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Unidad 4: Camara de senadores. Rol del senado.

Integracion de la cámara

La segunda cá mara legislativa de un país suele representar las apetencias conservadoras de la sociedad. A esa
característica no escapo el Senado argentino, que se exhibe como el ó rgano legislativo mas preservador de nuestro
Congreso.

Al hablar de senado hablamos del ó rgano consultivo del poder ejecutivo. Actua como consejero del gobierno.

Rol del Senado.

El Senado hunde sus raíces en lo que concierne a la representació n de los Estados que integran nuestra federació n.
Es de la esencia del sistema federal argentino, similar norteamericano, que el Senado hunde sus raíces en lo que concierne
a la representació n de los Estados que integran nuestra federació n.
Anotaba Madision que:

Madison sostuvo: “La igualdad de representantes en el senado (…) no requiere mucha discusión. (…) La igualdad de votos
concebida a cada Estado es, a la vez, el reconocimiento constitucional de la parte de soberanía que conservan los estados
individuales y un instrumento para protegerla. (…) A lo cual de este punto de vista, la igualdad debería ser tan aceptable a
los Estado más extensos como a los más pequeños. (…) Ninguna ley ni resolución podrá ser aprobada en lo sucesivo sin voto
favorable de la mayoría del pueblo primero y de la mayoría de los Estados después”

Otra ventaja que procede de este elemento que representa la constitució n del Senado es el obstaculo que signiricara
contra los actos legislativos inconvenientes.

Con respecto al Senado argentino la teoría constitucional ha ponderado su rol viendo en él a un gran Consejo de Gobierno,
una institució n de control, un ó rgano ejecutivo o el gran moderador de la política.

La crisis de la representació n también se ha hecho sentir en el á mbito de nuestro Senado. Se predica que representa a los
Estados de nuestra federació n y, en los hechos, un senador termina representando los intereses partidarios de la
expresió n política que lo eligió . Es decir, se transforma en un operador del gobierno de turno.

Con la reforma se produjeron innovaciones tanto como e n su composició n, forma de elecció n como en el término del
mandato de sus miembros. Lo que no ha variado en la integració n del ó rgano es la notable influencias que en su
constitució n continú an teniendo los gobernadores de provincia.

Anteriormente para ser senador se requeria haber sido zurrador de pueblos y libertades, es decir, gobernador, tener los
añ os que quiera encima y ser seminado por temperamento.

Integración de la Cámara. (art54)

Se prescribe: El senador se compondrá de tres senadores por provincia y tres por la cuidad de buenos aires,
elegidos en forma directa y conjunta, correspondiendo dos bancas al partido político que obtenga el mayor numero
de votos y la restante al partido político que le siga en numero de votos. CADA SENADOR TENGRA UN VOTO.

En el art. 54 se prescribe como se compondrá la Cá mara de Senadores.

La primera modificació n del Poder Constituyente fue de naturaleza cuantitativa, ya que se elevó el nú mero de senadores
por distrito electoral. En la CN 1853/60 eran dos los legisladores por provincia y dos por capital federal. La reforma suma
uno má s a cada provincia, acordando senadores a Bs.As. De allí que la composició n de nuestro senado es Bipartita y se
añ aden senadores por la Bs.As. a los senadores de la provincias. La cá mara de Diputados tiene uma composició n ----
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composició n tripartita, compuesta por diputados por cada provincia, diputados de CABA y diputados por la Capital Federal.

Alfredo E. Money puso de relieve que uno de los aspectos mas criticables de la reforma del 94 ha sido la incorporació n de
un nuevo senador. La representació n política global no tiene nada que ver con el Senado, este cuerpo representa los
Estados provinciales, en dicho cuerpo los senadores no expresan ni al radicalismo, ni al peronismo, ni a un grupo político
alguno, sino que representan, o deberían hacerlo, la autonomía provincial. Para el, el federalismo no se mejora con el
tercer senador, cree que, al contrario, se desdibuja, se vuelve mas complejo, lento y se condena al cuerpo a la inanició n.

En relació n con el tema sumamos nuestro pensamiento al de Ubertone. Pensamos que ese mínimo de bancas garantizadas
a la minoría dificulta la formació n de mayorías hegemó nicas en el senado.

Las cámaras de senadores son BIPARTITAS ( SENADORES POR CUIDAD DE BUENOS AIRES Y POR DIPUTADOS POR
CADA PROVINCIA.). Y las cámaras de diputados son TRIPARTITAS ( compuesta por diputados, por cada provincia,
por la cuidad de buenos aires y diputados por la capital federal en caso de traslado).

( actualmente y lamentablemente se perdió el perfil del cuerpo, ya que el nuevo senado, los senadores nacionales ya no
representan a las provincias sino que representan a los partidos políticos.

Las bancas senatoriales son para partidos o alianzas oficializadas.


El doctor cita la causa Alianza frente por un nuevo de país, a fines del 2001 la cá mara Nacional electoral, había realizado una
correcta intelecció n de la normativa constitucional vigente para la elecció n de los senadores, precisando que las bancas corresponde
al partido o alianza que realizada regularmente allega la calidad de primera o segunda fuerza.
El conflicto se suscito ante al planteamiento de FRENTE por un nuevo país quien reclamo por su candidato, Gustavo Beliz la
proclamació n como tercer senador por la cuidad de Buenos Aires. A su pretensió n se opuso el candidato a la misma magistratura,
ALFREDO BRAVO quien había sido nominado para esa investidura por las agrupaciones Alternativa para una Republica de Iguales y
Partido popular nuevo milenio.
El primero fundaba su reclamo en el art 54 de La CN afirmando que el candidato del parito que tras estructinio termino en segundo
lugar, su oponente alegaba que la suma de votos del ARI y del partido pupular nuevo milenio en cuyas boletas aparecia como
candidato comú n, lo posicionaba como el exponente de la segunda minoría.
A la hora de examinar los alcances de la disposició n madre, los sentenciantes reforzaron su decisió n apelando al espíritu
del reformador del ´94 quien plasmo en el art. 54 La directiva que rige la materia. La sentencia transcribe in extenso lo
que aparece como inequívoca expresió n del constituyente.

Se señ alo que ambos partidos no oficializaron ante la justicia una alianza en los términos exigidos por la legislació n
electoral.

La solució n adoptada por la justicia electoral en un todo se ajusto al principio de legalidad, legalidad a cuyo amparo los
candidatos del “ARI” y el “Partido Popular Nuevo Milenio”, a pesar de hallarse en condiciones de concurrir al comicio
oficializando una alianza que les permitiera la suma de votos, no lo hicieron.

1. Monopolio de las postulaciones.

El art. 38 nos arrima la conclusió n de que en nuestro derecho el monopolio que tenían los partidos políticos para
postular candidatos a cargos electivos había cesado.
El articulo dice: los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrá tico.

Su creació n y ejercicio de sus actividades son libres dentro del respecto a esta Constitucion, la que garantiza su
organizació n y funcionamiento democrá ticos, la representació n de la minorías, la competencia para la postulcion de
candidatos a cargos pú blicos electivos, el acceso a la informació n publica y la difusió n de sus ideas.
El estado contribuye al sostenimiento econó mico de sus actividades y de la capacitació n de sus dirigentes
Los partidos políticos deberá n dar publicidad de origen y destino de sus fondos y patrimonio

La norma es una innovació n sustancial que abre insospechadas perspectivas al habilitar implícitamente las candidaturas
independientes; es decir aquellas que no se proponen en la contienda electoral por un partido político, sino por un
grupo de ciudadanos que no forman partido político alguno.

Un vasto sector de la doctrina interpreta que, a partir de la reforma del ’94, los partidos no tienen el monopolio de las
postulaciones que le había reconocido, en forma exclusiva, la Ley de Partido Políticos N° 23298 (art 2)
La propuesta de los partidarios del “su”, debía entenderse que tal atributo era ú nico de los partidos políticos. Como
triunfo la tesis de “la competencia…” ha quedado abierta la posibilidad de nominar candidatos por fuera de los partidos.

Bidart Campos dijo que “competencia” conlleva para los partidos un deber y un derecho. A saber, competencia interna
entre los afiliados que aspiran a investir el papel de candidatos, y postulació n de los candidatos resultantes de esa
competencia ante el electorado.

Con esta regulació n deviene inconstitucional el art 2 del Estatuto de los Partidos Políticos que adjudica el monopolio de
las postulaciones a dichas asociaciones.

A nuestro juicio la respuesta es afirmativa. Si la CN garantiza a los partidos el derecho de proponer candidatos y tal
seguridad no viene acompañ ada del privilegio de hacerlo en forma monopó lica, es evidente que la ley ordinaria no puede
acordar la exclusividad que la CN no contempla.

NO SE PUEDEN ACEPTAR LAS CANDIDATURAS INDEPENDIENTES.

El debate en el Constituyente.

“La competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos “

La actual Ley de Partidos Políticos N° 23298 debería ser modificada en su art 2 eliminado la exclusividad que confiere a
los partidos políticos y habilitando, la reglamentació n de las candidaturas independientes.

La ausencia de la ley que reglamente la materia puede constituir impedimento para que un particular se presente ante la
justicia electoral con miras a oficializar su candidatura como independiente.

Antonio Maria Hernandez, Raul Alfonsin y Horacio Rossati concidian que debía utilizarse la expresió n “ competencia para
la postulació n de candidatos” y decían que sin embargo no impide que por via, reglamentaria pueda existir la posibilidad
eventual de presentar candidaturas independientes.

La operatividad del derecho nace de la Ley mayor, no de la ley ordinaria. El derecho a ser candidato independiente está
habilitado por nuestro ordenamiento desde 1994

Excepción senatorial que no innova en la entidad de su pertenencia.

La regla sentada reconoce una excepció n que viene dada por las candidaturas senatoriales, solamente los partidos y nadie
má s que dichas asociaciones políticas o las alianzas que estos celebren, está n habilitadas a nominar postulantes para esa
funció n legislativa. Esa excepció n senatorial no innova la entidad del régimen de pertenencia de bancas, por constituir
una expresa excepció n adoptada por el constituyente.

La explicació n es política. Es manifestació n de política partidaria contenida en la ley suprema.

Su detonante fue el pacto de Olivos. El presidente Menem y el ex presidente Alfonsín acordaron un mecanismo para
distribuirse las nuevas bancas entre las dos expresiones partidarias durante el periodo transitorio que transcurrió desde
la reforma hasta 2001.
Pese a las críticas, en líneas generales, no podemos dejar de desconocer que, mirada en perspectiva esa innovació n,
termino con los senados de un solo color, como ocurrió en algunos periodos de nuestra vida.

2. El tema de la pertenencia de la banca. Discusiones.

Las bancas habidas en ese á mbito son de la expresió n política que nomino al elegido. El debate en relació n al punto
admite 3 variantes muy conocidas:

Que la banca pertenece al Pueblo

Que la banca pertenece al Elegido

Que la banca pertenece al partido que nomino al candidato.

En el derecho argentino tanto la CN como las leyes fundamentales de la inmensa mayoría de las provincias, han optado de
modo implícito por la solució n de que da cuenta el primer apartado de este punto. La excepció n de esa regla viene ideada
por la solució n de las Constituciones de La Rioja, Catamarca y Rio Negro.

No conocemos caso alguno dentro de nuestro ordenamiento que resuelva la propiedad de un escañ o en favor del elegido.

Armagnague, afirma que las bancas no son del pueblo porque se trata de un concepto genérico muy difícil de
aprehender. A su juicio, solamente los partidos políticos pueden nominar candidatos en nuestro sistema.

Ferreyra, establece que las bancas de los diputados son de pertenencia de los partidos que postularon los candidatos
triunfantes.

Sin perjuicio de ello debemos decir que de la economía de la CN, particularmente de los arts. 1 y 22, extraemos la
conclusió n de que las bancas no son de los partidos, ni del elegido sino que son del pueblo. Esto se debe a que:

Nuestro Estado responde al modelo representativo

Esa representació n conferida se ejerce dentro de una modalidad específica: la de la Republica (Soberanía
Popular).

El presupuesto de vida política de la sociedad argentina es la sujeció n al principio de la soberanía popular, el


pueblo constituyente el origen de todo poder y es a través del sufragio como materializa sus preferencias
No puede tan livianamente extraerse la forzosa conclusió n de que las bancas pertenecen al partido que propuso electo,
mucho menos del elegido.

Un fallo acertado: las bancas pertenecen al pueblo.

Al pronunciarse en la causa “Pagani Enzo” la Cá mara Nacional Electoral sostuvo: “el hecho de que un diputado electo se
desvincule de la agrupación que postulo su candidatura, para vincularse con una diferente no autoriza a la justicia a negar su
proclamación en los términos de la legislación vigente”.

En este contexto, como quienes reclamaban la banca que habría de ocupar Eduardo Lorenzo Borocotó eran las
autoridades de la alianza que lo propuso como candidato expreso: “El partido político resulta el único instrumento apto
para designar y elegir aquellos que han de ocupar cargos electivos. No los autoriza a arrogarse la titularidad de las bancas de
los candidatos electos. El partido nomina y el pueblo elige a través de la función pública no estatal del voto.”

3. Elección directa de sus miembros.

El aspecto cualitativo de la reforma refleja que ella dejo de lado la superada modalidad de elecció n indirecta de los
miembros de la Cá mara Alta, a través de las legislaturas provinciales y un colegio electoral ad hoc en la Capital Federal.
Esa suma de prevenciones exploto cuando la democracia constitucional abrió nuevos cauces representativos y cuando el
sistema de la elecció n indirecta demostró grandes falencias.

Explicando las razones por las cuales el reformador paso de la elecció n indirecta a la directa, el convencional Paixao
afirmaba en la Convenció n Reformadora: “En el marco de la reforma de 1972 se vieron las bondades que trajo el método de
elección directa de los senadores para un sistema republicano y para el funcionamiento del Senado de la Nación. (…) En ese
periodo se recuerda el enriquecimiento del debate y de su accionar. (…) Por un lado la elección popular y por otro el
enriquecimiento de los aportes resultantes de la presencia minoritaria”

También hay que tener en cuenta que en el á nimo del constituyente también pasó la idea de poner fin a los penosos
episodios en los que se buscaba consagrar electo en forma viciosa a má s de un senador a través de las legislaturas.

Un sistema electoral con reservas.

El constituyente traslado a la CN el sistema de la Ley Sáenz Peñ a, los miembros de la cá mara alta se eligen en forma
directa y conjunta, dos bancas al partido político que obtenga el mayo numero de votos y la restante a la expresió n que le
siga en nú mero de voluntades.
Su bondad importa superació n institucional con la modalidad vigente hasta 1994 que impedía toda representació n de las
minorías. Hasta entonces en las legislaturas primaba la ley del nú mero y está n consagraban senadores por nueve añ os a
dos exponentes del partido que tenía la mayoría.

Esta cámara se renueva por partes: un tercio de los distritos cada dos años. La duración de los mandatos de
los senadores es de seis años y pueden ser reelegidos indefinidamente

El ideal hubiera sido adoptar el sistema proporcional D´ Hont que rige para la elecció n de diputados nacionales. Sin
embargo, de aplicarse el sistema D´ Hont, esa modalidad permitiría que las tres primeras fuerzas obtuvieran, en este caso,
una banca cada una. Ni que decir de la posibilidad de que el partido mayoritario se divida para quedarse con las tres
bancas. Cuestiones de esta naturaleza no se corrigen siquiera con el mejor sistema Electoral.

Requisitos.

En el art 55 se establece los requisitos que la CN fija para ser diputado, podrá advertirse que tales exigencias se acentú an
cuando de senadores se trata.

El aumento de los requisitos para ser senador, es congruente con el propó sito de conformar una Cá mara conservadora,
integrada por personas de mayor edad, pues la voz del “senado” viene de senatus, y esta ultima de senex, que quiere decir
“anciano”.

TENER 30 AÑ OS

6 AÑ OS CUIDADANIA.

La exigencia de ser natural de la provincia que lo elige o con dos añ os de residencia en ella del actual artículo, fue una
incorporació n realizada en 1860, con vistas a terminar con los “alquilones”.

Los padres fundadores impusieron, ademá s, la exigencia de disfrutar de una renta anual de dos mil pesos fuertes. La
disposició n no fue observada nunca y cayó en desuso.

Sigue esto en pie?

Duración del mandato. Vacante.

La duració n del mandato ha sido otro punto de reforma en el ´94, el cual queda totalmente expreso en el art. 56 de la CN.
Ha sido un acierto reducir la duració n del mandato de los senadores. Tan prolongado periodo era un llamado al
apoltronamiento y factor que tendía a cristalizar la representació n.

La renovació n del cuerpo por tercios, cada bienio, vino acompañ ada de producirse la vacancia de la novedad que la misma
se hizo por distrito. Por eso en 2001 se conformaron 3 grupos de distritos sorteando mandatos por dos, cuatro y seis
añ os. Al procedimiento que debe seguir en caso de producirse la vacancia de una plaza senatorial, es la expuesta en la ley
mayor en su art. 62.

EL ART 56: establece: Los senadores duran seis añ os en el ejercicio de su mandato, y son reelegibles indefinidamente;
pero el Senado se renovera a razó n de una tercera parte de los distritos electorales cada dos añ os”

Antiguamente los senadores duraban en su funció n nueve añ os. Pero tan prolongado periodo era llamado al
apoltronamiento y factor que cristalizar la representació n, a despecho a cambios políticos que se sucedían en el distrito
del elegido.

El caso de vacancia en la plaza senatorial es previsto por el art 62,

ART 62- DADO EL CASO DE MUERTE, RENUNCIA U OTRA CAUSA EL GOBIERNO ES QUIEN PROCEDE INMEDIATEMNTE A
LA ELECCION DE LA NUEVA VACANTE. “ cuando se vacase alguna plaza por muerte renuncia o utra causa, el gobierno a
que corresponda la vacante hace proceder indediatamente a la elecció n de un nuevo miembro”.
La clausula que mandaba elegir un senador en caso de vacante se cumplió de manera má s regular en la vida política
argentina. El art 157 del Cod. Electoral de la Nació n establece que el suplente no electo ocupa la banca vacante, cuando se
opere en caso previsto en el art 62. No se elige un nuevo representante como manda la ley de leyes. El suplente que ocupa
el lugar del titular cubre el periodo que le este para terminar su mandato.

4. Los acuerdos del Senado.

El Senado coparticipa y autoriza la adopció n de ciertas decisiones tomadas por el Ejecutivo, se ha identificado tales
funciones como propias de un Consejo de Gobierno.

La misma resulta indispensable para la celebració n de ciertos actos complejos, inspirados en el principio de colaboració n y
mutua interdependencia de los poderes. Así como el Senado:

Presta acuerdo al Ejecutivo para la designació n de magistrados (art. 99 inc. 4)

PrestaacuerdoalEjecutivoparaelnombramientoyremoció ndeministros
plenipotenciarios y encargados de negocios (art. 99 inc. 7)

Presta acuerdo al Ejecutivo para la concesió n de grados a oficiales superiores de las fuerzas armadas. (Art. 99 inc.
13)

Presta acuerdo al Ejecutivo para la declaració n del estado de sitio en caso de ataque exterior. (arts. 61 y 99 inc. 16)

Estos acuerdos tienen entidad de “¿una consulta?”. El interrogante formulado por Pérez Gilhou dice que la discusió n
sobre el significado del acto surgió de la doctrina nacional que califico Senado como un cuerpo consultivo del ó rgano
ejecutivo. Consultar significa requerir un parecer, asesoramiento o dictamen.

Prestar acuerdo significa determinar o resolver de comú n con otro. No se puede confundir la noció n consultiva con
el acuerdo prestado.

Acuerdos judiciales y el decreto 222/03.

Rige apartir de junio de 2003.

De todos los acuerdos que esta llamado a brindar el Senado, sobresalen por su significado institucional, los que presta
para quienes formaran parte del Poder Judicial de la Nació n.

En la reforma constitucional del ´94, el constituyente dispuso que los magistrados que cumplieran setenta y cinco añ os
requirieran de un nuevo nombramiento con la obvia intervenció n del Congreso para mantenerse en el cargo.

El origen de estos actos complejos que para ser validos necesitan intervenció n y voluntad de dos ó rganos, tiene su
sustento en la recomendació n que Hamilton formulara para la CN de los
Estados Unidos. Hay una diferencia con el modelo estadounidense. Allí el acuerdo del Senado es requerido para todos los
empleos cuya provisió n no esté dispuesta de otro modo en la CN; en cambio el titular de nuestro Ejecutivo cubre por si
solo el cargo de los funcionarios a excepció n de los casos en que la mismísima Ley Fundamental impone la intervenció n
de la Cá mara Alta.

En esta particularidad entre ambos sistemas, Rodríguez Galá n colige que allá (EEUU) el acuerdo es la regla y entre
nosotros, La excepción. Inserta en el principio de la divisió n de poderes y constituye un sistema de frenos y contrapesos.
En el marco de los controles recíprocos entre los ó rganos del gobierno federal, el otorgamiento del acuerdo senatorial
constituye una expresió n de contralor que ejerce la Cá mara Alta.

Uno es el referido a la mayoría que el senado debe reunir para prestar acuerdo solicitado por el presidente a los
miembros de la Corte. Frente a la posibilidad de que el Senado le rechace el pliego, el Ejecutivo tiene que proponer
candidatos suficientemente idó neos.

La segunda innovació n da cuenta de que la sesió n en la que el Senado trata un pedido de acuerdo debe ser pú blica y
convocada al efecto. La ciudadanía esta en condiciones de realizar un doble control: informarse de los antecedentes del
propuesto y el modo en que el Senado los evalú a. Con la convocatoria ad hoc que ahora impone la ley mayor, se intenta
evitar la picardía parlamentaria del tratamiento sorpresivo de un pedido de acuerdo.

La tercera innovació n, es la creació n del Consejo de la Magistratura en cuanto ó rgano llamado a evaluar la idoneidad de
los candidatos que aspiran a ser jueces inferiores. Su funció n realizar un filtro natural para facilitar la tarea del Senado.

Se encuentra en vigencia desde junio del 2003 el decreto 222 a través del cual fueron reglamentados una serie de
pormenores para proponer candidatos a la Corte:

Producida una vacante en la corte, en un plazo má ximo de 30 días se publicará en el Boletín Oficial y en, por lo
menos, dos diarios de circulació n nacional, durante 3 días, el nombre y los antecedentes curriculares de la persona o las
personas que se encuentren en consideració n para la cobertura de la vacancia.

Dichas personas deberá n presentar una declaració n jurada con la nó mina de todos los bienes propios, de su
conyugue y/o conviviente, los que integren el patrimonio de la sociedad conyugal, y los de sus hijos menores.

También deberá n prestar una declaració n en la que incluirá la nó mina de asociaciones civiles y sociedades
comerciales que integren o hayan integrado en los ú ltimos 8 añ os; la nomina
de clientes o contratista de, por lo menos, los ú ltimos 8 añ os y en general, cualquier tipo
de compromiso que pueda afectar la imparcialidad de su criterio por actividades
propias, de su có nyuge, ascendientes y descendientes en primer grado.

Los ciudadanos en general, las organizaciones no gubernamentales, los colegios


y asociaciones profesionales, las entidades académicas y de derechos humanos, podrá n,
en el plazo de 15 días, a contar desde la ultima publicació n del Boletín Oficial, presentar
al Ministerio de Justicia, por escrito y de modo fundado y documentado, las posturas,
observaciones y circunstancias que consideren de interés expresar respecto de los
incluidos en el proceso de preselecció n, con declaració n jurada en cuanto a su propia
objetividad acerca de los propuestos.

Se recabará a la Administració n Federal de Ingresos Pú blicos informe relativo al


cumplimiento de las obligaciones impositivas de las personas eventualmente
propuestas.

La modalidad implementada es una medida saludable para el sistema Republicano.

5. Valor de las instrucciones emanadas de legislaturas provinciales a


los senadores nacionales.

Con el propisto de controlar Varias provincias argentinas incorporaron a sus


Constituciones el atributo de que sus legislaturas pudieran instruir a sus senadores
nacionales: Có rdoba, San Juan, Tierra Del Fuego y La Rioja.

LAS FUNCIONES DE UN SENADOR NACIONAL ESTAN REGIDAS POR EL DERECHO


FEDERAL Y TODO NORMA SANCIONATORIO QUE DESDE UN ESTADO DE FEDERACION.

El interrogante natural que fluye se orienta a precisar que consecuencia le acarrearía al


senador incumplir las directivas emanadas de la Legislatura de su provincia. Pues
NINGUNA, las funciones de un senador nacional están protegidas por el Derecho federal
y toda norma sancionatoria que desde un Estado de la federació n pretendiera
imponérsele resultaría inconstitucional, en orden a lo establecido por el art 31 de la CN.

Rosatti dice que las jurisdicciones representadas pueden expedir instrucciones


específicas, pero su incumplimiento o no acatamiento por parte del senador no puede
dar lugar a sanciones automá ticas dado que ellas son asignadas a la Cá mara por la CN.

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