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El juego constituye la ocupación principal del niño/a, así como un papel muy
importante, pues a través de éste puede estimularse y adquirir mayor desarrollo en sus
diferentes áreas (picomotriz, cognitiva y afectivo-social. Además, el juego en los
niños/as tiene propósitos educativos y también contribuye en el incremento de sus
capacidades creadoras, por lo que es considerado un medio eficaz para el
entendimiento de la realidad. Por medio del juego los pequeños experimentan,
aprenden, reflejan y transforman activamente la realidad.
Los juguetes, por su parte, son las herramientas esenciales que ayudan al buen
desarrollo del niño/a. Es a través del juguete que los niños/as exploran, descubren,
aprenden e interactúan con múltiples objetos y problemas que forman una parte
importante de su adecuado desarrollo como individuos.
Se entiende por "principios" los fundamentos que debemos tener en cuenta para
ayudar a los alumnos/as a que logren los objetivos y desarrollen sus capacidades. Se
basan en las necesidades de los niños/as. Nos sirven para descubrir y organizar qué
contenidos y qué actividades son las más convenientes para guiar al niño/a en sus
aprendizajes.
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El niño/a no puede pensar en abstracto, como no sea partiendo de lo que ve,
siente, toca, manipula y experimenta.
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las situaciones y juguetes de los que pueda aprender más.
Por eso, tenemos que tener en cuenta las funciones del juego en el desarrollo
infantil ya que es el lenguaje principal de los niños/as. Éstos se comunican con el
mundo a través del juego. El juego de los niños/as siempre tiene sentido, según sus
experiencias y necesidades particulares. Muestra la ruta a la vida interior de los
niños/as; expresan sus deseos, fantasías, temores y conflictos simbólicamente a
través del juego. Refleja su percepción de sí mismos, de otras personas, y del mundo
que les rodea. A través del juego los niños/as lidian con su pasado y su presente, y se
preparan para el futuro.
El juego estimula todos los sentidos.
El juego enriquece la creatividad y la imaginación.
El juego ayuda a utilizar energía física y mental de maneras productivas y/o
entretenidas.
El juego es divertido, y los niños/as tienden a recordar las lecciones aprendidas
cuando se están divirtiendo, por esto el juego facilita el desarrollo de:
Habilidades físicas: agarrar, sujetar, correr, trepar, balancearse.
Habla y lenguaje: desde el balbuceo, hasta contar cuentos y chistes.
Destrezas sociales: cooperar, negociar, competir, seguir reglas, esperar turnos.
Inteligencia racional: comparar, categorizar, contar, memorizar.
Inteligencia emocional: auto-estima, compartir sentimientos con otros.
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2.- EL JUGUETE EN EL DESARROLLO INFANTIL
Los juguetes son las herramientas esenciales que ayudan al buen desarrollo
del niño/a. jugando un papel realmente importante en la formación de conceptos,
aptitudes, expectativas, y la socialización de los más pequeños. Desde siempre, los
niños/as han tenido la necesidad de una actividad. De moverse, curiosear, de
manipular y experimentar objetos, de crear, de relacionarse, e intercambiar acciones,
vivencias y sentimientos.
A través de los juguetes los niños/as establecen las primeras interacciones con el
adulto, y con sus iguales, un poco más tarde. Con la llegada de estas fechas
navideñas, las palabras “regalar”, “juguete” y “navidad” vuelven a interrelacionarse.
Desde el juego, el habla pública del niño/a comienza a hacerse lenguaje interno
para autodirigir su conducta y planificarse; y externo, para tomar iniciativas, discutir,
negociar, llegar a acuerdos, comprobar, sin miedo al error, hasta dónde llegan sus
competencias y habilidades. A través de los juguetes se desarrollan procesos de
abstracción. Por ello, el juego simbólico es usado como herramienta para la evaluación
del desarrollo madurativo. Por último, el juguete proporciona momentos de felicidad y
ocio, lo que incide directamente en su autoestima y bienestar.
Jugar, para el niño/a, es vivir, por eso el juguete no debe ser sólo un premio, sino
un instrumento para su desarrollo y felicidad.
Los juguetes tienen una influencia muy importante en el juego. Algunos juguetes
tienden a promover un juego de mayor calidad que otros. Los juguetes
multipropósitos y desestructurados, como arcilla, bloques, figuras genéricas y
muñecas, alientan un tipo de juego que los niños/as pueden controlar y moldear para
satisfacer sus necesidades individuales a través del tiempo. Los juguetes muy
realistas o estructurados, como los muñecos de acción que se basan en programas
de TV o películas y, también, en muchos videos-juegos, pueden guiar a jugar con
temas particulares de modos particulares, simplemente usando juguetes que intenten
imitar lo que ven en la pantalla del televisor o el cine. La mayoría de los juguetes que
más se venden en la actualidad corresponden a la categoría de los muy estructurados,
que están estrechamente vinculados con los medios de comunicación. En la medida
en que los estantes de juguetes de los niños y niñas estén repletos de este tipo de
juguetes, el juego y el aprendizaje sufrirán las consecuencias.
Cuando los niños/as se toman dependientes de los juguetes que les indican a qué
jugar y les muestran cómo hacerlo, utilizan su tiempo de juego imitando los guiones de
otras personas. Como resultado, la imaginación, creatividad y capacidad de los
niños/as para encontrar problemas interesantes para explorar y resolver, plataforma
que contribuye al éxito en la escuela, también puede ser socavada.
Con el tiempo, los niños/as se pueden convertir cada vez más dependientes de
los juguetes que les muestren cómo jugar y se les hace difícil poder crear su propio
juego o usar juguetes con fines abiertos, que puedan controlar. Muchos niños/as
rápidamente se aburren cuando no tienen cosas que les muestren qué y cómo jugar.
También se asocian cada vez más a la televisión y a los video-juegos, como una forma
de remediar su aburrimiento.
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El juguete ante todo debe ser un material de actividad que deseamos ejercitar
mediante el juego. Ejemplo: si el niño/a está construyendo una torre con cubos, lo
importante no son los cubos ni la torre, sino la misma construcción.
Sin embargo, el adulto no siempre sabe elegir lo mejor para cada niño/a, por eso
ha de guiarse por unos criterios que puedan orientar su elección.
6) Adecuación a la edad.
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Un juguete debe ser eminentemente divertido, ha de incentivar el juego.
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6) Intelectuales: ofrecen la posibilidad de resolver problemas, sea por
asociaciones espaciales o lógicas. (Dominós, loterías, ajedrez).
7) Sociales: son juegos colectivos, con reglamentos, por lo que hacen que se
desarrollen conductas sociales.
Otra clasificación sería el Sistema ESAR, éste fue creado por una ludotecaria
canadiense en 1982 (Dense Garon) que consiste en un sistema de clasificación de los
juguetes en varias categorías:
5) Lingüístico y afectivo.
13-18 meses: Los niños/as saben andar y reconocen las propiedades de los
objetos. Los cubos para encajar y apilar, las bicicletas con ruedas y los cochecitos.
2-3 años: Empiezan a sentir curiosidad por los nombres e imitan escenas
familiares. Triciclos, palas, cubos, rompecabezas, pinturas, teléfonos y muñecas.
3-5 años: El niño/a empieza a preguntar, a aprender canciones y a jugar con sus
amigos/as. Bicicletas, pizarras, magnetófonos, cuentos, marionetas y muñecos
articulados.
6-8 años: El niño/a sabe sumar y restar, leer y escribir. Monopatines, coches
teledirigidos, juegos manuales, de preguntas y de experimentos.
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3.- CONCLUSIÓN
El juego infantil se caracteriza por ser una actividad divertida pero seria a la vez.
El niño/a, cuando juega se divierte, pero por otro lado el niño/a se toma el juego muy
en serio porque, para él, es una forma de afirmar su personalidad y mejorar su
autoestima. Es además una experiencia de libertad, de ficción y que a veces, implica
un esfuerzo por parte del niño/a.
Como sabemos, los juguetes son los mejores compañeros para la diversión, pero
también para el aprendizaje, pues al jugar se conocen cosas sobre el mundo que nos
rodea, respecto del comportamiento del ser humano y la conducta de los animales.
Aun cuando hoy en día hay miles de juguetes de diferentes tipos, tamaños y
materiales, nadie sabe dónde apareció el primer juguete. Por ello se dice que su
presencia fue simultánea a la existencia de los infantes en el planeta; es decir, que el
primer juguete nació con el primer infante.
Pero a lo largo de la historia, los pequeños han reproducido con sus juguetes y
juegos las actividades de las personas mayores y de la realidad que les rodea.
No podemos hablar de los juguetes sin referirnos al juego que les otorga su
sentido y finalidad. Los infantes de cualquier latitud juegan y les gusta jugar, ya que
esto les brinda placer, alegría y conocimientos.
Así como no hay culturas donde la gente no cante y no cuente historias, no hay
cultura sin juguete. Desde los más remotos rastros de la humanidad, la idea de hacer
un juguete para un infante está inmersa esencialmente en la condición humana; es
igual que mecerle y cantarle al infante con cierto ritmo. Y aunque es cultural no
siempre es algo que se aprenda, pues muchas de las actitudes de los seres humanos
hacia los infantes son instintivas.
Jugar es fundamental. Pero también lo es, hacerlo en el lugar adecuado. Por ello,
tanto en casa, como en el ámbito escolar, es importante adecuar estos espacios
lúdicos, con el objeto de propiciar el juego de una forma segura, tanto física como
psíquica, y siempre promoviendo la libertad y la independencia inherentes al juego
infantil.
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educadores guían y ayudan sutilmente a los niños/as a descubrir el mundo que les
rodea y el papel que van a desempeñar en el mismo.
El juego y, por tanto, los juguetes no está destinado únicamente a que los
niños/as pasen el tiempo, sirve para mucho más, sirve para educar.
5.- BIBLIOGRAFÍA