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Obnubilación: Primer estadio de disminución del nivel de consciencia. Dificultad para mantener el
estado de alerta necesario para responder adecuadamente a los estímulos del contexto, de tal manera
que se requieren estímulos externos de cierta intensidad para hacerse conscientes.
Estupor (neurológico): Estado más intenso y profundo de la alteración del nivel de consciencia en el que
el paciente permanece inmóvil, dormido y donde solo es capaz de alcanzar un ligero y transitorio estado
de vigilia mediante estímulos muy potentes. En este estado es imposible explorar el contenido del
pensamiento.
Coma: Forma prolongada de suspensión global de la conciencia en la que resulta imposible despertar al
paciente a pesar de una estimulación intensa. Se caracteriza por la pérdida de consciencia, de
sensibilidad y de motilidad voluntaria, desapareciendo incluso el funcionamiento reflejo, y en el que se
conservan las funciones vegetativas.
Estupor (psiquiátrico): Se caracteriza por el mutismo, la inmovilidad, falta de reacción a los estímulos
ambientales y a las fluctuaciones en el nivel de conciencia. A diferencia del estupor neurológico, la
reactividad sensorial y los reflejos están conservados y los EEG son normales.
Alteraciones de la conciencia del sí mismo: Experiencias anómalas en cuanto al self o al uno mismo, que
pueden variar a lo largo de cuatro dimensiones: la conciencia de los límites del yo; la conciencia de uno
mismo como agente de sus propias acciones; la conciencia de la unidad del sí mismo; y la conciencia de
la realidad del sí mismo y del entorno.
Confusión de los límites del yo: Anomalía en el nivel más básico o primario de la experiencia del yo, esto
es, la capacidad para experimentarse a uno mismo como una entidad diferenciada o distinta al entorno.
Pérdida de atribución personal: Pérdida de la capacidad de reconocer el origen personal de sus ideas
y/o actividades. La persona puede atribuir algunos de sus pensamientos, sentimientos, acciones, etc., a
agentes externos a sí mismo.
Disociación de afecto: Cuando la persona se enfrenta a una situación de peligro que percibe como una
amenaza, es frecuente que experimente una sensación de desapego emocional, es decir, una sensación
de calma embotada, antinatural.
Escisión del yo: Ante una situación percibida como amenazante, la persona experimenta una forma más
explícita de desapego ya que se siente como si estuviera fuera de sí mismo, observando su forma de
actuar como si estuviera observando a otra persona.
Pérdida de la experiencia de la realidad: Experimentar una sensación subjetiva de cambio y/o extrañeza
respecto a sí mismo y/o al entorno que le rodea.
Desrealización: Sensación subjetiva de cambio, extrañeza o irrealidad con respecto al entorno, al mundo
que le rodea.