fuente de placer estético)
Uso elaborado del lenguaje, un uso connotativo, con la finalidad de conmover al lector con lo
que lee, despertar en el lector emociones y sentidos. La lectura literaria tiene un gran
componente emocional de ahí que sea importante el que el lector se emocione mientras está
sumergido en la lectura
También tenemos emociones estéticas ya que durante la recepción a veces podemos tener
admiración ante como está escrita la obra.
Cuando leemos podemos tener multitud de emociones; risa, tristeza, miedo, curiosidad….
Son las más frecuente entre muchas otras. Usa un lenguaje subjetivo rico y profundo, frente
al lenguaje objetivo de un texto científico o informativo, que suele ser más pobre y
superficial.
Temas relevantes desde el punto de vista de la condición humana, que contribuyan a entender
el sentido de la vida y conocer mejor al ser humano, además de favorecer el desarrollo del
niño. (No temas triviales o ñoños que nos aporten en sí valores o un sentido completo de la
vida)
Contenga los grandes conflictos implícitos en la trama de la obra (No moralejas implícitas,
que dirigen a un sentido y punto de vista únicos, basadas en el didactismo)
Multiplicidad de sentidos, aportan algo nuevo sin agotar el mensaje de la obra, y se pueden
interpretar de diferentes maneras con múltiples niveles de lectura
2. CONCEPTO
La literatura infantil, como el resto de obras literarias, no usa el lenguaje sólo para transmitir
información, sino también para crear belleza (uso estético y expresivo)
Función poética. “la cualidad de los mensajes lingüísticos cuando se orientan de forma
relevante, pero no única, hace su propia forma” En la lengua literaria el factor dominante es
la propia forma del mensaje
Desde hace años ya apenas se pone en duda la necesidad de una literatura expresamente
dirigida a los niños y jóvenes, que tienen en cuenta las características relativas a las
capacidades de recepción de la obra literaria.
Durante mucho tiempo y todavía hoy, las creaciones literarias infantiles han sido ignoradas
por la crítica literaria historia y filología y cuando se han valorado y enjuiciado ha sido con
criterios pedagógicos o doctrinales y no literarios.
La literatura infantil engloba no sólo las obras de literatura creadas para los niños sino
también algunas que no estaban dedicadas para ellos, que lo que se ha denominado como
literatura adoptada por los niños, que se la han apropiado.
Los cuentos populares tradicionales, por ejemplo, no estaban dedicados a los niños y estos se
la apropiaron. De hecho, en esos hay una gran crueldad, matizada en las adaptaciones, porque
en un inicio no era para público infantil
La idea de los temas tabú (muerte, enfermedades, sexo, violencia, etc.) aparece en el siglo
XVIII, cuando se decidió crear una literatura para niños, criterios para delimitar que es lo que
entra dentro de literatura infantil.
- Son los niños los que tienen que acercarse a la literatura y no la literatura a ellos
porque si no pierde calidad y valor artístico
- Es partidaria de que los niños "ascienden" a la literatura, no que la
literatura"descienda" a los niños porque lo considera una simplificación
(contenidos triviales y poco interesantes)
- Solo existe una literatura y dentro de ella habrá obras que interesen menos o más a
los niños
- Considera que los que escriben literatura infantil rebajan las exigencias de la
elaboración, se pierde la connotación del lenguaje y el significado metafórico, por
lo que infravalora la obra y las capacidades de los niños
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Intermedia; Sí que existe la literatura infantil, pero es una rama o género menor (teoría de
los polisistemas de Even-Zohar, 1978)
Even- Zohar distingue entre una literatura central, que sería la literaria canónica y literatura
periféricas, entre las que se encontraría la literatura infantil, entre otras.
- Literatura Oral; Creada para ser leída en alto o memorizada y escuchada por el receptor
Afirmativa;Sí que existe la literatura infantil y es un género o rama con tanta relevancia y
valor como cualquier otro, incluso la literatura canónica.
- Hay una literatura infantil, ya que se considere una rama o un género literario, escrita
de forma específica para los niños y obra literaria en la que los niños se han apropiado
de ella (literatura ganada, cuentos populares, etc)
- La literatura infantil no reduce su calidad ni infravalorada a los niños, sino que puede
tocar cualquier tema adecuándose a su momento o etapa de desarrollo
- El valor estético y artístico es compatible con que sea una literatura apropiada para
niños. Multiplicidad de interpretaciones, sentidos y niveles de lectura.
Según John Stephens:” La literatura escrita para niños no tiene un discurso propio en
especial. Aunque esta literatura está sujeta a algunas restricciones en cuanto a ciertos tipos
de complejidad lingüística (en sintaxis, léxico y lenguaje figurativo)(...) estas características
no son suficientes para construir un discurso distintivo” Rebecca Lukens ofrece una
explicación para este tipo de postura: “Los niños no son pequeños adultos. Son diferentes de
los adultos en experiencia, pero no es especie o por decirlo de otra forma, en grado pero no
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en clase. Así que de la literatura para jóvenes lectores podemos decir que difiere de la
literatura para adultos en grado pero no en clase”
“Los escritores no adaptan principalmente porque los niños tengan experiencias y otro
conocimiento, sino porque les falta experiencia y conocimiento”
Weinreich dice:”Prefiero ver la literatura infantil como un género y por “género” quiero
decir la noción de un grupo de textos caracterizados por rasgos recurrentes” Si los adultos
realmente pensaran que los niños sólo difieren de ellos en grado, entonces no harían falta
disciplinas como la psicología infantil, que se centra obsesivamente en la otredad de los
niños y del pensamiento infantil, no se concebían las etapas diferenciadas del desarrollo
cognitivo o las caracterizaciones de quienes son los niños a diversas edades y que les gusta o
necesitan; probablemente no habría ni siquiera ninguna literatura para niños. Todas estas
instituciones de la cultura asumen que hay unas diferencias lo suficientemente significativas
como para trascender al mero grado.
Normalmente, los textos para adultos no se atreven a contar una parte menor de la verdad
que sus escritores conocen, como sí hacen característicamente los textos para niños. Al
contar menos de lo que saben sus autores, estos textos representan una contención, una
retenencia a decir demasiado con demasiados detalles que podrían dejar su rastro dentro del
texto y bien podría resultar ser una característica definidora de la literatura infantil. La
contención conduce a un estilo de narración con un conjunto bastante específico de
movimientos característicos, un estilo lo suficientemente distinto y usado conscientemente en
una cantidad suficiente de textos escritos para niños como para que sea algo más que una
simple diferencia de grado. Estos textos no son sencillamente menos complejos que los
adultos.
Michael Steig; “ Puede pensarse que la literatura infantil y sus diversas subcategorías son
unas denominaciones generadas artificialmente con la intención de dirigirse a ciertos
miembros del público lector; “literatura infantil” es una categoría construida cuyo
contenido lo determinan quienes hacen un uso profesional de él, más que los niños que
supuestamente lo leen”
Towsend dice:” Hoy en día, la única definición práctica de un libro para niños (aunque
suene absurda) es “un libro que figura en la lista de la sección infantil”
Incluso un vistazo rápido a los catálogos de las editoriales muestra cçuantos tipos diferentes
de textos piensa un editor u otro que podrían ser apropiados para los niños :fantasía, textos
de no ficción, libros flotantes para la bañera, libros de poemas, etc. Como resultado, John
Warren Stewig dice que “la diversidad de la literatura infantil es probablemente su
característica más sorprendente”
Clifton Fadiman, quien defiende la literatura infantil como un género con su propia historia,
sus propias obras maestras canónicas, etc, tiene razón al afirmar que la literatura infantil es
“identificable como una entidad”. El hecho de que la entidad sea lógicamente identificable
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implica un abanico de características específicas en los textos que la entidad incluye, que
permiten la identificación y, por lo tanto, le abren puertas a la definición.
La características de la LIJ están ligadas a cada época, lo que cada época quiere transmitir,
qué visión se tiene acerca de los niños o la literatura;
En una sociedad de “libre mercado” parece inevitable el enfoque del libro como producto de
consumo. Veamos algunos de los efectos que produce esa presión del mercado.
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- En cualquier libro hay ideología porque todas las personas que intervienen tienen una
concepción del mundo, un sistema de creencias, unos ideales que se plasman en él.
- Da una manera más consciente o inconsciente, más explícita o implícita, pero estos
libros no son “inconscientes”, sino que transmiten una manera o visión del mundo
- Tuvieron que pasar muchos años, para que la gente comprendiera que los libros
dedicados a niños ses moldeaban para que se sometiera a unas normas de
comportamiento que, con frecuencia, resultan injustas, inmorales y contrarias a la
dignidad humana
● El autor
- La visión del mundo del escritor (temas, instituciones sociales, roles de género,etc) y
su perspectiva sobre los conflictos.
- La ideología de un libro refleja el contexto histórico, social y cultural del autor.
- El compromiso del escritor hacia la propia literatura: equilibrio entre ética y
estética.
- La concepción que el escritor tiene respecto al lector infantil
- El escritor o ilustrador puede incluir símbolos cargados de connotaciones culturales
(personajes ambientes, clases sociales, instituciones.)
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● La editorial
- Establece una selección/filtro en función de su visión y condiciona al autor y la
catalogación del libro.
- Da forma al canon (serie de libros que determinan lo que es aceptable o
ejemplificador en la literatura)
- Es frecuente que los editores opten por los libros con una utilidad (cuentos para
crecer, etc.) pero si habíamos de literatura debería priorizarse su valor literario y
subordinarse la finalidad que también está presente en un libro
● El mediador
- Los profesores, bibliográficos padres y madres, etc. también tienen ideología
- Todos participan según su rol y visión del mundo
● El receptor/lector
- El niño tiene una ideología en formación. De partida no dispone de suficiente
información ni sentido crítico para detectar y analizar ideologías ocultas en lo que
leen para realizar mentalmente las correcciones necesarias
- Al creer que la ideología del lector se va “fijando” a partir de estas influencias y
cuesta más ver otros puntos de vista.
- En muchas ocasiones los lectores adultos buscan aquellos libros que refuerzan sus
ideologías
- Una formación crítica debería hacernos más abiertos a autores, ideologías y géneros
diversos
Históricamente los libros para niños nutrieron un robusto caudal de obras didácticas que
anteponen el aprendizaje al placer; esta mirada pedagógica enhebró un fino hilo de aquello
que se consideraba moral y aceptable. Por muchos años, el reino de las hadas se vistió con
los mejores ropajes de lo correcto, en versiones dulces y refulgentes, pero también las
historias de tiernos animales, de niños juiciosos y adaptaciones limpias de los cuentos
maravillosos poblaron ese imaginario de los lectores.
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A pesar de que hoy en día esta censura se ha angostado, sigue habiendo temas proscritos en
la literatura infantil, como el sexo, la violencia y el enfrentamiento con los padres, además
de las palabras de alto voltaje. Este fenómeno tiene que ver con presupuestos estáticos
acerca de cómo debe ser el discurso para la infancia, también de cómo se concibe a la
infancia.
Una primera pregunta para acercarnos a este fenómeno tiene que ver con la dicotomía entre
el placer y el aprendizaje que ha envuelto esta literatura en su evolución. ¿Deben los libros
para niños entretener o enseñar? Aunque parezca una situación “superada” para muchas
personas que están vinculadas con la producción de libros para niños, aún en los catálogos
editoriales y en la lista de recomendados los libros se ofrecen bajo la lupa de los valores y lo
que se puede obtener como conocimiento del mundo o crecimiento moral. Parece todavía
impensable que un libro sirva solamente para divertirse, sumergirse en un mundo con
profundidad, quedarse atado a sus páginas o experimentar diferentes emociones.
A pesar de que otra de las discusiones “superadas” en el ámbito teórico tiene que ver con la
etiqueta de infantil que se da al discurso para la infancia; a pesar de que ya se ha cortado
mucha tela acerca de que la Literatura es una sola y en mayúsculas, esta aseveración sigue
siendo cuestionable, una construcción teórica que sirve para alentar la expectativa de que la
buena literatura no tiene fronteras, pero que no evita el hecho de que en el discurso para la
infancia existen parámetros que rigen la producción editorial, los concursos literarios y el
moldeamiento que se hace desde distintos sectores a lo que hoy en día conocemos como
literatura infantil o para ser más amplios al universo de los libros para niños.
Como todos los productos culturales, la literatura infantil no está exenta de ideología. En su
construcción subyace inmanente lo que piensa el escritor de su lector y lo que piensa del
mundo. En ese sentido, la primera pregunta que se hace un emisor tiene que ver con los
temas que puede abordar en esta literatura, si son lejanos o cercanos a la experiencia del
lector, si son complejos o sencillos para su comprensión, si deben estar a su alcance o
requieren madurez, si pueden causar impacto emocional o son tranquilizadores. Esta serie
de disyuntivas innegablemente modelan el discurso: ¿qué palabras están en el almacén
semántico de un lector infantil? ¿Oraciones cortas y párrafos reducidos? ¿Arquitecturas
triádicas tradicionales o historias intercaladas y subtramas? ¿Finales felices o circulares o
abiertos? Aunque estos interrogantes siguen alimentando una permanente reflexión sobre
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una Literatura sin etiquetas, sostiene las columnas de un edificio que puede desmoronarse si
hacemos un análisis del discurso en la producción editorial real, de papel y tinta. En
proporción, son más los libros tradicionales que sostienen las bases de la pirámide y pocos
aquellos que se saltan esos moldes para generar soluciones innovadoras, no sólo literarias
sino gráficas. Y esto también implica, la ruptura con una inercia que ha impregnado la
producción de libros para niños, en su escritura y en su edición.
Dice Larrosa:
"... no se trata de que, como adultos, como personas que ya estamos en el mundo, que ya
sabemos cómo es el mundo y hacia dónde va o hacía dónde debería ir, que ya tenemos
ciertos proyectos para el mundo, convirtamos la infancia en la materia prima para la
realización de nuestros proyectos sobre el mundo, de nuestras previsiones, nuestros deseos o
nuestras expectativas sobre el futuro. Por ejemplo, una determinada idea de la vida humana,
de la convivencia humana o del progreso humano que la educación, a partir de la infancia,
debería tratar de realizar." No se trata de pensar a los niños como arcilla que vamos a
modelar a nuestro antojo, ya sea para un proyecto individual, ya sea para una utopía
colectiva.
Si escuchamos o leemos los enunciados en torno a la "educación en valores" a través de los
cuentos infantiles, sentimos esta fuerte impronta autoritaria. "El mundo está mal, debemos
cambiarlo, lo haremos transmitiendo a las nuevas generaciones los ingredientes de un
mundo mejor, moldearemos a niños y jóvenes según nuestros proyectos y para ello qué mejor
que la palabra poética, la literatura". Se toma de la literatura su carácter gratuito, se la
despoja de su libertad y se la transforma en vehículo útil y eficiente para construir seres
humanos mejores que harán un mundo mejor (según nuestros proyectos).
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Una cuestión a la que nos enfrentamos hoy en día los docentes. Posibles respuestas. Acercar a
los alumnos al texto literario como...
A partir de los años 60 del siglo XX se ha iniciado un debate en torno a esta, dando lugar al
origen de la didáctica de la literatura.
Desde los años 90 se ha producido un giro hacia otro concepto, el de educación literaria,
trasladando el foco del texto (el objeto) al lector (el sujeto: intereses, inquietudes, emociones,
vía de conocimiento y construcción de la identidad).
Hasta la invención de la imprenta, los textos literarios eran un vehículo para el aprendizaje de
la lectoescritura, especialmente para para formar a copistas capaces de recoger por escrito,
traducir y reproducir libros sagrados y obras clásicas.
Los textos literarios también servían para practicar habilidades retóricas como el sermón
religioso o el discurso político, o la práctica narrativa, dramática o didáctica, (Colomer,
1996).
La literatura también se enseñaba, aunque de una forma más minoritaria, con una finalidad
creativa, al igual que otras disciplinas artísticas. Durante la Edad Media la poesía llega a
considerarse una ciencia, la gaya ciencia, que cultivaban los poetas
Durante el siglo XVIII, con la moda enciclopedista de los ilustrado, la literatura entró a
formar parte como materia de estudio per se en los programas de enseñanza
Así, se produce un giro hacia los libros infantiles o los cuentos maravillosos de Vladimir
Propp en la escuela primaria.
Estas teorías abrieron nuevas aproximaciones didácticas bajo la premisa de que es el lector el
que confiere significado a la obra.
Umberto Eco habla de “lector modelo que actualiza la obra”, ser de “lector implícito” que la
reconstruye con sus esquemas cognitivos.
Como resultado de esta evolución, a principios de los años 90, llegamos a un concepto
aglutinador la educación literaria:
- Hace tiempo que diversos autores (González Nieto, 1992; García Ribera, 1996;
Bordons, 1994; Colomer, 1998; Díaz-Plaja, 2002; Mendoza Fillola, 1994, 2002) nos
planteamos la necesidad de sistematizar un enfoque que verdaderamente apunte hacia
la formación del lector literario, que ofrezca una finalidad acorde con el
planteamiento cognitivo del aprendizaje y con la finalidad propia de la literatura, que
de modo más matizado se centre en la formación para apreciar la literatura a partir de
la participación del aprendiz/lector. En suma se plantea un tipo de propuesta que
anteponga la evidencia de que la literatura se puede leer, valorar, apreciar..., a la idea
de que es un contenido de enseñanza. Se trata de perfilar una orientación que muestre
la pertinencia de la educación literaria. (Mendoza Fillola, 2004, p.15)
Autores como Barthes (1989) anima a “hacer del texto un objeto de placer como cualquier
otro” y Pennac (1993) enumera “los derechos del lector en la escuela para evitar desertores de
la lectura”
La educación literaria reivindica el cambio de papel del docente para alcanzar una
comunicación más eficaz e inteligente y, sobre todo, más significativa con la obra literaria.
Requiere partir de la competencia y los gustos literarios del alumnado para diseñar propuestas
didácticas personalizadas.
Esta corriente se ha intensificado en los últimos años: Mendoza (2004) González y Caro
(2009), Gutiérrez (2009), Zayas (2011) y López y Encabo (2013), Sanjuán (2014), entre
otros, reclaman el paso de la memorización de una serie de datos de obras, autores, épocas, o
técnicas de comentario; al desarrollo de una competencia literaria que permita al alumno
comprender y apreciar los textos literarios.
“El objetivo prioritario de la educación literaria del escolar deberá partir de la creación y
fomento de su propia intertextualidad como elemento básico de su competencia literaria, que
le permitirá establecer asociaciones entre la obra literaria percibida y otras manifestaciones
artísticas, a partir de la actualización de sus propios conocimientos y el uso de estrategias y
recursos múltiples, de manera que la relación establecida entre ése y otros muchos textos le
sirva para construir de forma significativa su propio conocimiento y desarrollar su espíritu
crítico”. (López y Encabo, 2013)
INTERTEXTUALIDAD
Alude a las relaciones que se producen más allá de la literatura y que irradia a todas las
disciplinas culturales, académicas y sociales.
SIGNIFICATIVIDAD
Para conseguirlo es necesario que el texto literario conecte con los conocimientos del alumno
(lingüísticos, pragmáticos y literarios...), con sus emociones (preocupaciones, gustos, estados
de ánimo...), y con su sensibilidad estética, para facilitar la interpretación del texto.
Se trata así de reformular lo que muchos alumnos y no pocos docentes entienden por
literatura, como algo exclusivo y alejado de la vida corriente, por un concepto más inclusivo
y cercano.
Objetivos:
La interacción literatura-lector pone en juego todo lo que el lector es, no solo sus habilidades
cognitivas como tal, sino lo que se ha dado en llamar su intertexto vital: sus experiencias
personales, sus miedos, sus deseos, su capacidad de imaginar, sus recuerdos...
El docente debe formular las preguntas adecuadas para estimular la conexión entre los textos
y los intertextos lectores y vitales de los alumnos.
Potenciar la dimensión afectiva del proceso lector, que no equipara el placer del texto con la
diversión o con la lectura evasiva, sino con una búsqueda activa de los significados que la
ficción pueda sugerir a cada lector. (Sanjuán, 2014)
- escoger obras “que enseñan a leer”, un itinerario lector con vínculos y retos
comprensivos (estimulación y gratificación)
- leer detenidamente antes los libros primeros para apoyar al lector y plantear preguntas
propias de cada obra
- fomentar estrategias de lectura (inferir, anticipar, relacionar...)
- demorarse en aspectos que captan la atención e implicación.
- refrenar y proponer procesos interpretativos con preguntas básicas, generales,
especiales (Dime, Chambers, 2007)
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- proyectarse en los libros para crear emociones y desear comunicar sus impresiones
sobre la historia, los personajes...
- explicitar el sentido de las obras, describir su percepción, identificar acciones, situar y
dar voz a personajes...
- crear un entramado referencial con la historia que les lleve a interesarse sobre “lo
dicho” en la narración y la ilustración.
- distanciarse progresivamente del texto para dar cuenta del nivel de abstracción
reflexiva sobre su composición literaria.
- llegar a interpretaciones más consistentes mediante el reconocimiento de los
elementos constructivos, referentes…
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6. La Escuela Como Espacio Para Crear
La Educación literaria no sólo se refiere a la recepción literaria, es decir a la lectura, sino que
también incluye el concepto de la creación.
Las actividades de creación literaria, al igual que las anteriores, son progresivas, y deben
acomodarse a los niveles de cada alumno.
Las actividades de creación no deben ser improvisadas, sino que han de estar programadas y
trabadas con el resto de actividades.
Solo así se verán dentro de un todo coherente, de lo contrario puede quedar como una
actividad novedosa pero desconectada.
Por tanto, debemos concebir la educación literaria como un conjunto en el que además de
recibir, los alumnos también puedan crear.
La práctica de la creación literaria puede iniciarse con otras actividades como pensar, leer,
preguntar o dialogar.
Cada vez se considera más importante promover la actividad como núcleo esencial de
cualquier materia, también de literatura.
Un tipo de acciones mediadoras o técnicas de educación activa son los talleres literarios.
Lineros (2012) enumera por ejemplo:
Aquí nos vamos a detener en las cartas de Propp, que consiste en la creación de historias a
través de las funciones de Vladimir Propp.
Caracterización,
- Reinado de Max,
- Fiesta de los monstruos,
- Despedida...
Tenían un ritmo y se acompañaba muchas veces de música instrumental. “La poesía en sus
orígenes nace para ser cantada” (Perdomo, 2005, p. 152). De esa relación entre poesía y
música tampoco dejan lugar a dudas los romanceros y cancioneros cultos del s. XV donde se
recogían, algunos se conservan el acompañamiento musical (Cancionero Musical de Palacio).
Hay una división entre poesía popular y culta, más teórica que real. La poesía es además el
género más ecléctico y amplio. El verso soporta contenidos dispares: desde la lírica sencilla
de las nanas hasta las formaciones doctrinales a trabalenguas, retahílas… Esto da lugar a dos
circunstancias a la hora de teorizar: Que encontremos distintas clasificaciones de tipos de
poesía en general y de poesía infantil en particular, donde suelen coincidir algunos tipos o
subgéneros, pero no otros. Que podamos reconocer un repertorio de características más o
menos habituales en la poesía en general y en la poesía infantil en particular, y otras propias
de algunos tipos o subgéneros.
La nana o canción de cuna un tipo de canción que los adultos dirigen a los niños en sus
primeros meses de vida con la finalidad de dormir al niño. Lo esencial en una nana es el
efecto rítmico marcado, sobre todo binario. La sencillez fónica de los términos usados la
melodía suelen producir una sensación de seguridad y cercanía afectiva. Tiene un origen
popular y oral, pero también han composiciones cultas (Lorca, Miguel Hernández, Manuel de
Falla...)
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Musicalidad: Tanto el ritmo como la melodía provocan en los menores una sensación
agradable, de seguridad, tranquilidad y alegría, que puede ser muy variada.
Brevedad: Los primeros poemas deben ser breves para que los menores se habitúen al
disfrute del género poético y se presenten después composiciones mayores
Sencillez: La reacción emocional que provoca la poesía en la infancia viene determinada por
los conceptos y por la forma de comunicarlos.
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Estética: Un poema divierte, sorprende, asombra... a través del texto (palabras y recursos
literarios) y también puede servirse de ilustración y paratexto.
“La poesía educa la sensibilidad, desarrolla la creatividad y fomenta el espíritu crítico desde
las primeras edades” (Cerrillo, 2013, p. 164), pese a lo cual no está muy presente en el aula.
2. LA POESÍA EN EL AULA
● Lectura coral o recital
La lectura coral de poemas permite la practica melódica de los textos, mientras que la
recitación individual también mejora la pronunciación y memorización. En ambos casos se
puede comentar siguiendo enfoque ‘Dime’ de Chambers
● Creación
La recreación a partir de la lectura de un poema, o la escritura de un poema a partir de
cualquier idea permite ponerse en el lugar del yo poético, saber expresarse, potenciar la
creatividad, imaginar otros mundos y sentirlos.
● Escenificación
Algunos poemas se prestan mejor para la representación y dramatización y ofrecen variadas
posibilidades, sobre todo los que narran un hecho o contienen diálogos.
● Ilustración o edición
Ayuda a interpretar el poema y a mirar de otro modo. Pueden dibujar teniendo en cuenta la
idea general o algún detalle que encuentren en sus versos. Esta se puede combinar con editar
un libro de poemas propios. Un recorrido por la Literatura infantil hablando con... Juan Senís
(profesor en el campus de Teruel de la Universidad de Zaragoza).
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Charles Perrault publica en Francia en 1697 Los cuentos de mi madre la Oca adaptando la
temática de los relatos de tradición oral. Perrault diferencia los mitos de los cuentos de hadas.
Los primeros representan el sentido trágico de la vida; en ellos las tensiones siguen vigentes y
sus héroes son sacrificados. Los cuentos de hadas tienen una intención moralizadora por lo
que los buenos triunfan y sus esfuerzos son premiados.
El libro de Perrault contiene sólo once cuentos entre los que están La Bella durmiente,
Cenicienta, Caperucita, Pulgarcito o El gato con botas. Con Gustavo Duré, uno de los más
grandes grabadores en la historia, estos cuentos alcanzaron una magnífica calidad de edición
y una difusión tal que, tres siglos después de su publicación, sigue vigente.
Los hermanos Grimm, Jacob y Wilhelm publicaron en 1812 en Alemania su primer libro de
relatos: Cuentos de niños y del Hogar. En el prólogo se comprometen a ser fieles y veraces,
omitiendo elementos de su propia imaginación o adornos puramente literarios.
A diferencia de Charles Perrault, su obra fue prolífica, con 210 títulos, entre los que se
encuentra Blancanieves, Hansel y Gretel.
Su intención inicial no era escribir relatos para niños; sin embargo, sus obras, con gracia y
colorido, fueron aceptados sin distinción de edad. Sus enseñanzas apuntan más a demostrar lo
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El danés Hans Christian Andersen publicó en 1835 el primer fascículo de Los Cuentos de
hadas, contados para los niños. Recopiló más de 150 cuentos bajo el título Cuentos
completos. En ellos se puede apreciar que el autor refleja sus preocupaciones vitales, como la
muerte, la religión, el sufrimiento, el amor trágico, etc. La clasificación fundamental de sus
cuentos se divide en cuentos de personas, cuentos de animales y cuentos de plantas y objetos.
Son cuentos fantásticos, en los que aparece el triste desenlace. El patito feo, presenta una
metamorfosis, La sirenita queda convertida en espuma y no puede realizar su sueño de vivir
con el hombre amado.
España no tuvo una figura destacada tan temprana como otros países.
Fernán Caballero (pseudónimo de Cecilia Böhl de Faber,) recogió a mediados del s. XIX
cuentos folklóricos sobre todo de Andalucía.
Antonio Machado y Álvarez (padre de los poetas) recopiló a finales del s.XIX cuentos de
España y realizó una primera clasificación.
Aurelio Espinosa (padre e hijo): Recogieron a principios del s. XX más de 500 cuentos de
muchos pueblos, sobre todo de las dos Castillas.
Antonio Rodríguez Almodóvar recoge ya a finales del s. XX numerosos cuentos populares en
obras como Cuentos al amor de la lumbre (1990).
● PERSPECTIVA PSICOLÓGICA
Desde el origen del cuento infantil se libra una batalla entre el afán moral y didáctico en los
libros escritos para la infancia y los cuentos populares.
Estos acabaron por ganar la partida a favor de la fantasía y del goce narrativo, aunque
siempre ajustados a los esquemas morales vigentes y la función educativa atribuida a la
literatura infantil.
Tras la primera versión moral de la Caperucita de Perrault, los hermanos Grimm ofrecen una
versión suavizada con un final feliz y en la que se atenúa la violencia y la referencia sexual.
En versiones posteriores, como la de Elena Fortún el lobo se come el reflejo de Caperucita en
el espejo; y en la de Antoniorrobles: el lobo va a la cárcel y se hace vegetariano y amigo de
Caperucita.
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● PERSPECTIVA PSICOANALÍTICA
Los cuentos infantiles reflejan los conflictos del inconsciente y del mundo de los sueños, por
lo que ponen de relieve su función liberadora y formativa para la mentalidad infantil. "Todo
cuento de hadas es un espejo mágico que refleja algunos aspectos de nuestro mundo interno y
de las etapas necesarias para pasar a la madurez” (B. Bettelheim, 1975).
El cuento de Caperucita simboliza elementos del insconciente colectivo tales como la
virginidad, la menstruación, la transgresión sexual. En la obra aparecen mecanismos de
recepción en los niños, relacionados con las fantasías y complejos como el de Edipo
(padre-lobo, padre-cazador) y el conflicto entre el placer y la realidad. (E. Fromm, 1951, y B.
Bettelheim, 1975)
● PERSPECTIVA FEMINISTA
Los cuentos están escritos en un contexto patriarcal y masculinizado por lo que los roles de
los personajes y el argumento está mediatizado por esta concepción. La perspectiva feminista
identifica unos roles claramente a favor del varón frente a la mujer y reivindica una visión
igualitaria en la educación y la literatura
La diferencia entre roles masculinos (lobo, leñador) y roles femeninos (caperucita, abuelita,
madre) está marcada especialmente en las versiones tradicionales de Caperucita. Mientras,
los roles masculinos representan la virilidad, la fuerza y la violencia, los roles femeninos
representan la vulnerabilidad, la inocencia y la sumisión.
5. EL TEATRO INFANTIL
El teatro es una rama de las artes escénicas, que consiste en la representación o actuación de
historias en frente del público, usando para estos fines el habla, gestos, la mímica, la danza, la
música y otros elementos. (Reina Ruiz, 2009)
En el teatro se pueden reconocer elementos pertenecientes a las demás artes escénicas, y no
está limitado al estilo tradicional del diálogo narrativo (por ejemplo en la mímica, las
marionetas, la ópera, el ballet o incluso el musical al estilo de Broadway).
Durante el siglo V a. C., en Grecia, se sentaron las bases de lo que vendrían a ser los modelos
tradicionales de la tragedia y la comedia en occidente. También encontramos el teatro en las
antiguas civilizaciones en Asia, en China, en Japón y la India.
El teatro infantil, en el plano del niño actor, como en el del espectador, no ha conquistado
todavía una autonomía plena.
Se utiliza con demasiada frecuencia sólo como medio para alcanzar varios objetivos
didácticos.
Sin embargo, el teatro es una herramienta de aportes invalorables:
● Conecta al niño con el mundo del arte y la sensibilidad estética.
● Favorece su capacidad de emocionarse, reírse y llorar, de
● comprender diferentes visiones y realidades del mundo.
● Invita a los niños al pensamiento, la reflexión y la diversión.
● Abre las puertas al conocimiento, a la cultura y a historias.
El teatro es un lenguaje que trabaja con la literatura, la música, la pintura, la danza, el canto,
y el mimo, entre otras disciplinas.
El teatro infantil tienen unos orígenes tardíos, al igual que la LIJ.
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Hasta finales del siglo XIX, los niños no constituían un público específico, asistían a las
representaciones teatrales de adultos, especialmente de teatro religioso.
Durante el siglo XX ha tenido lugar el despegue y el pleno desarrollo de la creación literaria
dramática en España, que Tejerina (2007) ha resumido en tres etapas esenciales:
● Nacimiento de la conciencia literaria en teatro infantil (1910-1936).
● Teatro realista y moralizante en la dictadura franquista (1939-1975).
● Creación teatral para niños en la sociedad democrática (Desde 1977).
La simbolización es la relación entre un objeto, persona o acción tangibles en un plano
imaginado. El teatro como juego simbólico surge alrededor del año y se prolonga hasta los 4
años.
Piaget distingue varios estadios que evolucionan y se solapan, relacionados con el desarrollo
mental, afectivo y social del niño.
● Alrededor del año repite acciones en momentos que no son los habituales, por
ejemplo, usar la cuchara como si fuera a comer.
● Después empieza a proyectar estas acciones a objetos nuevos, les atribuye sus propias
conductas y generaliza la acción.
● También imita conductas que ve en otros. Por ejemplo, hace que lee, representa la
vida jugando a papás, a médicos...
● El juego se hace cada vez más complejo con las palabras, imitando y jugando con lo
presente, lo ausente y lo imaginario.
Según Muñoz (2006), hay que distinguir dos tipos fundamentales:
● el teatro hecho por adultos y dirigido o apropiado por los niños.
● el realizado por los propios niños, o con su participación.
Alfonso Sastre, intentando delimitar el concepto, distingue entre:
● «Teatro de los niños», para referirse al teatro hecho por estos.
● «Teatro para los niños», que sería el que los adultos hacen para ellos, y donde habría
que incluir las adaptaciones de obras.
● «Teatro mixto», que es el más frecuente, el cual se haría a medias entre adultos que
dirigen (autor, director, decorador, algunos actores...) y niños que colaboran en la
representación.
● «El juego dramático espontáneo y libre», un “teatro infantil” que el niño practica
inconscientemente cuando repite acciones observadas en otras personas o en otros
ambientes.
Teatro tradicional
Las obras dramáticas pueden ser representadas por los alumnos, presenciadas y pueden ser
leídas como una estrategia para acercar al alumnado a las obras y a valorar el discurso
literario.
Con la representación dramática, los alumnos desarrollan su perspectiva individual y social,
su competencia literaria y comunicativa, sus dotes interpretativas, así como unas actitudes
básicas hacia el mundo que les rodea, las personas, los acontecimientos que suceden y hacia
el mismo aprendizaje.
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Teatro de mímica
La mímica o teatro del silencio es muy beneficioso para trabajar la psicomotricidad. Podemos
distinguir:
● El mimo. Permite contar una historias, reproducir un gesto, una situación, con ayuda
de la expresión del cuerpo y del rostro, así como del vestuario.
● Expresión corporal. Tiene como objetivo la toma de conciencia de las posibilidades
motrices y sensoriales para expresar los propios sentimientos y sensaciones.
● Las técnicas de relajación. Recurren a la relajación, la respiración, los movimientos
parciales del cuerpo para favorecer la concentración y la conciencia.
Teatro de títeres
El teatro de títeres acerca a los niños al «espacio escénico», les permite participar en su
elaboración y asimilar tensiones y otros aspectos de su inconsciente. Podemos distinguir:
Los guiñoles o muñecos accionados a mano. Constan de cabeza y manos acopladas a un
vestido que se adapta como un guante a la mano del operador.
El guiñol de mano y varilla puede presentarse con simple ropaje a manera de saco o en forma
de cuerpo articulado, donde las varillas mueven partes del cuerpo.
Las marionetas son muñecos accionados por hilos que mueve el operador desde la parte
superior del escenario, oculta al público. (Estos pueden mezclarse).
Teatro de sombras
Son figuras planas recortadas en cartón, metal, cuero, pergamino translúcido, papel aceitado o
material plástico. Van provistas de alambres o finas varillas mediante las cuales se proyectan
contra una pantalla de papel, tela o plástico, iluminada por detrás.
La mayoría de estos muñecos se mueven en un solo plano, aunque pueden entrar en el foco o
desaparecer de él con sólo acercarlos o alejarlos de la pantalla.
Son fáciles de realizar como actividad plástica.
También tenemos la sombras chinescas que usan las manos para proyectar las sombras
representando seres vivos con movimiento por un efecto óptico.
6. EL GÉNERO DIDÁCTICO
El género didáctico tiene como finalidad la enseñanza o divulgación de ideas, que se
expresan de forma artística y con un lenguaje elaborado.
En estos géneros se da más importancia a la exposición que a los valores estéticos, aunque
estos no se descuidan.
Las obras literarias didácticas se caracterizan por valerse de la palabra para expresar
conocimientos o ideas, de forma que lo que predomina en ellas no es la ficción.
Los géneros pueden transmitir una información desde una perspectiva ideológica o moral.
En la literatura para adultos se incluye dentro de este este género: los diálogos, epístolas,
discursos, artículos periodísticos, tratados, fábulas, poemas didácticos...
En el caso de la literatura infantil contamos con menos diversidad, si bien se pueden incluir
también algunos géneros que tienen como objetivo el aprendizaje del alumno a través de una
obra estética, como sucede en algunos textos iniciales, como los abecedarios.
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Aprovechando el éxito del álbum ilustrado han aparecido obras que aprovechan este formato
aunque siguen teniendo un propósito principalmente didáctico.
NUEVOS GÉNEROS
La literatura infantil ha experimentado en las últimas décadas un cambio trascendental
provocado por la modernidad y los cambios tecnológicos y sociales.
El cambio más visible durante este tiempo ha sido la importancia de los elementos
paratextuales, especialmente las ilustraciones y el libro como objeto material.
Esto ha sido posible por la evolución en las técnicas de ilustración, edición e impresión, pero
también por la evolución en los gustos y la influencia de una sociedad cada vez más
audiovisual y vinculada al consumo del objeto.
El libro es un “objeto” más de la sociedad de consumo, lo que ha provocado una renovación
de su aspecto, que ha supuesto al mismo tiempo una renovación del concepto tradicional del
libro en general, y del libro infantil en particular (presentación, formato, tamaño, forma,
diseño, pliego, doble página...).
Esto ha dado lugar al auge de nuevos géneros y formatos en los que ha cobrado protagonismo
el componente paratextual.
LIBROS INSTRUCTIVOS
Los libros instructivos se emplean para enseñar algo. Ej; abecedarios Actualmente ha
evolucionado hacia planteamientos literarios. Ej. Juego de letras.
Consiste en una presentación ordenada de las letras del alfabeto, normalmente acompañadas
de ilustraciones, palabras ejemplificadoras y con bastante frecuencia, de alguna pequeña
composición literaria.
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GÉNERO PERIODÍSTICO
El género periodístico también ha alcanzado a la literatura infantil, como vemos en revistas
infantiles, especialmente en las que se dirigen a un destinatario infantil y en las que se
aportan noticias y reportajes sobre temas de actualidad.
En las revistas dirigidas a destinatarios prelectores o neolectores predomina el género
narrativo, normalmente ejemplificado mediante viñetas y los breves reportajes que contiene
están muy ligados al entorno inmediato del niño y suelen adjuntar recortables (personajes,
dibujos, etc...).
CÓMIC
El cómic es un género híbrido que mezcla el lenguaje verbal con el lenguaje icónico muy del
gusto de adolescentes, aunque también encontramos comic y tebeos infantiles.
El cómic pertenece al género narrativo. Su elemento más característico es su lenguaje
particular, montado en secuencias muy breves (viñetas) y su código de comunicación, con
diferentes tipos de bocadillos.
NOVELAS GRÁFICAS
Las novelas gráficas son tebeos o cómics con tramas más complejas. Como sucede con los
cómics o los tebeos, son un género principalmente narrativo y en los que se mezcla el
lenguaje verbal, visual e icónico, por lo que es más del gusto de adolescentes, aunque
también encontramos obras infantiles.
Sus estéticas son muy variadas dependiendo del momento histórico, la moda, el país de
origen y el propio dibujante.
LIBRO ILUSTRADO
Un libro ilustrado es una obra donde el texto cuenta la historia de forma que las imágenes
acompañan al texto, lo apoyan y se supedita a él. De forma que si las imágenes se eliminan el
texto puede comprenderse perfectamente sin ellas, la historia narrada permanece
inalterable.
El texto siempre tiene prevalencia y autonomía frente a las imágenes, pero las ilustraciones
pueden potenciar y complementar al texto, otorgándole una atmósfera, un tono, un registro,
etc. como sucede de forma evidente en algunas adaptaciones de clásicos.
EL LIBRO MUDO
El libro mudo no tiene texto (o apenas tienen), solo imágenes, aunque puede ser una obra más
o menos literaria.
El libro puede ser un conjunto de imágenes simples, sueltas (animales, juguetes, vehículos,
etc.) cuyo objetivo es el de ser reconocidos por el niño y donde puede incluirse el nombre del
objeto a modo de solución; o una historia contada con imágenes.
En el primer caso, el niño tiene que hacer un esfuerzo de interpretación para reconocer el
objeto o rellenar los “vacíos de la obra” con su interpretación.
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LIBRO ÁLBUM
En el libro álbum la historia se cuenta a través de imágenes y lenguaje verbal. Texto e imagen
se necesitan mutuamente para comprender el texto. Hay libros de este tipo muy complejos,
incluso para adultos.
El factor comunicativo proviene directamente de la imagen y sobre todo de la secuenciación
entre ellas en relación con el texto.
El desarrollo del libro-álbum está ligado al de los avances en grafismo y técnicas de
impresión.
LIBROS DE JUEGO
Los libros juego, como su nombre indica, sirven para jugar, incluso pueden ser libros
tridimensionales, libros pop-up, etc. Ver exposición Zaragoza local C/ San Pablo 59, 14 de
diciembre al 10 de enero.
Es un libro que a pesar de tener un formato de libro, no suele tener referente textual y se
convierte en un objeto destinado a desarrollar alguna habilidad. A veces el aspecto de libro
desaparece mediante una paginación y diseño muy especial, para convertirse en un juguete
de dimensiones propias.
PARATEXTOS
ILUSTRACIÓN
Lo que caracteriza el libro álbum o álbum ilustrado, frente al libro ilustrado es que las
imágenes cuentan la historia (no son accesorias) e interactúan con el texto.
Están en sintonía con el tono del relato, y contribuyen a crear el ritmo y la tensión en el
mismo.
Además de información, transmiten sensaciones y suscitan sentimientos y reflexión.
Legibles, coherentes, atractivas, expresivas, etc.
Valorar la calidad, la técnica empleada, la capacidad de sugerir, recursos, transición,
encadenamiento, etc.
Componente cinematográfico (plano, punto de vista).
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TEXTO
La narración es asequible y reconocible para el lector (temas y conflictos con los que se
puede identificar).
Estructura: Partes, secuencias narrativas organizadas de manera clara y lógica. El final
resuelve la trama. Con innovaciones narrativas que mejoran la historia. Uso de la función
poética (recursos estilísticos).
Sin complicaciones sintácticas, pero sin estilo ramplón, excesivamente simple. Con un
vocabulario adecuado pero rico.
ILUSTRACIÓN-TEXTO
03 NUEVOS SOPORTES
Nunca se ha leído tanto como en la actualidad, pero al mismo tiempo el proceso de lectura ha
cambiado sustancialmente por la irrupción /disrupción tecnológica. (Cerrillo, 2016)
Se ha producido una “desnaturalización lectora”, ha aumentado la cantidad de la lectura y se
ha reducido la calidad (Gil, 2001)
¿Cuántas veces se lee por placer, de forma profunda, dando sentido crítico al texto,
interpretándolo, cuestionándolo, reflexionando sobre lo leído?
¿Y cuántas veces para buscar una información puntual o por entretenimiento? ¿Cuántas como
apoyo de una imagen?
Los cambios en los modos de comunicación han afectado a la lectura tal como ha sido
durante siglos, según señala Birkerts (1999), en El futuro de la lectura en la era electrónica.
La lectura ha dejado de ser el principal instrumento de culturización del hombre
contemporáneo desbancada por la televisión e internet.
La lectura literaria puede convertirse en un privilegio de unos pocos lectores competentes
marginales.
El lector tradicional, más que el libro, está en riesgo de extinción.
El cambio del lector tradicional por el lector digital supone para algunos autores un
neoalfabetismo (Cerrillo y Senis, 2005) provocado por falta de competencia y hábito lector.
Aunque cada vez se lee más, los diferentes informes PISA publicados por la OCDE ponen de
relieve un incremento de los problemas de comprensión lectora, tanto en el reconocimiento
de palabras o de frases, como en la capacidad para comprender la información escrita y
de contrastarla y analizarla.
El lector digital requiere una serie de nuevas competencias relacionadas con el mundo
audiovisual e interactivo, por lo que otros autores hablan de un nuevo multialfabetismo para
manejarse por redes, blogs, chats, aplicaciones, etc.
En esta línea, se inserta el trabajo de Multiliteracies, (Cope & Kalantzis, 2000, 2015) que
integra la enseñanza de la lengua dentro de una teoría y pedagogía general de la
alfabetización.
Los autores proponen este enfoque ante la ruptura de las fronteras lingüísticas y culturales
tradicionales por las nuevas tecnologías de comunicación como Internet y medios digitales.
Otros autores usan el término de alfabetización transmedia. Scolari (2018) apunta la
necesidad de innovar en la concepción curricular tradicional de la asignatura, trascendiendo
el espacio y el tiempo del aula.
En este mismo sentido, Alonso y Murgia (2018), invitan a pensar en historias que continúen y
puedan ser ampliadas, revisadas y resignificadas no solo por los alumnos sino también por
otros profesores, familiares y allegados.
La alfabetización transmedia propone alternativas para aplicar y beneficiarse en el aula de las
habilidades de los alumnos desarrolladas fuera de la escuela (Ej. comandos por voz).