Importancia y efecto del uso de los test psicológico en la primera
y segunda Guerra Mundial.
Un test psicológico constituye esencialmente una medida objetiva y tipificada de una muestra de conducta. La función básica de los test psicológico consiste en medir diferencias entre los individuos o entre las reacciones del mismo individuo en distintas ocasiones. Uno de los primeros problemas que estimularon el desarrollo de los test psicológicos fue el de la identificación de los débiles mentales. El descubrimiento de la deficiencia intelectual sigue siendo en la actualidad una aplicación importante de ciertos tipos de test psicológicos. Otras aplicaciones clínicas se refrieren al examen de los emocionalmente inadaptados, los delincuentes y otros tipos de desviaciones de la normalidad. Los problemas educativos también impulsaron el desarrollo de los test. Usos de los test psicológicos: La clasificación de los niños respecto a su aptitud para aprovechar distintos tipos de instrucción escolar. La identificación de los intelectualmente retrasados, al igual que los superdotados. La aplicación de test a los niños que van a ser adoptados. La selección y clasificación del personal industrial. Selección y clasificación del personal militar, desde sus sencillos comienzos en la primera guerra mundial, la amplitud y la variedad de los test psicológicos empleados en situaciones militares ha demostrado un notable incremento durante la segunda guerra mundial. En consecuencia, la investigación sobre el desarrollo de los test se ha continuado en gran escala en todas las ramas del ejército. Es, pues, evidente que los test psicológicos se emplean corrientemente en la solución de una amplia variedad de problemas prácticos. Sin embargo, no se debe perder de vista el hecho de que también están cumpliendo importantes funciones en la investigación. En psicología diferencial casi todos los problemas requieren de la inclusión de los test como un medio de reunión de datos. ORIGENES DE LOS TEST PSICOLÒGICOS Los orígenes de los test se pierden en la antigüedad. Dubois (1966) presenta un sugestivo y entretenido relato del sistema de exámenes para la Administración Pública que prevaleció en el imperio chino durante unos 3000 años. Para descubrir los principales acontecimientos que modelaron los tests actuales no necesitamos remontarnos más allá del siglo X1X. Uno de los primeros psicólogos experimentales, fue Wundt, sus estudios se basaron en la sensibilidad a los Estímulos visuales, auditivos y de otros sentidos y al tiempo de reacción simple. Las contribuciones de Francis Galton El biólogo inglés Sir F. G. fue el principal promotor a favor de los tests. Su mayor investigación fue sobre el interés por la herencia humana, comprendió la necesidad de medir las características de las personas emparentadas y no emparentadas. Solo por este camino pudo descubrir el grado exacto de parecido entre los padres y la descendencia. Este ideó la mayoría De los tests que se aplican en su laboratorio antropométrico, muchos de los cuales son aún familiares, algunos se mantienen en su forma original y otros han sido modificados. Tenemos otros psicólogos experimentales como: Cattell y Binet. Durante la guerra la mayor parte de las investigaciones fueron empíricas, pero no experimentales. La noción de “grupos de referencia” introducida por Hyman en 1942, jugó un papel fundamental. En estas investigaciones se realzó la interdependencia humana. Al estallar la Primera Guerra Mundial Estados Unidos necesitaba urgentemente disponer de un buen ejército para asegurarse la victoria. Pero la cuestión no era tan fácil, debido a que no cualquiera podía manejar el armamento ni tampoco organizar las misiones. Se necesitaba a gente capaz, y antes de enviarlos al campo de batalla era necesario saber sus capacidades. Es por ello que el grupo de Yerkes y Terman diseñaron dos tests, el Alpha Army y el Beta Army, para averiguar qué soldados valían y cuáles no, además de saber si habían algunos que pudieran destacar como líderes. Los test Army Alpha y Army Beta son unos cuestionarios que fueron elaborados para el ejército de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial. Fueron introducidos por primera vez en 1917 debida a la necesidad de elaborar una herramienta sistemática que permitiera evaluar la inteligencia y ajuste emocional de los soldados. El test Alpha evaluaba, en sus inicios, la habilidad verbal, numérica y la capacidad de seguir instrucciones, además de tener en cuenta el conocimiento e información que tenían los soldados antes de entrar a formar filas. Estas puntuaciones eran útiles para conocer si los soldados eran capaces de servir a su país, además de seleccionarlos para que realizaran diferentes funciones dentro del ejército, como la de ser líderes de pelotón. El test Beta fue una adaptación al Alpha, dado que los investigadores se encontraron con el hecho de que en los Estados Unidos de principios del siglo pasado, no todo el mundo estaba alfabetizado, además de existir una importante inmigración venida a Norteamérica. Ambos cuestionarios tenían como objetivo no únicamente saber las habilidades de los soldados y, así, poderlos clasificar en función de donde pudieran ser más útiles. También tenían el objetivo de encontrar a personas quienes presentaran algún tipo de discapacidad intelectual, que en aquella época eran conocidos como “débiles mentales”, y así evitar que una persona que simplemente no podría desempeñar función beneficiosa alguna para el ejército acabara en filas. Sin embargo, el grupo de que elaboró estas pruebas eran conscientes de que sacar una baja puntuación en un cuestionario no era sinónimo de discapacidad intelectual, algo que se vio cuando empezaron a aplicar el Army Alpha y vieron que personas quienes presentaban capacidades cognitivas a simple vista normales, no desempeñaban altos rendimientos en las pruebas debido a que o bien no las entendían por barreras lingüísticas o porque no sabían leer. Igualmente, sacar puntuaciones bajas en el Army Beta tampoco implicaba necesariamente que la persona evaluada tuviera alguna discapacidad intelectual, algo que los creadores de los cuestionarios eran conscientes y, para asegurarse de que no se desaprovechaba ningún soldado, se hacía todo lo posible para asegurarse de que se le podía encontrar un uso. Cabe destacar que los Estados Unidos de principio del siglo pasado estaban muy necesitados de vidas que pudieran sacrificar en el campo de batalla. Ninguna persona era oficialmente reportada como “débil mental” hasta que no se le había hecho una extensa entrevista psicológica de forma individual que confirmara esta hipótesis.