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Habilidades Sociales en la Infancia y Adolescencia

Asignatura: Psicología y Educación

Docente: Dra. Norma Contini

Lic. Paula Romina Putallaz

10 de febrero de 2016

Doctorado en Psicología

Buenos Aires, Argentina


Tabla de contenidos

Introducción ..............................................................................................................3

Capítulo I ¿Qué son las Habilidades sociales y cuales son sus funciones?.... 4

Capítulo II Teorías que explican las Habilidades Sociales...................................9

Argumentación y conclusiones.............................................................................12

Referencias Bibliográficas ....................................................................................15


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Introducción 3

A través del recorrido teórico se dice que las habilidades sociales se

adquieren a través del aprendizaje, y que los comportamientos sociales saludables

son un tema de interés para la promoción de la salud psicológica del niño y

adolescente en sus dimensión relacional, y su influencia en otras áreas como la

escolar, la familiar, entre otras.

Contini & Coronel (2015) hacen un recorrido por la literatura haciendo

mención a que se le han dado diversas acepciones como conducta social (Martorell,

1997), habilidades sociales (Gil y Leon Rubio, 1998; Trianes Torres 1996),

habilidades de interaccion social (Monjas Casares, 2000; Garaigordobil

Landabazabal, 2006; Perez Fernandez y Garaigordobil Landabazabal, 2004),

asertividad (Wolpe, 1977) y prosocialidad o conducta positiva (Garaigordobil

Landabazabal, 2008).

En este trabajo se realizará una reseña en tres ejes propuestos a) la

definición de las habilidades sociales y la sistematización de las funciones que

cumplen en la infancia y adolescencia; b) una selección y desarrollo de una de las

teorías trabajadas durante el curso que expliquen dichas habilidades; y c) una

argumentación de si a mi criterio las habilidades sociales se aprenden o si están

vinculadas a rasgos de personalidad.


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Capítulo I

¿Que son las habilidades sociales y cuáles son sus funciones?

Por su naturaleza pluriconceptual, no se puede decir que exista una única

definición de las habilidades sociales.

Haciendo un recorrido teórico se dice que son entendidas como conductas

especificas necesarias para ejecutar competentemente una tarea interpersonal

(Monjas Casares, 2000, citada en Contini, 2008). Implican además un conjunto de

comportamientos adquiridos y aprendidos y no un rasgo de personalidad, “son

conductas necesarias para interactuar y relacionarse con iguales y con adultos de

forma efectiva y mutuamente satisfactoria” (Monjas Casares, 2000, p. 29)

Caballo en 1993 (citado en Contini, 2008) va a decir que las HHSS son un

conjunto de conductas que permiten al individuo desarrollarse en un contexto

individual o interpersonal expresando sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o

derechos de un modo adecuado a la situación. A su vez posibilitan la resolución de

problemas de la vida cotidiana y permiten afrontar situaciones interpersonales

tornándolas necesarias para la adaptación del sujeto en su ambiente más cercano.

Desde una mirada teórica interaccionista se dice que la habilidad social es la

capacidad que el individuo posee de percibir, entender, descifrar y responder a los

estímulos sociales en general y especialmente en los que provienen del

comportamiento de los demás (Blanco 1982, citado en Contini, 2008)

La importancia de estudiar las habilidades sociales en la infancia viene

avalada por resultados de estudios e investigaciones en los que se constato que

existen sólidas relaciones entre la competencia social en la infancia y la adaptación


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social, académica y psicológica ya sea en la infancia como en la vida adulta (Hops y

Greenwood, 1988; Ladd y Asher, 1985, citados en Monjas Casares 2000), se ha

llegado a un consenso que constituyen una herramienta de enorme y útil de cual se

sirven los seres humanos a lo largo de su vida, ya que permiten acceder al infinito

abanico de posibilidades que nos ofrecen los demás para cubrir nuestras

necesidades, considerando que estas cambian de acuerdo al periodo que estemos

transitando. Por lo tanto las HHSS tienen una relación muy estrecha con el

desarrollo cognitivo y los aprendizajes que se van a realizar tanto en la escuela

como fuera de ella, y constituyen un requisito necesario para desarrollar y establecer

una buena socialización en el niño entre sus iguales, como así también influyendo

en su rendimiento. (Ballester & Gil Lario, 2002). El niño mostrara interés por el

entorno en la medida en que se sienta seguro en su contexto, incluyendo además

sentimientos de competencia social y de integración. El mismo autor hace mención a

la complejidad en definir con claridad y de manera objetiva que es un

comportamiento socialmente competente, pero hay tres conceptos que aparecen en

este intento, ellos son: el consenso social (cada cultura establece pautas básicas de

comportamientos aceptados) , la efectividad ( el logro de un objetivo, que puede ser

social o no, pero es imprescindible el control emocional para expresar sus

sentimientos y defenderse de manera apropiada) y el carácter situacional (según la

situación lo pertinente es hacer prevalecer un tipo de eficacia sobre otra). Por lo

tanto se puede decir

(..) que una persona habilidosa es aquella que es capaz de expresar sus sentimientos y/o

intereses de una forma tranquila consiguiendo que se tengan en cuenta sus demandas y

conocimiento de los modos de expresión socialmente aceptados (Ballester & Gil Lario, 2002,

p. 12)
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Las HHSS mas allá de poseer diversas conceptualizaciones, esta muy ligada

a otros conceptos como son la competencia social, las habilidades de interacción

social, la asertividad o también llamado comportamiento adaptativo.Martorell (1997,

citado en Contini & Coronel, 2015) dice que precisamente esta variedad de

enfoques puede dar una idea caótica de que es lo que se entiende por conducta

social, pero que esta percepción disminuye si se considera como criterio un

concepto mas amplio de conducta social que incluya desde los agrupamientos de

habilidades básicas hasta patrones centrados en comportamientos inter e

intragrupales. De ser así la competencia social es el juicio valorativo que emite un

sujeto respecto al grado de adecuación del comportamiento de otro en un contexto

determinado (Mc Fall, 1982 y Monjas Casares, 2000 citado en Contini, 2008) y quien

emite ese juicio es alguien significativo para ese niño o adolescente es por ejemplo

la madre.

Sobre esto y antes de definir las funciones de las habilidades sociales Monjas

Casares (2002, 2004 citado en Contini & Coronel, 2015) expresara que la

competencia personal y social hará referencia a un conjunto de capacidades,

conductas y estrategias que permiten a un sujeto la construcción y valoración de su

propia identidad, actuar con eficacia, relacionarse satisfactoriamente con otros, y

afrontar demandas y dificultades de la vida cotidiana, todo esto favoreciendo su

ajuste y bienestar personal. De aquí se desprende como lo dice la autora que el

constructo competencia social es multidimensional y que incluirá dos aspectos: el

personal (autoconcepto y autoestima, emociones,optimismo, sentido del humor,

manejo de la ansiedad, autocontrol y autorregulación) y el social e interpersonal

(socialización y las habilidades sociales como empatía, asertividad, solución de

problemas interpersonales).
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Por otro lado, la competencia social y las HHSS forman parte de denominado

comportamiento adaptativo, siendo la competencia social una subcategoria del

comportamiento adaptativo, el cual es entendido como aquellas habilidades

requeridas por un sujeto para funcionar independientemente de la comunidad

(Verdugo Alonso, 1997 citado en Contini & Coronel, 2015) Surge aquí otro término

que es el de asertividad, empleado para hacer mención a conductas de

autoafirmación y expresión de sentimientos, sus raíces remiten a la terapia de la

conducta (Satler, 1949; Wolpe 1977; Lazarus 1966 citado en Contini & Coronel,

2015) en Mas adelante Caballo (2000) dirá que es la capacidad de un sujeto para

expresar pensamientos o sentimientos a otros de un modo directo, afectivo y

apropiado, y Monjas Casares (2000) la definirá como una expresión directa de los

propios sentimientos y la defensa de los derechos personales propios, sin negar los

derechos de los demás, también manifestando que es un concepto restringido que

se integra dentro de otro mas amplio, el de HHSS. A su vez se inserta en lo que se

denomina prosocialidad o conducta social positiva, (Garaigordobil Landazabal, 2008,

citado en Contini & Coronel, 2015) distinguiéndose aquellas conductas prosociales

que suponen un beneficio mutuo para ambas partes implicadas en la relación

interpersonal y aquellas que solo benefician a una de las partes.

En la infancia y adolescencia, las prácticas educativas de la familia y de la

escuela, junto con la experiencia de convivencia con los iguales, son las principales

condiciones para la adquisición y desarrollo de las habilidades sociales y de la

competencia social. Sin embargo, cuando esas prácticas no son favorables, pueden

desencadenar déficit de habilidades sociales, problemas conductuales y trastornos

psicológicos, que impactan negativamente sobre las relaciones interpersonales y,


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por lo tanto, sobre la calidad de vida y salud de las personas (Del Prette, & Del

Prette, 2013).

Monjas Casares (2000) dirá que las HHSS se caracterizan por ser

comportamientos aprendidos principalmente en el entorno interpersonal en que se

desarrolla el niño, son comportamientos donde las interacciones con otros son

satisfactorios para ambos, contienen elementos motores, emocionales y cognitivos,

surgen como respuestas especificas a situaciones especificas y se manifiestan en

contextos interpersonales, siendo bidireccionales, interdependientes y recíprocos y

sus funciones son:

 Ofrecer conocimientos de sí mismos (identidad, formas de actuar) y de los demás

(socialización), aprendiendo en esta interacción,

 Aportan al desarrollo de conductas sociales, habilidades y estrategias, desde la

reciprocidad, la empatía y adopción de roles y perspectivas, del intercambio en el

control de la relación, colaborando y cooperando, y adquiriendo estrategias sociales

de negociación y de acuerdos.

 Favorecen al autocontrol y autorregulación de la propia conducta, ya que los pares

son agentes de control como reforzadores o castigando ciertos comportamientos; y

los iguales cumplen un rol importante en la socialización de la agresividad.

 Otorgan apoyo emocional y fuente de disfrute, como lo son el afecto, ayuda, apoyo,

confianza, compañía, sentimientos de pertenencia y aceptación.

 Favorecen al aprendizaje del rol sexual, del desarrollo moral y aprendizaje de

valores.
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Capítulo II

Teorías que explican las habilidades sociales

Los autores que han estudiado esta temática coinciden en que las HHSS se

aprenden. Por otro lado, van a aparecer teorías que expliquen estos mecanismos,

Monjas Casares (2002, citado en Contini & Coronel, 2015) hace mención a

diferentes mecanismos que favorecen este aprendizaje: a) la experiencia directa, b)

por observación, c) aprendizaje verbal o instruccional, y d) aprendizaje por feedback

interpersonal.

Si bien cada una de ellos tiene su fundamentación y sus referentes, en este

capítulo el eje estará centrado en los mecanismos de Observación, un referente es

Albert Bandura, cuya Teoría Social Cognitiva, hará hincapié en la importancia de la

exposición a modelos significativos.

Su aporte facilita la comprensión de los comportamientos sociales y

antisociales, y su preferencia se centra en el comportamiento agresivo, considerado

como una disfunción de las habilidades sociales (Contini & Coronel, 2015) y como lo

explican tanto las teorías interactivas y del aprendizaje social están implicados

factores individuales, del contexto y especialmente de la interacción entre ambos

(Contini, 2015), permitiendo desde este modelo comprender o explicar como los

sujetos adquieren tales o cuales habilidades sociales.

Albert Bandura realizará un aporte significativo para la investigación y

comprensión del comportamiento agresivo, explicando al mismo como el resultado

del aprendizaje por imitación de modelos violentos (Bandura y Walker, 1963 citado

en Garaigordobil & Oñederra ,2010). Dirán que a partir del conductismo social se ha

popularizado la creencia de la influencia que ejerce sobre el individuo la


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contemplación de modelos agresivos; sin embargo se ha podido demostrar que no

resulta suficiente la observación de modelos agresivos para que se reproduzcan

estas conductas, y que no solo se ponen en juego reacciones aprendidas

observando la conducta agresiva (en este caso se trabajo con películas violentas)

sino que también respuestas similares a aprendidas anteriormente (Bandura , Ross

y Ross 1963 citando en Garaigordobil & Oñederra ,2010).

La teoría de Bandura, mediante estudios experimentales ha llegado a

enunciar algunos principios del aprendizaje, donde la importancia radica en las

variables sociales, de aquí la denominación de su enfoque, socio–comportamental.

Considerando este aporte al intentar explicar la adquisión de nuevos

comportamientos sociales, se resalta que en esta línea las investigaciones actuales

han centrado su interés en conocer como se adquiere el comportamiento agresivo,

estudiando el papel de la imitación, el aprendizaje por observación, las pautas de

refuerzo o de recompensa en la adquisición de comportamientos socialmente

aceptables o censurado, como la agresividad y también sobre la autorregulación y la

autoeficacia. (Contini, 2015)

Dollard y Miller en 1977 (citado en Contini, 2008), dirán que la imitación es un

aspecto esencial del aprendizaje, y Bandura considerando este aporte va a avanzar

diciendo que existen pruebas de que se puede aprender del comportamiento de otro

aun cuando el sujeto que observa no reproduzca el modelo de comportamiento

durante el periodo de adquisición, es decir que de acuerdo a esta teoría el sujeto no

se limitara a reproducir el comportamiento de otro sino que extrae reglas de cómo

actuar, y lo pone en practica cuando cree que obtendrá buenos resultados.

Bandura y Walters (1974) resaltaron el papel del refuerzo vicario, por el cual

se modifica la conducta de un observador según el tipo de refuerzo administrado al


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modelo. Bandura más adelante ha diferenciado el aprendizaje observacional y la

imitación, ya que el sujeto no solo imita comportamientos sino, que analiza la

situación y extrae reglas generales del modo de actuar en el ambiente para ponerlas

en práctica cuando éste crea que puede obtener resultados favorables. En este

sentido, el autor ha considerado las creencias que se desarrollan como resultados

de las experiencias en una situación social, por lo que un sujeto que ha aprendido

por experiencia directa, por modelado, que es capaz de manejar con efectividad una

interacción social, desarrollará una expectativa de éxito positiva (Kelly, 2002).De

este modo, si bien el comportamiento depende de factores externos, los sujetos

pueden controlar este comportamiento a partir de auto reforzamientos.

Desde la postura de Bandura se dirá que la conducta esta determinada por

factores externos pero también por variables del sujeto, y que éste es capaz de

controlar su comportamiento mediante metas autoimpuestas denominadas

autorreforrzamiento. (Contini, 2015).

Este autorreforzamiento es tan importante como el reforzamiento ejercido por

otros, y a su vez el logro de comportamientos deseados incidirá en su autoeficacia,

compuesta por sentimientos de adecuación, eficiencia y competencia para asumir

situaciones de la vida, seria como creer que uno puede, sumando además la idea

del control que el sujeto ejerce sobre su propia vida. (Contini, 2015). Es decir, que

desde esta teoría el aprendizaje ocurre no solo por imitación, sino por observación y

que se puede acelerar por la presencia de modelos a los cuales no imita

mecánicamente sino que infiere reglas y consecuencias del comportamiento de

aquellos. “Observando el comportamiento de un modelo e imitándolo, el sujeto

puede adquirir respuestas que no tenia, o bien se puede fortalecer o debilitar las que

tiene actualmente.” (Schultz & Schultz, 2010, citado en Contini, 2015, p .19)
1

Argumentación y Conclusiones

¿Si a mi criterio las habilidades sociales se aprenden o si están vinculadas a

rasgos de personalidad? Este un punto se fue desglosando a lo largo del trabajo.

Considero que las Habilidades Sociales se aprenden y que el desarrollo positivo en

la infancia y la adolescencia contribuirán al logro de una personalidad saludable en

la vida adulta. Analizando las funciones que cumplen las mismas en el proceso de

crecimiento durante el ciclo vital, Monjas Casares (2000), resaltara aun mas la

importancia que en este proceso tiene el contexto y la relación con los pares, motivo

por el cual cumpliría un rol de factor protector para el logro de la salud hasta llegar a

la adultez.

Son comportamientos aprendidos y es decisivo el rol que cumple el entorno

donde esta inserto el niño/adolescente, formarían parte de factores protectores en el

desarrollo de la personalidad como factor de afrontamiento. La familia, la escuela y

por ultimo la comunidad brindaran un marco de referencia en el cual se da el

proceso de aprendizaje, y de acuerdo al contexto ira modelando el estilo de las

habilidades pudiendo ser asertivo, inhibido o agresivo. Es fundamental considerar

que estas habilidades implican una relación con otros (pares o adultos) y lo que

definirá las características de esta interacción serán las personas que participan y el

contexto en el cual se da dicha interacción.

La literatura psiquiátrica va a decir que el déficit en HHSS va a contribuir a

desajustes psicológicos (Sullivan 1983; Argyle 1983, citado en Contini, 2008), y por

otro lado Casullo, Cruz, y Maganto (2003, citado en Contini & Coronel, 2015)

señalan que es necesario diferenciar en la niñez y la adolescencia malestares

transitorios de patrones psicopatológicos, y por lo tanto es de mucha importancia


1

conocer los factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de psicopatológias, y a

su vez identificar los patrones protectores que promueven el desarrollo de la salud

mental del adolescente. De esta forma se va a posibilitar la detección de grupos de

riesgo y promover al desarrollo de estrategias efectivas de intervención y

prevención. Considerando que se aprenden las habilidades sociales y que no son

rasgos de personalidad, se entenderá que los modelos de intervención en este

campo de las relaciones sociales contribuirán a que el niño/adolescente adquiera un

modo de interactuar, de relacionarse de manera saludable, siendo una fuente de

bienestar. Estas intervenciones centraran sus objetivos en poder planificar

estrategias de aprendizaje que promuevan el cambio en los comportamientos

interpersonales (Contini & Coronel, 2015) dirán entonces que “para intervenir, es

imprescindible haber identificado previamente la cualidad de las habilidades

sociales, lo cual nos sitúa de lleno en el campo de la evaluación psicológica” (p. 47).

Es necesario tambien expresar que si bien la Teoría del Aprendizaje Social de

Bandura, pone el énfasis en los procesos cognitivos , que aun hoy no ha podido

explicar de que modo las variables cognitivas afectan el comportamiento humano, lo

cual abre puertas para la investigación considerando la metodología apropiada para

realizarlo.

Y por otro lado tambien considerar que Para identificar la importancia de las

habilidades sociales en la adolescencia es imprescindible considerar la evolución

que ha tenido la concepción de esta etapa del desarrollo humano y así lograr una

contextualización socio-histórica que permita ubicar las descripciones psicológicas

que se realizan de los adolescentes y comprender lo que se establece hoy como

conducta normal o anormal. Feixa, (2006) lo ilustra de una forma muy clara diciendo

que la historia del siglo XX se puede ver como una sucesion de divesas
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generaciones de jovenes que fueron irrumpiendo en la escena publica y social para

poder se protagonistas de en la reforma, en las revoluciones, la guerra, la paz, el

rock, el amor, las drogas, la globalizacion o la antiglobalización. Esto no es un

aspecto para dejarlo de considerar en el abordaje desde las investigaciones y

modelos de intervenciones que se vayan proponiendo, el valor de lo contextual-

histórico en función de la forma de aprender dichas habilidades.

Y por ultimo, a modo de apartado ya que en este Seminario el objetivo no

estuvo centrado en los aportes de la Psicología Positiva (Seligman 2003), lo

estudiado me lleva a reflexionar considerando la mirada que en estos últimos años

ha surgido, que busca contrarrestar la excesiva importancia que la Psicología del

Siglo XX puso en el malestar y en lo psicopatológico. En contrapartida considerar el

capital psíquico con el que cuenta cada sujeto, siendo las HHSS parte del mismo

considero que este modelado temprano de HHSS sociales positivas, asertivas, en la

relación asimétrica madre–hijo, y mas adelante entre los pares tendrá incidencia en

la conformación de una personalidad saludable, este proceso de aprendizaje de las

HHSS será un factor protector (Contini, 2008)

De allí que resulta particularmente relevante para las prácticas psicológicas el

diagnóstico e intervención para el logro de habilidades sociales saludables.


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Referencias Bibliográficas

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1

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