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POR
LUIS E. REBOLLO OLMEDA, 2390
reformado cuyos escritos han influido de manera significativa en los seminarios y en las
facultades de teología de las universidades de los Estados Unidos y de Canadá y en los cristianos
en general a lo largo del siglo XX. Murió en 1957 a los 84 años de edad.
En este escrito, Berkhof nos habla de las doctrinas del pecado y la gracia, y la doctrina
del libre albedrío, de acuerdo a los padres de la iglesia y otros teólogos de la época.
De entrada, vemos cual fue la postura de los padres griegos y su teología, su oposición al
propagación. Nos presenta a los principales representantes de la teología latina antigua y sus
Pelagio su doctrina del libre albedrío a sus doctrinas del pecado y la gracia y su énfasis a la libre
voluntad del hombre. Por otra parte, Agustín, concibe la voluntad de desear, antes y después de
la caída, y su doctrina del pecado original y como su doctrina del pecado y la gracia le condujo a
su doctrina de la predestinación.
tanto de los salvos como de los perdidos, y la doctrina de Anselmo acerca del pecado original y
su concepción del libre albedrío. Además, las opiniones acerca del pecado original entre los
escolásticos, como los católico-romanos ven la caída del hombre y su efecto sobre la naturaleza
predestinación y la opinión arminiana acerca del pecado y de la gracia. Este escrito nos presenta
además las teorías propuestas para explicar el origen del alma humana, entre ellas: el
Berkhof trae las doctrinas del pecado y la gracia, el libre albedrío y la predestinación
desde diversos puntos de vista. Los padres griegos establecen determinan que no hay pecado
original en el sentido estricto de la palabra, sino que había un libre albedrío que le permitió
pecar, cayendo así bajo el poder de Satanás corrompiendo al género humano. Ellos establecen
que en la obra de la regeneración, no es Dios quien primeramente interviene con su gracia, sino
que surge primero por la libre voluntad del hombre, pero esta no puede ser completada sin la
ayuda divina (el poder de Dios asiste a la voluntad humana y la faculta para abandonar lo malo y
Existe una primera postura, la de Pelagio, en donde establece que Adán no fue equipado
por Dios de una santidad positiva, sino de una neutral con la facultad de elegir entre lo malo y lo
bueno. Él plantea que no hay pecado original ni hereditario, sino que cada uno nace con una
naturaleza similar a la de Adán antes de la caída. Esta postura difiere totalmente de Agustín,
quien establece que toda la humanidad estaba presente orgánicamente en Adán y como resultado,
el hombre fue separado de Dios y solo por la gracia divina puede volver a reconectarse. Agustín
establece que es necesaria la intervención del Espíritu Santo para la renovación total del ser
obediencia previstas, que no niega la corrupción humana, pero con un libre albedrío que colabora
Por otra parte, Berkhof nos presenta a Gregorio, quien postula que todos los seres
humanos pecaron y pueden ser condenados, que el pecado es una debilidad que a pesar de, no
erradicó el libre albedrío del hombre sino la buena voluntad. Él establece que sin la gracia divina
no hay salvación, donde esta es la que inicia la redención de los seres humanos. Otros como
Godescalco, postula una doble predestinación, una para los perdidos y otra para los salvos;
mientras que Anselmo enfatiza la doctrina del pecado original como pecado natural,
representando una condición desde la creación. Indica que el pecado original se basa en la culpa
última fue la más fuerte, que establece que la rectitud original es un don sobrenatural, en donde
el ser humano consiste de carne y espíritu, las cuales tienen un conflicto entre sí llamado
concupiscencia dificultando hacer lo correcto. Dios para compensar, le dio al ser humano un don
de justicia original que sujeta la parte inferior del ser humano a la superior. Estos, creen en la
establece que el pecado es la corrupción total de la naturaleza humana y es hereditaria. Por otra
parte, Arminio tiene una postura semipelagiana que no cree en la depravación total del ser
humano, sino una debilidad que con el libre albedrío que posee, puede volverse a Dios y hacer su
voluntad.
Las doctrinas presentadas en este escrito, han sido debatidas a lo largo de la historia de la
iglesia. Cada uno, de acuerdo a su planteamiento y pensamiento establecen lo que entienden que
es correcto. Al estudiar a cada uno, y entendiendo que no hay absolutos, tengo que mirar hacia la
Biblia y preguntarme, ¿qué dice realmente Dios del pecado y de su gracia? Con toda
probabilidad tendré muchas interrogantes, pero creo que hay una Verdad absoluta y proviene de
Dios. Existen diversidades de posturas y cada una es vista desde la percepción de cada uno, pero
ninguna de ellas es la final y absoluta. Creo que existe un pecado que se originó en Adán y fue
transmitido a toda la raza humana. La Palabra de Dios establece en Romanos 3:23 (RV1960)
que: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. También dice:
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”
(Efesios 2:8). Hay una gracia divina que solo puede salvar y regenerar al ser humano de ese
pecado. Creo que tenemos un libre albedrío para elegir entre lo bueno y lo malo, pero entiendo
que “solo la gracia” me puede salvar. Dios solo, tiene el absoluto poder para dirigir el camino de
un ser humano que está muerto en sus delitos y pecados, pero que predestinado en Cristo para
salvación, puede reaccionar ante ese llamado del Espíritu Santo quien es el que convence de ese
pecado. Jesús lo dijo antes de ascender: “Y, cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y