Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Universalismo: Azúcar
teológico
VÍCTOR ARMENTEROS 20 DICIEMBRE, 2022
Azúcar teológico
Podríamos decir que el «azúcar teológico» (propuestas doctrinales que tienen apariencia positiva
pero que esconden un gran daño) tiene efectos similares. Genera, con el tiempo, apatía en los
miembros de iglesia y, como consecuencia, ciertos niveles de culpabilidad inhibidora. Hace que,
en lugar de tener un buen fundamento doctrinal, se «picotee» constantemente buscando
:
novedades religiosas. Afecta nuestro corazón porque genera tsunamis emocionales que surgen
del estímulo constante. Produce «sobrepeso» espiritual y, por lo tanto, nos cuesta movernos
eclesiásticamente y realizar la misión a la que hemos sido llamados. Como en el caso de su
homólogo físico, nos desenfoca y desconcentra de lo que debemos ser, la memoria de lo que
fuimos y, tristemente, nos hace perder el contacto con la realidad. El «azúcar teológico» también
endulza pero, no lo dudes, poco a poco, mata.
Algunas propuestas de «azúcar teológico» son fácilmente reconocibles. Por ejemplo, la gracia
barata (que desdibuja la realidad de la salvación y en la que todo es válido porque,
supuestamente, somos salvos). O el perfeccionismo (que nos propone posibilidades que no
tenemos y que nos hunden en un orgullo espiritual difícilmente curable). O el «no pasa
nada»
nada» (que ha llevado a cientos de jóvenes a vivir experiencias que nunca debieran haber vivido
y que les aportan poco). Y, últimamente, el universalismo (que disfraza el error de «nueva luz»
y «verdad liberadora» cuando ni es nuevo, ni libera).
El universalismo se presenta en algunos entornos adventistas como una «nueva luz» sobre el
proceso de salvación. No es cierto. Esta interpretación tiene sus primeras manifestaciones con
Orígenes
Orígenes, aunque antes se habían producido teorías que permitirían llegar a las conclusiones de
este teólogo (panteísmo en los gnósticos egipcios o en los Oráculos Sibilinos). Hablar de Orígenes
es hablar del siglo II y III d.C. (nace en el 185 y muere en el 203). No es precisamente algo cercano
en el tiempo, ni demasiado nuevo.
El «Adamantio» (así le llamaban por su pureza de carácter) acuñó una expresión para definir su
concepto de salvación universal: Apokatástasis (restauración). Le preocupaban mucho ciertos
atributos de Dios como la bondad o la omnipotencia que podían entrar en conflicto con el dolor,
la enfermedad o la muerte de las personas. Además, se oponía a una tendencia, que acabó
incorporándose en el cristianismo, que proponía el infierno como fuego y castigo eternos. Por esa
razón, afirmaba: «La bondad de Dios, a través de su Cristo, puede llamar a todas sus criaturas a
un fin, incluso a sus enemigos vencidos y sometidos».[1] Creía firmemente que la bondad de Dios
vencería a toda maldad, restaurando a todas las criaturas, incluido Satanás.[2] Para él, el fuego
que arde era la propia conciencia que se incendia por su separación de Dios.
:
Orígenes
Orígenes tuvo que modificar las normas de interpretación de la Biblia para llegar a declaraciones
como estas. Mezcló las filosofías externas a la Santa Escritura con una forma alegórica de
entender los textos que le permitía vericuetos para que el texto dijera, simbólicamente, casi
cualquier cosa. Los siglos III y IV d.C. se vieron muy influidos por esta tendencia, alejando a los
teólogos de las fuentes bíblicas en su sentido natural y contextualizado. El resultado, una iglesia
alejada del mensaje de Dios.
Tito de Bostra
Tito de Bostra, Gregorio de Nisa, Dídimo «el ciego, Diodoro de Tarso, Teodoro de Mopsuestia,
Teodoreto de Ciro fueron algunos de los que continuaron y extendieron esta teoría. En la Edad
Media, los lolardos, Alberto Magno, Eckart, Johann Tauler o los «Amigos de Dios», además,
mezclaron el universalismo de Orígenes con el panteísmo y el misticismo. Tras la Reforma,
muchos anabaptistas y pietistas abrazaron la idea de la restauración (apokatástasis). Filósofos
alemanes como Friedrich Schleiermacher (le llamaban el Orígenes alemán) o Albrecht Ritschl
apuntaron hacia un universalismo que derivaría en la teología liberal.
Samuel Cox
En el pensamiento británico hallamos a Samuel Cox que, indudablemente, diseminaría esta teoría
en pensadores americanos como John Murray, Elhanan Winchester u Hosea Ballou. Tras la
creación de la Unitarian Universalist Association, especialmente con Clarence Skinner, se genera
una tendencia de teología liberal que no solo propone la salvación de todas las personas sino que,
además, llega a rechazar la deidad de Cristo. Y la retahíla de teólogos continúa hasta nuestros días
donde destaca, sobre todo por su capacidad de comunicación en los media, Rob Bell y su relación
con la Reconciliación Universal. Algunos de sus libros (Love wins o Saved me from Hell: My Road
to Universalism), al igual que la película «The Shack» (La cabaña) han impactado a multitudes y
extendido esta teoría.
Pero el azúcar de la «nueva luz» atrae mucho a una sociedad que vive en el marco de la novedad,
de la inmediatez y de la superficialidad. El escaso conocimiento del pasado nos lleva a concluir
:
que son grandes innovaciones propuestas que no lo son ni lo serán. A esa situación hemos de
añadir la «Fast Doctrine» o la «Light Religion» que, vía internet, alimentan (lo de «alimentar» es
un decir) a tantos creyentes. Mucha caloría vacía y, por lo tanto, dañina.
En nuestros tiempos cohabitan tres tipos de verdades. En primer lugar, la verdad científica. Es
característica de la Modernidad y se apropia los atributos de objetividad y certeza. Asociada al
Positivismo y al Materialismo, tiene como fundamento lo experimental y el análisis metodológico.
Con el tiempo se convirtió en una vaca sagrada y no admite propuestas que no se enmarquen en
sus parámetros. Está vinculada a progresos técnicos y tecnológicos pero no tanto al desarrollo
existencial y transcendente. Es una verdad temporal, objetiva, no manipulable y sin
pretensiones de certeza.
Se pudo observar, en cierto período de nuestra iglesia, en los momentos de apología o lucha entre
doctrinas, cuando los textos bíblicos se esgrimían más como instrumentos de ataque que de
crecimiento personal.
En segundo lugar, resultado del subjetivismo, el relativismo y las ansias de manipulación, nos
encontramos con la posverdad. Es una “verdad” que no pretende «ser» sino «aparentar». Es
propia de mentirosos o estafadores y tiene por objetivo convencer de que algo es certeza cuando
solo es verosimilitud. Antiguamente se le llamaba propaganda política y, hoy, pone su énfasis en
las emociones más que en los hechos. En la cultura milénica (millennial), muy interesada en las
relaciones y en la inmediatez, se convierte en un arma de afección o desafección. Suele ir
acompañada de «likes» o de expresiones como «me gusta» o «eso era antes, ahora…».
En tercer lugar, la verdad bíblica. La Biblia se considera un texto autoritativo. Eso quiere decir
que es una guía existencial que se fundamenta en principios universales que se contextualizan
sin perder su esencia. Para ser comprendida, no necesita elementos externos a ella y, de ahí, surge
la primera de las vías de interpretación: Sola Scriptura. No se precisa, por tanto, ser un
especialista para iniciarse en el camino de las certezas.
Tota Sriptura
Además, debe comprenderse en su totalidad (Tota Scriptura) porque, aunque es un texto de textos
y le dieron forma múltiples autores, resulta del acto comunicativo de un solo ser: Dios. Esta
condición especial le otorga dos valores que se deben tener en cuenta: Unicidad e
intencionalidad. Podemos observar su unicidad cuando contemplamos cómo la historia de
nuestra salvación discurre por sus páginas en forma de principio organizador (mitte).
Entendemos la intencionalidad divina cuando analizamos cómo y cuándo presenta sus mensajes
con el objetivo de guiarnos hacia la redención.
Entonces, la verdad bíblica se basa en el Sola Scriptura sin dejar el Tota Scriptura. De ahí que no
solo debamos argumentar que una doctrina se muestra en tal o cual texto sino que, además, es
coherente con el resto de los textos. Un ejemplo, en Isaías 66,24 aparece la expresión «su gusano
nunca morirá». ¿Quiere decir que hay un gusano que es eterno? Si fundara una religión adorando
a un «gusano eterno», ¿estaría en lo correcto?
Evidentemente, no. Simplemente porque lo coherente de todo el material bíblico es que solo uno
puede ser Dios, YHWH, y no un gusano. Sin embargo, si afirmo que esa expresión («no morirá»)
hace referencia a que no dejará de haber gusanos hasta que hayan sido consumidos los cadáveres
de los hombres que se rebelaron contra Dios, puedo constatar que es una afirmación de la Biblia,
y de toda la Biblia.
Con esta premisa, sería difícil explicar textos como Efesios 5: 5-6 (Porque sabéis esto, que ningún
fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de
desobediencia.) o todas esas ocasiones en las que Jesús habla de juicio (Mat. 25: 46; Juan 3: 36) u
otros textos del Nuevo Testamento (2 Tes 1: 8-9; 1 Cor 1: 18; 4: 3; Heb 2: 3).
decir, de la ley de Dios».[6] Está claro el significado que el término p̀ecado´tiene en la Biblia y no
coincide con el que le aplica el universalismo.
El universalismo, por tanto, no responde a la verdad bíblica sino a la posverdad. De ahí la gran
dificultad que tiene en explicar textos como: Dan. 12: 2; Mat. 7: 13-14; Juan 3: 18; 2 Tes. 2: 10; Apoc.
20: 14 o Apoc. 21: 8. Algunos de los errores que genera son:[7]
Errores:
1. Aunque ellos así lo indiquen, no hay base bíblica para la «segunda oportunidad» (que alguien
pueda tener otra ocasión de ser salvo tras su muerte).
2. Concepto incorrecto del juicio. Jesús deja bien claro el concepto de juicio, por lo tanto, su
mensaje es opuesto al universalismo.
3. Al contrario de lo que proponen, el universalismo nunca fue una propuesta de la iglesia
primitiva.
4. La justicia no está limitada por el amor, como argumentan, porque Jesús «ama la justicia»
(Heb. 1: 9). No es de extrañar, en este sentido, que no se emplee Miqueas 6: 8 en su
argumentario.
5. Acusar a Dios de que posiblemente sea injusto si todas las criaturas no son salvas no forma
parte de los argumentos de un creyente sino del adversario (Rom. 9: 14). Esta acusación es
muy antigua y conocemos sus implicaciones.
:
6. El universalismo anula la responsabilidad de cada persona de arrepentirse y reclamar el
perdón. También impide la posibilidad de que una persona vaya en contra de la voluntad
divina y opte por no creer.
7. Minimiza la muerte de Cristo, un eje fundamental en la teología cristiana.
Verdadera libertad
Sin embargo, esta tendencia religiosa, parece ser «liberación» para muchos cristianos. Lo cierto es
que la «verdadera libertad» no tiene cabida con «los deseos de la carne», así lo afirma Gálatas 5.
Es muy interesante cómo traduce Gálatas 5: 13 la Reina Valera Contemporánea: «Hermanos,
ustedes han sido llamados a la libertad, sólo que no usen la libertad como pretexto para
pecar
pecar; más bien, sírvanse los unos a los otros por amor». Es desconsolador observar las
«innovaciones» que viven muchos adventistas relativistas en su contacto con el universalismo.
Suelen estar muy relacionadas con una religiosidad más relajada y asimilacionista en el estilo de
vida que en la comprensión de la voluntad divina. ¿La libertad era eso? ¿La «verdadera libertad»
de Gálatas es eso?
De pequeños, la gente que nos quería nos daba caramelos, bombones u otro tipo de dulces. ¡Qué
ricos nos sabían! Sin embargo, un día nos llegaron las caries y vimos la luz cuando el dentista nos
dijo que eran culpa del azúcar. Desde entonces, la imagen de golosinas y chucherías no fue la
misma. Parecían buenas pero no lo eran. La posverdad religiosa, como las golosinas y chucherías,
es gustosa pero no sana
sana.
La afirmación bíblica de aquellas cosas que tienen que ver con la salvación (soteriología) y con lo
que sucederá al final de los tiempos (escatología) no puede ser un entretenimiento fragmentario
(podríamos denominar a esa práctica como «ecastología») [8] de algo tan relevante como el plan
divino de salvación. Convertir en posverdad la soteriología o la escatología, sea de forma
intencional o no, es oscurecerse doctrinalmente y abrazar la confusión.
Viene de antiguo esa tendencia de tomar solo una parte de la Biblia para demostrar o crear
doctrinas que respondan más a intereses personales que a la búsqueda de la verdad. Un ejemplo
relacionado con los Evangelios. Los ebionitas eran una secta cristiana de los primeros siglos de
tendencia judaizante, para ellos, el único evangelio verdadero era el de Mateo. Excluían los
:
demás. Marción, por el contrario, estaba en contra de todo lo relacionado con el Antiguo
Testamento, para él, el único evangelio verdadero era el de Lucas. Excluía los demás. Los
valentinianos eran una secta cristiana gnóstica y, por supuesto, para ellos, el único evangelio
verdadero era el de Juan. Excluían los demás. Y Taciano, que no le ajustaba del todo ninguno de
los Evangelios, hizo una mezcla tomando lo que le interesaba de cada uno de ellos. Le llamó la
«armonización» (Diatessaron). Vamos, cristianismo a la carta.[9]
MUERTE MUERTE
PREDICACIÓN OPORTUNIDAD DE
DE JESÚS ARREPENTIMIENTO,
PERDÓN Y JUSTIFICACIÓN
GRACIAS A LA FE.
Lo primero que se detecta en la doctrina universalista son lagunas en el proceso del Plan de la
Salvación. Vayamos a los detalles. Son coincidentes tanto el universalismo con el adventismo con
relación al inicio del relato de este mundo (un mundo sin pecado) y el problema que surge con la
caída de Adán y Eva (pecado). Aunque, en el universalismo, el significado de «pecado» en este
momento (desobedecer el mandato divino) no sea coincidente con el concepto de «pecado»
posterior (no comprensión de Dios).
Con relación a los resultados del pecado comienzan las diferencias porque mientras que en el
adventismo la enfermedad, sufrimiento y muerte no son deseadas por Dios pero encuentran su
solución al final del proceso de salvación; en el universalismo, como todos serán salvos, se genera
una incoherencia notable: ¿Para qué todo esto? Si al final todos seremos salvos, ¿por qué tanto
sufrimiento?
«Picotear» no es la mejor manera de alimentarse. Conocí a una persona que vivía de infusiones
(usualmente, mate) y pastitas con mucho dulce de leche. No hacía comidas regulares sino que,
cuando le apetecía, tomaba algo, casi siempre dulce. Evidentemente, no se nutría bien. Era débil y
se enfermaba con facilidad. Continuamos con las comparaciones. «Picotear espiritualmente» no
es sano. No se puede vivir de estimulantes (religión del impacto) ni de confites (religión de la
emocionalidad) porque, como diría Pablo, nos convierte en «niños fluctuantes, llevados por
doquiera de todo viento de doctrina» (Efe. 4: 14).
Os animo, por tanto, a abandonar los azúcares teológicos y a deleitaros del fruto del Espíritu (Gal.
5: 22) que es alimento con verdadero fundamento. Algo bueno, bueno, bueno.
Autor: Víctor
Víctor Armenteros
Armenteros, Doctor en teología y decano de la Facultad Adventista de Teología en
España.
Imagen: Foto de Joanna Kosinska en Unsplash
:
NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA:
[1] Orígenes, “De Principiis” en The Fathers of the Third Century, vol. 4 de The Ante-
Nicene Fathers: Translations of the Writings of the Fathers down to A.D. 325, 10 vol.,
ed Alexander Robert y James Donaldson (Grand Rapids: Eerdmans, 1950), 260.
[3] Como indica James Leo Garrett, Jr en Systematic Theology: Biblical, Historical, and
Evangelical, Second Edition, vol. 2 (Eugene, OR: Wipf & Stock, 2014), 873: “Three texts
may be thought to be central to the claim for eschatological universalism. Acts 3:21
with its use of ‘until the times of universal restoration’ (author’s trans.) (achri
chronōn apokatastaseōs pantōn) provided the key term which Origen would later
employ, namely, apokatastasis, ‘restoration,’ but Acts 3:23 refers to complete
destruction. Paul identifies as God’s purpose ‘to bring all things in heaven and on
earth together under one head, even Christ’ (Eph. 1:10, NIV), but one has to ask
whether this precludes judgment unto ‘eternal punishment.’ The same apostle
declared that God through Christ purposes ‘to reconcile to himself all things … by
making peace through his blood’ (Col. 1:20).”
[4] Véase Young, Wm. Paul. Lies We Believe about God. (New York: Atria Books, 2017),
cap. 15.
[5] Como indica Ellen G. White en 1 JT, 121: «La Palabra de Dios, debidamente
comprendida y aplicada, es una salvaguardia contra el espiritismo. La teoría de un
infierno que arde eternamente, predicada desde el púlpito, y presentada
constantemente a la gente, representa una injusticia para el carácter benevolente de
Dios. Le presenta como el mayor tirano del universo. Este difundido dogma ha hecho
volver a millares hacia el universalismo
universalismo, la incredulidad y el ateísmo». O en GC, 526:
«Muchos a quienes subleva la doctrina de los tormentos eternos se lanzan al error
opuesto. Ven que las Santas Escrituras representan a Dios como un ser lleno de amor
y compasión, y no pueden creer que haya de entregar sus criaturas a las llamas de un
infierno eterno. Pero, como creen que el alma es de por sí inmortal, no ven otra
:
alternativa que sacar la conclusión de que toda la humanidad será finalmente
salvada. Muchos son los que consideran las amenazas de la Biblia como destinadas
tan solo a amedrentar a los hombres para que obedezcan y no como debiendo
cumplirse literalmente. Así el pecador puede vivir en placeres egoístas, sin prestar
atención alguna a lo que Dios exige de él, y esperar sin embargo que será recibido
Finalmente en su gracia. Semejante doctrina que así especula con la misericordia
divina, pero ignora su justicia, agrada al corazón carnal y alienta a los malos en su
iniquidad».
[6]
Francis D. Nichol y Tulio N. Peverini, eds., “Filipenses a Apocalipsis”, trad. Nancy W.
de Vyhmeister y Víctor E. Ampuero Matta, vol. 7, Comentario Bíblico Adventista del
Séptimo Día (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1996), 668.
[8] Carlos Jódar, defendiendo la totalidad del texto bíblico (recuerda que “texto” se
asocia con “tejido”) frente a una lectura fraccionada sugiere que, en ocasiones, se
interpreta erróneamente de forma “deshilachada”. Como indica en Biblia, teología y
lingüística del texto (Spanish Edition) . EDUSC. Edición de Kindle: “El producto de un
proceso de este tipo es un escrito que representa la realidad por medio de una trama
(μῦθος) «como una totalidad» —καθόλου— y no como suma de sus partes —καθ᾿
ἕκαστον— (Aristóteles, Poética, 1451b).” De ese “ékaston” (ἕκαστον) tomo la palabra
“Ecastología”.
Artículos relacionados:
Facebook
Twitter
Email
WhatsApp
4 comentarios
Apple Store
Google Play
ESPIRITUAL
SALUD
ACTUALIDAD ADVENTISTA
SOCIEDAD
+MEDIA
LO + LEÍDO
:
Iglesia Adventista