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1º EDUCACIÓN INFANTIL
La literatura infantil se ofrece como un andamiaje que tiene en cuenta las posibilidades
comprensivas del receptor y que despliega un amplio abanico de ayudas para su inicio a la
lectura.
[…] Ya que en la etapa infantil se configuran las bases de la formación literaria y del acceso
al texto escrito, las aulas de la educación infantil deben convertirse en lugares que aseguren
un contacto vivo y placentero de los niños con los libros. Aunque en ellas los pequeños “no
sepan leer”, se está jugando la partida más importante para su futuro como lectores.
(Colomer y Duran, 2000:213).
Concepto. El término LIJ (Literatura Infantil y Juvenil) es usado desde hace poco más de
sesenta años por la mayoría de los críticos y estudiosos con algunas variantes:
La LIJ es, ante todo y sobre todo, literatura sin adjetivos de ningún tipo, si se le añade
“infantil” o “juvenil” es por la necesidad de delimitar una época concreta de la vida del
hombre que, en literatura, está marcada por las capacidades de los destinatarios lectores y,
en menor medida, por gustos e intereses lectores muy concretos, así como por sus
posibilidades de recepción literaria. (Cerrillo, 2007:44).
Corpus
El campo de estudio que abarca la literatura infantil comprende:
a. La literatura no creada para los niños, pero que han hecho suya.
b. La literatura creada especialmente para los niños. La LIJ, por tanto, “no es
solo, ni puede ser, solamente la que es escrita deliberadamente para niños; es
también aquella que, sin tener a los niños como destinatarios únicos o
principales, ellos la han hecho suya con el paso del tiempo” (Cerrillo).
c. La literatura instrumentalizada. Los objetivos didácticos superan a los
estéticos (Cervera).
d. La creación de los niños. No es fundamental la validez literaria (García
Padrino).
Estadio sensoriomotor
(0-2 años) Estadio sensoriomotor
Contenidos
•Cancionero infantil: nanas, canciones y juegos mímicos. Gozan con el
movimiento acompañado de rimas y versos. Formulitas como “Cinco lobitos”, “Palmas,
palmitas”. No entienden su significado, pero despiertan su risa y su oído.
•Pocos, escasamente significativos y, a veces, “sinsentido”.
•Familiares y conocidos: la casa o el mundo animal.
Estructura literaria
Estadio preoperacional
(3-6 años) Etapa de preparación y aprendizaje de los mecanismos lecto-escritores
Contenidos
•Gran formato.
•Muchas ilustraciones (mejor a color).
•Breve texto.
•Letra grande.
•Acción dinámica.
•Diálogos.
•Descripciones rápidas.
•Caracterización de los personajes.
•Sintaxis breve y sencilla.
Diseño y forma
•Exposiciones detalladas.
•Descripciones extensas.
•Se deben evitar los cambios bruscos de tiempo.
•Las historias deben dar respuesta a los problemas planteados: “Terminar bien”.
Diseño y forma
•Presentación atractiva.
•Extensión variable.
•Ilustraciones opcionales.
A. Los peritextos
a) Cubierta y contracubierta. La cubierta es el paratexto que aporta más información
al ser lo primero que vemos: nombre del autor y del ilustrador, título, nombre de la editorial
y de la colección, logotipo de la empresa; la contracubierta suele recoger un resumen del
argumento, edad recomendada, otros títulos de la misma colección.
b) Autor e ilustrador. Son paratextos por sí mismos. Sus nombres pueden ser
garantía para el lector.
c) Colección.
d) Ilustraciones.
e) Prólogo.
f) Índice.
g) Formato y tipografía.
h) Dedicatorias.
i) Edad recomendada.
B. Los epitextos
a) Los catálogos.
b) La crítica.
c) Publicidad.
d) Los “comerciales”.
e) Los cuadernos de actividades.
c. La ficción audiovisual
Para Colomer y Durán forman parte de este apartado las cintas, cd, discos de
cuentos, materiales que provienen de programaciones televisivas, los dibujos animados, los
cortometrajes, los largometrajes –de dibujos o no–.
Para Mendoza (2001: 141-142) “el individuo accede a la cultura de su grupo o por
las obras de LIJ, que son las primeras manifestaciones (orales o escritas) estéticas y de
creación a través del lenguaje y las primeras obras que median en la iniciación cultural y
artística a través de los sucesivos encuentros del lector con el sistema semiótico de
literatura, por lo que desempeñan una función importante en la formación de la
competencia literaria.
En la base del intertexto lector están los modelos básicos y las primeras experiencias
receptoras con que cuenta el lector y porque son textos que estimulan la construcción de la
competencia literaria del lector en formación. Las obras de la LIJ son los textos literarios
que presentan una muy especialmente adecuada funcionalidad para potenciar la formación
receptora y para guiar/ordenar la interpretación; y a su vez son obras que potencian la
interacción y la implicación del lector en la construcción del significado. La formación de
la competencia literaria en la edad escolar (especialmente en las primeras edades) se basa,
en gran parte, en obras de la LIJ que potencien la hermenéutica que desentraña símbolos y
que se encamina a la sistematización de conocimientos y estrategias comprensivas e
interpretativas.
Para entender la importancia del intertexto lector, acaso bastara una reflexión
elemental. Sin texto no hay indicios para establecer conexiones ni reconocimientos; sin la
lectura, el texto no cobra realidad; y sin el pertinente grado de intertexto no hay posibilidad
de una lectura coherente. Es un ciclo en el que se parte del texto y se vuelve a él tras un
proceso de activa participación comprensivo-interpretativa centrada en el lector”.
El planteamiento didáctico de la literatura se centra en la formación y el desarrollo
de la competencia literaria, que sirve de base de capacitación para la lectura de creaciones
1
Sobre el aprendizaje de modelos icónicos y de códigos culturales, vid. Colomer y Durán, pp. 223-228)
La propuesta de algunos libros (por ej., los de Hellen Oxenbury, Jugando) es solo
de identificación. En la página de la izquierda aparece un objeto. En la de la derecha un
personaje realiza una acción con ese objeto. Al pasar la hoja se cambia de secuencia,
aunque todas las escenas siguen el mismo patrón. Solo se relacionan entre ellas por el tipo
de acciones: “jugando”.
En un segundo estadio, se continúa con el patrón anterior, pero se añaden
situaciones más completas, relaciones cronológicas, etc. (Colomer y Durán, 2000: 217).
En el tercer estadio (Colomer y Durán, 2000: 218) se narra ya una verdadera
historia, aunque sencilla: un problema inicial, un intento de solución por parte de los
personajes y una resolución del conflicto.
Alcanzado este estadio, los libros infantiles pueden empezar a desarrollar el modelo
convencional de una narración de forma cada vez más compleja (más intentos de solución,
más personajes, etc.).
Al mismo tiempo, los lectores han empezar a introducirse en el conocimiento de
líneas narrativas distintas:
• Libros de búsqueda. Se desarrollan a partir de un ritmo binario:
“¿Está aquí… no, está allí… no”.
• Catálogos de personajes u objetos fantásticos.
• Narraciones encadenadas o acumulativas, presentes en la literatura
popular.
• Fábula.
2
El cuento forma parte de la literatura popular de tradición infantil, pero hemos considerado que debería
ocupar un epígrafe dada la importancia que se le otorga en la educación infantil
Elementos fundamentales
• El texto, que aborda temas muy diversos, casi siempre narrando
una historia, que va desde lo más cotidiano hasta la más lejana fantasía.
• La imagen, que ofrece un amplio abanico de expresión y
experimentación artística.
• La relación entre texto e imagen (intensificadora, simétrica,
contradictoria, asimétrica)
• La composición editorial, generalmente son libros de tapa
dura, gran formato, cuidada edición…
Importancia de las prácticas de lectura con álbumes ilustrados desde primeras edades
• Descubrir el lenguaje de los libros.
• Establecer conexiones entre texto escrito, lenguaje oral e
imagen, y enriquecerse con la interacción existente entre ellos.
• Aprender expresiones y palabras nuevas en contextos
significativos, aumentando su vocabulario.
• Aprender a escuchar y a pensar en términos del
razonamiento propios del lenguaje escrito y visual.
• Adquirir conocimientos convencionales, como el nombre de
las letras, los signos de puntuación, la disposición gráfica, etc.
• Establecer un contexto afectivo, un diálogo interactivo entre el
nuevo lector y el lector experimentado.
• Enriquecer o complementar las experiencias que tienen de
primera mano.
• Desarrollar habilidades lingüísticas y comunicativas.
• Fomentar la apreciación estética y estimular la expresión
creativa.
• Cuentos de chascos-chascarrillos.
• Otros cuentos.
• Cuentos de nunca acabar (“Un rey tenía tres hijas”, “ Érase un gato”,
“ Cuento de la buena pipa”, etc.).
• Pájaros, peces, otros animales (“El tordo”, “La paloma”, “El zorro”).
III. Cuentos maravillosos (de 5 a 7 años)
• Cuentos mágicos.
2. Juegos mímicos
Llamamos juegos mímicos (o primeros juegos mímicos) a aquellas
que tienen al niño sólo como receptor de la acción o del juego o,
excepcionalmente, como co-emisor de ellos. Los juegos mímicos, son “un
especial tipo de tonadas que el adulto cuenta o canta al niño muy
pequeño, ejecutando con él, o junto a él, una acción o un juego. Cuyo
componente lúdico es esencial, aunque –a menudo– va implícito también
un deseo de que el niño vaya aprendiendo una serie de movimientos o
gestos bastante elementales: giros de mano, primeros pasos… También
son juegos mímicos otras tonadas, transmitidas por el adulto, sobre
todo por la madre, en la que el niño al que se dirigen no es ya tan
pequeño, hasta el punto de que puede ser capaz de solicitar una
determinada cantinela, incluso a intervenir más directamente en la
ejecución” (Cerrillo 2005).
a. Juegos con las manos
i. Para dar palmadas, mano con mano.
ii. Para contar con los dedos.
iii. Para darse con la mano en la cabeza.
iv. Para girar la mano.
v. Para mover manos y brazos al mismo tiempo.
vi. Para abrir y cerrar la mano, jugando con un dedo
de la mano contraria.
3. Canciones escenificadas
Según Cerrillo (2005) “las canciones escenificadas son
composiciones que van, necesariamente, acompañadas de una acción
que, en unos casos, se representa (incluso con papeles asumidos por los
participantes en ella) y que, en otros, se mima solamente. Da igual que
sean interpretadas a la rueda, a la comba, en filas, en grupo o al columpio;
da igual que se trate de actuaciones muy concretas (la dola, el burro, el
moscardón); algunas de ellas, en algunos casos, se interpretan de modos
distintos, según su localización espacial; al respecto, no podemos olvidar
que las barreras existentes entre los diversos tipos de composiciones
que integran el Cancionero Infantil son bastante permeables: de ahí que
4. Las oraciones
La dispersión clasificatoria del Cancionero Infantil Español, evidente
en casi todos sus géneros, llega a provocar constantes confusiones
cuando nos referimos a las oraciones, porque no se trata solo de
establecer un criterio por el que agrupemos composiciones cuyos
contenidos respondan a objetivos comunicativos similares, sino
también de diferenciar aquellas oraciones que son de específica tradición
infantil de las que exceden a esa condición: con ello, por ejemplo,
solventaríamos algunos problemas que, al respecto, se encuentran muy
arraigados, como el del «villancico», que, aparte de ser un género por sí
mismo, ya que sus contenidos religiosos son particularísimos, su proceso
6. Burlas y trabalenguas
El primer problema que nos plantea el estudio de las burlas es el de
su denominación, ya que son varios los términos con los que se refieren
a estas composiciones quienes, antólogos o críticos, las han analizado:
«pegas», «burlas y burletas», «dichos», «mentiras, patrañas y
disparates», etc. A ello habría que añadir un problema más, derivado
de la general dificultad, ya mencionada, que existe en el Cancionero
Infantil para delimitar con exactitud las fronteras entre un género y otro:
Sana, sana,
culito de rana;
si no sanas hoy,
sanarás mañana.
Los trabalenguas
Los trabalenguas debemos entenderlos como una especie de
«burla», ya que son cantinelas que un emisor propone a un
destinatario para que las repita con exactitud, sabiendo de su
dificultad y con la casi total certeza de que, al menos al principio, se
equivocará, lo que provoca un momento de mofa o burla, por la torpeza
expresiva de quien intenta el recitado.
El trabalenguas es un tipo de juego basado en la complicación
sonora de las expresiones sobre las que se construye la tonada;
expresiones que, por otro lado, suelen caracterizarse por su ilógica
7. Las adivinanzas
De todos los géneros del Cancionero Infantil, posiblemente sea el de
las adivinanzas el que mayor difusión ha alcanzado. Pero, ¿qué es la
adivinanza? Probablemente no sea necesario un especial esfuerzo por
intentar definirla. ¿Un «ejercicio intelectual», como afirma Rodríguez
Marín? ¿Una «ingeniosa descripción en verso, de un mensaje que el
receptor debe descubrir», como señalan Gárfer y Fernández? En cualquiera
de los dos casos nos aproximamos mucho a su descripción. Más
ampliamente, es un tipo de poesía lírica popular, que se ha transmitido
oralmente, que los niños han hecho suyo –aunque de una manera no
tan absoluta como en otros casos–, practicándolo, conservándolo,
retocándolo, enriqueciéndolo y transmitiéndolo, y que nos llama,
poderosamente, la atención por su gracia e ingenio y por su
sorprendente y continua «perífrasis».
La adivinanza es un género especialmente rico por la variedad de
temas que trata. Para facilitar la comprensión de su diversidad de
contenidos es necesaria una clasificación temática, aunque es indudable
que ello conlleva una gran dificultad, tanto por la riqueza ya referida de
este tipo de composiciones, como por la elección del criterio que se debe
seguir (…) una clasificación lo más homogénea posible.
Tema 3.
La Didáctica de la Lengua y la Literatura en la
Educación Infantil.
Competencia comunicativa y competencia literaria
ESPACIO
ESCOLAR
DOCENTE ALUMNO
Para Mendoza et al. (1996), la Didáctica de la Lengua y la Literatura debe nutrirse de las
aportaciones de:
•Filología
•Sociología
•Psicología
•Pedagogía
• Competencia comunicativa:
Para Hymes (cit. en López, 2001) es “aquello que la persona hablante necesita para poder
comunicarse de manera eficaz en contextos culturalmente significantes”.
Con este tipo de competencia buscamos que la persona desarrolle la habilidad para producir
y entender enunciados que no son tanto gramaticales como apropiados para el contexto en
el que se realizan.
• Competencia literaria:
Los estudios centrados en el habla del profesor pusieron en evidencia la importancia de éste en la
interacción que se desarrolla en el aula: es el participante competente y poderoso, quien se otorga dos
tercios o un tercio del tiempo de habla, quien decide los temas que se van a tratar, las actividades y su
duración, quien escoge al interlocutor, quien apunta las respuestas, quien ostenta el derecho a intervenir en
todos los intercambios, iniciarlos y cerrarlos; en definitiva, es el centro de la interacción y tiene un enorme
control sobre la actividad verbal de los alumnos.
• La lengua es comunicación.
• La lengua tiene dimensión social.
• La lengua es la herramienta con la que ordenamos nuestro pensamiento.
• La lengua es un objeto de estudio en sí misma.
A partir de los tres años, las niñas y los niños han desarrollado su competencia lingüística
de manera considerable: usan un amplio vocabulario, construyen estructuras sintácticas con
cierta complejidad… Hasta su llegada a la escuela, la conversación con su entorno ha sido
su experiencia lingüística más practicada.
El conocimiento lingüístico y comunicativo de los niños y niñas que llegan a la escuela
implica:
• Desarrollar, desde el punto de vista académico, la competencia lingüística del
individuo partiendo de los conocimientos adquiridos por éste hasta los 3 años.
• Conocer las diferencias en el uso del lenguaje como instrumento de autoexpresión,
comunicación y pensamiento.
La competencia literaria no es una capacidad innata del individuo, sino que se llega a
adquirir con el aprendizaje, dificultado por la complejidad del hecho literario.
La enseñanza de la literatura debiera tener como principal objetivo capacitar al alumno
para que éste pueda acceder a una forma de comunicación que se realiza por medio de un
lenguaje especial y que transmite un mensaje estético verbal.
El carácter particular de ese mensaje y el lenguaje en que se comunica exigen a los
participantes poseer dicha capacitación para poder codificar y descodificar el mensaje, con
éxito, durante el proceso de comunicación.
Según Cerrillo (2007), puede decirse que la literatura es una forma de comunicación para
la que se emplea un lenguaje especial, el literario. Se habla de competencia literaria en el
sentido de que el discurso literario exige una competencia específica para su
descodificación, ya que usa un lenguaje especial.
A la literatura se llega a través de un proceso de recepción, de un proceso de asimilación
de experiencias literarias de las que se deriva su reconocimiento y en cierto modo su
aprendizaje/conocimiento (Mendoza, 2005: 46).
El profesorado tiene que formarse en literatura para poder “enseñarla” en los diferentes
niveles educativos. Si estamos convencidos del papel de la literatura en el desarrollo
completo de las capacidades de la persona, admitiremos que los textos literarios son hoy
más necesarios que nunca.
La competencia literaria implica toda la actividad cognitiva de la lectura y mide el nivel
de eficiencia del lector ante cualquier texto. Es el docente quien debe tener adquirida esa
competencia para poder “enseñarla” en el aula.
Es necesario, también, tener en cuenta que en el desarrollo de los hábitos lectores –
fundamental para el desarrollo de la competencia literaria, incluida la literatura oral que
antecede a la lectoescritura– intervienen varias instancias: escuelas, familias, texto, etc.
Pero la escuela es la que desempeña un papel fundamental en la adquisición del hábito
lector. Resulta esencial, por tanto, la formación de maestros y profesores en cuanto a su
formación literaria para que ellos se conviertan en mediadores en la tarea de mostrar la
literatura, de cultivar el placer de leer (Cerrillo, 2007).
Según la escritora Ana María Machado (2002: 17-18), todo ello iría relacionado con la
concepción que se tiene de la escuela:
Y los profesores se alternan. A veces tratan a los alumnos como gansos: los cogen por el pescuezo,
los inmovilizan y les hacen tragar una gran cantidad de comida, tomando la precaución de no
alimentarlos de verdad, porque lo único que interesa es promover las futuras grasas especiales y
preciosas que valen en el mercado. En otros momentos, los tratan como vacas: se sientan a su lado,
los acarician, pero sólo para ordeñarlos, para extraer de ellos lo que pueda ser útil a la producción del
sistema, asegurar más ganancias y la continuidad del negocio al comprobar que, finalmente, la granja
funciona y consigue transformar la hierba en leche.
La formación del docente es una especial meta-auto-formación con unos fines específicos. Este cambio
terminológico lleva implícita la sustitución del objetivo didáctico: ya no se forma para aplicar una
metodología concreta, sino que se pretende dotar al profesor de una formación que le capacite para actuar
con autonomía, a partir del establecimiento de los fines y los objetivos de enseñanza con una proyección de
futuro. Es constante la preocupación por la utilidad y efectividad de los contenidos de formación para la
docencia y para la investigación pedagógico-didáctica.
Normativa
• Decreto 37/2008, de 28 de marzo, del Consell, por el que se establecen los contenidos
educativos del primer ciclo de la Educación Infantil de la Comunitat Valenciana. (DOCV
03/04/2008).
• Decreto 38/ 2008, de 28 de marzo, del Consell, por el que se establece el currículo del
segundo ciclo de la Educación Infantil en la Comunitat Valenciana. (DOCV 03/04/2008).
PROCESAMIENTO DE MENSAJES
Emisor Receptor
RECEPTIVO PRODUCTIVO
(o comprensión) (o expresión)
Oral Escuchar Hablar
Según el código
Escrito Leer Escribir
CÓDIGO ORAL
Comprensión oral
Expresión oral
COMPRENSIÓN EXPRESIÓN
Comprensión escrita
Expresión escrita
CÓDIGO ESCRITO
Sus objetivos:
• Dotar al niño de recursos de elaboración y autocontrol.
• Búsqueda del desenvolvimiento individual.
• Aumento de su experiencia.
• Vida social. Desarrollo de la comunicación; capacidad de adaptación
Benet y Correig, 1989 (284) proponen algunas diferencias entre lenguaje oral y
lenguaje escrito.
Cassany (2007: 90-91) destaca que al ser el canal oral diferente del escrito, la
manera en que se comporta el usuario de la lengua es distinta. Y lo resume en el siguiente
esquema:
Un recorrido por los distintos currículos oficiales refleja que el lenguaje es una
actividad humana compleja que asegura dos funciones básicas: la de comunicación y la de
representación, mediante las cuales se regula la conducta propia y ajena. A estas funciones
debemos añadir la función lúdica. Son tres, por tanto, las funciones básicas. La enseñanza y
aprendizaje de la lengua ha de atender a la opción pragmática: múltiple función de
comunicación, representación y disfrute.
Son aquellos momentos en los que el niño capta, para él sólo, la atención de la
maestra. Deben aprovecharse para mantener una interacción en la que las miradas, los
gestos, las palabras del adulto y los balbuceos del pequeño ejercen una función claramente
comunicativa. El adulto estimula con sus palabras y miradas la atención del pequeño que, a
su vez, responde con todo su cuerpo a los requerimientos del adulto.
Se aprovechan esos momentos para explicarle lo que se está haciendo y lo que está a
punto de suceder. El lenguaje utilizado es comprendido porque no es más que la
explicación de lo que está pasando, es muy contextualizado y adquiere sentido gracias al
contexto.
Estas situaciones tan pautadas resultan altamente eficaces para el desarrollo del
niño, que muy pronto conoce las secuencias de las acciones y puede anticipar lo que
sucederá. Todo ello le produce seguridad y le tranquiliza.
Durante el día se producen muchas situaciones en las que se usan las fórmulas
lingüísticas convencionales, propias del entorno social (entrada y salida de la escuela, pedir
las cosas por favor, dar las gracias, ir al servicio…).
c) Lenguaje y juego
El juego es una actividad fundamental para el desarrollo del niño. En este epígrafe
sólo trataremos el juego y su relación con el lenguaje.
En los juegos, el niño se enfrenta a pequeñas situaciones que tiene que resolver, que
tiene que relacionar, y en todas utiliza el lenguaje como auténtico motor del pensamiento
y del conocimiento (pedir información, contrastar puntos de vista, anticipar
consecuencias de las acciones, planificar y coordinar acciones, comprobar hipótesis,
buscar soluciones y alternativas, etc. (Bassedas, 1998: Aprender y enseñar en la escuela,
pg. 156).
Hasta el año o año y medio, una actividad lúdica fundamental la constituyen los
formatos (Bruner, 1987). El lenguaje es indispensable para que el juego funcione. En cada
caso hay unas fórmulas lingüísticas repetidas que ayudan a la interiorización del juego.
Funcionan de manera parecida a las fórmulas que aparecen en la narración de cuentos
(iniciales y finales o mágicas). La estructura del juego ofrece al pequeño la posibilidad de
intervenir en la interacción, produciéndose un verdadero diálogo.
• El cuento, ya sea leído o explicado, posee algunas de las características propias del
lenguaje escrito.
• Se teje una relación afectiva entre el niño y el adulto, que tiene al libro como
instrumento y pretexto. Se desarrollan actitudes positivas hacia el libro y las
historias o valores que conlleva.
Una de las habilidades menos habitual en las aulas de Infantil es la que exige del
niño la formulación de hipótesis, la expresión de su pensamiento, la justificación de sus
acciones. El lenguaje se convierte en un instrumento para pensar. El hecho de expresar
verbalmente el razonamiento no es tanto una consecuencia de éste como la causa que
conduce a comprender mejor el propio pensamiento.
En la escuela debemos crear situaciones en la que los niños puedan usar el lenguaje
para expresar su pensamiento. Es importante que el adulto ayude a los alumnos, por medio
de preguntas, a expresar, precisar y matizar sus ideas, suscitar dudas, expresar relaciones de
causa-consecuencia, suposiciones de hechos o acciones, expresión de dudas, explicación de
intenciones sobre un proyecto, descripciones de objetos, animales, personas, valoración de
sucesos… Empujarles al pensamiento activo.
Los maestros de infantil suelen aprovechar los lunes para que los niños cuenten
experiencias personales, algo que les interese, anécdotas… Resulta una actividad
interesante, pero conviene tener en cuenta las siguientes advertencias:
• Puede convertirse en una actividad rutinaria que pierda interés por el mismo hecho
de la repetición.
Existen muchos momentos de la vida escolar en los que los maestros deben escribir
algún texto: notas para otros maestros, avisos a los padres, pies de foto explicativos, control
de los niños que faltan, escribir una nota de agradecimiento, frases para un mural…
Estas situaciones deben ser aprovechadas por el adulto para elaborar conjuntamente
con los niños, de forma oral, el mensaje que debe ser escrito.
Estas actividades provocan que los niños se aproximen a las exigencias del escrito y
comprendan la diferencia entre hablar cara a cara y pasar una nota escrita. El escrito se
independiza del momento de la enunciación, tiene autonomía y debe ser comprensible al
margen del contexto en el que se elaboró.
A lo largo de la jornada escolar surgen numerosas ocasiones en las que la actividad
de leer algún escrito o escribir algún texto son imprescindibles para resolver algún
problema. Del maestro depende que esos momentos sean aprovechados para la
construcción de las características del escrito partiendo de la elaboración oral del mensaje.
Técnicas de articulación:
• Imitación de sonidos naturales.
Técnicas de diálogo
• Conversación
• Dramatización
• Debate
• Asamblea
• Trabajo en equipo o parejas
Técnicas de elocución
• Narración
• Descripción
• Rimas y cadencias
• Trabalenguas
• Proyectos
Técnicas de creatividad
• Torbellino de ideas
• Solución creativa de problemas
• Exageraciones
• Imposibles
• Analogía creativa, gramática de la fantasía
• Cuentos y fábulas
• Canciones y ritmos