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UN PRINCIPIO DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA: EL JUEGO Y

LOS JUGUETES EN EDUCACIÓN INFANTIL

Mª Carmen Morón Macías

El juego constituye la ocupación principal del niño/a, así como un papel muy
importante, pues a través de éste puede estimularse y adquirir mayor desarrollo en sus
diferentes áreas (picomotriz, cognitiva y afectivo-social. Además, el juego en los
niños/as tiene propósitos educativos y también contribuye en el incremento de sus
capacidades creadoras, por lo que es considerado un medio eficaz para el
entendimiento de la realidad. Por medio del juego los pequeños experimentan,
aprenden, reflejan y transforman activamente la realidad.

Los juguetes, por su parte, son las herramientas esenciales que ayudan al buen
desarrollo del niño/a. Es a través del juguete que los niños/as exploran, descubren,
aprenden e interactúan con múltiples objetos y problemas que forman una parte
importante de su adecuado desarrollo como individuos.

1.- EL JUEGO COMO PRINCIPIO DE INTERVENCIÓN EN EDUCACIÓN


INFANTIL

Se entiende por "principios" los fundamentos que debemos tener en cuenta para
ayudar a los alumnos/as a que logren los objetivos y desarrollen sus capacidades. Se
basan en las necesidades de los niños/as. Nos sirven para descubrir y organizar qué
contenidos y qué actividades son las más convenientes para guiar al niño/a en sus
aprendizajes.

Se oponen a todo hacer casual y desordenado, siendo un elemento necesario en


la estructura del trabajo educativo y en el marcarse intencionalmente un camino para
lograr un desarrollo conveniente.

El juego es la primera manifestación natural de la actividad del niño/a. Con el juego


el niño/a aprende más que con la instrucción formal. Es el medio más eficaz y
generalizado de conseguir las finalidades de la educación infantil, al ser una actividad
en la que pueden tener cabida aptitudes, hábitos o aprendizajes diversos.

Ensayar, tantear, comprobar, volver a empezar en contacto con las cosas, de un


modo lúdico, es el mejor camino para tomar conciencia del mundo sensible, en la
adquisición de saberes instrumentales y en la formación de hábitos y formas de pensar
y aprender.

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El niño/a no puede pensar en abstracto, como no sea partiendo de lo que ve,
siente, toca, manipula y experimenta.

Todo juego tiene dimensiones intelectuales, afectivas, sociales, psicomotrices.


Facilita el autodominio, proporciona contactos físicos, evoca sentimientos y
emociones, provoca aficiones, facilita la comunicación y expresión afectiva, descubre
actitudes y comportamientos del niño/a, le ayuda a superar bloqueos psicológicos y
dificultades de relación, interioriza modelos sociales y los valores implícitos en ellos.
Por el juego, traduce sobre un modelo simbólico, sus fantasías, deseos y experiencias,
le sirven para ir ajustando el mundo exterior al mundo interior de sus estructuras
mentales.

El juego actúa como vehículo de transición de la sensación al pensamiento, de los


esquemas sensomotores a los conceptuales, de la acción a la representación.

1.1.- El juego según la edad

0 a 2 años: Etapa de los juegos funcionales, el niño/a ejercita sus funciones


ensayando movimientos con las manos y los brazos. Aquí tienen lugar los juegos
“hedonisticos” o de búsqueda de placer. La inteligencia es motriz, lo que implica que
no representa a los objetos sino los tiene delante y se pierden cuando desaparecen de
su campo visual. Su principal actividad es exploratoria, busca el objeto nuevo porque
necesita manipularlo.

2 a 7 años: Aparece en el niño/a la capacidad de representación simbólica. Ya


puede representar objetos sin necesidad de que estén presentes antes sus ojos.
Adquieren gran importancia los juegos de imitación. En esta etapa los juguetes deben
servir para despertar y fomentar la fantasía.

7 años en adelante: Ya las reglas del juego están instauradas y adquieren su


mayor importancia los juegos sociales.

1.2.- Funciones del juego


Durante los distintos periodos de su desarrollo, el niño/a tiene diferentes
intereses. A veces se habla, por ejemplo, que el niño/a tiene periodos críticos en su
desarrollo, siendo de vital importancia considerar los intereses espontáneos de cada
periodo para lograr un desarrollo íntegro.
Su universalidad es el mejor indicativo de la función primordial que debe cumplir
a lo largo del ciclo vital de cada individuo. Habitualmente se le asocia con la infancia,
pero lo cierto es que se manifiesta a lo largo de toda la vida del hombre, incluso hasta
en la ancianidad.
Los expertos en desarrollo infantil comentan que en el juego existe libertad para
experimentar con nuevas experiencias y para cometer errores. Durante el juego el
niño/a establece sus propios ritmos y controla la situación, es independiente y tiene
tiempo para resolver los problemas que se le plantean. Todos ellos factores
importantes para obtener un pensamiento eficaz. Los adultos deben ser agentes
mediadores para llevar al niño/a a realizar juegos eficaces y con sentido, acercándole

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las situaciones y juguetes de los que pueda aprender más.
Por eso, tenemos que tener en cuenta las funciones del juego en el desarrollo
infantil ya que es el lenguaje principal de los niños/as. Éstos se comunican con el
mundo a través del juego. El juego de los niños/as siempre tiene sentido, según sus
experiencias y necesidades particulares. Muestra la ruta a la vida interior de los
niños/as; expresan sus deseos, fantasías, temores y conflictos simbólicamente a
través del juego. Refleja su percepción de sí mismos, de otras personas, y del mundo
que les rodea. A través del juego los niños/as lidian con su pasado y su presente, y se
preparan para el futuro.
 El juego estimula todos los sentidos.
 El juego enriquece la creatividad y la imaginación.
 El juego ayuda a utilizar energía física y mental de maneras productivas y/o
entretenidas.
El juego es divertido, y los niños/as tienden a recordar las lecciones aprendidas
cuando se están divirtiendo, por esto el juego facilita el desarrollo de:
 Habilidades físicas: agarrar, sujetar, correr, trepar, balancearse.
 Habla y lenguaje: desde el balbuceo, hasta contar cuentos y chistes.
 Destrezas sociales: cooperar, negociar, competir, seguir reglas, esperar turnos.
 Inteligencia racional: comparar, categorizar, contar, memorizar.
 Inteligencia emocional: auto-estima, compartir sentimientos con otros.

También, el juego facilita el aprendizaje sobre:


 Su cuerpo: habilidades, limitaciones.
 Su personalidad: intereses, preferencias.
 Otras personas: expectativas, reacciones, cómo llevarse con adultos y con
niños/as.
 El medio ambiente: explorar posibilidades, reconocer peligros y límites.
 La sociedad y la cultura: roles, tradiciones, valores.
 Dominio propio: esperar, perseverar, lidiar con contratiempos y derrotas.
 Solución de problemas: considerar e implementar estrategias.
 Toma de decisiones: reconocer opciones, escoger, y lidiar con las
consecuencias.

La importancia del juego en la educación es grande porque pone en actividad todos


los órganos del cuerpo, fortifica y ejercita las funciones psíquicas. El juego es un factor
poderoso para la preparación de la vida social del niño/a; jugando se aprende la
tolerancia, se forma y consolida la personalidad y se estimula la creatividad.
En lo que respecta al poder individual, los juegos desenvuelven el lenguaje,
despiertan el ingenio, desarrollan el espíritu de observación, afirma la voluntad y
perfeccionan la paciencia. También favorecen la agudeza visual, táctil y auditiva;
aligeran la noción del tiempo, del espacio; dan soltura, elegancia y agilidad del cuerpo.

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2.- EL JUGUETE EN EL DESARROLLO INFANTIL
Los juguetes son las herramientas esenciales que ayudan al buen desarrollo
del niño/a. jugando un papel realmente importante en la formación de conceptos,
aptitudes, expectativas, y la socialización de los más pequeños. Desde siempre, los
niños/as han tenido la necesidad de una actividad. De moverse, curiosear, de
manipular y experimentar objetos, de crear, de relacionarse, e intercambiar acciones,
vivencias y sentimientos.
A través de los juguetes los niños/as establecen las primeras interacciones con el
adulto, y con sus iguales, un poco más tarde. Con la llegada de estas fechas
navideñas, las palabras “regalar”, “juguete” y “navidad” vuelven a interrelacionarse.

Desde el juego, el habla pública del niño/a comienza a hacerse lenguaje interno
para autodirigir su conducta y planificarse; y externo, para tomar iniciativas, discutir,
negociar, llegar a acuerdos, comprobar, sin miedo al error, hasta dónde llegan sus
competencias y habilidades. A través de los juguetes se desarrollan procesos de
abstracción. Por ello, el juego simbólico es usado como herramienta para la evaluación
del desarrollo madurativo. Por último, el juguete proporciona momentos de felicidad y
ocio, lo que incide directamente en su autoestima y bienestar.

Jugar, para el niño/a, es vivir, por eso el juguete no debe ser sólo un premio, sino
un instrumento para su desarrollo y felicidad.

2.1.- Importancia de los juguetes

Los juguetes tienen una influencia muy importante en el juego. Algunos juguetes
tienden a promover un juego de mayor calidad que otros. Los juguetes
multipropósitos y desestructurados, como arcilla, bloques, figuras genéricas y
muñecas, alientan un tipo de juego que los niños/as pueden controlar y moldear para
satisfacer sus necesidades individuales a través del tiempo. Los juguetes muy
realistas o estructurados, como los muñecos de acción que se basan en programas
de TV o películas y, también, en muchos videos-juegos, pueden guiar a jugar con
temas particulares de modos particulares, simplemente usando juguetes que intenten
imitar lo que ven en la pantalla del televisor o el cine. La mayoría de los juguetes que
más se venden en la actualidad corresponden a la categoría de los muy estructurados,
que están estrechamente vinculados con los medios de comunicación. En la medida
en que los estantes de juguetes de los niños y niñas estén repletos de este tipo de
juguetes, el juego y el aprendizaje sufrirán las consecuencias.

Cuando los niños/as se toman dependientes de los juguetes que les indican a qué
jugar y les muestran cómo hacerlo, utilizan su tiempo de juego imitando los guiones de
otras personas. Como resultado, la imaginación, creatividad y capacidad de los
niños/as para encontrar problemas interesantes para explorar y resolver, plataforma
que contribuye al éxito en la escuela, también puede ser socavada.

Con el tiempo, los niños/as se pueden convertir cada vez más dependientes de
los juguetes que les muestren cómo jugar y se les hace difícil poder crear su propio
juego o usar juguetes con fines abiertos, que puedan controlar. Muchos niños/as
rápidamente se aburren cuando no tienen cosas que les muestren qué y cómo jugar.
También se asocian cada vez más a la televisión y a los video-juegos, como una forma
de remediar su aburrimiento.

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El juguete ante todo debe ser un material de actividad que deseamos ejercitar
mediante el juego. Ejemplo: si el niño/a está construyendo una torre con cubos, lo
importante no son los cubos ni la torre, sino la misma construcción.

2.2.- Características de un juguete

En cuanto a las características de un juguete es importante que cumpla dos


requisitos básicos:

1) Creatividad: El juguete debe cubrir las necesidades que presenta el niño/a en


la evolución de las diferentes funciones y destrezas: psicomotricidad, habilidades
básicas, inventiva, adaptación e integración social. El juguete debe ser abierto, no
restrictivo, y que deje un margen muy importante para la imaginación. De ahí, que los
juguetes más sofisticados son los que menos desarrollan la inventiva del niño/a que en
muchas ocasiones se convierte en un simple espectador de “tanta maravilla”, cuando
lo ideal es que sea el actor protagonista.

2) Valor educativo del juguete: El objetivo es canalizar la energía que el niño/a


despliega para incrementar y fomentar el desarrollo de sus habilidades y destrezas.

2.3.- Criterios de selección y clasificación de los juguetes


El niño/a necesita al adulto para elegir sus juguetes, pues no tiene suficiente
madurez para hacerlo o su criterio y su interés no coinciden con lo que el adulto cree
que le conviene.

Sin embargo, el adulto no siempre sabe elegir lo mejor para cada niño/a, por eso
ha de guiarse por unos criterios que puedan orientar su elección.

Estos CRITERIOS son los siguientes:

1) Seguridad. Es un criterio básico, dada la edad de los niños/as en esta etapa.


Para ello, hay que fijarse en estos aspectos: materiales empleados, tamaño, tamaño
de las piezas, peligros potenciales, riesgos posibles, ausencia de aristas y bordes.

2) Duración. Es importante tener presente la duración, ya que un buen juguete


debe permanecer con el niño/a mientras según este vaya creciendo.

3) Grado de realidad y estructuración. Cuanto más estructurado sea un


juguete, menos permitirá el desarrollo creativo.

4) Salubridad e higiene. Los juguetes deben de estar hechos de materiales


fáciles de limpiar e higiénicos.

5) Estética. Serán atractivos en color, forma y presentación.

6) Adecuación a la edad.

7) Criterios pedagógicos. Son fundamentalmente estos:

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 Un juguete debe ser eminentemente divertido, ha de incentivar el juego.

 Tendrá carácter global, será polivalente, sencillo, abierto, con múltiples


aplicaciones y combinaciones, permitirá transformaciones con varias
posibilidades de juego.

 Estará adaptado a las necesidades de los niños, respondiendo a sus intereses


y a su experiencia, y facilitando la creación de intereses nuevos.

 Debe posibilitar el descubrimiento, la necesidad de exploración, la creatividad y


la socialización, estimulando la participación y el contacto con los demás.

 Su mecanismo e instrucciones han de ser comprensibles para el niño.

 La forma de juego será comprensible y suficientemente flexible para el niño, en


el sentido de que ha de poderse adaptar a cada niño en particular.

Otro aspecto importante, es la calidad del embalaje y del etiquetado: se tendrá


que considerar si está hecho de material resistente, si es higiénico, si se adecua a la
edad, si guara relación con el contenido de la caja (si es proporcional al juguete) y si
permite no solo el transporte por parte de los niños, sino también el mantenimiento
(hay bastantes juguetes, que una vez montados es imposible volver a guardarlos).

En resumen, un buen juguete es aquél que está compuesto de materiales


idóneos, que desarrolla capacidades en el niño, que divierte y que estimula la
consecución de valores y aptitudes positivas (participación, socialización, solidaridad,
respeto, la atención a la diversidad, ecologismo, autoestima,...).

La CLASIFICACIÓN de los juguetes se puede hacer de múltiples formas,


dependiendo de los criterios que se tengan en cuenta. A continuación se presentan
según Glanzer que los clasifica según las áreas de la personalidad:

1) De perceptividad: producen sonidos y movimientos.

2) De psicomotricidad: desarrollan la motricidad. Son de tres clases: de arrastre,


los que contribuyen a la habilidad manual y los que afectan a la actividad física de todo
el cuerpo (pelotas, globos).

3) De afectividad: en ellos se deposita la emotividad (ositos).

4) Dramáticos: permiten al pequeño canalizar sus fantasías en forma de juego


simbólico, dramatización y títeres. Se distinguen, a su vez:

 Los que reproducen la acción del adulto (cocina, coches, teléfonos).

 Los que ayudan a identificar personajes (sombreros).

 Los que estimulan la fantasía a través de muñeco (títeres).

5) De creatividad: permiten crear entes reales o imaginarios.

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6) Intelectuales: ofrecen la posibilidad de resolver problemas, sea por
asociaciones espaciales o lógicas. (Dominós, loterías, ajedrez).

7) Sociales: son juegos colectivos, con reglamentos, por lo que hacen que se
desarrollen conductas sociales.

Otra clasificación sería el Sistema ESAR, éste fue creado por una ludotecaria
canadiense en 1982 (Dense Garon) que consiste en un sistema de clasificación de los
juguetes en varias categorías:

1) De ejercicio (sensoriales, psicomotrices y manipulativos).

2) Simbólicos (de hacer como si, de roles, y de representación).

3) De ensamblaje (construcción, montaje de poleas...).

4) De reglas (habilidad, estrategias, azar).

5) Lingüístico y afectivo.

2.4.- El juguete según la edad

Los juguetes recomendados por edades son:

0-6 meses: El bebé necesita juguetes que le ayuden a descubrir su cuerpo y a


distinguir diferentes texturas, formas y colores. Los sonajeros, móviles de cuna,
muñecos de goma, mordedores, alfombras con actividades, etc.

7-12 meses: El bebé empieza a explorar los objetos y a reconocer voces.


Pelotas, muñecos de trapo, juguetes sonoros, tentetiesos, balancines y andadores.

13-18 meses: Los niños/as saben andar y reconocen las propiedades de los
objetos. Los cubos para encajar y apilar, las bicicletas con ruedas y los cochecitos.

19-24 meses: El niño/a habla y comprende, empieza a descubrir su entorno.


Coches, bicicletas, pizarras, pinturas, instrumentos musicales, muñecas y animalitos.

2-3 años: Empiezan a sentir curiosidad por los nombres e imitan escenas
familiares. Triciclos, palas, cubos, rompecabezas, pinturas, teléfonos y muñecas.

3-5 años: El niño/a empieza a preguntar, a aprender canciones y a jugar con sus
amigos/as. Bicicletas, pizarras, magnetófonos, cuentos, marionetas y muñecos
articulados.

6-8 años: El niño/a sabe sumar y restar, leer y escribir. Monopatines, coches
teledirigidos, juegos manuales, de preguntas y de experimentos.

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3.- CONCLUSIÓN

El juego se presenta como una actividad que responde a la demanda de la


sociedad en la que viven los infantes y de la que deben llegar a ser miembros activos.

El juego infantil se caracteriza por ser una actividad divertida pero seria a la vez.
El niño/a, cuando juega se divierte, pero por otro lado el niño/a se toma el juego muy
en serio porque, para él, es una forma de afirmar su personalidad y mejorar su
autoestima. Es además una experiencia de libertad, de ficción y que a veces, implica
un esfuerzo por parte del niño/a.

Como sabemos, los juguetes son los mejores compañeros para la diversión, pero
también para el aprendizaje, pues al jugar se conocen cosas sobre el mundo que nos
rodea, respecto del comportamiento del ser humano y la conducta de los animales.

Aun cuando hoy en día hay miles de juguetes de diferentes tipos, tamaños y
materiales, nadie sabe dónde apareció el primer juguete. Por ello se dice que su
presencia fue simultánea a la existencia de los infantes en el planeta; es decir, que el
primer juguete nació con el primer infante.

Pero a lo largo de la historia, los pequeños han reproducido con sus juguetes y
juegos las actividades de las personas mayores y de la realidad que les rodea.

No podemos hablar de los juguetes sin referirnos al juego que les otorga su
sentido y finalidad. Los infantes de cualquier latitud juegan y les gusta jugar, ya que
esto les brinda placer, alegría y conocimientos.

Así como no hay culturas donde la gente no cante y no cuente historias, no hay
cultura sin juguete. Desde los más remotos rastros de la humanidad, la idea de hacer
un juguete para un infante está inmersa esencialmente en la condición humana; es
igual que mecerle y cantarle al infante con cierto ritmo. Y aunque es cultural no
siempre es algo que se aprenda, pues muchas de las actitudes de los seres humanos
hacia los infantes son instintivas.

Es importante destacar la trascendencia de la elección adecuada de juegos y


juguetes para cada una de las etapas de crecimiento. En cada una de estas etapas el
niño/a va a desarrollar una serie de funciones, y es importante que cuente con los
juguetes más apropiados para ayudarle a conseguirlo.

Jugar es fundamental. Pero también lo es, hacerlo en el lugar adecuado. Por ello,
tanto en casa, como en el ámbito escolar, es importante adecuar estos espacios
lúdicos, con el objeto de propiciar el juego de una forma segura, tanto física como
psíquica, y siempre promoviendo la libertad y la independencia inherentes al juego
infantil.

Los padres y educadores ostentan un papel muy importante en el juego infantil,


ya que son los que observan las necesidades lúdicas de los pequeños y, en base a
esa observación, les proporcionan los medios para su disfrute, permitiendo siempre la
libertad de explorar, manipular, tantear, investigar, etc. En definitiva, padres y

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educadores guían y ayudan sutilmente a los niños/as a descubrir el mundo que les
rodea y el papel que van a desempeñar en el mismo.

El juego y, por tanto, los juguetes no está destinado únicamente a que los
niños/as pasen el tiempo, sirve para mucho más, sirve para educar.

5.- BIBLIOGRAFÍA

 Garaigardobil, M. (1990). Juego y desarrollo infantil. Madrid: Seco Olea.

 Moyles J.R. (1990). El Juego en la educación infantil y primaria. Madrid:


Morata.

 Ortega, R. (1990). Jugar y aprender. Sevilla: Diada.

 Ortega. R. (1992). El juego infantil y la construcción social del conocimiento.


Sevilla: Alfar.
 Blanco Sierra, J. (1992). El juego infantil. Orense: Juan XXIII.
 Díaz V., J. L. (2000). El juego y el juguete en el desarrollo del niño. México:
Trillas.

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