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Resulta interesante notar que aunque la estructura física de los ojos varía enormemente
entre las especies, la traducción visual se basa en un grupo de moléculas proteicas
extraordinariamente conservadas a lo largo de la evolución. Esta conservación de las
moléculas visuales sugiere que cuando evolucionaron los medios bioquímicos adecuados
para resolver el problema de la captura de la energía luminosa, las secuencias se
conservaron aunque quedasen encerradas en órganos con propiedades estructuralmente
diversas.
Por ejemplo, las opsinas son las moléculas proteicas unidas a moléculas de fotopigmentos
que resultan alteradas estructuralmente para la absorción de fotones.. Las opsinas se
encuentran ampliamente distribuidas en el reino animal, incluso en estructuras
fotorreceptoras extremadamente sencillas y que carecen de las características propias de
un ojo.
Los ojos compuestos de los artrópodos son ojos formadores de imágenes constituidas por
muchas unidades. Cada una de las cuales presenta las características del ojo mostrado en
la figura 74. Cada unidad óptica se denomina omatidio y está orientada a una parte
diferente del campo visual. Cada uno cubre un cono angular que incluye 2 y 3 grados del
campo visual. A diferencia, en el ojo de los vertebrados, en los que cada receptor puede
rastrear tan solo 0, 02 grados del campo de visión, los ojos compuestos de los artrópodos
tienen una agudeza visual menor que la del ojo de un vertebrado debido a su campo de
visión grande formándose una imagen en mosaico más tosca en comparación con la
imagen que puede formar el ojo de un vertebrado aunque desde luego se reconocen
formas. (figura)
RESUMEN
Los ojos compuestos de los artrópodos forman imágenes mediante muchas unidades
ópticas, con menos agudeza visual que los vertebrados, debido a su campo de visión
grande y una imagen en mosaico más tosca.
Cada omatidio de un ojo compuesto contiene varios fotorreceptores.
Los ojos compuestos de artrópodos producen imágenes en mosaico y cada omatidio del ojo
compuesto va a detectar una parte diferente del campo visual a través de su propio
cristalino Mientras que en el ojo de un vertebrado, un vertebrado simple, cada célula
receptora detecta una parte del campo visual a través de un cristalino compartido por todas
las células receptores. Como comparación, vemos las dos imágenes de la mariposa. Bien,
ahí ponemos las imágenes también de los ojos compuestos y de vertebrado y tenemos que
las flechas indican que la óptica del ojo vertebrado invierte la imagen sobre la retina
mientras que el sistema óptico del ojo compuesto no lo hace.
[RESUMEN]
Los ojos compuestos y los de vertebrados son diferentes en su estructura y funcionamiento,
produciendo imágenes en mosaico y simplex respectivamente.
El ojo de los vertebrados combina una apertura relativamente pequeña con un cristalino
reflectante. La unión de estas dos características va a proporcionar una imagen de muy alta
calidad que se enfoca sobre la capa de fotorreceptores en la retina situada en el fondo del
ojo.
El ojo de los vertebrados es capaz de enfocar la luz sobre las células fotosensibles para
formar una imagen del entorno. La capacidad de poder enfocar la luz procedente de objetos
situados a diferentes distancias se conoce como acomodación visual. El sistema nervioso
se aprovecha de las propiedades físicas de la luz para poder interpretar las imágenes que le
llegan. Las diferencias de intensidad de la luz se interpretan como contrastes. Dentro del
espectro visible, las diferentes longitudes de onda se interpretan como distintos colores.
En el ojo de los vertebrados la luz incidente se enfoca en dos etapas. En la etapa inicial los
rayos de luz incidente son desviados al pasar a través de la superficie externa transparente
del ojo, denominada la córnea. Posteriormente son de nuevo desviados o refractados al
atravesar una segunda estructura, el cristalino, y finalmente forman una imagen invertida
sobre la superficie interna posterior del ojo, denominada la retina. La mayor parte de la
refracción se produce en el ojo y tiene lugar en la interfase aire córnea, mientras que el
resto de la refracción depende del efecto del cristalino.
Ciertos peces enfocan las imágenes sobre la retina moviendo el cristalino con respecto a la
retina.En los peces óseos y los cartilaginosos es frecuente que la forma del globo ocular se
mantenga gracias a la presencia de osículos o piezas cartilaginosas. Además, el ojo está
sujeto por el ligamento suspensor y se mueve gracias a músculos retractores, protractores o
protractores del cristalino que se insertan directamente en este último. Para enfocar la
imagen, los músculos retractores del cristalino empujan a este hacia adelante en los
elasmobranquios y hacia atrás en los teleósteos.
En algunos casos el ojo de los anfibios va a estar reforzado por una copa o anillo
cartilaginoso de la esclerótica. El cristalino es casi esférico y está sujeto por un ligamento
suspensor circular. En los ofidios el músculo retractor del cristalino se inserta en la base del
ligamento suspensor y no directamente en el cristalino. Normalmente el cristalino está
enfocado sobre objetos lejanos y para poder ver los que están más cerca, los músculos
retractores del cristalino lo empujan hacia adelante. En los amniotas, excepto en los ofidios,
la capacidad de acomodación se consigue mediante cambios de forma del cristalino.
Generalmente, esto implica la contracción del músculo ciliar que puede presionar el
cristalino y hacer que cambie de forma o pueden actuar a través del ligamento suspensor
haciendo que aumente el diámetro del cristalino y que se aplane. La relajación de este
músculo permite que el cristalino recupere su forma original por elasticidad. Algunos reptiles
y algunas aves poseen osículos en la esclerótica, cosa que no ocurre en los mamíferos.
Este principio de cambiar la distancia entre las lentes y la superficie que capta la luz o la
retina ha sido adoptado también por algunos invertebrados como por ejemplo el caso de las
arañas saltadoras en el cual la posición del cristalino es fija y el enfoque depende del
movimiento de la retina. Por el contrario ni el cristalino ni la retina son móviles en los ojos de
los vertebrados superiores. En vez de ello la imagen se enfoca por medio de cambios de la
curvatura y grosor del cristalino. El cambio de la curvatura de la superficie del cristalino va a
permitir cambiar la distancia a la que se enfoca una imagen que lo atraviesa
denominándose la distancia focal. Mientras que la modificación de la tensión ejercida sobre
el perímetro del cristalino causa un cambio en su forma. La capacidad de acomodación
disminuye con la edad de los seres humanos. El cristalino se hace menos elástico,
produciendo un tipo de hipermetropía denominada presbicia.
El aspecto más notable acerca del proceso de acomodación de objetos cercanos está
relacionado con los mecanismos nerviosos mediante los cuales se corrige el enfoque en la
retina de una imagen seleccionada destacada de la complejidad del fondo visual. Un
mecanismo nervioso relacionado produce la convergencia binocular por el cual los
músculos oculares orientan a los dos ojos de manera que las imágenes percibidas por
ambos se proyectan en partes análogas de las dos retinas, independientemente de la
distancia entre el objeto y los ojos. Cuando un objeto está cerca, cada uno de los ojos ha de
girar hacia la nariz, mientras cuando se mira un objeto que está alejado, ambos ojos giran
hacia los lados.
RESUMEN
El ojo de los vertebrados se enfoca en dos etapas: la córnea desvía los rayos de luz y el
cristalino los refracta para formar una imagen invertida en la retina. La capacidad de
acomodación disminuye con la edad y se relaciona con la corrección del enfoque en la
retina. También hay un mecanismo nervioso que produce la convergencia binocular.
La visión es diferente en el medio aéreo y en el medio acuático:
de manera que el agua va a afectar a la luz de varias maneras y va a afectar también la
forma y la función del ojo. El agua lleva partículas disueltas y partículas en suspensión que
pueden impedir la transmisión de la luz. En el agua de mar la visión suele estar limitada a
unos 30 metros, pero en las aguas dulces turbias el límite puede llegar a ser solo de 1 o 2
metros. Entonces la intensidad de la luz disminuye con la profundidad. La primera longitud
de onda que se absorbe es la de la luz ultravioleta y luego lo hacen las correspondientes al
infrarrojo, rojo, naranja, amarillo, verde y finalmente la del azul. De manera que la luz no va
a penetrar más allá de los 1.100 metros, incluso en las aguas más claras. No obstante, la
mayoría de los peces que viven por debajo de los 1.100 metros de profundidad tienen ojos
grandes y complejos, pero que no detectan la luz solar, ya que esta no llega a estas
profundidades. En lugar de eso, estos ojos son muy sensibles a los destellos de
bioluminiscencia que dichos peces producen.
Respuesta a los cambios en la intensidad de la luz.
En una cámara fotográfica, la intensidad de la luz admitida por la cámara está controlada
por el ajuste de la apertura de un diafragma mecánico a través del cual penetra la luz
cuando se abre el obturador. El ojo de los vertebrados va a poseer un iris opaco que
presenta una abertura variable denominada pupila, análoga al diafragma mecánico de una
cámara. Cuando las fibras musculares lisas circulares del iris se contraen, el diámetro
pupilar disminuye y la proporción de luz incidente que penetra en el ojo sufre una reducción.
La contracción de las fibras musculares orientadas radialmente causa el aumento del
tamaño de la pupila. La contracción de estos músculos y por consiguiente el diámetro de la
pupila está controlado por un reflejo nervioso central originado en la retina. Este reflejo
pupilar puede ser observado en una estancia oscura al iluminar repentinamente el ojo de
una persona con un destello luminoso. Los cambios en el diámetro pupilar son transitorios.
Tras la respuesta a un repentino cambio de iluminación, la pupila vuelve gradualmente a su
tamaño medio después de unos minutos. Más aún, el área de la pupila puede cambiar solo
alrededor de 5 veces, lo cual no es equiparable a los cambios de intensidad luminosa que
normalmente encuentra el ojo, que son de 6 o más órdenes de magnitud. Así pues, aunque
la pupila puede producir ajustes rápidos a cambios moderados en la intensidad de la luz, se
deben disponer de otros mecanismos. El ojo se adapta a iluminaciones extremas mediante
cambios en el estado de los pigmentos visuales o por medio de los procesos de adaptación
neuronal. La contracción pupilar proporciona una ventaja adicional, la mejora de la calidad
de la imagen en la retina. Los bordes del cristalino son ópticamente menos eficaces que el
centro, por ello cuando la pupila se contrae se evita que la luz pase a través del perímetro
del cristalino, produciendo así las aberraciones ópticas. La profundidad del campo es la
distancia dentro de la pupila con los objetos que han enfocado. Cuando el cristalino tiene
una forma fija aumenta al disminuir el diámetro pupilar al igual que ocurre con una cámara
cuando se reduce la apertura del diafragma.
RESUMEN
La contracción de la pupila en el ojo se debe a un reflejo nervioso central y se produce
como respuesta a los cambios en la intensidad de la luz. Además de mejorar la calidad de la
imagen en la retina, la contracción pupilar tiene limitaciones en la adecuación a una amplia
gama de intensidades de luz. El ojo también se adapta a una iluminación extrema
cambiando la condición de los pigmentos visuales o mediante procesos de adaptación
neuronal.
Percepción de la profundidad.
La posición de los ojos en la cabeza representa un compromiso entre la amplitud del campo
de visión y la percepción de la profundidad. Si los ojos están situados lateralmente,
entonces cada uno de ellos explora una parte del entorno y el campo de visión total en todo
momento es muy grande. Este tipo de visión sin superposición de los campos visuales se
conoce como visión monocular, ya que este tipo de visión permite al individuo ver una gran
parte de su entorno y poder detectar los peligros procedentes de la mayoría de las
direcciones posibles, y es muy frecuente en los animales presa. En sentido estricto la visión
monocular en la que los campos visuales de ambos ojos sean totalmente independientes es
relativamente rara, únicamente se da en los ciclostomos, en algunos tiburones, en los
urodelos y en los pingüinos y las ballenas.
Los campos visuales se superponen en los animales con visión binocular. La vista del
hombre se caracteriza por una gran superposición de los campos visuales. Los hombres
tenemos el 140% de visión binocular y el 30% de visión monoocular a cada lado. La visión
binocular es bastante importante en la mayoría de las clases de vertebrados. Las aves
tienen hasta el 70% de superposición, los reptiles hasta el 45% y algunos peces tienen
hasta el 40%. En el área donde se superponen, los dos campos de visión se mezclan y
forman una única imagen originando así la visión estereoscópica. La gran ventaja de este
tipo de visión es que permite percibir la profundidad de los objetos. Si una persona con los
ojos normales cierra uno de ellos, pierde una gran parte del sentido de la profundidad.
Cada célula receptora de vertebrado contiene un segmento con una estructura interna
similar a la de un cilio. Este cilio rudimentario conecta el segmento externo, el cual contiene
las membranas fotorreceptoras con el segmento interno que contiene el núcleo,
mitocondrias y los contactos sinápticos y demás. Los ojos de muchos invertebrados carecen
de la estructura ciliar que conecta los segmentos internos y externos de los conos y
bastones de los vertebrados. En estos ojos de invertebrados el fotopigmento se haya
localizado en las microvellosidades formadas por la membrana celular y constituyen los
rhabdomelos. Por ejemplo, los ojos del pulpo, que son ópticamente muy complejos y sus
fotorreceptores son rhabdoméricos. Después tenemos algunos moluscos bivalvos. Por
ejemplo, la vieira tiene los ojos con dos capas de fotorreceptores, una capa contiene
receptores ciliares y la otra receptores rafdoméricos.
En todas las células fotorreceptoras, la transducción de la energía luminosa produce un
cambio en el potencial de membrana. Sin embargo, el efecto de la transducción es diferente
entre los receptores de vertebrados y de invertebrados. Los fotorreceptores de los
invertebrados se despolarizan en respuesta a la luz, pero los cones y los batones de los
vertebrados se hiperpolarizan en respuesta a un estímulo luminoso. Las medidas de
conductancia de las membranas antes y durante la iluminación han demostrado que el
efecto de la luz en los fotorreceptores de los vertebrados es disminuir la conductancia para
el sodio en la membrana del segmento externo. En la oscuridad, la membrana superficial
del segmento externo del bastón de los vertebrados es casi igual de permeable al sodio y al
potasio. En estas condiciones, los iones de sodio entran hacia el interior del segmento
externo a través de canales que están permanentemente abiertos en condiciones de
oscuridad. Los iones de sodio que transportan esta corriente de entrada, que se denomina
corriente oscura porque es máxima en la oscuridad. La corriente oscura se produce sólo en
fotorreceptores de vertebrados y no en la de los invertebrados.