Ahora, es importante resaltar las disposiciones establecidas en la Ley del

Delito de Contrabando, específicamente en los artículos 16 y 18

respectivamente, los cuales establecen a grandes rasgos las
responsabilidades personales o de terceros frente a delitos denominados o
considerados contrabando.

En tal sentido, la ley establece las responsabilidades que tendrán todas

aquellas personas relacionadas al delito –ya sea autor, co-autor, cómplice o
encubridor- de manera tal de disminuir el número de asociados frente al acto
delictivo o de que no se mantengan en libertad todas aquellas personas
partícipes y por ende continúen ejerciendo actividades de similar índole.

Dicha disposición, incluye igualmente a los servidores públicos –ya sean

contratados, obreros o auxiliares- que se vean relacionados en dicha
actividad en las responsabilidades ya mencionadas –autores, coautores.
cómplices o encubridores- donde los mismos a través de la decisión que
establezca la responsabilidad que mantuvieren, de manera inmediata podrá
ser llevado a cabo su destitución, despido o revocación inmediata del
contrato, además de las responsabilidades penales que conlleve la actividad
misma.

Para ello, la ley establece una pena diferente para cada uno de los
implicados. Principalmente, los autores y co-autores compartirán la pena
establecida en su totalidad y por parte de los cómplices y encubridores será
aplicable la pena de forma rebajada respectivamente a la mitad para los
cómplices y en un tercio para los encubridores.

Además, la ley establece penas accesorias, a los cuales las personas

involucradas se verán relacionadas, en un lapso de entre mínimo 6 meses
hasta máximo 60 meses según haya sido la magnitud del contrabando o
concurrencia del mismo, tal como es indicado en el artículo 15 de
mencionada ley, donde indica:

- El cierre de establecimientos y suspensión de licencia para

administrarlo.
- Inhabilitación de ocupar puesto alguno en la administración pública o
en los auxiliares de la administración pública o aduanera.
- Inhabilitación para ejercer operaciones relativas al comercio
internacional.

Ahora, en referencia a las mercancías relacionados al delito, los artículos 17,

19 y 20 indican los diversos aspectos a tomar en cuenta con respecto a los
productos objeto de contrabando.

Empezando con el artículo 17, el mismo nos indica que cuando la naturaleza
del contrabando provenga del faltante de requisitos arancelarios
condicionantes –ya sea para su introducción o extracción de la nación- tales
como registros necesarios como por ejemplo el registro sanitario de los
productos, suspensiones o incluso restricciones a los cuales se encuentren
sujetas las mercancías, el valor objeto de determinación de la multa –por
contrabando- será aumentada en un porcentaje importante. De un 50% para
aquellas mercancías carentes de registros o cualquier otro requisito
arancelario y en un 200% para aquellas mercancías que se encuentren
restringidas o prohibidas.

El aumento del valor de la mercancía para la determinación de la multa se

origina con el objetivo principal de disminuir los intentos de contrabando en
primer lugar de mercancías prohibidas o peligrosas, además de fomentar el
conocimiento sobre requisitos exigibles a las mercancías en general o la de
ciertas mercancías específicas, los cuales de no ser cumplidos, enfrentarán
una multa pecuniaria favorecedora para la Administración Aduanera y
Tributaria.

Una vez que sea llevado a cabo el comiso de dichos productos objeto de
contrabando –a través de la sentencia definitiva o el acto administrativo- la
mercancía será objeto de remate –a excepción de aquellas mercancías
prohibidas o restringidas-, donde aquel producto del remate será depositado
en una cuenta de la Administración Pública destinado para ello, lo cual
resulta beneficioso para el continuo crecimiento de la Administración
Aduanera y la lucha contra el contrabando.

Además, es importante resaltar mediante lo que indica el artículo 21 de la

Ley del Delito de Contrabando, que todas aquellas personas involucradas en
el delito deberán responder ante la Administración Pública en cuanto a los
tributos que se hubieren originado por la legal introducción o circulación de la
mercancía en el país independientemente de aquellas multas pecuniarias
que se hayan establecido o aquellos procesos penales iniciados a raíz del
contrabando, lo cual se traduce en un mayor ingreso para la Administración
Aduanera.