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Tema 3: La nacionalidad.

la vecindad
civil
1. ESTATUTO POLÍTICO DE LA PERSONA: LA NACIONALIDAD

A. EL SIGNIFICADO DE LA NACIONALIDAD
La nacionalidad es el estado civil fundamental de la persona, influyente en su capacidad de
obrar, pues de acuerdo con la nacionalidad se aplican las leyes relativas a los derechos y
deberes de familia, estado, condición y capacidad legal de la persona y la sucesión por causa
de muerte.
Es la ley nacional la reguladora de estas materias para los españoles en el extranjero y para los
extranjeros en España (art. 9.1 CC).

Sin embargo, la nacionalidad no es sólo un estado civil, sino que posee ante todo un carácter
constitucional y político evidente, aunque por una tradición histórica se ubique su regulación
en el CC.
En el Derecho civil, la nacionalidad se concibe como la <<cualidad que infunde a una persona
el hecho de pertenecer a una comunidad nacional organizada en forma de Estado>>. También
se ha dicho que es un vínculo jurídico entre los individuos y la nación respectiva, engendrador
de derechos mutuos de carácter público y privado, así como de los deberes relativos.
Se trata de una materia de orden público, que queda excluida de la autonomía privada.

En virtud de esta condición civil, se establece una diferencia entre nacionales y extranjeros.
La mayor parte de los ordenamientos contemporáneos propenden a la igualdad y a la práctica
de la no discriminación y, en este sentido, el artículo 27 CC dice que <<los extranjeros gozan en
España de los mismos derechos civiles que los españoles, salvo lo dispuesto en las leyes
especiales y en los Tratados>>.
No obstante, se ha adoptado una Ley de extranjería, que condiciona la permanencia de los
extranjeros en el territorio español a la obtención de un permiso de residencia y que faculta a
las autoridades administrativas o judiciales para la expulsión de los extranjeros que no
cumplan las condiciones legales.

B. LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES EN MATERIA DE NACIONALIDAD


 En la Constitución de 1978, la nacionalidad se regula en el Título I, que lleva por rúbrica
<<De los derechos y deberes fundamentales>>. La regulación constitucional lo que
hace básicamente es proclamar:
- El principio de reserva de ley para la adquisición, conservación y pérdida de la
nacionalidad, de manera que no cabe regulación por otra fuente que no sea la ley.
- La prohibición de que un español de origen pueda ser sancionado con la pérdida de
nacionalidad española como permitía la legislación anterior.
- Y la permisión del principio de la doble nacionalidad.

2. CRITERIOS DE ATRIBUCIÓN DE LA NACIONALIDAD

A. ADQUISICIÓN ORIGINARIA O AUTOMÁTICA


Los modos originarios obedecen a dos tipos de criterios:
- La filiación o linaje (ius sanguinis)  la nacionalidad se adquiere como consecuencia
de la filiación, con independencia del lugar donde se nazca.
- El lugar de nacimiento (ius soli)  el factor determinante es el lugar del nacimiento,
con independencia de la nacionalidad de los padres.
Se ha discutido cuál de estos dos factores debe preponderar y se ha señalado que la
pertenencia a un grupo nacional, la inserción en él y la vinculación con él vienen dadas más por
la filiación o el linaje que por el suelo en que se nazca.
España y la mayor parte de los países europeos occidentales adoptan un criterio general de ius
sanguinis, junto con el reconocimiento de una serie de supuestos de ius soli.
La distinción entre unos españoles de origen y otros que no lo son ha adquirido una especial
importancia por obra de la Constitución, que otorga a los españoles de origen un tratamiento
diferenciado. En efecto, el español de origen no puede ser privado de su nacionalidad (art.
11.2 CE) y puede naturalizarse en los países iberoamericanos y otros vinculados con España,
sin perder la nacionalidad española (art. 11.3 CE).

 La adquisición originaria de la nacionalidad por filiación:


Es el primero de los criterios utilizados por el artículo 17 CC, de acuerdo con el cual <<son
españoles de origen los nacidos de padre o madre españoles>>.
La atribución de la nacionalidad por filiación es automática. Es independiente del hecho de que
la filiación sea matrimonial o extramatrimonial y, según la opinión que parece dominante, no
la determina la filiación como estado civil, sino como condición derivada del hecho físico de la
procreación.
No se tiene en cuenta el hecho de que la ley extranjera del lugar del nacimiento o la del otro
progenitor extranjero le pueda atribuir una diferente nacionalidad.
Si la filiación del padre o madre españoles se determina legalmente o declara con
posterioridad al nacimiento, tal determinación o declaración produce la adquisición de la
nacionalidad española, siempre que ocurra durante la menor edad de la persona. Si la
determinación de la filiación es posterior a los 18 años, no hay adquisición originaria de la
nacionalidad española y se otorga un derecho de opción.
El art. 68 de la Ley del Registro Civil dice que <<en tanto no conste la extranjería de los padres,
se presumen españoles los nacidos en territorio español de padres también nacidos en
España>>.

 La adquisición originaria de la nacionalidad por nacimiento en España:


Los tres supuestos del artículo 17 CC constituyen aplicaciones del juego del criterio del ius soli
para atribuir la nacionalidad española de origen:
- La doble generación de extranjeros nacidos en España  <<son españoles de origen
los nacidos en España de padres extranjeros si, al menos, uno de ellos hubiera nacido
también en España>>.
- La evitación de la situaciones de apatridia  se atribuye la nacionalidad española a los
nacidos en España de padres extranjeros, si ambos carecieran de nacionalidad o si la
legislación de ninguno de ellos atribuye al hijo una nacionalidad.
- La filiación que no resulte determinada  son españoles de origen los nacidos en
España cuya filiación no resulte determinada. Se trata de personas cuyos padres son
ignorados realmente en el momento del nacimiento.
Para favorecer la aplicación de este precepto se establece que <<se presumen nacidos
en territorio español los menores de edad cuyo primer lugar conocido de estancia sea
territorio español>>.
La aplicación de las reglas de adquisición de la nacionalidad por nacimiento en España supone
la determinación de este hecho, que podrá producirse mediante cualquier tipo de pruebas. No
obstante, según el inciso final del artículo 17, si esta determinación se produce después de
haber cumplido la persona 18 años, no se adquiere la nacionalidad española de origen, sino
<<derecho a optar por la nacionalidad española>>.
 La adquisición originaria de la nacionalidad por adopción:
El artículo 19 CC establece que <<el extranjero menor de 18 años adoptado por un español
adquiere, desde la adopción, la nacionalidad española de origen>>, ya que se supone que la
adopción de menores es aquella que configura mejor una auténtica relación de filiación.
El precepto exige que exista un adoptante español, por lo cual en la adopción conjunta bastará
que uno de los adoptantes sea español.
A los adoptados que sean mayores de 18 años, el art. 19 no les otorga automáticamente la
nacionalidad española de origen. Les compete sólo la facultad de optar, en el plazo de dos
años a partir de la constitución de la adopción.

B. MODOS SUBORDINADOS O DERIVATIVOS


Frente a los modos de adquisición originaria, los modos derivativos significan una adquisición
sobrevenida de la nacionalidad española por una persona que anteriormente había poseído
una nacionalidad distinta. En nuestro CC, los modos derivativos de adquisición son
fundamentalmente dos: la opción de nacionalidad y la naturalización:

 La opción:
Es un beneficio o facultad que la ley española otorga a determinados extranjeros cuando éstos
se encuentran en unas ciertas condiciones, permitiéndoles crear una nacionalidad española
mediante una declaración unilateral de voluntad.
De acuerdo con el artículo 20 CC, los beneficiarios de la opción de nacionalidad son:
- Las personas que estén o hayan estado sujetas a la patria potestad de un español.
- Las personas cuyo padre o madre hubiera sido originariamente español y nacido en
España.
- Las personas comprendidas en el segundo apartado de los arts. 17 y 19, que son:
o Las personas cuya filiación o nacimiento en España se determine después de
haber cumplido los 18 años.
o El extranjero adoptado por un español después de haber llegado a la mayoría
de edad.
El artículo 20 también prevé tres modalidades de ejercicio de la facultad de opción:
- La que realiza el interesado por sí mismo cuando es mayor de edad o se encuentra
emancipado; y la que realiza el interesado por sí solo una vez que se ha producido la
recuperación de la plena capacidad.
- La que realiza el propio interesado con la asistencia de su representante legal cuando
aquél es mayor de 14 años o cuando, estando incapacitado, la sentencia de
capacitación así se lo permita.
- La que realiza el representante legal del adoptante, cuando éste sea menor de 14 años
o se encuentre incapacitado y la sentencia de incapacitación no permita la actuación
personal. La ley exige que la decisión del representante legal sea autorizada por el
encargado del Registro Civil del domicilio del declarante, previo dictamen del
Ministerio Fiscal, y ordena que la autorización se conceda siempre <<en interés del
menor o incapaz>>.
El artículo 20.3 dice que el ejercicio del derecho de opción no está sujeto a ningún límite de
edad en el caso del apartado 1.b, es decir, cuando lo ejerciten aquellas personas cuyo padre o
madre hubieran sido originariamente españoles.
- En cambio, cuando la facultad de opción la ejercita el interesado por sí solo, la opción
caduca cuando cumple 20 años de edad, pero, si el optante no estuviera emancipado
según su ley personal al llegar a los 18 años, el plazo se prolongará hasta que
transcurran 2 años desde la emancipación.
- Y, cuando la ejercite el interesado por sí solo como consecuencia de la recuperación de
la plena capacidad, el plazo es de dos años a partir del mencionado momento.
El acto de ejercicio de la opción se realiza en la forma prevenida en los arts. 63 y ss. de la Ley
de Registro Civil y 220 y ss. de su Reglamento.

 La naturalización:
Se trata de la adquisición de la nacionalid española que se realiza en virtud de una concesión
del Estado español. Reviste dos formas: la carta de naturaleza y la adquisición de nacionalidad
por residencia en España durante el tiempo marcado legalmente. En ambos casos, la
naturalización exige una petición o solicitud.
- La carta de naturaleza: es otorgada por el Gobierno mediante Real Decreto y se
concede con carácter discrecional cuando en el interesado concurren circunstancias
excepcionales a petición del mismo (art. 21 CC).
- La adquisición por residencia: se exige que el interesado justifique en el expediente
administrativo buena conducta y suficiente grado de integración en la sociedad
española, dejando abierta, frente a la denegación, la vía contencioso-administrativa.
Los requisitos de la adquisición por residencia son:
- El tiempo de residencia, que consiste en el hecho de vivir o morar en el territorio
español. Se trata de un requisito que no puede ser dispensado graciablemente.
Según el art. 22 CC, la residencia ha de ser legal, continuada e inmediatamente
anterior a la petición.
El carácter continuado de la residencia no queda excluido por la existencia de
ocasionales viajes al extranjero que no interrumpan la presencia real o física del
extranjero en España.
El art. 22 establece tres tipos de plazos; uno de carácter general y dos especiales:
o El plazo general es de 10 años.
o El plazo es de 5 años para los que hayan obtenido la <<condición de
refugiado>>.
o Se exige un tiempo de 2 años cuando se trate de nacionales de origen y países
iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal o de
sefardíes.
o Se establece el plazo de 1 año en una serie de supuestos en que el punto de
conexión es revelador e una especialísima vinculación con España:
- El que haya nacido en territorio español.
- El que, disponiendo de la facultad de optar por la nacionalidad española, no la
hubiese ejercitado oportunamente.
- El que haya estado sujeto legalmente a tutela, la guarda o el acogimiento de
un ciudadano español o de instituciones españoles durante 2 años
consecutivos, o incluso si continuara en esta situación en el momento de la
solicitud.
- El que al tiempo de la solicitud llevara 1 año casado con español o española y
no estuviese separado legalmente o de hecho.
- El viudo o viuda de español o española si a la muerte del cónyuge no existiera
separación legal o de hecho.
- Y el nacido fuera de España de padre, madre, abuelo o abuela que
originariamente hubieran sido españoles.
- El carácter legal de la residencia, que significa que ésta no es una situación meramente
fáctica, sino que el extranjero debe haber cumplido los requisitos establecidos en la
Ley de Extranjería para entrar en el territorio español y establecerse en él (permiso de
residencia).
El artículo 23 CC impone unos requisitos que son comunes a todas las adquisiciones
derivativas. El precepto dice, además, que son requisitos de validez, de suerte que hay que
atribuirles carácter constitutivo, por lo que su carencia impide la adquisición:
- El juramento o promesa de fidelidad al Rey y de obediencia a la Constitución y a las
leyes.
El Código lo impone a todas las personas que sean mayores de 14 años.
- La renuncia de la nacionalidad anterior
El Código deja a salvo de este requisito a los naturales de los países de Andorra,
Filipinas, Guinea Ecuatorial y Portugal, por considerar que respecto de ellos es
admisible en términos generales la doble nacionalidad.
- Y la inscripción de la adquisición en el Registro Civil.

C. LA NULIDAD DE LA ADQUISICIÓN DE LA NACIONALIDAD


La adquisición es nula cuando no han concurrido los elementos establecidos en el supuesto de
hecho de las normas o cuando sea nulo el título en virtud del cual la nacionalidad resulte
atribuida (por ejemplo, nulidad de la adopción).
En todos estos casos se deduce que pueden darse acciones declarativas (o de declaración
negativa) y acciones de impugnación.
- Un supuesto especial se encuentra contemplado en el art. 25.2 CC, según el cual la
adquisición de la nacionalidad española puede impugnarse si el interesado hubiera
incurrido en falsedad, ocultación o fraude.
En tales casos, el precepto ordena que la acción de nulidad se ejercite por el Ministerio
Fiscal de oficio o en virtud de denuncia, lo que debe entenderse como una obligación
ex lege del Ministerio Fiscal.
Este tipo de acciones queda sujeto a un plazo de caducidad de 15 años.
La nulidad sólo se produce cuando ha recaído sentencia firme, la cual puede recurrirse en vía
civil o contencioso-administrativa.
La nulidad de la adquisición no produce efectos perjudiciales para terceros de buena fe.

D. LA CONSOLIDACIÓN DE LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA


Según el art. 18 CC, <<la posesión y utilización continuada de la nacionalidad española durante
10 años, con buena fe y basada en un título inscrito en el Registro Civil, es causa de
consolidación de la nacionalidad, aunque se anule el título que la originó>>.

E. LA PÉRDIDA DE LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA


El hecho de que la persona tenga derecho a su libre desarrollo de su personalidad le debe
consentir la adquisición voluntaria de otra nacionalidad. Tampoco existe inconveniente para
que, en determinados casos, la legislación del Estado español pueda imponer la sanción de la
pérdida de nacionalidad, ya que el art. 11.2 CE sólo prohíbe que los españoles de origen
puedan ser sancionados con la privación de la nacionalidad española.
Las causas de pérdida de nacionalidad española se encuentran reguladas en los arts. 24 y 25:
 La pérdida por adquisición de otra nacionalidad:
Según el art. 24 CC, <<pierden la nacionalidad española los emancipados que,
residiendo habitualmente en el extranjero, adquieran voluntariamente otra
nacionalidad o utilicen exclusivamente la nacionalidad extranjera que tuvieran
atribuida antes de la emancipación>>.
Esta pérdida se produce <<una vez que transcurran 3 años a contar respectivamente
desde la adquisición de la nacionalidad extranjera o desde la emancipación>>.
- La adquisición de la nacionalidad de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea
Ecuatorial o Portugal no es bastante para producir la pérdida de la nacionalidad
española de origen (tolerancia de la doble nacionalidad).
- En ningún caso se pierde la nacionalidad española si España se hallare en guerra.
 La renuncia expresa de la nacionalidad española:
El artículo 24.2 dice que <<en todo caso pierden la nacionalidad española los
españoles emancipados que renuncien expresamente a ella, si tienen otra
nacionalidad y residen habitualmente en el extranjero>>.
 La falta de declaración de la voluntad de conservar la nacionalidad en la segunda
generación de españoles nacidos en el extranjero:
De acuerdo con el art. 24.3, pierden la nacionalidad española los hijos de padre o
madre españoles nacidos en el extranjero, cuando las leyes del país donde residan les
atribuya la nacionalidad del mismo <<si no declaran su voluntad de conservar la
nacionalidad española ante el encargado del Registro Civil en el plazo de 3 años, a
contar desde su mayoría de edad o emancipación>>.
El plazo para realizar esa declaración de voluntad es de 3 años, a contar desde su
mayoría de edad o emancipación.
 La pérdida de nacionalidad por vía de sanción:
Los supuestos que recoge el art. 25 CC se refieren exclusivamente a españoles que no
lo sean de origen. Las causas de pérdida son:
- Cuando, durante el periodo de 3 años, utiliza exclusivamente la nacionalidad a la que
hubiera declarado renunciar al adquirir la nacionalidad española.
- Cuando entren voluntariamente al servicio de las armas o ejerzan cargo político en un
Estado extranjero contra la prohibición expresa del Gobierno.

F. LA RECUPERACIÓN DE LA NACIONALIDAD
El artículo 26 CC establece el régimen jurídico de la recuperación española.
Los requisitos que establece son:
- La residencia legal en España.
Este requisito no se aplica a los emigrantes, ni a los hijos de emigrantes, quienes
lógicamente habrán de acreditar esta condición.
En los demás casos, el requisito es dispensado cuando ocurran circunstancias
excepcionales.
- La declaración de voluntad de recuperación de la nacionalidad española ante el
encargado del Registro Civil.
En ella debe manifestarse también la renuncia a la nacionalidad anterior, salvo que
ésta fuera de alguno de los países mencionados en el art. 24.
- La inscripción de la recuperación en el Registro Civil, que posee carácter constitutivo.
El régimen jurídico de la recuperación de la nacionalidad española es más estricto para los
supuestos comprendidos en el art. 25 de pérdida de la nacionalidad española producida como
sanción. Para este caso, el art. 26 exige una previa habilitación que es concedida
discrecionalmente por el Gobierno.

3. ESTATUTO JURÍDICO-CIVIL DE LA PERSONA EN DERECHO ESPAÑOL: LA VECINDAD


CIVIL

A. CONCEPTO DE VECINDAD CIVIL Y DIFERENCIA CON OTROS ANÁLOGOS


Existe una tare ineludible de precisar qué españoles están sometidos al Derecho común y
cuáles a las normas del Derecho foral o especial, lo que se hace sobre la base de su vecindad
común o foral o especial, respectivamente.
- Es la vecindad civil un estado de la persona en tanto puede influir en su capacidad de
obrar.
- Esta finalidad de la vecindad está reconocida en el actual artículo 14.1 del Título
Preliminar, a cuyo tenor <<la sujeción al derecho civil común o al especial o foral se
determina por la vecindad civil>>.
- Hay que diferenciar la vecindad civil, que supone un status civil que determina el
sometimiento de la persona a uno de los ordenamientos civiles existentes en España,
de la condición política de miembro de una Comunidad Autónoma, la cual configura un
status político.
Por último, también ha de diferenciarse la vecindad civil de la vecindad administrativa,
pues ésta designa simplemente quién es habitante de un Municipio o vecino del
mismo.

B. ADQUISICIÓN
La adquisición está regulada en el artículo 14, que sirve tanto para la vecindad común
(sometidos al Derecho civil común) como para la foral o especial (sometidos al Derecho foral o
especial).
- Por ius sanguinis: <<tienen vecindad civil en territorio de Derecho común, o en uno de
los de Derecho especial o foral, los nacidos de padres que tengan tal vecindad. Por la
adopción, el adoptado no emancipado adquiere la vecindad civil de los adoptantes>>
(art. 14.2).
Si los padres no tienen la misma vecindad al nacer el hijo o al ser adoptado, tendrá
éste la vecindad de aquel progenitor respecto del cual la filiación se haya determinado
antes (art. 14.3).
- Por ius soli: en los casos de diversas vecindades de los progenitores en los que no
pueda aplicarse la atribución prioritaria al nacido de la de uno de ellos, la regla es la
atribución de la del lugar de nacimiento (art. 14.3).
- Por aplicación de la regla favorable a la vecindad común: cuando no puedan entrar en
juego las reglas de la atribución de la vecindad por aplicación del ius sanguinis o ius
soli, se tribuye al nacido la vecindad de Derecho común (art. 14.3, regla subsidiaria).
- Por atribución de los padres: si los padres tienen distinta vecindad, la normativa legal
expuesta con anterioridad no es imperativa. Se permite a los padres, o al que ejerza o
le haya sido atribuida la patria potestad, determinar la vecindad civil del hijo dentro de
los 6 meses siguientes al nacimiento o adopción (art. 14.3). en caso de desacuerdo
entre ambos progenitores, se impondrá el recurso al juez (art. 156).

C. LA VECINDAD CIVIL Y EL PRINCIPIO DE UNIDAD JURÍDICA DE LA FAMILIA


El cambio de vecindad por los padres, o el hecho de que sean privados o suspendidos en el
ejercicio de la patria potestad, no afecta a la vecindad civil de los hijos (art. 14.3).
Tampoco el matrimonio altera por sí mismo la vecindad civil.

D. LA ADQUISICIÓN POR OPCIÓN:


El hijo, desde que cumpla 14 años y hasta que transcurra un año después de su emancipación,
podrá optar bien por la vecindad civil del lugar de su nacimiento, bien por la última vecindad
de cualquiera de sus padres.
Si no estuviere emancipado, habrá de ser asistido por su representante legal (art. 14.3).
El ejercicio de la opción se produce por la correspondiente declaración ante el encargado del
Registro Civil (arts. 225 a 231 RRC).
También tiene opción para adquirir la vecindad civil del otro cónyuge cualquiera de ellos,
siempre que no estén separados, legalmente o de hecho (art. 14.4).

E. LA ADQUISICIÓN POR RESIDENCIA:


La vecindad civil se adquiere, de acuerdo con el artículo 14.5:
- Por residencia continuada durante 2 años, siempre que el interesado manifiesta ser
esa su voluntad.
- Por residencia continuada de 10 años sin declaración de voluntad en contrario durante
ese plazo.
Ambas declaraciones se harán constar en el Registro Civil y no necesitan ser reiteradas.
La adquisición de la vecindad por residencia requiere que ésta sea continuada.

F. PÉRDIDA Y RECUPERACIÓN
No hay casos específicos de pérdida de la vecindad por un español, que sólo ocurrirá
indirectamente cuando pierda la nacionalidad española. Mientras, todo español tiene una
vecindad. Lo único posible es la pérdida de la misma para adquirir otra, es decir, el cambio.
A diferencia de lo que ocurre con la nacionalidad, en el art. 14 no se regula la
posibilidad de recuperar la vecindad que se tuvo de forma especial, salvo acudiendo a
las normas sobre el cambio de vecindad por residencia.
- Una aparente excepción ha introducido el art. 15.3. Cuando se recupera la
nacionalidad española, dispone que ello <<lleva consigo la de aquella vecindad civil
que ostentara el interesado al tiempo de su pérdida>>.

G. VECINDAD DEL QUE ADQUIERE LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA


El art. 15.1 obliga al extranjero que adquiera la nacionalidad española a optar por la vecindad
civil de cualquiera de los lugares que enumera.
La opción deberá realizarse al inscribir la adquisición de la nacionalidad en el Registro Civil
español, y se formulará, atendiendo a la capacidad del interesado para adquirir la
nacionalidad, por el propio optante, por sí asistido del representante legal, o por éste último.
- Se establece un régimen específico cuando se adquiere la nacionalidad por carta de
naturaleza. Es el propio Real Decreto de concesión el que ha de determinar la vecindad
que adquirirá (art. 15.2), por lo que no cabe aquí el ejercicio de ninguna opción.

H. LA VECINDAD LOCAL
La existencia de <<Derechos locales>> en el ámbito de un territorio que tengan dentro de él
especialidad propia o distinta hace que se pueda hablar de <<vecindad local>>, que se regirá
por las normas de los arts. 14 y 15 (art. 15.4).

I. PRUEBA DE LA VECINDAD
El artículo 14.6 sienta una regla general imperativa para caso de duda: <<prevalecerá la
vecindad civil que corresponda al lugar de nacimiento>>.

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