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Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña

(ISFODOSU)

Recinto Luis Napoleón Núñez Molina

Presentación
Materia:

Psicología del aprendizaje (9 a 12 años)2

Nombre:

Lisvel Rodriguez Osoria

Matricula:

20203-0143

Maestro:

Zoilo Rafael Méndez

Sección:

01

Licey al Medio, Santiago


República Dominicana
Introducción
Jugar es la principal actividad de la infancia y se caracteriza por ser un acto voluntario, libre,
espontáneo y de disfrute para el niño. Es importante proveer al niño de tantas experiencias y
actividades distintas como sea posible, pero adecuándolas a su capacidad y desarrollo. Así el
niño obtiene las primeras sensaciones acerca del color, fuerza, rapidez, distancia, forma,
tamaño, peso… manipulando el juguete y jugando con este.

Con el movimiento aprende a desarrollar el equilibrio, la coordinación y el control del cuerpo,


haciéndose conscientes de sus posibilidades, de su propia fuerza y flexibilidad. Todo tipo de
juego motor facilita la adquisición del esquema corporal y el reconocimiento de sí mismo
diferente a los demás.

Igualmente ocurre con el desarrollo visomotor cuando un niño alcanza la presión voluntaria
para manipular un juguete empieza por madurar la pinza digital, y más tarde consigue una
buena rotación de la muñeca que le permite encajar piezas, jugar con plastilina o a
las construcciones, pasar páginas, garabatear, pintar etc. todo ello necesario para ir
desarrollando la motricidad fina.
Importancia del juego y su implicación en el desarrollo
psicosocial en niños de 9 a 12 años
A medida que los niños crecen, también lo hacen los tipos de juegos. Juegan de forma
distinta a medida que también lo hace su desarrollo, el juego evoluciona con ellos. En cada
una de las etapas del desarrollo infantil predomina un tipo de juego diferente y en todos los
niños sigue el mismo orden. Cada vez que aparece un juego nuevo, no desaparecen los
demás, se perfeccionan y pasan a estar al servicio de los demás juegos posteriores .
Jugar es muy saludable; cuando juega, el niño explora el mundo. Imita a los mayores,
pruebas alternativas, experimenta, resuelve problemas, desarrolla su pensamiento y su
creatividad. Un niño que juega seguramente será un adulto bien adaptado y con buen
desempeño en la vida. Por el contrario, la ausencia del juego en niños impacta
negativamente sobre su futuro.
Las oportunidades de jugar que tienen los niños son cada vez menos. Un problema que se
va extendiendo día a día es el de los “niños con agenda”. Son niños q ue van de una
actividad a otra durante todo el día y que no tienen tiempo para jugar.
El colegio, el deporte organizado, idiomas, danzas, artes marciales, música y un sinfín
de otras actividades llenan el día a día de los pequeños. Llegan a sus casas agotados y ya
no tienen ganas de jugar.

Son niños a los que no se les reserva tiempo para jugar libremente. Es necesario que la
organización familiar entienda que jugar es aprender, y que el tiempo en el que el niño
juega es fundamental para su desarrollo. Debido a que el juego es una actividad fundamental
para el desarrollo y aprendizaje de los niños, ya que les permite potenciar su imaginación,
explorar el medio ambiente en el que se desenvuelven, expresar su visión particular del mundo,
manifestándola mediante su creatividad a través del lenguaje oral y corporal, y el desarrollo de
habilidades socioemocionales y psicomotoras que se materializan de su relación entre pares y
adultos.

Se ha podido demostrar que el juego es la mejor herramienta para adquirir un buen desarrollo
físico y motor, cognitivo, social y comunicativo, así como emocional- afectivo:

El niño va adquiriendo un buen desarrollo motor desde los primeros años de vida, descubre
su entorno más próximo al aprender a gatear, caminar, correr, pedalear etc. motivado por
objetos y juguetes. Con el movimiento aprende a desarrollar el equilibrio, la coordinación y
el control del cuerpo, haciéndose conscientes de sus posibilidades, de su propia fuerza y
flexibilidad. Todo tipo de juego motor facilita la adquisición del esquema corporal y el
reconocimiento de sí mismo diferente a los demás.

Igualmente ocurre con el desarrollo visomotor cuando un niño alcanza la presión voluntaria
para manipular un juguete empieza por madurar la pinza digital, y más tarde consigue una
buena rotación de la muñeca que le permite encajar piezas, jugar con plastilina o a
las construcciones, pasar páginas, garabatear, pintar etc. todo ello necesario para ir
desarrollando la motricidad fina.

Cuando a través de un juguete, despertamos la curiosidad y el asombro en el pequeño,


estamos desarrollando su capacidad cognitiva. Al entender cómo funcionan los objetos y
el anticiparse a las consecuencias de sus acciones, estamos estimulando la capacidad de
aprender y las habilidades que despertamos son la formación de conceptos, memorización,
categorización, ubicación espacial, propiciamos la atención para asimilar y comprender la
relación causa-efecto. Todo lo que se aprende a través del juego se asimila más rápido y mejor.
La actividad de jugar es insustituible para el desarrollo psicosocial del niño, le permite
relacionarse con los demás, crear vínculos, iniciarse en las normas, aprender a compartir, a
respetar turnos y todo ello resulta clave para el desarrollo personal social. Cuando juega con
otros niños gesta sus futuras habilidades sociales y comunicativas, a la vez que desarrolla sus
capacidades lingüísticas. Muchas de las actividades lúdicas desarrollan las funciones del
lenguaje y las formas de expresión. La estimulación del lenguaje a través del juego es de vital
importancia porque está estrechamente ligado al desarrollo cognitivo y social.
Cuando utiliza el tipo de juego llamado simbólico el niño es capaz de transformar los objetos
en lo que desea. Mediante el símbolo interioriza el mundo exterior y lo adapta a sus necesidades
así potencia la imaginación, la creatividad y la representación. El niño juega a las casitas, a los
médicos, a comprar y vender etc. Para el desarrollo emocional y afectivo, el juego es una vía
excelente para expresar y realizar sus deseos y sirve como descarga de sentimientos positivos
y negativos, ayudando al equilibrio emocional. El niño utiliza el juego para liberar sus
impulsos. se introduce en el aprendizaje de conductas sociales, asumiendo roles y aprendiendo
reglas necesarias para conseguir regular su comportamiento y conocer sus emociones.
Actualmente la mayor parte de los proyectos educativos contemplan en su intervención
un modelo lúdico por ser el mecanismo de aprendizaje más importante para el niño.
Igualmente, la mayoría de los pediatras afirman que el juego es la base principal para saber si
todo va bien, ya que un niño que no juega es un niño al que le pasa algo. El juego es
imprescindible para un sano desarrollo mental del niño

En los más pequeños, el aprendizaje se estimula mejor mediante las actividades lúdicas. Esto
les permite adquirir habilidades que fortalecen el trabajo en equipo y fomentan la creatividad
y la innovación. Jugar ayuda a nuestros pequeños a crear vínculos afectivos que generan en
ellos seguridad y estabilidad, lo cual los protege contra el estrés y los ayuda a generar resiliencia
emocional.

Algunas contribuciones del juego en los niños, que podemos referir, son las siguientes:

Contribuciones físicas: posibilita diferentes movimientos que ejercitan a los niños, mejorando
su coordinación psicomotriz. Esto les permite dormir mejor durante la noche y tiende a
disminuir el riesgo de sobrepeso y obesidad.
Desarrollo sensorial y mental: les permite aprender a discriminar formas, tamaños colores,
olores y texturas.
Contribuciones afectivas: les permite experimentar y reconocer diversas emociones, como
sorpresa, alegría, tristeza, asombro, miedo, entre otras.
Creatividad e imaginación: elementos innatos del juego que propician la interacción con
pares y adultos. Por ende, el juego repercute en el establecimiento de vínculos afectivos que
propician la cooperación, la empatía y la seguridad de los niños.
Ofrecer a un niño la oportunidad de jugar, es una de las mejores maneras de ayudarlo a crecer
y a que pueda convertirse en un adulto curioso, más creativo, sano y feliz. No pierda la
oportunidad de compartir, junto a su niño, la alegría de descubrir nuevas experiencias mientras
se conecta entre sí y con el mundo que los rodea.
Conclusión

Para concluir se puede decir que el desarrollo psicosocial es un proceso de transformaciones


que se dan en una interacción permanente del niño o niña con su ambiente físico y social. Y
esto lo aporta el e jugar ya que este puede mejorar las capacidades de los niños para planificar,
organizar, llevarse bien con los demás y regular sus emociones. Además, el juego ayuda con el
lenguaje, las destrezas matemáticas y sociales e incluso ayuda a los niños a sobrellevar el estrés
Referencias
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infantil. La Mente es Maravillosa. https://lamenteesmaravillosa.com/tipos-juegos-

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Niñez intermedia (9 a 11 años). (2021, febrero 22). Cdc.gov.

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ml

(Desarrollo psicosocial en la niñez media, 2019)

Desarrollo psicosocial en la niñez media. (2019, julio 14). Issuu.

https://issuu.com/paolamguerrero61/docs/desarrollo_psicosocial_en_la_ni_ez__39276

2f4d00669

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