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Historia y verdad, Adam Schaff.

¿Qué es el conocimiento histórico?


El conocimiento histórico según Ernest Nagel es la problemática teórica y metodológica, que
debe distinguirse de las técnicas de investigación, en el ámbito de la ciencia de la historia. Este
aspecto ha preocupado principalmente a los filósofos más que a los historiadores. A
consecuencia de ello, y a pesar de las opiniones y de los deseos de numerosos historiadores, el
trabajo de los filósofos en esta campo gana considerablemente más importancia y
responsabilidad. En efecto, si no se puede excluir la filosofía de la ciencia de la historia, y si, por
el contrario, “la teoría precede a la historia" como cita a Raymond Aron, la principal
responsabilidad por la confusión teórica que reina entre los historiadores, sobre todo cuando
se trata de problemas que se encuentran en el límite de la historia y de la filosofía, hay que
dejársela a la filosofía. El ejemplo quizá más clásico es el problema de la objetividad del
conocimiento y de la verdad en la ciencia de la historia, problema filosófico por excelencia que
la teoría del conocimiento tradicional ha contribuido a opacar. Es indispensable una reflexión
filosófica consciente y crítica para desembrollar y esclarecer la problemática teórica y
metodológica particularmente complicada en la ciencia de la historia.

        La historia, al igual que las otras ciencias, plantea problemas que son por excelencia
filosóficos y que no pueden resolverse honestamente sin recurrir al patrimonio de la filosofía.
Es imposible eliminar de nuestro lenguaje términos tales como “verdad"; no obstante, basta
una breve reflexión sobre este problema para rendirse a la evidencia de que se trata de un
problema filosófico. Evidentemente puede también resolverse por sus propios medios, sin
recurrir a la filosofía como disciplina científica, pero entonces lo que se hace es sólo
reemplazar la filosofía, sin que nada cambie del carácter del problema y, además, puesto que
se ignora el trabajo realizado en un ámbito concreto.

¿Puede ser verdadero el conocimiento histórico?

Por “verdad" entenderemos en nuestro texto “juicio verdadero" o “proposición


verdadera" y se renuncia a una discusión sobre la verdad de las normas y de los juicios de valor
y sobre otros tipos de enunciados que no son proposiciones predicativas. En cuanto a la
expresión “juicio verdadero”, adoptamos la definición clásica de la verdad: un juicio es
verdadero cuando de él se puede decir que lo que enuncia existe en la realidad tal como lo
enuncia. Con el fin de evitar algunas dificultades teóricas, se han llevado a cabo distintos
intentos para definir la verdad en términos más simples y fáciles de comprender. Por otra
parte es fácil comprobar que ninguno de estos intentos garantizan la verdad del conocimiento,
es decir no fundamentan la certeza de que lo que enunciamos, en virtud de estos criterios, es
conforme a lo que es. Por consiguiente, si en una ciencia cualquiera, en particular en la ciencia
de la historia, afirmamos que nuestro juicio es verdadero, queremos decir que estamos
convencidos (basándonos en pruebas científicas) de que nuestro juicio concuerda con su
objeto real. Por tanto, rechazamos las pretensiones de las restantes definiciones de la verdad,
sin privamos por ello de utilizar, en nuestra búsqueda de la verdad, los criterios que proponen.
Puesto que no puede existir otra verdad que la verdad objetiva, en el sentido de verdad de un
juicio sobre la realidad objetiva, al igual que en el sentido de que la relación cognoscitiva es
objetiva en la acepción antes citada (primer y tercer modelos de esa relación), lo contrario de
la verdad objetiva sería la verdad subjetiva. Ahora bien, de acuerdo con la que se deduce que
el conocimiento es un proceso y que, por consiguiente, la verdad también lo es.

La relación cognoscitiva. El proceso de conocimiento. La verdad

I.II. La verdad como proceso


La problemática de la objetividad de la investigación histórica nos obliga a repensar el
modelo que tenemos de verdad. Y este es un problema típico de la filosofía, por lo tanto, no
debemos pasar de ésta para poder resolver lo que queremos resolver.

Empecemos por delimitar lo que es verdad o “juicio verdadero” como simplemente


algo que se enuncia y que exista en la realidad tal como se enuncia. Schaff no toma en cuenta
juicios de valor y otros aspectos como la verdad de las normas porque (según él mismo) nos
estaría desviando innecesariamente del tema.

Schaff ve al conocimiento como un gran proceso acumulativo, al igual que la verdad.

Esta verdad es construida por la misma humanidad en las diferentes etapas de su


desarrollo histórico. Es la caminata en el tiempo de los hombres lo que forma la estructura
histórica. Es esta humanidad la que amplia, la que limita y la que supera estas verdades las
cuales el historiador autor las llama verdades parciales. Entonces, podemos decir que es
indispensable reconocer dentro de una ciencia determinada este tipo de verdades y analizar
cómo se pueden hilar para llegar a una verdad total, una verdad absoluta.

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