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Resumen Psicopatología II

Unidad I
Psicopatología. Un enfoque integral de la psicología normal. Durand y Barlow
¿Que es un trastorno psicológico?
Un trastorno psicológico es una disfunción psicológica de un individuo, asociada con la
angustia o con algún impedimento en el funcionamiento y una respuesta que no es típica o
esperada culturalmente.

Disfunción psicológica: una interrupción en el funcionamiento cognoscitivo, emocional o


conductual. Ej: si salís con alguien que te parece agradable, pero experimentamos temor
toda la noche y solo deseas volver a casa, aunque no haya por qué temer; y si ese temor se
presenta cada vez que usted sale con la persona, entonces sus emociones no funcionan
adecuadamente. Sin embargo, si todos sus amigos están de acuerdo en que es peligroso
salir con esa persona, entonces no sería “disfuncional” sentir temor ni evitar salir con ella.
parece difícil marcar el linde entre una disfunción normal y una anormal; se considera que
estos problemas se encuentran en un continuo o en una dimensión, más que ser categorías
presentes o ausentes.

Angustia personal: que el trastorno deba asociarse con la angustia agrega un componente
importante y claro, por si mismo, este criterio no define un comportamiento anormal. Es muy
común angustiarse, por ejemplo cuando fallece alguien cercano a nosotros. La condición
humana es tal que el sufrimiento y la angustia forman parte de nuestra existencia.
Definir un trastorno psicológico sólo por la angustia no funciona, aunque el concepto de
angustia contribuya a una definición satisfactoria.
La mayor parte de los trastornos psicológicos es una expresión extrema de emociones,
comportamientos y procesos cognitivos por lo demás normales.

Respuesta atípica o no esperada culturalmente: a veces se considera que algo es anormal


porque sucede de manera poco frecuente, se desvía de la norma.
El comportamiento de una persona es anormal si viola las normas sociales, aun cuando
haya un gran número de individuos que respalden el punto de vista de la persona.

En conclusión, es difícil definir lo “normal” y lo “anormal”, la definición que ha sido


mayormente aceptada en DSM IV TR describe que las disfunciones conductuales,
emocionales o cognitivas que son inesperadas en su contexto cultural y se asocian con
angustia personal o con un impedimento sustancial en el funcionamiento son anormales.
Esta definición puede ser de utilidad en todas las culturas y subculturas si prestamos una
atención minuciosa a lo que es “funcional” y “disfuncional” en una sociedad determinada.

La psicopatología es el estudio científico de los trastornos psicológicos. En este campo hay


profesionales especialmente entrenados: psicólogos clínicos y consejeros, psiquiatras y
trabajadores sociales psiquiatricos y enfermeras que se desempeñan en el campo de la
psiquiatría, así como terapeutas matrimoniales y familiares y consejeros sobre salud mental.

El científico profesional: la psicopatología va adoptando métodos científicos para mejorar el


conocimiento de la naturaleza de los trastornos psicológicos, sus causas y tratamientos. Los
profesionales de la salud mental se mantienen actualizados con respecto a los desarrollos
científicos más recientes de su campo y se sirven de los diagnósticos y procedimientos de
tratamientos más avanzados, son consumidores de la ciencia de la psicopatología en
beneficio de sus pacientes. Por otro lado, los científicos profesionales examinan sus propias
evaluaciones o técnicas de tratamiento para determinar su eficacia, deben demostrar con
claridad que sus tratamientos son viables. También pueden realizar investigaciones que
generen nueva información sobre los trastornos o su tratamiento.
Descripción clínica: presentar el problema concreto o conjunto de problemas, o analizadores
de problemas de un paciente. Una función importante de la descripción clínica es
especificar lo que hace distinto el trastorno del comportamiento o de otros trastornos. Los
datos estadísticos también pueden ser importantes, ya sea su prevalencia (cuantos los
tienen), su incidencia (nuevos casos durante un período específico), su proporción sexual y
la edad de aparición característica. Casi todos los trastornos siguen un patrón o curso, algo
distinto, un curso crónico, episódico, de tiempo limitado. Algunos trastornos tienen una
aparición aguda, es decir, comienzan súbitamente, otros se desarrollan en forma gradual, y
se alude a ellos como de aparición insidiosa.
La anticipación del curso de un trastorno se denomina pronóstico.
Causalidad, tratamiento y resultados: la etiología o el estudio de los orígenes de las cosas,
se relaciona con la forma en que comienza un trastorno, y comprende dimensiones
biológicas, psicológicas y sociales, pero la psicología nunca es sencilla porque el efecto
no necesariamente implica la causa.
Concepciones históricas de comportamiento anormal: por miles de años los seres humanos
han tratado de explicarse y controlar los comportamientos problemáticos, el
“comportamiento anormal”, hay tres modelos importantes que sirven de guía y que se
remontan al origen de la civilización: el modelo sobrenatural, el modelo biológico y el
modelo psicológico; todos, aunque sean muy antiguos, continúan aplicándose en la
actualidad.

Modelos unidimensionales y multidimensionales.


Con un modelo de causalidad lineal se sostendría que la esquizofrenia o una fobia se
generan a partir de un desequilibrio químico o un crecimiento rodeado de conflictos
abrumadores entre los miembros de la familia. Pero la mayoría de los científicos y clínicos
consideran que el comportamiento anormal es el resultado de diversas influencias. Un
sistema o circuito de retroalimentación, puede tener entradas independientes en muchos
puntos distintos, pero a medida que cada entrada se vuelve parte del todo, ya no puede
considerarse como independiente, perspectiva sistémica.
El contexto en este caso, es la biología y el comportamiento del individuo, además del
ambiente cognoscitivo, emocional, social y cultural, cualquier componente del sistema
influye de manera inevitable en los demás componentes. Este modelo es multidimensional.

Unidad II
Conceptos y modelos en psicopatología, Belloch, Sandín y Ramos.
introducción, precisiones conceptuales.
Los criterios y modelos de la psicopatología: un criterio es una norma regla o propiedad que
guía el conocimiento respecto de un objeto concreto. Es una norma o conjunto de normas
que designa la propiedad o propiedades sobre cuya base se clasifican y ordenan los datos
que parecen relevantes para un objeto y un área concreta de conocimiento; la elección de
un criterio suele significar la exclusión de otros.
Kazdin señalaba que un modelo de psicopatología es una forma global de ordenar o
conceptualizar el área de estudio. Representa la orientación para explicar la conducta
anormal, llevar a cabo la investigación e interpretar los hallazgos experimentales. Una teoría
tiende a ser la explicación específica de un fenómeno particular , propone un conjunto
particular de proposiciones o afirmaciones que pueden ser probadas. Un modelo, por el
contrario, es una orientación mucho más amplia, que refleja una posición básica para
conceptualizar problemas.
En todos los modelos psicológicos y psicopatológicos, podemos encontrar aún las
influencias de varias escuelas de pensamiento, más o menos recientes, que en cierto
momento histórico se fueron constituyendo alrededor de ciertas personas y en ciertos
lugares, para acabar por extenderse sin delimitación geográfica, a unas doctrinas y sus
seguidores.
Todo modelo es parcial y selectivo, y para su construcción se adoptan exclusivamente
aquellos aspectos que son relevantes para el uso que se pretenda hacer del mismo. Un
modelo será útil en la medida en que permita responder a las preguntas que interesan a
quien lo utiliza.

conceptos y criterios en psicopatología: hay una diversidad de temas y problemas humanos


que son objeto de estudio para la psicopatología y a su vez, una diversidad de criterios y
modelos que se manejan en esta disciplina.

A. El criterio estadístico:
El postulado central de este criterio es el de que las variables que definen psicológicamente
a una persona, poseen una distribución normal en la población general de referencia de esa
persona. Consecuentemente, la psicopatología es todo aquello que se desvía de la
normalidad, es decir, “algo” que resulta poco frecuente, que no entra en los límites de la
distribucion normal de la población que nos sirve de referencia. (algo como un rasgo de
personalidad, una capacidad intelectual, una actividad mental, un comportamiento, una
emoción, un afecto,etc). Sin embargo, la restricción del ámbito de lo infrecuente no siempre
conlleva psicopatología.
Las diferencias entre lo normal y lo patológico son de naturaleza cuantitativa, de grado. De
aquí que se hable de conductas o actividades anormales, que se caracterizan no solo por
ser poco frecuentes, sino por contener los mismos elementos de la normalidad pero en un
grado ya excesivo, escaso.
Entonces, cuando la psicopatología se rige por un criterio estadístico se suele emplear el
término anormalidades como análogo o sinónimo al de psicopatología, lo que significa que
una conducta, rasgo, actividad o característica es muy poco frecuente y poco representativa
del grupo social normativo de referencia, además de ser cualitativamente distinta de lo ue
se considera normal.

B. Los criterios sociales e interpersonales.


Uno de ellos es el que Sullivan denominó consensual, para señalar que la definición de las
psicopatologías es una cuestión de normativa social, es decir, del consenso social que se
alcance al respecto en un momento y lugar determinados. Lo psicopatológico no es más
que una “construcción social” y una “convención” que la comunidad adopta en un momento
y de un modo poco explícito. Lo que en un contexto cultural, social o histórico es normal, se
torna patológico en otros, y, a la inversa, no lo es menos que en todas las culturas y épocas
es posible detectar ciertas normas que deciden lo que es psicológicamente normal. Las
normas sobre cuyas bases catalogamos a una persona como normal o como psicopatología
existen en nuestras mentes.
La adaptación a los modos de comportamiento esperables, habituales y sancionados como
correctos por el grupo social al que una persona pertenece, se ha esgrimido como un
criterio para la presencia o ausencia de psicopatologías y se encuentra en la base del
criterio legal de normalidad mental vs patología.
En la medida en que una persona se comporte, piense o sienta como lo hacen sus
congéneres, o como estos esperan que lo haga, será catalogada como normal. Así, la
adecuación al rol social y personal que se nos adscribe constituye el marco de referencia
imprescindible para la catalogación de normalidad.

C. Los criterios subjetivos o intrapsíquicos.


Es el propio individuo el que dictamina sobre su estado o situación, lo que se suele traducir
en quejas sobre la propia infelicidad o disgusto, sobre la incapacidad para afrontar un
problema o buscar una solución razonable, retraimiento social, comportamientos poco
eficaces y/o incapacitantes, contacto deficiente con la realidad, malestar físico, incluso
búsqueda de ayuda especializada.
El principal problema de estos criterios reside en que implican, que una persona es siempre
consciente de sus problemas e incapacidades o, lo que es igual, de que tiene problemas y
de cuales son su naturaleza y alcance, y esto no es siempre así, en muchos casos, tales
como demencias, ciertos estados psicóticos y algunos estados disociativos, entre otros
muchos, el individuo está lejos de ser conciente de su problema o incluso de que tiene un
problema; y desde luego es improbable que decida por sí mismo buscar ayuda
especializada.
El criterio subjetivo o personal no tiene tampoco en cuenta los efectos que un
comportamiento anormal produce en el contexto social inmediato de la persona que lo
exhibe. Este tipo de criterios resulta insuficiente tanto a nivel explicativo como a la hora de
analizar sus consecuencias.
En muchos casos es el propio individuo quien detecta una anomalía en sí mismo y, sobre
todo, lo comunica y puede ser incluso capaz de determinar su origen o su causa. Y,
finalmente, tanto si se da un autoconocimiento de patología como si no, la información que
una persona nos proporciona sobre sí mismo y sobre su estado es una fuente de datos
irrenunciable e imprescindible para el psicopatólogo.

D. Los criterios biológicos.


Enfatizan la naturaleza biológica, física , de las personas. Las diferentes psicopatologías
son la expresión de alteraciones y/o disfunciones en el modo normal del funcionamiento,
bien de la estructura, bien del proceso biológico que las sustenta. Estas alteraciones
pueden estar causadas por la acción de agentes patógenos externos o por carencia de
determinados elementos constituyentes o por una ruptura en la que el equilibrio normal de
los diferentes procesos, elementos o estructuras involucradas.
aceptar la dicotomía biologico vs psicologico para explicar la aparición y el mantenimiento
de una psicopatología significa, desde nuestro punto de vista, un error demasiado costoso
para la psicopatología. el reduccionismo de la psicopatología o lo biológico significa la
imposibilidad de la psicología y de la psicopatología como actividades científicas.
Las personas somos, además de organismos biológicamente determinados, individuos
sociales, con una historia personal de aprendizajes, de memorias y de modos de
conocimientos del mundo, que no son meros epifenómenos de nuestra condición de
organismo, ni son explicables recurriendo única y exclusivamente a esta condición. un
delirio o una alucinación pueden estar ocasionados por factores biológicos pero no todas las
personas que los presentan hacen referencia a los mismos temas, los padecen con la
misma intensidad, o manifiestan el mismo grado de deterioro en su funcionamiento social y
personal. ; antes bien, son completamente e igualmente necesarios para la comprensión de
psicopatologías.

E. Criterios de anormalidad: algunas conclusiones.


Ninguno de los criterios mencionados es útil para explicar y describir las psicopatologías.
todos y cada uno de ellos son necesarios, pero ninguno es suficiente. postulados :
No hay ningún criterio que sea suficiente para definir un comportamiento, un sentimiento o
una actividad mental como desviada, anormal y/o psicopatológica. ninguno es por sí mismo
psicopatológico, para clasificarlo como tal es necesario apelar a condicionantes
contextuales, así como examinar su utilidad adaptativa y estratégica.
La presencia de psicopatologías representa un obstáculo para el individuo o para su grupo
social más cercano. Las dificultades que tienen las personas con psicopatologías les impide
lograr sus niveles óptimos de desarrollo social, afectivo, intelectual y/o físico. La presencia
de psicopatologías no conlleva necesariamente ausencia de salud mental. La salud no es
solo ausencia de enfermedad, sino también presencia de bienestar.

Unidad III
El modelo biológico. Belloch, Sandín y Ramos.
la perspectiva biológica, denominada también biomédica, fisiológica o neurofisiológica,
asume como principio fundamental que el trastorno mental es una enfermedad, al igual que
cualquier otra enfermedad física. Las alteraciones psicopatológicas se producen porque
existen anormalidades biológicas subyacentes (genéticas, bioquímicas, neurológicas,etc).
Por tanto, según este modelo el tratamiento deberá centrarse en corregir tales
anormalidades orgánicas.
Modelo biológico en el siglo XIX, difusión de la teoría de Kraepelin, dijo que las
enfermedades psiquiátricas son causadas principalmente por desórdenes biológicos y
genéticos.
En el siglo XX el modelo biomédico mantiene su enorme influencia y se consolida sobre
todo a partir de los años cincuenta, década en la que se comenzaron a sintetizar y a utilizar
diferentes clases de drogas psicotrópicas que han demostrado su eficacia en diversos
trastornos mentales.

A. Bases biológicas de la conducta anormal.


Entienden al comportamiento anormal como una enfermedad producida por el
funcionamiento patológico de alguna parte del organismo. se presupone que la alteración
del cerebro es la causa primaria de la conducta anormal, los trastornos mentales estarían
asociados con las alteraciones celulares del cerebro, que pueden ser el resultado de
factores genéticos, trastornos metabólicos, infecciones, alergias, tumores, trastornos
cardiovasculares, traumas físicos, estrés, etc.
Según Buss, pueden distinguirse hasta tres tipos de enfermedad, infecciosa, sistémica y
traumática. (gripe, diabetes y fractura de un brazo)
A partir de los años 50 se intensificó el interés por aplicar el modelo sistémico de
enfermedad a la conducta anormal. La anormalidad entendida como un problema
bioquímico constituye el más prometedor de los modelos biomédicos de enfermedad
mental, considerándose entonces que algunas formas de conducta anormal podrían
deberse a desequilibrios de la química del sistema nervioso.
Los clínicos, utilizando una variedad de pruebas médicas y neurológicas, han relacionado
de forma inequívoca un gran número de trastornos mentales asociado a problemas
específicos del funcionamiento cerebral.
Los trastornos mentales que tienen causas fisicas claras se denominan trastornos
mentales organicos. de ellos, el más frecuente y preocupante hoy en dia es el Alzheimer
y/o demencia senil tipo alzheimer. diferentes son los trastornos mentales funcionales que
son patrones de conducta anormales sin claros indicios de alteraciones orgánicas
cerebrales. En muchos trastornos denominados funcionales como los de ansiedad,
depresión y esquizofrenia, se han descubierto disfunciones orgánicas en el cerebro.
Sabemos que las alteraciones en la actividad de los diversos neurotransmisores pueden
asociarse a diferentes trastornos mentales. los trastornos de ansiedad, por ejemplo han sido
relacionados con una actividad insuficiente del neurotransmisor ácido gamma aminobutírico,
la esquizofrenia con una excesiva actividad dopaminérgica, y la depresión con un déficit en
la actividad de las catecolaminas y la serotonina.
También se ha puesto de relieve la frecuencia con que ocurren los trastornos mentales entre
parientes biológicos. Se habla así de las bases genéticas de la esquizofrenia, de la
depresión, de la manía de la enfermedad alzheimer, intentando averiguar si se debe a un
gen dominante recesivo.

B. Postulados del modelo biológico.


el modelo médico se fundamenta en una serie de conceptos centrales que contribuyen a
configurar los componentes básicos de esa estructura estos conceptos son los siguientes:
1. Signo: indicador objetivo de un proceso orgánico anómalo (la fiebre puede ser un
signo de un proceso inflamatorio).
2. Síntoma: indicador subjetivo de un proceso orgánico y/o funcional (sensación de
tener fiebre) el síntoma aislado no resulta anormal o morboso. Se considera que el
síntoma es la unidad máxima descriptible en psicopatología.
3. Síndrome: conjunto de signos y síntomas que aparecen en forma de cuadros
clínicos. agrupamiento o patrón recurrente de signos y síntomas.
4. Enfermedad mental: estructura totalizante en la que adquieren sentido los
fenómenos particulares, y por lo tanto dota de recursos explicativos al médico para
comprender desde los factores etiológicos del trastorno hasta la validez del
pronóstico, aumentando, por supuesto, la eficacia del tratamiento.
5. Discontinuidad entre lo normal y lo anormal: el trastorno mental, al ser considerado
como una enfermedad (“enfermedad mental”), se clasifica y diagnóstica sobre la
base de criterios categoriales, cada trastorno mental constituye una entidad clínica
discreta, con características clínicas, etiología, curso, pronóstico y tratamiento
específicos.
La diferencia entre lo normal y lo anormal es sobre todo una cuestión de grado.

C. Evaluación del modelo biológico.


Las investigaciones de las bases biológicas de la conducta anormal son cada vez más
abundantes en psicopatología y psiquiatría. Los nuevos fármacos son por sí mismos,
además de elementos terapéuticos, relevantes instrumentos de investigación sobre posibles
causas biológicas del trastorno.
El modelo biológico tiene bastantes virtudes, sirve para recordarnos que los problemas
psicológicos pueden tener causas o concomitantes biológicos dignos de evaluación y
estudio. Gracias al desarrollo de sofisticadas técnicas biomédicas, la investigación sobre los
aspectos neurofisiológicos de la conducta anormal a menudo progresa con rapidez,
produciendo nueva y valiosa información en períodos de tiempo cortos. Los tratamientos
biológicos han proporcionado significativas aportaciones en la terapia de los trastornos
mentales.
El modelo biológico adolece de diversos problemas y limitaciones. Parece hipotetizar que
toda la conducta humana puede explicarse en términos biológicos y que todo problema
psicológico puede ser tratado mediante técnicas biológicas. reduccionismo.
nuestra vida mental es una interacción de factores biológicos y no biológicos, psicológicos,
sociales, culturales, ambientales, Etc. por lo que es más relevante explicar esa integración
que centrarse exclusivamente en las variables biológicas.
Un segundo problema es la validez explicativa de sus teorías que a menudo son
incompletas y poco concluyentes. Muchos estudios se realizan con animales que
aparentemente presentan síntomas de depresión, ansiedad o algún otro comportamiento
anormal inducido mediante drogas, cirugías o manipulación conductual .
la aceptación rígida de los postulados acarrea diversos problemas que reflejamos a
continuación:
1. Tiende a considerar al individuo como algo pasivo. Kraepelin, “el sujeto enfermo se
acepta y es aceptado como tal, gozando de los mismos privilegios en la sociedad y
en el trabajo que otro sujeto normal”.
2. El trastorno mental es una enfermedad y como tal tiene una etiología de tipo
orgánico. Muchos trastornos psicológicos no obedecen a causas orgánicas.
3. El diagnóstico se establece sobre la base de la existencia de una serie de síntomas.

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