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Esta es la Palabra del Señor. [Sal. 121; Gn. 32:22-31; II Tim. 3: 14- 4:1-5; Lc. 18:1-8].
1. “Jesús: El juez que no practicaba justicia a los vulnerables…”. El asunto de la justicia es un tema
pronunciado en Lucas; se trata de una línea cualitativa constante de la presentación de su
Evangelio. La figura presentada del Juez Injusto se añade a la lista de referencias que gritan la
justicia del reino venidero y presente, la cual es parte de las bendiciones para su pueblo. Se
anuncia ese hilo importante en el discurso del Profeta Juan Bautista, que responde al pueblo
que escucha, ofrece un discurso de mucha equitación sobre las decisiones apropiadas a
hombres comunes, soldados, y hasta el mismo rey de turno; ahí demanda justicia y anuncia
juicio [3: 14-19]; señala a quienes buscan honra, pero practican la injusticia [20:45-47]; dijo
además Jesús del publicano que regresa a casa Justificado ante el religioso que no lo consigue
[18:14] también dice el Evangelista: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia
porque de ellos es el reino de los cielos”. La parábola presenta un mundo embriagado de
injusticias para los más pobres; desde individuos con cierto poder, instituciones, ministerios,
funcionarios, y naciones poderosas que se pavonean con tono descarado a través de los medios,
imponiendo sus decisiones infestadas con este germen. El objeto de este enunciado evangélico
es, que como seguidores de Jesús proclamemos su eterno bien, que promovamos la convivencia
en paz y armonía en el mundo. Este juez impúdico representa a los hombres que poseen el
poder, cuyo dictamen es cumplido por quienes emplean el uso de la fuerza; las leyes humanas
facultan tal ejercicio y hombres insípidos, desleales, corruptos de corazón siempre favorecen al
corruptor señor Don Dinero; es la razón, por la que usando su táctica dilatoria, este juez no oye
razones a conveniencia mientras certifica otras medidas para aprovechamiento de una élite
favorecida; el juez inescrupuloso no desea escuchar el grito del necesitado, quien pide tan solo
un incremento de su pírrica pensión, mientras las multinacionales se llevan las enormes
ganancias; este juez, podrido del alma, desoye el grito de los gobernados que suplican detener
a los banqueros y recaudadores que obligan al pago de aranceles elevados e injustos; este juez
-malvado hasta la médula- carece de temor a D y detesta al hombre, es muy probable que le
afecte más el escándalo y la mala reputación; por ello decide aliarse por un instante con la
bondad, dejar de lado su codicia, amiga inseparable, sólo para ver cómo el pobre se deleita en
la verdad, en la prudencia, paciencia, fe, y la justicia. Todo hombre con un poco de poder debería
probar el Evangelio, oír a Jesús, y ser una mano que imparte verdad y justicia.
HOMILÍA DOMINICAL: “JESÚS: ORACIÓN Y SÚPLICA POR JUSTICIA” [Lc. 18:1-8]. DÉCIMO NOVENO DOMINGO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. Iván Montes, vdm. “Adveniat Regnum Tuum…” Reforma SV. T3E50.
Oremos: Te rogamos, Señor, que tu gracia siempre nos preceda y acompañe, para que
continuamente nos dediquemos al ejercicio de la justicia y buenas obras para hacer de tu mundo
un hogar justo y armónico que te honre cual rey que gobierna su creación; por Jesucristo nuestro
Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. AMÉN
…Y que la bendición de D todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y
os acompañe siempre. AMÉN.