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EL PAPEL DEL PERIODISMO Y LOS

MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA
SOCIEDAD.

JAVIER CALVO OYÓN


&
FRANCISCO ROMERO RODRÍGUEZ

COMUNICACIÓN XORNALÍSTICA
IV CICLO
ÍNDICE.

1. INTRODUCCIÓN
2. UN POCO DE HISTORIA
3. PERIODISMO MODERNO
4. LIBERTAD DE PRENSA. UN DERECHO
FUNDAMENTAL
5. NUEVOS TIEMPOS. NUEVOS RETOS
6. LA AMENAZA DE LA DESINFORMACIÓN
7. CONCLUSIÓN

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1. INTRODUCCIÓN.

Desde los orígenes de la existencia de la humanidad, lo que nos ha diferenciado frente a otras
especies de animales, ha sido la capacidad de podernos comunicar. La curiosidad por conocer
los hechos que suceden a nuestro alrededor, la necesidad por estar informados de todo
aquello que nos interesa, está en el origen de lo que hoy es una profesión que se considera
imprescindible en el equilibrio para conseguir una sociedad más justa y democrática. Dice la
RAE que el periodismo es: “La actividad profesional que consiste en la obtención,
tratamiento, interpretación y difusión de informaciones a través de cualquier medio escrito,
oral, visual o gráfico”.

Pero para haber llegado hasta este punto de consenso, que hoy creo que tenemos al respecto,
ha habido que recorrer un largo camino lleno de distintas y complicadas vicisitudes, que aún
hoy en día, siguen en cuestión. Precisamente vivimos en un momento muy particular, donde
los cambios que se están produciendo en este sector, quizás nunca antes se habían generado.
La revolución que la incorporación de internet está ocasionando en nuestros modos de vida,
no han dejado al margen a esta actividad.

2. UN POCO DE HISTORIA

Todos los pueblos civilizados, en algún momento de la Historia, tienen la necesidad de


comunicarse. El salto entre Prehistoria e Historia, precisamente se establece a partir de la
aparición de la escritura, que se va produciendo de manera independiente en pueblos como
Egipto, China, Mesopotamia o en el valle del Indo, desde el año 3000 antes de Cristo. Al
principio los signos son de carácter ideográfico o en forma de pictogramas, que con el tiempo
van evolucionando hacia los signos alfabéticos de la escritura que hoy conocemos.

Las primeras comunicaciones, por tanto, podríamos clasificarlas dentro de lo que hoy
entenderíamos como anuncios, mensajes, comunicados con los que el poder quiere
transmitir a sus súbditos distintas normas, preceptos o disposiciones. Las guerras también
son generadoras de muchas noticias, que es necesario dar a conocer. Evidentemente el medio
donde poder reproducir esos escritos: arcillas, tablillas, maderas, piedras, etc., hace que la
mayor dificultad para su difusión sea precisamente la escasez de sus copias. Con el papiro y
los pergaminos va aumentándose esa capacidad difusora, pero no es hasta la llegada del papel
cuando se produce un momento de inflexión en todas estas técnicas.

En la búsqueda de los orígenes del periodismo hemos encontrado que algunos historiadores
nos hablan de las “Actas Diurnas” en la Roma republicana. A instancias de Julio César se

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colgaban en el Foro o en las paredes del palacio imperial, una serie de tablones donde se
recogían los acontecimientos más importantes que sucedían en el Imperio. Más adelante
surgieron las “Crónicas”, después los “Almanaques” y ya en pleno Renacimiento, sobre todo
con la llegada del papel y la aparición de la Imprenta nos encontramos con los “ fogli a mano”
también llamados “gazzettas”. Eran unos simples folios plegados que recogían noticias de
interés público relacionadas con el tráfico de mercancías.

Este proceso va evolucionando y se va desarrollando en los siglos siguientes de muy diversas


maneras, hasta alcanzar el momento de la Ilustración, ya en el siglo XVIII. Aquí estarían ya
los primeros ejemplos de prensa semanal, mensual y diaria más parecida a lo que hoy
conocemos.

3. PERIODISMO MODERNO.

Sería a mediados del siglo XIX donde podemos situar el origen del periodismo moderno. Por
todo el mundo occidental se van creando cabeceras, desarrollando agencias de información y
por lo tanto se va consolidando el oficio de periodista. Es el profesional que recaba la
información, selecciona las noticias que considera más interesantes para el público que le
sigue, las procesa y las acerca para ofrecerlas a sus lectores. Apoyado por una evolución y
progreso de unos medios técnicos, que poco a poco van permitiendo la edición de una variada
y más numerosa cantidad de publicaciones de periodicidad variada: Diarios, revistas,
publicaciones que salen a la búsqueda de un público ávido de recibir información sobre los
hechos que se van generando, al principio, en su entorno más cercano, y que también van
recogiendo acontecimientos, sucesos, hazañas que tienen lugar en territorios más alejados.
Fenómenos como las Guerras aceleran ese crecimiento y expansión.

La prensa en los comienzos del siglo XX, pasa a ser una empresa comercial, en algunos casos
un gran negocio que origina el nacimiento de grandes corporaciones de comunicación. La
publicidad encuentra en este fenómeno un medio ideal para trasladar sus mensajes. Y todo
esto ayuda a que crezcan las tiradas de los periódicos, consiguiendo así abaratar su precio y
de esta forma poder llegar al mayor número posible de lectores, que adquieren ese producto.

Como no podía ser de otra manera, el poder, las organizaciones políticas y gubernamentales
comienzan a ejercer una estrecha vigilancia sobre este fenómeno. Comienzan a ver la
oportunidad de utilizar a la prensa como un instrumento de unificación ideológica, como una
correa de transmisión para trasladar sus mensajes al público lector. Evidentemente surgen
también periódicos antagónicos a esas jerarquías y que tratan de representar las ideas
contrarias o de oposición.

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La prensa en su desarrollo se va especializando. Hay periódicos de partido, independientes,
económicos, culturales, de viajes, profesionales, deportivos, locales, regionales, nacionales,
internacionales… Miles de cabeceras que se han ido extendiendo por todos los países del
mundo. En la segunda mitad del siglo XX se producen grandes concentraciones
empresariales. Aparecen ilustres magnates de la comunicación que acaparan y concentran en
muy pocas manos los rotativos más exitosos. En cualquier caso permanecen también
empresas periodísticas mucho más modestas que coexisten y se disputan el mercado de la
comunicación.

¡No sólo de prensa escrita vive el hombre! Los nuevos medios de comunicación, que
aparecen también a lo largo del siglo XX: Radio, Televisión, etc. Reproducen, en cierta
medida, un desarrollo similar al que se produjo con la prensa escrita, aunque mucho más
rápido. Por supuesto las grandes corporaciones intervienen también en este nuevo mercado y
amplían su marco de actuación en estas nacientes emisoras.

En resumen. Hasta nuestros días ha llegado un modelo de empresa de comunicación que


puede ir desde la gran corporación multinacional, hasta el más modesto proyecto. Claro que
este tradicional panorama ha dado un vuelco enorme, con la aparición de las nuevas
tecnologías que desde finales del siglo XX, han cambiado de forma radical el equilibrio
tradicional entre el emisor de las noticias y sus receptores.

4. LIBERTAD DE PRENSA. UN DERECHO FUNDAMENTAL.

“No hay democracia sin periodismo. No hay periodismo sin democracia”. La tarea de los
periodistas figura en la Declaración de los Derechos Humanos, también la UNESCO lo
reconoce. Hoy en día la importancia social del periodismo es algo que nadie pone en duda y a
pesar de las controversias que pueda haber, este debate está vigente y es de máxima
actualidad.

La información pertenece al público y son los profesionales los que no deben adueñarse de
ella, ni permitir que otros lo hagan con intereses espurios. Esta eterna discusión ha estado
siempre presente, tanto en el pasado, como en el futuro. La lucha por dominar es constante.
Hoy en día hay una gran demanda, por parte de los ciudadanos, de que la prensa sea
independiente, plural, que la batalla por la veracidad esté presente entre los principios
inapelables que los medios de comunicación tienen que conseguir. Pero, no siempre es así.

El poder y la prensa, la prensa y el poder siempre han estado, en nuestra opinión,


manteniéndose en un equilibrio muy sospechoso. Los poderes políticos siempre intentan
influir y dominar a las empresas editoras. Y también sucede al revés. Los medios de

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comunicación también quieren extender su proyección y dominio, cuando lo tienen, hacia los
representantes de los ciudadanos. De ahí viene el término, por todos conocido, que se le
atribuye a la prensa: “Cuarto poder”. La información es poder, está presente en todos los
canales del conocimiento, junto al resto de poderes del Estado. Desde los tiempos de
Napoleón hasta el día de hoy, son muchos los ejemplos que podemos poner, sobre este tema.
La información siempre ha estado bajo la estrecha vigilancia del poder. Los totalitarismos no
hubieran sido posibles sin el control de los medios y curiosamente, también podemos
afirmar, que la lucha contra ellos tampoco sería factible sin su intervención. No nos
olvidemos que la profesión de periodista es de mucho riesgo. En muchos países son
perseguidos, censurados, represaliados y en algunos casos encarcelados y asesinados.

Este debate, por tanto, nos llevaría a conclusiones probablemente válidas, tanto en un sentido
como en el otro. En lo que no hay ninguna duda, es que la importancia de la información ha
estado siempre presente en ese equilibrio donde los principios éticos, la moralidad, la
honestidad, la verdad, la independencia, la lealtad, la crítica, la conciencia, etc., son valores
que han de estar presentes en cualquier código deontológico para el desempeño de esta
maravillosa profesión, que hoy atraviesa unos momentos convulsos y llenos de
incertidumbre. La situación económica de muchas de las empresas de comunicación es muy
difícil. Están pasando por una transición hacia nuevos modelos de negocio donde no se
acaban de despejar muchas dudas en su rentabilidad. Y en estas circunstancias, los primeros
que sufren sus consecuencias son los profesionales que pasan a soportar unas condiciones, en
muchos casos, de precariedad. Tienen que realizar muchas más tareas, recibiendo por su
trabajo menos dinero. Hay gran diversidad y cantidad de medios, ya que las nuevas
tecnologías lo permiten. Y han desaparecido gran cantidad de cabeceras, algunas históricas,
que no han podido sobrevivir a este tsunami cargado de incertidumbres, que les está tocando
vivir.

5. NUEVOS TIEMPOS. NUEVOS RETOS.

Como hemos comentado, asistimos a un cambio radical en el modelo periodístico tradicional,


que nos ha venido acompañando a lo largo de nuestra vida, a nuestra generación y que
estamos viviendo en primera persona. La llegada de internet ha supuesto una revolución en la
forma que los individuos nos relacionamos, entre nosotros y también con nuestro entorno. El
conocimiento se hace mucho más accesible para todo el mundo. Y la función exclusivamente
receptora de noticias que antes desarrollábamos, ahora la podemos compartir también con la
de ser emisores y generadores de cualquier acontecimiento que suceda a nuestro alrededor.

Por eso el periodista y los medios de comunicación donde desarrollan su actividad, tienen que
crear nuevos formatos, nuevos lenguajes. No sirve la adaptación de lo que venían haciendo

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hasta ahora, a esta nueva realidad. Hoy el lenguaje periodístico tiene que ser diferente,
alcanzar un mayor protagonismo. Las noticias van a mucha más velocidad, a veces no
tenemos tiempo para asimilar tanta cantidad. Nos quedamos con los titulares, se quiere
concisión y brevedad y que la portada de ese periódico digital esté en constante cambio y
movimiento, sin abandonar el rigor y la seriedad, que están en la base de la confianza que el
lector deposita en ese medio que ha elegido para informarse.

Al mismo tiempo el receptor quiere opinar, influir, compartir contenidos. Necesitamos tener
un medio de referencia que no nos genere recelos y desengaños, que sepamos que la
información que nos proporciona sea veraz. El periodista se convierte en una suerte de
intermediario en ambas direcciones, tiene que proporcionarnos una información contrastada
y está mucho más expuesto a las críticas. También las instituciones del poder han cambiado
su funcionamiento, sus tácticas. Su lenguaje es mucho más cambiante, más frugal. Son
capaces de afirmar una cosa y la contraria en un breve espacio de tiempo. Están pendientes
del aliento que se respira en las redes sociales a cada instante.

A todo este cambio de paradigmas, podemos añadir también las dificultades económicas que
están sufriendo las nuevas empresas periodísticas. En nuestra opinión falta un modelo de
negocio claro. Unos son gratuitos, otros de pago, a veces se propone al lector que sea partícipe
como socio en el proyecto, se crean clubs de lectores o de suscriptores, etc. Da la impresión de
que aún no se ha encontrado un modelo ideal. En algunos casos conviven las ediciones
digitales de los grandes diarios que quieren alcanzar una vocación global, con sus
tradicionales emisiones en papel más cercanas y arraigadas en sus raíces locales o regionales.

Hoy es posible el lanzamiento de un gran número de nuevos proyectos, gracias a que los
costos de estas inversiones son mucho más bajos. Todo esto ha arrastrado a la desaparición
de muchos medios tradicionales, sobre todo en papel. Y por el contrario a la proliferación de
gran cantidad de nuevas cabeceras que hacen muy complicada su supervivencia. Propician un
nuevo clima de mayor competencia y libertad. También se pretende llegar a un mayor
universo de personas que se informan por estas vías. Aunque hay grandes dificultades para la
medición de esas audiencias, haciendo difícil atraer a inversores, lo que dificulta mucho su
consolidación. En fin, imaginamos que todo este período de cambios vertiginosos, que
actualmente se están produciendo en esta actividad, encontrará el sosiego y el
establecimiento sereno de unos cánones de actuación que terminen por consolidar un modelo
de futuro para el siglo XXI.

6. LA AMENAZA DE LA DESINFORMACIÓN.

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Como consecuencia de esta situación de crisis, que es evidente está sufriendo el periodismo,
tal y como hemos venido comentando, se está produciendo un fenómeno, que no creemos que
es nuevo, pero sí que se está manifestando con mucha más frecuencia. Siempre ha habido
noticias engañosas, pero ahora proliferan con más facilidad. La existencia de las redes
sociales hace que se expandan más rápidamente, se difunden a mucha más velocidad y llegan
mucho más lejos.

El término “posverdad” fue palabra del año en 2016. El periodismo de calidad y el derecho
que tenemos los ciudadanos a ser informados debidamente, están padeciendo el impacto de
este fenómeno. Hoy todos hemos oído hablar de la expresión “Fake News”. Nos preocupa
saber cómo se generan, quién las emite, por qué se divulgan, qué efectos tienen, cómo se
puede evitar su difusión. Y es evidente que hoy más que nunca buscamos la protección ante
esta amenaza en el profesional. Sólo él nos puede ayudar, acompañar y guiar en el proceso de
saber detectarlas. Entendemos que él adquiere esa responsabilidad de reconocer una
información errónea antes de ponerla en circulación, porque en determinadas ocasiones
pueden afectar a la integridad democrática y al derecho a la información, erosionando la
credibilidad de los medios de comunicación.

Un ejemplo evidente de lo que estamos comentando, son los innumerables contenidos falsos
que sobre la pandemia se han generado y que nos llegan por cualquier medio, a nuestros
teléfonos y ordenadores. A través de Facebook, de Twitter o por WhatsApp, son cientos o
miles de mensajes los que hemos tenido oportunidad de ver en este último año, relativos a
este importantísimo tema. Nos resulta muy difícil, en algunos casos, saber distinguir la
veracidad del contenido que hemos recibido. Muy complicado. Aunque poco a poco, vamos
aprendiendo a discriminar el grano de la paja. Pero es un tema muy importante e interesante
tener, a través de los profesionales del periodismo, ese referente, ese guía que nos aporte la
confianza necesaria ante este fenómeno.

7. CONCLUSIÓN.

Desde que conocemos la existencia del periodismo, el papel que ha desarrollado en la


sociedad ha sido siempre muy importante. Muchas de las decisiones que tomamos en nuestro
día a día, están respaldadas por la información que nos llega a través de los medios de
comunicación. Nuestras conversaciones, nuestras opiniones o convencimientos están
apoyados en ellos. Es fundamental que nos trasladen noticias veraces, creíbles, donde tener
nuestras referencias. Y por otro lado, es también responsabilidad de nuestra sociedad, que ese
importante papel pueda ser desarrollado en las mejores condiciones de libertad de expresión,
de información y de prensa, imprescindibles para que podamos tener una sociedad más justa.

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Algo que no siempre está garantizado en todos los países del mundo y que son básicos y
fundamentales para el progreso y el avance del resto de los Derechos humanos.

Santiago de Compostela 25 de febrero de 2021

Javier Calvo Oyón


Francisco Romero Rodríguez

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