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UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

ESCUELA DE DERECHO

CATEDRA: ECONOMÍA POLÍTICA.

ASPECTOS ECONÓMICOS Y JURÍDICOS DEL MERCADO

INTEGRANTES:
Luz Berrios

C.I 19.021.218

Valencia, septiembre 2020


INTRODUCCIÓN

Los aspectos económicos de Venezuela se encuentran regidos en la


Constitución Económica la cual se refiere al conjunto de normas destinadas a
proporcionar el marco jurídico fundamental para la estructura y funcionamiento de
la actividad económica, no estando destinada a garantizar la existencia de un
determinado orden económico, salvo en el caso de las constituciones socialistas
de modelo soviético. Nuestra Constitución Económica actúa como garante de una
economía social de mercado, inspiradas en principios básicos de justicia social y
con una “base neutral” que deja abiertas distintas posibilidades al legislador, del
cual sólo se pretende que observe los límites constitucionales De allí pues, la
Constitución Económica se refiere a un conjunto de normas que establecen la
estructura o el marco jurídico fundamental para la actividad económica1 y dicha
Constitución no garantiza la existencia de un determinado orden económico,
garantizando así una economía social de mercado, inspirada en principios básicos
de justicia social y con una base neutral, que deja abierta distintas posibilidades al
legislador el cual debe observar los límites constitucionales. Así pues, al decidir en
el analizado caso el fondo del asunto, como lo constituyó decidir en cuanto a la
supuesta nulidad de la Ley de Privatización por una presunta violación de la
Constitución, la referida sentencia no declaró la nulidad de dicha Ley como
contraria a la Constitución, destacando que no hay indicios de que una norma que
pretenda transferir activos del sector público al sector privado sea contraria a los
principios constitucionales en materia económica.
ASPECTOS ECONÓMICOS Y JURÍDICOS DEL MERCADO

“El régimen socioeconómico no se define de forma rígida, no obstante se


consagran principios de justicia social, eficiencia, democracia, libre de
competencia e iniciativa, defensa del ambiente, productividad y solidaridad, fuera
de cualquier dogmatismo ideológico con relación a la ya superada disputa sobre
los roles del mercado y el Estado evitando una visión externa y excluyente de los
contenidos sociales de todo sistema económico, pero sentando las bases de una
economía de respeto a la acción individual. El Estado no está ausente, tiene un
papel fundamental como regulador de la economía para asegurar el desarrollo
humano integral, defender el ambiente, promover la creación de valor agregado
nacional y de fuentes de trabajo, garantizando la seguridad jurídica para fomentar,
junto con la iniciativa privada, el desarrollo armónico de la economía nacional y la
justa distribución de la riqueza. En suma, se plantea un equilibrio entre Estado y
mercado, en razón de que el problema no es mas Estado o menos Estado, sino un
mejor Estado y el mercado no es un fin en sí mismo, sino un medio para satisfacer
las necesidades colectivas: ese equilibrio debe prevalecer entre productividad y
solidaridad, entre eficiencia económica y justicia social, dando libertad a la
iniciativa privada y preservando el interés colectivo”.

En efecto, la Constitución Económica constituye un conjunto de normas con


carácter de directrices generales o principios esenciales que garantizan una
economía social de mercado. En este sentido el Tribunal Supremo de Justicia en
sentencia de la Sala Constitucional ha señalado: “(…) la Constitución Económica
se constituye de un conjunto de normas con carácter de directrices generales o
principios esenciales que garantizan una economía social de mercado, que se
inspiran en el fin de la justicia social, pero tales normas constitucionales poseen
una indiscutible naturaleza “neutral”, lo cual implica la posibilidad del legislador de
desarrollar esas directrices generales o principios básicos constitucionales
atendiendo a las necesidades reales de la Nación y respetando los límites que la
propia Constitución impone.
A la luz de todos los principios de ordenación económica contenidos en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se patentiza el carácter
mixto de la economía venezolana, esto es, un sistema socioeconómico intermedio
entre la economía de libre mercado (en el que el Estado funge como simple
programador de la economía, dependiendo ésta de la oferta y la demanda de
bienes y servicios) y la economía interventora (en la que el Estado interviene
activamente como el “empresario mayor”). Efectivamente, la anterior afirmación se
desprende del propio texto de la Constitución, promoviendo, expresamente, la
actividad económica conjunta del Estado y de la iniciativa privada en la
persecución y concreción de los valores supremos consagrados en la
Constitución.” (Sentencia: Tribunal Supremo de Justicia, Sala Constitucional,
Caso Pedro Antonio Pérez Alzurutt II, 6 de febrero de 2001).

Así pues, la Constitución de 1999 establece:“sin decirlo, un sistema económico de


economía social de mercado, que se desarrolla sobre la libertad económica, pero
que debe desenvolverse conforme a principios de justicia social que requieren de
la intervención del Estado”4 En efecto, el modelo constitucional ha establecido una
economía basada en la libertad económica y la iniciativa privada pero con una
intervención importante y necesaria del Estado para asegurar los principios de
justicia social que constitucionalmente deben orientar el régimen económico. Lo
anteriormente dicho encuentra su fundamento, entre otros, en la norma contenida
en el Artículo 299 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(CRBV)5 “Artículo 299. El régimen socioeconómico de la República Bolivariana de
Venezuela se fundamenta en los principios de justicia social, democracia,
eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productividad y solidaridad,
a los fines de asegurar el desarrollo humano integral y una existencia digna y
provechosa para la colectividad. El Estado, conjuntamente con la iniciativa
privada, promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional con el fin de
generar fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de
la población y fortalecer la soberanía económica del país, garantizando la
seguridad jurídica, solidez, dinamismo, sustentabilidad, permanencia y equidad del
crecimiento de la economía, para lograr una justa distribución de la riqueza
mediante una planificación estratégica democrática, participativa y de consulta
abierta.” Así las cosas, la Constitución de 1999 prevé la actividad económica
conjunta del Estado y de la iniciativa privada en la consecución de los valores
supremos.

La Constitución vigente de 1999 se basa en el Principio de justicia social pero


también en principios de libre competencia y de eficiencia, así como en el principio
de solidaridad pero también de productividad a los fines de asegurar el desarrollo
integral y una existencia digna y provechosa para la colectividad. Por tanto, no
pueden extinguirse la iniciativa privada, la libertad individual, la libre competencia,
la productividad, ni la eficiencia y ya que la Constitución no prevé un régimen
económico estatista, es decir aquel que se fundamenta en la socialización o
colectivización de la propiedad sobre los medios de producción 10, pero del mismo
modo al Estado ser el titular del dominio público sobre el subsuelo y por tanto del
petróleo tiene un gran nivel de intervención en la actividad económica así como
también se verifica la intervención del Estado para asegurar la justicia social (Art.
299 CRBV). Así mismo, el Estado conjuntamente con la iniciativa privada
promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional con el fin de generar
fuentes de empleo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la
población y fortalecer la soberanía del país. Por ello se ha reconocido por la
jurisprudencia de nuestro mas alto tribunal que estamos ante un régimen de
“economía mixta” o ante una “economía social de mercado” que no permite
suprimir los derechos individuales entre ellos la libertad económica ni la iniciativa
privada pero que tampoco puede impedirse cierto grado de intervención del
Estado para la planificación estratégica del estado venezolano y el asegurar los
principios rectores previstos en el artículo 299 de la CRVB ya señalado. Además
de estos principios rectores constitucionales, la Constitución vigente establece en
el marco de los derechos y garantías constitucionales la libertad general del
ciudadano y específicamente en el ámbito económico el derecho de libertad
económica consagrado en el artículo 112 de la CRBV. Según el referido derecho
constitucional todas las personas pueden dedicarse libremente a la actividad de su
preferencia sin más limitaciones que las previstas en la Constitución y las que
establezcan las leyes, por razones de desarrollo humano, seguridad, sanidad,
protección del ambiente u otras de interés social. El Estado promoverá la iniciativa
privada, así como la producción de bienes y servicios que satisfagan las
necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresa, comercio, industria
sin perjuicio de su facultad para dictar medidas para planificar, racionalizar y
regular la economía e impulsar el desarrollo integral del país. De allí pues, se
patentiza nuevamente el sistema de economía mixta donde se reconoce el
derecho a la libertad económica pero no como un derecho absoluto sino con las
limitaciones que la Constitución y la leyes prevean, así como también de las
facultades y potestades del Estado que se establezcan, para planificar,
racionalizar y regular la economía en el país.

El derecho a la libertad económica comprende tres dimensiones básicas: a) la


libertad de acceso al mercado; b) la libertad de ejercicio en el mercado y c) la
libertad de cesar en el ejercicio de esa actividad preferida11. Se prevé, así mismo
por la Constitución Económica de 1999 la prohibición de los monopolios y abusos
de posición de dominio (Art. 113), la previsión del derecho de propiedad (Art. 115
CRBV) y de disponer de bienes y servicios de calidad (Art. 117 CRBV). Ahora bien
los decretos publicados el 31 de julio de 2008, entre ellos, el Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de ley para el Fomento y Desarrollo de la Economía Popular, así
como la vigente Ley Orgánica del Sistema de Economía Comunal coliden con la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y tratan de imponer un
modelo que fue rechazado por el pueblo mayoritariamente al improbar la
propuesta de reforma constitucional de diciembre de 2007. Se pretende ahora,
mediante ley orgánica, establecer un sistema productivo socialista paralelo y
contrario al previsto en nuestra magna, reduciendo el derecho de libertad
económica previsto en el artículo 112 de la Constitución, previendo un sistema
económico comunal que choca con el de economía social de mercado y establece
un “modelo productivo socialista” bajo principios y valores socialistas, con
reinversión social del excedente para satisfacer las necesidades colectivas. Como
se destaca en el presente estudio, ello choca con lo previsto en la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela de 1999, colide con la constitución
económica esto es: los principios rectores, los derechos y garantías
constitucionales previstos, así como constituye una imposición, ya que, dicho
modelo fue rechazado al improbar mediante referéndum popular la pretendida
reforma constitucional de Diciembre de 2007, la cual, entre otras normas,
establecía en su Art. 112 la construcción de una economía socialista, así como en
su disposición transitoria novena pretendía que el Ejecutivo Nacional podía
mediante decretos o decretos ley, regular la transición al Modelo de Economía
Socialista. En efecto, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
vigente no establece un determinado orden económico socialista, como si lo hacen
así las constituciones de modelo soviético que si persiguen ese objetivo. Se ha
señalado que la “Constitución Económica” es flexible, pero esa flexibilidad tienen
parámetros y ellos lo constituyen por una parte los derechos constitucionales de
contenido económico y por otro lado los principios rectores (Art. 299 CRBV) con lo
cual no puede haber una colectivización de los medios de producción y no puede
abandonarse las políticas de intervención en función del principio de justicia social.
Con la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal se establece un modelo
que tiene muchas identidades o similitudes con conceptos marxistas (propiedad
social, eliminación de la división social del trabajo y reinversión de los excedentes)
y del estado Soviético que vulneran o chocan con las normas previstas en la
Constitución de 1999. Más aun, como se ha dicho, esa constitución de modelo
soviético se trató de insertar en el ordenamiento jurídico con la propuesta de
reforma constitucional en Diciembre de 2007 lo cual fue rechazado por la mayoría
del pueblo mediante referéndum.

Así el decreto bajo análisis pretendió la creación de un nuevo sistema de


producción cuyos patrones de transformación, distribución e intercambio de
saberes, bienes y servicios debían ser realizados por asociaciones de personas y
comunidades organizadas, concientes de la necesidad de plantear un sistema
socialmente justo de relaciones socioproductivas y de intercambio solidario, con
los fines de coadyuvar a la consolidación de las bases del modelo socioproductivo
de la nación. Si bien es cierto que este decreto ley prevé los principios, normas y
procedimientos que rigen el modelo “socioproductivo comunitario” para el fomento
y desarrollo de la Economía Popular estableciendo normas de rango de ley que se
identificaban con la reforma constitucional improbada, también es cierto que dicho
decreto ley no previó las normas que ahora prevé la Ley Orgánica que establece
El Sistema Económico Comunal en el sentido de fomentar dicho sistema en el
marco de un “modelo productivo socialista”. En efecto, mediante la nueva ley
Orgánica del Sistema Económico Comunal publicada en Gaceta Oficial N° 6.011
Extraordinario el 21 de Diciembre de 2010 que derogó el Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley para El Fomento y Desarrollo de la Economía Popular, se
profundizó el mecanismo de regulación y se cambió el modelo de regulación de un
modelo “socioproductivo comunitario” cuya finalidad era el fomento y desarrollo de
una economía popular a un “sistema económico comunal” en el marco del modelo
productivo socialista12 con muchas similitudes con el léxico y principios marxistas.
Dicho modelo productivo socialista está basado en la propiedad social13,
orientado a la eliminación de la división social del trabajo propia del modelo
capitalista. El modelo de producción socialista está dirigido a la satisfacción de las
necesidades crecientes de la población, a través de nuevas formas de generación
y apropiación así como de la reinversión social del excedente. Así mismo, la ley
orgánica tiene como finalidad incentivar en las comunidades y las comunas los
valores y principios socialistas para la educación, el trabajo, la investigación, el
intercambio de saberes y conocimientos así como la solidaridad como medios
para alcanzar el bien común14. Desde el punto de vista del órgano coordinador
que es El Ejecutivo Nacional a través del Ministerio del Poder Popular con
competencia en las materia objeto de la ley, tiene como competencia la de
coadyuvar a la consolidación de las “bases del modelo productivo socialista”,
como instrumento para alcanzar el desarrollo humano integral, sostenible y
sustentable.

II. Ley Orgánica del Sistema Economico Comunal publicada en la Gaceta Oficial
No. 6011 extraordinario del 21 de Diciembre de 2010 establece un sistema de
Economía Socialista que contraría la Constitución Económica prevista en la
Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela y colide con el sistema de
economía mixta o social de mercado establecido en la misma. A) Especial
comentario a la exposición de motivos del proyecto de la Ley Orgánica para el
Fomento y Desarrollo del Sistema Economico Comunal emanada de la Comisión
Permanente de Participación Ciudadana, Descentralización y Desarrollo Regional
de la Asamblea Nacional de fecha 22 de junio de 2010. Sostenemos que el
Sistema Económico Comunal se contrapone con el sistema de economía social de
mercado o de economía mixta previsto en la Constitución Vigente. En la
exposición de motivos de fecha 22 de junio de 2010 del proyecto de ley Orgánica
para el Fomento y Desarrollo del Sistema Económico Comunal señalaba: “La
actividad económica productiva de un país implica una responsabilidad del Estado
y la sociedad, más allá del compromiso y los intereses individuales. A partir de esa
premisa, el desarrollo económico de la sociedad por construir en Venezuela debe
establecer lineamientos que permitan la superación del actual sistema capitalista,
que de acuerdo el Proyecto Nacional Simón Bolívar “no sólo estratifica a los seres
humanos en categorías sociales irreconciliables, sino que impone un uso irracional
y ecológicamente insostenible de los recursos naturales”, sobre la base de la
creación de falsas necesidades que conducen al consumismo y a un
desenfrenado afán de lucro. Esa condición del modelo capitalista se agrava, en
nuestro caso, por la histórica dependencia científica y tecnológica de los centros
de poder mundial. Por lo tanto, para poder avanzar en el proyecto revolucionario y
transformador, la instauración del nuevo modelo económico productivo debe estar
orientada a la elevación constante del nivel de vida de la población, mediante una
justa distribución de la riqueza, como se plantea en nuestra Constitución. La
implementación de un modelo productivo que establezca las condiciones para el
funcionamiento de nuevas formas de generación, apropiación y distribución de los
excedentes económicos y una nueva distribución de la renta petrolera viene a ser
reflejo de un avance sustancial en el cambio de valores en el colectivo, en la forma
de relacionarse los individuos con los demás, con la comunidad, con la naturaleza
y con los medios de producción, lo cual conlleva a considerar en los planes de
producción los elementos relativos al abastecimiento, trabajo, salarios, costos,
financiación e inversiones lo que a su vez exige la existencia de una normativa
que defina e instituya los mecanismos para su desarrollo”.
CONCLUSIÓN

Luego de la aplicación de la reforma constitucional de 1999, y la aplicación


de la Constitución Económica en Venezuela nuestro país ha decaído en forma
drástica durante estos últimos 20 años, llevando a uno de los países más ricos en
petróleo a tener una escasez de Gasolina y Gas dramático, la población no cuenta
con un sistema económico estable capaz de satisfacer sus necesidades.

A parte del precario sistema económico tenemos que la híper inflación llevo a los
salarios mínimos a no tener el valor para adquirir ni las cestas básicas de los
hogares Venezolanos. Una de las medidas adoptadas por el gobierno para tratar
de frenar las alzas de los precios es aplicar una política de regulación de precios,
la cual llevo a la escasez de todos los productos que regulan.

Por otro lado el Estado no es garante de protección del sistema de financiero


empresarial, en su momento la ola de expropiaciones de empresas privadas llevo
los empresarios a tener un temor latente a perderlo todo sin ningún tipo de
explicación. Por lo que en su mayoría las empresas fueron cerradas y aquellas
que fueron expropiadas el 90% no están produciendo y fueron llevadas a la
quiebra. El modelo Económico Socialista en distintas épocas de la historias de los
países que lo han adoptado se ha visto la evidencias marcada de que no es
productivo ni beneficioso para la económica y la estabilidad de una población, una
visible muestra es la crisis que se atraviesa actualmente en Venezuela en todos
los sectores económicos, la población se encuentra en desespero por el nivel de
escasez que tiene prácticamente parado el país, porque es imposible progresar
sin gasolina para movilizarse, sin gas para suplir las necesidades fisiológicas de la
población, sin electricidad a veces por más de 12 horas y sin un poder adquisitivo
suficiente para por lo menos alimentarse diariamente.
BIBLIOGRAFÍA

1. https://www.uma.edu.ve/admini/ckfinder/userfiles/files/La%20Constitucion%
20Economica%20y%20la%20LOSEC%20Seminario%20INAP%202012.pdf

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