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SENTENCIA NÚMERO: 187

En la Ciudad de Córdoba a las nueve y treinta horas del día catorce de octubre
de dos mil quince, se reunieron en Audiencia Pública los Señores Vocales de
esta Excma. Cámara Quinta de Apelaciones en lo Civil y Comercial, en
presencia de la Secretaria autorizante, en estos autos caratulados: “OLIVA
MARÍA EVA Y OTROS C/ CAMINO DE LAS SIERRAS Y OTROS -
ORDINARIO – DAÑOS Y PERJ. – ACCIDENTES DE TRÁNSITO –
RECURSO DE APELACIÓN – EXPTE. N° 1366434/36", venidos en
apelación del Juzgado de Primera Instancia y Primera Nominación Civil y
Comercial a cargo del Dr. Héctor Lucero quien, mediante Sentencia número
doscientos treinta y uno de fecha veintiuno de agosto de dos mil catorce (fs.
782/804), resolvió: “I) Rechazar la demanda deducida por los Sres. Maria
Eva Oliva de Prinzi, y Mario Alberto Prinzi, Silvina Soledad Prinzi, Cristian
Darío Prinzi, Nancy Roxana Prinzi y Javier Damián Prinzi, en contra de
Caminos de las Sierras S.A. y la citada en garantía la Compañía de Seguros
“LA MERIDIONAL COMPAÑÍA ARGENTINA DE SEGUROS S.A.”. II)
Imponer las costas a los actores vencidos, Sres. Maria Eva Oliva de Prinzi, y
Mario Alberto Prinzi, Silvina Soledad Prinzi, Cristian Darío Prinzi, Nancy
Roxana Prinzi y Javier Damián Prinzi, con el alcance del Art. 140, C.P.C.C.
III) Regular a los Dres. Álvaro del Castillo y José Gómez Pereyra, en
conjunto y proporción de ley en la suma de pesos setenta y cinco mil
setecientos noventa y seis con sesenta y dos centavos ($75.796,62); con más
el veintiuno por ciento (21%) para el Dr. Álvaro del Castillo, equivalente a
la suma de pesos siete mil novecientos cincuenta y ocho con sesenta y
cuatro centavos ($7.958,64) atento revestir la calidad de Responsable
Inscripto en I.V.A. Regular los honorarios al Dr. José Gómez Pereyra en la
suma de pesos trescientos tres mil ciento ochenta y seis con cuarenta y ocho
centavos ($303.186,48). Regular los honorarios al Dr. Roberto Daniel
Caffaratti, apoderado de la citada en garantía en la suma de pesos
trescientos setenta y ocho mil novecientos ochenta y tres con once centavos
($378.983,11), con más el veintiuno por ciento (21%) equivalente a la suma
de pesos setenta y nueve mil quinientos ochenta y seis con cuarenta y cinco
centavos ($79.586,45) atento revestir la calidad de Responsable Inscripto en
I.V.A. No regular honorarios en esta oportunidad al Dr. Guido Jorge
Aimaro (Art. 26, contrario sensu, CA.). Regular al perito oficial especialista
en Mecánica, Ingeniero Miguel Ángel Arias la suma de pesos cuatro mil
quinientos setenta y siete con setenta centavos ($4.577,70) (15 jus) y a los
peritos oficiales Contador Aquiles César Mugnani y Psicóloga Licenciada
María Marisa Cuello, la suma de pesos tres mil cincuenta y uno con
ochenta centavos ($3.051,80) (8 jus). PROTOCOLÍCESE Y HÁGASE
SABER”.---------
El Tribunal en presencia de la Actuaria se planteó las siguientes
cuestiones a resolver:
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1) ¿Es procedente el recurso de apelación interpuesto por la parte


actora?.-

2) En su caso, ¿qué pronunciamiento corresponde


dictar?---------------------

Realizado el sorteo de ley, la emisión de los votos resultó de la


siguiente manera: Sres. Vocales Rafael Aranda, Claudia E. Zalazar y Joaquín
Fernando
Ferrer.--------------------------------------------------------------------------------------
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EL SEÑOR VOCAL RAFAEL ARANDA A LA PRIMERA CUESTION


PLANTEADA DIJO:
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I) La sentencia apelada contiene una adecuada relación de causa, que


cumple con las previsiones del rito, motivo por lo cual me remito a ella en
beneficio de la
brevedad.--------------------------------------------------------------------

II) En contra del decisorio trascripto se agravia la parte actora,


apelando la resolución del A quo de acuerdo a la presentación que luce a fs.
805 la que, siendo concedida, determina la competencia de este Tribunal para
entender en la cuestión.- Corrido traslado a los fines de la expresión de
agravios, es evacuado por el apelante a fs. 858/874vta., siendo respondido por
la demandada a fs. 877/881 y por la citada en garantía a fs. 883/894. Dictado y
firme el decreto de autos, queda la causa en estado de ser
resuelta.------------------------------------------

III) El recurrente ha expuesto diversas líneas argumentales de


oposición al pronunciamiento opugnado, las cuales pueden ser condensadas de
acuerdo a lo que seguidamente se
expresa.--------------------------------------------------------------

Se agravia en primer término por cuanto entiende que la sentencia


viola los principios de fundamentación y congruencia, así como valora
erróneamente la prueba ofrecida y diligenciada en autos por los actores
respecto de: a) existencia de una mancha de elemento resbaladizo en el lugar y
momento del accidente sobre la carpeta asfáltica, b) inexistencia de guarda rail
y/o barrera en el carril o mano en donde se despistó el camión a la fecha o
momento del accidente.----------

Con relación a la primera cuestión, “la mancha de elemento


resbaladizo” sostiene el apelante que el razonamiento de S.S. es ilógico desde
que no existe en autos una sola prueba que acredite o justifique que el Sr.
Prinzi obró sin cuidado, diligencia o sin respetar la normativa
vigente.-------------------------------------------

Expresa que el juez le otorga equivocadamente un valor preponderante


al informe del Sargento Ayudante Sergio Daniel Mercau obrante en el
Sumario Penal de fs. 530/580 el cual se contrapone abiertamente a la
confesión vertida por la propia demandada (fs. 53) y por la citada en garantía
(fs. 68) al contestar –ambas- la demanda. Alega que de su relato no se constata
con grado de certeza que no hubiere existido un líquido resbaladizo sobre la
carpeta asfáltica a las 8.50 hs., y que si hay dudas, la duda favorece al
consumidor.-------------------------------

Con respecto al bombero Ceballos señala que no se encuentra probado


la hora en que éste partió del cuartel así como tampoco la que se constituyó en
el lugar; por lo que tampoco se puede dar certeza que a las 8.50 hs. no había
líquido resbaladizo sobre la carpeta asfáltica. Afirma que es la propia
accionada quien reconoce a fs. 53 que su personal arrojó un elemento sobre la
carpeta asfáltica para evitar que se produjeren nuevos
accidentes.----------------------------------------

También señala que en el informe médico -en la parte de antecedentes


médico legales- se precisa que “según refiere personal policial (…) había
restos de gasoil en el asfalto (…)”, destacando que esta afirmación coincide
con la nota publicada en la Voz del Interior de fs. 33 en donde consta que
“según estimó la policía, la tragedia se desencadenó cuando el camión empezó
a zigzaguear tras pisar una mancha de gasoil o aceite que había sobre el
pavimento en una pronunciada curva en
pendiente”.----------------------------------------------------------

En esta línea, se refiere a las contradicciones del sumario penal como


por ejemplo la que surge a fs. 561 cuando se afirma que “… sobre el asfalto se
encuentran marcas de derrape en una distancia de aprox. 11 metros” y a fs.
585 del mismo sumario en donde se manifiesta que “no se observan huellas de
frenada en el
pavimento”.------------------------------------------------------------------

También la existencia de contradicciones las advierte de lo relacionado


por el policía Mercau, quien a fs. 533 manifestó que procedió a realizar las
tareas necesarias para levantar el camión y volverlo sobre sus ruedas, mientras
que del informe de fs. 561 del Sumario Penal surge que “camioneros que
pasaban por el lugar ayudaron a levantar el camión pero su conductor estaba
ya sin vida”.- Agrega que el único testigo presencial (Sr. Giménez) declara a
fs. 245 y manifiesta que los dos muchachos que venían en el camión detrás del
accidente se bajan, sacan una lanza o un fierro y logran enderezar el
camioncito
accidentado.-------------------------------------------------------------------------------
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De esta manera señala que son evidentes las contradicciones entre las
declaraciones de Ceballos y Mercau con las constancias del Sumario Penal,
por lo que no es posible otorgarle a éstas valor dirimente sino que debe ser
analizado de manera conjunta con las demás constancias de autos, adquiriendo
la prueba solo valor
indiciario.-------------------------------------------------------------------------------

En este orden de ideas, manifiesta que no desconoce la existencia del


Sumario Penal, sino que cuestiona el valor dirimente que el juzgador le otorga
a pesar de las contradicciones del mismo y por sobre las demás pruebas
rendidas en esta sede, lo que invalida el testimonio de los dos policías
contenidos en el mismo, y contradictorios –incluso- dentro del propio
sumario.------------------------

Seguidamente, el apelante transcribe la declaración testimonial del Sr.


Giménez y señala que ante las preguntas formuladas por las partes es conteste,
claro y veraz en su relato en consonancia con lo narrado y acreditado en la
demanda en cuanto a la forma y mecánica del accidente, sin que su
declaración haya sido desacreditada ni impugnada por los accionados; por lo
que no es posible concluir que el testigo mintió en su relato por el solo hecho
de que el Sr. Mercau diga que no hubo más testigos presenciales que el hijo
del fallecido.-------

También transcribe la declaración del Sr. Ramiro Andrés Pereyra y


sostiene que junto con la nota periodística son claros precisos y contestes en
cuanto a la forma y mecánica del accidente que es la misma que relataron los
actores.-------------------------------------------------------------------------------------
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Refiere a la pericia mecánica obrante a fs. 268/274 y se queja de que


S.S. se haya apartado de ésta a la vez que expresa que al perito no se le
preguntó por los fundamentos o causas por las cuales el elemento bituminoso
estaba sobre la carpeta asfáltica del lugar del accidente, lo cual puede ser por
múltiples factores.-
Sostiene que la accionada al contestar la demanda reconoce y no
controvierte la existencia de una sustancia resbaladiza en la calzada,
destacando el accionar posterior al accidente de la demandada Caminos de la
Sierras, colocando sobre dicha mancha un material que absorbe la misma.
Sostiene que dentro de una relación consumeril, si es responsabilidad de la
accionada mantener limpias y seguras las calzadas de las rutas y asegurar al
usuario llegar sano y salvo al final de su recorrido, nada de eso se hizo en este
caso y previo al
accidente.----------------------------------------------------------------------------------
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Sintetiza diciendo que la mancha resbaladiza que cubría a lo ancho los


carriles de desplazamiento del utilitario conducido por el fallecido ha sido
reconocida por: 1. La demandada al contestar la demanda (fs. 53), 2. Por la
citada en garantía (fs. 68), 3. El Sumario Penal (fs. 561), 4. Por el testigo
presencial que declaró en autos, 5. A través del informe periodístico de la Voz
del Interior y el testimonio de quien tomó las fotografías y 6. La pericia oficial
del ingeniero Arias (fs.
269).-------------------------------------------------------------------------------

Por otro lado, también se agravia de la inexistencia de Guarda Rail y/o


Barrera en el carril o mano en donde se despistó el camión a la fecha o
momento del accidente y alega que ni la demandada ni el Juez a quo dicen ni
explican de manera clara y pormenorizada cuál es el motivo o la causa por el
que no sería necesaria la instalación de las barandas o guarda rail en el lugar al
momento y donde ocurrió el accidente y sí después del mismo, atento que el
perito oficial a fs. 273 acompaña fotos de su instalación y alude a que su
instalación –conforme al contrato de concesión- era obligatoria antes y
después del accidente. ------------

Alude a que el hecho de que no era necesaria la instalación de la


baranda no fue fundado en estudio vial/técnico alguno, pese a que después de
la muerte del Sr. Prinzi sí se la
colocó.---------------------------------------------------------------

En definitiva, considera que ha quedado acreditado en autos la


existencia del elemento resbaladizo en la carpeta asfáltica del lugar en donde
se produjo el accidente, lo que hizo que el rodado del difunto que circulaba a
30 km. se desestabilizara y tumbare en la banquina, así como también la
inexistencia del guarda rail, cuestión que si bien consideraban que no estaba
justificada su colocación, después de la muerte del conductor fue
instalado.-----------------------
Por todo ello, solicita se haga lugar al recurso de apelación interpuesto,
revocando la decisión impugnada con costas a cargo de la
contraria.----------------

IV) Ingresando al análisis de los agravios expuestos por la parte actora


apelante, adelanto criterio en sentido parcialmente favorable a la pretensión
recursiva. Doy
razones.----------------------------------------------------------------------

IV. a.-) Encuadre normativo. Presupuestos para la atribución de


responsabilidad.-------------------------------------------------------------------------
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Como punto de partida debemos señalar que no se encuentra


cuestionada en esta instancia, la subsunción de la cuestión en la normativa
tuitiva del consumidor, en sentido coincidente con el criterio ya expuesto por
este Tribunal con respecto a la relación entre usuario y concesionario vial
(Sent. Nº 166 del 15.09.14 en autos “Pereyra, Franklin Antonio c/ Empresa
Caminos de las Sierras S.A. – Ordinario – Daños y Perjuicios – Accidentes de
Tránsito – Recurso de Apelación – Expte. Nº
628073/36”).------------------------------------------------------

Hemos seguido a la Corte Suprema de Justicia de la Nación quien ya ha


fijado criterio al respecto, estableciendo que se trata de un supuesto de
responsabilidad objetiva: “… el vínculo que se establece entre el
concesionario de las rutas y los usuarios de las mismas debe calificarse como
una relación de consumo conforme al derecho vigente en la actualidad. En
efecto, a quien transita por la ruta previo pago de peaje le son aplicables – en
su condición de usuario- los principios in dubio pro consumidor, el deber de
información y demás pautas contempladas por el art. 42 de la Constitución
Nacional y por la ley 24.240” (Fallos 329:4944, “Bianchi, Isabel del Carmen
Pereyra de c. Provincia de Buenos Aires” del 07/11/2006, del consid. Nº 4 de
la mayoría).------

En el fallo mencionado, el Máximo Tribunal Nacional precisó que “…


la relación contractual en cuestión impone al concesionario la prestación de
un servicio, encaminado sustancialmente al mantenimiento de la ruta en todos
sus aspectos, al que se suman otros deberes colaterales que reconocen
fundamento en el principio de buena fe, que sirve para interpretar e integrar
la convención (art. 1198 del Código Civil). Entre estos últimos, existe el deber
de seguridad… Este deber de seguridad es lo suficientemente amplio como
para abarcar en su contenido prestaciones tales como la vigilancia
permanente de las rutas, su señalización, la remoción inmediata de elementos
que se depositen, el retiro sin demora de animales que transitan por las rutas
y toda otra medida que pueda caber dentro del referido deber, a los efectos de
resguardar la seguridad y la fluidez de la circulación, asegurando que la
carretera se mantenga libre de peligros y obstáculos” (Fallos 329:4944,
“Bianchi, Isabel del Carmen Pereyra de c. Provincia de Buenos Aires” del
07/11/2006, del consid. Nº 5 de la mayoría).----

En definitiva, ha sido la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación


la que ha establecido la responsabilidad objetiva de las concesionarias
viales.--------

Tal solución se confirma en el sublite donde es de aplicación lo


dispuesto por el art. 5 de la ley de defensa del consumidor que establece el
deber de seguridad a cargo de los proveedores y prestadores de servicio.-
Recordemos que la norma tuitiva del usuario y del consumidor, establece la
responsabilidad objetiva para los daños provocados por productos o servicios
prestados que fueren riesgosos o viciosos (art.
40).------------------------------------------------------

De todos modos vale aclarar que la “… inversión de la carga


probatoria, al igual que la del art. 1113 del Código Civil, reside en el
supuesto carácter de “riesgosa” o “viciosa” de la cosa que provoca el daño.
De este modo entonces, los automóviles en movimiento, al ser una cosa
riesgosa, justifican la aplicación del art. 1113 del Código Civil. Cabe
preguntarnos entonces si, en todos los casos en que se produzca un daño por
el producto o servicio prestado por un proveedor, nos encontramos frente a
una “cosa riesgosa o viciosa” en los términos del art. 40 de la ley 24.240. A
dicho interrogante, sin dudas debemos responder que no. Es que la norma
señalada, si bien no distingue ante qué productos o servicios se debe invertir
la carga de la prueba, si dispone en concreto del daño que “resulta del vicio
o riesgo de la cosa o de la prestación del servicio”. En este sentido entonces,
para que proceda la inversión de la carga probatoria en virtud de la
responsabilidad objetiva allí establecida, debe tratarse de una cosa o de la
prestación de un servicio riesgoso o vicioso. (Del voto de la Dra. Junyent Bas
en C8va.CyC, Sent. Nº 56 del 22.05.14 en autos “Espinosa Lía Yolanda c/
Capdel S.A. y Otros - Ordinario - Daños y Perjuicios - Otras Formas de
Responsabilidad Extracontractual - Recurso de Apelación - Expte. N°
1697428/36”).--------------------------------------------------------------------

Es que, como en todo reclamo de daños y perjuicios, es necesario que exista


una causalidad adecuada entre la producción del daño y la actitud de la
demandada como así también que la cosa productora del daño sea riesgosa o
viciosa. En este sentido se expide también el Sr. Fiscal de Cámaras cuando
expresa que “… cabe ponderar la vinculación entre el hecho y el daño para
establecer si existe una relación adecuada que permita atribuir el evento
dañoso.” (del punto VIII.4 del
dictamen).------------------------------------------------------------
En tal contexto se ha entendido entonces, que para la procedencia de la
responsabilidad objetiva que regulaba el art. 1113 Código Civil (de aplicación
al sublite en función del art. 7 del C.C. y C), se deben acreditar cabalmente
por parte del damnificado los requisitos exigidos en la norma, esto es, no sólo
el infortunio, sino además la relación de causalidad con la cosa y probar que
ésta era riesgosa, pues allí reside la condición esencial para la admisión del
daño. Es imprescindible pues, que la víctima pruebe que la cosa riesgosa o
dañosa actuó como elemento activo en el desencadenamiento del
accidente, porque no es encuadrable la pretensión jurídica por esta vía cuando
la cosa ha cumplido un rol meramente pasivo, permaneciendo inerte, sin
entidad propia para ocasionar el perjuicio a la salud o a la integridad física de
la persona, o sea, que la participación del hombre asumiendo un riesgo que la
cosa de por sí no posee, es incompatible con el daño derivado del riesgo de la
cosa (conf. Llambías, J. J., "Tratado de Derecho Civil. Obligaciones", t. IV-A,
ps. 629 y sgtes. N° 2650/2654; Belluscio-Zannoni: "Código Civil, comentado,
anotado y concordado", coment. art. 1113, N° 14, p. 460 y sus citas; citados
por Chiapero en C8vaCyC Sent. N° 56 Cit., el destacado me
pertenece)----------------------------

Explica la Dra. Chiappero que “… No puede olvidarse que para aplicar el art.
1113 del Código Civil es imprescindible la probanza de que la cosa que
intervino en el evento era riesgosa (o viciosa). Ver ZAVALA DE GONZALEZ,
Matilde, "Resarcimiento de daños", t. 4, "Presupuestos y funciones del
Derecho de daños", Buenos Aires, Hammurabi, 1999, p. 602). Por tanto
"...cuando la víctima ha sufrido daños que imputa... [al] riesgo o vicio de la
cosa, a ella incumbe demostrar su existencia y la relación de causalidad entre
uno u otro como asimismo el perjuicio; esto es, el damnificado debe probar
que la cosa jugó un papel causal, acreditando -cuando se trata de cosas
inertes- la posición o comportamiento anormales, pues en el contexto del 2°
párrafo, última parte, del art. 1113 del Cód. Civil, son tales circunstancias las
que dan origen a la responsabilidad del dueño o guardián, quien podrá
eximirse total o parcialmente de dicha responsabilidad, acreditándose la
culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder.” (del voto de
la Dra. Silvana Chiappero en C8va.CyC, Sent. Nº 56
citada).-------------------------------------------------------------

En el mismo sentido se ha expresado: “Al fin de aplicar la responsabilidad


objetiva por el riesgo o vicio de la cosa, es insuficiente la prueba del perjuicio
sufrido-lesiones tras haber tropezado o caído en una vereda-, sino que
además se debe probar el riesgo o peligro potencial que la cosa inanimada es
susceptible de producir (Conf. CNCIv. Sala B 18/09/2066, Siles Salguero,
María I c/ Ciudad de Buenos Aires, La ley on line, citado por Tratado
Jurisprudencial y Doctrinario Derecho Civil Félix Trigo Represas, T. I Ed. La
Ley 2009, pág. 445).----------------------------------------------------------------
En función de los requisitos expuestos, el actor menciona dos cuestiones por
las cuales considera que debe acogerse su demanda: a) la primera de ellas se
refiere a la existencia de una mancha de líquido resbaladizo como agente
directo del siniestro; y b) la inexistencia de un guarda rail y/o barrera de
contención en la ruta referida, alegando que dicha circunstancia hubiera
evitado el desenlace final del referido accidente. Para determinar tales
circunstancias, es necesario entonces un análisis pormenorizado de la prueba
rendida en autos, a los fines de dilucidar si se encuentran probados los
extremos invocados como causa del accidente cuyo resarcimiento se
reclama.-------------------------------------------------------------

IV. b) La mancha de líquido resbaladizo.-------------------------------------

El Sr. Juez A quo rechazó la demanda con fundamento en que no se había


acreditado la existencia de líquido resbaladizo en la calzada como elemento
productor del accidente de tránsito, conclusión que fustiga el
apelante.--------------

Sobre el punto -y como un elemento dirimente para fundar su queja- la parte


actora expuso en su recurso de apelación que existió un reconocimiento, tanto
de la demandada a fs. 53 como de la citada en garantía a fs. 68, respecto a la
existencia de la mancha en
cuestión.------------------------------------------------------

Verificando tal extremo, vemos que en su escrito de contestación de demanda,


particularmente a fs. 53, la accionada consignó expresamente que “…hechos
imprevisibles como el de autos, en el cual el líquido en cuestión fue
derramado por alguno de los miles y miles de vehículos que circulan los 400
kms. de extensión de la RAC a diario, no pueden ser advertidos por mi
mandante en forma inmediata…”. Si bien podría haberse interpretado que se
trató de una expresión genérica que solo fue utilizada como un medio de
argumentación relativa al tipo de responsabilidad que debe endilgársele a la
demandada, tal suposición se desvanece si tenemos en cuenta que a
continuación (en el párrafo siguiente) la mencionada “Caminos de las
Sierras” reconoce expresamente que taparon la mancha que produjo el
accidente, a los fines de que no se produzcan nuevos siniestros. Así dijo
que “… Los propios actores mencionan que adjuntan fotografías de las “…
Bolsas del elemento arrojado por personal de la accionada sobre la carpeta
asfáltica, luego de acaecido el evento dañoso para tapar la mancha que
produjo el accidente…” (sic fs.5), todo lo cual se realiza a los fines de que no
se produzcan nuevos accidentes. No existió por lo tanto, negligencia alguna
imputable a mi representada ya que, ni bien tomó conocimiento del hecho,
ejecutó las medidas preventivas necesarias a fin de accionar la vía de
circulación y así evitar otros accidentes…”.-----------------------
Las manifestaciones precedentemente transcriptas importan la espontánea
admisión de la existencia de la mancha en cuestión, alegándose en su defensa
solo la imposibilidad de prever dichos derrames y que se la tapó rápidamente
en una actitud diligente a los fines de evitar nuevos accidentes.- Es que no se
justificarían la ejecución de medidas preventivas si no se hubiera constado la
existencia de un elemento potencialmente productor de
accidentes.------------------

Lo mismo ocurre con la citada en garantía quien, intentando fundar su defensa


relativa a la culpa exclusiva de la víctima, expuso en su líbelo de contestación
de demanda que de haber conducido con cuidado, el Sr. Prinzi hubiera podido
frenar o esquivar la mentada mancha.- No alude a su inexistencia sino a la
impericia de la víctima, lo que deja reconocido lo anterior.-----------------

De este modo entonces le asiste razón al apelante cuando invoca que tanto la
parte demandada como la citada en garantía han admitido expresamente la
presencia de dicha mancha, lo que torna aplicable entonces el régimen de
responsabilidad objetiva que ha sido fijado en el considerando anterior al
haberse acreditado en autos la debida existencia de una cosa riesgosa en
calzada con potencialidad suficiente para poner el peligro una circulación
segura.---------------

Ello puesto que la confesión de la parte respecto de hechos que le son


perjudiciales y que favorecen a su adversario, comporta plena prueba que
resulta vinculante para los jueces y exime a la contraria de la carga de
demostrar la efectiva existencia del hecho en cuestión (“relevatio ab onere
probandi”). Sobre el punto, el Tribunal Superior de Justicia, como máximo
intérprete de las formas, ha dicho que la confesión espontánea “… constituye
una auténtica prueba legal que por sí misma es suficiente para tener por
acreditado el hecho sobre el que versa y que es vinculante para los jueces de
la causa, quienes deben poner como premisas del fallo el suceso cuya
existencia los contendientes afirmaron coincidentemente” (TSJ, Sala Civil y
Comercial, Sent. Nº 51 del 23.04.09 en autos: “Escañuela Rubén A. C/
Trolecor S.A. y Otro - Ordinario - Daños y Perjuicios (Accidentes de
Tránsito) - Recurso Directo (Expte. E-35-05), el destacado me
pertenece)”.------------------------------------------------------------------

Ante el reconocimiento del hecho que nos ocupa, no quedaba más remedio
que establecer como premisa fundante del fallo de primera instancia, la
existencia de la mancha en cuestión y por lo tanto tener por acreditada la
peligrosidad de la cosa que –como ya dije- justifica la aplicación del régimen
de responsabilidad objetiva por el art. 40 de la LDC conforme la doctrina de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación citada ut
supra.------------------------------------------------------
Bajo este marco confesorio, las declaraciones testimoniales del personal
policial sobre el punto (estado de la calzada) pierden relevancia, adquiriendo
en cambio potencial convictivo la declaración del testigo Leonardo Gabriel
Giménez (fs. 245/246) quien expresamente refiere a la existencia de una
mancha resbaladiza en el lugar, elemento que también fuera valorado en la
pericia oficial. Ambas probanzas determinan una clara relación causal entre la
citada mancha y lo
ocurrido.-----------------------------------------------------------------------------------
-

Vale mencionar que pese haber sido impugnada la opinión del idóneo
por la parte demandada, los argumentos expuestos por ésta son insuficientes
para enervar sus conclusiones.- En efecto; ya hemos sostenido con
anterioridad que si bien el dictamen pericial no obliga al juez ni tiene fuerza
decisoria, su eficacia probatoria emana de los fundamentos en que se apoya,
ponderados de acuerdo a las reglas de la sana crítica (art. 283), que aconseja
aceptar sus conclusiones cuando ellas se encuentran garantizadas por la
consistencia de los principios en que se fundan; y, más aún, cuando no hay
antecedentes que los desvirtúen o razones serias para apartarse de las
mismas.---------------------------------------------

Se ha dicho que "el juez debe admitir las conclusiones del perito, cuando
no existan pruebas que lo contradigan y cuando el técnico fue designado por
el Tribunal con todas las garantías de imparcialidad"; agregándose que
"cuando el peritaje es formalmente inobjetable y apoyado en ciencia y lógica
y no existe prueba de igual jerarquía que lo contradiga, no puede el juzgador
apartarse de sus conclusiones" (C.3ª.CCCba, "C y J", XVI-69 y XXI-108); no
siendo suficiente para restar valor probatorio a una pericia la sola objeción
de una de las partes, pues toda impugnación debe estar fundada en la prueba
de los errores o defectos que se le atribuyen" (ClCCCba. "Reseñas de J.A."
1970-440).------------------------

Debemos recordar que al perito nunca se le exige que pruebe sus


afirmaciones, pues ellos las emiten porque poseen conocimientos especiales
en alguna ciencia, arte o profesión; ellos perciben, verifican hechos y los
ponen en conocimiento del juez, y dan su opinión fundada sobre la
interpretación y apreciación de los mismos, a fin de formar la convicción del
magistrado (Azari Rolan, La Prueba en el Proceso Civil, pag.265, Ed. La
Rocca, 1986).---------------

Ahora bien, cuando hay dos opiniones distintas sobre un determinado


punto, quien impugna o disiente debe demostrar que el perito se ha
equivocado.--
Como ha sostenido este Tribunal de Grado, si bien es cierto que las
normas procesales no acuerdan al dictamen pericial el carácter de prueba
legal, no lo es menos que cuando el mismo comporta la necesidad de una
apreciación específica del campo del saber del perito -ordinariamente ajeno al
hombre de derecho-, para desvirtuarlo es imprescindible traer elementos de
juicio que permitan concluir que efectivamente se cometió un error o que el
técnico hizo un inadecuado uso de los conocimientos técnicos de los que por
su título se supone dotado ("Hargovic Natalio c/ Santos Rafael Armoya -
Demanda", sentencia del 16/8/94), entre
otros).------------------------------------------------------------------------

En el sublite nada de eso ha ocurrido.- Por el contrario, el informe del


perito oficial no sólo aparece fundado, sino que sus conclusiones, merituadas
según las reglas de la sana crítica (art .283 del C. de P.C.), son compartidas
por este Tribunal.- Las razones expuestas por el experto hallan debida
fundamentación en partir de la existencia del elemento bituminoso en la
calzada y su influencia en lo ocurrido; repárese que el principal
cuestionamiento del impugnante refiere a la inexistencia de la mancha siendo
que dicha presencia en la calzada ha sido admitida por la propia demandada.-
Luego, mal puede cuestionarse esta conclusión; más aún cuando no hay
pericia de control que critique la relación causal estimada por el Perito oficial.
------------------------------

Lo hasta aquí expuesto importa que probada la existencia del daño y la


relación causal, para desligarse de responsabilidad, al polo pasivo solo le
quedaba probar la ruptura del nexo causal o la culpa exclusiva de la víctima o
de un tercero por quien no debe
responder.------------------------------------------------------

V) Las
defensas.----------------------------------------------------------------------

Analizando las defensas esgrimidas por la demandada y la citada en


garantía, llegamos a la conclusión de que el nexo de causalidad, si bien
existió, fue parcialmente interrumpido por la actitud del fallecido Sr. Prinzi.
Doy
razones.------------------------------------------------------------------------------------
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La parte demandada, expuso dos causales de eximición: a) que la


existencia de la mancha en cuestión es un hecho imprevisible puesto que no
puede ser advertida inmediatamente pese a la diligencia de su parte y b) que el
accidente ocurrió por exclusiva responsabilidad de la víctima al no tener el
dominio del vehículo y circular sin cinturón de seguridad. Por su parte, la
citada en garantía sostuvo su defensa en la culpa exclusiva de la víctima
atento a que no tuvo dominio de su vehículo y que no llevaba cinturón de
seguridad, cuestión esta última que, según alega la citada en garantía es
determinante porque podría haber evitado la muerte del Sr.
Prinzi.------------------------------------------------------------

Con respecto a la primera defensa expuesta por la demandada (“que se


trató de un hecho imprevisible puesto que la mancha fue dejada por alguno de
los miles de automotores que circulan por la vía pública y que no puede ser
advertida inmediatamente por su parte”) debemos señalar que dicha situación,
si bien no alcanza para rechazar la demanda, merece cierta
valoración.--------------------------

Es que la existencia de un líquido resbaladizo en la ruta debe ser


analizada en su contexto, puesto que sería inconducente concluir -de modo
directo- que existe un incumplimiento total de los deberes de la concesionaria
ante la mera existencia de una mancha en la carpeta asfáltica, puesto que no es
lo mismo si aquella ya tenía cierta antigüedad que si se acababa de producir.-
Pero ninguna de estas dos posibilidades consta acreditada en autos; lo único
admitido es la actitud asumida por la demandada al remover inmediatamente
el causante del daño (mancha de líquido), conforme lo reconoce la parte
actora en su escrito de demanda, lo cual ha sido valorado por alguna
jurisprudencia para eximir de responsabilidad a la concesionaria vial (CNCiv.,
Sala G, 10/10/2008, Godoy, Ricardo Daniel c. Autopistas del Solo S.A., LA
LEY, 19/01/2009, 3).---------------

Se insiste entonces, en que no puede hablarse en términos absolutos de


una omisión “de medidas de seguridad apropiadas” como lo afirma el actor en
su alegato a fs. 627 siendo que no hay razonablemente forma de evitar que los
automóviles arrojen aceite o líquidos en la
ruta.-----------------------------------------

No obstante y dentro del marco de la responsabilidad objetiva, este


razonable factor de justificación, al ser confrontado con la reparación integral
de la víctima, debe ceder si no se prueba que el vuelco del líquido “acababa de
suceder”, precediendo al rodado del actor.- Si esto no se comprueba,
consideramos que el deber de seguridad debe primar por sobre las
eventualidades acaecidas en la ruta; ello sin perjuicio de que tal circunstancia
pueda gravitar al momento de establecer el grado de responsabilidad de la
demandada, habida cuenta que también es deber de quien conduce estar atento
a las vicisitudes de la ruta.- La armonización del cumplimiento de ambas
cargas en cada caso concreto, así lo
requiere.-------------------------------------------------------------------------------

En cuanto a la segunda causal de eximición de responsabilidad


esgrimida por ambos integrantes del polo pasivo de la relación jurídico
procesal de los presentes (culpa exclusiva de la víctima), consideramos que les
asiste razón en cuanto a que la actitud del fallecido tuvo una importante
incidencia causal en la producción del siniestro.- Ha señalado esta Cámara,
con anterior integración, que “... la moderna doctrina ha ampliado el grado de
consideración de la conducta de la víctima al momento del hecho, ya que lo
que se valora es la actuación voluntaria o involuntaria del damnificado
directo que intervino total o parcialmente en la producción del evento dañoso,
con la condición de que su actuar haya sido causa exclusiva o concurrente
del daño que se ha producido.- Es así que cuando el hecho del perjudicado,
conforme lo nomina Félix Trigo Represas y Marcelo López Mesa, logra
destruir el nexo causal, obra como fuente de exoneración de responsabilidad
y así está establecido con la finalidad de fomentar el comportamiento
prudente y diligente de las personas” (Cfr. “Oviedo Marcelo Daniel c/
Ledesma Walter Arturo y Otros- Ordinario – Expte. 518395/36” - Sentencia
N° 208 del 18/11/2005).----------------------------------------

En tal contexto, es menester reconocer que el hecho de la víctima debe


tener una trascendencia tal, que determine la ruptura del nexo de causalidad
adecuado, parámetro fijado por nuestra ley para mensurar si la conducta
atribuida era por si misma apta para ocasionar el daño, de acuerdo al curso
ordinario de las cosas.- Lo decisivo de la eximente no es que medie un factor
subjetivo de imputabilidad sino la intervención causal de la víctima en el
evento, en un grado tal que o bien queda excluido el riesgo como causa
adecuada de él, o bien concurre con él en una medida que permite sostener
que la intervención causal de la víctima coadyuvó, junto con el riesgo, a la
producción del hecho dañoso (CFR:, Mosset Iturraspe, Responsabilidad por
daños, Bs. As., Rubinzal-Culzoni, 1999, t. IV,
p.66).-----------------------------------------------------------------------------

Teniendo en cuenta estos parámetros, cabe señalar que de la lectura de la


pericia realizada en el sumario penal, cuya agregación y valoración ha sido
consentida por ambas partes, se desprende que el vehículo del Sr. Prinzi
carecía de la mayoría de las luces (salvo una de las altas), tenía los frenos en
mal estado y sin presión de bomba (tanto el pedal como el freno de mano), su
dirección presentaba un juego “fuera de los límites”, no tenía apoya cabezas y
tampoco contaba con cinturones de
seguridad.------------------------------------------------------

Si bien algunos de estos elementos exigibles por normativa no habrían


tenido incidencia en el accidente (como la ausencia de luces), otros sí tienen
relación causal directa con el accidente ocurrido y su desenlace
fatal.---------------

Es cierto que el siniestro se produjo por la existencia del elemento


resbaloso en cuestión; pero no me cabe duda que el accidente habría tenido
otro desenlace si la dirección del automóvil estuviera en buen estado puesto
que el “zigzagueo” hubiera sido menor y la capacidad de frenado hubiera sido
distinta si el pedal del freno estuviera en buen estado y con presión de bomba
aminorándose así la inestabilidad que generó la mancha.- Y además
(fundamentalmente), la existencia de un cinturón de seguridad abrochado
hubiera impedido que el Sr. Prinzi saliera despedido de la cabina y aplastado
por el propio rodado.------------------------------

No tengo dudas que las faltas señaladas tuvieron una importante


incidencia tanto en la producción del accidente como en la dimensión de los
daños sufridos puesto que, de haberse encontrado en buen estado el vehículo
en cuestión, es muy posible que la muerte podría haber sido evitada y los
daños aminorados.------------

Por todo ello, considero que existió un obrar culposo y reprochable de la


víctima que interrumpe parcialmente el nexo de causalidad. Decimos
parcialmente puesto que no se puede soslayar que, de no haber sido por el
líquido existente en la carpeta asfáltica, no se hubiera desencadenado el
evento dañoso.- Y tampoco que el mismo hubiera sido de menor dimensión si
la actitud de la víctima hubiera sido la correcta, manteniendo el automotor en
un estado de conservación tal que le garantice un mínimo de seguridad en la
circulación, el frenado y el uso de cinturón de
seguridad.------------------------------------------------

Por todo ello, valorando lo expuesto sobre el alcance del deber de


seguridad impuesto a la concesionaria y las omisiones en que incurriera la
víctima en su propia seguridad, se estima que el quiebre del nexo de
causalidad por la culpa de la víctima se encuentra configurado en autos, el
cual se valora que importa el setenta por ciento de la condena que resulte en
definitiva (70%).---------------------

Conforme lo hasta aquí expuesto, corresponde responsabilizar a la


demandada por el accidente que nos ocupa en un treinta por ciento (30%),
guarismo al cual se limita su obligación de pago
indemnizatorio.---------------------

VI) Los montos


indemnizatorios.-------------------------------------------------

Establecida la responsabilidad por el hecho conforme lo prescribe el art.


332 del CPCC, debemos ingresar a cuantificar los daños reclamados en la
demanda introductoria y que fueran requeridos de la siguiente manera: Por la
viuda: $90.000 en concepto de daño moral y $73.000 en concepto de lucro
cesante.- Por los hijos: $ 70.000 para cada uno en concepto de daño moral.
Luego de ello, los importes fueron modificados en los alegatos de fs. 612/628
conforme se detallará al tratar cada una de las
indemnizaciones.------------------------------------------------

VI - a) Daño
moral.------------------------------------------------------------------

Por este concepto la Sra. Oliva reclamó la suma de pesos noventa mil
($90.000) destacando que se trata de un matrimonio de treinta y cinco años
que se desenvolvía armoniosamente entre otras circunstancias. Luego, al
alegar, morigeró el monto reclamado, llevándolo a la suma de pesos ochenta
mil ($80.000) fundado en el grado de incapacidad psicológica establecido por
la perito oficial a fs.
310.-----------------------------------------------------------------------

En cuanto a la procedencia del rubro debemos señalar que, la muerte del


cónyuge, sin lugar a dudas constituye un padecimiento espiritual que debe ser
indemnizado en concepto de daño moral. He señalado en casos análogos que
nada se compara con el dolor por la pérdida de un hijo; más aún en
circunstancias como las acaecidas en la presente causa donde bien podría
decirse que dicho padecimiento tiene escasa posibilidad de ser
económicamente compensado. En igual sentido, la muerte repentina de quien
resulta ser el acompañante elegido por una persona para la construcción de
una vida en familia y de ordinario el apoyo emocional de la cónyuge
supérstite, importa un padecimiento espiritual grave que debe ser
indemnizado. Es que Recordemos que en que el perjuicio moral que se sufre
por la pérdida de los padres, cónyuges o hijos en un accidente de tránsito no
requiere de prueba alguna, "in re ipsa" está el daño (cfr. LA LEY, 1991-E, 27;
1991-C, 65).- Sin embargo esto no excluye una observación atenta y prudente
del juzgador para cuantificarlo, reconociendo desde ya el carácter
inconmensurable que posee, la prudencia y razonabilidad que debe primar y la
adecuación concreta en un contexto socio económico preciso y con una clara
télesis en lo justo sentencial (cfr. las llamadas reglas de cuantificación del
daño moral citadas por Mosset Iturraspe, J., "Cuantía del resarcimiento por
daño moral", en "Daño moral", p. 30 y sgte., Ed. Alveroni, Córdoba, 1994).
De este modo entonces, el rubro daño moral, por pérdida del cónyuge, sin
lugar a dudas debe prosperar.------

Es sabido que la cuantificación del rubro bajo análisis depende, en


definitiva, del prudente arbitrio judicial.- Como he sostenido en anteriores
oportunidades, el daño moral puede ser conceptualizado como la
“modificación disvaliosa del espíritu, en el desenvolvimiento de su capacidad
de entender, querer o sentir, consecuencia de una lesión a un interés no
patrimonial, que habrá de traducirse en un modo de estar diferente de aquel
al que se hallaba antes del hecho, como consecuencia de éste y anímicamente
perjudicial” (PIZARRO, R., "Daño Moral. Prevención / Reparación /
Punición", Ed. Hammurabi, Bs. As., 1996, pág. 47).- En otras palabras, hay
daño moral cuando se producen consecuencias perjudiciales derivadas de la
lesión a un interés legítimamente protegido" (Sandoval Luque, Esteban,
"Principales aspectos del daño moral en el incumplimiento contractual", nota
en L.L. Cba. III, pág. 397).- Y en el presente caso, la lesión resulta evidente
habida cuenta la pérdida sufrida por las partes, padres de la fallecida, en
circunstancias por demás gravosas.--------

Respecto del quantum del daño moral, este Tribunal tiene dicho en
autos "Seguel Gustavo c/ Clínica Privada del Sol SRL - Ordinario" (fallo
luego confirmado por el Excmo. Tribunal Superior de Justicia Local con fecha
octubre de 2006 - ver LLC año 24 - número Uno - febrero 2007) que "Nuestra
ley civil establece que tanto el daño material como el moral deben resolverse
en una indemnización pecuniaria que fijará el juez y para ello deberán
tenerse en cuenta las consecuencias psíquicas y morales que el hecho haya
producido en el actor, tales como los sufrimientos, angustias, abatimientos,
expectativas frustradas, etc., sin que llegue a ser fuente de un beneficio
inesperado ni de un enriquecimiento injusto".
-------------------------------------------------------------------

Es así que la cuantificación del daño moral constituye uno de los


quehaceres más difíciles para el juzgador, ya que el mismo queda librado a su
prudente arbitrio, el cual debe conjugarse con las pruebas rendidas. Esta
Cámara, con anterior integración, señaló asimismo que ".... este acto creador
del juez, se ofrece dentro de un marco más o menos amplio, según que la
previsión del caso ofrezca clara solución o no de las normas a aplicar, pero
por amplio y extenso que resulte en definitiva su arbitrio, no por ello ha de
ser producto del capricho, ni expresión de voluntad omnímoda suya,
manifiestamente arbitraria -de hecho podría serlo, es el riesgo de lo humano
patente en el orden de todas las ciencias-, sino que ha de atenerse a la
realidad, objetivamente, según una crítica reflexión, cuya eficacia ha de
resultar necesariamente de su concordancia con las valoraciones vigentes,
según la convicción de la comunidad. En este orden de ideas, está demás
destacar la jerarquía de la ciencia jurídica, como garantía de objetividad en
el pensamiento del juez, toda vez que en ella ha de encontrar el juez, en el
ejercicio de su arbitrio, el auxilio necesario para fundar su decisión en
derecho".- Luego se "....admite el arbitrio judicial como un dato; pero al
mismo lo circunscribe a lo que realmente es, puesto que por extenso que
resulta su ejercicio, no excede la función judicial y operar dentro de los
límites señalados a ésta en el ordenamiento jurídico; vale decir, su constante
integración en la labor inexcusable de adecuación de las normas generales, a
través de las circunstancias, y por sus elementos jurídicos relevantes, del caso
mediante la norma individual, que es la sentencia en el orden judicial"
(Ernesto Eduardo Borga, "Arbitrio Judicial", en Enciclopedia Jurídica
Omeba, T. I, p.758). En esta tarea de fijar el monto del daño moral, debemos
tener presente que resulta imposible mensurar el dolor en cada caso
particular, pues se trata de algo subjetivo y variable de una persona a otra.-
Por eso, la solución que se adopte en cada supuesto dependerá de las
circunstancias del caso y quedará librada a la apreciación judicial.- Y si bien
es cierto que dejar librado al mero arbitrio judicial la determinación del
monto del daño moral dificulta a las partes el contralor del modo y de los
elementos tenidos en cuenta para arribar al mismo; también lo es que en esta
materia resulta difícil establecer parámetros que puedan ser razonablemente
admitidos por los tribunales que satisfagan todas las preocupaciones (Autos
"Ríos Daniel Víctor C/ Díaz Walter y Otro – Ordinario - Expte. 592308/36”,
Sentencia N° 140 del 25/08/2006).-----------------

Cabe citar además que para establecer el quantum del daño moral
“...deben ponderarse, por sobre todas las cosas, su carácter reparador, la
gravedad del hecho y los padecimientos soportados por el afectado. La
gravedad del hecho y su repercusión en el ámbito subjetivo de la víctima
están configurados, como dice Goldenberg, por la personalidad del afectado,
la naturaleza de la intrusión, la finalidad perseguida, la potencialidad dañosa
del medio empleado, el grado de difusión y la incidencia futura que pueda
acarrear en la vida familiar, de relación o en el empleo o función del
damnificado…” (Rivera, Julio Cesar; Giatti Gustavo y Juan Ignacio Alonso,
La cuantificación del daño moral en los casos de lesión al honor, la intimidad
y la imagen, en Revista de Derecho Privado y Comunitario, 2006-2, Rubinzal-
Culzoni Editores, pág.418/419).--------

Con los parámetros expuestos y siendo que la petición de los actores lo


fue en función de la prueba rendida, estimo atinado señalar, teniendo en
cuenta el método de tarifación indiciaria, que en un precedente reciente esta
Cámara fijó para la viuda de un difunto la suma de pesos ochenta mil ($
80.000) y para cada uno de los hijos del fallecido la suma de pesos cuarenta
mil ($40.000) (Conf. Sent. N° 152 del 28.08.15 en autos “Sánchez de Enet,
Carmen C/ Campana, Carlos Oscar - Recurso de Apelación Expediente
Interior (Civil) – Recurso de Casación y/o Inconstitucionalidad – Expte. Nº
2309541/36”).------------------------

De acuerdo a lo expuesto entonces, teniendo en cuenta que la relación


parental en el supuesto mencionado y en el actual son analogables; y que en
ambos casos se trató de fallecimientos por accidentes de tránsito, corresponde
establecer idénticos montos a los allí
consignados.--------------------------------------

No modifica la conclusión vertida los porcentajes de incapacidad a los


que arriba la perito psicológica puesto que no nos encontramos frente a un
reclamo de incapacidad psicológica, sino ante la prueba de la existencia y
cuantificación del daño moral
sufrido.--------------------------------------------------------------------------

De este modo, no puede recibirse derechamente el porcentaje de


incapacidad psicológica fijado por la perito, sino que tal circunstancia es un
elemento más para la valoración de la procedencia del rubro y su
cuantificación. Por ello, teniendo en cuenta las consideraciones de la perito y
el precedente análogo señalado, corresponde acoger parcialmente el rubro
daño moral condenando al pago de la suma de pesos ochenta mil ($ 80.000) a
favor de la viuda (Sra. Oliva) y cuarenta mil ($ 40.000) para cada uno de los
hijos, a excepción del Sr. Javier Damián Prinzi que se establece en la suma de
pesos cincuenta mil ($ 50.000). Esta última distinción se realiza puesto que el
mencionado hijo estuvo presente en el accidente, habiendo visto a su padre
fallecer tras ser aplastado por el camión de su propiedad. Esta circunstancia,
sin lugar a dudas importa un mayor padecimiento del hijo en cuestión debido
a que vio con sus propios ojos la terrible escena que quedó plasmada al
costado de la ruta luego del accidente sufrido. Por ello, puede deducirse que el
hijo en cuestión ha sufrido más que los restantes al haber presenciado el hecho
dañoso.-------------

A todos los rubros mencionados deberán adicionarse los intereses fijados


desde antaño por el Tribunal Superior de Justicia de Tasa Pasiva que publica
el B.C.R.A. con más el dos por ciento nominal mensual desde la fecha del
accidente hasta su efectivo
pago.----------------------------------------------------------------------

VI. b) El lucro cesante de la Sra.


Oliva.-----------------------------------------

La viuda del fallecido protagonista del accidente, reclama en su demanda


en concepto de lucro cesante, la suma de pesos setenta y tres mil cuatrocientos
($73.400), fundada en que, al momento del hecho, era el único sostén familiar.
Dicho monto, lo extrae de aplicar la fórmula Marshall con el salario mínimo
vital y móvil desde su fallecimiento. Luego de ello, al momento de alegar
amplía el monto requerido el cual, fundándose en la pericial contable, fija en
la suma de pesos ciento veintidós mil quinientos treinta y siete con sesenta y
dos centavos
($122.537,62).----------------------------------------------------------------------------
----

En primer término advierto que ninguna prueba se ha rendido respecto


a los ingresos del Sr. Prinzi. Sin embargo, se acreditó que realizaba una
actividad de “venta ambulante” y que era el sostén de la familia, de acuerdo
a la resolución obrante en el expediente del pedido de Beneficio de Litigar Sin
gastos acompañada a fs. 184/187, donde se destacaron las declaraciones de los
testigos Cejas, Appendino y Piedrabuena quienes afirmaron que “…el papá de
los chicos tenía el camioncito de las verduras, que hacía venta ambulante,
que él era el sostén de la
familia…”.--------------------------------------------------------------

Conforme lo expuesto, no caben dudas respecto a la procedencia del


rubro en cuestión debido a que el fallecimiento del sostén de la familia
importó también la pérdida de los ingresos que el Sr. Prinzi
producía.-----------------------------------

En este sentido se ha dicho que “… el rubro debe proceder, pues los


actores vivían a partir de los ingresos percibidos por la víctima y al fallecer
éste, como consecuencia del accidente de tránsito, se vieron privados de tales
ingresos, generándose un lucro cesante, es decir, sufrieron la frustración de
una ganancia o de la utilidad, que dejaron de recibir desde el evento dañoso y
en lo sucesivo” (C4ªCyC, Sent. Nº 136 del 06.11.2014 en autos Monier Gilda
Iris c/ Turallas Néstor y otro – Ordinario – Daños y Perjuicios - Accidentes
de Tránsito – Otras Causas de Remisión - Expte.
N°586061/36).-----------------------------------

En nada modifica la admisión del rubro indemnizatorio las demás


alegaciones puesto que, siendo el padre de una familia, es dable deducir que
un gran porcentaje de sus ingresos eran destinados al sostenimiento
familiar.----------

Sentado lo anterior e ingresando a su cuantificación cabe señalar que,


para casos como el que nos ocupa, donde se acreditó la labor pero no su
cuantía, debe tenerse en cuenta el Salario Mínimo Vital y Móvil, puesto que
sería la actividad productiva de menor cuantía en el mercado. Doctrina y
jurisprudencia pacíficamente así lo sostienen puesto que dicho salario
constituye “el umbral inferior de ingresos de las personas más humildes”
(Sentencia nº 112 del 25 de agosto de 2009 en autos “Colazo Julio Argentino
C/ Empresa de Transporte de Pasajeros Ciudad de Córdoba SACIF y Otro –
Ordinario – Daños y Perjuicios -Accidentes de Tránsito – Expte Nº
290515/36”, confirmada por el Tribunal Superior de Justicia mediante
Sentencia Nº 36 del 29.02.12).-------------------------

En dicha línea, la Sala Civil y Comercial del Tribunal Superior de


Justicia para el caso en que no se hubiere probado actividad productiva
alguna, dejó sentado que “… el sueldo mínimo vigente al tiempo del
acaecimiento del siniestro resulta una pauta razonable para establecer el
quantum de la indemnización reclamada” (TSJ, Sala Civ. y Com., Sent. N° 68
del 25.06.08 en “Dutto, Aldo Secundino c/ América Yolanda Carranza y otro
– Ordinario – Recurso de
Casación”).----------------------------------------------------------------------
Dicho esto, debemos establecer la otra variable de la fórmula Marshall
que se aplica para el cálculo del lucro cesante: el monto del salario mínimo a
tenerse en
cuenta.--------------------------------------------------------------------------------------

En la demanda se reclamó teniendo en cuenta el vigente al momento


del siniestro. Luego de ello, al alegar, se reclamó con fundamento en la pericia
de fs. 289/291, la que tuvo en cuenta un salario
distinto.--------------------------------------

En el presente caso no estamos ante una indemnización por incapacidad


que efectúa la víctima sino de lo dejado de percibir por quienes vivían de los
ingresos producidos por el fallecido, daño que se produjo de modo total y
concreto el día del siniestro.- Ello implica que deba estarse a un mecanismo
indemnizatorio que tenga sus efectos desde el mismo momento en que el
perjuicio se produjo.---------

En el sublite, la parte actora ha solicitado la aplicación de la fórmula


Marshall, usualmente utilizada para el cálculo del lucro cesante futuro,
mecanismo y petición que como medio de cálculo del rubro no ha merecido la
oposición de la parte demandada.- Siendo ello así y en orden al respeto del
principio de congruencia, corresponde adoptar dicho mecanismo para el
cálculo, tomando como punto de partida el día de la muerte, a valores
salariales vigentes ese día y con intereses moratorios también desde esa data,
esto último tal como lo ha solicitado la parte actora, quien –como ya dije-
recurriera a esta modalidad de cálculo en su demanda.- No es factible en la
especie fijar el valor del salario mínimo vigente al momento de la pericia pues
éste no refleja la entidad del daño que se consolidó de modo integral al
momento de la muerte.--------------------------

Ahora bien; conforme lo señala la Dra. Zavala de González en opinión


que se comparte, del salario mínimo vital y móvil tenido en cuenta, debe
descontarse lo que importaría mantenimiento personal del damnificado. Así,
la mencionada jurista expone que “De la indemnización debe deducirse lo que
presumiblemente la víctima destinaba a sus propias necesidades, porque el
lucro cesante resarcible no se extiende a la íntegra productividad del
causante sino a la efectiva ayuda que prestaba a sus familiares, que es la
pérdida que éstos experimentan a raíz del hecho lesivo” (Zavala de González,
Matilde, Doctrina judicial - Solución de casos, Alveroni Ediciones, Córdoba,
2004, tomo 3, p. 116).

En tal télesis, debe tenerse en cuenta que “a menor nivel de ingresos, las
reglas de la experiencia indican que aumenta el porcentaje destinado al
sostenimiento económico de los hijos o que, dicho de otra manera, la atención
de las necesidades básicas de éstos consumen una suma proporcionalmente
superior de los ingresos de los padres, en comparación con familias con alto
nivel económico” (Zavala de González, ob. Cit. p. 117). Al respecto, el perito
oficial en sus cálculos realizados a fs. 291 estimó dicho porcentaje en un
treinta por ciento (30%) reduciendo el monto al setenta por ciento (70%) del
salario respectivo. Al no haber sido cuestionada tal circunstancia, e incluso
haber sido dicha pericia el fundamento principal para la ampliación de la
demanda, corresponde continuar en dicha línea de
cálculos.------------------------------------------------------------------

VI.b.1. La
cuantificación.----------------------------------------------------------

La fórmula Marshall entonces se enuncia de la siguiente manera: “C = a


x b” En donde: “C” es el monto indemnizatorio a averiguar; “a” es la
disminución patrimonial periódica a computarse; “b” equivale al lapso total de
periodos a
resarcir.------------------------------------------------------------------------------------
----

Conforme lo expuesto, en el caso de autos “a” equivale a la


disminución de ingresos, multiplicado por doce meses a lo que se le suma un
interés puro. Para calcular la disminución de ingresos, corresponde multiplicar
el setenta por ciento del monto del SMVM a la fecha del siniestro ($ 900 x
70%= $ 630) por los doce meses ($ 7.560) y sumársele el seis por ciento anual
($ 453,60) ($ 630 mensuales x 12 meses + 6% anual de interés puro ($ 7.560
+ $ 453,60=
$8.013,60).--------------------------------------------------------------------------------
----

En cuanto a la edad límite que se debe tener en cuenta para la aplicación


de la citada fórmula, tomamos la esperanza de vida promedio (72 años) al
tratarse de un trabajador
independiente.----------------------------------------------------------------

Teniendo en cuenta que el Sr. Prinzi nació el día 04.09.1946, a la fecha


del accidente tenía la edad de sesenta años, por lo que el ítem “b” asciende a
8,3838 (doce años). En síntesis, “C” es igual a la suma de pesos sesenta y siete
mil ciento ochenta y cuatro con cuarenta y dos centavos ($ 67.184,42), suma
por la que en definitiva prospera el rubro en concepto de lucro
cesante.-----------------------------

Habida cuenta haberse utilizado para los cálculos el importe del salario
vigente a la fecha del siniestro y atento que la mora se produjo desde el
momento mismo del hecho ilícito, para este caso concreto donde se trata de
la muerte del trabajador y el sistema de cuantificación pedido por los actores
no ha sido materia de controversia, los intereses se fijan desde el momento del
hecho y hasta su efectivo pago en el equivalente de la Tasa Pasiva que publica
el BCRA con más el 2% nominal
mensual.---------------------------------------------------------------------

VII) Los montos de


condena.----------------------------------------------------

Conforme lo hasta aquí expuesto, tenemos que, en concepto de daño


moral corresponderían las sumas de pesos ochenta mil ($ 80.000) a favor de
Sra. Oliva, pesos cuarenta mil ($ 40.000) a favor de Mario Alberto Prinzi,
pesos cuarenta mil ($ 40.000) a favor de Silvina Soledad Prinzi y pesos
cuarenta mil ($40.000) a favor de Nancy Roxana Prinzi y pesos cincuenta mil
($ 50.000) a favor del Sr. Javier Damián Prinzi; todo ello con intereses desde
la fecha del hecho hasta su efectivo pago. Asimismo, en concepto de lucro
cesante se debe abonar la suma de pesos sesenta y siete mil ciento ochenta y
cuatro con cuarenta y dos centavos ($
67.184,42).-----------------------------------------------------------------

Sin embargo, conforme se expresara ut supra, la demandada deberá


abonar el treinta por ciento de dichas indemnizaciones por haberse asignado
culpa al actor en una proporción estimada en el setenta por ciento. Por todo
ello, realizados los cálculos del porcentual sobre cada una de las
indemnizaciones, llegamos a la conclusión de que debe acogerse la demanda,
mandando a Caminos de las Sierras a abonar a los actores los siguientes
rubros:-----------------------------

En concepto de daño moral corresponden las sumas de pesos


veinticuatro mil ($ 80.000 x 30% = $24.000) a favor de Sra. Oliva; pesos doce
mil ($ 40.000 x 30% = $12.000) a favor de Mario Alberto Prinzi; pesos doce
mil ($ 40.000 x 30% = $12.000) a favor de Silvina Soledad Prinzi; pesos doce
mil ($40.000 x 30% = $12.000) a favor de Nancy Roxana Prinzi y pesos
quince mil ($ 50.000 x 30% = $ 15.000) a favor del Sr. Javier Damián Prinzi.-
Todo ello con intereses desde la fecha del hecho hasta su efectivo pago
conforme la tasa ya especificada.-----------

Asimismo, en concepto de lucro cesante futuro la suma de pesos veinte


mil ciento cincuenta y cinco con treinta y tres centavos ($ 67.184,42 x 30% =
$ 20.155,33) con más los intereses ya
fijados.----------------------------------------------

VIII)
Conclusiones.-----------------------------------------------------------------

Conforme lo expuesto corresponde hacer lugar al recurso de apelación


interpuesto por la parte actora, revocando la decisión impugnada en todo
cuanto dispone, dejando sin efecto las regulaciones de honorarios practicadas
y ordenando se practique una nueva conforme lo aquí
resuelto.-------------------------

En su mérito, hacer lugar a la demanda incoada y condenar a Caminos


de las Sierras S.A. a que en el plazo de diez días abonen a la actora las sumas
consignadas con más los intereses fijados en los considerandos
pertinentes.--------

La presente condena se hace extensiva a la Compañía de Seguros “La


Meridional Compañía Argentina de Seguros S.A.” en los términos del
aseguramiento y la ley de
Seguros.--------------------------------------------------------

IX) Costas.---------------------------------------------------------------------------

En cuanto a las costas generadas en ambas instancias, no podemos soslayar


que existen vencimientos recíprocos de las partes, por lo que resulta de
aplicación el art. 132 del C. de P.C. (Ley 8465), el que determina que “si el
resultado del pleito fuese parcialmente favorable a ambas partes, las costas se
impondrán prudencialmente en relación con el éxito obtenido por cada una de
ellas”.----------

Ahora bien, esta proporcionalidad al éxito que menciona la norma no es


estrictamente matemática, pues le brinda al juez la alternativa de compensar
las costas o distribuirlas prudencialmente y acorde a las peculiaridades de la
causa.- Así hemos resuelto que "...la distribución de las costas debe hacerse
siempre con criterio jurídico y no matemático; debiendo el sentenciante
valorar el resultado final del litigio y las distintas circunstancias que
rodearon al mismo, entre otras, rubros contenidos en la demanda y resultado
económico obtenido en la sentencia" (cfr. "Masera Norberto Omar c/ Galera
Antonio - Ordinario- Daños y Perjuicios. - Accidentes de Tránsito - Recurso
de Apelación" Sentencia N° 63 del
29/04/2011).------------------------------------------------------------------------------

Es que, no podemos soslayar que han existido vencimientos mutuos entre las
partes puesto que se acogieron todos los rubros aunque por montos
considerablemente inferiores debido a que se determinó que la demandada era
responsable únicamente por el treinta por
ciento.----------------------------------------

En este sentido, la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia tiene dicho que
“el acogimiento parcial de la petición del accionante nos coloca frente al caso
de vencimientos recíprocos y no frente a un vencimiento total, ya que tanto
uno cuanto otro litigante vio desestimada parte de su pretensión” (TSJ, Sent.
N° 49/07, 42/09, 38/10, 102/12, 130/13 entre
otras)..---------------------------------------

Nuestro Máximo Tribunal Local, en consonancia con el criterio de la


Cámara que integro, aclaró en los precedentes señalados que la solución
propugnada no implica desconocer que una correcta aplicación del art.130 del
C.P.C. no impone, frente a la procedencia parcial de la demanda, un obligado
cálculo porcentual entre lo demandado y la condena. Por el contrario es
criterio de este Alto Cuerpo que pronunciarse “prudencialmente en relación
con el éxito obtenido” (art. cit.) requiere efectuar una evaluación del resultado
del pleito que no se agota en una ecuación aritmética” (TSJ, Sala C y C,
Sentencia Nº 108/00) . Así, por ejemplo, resulta legítimo priorizar como
elemento primordial del “vencimiento” el desenlace del pleito sobre los
extremos condicionantes del derecho invocado, más que sobre la mera
cuantificación del crédito reclamado; o bien atribuir mayor significado a las
cuestiones respecto de las cuales más intenso ha sido el debate y el
consecuente desgaste jurisdiccional; o, en función de otros criterios
razonables, cargar a uno u otro de los litigantes con un porcentaje de las costas
no necesariamente igual a la medida en que la demanda ha prosperado.-----

Ello permite que la prudencia del Tribunal – expresamente aludida en la


norma- altere el resultado numérico de comparar el monto demandado con la
condena” (Cfr. TSJ, Sala Civ. Y Com., Sentencias N° 49/07, 42/09,38/10,
102/12, 130/13 entre
otros).-----------------------------------------------------------------

En este caso, la demanda prosperó por un monto inferior al finalmente


reclamado. Sin embargo, como ya se explicara anteriormente, no es una
cuestión matemática, sino que debemos tener presente que la responsabilidad
de la parte demandada ha sido demostrada, obligando al actor a iniciar el
presente juicio, donde prosperaron todos los
rubros.-------------------------------------------------------

Por ello, entiendo prudente y equitativo distribuir las costas en un


cincuenta por ciento a cada parte en ambas instancias, debiendo dejarse sin
efecto las regulaciones practicadas en primera instancia y ordenando se
practique una nueva de acuerdo a lo aquí resuelto. Asimismo, teniendo en
cuenta la labor desempeñada en esta instancia, la complejidad de la cuestión
debatida y el éxito obtenido por los profesionales intervinientes, corresponde
regular los honorarios profesionales por las tareas del recurso de apelación del
Dr. Guido Jorge Aimaro, en el cuarenta por ciento del término medio de la
escala del art. 36 del CA (Arts. 36, 39, 40 de la ley 9459) y los de los Dres.
Matías Sebastián Bono y Roberto Daniel Caffaratti, en el treinta y cinco por
ciento del mismo término y escala para cada
uno.--------------------------------------------------------------------------------------

Por lo expuesto a la primera cuestión voto parcialmente por la


afirmativa.-

LA SEÑORA VOCAL CLAUDIA E. ZALAZAR A LA PRIMERA


CUESTION PLANTEADA
DIJO:------------------------------------------------------

Que adhiere en un todo al voto emitido por el Señor Vocal Doctor


Rafael
Aranda.-------------------------------------------------------------------------------------
---

EL SEÑOR VOCAL JOAQUIN FERNANDO FERRER A LA


PRIMERA CUESTION PLANTEADA DIJO:
-----------------------------------------------------

Que adhiere en un todo al voto emitido por el Señor Vocal Doctor


Rafael
Aranda.-------------------------------------------------------------------------------------
---

EL SEÑOR VOCAL RAFAEL ARANDA A LA SEGUNDA CUESTION


PLANTEADA
DIJO:-----------------------------------------------------------------------

Por todo ello, propongo: 1°) Hacer lugar al recurso de apelación


interpuesto por la parte actora, revocando la resolución impugnada en todo
cuanto se dispone. 2º) Hacer lugar parcialmente a la demanda intentada,
condenando a la demandada a abonar, en el plazo de diez días, los siguientes
importes en concepto de daño moral: A la Sra. María Eva Oliva, la suma de
pesos veinticuatro mil; a los Sres. Mario Alberto Prinzi, Silvina Soledad
Prinzi y Nancy Roxana Prinzi la suma de pesos doce mil para cada uno de
ellos; y al Sr. Javier Damián Prinzi la suma de pesos dieciséis mil; todo ello
con los intereses fijados en el considerando respectivo desde la fecha del
hecho hasta su efectivo pago. 3°) Condenar a la demandada a abonar a la Sra.
María Eva Oliva y en concepto de lucro cesante futuro la suma de pesos
veinte mil ciento cincuenta y cinco con treinta y tres centavos ($ 20.155,33)
con más los intereses fijados en el considerando respectivo. 4°) Hacer
extensiva la condena a la compañía aseguradora en los términos de la ley de
seguros. 5º) Imponer las costas en ambas instancias en un cincuenta por ciento
a cargo de la parte actora y en un cincuenta por ciento a cargo de la
demandada, dejando sin efecto las regulaciones de honorarios practicadas en
primera instancia y ordenando se practique una nueva de acuerdo a lo aquí
resuelto. 6º) Regular los honorarios profesionales por las tareas del recurso de
apelación del Dr. Guido Jorge Aimaro, en el cuarenta por ciento del término
medio de la escala del art. 36 del CA (Arts. 36, 39, 40 de la ley 9459) y los de
los Dres. Matías Sebastián Bono y Roberto Daniel Caffaratti, en el treinta y
cinco por ciento del mismo término y escala para cada uno.----------------

LA SEÑORA VOCAL CLAUDIA E. ZALAZAR A LA SEGUNDA


CUESTION PLANTEADA
DIJO:------------------------------------------------------

Que adhiere en un todo al voto emitido por el Señor Vocal Doctor


Rafael
Aranda.-------------------------------------------------------------------------------------
---

EL SEÑOR VOCAL JOAQUIN FERNANDO FERRER A LA


SEGUNDA CUESTION PLANTEADA DIJO:
-----------------------------------------------------

Que adhiere en un todo al voto emitido por el Señor Vocal Doctor


Rafael
Aranda.-------------------------------------------------------------------------------------
---

Por el resultado de la votación precedente, SE RESUELVE: 1°) Hacer


lugar al recurso de apelación interpuesto por la parte actora, revocando
la resolución impugnada en todo cuanto se dispone. 2º) Hacer lugar
parcialmente a la demanda intentada, condenando a la demandada a
abonar, en el plazo de diez días, los siguientes importes en concepto de
daño moral: A la Sra. María Eva Oliva, la suma de pesos veinticuatro
mil; a los Sres. Mario Alberto Prinzi, Silvina Soledad Prinzi y Nancy
Roxana Prinzi la suma de pesos doce mil para cada uno de ellos; y al Sr.
Javier Damián Prinzi la suma de pesos dieciséis mil; todo ello con los
intereses fijados en el considerando respectivo desde la fecha del hecho
hasta su efectivo pago. 3°) Condenar a la demandada a abonar a la Sra.
María Eva Oliva y en concepto de lucro cesante futuro la suma de pesos
veinte mil ciento cincuenta y cinco con treinta y tres centavos ($
20.155,33) con más los intereses fijados en el considerando respectivo. 4°)
Hacer extensiva la condena a la compañía aseguradora en los términos de
la ley de seguros. 5º) Imponer las costas en ambas instancias en un
cincuenta por ciento a cargo de la parte actora y en un cincuenta por
ciento a cargo de la demandada, dejando sin efecto las regulaciones de
honorarios practicadas en primera instancia y ordenando se practique
una nueva de acuerdo a lo aquí resuelto. 6º) Regular los honorarios
profesionales por las tareas del recurso de apelación del Dr. Guido Jorge
Aimaro, en el cuarenta por ciento del término medio de la escala del art.
36 del CA (Arts. 36, 39, 40 de la ley 9459) y los de los Dres. Matías
Sebastián Bono y Roberto Daniel Caffaratti, en el treinta y cinco por
ciento del mismo término y escala para cada uno. Protocolícese, hágase
saber y bajen.

RAFAEL ARANDA CLAUDIA ZALAZAR

VOCAL VOCAL

JOAQUIN FERRER

VOCAL

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