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Estamentos y privilegios
Los dos primeros estamentos eran los privilegiados, gozaban de derechos, estaban
exentos de pagar impuestos y habían acumulado riqueza y poder. Poseían la
mayoría de las tierras, ejercían el mando en ellas y cobraban impuestos a los
campesinos. Además formaban parte de la corte y tenían reservados los cargos
más altos del Gobierno (ministros, secretarios).
A principios del siglo 18, la agricultura era la fuente principal de riqueza más
importante, pero resultaba muy poco productiva. El mayor problema residía en la
forma de propiedad, la mayor parte de la tierra estaba vinculada (señorío) a un
título nobiliario. Sus titulares podían sacar provecho económico y dejarla en
herencia, pero no venderla.
Los señores vivían de los impuestos señoriales que pagaban los campesinos que
estaban obligados a entregar la décima parte de sus cosechas a la iglesia, y pagar
impuestos al Estado, el derecho de mando (jurisdicción) les permitía dictar normas,
crear nuevos impuestos.
La burguesía tenía cada vez más poder económico, pero su crecimiento se veía
frenado por su condición de no privilegiado, no podía hacer oír su voz dentro del
sistema absolutista. Coincidía con los otros integrantes del Tercer Estado, en un
interés común: acabar con los privilegios y derechos feudales
(Ninguna ley protegía a los súbditos del despotismo. Cualquier desobediencia era
sofocada por el ejército).
Los límites a la autoridad real los fijaban los privilegios tradicionales de la nobleza y
el clero, Por el otro, los Parlamentos formados por los tres estamentos, que podían
crear impuestos y ratificar nuevos monarcas, pero no ejercían ningún control sobre
el rey.
John Locke fue el primero en formular lo que sería el liberalismo. Defendía que el
Estado había de garantizar los derechos del individuo, propuso que el conocimiento
debía basarse en la experiencia práctica y no en creencias.
El despotismo ilustrado
Desde la Edad Media, el poder real en Inglaterra estaba limitado por las dos
cámaras del Parlamento: Lores y Comunes. Los monarcas necesitaban su
autorización para la aprobación de nuevos impuestos o para declarar la guerra.
En el siglo 17, una nueva dinastía, la de los Estuardo, pretendió gobernar sin el
control del Parlamento. Estos hechos provocaron un movimiento revolucionario que
puso fin al absolutismo. Primero, se implantó una república (1649-1660), después se
restauró la monarquía, el nuevo rey Carlos II se vio obligado a aceptar límites de su
poder frente al Parlamento.
Carlos II tuvo que reconocer el Habeas Corpus de 1796, era una ley que garantiza
que nadie podía ser detenido sin ser puesto ante un juez al cabo de 72 horas. Sin
embargo, el nuevo monarca Jacobo II provocó una segunda revolución que, en
1689, acabó definitivamente con los Estuardo.
Inglaterra fue el primer país con una monarquía de poder limitado: Los poderes
ejecutivos y legislativos estaban separados y se creó un tercer poder, la justicia. Los
ciudadanos tenían garantizada la defensa de sus libertades individuales.
Las trece colonias inglesas de América del Norte protagonizaron en el siglo 18, la
primera insurrección colonial contra una metrópolis y constituyeron el primer ejemplo
de un gobierno fundado sobre los principios de la igualdad y la libertad.
Tras una larga guerra, en 1783, Gran Bretaña reconoció la independencia del
territorio americano.
El nuevo Estado, que agrupaba las trece colonias, adoptó el nombre de Estados
Unidos de América y George Washington, fue proclamado primer presidente.
Hacia 1788, el descontento de los diversos sectores del Tercer Estado respecto al
Antiguo Régimen se acentuó por la crisis económica.
*Los campesinos sufrieron un aumento de las rentas señoriales (aplicado por los
nobles para mantener su nivel de vida) y unas malas cosechas agravaron su
precariedad.
Por otro lado, un sector de la burguesía urbana reclamaba un cambio político que
posibilitase la libertad económica y la igualdad civil. Mientras, la expansión de las
ideas ilustradas favorecen la crítica al absolutismo.
El rey Luis 16, aceptó la propuesta de los privilegiados y convocó los Estados
Generales para mayo de 1789 ( no se reunían desde 1614). El paso previo era la
elección de los representantes de cada estamento
Ante la negativa del rey y los privilegiados, los diputados del Tercer Estado
declararon que representaban a la mayoría de la población y, con el apoyo de
algunos clérigos y nobles liberales, se constituyeron en Asamblea Nacional y juraron
no disolverse sin haber dado una Constitución a Francia (juramento del Jeu de
Paume). Por ello, se transformó en Asamblea Nacional Constituyente.
La nueva Constitución y las reformas adoptadas fijaban sus límites tanto políticos
(sufragio censitario) como sociales y económicos. Los campesinos mostraron su
insatisfacción por el pago de un rescate por los derechos señoriales y aspiraban al
acceso a la propiedad privada.
*En el centro (la Llanura) se situaba una mayoría de diputados cuya adscripción
ideológica era menos definida y oscilaba entre los dos grupos anteriores.
La república girondina (1792-93)
En junio de 1793, respaldados por los sans-culottes los jacobinos asaltaron a los
principales diputados girondinos y los ejecutaron. Dejando el poder en sus manos.
Los jacobinos elaboraron una nueva Constitución en 1793, que reflejaba los
principios de la democracia social: soberanía popular y sufragio universal masculino
directo.
Para imponer todas estas reformas el nuevo Gobierno cuyo frente se situó
Robespierre, suspendió las garantías constitucionales e inició una política conocida
como el Terror: concentró todos los poderes y tomó medidas contra los
sospechosos de acciones contrarrevolucionarias.
Ante las críticas, Robespierre y sus fieles (Saint-Just) recurrieron a una violencia
extrema para eliminar a sus adversarios. En esta situación todos sus enemigos se
unieron en su contra, acusando a los jacobinos de instaurar una dictadura, y un
golpe de Estado en la Convención detuvo a Robespierre, que fue guillotinado junto a
sus seguidores (28 de julio de 1794).
La república conservadora (1794-95)
Solo la guerra en el exterior parecía dar triunfo. Las clases acomodadas vieron en
Napoleón Bonaparte a un general victorioso, que podía garantizar la revolución
liberal. Con el apoyo de la burguesía y del ejército. Napoleon protagonizó el
noviembre de 1799,un golpe de Estado (18 Brumario) y concentró todo el poder en
sus manos.
Napoleon no significó la vuelta al Antiguo Régimen, sino que consolidó los aspectos
más conservadores de la revolución (abolición del feudalismo, libertad económica,
igualdad ante la ley, supresión de los privilegios, etc.). Reformó la administración,
promulgó un nuevo Código Civil y desarrolló un sistema educativo nacional y más
igualitario.
El dominio de Europa
El dominio francés sobre Europa logró su máxima expansión en el año 1812. Sin
embargo, la invasión de Rusia acabó en un fracaso, pues el ejército no fue capaz de
soportar el invierno y tuvo que retirarse. Esta fue la primera gran derrota del
emperador.
Napoleon fue confinado en la isla del Elba, pero el descontento popular con la
restauración del absolutismo favorece un retorno efímero del emperador (Los Cien
Días). Las potencias aliadas lo derrotaron finalmente en Waterloo (18 de junio de
1815). Napoleón fue enviado a la isla de Santa Elena, hasta su muerte.