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El periodismo no pasa por las aulas ni por ninguna facultad que pretenda enseñar
la especialización de conocer el mundo. Es por esto que, todo proyecto social llega a tildar
sus contradicciones cuando espera un “tiempo y espacio académicos” para desarrollarse
estructuralmente. El periodismo es el hermano menor del oficio de historiador: es
la historia periódica, un esbozo cronológico. Me han dicho practicantes del estudio, desde
las ciencias exactas hasta las humanidades, que uno no puede “ser lo que estudia” hasta no
titularse y lograr obtener un papelito hecho remedo.
Para ser un escribano de ‘tiempo completo’, sólo nos hemos olvidado del acto de escribir
las vivencias propias y de los demás. ¿Pero quién es el periodista que hace periodismo
forjador de historia?, el que logra mediante sus notas periodísticas escribir a la vez páginas
en la historia, que va desde el editor, el impresor, el distribuidor y hasta el crítico rabioso:
¡todo un acto de desenvolvimiento social! ¿Dónde quedaron las influencias de Julio
Antonio Mella, Ricardo Flores Magón, Praxedis Guerrero, Frantz Fanon o Emma
Goldman?
Ahora, ¿qué hay que tomar en cuenta antes y durante la nota periodística? El buen
periodista a la vez es un niño inquieto con la lengua traqueteada de tantas dudas: 1) de
simple aprehensión de la noticia; ¿qué, cómo, cuándo, dónde? 2) epistemológicas; ¿qué
relación tiene el objeto, la persona y el hecho-causa de la noticia? y 3) pragmática; ¿qué
sigue tras esto?
Así como se disfrazan las oficinistas y artistas pop, uno puede maquillar lo que ve sin
necesidad de que sea falso, pero lo inmanente del objeto se pierde cuando el espectáculo de
informar nace de un espacio en donde no hay sujeto de la noticia.
Estas reflexiones escuetas tienen la tarea de convertirse en una influencia para los lectores a
los que se les dedique la tarea de modificar lo existente. ¿Qué falta para ello?, ¡salir en
búsqueda del conocimiento social! Este se encuentra en pequeñas porciones en la internet,
en las calles, en la esquina de barrio, en Wikipedia y en bibliotecas. Hacer periodismo es
difundir el entendimiento que tiene una voz, y otra, y otras, y estas, y aquellas. Compilarlas
-sin olvidar el juicio personal basado a su vez en un entendimiento colectivo- es el paso
culminante y el más entretenido.