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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
ELABORACIÓN DEL ESTUDIO: Luz Natividad Vilca Mamani, poeta; Juan Carlos Callacondo
Velarde, profesor
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
¡Apujllay!, a jajá.
Todos digan ¡pucllay!,
Todos por igual;
El que no dijese
Váyase por ahí.
Llegó el carnaval,
Todos muy contentos;
Todos se divierten
En estos momentos.
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INFORMACIÓN DEL
MARCO TEÓRICO
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Artículo 2ºSe entiende por bien integrante del Patrimonio Cultural de la Na-
ción a toda manifestación del quehacer humano – material o inmaterial –
que por su importancia , valor y significado paleontológico, arqueológico,
arquitectónico, histórico, artísticos, militar, social, antropológico, científico,
tecnológico, o intelectual, sea expresamente declarado como tal; sobre el que
exista la presunción legal de serlo; y/o que se encuentre comprendido en los
tratados o convenciones sobre materia de los que el Perú es parte. Dichos
bienes tienen la condición de propiedad pública o privada con las limitacio-
nes que establece la Ley No. 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de
la Nación”
Artículo 4º, Se entiende por Patrimonio Cultural Inmaterial a los usos, las
practicas, las representaciones, las expresiones, los conocimientos, las técni-
cas y los saberes – así como los instrumentos, Objetos, artefactos y espacios
culturales asociados con ellos – que las comunidades, los grupos y los indi-
viduos, reconocen como parte de su Patrimonio Cultural.
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Arequipa, reconoce a través de los siglos, que los pueblos tradicionales, como Car-
men Alto, La Tomilla y Acequia Alta, mantienen la costumbre heredada de antes de
la época de la colonia, que parte formal e imprescindible de los actos celebración en
la provincia. La figura del mojigango o el cantor de la comparsa, es identificación
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Los pobladores de estos pueblos tradicionales han mantenido esta tradición carna-
valera, por costumbre por identidad, por sentirse dueños de una herencia, que es el
reflejo de la comunidad que preserva su participación colectiva hacia el mundo con
orgullo; Ellos mismos se han denominado lonccos, por estar asociados al campo,
y este título ha sido refrendado por la Municipalidad Distrital de Cayma con el
Acuerdo Municipal No. 004-2005-MDC del 01 de febrero del año 2005, legitiman-
do el nombre de Carnaval Loncco de Cayma, y su trascendencia en la identidad del
distrito, de Arequipa y la Nación.
El carnaval loncco de Cayma tiene personajes definidos, los mojigangos, los ccalas
(la dama, el doctorcito), la muerte, la bruja, los músicos y los cantantes, cuyas co-
plas han trascendido de generación en generación; Estos personajes, música, danza
y cancionero, se han preservado en los poblados de Carmen Alto, La Tomilla y
Acequia Alta, en el distrito de Cayma; sin embargo, en Sachaca y Cerro Viejo se ha
mantenido a los mojigangos y su baile es con el arreglo musical de Benigno Ballón
Farfán; En Polobaya, Chiguata, Yarabamba aún se preservan los cantos y la música,
más no los mojigangos. Se han asentado en Arequipa los tradicionales Arrieros de
Matalaque, dadas las oportunidades comerciales, ellos son dueños de la tradicional
bifala del “arriero” o “patroncitos”. En Tiabaya, Miraflores, Arequipa se mantiene
el baile de grupos con pampeñas, el carnaval de arreglo musical de Benigno Ballón.
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Este es el sustento argumentado del porqué el Carnaval Loncco de Cayma, debe ser
considerado patrimonio cultural de la Nación
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INFORMACIÓN DEL
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Está festividad data de hace 4000 años en Babilonia. Se rendía culto al dios
Marduk, quien tenía un templo y se le reconocía como fundador. Está celebración
se realizaba en el mes de julio y duraba 5 días, esta fecha coincidía con el inicio de
la primavera; durante su desarrollo era un acabose total, no existían jerarquías, se
ridiculizaba a todo personaje de la antigua jerarquía. En esta fiesta se le concedía a
un reo la calidad de “falso rey” comía los mejores manjares, cortejaba a las mujeres
del harem, vestía con las mejores telas. Al caer la tarde del 5to día caía el “falso rey”
para ser castigado y condenado, el pueblo expiaba sus culpas, liberándose con su
muerte de sus culpas e impurezas. Así el verdadero Rey iniciaba su periodo conci-
liado con los dioses.
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Con el paso del tiempo se trató de dar a estas fiestas un sentido religioso y espiritual
y fueron adquiriendo carácter típico y tradicional en cada uno de los pueblos
donde se celebraban. Por esta época se implanta el uso de la máscara “para preser-
varse de los malos espíritus y conservar su amistad” y paralelamente surge la
costumbre de encender hogueras en las que se colocaban monigotes o algún
gato vivo en los que se representaba a un brujo o espíritu maléfico, pues era
creencia que el fuego y el humo tenían el poder de beneficiar los campos y librar a
los hombres de las maldiciones de algún espíritu malvado.
Bernabé Cobo, el Padre Velasco, López. Cristóbal de Molina, Alonso Ramos Gavi-
lán, consideran esta celebración como una de las más importantes en el calendario
prehispánico.
Guaman Poma de Ayala, lo expresa al mes de febrero dentro del calendario andino
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La Resolución No. 2067/INC, indica que: “El carnaval andino es una de las mejo-
res muestras de la capacidad adaptiva de las poblaciones andinas a los patrones
impuesto en la Colonia, sobre los cuales desplegaron su excepcional capacidad
creativa. Sabido es que el carnaval europeo, descendiente de las saturnales roma-
nas, era una fiesta ruptura temporal de las reglas sociales, por tanto de regocijo
y disipación, previa a una época de recogimiento u purificación, que en el cristia-
nismo correspondió con la semana santa. El cristianismo impuso un calendario
religioso y unas reglas morales muy estrictas. En los Andes, el carnaval correspon-
día cronológicamente al período de lluvias, y por tanto, hay mayor abundancia de
agua, éste es también momento de la floración de las plantas. El que corresponde
hoy al mes de febrero era el período en que el mundo quechua ofrendaba a las di-
vinidades del mundo natural y pedía por la protección del ganado. Es en general
una etapa de renovación, cuando los animales entran en un período de celo, y se
considera también ocasión idónea para la formación de parejas en la generación
de jóvenes de la comunidad. El resultado es un carnaval andino que es en realidad
un homenaje a los elementos vitales de la agricultura y una invocación a las fuerzas
de la fecundidad y el amor, equiparando el ciclo natural en el ciclo vital humano”.
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La palabra ¡Pucllay! Es una intersección quechua que significa “a jugar”, sin em-
bargo, este término se utiliza en las fiestas tradicionales ligadas al carnaval. Este
término es el ideario andino es un culto a la Pachamama, un homenaje a la fertilidad,
a la juventud.
“El Indio aprendió del Español una cierta duplicidad e hipocresía alta-
mente defensiva, cuando vino la irremediable dominación del extranjero,
el indígena astutamente apelo al empleo muy diestro de la simulación. No
pudiendo rechazar, con firmeza y altivez, Los valores religiosos predomi-
nantes y decisivos, fingió aceptarlos. Se hizo católico, recibió el bautismo,
fue prácticamente asiduo, participaba en los ritos y fiestas. Mas su cora-
zón seguía firmemente adherido a sus viejos dioses. Incorporo subrepticia y
clandestinamente, su propia religión a la liturgia de la iglesia”
Luis E. Valcárcel.
El Pucllay o carnaval es una muestra cultural quechua que sintetiza las relaciones
sociales e ideológicas del proceso histórico, es el sentir del pueblo que festeja su
tradición. Es el último hálito de la herencia andina en los pobladores de esta socie-
dad contemporánea.
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Las de Yanahuara
Zapatos mojados,
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Las de Miraflores
Zapatos bordados.
Estos carnavales
Quien inventaría
Algún cholo loco
Como yo sería.
A mi amor lo pintan
En una “sandilla”,
Pa las buenas mozas
Las de Sabandía.
En Arequipa, corean cada esta estrofa con la exclamación quechua ¡Apucllay! Que
significa juego, según Arosemena, y que me parece equivale al ¡avahé! griego. Na-
turalmente las bifalas traen alrededor gresca, ya con el público ya con otra bifala y
entonces el carnaval es a trompada limpia, hasta que acude la policía, momento en
que la bifala como si nada hubiera pasado, reanuda su baile y cantos sigue su curso,
que desde luego, es remojado con sendas copas de licor o delante de las picanterías
de tránsito con vasos de buena chicha.
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Marcela Cornejo Díaz, en su estudio sobre la música en la rivera del Chili, mani-
fiesta:
Siglos antes de la fundación española de Arequipa en 1540, el valle del río Chili ya
estaba poblado. Estaban distintos núcleos humanos como los chumbivilcas, yana-
huaras, chilques, collaguas, cabanas, y los aymaras de Cayma con su anexo Callapa.
Otras etnias mencionadas son las de los lupacas, julis, yarabayas, copoatas, cagua-
nakuntis, chuquibambas, nazcas y paracas. Esta presencia multicultural respondía
al patrón de asentamientos discontinuos y movibles destinados a aprovechar un
máximo de pisos ecológicos, desde la costa (o región yunga) a la meseta del Collao
En la Colonia (en que su economía agraria gravitó en torno a Potosí) y las décadas
iníciales de la vida republicana Arequipa se mantuvo en estado de aislamiento geo-
gráfico, económico y social respecto a Lima. Históricamente, sus vínculos socio-
culturales y económicos han sido y son más cercanos al sur peruano y la zona
del Collao. Esto fue así hasta que el boom lanero la posicionó como nuevo centro
hegemónico del sur andino.
La ciudad y su entorno tuvieron siempre una población indígena local que produjo
con la población hispana, un mestizaje peculiar expresado en el chacarero lonc-
co. Con la incursión del ferrocarril (1871) y la consolidación del comercio lanero,
la circulación de bienes, servicios y personas que se daba a través del arrieraje,
se vio progresivamente acelerada. El mestizaje se ha ido haciendo desde entonces,
cada vez más complejo y rico debido a la migración, principalmente de origen que-
chua y aymara de la zona alto andina.
Aparte del yaraví, los otros géneros que se desarrollaron con características propias
fueron la marinera, llamada en el siglo XIX “baile de pañuelo”, “mozamala” o
“cueca”, y la pampeña, una variante local del huayño collavino, surgida principal-
mente en las pampas de Miraflores.
Las evidencias indican que el pequeño cordófono llegó en las manos de los pobla-
dores de la zona del Collao. El viajero francés Paul Marcoy habla de él cuando
estuvo por estas tierras en la década de 1840. En el trayecto de Arequipa a Lampa,
estando en el pueblito de Cabana, pone en boca del arriero que lo guía la siguiente
descripción:
“nuestros indios van a estar diez o doce días en campaña. Al cabo de ese
tiempo, si han llenado su chuspa con metal, separarán algunas piastras que
adeudan a las autoridades superiores. Con el resto comprarán aguardien-
te, coca, y luego, ya de retorno a casa, bailarán al son de la trompeta de
hojalata y del charango, beberán hasta embriagarse y zurrarán a sus espo-
sas para enseñarles a no abandonar otra vez el techo conyugal...” (p. 152).
Hace una segunda mención cuando llega al pueblo de Pucará (Puno), refiriéndose a
las danzas que se dan en la feria local de diciembre:
“Durante los quince días que dura la feria, los ecos de la puna, acostumbra-
dos como están a no repetir sino el balido de los rebaños o los suspiros del
viento, retumban con el redoblar de los tambores, la fanfarria de las cor-
netas de latón, los mugidos cavernosos de los pututos o cuernos de Amón,
los acordes melódicos de la quena y del pincullo, dos tipos de flautas, y
el charango, guitarra nacional de tres cuerdas que los indígenas fabrican
ellos mismos con la mitad de una calabaza, a la que adaptan un mango y
las tripas de un gato. Las vociferaciones de la multitud, los ladridos de los
perros, los relinchos de los caballos y de las mulas, la crepitación de las
frituras y el chisporroteo de los fogones que arden al aire libre, forman el
bajo de ese salvaje concierto” (p. 191).
El charango hecho con tripas de gato o de otros animales, tuvo vigencia en Arequipa
hasta hace pocas décadas para luego ser reemplazado por cuerdas de alambre o de
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metal. Don Ángel Muñoz cuenta que su madre le regaló su primer charango cuando
era niño, que éste tenía cuerdas de tripa de gato y que poco después se las cambió
por cuerdas de alambre (más precisamente, de cobre). El sonido chillón de las
cuerdas de alambre (usadas por los lonccos pobres cuando no podían poner cuerdas
de metal), unido a la idiosincrasia local, le han dado un sonido característico al cha-
rango rural arequipeño (un tanto rudimentario, bullicioso y al mismo tiempo muy
sentimental). Los charanguistas urbanos como Ángel Muñoz o Nicanor Abarca,
usan cuerdas de metal y han creado afinaciones y digitaciones propias, de compleja
ejecución (suelen ser charangos de 5 órdenes de 3 cuerdas). Otro destacado charan-
guista arequipeño fue Oswaldo Lima Manrique, fundador del grupo Los Mistianos.
Los dos grandes espacios de intercambio entre los lonccos lugareños y los viajeros
altoandinos, fueron los tambos y las chacras aledañas. Los pobladores viajaban
largas distancias para comerciar sus productos; algunos eran pobres, otros más opu-
lentos (arrieros mestizos); llegaban y se instalaban temporalmente en los tambos
de las afueras de la ciudad. Con el tiempo, en estos tambos asentaron su vivienda
numerosos artesanos hispano-mestizos para atender la fuerte demanda de servicios.
En estos centros de intercambio no sólo fluían bienes de consumo, sino cantos,
instrumentos y danzas, que ayudaban a disipar el cansancio y las soledades. En el
caso de las chacras circunvecinas, muchos camayos y gañanes de origen indígena
que prestaban sus servicios temporales o permanentes a los pequeños propietarios
agrícolas también venían con sus cantos tristes y sus instrumentos que compartían
en las labores del campo con otros lonccos pobres.
En la actualidad, los portadores del buen hacer loncco constituyen un grueso grupo
de pobladores de los pueblos tradicionales de Cayma, como son La Tomilla, Carmen
Alto y Acequia Alta, extendiese en el presente decenio a los pueblos de Francisco
Bolognesi y Buenos Aires. Los pobladores de Acequia Alta son los más organiza-
dos, dado que en diferentes oportunidades miembros de las pandillas o comparsas
tradicionales han sido regidores, quienes han permitido que en el año 2005, se con-
sidere al Carnaval loncco de Cayma como Patrimonio Cultural de Cayma; a fin
de preservar la tradición musical y de danza se conformo la Asociación Cultural
Carnaval Loncco de Acequia Alta, esfuerzo del pueblo por mantener una tradición
dentro de los cánones que la ley establece.
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Los arequipeños tienen una fisonomía original, dado que tiene una identidad cul-
tural mestiza, al poseer una conciencia definida de un regionalismo tan acentrado.
Afirma Mostajo que lo que reconocemos todos los habitantes auténticos de Arequi-
pa: la existencia de un lenguaje popular compuesto por arequipeñismos, que dan
fisonomía propia al castellano, hablado en la blanca ciudad. Estos arequipeñismos
“pueden distribuirse en dos grandes grupos: indigenismos y cholismos”. Agrega
que en los primeros hay aymarismos, muy escasos y quechuismos, los más abun-
dantes. Guillermo Galdós Rodríguez nuestro acucioso historiador, ha encontrado
voces que provienen del puquina en el habla arequipeña. En cuanto a los cholismos,
se considera allí voces españolas corrompida, dialectales o arcaicas, derivadas o
con significados diferente. Un análisis más cuidadoso nos llevaría por el camino
señalado por Mostajo, a incrementar la variante de ambos grupos; los chacarismos
y vulgarismos.
El ceceo forma de hablar propia del campo donde se acentúa y se insinúa el tono
cantante con que hablan los campesinos en Arequipa, es también característico en
el habla popular arequipeña, por ejemplo, querís, en lugar de queréis, como corres-
pondería decir callao, en vez de callado; queriu en lugar de querido; colorau en
vez de colorado; la flor heráldica de Arequipa, el humilde Texao, se le llama Tisau,
Tecsau o Tesado. Tráeme; alcánzame. Decimos campion, flamiar, linia, en lugar de
campeón, flamear, línea. Hay nombres como Ildefonso que pronunciamos en Are-
quipa como Idelfonso; o Elifonsa en femenino. Esmeregildo por Hermenegildo; Ca-
ytano por Cayetano, en Arequipa subsisten , anota siempre Mostajo, quechuismos
como pacpaco, chihuanco, guagua, lloclla, se siguen pronunciando en la ciudad.
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Decir ccoro, ccorito o ñato, casuta, huanco, no eran apodos, sino modos diferen-
tes de referirse a personas. Una buena investigación sobre los apodos revelaría la
vigente presencia de los arequipeñismos en la aguada mirada de los arequipeños
sobre otros y que va más allá de la caricatura, en la que también tenemos excelentes
artistas como Málaga Gente o Chalo Guillen.
El uso del lenguaje castellano en Arequipa como forma original de expresión del
idioma español, fue mencionada primero por el sacerdote de origen canario don
Antonio Pereyra y Ruiz en su obra “Noticia de la Muy Noble y Leal ciudad de Are-
quipa” en 1816. La misma ha sido tema de una investigación filológica del erudito
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estudioso doctor Enrique Carrión Ordoñez, publicada bajo el título “La lengua en
un texto de la ilustración”. En segundo lugar, el sacerdote José María Blanco anoto
en 1837 cuando era capellán del Presidente Luis José Orbegoso, durante su viaje
por los departamentos del sur del Perú a las que llamo “Expresiones familiares de
Arequipa”, que no se ha publicado todavía, sin dejar de considerar que en 1974 la
Pontificia Universidad Católica del Perú dio a la estampa el “Diario de viaje del
presidente Orbegoso al sur del Perú”. La parte de este diario de viaje donde está
registrado el lenguaje arequipeño ha merecido el estudio del doctor Miguel Ángel
Ugarte y Chamorro, quien tomo como base el capítulo: El lenguaje de Arequipa, del
manuscrito del P. Blanco, fotocopiado por disposición del erudito doctor Félix De-
negrí Luna, quien generosamente lo proporciono tanto al doctor Ugarte y al doctor
Quiroz.
En 1942, el doctor M. Ángel Ugarte y Chamorro publicó una larga relación de “Are-
quipeñismos” que recogía en esencia las investigaciones hechas por el autor en 1934
para presentar su tesis “Hacia un diccionario de arequipeñismos” que recogía 700
vocablos, cuando llego a los 1200, en 1942, decidió publicarlos como tales. En la
advertencia de su obra nos dice Ugarte: Menciono tanto a Mostajo como al doctor
Eleazar Bustamante, como las personas que alrededor de 1934-1935 se habían ocu-
pado del tema de los arequipeñismos, ósea del lenguaje arequipeño, al que nosotros
y otros autores llamamos con propiedad: Habla popular arequipeña, y considera-
mos, especialmente J.G. Carpio y yo como un elemento constitutivo esencial de la
identidad cultural mestiza de Arequipa. Por otra parte, Pedro José Rada y Gamio, en
1950, en su libro Mariano Melgar y apuntes para la historia de Arequipa, señalo en
un capitulo, la influencia quechua y aymara sobre el castellano de Arequipa, dando
lugar a surgimiento de los arequipeñismos. En las breves y modestas páginas que
dedicará al tema, Rada y Gamio, indica que algunos arequipeñismos son palabras
que figuran en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Castellana, pero
que en Arequipa, se les usa con distinto sentido al que tienen según las reglas de
la eminente corporación peninsular. Carrión Ordoñez, recupera las acepciones de
fuentes históricas de 1816 y 1837.
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El loncco es la forma peculiar que tienen los arequipeños que por su dejo cadencio-
so al hablar da la impresión que el arequipeño hablara cantando. Se dice que esta
forma de hablar, el loncco, es el resultado de la mezcla del español con el quechua y
que da como resultado un acento rítmico peculiar, bucólico y festivo que caracteriza
al cordial campesino arequipeño.
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El loncco entonces escribe como pronuncia la palabra. Se tiene que dar un sonido
exacto, donde la “Z ni la C” existen. “El loncco no dice corazón, dice corashon, no
dice necesidad, dice nessessidad”, aclara, tampoco dice “pasión”, dice pashión, no
se dice “canción” sino “canshión”
“El loncco de ahora es instruido, antes incluso entre los lonccos habían categorías,
unos más inteligentes que otros (…) la mujer loncca era muy activa y fuerte, las
familias tenía 8 a 10 hijos”.
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“cómo legitimo loncco, por ser hijo y nieto de lonccos, he querido poner un grano
de arena en el folclore de mi pueblo, dando a conocer el arte del cual nadie quiere
hablar, solo los verdaderos arequipeños que se sienten muy orgullosos de tener su
yaraví y su poesía loncca (..) La proliferación de nuestro sentimientos lonccos por
muchas personas sin autoridad, es una burla, una mofa a nuestro modo de hablar,
para escribir una realidad hay que vivirla” García Salas.
Picantería arequipeña
Tinta
Teodoro Núñez Ureta
Colección Privada
Libro Gente de mi Tierra, Congreso de la República
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Nacieron solos, sin apoyo del Estado. Pueblos brotados del calor telúrico
del labrador del ancestro. Señoreaban sus bellos perfiles en los otreros do-
minantes del paisaje, verdes campos resaltaban el encanto de tradicional.
Albos campanarios deslumbran en la campiña de verdura. Pueblos forja-
dos con los dones de la Madre Tierra: casitas de tapias, techos de tijerales
con doradas cañas de los trigales, las cruces de los mojinetes anunciaban
la cercanía de los pasos de Dios. Huertos con flores asomadas a las tapias
para mirar los caminos. Apretadas calles, pavimentadas con cantos roda-
dos y veredas de gastados sillares.
En sus años mozos, el río anduvo errante y sin memoria, labró profun-
dos lechos, renegó de su obra y los abandonó. En los cauces olvidados,
la porfía labradora colgó praderas, dormidas de primavera. Por eso, los
andenes de la quebrada de la Tomilla, de la Pariccahua, de Tampiseca, de
Tocrahuasi y de Carmen Alto, son acuarelas de encendidos matices, arran-
can filigrana poética y en colores. La quebrada que sale del río, es el espejo
de la cristalina belleza del alma labradora: Chilina: huerto para los dioses.
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que dize es doblada por la tierra de chácara que antes tenía Luiz Méndez
porque dize que así le fue dada por los señores justicia y regimiento que es
hasta el rio desde la acequia alta estando presente el muy noble señor Juan
de la torre alcalde ordinario… E luego el dicho señor alcalde tomo por la
mano al dicho Luis Méndez e lo metió en el dicho pedazo de tierras y le dio
la posesión de ella… anduvo por la dicha chácara tomando del maíz que en
ella estaba sembrado y echando de las piedras que en ella avía… paso ante
mi Alonso de Carmona escribano público.”
La palabra “acequia alta” designo al cauce que regaba las chacras de Chilina. El
documento de la referencia es otra prueba de la existencia prehispánica del cauce y
de las tierras agrícolas de Chilina.
Acequia Alta plasmó su perfil histórico al conjugar una serie de elementos cardona-
les que labraron la singular idiosincrasia del pueblo. Entre ellos: el medio telúrico,
población e historia. El tesón labrador de la raza supo aprovechar los recursos vita-
les que la naturales le brindaba: el hídrico y la tierra yerma; con ellos.
Don Pedro José Gamio y Masías fue propietario del predio Tocrahuasi, a su falleci-
miento los herederos corrieron el tramité de tasación y partición d dicho fundó en
1866, por ende el escribano Isidoro Cárdenas, en esa ocasión se tasaron los terrenos
eriazos que ocupaban los pobladores:
“Por diez y siete topos mil ochocientas treinta y dos varas del terreno eria-
zo y a la pampa y que ocupan los pobladores de aquel lugar, veinte y cinco
pesos, en cuatrocientos treinta y cuatro pesos un real”
Acequia Alta contribuyo económicamente para la compra del blindado Grau y para
el empréstito Nacional de Guerra en la contienda con Chile, la erogación corrió a
cargo de Mateo Minaya y Feliciano Cárdenas.
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para defender sus intereses. El motivo, este pueblo se asentó en los terrenos eriazos
del fundo Tocrahuasi, por convenio entre las partes, los pobladores pagaban a los
propietarios un canon periódico, llamado arrendamiento. En 1923 los pobladores
solicitan judicialmente la cesión de los terrenos. El acuerdo se firmo mediante no-
tario público J.M. Tejada del 15 de enero de 1923, entregaba a los pobladores por
libre voluntad el uso de los terrenos al norte de la Tomilla.
La institución educativa San Luis Gonzaga funciono en 1889, creada por los herma-
nos Polar, fue su directo Gerardo Cárdenas Bermúdez.
En 1934 bajo el pedido del alcalde de Cayma, José María Cuadros, se instala el
centro educativo de varones de Acequia Alta.
En esta festividad, cobra fuerza los picantes, conejo con sango, el pepián de conejo
y chombas de chicha.
En esta fecha también se hacían carreras de caballos, sin embargo estás se dejaron
de hacer y aún persiste la pelea de toros.
El oficio del arriero fue otra de las actividades desarrolladas por los acequialteños.
Los cascos de las mulas estamparon sus huellas por todos los caminos del sur hasta
Bolivia y Argentina.
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El obispo Monseñor Segundo Ballón, saludó la llegada del siglo XX con la co-
locación de una gran cruz en la cima del volcán Misti, el 12 de octubre de 1899,
los arrieros, hijos de Acequia Alta: Pedro Arenas y Marcelino Calisaya, facilitaron
treinta mulas, la pesada carga llego hasta el cráter del Misti.
Este arco también hace honor a Tiodora Cervantes Paz, quien era un acequialteña
que mantenía la tradición con su verbo de cuño popular era el que le abría puertas
y corazones, era flama de intenso amor por los humildes. Ella era una prodigiosa
picantera, que hacia deliciosos adobos y picantes al “estilo Tiodora” para chuparse
los dedos. Falleció el 21 de noviembre del año 2001.
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2.6.2. LA TOMILLA
La Tomilla es un pueblo viejo, cruza sus terrenos un regadío, por el norte se extendía
la pampa, fue lotizada por la Municipalidad de Cayma, e inicialmente estuvo por
años sin ser poblada. El reordenamiento físico legal hizo que se convierta en Pueblo
Joven, y su promotor fue Lorenzo Gallegos Rosado.
La declaración como pueblo joven permitió la dotación de los servicios básicos. Se
doto un amplio terreno para el Instituto Pedagógico y en varios centros educativos.
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Guillermo Galdós en su obra “La Rebelión de los pasquines” dice de los ccaperos:
“Borrachera de ccapero
Ejemplo de duración
Una semana lomeando
Y un mes en San Juan de Dios
La tarde caía
Triste y polvorienta
El agua cantaba
Su copla plebeya
En sus canjilones
De la noria lenta
Para la reconstrucción del templo, los pobladores hacían peleas de toros para recau-
dar fondos, destaca con el toro Tamakun, quien gano en varias ocasiones el astero
de plata para este astado, se creó la copla siguiente:
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El Tamakun
Ay que noble animal
Que a todo campeón
Manda al camal.
El Dr. Francisco Mostajo ha dedicado a Carmen Alto bellas páginas “San Gil de
Cayma”. La elegante prosa derrama mistura poética. El título lo dice todo “Carmen
Alto” Mirador de la “Eterna Primavera”, son páginas que vertebran el acontecer de
este bello pueblo, desde los tiempos incaicos al presente.
El Dr. Mostajo, fiel a sus sentimientos de admiración, allí selló el amor de dos cora-
zones acabados de trocarse en esposos. Nos cuenta: “Ligado está a mi vida, porque,
en el recinto de este templo de Urania ya convertido en Quinta Gibson, transcurrió
el dulce día de mis bodas, colmada el alma en ensueños que a la postre se había
cuajado en realidad, bajo… el panorama de mi tierra, vestida de poesía y de fiesta,
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
Los poetas dicen que por Carmen Alto entra la primavera y los andenes que mi-
ran al río son acuarelas embriagadas de intensa luz y de matices encendidos: ¡Qué
prodigio de Natural!, en la lava petrificada la porfía labradora colgó praderas
de eterna primavera. Carmen Alto, un poema a la vida y en colores; Carmen Alto,
cofre de las glorias de su vieja historia; Carmen Alto, brisa alegre de vida para cu-
rar las cicatrices del alma, y en las noches estrelladas leer a San Juan de la Cruz o
a Rabindranath Tagore (Gitanjali), que anhelantes buscan las huellas de los pasos
de Dios.
El suelo que hoy denominamos Carmen Alto ligado está a las erupciones volcánicas
del Misti en qué año sería, la ardiente lava trepó hasta la cima del paraje.
El Cronista, Martin de Murúa, refiere, en el tiempo del Inca Yupanqui hubo un es-
pantoso terremoto originado por la erupción del Misti:
“Para calmar la ira del volcán el Inca le dedicó muchos sacrificios de lla-
mas que en gran número hizo llevar el Collao. Agregase el Inca Yupanqui
arrojaba desde su andas en una honda unas pelotillas de barro de sangre
del sacrificio en dirección al volcán para que allí reventarán y se derrama-
se su contenido…”
Luis E. Valcárcel, Historia del Perú Antiguo; T. I., 340.
Carmen Alto, es cofre que atesora lo más significativo de nuestra Historia. Su suelo
es testigo del ir y venir de las huestes civilizadoras del legendario imperio Inca.
El puente colgante de Chilina y el Camino Real (calle Cusco) son testimonios vi-
gorosos de aquellos años de leyenda. Los caballos de los conquistadores también
estamparon sus huellas, eran guerreros sin ley, a su paso sembraron destrucción.
Como herencia de esos años turbulentos, allí libraron batalla fratricida los generales
Ramón Castilla con Manuel Ignacio Vivanco.
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Carmen Alto, en la novela de María Nieves y Bustamante “Jorge, el hijo del Hijo del
Pueblo”, cobra relieve histórico, fundamentalmente por el siguiente texto:
El paisaje de maravilla de Carmen Alto atrajo a los hermanos Polar (Jorge y Juan
Manuel), arraigaron en uno de los parajes del boquerón del Cusco, el lugar aún
conserva el nombre, “La Polar”. El paisaje telúrico caló en lo más profundo de la
sensibilidad del Dr. Jorge, subyugado por el embrujo, escribió la obra “Arequipa”.
Desde allí veía a su Amada, Arequipa, esfumarse en la bruma de la tarde. Escuche-
mos su voz emocionada:
“Allá abajo, la orilla del río, casi en el centro de la comarca, está la ciudad
blanca, como hecha de espuma o de lava o de alabastro. La bruma de la
tarde comienza a cubrirla y va palideciendo como si se sumergiese lenta-
mente en un sueño..” (p.17).
Más tarde, el Dr. Mario Polar, nos hace vivir aquellos recuerdos, están cargados de
intensa nostalgia. El desborde de su añoranza:
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
El historiador P. Rubén Vargas Ugarte, en su obra “Historia General del Perú”, relata
el acontecimiento histórico de la manera siguiente:
“Batalla del Carmen Alto.- el campo que había de ser teatro de la lucha es
una llanura que baja suavemente desde las faldas de la cordillera y termina
en un pueblito llamado Carmen Alto; desde este lugar hacia Caima el des-
censo se verifica por andenes; hacia el norte se extiende el arenal. En esta
llanura se desplegó la tropa de Castilla, resguardada por los accidentes del
terreno donde espero el ataque de los contrarios…” (T.IX. 11).
Desde 1885, funcionaba una escuela particular, bajo la dirección de José M. Martí-
nez; en 1887 se crea la escuela fiscal de Carmen Alto, bajo la dirección de la profe-
sora Zoila Aurora Gonzales.
En 1919 se colocó la primera piedra del edificio que sería el Asilo Lira, dado que el
señor Víctor Lira fue su principal benefactor.
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
La fiesta del carnaval remonta a los siglos XII y XIII. Tiene su origen en la ciudad
francesa de Niza. Llegó al Perú con la conquista española, formando parte de otras
tradiciones, como la corrida de toros y la pelea de gallos. Se afirma que el primer
carnaval, en Lima debió realizarse en 1544. En Arequipa ocurrió lo mismo en fe-
brero de 1541. Durante la colonia, la fiesta de carnaval concito la atención de las
autoridades. Afirma Francisco Mostajo, que en un bien documentado artículo sobre
“El Carnaval de Arequipa”, que el cabildo de la ciudad invertía parte de su presu-
puesto para organizar l fiesta.
Cuenta el viajero francés Paul Marcoy que, con meses de anticipación, se guardaban
las cáscaras de huevo para ser utilizadas como proyectiles en las fiestas de carnaval.
Hacia las veces de los globos que hoy en día, sólo que entonces su contenido era
agua con añil o carmín, que al punto se sellaba con lienzo y cera. Eran ofrecidos por
las vendedoras de la ciudad. En otros casos, muchas familias preparaban sus propias
canastas de huevos que después arrojaban desde los techos de las casas.
En este tiempo, las calles de la ciudad eran literalmente tomadas para jugar el car-
naval. Así se desataba la guerra entre los hombres que a pie o montados a caballo
disparaban el mortífero proyectil, y las mujeres que desde los balcones o techos de
sus casas, respondían con igual entusiasmo.
Cabe destacar que la fiesta tenía un carácter democrático. Participaban en ella todos
los sectores sociales de la ciudad. Una anécdota contada por Mostajo, grafica esta
afirmación. En un carnaval estuvieron montados en un mismo caballo, espalda a
espalda, el general Pedro Diez Canseco y el magistrado Ezequiel Rey de Castro y
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
Arce. Hicieron juntos una simpática demostración de pericia y valor. Sin embargo,
el magistrado arequipeño tenía fama de hombre circunspecto, por tal razón, aver-
gonzado ante sus pares, pidió licencia por tres meses, retirándose a su hacienda en
Vítor.
Pero la fiesta de carnaval fue considerada bárbara y no faltaron críticos que pidieron
su prohibición. En su libro “peregrinaciones de una paria” Flora Tristán describe la
tradicional fiesta en esos términos en esos términos, no entendían como a pesar de
los contusos y heridos que dejaban los carnavales, la gente seguía con entusiasmo
de la fiesta.
Sin embargo, justo después de la Guerra del Pacífico, cambió la concepción del
carnaval. Como afirma Rolando Rojas en su libro “Tiempos de carnaval” paso a
convertirse en una fiesta criolla y tradicional. Esta connotación que adquiere el car-
naval es muy importante. Dejo de ser percibida como una fiesta bárbara, para ser
incorporada a la tradición cultural del país.
Aunque más pudo la costumbre de seguir jugando con agua de carnavales y así fue
que la fiesta tradicional se mantiene hasta hoy en día.
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Francisco Mostajo dice que no bien llegados los conquistadores, la fiesta que acli-
mataron más rápido fue la del carnaval, que el primero que se jugó debió darse en
1541. Este carnaval se abría con la procesión de la Virgen de Copacabana que salía
de la iglesia de San Agustín, precedida de bailes de indígenas disfrazados “contra
cuya subsistencia, hasta mediada la República, no dejaban de tronar los periódi-
cos…” (8). Según Mostajo, en las primeras décadas de la República el carnaval
ceremonioso de la Colonia fue dando paso a un festejo más multitudinario donde
confluían las distintas clases sociales, la ciudad y el campo. Sobre ese auge carna-
valesco, Paul Marcoy dejó un elocuente apunte (“Martes de carnaval en Arequipa”)
en el que las fiestas llegaban a un clímax de batalla campal (9). Si bien las familias
de la elite tenían su forma de celebrar el carnaval, más al estilo europeo, el que nos
ocupa es el carnaval loncco, cuya fecha más intensa era el martes de carnaval, día
de “bifalas” (wifalas):
Las de Miraflores
zapatos bordados,
Las de Yanahuara
Zapatos mojados
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
Chacarera y Chacarero
de Arequipa
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Que se callen los pianos, que perdone el Carnaval y usted comadrita linda al
próximo año vendrá
Diez días antes del Domingo de Carnaval, se verificaba el Jueves de Comadres cuan-
do las matronas de la localidad enviaban a alguno de sus compadres (el de mayor
aprecio o el más rompón) un obsequio que podía consistir en una colcha tejida, una
canasta de frutas, una chombita de chicha u otro objeto de significación y valor. El
agraciado recibía el obsequio y la primorosa esquela de su comadrita; quedando con
ello sellado un compromiso ¡tan serio! que ni los contratos elevados a escritura pú-
blica de ahora generan mayor obligación. El jueves siguiente, que resultaba el pre-
vio al carnaval, en cabalgaduras, en el urbano o a pie, partía una numerosa comitiva
invitada por el compadre obsequiado y en la que, obviamente, iba la comadrita del
obsequio y los familiares y amistades más íntimos de los protagonistas. Se encami-
naban a una picantería de Yanahuara, Sachaca, del callejón Loreto o el Palomar, que
con días de anticipación había sido contratada por el compadre. Llegados a destino
y, luego de apagar la sed del caminante con unos espumosos cogollos, abrían el ape-
tito con unas zarzas picantes o un batido de rocotos que ponían en ristre no solo las
glándulas salivales sino hasta las lacrimales de los convidados. A poco, comenzaban
a desfilar los más exquisitos potajes cholos: picantes, cuyes chactados, estofado de
gallina, choclos con queso, habas puspas y el infaltable chancho al homo que era al
Jueves de Compadres tan necesario como el compadre mismo. Después de tan opí-
para merienda, surgía el bajamar de rigor y el “obligo a mi compadrito”, “le pago a
mi comadrita”, “mi amor con usté se va”, “correspondido será”; por ahí el bordoneo
en mozamala de una vihuela y rompían el baile la pareja de compadres, jaleados
por los demás, que entonaban la glosa: “Ya salieron a bailar /la rosa con el clavel,/
la rosa derrama flores/ y el clavel los va a coger”. Entrada ya la noche volvían a
la ciudad con el estomago hinchado y la cabeza caliente, terminando todos en casa
de la comadre para el “Remate” de rigor en que las frases pasaban de cumplidas a
atrevidas, y el paso de los danzarines de ceremonioso a un trote de nunca acabar.
Cuando el lucero de la mañana anunciaba el nuevo día –que era de ayuno por ser
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Ángel “Torito” Muñoz Alpaca, descendiente del Cacique Alpaca de Cayma, aún
mantiene la composición musical del carnaval loncco y de los yaravíes, reside en
Yanahuara.
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
La grabación del Cd fue todo un acontecimiento, dado que las comparsas aún no
habían tenido la oportunidad de grabar en una sala de grabación profesional, donde
el manejo de instrumentos y voces se hace en forma separada. Sin embargo, luego
de muchas pruebas, el producto está hecho y forma parte de este expediente. Es un
legado que consideramos histórico, por la fuerza de su contenido y la preservación
de los carnavales.
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
El fortalecimiento de su cultura ciudadana es una tarea que debe unir a todos los
pueblos, demostrado està que nadie ama lo que no conoce, la rica herencia de las
tradiciones se han trasmitiendo de generación en generación en forma oral que aún
está flor de labios en sus pobladores las coplas de carnaval.
Las tradicionales peleas de toros de Arequipa nacieron como una diversión de los
agricultores, pero con el transcurrir de los años se convirtieron en una costumbre
infaltable en las festividades, sobre todo el 15 de agosto, mes jubilar de la Ciudad
Blanca.
Esta tradición nace del sentimiento del arequipeño loncco, del cariño y la fuerza de
sus animales, como es el toro, que ayudan a los agricultores a labrar la tierra a través
de las yuntas, dejando listos los campos para colocar las semillas.
La fuerza descomunal de los toros llevó a los hombres del campo a querer demostrar
que su animal era el mejor y el más fuerte, iniciando las peleas primero por diver-
sión entre los del mismo establo, luego con los vecinos, entre pueblos, distritos y
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
De acuerdo a Paul Marcoy, las peleas de toros se celebraron por primera vez en Ca-
yma en el miércoles de ceniza, expandiese en todo los pueblos agricultores, forjando
en el presente como una de las manifestaciones cultural de mayor arraigo popular
del arequipeño. Los principales centro de peleas de toros son Azufral de Zamácola,
Menelik de Socabaya, el Estadio Túpac Amaru II de Acequia Alta en Cayma, Cha-
racato y Polobaya.
Los toros de peleas tienen nombres singulares como Cien Fuegos, Carajo, Gran
Chaparral, Oro Negro, Lunar de Zamacola, Menelik, Miserable, Mac Giver, entre
otros que son puestos de acuerdo al pelaje y destreza de cada uno. En la Tomilla se
recuerda a Tamakun, el toro que gano a famoso Menelik.
“Esta es una pelea donde no se ve sangre y el animal no muere, los toros miden sus
fuerzas y pierde el que sale huyendo de la cancha” manifestó Edwin Gómez, presi-
dente de la Asociación de Propietarios y Criadores de Toros de Pelea (2010)
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
en una tradición popular que se mantenido hasta hoy con mucho éxito. El
sábado era la entrada del carnaval. El domingo, lunes y martes se jugaba
y comía en las picanterías de la zona. El miércoles de ceniza, despedían la
fiesta con pelea de toros y corrida de caballos. Así se divertían los lonccos
de Acequia Alta
Era una fiesta pagana que se remonta a la época colonial, donde el juego y el des-
enfreno estaban permitidos. El miércoles de ceniza los fieles católicos recibían la
absolución, para luego vivir cristianamente la Semana Santa
En la crónica de viajeros del siglo XIX, hay varios testimonios de los carnavales de
antaño. El viajero francés Paúl Marcoy recuerda que en la ciudad de Arequipa los
carnavales duraban tres días: domingo, lunes y martes. Menciona, igualmente, que
el huevo de carnaval no hacía distinción de género y que, entre todos, se atacaban
con el mortífero proyectil. Desde los balcones de sus casas, las mujeres arrojaban
agua y huevos. Los varones respondían desde abajo, montados a caballo. Un gra-
bado de la época, publicado por Marcoy en su libro “Viaje a través de la América
del Sur”, conserva la imagen de esa tradicional fiesta de Arequipa.
El mismo autor indica que, en los distritos aledaños a Arequipa, como Tingo, Sa-
bandía, Sachaca y Tiabaya, la fiesta del carnaval tenía otras características. Ese
fue el caso de Acequia Alta, la Tomilla y Carmen Alto, pueblos tradicionales de
Cayma, donde el carnaval se distinguía por el colorido de sus trajes y el ritmo de
sus coplas. Aunque se diferenciaban los tres pueblos por el color del traje, como
refiere Jorge Vilca Sanz, hijo de nuestra anfitriona. Los payasos de la Tomilla lo
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
usaban amarillo con negro, mientras que en Carmen Alto primaba el rojo con ver-
de. La gente de Acequia Alta, por su parte, combinaba el azul con amarillo y el rojo
con amarillo. Se cuenta que, en otro tiempo, existía una fuerte rivalidad entre los
tres pueblos que, en los días de carnavales, ponían de manifiesto atacándose entre
sí las pandillas de payasos. El tiempo hizo que sólo Acequia Alta conserve hasta el
momento viva la tradición
El sábado era la entrada del carnaval. Desde Charcani, donde había cultivos de
frutas, bajaba la gente, unos a caballo, otros en burro y la mayoría a pie, tocando,
bailando y trayendo consigo duraznos, frutillas y membrillos. Al unísono también
repetían el siguiente estribillo: ¡apujllay! ¡Apujllay!, término quechua que quiere
decir ¡juguemos! Juan Guillermo Carpio Muñoz, en su “Diccionario de arequi-
peñismos”, señala al respecto que “apujllay” fue como un grito de “guerra” en
el carnaval y que ahora sólo repetimos entonando el Carnaval Arequipeño, en su
parte más conocida: “Cantemos, bailemos, “apujllay” / sobre una granada / hasta
que reviente “apujllay” / agua colorada (…)”. Así era el festejo a lo largo del reco-
rrido hasta llegar a Acequia Alta. Allí tenía lugar la costumbre de la pascana. Don
Froilán Neira sobre el particular nos dice que, por lo menos, la pandilla de payasos
visitaba tres picanterías de las muchas que había antes en ese pueblo tradicional.
Al hecho de estacionarse en la picantería para servirse picantes, mote y chicha de
jora, se llamaba pascana. “Era un honor recibir a los payasos”, nos dice e lleno de
emoción Don Froilán, mientras evoca sus recuerdos
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Pregunto ¿Cómo iban vestidos los payasos y qué otros personajes más componían
la pandilla? Al traje de dos colores con cascabeles que suenan, se sumaban el tongo
y la máscara que era de malla de alambre. Me muestran uno completo, y al punto
Don Froilán recuerda que su padre le heredó dos disfraces de payaso, que él alqui-
laba hace tiempo a cinco soles cada uno
Los personajes representados por la pandilla incluían un diablo, una bruja, los pa-
yasos y el doctorcito. Además portaban un zurriago con el cual se pegaban entre sí,
a manera de juego. Esta es una expresión popular muy propia de los pueblos aleda-
ños de Arequipa, que a su manera intentaron ridiculizar las costumbres europeas,
con la presencia de personajes como la bruja que era perseguida en otro tiempo por
la Inquisición, el diablo como expresión pagana de la fiesta y el doctorcito, perso-
naje símbolo de la vida de la ciudad
Estamos justamente con Don Froilán, en la calle Miguel Grau, donde en otro tiem-
po y antes que fuera asfaltada la pista, había carrera de caballos. Esta tradición
nos dice lamentablemente ha desaparecido como consecuencia de la modernidad.
Sin embargo, procuran mantener viva la tradición de la pelea de toros, que hoy
realizan en estadio de la zona Acabo mi entrevista en casa de doña Judith Sanz, que
a propósito también bailó desde muy niña en los carnavales de Acequia Alta y hoy
sus hijos continúan la tradición familiar. La identidad y el grado de compromiso de
los vecinos de Acequia Alta nos invitan a una reflexión final: mantener nuestras cos-
tumbres y tradiciones como un legado de las antiguas generaciones de arequipeños
o acequialteños, es un trabajo conjunto de autoridades y ciudadanos, que al final
también se constituye en atractivo turístico para Arequipa y el país que hoy se pro-
yecta al mundo no sólo con sus monumentos históricos, maravillas naturales y co-
mida tradicional, sino también con sus danzas y fiestas, como la del carnaval. Pero
procuremos integrar también las fiestas tradicionales de otros pueblos de Arequipa,
igualmente vistosos y con mucha historia, para enseñar a las nuevas generaciones
ese gran legado cultural que a ellos ahora les corresponde conservar
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
Los carnavales en todo lugar fueron un festejo muy popular, que encerraba alegría
desbordante, con el colorido que le daban los disfraces, las canciones llenas de pi-
cardía con dimes y diretes entonadas con letras improvisadas que reflejaban el modo
de vida de la colectividad de ese entonces.
En Carmen Alto de antaño, no podía ser de otra manera. Está fiesta movible, que
se celebraba en febrero o en marzo, nos dice mucho de su folclor. Ha llegado hasta
nosotros por boca de una variedad de personas de edad, lo que resumido decimos:
De primera intención diremos que, los carnavales de Carmen Alto refiriéndonos a los
primeros años del siglo XX, 1900, se celebraban con variedad de actos que congre-
gaban a todo el pueblo: la Niñez siguiendo a las pandillas de mojigangos, acequias,
portadas en baldes, asistiendo a veladas de la familia y finalmente a las actividades
de miércoles de ceniza en Acequia Alta. La juventud participando masivamente, sin
distinción de sexo, conformando pandillas de mojigangos o payasos con variedad
de disfraces, a veces propios, a veces alquilados, que iban desde vestidos de dominó
con gran policromía, caretas de alambre fina, cucuruchos de elevados conos, sobre
las cabezas, de cuyos extremos pendían cascabeles que también llevaban en el resto
del cuerpo, causando un ruido grato; aparecía por allí la muerte guadaña en mano
amenazando a los mirones; más allá, el viejo pituco con un habano entre los dedos,
vestido de levita llevando en mano a una señorita “ccala” vestida a la usanza de
la época y danzando parsimoniosamente; también aparecía el diablo con su larga
cola cogida de un mano y en la otra un trinche u horquilla; así varias figuras más
formando círculos, bajo las notas musicales de tres guitarristas que cantaban a voz
en cuello, décimas de doble sentido llenas de picardía que motivaban, aparte de la
atención de la gente, el contagio por celebrar su contenido con sonoras carcajadas.
El pueblo seguía a las pandillas que salían por las tardes de los tres días, domingo,
lunes y martes, sin importarles el calor o las lluvias que capia por esa época. Dan-
zaban incansablemente haciendo algunas paradas de trecho en trecho, para bailar en
círculo alrededor de los payasos vestidos de dominó; uno de ellos, látigo en mano,
evitaba que los chiquillos ingresaran al ruedo para jalar el rabo del diablo o la levita
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
la señor pituco. Cuando llegaban a la altura de una chichería eran invitados con un
“bebe” de chicha como refresco para mitigar la sed y, luego de bailar en el interior,
continuaban por todas las calles del pueblo. Si el tiempo alcanzaba, se trasladaba al
vecino pueblo de Acequia Alta para llevar alegría de los carmealteños.
Luego por la noche, las familias pudientes invitaban a sus familiares y amistades
para continuar bailando esta vez bajo las notas de un fonógrafo (vitrola a cuerdas)
mientras se jugaba con polvos aromáticos, mixtura de papel oromasa, chisguetes
con éter de agradable perfume, multicolores serpentinas con lemas alusivos al amor.
En estas reuniones se iniciaban amoríos porque los galanes, cortando la serpentina
con la frase más conveniente la hacían llegar a la dama escogida y si está respondía
en la misma forma, se iniciaba un enamoramiento que terminaba en el altar.
Todos compartían con buen vino, resacau Najar y la riquísima chicha dulce que era
elaboradas con hojas de hinojo, guiñapo de maíz mezclado con frutas que la hacían
tan reclamada y agradable.
El carnaval se celebraba el domingo, por la mañana los jóvenes jugaban con agua,
luego por la tae salían las pandillas de mojigangos de alguna casa, en que se reunían
previamente y recorrían las calles cantando y bailando.
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
Hubo un tiempo en que las pandillas venidas de Acequia Alta se cruzaban con la de
Carmen y ahí mismo, se iniciaba un “mano a mano” cuadrándose pandilla frente a
frente con sus cantos que eran respondidos sin que causara molestias, ni enojos, más
bien, eran festejados recíprocamente hasta retirarse cada pandilla a su lugar.
Estos carnavales
Que hermosa leyenda
Sátiras, verdades
Que nadie se ofienda
En esta esquinita
Dejo mi sombrero
Es una señal
Que yo soy soltero
Bebamos cerveza
Que es bebida sana
Que siga la farra
Toda la semana
Estos carnavales
Quien inventaría
Algún borrachoso
Como estaría
Cháncame, cháncame
Cháncame los huevos
Si no me los chancas
Quédate con ellos
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Brindemos cerveza
Pero arequipeña
Para hacer bailar
A Genaro Peña.
Terminan los carnavales con el Miércoles de Ceniza con la misa en el templo, donde
la gente del pueblo comulga y son perdonados por sus pecados veniales y mortales.
Por la tarde todo el pueblo se traslada a Acequia Alta para asistir a las carreras de
caballos y las peleas de toros.
Bailemos cantemos por el carnaval, bailemos, bailemos, hasta que reviente agua co-
lorada. Todos digan ¡apucllay! por el carnaval. ¡Ay! Vienen los de la Tomilla, traen
el carnaval, salgamos a recibirlos, bailando y cantando.
El carnaval incendiaba la vida del pueblo, tres días de evasión (domingo, lunes y
martes), tres días de anulación de la censura de la conciencia, tres días de algarabía
de “rompe y raja”.
La pandilla se arma en una casa vecina, desde muy temprano y se reúnen los mucha-
chos del pueblo, preparan sus disfraces y ensayan el ritmo de los desplazamientos
que van a despegar.
Formemos la rueda
Como formalidad
Que dirá la gente
Que somos nada
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
en círculo. El pueblo no reconoce a nadie, les da libertad de hacer de las suyas. Los
disfraces multicolores, el colorido de las serpentinas, los polvos, la mistura y el
ritmo alegre de los payasos despiertan la alegría del pueblo y todo ya es carnaval.
Los disfraces, salidos del ingenio popular, está el “ccala”, calzón sin forro, la bruja
del pueblo, el “tata cura” el indio borracho sobre su mujer, la chola Tomasa, el
chuncho flechero, la muerte, el diablo.
La pandilla, los payasos se llevan la flor, con cascabeles sonoros con zurriagos en
mano y con fuerte estridencia rompen la tristeza polvorienta de las calles.
Carnaval de Cayma
De agua y mistura
Comparsas y pandillas
Hacen de las suyas
Las tonadas anuncian que se ha iniciado el desplazamiento por las calles. La jor-
nada es larga, “patitas pa que las quiero”. De los techos de las casas van y vienen
agua con airampo, aromada con arrayán. Polvos, mistura y serpentinas hacen de
las suyas. Los cascarones rompen al pueblo de alegría. Todos cantan: “Cháncame,
cháncame, cháncame los huevos”
Ya vienen
Los de la Tomilla,
La buena semilla
Que nadie la tiene.
duro y rico: primero sátiras, después las trompadas con membrillos, pepinos, papas
y los zurriagos de los payasos caldeaban los ánimos:
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
El desquite;
A mi amor lo pinto
En este cerrito,
Pa las buenas mozas
Las de San Jacinto.
Bandera peruana
De lindos colores,
Yo como soltera,
Tengo dos amores.
En este cerrito
Hay una pampita,
Donde bailo y canto
Con mi palomita.
Cómeme, cómeme
Que soy tu melón,
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
El despacho del carnaval era otra fiesta. Mujeres vestidas de luto, las viudas del
carnaval. Lo lloraban amargamente. Un muñeco, vestido de payaso de carnaval,
cargaba todo lo que era el carnaval, lo paseaban por el pueblo montado en un burro.
El burro era otro carnaval, en la tarde del día miércoles se dirigían a la quebrada de
“Chicta”, detrás de la pandilla iban las viudas como planilleras lloraban su entierro.
Carnaval cojudo
Porque pronto te vas,
Porque no te quedas
Ocho días más.
Las fiestas son prácticas socio-artísticas integrales que permiten seguir entretejiendo
lazos sociales, psicológicos, afectivos... la fiesta es el espacio en el que aún es posi-
ble soñar, tener esperanzas, en fin retomar fuerzas –reafirmarse integralmente- para
continuar viviendo, existiendo.
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
Este carnaval popular paso a los salones con arreglos de músicos urbanos como
Benigno Ballón Farfán (1920). Yma Sumac y el conjunto folklórico Peruano de
Moisés Vivanco grabaron pampeñas tradicionales, en esta muestra popular interpre-
taron música arequipeña el Cholo Berrocal. Siendo los autores e intérpretes más co-
nocidos los Hermanos Dávalos, los Hermanos Delgado, Los Ccalis de Yura, Víctor
y Lucho Neves, Ángel Muñoz Alpaca, los Hermanos Portugal, Los Montoneros,
entre otros cultores de música arequipeña.
En Cayma, las coplas han ido manteniendo su fuerza y persistencia por autores y
cantores que en carnavales activan su repertorio, los que tienen mayor ascendencia
son: Jorge Vivanco, Jorge Vilca. Leónidas Duránd, Ignacio Gómez, Pascual Coa-
quira, quienes a través de los años mantienen las coplas antiguas y por los nuevos
carnavales crean nuevas.
Sin embargo, esta copla es la que ha través de diferentes generaciones ha ido preser-
vándose en todos los pueblos tradicionales:
¡Apucllay!, ajaa
Todos digan pucllay
Todos por igual,
El que no dijese
Váyase por ahí.
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Llego el carnaval
Todos muy contentos,
Todos se divierten
En estos momentos.
Salud Arequipa,
Por los carnavales,
Hoy chupo y reviento
Hasta los portales.
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
a) CARNAVAL DE LA TOMILLA
La copla va cantada por una sola voz, acompañada con un coro que entona “¡apuc-
llay!” y “¡ajajaà!”. Es cantada por Carlos Zeballos.
Recuerdan a Tamakun, el toro legendario que venció por única vez al poderoso Me-
nelik, y con el que se pudo recaudar fondos para obras sociales del distrito.
Eso
La Tomilla da,
El agua potable,
A toda Arequipa
Si se la pagará.
A mí no me gusta
Tomar chicha en taza
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Pero si me gusta
Quedarme en tu casa.
En aquella esquina
Dejo mi sombrero
Con orgullo digo
Que soy tomillero.
A mi Tomillita
Yo le mando todo
Piscina y estadio
Son un gran tesoro.
Por la Tomilla
Cubierto de historia
Y solo Arequipa
Conoce su gloria.
Carnaval Tomilla
Que pronto te vas
Porque no te quedas
Ocho días más.
Estos carnavales
Quien inventaría
Sacancho Zeballos,
Borracho estaría.
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
Allá el Tamakun
Tremendo animal
A cualquier campeón
Lo mando al camal.
Que viva
Que viva
Los de la Tomilla
Porque son los padres
De los carnavales.
Las de Yanahuara
Montadas a burro
Con las piernas calas
Y enseñando el culo.
Échame los polvos
Y las serpentinas
Las ricas mixturas
Y las anilinas.
A mi amor lo pinto
En una sandia
Para las buenas mozas
Las de la Tomilla.
Melones, melones
Para los mirones
Calzones, calzones
71
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Vamos a la pampa
Hay mucho que ver
Un indio borracho
Sobre su mujer.
Al señor Alcalde
Me voy a quejar
Sus cholitas tienen
Y no quieren dar.
Formemos la rueda
Con formalidad
Viva que la gente
Que somos de nada.
Vámonos, vámonos
Por ese rincón
A ver si cogemos
La rosa y el montón.
72
Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
La copla va cantada por una sola voz, acompañada con un coro de mujeres que en-
tona “¡apucllay!” y “¡ajajaà!”. Es cantada por Leónidas Duránd.
Recuerdan que en Carmen Alto por su buen clima donde hay duraznos y se siembra
ajos.
73
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
De mi Carmen Alto
Pueblo distinguido
Mírenme señores
Qué guapo yo soy
Cholito valiente
Carmen Alto soy
El 2 de febrero
Fiesta Candelaria
Porque festejamos
A la Candelaria
Llego carnavales
Ríanse doctores
Para que se festejen
Los agricultores
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
En todo el Perú
Hay compositores
Pero en Carmen Alto
Están los mejores
Ha llegado un gringo
Hablando ingles
El Jorge Duránd
Sobre la Inés
Báilate cántate
Al lado de tus padres
Será el último año
Que nos acompañes
Para el alcalde
Que le podré dar
La silla dorada
De la catedral
En esta esquinita
Me quito el sombrero
Con orgullo digo
Muchacho soltero
La liga de Cayma
Buenos jugadores
75
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Escalera vieja
Te faltan peldaños
Por mala cabeza
Sufres desengaños
El lunes y martes
Polvos y mistura
Al siguiente día
Ceniza de cura
Noventa sesenta
Sesenta noventa
Viudas y solteras
Corren por mi cuenta
Barato la coca
Barato el ají
Tantas revesaras
Pasan aquí
Bella campesina
Lindas caderas
Voy a acariciarlas
Por esas praderas
Fórmenos la rueda
Por formalidad
Qué dirán las gentes
Que viven acá
Ahí en el pasaje
Unas criticonas
Les tienen envidia
A todas las monas
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
Ya se acaba el pucllay
Ya se está acabando
Antes que se acabe
Sigamos bailando
Allá en Tronchadero
Hay una chamana
Es conocida
Como capellana
Carnaval cojudo
Que pronto te vas
Porque no te quedas
Ocho días más
La copla va cantada a dúo por una voz de dama y un varón, acompañada con un
coro que entona “¡apucllay!” y “¡ajajaà!”. Es cantada por Brenda Alvarado y Coco
Vivanco.
Dentro de la construcción de sus coplas recuerdan que sus pobladores son descen-
dientes de Acequia Alta, por ende dueños de la tradición popular, a pesar de haberse
unido en forma oficial en el año 2004, ellos datan de dueños de su tradición desde su
nacimiento. En los versos sueltos agradecen a sus vecinos por el apoyo de haberlos
permitido continuar con la tradición.
77
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Sus coplas son de carácter burlesco ante la situación social y también son pícaros en
el contrapunto del varón y la mujer.
01
Esta es la comparsa
Del pueblo unido
Soy de Bolognesi
Mi barrio querido
02
Estés el saludo
Del pueblo caymeño
Te ofrezco mis versos
Como arequipeño
03
Aquí en Bolognesi
Somos todos machos
Rompemos calzones
Y ponemos cachos
04
Los de Bolognesi
Somos picaflores
Vamos por el mundo
Conquistando amores
05
Me gustan las viejas
También las maltonas
Las recién casadas
Y las solteronas
06
Gritemos apucllay
Por nuestra cultura
Por las calles vamos
Echando mixtura
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
07
Rasgando el charango
Cantando conmigo
Coquito Vivanco
Es un gran amigo
08
Tocando el cajón
Muchacho muy fiel
Le pone su ritmo
Mi amigo Ferrel
09
También acompaña
Poniendo su garra
Wilito Paredes
¨Primera guitarra
10
Juan Velásquez Sisa
Acompaña el bajo
Es muy buen artista
Bueno como el ajo
11
Brendita Alvarado
Canta en mil lugares
Su voz melodiosa
Está en carnavales
10
Aquí está mi gente
Son casi perfectos
De mi Bolognesi
Hijos predilectos
13
Formemos la rueda
Todos los bufones
Que aplauda la gente
A estos campeones
79
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
14
Aplaudan señores
A esta comparsa
Que les agradece
Por esa confianza
15
Si todos cantamos
Si todos bailamos
Con los carnavales
Vamos a alegrarnos
16
Brindemos con chicha
Estos carnavales
Celebro tomando
Hasta los portales
17
Ahí va la comparsa
Cantando y bailando
Echando los polvos
Al que va pasando
18
Cantemos, bailemos
Con este payaso
Y si tú no bailas
Toma un latigazo
19
Desde mi Chilina
Vengo ccotimbeando
Con sombrero en mano
El río chimbando
20
Yo soy chacarero
De pata rajada
Con los ojos chocnis
La miro a mi amada
80
Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
21
Festejo a mi tierra
Con un buen asado
Con chicha de jora
Y el rico anisado
22
Luchito Medina
Muchacho con garbo
Lo malo que tiene
Es un saco largo
23
Mi amigo Edy Tovar
No hace promesas
Seguro se pone
Un par de cervezas
24
De mi chacarera
Yo soy su camayo
La quiero en enero
En abril y mayo
25
Estas elecciones
Cuídate mi hermano
Grandes mentirosos
Te ofrecen la mano
26
Estos congresistas
Son grandes ociosos
Se la saben todas
Tremendos mañosos
27
A los congresistas
Que viven la vida
Como no les pegan
A todos el SIDA
81
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
28
Esos congresistas
Que se habrán creído
Como perro y gato
Hemos mantenido
29
El chato Guillen
Le gusta el poder
Se ha olvidao del pueblo
Eso si es joder
30
Zegarra el Alcalde
Chupa en la mañana
Lo bueno que tiene
Me presta su hermana
31
Si el APRA de nuevo
Gana con desaire
Seguro nos dejan
Pelotas al aire
32
Universidades
Casa de cultura
De todas la U.N.S.A.
Es una hermosura
33
La U.N.S.A querida
Forma grandes hombres que surgen de abajo
Como buenos pobres
34
El pueblo no tiene
Comida en la boca
Por eso los hombres
Prefieren el troca
82
Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
35
Si tú no conoces
A la tía Pocha
No sabes lo bueno
Que’s una morocha
36
Ahí se divierte
Mi tío Alejo
Le gustan las hembras
Que sacan conejo
37 Varón
Está con nosotros
Este carnaval
Ha llegao la hora
De portarse mal
38 Dama
Al contrapunteo
Ha contrapuntearse
Las coplas son coplas
Y no pa’ enojarse
39 Varón
Tengo hartas mujeres
Y no sé qué hacer
Las llevo al mercado
Las quiero vender
40 Dama
Dicen ser muy buenos
En cuestión de amores
Cuando tienen cuernos
Son mucho mejores
41 Varón
Mi nombre es miguel
Y me dicen Micky
Cómprale postizos
A tu ccala siqui
83
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
42 Dama
Si tú me traicionas
Y me das maltrato
Te juro te corto
Y le doy al gato
43 Varón
Tú siempre me dices
Que soy un borracho
Pero en la cama
Uyuyuy que macho
44 Dama
El amor meloso
Es muy fastidioso
Su valor se pierde
Por empalagoso
45 Varón
Si tú me pedías
A diario amor
Hasta me rogabas
Dame por favor
46 Dama
A jajay me rio
Y me carcajeo
Haberte querido
Animal tan feo
47 Varón
Ríe pues vidita
Ríe pues no más
Te daré de yapa
Un polvito más
48 Dama
Te haces el macho
Porque comes ajo
Si el ajo no fuera
No funciona abajo
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
49 Varón
Esta cantorcita
Tiene mucha fama
Cantando, cantando
La llevo a la cama
50 Dama
Hasta con tus coplas
Quieres hacer arte
Cantando tú dices
Cualquier disparate
51 Varón
Las rubias muy lindas
No saben dar beso
Pero las morenas
Lengua hasta el pescuezo
52 Dama
Este mi viejito
Esta para el gato
Cuando va a orinar
Se moja el zapato
53 Varón
Cállate negrita
Boca colorada
Cintura de avispa
De potito nada
54 Dama
Dios me ha castigado
Porque a mi amorcito
Dios lo había dotado
Chico y delgadito
55 Varón
Las mujeres dicen
Que yo soy basura
Toditas se mueren
Por mi armadura
85
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
55 Dama
Ay todas las noches
Tú sueñas conmigo
Cuanto no quisieras
Que duerma contigo
56 Varón
Odiarme quisieras
Jamás lograrás
Lo que has probado
Nunca olvidarás
57 Dama
Una vez te he dado
Nunca hiciste nada
Te has puesto nervioso
Y no se te armaba
58 Varón
Que no te hice nada
Tú tienes razón
Se me fue las ganas
Te olía el calzón
59 Dama
Esas son mentiras
Hablas por despecho
Es más hombrecito
Cuenta lo que te echo
60 Varón
A esta negrita
Que ve con asombro
A ella le gusta
Las piernas al hombro
61 Dama
A este moreno
Que parece un bloque
Le toco despacio
Y termina al toque
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
Su canto es un poco más lento, y dan golpe al entonar el verso, el coro, repite “¡apu-
cllay!” y “¡ajajaà!”.
La copla va cantada por dos voces, de Coco Vilca y Víctor Rondón, quienes cantan
una copla en respuesta a la otra.
Recuerdan la fundación de Arequipa, en Acequia Alta como uno de los valles más
importantes de la fundación. Dan loas al Misti, dado que cuando se coloco la cruz
del Misti fueron acequialteños los que realizaron la proeza.
Recuerdan que Acequia Alta produce ajos y está a la rivera del río Chili, recuerdan
la fe de sus pobladores, que lograron construir su templo; También le rinden tributo
al gran Mariscal Castilla, que realizo sus proezas históricas en este terruño.
¡Apucllay!, ajaa
Todos digan pucllay
Todos por igual
El que no dijese
Váyase por ahí.
Llego el carnaval
Todos muy contentos
Todos se divierten
En estos momentos.
87
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Salud Arequipa,
Por los carnavales
Hoy chupo y reviento
Hasta los portales.
Señoras, señores,
Agárrense de frente
Este carnaval
Va tumbar de frente.
Formemos la rueda,
Por formalidad
Que dirán las gentes,
Que desordenada.
Así es mi Arequipa,
Heroica y hermosa
De blanco sillar
Y de buenas mozas.
Majestuoso Misti,
Que no te falta
En tu cumbre dice,
Viva la Acequia Alta.
Pelea de toros
Son tradicionales
En nuestra Acequia Alta
Por los carnavales.
88
Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
En la plaza de Armas,
Se escribió la historia
En grandes jornadas
De lucha y de gloria.
En aquella esquina,
Cojo mi sombrero
Con orgullo digo,
Muchacho y soltero.
Anoche durmiendo
Soñaba contigo
En tan lindo sueño
Dormías conmigo.
A mí no me gusta
Tomar chicha en taza
Pero si me gusta
Quedarme en tu casa.
Valle de Chilina,
Donde yo crecí
Sembrando esperanzas,
Yo te conocí.
89
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
En Yanahuara,
En los callejones
Arriba polleras,
Abajo calzones.
Las de Characato,
Montadas a mulo
Con las piernas calas
Enseñando el culo.
Chola chacarera
De anchas caderas
Quisiera agarrarlas
Por esas laderas.
La fe de Acequia Alta
Es un vivo ejemplo
Con la cruz bendita
Y su hermoso templo.
A esta mi pandilla
La han imitado
Aunque pase el tiempo
Jamás igualado.
90
Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
Ayahhay,
Déjame llorar
Que quizá llorando
Podre sosegar.
Vámonos vámonos
Por este rincón
A ver si comemos
La rosa en botón
Amarra tu perro,
Que vaya a ladrar
A la media noche
Voy a regresar.
Arriba solteros
Viudos y casados
Salgan a la calle
Todos disfrazados.
Este es el remate
De los celquilateños
Con orgullo dicen,
Bien arequipeños.
Carnaval
Cojudo que pronto te vas
Porque no te quedas
Ocho días más.
91
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
La música inicia con sonido en primera de un acordeón, con el punteo de una man-
dolina y el rasgueo del charango y guitarra. Evoluciona en forma lenta con el canto
de las coplas. Su ritmo se asemeja al huayno más que a la pampeña. Sin embargo
mantiene el sonido y la expresión del carnaval.
La copla va cantada por una sola voz, acompañada con un coro de damas que entona
“¡apucllay!” y “¡ajajaà!”. Es cantada por Pascual Coaquira.
Hacen reconocimiento a Buenos Aires como cuna de Artistas, dado que en esta zona
viven escultores de gran talla como los hermanos Yanqui Yucra entre otros artistas
plásticos.
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
Gallito matrero
Del muladar
Tu garbo es de loncco
Tu dulce cantar
Guacochita linda
De los matorrales
Tú cantas promesas
De nuevos trigales
Canta chollonchito
Canta sin cesar
Hasta que revientes
De tanto cantar
Sandia sandia
Para la pandilla
Melones melones
Para los mirones
El señor alcalde
Qué buena corbata
Pero el municipio
Ya no tiene plata
En la quebrada de Tucos
Que buenas cosechas
Y sus lindas chicas
Sin duda estrechas
93
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Cantan canta
Lindo chihuanquito
Levantando el pico
Cerrando el potito
Aplaudan, aplaudan
Todos a rabiar
Los de Buenos Aires
Ya van a pasar
Carnaval cojudo
Que pronto te vas
Porque no te quedas
Ocho días más
A hay ahaya
Déjame llorar
Que quizá llorando
Podre sosegar
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
La copla va cantada por una sola voz, acompañada con un coro que entona “¡apuc-
llay!” y “¡ajajaà!”. Es cantada por Jorge Luis “Gusano” Flores Condori
Estos carnavales
Quien inventaría
Pendejos de Cayma
Borracho estaría
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Este es el remate
Del loncco caymeño
Orgulloso siembra
Estos lacayotes
Campanas de Cayma
Porque no suenan
Mueren cada día
Y nadie le importa
Mi señor alcalde
No te hagas el cojo
Muchas barredoras
Te sacan los ojos.
La Tomilla y Cayma
Son buenos hermanos
Las de Acequia Alta
Son los entenados
Mamita de Chapi
Virgen milagrosa
Eres venerada
En la Villa Hermosa
A mi amor lo pinto
En un lacayote
El que me aborrezca
Que bese el ocote
En el Cerro Verde
Hay un caymeñito
Con chirote en mano
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
Sacando guaguitos
Mujeres caymeñas
Todas son hermosas
Lo malo que tienen
Que son muy mañosas
Anoche durmiendo
Soñaba contigo
Que tu linda esposa
Dormía conmigo
Yo no estoy cartucho
No soy un ladrón
Yo soy el amante
De tu corazón
A mi amor lo pinto
En una sandia
A las buenas mozas
Las de la tomilla
97
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Es caso normado
Con las patas sucia
Y el poto cagado
Mi amiga carito
Es muy cariñosa
Pero en luna llena
Se pone mañosa
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
De las picanteras
Cuál es la mejor
Teresita Gómez
Se lleva la flor
Caymeñitas buenas
Siempre orgullosas
Por su rico adobo
Y sus lacayotes
choclito caymeño
Que rico que estás
A ti te prefiero
Lo dulce que estás
La grabación de las coplas trajo la coincidencia de dos autores y cantantes del car-
naval loncco de Cayma, Jorge Vivanco y Víctor Rondón, quienes compartieron un
contrapunto de las mejores coplas tradicionales y modernas.
En este contrapunto hacen referencia a Luz Vilca, poeta y gestora de cultura que
realizó el trabajo de investigación del carnaval loncco; y a Juan Guillen, el personaje
más importante de Acequia Alta, quien fue uno de los propulsores que le carnaval
loncco continúe como dueño de su tradición. Recuerdan al pisco como peruano, y
al tradicional equipo de futbol Melgar FBC. Culmina el contrapunto de coplas
pícaras.
Mi viejo Guillen
Mi viejo tesoro
Yo le voy hacer
Un monumento de oro
El pisco es peruano
Se hace de uvas tiernas
Te aflojan los nervios
Y se habrá las piernas
99
CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
Gallina piojosa
Te gusta el salpicón
Por picar el trigo
Picaste al patrón
La vieja de mi suegra
Para mandoneando
Se va ir al infierno
Para seguir fregando
Chola chacarera
De anchas caderas
Quisiera agarrarlas
Por esas laderas
Estos carnavales
Ponle corazón
Échale los polvos
En todo el calzón
¡Apujllay!
100
Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
3
VALOR SIMBÓLICO O EMBLEMÁTICO
Y SUS SIGNIFICADO COMO SÍMBOLO
DE IDENTIDAD CULTURAL
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CARNAVAL LONCCO DE CAYMA
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Luz Natividad Vilca Mamani / Juan Carlos Callacondo Velarde
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