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Ediciones Santillana
1ª edición: abril de 2001
Prólogo
Lo que no acabamos de ser es lo que somos
La objetividad. Concepto del que abomina el autor de este texto, pero que
utiliza como un cuchillo para dar sus opiniones subjetivas. Si hay un periodista
subjetivo (valga la redundancia) ése es Bastenier, que cree que, en el extremo,
la objetividad 13 13 significa que todos los medios serían iguales, sin señas de
identidad. La objetividad es sólo una palabra, una invocación teórica, un santo y
seña; pero que la objetividad no exista no significa que no haya que trabajar con
}fair play}, con la honradez del punto de partida, con la ausencia de }parti pris}
por parte del periodista.
El periodista puede entenderse, por tanto, como una suma de todo lo que
no es: no es un novelista, no es un sociólogo, no es un historiador, no es un
político; luego, la adición de todas esas imposibilidades o insuficiencias,
conforma, de manera muy apropiada aunque especialmente enigmática, lo que
sí es. Lo que no acabamos de ser, de una manera múltiple, es lo que somos. Y
ese lote es indefinible porque, efectivamente, no existe el corpus doctrinal que
exprese semejante suma de negaciones. Por eso, periodista puede serlo
cualquiera, lo que no significa que cualquiera pueda ser un buen periodista; y
por esa razón hay que admitir que el único control de acceso a la profesión sea
el interés del mercado conjuntamente con el de la sociedad: la aprobación del
lector y la decisión del empresario, que otorgará la condición de periodista a
quien se dé la oportunidad de serlo.
Todo lo cual por supuesto, no significa que sea inútil tratar de adquirir un
bagaje a manera de canon para abrir boca, a través de las instituciones de que
se trate. Pero, siempre, resignándose a la evidencia de que en vez de disponer
de una teoría que guía nuestra práctica, el trabajo del periodista es una práctica
sobre la que, en ocasiones, nos da por teorizar.
Eso es lo que trata de hacer esta Escuela. Veamos cómo.
Capítulo I
El estado de la cuestión
Las páginas de los diarios de hace cien o más años son enormemente
diferentes de lo que entendemos hoy por prensa profesional, pero su esencia no
ha variado en la relación del lector con el producto: se despliega el periódico a
tenor de su formato (universal o }broadsheet}, tabloide y todos los híbridos de
ambos); se lee de una manera muy física, muy material, casi con el movimiento
de cabeza de quien ve un partido de tenis; se abarca de una ojeada la totalidad
de la página, que tiene una arquitectura informativa determinada, cuya
percepción ya es en sí misma una primera interpretación del mundo; el
ordenamiento consecutivo en secciones del periódico, su impecable orden
interno, con todo lo cual estamos ya tan familiarizados, nos permite, si lo
deseamos, comenzar a leer un texto por el final, arrancar en cualquiera de sus
párrafos intermedios, o combinar la lectura casi simultánea de varias
informaciones a dosis determinadas por el usuario. Todas ellas son posibilidades
de aproximación al periódico que contribuyen a darle a la lectura una
tangibilidad física hasta construir una relación íntima y sensorial con el diario.
Todo eso no lo podemos encontrar en la lectura de una publicación virtual. La
palabra, escrita pero titilando de manera apenas perceptible sobre una pantalla,
es el único nexo de unión de un futuro que ya es presente con un presente que
corre el peligro de ser cada día más pasado.
Las estadísticas sólo sirven para explicarse a sí mismas, pero,
probablemente, no es ocioso creer que el estancamiento de cifras de ejemplares
de prensa vendidos y el número de publicaciones hoy existentes en el mundo
occidental tiene que ver con el desarrollo de esa otra forma de leer pe22 29
riódicos. Redondeando cifras, de algo más de 1.500 publicaciones diarias en los
países de la Unión Europea que existían en 1995, hemos pasado a una pérdida
neta de unos 50 títulos, mientras que en Estados Unidos, de unas 5.500
publicaciones en idéntica fecha, ha bajado el total en algo menos de un
centenar. Paralelamente, la venta total de diarios en Europa y Estados Unidos es
sustancialmente la misma, a comienzos de 2001, que en 1995.
El currículo de la escuela
Sólo hace falta sustituir sociólogo por periodista, que ya hemos visto que
lo es en alguna forma sin necesidad de tener conciencia de ello, ideología por
puntos de vista o preferencias personales, y los otros por el mundo alrededor,
para que la cita sea tan impecable como implacable. La realidad puede que
exista o no, puede que seamos o no capaces de definir en qué consiste, pero lo
que sí es seguro es que ese conjunto magmático que se ofrece al periodista
integrado por ruidos, colores, ráfagas de luz, partículas de polvo, radiaciones en
suspensión y hasta sentimientos que se cortan con un cuchillo de los de matar
es irreproducible, irreconstruible, no extrapolable; y no sólo, a causa de las
obvias dificultades que presenta su comprensión, por la existencia de variados y
muchas veces contradictorios puntos de vista hasta para mirar un cuadro, como
subrayaba un gran decano de la prensa italiana, Eugenio Scalfari, en una lección
inaugural del curso de la Escuela, sino porque lo que ocurre }ahí afuera} y lo
que ocurre }aquí adentro} no tienen ninguna relación entre sí que permita la
transcripción de un medio a otro.
La primera pregunta que hay que hacerse es la del porqué de los géneros.
¿Es inevitable que existan?, y, por tanto, ¿qué nos perdemos si no procedemos a
su previa codificación? La respuesta es que seguramente no nos perdemos nada
irreparable, y que el periodismo es perfectamente capaz de existir sin necesidad
de que nadie se pare a determinar en qué está escribiendo, como aquel que
decía de alguien que hablaba en prosa y no lo sabía. Eso no significa, sin
embargo, que no sea interesante establecer un mapa previo de lo que llamamos
la realidad, de todo aquello que es posible enfocar a priori como asunto
periodístico, con unos determinados objetivos e instrumentos de trabajo, de
forma que todos los quehaceres informativos se puedan enfocar desde un
ángulo teórico previo.
Todo ello significa que para redactar un texto en género seco no podremos
escribir "la multitud corre despavorida", porque no es posible ver la condición de
"pavor". Diferentemente, para cumplir las exigencias de este género, habrá que
escribir, por ejemplo, que "la multitud corrió en todas direcciones"; es posible
que añadamos "gritando", o, en todo caso, de forma que la descripción del
comportamiento de la multitud se lleve a cabo sin una valoración que vaya más
allá de lo físico, de lo que se está viendo y oyendo. Como vemos, todo ello es
algo más complejo que aquello de "escribir sin adjetivos", como si fuera posible
describir nada sin recurrir al adjetivo.
Este género seco es el habitualmente utilizado por las agencias en los cables
que no aparecen firmados. ¿Por qué gran parte del material que distribuyen las
agencias está redactado en ese estilo deliberadamente átono? Porque no es un
material exclusivo, porque se suministra a un gran número de publicaciones
abonadas, que, por ello, puede darse el caso de que publiquen la misma o
virtualmente la misma información sobre un hecho o acontecimiento
determinado.
Veamos en la prensa española del 2000 y del 2001 cómo son de secas las
informaciones que, según nuestro canon, deberían indiscutiblemente serlo.
Tomado de un diario español, y firmado sólo por agencia:
Más preocupante, a largo plazo, es que los sondeos de opinión muestran que
la mayoría de los jóvenes quebequeses no están tan interesados en el
separatismo como las viejas generaciones, ni comparten la opinión de que un
solo Quebec independiente puede garantizar la supervivencia de su cultura en
un mundo predominantemente anglófono.
Hay quien dice, con el grado justo de hipérbole, que el }breve} es el }género}
esencial del periodismo; no es un género según nuestro canon, pero sí puede
verse como el comienzo de todas las cosas; también hay quien dice que el que
sabe hacer un }breve}, sabe hacerlo casi todo. Puede que hasta sea verdad. Y,
en cualquier caso, el género seco, que se ha sucintamente descrito, va a
expresarse de manera esencial y directa en forma, precisamente, de }breve}.
Pero, antes de que miremos al microscopio a ese humilde soldado de infantería
con que amueblamos los periódicos, son necesarias algunas reflexiones
generales.
Todas las informaciones, cualquiera que sea su extensión, han de entenderse
como unitarias, como una totalidad, lo que en esta Escuela yo llamo la }
completud}. El hecho de que una información sea minúscula en extensión, no
significa que pueda permitirse el lujo de ser parcial; al contrario, ha 39 63 de
ser siempre completa; lo que ha de ocurrir para que una información sea igual
de completa tanto si es larga como cortísima, es que, según los casos, varíe la
perspectiva y con ello la distancia del que narra la historia con respecto al objeto
de la información.
Tomemos un ejemplo. Un astronauta curioso deambula por el espacio, y desde
no sabemos cuántas órbitas tiene que describir el globo de la tierra, que no ha
visitado nunca anteriormente. A esa fenomenal distancia distinguirá únicamente
una forma más o menos esférica, algunos colores en la superficie del objeto,
quizá partes sólidas, otras menos densas, protuberancias diversas en la piel de
la cosa.
De lo que ve a esa lejanía elegirá tres o cuatro características, tan de bulto
como esenciales, y redactará para el diario de a bordo una información,
presumiblemente de género seco, porque no conviene pasarse con tan parca
observación como materia prima.
Anticipemos que eso será un }breve}.
Si el navegante del espacio se aproxima a una distancia ya
sólo estratosférica del objeto y gira en torno al mismo, distinguirá muchas más
cosas, como el achatamiento del globo por los polos; el color azul o verde de
una superficie que parece rodear una serie de grandes o pequeñas parcelas de
color castaño, que serán islas; también verá cómo las protuberancias pueden
ser muy extensas y picudas, con puntas que se destacan aisladamente; y con
esos nuevos materiales podrá hacer una descripción de mayor extensión, que
incluirá todo lo ya conocido en la primera aproximación, y que podrá ser, quizá,
un texto de una columna. Si seguirá o no componiendo su información en
género seco o en alguno de los subsiguientes, que apenas hemos puesto en el
mapa, no es ahora cuestión relevante, puesto que ya volveremos sobre el
particular.
En una tercera toma de temperatura, el piloto se encuentra ya colgado a la
altura de vuelo de avión sobre aquella realidad sólida, de la que percibirá o
atravesará barreras diversas de agua condensada, que sabrá o no que se lla40
65 man nubes, apreciará concentraciones de habitáculos, que son las ciudades,
detallará formas serpenteantes de la misma materia que rodea los continentes,
curiosamente próximas a los abarrotamientos urbanos, que, según su
experiencia previa, quizá ya sabe que son los ríos. Todo parece indicar que el
astronauta podrá ya componer un texto de alguna extensión, quizá ya en
formato de crónica de media o más de media página.
Y si tanto baja como para poner pie en aquel apasionante mundo, comprobará
la existencia de seres humanos como él mismo, con los que es posible que
entable conversación. Aquel mundo habla, y con esos materiales el astronauta
podrá llenar periódicos enteros de lo que deberán ser ya crónicas y reportajes,
amén de análisis y entrevistas. Pero, volvamos a la astral perspectiva de los }
breves}.
El narrador describirá en primer lugar el planeta tierra ateniéndose al número
de características que le parezcan esenciales, que en cada momento perciba. En
esa instancia, la tierra será rotunda, escasa, indiscutible, siempre tajante, y esa
información, ese }breve}, será tan completo y unitario como cualquiera de las
visiones correspondientes a las instancias siguientes, aunque sean éstas mucho
más detalladas. Por eso, no hay }breves} cortos ni largos, más o menos
completos, sino de la extensión adecuada, 10 o 12 líneas de composición, según
el consenso más extendido entre los profesionales, que deberán servir para
contar la totalidad, la }completud} de una historia, y no sólo, como se oye decir
en las redacciones, lo que "nos ha cabido de ella". El porqué de esa }
completud} podemos examinarlo desde otro ángulo, que aquí se denomina la
Teoría del Marciano.
Imaginemos un marciano que desembarca en la tierra con un perfecto
conocimiento de los idiomas del planeta, más los conocimientos medio-altos
sobre historia, política, economía, etcétera que correspondieran a una persona
razonablemente informada de nuestro mundo, pero que no hubiera leído jamás
un periódico terrícola. Ese 41 67 lector novísimo tendría derecho, con su nivel
de estudios e información, a entender absolutamente todo lo que leyera en un
diario terrícola; es decir, sobrentendidos, abstenerse; solamente los que están
implícitos en el texto, y, como veremos, ni uno más.
Nuestro lector es también el marciano del cuento, puesto que no tiene ninguna
obligación de habernos leído el día anterior, ni ningún otro día, y, sin embargo, sí
tiene el derecho, por el precio que sea (en España, 150 pesetas, los laborables,
a comienzos de 2001), de que se nos entienda todo lo que publicamos. Ello
plantea la exigencia, no ya sólo en los }breves}, sino en cualquier pieza
periodística, de hacer de cada elemento informativo del texto una unidad en sí
misma. Así escribiremos: "José María Aznar, presidente del Gobierno", etcétera,
aunque Aznar sea, en el cambio de siglo, el más conocido de los personajes de
la política española. Pero eso se hará solamente la primera vez que se lo
mencione, con lo que ya quedará suficientemente protegido de la incomprensión
del lector.
Nada debe darse gratuitamente por sobrentendido, ni recurrir a ese alegato aún
tan frecuente en las redacciones del estilo de: "Pero, si esto ya lo contamos cada
día".
Veamos, a la luz de todo lo anterior, un }breve} aparecido en un periódico
español, con sus instrucciones de uso.
porque los periódicos, escritos en el género que sea, están pensados para contar
lo que sucede, no lo que no sucede, quién o qué se ha impuesto, no quién o qué
no se ha impuesto, lo que no significa que no pueda haber excepciones, cuando,
realmente, la sorpresa, la noticia, consista en lo que no ha ocurrido, como en:
El mes sagrado musulmán del Ramadán, que comenzó en Argelia con relativa
tranquilidad el pasado 27 de noviembre, terminó ayer con un trágico resultado
de 250 muertos a causa de la violencia integrista.
Los miembros del Grupo Islámico Armado (GIA) y los de la organización rival
Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) [...].
(cuyas siglas coinciden con las originales, porque la titulación de esas bandas se
difunde en francés, y el Imperio romano dispuso que los idiomas español y
francés se parecieran tantísimo).
Diferentemente, completaremos el primer párrafo escribiendo:
50 89
Abarcando, por fin, todo el texto publicado, veremos que en mayor o menor
medida los párrafos segundo, tercero, quinto y sexto hacen un
desmenuzamiento de acciones terroristas, y que los párrafos séptimo y octavo
(y último), constituyen una especie de comentario político-moral sobre todo lo
anterior.
Creo, sin embargo, que todos esos párrafos podrían amalgamarse en uno solo,
el del relato de los hechos violentos, comenzando con el más horrible de ellos.
51 91
[...] dimisión del jefe de Estado, a quien hacen responsable del fracaso de su
política de perdón y concordia hacia los islamistas integristas.
55 95
)Nota del Transcriptor: En la página 56 del original tinta, aparece una página de
periódico con un texto, en donde hay partes subrayadas, las cuales se pondrán
entre bastardillas:( 56 97
Parlamento en Kosovo
56 103
El título:
El tiempo de la acción
estamos expresando algo mucho más cercano al tiempo inmediato del lector
que si escribimos:
pero en este caso las distancias temporales están mucho menos claras, ya que
utilizamos dos pasados, uno supuestamente más alejado que el otro, pero no
porque el indefinido tenga que ser más próximo que el pluscuamperfecto, sino,
simplemente, porque en el sentido de la frase se presupone que es así, al
preceder uno al otro. Es mucho más limpio, por tanto, afincar en el presente la
acción inmediata y remitir a un pasado (la convención o el uso ha hecho que sea
el pluscuamperfecto "había desoído", el tiempo que se prefiere en España) una
segunda distancia temporal mayor que la 58 107 primera, en la que el líder
palestino se había negado a actuar como se le pedía.
Sólo hay un supuesto estándar en el que es de rigor utilizar el pretérito
indefinido u otra de las formas del pasado, que es cuando, efectivamente, la
acción se sitúe en un tiempo más o menos distante, pero de la que se informe o
se tenga conocimiento en el presente. Titularemos así cuando anunciemos, por
ejemplo, que:
O bien:
Jason Robards murió a los 78 años tras una larga lucha contra la enfermedad
I
Nada impediría, sin embargo, que el segundo marido de Lauren Bacall hubiera
muerto en presente de indicativo.
Con las dos bases de poder aseguradas -la yugoslava en las elecciones de
septiembre y la de Serbia el pasado fin de semana- la coalición de 18 partidos
Oposición Democrática de Serbia (DOS), del presidente Vojislav Kostunica ha
comenzado a actuar con rapidez.
No vamos a recorrer el resto del texto que, desde el punto de vista informativo,
es correcto, y está ya suficientemente bien explicado, sino subrayar que
exactamente el mismo efecto, el mismo volumen de información relevante con
idéntico significado, se podría haber dado cumpliendo el canon de lo seco, a
condición de buscar las declaraciones correspondientes de los protagonistas, las
citas relevantes de lo dicho o hecho en esos días que equivalieran a lo que ahí
está romanceado. Todo en último término se reduce a una técnica, porque el
mundo entero ha dicho casi todo en uno u otro momento, y casi cualquier
posición es defendible buscando las fuentes correspondientes.
Un profesor de historia que tuve hace muchos años decía que buscando lo 64
119 suficiente se podían hallar fuentes hasta para convertir a san Francisco de
Asís en marxista-leninista. ?Significa eso que siempre es posible hacer trampa y
llevar la historia por donde queramos? Si en medio de un tráfago de
declaraciones sobre las relaciones entre Rusia y Estados Unidos el presidente
Putin dice que "hay que mitigar la tensión", aunque esta declaración desempeñe
un papel muy menor en su panoplia de intenciones, el hecho de que la
incluyamos con relieve en la información que fabriquemos -sea del género que
fuere- hará que -en la comunicación de que es vehículo el periódico- hayamos
"mitigado la tensión", aunque eso no tenga nada que ver con la situación que
pueda darse entre Moscú y Washington.
Todo es técnica y, si así lo vemos, también trampa, porque haremos decir a la
información lo que queramos que diga; lo que ocurre es que no queremos que
diga nada en nuestro beneficio, ni para satisfacer nuestro gusto particular; al
revés, nuestro único objetivo, la única trampa técnica que debemos permitirnos,
es la necesaria para contar aquello que creemos -otra vez el }fair play}, la
neutralidad- que da la visión más amplia, más completa, más incisiva, más clara,
etcétera de aquello que queremos transmitir. O sea que la técnica es una
trampa de la que nos servimos, sin embargo, para no hacer trampas en la
versión que demos de lo que, quizá, ha ocurrido.
Tomemos, por último, como ejemplo de lo anterior el párrafo final del texto
comentado.
Mal. Por supuesto que hay reacciones. Hay reacciones siempre. Nos pasamos la
vida reaccionando. Hemos de contar las cosas, no contar que vamos a contar las
cosas. Si titulamos "Reacciones" contra lo que sea, estamos dando pre-noticias,
porque la noticia no es que haya reacciones, sino en qué consisten esas
reacciones. Por lo tanto, busquemos qué es lo que re-
cubre la alusión, dónde está lo que ha ocurrido, y no tan sólo lo que
nominalmente se ha hecho: reaccionar, porque ha ocurrido algo; no podemos
conformarnos con aludir en lugar de nombrar o describir. Si decimos, por
ejemplo, que "la industria farmacéutica rechaza el medicamentazo", o que las
organizaciones de consumidores presentarán recurso ante quien sea, ya
estaremos contando en qué consiste la reacción, que es la noticia.
Sigamos.
I
"Ciertos" medicamentos no quiere decir nada; si se han excluido 894, pues hay
que poner 894; o si se ha excluido una serie identificable de ellos como
analgésicos, ansiolíticos, antiblenorrágicos, o si cabe caracterizarlos por su bajo
costo o por lo contrario, así hay que hacerlo constar. Siempre hay que precisar.
En vez de "ha provocado", "provocó ayer"; que esto se convierta ya en una
reacción automática del que redacta una información: todo ocurrió en algún
momento y así hay que decirlo, con su tiempo estándar, que es el pretérito
indefinido. En "provocó ayer el rechazo de partidos políticos", podemos
comernos lo de "políticos", porque los partidos no van a ser judiciales o de
fútbol, y dejar el resto tal cual.
68 127
?Es posible que todavía quede alguien que dude, después de esa lista
interminable de presuntos damnificados por la medida? ?Quiénes son esos
"otros"? Le pasa lo mismo que a "ciertos". Si la mayoría coincide en cargarse el
medicamentazo, ?quiénes son los que no lo hacen? Cuando al término de un
párrafo, y todos los párrafos han de ser unidades informativas que respondan a
las preguntas que ellas mismas han suscitado -recordemos la }completud}- nos
vemos asaltados como aquí por esta retahíla de interrogantes, quiere decir que
se ha hecho fatal. Se ha redactado un párrafo en el que lo que abundan son los
cabos sueltos, uno de los peores enemigos del periodista. No creemos
expectativas que no podamos satisfacer y seamos capaces de satisfacer todas
las que exige la comprensión del texto. Eso es no dejar cabos sueltos.
Según avanzamos en la narración, con decir "la medida" habría bastado,
porque lo del medicamentazo ya estaba suficientemente acreditado. Hay que
ver que estamos metidos ya en esta información desde hace unas cuantas lí-
neas, ya sabemos de qué estamos tratando y, por tanto, el viaje que iniciamos
con, pongamos, 300 palabras para contar una historia, está ya lo bastante
avanzado como para que hayamos gastado, quizá, 100, con lo que ya sólo
tenemos unas 200, y no nos queda ningún medicamentazo por gastar.
Hemos creado unos puntos de apoyo, que nos permiten usar cada vez menos
palabras para expresar lo que queremos. Vamos cada vez más ligeros de
equipaje, como aquel cantante, hacia el fin de la información.
Para concluir con el párrafo, digamos que ese, "es decir", carece de todo valor
informativo. Le pasa lo mis69 129 mo, sólo que peor, que al "reacciones" del
título; es un "decir" que no dice nada. Ése es el caso de tantas otras expresiones
que si en el habla están justificadas porque nos dan tiempo para pensar, para
hilar la frase siguiente, en lo escrito no tienen excusa porque ni quitan ni ponen
rey y, además, nos hacen perder el tiempo, como ocurre con "de hecho" (del
inglés, in fact), que no recuerdo ni un solo caso en que el texto haya sufrido lo
más mínimo al suprimirlo. Y lo mismo cabe afirmar de "actual" o "actualmente",
que suelen estar de más porque lo que contamos, si no ocurre "en la
actualidad", ya lo haremos constar, de forma que cuando no hagamos constar
ninguna circunstancia temporal es que lo que sea está ocurriendo
"actualmente". No escribamos "fulano de tal que actualmente tiene 46 años",
sino "fulano de tal, de 46 años", o aún mejor, "fulano de tal, 46 años". Y el año
pasado, 45.
No es nada conveniente comenzar frase, y no digamos párrafo, con adverbios,
preposiciones, }no obstantes} y }emperos}, que, además de cursis, casi no
aportan información cuando están emplazados en cualquier punto del texto,
pero si encima inauguramos con ellos la unidad o bloque informativo no
haremos sino retrasar, anteponiendo elementos de escasísima carga de sentido,
el momento de empezar a contar lo que de verdad queremos contar. El }
noobstantismo} es un falso amigo del periodismo. Por ello, los "según la policía,
o quien corresponda, que queden siempre para el final de la frase.
En vez de "Según la policía el asesino era capitán general", escribamos "El
asesino era capitán general, según la policía".
139
Ii
El trayecto de la crónica
De lo duro y de lo blando
85 27
La crónica, ?cómo y para qué?
86 29
Hallado con vida uno de los cinco esquiadores de fondo que se perdieron el
sábado en Girona
Nada hay que diferencie a este texto de una información seca, salvo la mínima
alusión a que 200 metros pueden ser "escasos", y otra escapada hacia el terreno
de la valoración en el tercer párrafo de la primera columna, donde leemos:
A eso se reducen los momentos interpretativos del texto, pese a lo que cabe
argumentar que nos hallamos ante una verdadera crónica, muy ilustrativa,
además, de la enorme latitud que puede haber en el grado de personalización
con que se trabaje entre diferentes marchamos del género.
El resto es tan seco como húmeda era la nieve que sepultó a los infortunados
montañeros. Pero encontramos también aquí los elementos propios de la crónica
en la multiplicidad de escenarios: excursionistas y esquiadores en puntos
geográficos distintos del Pirineo, y de fuentes, bomberos, Generalitat de
Catalunya, y los propios municipios afectados. Con todo ello, el autor ha
construido una crónica, en la que lo que podemos echar en falta es la presencia
directa, muchas veces imposible por multitud de razones prácticas, pero en la
que lo que se cuenta no es una adición de sucesos trágicos, sino la historia de
una tormenta única, de una gran conmoción material que se desarrolla en un
extenso
frente geográfico. No por ello, desde luego, nos hallamos menos ante una
crónica de mínimos. Pero sigamos para comprobar cómo se va de menos a más
personalización, sin que tal cosa im88 33 plique censura sino exposición de
una gama de posibilidades en la utilización del género.
Ese mismo día se publicaba en }El País} una crónica sobre el descubrimiento
de los mortales planes de ETA en la capital sevillana.
También nos hallamos aquí ante una información a cuatro columnas, página
par, foto en cabecera de página, entradilla en tres bloques de media falsa, 11
párrafos, ningún ladillo lo que revela algún descuido, y 135 líneas, más un
añadido, o pieza independiente, que en la germanía del periódico llamamos }
despiece}, y sobre cuya naturaleza se hablará más adelante.
El título:
La policía sospecha que el coche bomba que ETA dejó en Sevilla buscaba
matar a los artificieros
Ii
Los Tedax tardaron cuatro horas en desactivar el artefacto con 100 kilos de
dinamita
90 35
Ii
The Washington Post Barak and Arafat Set for Peace Talks Both Sides Press for
Position Before Key meeting in Egypt
nos dan la medida de una titulación que va más allá de lo lineal, en consonancia
con el carácter panorámico e interpretativo del género crónica; ésta admite, por
tanto, al igual que la linealidad, un cierto grado de aproximación interpretativa a
los hechos.
Un título puramente lineal nos habría remitido probablemente
a:
Aparte de que los dos son antiguos generales, hay otra característica común
que caracteriza hoy a Ehud Barak y Ariel Sharon, candidatos al cargo de primer
ministro de Israel: su falta de legitimidad a ojos del rival. El primero care101
55 cería, según el Likud, de todo derecho a negociar con los palestinos, y el
segundo, para los laboristas, no debería ni presentarse como candidato a causa
de su responsabilidad en la guerra del Líbano.
Ii
Al tiempo que los musulmanes celebraban en todo el mundo Eid al Fitr, que
marca el fin del mes más santo del Islam, los doctores de la ley pedían a los
fieles que enviaran sus }zakat} (limosnas) a los palestinos.
Sólo una crónica podía dar cuenta con semejante precisión de este tipo de
necesidad informativa.
Ii
Ii
El artículo no es un análisis
La excursión al editorial
Sobre el editorial, por alusiones, hay que decir que es un artículo del que se
hace responsable el periódico, razón por la cual no aparece firmado, y se aparca
en zonas bien diferenciadas de la publicación. Esto no es exactamente así en
todo nuestro entorno, puesto que la tradición en la prensa francesa es la del
editorial firmado, del que puede o no responsabilizarse el propio director, pero
que, en cualquier caso, expresa, también, el punto de vista de la publicación. En
el mundo anglosajón, sin embargo, la práctica ha sido siempre la del anonimato
editorial. Los modos, sin embargo, están cambiando puesto que }Le Monde},
que dirige JeanMarie Colombani, -el gran reformador en los últimos años de la
publicación, cuyo trabajo es una magnífica reinvención del veterano título
francés- ha introducido recientemente la práctica de los editoriales anónimos,
que sólo van tácitamente firmados por el periódico.
En relación a qué cosa puede ser eso del editorial, se ha sentido en este
manual la tentación de incluirlo en la nómina de los géneros, como uno más,
específicamente el último del recorrido, puesto que en el mismo se da el grado
máximo imaginable de personalización, donde el autor, el periódico en funciones
de oráculo y a veces de esfinge, ostenta la propiedad absoluta del material,
puesto que puede escribir lo que le dé la gana; pero, de nuevo, nos hallamos,
como en el caso del artículo, más allá del campo de lo preceptivo.
El editorial no es más que un análisis que va más allá del intento de desvelar
por qué pasan las cosas que pasan, para comunicar al lector lo que está bien y
lo que está mal, aquello a lo que se opone o apoya la publica111 73 ción. Eso
parece que hace al editorial más compacto, normalmente con menor capacidad
de riesgo que el análisis; el editorial tendrá que demostrar capacidades
analíticas, información en ocasiones privilegiada, familiaridad con el asunto,
todas ellas características indispensables del análisis, pero en último término
deberá justificarse por una opinión, sagrada y abs-
trusa palabra que lo puede todo y a la que se le permite todo. Esa opinión, por
otra parte, no emanará de una persona, como en el análisis, sino de un colectivo
intelectual que tendrá que expresar un sentimiento más central y con menos
aristas que lo que aparezca firmado individualmente. Los editoriales que tratan
de un mismo asunto, y, fundamentalmente, cuando éste se prolonga en el
tiempo -el aborto, el terrorismo de ETA- deben mantener una coherencia que
sostenga la línea del periódico.
Visto todo lo anterior, este manual se ratifica, en cualquier caso, en que no
estamos ante un género, sino un mero avatar del análisis, aunque con
personalidad propia.
Las condiciones están servidas para que estalle un nuevo conflicto armado en
el sur de los Balcanes.
Y la primera de ellas es el salvajismo y la crueldad de la policía, el cuerpo más
cuidado del presidente Milosevic, que, para responder a algunos atentados de
grupos radicales de Kosovo, ha arrasado a sangre y fuego varios pueblos,
causando más de 200 muertos, con un alto porcentaje de niños y mujeres.
En tanto que el resto del párrafo enumera esas condiciones. El autor establece
de salida un punto de vista sobre un material informativo ya conocido, de forma
que el enunciado de hechos se limita a lo necesario para que haya una }
percha}, como se dice en la jerga profesional, relacionada con la actualidad,
aunque esto último no es imprescindible, ya que se puede hacer un análisis de
sucesos alejados en el tiempo insuficientemente esclarecidos. Pero lo que tiene
que hacer ahora el autor es justificar esa declaración.
En el texto, que tiene ocho párrafos, 125 líneas -extensión también estándar en
un periódico de este formato- y unas 700 palabras, el autor 113 77 dedica los
párrafos segundo, tercero y cuarto, al desarrollo argumentativo de por qué
Kosovo, cómo en Kosovo, y quién en Kosovo, o sea, la geopolítica, las
circunstancias sobre el terreno y el carácter de los protagonistas.
El párrafo quinto, en cambio, abre un haz de perspectivas a partir de la situación
interpretada:
Ii
Pero hay dos problemas que revisten una urgencia inmediata: que Serbia
cese en su represión y retire su policía; que Milosevic acepte la comisión de
conciliación que encabeza Felipe González [...].
114 79
116 81
Ii
Y sumario:
Israeli concessions raised hopes
of a deal but Palestinians are wo118 85 rried by lingering ambiguities [Las
concesiones israelíes hacían esperar un acuerdo, pero los palestinos recelan de
ambigüedades no disipadas]
Las perspectivas de un acuerdo final entre Israel y los palestinos antes de que
el presidente norteamericano Bill Clinton concluya su mandato este mes, parecía
depender ayer de que se superara el escepticismo palestino.
Shlomo Ben Ami, ministro de asuntos exteriores israelí, dijo, sin embargo,
ayer, que el regreso de un gran número de refugiados pales119 87 tinos a lo
que hoy es Israel era totalmente inaceptable.
The next few weeks [...]. [Las próximas semanas es probable que haya más
aproximaciones al abismo, más filtraciones y a falta de un acuerdo, más
violencia [...]. Clinton es el amortiguador entre Barak y Arafat y Arafat quiere
librarse de él.
Barak está acorralado y Arafat quiere exprimirle al máximo].
Creo que este análisis revela uno de los problemas que plantea operar desde
una atalaya mundial, como le ocurre a cualquier gran periódico norteamericano,
que es el de que la política exterior de la potencia hegemónica mundial se halla
mezclada en todos los casos de algún interés planetario.
Un analista que trabaje en inglés, y más aún si es norteamericano, tendrá una
ventaja de salida con respecto al que se mueva en cualquier otro ámbito
cultural; sin hacer el esfuerzo de escarbar en culturas ajenas, el flujo de
información que transitará por su ámbito será mayor que el de sus pares en el
extranjero, pero, al mismo tiempo, la tendencia a asumir los intereses políticos
de su país podrán llegar a colorear excesivamente su texto. La
paradoja radica en que el observador de una nación menor, aunque esté,
normalmente, peor informado, puede, sin embargo, arrojar una mirada mucho
más desapasionada al mundo que le rodea.
Con el análisis, el periodista puede, al igual que en los géneros hasta ahora
visitados, decir todo lo que quiera, directa o indirectamente, sin más limitación
expresiva que unas convenciones técnicas, que se doblegarán siempre a
nuestro superior criterio; que eso no degenere en pura y simple 124 97
manipulación, sólo dependerá del periodista que no querrá que las cosas sean
de una determinada manera, sino que buscará la manera necesaria para que la
representación sea la que da mejor sentido a las cosas.
Dentro del vasto mundo del análisis, primo menor de la crónica, habita también
el perfil. Si el análisis es una tentativa de dar explicaciones al vasto y abstracto
mundo de las cosas, el perfil, como en una reducción del angular informativo, se
enfoca, en principio, sólo sobre un personaje.
Igual que en el caso del análisis, este subgénero trabajará sobre una }percha},
un acontecimiento de actualidad, lo que lo emparenta también con la crónica.
Aunque muchos perfiles se hacen sobre recortes de archivo, lo que los
convierte en una biografía más o menos inteligentemente comentada, ésta
debería ser una labor de especialista, puesto que hay una diferencia muy grande
entre hacer un perfil habiendo visto y oído al personaje -haberlo entrevistado,
por ejemplo- y trabajar desde el anonimato.
El periodista, al igual que en la crónica, se servirá de todos los recursos
informativos: contexto, experiencia personal, archivo, opiniones de quienes
conozcan al sujeto; pero, la diferencia decisiva la dará su conocimiento directo
del personaje, cuyo lenguaje corporal puede ser tan importante como sus
declaraciones para la posteridad.
De nuevo, el }yo} del autor parecerá aquí irrelevante, salvo que éste pueda
aportar una vivencia singular y personal que consienta más que exija la primera
persona. García Márquez puede hacer un perfil de Fidel Castro en primera
persona, pero el común de los mortales es mejor que se abstenga. En ese
mismo sentido, también parecería que los perfiles asimilan mal opiniones o
interpretaciones demasiado concluyentes, salvo, de nuevo, si es como
consecuencia de una viven125 99 cia muy directa, de la que uno puede
responder con su firma.
La prensa anglosajona es una gran cultivadora del perfil, de igual forma que la
literatura inglesa es muy dada al género biográfico, o al de viajes que sería el
perfil de una geografía o de una sociedad. Comparativamente, en cambio, el
mundo latino no está tanto en esa tesitura.
Un arranque modélico de esta capacidad de encarnar en una descripción
física todo un tipo humano la hallamos en esta pieza del }Financial Times} del 4
de enero de 2001, a cinco columnas, 15 párrafos, 245 líneas, y unas 1.250
palabras -bastante largo para los estándares españoles-.
Título:
Y sumario:
Cuando las mujeres rusas votaron al presidente Putin el hombre más sexy de
Rusia, sus razones eran tan simples como reveladoras. Según una de las
votantes: "No bebe, no fuma, hace deporte, quiere a su mujer y a sus hijos. ?
Qué más se puede pedir?". Y otra: "Me da miedo. O sea que me conviene".
Ahí está, en esas pocas palabras, la esencia de la extraordinaria aceptación
de Putin entre la opinión pública rusa, al año exacto de su mandato, tras la
sorprendente dimisión de Boris Yeltsin. A los extranjeros puede parecerles
siniestro y enigmático, pero a los rusos Putin les resulta de una sangre fría que
llega a lo carismático, y gana puntos por momentos.
127 101
Tras esta presentación, que es como las cartas credenciales del personaje, el
periodista, Robert Cottrell, hace la debida marcha atrás y rememora la llegada al
poder de Putin, los resultados electorales de marzo de 2000, etcétera, para
hacer el recorrido, primero, de ese año en el poder, y sólo a partir del cuarto
párrafo, comenzar su biografía cuando aún no era un hombre público. Estructura
clásica, y válida tanto para la crónica como para el género seco: comenzar por lo
inmediato, para, luego, retroceder en el tiempo hasta un comienzo más
cronológico de la historia.
La parte central del perfil, tras el apunte biográfico }stricto sensu}, es una
especulación perspectivista; con todo aquello que cabe esperar del presidente
ruso en su tarea reconstructora del Estado, para terminar con los problemas y
los activos con que cuenta, una Duma, unos tribunales de Justicia y unos medios
de comunicación, globalmente favorables. Toda la pieza está concebida con la
extrema prudencia con la que hay que hablar de un personaje claramente en
construcción -como subraya la fotografía elegida para el reportaje: un busto de
Putin, ni siquiera terminado- y el cierre se ajusta también a todo lo que se ha
reseñado sobre lo mucho que cunden los futuribles.
Todo ello le da al señor Putin un interés muy grande en hacer que el Estado
funcione. Si tiene éxito, todos, en principio, lo celebrarán. En la práctica, todo
dependerá de qué clase de gobernante vaya a ser, dado el tiempo y los recursos
con que cuenta. Rusia no sabe todavía si ha elegido a un primo carnal de Tony
Blair, o al hombre del KGB.
En }El País} del 5 de marzo de 1998 apareció un perfil cuya técnica apenas es
distinta de la del caso anterior, firmada por un servidor sobre el entonces jefe de
Gobierno de Israel, Benjamín Netanyahu. Se trata también de establecer el perfil
de un 128 103 personaje, que a sí mismo, según el autor, se ve en términos
fuertemente históricos.
Título:
Entradilla:
Ii
El líder ultra israelí, entre dos modelos históricos, que fueron decisivos en
tiempos críticos de sus respectivos países, como espejos en los que le gustaría
mirarse. De entre las dos aparentes posibilidades -el que se hace (De Gaulle) y
el que nace (Churchill)- Netanyahu correspondería más bien al primer grupo, si
bien "le ha debido costar bastante"; ?quizá es que no se ha salido muy bien a sí
mismo? El perfil juega con aproximaciones, ironías, tanteos. El autor utiliza
repetidamente en el texto las palabras de De Gaulle para ver cómo Netanyahu
se ha hecho a sí mismo (o así mismo) enfrentado a una sucesión de }
circunstancias}, como estructura o columna vertebral de la pieza. No puede
haber veredicto inapelable, y el periodista concluye en el mismo tono de
prospectiva del perfil precedente.
Su devastada Némesis, Simon Peres dijo en una ocasión: _"La elección para
un político consiste en optar entre ser una estrella o un héroe. Si quiere ser lo
primero, 130 105 pide un sondeo para averiguar qué tiene que hacer; si lo
segundo, ha de correr riesgos_". Benjamín Netanyahu parece llamado al
estrellato".
La gráfica posible en forma de línea recta de la estructura posible del análisis
sería:
1) Declaración o propuesta sobre el personaje.
2) Percha de actualidad.
3) Apunte biográfico.
4) Demostración de la propuesta.
5) Final prospectivo.
El perfil-investigación
His life after 300 deaths [Una vida más allá de 300 muertes]
Sumario:
(11) Mario Vargas Llosa, }La fiesta del chivo}, Alfaguara, 2000.
135 111
Capítulo Vi El out there comienza por la entrevista
Modelos de entrevista
Ii
Ii
Las buenas entrevistas piden un estudio previo del personaje, al que hay que
tratar de conocer lo mejor posible. Ello nos permitirá hacer no sólo preguntas
relevantes, sino establecer de salida las credenciales del entrevistador. No es lo
mismo acercarse a un alto representante del organismo
que sea y arrancar con la entrevista formal, aunque sea formulando preguntas
interesantes, o tratar al comienzo de la entrevista de demostrarle que
conocemos a fondo el }dossier}, que nos hemos molestado en leer, en
preguntar sobre su vida y su obra.
Cuando entrevistamos a primeros ministros o presidentes de países
extranjeros, circunstancia que se da mayormente cuando esos altos personajes
están a punto de visitar España, hay que partir de la base de que los 40 o 50
minutos que les robemos de su tiempo serán considerados por el interesado
como un peaje inevitable de su posición, en el mejor de los casos, y 143 129
una tortura imbécil, en el peor. Por ese motivo, establecer unas buenas cartas
credenciales es como decirle que ese tiempo de su vida no va a ser en vano,
que aspiramos a algo más que cumplir el expediente; en definitiva, que hemos
hecho los deberes antes de presentarnos ante su persona.
Es correcto fabricarse un cuestionario, llevar algo apuntado, quizá unas ideas,
pero no me parece recomendable agarrarse al mismo como si fuera un
salvavidas, porque todas las situaciones han de ser reconducibles; a un
determinado tipo de respuesta no tiene por qué seguirle la pregunta que se
lleva anotada, sino que puede evocar un camino probablemente diferente, una
repregunta, o hasta un replanteamiento instantáneo de la entrevista.
Y en la línea de que la entrevista es lo que escribimos, no lo que conversamos,
demos un paso más. Las preguntas que publicamos no tienen por qué ser
exactamente las que formulamos. Se ha dicho ya que los entrevistados suelen
tener la mala costumbre de contestar no sólo lo que les da la gana, sino cuando
les da la gana. Por ello, las preguntas son muchas veces sólo incitaciones al
personaje para que hable, y, en cualquier caso, el periodista no tiene ninguna
obligación de mantener aquellas cuestiones a las que no le han contestado lo
que preguntaba. Las preguntas se tienen que reconstruir una vez que el
periodista haya decidido qué respuestas le ha proporcionado el material sonoro
que proceda. A tales respuestas, tales preguntas.
Creo muy firmemente también que las entrevistas no son una justa de
gladiadores, en la que el periodista centra todo su esfuerzo en demostrar al
lector -al entrevistado sí que ha de demostrárselo- lo inteligente que es, lo
mucho que sabe del asunto, cómo acorrala al personaje y le obliga a confesar
sus culpas; entre otras cosas, porque si le acorrala es seguro que no confesará
nada; las confesiones de verdad sólo se hacen inadvertidamente, cuando el
entrevistado se siente en equivocada confianza.
?Significa todo ello que hay que 144 131 engañar al entrevistado? Nada de
eso.
Ni engañarle, ni dar explicaciones innecesarias. Estamos allí para obtener un
material de calidad, y éste raramente se consigue yendo a favor del
entrevistado. Nadie está dispuesto, en principio, más que a contar aquello que le
favorece, que le presenta a la
mejor luz posible a los ojos de la opinión. Y, sin entrar ahora en la inútil polémica
sobre que los periódicos sólo dan malas noticias, cuando las hay buenas que
gustarían muchísimo al respetable, está claro que las noticias consisten en
aquello que nos oculta el interlocutor.
En esa misma tesitura, las preguntas -o lo que es válido para cualquier
formato, como todo lo anterior, pero mucho más directamente para
preguntarespuesta- han de ser lo más breves posible, como propias de un
médium que es el periodista, no un amigo o un igual del entrevistado que está
pasando un rato de charla con él; los periodistas entrevistadores no existen más
que de forma inducida, como agentes que desatan lenguas. A medida que
avanzamos en la entrevista -versión publicada- igual que ocurre en los géneros
seco y crónica, podremos emplear menos palabras en la formulación de las
cuestiones sucesivas, porque nos apoyaremos en los sobrentendidos que
hayamos ido creando con nuestras preguntas y con las respuestas obtenidas, de
forma que las primeras sean cada vez más breves. Habremos ido soltando lastre
para gastar nuestro capital simbólico de palabras de la manera más eficaz
posible.
133
Desfile de modelos
Iii
George W. Bush Presidente electo de Estados Unidos "Estoy listo para la
presidencia"
Las autoras, Judy Keen y Mimi Hall, sitúan en los tres primeros párrafos -la
entrevista tiene 22 párrafos, 308 líneas, y unas 1.750 palabras- al personaje en
el momento y en el lugar; y como no se sienten en la obligación de recoger
entre comillas todo lo que consideran digno de publicación, cuentan con su
propia voz lo que les parece oportuno de las declaraciones del presidente electo,
dando sólo paso a la literalidad cuando creen que es conveniente }oír} sin
intermediarios la voz de George W.
Bush. Y en vez de hacer preguntas buscan los momentos en los que la propia
narración dé pie a que el entonces presidente electo se explaye sobre ciertos
asuntos.
Iii
Y ofrece algunos detalles sobre sus nuevas prioridades: [...] "Es el plan que
presenté en mi campaña", afirma. "Creo que no sólo cumpliría los objetivos que
son reducir todas las tasas marginales [...]".
"Yo no estoy en lucha [...]", afirmó ayer en una larga entrevista concedida a }
El País}, José María Ruiz-Mateos, presidente de Rumasa hasta que la pasada
semana el grupo fuese expropiado por una decisión del Consejo de Ministros que
se materializó en un decretoley. Este hombre, que alguna vez se definió como
más empresario que banquero, que era un }outsider} en la comunidad
financiera española, aseguró una y otra vez, con gran vehemencia, que no tiene
miedo de ir a la cárcel porque cree en la justicia [...].
Y en un ejercicio inusual, para ese }dar fe} tan subrayado de lo que el autor
está viendo y oyendo, concluye la entradilla, haciendo una relación de todo
aquello a lo que el empresario no quiso responder. A mí que me registren.
[...] tiene un miedo casi patológico a que los fotógrafos de prensa, que
acampan a la puerta de su casa con potentes teleobjetivos, puedan localizarle.
Lo mismo ocurre con la presencia del magnetofón. La entrevista comienza con el
periodista usando papel y lápiz hasta convencerle de la necesidad de reproducir
fielmente su pensamiento, su estado de ánimo, su vehemencia. Tras la larga
conversación, Ruiz-Mateos parece más relajado. "Hablo con el corazón", dice, y
cada poco pregunta si le crees. Su capacidad de convencimiento es infinita:
cuando habla de Rumasa es un iluminado con pocas dudas sobre el modelo.
Despiece:
151 15
Iii
Karadzic ha recibido el primer tiro en la frente, pero nadie puede negar que
Santa Cruz está describiendo las cosas, tal como las ve y entiende. La
"naturalidad" que el autor ve en su interlocutor contrasta devastadoramente con
aquello de lo que Karadzic habla.
Las preguntas son, por su parte, de una brevedad reconfortante.
"?Está Vd. dispuesto (el Vd. me parece, sin embargo, innecesario, porque el
tratamiento ya está indicado por la persona del verbo) a hacer la paz?".
"?El plan para Bosnia del Grupo de Contacto (Rusia, EE'UU,
Francia, Alemania y Reino Unido) está descartado?".
"?Qué no es correcto en este plan?".
"?Se han impuesto una fecha límite para marchar contra estos enclaves?".
Obsérvese cómo casi cada pregunta se apoya en la anterior, lo que produ-
ce el consabido aligeramiento del texto; por ello, no necesitamos repetir hasta la
saciedad lo que ya está dicho: primero "Plan de Bosnia", a continuación sólo el
"plan". De otro lado, el texto está hecho de preguntas y repreguntas; a una
negativa de Karadzic a admitir que hayan bombardeado objetivos civiles,
apostilla Santa Cruz:
154 19
Iii
Qué quietas están las cosas y qué bien se está con ellas, por todas partes sus
manos con nuestras manos se encuentran
con su descripción de las cosas que }están}, que nos rodean, pero que
escasamente }pasan}, expresa versiones respetabilísimas del periodismo de
todos los días. Hallamos ahí excelentes posibilidades de crónica y de análisis, los
perfiles no faltan, aunque el género seco seguramente no le haría justicia. Pero
el }blanco móvil}, la historia de la cosa en movimiento, rebelándose contra sí
misma sin necesidad de preaviso, siempre morará en los dominios del gran
reportaje.
Al otro lado del espejo, de lo visual y de lo sonoro que será este reportaje de
escenario, hallamos el reportaje virtual, aquel que carece de una sede
geográfica determinada, en el que no hay, por tanto, elementos básicos de
visualización, y donde construiremos la historia unitaria -no simplemente una
estructura dotada de un hilo conductor como en la crónicaa partir de
declaraciones de personajes, testigos, contexto, etcétera. Y este tipo de
reportaje virtual se puede basar en hechos generalmente conocidos, sobre los
que, por tanto, no puede haber apropiación intelectual directa por parte del
autor, o en elementos de información que no sean del dominio público,
obtenidos por el periodista para construir sobre ellos un texto tan inédito como
el tipo de acontecimiento espontáneo que recoge el mejor reportaje de
escenario; en este último caso, nos hallaremos ante un reportaje virtual de
investigación, que puede ser un ejemplo de }blanco móvil} a tan justo título
como cualquier reportaje de escenario.
Si la naturaleza nos depara el gran material inesperado, el periodista es
también capaz de imitar a la naturaleza creando esa misma movilidad de los
hechos, que en vez de }ocurrir} se }encuentran} en algún lugar imaginado
antes que físico. Eso es lo que se llama en este sistema el reportaje (virtual) de
investigación.
Éste sería, según el plan anterior, un esquema de las
parcelaciones básicas del género.
División territorial: a) Reportaje de escenario. b) Reportaje virtual.
División temática: a) Reportaje de escenario estático. b) Reportaje escenario-
blanco móvil. c) Reportaje virtual sobre hechos conocidos. d) Reportaje virtual
de investigaciónblanco móvil.
Y, por añadidura, todas las combinaciones posibles de las categorías
anteriores, aunque lo normal será que se pueda establecer la presencia de un
elemento dominante, lo que nos servirá para la identificación del tipo de
reportaje de que se trate.
164 35
164 37
Texto de 37 párrafos, 412 líneas y casi 2.500 palabras, que practica una
fórmula efectista, pero de mucho abolengo: una voz parece que le habla
directamente al lector.
Los blancos móviles en estado puro son muy caros, con lo que hay que
conformarse con los que aún conserven los estertores del movimiento. Ignacio
Cembrero fue uno de los primeros periodistas occidentales en entrar en el 166
39 campo de refugiados palestinos de Chatila, en las afueras de Beirut, que,
junto al vecino de Sabra, fue arrasado por milicias cristianas ante la
contemplativa actitud del ejército israelí, su patrón en la guerra del Líbano, a
cuyo mando se hallaba Ariel Sharon.
En primera página de }El País}, 19 de septiembre de 1982, el periodista
publicaba con pase a páginas interiores, y en formato gráfico de crónica, lo que
era básicamente un reportaje del horror. Cembrero convoca 19 bloques o
unidades de información, para 219 líneas, y unas 1.000 palabras.
Titulación totalmente lineal, como corresponde a una crónica que arranca en la
primera página del periódico.
(Véase próximo capítulo).
Iii
Varios periodistas que efectuaban a primera hora de ayer una gira para visitar
las zonas de Beirut [...] descubrieron horrorizados en la entrada sur del
campamento de Chatila los cadáveres de 63 personas, en su mayoría mujeres y
niños, algunos recién nacidos, asesinados durante la noche.
Las caras de los cadáveres, ya en plena descomposición a causa del húmedo
calor beirutí, presentaban aún la expresión de horror de los momentos que
precedieron a su muerte.
Algunos niños estaban abrazados entre sí, un recién nacido mostraba signos
de haber sido degollado, varias mujeres no llevaban falda, y daba la impresión
de que habían sido violadas, antes de ser asesinadas.
167 41
El blanco no puede estar más inmóvil que la propia locomotora, pero éste es un
reportaje muy literario, con un escenario muy a mano, y, sobre todo, un gran
número de interlocutores.
El paisaje habitado por el hombre, que lo remoza tras el cataclismo de la guerra,
y vive días en los que tiene que reinventarse a sí mismo en el proceso de
reconstrucción de un pequeño país africano. El reportaje está po-
líticamente muy decantado a favor "del joven Estado", rozando en ocasiones la
propaganda, lo que me parece, pese a lo noble de la motivación, un poco
barato.
Con mayor distanciamiento aunque en un contexto también muy
personalizado, tenemos la llegada, por primera vez en la historia del régimen
comunista, de buques de línea de Taiwan a la China continental.
Enero de 2000, }Washington Post}, 36 párrafos, para sólo 190 líneas y unas
1.100 palabras.
Título básicamente lineal:
170 45
3 Taiwan Ships Arrive in China, Closing a 50-Year Gap [Tres buques de Taiwan
llegan a China poniendo fin a una ausencia de 50 años]
Primer párrafo:
Con su hijo de tres años a rastras, Huang Zicheng salió el martes a pasear por
un camino muy ventoso junto al agua, aquí en la costa sureste de China. Bajo
los cielos caliginosos podían divisarse perfectamente unas islas que pertenecían
a otro país, allá a la entrada del puerto. Cuando era niño, el señor Huang dijo,
nadie podía acercarse aquí por miedo a que hubiera guerra con Taiwan. "Era una
zona militar", dijo. "Les oíamos hacer fuego de artillería al otro lado".
Aparte de los molestos }dijo}, !qué gran principio para una novela de Pearl S.
Buck! En una de las fórmulas más clásicas de la prensa norteamericana, los
personajes encarnan, representan escenarios, situaciones, problemas. Una parte
de la historia de ese puerto chino, avanzada de Pekín ante el régimen
nacionalista de Taiwan, nos la contarán éste u otros personajes en un esfuerzo
por reconstruir una imagen de escenario estático, aquello que la prensa
occidental no pudo cubrir directamente porque no lo permitieron las autoridades
chinas.
Estamos en el lugar, pero más que los hechos noticiosos que ya se han
producido, encontramos a los interlocutores que nos permiten revivir la escena.
Y un blanco hieráticamente inmóvil, pero donde hay una buena pintura del
aire, es el reportaje de Francisco Peregil, aparecido el 29 de noviembre de 1992,
a dos páginas, algo menos de 500 líneas, unas 2.200 palabras, y cerca de 100
párrafos, en lo que es una larguísima conversación coral, que a veces parece de
zarzuela, en el negocio de los pitonisos y videntes de Madrid.
Los fondos están muy nítidamente pintados.
171 47
174 49
Es difícil que tantos interrogantes seguidos hayan dicho más, hayan sido
menos cargantes, y abarcado tanta historia, arte, cultura, política, ciudad.
Basta con pasar bajo los raíles de la estación central para acercarse a la caja
de caudales de la ciudad. Tres calles, vedadas a la cir-
culación, erizadas de cámaras, tres Bolsas y docenas de oficinas bien
apalancadas. Dos tercios de la producción mundial del diamante en bruto allí se
negocian, día tras día, con discreción. Más de 15.000 millones de dólares en
volumen de negocio, que los judíos instalados en el barrio desde hace cinco
siglos, comparten hoy con indios que desembarcaron sólo hace 20 años. En
Houvenierstraat, entre la sinagoga y el snack de kosher, reina el }business as
usual}. Elecciones, crecimiento del Blok, cordón sanitario son fenómenos
lejanos.
Equilibrio paisajístico con antropología del lugar. La movilidad del blanco reside
aquí en la capacidad de hallar una entre tantas Amberes posibles y hacer mucho
más que dejar que hable. Habrá quien, legítimamente, no 174 51 se pirre por
este tipo de reportaje que la gran prensa francesa sigue cultivando como nadie,
pero ya que el género se apega tanto a lo tangible, a aquello de lo que nos
convertimos en fuentes o repetidores, bien está que haya quien aspire a ver con
el reportaje las ruinas del tiempo en la historia de una ciudad.
}Reportajes virtuales} Y, dentro ya de lo virtual, una versión tan útil como
frecuente es la del reportaje que los franceses llamarían de }estado de la
cuestión}, el que pone al día un problema, una crisis, alternando la crónica de
hechos más o menos recientes, con la auscultación de personajes. Sin necesidad
de una percha extraordinaria, y con un blanco quieto pero bastante inquieto,
Belén Cebrián, profesora de la Escuela, publica en el suplemento de Negocios,
30 de mayo de 1999, un reportaje redactado desde una sostenida glaciación,
hecha tanto de prudencia como de datos, en el que la autora examina la
situación de Iberia en pleno proceso privatizador. Un texto a página entera, 14
párrafos, 230 líneas y unas 1.100 palabras.
Título alusivo:
Belén Cebrián esmalta su visión del caso con las voces consultadas, de forma
que lo que leemos es una opinión-interpretación de la autora, apoyada en las
fuentes. El sistema vale tanto para un marco relativamente pequeño y
manejable cual es una compañía aérea, como para un país o todo un pueblo. La
técnica nunca es inocente, pero cuando está bien aplicada, como en este caso,
sí, impune. Sirve para lo próximo y lo lejano, lo grande y lo pequeño, lo difuso y
lo estadístico.
Uno de los más extraordinarios reportajes dentro de este mundo virtual que yo
jamás haya leído es el titulado (moderadamente alusivo):
176 53
Alfredo Astiz:
historia de un centurión
Alfredo Astiz tenía 23 años cuando triunfó el golpe y era prácticamente igual
que ahora, igual de valiente, igual de seguro, con la sonrisa inocente, el mechón
claro acariciándole la frente, el cuerpo de jugador de rugby, el talante
caballeroso de oficial de elite frecuentador de niñas bien a las que no presta
atención excesiva.
El autor hace un reportaje también virtual, de blanco algo más sedentario, que
se halla como en la equidistancia de los dos anteriores. Es una reconstrucción
coral, como el de Astiz, pero las fuentes consultadas son fundamentalmente de
auscultación intelectual, no de reconstrucción de la vida de nadie; en vez de un
torturador es el cisma en un pueblo entero lo que hay que recomponer. Se
podría decir también que es un gran reportaje de 181 61 diseño, porque
primero se diseña lo que uno quiere encontrar y en el interior de ese cuadro
marco se construye un edificio con las fuentes que lo sustentan. Todos los
grandes reportajes, llamémosles }nacionales}, han de responder fácilmente a
estas premisas, porque no se ausculta a un pueblo como quien va al dentista, un
rato por la mañana. Ello no deja de entrañar, por supuesto, que el periodista sea
capaz de reajustar su punto de mira, cosa que siempre ocurre cuando, como
aquí, se trata de componer un dibujo, que es todo lo contrario de hacer que sea
el dibujo el que imponga sus condiciones a la realidad.
Esa auscultación intelectual, muy informativa en abstracto, le aproxima al
texto de Egurbide, en la medida en que diseño de un problema nacional y
cartografía de un imperio económico
delictivo son geometrías periodísticas razonablemente parecidas. Ceberio, sin
embargo, trata de mojar lo más que puede esa sequedad, descomponiendo la
narración en pequeñas viñetas biográficas de partidos, fuerzas y personas; de
ahí que haya mucha más voz directa que en el reportaje de Maruja Torres, y,
también, más narrativa directa que en el de Egurbide.
Publicado hace casi 15 años, el texto, y ello ya es suficiente ponderación,
contiene perlas que aún dicen mucho en el tercer milenio.
A veces no se sabe si ese Euskadi soberano, por el que ETA mata, es para el
PNV una utopía irrealizable como tal, o una meta política operativa. Arzalluz ha
reconocido alguna vez que Euskadi sólo podrá ser un Estado independiente "por
una broma de la historia". Pero no está dispuesto a renunciar.
"Nadie renuncia a nada, tampoco los socialistas a su propia utopía".
[...] Ningún ámbito escapa así a la sospecha. Jon Juaristi asegura que "con la
degradación actual la independencia sería un horror, que conduciría a una
guerra civil. Un Estado vasco sería hoy sólo posible bajo la forma de una
dictadura".
183 63 Muchos han hecho suyo un tremendo fatalismo: "Todo
es empeorable".
El análisis:
Los cuadros del Gobierno, los militares, los técnicos, la clase dirigente de
Cuba, todos se han formado en Moscú, en Rumanía, en Bulgaria, en Hungría. El
ruso ha sustituido en gran parte al inglés como segunda lengua, y los esfuerzos
de institucionalización del régimen para cuando Fidel falte se han hecho sobre el
calco explícito del modelo soviético: economía centralizada, controles severos
sobre la población. Sin embargo, ese modelo se adapta mal a la propia
idiosincrasia del comandante [...]. Castro gusta de presentarse como un
revolucionario de los de antes de Stalin. Es, además, un hombre pragmático: la
Unión Soviética está demasiado lejos, y Estados Unidos demasiado cerca de la
isla.
El reportaje:
"Franco no se portó mal, hay que reconocerlo. [...] El gallego supo habérselas.
!Que se portó bien, caramba!".
Le da consejos a Washington:
193 79
A las 9.30 de ayer, dos oficiales del juzgado y tres coches de la Policía
desembarcaron en el 66 de la Avda. Sepúlveda de Madrid.
Motivo: la orden de desalojo de una vivienda de dos plantas situada en el
barrio del Lucero y que alberga a dos matrimonios con cuatro y dos hijos. La
casa, medio camuflada entre el follaje de un plátano y situada al pie de dos
calzadas con tráfico abundante, está rodeada de policías, fotógrafos y
periodistas.
Dentro, un fuerte olor a podredumbre contenido en cuatro habitaciones con el
suelo, las paredes y los muebles devastados. Y mierda, mucha mierda.
194 81
[...] el inquilino del sótano vivienda y amigo de [...] quiere alborotar. "Lo que
pasa en este país sólo hay política y a mí no me pueden echar". Y a continuación
se calla medianamente convencido de lo que acaba de decir. Están todos muy
pálidos, conteniendo la rabia y soltando una especie de resignación beligerante.
Iii
Aquí, en cambio, aunque con una visita obligada al barrio en el que se hizo la
luz, casi todo es trabajo de reconstrucción: diálogo con el concejal y elementos
de contexto, para que sepamos quiénes son los afectados.
"Nos comían las cucarachas. Por las noches ponía a mis hijos algodones en las
orejas para que no se les metiesen chinches".
Es toda una historia que se mueve atrás y adelante en el tiempo, desde cuando
les prometieron a los vecinos unas viviendas hasta los años que tardó el
ayuntamiento en cumplir su promesa; casi }Historia de una escalera} en
cómodos plazos. Puro relato virtual.
El segundo periódico, 11 de octubre de 1995, es totalmente }el País} en el
diseño y la selección de temas, con sólo tres páginas de Local, una de Nacional,
otra de Internacional y una última }ad hoc}. El conjunto se resuelve en la
primera con un asunto internacional:
Tres de nacional:
En todos los casos en los títulos falta concisión. En Bosnia sobra "El Gobierno
de" y "la entrada".
Diría lo mismo:
Bosnia exige el fin del cerco a Sarajevo para aceptar el alto el fuego
Porque:
El Gobierno bosnio exige el fin del cerco serbio a Sarajevo para aceptar el
establecimiento del alto el fuego.
Pero buenos sumarios en los que no se repite ningún elemento del título
principal:
Si tenemos una oportunidad de titular dos o más veces una noticia, bien sea
porque hay una batería de sumarios en primera o porque en páginas interiores
se retoma el asunto con su propia titulación, no es que no podamos repetir
algún elemento del titular y en ocasiones incluso será imposible no hacerlo, pero
sí es mejor que empleemos el número de matrices que recibamos, el capital
simbólico del que hablábamos, de la manera más eficaz posible, esforzándonos
en dar a cada término un valor informativo propio, sin malgastar palabras al
repetirlas.
204 95
Y es que en Barajas se ve de todo. Por eso P. B. tiene razón cuando dice que
el aeropuerto es el "escaparate del mundo".
Antonio Banderas a 200 pesetas Correos organiza una exposición con sellos
sobre cine, deporte, moda, arte y baile
no es exactamente un blanco móvil, porque no hay nada más sosegado que una
exposición, pero el tema está tratado con soltura, aunque no sin alguna
ingenuidad en el }lead}:
Todos los que quieran podrán llevarse a su casa al actor Antonio Banderas o
al futbolista del Real Madrid Raúl por sólo 200 pesetas.
Iii
para continuar:
Son algunos de los rostros famosos que aparecen en una edición especial de
11 sellos dedicados al cine, la música, el deporte, la moda y los medios de
comunicación que Correos [...].
Jamás habíamos creído que nos pudiéramos llevar al actor por cuarenta duros.
El reportaje de escenario, aquí sí hay un cierto paisaje humano, tiene un
carácter coral, las voces se suceden, el entrecomillado es ágil, y el conjunto
resulta razonablemente informativo con tipos }curiosos} como el coleccionista
veterano, los organizadores, la niña que se inicia en los secretos de la filatelia,
etcétera, más el sello más barato y el más caro y, notablemente, un detalle muy
de usuario: hay un pabellón juvenil para fomentar esta sesuda afición. Pero no le
falta al texto alguna incongruencia. De un lado, el presidente del }evento}
prevé la llegada de 100 au207 99 tobuses escolares de toda España, y un poco
después se dice que la muestra se cierra ese mismo día de publicación con un
cierto déficit de público.
?Preverá el presidente para el año que viene? El despiece, por su parte,
responde a la teoría enunciada; desarrolla uno de los aspectos mínimamente
reseñados en el texto principal: el citado pabellón juvenil. El inconveniente es
que reitera la misma fórmula: el re-
portaje coral lleno de niños, sin duda adorables, pero un poco repetidos.
La entrevista a María Galiana, actriz debutante, es muy correcta, del estilo }
romanceado} -el pregunta-respuesta habría sido absurdamente engolado- en el
que la voz de la entrevistada se funde cómodamente con la narración, que viene
a ser una crónica de cómo ha surgido la iniciativa de representar la obra de
Séneca }Las Troyanas} en diversos puntos de España hasta llegar a Móstoles,
que es nuestra percha de actualidad.
Hay un buen ojo para la descripción del personaje envuelto en sus propias
palabras y en el contexto del autor:
Galiana viste y habla como la profesora de instituto que fue hasta hace muy
poco en un centro de Sevilla, la ciudad donde vive. [...] Sólo se permite un
capricho: unas gafas de pasta azul modernísimas.
"Mis alumnas comentaban por el pasillo. ?Pero ésta es famosa? !Si está
gordísima!".
Galiana anunció, [...] [ya es hora de que a las mujeres se las trate también
sólo por el apellido] que, se }viene} a vivir a Madrid, pero sólo "por una
temporada". [...] "No me quedo a vivir porque a mi marido le da un ataque [...]
para eso está el AVE".
Una columna:
Los ingleses inventaron eso de que los diarios que se leían con las cejas en
posición de descanso eran los }quality papers}, los diarios serios, y aquellos que
hacían enarcar las cejas eran los populares. En el sur de Europa no ha cuajado
nunca, sin embargo, ese tipo de publicaciones, quizá porque aquí se enarcan las
cejas con mucha más facilidad y, además, gratis.
El prototipo de esa prensa popular son los famosos }tabloides} británicos como
el }Daily Mirror} o el }Sun}, de los que al menos el primero, como también el }
Daily Express}, fueron excelentes diarios en los años 60, muy profesionales,
ligeros, directos, mientras que hoy parecen embarcados en un tobogán
sensacionalista para combatir sus ventas decrecientes.
Ese tipo de diario, ni el legítimo producto de hace 30 años, ni sus versiones de
hogaño, ha llegado a existir, aparte de algunas tentativas frustradas, en España,
y en proporciones muy diferentes y matices muy marcados, tampoco en Francia,
Italia o Portugal. Las razones pueden ser de órdenes muy diversos, como la
tutela que la Iglesia católica, nada favorable a la vertiente más sicalíptica de
estas publicaciones, ha ejercido en la sociedad del mundo latino. En Francia, por
ejemplo, los diarios más parecidos al }tabloide} inglés más típico -en Gran
Bretaña la prensa de calidad es siempre }broadsheet} o sábana- como }Le
Parisien} o }France-Soir} son, por comparación, auténticos tratados de
hermenéutica.
En España, hay, además, una razón 211 107 muy específica para que este
tipo de prensa no haya encontrado su sitio.
Esta prensa popular tiene en Gran Bretaña y Alemania, al menos, una
antigüedad de cien o más años, muy ligada a los cambios en la sociedad como
consecuencia de la fase más madura de la Revolución Industrial y la aparición
de una clase media masiva, con capacidad de gasto relativamente suntuario
como es la compra de un periódico diario. Y éste fue el vehículo exclusivo de
información para el gran público, por lo menos, hasta los años 50, con el
conocido advenimiento de otros medios de comunicación de masas.
En España, contrariamente, no ha existido nada parecido a ese mercado de
masas, una capacidad adquisitiva suficiente para comprar prensa diaria en los
estratos medios y mediobajos de la sociedad, hasta los años 60. Y, para
entonces, ya se habían instalado sólidamente en los hábitos de los que sólo eran
lectores potenciales otros medios de obtener una ración cotidiana de
información como, primero la radio, y desde esas mismas fechas, la televisión.
No parece aventurado suponer que una masa de posibles lectores, que habrían
aceptado algún tipo de diario
popular de no mediar otros atractivos más confortables, no han llegado nunca a
serlo porque otros placeres le han distraído de ese objetivo. Paralelamente, sí
que ha surgido en España un tipo de prensa quizá equivalente a lo popular, la
llamada prensa del corazón que también surte a ese tipo de público de menor
preocupación lectora. Diferentemente, en Gran Bretaña, esa lectura masiva
estaba ya consolidada cuando aparecieron los prodigios de la segunda mitad del
siglo pasado, y por eso, aunque no sin dificultad, la prensa popular aguanta el
tipo.
Todo ello hace muy improbable que en España lleguen a existir periódicos
parecidos a los tabloides británicos o alemanes. Entre los diarios de alcance
nacional sólo hay dos que apuntan, pero de una manera muy relativa, en esa
dirección. }El Periódico de Catalunya y Diario 16}, pero que sí que tratan de }
vender} una información, que es la misma de todos, 212 109 pero de una
manera distinta, más ligera, y hasta tratando de destapar asuntos y
preocupaciones diferentes para crear público. Especialmente, el rotativo de
Barcelona es un híbrido de formidable factura, que ha hallado un punto de
equilibrio casi geométrico, que permite calificarlo como el periódico más serio de
los populares y el más popular de los serios.
Cuando hablo, por lo tanto, de diarios populares o semipopulares como los que
tratamos de hacer en la Escuela, el gran punto de referencia para los alumnos
son los diarios citados.
Y este tipo de periódico, por serlo, no recibe ninguna gracia especial que le
permita suspender las leyes de la verosimilitud, del rigor, de la coherencia. No
hay ninguna razón para creer que estos diarios practiquen un periodismo de
menor altura que los presuntamente más serios, ni que, por tanto, sus errores
sean más perdonables. Esta constelación de géneros les es aplicable
exactamente igual que a los demás. Son sólo periódicos de posibilidades y
enfoques diferentes, pero las exigencias y virtudes de fondo son las mismas.
?En qué puede consistir, por ello, la diferencia? Para empezar, una publicación
de estas características no es un periódico de }los otros} con los titulares más
grandes. Un modelo de periódico, llamémosle híbrido, publica la gran mayoría
de noticias que publican sus competidores. Ocurre, sin embargo, que:
a) Los títulos tendrán no sólo mayor cuerpo sino un gran margen de significado
alusivo, así como buscarán, con preferencia a lo conceptual, al protagonista de
la noticia.
b) Los textos serán más cortos, y estarán redactados de la manera más directa
y sencilla posible, todo lo que no excluye llegar al fondo de los asuntos y escribir
tan bien como el que mejor lo haga.
c) El periódico deberá decidir prioritariamente si le vale el enfoque estándar de
los hechos noticiosos, para explorar, en cambio, otros ángulos en los que se
privilegie la repercu213 111
sión }de usuario} de las informaciones. Será, por ese motivo, un diario muy
dado a la visualización práctica de las cuestiones noticiosas. Si aumenta el
canon del gas, por ejemplo, cuánto puede significar ello para una economía
familiar media, etcétera.
d) Se deduce de todo lo anterior, que la valoración de las noticias no puede ser
la misma que la de diarios más convencionales; aunque se publiquen todas las
informaciones de relevancia, determinado tipo de información de carácter muy
burocrático o administrativo, se consignará más para el }récord}, que para
competir en su cobertura.
e) Es verosímil que no necesite cubrir tanto horizonte informativo como los
modelos más clásicos, en especial en asuntos internacionales, lo que le
permitirá una mayor concentración de recursos, espacio y elemento humano en
una serie de objetivos mucho más propios y próximos. Si al diario de formato
más convencional se le pueden reprochar omisiones de alguna gravedad, esto
raramente ocurrirá en el modelo híbrido, que se representa mucho más por lo
que decide cubrir que por lo que }debería haber cubierto}.
f) Estamos, por tanto, ante un tipo de periódico para el que la agenda propia
será definitiva.
g)Aunque no renuncie a cubrir la escena política, podrá filtrar mucho más
severamente que sus competidores lo que merezca ser publicado; y,
paralelamente, valorará altamente secciones como Espectáculos, Deportes, y
Sociedad.
h) Será, por último, un diario muy ciudadano, de defensa de los usos y
derechos cotidianos de la comunidad.
Es a este modelo de prensa al que nos referimos cuando hablamos de
periódicos más o menos populares. Por ello, haremos ahora un poco de
periodismo comparado entre lo más pesado y lo más ligero que el agua.
214 113
Tenemos seis trabajos efectuados en la Escuela, tres dentro del modelo que
llamamos híbrido (semipopular) y tres en el formato clásico de diario de otras
ambiciones.
Con arreglo a las denominaciones de género conocidas, estaríamos ante una
crónica estándar, formato clásico, 30 de septiembre de 2000, con el título:
Veamos las diferencias entre los dos primeros textos. Título lineal para una
crónica en el primer caso, modelo clásico, aunque puede mejorarse: si el plan es
de integración de inmigrantes ha de beneficiar por fuer215 115 za a
extranjeros, e incluso }beneficiar} es más que discutible, puesto que de lo que
se trata es de establecer unos requisitos que difícilmente sabemos si mejoran o
empeoran nada.
El título podría omitir, por tanto, "de inmigrantes" y quedar así:
que si no es el colmo del ingenio, y que para topar del todo habría hecho bien en
poner }Iglesia} con mayúscula, sí responde, en cualquier caso, a la idea de
titulación alusiva, mucho más genérica, de intención llamativa.
Las naturalezas de los materiales, en ambos casos, corresponden bien al perfil
de los dos tipos de periódicos; el primero tratará hasta con demasiada frialdad
un asunto caliente, las condiciones de vida de los inmigrantes, y el segundo con
adecuada escenificación, casi de película de Berlanga, un problema de derribo
de sendas iglesias en barrios populares de Madrid y Valencia. No significa ello,
sin embargo, que las dos informaciones no pudieran ser motivo de atención en
el otro modelo de diario, pero sí que el tratamiento debería ser diferente.
El problema de la inmigración está visto casi exclusivamente desde el punto de
vista de la administración, lo cual ya es un error, puesto que no hay periódicos
que por su modelo prefieran informativamente un tipo de fuentes -el Estado y
las fuerzas políticas- y otros que se decanten por lo contrario -la gente-, sino que
unos y otros han de buscar el contraste entre poder y público, si bien el
tratamiento y la valoración de las fuentes no sea idéntica. Un reportaje tanto de
un periódico más o menos po-
pular como de cejas cansadas habría tenido que salir necesariamente del recinto
donde se celebraba, como en este caso, la rueda de prensa, para recoger la
opinión de los interesados.
218 117 La diferencia estriba en que el segundo, quizá,
tomaría mayor distancia y filtraría más las voces del coro.
De igual manera, el conflicto eclesiástico urbanístico habría tenido también
cabida en un periódico menos bullicioso, pero no se habría basado
exclusivamente como en este caso, el híbrido, en declaraciones sobre el terreno.
El primer texto sobre la inmigración combina, sin embargo, las declaraciones
en la conferencia de prensa con contexto y reacciones, aunque recurre
demasiado a sólo yuxtaponer los elementos de la información:
respectivamente, al fin del tercer párrafo y al comienzo del cuarto del texto, en
vez de lograr una fusión más fluida de todo ello en una sola historia. Las
fórmulas, }además} y similares no conectan bien las continuidades, sino que
parecen recordatorios de algo que hemos olvidado, y añadimos cuando lo
recordamos. De igual forma, esa suma de elementos mal ensamblados se
destaca en formulaciones como la del primer párrafo:
Las declaraciones por delante, y el autor de las mismas a continuación con ese
cliché tan poco vistoso de "Así lo afirmó..."; esquema que repite en el despiece
cuando comienza el relato:
El autor tiene un oído excelente para fundir la voz que emerge del problema,
que escucha con una mirada irónica, pero nunca despectiva.
Es discutible, sin embargo, que haya tomado dos casos, aunque sean similares,
en Valencia y en el barrio del Pilar de Madrid, saltando de uno a otro en un
ejercicio de equilibrismo que no acaba de sonar justificado; y, sobre todo, falta
un despiece, que 220 121 podría haber sido, precisamente, el caso que se
considerara menor, Valencia o Madrid. Pero, en todo caso, estamos ante un
ejercicio muy presentable de reportaje coral y de escenario, resuelto con garbo
e intuición, aunque no pedía tanto despliegue de texto.
El siguiente par de trabajos, dos reportajes virtuales siempre de lo híbrido a lo
clásico, casi podían haberse intercambiado entre sí con sólo algunos retoques; el
presunto popular, en el otro formato, y el clásico, en el híbrido.
Título del modelo }el País}:
Iii
"Es la primera vez en la historia que España participa en una misión espacial
con instrumentos [...] hasta ahora España siempre pagaba, pero no recibía
nada".
Es verdad que se hace notar la intención de diferenciar textos entre uno y otro
formato, como en el arranque:
223 127
La Bestia llegó a la Gran Vía El cine Capitol fue el escenario elegido por Álex
de la Iglesia para estrenar su última película, [siempre se estrena lo último] }El
día de la Bestia}. En ella, un trío muy peculiar combate contra el [al] Anticristo
que ha nacido en Madrid.
(El autor, como también en el caso del reportaje astral, denota su origen
latinoamericano poniendo un punto al término del sumario, lo que no se hace en
el resto del mundo).
La introducción al tema, también algo muy latinoamericano como es dar por
supuesto que hay siempre un principio antes del principio, es de tipo }escenario
en general}:
El escenario, naturalmente, son los presentes mucho más que un local o unas
molduras. Todo aquello que un periódico de otros vuelos habría encerrado en la
jaula de Gente, es la materia muy propia de este tipo de diario. De igual forma,
el despiece no se nos atraviesa por ninguna parte, porque lo que hace es contar
la película, todo ello adobado de una especie de crítica de la misma.
La última pieza es una crónica montada sobre una rueda de prensa de José
Saramago celebrada en Madrid al conocerse que había obtenido el Nobel de
literatura, para formato clásico.
Iii
El autor se encuentra a gusto cuando, más allá del rosario de declaraciones con
voz en que se resume la mayoría de las ruedas de prensa, pugna por que las
cosas se }vean}.
Pilar del Río, su joven esposa española [...] [como si tuviera varias]
cuando no se aclara qué tiene eso que ver con que le hayan preferido en
Estocolmo, puesto que el Nobel se otorga siempre a la obra, y no a una obra.
Pero el empeño en narrar y hacer contexto consigue que en muchos momentos
la crónica incorpore esquirlas de reportaje, tal como se ha entendido el género
en este libro.
Éste ha sido, hasta aquí, un florilegio de los trabajos del segundo cuatrimestre
de la Escuela, elegidos con arreglo a criterios estrictamente funcionales, aunque
también representativos. El periodismo no está muy claro cómo puede
enseñarse, pero, quizá, sí hemos visto que puede aprenderse. Resta ahora sólo
un epílogo que no puede ser un final.
231 137
Epílogo sin final
Iii
147
Índice
Capítulo Vi. El out there comienza por la entrevista 111 Modelos de entrevista
120 Méritos respectivos de los
tres formatos . 124 La técnica del entrevistador 128
Ii
Miedo a volar A mí me pareció que Fidel tiene miedo a volar, aunque no le guste
confesarlo. Vive pendiente de evitar cualquier posibilidad de atentado, y quizá
gracias a eso y a un magnífico servicio de seguridad ha sobrevivido un cuarto de
siglo al frente de su país. Durante el viaje a Managua cambió un par de veces la
ruta para evitar "accidentes sospechosos.
Acuérdese de Torrijos y de Koldós.
Esta vez nos tenemos que guardar también de la artillería antiaérea sandinista",
bromea, "no nos vayan a confundir. Aunque en realidad no hay peligro", me
dice, cuando aterrizamos en Managua, en una pista rodeada de cañones con su
dotación bien pertrechada. "Junto a los sandinistas hay cubanos que saben que
llego en este avión". En Managua, Castro se atrevió con los cancilleres del Grupo
de Contadora.
"México es fundamental, en realidad es la clave. Mientras se mantenga firme, y
hay que decir que su comportamiento está siendo admirable. Contadora seguirá
adelante. La cuestión está en saber que modificaciones del acta se pretenden:
es humillante para Contadora aceptar las pretensiones de Washington respecto
al derecho a establecer bases militares en el área de Centroamérica. Ése es a mi
juicio uno de los puntos más críticos. Hay otros aspectos que han contribuido al
actual }impasse}. Si existe flexibilidad, buena fe y voluntad de encontrar
soluciones políticas, se pueden superar las dificultades que subsisten. En mi
opinión, los problemas relacionados con la verifiación no constituirán obstáculo
alguno, pues a Nicaragua le beneficia más que a nadie.
La misma deberá ser eficiente y práctica, sin que se pretenda reducir a los
Estados centroamericanos a la categoría de municipios intervenidos.
No debe olvidarse además que desde hace tres años se llevan a cabo
hostilidades contra Nicaragua organizadas 240 29 por Estados Unidos desde
bases situadas en países vecinos. Sin embargo, esto siempre se ha negado. ?Y
cómo puede exigírsele a Nicaragua que comience a desarmarse mientras
subsiste una guerra interna que le ha sido impuesta desde el exterior? De no
resolverse adecuadamente el problema de los ocho o diez mil mercenarios que
se encuentran dentro del país, en la frontera con Honduras, el acuerdo de paz
puede convertirse en un N'Komati para Nicaragua. Por lo demás sería irreal
pretender resolver el problema de Centroamérica ignorando a El Salvador. Allí es
indispensable estimular y apoyar el diálogo y la solución política negociada entre
el FMLN-FDR y el Gobierno. Sobre estos temas cambié impresiones en Managua
con los cancilleres de México, Panamá y Colombia, expresándoles mi convicción
de que es posible vencer los obstáculos que subsisten todavía y ofreciéndoles el
pleno apoyo y la cooperación de Cuba".
Iv
241 31
Iii
Iv
El País
242 45
Iv
Iv
Iv
}P}. Por último, sobre las acusaciones concretas, ?es cierta la deuda tributaria
del grupo por más de 20.000 millones de pesetas? }R}. En primer lugar le digo
que no me consta esta cifra. Los datos de las actas recurridas son muy
inferiores, pero de lo que no cabe duda es de que en este volumen enorme de
empresas, por poco que sea en cada una, a la hora de recurrir y discutir, si suma
todo ello hay que ver qué importancia tiene la cifra resultante en relación a la
que se paga. Además, entiendo que no hay deuda tributaria hasta que los
tribunales ante quien están recurridas las actas levantadas por la inspección en
muchas empresas digan su palabra. Mientras tanto, es un acta en
disconformidad, cosa perfectamente hacedera en un Estado de derecho. Dar la
cifra de 20.000 millones, y nada más, es decir una parte mínima de la verdad.
Diga usted también que en el año 1981 se pagaron
del orden de 15.000 millones de pesetas en impuestos. Diga usted también que
esos cerca de 20.000 millones de 243 59 pesetas, en el supuesto de que
fueran ciertos, obedecerán, lógicamente, al período de prescripción fiscal, que
es de cinco años. Se enfrenta así una cifra de 20.000 millones
Iii
por cinco años con un volumen de pagos al Estado de 15.000 millones en 1981.
Esto tiene una dimensión de relativismo en cuanto a las cifras, y relativismo en
cuanto a la decisión de los tribunales. Por otra parte, Rumasa desde el primer
momento ofreció la colaboración para estudiar en profundidad cada tema
tributario, negociando con el Ministerio de Hacienda. Ello se hizo por escrito,
siendo García Añoveros ministro. Hacienda contestó diciendo que estaban
conformes en examinar toda la problemática fiscal del grupo, en encontrar unos
cauces para determinar cuál era la deuda fiscal de verdad y establecer unos
plazos y unas formas de pago.
}P}. ?Entiende usted que Rumasa es la primera pieza del dominó de las
nacionalizaciones socialistas? ?Es el Gobierno actual un lobo con piel de oveja? ?
Le ha defraudado Felipe González? ?Qué opina de Miguel Boyer? }R}. Yo no soy
un político, y esas preguntas son políticas. Yo sólo soy un empresario que he
trabajado toda mi vida para crear y consolidar una serie de empresas que ahí
están, dando trabajo directo a 60.000 hombres y colaborando con cerca de un
2% al producto interior bruto.
Por otra parte, yo no estoy en lucha contra el Gobierno, porque es mi Gobierno,
el de todos. Solamente creo que tengo la obligación de defenderme con los
instrumentos que me dé el derecho, y eso debo hacerlo por mí, por mi familia y
por las propias empresas de Rumasa y los hombres y mujeres que las
componen.
}P}. Todo el escándalo comenzó hace algunas semanas, cuando se hicieron
públicas sus desavenencias con la firma auditora Arthur Andersen. ?Por qué
desobedeció sistemáticamente las recomendaciones del Banco de España 244
61 en este aspecto? }R}. Rumasa encargó a la firma Arthur Andersen la
auditoría de un centenar largo de las empresas y de la totalidad de los bancos
del grupo.
Como usted sabe muy bien, se trata de una prestación de servicios en la que,
lógicamente, el cliente tiene el legítimo derecho de poner reparos al trabajo
realizado o en vías de realización. Es una práctica normal que no puede extrañar
a nadie. En el caso que nos ocupa hubo, efectivamente, alguna divergencia de
opiniones que, justo es decirlo, mereció en todo momento la natural
comprensión de la prestigiosa firma. Buena prueba de ello es que Arthur
Andersen nos había entregado ya la documentación correspondiente a un
centenar de empresas totalmente auditadas y en la que se demuestra que la
contabilidad re-
flejaba fielmente la realidad patrimonial, y estaba a punto de facilitarnos la de
otras cuarenta y tantas. La documentación facilitada por Arthur Andersen fue
entregada inmediatamente al Fondo de Garantía de Depósitos y, que yo sepa,
no ha merecido ningún tipo de reparos.
En cuanto a la auditoría de la división bancaria del grupo, los trabajos habían
sido suspendidos para la formalización de un }status repport} o informe de
situación explicativo del trabajo realizado y del que quedaba por realizar en
cada uno de los bancos. Este informe de situación, que habíamos solicitado a
principios de diciembre de 1982, se empezaba a entregar precisamente en los
días inmediatamente anteriores a la expropiación.
Debo hacer constar que el Fondo de Garantía de Depósitos había emplazado a
los bancos del grupo Rumasa a que indicasen antes del 10 de marzo de 1983 la
fecha de terminación de sus auditorías, fecha que, evidentemente, aún no ha
llegado.
244 63
Iv
245 77
El país Domingo
La violencia casi endémica que azota desde hace años el País Vasco se ha
trasladado al seno mismo de la familia nacionalista. La tribu de Aitor, el
legendario padre de los vascos que concibió el riojano Navarro Villoslada,
conoce un nuevo cisma. En un contexto de crisis económica que no encuentra la
salida del túnel, Euskadi ve cómo a la tradicional dualidad nacionalismo-
españolismo, en torno a la cual giraba la política vasca, se suman ahora
múltiples guerras de banderías. Madrid ya no es el único punto de referencia
que agita a Euskadi.
246 81
246 83
Religión y patria
Un proyecto discreto
Ii
Minúsculos carteles
Iv
Fin de época
La huida
El entierro de Neguri
Todo es empeorable
A veces no se sabe si ese Euskadi soberano, por el que ETA mata, es para el
PNV una utopía, irrealizable como tal, o una meta política operativa. Arzalluz ha
reconocido alguna vez que Euskadi sólo podrá ser un Estado independiente "por
una broma de la historia". Pero no está dispuesto a renunciar. "Nadie renuncia a
nada, tampoco los socialistas a su propia utopía".
Eso se manifiesta con crudeza en la guerra lingüística. El PSOE desconfía de
todo lo que suene a privilegio del idioma vasco en la educación.
Hay un temor inconfesado a que la normalización social del }euskera}
contribuya a ahondar el nacionalismo.
248 101 Michelena, que ha dedicado a esta lengua toda una
vida, reflexiona así:
"Cierto grado de conflicto es inevitable, pero en interés de todos debemos
conseguir que se mantenga dentro de márgenes tolerables. La actuación sobre
el }euskera} no debería depender de los vaivenes electorales. Es difícil
encontrar un marco aceptable para todos, pero creo que podemos establecer
dos principios: la lengua menos favorecida históricamente tiene derecho a una
protección especial, sobre todo porque es un patrimonio esencial, pero es
insensato pretender que se convierta en el idioma único". El mejor conocedor
del }euskera} sostiene que la violencia es inútil en este terreno.
"La violencia no logra otra cosa que ahuyentar a la gente y nosotros, que
somos un país marginal desde el punto de vista de la cultura, necesitamos más
que nadie la exogamia. Todo lo que contribuya a avanzar en el terreno del
conocimiento es bueno, sea en una lengua o en otra. Necesitamos universitarios
homologables en el exterior, sin que el }euskera} sea la medida única". A
Michelena le importa poco que la física cuántica se explique en vascuence,
"aunque ya podemos hacerlo, porque nuestra lengua se ha modernizado".
Prefiere que el profesor sea de primer nivel.
Desde HB critican su tibieza, a veces en términos durísimos. Ningún
ámbito escapa así a la sospecha. Juaristi asegura que "con la degradación actual
la independencia sería un horror, que conduciría a una guerra civil. Un Estado
vasco sólo sería posible hoy bajo la forma de una dictadura". Muchos han hecho
suyo un tremendo fatalismo: "Todo es empeorable".
249 103
Las Malvinas
Alfredo Astiz:
historia de un centurión
Uno de los pocos supervivientes -un centenar entre los 5.000 "secuestrados"
que pasaron por la tétrica Escuela de Mecánica de la Armada argentina- que hoy
permanece refugiado en Madrid, conocía al capitán Alfredo Astiz. Este es su
testimonio.
Maruja Torres La persona que tengo ante mí y que -como los otros
que me nutren para este reportaje- me pide que le respete el anonimato, ya que
no los recuerdos, se explica a sabiendas de que me va a costar entenderle:
"Cuando digo que Alfredo Astiz no es como le definen los periódicos no quiero
significar que sea mejor. Sencillamente, es distinto. No es un torturador, en el
sentido de que su misión no era conducir los interrogatorios ni aplicar la }
picana} eléctrica, aunque seguramente alguna vez lo hizo si fue necesario.
Pero es un torturador, a lo mejor el que más, porque él era uno de los que
suministraban el material humano que luego iba a parar bajo las manos de los
verdugos. Desde un punto de vista ético, moral y de responsabilidad histórica,
Astiz está metido hasta el cuello. Sin embargo, no quiero ser injusto con él, y si
alguna vez volvemos a encontrarnos cara a cara, pretendo que sepa que nunca
le falsifiqué, que expliqué su monstruosidad tal como era, sin simplificarla".
La persona que tengo ante mí es uno de los pocos supervivientes -unos cien de
entre los 5.000 }secuestrados} que pasaron por la tétrica Escuela de Mecánica
de la Armada- que hoy permanecen refugiados en Madrid. Alguien que conocía a
Astiz como quizá 249 105 sólo las víctimas llegaron a calar en sus verdugos.
Otro testimonio -otro superviviente- coincide:
"No es un Martín Borman. Eso sería demasiado fácil".
Y no es un personaje fácil, no, el teniente de navío Alfredo Astiz. No es un
hombre a la manera de Pernia, alias }el Rata}, que antes de hincarle la }
picana} en la carne a una mujer suplicaba: "Permiso, señora". Ni a la de Acosta,
alias }el Tigre}, un }dandy} que se cambiaba de atuendo varias veces al día y
disponía de distintos relojes marca Rolex para conjugar con el traje, y que entre
dos torturas practicaba la navegación a vela, y que descendía a la cámara de los
horrores en chándal, con un whisky en una mano y un lanzagranadas en la otra,
y que en plena aplicación del suplicio hacía una pausa para explicar, en su
gracioso estilo onomatopéyico -"y entonces el destructor, brrrrrrummm, en vez
de atacar, encalló, plas, plum, y chim, pom"-, ocurrentes chistes mientras sus
víctimas gemían de dolor. Tampoco es como Benasi, el minucioso, el
concienzudo, que aplicaba el martillo tan prolijamente que más adelante fue
enviado a Arabia Saudí para asesorar al rey Jaleb.
"Astiz era un oficial típico de la Marina argentina. Si su nombre transcendió fue
por haberse visto envuelto en asuntos internacionales".
Intoxicación de titulares
Ii
La marina te llama
La suequita
La operación más brillante en que Astiz participó, aquella por la que más tarde
se haría, como suele decirse, tristemente famoso, fue su infiltración en el
movimiento de las Ma250 115 dres de la Plaza de Mayo. Se le puede imaginar
fácilmente: joven, rubio, guapo, simpático, tierno, el hijo con el que todas
aquellas mujeres desangradas podían identificarse. Apareció en la plaza de
Mayo fingiéndose hermano de un estudiante desaparecido.
En esa misma ocasión la policía -una hábil maniobra- carga sobre las madres, él
trata de defenderlas a golpes, las madres se conmueven, se arrojan sobre los
agresores, le rescatan.
Y a partir de ese momento, Alfredo Astiz se convierte para ellas, en }el Rubito},
alguien a quien proteger y adoptar, alguien que les protege a su vez. Le
introducen en la comisión, y él y una montonera detenida en la escuela que más
tarde se une a él en la infiltración, fingiéndose hermana suya -hoy, vive en
Madrid y afirma que fue obligada a ejecutar ese trabajo-, consiguen asistir a
diversas reuniones.
El día en que se produce la recaudación de fondos, cuando las dos monjitas
francesas, Alice Domont y Leonie Duguet, acuden a la modesta colecta que han
obtenido por su parte, los de }Selenio} caen sobre ellas.
Son capturadas las dos religiosas y trece madres, ... }el Rubito y la Rubita},
pero a estos se les deja en libertad inmediatamente, aunque sus víctimas lo
ignorarán siempre.
"?Donde está }el Rubito}?, ?qué han hecho con él?", dicen que preguntaban
las monjas en su celda, encapuchadas y con grilletes en tobillos y muñecas. Y
dicen también que nadie se atrevió a contarles la verdad.
No se sabe si Astiz las torturó.
En todo caso, ?qué importa eso? Las trece madres y las dos religiosas fueron
también brutalmente suprimidas.
La orden debió partir nuevamente de Acosta, }el tigre}, el jefe, que en ese
momento se encontraba en Puerto Belgramo, visitando a su mujer y a su padre
-se vanagloriaba de haber enseñado a disparar a su hijo, de diez años, con una
pistola del 45-, y que
habló por teléfono con Astiz cuando se enteró de la captura. Pero no cabe
exculpar a Astiz, que en ese momento no era ya un recién llegado, sino un
oficial con mucho prestigio en la es250 117 cuela y que además, según la
norma imperante allí dentro, era dueño y señor de sus detenidas.
Dicen que Alfredo Astiz, a veces, reflexionaba en voz alta sobre el futuro. "Si la
Marina me larga por lo que he hecho aquí, ?a qué me voy a dedicar? Claro que",
se animaba, "tengo una buena capacidad técnica, soy hombre rana,
paracaidista, experto en explosivos, sé hacer muchas cosas...
Podría irme a un país africano como mercenario". Luego, de repente, renacía su
confianza: "No, el Arma no me abandonará".
Y no le abandonó. Le dio finalmente, como premio, la guerra con la que había
soñado desde que era pequeño.
Después de haber combatido en esa otra guerra rastrera contra madres y
monjas, después de haber asesinado concienzudamente, el teniente de navío
Alfredo Astiz pudo finalmente combatir contra verdaderos destructores, contra
cañones auténticos, soldados entrenados como él para la muerte.
Y entonces se rindió. De acuerdo con su lógica marcial, hubiera tenido que
pegarse un tiro: pero ahí le falló el personaje. Por eso ahora, quienes le
recuerdan, dicen que es un monstruo con fisuras. Un monstruo con los pies de
barro.
251 119
Internacional / 5
La aviación aliada inicia el bombardeo masivo de las posiciones iraquíes en
Kuwait e Irak
Planes previos
La última oportunidad
Iv
253 139
Anguita equipara a los socialistas con el PP y les pide que abandonen la política
de derechas y se unan a IU
254 145
Iv
255 153
Sonrisa de elecciones
Todo empezó a eso de las 20.30 horas -una hora antes de que }mister} Nixon
llegara-, cuando entraron en el edificio los hombres del Servicio 255 155
Secreto norteamericano, vigilantes precisos y fogosos. Llevaban audífonos
incrustados en la oreja, a modo de cordón umbilical, para órdenes y sigilos, y
así, al compás de las consignas radiadas, inspeccionaron la casa entera,
escudriñaron rincones, miraron debajo de las mesas, esperando encontrar quizá
un bolchevique emboscado. Era un equipo de suspicaces sordos. Uno de ellos
dejó olvidada su agenda secreta de agente secreto en uno de los despachos, y
el dueño del despacho se la devolvió con inocencia singular, sin hacer siquiera
fotocopia de ella, mientras que el olvidadizo agente enrojecía hasta la médula,
horrorizado ante su fallo. Pero }mister} Nixon (todos le llaman }mister
President}, porque un presidente de Estados Unidos conserva siempre el
tratamiento, aunque haya salido por piernas del sillón, como en este caso)
estaba al llegar, y los agentes se dispusieron disciplinadamente a su espera en
la puerta:
--}Mister president} es muy amable, muy abierto -decía uno-. Dará la mano
incluso a los empleados.
Y }mister} Nixon llegó y dio la mano incluso a los empleados, con
estereotipada sonrisa de candidato electoral. Su Dodge azul marino venía
precedido por los motoristas municipales, una pareja de guardias armados
vigilaban sus pasos, y su escolta personal ascendía a catorce hombres: tres del
Servicio Secreto norteamericano, tres de la Embajada de Estados Unidos, tres
policías españoles de paisano, tres chóferes-guardaespaldas y el coronel
Brenan, jefe de la }casa civil} de }mister} Nixon, y Ray Price, su asesor político,
el hombre que le escribe los discursos.
Primero hubo una especie de cóctel, con Nixon sentado en un sofá, serio y
adusto, con los mofletes terrosos y temblones -"?Has visto?, yo creo que lleva
maquillaje" cuchicheaban los presentes-, embutido en un traje azul marino que,
a la segunda ojeada, se revelaba descabalado, es decir, que la 255 157
chaqueta era de un traje y los pantalones de otro, producto a no dudar, de un
despiste ex presidencial. Llevaba una camisa de nailon genuino, con bolsillo
sobre el corazón y un bolígrafo de plástico asomando por él: su figura era tan
estereotipadamente norteamericana que parecía una caricatura. Eso sí, sujetaba
la corbata con un elegante prendedor de oro y perla que le na-
vegaba un poco en bajura, allá como por la barriga. Jesús Hermida intentaba
hacerle una entrevista apresurada y política, con heroica resolución, ante la
masa expectante de invitados y agentes secretos que escuchaban, y }mister}
Nixon juntaba sus manos -enormes, blancas, venosas, manos de anciano- sobre
el regazo y permanecía muy erguido en el respaldo, como si tuviera que
mantener su abundante cabeza en perfecto equilibrio vertical, so pena de que,
de romperlo, se le desplomase la testuz por efectos del peso. Miraba sin ver y en
su rostro alargado no había rasgos precisos, porque tiene una cara de carne
flácida, de nariz pendular, una cara arenosa y desplomada, carente de
expresión, a excepción de una notable tendencia a componer un gesto
enfurruñado y adusto. De vez en vez, cuando hacía su chiste -y su chiste fue,
durante toda la noche, añadir la coletilla de "usted en ese año no debía de haber
nacido" a sus interlocutores, aparentando un bonachón paralelismo de hombre
viejo-, sonreía de manera incolora y fía.
Le pregunté por una entrevista que acababa de hacer a la revista }now}, en la
que dice que no puede volver a presentarse a la Presidencia de Estados Unidos
porque, según las leyes norteamericanas, sólo se puede ser reelegido dos veces,
y él ya las ha cubierto, y comenté que si él creía que ese era al único
inconveniente que podría encontrar ahora para volver a ser presidente, que si el
asunto Watergate, no tenía peso ya en la memoria de los americanos. Se le
cerró el gesto, "eso no se puede probar, es una pregunta sin mucha importancia
en estos momentos", dijo, "creo que es necesario que Estados Unidos tenga
líderes nuevos", añadió.
255 159 --Pero usted ha vendido su casa de San Clemente, se
ha trasladado a Nueva York, parece dispuesto a reintegrarse en la vida política
-insisto.
--No me he trasladado a Nueva York por el buen tiempo que allí hace, como
puede comprender, es que mis dos hijas están en el Este, y vivir a 4.800
kilómetros de distancia es demasiado. Además, he tardado tres años y medio en
escribir mis memorias, porque para los periodistas les es muy fácil escribir, pero
para mí no -su respuesta está cargada de malhumor-, y luego he tardado otros
dos años en escribir este libro actual, y ahora podría quizá dedicarme a otros
trabajos, pero creo que estando fuera del poder puedo decir lo que
verdaderamente pienso; creo que el líder tiene la obligación de analizar el
entorno y decir lo que juzga conveniente a los demás y convencerles de que
está en lo cierto; yo, ahora, tengo la libertad de exponer mis verdaderas
opiniones.
Insistirá }mister} Nixon toda la noche en que no vuelve a la política, en que
ésta no le interesa, dando una imagen de sereno pensador que tan sólo quiere
ayudar al bien común a través de sus paternales consejos de ético cuáquero, de
político en retiro.
--Los cuáqueros son pacifistas, y usted, al parecer, es profundamente
religioso. ?Cómo se combina ese paci-
fismo con el hecho de que usted bombardeara duramente Vietnam del Norte en
diciembre de 1972, o aun antes, en 1969 y 1970, bombardeara secretamente
Camboya, sin decirlo a la opinión pública? --Yo soy pacifista, desde luego, y este
libro, }La guerra verdadera}, lo he escrito precisamente para evitar la guerra.
Pero creo que los cuáqueros, a mi entender, no están dispuestos a ser pacifistas
a cualquier precio.
Creo que hubiera sido una tragedia para Vietnam del Sur si no hubiéramos
hecho los bombardeos, si no les hubiéramos ayudado.
}Mister} Nixon bebe jerez y vino blanco, aunque los cuáqueros tampoco
beben: seguramente los cuáqueros no están dispuestos a ser abstemios a
cualquier precio. "?Ha visto el Pra255 161 do?", le preguntan. "Sí, es
magnífico; en Europa, siempre lo digo, hay que ver el Louvre, el Prado y el
Vaticano".
La cena prosigue, y Richard Nixon contesta deleitado a aquellas preguntas en
las que puede expresar su opinión sobre la situación internacional, y se enfada
cuando alguien, como John Wheeler, de la Associated Press (AP), único
periodista norteamericano presente a la mesa, le interroga sobre temas más
polémicos. Yo insisto: "Dice usted que no está volviendo a la política. Sin
embargo, usted ha representado siempre en Estados Unidos el anticomunismo.
Ahora que las relaciones entre Estados Unidos y la URSS han entrado en una
nueva etapa de enfriamiento, ?no utilizará usted su prestigio anticomunista para
encabezar una nueva corriente política?".
Iv
Luz de Gas
257 173
"Es un antro, lo peor de la ciudad está acá", dice el flaquísimo taxista Pedro
Jiménez al pasajero que recogió en la terminal de transporte terrestre y que le
pidió que lo llevara a la residencia El Reposo, en la calle 28 con la 7ª.
Son las 6.00 p.m. y en la acera del frente, un grupo de indigentes, a quienes el
cabello largo y los trapos sobre los trapos dificultan identificar su sexo, preparan
una sopa en un tarro de galletas Saltinas; dentro del recipiente, ennegrecido por
el humo, flota un hueso blancuzco con varias papas minúsculas.
La fogata y la luz mortecina de un bombillo de una caseta son lo único que
iluminan el lugar. Debajo del foco, una señora regordeta y de incipiente bozo,
vende perros calientes y gaseosas. Es la mandacallar, la inversionista del hueso
y además, negocia con la basuca, la marihuana, el perico y quién sabe qué más.
Quienes se atreven a pasar por estas calles, cercanas a la Fiscalía, deben estar
"muy mal", según Jiménez, pues la fama adquirida es más que tenebrosa. "De
acá se dice de todo, que violan a las mujeres, que atracan, que guardan los
carros robados. Pero eso es mentira, acá sí pasan cosas malas pero eso ocurre
en toda la ciudad", asegura la vendedora.
Su versión no es muy creíble; los taxistas dicen conocer casos espeluznantes,
historias que los pasajeros les han narrado pero que ellos no pueden certificar.
258 175
A estas calles les caen del cielo los profetas, o mejor dicho, éstos ruedan en
taxis. "Dios te ama", condena o salvación que lanza un taxista rojizo y rollizo al
visitante. "Tú eres la iglesia... Dios habita en cada uno de nosotros..." Y
comienza la cantaleta y no se calla, pero es que no se calla, mientras se interna
hacia el centro, por la Cra. 15.
El san taxista le entrega al silente pasajero un plegable con la leyenda: "!O
cambias!... !O te condenas!" Luego lo invita a la Casa de Dios, en la calle 43 con
la 14. "Allí lo encontrarás", asegura. La Iglesia Pentecostal es un salón inmenso.
Las mujeres llevan el cabello largo y lucen vestidos negros hasta más debajo de
los tobillos; los hombres llevan pantalones oscuros y camisas blancas,
despercudidas. Todos con las biblias entre sus manos y con las gargantas listas
para gritar hasta ensordecer a los habitantes de mil kilómetros a la redonda con
la amenaza de "El fin del mundo está cerca..." El rollizo está tan rojo que
aumenta la temperatura del recinto. "Los taxistas tenemos una misión:
evangelizar", le dice a la oveja descarriada que atrapó. Proclama que muchos
pasajeros han seguido su buena nueva: "He tenido a varios de otras ciudades
que han encontrado el camino de Dios en mi taxi. Ellos llevarán la semilla del
Evangelio para sus ciudades. Eso es evangelizar".
La noche sacra del sábado finaliza a las 7.30 p.m. La oveja se despide del
profeta del volante y sale del templo rumbo a las Cra. 15, dejando atrás a su
"salvador", quien a una cuadra se le escucha clamar, como una voz en el
desierto: "Bucaramanga está perdida por el odio, la mentira, el sexo..." !Amén!
258 177
Sexo triple X
A falta de plata están las mangas, los lotes abandonados o los parques, y aquí
sobran. Las salas triple X son para otro público. Bucaramanga tiene dos
registradas en el directorio telefónico: El Rosedal (Cra. 34 con la 259 179 21) y
El Unión (Cra. 16 con la 45). En el primero escasean las mujeres, puros hombres
solos, algunos junticos; y en el segundo nada de damas, a excepción de una
malgeniada anciana, tapizada en polvos, que a veces hace de cajera y otras de
tendera.
Sus clientes conocen tanto de los gatos que se pasean por entre las silleterías,
como del prontuario de los actores y actrices folladores: Rocco Sigfredy, Moana,
la Cicciolina...
Un cliente, delgadito y florido, cuenta en la tienda las penurias del sexo en vivo
en El Unión. "A veces la policía molesta y hay que darles plata, o uno se topa
con quien no debe y le arman un escándalo tenaz, otras veces uno se arrepiente
y bueno, aunque se diga que ojo de loca no se equivoca, yo me he equivocado".
A estas salas ingresan, dice el taxista, los prostitutos y cacorros. Dice que ellos
tienen menos espacios que la otra gente pero que en Bucaramanga los hay.
Sobre la Cra. 33, entre las calles 45 y 34 existen cuatro.
Tres de ellos son fáciles de identificar porque sus dueños se
esfuerzan en que no lo sean: no tienen su nombre en las fachadas, como el bar
Abril y las discotecas Ángel Negro 1; el otro es más que evidente, lleva el
nombre El Closet afuera, en donde este 5 de agosto "... tenemos otro show de
striptease que cada vez son más y más interesantes", según anuncia un boletín
que circula en otros bares.
"Se llama Abril porque es el mes de la primavera", dice con voz primaveral
Mauricio G., su dueño. "Bucaramanga es todavía una sociedad muy cerrada, por
eso no salimos ni en el
directorio telefónico, pero sí estamos en la guía nacional Hot Gay".
El temor del primoroso es porque hace unos años Vanguardia Liberal publicó
los nombres de varios homosexuales que organizaron un supuesto escándalo en
una finca. "Eso fue horrible, casi me echan del país", expresa Mauro.
260 181
!Qué hambre!
Fin de la obra
183
Índice