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Novedades en Oncología Felina. Cómo interpretar la información publicada.

Pachi Clemente Vicario


Veterinary Medical Center
The Ohio State University

En esta sesión revisaremos la literatura publicada en los últimos años en un


intento de aplicar la medicina basada en la evidencia a la práctica clínica. En una
revisión reciente, sólo una minoría de los artículos publicados sobre oncología
veterinaria, se refieren a la oncología felina (15% de los artículos sobre oncología
publicados en el Journal of Veterinary Internal Medicine y el 11% de los publicados
sobre oncología veterinaria en otras revistas de impacto). Además, el nivel de
evidencia de estos artículos es bajo debido a la naturaleza de los estudios (la
mayoría de ellos, series de casos clínicos retrospectivos)1. Estos números son
similares en otros foros y revistas como el congreso americano de medicina
interna veterinaria (que engloba a la especialidad de oncología) donde un 13-16%
de los abstracts de investigación en los dos últimos años estudiaban aspectos de
oncología felina.

En ocasiones, los pocos datos publicados en diferentes estudios tienen resultados


contradictorios, lo que dificulta su interpretación y las recomendaciones que,
basados en la literatura científica, hacemos a nuestros clientes. Recientemente, el
Journal of Veterinary and Comparative Oncology publicaba una editorial
conscientes de las limitaciones que tenemos en oncología veterinaria2. En esta
publicación, menos del 10% de los artículos publicados en el 2012 se referían a
oncología felina.

En cualquier caso, como clínicos tenemos la necesidad de actualizarnos, conocer


las novedades en diagnóstico y tratamiento y poder interpretar la información que
en forma de comunicaciones en congresos, abstracts o artículos se nos presenta.
Algo a tener en cuenta siempre, es que la información que se ofrece en el abstract
de un artículo es limitada, y en ocasiones no se corresponde completamente con
los resultados que se ofrecen en el artículo completo. Así, cualquier información
que proviene solo del abstract, hay que interpretarla con cautela.
Cuando lo que tenemos es el artículo completo, podemos tener una mejor idea de
la utilidad clínica del estudio. Dos aspectos son fundamentales a la hora de poder
evaluar esta información. Por una parte, distinguir entre diferencia estadística
significativa y diferencia biológica significativa. Por otro lado, entender cuándo
datos preclínicos generados en el laboratorio pueden ser aplicados in vivo.

Al igual que con cualquier test que usamos en la clínica, en los estudios clínicos que
se publican podemos tener falsos positivos o falsos negativos. Los primeros son
aquellos que nos dirían que el tratamiento A es mejor que el B cuando en realidad
son iguales. Estos errores se llaman de tipo I o alfa. Para disminuir este riesgo,
queremos estar seguros de que lo que encontramos en nuestro estudio es real, al
menos en el 95% de los casos (esto es lo que indica p<0.05 en los estudios).
Sin embargo, al intentar evitar un falso positivo, podemos tener falsos negativos
(aunque realmente hay diferencia entre los tratamientos A y B, nuestro estudio no
la revela, lo que se denomina error tipo II o beta). La única forma de disminuir dos
errores simultáneamente es aumentar el tamaño de la muestra estudiada. Cuando
el número de la muestra estudiada es pequeño (algo frecuente en estudios clínicos
en veterinaria) hay un alto riesgo de error tipo II, es decir, no poder detectar una
diferencia en la variable estudiada aunque realmente exista (falso negativo).

Otros factores que pueden interferir con los resultados son la falta de
imparcialidad. En un estudio sobre eficacia de un tratamiento, poner casos con
peor pronóstico en un mismo grupo, puede influir en el resultado del estudio. Este
riesgo se disminuye si el estudio es aleatorio (el investigador no decide qué
individuo va a cada grupo) o si ambos grupos son similares en factores que pueden
afectar al resultado (estadio clínico, pronóstico, etc).
El artículo Evaluación de la quimioterapia adyuvante basada en doxorrubicina
para el tratamiento del carcinoma mamario felino3, publicado en 2009, no
encontró (de acuerdo a las conclusiones del abstract) un beneficio clínico en el uso
de quimioterapia tras la cirugía en estos pacientes. Una lectura detallada del
artículo revela que la composición de los grupos podría influir en la evolución (el
grupo que evaluaba la quimioterapia tenía casos asociados a peor pronóstico –un
30% de ellos con metástasis, frente al 16% en el otro grupo-). El bajo número de
casos, como los autores comentan, puede hacer que no se detectaran diferencias
(lo que sería un error tipo II o beta). De hecho, el poder estadístico –habilidad para
detectar una diferencia cando realmente la hay- del trabajo es de solo un 12%. El
poder estadístico debería interpretarse en todos los trabajos para poder valorar la
fiabilidad de los hallazgos.

Investigación básica y su aplicación a la clínica.


Las publicaciones sobre investigación básica o preclínica pueden ser difíciles de
interpretar, especialmente si no disponemos de la información completa y en la
mayoría de los casos no se pueden sacar conclusiones de utilidad clínica. En 2011
se publicó el artículo “Masitinib demuestra actividad anti-proliferativa y pro-
apoptótica en células de sarcoma felino del sitio de inyección primario y
metastático”4. El abstract del artículo dice que “los datos in vitro sugieren que
Masitinib tiene actividad contra las líneas celulares de sarcoma primario y
metastático, y que puede ser una ayuda en el manejo clínico de estos tumores”. En
el apartado de discusión, los autores explican que las dosis necesarias para
conseguir la respuesta observada serían tóxicas para los gatos.

Usando esta información, revisaremos las publicaciones más recientes buscando


información relevante para el clínico de medicina felina.

1. Sahora A, Khanna C. A Survey of Evidence in the Journal of Veterinary


Internal Medicine Oncology Manuscripts from 1999 to 2007. J Vet Intern
Med 2010;24:51-56
2. Vail DM. Levels of evidence in canine oncology trials – a case in point.
Editorial. Veterinary and Comparative Oncology 11,3, 167-168
3. McNeil CJ, Sorenmo KU, Shofer FS, et al. Evaluation of Adjuvant
Doxorubicin-Based Chemotherapy for the Treatment of Feline Mammary
Carcinoma.J Vet Intern Med 2009;23:123-129
4. Lawrence J, Saba C, Gogal R et al. Masitinib demostrated anti-proliferative
and pro-apoptotic activity in primary and metastatic feline injection-site
sarcoma cells. Veterinary Comparative Oncology 10, 2, 143-154

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