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MEDICINA NATURISTA, 2014; Vol. 8 - N.

º 1: 53-59
I.S.S.N.: 1576-3080

Sobre el error diagnóstico.


Artículo de revisión
Héctor Cruz-Tabuenca
Licenciado en Medicina. Posgrado en Medicina Naturista. Universidad de Zaragoza

Recibido: 8 septiembre 2013 Aceptado: 14 diciembre 2013

Resumen:
El objetivo de este artículo ha sido realizar una revisión de artículos publicados en PubMed que traten sobre el error
diagnóstico en cuanto al cáncer se refiere. Para ello, inspirado por los primeros artículos que salieron al respecto, he-
mos recopilado información de estudios lo más recientes posibles sobre las consecuencias que puede conllevar dar un
diagnóstico incorrecto de cáncer, así como alguna solución al respecto para intentar que el porcentaje de errores sea lo
más bajo posible.
Palabras clave: Anatomía Patológica, error diagnóstico, cáncer y consecuencias.

About diagnostic error. A review


Abstract:
This article aim was to make a PubMed published articles review about cancer diagnostic error. For this, inspired by first
published articles about it, we have compiled information of newest able articles about consequences which might carry
being cancer misdiagnosed, as well as about some possible solution in order to try to get the error rate to minimum. 55
Key words: Anatomical Pathology, diagnostic error, cancer and consequences.

INtRODUCCIÓN te (3). En él, concluía que hacía falta una nueva for-
ma de definir un “gold-standard” adecuado para su
El 21 de enero de 1998 fue publicado en el Journal uso rutinario en la práctica oncológica; es decir, una
of the National Cancer Institute un trabajo dirigido por mejor forma de predecir el futuro comportamiento bio-
la investigadora, anatomopatóloga y experta en cáncer lógico de la lesión, que simplemente observando una
de mama, la Dra. Wendy A. Wells, en el cual hablaba muestra teñida al microscopio (3). Este estudio de
sobre el grado de concordancia entre los anatomo- John C. Bailar III causó muchísimo revuelo, pues po-
patólgos a la hora de diagnosticar los cánceres de nía en entredicho la palabra de los anatomopatólogos.
mama (1). En ese mismo número, también fue publi- En consecuencia, se condujo a periodistas, políticos,
cado un estudio realizado por el profesor de Anatomía abogados y a investigadores a interesarse en áreas
Patológica de la Universidad de Nashville (Tennessee) de la medicina que hasta entonces habían pasado
David L. Page, el cual agradecía el estudio de Wells desapercibidas.
y cols. ya que podría servir para identificar aquellas Dos años después el New York Times publicó un
situaciones en que los anatomopatólogos puedan no artículo sobre el Johns Hopkins Medical Center de
estar de acuerdo a la hora de hacer un diagnóstico y Baltimore en el que estimaban (a través de segun-
así, reducir los errores en Anatomía Patológica (2). das opiniones) que aproximadamente 30.000 diag-
Cinco meses más tarde, el Dr. John C. Bailar III nósticos anuales de cáncer en Estados Unidos eran
hizo una revisión de dichos artículos y publicó otro erróneos (4). A raíz de este informe, los errores mé-
también en el Journal of the National Cancer Institu- dicos, pasaron de ser impensables, desconocidos, e

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inexistentes a ser considerados como un problema de nández de Kirschner. Es un ejemplo clarísimo de las
proporciones epidémicas. consecuencias que puede tener errar en el diagnóstico
Tres años más tarde, en mayo de 2003, la Socie- y asimismo las consecuencias que trae consigo la me-
dad Española de Anatomía Patológica se empezó a dicina defensiva. La presidenta fue diagnosticada en
plantear el asunto de los errores diagnósticos. En ella su chequeo anual de un nódulo en el tiroides, detecta-
se habló también de las nuevas técnicas y tecnologías, do mediante ecografía del cuello. Se realizó una Pun-
que, pese a ser de una gran ayuda diagnóstica y de ción Aspiración con Aguja Fina (PAAF) del mismo, que
interpretación, son también una fuente de errores (5). fue diagnosticada como carcinoma papilar de tiroides.
Los errores diagnósticos, sobre todo en cuanto La presidenta fue sometida a una tiroidectomía total,
al cáncer se refiere pueden tener muy graves conse- tal y como mandan los protocolos en estos casos. Sin
cuencias. Errar en este tipo de enfermedades tan se- embargo, al hacer el diagnóstico anatomopatológico
rias puede conllevar o bien una omisión de tratamiento de la pieza quirúrgica obtenida se descubrió que era
o bien disparar la cascada terapéutica. Es por eso que un tiroides sano, sin tejido tumoral. Había sido un falso
vamos a centrarnos en este tipo de errores para hacer positivo (error de tipo alfa). Sin necesidad, la presiden-
esta revisión bibliográfica. ta de Argentina había sido mutilada y convertida en
En primer lugar, distinguiremos dos tipos de erro- una enferma de por vida, que necesitará toda su vida
res. Error tipo alfa y error tipo beta (6). controles periódicos trimestrales y hormonas tiroideas,
El error tipo alfa equivale a un falso positivo, es así como suplementos de calcio, vitamina D y magne-
decir, a maldiagnosticar como cáncer un proceso que sio debido a su falta de glándula tiroidea (7).
realmente no lo es (6). Las consecuencias, son seve- Para confirmar la primera prueba alterada, utiliza-
ras, pues, sin tener cáncer, el paciente se verá some- remos una prueba que tenga una baja tasa de falsos
tido a la cirugía, quimioterapia y radioterapia, con sus positivos, con el objeto de verificar la supuesta enfer-
archiconocidos efectos secundarios. medad tumoral; lo que se conoce como una prueba
El error tipo beta equivale a un falso negativo, es específica. La reina de las pruebas específicas es
decir, a no considerar como cáncer un proceso que sí la biopsia, que obtiene una gran cantidad de tejido y
56 que lo es realmente (6). Este error también tiene con- permite un diagnóstico anatomopatológico muy preci-
secuencias nefastas, pues el tumor primario seguirá so (6). No obstante, muchas veces se utiliza la PAAF
avanzando sin que podamos detenerlo. como prueba confirmatoria; prueba con una tasa mu-
De estos dos errores, es más frecuente el error de chísimo más elevada de falsos positivos (ejemplo es
tipo alfa. Las razones son varias. Por lo general, las el caso de la presidenta de Argentina arriba descrito)
pruebas médicas realizadas suelen tener una muy baja e incluso de falsos negativos. No obstante, la PAAF
tasa de falsos negativos, es decir, que si salen con un se utiliza, y mucho, en diagnósticos de presunción de
resultado negativo, es muy poco probable que el pacien- cáncer, como es el caso de los nódulos mamarios y los
te tenga un tumor en cuestión. Así, en las pruebas reali- nódulos tiroideos. A la presidenta de Argentina se le
zadas en los cribados y screenings, se utilizan pruebas diagnosticó un falso cáncer mediante una PAAF.
para descartar de una manera muy eficaz la enfermedad La biopsia es una prueba mucho más precisa, sin
tumoral, lo que se conoce como pruebas sensibles. Si embargo, no tiene un 100% de especificidad, ya que
la prueba sale negativa, es muy probable que el pacien- la prueba perfecta no existe. Según un estudio hecho
te esté sano. No obstante, si la prueba sale positiva no en el año 1999 por el hematólogo inglés Alan Ramsay,
sabemos si la prueba se ha equivocado o no, es aquí afirmaba que el 3,4% de los diagnósticos anatomopa-
cuando pueden aparecer errores (6). Pero también el tológicos hechos en los Estados Unidos era erróneo.
error tipo alfa es mucho más frecuente ya que si hay Porcentaje que, pese a ser muy bajo, las decenas de
acciones legales contra un médico por mala praxis, casi miles de preparaciones que ven los anatomopatólogos
siempre será por omisión de intervención y casi nunca de un hospital, hace que sean varios centenares de
por exceso de intervención, pese a que la yatrogenia, en fallos diagnósticos anatomopatológicos (8). Si pensa-
algunos casos, tenga unas consecuencias nefastas para mos que es el anatomopatólogo quien tiene la última
el paciente. Es por eso, que, ante una medicina defensi- palabra de decir “esto es cáncer” o “esto es benigno” 1,
va se opte por sobretratar “por si acaso”. 2, 3, que es él quien estadifica el tumor, le da el grado
Es conocido el caso del supuesto cáncer de tiroi- de malignidad… es él quien dispara la cascada diag-
des de la presidenta de Argentina, doña Cristina Fer- nóstico-terapéutica con lo que, si se equivoca, estaría

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poniendo al paciente de forma innecesaria bajo gran PubMed, intentando tomar la mayor cantidad de ar-
sufrimiento, tal y como nos dice el Dr. Ramsay, el cual tículos de los tres últimos años. Así, la gran mayoría de
estima que hasta el 40% de estos errores afectan po- datos recopilados son del intervalo de tiempo oscilado
tencialmente al manejo posterior de los pacientes (9). entre el 2011 y 2013, por ser los artículos más recien-
No obstante, es un dato de hace trece años, y por tes. Los siguientes en orden de frecuencia han sido los
ende puede resultar obsoleto. Es posible que estos artículos de los años entre el 2008 y 2010.
porcentajes hayan disminuido. Para la realización de la búsqueda bibliográfica
Según el estudio del Dr. Ramsay (7), y posterior- utilizamos los términos MeSH. En ello, todo el traba-
mente nombrado en la XXI edición de la Sociedad jo giró en torno a “Diagnostic errors”. Utilizamos los
Española de Anatomía Patológica (5), se distinguen subencabezamientos “adverse effects”, “epidemiolo-
tres clases de errores: el primer tipo son los llamados gy”, “mortality”, “prevention and control”, “psycology”,
operacionales, es decir, que la muestra estaba mal “therapeutic use” y “thearpy”. Luego, introdujimos el
preparada. El segundo tipo son los errores humanos operador booliano AND para acotar nuestra búsqueda
que se producen por malinterpretar los datos. El ter- según nuestro campo de interés. Realizamos búsque-
cer tipo se produce cuando los criterios diagnósticos das bibliográficas en cuanto a “anatomical pathology”,
no están perfectamente establecidos. “prostate neoplasms”, “breast neoplasms” y “colonic
Este tercer tipo de errores suele darse en tumores neoplasms”.
que forman parte de una escala diagnóstica que va Asimismo, hemos realizado búsquedas en la So-
desde la lesión benigna a la malignidad. (por ejemplo: ciedad Española de Anatomía Patológica, cuyo con-
hiperplasia benigna / hiperplasia atípica / carcinoma de greso realizado en 2003 nos llamó mucho la atención,
mama; nevus benigno / nevus displásico / melanoma; y nos pusimos a buscar información al respecto del
LSIL / HSIL / adenocarcinoma de cérvix…) (5). El pro- error diagnóstico, así como a buscar sus citas biblio-
blema lo tenemos en decir dónde está el límite entre la gráficas. Hemos utilizado también frases y escritos
benignidad y la malignidad. Precisamente esta misma de algunos libros y manuales de medicina, así como
situación fue comentada en el estudio de Wells et al. visitando algunas páginas web, como la American
(1). Los mismos autores integrantes del estudio, así Urological Association y la European Association of 57
como Page et al. (2) afirmaban que hay situaciones Urology.
en las que cualquier cosa puede ser clínicamente in-
aceptable, excepto un perfecto acuerdo entre obser-
vadores. Biológicamente hablando no existe un límite RESULTADOS
dicotómico, pero sí que se actúa en consecuencia de
una respuesta dicotómica benigno/maligno (sí / no) (1). La revisión fue hecha a través de 41 artículos que
Son precisamente los tumores de tipo “borderline” los tenían relación en mayor o menor medida con el im-
que más errores plantean, pues, al no tener los límites pacto que tiene el error diagnóstico.
claros (biológicamente no existe esa dicotomía) para Utilizamos 35 artículos buscados a través de la
un “patólogo A” una muestra puede ser considerada base de datos PubMed, procurando que fueran lo más
como benigna, mientras que, para su compañero, el recientes posible.
“patólogo B”, viendo la misma muestra a través del mis- 2 manuales de medicina publicados en español.
mo microscopio puede ser considerada como maligna 2 páginas web de las sociedades americana y eu-
(1). Wells et al. concedieron a la categoría de “atipia” ropea de urología.
un estatus genérico, no obstante no hicieron referencia 2 libros de temario médico.
a la cantidad de literatura realizada sobre el tema, que El resultado final fue que el error diagnóstico aca-
incluía al estudio de criterios histológicos relacionados rrea graves consecuencias en el paciente, y por eso,
con los resultados validados académicamente (2). hay que procurar reducirlo al mínimo.

MÉTODOS DISCUSIÓN
Para la revisión de este tema, hemos realizado Como decíamos antes, los tumores que forman
una búsqueda bibliográfica mediante la base de datos parte de una escala diagnóstica son los que más pro-

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blemas plantean. Precisamente, los tumores de prós- rugía, radioterapia y/o quimioterapia, es muy parecida
tata, son unos de ellos, y se califica su malignidad y a la población general. Otro estudio sobre el mismo
agresividad mediante una puntuación en una escala. tema afirma que hacer determinaciones sistemáticas
Es lo que se conoce como la escala de Gleason (Glea- del PSA se asocia con una pérdida de años de vida,
son Score) y sus valores oscilan desde el 2 hasta el y que, por ende, no debería recomendarse (23). La
10. Se considera como cáncer de mal pronóstico un radioterapia y la quimioterapia, pueden ser una opción
Gleason Score mayor o igual que 7 (9). Resulta curio- para evitar las secuelas de la cirugía radical prostática,
so, que la American Urological Association (10) tenga pero son opciones que no están exentas de severos
unos límites más laxos a la hora de considerar una efectos adversos (24-25), como puede ser la proctitis
misma muestra como “maligna” que la European As- rádica, los sofocos, la disminución de líbido, la gine-
sociation of Urology (11); así como también se acon- comastia y la incontinencia fecal. Para resumir, que la
seja el cribado en edades más tempranas. En Estados detección temprana de un tumor de próstata no dismi-
Unidos se recomienda el screening mediante PSA (An- nuye la mortalidad, pero sí deja secuelas (26).
tígeno Específico Prostático) y tacto rectal a partir de Hablando ahora sobre los tumores de colon, una
los 40 años de edad, mientras que en Europa es a los incorrecta medición del tamaño de los pólipos adeno-
50 (12). Asimismo, en Estados Unidos son cánceres matosos del colon al realizar una colonoscopia puede
de mal pronóstico aquellos que tengan un Gleason ocasionar un inapropiado seguimiento posterior (ya sea
Score mayor o igual que 5 (13-17). Si consideramos por exceso de seguimiento o por defecto, errores tipo
que la sanidad de Estados Unidos está gestionada alfa o tipo beta) e incluso conducir a colectomías inne-
por empresas privadas (que no por el estado) las ga- cesarias (27). Un estudio muy reciente realizado por
nancias de dichas empresas serán mayores cuanto Eichenseer y cols. (28) aseveraba que en aproximada-
mayor sea el número de pacientes intervenidos. Por mente 1 de cada 3 polipectomías realizadas se dieron
lo tanto, en América, interesa diagnosticar cuantos unos criterios de vigilancia y seguimiento inapropiados
más cánceres de próstata mejor y realizar cuantas debido a una mala medición del tamaño del pólipo.
más prostatectomías radicales mejor; de ahí el éxito Tratando ahora sobre el cáncer de cérvix, también
58 que tuvo el PSA (18). Desde que dicho marcador fue es un ejemplo del daño que conllevan los errores diag-
descubierto y utilizado como herramienta diagnóstica nósticos de los tumores cuyo estadiaje forma parte de
hace veinte años, hubo un boom de nuevos cánceres una escala de malignidad/benignidad. En un estudio
de próstata, que se diagnosticaban en estadíos muy muy reciente hecho en Estados Unidos, afirmaba que
tempranos; sin embargo, no se aumentó la mortalidad el 17% de las conizaciones cervicales realizadas en un
por cáncer (12). centro de San Diego (California), se producían sobre
El diagnóstico de un tumor de próstata y el pos- un cérvix sin displasia ni malignidad. Para identificar las
terior tratamiento con técnicas convencionales lleva fuentes del error revisaron 53 conizaciones aparente-
asociada una reducción enorme en la calidad de vida. mente negativas, que habían sido sometidas a dicha in-
Un error diagnóstico en este tipo de tumores puede tervención por presentar aparente displasia de alto gra-
resultar fatal; pues el hecho de disparar la cascada do (HSIL) en su citología y posterior biopsia. Para ello,
diagnóstico-terapéutica conlleva a dejar al paciente utilizando inmunohistoquímica y otras técnicas, para
impotente e incontinente como consecuencia de la estudiarlas más a fondo, llegaron a la conclusión de
cirugía radical. La calidad de vida de los supervivien- que 14 de esas 53 muestras (26%) mostraban una ver-
tes (medida mediante años de vida ajustados según dadera displasia. El 45% de todas las muestras (24/53)
calidad) es bajísima (19). Un estudio revolucionario no tenían displasia pese a tener HSIL confirmado en la
hecho por el Dr. Ian F. Tannock, del Prince Margaret biopsia pre-quirúrgica y el 28% de las muestras (15/53)
Cancer Centre de Ontario, afirmaba sobre las nefastas ni tan siquiera tenían el diagnóstico confirmado de HSIL
consecuencias que tenía para los pacientes el hecho en la biopsia pre-quirúrgica (LSIL o ASCUS)29.
de haber sido diagnosticados y tratados de un cáncer El Dr. Steven Woloshin, de Dartmouth (New Hamp-
de próstata asintomático (20). Se han hecho varios shire) afirma que el test de Papanikolau ha tenido gran
estudios en Suecia (21), el más famoso es el de Hol- impacto en reducir la mortalidad por cáncer de cérvix;
mberg y cols. (22) el cual dice que la supervivencia de sin embargo, como todos los tests diagnósticos, tam-
los varones con tumores bien diferenciados (Gleason bién ha causado daño: la ansiedad y las complicacio-
2-3) en los que no se ha realizado tratamiento con ci- nes físicas del susto que puede llevar un diagnóstico

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de “falso positivo”, así como el tratamiento innecesario ticos); e incluso se están sobrediagnosticando tumores
de los “cánceres sobrediagnosticados” (30). de mama que no lo son en realidad (34). Otro estudio
Y, por supuesto, no podríamos dejar sin nombrar afirma que las mujeres entre 66 y 89 años que se ha-
el error diagnóstico en cuanto a los tumores de la cen la mamografía de forma bianual tienen riesgo simi-
mama se refiere. lar de ser diagnosticadas de un tumor en estadío avan-
La revisión bibliográfica que hace Gervas en su zado que aquellas que se hacen su mamografía de
nuevo libro (7) afirma que al hacer 1.000 mamografías forma anual. Las que se hacen mamografías bianuales
de cribado se suelen encontrar unas 60 sospechosas, tienen también un menor riesgo acumulativo de recibir
de las cuales sólo ocho serán verdaderos positivos un diagnóstico “falso positivo”, independientemente de
(52/60 son falsos positivos, con el consiguiente susto la comorbilidad que presente la paciente (35).
que se lleva la susodicha paciente). De estos ocho cán- Como solución, un estudio muy reciente realizado
ceres verdaderos, en 5 de ellos el tumor mamario sería en el Reino Unido (36) indica la necesidad de sugerir
un tumor que ni hubiera crecido ni avanzado (o incluso un protocolo de inyección y estudio multidisciplinar del
podría estar en fase regresiva), y la paciente habría ganglio centinela, para intentar suprimir las curvas de
fallecido de otra cosa (tal y como sucede con los tumo- aprendizaje. Otra solución la propone el estudio hecho
res de próstata detectados en el 30% de las autopsias por Rafferty y cols. (37) en el que afirma que la to-
hechas a ancianos). De esas 1.000 mamografías an- mosíntesis digital realizada en las mamografías podría
tes dichas suelen escaparse 2 mujeres con cáncer de reducir las tasas de “falsos cánceres” diagnosticados.
mama no diagnosticado (tasa de falsos negativos). O’Doud publicó un estudio escandaloso en el British
La revisión bibliográfica que hacen Payne y cols. (31) Medical Journal (38) en el que afirmaba que el pro-
sobre los falsos negativos en las mamografías afirma grama de investigación televisiva de la BBC llamado
que por cada mil mujeres hay una tasa distinta de falsos Watchdog, estaba investigando a 79 mujeres fueron
negativos en función de las edades de la paciente: entre llamadas por errores en el diagnóstico de cáncer. Puliti
40-49 años oscila entre 0,45 y 0,93 por cada mil pacien- y cols. (39) hicieron una revisión bibliográfica sobre los
tes; mientras que entre 50-69 años oscila entre 1,08 y servicios mamográficos de siete países europeos (en-
2,22 por cada mil pacientes. Un gran estudio multicén- tre los que se encuentra España), a través de una serie 59
trico hecho en Europa en el año 2012 (32), habla del de estudios observacionales. Ellos definen el sobre-
riesgo acumulativo de falsos positivos en el programa de diagnóstico como la detección a través del cribado ma-
cribado de mujeres de entre 50 y 69 años que realizan mográfico de un tumor que nunca ha sido identificado
una mamografía cada dos años. Los test varían desde en la vida de una mujer. También afirma que el sobre-
un 8% hasta un 21% (estimado en 19,7%). El riesgo diagnóstico es un efecto adverso de las mamografías.
acumulativo de procedimientos diagnósticos con un re- En la conclusión llegan a estimar el sobrediagnóstico
sultado benigno oscila entre 1,8% y 6,3% (estimado en en un intervalo que oscila entre el 1% y el 10%.
2,9%). El riesgo de someterse a una mastectomía por Otro estudio hecho en New Hampshire sobre el
un resultado benigno fue del 0,9% (sólo hubo un estu- acuerdo entre radiólogos a la hora de interpretar las
dio). Las proporciones de todas las mamografías (be- mamografías (40) llegó a la conclusión de que hubo
nignas y malignas) que requieren biopsia posterior para un bajo nivel de acuerdo entre los radiólogos para la
su confirmación oscilan entre el 1,1% y el 2,2% (según interpretación de las mamografías de las mamas con
el país) y las mastectomías entre mujeres sin cáncer de densidades asimétricas o con distorsiones estructura-
mama oscilan entre el 0,07% y el 0,19%. les; y propone como solución el entrenamiento enfo-
Un estudio realizado en Dinamarca (33) indica que cado en esas interpretaciones difíciles. Otra revisión
el sobrediagnóstico de tumores de mama ascendió un hecha en el Oeste de Australia (41) advierte que los
2,3%. La consecuencia que eso conlleva es que se servicios de mamografías de cribado poblacional de-
necesitarán al menos ocho años después del final de berían mantener su tasa de falsos positivos lo más
la detección precoz para compensar el exceso de in- baja posible, para prevenir a las mujeres ser disuadi-
cidencia durante la investigación. Asimismo, hay otros das del cribado. Un diagnóstico de un falso cáncer de
que afirman que gracias al cribado se han diagnosti- mama en una mujer conlleva un gran sufrimiento para
cado muchos más tumores de mama en estadíos más esta, pues tendrá miedo al cáncer y deberá someterse
precoces; sin embargo, tan apenas hay una reducción a consultas, ecografías, biopsia, para aclarar el error,
de la mortalidad (como sucedía en los tumores prostá- con la consecuente reducción de la calidad de vida, y

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el consiguiente sambenito de “mamografía de riesgo” 4. Tarkan L. Value of second opinión is unders-


para las mamografías posteriores. cored in study of biopsies. The New York Times. April
Para finalizar, hablaré de nuevo del estudio de 4, 2000: D7
Steven Woloshin y cols. (30) en el cual habla sobre 5. Contreras Mejuto F. Errores en patología. XXI
la guía del National Cancer Institute la cual señala los Congreso de la Sociedad Española de Anatomía Pa-
daños de resultados falsos positivos y sus complica- tológica. Madrid, 29 de mayo de 2003.
ciones, pero no menciona el “sobrediagnóstico”, ya 6. Martín Conejero, Antonio. Manual CTO de Es-
que aún no se han publicado los análisis cuantitativos tadística y Epidemiología. 8ª Edición. CTO Editorial.
sobre esta materia. Se han expresado inquietudes Madrid, 2011.
acerca de sobrediagnóstico con el cribado del cáncer 7. Gervas Juan, Pérez Fernández Mercedes.
de pulmón, pero la magnitud de sobrediagnóstico en Sano y salvo. 1ª Edición. Ed. Los libros del lince. Bar-
el National Lung Screening Trial no parece ser grande celona. 2013.
y es probablemente menor que con la mamografía y 8. Ramsay AD. Errors in histopathology reporting:
sustancialmente menor que con la detección del antí- dettection and avoidance. Histopathology. 1999; 34:
geno específico prostático (PSA) (30). 481-490.
9. Díaz Naranjo, Sara. Manual CTO de Urología.
8ª Edición. CTO Editorial. Madrid 2011.
CONCLUSIONES 10. American Urological Association. Detection of
Como decía Bailar III en su estudio (3), dar a un pa- prostate cancer. http: //www.auanet.org/education/gui-
ciente una etiqueta que diga “cáncer” conlleva para éste delines/prostate-cancer-detection.cfm
una gran angustia y sufrimiento. Es por eso que haya 11. European Association of Urology. Guías clíni-
razones de peso para minimizar el número de errores, cas europeas 2010. Arnhem. EAU, 2010.
tanto falsos negativos como falsos positivos (3). 12. Lee TH, Kantoff PW, McNaughton-Collins MF.
No obstante, la experiencia sirve, y las nuevas Screening for prostate cancer. N Engl J Med 2009;
tecnologías y técnicas harán lo posible para subsanar 360: e18March 26, 2009
60 estos errores. Si se intentan mejorar cualquiera de los 13. Conti SL, Dall’era M, Fradet V, Cowan JE, Si-
tipos de errores arriba descritos, estamos seguros de mko J, Carroll PR. Pathological outcomes of candida-
que el porcentaje de errores se verá disminuido. Al fin tes for active surveillance of prostate cancer. J Urol.
y al cabo, hace quince años los errores pasaron de ser 2009; 181: 1628
impensables a ser reconocidos, y reconocer el proble- 14. Sartor AO, Hricak H, Wheeler TM, Coleman
ma para ponerse a trabajar en ello es un gran avance. J, Penson DF, Carroll PR, et al. Evaluating localized
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