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Jansenismo: movimiento multiforme que influyo en la vida de la Iglesia siglo XVII, con reflejos en
la dogmática moral y en la espiritualidad.
Cornelio Jansenio 1585-1638 retomo los escritos auténticos de San Agustín , afirma que el
hombre, después del pecado original, está dominado por la concupiscencia. Todas sus acciones
están envenenadas. Sólo la gracia de Dios le permite realizar obras buenas. Pero esta gracia
resulta vencedora sólo con una renuncia total a sí mismo y una perfecta conformidad con la
voluntad divina. El jansenismo, como movimiento puritano, enfatiza el pecado original, la
depravación humana, la necesidad de la gracia divina que salvará solo a aquellos a quienes les fue
concedida desde su nacimiento y la creencia en la predestinación, sin libre albedrío.
Pelagianismo : En los años 380-390, el monje británico Pelagio comenzó a predicar en Roma a un
grupo aristocrático que pronto formó una "élite de la virtud" a su alrededor. Enseñó que, gracias a
su libre albedrío, todo cristiano podía alcanzar la santidad por su propio esfuerzo. Al tener en
cuenta los méritos del hombre, su intención no era hacer que éste fuera menos responsable en su
respuesta a Dios. Pero a medida que su pensamiento avanzaba, llegó a minimizar el papel de la
gracia divina en la respuesta del hombre a la llamada de Dios.al morir san agustin el nombre
pelagianismo sirvió para indicar a todos los que , acentuando la libertad humana, resultaban
sospechosos de no comprender plenamente el papel de la gracia.
Miguel Bayo, más conocido con el nombre de Bay, era un doctor de la Universidad de Lovaina,
natural del Hainaut, a principios del siglo XVI. Habiendo adquirido por sólidos estudios una
profunda erudición, combatió la naturaleza de la enseñanza adoptada en la Universidad de la cual
era profesor y anunció un cierto número de proposiciones. Tales eran aquellas que se referían a la
gracia, al libre albedrío, la muerte de Jesucristo, el pecado original, etc., proposiciones que fueron
condenadas por Pío V el 1.° de octubre de 1567, en número de sesenta y seis y que se pueden
referir a tres clases principales:
Las unas consideran el estado de la inocencia del hombre y consisten en sostener que el destino
humano, siendo la libertad celeste, Dios debía a la criatura, como una consecuencia natural de su
creación, todas las gracias que pueden darle los medios de llegar a sus fines; que la felicidad
eterna es más bien una recompensa debida por el Creador, que una gracia concedida por él; que la
vida debía estar exenta de males y que la muerte no podía existir mientras que el hombre hubiera
quedado en el estado de la inocencia, y esta felicidad durable exigida por la ley natural, siempre
invariable, porque tiene por objeto lo que es esencialmente bueno y justo.
En fin, la tercera serie de proposiciones enseñadas por Bay pertenece al estado de la naturaleza
relevada del pecado por el Hijo de Dios hecho hombre y muerto en la cruz. Según él, la retribución
de la vida eterna se concede a las buenas acciones sin consideración a los méritos de Jesucristo; es
la recompensa necesaria de la obediencia a la ley y la consecuencia de las obras cuyo mérito no
debe atribuirse a la gracia santificada.
Podemos ver como estas doctrinas tienen ciertos matices que exaltan algunos aspectos que
contradicen el modo de operar la gracia de Dios según la doctrina de la Iglesia señalando por un
lado como vemos en el Jasenismo la perversión del ser humano que necesita de la gracias de Dios
para actuar bien, mas sin embargo no deja espacio al libre albedrio que tiene para que la gracia
opere en él.
Por otro lado, la tendencia a exagerar mas la parte del merito del hombre por sus propias fuerzas
disminuyendo la acción de a gracia misma. O concebir al ser en una dualidad el cual esta libres de
responsabilidades como en el maniqueísmo y la postura de miguel vallo que desmerita la acción
salvífica de Dios en la persona de Cristo.
El hombre pierde pues la semejanza de Dios por el pecado pero a menos que se relaciona con Dios
y escuche su voz libremente dejan operar la gracia que es gratuita, lo que el catecismo llama la
gracia actual que es una ayuda celestial en relación a los méritos de Cristo, por los cuales Dios
ayuda al hombre a entrar en relación y comunión con Él , sin embargo en necesario que el ser
humano corresponda, y la gracia santificante como don habitual , disposición que predispone al
alma a actuar a través del amor divino.