Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PUBLICA
deMEXICO EpOCA v. VOLU>1EN VII. NÚMERO 4 •• JULlo·AGOSTO DE 1965
505
clones por prematuridad. En este renglón debe se- fundamentalmente, del nivel educativo, materno y
ñalarse que 5 534 niños fallecen anualmente por familiar, así como del patrón cultural dietético del
esta razón en el primer año de vida, y en los que grupo, de factores sociales como la disponibilidad
indiscutiblemente la desnutrición materna es un fac- local de alimentos, )' de la situación económica Ia-
tor de primer orden. La cifra de defunciones por miliar. El niño, por tanto, inicia su desarrollo en
prematuridad,junto con otros índices de desnutrí. condiciones generalmente poco favorables. Así, aparo
ción, como deficiencias de peso y talla y mortalidad te de las manifestaciones mucocutáneas, común-
en los lactantes, revelan, también, la magnitud del mente existentes en gran proporción en nuestra po-
problema nutricional en la mujer mexicana. blación infantil (9), una alteración dramáticamen-
Evidentemente, el futuro de! niño, y por consi- te generalizada es la marcada deficiencia de desarro-
guiente la perspectiva de desarrollo físico y mental 110físico)' mental de nuestros niños.
del individuo, dependen en gran medida de la in- En general, e! desarrollo óseo de los niños, sobre
fluencia que diferentes factores hiológicos y socia- todo del medio rural, está seriamente alterado, y
les ejercen desde el primer momento de la gestación. la detención del crecimiento puede observa rse des-
Entre estos factores desempeña un papel de primera de la etapa prenatal (10). El retraso comienza a
importancia la alimentación que recihe la madre ser ostensible a partir de los 10 meses de edad y
desde el momento que inicia la función de engen· es máximo alrededor de los 4 años (11).
drar al nuevo ser. Es "por eso que, al abordar los En relación al peso, las deficiencias son igual-
problemas de nutrición en nuestro medio, no pode. mente graves. Muchos informes revelan que, en el
mos dejar de considerar la importancia que tiene medio rural, aproximadamente el 90% deIos niños
la alimentación de la emharazada y su repercusión de edad preescolar tiene más del 15% de déficit
en el futuro incierto del nuevo habitante, que llega respecto a su peso normal (12).
a un ambiente físico por lo general impropio y hos- Por desgracia, este período de la edad infantil,
til. Desgraciadamente, tomando en cuenta el bajo por ser de crecimiento rápido, requiere una alimen-
consumo de alimentos ricos en proteínas en nuestra tación óptima en proteínas y minerales, y su in-
población, asociado comúnmente a numerosos tabúes fluencia es decisiva y determinante del desarrollo
y prejuicios dietéticos, la convierte en un sector físico del sujeto adulto. Se dice que "estos cuatro
vulnerable a la desnutrición. La elevada frecuencia años de buena alimentación valen más que diez bien
de anemia en las embarazadas; con sus graves re- nutridos en la edad adulta". El tiempo y oportuni-
percusiones en los organismos materno y fetal, es dades inexorablemente perdidos en la edad preesco·
un hecho suficientemente estudiado por muchos in- lar, no se recuperan jamás. No podemos dudar de
vestigadores de la materia (5, 6, 7, 8), lo que nos que una buena nutrición nos haría desarrollarnos
obliga a pensar en la necesidad inmediata de actuar cuanto pudieran permitírnoslo nuestros genes (13).
en este importante sector de la población, mediante A las deficiencias de crecimiento hay que agregar
una intensa campaña educativa y asistencial, máxi- las del desarrollo mental. Cuando la mala nutrición •
me si se tiene en cuenta que muchas regiones insa- actúa intensamente en los primeros años de vida,
lubres del país favorecen las parasitosis que agra· el deterioro en la esfera nerviosa Y mental, se hace
van aún más la desnutrición y la anemia de las evidente desde los primeros días. La depresión, la
embarazadas y de la población en general. irritabilidad, el llanto y la hostilidad son caracte-
Es preciso que las embarazadas conozcan las nor- risticas nerviosas comunes del niño desnutrido. En
mas más elementales de la buena nutrición, la i 1lI. los adultos, la mala nutrición prolongada ocasio-
portancia de alimentar correctamente al niño, sobre na los mismos síntomas de irritabilidad y depre-
todo en las etapas de la lactancia y preescolaridad, sión, a los que se agregan las parestesias y el temo
las ventajas que representa el cumplimiento de las blor (14), lo que los conduce a una crítica situa-
reglas de higiene de la alimentación, así como e! _ción de inadaptación social.
valor nutritivo de los alimentos indispensables pa- Algunos investigadores han encontrado cierto pa·
ra el desarrollo óptimo del niño. El advenimiento ralelismo entre el peso corporal y las facultades in-
de un nuevo ser significa su dependencia de los telectuales de los niños, y muchos escolares con reo
factores ambientales y culturales de la sociedad a traso físico son también retrasados en el campo de
que pertenece. Su desarrollo y bienestar dependen, la pedagogía, cuyas calificaciones son pronunciada."
506
SALUD PÚBLICA DE MÉXICO
mente inferiores a las de los mnos bien nutridos corre el riesgo de tener pocas posibilidades de bas-
(15, 16). La desnutrición, aunada a factores socia- tarse a sí mismo y de superarse física e intelectual-
les y ambientales negativos, condiciona, indudn- mente, en tanto no se aplique un plan nacional de
blernente, desde los primeros años, un desarrollo mejoramiento de la nutrición y una política acer-
irreversiblemente defectuoso de la inteligencia, que tada para incrementar cuanto antes la disponibili-
nos lleva a contemplar un panorama sombrío para dad de productos alimenticios, conforme a las metas
la nación si no se adoptan urgentes medidas de óptimas de consumo nacional, Para cubrir el défi-
solución. cit existente en el consumo de proteínas animales
Además, si la desnutrición es una resultante del y al mismo tiempo satisfacer las demandas del au-
desequilibrio social y cultural; sus consecuencias se- mento de población, es necesario que para 1970 la
guramente no se limitan a la edad infantil, sino producción sea el doble de la de 1960 (21) _ Desde
que alcanzan también las esferas familiar y comu- luego, estas metas de consumo se deben establecer
nal. No podríamos hablar. exclusivamente de niños conjuntamente por los especialistas en nutrición y
o individuos mal nutridos, sino de familias y pue- los especialistas en producción y en economía. Ade-
blos desnutridos (7). Es verdad que en el adulto más, es conveniente considerar el aspecto regional,
la mala nutrición es menos aparente y dramática y no sólo el general o promedio de producción, pues
que en e! niño, pero no por eso deja de ser menos hay amplias zonas del país, por ejemplo, el sureste,
trágica y significativa por sus consecuencias direc- que tienen actualmente consumos de proteínas ani-
tas en e! rendimiento y productividad de la na- males de menos de 10 gramos por persona y por día.
ción. La capacidad biológica de adaptación del Es, pues, indispensable y urgente realizar progra-
adulto "malnutrido", le permite sobrellevar una vi- mas en esas zonas, para favorecer un mayor con-
da limitadamente activa, que en condiciones de sumo. Lo mismo puede decirse en relación a los
"stress" o de .agresividad del medio, lo coloca con estratos socioeconórnicos, ya que sabernos que con
relativa facilidad en un estado patológico que, por frecuencia nuestra población más pobre no consu-
lo general~ reclama oportuna y adecuada asistencia me nada de estos alimentos. Tales deficiencias se
médica y social. En este sentido, no parece exage- deben, en el terreno estrictamente económico, a la
rado afirmar que una gran parte de nuestra pobla- desarmonia en el desarrollo del país, puesto que la
ción, aproximadamente un 40% de la de! ciclo producción de alimentos se hace atendiendo a los
anual permanece ociosa y, por tanto, improducti- cánones de la libre empresa, regida por el princi-
va (18, 19). Cabe señalar que a los factores de pio sustancial de obtener el mayor lucro con el me-
orden social v a los inherentes a la estructura eco- nor riesgo. Eso explica que en lugar de canalizar
nómica del país, se agrega el factor coadyuvante a la producción de alimentos grandes recursos fi-
de la desnutrición crónica. nancieros, se haya optado por las construcciones
El escaso incremento de la producción nacioual residenciales o, en el peor de los casos, por la co-
Bibliografía
1. Anuario Estadístico de 10'<E. U. M. 1960-1961. SrÍa. de 3. Anuario Estadístico de Salubridad y Asistencia. Méxi-
Ind. y Com./Dir. Cral. de Estad. co, 1963.
2. ZUBIRÁN S., CHÁVEZ A. Medidas para aumentar, mejo- 4. ANGELES R. CHÁVEZ A. La recuperación del niño des-
rar y hacer más sana j' barata la alimentación popular. nutrido en el medio rural. Publicaciones de la Div. de
Ponencia a la IV Convención Na!' del P.R.I. 1965. Nut. del I.N.N. 1965.
507
5. WOODRUFF A. W. The natural history o] anemia es- 14. HERNÁNDEZ PENICHE J. Trabajo presentado en el X
sociated with protein malnturiüon: London School cf Aniversario del Hosp. ln]. de Nut., 1956.
Brit. Med. J. 1 :1,29í. 1955. 15. RAMOS GALVÁN R. Aplicación de la prueba de Cood-
6. BENGOA J. M. Influencia de la dieta en la producción ennugh: a escolares mexicanos de distintos grupos socio-
-de las anemias. Are. Ven. de NUI. JII:5, 1952. culturales r diverso estado de nutrición. Bol. Méd. Hosp.
7. BÁEZ VILLASEÑOR J. Estudios hematológicos en el em- Inf. XXI: 149, 1964.
barazo. Rev. Inv. CI. 1:2í9, 1949. 16. RAMOS GALVÁ" R. Aplicación de la prueba de Cood-
8. BENCOA,J. M. Nutrición y embarazo. II:261, 1951. Arch. enaugh a escolares mexicanos de distintos grupos socio-
Ven. de Nut. culturales y diverso estado de nutrición. Bol. Méd. del
9. ZUBlRÁN S., CHÁVEZ A. Algunos datos sobre la situa- Hosp. Inf. XXJ:165, 1964.
ción nutricional en México. Bol. Of. San. Pan. 55:101, 17. PÉREZ ORTIZ B. Los signos circunstanciales de la des-
1963. nutrición. Bol. Méd. del Hosp. Inf. XXI:231, 1964.
10. PÉREZ ORTIZ B. Factores que determinan el crecimien- 18. Encuesta nutricional de Sudzal, Yuc., I.N.N., 1960.
to físico del niño. Bol. Méd. Hosp. Inf. Suplemento n"
1. XXI:3, 1964. 19. DE LA PEÑA MOISÉS T. Mito y realidades de la Retor-
ma Agraria en México~ 1964.
11. CHÁVEZ A., PÉREZ H. e., PITOL A. Maduración ósea en
dos grupos de niños con dijerentes estados de nutrición. 20. Informes económicos del Banco de México, 1962.
Salud Púb. de Méx. 6:705, 1964. 21. BRAVO GARcíA J. Hojas de Balance. Seco de Econ. Div.
12. Informes del Programa Experimental de Sudzal, Yuc. de NUl. I.N.N., 1960.
I.N.N., 1961. 22. MIRANDA F. P. El problema mundial de la nutri~ión.
13. RAMOS GAL\'ÁN R. Desnutrición y crecimiento físico. Conferencias Nutriológicas. SrÍa. de Ed. Púb. México,
Bol. Hosp. Inf. Suplemento n'' 1. XXI:ll, 1964. 1964.
508