Jurisprudencia
declarante beneficiario haya procedido a re-
exportar la mercancía en el mismo estado,
salvo el desgaste sufrido por el uso ordina-
rio de dicha mercancía. Sin embargo, se
admiten dos casos excepcionales para su
regularización: a) cuando la mercancía haya
sido nacionalizada, b) cuando exista un por-
centaje de merma, o c) por su destrucción
total o parcial debida a casos fortuitos o de
fuerza mayor (Ley General de Aduanas, ar-
tículo 64). En caso de producirse la destruc-
ción de la mercancía por caso fortuito o fuer-
za mayor, deberán presentarse a la Autori-
dad Aduanera los documentos pertinentes
que permitan comprobar cualquiera de es-
tas dos situaciones, dentro del plazo seña-
lado en la Declaración Única de Aduanas que
ampare dicho Régimen (Reglamento de la
Ley General de Aduanas, artículo 110).
Al respecto, debemos hacer dos precisiones
importantes: i) Cuando las normas aduane-
ras se refieren a la destrucción por caso for-
tuito o fuerza mayor, comprenden no solo a
aquellos casos en los cuales se comprueba
Cumplimiento
obligatorio de los
tratados
internacionales en
comercio exterior
sobre las leyes
nacionales
RTF
RTF:: Nº 03041-A-2004
Publicada: 28 de mayo del 2004 en el
Diario Oficial El Peruano
Precedente de observancia obligatoria:
“Durante la vigencia de la Constitución
de 1993, el Decreto Supremo Nº 016-91-
AG (dictado con fuerza de ley y cuya vi-
gencia fue restituida mediante el Decre-
to Ley Nº 25528 de fecha 6 de junio de
1992) no modificó las disposiciones adua-
neras previstas en el Protocolo Modifica-
torio del Convenio Peruano-Colombiano
de 1938, aprobado mediante Resolución
Legislativa Nº 23254”.
CONTADORES & EMPRES
CONTADORES EMPRESAAS
la destrucción física de la mercancía, sino
también a la desaparición de la mercancía
debido a que el declarante ya no puede dis-
poner de ella. ii) Cuando se exige la presenta-
ción de documentos que permitan acreditar
la destrucción de la mercancía, se está refi-
riendo a aquellos cuya información permita
interpretar fehacientemente la existencia del
caso fortuito o fuerza mayor.
Es así que en respuesta a la consulta formu-
lada, el certificado policial de la denuncia por
robo efectuada por el interesado no consti-
tuye un documento suficiente para demos-
trar la existencia misma del robo, pues sola-
mente señala el inicio de las investigaciones
correspondientes. Cabe señalar que esta in-
terpretación ha sido recogida por el Tribunal
Fiscal (Resolución de Tribunal Fiscal Nº 2280-
A-2004). En consecuencia, la empresa de-
berá presentar adicionalmente los documen-
tos judiciales que formalicen la denuncia res-
pectiva, es decir, los pronunciamientos del
fiscal (denuncia fiscal) y del juez penal (auto
apertorio de instrucción).
JURISPRUDENCIA
Comentario:
Hasta el 28 de mayo del presente año, fecha
en que se publicó en el Diario Oficial El Pe-
ruano la Resolución del Tribunal Fiscal Nº
03041-A-2004, la Sala de Aduanas del Tribu-
nal Fiscal venía interpretando que la Consti-
tución de 1993 (a diferencia de la Constitu-
ción de 1979) no consagraba una norma ex-
presa con respecto a la jerarquía que tienen
los tratados internacionales sobre las leyes
nacionales, por lo cual ambas normas tenían
la misma jerarquía. Basada en esta interpre-
tación, concluyó señalando que las normas
de las leyes nacionales podían modificar y
hasta suprimir las normas contenidas en los
tratados internacionales.
Las consecuencias que produjo este tipo de
interpretación generaron no solo polémicas
de carácter jurídico sino que además han
afectado las relaciones comerciales interna-
cionales. En el plano jurídico, se estaba pro-
duciendo una violación de uno de los princi-
pios generales del derecho, que es el pacta
sunt servanda en virtud del cual lo que los
sujetos estipulen en sus acuerdos deberán
Nº 01
Finalmente, consideramos indispensable for-
mular las siguientes precisiones:
i. Las investigaciones policiales y judiciales
se desarrollan muy lentamente, por lo que
si nos atenemos estrictamente a las nor-
mas del proceso penal, deberíamos es-
perar el resultado de una sentencia con-
sentida para conocer a los responsables
de un delito a pesar de que en el transcur-
so se haya demostrado la existencia de
dicho delito.
ii. Al momento de que el interesado presen-
te la documentación pertinente, no debe-
mos dejar de lado el principio de buena fe
y el principio de presunción de veracidad.
En virtud de estos principios, se presume
que las declaraciones formuladas por los
interesados y los documentos que presen-
ten legalmente, responden a la verdad de
los hechos que afirman, salvo prueba en
contrario. (Artículo IV, numeral 1.7 de la Ley
del Procedimiento Administrativo General -
Ley Nº 27444).
Manuel SOLÍS GAYOSO
ser cumplidos fielmente, lo que se traduce
en el Derecho Internacional Público cuando
se invoca la obligatoriedad de los tratados.
En otras palabras, ningún Estado puede
modificar los términos convenidos en un tra-
tado que se comprometió a cumplir. Mien-
tras que en el plano comercial, el incumpli-
miento de los tratados internacionales sin lu-
gar a dudas generaba una incertidumbre
entre los importadores y exportadores debi-
do a que existía la posibilidad de que, de
manera intempestiva, se dejen sin efecto
determinados beneficios económicos que
conllevan a una alteración en el precio de sus
mercancías y que al final de cuentas las ha-
cían menos competitivas en el mercado in-
ternacional.
Afortunadamente, con la referida resolución,
la Sala de Aduanas ha enmendado este se-
rio error y ha reconocido la prevalencia de
los tratados internacionales sobre las leyes
internas, con lo cual quedan garantizadas las
reglas de juego para los operadores de co-
mercio exterior y se rescata la validez del prin-
cipio de obligatoriedad de los tratados.
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