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TEMA 6: HISTORIA DE LA CODIFICACIÓN ESPAÑOLA DEL SIGLO XIX

1. Codificación civil

A) Nociones básicas

A.1 Definición de Código

Conjunto de disposiciones ordenadas sistemáticamente que, de modo completo y unitario regula


una materia

A.2 Distinción con recopilación o compilación

Recopilación o compilación es simplemente una colección de disposiciones de distintas


procedencias y tiempos que pueden ordenarse en función de criterios que pueden variar (por
materias, cronológico, etc…) pero que conservan su individualidad

B) Etapas preparatorias (1812-1880) del Código Civil de 1889

B.1 Proyecto de 1821

Surge al iniciarse el Trienio Liberal, cuando las Cortes organizan una comisión de siete diputados
que será la encargada de redactar el Código. Sus miembros, entre los que destaca Nicolás María
Garelly, tuvieron en cuenta los Códigos Civiles de Francia, Prusia y Austria y elaboraron una obra
más amplia de lo que en un principio le correspondía. El proyecto de 1821 está inacabado e iba
precedido de un discurso reivindicador de la tradición jurídica nacional

B.2 Proyecto de 1851 de García Goyena

El 19 de agosto de 1843, se crea la Comisión General de Codificación y tras ser reorganizada


reemprende la tarea de elaborar un Código Civil, lo cual fue posible gracias a la presentación en
mayo de 1851 de un proyecto suscrito por cuatro juristas, García Goyena, Bravo Murillo, Luzuriaga
y Sánchez Puig.

Constaba de casi 2000 artículos agrupados en tres libros. Era de corte centralizador y antimoral.
Aunque el proyecto no llegó a hacerse efectivo inspiró al actual Código Civil de 1889.

B.3 Leyes civiles especiales

Dados los problemas existentes a la hora de redactar un Código Civil de vigencia general se
procedió a elaborar una serie de leyes denominadas especiales debido a la materia pero de
aplicación general en todo el país.

- Ley Hipotecaria

Fue publicada el 8 febrero de 1861 y reformada en 1869.

El régimen hipotecario de esta ley fue construido sobre los dos grandes principios de publicidad y
especialidad, características del sistema germánico, aunque excepcionalmente se conservara el
vestigio de algunas hipotecas tácitas y generales.

- Ley del Notariado

Fue publicada el 28 de mayo de 1862. definía al notario como “funcionario público autorizado para
dar fe, conforme a las leyes, de los contratos y demás actos extrajudiciales”; sancionaba la
separación de fe pública judicial y extrajudicial; establecía la unidad notarial; y fijaba el acceso
mediante oposición ante las Audiencias. Además la ley abrió las puertas a la creación de Colegios
de Notarios.

- Leyes de Aguas

En abril de 1859 se creó una comisión ministerial para redactar el proyecto de Ley de Aguas y
lograr así la unificación de la multitud de documentos legales existentes.

Designado ponente Rodríguez de Cepeda, la comisión estudió durante 1861 el texto que éste había
redactado, que finalmente se convirtió en la primera Ley de Aguas, de 3 de agosto de 1866, la cual
intentó regular toda la materia y formar así una especie de Código General de las Aguas.

La Revolución de 1868 trajo consigo nuevas disposiciones, discrepantes a veces con la normativa
anterior. Para normalizar la situación se redactó un nuevo texto en 1879, vigente hasta 1985.

- Ley de Matrimonio Civil

Publicada el 18 de junio de 1870, establecía la obligatoriedad del matrimonio civil, negando a


cualquier otro esos efectos civiles y sometiendo a la jurisdicción ordinaria el conocimiento de los
conflictos.

Sus principios fueron rechazados por la jerarquía eclesiástica cuando aún estaba en fase de
elaboración y atravesó múltiples dificultades durante el poco tiempo que estuvo vigente siendo
derogada en 1875. Pese a su corta duración tuvo una influencia notable pues constituye el primer
intento de establecer en España el matrimonio civil obligatorio y fue una “carta negociable” con la
autoridad eclesiástica a la hora de determinar el régimen matrimonial del propio Código Civil.

- Ley de Registro Civil

El 17 de junio de 1870, fue promulgada la ley instauradora de un registro donde se hicieran constar
los actos concernientes al estado civil de las personas. De este modo, los nacimientos, matrimonios
y defunciones, antes inscrito en los registros parroquiales, pasaron a ser objeto de la verificación y
control del Estado. La desconfianza hacia la administración local junto al fracaso de proyectos
anteriores, hicieron que los encargados de dichos registros fueran los juzgados municipales.

Esta ley fue explícitamente respetada por el Código Civil mientras no entrase en contradicción con
los preceptos que éste destinaba al tema en cuestión.

C) Código Civil de 1889

C.1 Proceso

La etapa final de la codificación civil viene con la nueva constitución de la Comisión General de
Codificación a raíz del decreto del 10 de mayo de 1875. Desde entonces se buscó la solución
armónica y sensible que respetase el peculiarismo foral, en lugar de un texto radical y excluyente,
posibilidad que quedó abierta con la Constitución de 1869, la cual establecía que el mismo código
debía regir en toda la monarquía. En 1880, el ministro Álvarez Bugallal dicta un decreto que hace
que se integren en la comisión de codificación importantes juristas de Cataluña, Aragón, Baleares,
Navarra, Galicia y Vascongadas. Quienes debían redactar una memoria sobre las instituciones
civiles de sus regiones que se debieran conservar.

El paso siguiente y más decisivo fue obra el ministro de Gracia y Justicia Alonso Martínez, quien
presentó en octubre de 1881 a las Cortes un proyecto de Ley de Bases del Código Civil. En él se
autorizaba al Gobierno para publicar el proyecto de 1851 con las variaciones oportunas.

Su sucesor, Francisco Silvela, presentó un segundo proyecto de Ley de Bases que fue aprobado por
las Cortes en 1888. Sus preceptos atendían a la forma de realización del Código, disponiendo que
la redacción tuviera como fundamento el proyecto de 1851, y a resolver el problema
complementario de la heterogeneidad foral, estableciendo un criterio transaccional, ordenando
que el código fuera complementado con unos apéndices que recogieran “las instituciones forales
que conviene conservar”, respecto a los cuales el propio código sería derecho supletorio

C.2 Promulgación Código Civil por Real Decreto de 24 de julio 1889

Tras la Ley de Bases de 1888 el proceso se aceleró. La Comisión de Codificación preparó el texto de
forma acelerada, pues se hubo de hacer en mese lo que no se había hecho en años. En 1888 un
decreto de Alonso Martínez (ministro de nuevo) ordenaba publicar el Código en la Gaceta de
Madrid, lo que se hizo de forma paulatina. En diciembre de ese año ya había aparecido la totalidad
del Código, pero los desajustes consiguientes al procedimiento utilizado llevaron a que la ley de 26
de mayo de 1889 ordenase realizar una segunda edición. De este modo y por real decreto de 24 de
julio de 1889 fue promulgado el texto definitivo.
C.3 Contenido

El Código Civil consta de un título preliminar y cuatro libros y un total de 1976 artículos, a los que
se añaden las disposiciones transitorias y adicionales, estas últimas destinadas a arbitrar el
procedimiento de revisión del cuerpo legal.

C.4 Influencias que recibe

Dos terceras partes proceden de manera directa del proyecto de 1851 y todo el texto se inspira en
el Código francés. Domina así una línea individualista, acorde con el viejo dogma de la autonomía
de la voluntad, aunque su mismo proceso de elaboración dificultó una vertebración
doctrinalmente unitaria.

C.5 Valoración

El Código Civil de 1889 fue acogido con frialdad y desencanto, anticipo de lo cual fue la valoración
negativa de la Comisión del senado encargada de su defensa, al afirmar que el texto no coincidía
con los progresos y necesidades del momento. Por su parte, Sánchez Román aseguraba que el
Código no solo no disminuía, sino que aumentaba la pluralidad legislativa, por lo que más valiera
no haberlo hecho y para Valverde resultó moderno pero defectuoso. A lo largo de los últimos años
se ha abierto en nuestro país una corriente rehabilitadora que aporta un juicio más justo y
equilibra1ºdo, con especialistas como Lacruz o Hernández Gil.

2. Codificación penal

A) Base ideológica: Ilustración Europea

Las grandes líneas orientadoras de la codificación penal proceden de la renovación provocada por
la Ilustración europea. A los principios del derecho penal del Antiguo Régimen, las mentes de
vanguardia opusieron otros arraigados en:

- el utilitarismo: la acción punitiva debe corresponderse con la utilidad social

- el humanitarismo: atemperamiento y corrección de los excesos de cualquier tipo.

- las concepciones defensoras de la proporcionalidad de las penas: principio de que toda pena
debe ser proporcional a la culpa.

Fueron dos los encargados de esta revisión ideológica:

A.1 Montesquieu: El espíritu de las leyes

En esta obra, el francés se pregunta qué leyes penales convienen a un gobierno despótico, a la
monarquía, a la república o a los Estados moderados. En estos últimos, son necesarias leyes fijas
que impidan el poder arbitrario, pero conviene que las penas no sean demasiado severas. En
definitiva, la principal aportación de Montesquieu consiste en haber reclamado unas leyes penales
que garantizasen la seguridad; unos tribunales que asegurasen la libertad del ciudadano, y un
sistema de proporcionalidad de penas.

A.2 Beccaria: De los delitos y de las penas

Cesare Beccaria comenzará a preocuparse por el tema tras haber leído las Cartas persas de
Montesquieu. Su obra, De los delitos y las penas tuvo una gran acogida, pues planteaba una serie
de cosas que aunque hoy son obvias, no lo eran en aquel entonces:

- Son las leyes las que deben fijar las penas, no quedando estas bajo el arbitrio del juez.

- Debe haber proporción entre delitos y penas

- Las penas deben ser iguales para todos los ciudadanos

- El fin de la pena es impedir al reo causar nuevos daños a los ciudadanos

- Un hombre no es reo antes de la sentencia del juez

- La pena de muerte no es útil ni necesaria

B) Códigos

B.1 Código Penal de 1822

En 1820 fueron constituidas las Cortes liberales del Trienio, entre cuyos componentes destacaba el
extremeño José maría Calatrava, quien junto a sus compañeros presentó un proyecto de Código
Penal en las Cortes. Allí fue discutido en 1821 y en julio del año siguiente fue promulgada. El
Código consta de un título preliminar, sobre cuestiones generales, y dos partes, la primera
dedicada a los delitos contra la sociedad y la segunda contra los particulares.
Fuentes inspiradoras fueron los textos nacionales y, de manera especial, los tratadistas y códigos
extranjeros. La obra, un tacto ecléctica, recibió profundas críticas y la dificultad para conocer cuál
fue su vigencia, muestra hasta qué punto fue precaria.

B.2 Código Penal de 1848

La derogación en 1823 de la legislación del Trienio supuso un retorno al desbarajuste penal. Por
ello, el gobierno de Joaquín María López estableció en agosto de 1843 una Comisión de
Codificación, a fin de que prepararse los textos relativos a derecho penal, civil y de enjuiciamiento.
La penal quedó fundamentalmente, en manos del abogado Manuel Seijas, quien redactó un
anteproyecto que, discutido y modificado en el seno de la Comisión, fue enviado al gobierno.
Finalmente, se aprobó en 1848, entrando en vigor al año siguiente. El texto se dividía en tres libros
y se inspiraba en el Código brasileño de 1830. Era muy riguroso en el castigo de los delitos
religiosos.

B.3 Código Penal de 1870

En realidad, se trataba de una profunda reforma del de 1848.

La Comisión de Codificación dio paso en 1869 a una Comisión legislativa, cuya sección penal fue
encomendada a Nicolás María Rivero. Sus ocupaciones políticas facilitaron la preponderancia del
magistrado Groizard, cuyos puntos de vista orientaron el rumbo de los trabajos. En mayo de 1870,
el ministro de Gracia y Justicia, Montero Ríos, presentó un proyecto a la Cortes, el cual fue
aprobado provisionalmente posponiéndose la discusión definitiva hasta después del verano. Se
publicó, sin embargo, el 30 de agosto, corrigiéndose unilateralmente por el ministro mediante
decreto de 1 de enero del año siguiente, logrando así fijeza. El texto se proponía tres cosas:

- llevar a cabo una reforma en consonancia con la nueva Constitución, destacando la eliminación
del título “delitos contra la religión”

- mitigar el rigor del texto anterior

- corregir los defectos técnicos del mismo

El Código recibió, en un principio, numerosos elogios, pero no tardaron en llegarle las críticas. Hoy
día, los autores están de acuerdo en que supuso un considerable avance en política penal y calidad
técnica.
3. Codificación mercantil

A) Evolución y naturaleza del Derecho mercantil

El Derecho mercantil había sido, en sus orígenes, el derecho especial de los mercaderes (ius
mercantorum). Con el tiempo, se extendió a los actos de comercio de cualesquiera que fuesen los
intervinientes. El pensamiento derivado de la Revolución francesa no podía acoger un derecho
privilegiado, desligando al Derecho mercantil del ejercicio profesional de las actividades
comerciales. Ello dio lugar a un confuso fenómeno fruto de cuestiones como qué es el comercio,
en qué se diferencia el acto comercial del jurídico civil y cuál es la peculiaridad del Derecho
mercantil frente al civil. Estas tres preguntas vienen ocupando a los mercantilistas del siglo XX. El
mercantilista alemán Heck, señaló que el objeto de esta rama del Derecho eran los actos jurídicos
realizados en masa y con espíritu profesional de ganancia duradera. Por ello, al ralizarse tales actos
en un marco organizativo, el Derechi mercantil resulta ser el derecho de la empresa y de su tráfico.

B) Códigos

B.1 Código de Comercio de 1829

En 1827, Pedro Sainz de Andino se ofrece a Fernando VII para realizar un Código de comercio para
“España e Indias”. Aceptada la propuesta, se constituyó una comisión, con él como secretario, que
en quince meses remite al monarca el texto resultante de sus 64 sesiones. Pero Andino envía otra
anteproyecto redactado por él solo. Entre ambos, Fernando VII elige este último, promulgándolo
en 1829. Constaba de cinco libros y recibía influencias de su homólogo francés, pero también en
buena medida de los preceptos y doctrinas de la tradición nacional. Mantenía el régimen de
consulados como tribunales de primera instancia y atribuyó la segunda y tercera instancia a los
tribunales ordinarios. Por su parte, el régimen procesal quedó pendiente de una ley específica.

B.2 Código de Comercio de 1885

La advertencia de algunos defectos en el Código de 1829, el despegue de la economía y el cambio


político del momento, hicieron que en 1834 se formase una nueva comisión para redactar otro
texto. Se abre así una etapa revisionista que va a durar medio siglo. Al mismo tiempo, se
promulgan diversas leyes sobre importantes materias.

El decreto de 1869 que recogía la filosofía jurídica de la Revolución de la Gloriosa, anunciaba un


nuevo Código. Por ello, fue nombrada una comisión, cuya tarea consistiría en elaborar un texto
basado en principios como la libertad de comercio, rechazo a las agremiaciones forzosas, mínimas
exigencias en cuanto a formalidades de contratación, etc. Sobre tales pautas fue presentado un
anteproyecto en 1875, que se publicó cinco años después, siendo revisado por otra comisión.
Finalmente, Alonso Martínez hizo entrega del texto a las Cortes, promulgándose el Código en 1885
y entrando en vigor al año siguiente. Este texto repite la estructura y las líneas del de 1829, la única
gran diferencia es la eliminación de la jurisdicción mercantil, la cual había sido suprimida.

4. Codificación procesal

El Derecho procesal es el conjunto de normas reguladoras del proceso, es decir, del litigio jurídico
que las partes sustancian ante los tribunales.

A) Codificación procesal civil

A.1 Ley de Enjuiciamiento Civil de 1855

En la segunda mitad del siglo XIX se constituye una comisión para que acometa la elaboración de
una ley única de Enjuiciamiento Civil. Tras pocos meses presentan el trabajo a las Cortes, el cual es
aprobado como Ley de Bases en 1855. Fruto de su revisión por una nueva junta fue la Ley de
Enjuiciamiento Civil, promulgada en octubre de dicho año. Es un texto compuesto por casi millar y
medio de artículos distribuidos en dos partes que estuvo vigente un cuarto de siglo. Destaca en
todo este proceso la figura del jurista Pedro Gómez de la Serna.

A.2 Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881

En 1878, el ministro de Gracia y Justicia encarga a la sección primera de la Comisión de


Codificación, presidida por Alonso Martínez, que estudie las modificaciones a introducir en el texto
de 1855. Se redacta, por ello, una Ley de Bases cuyo objeto es respetar la estructura general de la
ley de 1855, introduciendo las disposiciones dictadas ulteriormente. De este modo, aparece la Ley
de Enjuiciamiento Civil de 1881, aprobada por real decreto.

La Ley, con sus 2181 artículos repartidos en tres libros, fue el más extenso de los cuerpos legales de
España y la más amplia ley de procedimiento civil de Europa.

Modificada en numeroso aspectos hasta nuestro tiempo, responde en el fondo a lo dispuesto por
su antecesora.

B) Codificación procesal penal


B.1 Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1872

Pese a que la Constitución de Cádiz había ordenado arreglar la administración de justicia, hubo que
esperar casi sesenta años para que esto se cumpliese. Durante ese período, surgen algunos
proyectos y rigen, de manera aislada, ciertas orientaciones procesales contenidas en el Código
Penal de 1848. Al fin, la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1870 dispuso en la primera de sus
disposiciones transitorias “reformar los procedimientos criminales”. Consecuencia directa fue la
Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1872. Consta de un cinco títulos e introdujo novedades como el
juicio oral y la institución del jurado. Por esto, su aplicación resultó difícil.

B.2 Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1882

El fracaso de la Compilación General llevada a cabo para resolver el desajuste del procedimiento
criminal, hizo que en junio de 1882 se promulgase una Ley de Bases para reformarlo, de acuerdo a
los principios de brevedad, publicidad, prisión reservada para los delitos graves, instancia única y
otros aconsejados por “la ciencia y la experiencia”. Los redactores llevaron a cabo su tarea,
publicándose la Ley de Enjuiciamiento Criminal en septiembre de ese mismo año. Esta se compone
de un millar de artículos repartidos en siete libros, y se inspira en textos extranjeros y nacionales.

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