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TEOLOGÍA

UNIDAD 5: EL HOMBRE
En el libro del Génesis, capítulos 1 y 2, se narra toda la creación: del cielo y la tierra, la luz, el mar, los vegetales, frutos y
hierbas, astros y estrellas, animales con alas y del mar, del campo, reptiles y todos los demás, y por último, al hombre.
El hombre y la mujer son la cumbre de la creación, Dios crea de lo más imperfecto a lo más perfecto. Dios marca en ella la
superioridad y centralidad del hombre y la mujer. Del día 1 al 5 Dios termina diciendo que lo creado “era bueno”, y
cuando en el 6º día crea al hombre dice que ello “era muy bueno”.
Cuando Dios crea al hombre y a la mujer hay una intervención de Él directa sobre ellos. Hace toda la creación para ellos,
que son puestos como colaboradores en la obra creadora, ellos pueden someterla. Dios sopla en ellos aliento de vida.
EL HOMBRE Y SU REALIDAD
EL HOMBRE A IMAGEN DE DIOS
El hombre y la mujer fueron creados capaces de conocer y amar a su creador. El hombre es la única criatura a la cual Dios
ha amado por sí misma, en esto radica la dignidad del hombre y la mujer.
El hombre y la mujer son persona y no cosa, y al ser persona son alguien y no algo. Debido a la comunidad de origen del
hombre y la mujer, el género humano forma una unidad. Dios creó de un solo y mismo principio.
COMPOSICIÓN DE CUERPO Y ALMA
Dios crea en una unidad sustancial entre cuerpo y alma, ambos son queridos y creados por Él, hacen al género humano.
La imagen de Dios radica en el alma y el cuerpo participa de la imagen en cuanto que está animado por el alma espiritual,
que es lo que da vida.
EL DON DE LA SEXUALIDAD
Dios crea y quiere al hombre y a la mujer en cuanto a su diferencia de varón y mujer, esto afirma su igualdad en dignidad.
Ambos reflejan la sabiduría del creador. Pero Dios no es ni hombre ni mujer, es espíritu puro, en el cual no hay lugar para
la diferencia de sexos.
El hombre y la mujer están hechos el uno para el otro: Dios no los creó a medias e incompletos; los ha creado para una
comunión de personas, en la que cada uno puede ser ayuda para el otro porque son a la vez iguales en cuanto personas y
complementarios en cuanto masculino y femenino.
En el matrimonio, Dios los une de manera que, formando una sola carne, puedan transmitir la vida humana. La sexualidad
hace más plena la complementariedad entre el hombre y la mujer, junto con el matrimonio.
EL HOMBRE EN EL PARAÍSO
El hombre y la mujer fueron creados en estado de justicia o santidad original, es la plenitud de la relación del hombre con
Dios, con la mujer y otros hombres, y con la creación.
El hombre no debe morir ni sufrir en ese estado de santidad. Pero el pecado viene a cambiar la historia, porque una
consecuencia de este es el sufrimiento y la muerte.
EL HOMBRE Y EL PECADO
EL PECADO ORIGINAL
El pecado original es un estado, no un acto. Lo contraemos, no lo cometemos. El pecado llega a nosotros por la
comunidad de origen, por eso es que alcanza a todos. Dentro de lo que relata la biblia, el pecado no es comer del fruto
prohibido sino desobedecer a Dios por querer ser autosuficiente y creernos un “Dios”.
El pecado original se transmite por propagación y nos llega por herencia. No es una falta personal y tampoco implica que
la naturaleza humana está completamente corrompida.
El pecado original se borra con el bautismo pero queda en el hombre:
 La concupiscencia: orientación o inclinación a cometer pecados;
 El sufrimiento; y
 La muerte.
DEFINICIÓN DE PECADO
El pecado hace referencia al hombre que elije apartarse de Dios, el pecado va en contra de nuestra relación con Dios . San
Agustín lo definía como aquella palabra, acto o deseo contrario a la ley eterna. Es importante aclarar que si bien el
hombre intenta apartarse de Dios, él siempre nos sigue buscando.
Pecar implica una falta contra la razón, la verdad y la conciencia recta; falta al amor verdadero para con Dios y con el
prójimo, a causa del apego a los bienes. El pecado hiere a la naturaleza humana y atenta contra la solidaridad del hombre.
LA DIVERSIDAD DE PECADOS
"Se sabe muy bien cuáles son las obras de la carne: fornicación (relaciones sexuales fuera del matrimonio), impurezas y
libertinaje, idolatría y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y discordias, sectarismos,
disensiones (disputas entre personas) y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza. Les vuelvo a
repetir que los que hacen estas cosas no poseerán el Reino de Dios."
Gal 5, 19-21 enumera los pecados.
Los pecados se pueden dividir:
 Según su objeto: contiene a aquellos pecados que vayan en contra del amor a Dios y al prójimo. Ej.: matar, actuar con
violencia.
 Según las virtudes a las que se oponen: por ejemplo, la templanza es una virtud y la falta de paciencia es un pecado
porque va contra ello.
 Según los mandamientos que quebranta.
 Según su gravedad:
o Veniales o leves: son pecados que hieren la caridad pero no la destruyen. Aunque sean leves, si se producen en
forma reiterada pueden convertirse en mortales.
o Mortales o graves: son pecados que destruyen la caridad en el corazón del hombre por una infracción (falta) que
priva al hombre de su salvación. Importan en él 3 elementos:
 Materna grave: va en contra de algún mandamiento.
 Pleno conocimiento: se realiza sabiendo que lo que se está haciendo está mal.
 Deliberado consentimiento: se realiza queriendo hacerlo (no por obligación).
EL HOMBRE Y LA GRACIA
LA GRACIA
La gracia es el favor gratuito de Dios, es su llamado para ser hijos adoptivos de Dios. Es una participación en la vida de
Dios. Es sobrenatural, porque depende de la iniciativa gratuita de Dios. Ella es Santificante y Divinificadora y se recibe en
el Bautismo. Con la gracia, Dios sana el alma del pecado y nos santifica.
 Gracia habitual: gracia para vivir y actuar según Dios.
 Gracia actual: intervención divina, que está en el origen de la conversión o en el curso de la obra de la santificación.
Puede ser la gracia de los sacramentos.
La predisposición del Hombre para adquirir la Gracia, ya es obra de la Gracia, es decir, que nos abramos a la Gracia, ya es
obra de Dios. La libre iniciativa de Dios para darnos la Gracia requiere la aceptación libre de la gracia, es decir, que demos
una respuesta. La Gracia es un don del Espíritu Santo, que nos justifica y nos santifica, libera.
Hay dos tipos de acción del Espíritu en nosotros:
 Gracia Sacramental, son las gracias propias de cada Sacramento.
 Gracias Especiales, acompañan cada una de las actividades y los distintos ministerios de la Iglesia.
LA JUSTIFICACIÓN
La Justificación se refiere a que la Gracia tiene el poder de Santificarnos, es decir, de lavar nuestros pecados. Entraña el
perdón de los pecados, la santificación y la renovación interior del Hombre. Con la Muerte y Resurrección de Cristo, Dios
nos Santifica. Jesús, muriendo, nos salva.
EL MÉRITO
Es la retribución de vida por una persona o una comunidad a la acción de uno de sus miembros, considerado como obra
buena o mala, digna de recompensa o castigo.
En sentido estricto, no podemos hablar de mérito porque hay una desigualdad entre Dios y el Hombre. En teología, la
palabra mérito proviene de que Dios dispuso asociarnos libremente a la obra de su gracia (el mérito es porque Dios quiso
salvarnos). Tiene dos acciones, una acción paternal de Dios y la otra es el obrar libre del Hombre.
LA SANTIDAD
Dios nos Justifica para la Santidad, debiera ser la meta última del hombre. La Santidad consiste en reproducir en nosotros
la imagen de Jesucristo. Quienes están llamados a la Santidad son todos los cristianos, todos estamos llamados a ser
Santos. “Hay un llamado universal a la Santidad”. La Santidad consiste en la plenitud de la vida Cristiana y la perfección en
la Caridad. Ser Santo, no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino vivir extraordinariamente lo ordinario. Ser Santo es
encarnar en nosotros lo que Jesús hizo, es decir, llevar la cruz de Cristo.
Cosas para alcanzar la Santidad:
 Seguir la huella de Jesús.
 Hacerse conforme a su imagen, reproducir en nosotros su vida.
 Ser obediente a la voluntad de Dios.
El final de este proceso de Santificación tiende a acercarnos más íntimamente a Jesús. A medida que vamos asumiendo la
vida de Cristo, asumimos su cruz y con eso nos vamos santificando.
LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA
El dogma fue proclamado por el Papa Pio IX. Este dogma dice que la Virgen María, fue preservada inmune de toda
mancha de pecado original, en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente,
en atención a los méritos de Jesucristo como Salvador del Género Humano. La Virgen María fue concebida sin pecado
original porque iba a ser madre del Salvador. María fue redimida antes, en el seno de su madre Santa Ana.
LA VIDA EN EL ESPÍRITU
LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA
La dignidad humana radica en que el Hombre es la única creatura capaz de relacionarse cara a cara con Dios, el hombre y
la mujer tienen la capacidad de relacionarse íntimamente con Dios. Además, es la única creatura que Dios ha amado por
sí mismo. Esto se debe a que el Hombre fue creado a imagen y semejanza con Dios, somos participes de una naturaleza
divina. Y, a pesar de que la imagen ha sido dañada por el pecado, Dios la restaura en Cristo. Al ser creados a imagen y
semejanza de Dios, el Señor está en el otro y por eso yo no puedo atacar al hermano, al semejante.
El hombre participa de la luz y la fuerza del Espíritu. Por la razón, el hombre puede comprender el orden de las cosas. Por
la voluntad, es capaz de dirigirse por sí mismo al bien verdadero.
LA LIBERTAD DEL HOMBRE
La libertad es aquello por lo cual el Hombre puede llegar al bien por sí mismo. Para que exista una auténtica libertad debe
existir el Bien. También, la libertad radica en el amor de Dios en el Hombre. A veces, se distorsiona la libertad porque se la
entiende cómo hacer lo que quiero y no como hacer el Bien.
La libertad es el poder radicado en el corazón y la voluntad de obrar o no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar por sí
mismo acciones deliberadas. Para ser plenamente libre, cada uno debe disponer de sí mismo, hacer lo que quiera y no
porque algo me condiciona.
La libertad es una fuerza de crecimiento y de maduración en la Verdad y la Bondad. La libertad es plena cuando está
orientada hacia Dios, que es el Sumo Bien. Mientras estamos en la Tierra, podemos elegir entre el Bien y el mal, y cada
vez que elijamos el Bien sobre el mal, nos estaremos haciendo más libres. Cuando elegimos el mal, nos convertimos en
esclavos.
Las cosas que condicionan la libertad son:
 Ignorancia: es el desconocimiento de una situación concreta. Ej.: ignoro que lo que estoy haciendo está mal.
 Violencia: cuando me obligan a hacer algo o estoy bajo presión.
 Temor: hacemos algo porque tenemos miedo de que si no lo hacemos algo va a pasar.
 Afectos desordenados
 Factores psíquicos o sociales

LA MORALIDAD DE LOS ACTOS HUMANOS


Para que un acto sea humano hay que actuar libremente.
Elementos:
Objeto: es el bien al cual tiende deliberadamente nuestra voluntad, es la materia del acto humano. El objeto elegido es el
que especifica moralmente el acto del querer, según que la razón lo reconozca y lo juzgue o no conforme al bien
verdadero. El objeto es lo que hace bueno o malo un acto. Ej.: ayudar al pobre.
Fin o intención: el fin se sitúa del lado del sujeto que actúa. Es el movimiento de la voluntad hacia un fin. Apunta al Bien
esperado en la acción emprendida y puede orientar varias acciones. Ej.: ayudar al pobre por amor a Dios o al prójimo. Una
intención buena no puede hacer bueno un acto que tenga un objeto malo.
Circunstancias: son elementos secundarios del acto moral y pueden agravar a o atenuar la maldad de un acto , pero
también las circunstancias pueden ser indiferentes al acto y no hacerlo ni más grave, ni más bueno. Ej.: ayudar al prójimo
dando algo propio.
 Un acto moralmente bueno supone la Bondad del objeto, el fin y las circunstancias, o al menos las circunstancias
deben ser indiferentes.
 Una finalidad mala corrompe el acto, aunque el objeto sea bueno.
 El objeto puede por sí solo enviciar el conjunto de todo el acto moral.
 No se puede juzgar un acto moral solo por la intención.
LA CONCIENCIA MORAL
Es el núcleo más secreto y el sagrario del Hombre, en el que esta solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de su
conciencia. Esta voz que escuchamos es la que nos dice si algo está bien o mal.
La conciencia moral es la que nos ordena practicar el bien y evitar el mal, y a su vez juzga las acciones concretas
aprobando las buenas y denunciando las malas, y atestiguan la autoridad de la verdad con referencia al Bien Supremo. La
conciencia es lo que nos orienta a Dios o nos dice si lo que hicimos está o no orientado a Dios. Es el mismo Dios el que
habla.
La conciencia es un juicio de la razón por la cual la persona humana reconoce la cualidad moral de un acto concreto ya
sea que ha realizado, lo esté realizando o lo vaya a realizar. En todo lo que hace o dice el Hombre está obligado a seguir a
su conciencia, que sabe lo que es justo y recto.
En el caso de que una conciencia este mal conformada, por lo cual se actuó mal pensando que está bien, el Hombre está
obligado a seguir su conciencia. Siempre estamos obligados a seguir nuestra conciencia sin importar si el acto está bien o
mal, si es bueno o malo moralmente, nuestra dignidad como persona implica y nos exige que formemos rectamente
nuestra conciencia.
Elementos que ayudan a formar nuestra conciencia:
 Palabra de Dios.
 Cruz de Cristo.
 Acciones o asistencia del Espíritu Santo.
 Consejo y testimonio de personas mayores.
 Guía de la Iglesia.

La conciencia moral comprende:


 La percepción de los primeros principios de la moralidad (sindéresis): hacer el bien y evitar el mal.
 El juicio práctico: aplicar a las circunstancias concretas de la vida el discernimiento práctico de las razones y de los
bienes, es decir, aplicar el primer principio a las cosas cotidianas.
UNIDAD 6: LA IGLESIA DE CRISTO
LOS NOMBRES Y LAS IMÁGENES DE LA IGLESIA
La palabra Iglesia proviene del griego ekklesia y del hebreo Qahal Yaveh, que ambos significan asamblea convocada, en
términos de un contexto religioso. Es el Pueblo que se reúne o la asamblea convocada por Dios.
Otra palabra que refiere al termino Iglesia es Kyriake, que desprende dos términos más: Kirche (alemán) y Church (inglés),
que significan: “el que pertenece al Señor”.
El término “Iglesia” suele usarse de distintas maneras: para hacer referencia al edificio físico o templo; dentro de un
contexto litúrgico, para hacer referencia al pueblo de Dios reunido para celebrar la misa; o en un sentido más amplio,
para referirse simplemente al pueblo de Dios. Cabe aclarar que, la Iglesia son todos los bautizados.
SÍMBOLOS DE LA IGLESIA
 Pueblo de Dios: este término está más vinculado con el Antiguo Testamento. Al hablar de Pueblo de Dios, se refiere al
Pueblo convocado y elegido por Dios, es decir Israel. Con ellos, Dios hace una alianza y luego le da al pueblo una ley.
 Cuerpo de Cristo: este término está más vinculado con el Nuevo Testamento (ej.: Cartas Paulinas o 1° de Corintios).
En esa imagen, Cristo es la cabeza de la Iglesia porque nos ha redimido y nosotros somos los miembros de ese cuerpo
místico de Cristo. Resalta el tema de la comunión y la unión de todos a la cabeza.

Otras imágenes tomadas de la Biblia:


 Tomadas de la vida pastoril: Jesús dice “Yo soy el Buen pastor”, nos dice que nosotros, los bautizados, que somos las
ovejas que él conoce y llama por su nombre. También se presenta como la Puerta del Corral.
 Tomadas de la agricultura: en algunos textos, la Iglesia es el campo o la Labranza de Dios. También, Jesús aparece
como el viñador o la vid y nosotros somos los sarmientos.
 Tomadas de la construcción: se dice que “la Iglesia es la Casa de Dios”, el Templo del Espíritu Santo.
 Tomadas de la Familia: la Iglesia es como la Jerusalén del Cielo y Madre Nuestra.
 Tomadas del Matrimonio: Cristo como el Esposo y la Iglesia es la Esposa.
ORIGEN, FUNDACIÓN Y MISIÓN DE LA IGLESIA
ETAPAS FUNDACIONALES
La Iglesia no fue fundada en un acto único sino en diferentes etapas y a través de un proceso progresivo:
1. La Iglesia prefigurada en los orígenes del mundo: el mundo fue creado para la comunión con Dios y entre el Hombre
y la Mujer. En la creación ha sido prefigurada la Iglesia.

2. La Iglesia preparada en la Antigua Alianza: existe una preparación remota, que se da con el llamado de Dios a
Abraham (le promete ser Padre de su pueblo y una gran nación). Y una preparación inmediata, que se da cuando se
elige al Pueblo de Israel, con Moisés, en el contexto de la Alianza en el Sinaí. .

3. La Iglesia instituida por Cristo: Él predica la Buena Noticia y el Reino de Dios, la Iglesia es el Reino de Dios que está
presente.
Vemos también, una serie de sucesos que remiten a la venida de Jesús al mundo: elige a los 12 apóstoles y a la cabeza
de ellos coloca a Pedro (tanto este como los demás participan de la misión de Cristo). A este Pueblo que Dios elige le
entrega una oración (Padrenuestro). Con la Última Cena, deja el alimento (Eucaristía) y el mandamiento del Servicio
(amor). Con su muerte y resurrección, deja el Misterio pascual.

4. La Iglesia animada por el Espíritu Santo: en Pentecostés, la Iglesia se manifiesta públicamente gracias al Espíritu
Santo. Él convoca a la Iglesia y por su fuerza comienza la misión de la Iglesia y la Buena Noticia se sigue compartiendo .
Hasta ese momento, la Iglesia solo era conocida por sus seguidores más cercanos.

5. La Iglesia consumada en la Gloria: la Iglesia va a manifestar plenamente lo que es cuando todos estemos juntos en el
cielo. A través de la consumación en el Cielo, todo el mundo llegará a la plenitud. En el cielo se manifiesta la
perfección de la Iglesia.

EVANGELIZACIÓN, NOCIONES FUNDAMENTALES


Jesús es el primer evangelizador, él anuncia el Reino de Dios, esa es su misión. A través de un discurso programático, él
dice lo que se viene, lo que va a hacer. Trae la salvación y liberación de los hombres.
Jesús es mensajero, porque anuncia el mensaje, y es a la vez contenido del mensaje, porque anuncia y se anuncia a sí
mismo, ese Reino es él. Anuncia en medio de sufrimientos y fatigas.
La Iglesia también está llamada a evangelizar, de la mismo manera que Jesús lo hacía. Debe anunciar el Reino y la
salvación en medio de contrariedades. La Iglesia, por su parte, es mensajera pero no contenido del mensaje.
Comunidad evangelizada y evangelizadora
Toda comunidad cristiana es objeto de la evangelización, por eso es evangelizada. El objeto es todo hombre y mujer, que
evangelizados empiezan a formar parte de la comunidad. Y es evangelizadora porque es transmisora del mensaje de Dios,
la Iglesia existe para evangelizar.
Desafíos para la misión:
 Renovar la humanidad: evangelizar pasa por lo más profundo de la persona, que implica y empieza con su conversión
personal.
 Renovación de sectores de la humanidad: la Iglesia debe alcanzar y afrontar los criterios de juicio, para
los puntos de intereses, líneas de pensamiento, fuentes inspiradoras y modelos de vida que son contrarios al
evangelio.
 Transformar la cultura: la evangelización no se identifica con las culturas, sino que es algo que excede a ella. Aunque,
el evangelio se anuncia en una cultura concreta, es por eso que a veces el evangelio tomo ejemplos de la cultura para
revitalizarlos y purificarlos.
Importancia primordial del testimonio de la evangelización
“El mundo de hoy cree más por testigos que en maestros”. Y es una realidad, no se evangeliza con palabras sino por lo
que uno vive. Lo que contagia es el testimonio de vida, eso le da credibilidad al anuncio.
La evangelización es:
 Kerigma: es el primer anuncio, transmitir que Jesús está vivo. Lo más importante es que ese kerigma sea vivido.
 Por contagio: que es por lo que la persona vive.
El anuncio tiene que tener una respuesta, se habla de la importancia de tener una adhesión vital y comunitaria.
EL ESPÍRITU SANTO, PROTAGONISTA DE LA EVANGELIZACIÓN

1. Apenas el Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles, el día de Pentecostés, «se pusieron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les concedía expresarse» (Hch 2, 4). Por tanto, se puede decir que la Iglesia, en el momento mismo en
que nace, recibe como don del Espíritu la capacidad de anunciar «las maravillas de Dios» (Hch 2, 11): es el don de
evangelizar.

Este hecho implica y revela una ley fundamental de la historia de la salvación: no se puede ni evangelizar ni profetizar, en
una palabra, no se puede hablar del Señor y en nombre del Señor sin la gracia y la fuerza del Espíritu Santo.

Sirviéndonos de una analogía biológica, podríamos decir que, así como la palabra humana se difunde por el soplo
humano, así también la palabra de Dios se transmite por el soplo de Dios, de su ruach o pneuma, que es el Espíritu Santo.

2. Este vínculo entre el Espíritu de Dios y la palabra divina ya se puede percibir en la experiencia de los antiguos profetas.
La llamada de Ezequiel se describe como la infusión de un «espíritu» en la persona: «(El Señor) me dijo: “Hijo de hombre,
ponte en pie, que voy a hablarte”. El espíritu entró en mí como se me había dicho y me hizo tenerme en pie; y oí al que
me hablaba» (Ez 2, 1-2).

El libro de Isaías afirma que el futuro siervo del Señor proclamará el derecho a las naciones, precisamente porque el Señor
puso su espíritu sobre él (cf. Is 42, 1).

Según el profeta Joel, los tiempos mesiánicos se caracterizarán por una efusión universal del Espíritu: «Sucederá después
de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda carne» (Jl 3, 1); por efecto de esta comunicación del Espíritu, «vuestros
hijos y vuestras hijas profetizarán» (Jl 3, 1).

3. En Jesús, el vínculo Espíritu-Palabra llega al vértice; en efecto, él es la misma Palabra hecha carne «por obra del Espíritu
Santo». Comienza a predicar «por la fuerza del Espíritu» (Lc 4, 14). En Nazaret, en su predicación inaugural, se aplica a sí
mismo el pasaje de Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la buena
nueva» (Lc 4, 18). Como subraya el cuarto evangelio, la misión de Jesús, «aquel a quien Dios ha enviado» y «habla las
palabras de Dios», es fruto del don del Espíritu, que recibió «sin medida» (Jn 3, 34). Al aparecerse a los suyos en el
cenáculo, en el atardecer de Pascua, Jesús realiza el gesto tan expresivo de «soplar» sobre ellos, diciéndoles: «Recibid el
Espíritu Santo» (Jn 20, 22).

Bajo ese soplo se desarrolla la vida de la Iglesia. «El Espíritu Santo es en verdad el protagonista de toda la misión eclesial»
(Redemptoris missio, 21). La Iglesia anuncia el Evangelio gracias a su presencia y a su fuerza salvífica. Al dirigirse a los
cristianos de Tesalónica, san Pablo afirma: «Os fue predicado nuestro Evangelio no sólo con palabras sino también con
poder y con el Espíritu Santo» (1 Ts 1, 5). San Pedro define a los apóstoles como «quienes predican el Evangelio, en el
Espíritu Santo» (1 P 1, 12).

Pero ¿qué significa «evangelizar en el Espíritu Santo»? Sintéticamente, se puede decir que significa evangelizar con la
fuerza, con la novedad y en la unidad del Espíritu Santo.

4. Evangelizar con la fuerza del Espíritu quiere decir estar revestidos de la fuerza que se manifestó de modo supremo en la
actividad evangélica de Jesús. El Evangelio nos dice que los oyentes se asombraban de él, porque «les enseñaba como
quien tiene autoridad, y no como los escribas» (Mc 1, 22). La palabra de Jesús expulsa a los demonios, aplaca las
tempestades, cura a los enfermos, perdona a los pecadores y resucita a los muertos.

El Espíritu Santo, como don pascual, hace partícipe a la Iglesia de la autoridad de Jesús. Así, vemos que los Apóstoles son
ricos en parresía, o sea, la valentía que les hace hablar de Jesús sin miedo. Los adversarios se maravillaban, «sabiendo que
eran hombres sin instrucción ni cultura» (Hch 4, 13).

También Pablo, gracias al don del Espíritu de la nueva Alianza, puede afirmar con toda verdad: «Teniendo, pues, esta
esperanza, hablamos con toda valentía» (2 Co 3, 12).

Esta fuerza del Espíritu es más necesaria que nunca para el cristiano de nuestro tiempo, a quien se le pide que dé
testimonio de su fe en un mundo a menudo indiferente, si no hostil, que está marcado fuertemente por el relativismo y el
hedonismo. Se trata de una fuerza que necesitan sobre todo los predicadores, que deben volver a proponer el Evangelio
sin ceder ante los compromisos y los falsos atajos, anunciando la verdad de Cristo «a tiempo y a destiempo» (2 Tm 4, 2).

5. El Espíritu Santo asegura al anuncio también un carácter de actualidad siempre renovada, para que la predicación no
caiga en una vacía repetición de fórmulas y en una fría aplicación de métodos. En efecto, los predicadores deben estar al
servicio de la «nueva Alianza», que no es «de la letra», que mata, sino «del Espíritu», que da vida (2 Co 3, 6). No se trata
de propagar el «régimen viejo de la letra», sino el «régimen nuevo del Espíritu» (cf. Rm 7, 6). Es una exigencia hoy
particularmente vital para la «nueva evangelización». Ésta será verdaderamente «nueva» en el fervor, en los métodos y
en las expresiones si quien anuncia las maravillas de Dios y habla en su nombre escucha antes a Dios y es dócil al Espíritu
Santo. Por tanto, es fundamental la contemplación hecha de escucha y oración. Si el heraldo no ora, terminará por
«predicarse a sí mismo» (cf. 2 Co 4, 5), y sus palabras serán «palabrerías profanas» (2 Tm 2, 16).

6. En fin, el Espíritu acompaña y estimula a la Iglesia a evangelizar en la unidad y construyendo la unidad. Pentecostés
tuvo lugar cuando los discípulos «estaban todos reunidos en un mismo lugar» (Hch 2, 1) y «todos ellos perseveraban en la
oración» (Hch 1, 14). Después de haber recibido al Espíritu Santo, Pedro pronuncia su primer discurso a la multitud,
«presentándose con los Once» (Hch 2, 14): es el icono de un anuncio coral, que debe seguir siendo así, aun cuando los
heraldos estén dispersos por el mundo.

Predicar a Cristo bajo el impulso del único Espíritu, en el umbral del tercer milenio, requiere de todos los cristianos un
esfuerzo concreto y generoso con vistas a la comunión plena. Se trata de la gran empresa del ecumenismo, que hay que
secundar con esperanza siempre renovada y con empeño concreto, aunque los tiempos y el éxito estén en las manos del
Padre, que nos pide humilde prontitud para acoger sus designios y las inspiraciones interiores del Espíritu.

EL MISTERIO DE LA IGLESIA
LA IGLESIA VISIBLE Y ESPIRITUAL
Realidad visible de la Iglesia: en este sentido, se puede definir como casta, por la pureza que proviene de Dios, y
prostituta, por el pecado que arrastran los hombres). La Iglesia es una sociedad dotada de órganos jerárquicos, es un
grupo de personas
Realidad espiritual de la Iglesia: la iglesia es el cuerpo místico de Cristo, es una comunidad Espiritual.
La iglesia es signo e instrumento universal de la salvación, a través de ella recibimos la gracia que Dios nos ha dado. La
Iglesia existe para evangelizar, su misión es la evangelización. La Iglesia “no solo es discípula, sino también misionera y su
misión comprende anunciar el evangelio a todos los Hombres, en toda cultura y Pueblo hasta el fin del mundo”. Si la
Iglesia no vive su misión de evangelizar, de llevar la Buena Noticia a todos los Hombres, se muere en sí misma y no se la
entiende si no continúa la misión de Jesús.
NOTAS O PROPIEDADES DE LA IGLESIA

Cuando hablamos de las notas o propiedades, estamos hablando de algo que es esencial para la Iglesia. Son cosas que
caracterizan la misión de la Iglesia y que hacen que sea reconocida por todos como verdadera Iglesia católica.

LA IGLESIA ES UNA

Confesamos que la Iglesia es una, porque hay un solo Dios y un solo Mediador, que es Jesucristo, y un solo Espíritu que
todo lo impulsa. La Iglesia es una porque Dios es uno.

Al concepto de la unidad de la Iglesia debemos entenderlo como:

 La Iglesia es única: la Iglesia es una y no hay otra igual, hace referencia a la unicidad.
 La Iglesia es una en si misma: no está fraccionada y hace referencia a la unidad.

La unidad de la Iglesia brota del mismo querer de Jesucristo. En la última cena Jesús dice “que todos sean uno para que el
mundo crea”.

La unidad de la Iglesia hace creíble la misión de la Iglesia, ya que se expresa que la unidad de la Iglesia, no es un simple
postulado, no es algo superficial o artificial, sino una realidad en Cristo como fruto del Espíritu Santo.

La unidad de la Iglesia está en la profesión de Fe, los Sacramentos, el gobierno y la comunión eclesiástica. Cuando
hablamos de unidad de la Iglesia no nos referimos a uniformidad, donde todo es igual, sino que la unidad se da en la
diversidad, esa es la riqueza de la Iglesia. Dentro de la unidad de la Iglesia es posible la diversidad en la predicación, en las
formas litúrgicas y en las leyes eclesiásticas.
La unidad de la Iglesia se puede romper por tres motivos:
 Apostasía: rechazar la Fe que se tiene.
 Herejía: es una doctrina que es contraria a la Fe Católica, que rompe la unidad de Fe.
 Cisma: es la separación entre miembros de la misma religión o Comunidad, se rompe la comunión vital.

Hay un movimiento de la Iglesia, que surge en el año 1948, que tiene como finalidad volver a la comunión en la Iglesia: se
llama movimiento ecuménico y abarca solo a Iglesias Cristianas.

Este movimiento intenta volver a dialogar con las iglesias separadas de la Iglesia Católica, para volver a la unidad de las
Iglesias cristianas. Trata de sanar errores y limar asperezas entre las Iglesias separadas.

El ecumenismo es solo con las Iglesias que creen en Jesucristo. En el caso del dialogo con judíos y musulmanes, es un
diálogo interreligioso el que debe llevarse a cabo.

Cuando hablamos de la unidad de la Iglesia, no podemos dejar de preguntarnos en que consiste esta unidad. La respuesta
la encontramos en la Biblia, donde se marcan tres modos de vivir la comunión:

 Unidad en la Fe: los discípulos se ponían a escuchar las enseñanzas de los Apóstoles.
 Unidad en la Caridad: los apóstoles ponían todo en común.
 Unidad en la Liturgia: se ve en la manera de celebrar porque se reunían para la fracción del Pan.

LA IGLESIA ES SANTA
No solo es sinónimo de perfección ética, sino que significa pertenencia a Dios.
Santidad objetiva: la Iglesia es Santa porque pertenece a Dios, que es Santo. Dios es la fuente de la Santidad y crea y elige
un Pueblo Santo. Jesús es el Santo de Dios y se entrega para hacer que la Iglesia sea Santa e Inmaculada. El Espíritu Santo
la santifica con su acción y la hace su templo. Nosotros, aunque pequemos, seguimos siendo santos.
Santidad subjetiva: todos los miembros de la Iglesia estamos llamados a la Santidad, a ser santos. La santidad es obra del
Espíritu Santo y de sus dones, no consiste en acciones extraordinarias sino en ser fieles, caritativos, servir a Dios y al
prójimo y ser pacientes en la vida ordinaria. Este tipo de santidad nos lleva a humanizar la vida terrenal y se consigue
viviendo de modo radical lo que Jesús nos enseñó. De la santidad objetiva tiene que brotar ese comportamiento ético y
cada miembro de la Iglesia debe ser santo en la realidad que le toque vivir.
Santo es aquel que vive extraordinariamente lo ordinario de la vida. La santidad se alcanza de acuerdo a la opción de vida
que cada uno haya hecho. Contamos con modelos, que son los santos que la Iglesia canonizó, que nos ayudan a vivir la
santidad. La santidad también es una propuesta para los pecadores.
LA IGLESIA ES CATÓLICA
El primero que utilizo el termino fue San Ignacio de Antioquia. El término “Católico” significa “lo que expresa todo” o
también “Universal”.
Hay un doble sentido en la Catolicidad de la Iglesia. La Iglesia es Católica, porque es entera, universal y está extendida por
todo el mundo. Pero también es Católica porque predica la Fe integra, verdadera y autentica.
Fundamentos bíblicos
 Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. “Dios quiso que en Jesucristo
hubiese la plenitud de la divinidad, para reconciliar con él todas las cosas”.
 Dios quiere que la totalidad de la fe se transmita a todos los pueblos. “Todas las cosas en Cristo, todos los pueblos,
todas las culturas son destinatarios de la salvación que viene de Dios”.
La catolicidad de la Iglesia se va a dar porque:
 Ha sido enviada para predicar el evangelio a todos.
 La Iglesia es Católica en un momento histórica determinado. En una iglesia, una parroquia, una diócesis también se da
la catolicidad de la Iglesia.
 Las iglesias locales y particulares son católicas, porque están colmadas por la abundancia de los dones del Espíritu
Santo, y de la totalidad de servicios, estado de vida y ministerios.

La Catolicidad tampoco es uniformidad porque está conformada por la riqueza que da la diversidad.
LA IGLESIA ES APOSTÓLICA
Jesús confió y transmitió a los apóstoles la misión que su Padre le dio y esto significa que la Iglesia va a estar fundada por
Jesucristo y cimentada en los fundamentos de los apóstoles.
En un sentido estricto, los Apóstoles son los 12 a lo que Jesús llamó. En un sentido más amplio, somos todos lo que
creemos en él y realizamos un servicio misionero como parte de la Iglesia.
Hablar de que la Iglesia es Católica, es poner nuestro ojos en lo Apóstoles. El ministerio de los 12 sigue estando presente
en medio de la Iglesia mediante los Obispos, por medio de la Sucesión Apostólica. Cada Obispo es sucesor de los
Apóstoles no en orden a un ministerio singular, es decir, son sucesores del ministerio, no de un Apóstol en particular,
excepto el Papa que es el sucesor de Pedro.
El ministerio apostólico singular es el ministerio de cada apóstol es particular, que es único e irrepetible y termina cando
este muere. Lo que queda es el ministerio apostólico permanente, que es este que se transmite a los obispos por la
sucesión apostólica.
LA ASUNCIÓN DE MARÍA, MADRE Y MODELO DE LA IGLESIA
Es importante diferenciar:
 Ascender: Jesús asciende, sube al cielo, por sus propios medios.
 Asunción: María es asunta, llevada, al cielo y no sube por sus propios medios.
Terminada la vida en la Tierra, María es asunta al Cielo en cuerpo y alma . María recibe los frutos de la Cruz su Hijo y por
eso es llevada al Cielo. Decir que María es asunta, es decir que es la primera resucitada en el cielo y por eso es para la
Iglesia un modelo. Al mirar a María resucitada, con Jesús, la Iglesia se contempla a sí misma y contempla su destino final.
El Dogma de la Asunción es el último dogma mariano, proclamado por el Papa Pio XII en el año 1950.
SACRAMENTOS DE INICIACIÓN CRISTIANA: Mediante los sacramentos de iniciación cristiana: el BAUTISMO, la
CONFIRMACIÓN y la EUCARISTÍA, se ponen los fundamentos de toda la vida cristiana. Los fiele!0s renacidos en el
bautismo se fortalecen con el Sacramento de la Confirmación y finalmente, son alimentados en la Eucaristía con el manjar
de vida eterna. Por medio de estos sacramentos, reciben cada vez con más abundancia los tesoros de la vida divina y
avanzan hacia la perfección de la caridad.
EL BAUTISMO: Es el fundamento de toda la vida Cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso
a los otros sacramentos. Somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de
Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión.
Baptizein en griego significa ‘’SUMERGIR’’, introducir dentro del agua. La inmersión simboliza el acto de sepultar al
catecúmeno en la muerte de Cristo de donde sale por la resurrección con Él como nueva criatura. También es llamado
BAÑO DE REGENERACIÓN y de RENOVACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO o renovación.
En la historia de la salvación: Desde el origen del mundo, el agua es fuente de la vida y la fecundidad. El ARCA DE NOÉ es
una prefiguración dela salvación por el Bautismo. El PASO DEL MAR ROJO es el anuncio de la liberación obrada por el
Bautismo. Tras EL PASO DEL JORDÁN el pueblo de Dios recibe el don de la Tierra prometida, imagen de la Vida eterna a la
cual accedemos por el Bautismo. El BAUTISMO DE CRISTO EN EL JORDÁN es manifestación de su anonadamiento y es
figura de la muerte y resurrección de Cristo, de cuyo costado abierto en la cruz nace el sacramento del bautismo y la
eucaristía. Desde PENTECOSTÉS los Apóstoles y sus colaboradores ofrecen el Bautismo a quien crea en Jesús. El bautismo
está ligado a la fe.
¿QUIÉN PUEDE RECIBIR EL BAUTISMO? Todo ser humano aún no bautizado.
¿QUIÉNES SON LOS MINISTROS? (MINISTROS ORDINARIOS)Obispo, presbítero, diácono y (MINISTROS EXTRAORDINARIOS)
cualquier persona, incluso un uno bautizado, que en caso de necesidad tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia y
emplee la fórmula bautismal.
EFECTOS DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO
1- Para remisión de los pecados: Por el bautismo todos los pecados son perdonados: pecado original, todos los
pecados personales, así como todas las penas del pecado.
2- Nueva creatura: No solo purifica sino que hace una nueva creación, un hijo adoptivo de Dios que ha sido hecho
partícipe de la naturaleza divina, miembro de Cristo, coheredero con El y Templo del Espíritu Santo. La Trinidad da
al bautizado la GRACIA SANTIFICANTE.
3- Incorporados a la Iglesia: Participamos del sacerdocio de Cristo y de su misión profética y real. Hecho miembro de
la Iglesia el bautizado ya no se pertenece a sí mismo, sino a Cristo y a los demás (a quienes sirve), y a los pastores
(a quienes obedece y respeta). El bautismo es fuente de responsabilidades, deberes y derechos, además es fuente
de la comunión entre todos los cristianos e incluso con los que todavía no están en plena comunión.
4- Un sello espiritual indeleble (carácter): Implica pertenencia a Cristo. Este sello no es borrado por ningún pecado,
aunque el pecado impida al bautismo dar fruto de salvación. El bautismo no puede ser retirado. Marca para la
vida eterna.

 MATERIA: agua común


 FORMA: Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN:
La recepción de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal. Une más íntimamente a la Iglesia y
enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. Compromete como auténticos testigos de Cristo y a extender y
defender la fe con palabras y obras. En Oriente se llama CRISMACIÓN porque es ungido con el crisma. En Occidente se
llama CONFIRMACIÓN por la confirmación del bautismo y el robustecimiento de la gracia bautismal.
En la historia de la salvación: los profetas anunciaron que el Espíritu Santo reposaría sobre el Mesías. Esta plenitud no
debía permanecer únicamente en el Mesías, sino que debía ser comunicada a todo el pueblo mesiánico. (Pentecostés). En
el Nuevo Testamento, los apóstoles siguen comunicando al Espíritu Santo a los neófitos por la imposición de las manos
para completar la gracia recibida en el Bautismo.
En Oriente la confirmación se da con el Bautismo. (marca la unidad de la iniciación) En occidente se separan para destacar
que el ministro es el Obispo.
- ¿QUIÉN PUEDE RECIBIR EL SACRAMENTO? Todo bautizado aún no confirmado. Es necesario hallarse en estado de
Gracia.
- ¿QUIÉNES SON LOS MINISTROS? El Obispo y puede delegar a los presbíteros.

EFECTOS DEL SACRAMENTO:


1- Efusión plena del Espíritu Santo. Da crecimiento y profundización a la gracia bautismal. Nos introduce más
profundamente en la filiación divina. Nos une más firmemente a Cristo. Aumenta en nosotros los dones del
espíritu santo. Hace perfecto nuestro vínculo con la Iglesia. Nos concede una fuerza especial del E.S para difundir
y defender la fe, para confesar valientemente el nombre de Cristo y para no sentir jamás vergüenza de la cruz.
2- Sólo se da una vez e imprime carácter. Perfecciona el sacerdocio común de los fieles recibido en el bautismo.

 MATERIA: Santo Crisma.


 FORMA: (palabras que acompañan al signo) Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo…

SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
Culmina la iniciación cristiana. Por medio de ella quien la recibe participa con toda la comunidad en el sacrificio del mismo
Señor. La eucaristía es fuente y cima de la vida cristiana. Los demás sacramentos, ministerios y obras de apostolado están
unidos a ella y a ella se ordenan. Contiene a Cristo mismo, significa y realiza la comunión. Por ella Dios santifica al mundo
y los hombres por el Espíritu Santo dan culto a Dios. Nos unimos a la liturgia del cielo, anticipamos la Vida Eterna.
Otros nombres que recibe este sacramento: Fracción del pan, banquete del Señor, Asamblea Eucarística. Memoria. Santa
Misa. Misión. Comunión.
En la historia de la salvación: los signos de pan y vino significan la bondad de la creación. En la Antigua Alianza eran
ofrecidos como sacrificio entre las primicias de la Tierra en señal de reconocimiento al creador. En el libro del Éxodo los
panes ácimos de la Pascua Judía conmemoraban la salida liberadora de Israel del dominio Egipcio. Otra imagen bíblica es
el maná. Los milagros de la multiplicación de los panes son signos de la abundancia de la Eucaristía. El agua convertida en
vino en Cana anuncia la hora de glorificación. Jesús instituyó la Eucaristía como memorial de su muerte y resurrección y
ordenó a los apóstoles hacer lo mismo hasta su retorno.
¿QUIÉN PUEDE RECIBIR EL SACRAMENTO? Quien tenga uso de razón y haya recibido el Bautismo.
¿QUIÉNES SON LOS MINISTROS? El Obispo y los presbíteros.
EFECTOS DEL SACRAMENTO:
1- Acción de gracias: la eucaristía es un sacrificio de acción de gracias al Padre, una bendición por la cual la Iglesia
expresa su reconocimiento a Dios por todos sus beneficios, por todo lo que ha realizado mediante la creación, la
redención y la santificación.
2- Memorial sacrificial de Cristo y de su cuerpo que es la Iglesia: La eucaristía es el memorial de la Pascua de Cristo,
la actualización y la ofrenda sacramental del único sacrificio. Memorial no es solamente recuerdo de los
acontecimientos del pasado, sino proclamación de las maravillas que Dios ha realizado a favor de los hombres.
Por ser memorial de la Pascua, la eucaristía es también sacrificio. En la Eucaristía, Cristo nos da el mismo cuerpo
que por nosotros entregó en la cruz, y la sangre misma que derramó para remisión de los pecados.
3- Presencia real por el poder de la Palabra y del Espíritu Santo: En la Eucaristía están contenidos verdadera, real y
sustancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad.
TRANSUSTANCIACIÓN: El Pan y el vino se transforman en el cuerpo y la sangre de Cristo.
La comunión:
 Acrecienta nuestra unión a Cristo
 Nos separa del pecado
 Hace la unidad en la Iglesia
 Entraña un compromiso a favor de los pobres
 Es prenda para la vida futura.

 MATERIA: Pan y vino.


 FORMA: Palabras de Jesús en la institución de la Eucaristía durante la última cena.

SACRAMENTOS DE CURACIÓN: El Señor Jesucristo quiso que su Iglesia continuase, con la fuerza del Espíritu Santo, su obra
de curación y de salvación, incluso en sus propios miembros. Esta es la finalidad de los dos sacramentos de curación.
SACRAMENTO DE LA PENITENCIA Y DE LA RECONCILIACIÓN
Los que se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados
cometidos contra él, y al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados. Ella les mueve
a conversión con su amor, su ejemplo y sus oraciones.
También se lo llama SACRAMENTO DE CONVERSIÓN porque realiza sacramentalmente la llamada de Jesús a la
conversión, SACRAMENTO DE LA PENITENCIA porque consagra un proceso personal y eclesial de conversión,
SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN porque la declaración o manifestación, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es
un elemento esencial de este sacramento, SACRAMENTO DEL PERDÓN porque, por la absolución sacramental del
sacerdote, Dios concede al penitente ‘’el perdón y la paz’’, y SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN porque otorga al
pecador el amor de Dios que reconcilia.
El pecado es ofensa a Dios, ruptura de la comunión con él. Al mismo tiempo, atenta contra la comunión con la Iglesia. Por
eso la conversión implica a la vez el PERDÓN DE DIOS y la RECONCILIACIÓN con la Iglesia, que es lo que expresa y realiza
litúrgicamente el sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación.
Reconciliación con la Iglesia: Durante su vida pública, Jesús no sólo perdonó los pecados, también manifestó el efecto de
este perdón: a los pecadores que son perdonados los vuelve a integrar en la comunidad del pueblo de Dios, de donde el
pecado los había alejado o incluso excluido.
- ¿QUIÉN PUEDE RECIBIR EL SACRAMENTO? Ante todo los que, después del Bautismo, hayan caído en el pecado
grave y así hayan perdido la gracia bautismal y lesionado la comunión eclesial.
- ¿QUIÉNES SON LOS MINISTROS? Los Obispos y los presbíteros.

 MATERIA: Los pecados personales cometidos después del Bautismo.


 FORMA: La ABSOLUCIÓN (la oración que el Sacerdote dice en la confesión por la cual Dios nos perdona)

ACTOS DEL PENITNENTE:


1- Un diligente examen de conciencia
2- La contrición (o arrepentimiento), que es perfecta cuando está motivada por el amor a Dios.
3- La confesión, que consiste en la acusación de los pecados hecha delante el sacerdote
4- La satisfacción, es decir, el cumplimiento de ciertos actos de penitencia, que el propio confesor impone al
penitente para reparar el daño causado por el pecado.

EFECTOS DE ESTE SACRAMENTO:


1- La reconciliación con Dios y por lo tanto, el perdón de los pecados.
2- La reconciliación con la Iglesia
3- La recuperación del estado de gracia, si se había perdido.
4- La remisión de la pena eterna merecida a causa de los pecados mortales, y al menos en pate, de las penas
temporales que son consecuencia del pecado.
5- La paz y serenidad de conciencia y el consuelo del espíritu.
6- El aumento de la fuerza espiritual para el combate cristiano.

SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS:


En el Antiguo Testamento, el hombre experimenta en la enfermedad su propia limitación, y al mismo tiempo, percibe que
ésta se halla misteriosamente vinculada al pecado. Los profetas intuyeron que la enfermedad podía tener también un
valor redentor de los pecados propios y ajenos. Así, la enfermedad se vivía ante Dios, de quien el hombre imploraba la
curación.
La compasión de Jesús hacia los enfermos y las numerosas curaciones realizadas por él, son una clara señal de que con él
había llegado el Reino de Dios, y por tanto, la victoria sobre el pecado, el sufrimiento y la muerte. Con su pasión y su
muerte, Jesús da un nuevo sentido al sufrimiento, el cual, unido al de Cristo, puede convertirse en medio de purificación y
salvación, para nosotros y para los demás.
DOS PREFIGURACIONES EN EL NT: La Iglesia, habiendo recibido del Señor el mandato de curar a los enfermos, se empeña
en el cuidado de los que sufren, acompañándolos con oraciones de intercesión. Tiene sobre todo un sacramento
específico para los enfermos, instituido por Cristo mismo y atestiguado por Santiago, quien dice que si hay alguien
enfermo que llamen a los presbíteros de la Iglesia, para que oren sobre él y le unjan con óleo.
 ¿QUIÉN PUEDE RECIBIR EL SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS? El sacramento lo puede recibir
cualquier fiel que comienza a encontrarse en peligro de muerte por enfermedad o vejez. La celebración de este
sacramento debe ir precedida, si es posible, de la confesión individual del enfermo.
 ¿QUIÉN ADMINISTRA ESTE SACRAMENTO? El sacramento de la Unción sólo puede ser administrado por los
sacerdotes (Obispos o presbíteros)

MATERIA: óleo de los enfermos. FORMA: Por esta santa unción…


La celebración de este sacramento consiste esencialmente en la unción con óleo, sobre la frente y las manos del enfermo,
acompañada de la oración del sacerdote, que implora la gracia especial de este sacramento.
EFECTOS DE ESTE SACRAMENTO:
1- Confiere una gracia particular, que une más íntimamente al enfermo a la Pasión de Cristo, por su bien y por el de
toda la Iglesia, otorgándole fortaleza, paz, ánimo y también el perdón de los pecados, si el enfermo no ha podido
confesarse. Además, este sacramento concede a veces, si Dios lo quiere, la recuperación de la salud física. En
todo caso, esta Unción prepara al enfermo para pasar a la Casa del Padre.

SACRAMENTOS AL SERVICIO DE LA COMUNIÓN Y DE LA MISIÓN: Los sacramentos, el Orden y el Matrimonio, confieren


una gracia especial para una misión particular en la Iglesia, al servicio de la edificación del pueblo de Dios. Contribuyen
especialmente a la comunión eclesial y a la salvación de los demás.
SACRAMENTO DEL ORDEN: Es aquel mediante el cual, la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles, sigue siendo ejercida
en la Iglesia hasta el fin de los tiempos.
¿Por qué se llama sacramento del orden? ORDEN indica un cuerpo eclesial, del que se entra a formar parte mediante una
especial consagración, que por un don singular del espíritu santo, permite ejercer una POTESTAD SAGRADA al servicio del
pueblo de Dios en nombre y con la autoridad de Cristo.
El SACRAMENTO DEL ORDEN EN EL DESIGNIO DIVINO DE LA SALVACIÓN. En la Antigua Alianza, este sacramento fue
prefigurado por el servicio de los levitas, el sacerdocio de Aarón y la institución de los setenta ancianos. Estas
prefiguraciones se cumplen en Cristo Jesús.
El sacramento del orden tiene TRES GRADOS que son insustituibles para la estructura orgánica de la Iglesia:
- El EPISCOPADO
- El PRESBITERADO
- El DIACONADO

EL EFECTO DE LA ORDENACIÓN EPISCOPAL: la ordenación episcopal de la plenitud del sacramento del Orden, hace al
Obispo legítimo sucesor de los apóstoles, lo constituye miembro del Colegio episcopal.
EFECTO DE LA ORDENACIÓN PRESBITERAL: La unción del Espíritu marca al presbítero con un carácter espiritual indeleble,
lo configura a Cristo sacerdote y lo hace capaz de actuar en nombre de Cristo.
EFECTO DE LA ORDENACIÓN DIACONAL: El diácono, configurado con Cristo siervo de todos, es ordenado para el servicio
de la Iglesia, y lo cumple bajo la autoridad del Obispo, en el ministerio de la Palabra, el culto divino, la guía pastoral y la
caridad.
 ¿QUIÉN PUEDE CONFERIR ESTE SACRAMENTO? Corresponde únicamente a los obispos válidamente ordenados,
en cuanto sucesores de los apóstoles, conferir los tres grados del sacramento del Orden.
 ¿QUIÉN PUEDE RECIBIR ESTE SACRAMENTO? Sólo el varón bautizado puede recibir válidamente este sacramento.

 MATERIA: imposición de las manos sobre la cabeza del ordenado por parte del Obispo.
 FORMA: oración consagratoria, pronunciada luego de la imposición de las manos.

EFECTOS DEL SACRAMENTO DEL ORDEN: Otorga una especial efusión del Espíritu Santo, que configura con Cristo al
ordenado en su triple función de Sacerdote, Profeta y Rey, según los respectivos grados del sacramento. La ordenación
confiere un carácter espiritual indeleble: por eso no puede repetirse ni conferirse por un tiempo determinado.
SACRAMENTO DEL MATRIMONIO:
Dios, que es amor y creó al hombre por amor, lo ha llamado a amar. Creando al hombre y a la mujer, los ha llamado en el
Matrimonio a una íntima comunión de vida y amor entre ellos. ¿CON QUÉ FINES HA INSTITUIDO DIOS EL MATRIMONIO?
La alianza matrimonial del hombre y la mujer, está ordenada por su propia naturaleza a la COMUNIÓN Y AL BIEN DE LOS
CÓNYUGES, y a la PROCREACIÓN Y EDUCACIÓN de los hijos.
EFECTOS DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO:
El sacramento del matrimonio crea entre los cónyuges un vínculo perpetuo y exclusivo. Dios mismo ratifica el
consentimiento de los esposos. Por tanto, el matrimonio rato y consumado entre bautizados no podrá ser nunca disuelto.
Por otra parte, este sacramento confiere a los esposos la gracia necesaria para alcanzar la santidad en la vida conyugal y
acoger y educar responsablemente a los hijos.
En este sacramento la MATERIA Y la FORMA coinciden: EL CONSENTIMIENTO MATRIMONIAL. Es la voluntad, expresada
por un hombre y una mujer, de entregarse mutua y definitivamente, con el fin de vivir una alianza de amor fiel y fecundo.
Puesto que el consentimiento hace el Matrimonio, resulta INDISPENSABLE e INSUSTITUIBLE. Para que el matrimonio sea
válido, el consentimiento debe tener como objeto el VERDADERO MATRIMONIO y ser un acto humano, consciente y libre,
no determinado por la violencia o la coacción.
MATERIA Y FORMA: consentimiento matrimonial.
MINISTRO: los propios contrayentes, es decir, los esposos.

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